Você está na página 1de 7

Doctrina del shock y

neoliberalismo, la dictadura que


aún perdura en Chile.

Nombre de los estudiantes: Rebeca Espinoza Richard.


Renato Jara Melo.
Docente: Fredy Urbano.

Catedra: Neoliberalismo y globalización.

Fecha: 26 de junio de 2015.


Primeramente, creemos necesario, dejar establecido que el propósito y
objetivo de este trabajo es exponer y dar a conocer la manera en que este
país llamado Chile, aún perduran y es más, se han corregido las políticas del
modelo neoliberal, heredado de la dictadura de Pinochet y que los
profundizadores y corregidores de este sistema neoliberal no han sido
propiamente tal políticos y gobiernos de derecha, sino que muy por el
contrario, este trabajo ha sido llevado a cabo por los que en algún momento
abrazaron las banderas de la libertad y adoptaron e hicieron parte sus vidas,
el discurso revolucionario, al menos en la teoría.

Para poder llevar a cabo este análisis, decidimos tomar como fuentes
bibliográficas dos textos; los cuales son: “La doctrina del shock” de Naomi
Klein y “Breve historia del neoliberalismo” de David Harvey. Con la finalidad
de demostrar que los gobiernos “democráticos” de la concertación (actual
nueva mayoría), han continuado con el terrorismo de estado, que entre otras
cosas va de la mano con la tortura, que a su vez es un socio silencioso de la
cruzada por la libertad del mercado global, posterior a la dictadura y así de
esta manera forjar y hacer creer que después del 11 de septiembre de 1973
se comienza a escribir todo desde cero, avalando de esta manera la
despolitización y pérdida de memoria por parte del colectivo. Dicho de otra
manera han sido participes y cómplices directos de la expansión de la
“doctrina del shock” y del “capitalismo del desastre”.

Ahora bien, como ya bien sabemos la base filosófica del neoliberalismo


apunta a la libertad económica, por lo tanto y para llevar a cabo esto se
necesita que el estado se aparte de la esfera de lo económico, entregando
este terreno al mundo de lo privado y generando de esta manera una
economía desregulada, en la cual la función del estado es meramente de
subsidiario y éste en sí debe generar y pavimentar el camino para la
inversión de las transnacionales. Dicho de otra manera, el estado se aparta
de la esfera de lo económico, para luego desmantelarse y desprenderse(a
precio de huevo)de las empresas estatales, para que de esta forma estas
últimas pasen a ser controladas por el mundo de lo privado (el estado
subvenciona lo privado con dineros públicos).

Adentrándonos en el tema, cabe señalar, que los gobiernos de concertación


hicieron el trabajo que la dictadura y la clase política que gobernó con ésta,
dejaron inconclusa y es por esto que se habla de una vuelta a la democracia
que fue pactada y que como bien diría el sociólogo Tomás Moulian en su
libro “Chile actual anatomía de un mito” “lo cambaron todo, para no cambiar
nada”.
Lo anterior adquiere consistencia al momento de observar en Milton
Friedman (principal arquitecto del modelo neoliberal), su visión en relación a
¿Cuáles son las únicas funciones del estado? Desde su punto de vista las
únicas funciones del estado consistían en la “protección de nuestras libertades,
contra los enemigos del exterior y los del interior: defender la ley y el orden,
garantizar los contratos privados y crear el marco para mercados
competitivos”(Friedman, 1982, pág.2; extraído de Klein, 2007, pág. 25-26). En
otras palabras, policía y soldados (que sirven para salvaguardar la soberanía
y el orden del cual se favorecen solo unos pocos, cumpliendo así el estado
su rol de garante para que funcione el modelo) eran parte del estado y que
cualquier cosa más allá, inclusive incluyendo educación gratuita e igualitaria,
eran una interferencia injusta en las leyes de mercado neoliberal.

Es en este punto, precisamente, en donde nos queremos detener. Es


contradictorio que los gobiernos de concertación y la clase política de la que
se rodeó ésta, hiciera vista gorda en relación a la educación, que en este
modelo es concebida como un bien de consumo y no como un derecho; a
sabiendas que la gran mayoría de los que componían dichos gobiernos,
gozaron de una educación gratuita y que propendió a ser igualitaria, vivieron
lo que apuntaba a llevar a chile hacia una economía social de mercado
(estado de bienestar). Resulta paradójico creer que los que se oponían a la
dictadura una vez llegada la “democracia” y el respectivo gobierno de
“transición” a lo único que apuntaron fue a continuar con el
desmantelamiento de la educación pública (cabe destacar que esto ocurrió
en todas las esferas, la salud, el sistema de pensiones, los recursos
naturales, etc.) Lo que ayer era un derecho, hoy pasó a ser un bien de
consumo. En el texto de Naomi Klein se hace alusión a que este cambio,
ideado por Friedman, fue tildado como “atraco a la educación”.

