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Calvo Hernández LM, Bautista Salinas RM, Cervera Segura R, Suárez Cabrera M. Uveítis. Un reto para el internista. An Med Interna
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Correspondencia: Luz Marina Calvo Hernández. e-mail: lucicalvoh@hotmail.com | Rosa María Bautista Salinas. e-mail: rosa_bautista@yahoo.es
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TABLA I
tratamiento varía dependiendo del microorganismo. En algu- Entre las enfermedades sistémicas no infecciosas destacan:
nas ocasiones tienen un patrón específico como la infección • Patologías reumáticas asociadas al complejo de histo-
por Citomegalovirus (CMV) o la candidiasis. compatibilidad B 27 como la espondilitis anquilosante, la
• La toxoplasmosis es relativamente frecuente en pacien- artritis reactiva, la artritis crónica juvenil (ACJ) y la artritis
tes inmunocompetentes, siendo de alto riesgo las personas psoriásica (21-25). Otro grupo importante lo constituyen la
inmunocomprometidas. En la mayoría de los casos se trata de artritis reumatoide y la enfermedad de Still.
una reactivación de una infección adquirida previamente o • Las enfermedades autoinmunes son causas frecuentes de
bien, de una infección congénita (10,11). Produce lesiones uveítis (26,27), destacando entre ellas la enfermedad de
características con necrosis de la retina y en etapas avanzadas Behçet (28), la sarcoidosis (29), el lupus eritematoso sistémi-
lesiones coriorretinianas pigmentadas en sacabocados que ca (30), la granulomatosis de Wegener (31,32), el síndrome de
cicatrizan y se acompañan de vitritis densa (12). Sjögren, la poliarteritis nodosa, el síndrome antifosfolipídico
• La tuberculosis (TBC) puede afectar tanto al segmento y otras vasculitis sistémicas (33).
anterior como posterior de la úvea. Suele ser de curso crónico. • Finalmente existe un grupo misceláneo de procesos que
Hoy en día es una causa poco frecuente, sobre todo en los países pueden presentar en cualquier momento de su curso una uveí-
con una baja incidencia de esta enfermedad. En España, la pre- tis, como por ejemplo la enfermedad inflamatoria intestinal
valencia oscila entre 0,4-5,9% según distintos estudios, con una (34-36) (EII), la esclerosis múltiple (37,38), la enfermedad de
línea claramente descendente en los últimos años. Las manifes- Vogt-Koyanagi-Harada (38) (VKH), la enfermedad celíaca, la
taciones oculares más frecuentes incluyen iritis granulomatosa o amiloidosis, el síndrome TINU (39,40) (nefritis tubulointersti-
no granulomatosa y los tubérculos coroideos. El diagnóstico se cial y uveitis), la enfermedad de Kawasaki (41,42), y la enfer-
establece por lesiones típicas oculares, prueba de tuberculina medad de Whipple (43,44) entre otras.
positiva, radiografía de tórax compatible y aislamiento de mico- La aparición de un proceso uveítico en el contexto de una
bacterias en esputo o bien mediante biopsia ocular, la cual esta- enfermedad sistémica que lo justifique debe ser asumido en el
blece el diagnóstico definitivo (13-15). contexto clínico de dicha enfermedad, debiéndose siempre
• El virus herpes simple suele producir queratitis dendríti- excluir la sífilis y la tuberculosis. En este último caso además
ca asociada a uveítis anterior. Con menos frecuencia afecta al de por su diagnóstico adecuado es importante su exclusión por
segmento posterior con coriorretinitis y necrosis retiniana el tratamiento immunosupresor que el paciente va a recibir.
aguda (16-18). 1. La espondilitis anquilosante (EA) es una espondiloar-
—Síndromes de enmascaramiento. tropatía que afecta el esqueleto axial y se presenta típicamente
Comprenden un grupo de entidades clínicas que producen en varones entre 20 y 40 años con HLA B 27 positivo. La
signos inflamatorios que se pueden confundir con una uveítis manifestación ocular más frecuente es la iridociclitis aguda no
endógena. Reviste especial importancia debido a la posibili- granulomatosa, unilateral y recidivante. La uveítis ocurre en
dad de asociarse a tumores malignos. La neoplasia que más el 20-40% de los pacientes y puede preceder a la afectación
frecuentemente se presenta como uveítis es el linfoma, típica- articular. Asimismo, el 30% de los varones con uveítis ante-
mente el de células B. Se deben sospechar ante uveítis cróni- rior aguda desarrollará EA (21,25).
