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Discapacidad y sexualidad

Artículo Salutia.com
Discapacidad y sexualidad
Las discapacidades físicas y mentales no necesariamente son impedimentos para ejercer
una sexualidad placentera y responsable.

Por Nonantzin Martínez


La lesión medular, el retraso mental, el síndrome de Down o cualquier otra discapacidad
física o mental no necesariamente impiden disfrutar de la propia sexualidad.

Irene Torices Rodarte, sexoterapeuta del Instituto Mexicano de Sexología (IMESEX),


señala que la mayoría de las personas discapacitadas se sienten desorientadas respecto a
su vida sexual.

Explica que la lesión medular ocasiona la parálisis del cuerpo de la cintura hacia los pies,
aspecto que limita la erección, en el caso de los varones, y altera la sensibilidad genital en
las mujeres –con la consecuente dificultad para alcanzar un orgasmo-.

También existe una devaluación de la percepción corporal que dificulta apreciarse como
un sujeto sexualmente atractivo. A esto se suman otros factores que pueden ser
considerados un obstáculo para la vida sexual, como el dolor, el uso de fármacos,
incontinencia urinaria o fecal, la dificultad para adoptar ciertas posiciones para realizar el
coito e incluso el temor a la muerte.

En consecuencia, tanto hombres como mujeres tienden arechazar a su pareja –


principalmente si ésta se encuentra sana-, convirtiéndose en seres negados a la
sexualidad.

En busca de orientación

La sexualidad casi siempre es posible para quienes tienen alguna discapacidad física o
mental.

Para lograrlo, explica la sexoterapeuta Irene Torices, es necesario que la persona


discapacitada reciba orientación sobre su sexualidad y las alternativas que tiene para
ejercerla.

Desgraciadamente, dice, en los centros de rehabilitación para discapacitados no se cuenta


con expertos que den este tipo se asesoría y si los hay sólo proporcionan información a los
adultos con pareja y no a los adolescentes.

Por esta motivo, dice, es importante que el discapacitado busque asesoría profesional por
su parte.

Torices Rodarte explica que la meta de la rehabilitación sexual de una persona


discapacitada es potenciar sus capacidades a pesar de sus limitaciones.

Dice que el terapeuta sexual le ayudará a encontrar alternativas distintas a la genitalidad,


como la exploración del resto del cuerpo y la utilización de los sentidos.

Aclara que respecto a los adultos, los jóvenes responden mejor a esta terapia porque
están más dispuestos a probar nuevas alternativas para ejercer su sexualidad.

"La rehabilitación sexual dura unaño aproximadamente. Puede ser sencilla si la persona
discapacitada acepta con madurez el reto. La idea es mejorar su desempeño sexual, la
confianza y la autoestima", refiere la sexóloga.

Cabe aclarar que la terapia va dirigida al discapacitado, a su pareja y, en el caso de


alteraciones mentales, a los padres o tutores.

A fin de evitar complicaciones, es importante contar con una evaluación médica y


psicológica del discapacitado.

Por otro lado, cuando no se da esta rehabilitación, lo más grave que puede ocurrir en una
relación de pareja es su rompimiento, por una falta de comunicación y comprensión.

Es por ello que la pareja juega un papel importante en este tratamiento, ya que de ella
depende en gran medida que el otro sienta que sus deficiencias no son una carga para la
persona con quien va a compartir su sexualidad.

Torices Rodarte señala que el Instituto Mexicano de Sexología ofrece servicios de


orientación para personas con discapacidad.

En el caso de una persona menor de 18 años, es indispensable que los padres también
asistan a las terapias de rehabilitación, aunque también se involucra a los adolescentes en
los talleres de salud sexual propios de esta edad, dándoles una orientación específica de
acuerdo con su discapacidad.

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