Lo expresado en el párrafo anterior, genera que a este tipo de modelo que


ataca de manera organizada las instituciones y bienes públicos,
sospechosamente después de acontecimientos catastróficos y que a éstos
los ve comouna oportunidad de mercado, reciba el nombre de “ capitalismo del
desastre” (Klein, 2007, pág. 26). Entonces, dicho esto, la concertación a lo
único que apuntó y sigue apuntando es a profundizar y prolongar el
“capitalismo del desastre” que fue heredado de la dictadura y que fue posible
llevar a cabo mediante el shock que ésta generó en la sociedad.

En los gobiernos de concertación, se continuó con esa competencia y


segregación, que dicho se da paso, nos divide como obreros, que genera el
modelo en cuestión, ya que para que el modelo neoliberal funcione necesita
hacer creer y generar en la población la idea del ascenso social con el fin de
despolitizar y descolectivizar al sujeto (la economía neoliberal se piensa
desde esta base); dicho de otro modo este modelo genera un cambio en el
concepto de toma de la razón por emprendimiento. Se encargaron de
continuar con la idea de la “meritocracia”, que cada sujeto es responsable de
su futuro y que si éste quiere llegar a ser un millonario (por decir algo)
depende única y exclusivamente de su esfuerzo, como si esto no estuviese
determinado. Claro ejemplo de esto es lo que nos muestra David Harvey en
relación a la idea expresada anteriormente “mientras la libertad personal e
individual en el mercado se encuentre garantizada, cada individuo es responsable y
debe responder por sus acciones y de su bienestar” (Harvey, 2005, pág. 75.)

Los gobiernos que tenemos en cuestión para este trabajo, profundizaron la


forma de hacer política en base a tecnócratas. Creemos que un ejemplo
claro de aquello es que un ingeniero este a cargo de la cartera de educación
(ministerio), siendo que el que debería estar pensando las políticas
educativas de este país tendría que ser un profesor. Esto demuestra que lo
único que interesa para el “correcto desarrollo” de este modelo neoliberal es
generar solo espacios vistos desde la manera productiva (funcionalista) y no
pensar la educación desde una perspectiva reflexiva.

Sabemos y tenemos claro que la concertación en sus cinco gobiernos


posteriores a la dictadura no le ha interesado en lo absoluto reconstruir el
pasado; extrañamente lo mismo que ocurre con el capitalismo del desastre.
Nos quieren hacer creer que siguen siendo opositores a la dictadura y al
terrorismo de estado que esta promovió; pero que en el fondo es la que le
hizo el cimiento para que entraran los capitales de las transnacionales y de
esta manera haciendo fortunas, estando en el poder.

Al aseverar que a la concertación no le intereso en lo absoluto reconstruir el


pasado; hacemos alusión a lo que se expresa en el libro de Naomi Klein
cuando se habla que después de las crisis, en el caso de Chile por la vía de
un golpe de estado, había que generar un shock, al generar este shock había
que hacer parecer que la historia hacía atrás no importaba y que había que
apoderarse de una especie de tabla rasa, que vendría a ser la historia y las
formas de percibir el mundo; muy por el contrario el mensaje que han dado
los gobiernos en cuestión es sumamente claro “que hay que olvidar, para
construir un Chile mejor” (doctrina del shock, ya que se trata de apropiar de
nuestras visiones de mundo); creemos que un ejemplo muy claro de lo
anterior es lo que aparece retratado en el documental “el diario de Agustín”,
en donde se muestran a distintos presidentes (Lagos, Bachelet y Frei) que en
sus discursos hablan en contra de la dictadura y que además están
directamente relacionados (como afectados) con lo que fue el terrorismo de
estado y violaciones a los derechos humanos en este país. Todo lo anterior
se desmorona al momento de ver a los presidentes antes señalados
acudiendo a las fiestas de aniversario que realiza el diario el mercurio,
tomándose fotografías con Agustín Edwards en su calidad de presidentes, a
sabiendas de la connotación que tiene la figura del personaje del dueño del
diario el mercurio en relación a lo que fue el boicot al gobierno de la unidad
popular encarnado en Salvador Allende y lo que posteriormente trajo esto. El
mensaje es claro y este radica que en ningún momento, en la interna, hacen
parecer que existe un compromiso hacía el colectivo y el bien común. Más
bien, nos indican con sus actos que son unos burgueses mas, que les
encantó y les acomodó el modelo impuesto en dictadura y que luego
utilizaron para desmantelar al estado y hacerse ellos de riqueza a costa de
los dineros que son públicos o que en algún momento lo fueron.