cas, refractarias al tratamiento con esteroides y en las inflama- 2. La enfermedad de Behçet es un proceso inflamatorio, cró-
ciones posteriores bilaterales en mayores de 45 años (19,20). nico, caracterizado por aftosis recurrente orales y múltiples mani-
Los principales son: festaciones como aftosis genital, afectación ocular, cutánea, neu-
• Síndromes de enmascaramiento asociados a tumor rológica, vascular o articular. Afecta fundamentalmente a
maligno: linfoma intraocular, melanoma, leucemias, retino- jóvenes entre 20 y 30 años y se asocia típicamente a la presencia
blastoma y metástasis. del antígeno HLA B51. La afectación ocular ocurre entre el 25 y
• Síndromes de enmascaramiento no asociados a tumor el 75% de los pacientes con enfermedad de Behçet y en muchos
maligno: cuerpo extraño, desprendimiento de retina y distro- casos puede ser grave. En el 10% constituye la primera manifes-
fia retiniana. tación. La afectación más frecuente es la uveítis anterior y en
—Enfermedades sistémicas no infecciosas. casos graves puede cursar con material en cámara anterior o
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CLASIFICACIÓN
Afecta al iris, cuerpo ciliar o a ambos. Suele ser aguda y auto-
Debido a la heterogeneidad de las uveítis, se han propues- limitada (Fig. 1).
to varias clasificaciones (47). Clásicamente las más utilizadas • Uveítis intermedia: representa entre el 5 y el 13% apro-
son las clasificaciones anatómica, clínica, patológica y etioló- ximadamente de las uveítis. La localización primaria de la
gica. Recientemente, los miembros del International Works- inflamación es el cuerpo vítreo. Se denomina pars planitis
hop of uveitis han propuesto una nueva clasificación basada cuando se trata de uveítis intermedia de causa idiopática, la
en la localización, el curso clínico, el grado de inflamación y más frecuente (> 50%); y cuando se asocia a infecciones o a
la evolución de la actividad de las uveítis (48). enfermedades sistémicas se usa el término uveítis intermedia.
—Clasificación anatómica. • Uveítis posterior: representa el 15% de las uveítis. Pue-
Es la más utilizada. Se basa en la localización primaria del de afectar a la coroides, retina y la porción posterior del cuer-
segmento ocular que se considera origen del proceso inflamato- po vítreo. Clásicamente se ha considerado la vasculitis retinia-
rio (48,49) (Tabla III). Se distinguen así cuatro tipos de uveítis: na dentro de las uveítis posteriores.
• Uveítis anterior: es la forma más frecuente (60%). • Panuveítis: afecta a toda la úvea y constituye el 20% de
todas las uveítis.
—Clasificación clínica: según forma de inicio, duración y
curso de la uveítis.
• Según el comienzo, éste puede ser súbito o insidioso.
TABLA III
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
TABLA IV
PATRONES OFTALMOLÓGICOS
TABLA V
—Serología intraocular de humor acuoso/vítreo, si fuera infecciosa el tratamiento es el específico de dicha infección.
necesario. Así, el tratamiento para la toxoplasmosis incluye pirimetami-
—Citología, útil en entidades como linfoma intraocular, na, sulfadiacina y ácido polínico, junto con corticoides según
toxoplasmosis, etc. el grado de inflamación (61). En caso de alta sospecha clínica
—Cultivos de aspirado acuoso o vítreo y PCR (Polymera- de tuberculosis, se inicia un tratamiento empírico, el mismo
se Chain Reaction). Especialmente útil para: toxoplasma, que para otras formas de la enfermedad, siendo de 6 meses en
tuberculosis, virus herpes, lúes, virus de Epstein Barr, varice- inmunocompetentes y hasta 1 año en inmunodeprimidos (13-
la, Thropheryma whipplei, etc. 15). Ante una uveítis anterior por virus herpes simple, el trata-
—Biopsia de tejidos intraoculares, de gran utilidad en el miento es con aciclovir tópico y ciclopléjicos; mientras que
diagnóstico de tumores, sobre todo linfoma intraocular. cuando existe afectación posterior se suele requerir tratamien-
—Estudio de autoinmunidad más específico, según la sos- to sistémico (16-18,62).
