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Este período inicia en la época posterior a la caída de Roma en 476 d.C. y el caos
social subsecuente. El ascenso de Gregorio I como obispo de Roma (590 d.C.)
ofreció estabilidad y paz en medio de la crisis, pero al mismo tiempo dio inicio al
surgimiento del papado en la iglesia occidental. En 620 nació el islamismo, cuyas
conquistas decimaron significativamente a la iglesia y sacudieron su teología. En
800, Carlomagno fue coronado como emperador del “Sacro Imperio Romano” en
un intento fallido de restaurar la pasada gloria romana. Y a finales del primer
milenio, surgieron en Europa las primeras naciones-estado (987 d.C.).
Gregorio Magno (c. 540 – 604). Gregorio I fue obispo de Roma a inicios de
la Edad Media (590 d.C.). Asumió el control religioso y político en el
Occidente y declaró la primacía de la iglesia de Roma, afirmando que los
concilios ecuménicos no tenían validez sin su consentimiento. Por estos
motivos, muchos le consideran el primer papa católico romano. Fue una
figura de gran influencia positiva y misionera; siendo sus acciones de gran
beneficio en el contexto inmediato. Al mismo tiempo, su preparación
ministerial y teológica era limitada. Bajo su influencia se introdujeron en la
iglesia ideas y prácticas supersticiosas. Enseñó que en la Cena del Señor,
Cristo sufría al ser nuevamente sacrificado (doctrina esencial al sacrificio de
la misa). También enseñó que el bautismo removía la mancha del pecado
original en los recién nacidos.
Mahoma (c. 570 – 632 d.C.). La “revelación” oral que recibió del ángel
Gabriel en Arabia fue posteriormente redactada en el Corán y dio lugar al
islamismo. Con esto, inició un avance religioso-militar que pronto conquistó
Jerusalén, y llegó a desaparecer la influencia cristiana en Asia y gran parte
del este de Europa. Islam significa “sumisión a Dios”, y a lo largo de los
siglos, el islamismo se ha caracterizado por un deseo anti-cristiano y anti-
judío de conquista que en épocas ha sido altamente violento. Su influencia
en España y los territorios latinoamericanos conquistados por los reyes de
Castilla es culturalmente palpable hasta la actualidad.
Carlomagno (768 – 814 d.C.). Fue coronado por León III como emperador
del renovado “Sacro Imperio Romano”. Siendo que el papa fue quien le
coronó, esto dio inicio a las luchas de poder entre la iglesia y el estado que
llevó a la desaparición del imperio, el inicio de las naciones-estado, y la
supremacía del papado hacia el final de la Edad Media.
Inocencio III (1198 – 1216 d.C.). Posiblemente el papa más poderoso y
dominante de la época. Convocó la cuarta cruzada y también el Cuarto
Concilio de Letrán (1215 d.C.). Este concilio afirmó como dogma
la transubstanciación, declarando oficialmente que en la celebración de la
misa, el pan y el vino son, en substancia, milagrosamente transformados
en el cuerpo y la sangre de Jesucristo, aún y cuando en apariencia (o
accidentes), todavía se perciben como pan y vino. Inocencio III fue el
primer papa que aceptó el título “Vicario de Cristo”, afirmando que, al ser él
la presencia misma de Cristo en la tierra, no tenía obligación de dar cuentas
a nadie sino solamente a Dios.
Tomás de Aquino (c. 1224 – 1274 d.C.). Después de Agustín de Hipona,
Tomás de Aquino es posiblemente el teólogo extra bíblico de más influencia
en la historia de la iglesia. Su contribución teológica principal fue el describir
y explicar la relación entre la razón y la revelación como fuentes de verdad.
Tomás afirmó que la función de la razón no es causar la fe, sino ordenar y
describir aquellas verdades que la fe ya ha aceptado. La razón está
supeditada a la revelación pero no por esto debe ser considerada inútil. Su
teología incluía conceptos tales como la gracia en base a la participación en
los sacramentos, la justificación como un proceso, el purgatorio, la
veneración a María, etc. Muchas de sus enseñanzas fueron declaradas
dogma en el Concilio de Trento (1545 d.C.).
Los Pre-reformadores. Finalmente, en esta época –especialmente
después de las aberraciones provocadas por Inocencio III– surgieron
múltiples individuos que buscaron restaurar y/o preservar la primacía de las
Escrituras en la fe y práctica de la iglesia. Personajes como Juan Wycliffe
(c. 1330 – 1384 d.C.) en Oxford, y Juan Huss (c. 1372 – 1415 d.C.) en
Praga, fueron martirizados por su énfasis en la enseñanza bíblica del
evangelio que exponía los abusos y pecados del papado y la iglesia
romana.
Desarrollo teológico
Ejemplos y advertencias
Cita citable
Más aún. Lo que de Dios puede comprender la sola razón humana, también
precisa la revelación divina, ya que, con sola la razón humana, la verdad de
Dios seria conocida por pocos, después de muchos análisis y con resultados
plagados de errores. Y, sin embargo, del exacto conocimiento de la verdad de
Dios depende la total salvación del hombre, pues en Dios está la salvación.
Asíí́, pues, para que la salvación llegara a los hombres de forma más fácil y
segura, fue necesario que los hombres fueran instruidos, acerca de lo divino,
por revelación divina. Por todo ello se deduce la necesidad de que, además
de las materias filosóficas, resultado de la razón, hubiera una doctrina
sagrada, resultado de la revelación.