Se supone que hemos tenido en tres oportunidades a presidentes socialistas


(o más bien en teoría socialistas, Lagos y Bachelet en dos oportunidades) y
de igual manera ellos se sintieron cómodos en la vereda en donde “pega el
sol mas fuerte” y se olvidaron de sus discursos de antaño (por ejemplo lagos
y su famoso dedo enjuiciando a Pinochet y Bachelet que su padre fue
asesinado por la dictadura) traicionando de esta manera la memoria de un
pueblo y la de sus compañeros que dieron la vida pensando que otro mundo
era posible. De manera contradictoria, han sido lo menos socialistas y han
sido más cercanos a las teorías de Milton Friedman, generando así, como se
expresa en el libro de Klein, una “trinidad política”, que tiene relación con la
“eliminación del rol público del estado, la absoluta libertad de movimientos de las
empresas y un gasto social prácticamente nulo” (Klein, 2007, pág. 38).

Producto de lo anterior, le han hecho un flaco favor al modelo neoliberal y a


las teorías de Friedman al hacer creer que la economía no se puede pensar
desde lo político. Lo que ha generó que la sociedad de este país en algún
momento se haya desempoderado de lo que hace un par de años atrás era
un derecho ahora es un bien de consumo y que cosas tan vitales como la
educación, la salud y a vivienda ya no sean percibidas como algo que
debería asegurar el estado a todos, sino que éste, solo subsidia parte de lo
anterior.

Otra práctica latente y usual de los gobiernos de concertación, en post del


aseguramiento del correcto funcionamiento del modelo y perpetuando así el
modelo heredado de dictadura; son las escasas políticas que vayan
orientadas al fortalecimiento de los sindicatos, por el contrario los gobiernos
de la concertación propendieron a generar leyes que fueran en contra de los
trabajadores, apoyando la subcontratación y las malas prácticas que utilizan
los empresarios de este sector. En el último tiempo, “la olla se ha destapado”
y se han descubierto relaciones directas por parte de empresarios y la clase
política de Chile; demostrando así para que lado están remando realmente y
está más que claro que no es precisamente hacia nuestro lado adonde se
dirigen sus intereses.

Dichos gobiernos, se han encargado de romper con los movimientos


sociales, mediante la aplicación de un shock, que para nuestro caso radica
en la misma fragmentación de la izquierda, incluso.

Es tal el nivel de herencia que la sociedad tiene de la dictadura, que tanto en


las crisis económicas, catástrofes naturales y desorden social, aparece esa
frase muy típica de los chilenos “que salgan los milicos a la calle” y estos
gobiernos no han estado exentos de eso, teniendo en cuenta lo que significa
para una sociedad que vivió diecisiete años de dictadura y terrorismo de
estado, el ver nuevamente a los “milicos” en la calle. Es acá, en donde mas
dejan en claro que están por proteger el modelo y no cambiarlo al tratar de
salvaguardar los intereses de los que se ven beneficiados con el
neoliberalismo. En directa relación con lo anterior, tenemos la protección que
la concertación le ha dado a la constitución de dictadura, que ni siquiera se
cuestionan que es elaborada en dictadura, por ende atenta contra la
democracia (es antidemocrática).

Para finalizar y a modo de conclusión, tenemos que entender que este


estado neoliberal a pesar de estar en “democracia”, de igual manera te
tortura, te impone leyes, tales como laley “anti terrorista” (que su proceder en
la mayoría de los casos son solo montajes, para justificar la tortura, esa
tortura que tal como lo explica Klein “es un socio silencioso de la cruzada por la
libertad del mercado global” (Klein, 2007, pág. 39). Dentro de este mismo
marco podríamos señalar a la detención por sospecha, que lo único que
hace es juzgar al sujeto por lo estético mas que por lo ético. Este modelo
neoliberal te tortura desde distintas esferas desde lo educacional, hasta en lo
sexual, solo por nombrar algunas, ya que todo lo que vaya en contra de su
libre funcionamiento debe ser erradicado “por resistirse a cooperar” y de esta
manera generar un estado de shock a escala masiva dentro de la sociedad y
para que éste se logre necesitan aplicar una tortura de la envergadura que
se les realiza a los sujetos en lo individual. Un ejemplo claro de aquello es el
shock del día 11 de septiembre de 1973, en donde en Chile a las personas
les estalló en mil pedazos “el mundo que les era familiar” y de esta manera
alteró la percepción que éstos tenían del mundo; trabajo que dicho se da
paso, la concertación nunca ha estado dispuesta a cambiar, solo han sido
reformas, o sea mas bien dicho, mejoras al actual modelo y ni luces de algún
cambio. Es por esto que nos atrevemos a decir que vivimos y estamos
insertos en una “seudo democracia” que lo único que quiere es vernos
despolitizados y participando del “circo” siendo unos meros observadores, en
tanto el trabajo es realizado por los denominados tecnócratas (“los expertos
en”) que son y representan según nuestra visión uno de los operadores (un
“soldado”) mas eficientes del modelo neoliberal.

Você também pode gostar