pecha clínica. En los casos en los que la uveítis sea parte de una enfer-
medad sistémica, el grado de actividad de ésta también
influirá en la elección del tratamiento. No obstante, en la
TRATAMIENTO mayoría de los casos éste suele ser inespecífico, siendo los
corticoides el pilar del tratamiento. Cuando no hay respuesta
El tratamiento apropiado de la uveítis dependerá de la a los corticoides tópicos ni sistémicos y dado que parece que
extensión, la gravedad, la presencia de complicaciones, así existe una base autoinmune en la lesión ocular, el arsenal
como de la causa. Cuando se trata de una uveítis de causa terapéutico con inmunosupresores que se utiliza es similar al
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de este grupo de enfermedades (63,64). La elección del mis- ciclosporina normalmemte (67). Dosis de 0,15 mg/kg/día. Los
mo se realizará de forma individualizada. Las uveitis en el efectos secundarios son similares a la ciclosporina, pero hay
contexto de la espondilitis anquilosante suelen responder a que tener especial atención con la neurotoxicidad.
tratamiento tópico con ciclopléjicos y corticoides. En la
enfermedad de Behçet, el tratamiento de la uveítis anterior
consiste en primer lugar en la administración de corticoides ANTIMETABOLITOS
tópicos, si no hay respuesta se debe administrar prednisona
vía oral, y en caso de recidiva se debe iniciar tratamiento con —Azatioprina: se ha usado clásicamente en el tratamiento
ciclosporina A. El tratamiento de la uveítis posterior en la de la uveítis, especialmente en enfermedad de Behçet (68),
enfermedad de Behçet, son los esteroides sistémicos y la también en la enfermedad de VKH (69), coroiditis serpingino-
ciclosporina A; aunque actualmente existen muchos agentes sa (70) y otras vasculitis retinianas. La dosis es de 0,5-2,5
inmunosupresores como la azatioprina, el metrotexate o el mg/kg/día. Las principales complicaciones son la afectación
micofenolato de mofetilo que se pueden asociar al trata- hematológica y la hepática.
miento anterior en caso de evolución tórpida; y cada vez —Micofenolato de mofetilo: su uso es cada vez más fre-
existe mayor experiencia y buenos resultados con el inflixi- cuente con muy buena tolerancia. Varios estudios demuestran
mab, el cual se ha utilizado en casos de uveitis posteriores y buena respuesta y es útil como ahorrador de glucocorticoides
anteriores refractarias, o si la terapeútica previa es mal tole- (71,72). Es menos efectivo en monoterapia. Se suele emplear
rada. En la sarcoidosis, el tratamiento con corticoides cuan- en caso de uveitis posteriores refractrias, tras terapia combina-
do se administra al principio del cuadro es eficaz, aunque las da y asociado a ciclosporina. La dosis es de 0,5-2 g/12 horas.
recidivas son frecuentes y el pronóstico a largo plazo es —Metotrexate: indicado en uveítis HLA B27, ACJ, sar-
malo. Los nuevos tratamientos, al igual que en la enferme- coidosis, artritis psoriásica y otras espondiloartropatías, vas-
dad de Beçhet, mejoran el pronóstico. culitis retiniana, enfermedad de Behçet y panuveitis idiopáti-
Los principales agentes para el tratamiento de estas entida- ca, entre otras (73). Dosis de 7,5-25 mg/semana, asociado a
des clínicas se resumen a continuación: 1) corticoides, 2) inhi- ácido fólico. Tiene pocos efectos secundarios, consiguiéndose
bidores de calcineurina (ciclosporina A y tracolimus), 3) anti- respuesta hasta en el 70% de los casos.
metabólicos (azatioprina, micofenolato de mofetilo y
metotrexate), 4) alquilantes (ciclofosfamida y clorambucil) y
5) agentes biológicos como los Anti-TNF. ALQUILANTES
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