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Diego Marcelo Márquez Arancibia

Entrega 3: Resumen de fuente


Proyecto de investigación
04 de agosto de 2017
Resumen del texto: Fortanet, J. Leer a
Foucault, una crítica de la experiencia.
El texto plantea realizar una lectura de la obra de Foucault a la luz del
concepto de “experiencia”. El principio que postula Fortanet es que el concepto de
experiencia sirve para establecer una relación coherente a lo largo de toda la obra
de Foucault. Se plantea un estudio en detalle sobre su obra a la luz de la ruptura
con la tripartición canónica de la obra del francés (saber, poder y subjetividad), con
el objeto de dar con la lectura de una “ontología del presente” en su filosofía.
1. Coherencia del pensar
En el libro Michel Foucault: un parcours philosophique de Dreyffus y
Rabinow se establece una división de la obra de Foucault en tres grandes etapas:
saber, poder y subjetividad. Estas tres etapas se vuelven un patrón canónico al
momento de establecer vínculos con la obra del autor, siempre mediada por los
quiebres que se establecieron en su obra. El problema con esta tripartición que
encuentra Fortanet se divide en dos grandes aspectos:
1.1. La idea de la división de la obra de Foucault en tres ejes no da cuenta
del motivo de los “cambios” o “crisis de paradigmas”. Quedándose en una suerte
de peregrinaje en que las obras tienen poco o nada que ver entre ellas, lo que fue
rebatido incuso por el propio Foucault en su tiempo.
1.2. La división de la obra de Foucault se apoya en la idea de “linealidad”,
según la cual la obra estaría llena de inconsecuencias, incoherencias y
contradicciones, un ejemplo de ello sería el abandono del proyecto inicial de
Historia de la sexualidad. Por lo cual, para mantener la coherencia con el
pensamiento foucaultiano, se vuelve necesario establecer un ejercicio que nos
permita pensar de otro modo, romper con una interpretación que se apoye en la
linealidad y promover, en cambio, una interpretación que considere el “pensar
contra sí mismo”.
2. Precariedad Histórica
Esta interpretación que promueve Fortanet es la convicción de que cada
uno de los análisis históricos foucaultianos –locura, clínica, enfermedad, prisión,
sexualidad, subjetividad- encierra un contenido de verdad y que, en definitiva,
aspiraría a estar más cerca de la verdad. Es relevante la historia como una idea,
no accesoria, sino como un intento de comprender los conceptos dominantes que
están implicados en la misma mirada histórica que son la expresión de las
relaciones profundas entre los acontecimientos y su referencia a toda cultura.
Estableciéndose con ello, un remezón entre la partición entre “campo histórico” y
“campo filosófico”. Esto se expresa en la cercanía de Foucault con las ideas de
Nietzsche. Dicha cercanía se expresa en dos nociones: archivo y crítica
genealogía.
2.1. Archivo: Definición amplia que aborda el conjunto de enunciados que
se dan en una época y una cultura formando la masa documental del saber de una
cultura. En el interior del archivo existirían por lo tanto reglas determinadas,
relaciones, condiciones de funcionamiento y prácticas que se derivan de ello. En
términos generales el archivo expresa lo pensado y lo pensable por una cultura.
Con esto surge la idea de “acontecimiento” como irrupción, ruptura y singularidad
(tanto sociales, como económicos o institucionales).

2.2. Crítica genealógica: Según el autor, la concepción histórica


foucaultiana adquiere una potencia teórica en su relación con la idea de
“actualidad”, a partir de su escrito Nietzsche, Historia y Genealogía. Este recurso
tiene varias implicaciones fundamentales:

2.2.1. Negación de todo origen, concibiendo el acontecimiento que da pie


al archivo no como un origen metafísico, sino como invención, es decir por la
aparición cultural de un objeto.

2.2.2. Datación del acontecimiento: que surge a la base de prácticas


institucionales dadas por ciertas condiciones de posibilidad histórica: “el
acontecimiento cultural X posee una fecha de invención reciente, depende de
ciertas condiciones de posibilidad, y cuando estas condiciones cambien, dicho
objeto desaparecerá” (Fortanet, p. 19).

2.2.3. Posibilidad de pensar los acontecimientos sin origen como


expresión de las relaciones entre saber y poder. Lo que implica que la historia,
desde el punto de vista genealógico es, a la vez, una crítica.

2.2.4. A raíz de la crítica, la genealogía permite la labor histórica en la


actualidad, no como misión de buscar las raíces de nuestra identidad, sino la
disipación de nuestra identidad. A partir de ello se formula la concepción de una
“ontología histórica de nosotros mismos” como propuesta de de-subjetivación:
pensar el límite y ser de otro modo.

3. Experiencia

La experiencia se propone, entonces, como el concepto que modula la obra de


Foucault, desde la experiencia fenomenológica hasta la experiencia-límite en su
filosofía. A partir de ello se establece una lectura de su obra como una historia de
la experiencia que abarcaría tres ejes constitutivos: formas del saber posible,
control normativo del comportamiento, y subjetividad posible1. Así, la “historia de
las experiencias” será hará al modo de una “crítica” en tanto que la concepción
genealógica lleva a cuestionar los límites de la experiencia posible.
1
A partir de la lectura del curso en el College de France: Gouvernemente de soi et des autres (1983).
4. La experiencia de la transgresión

El concepto de “transgresión” es sacado a la luz a raíz de la lectura de


Bataille, donde el autor establece una diferencia radical entre el “sí mismo” y el
“trabajo útil”. En este sentido, Bataille identifica que la autoridad del humano se
define como una puesta en cuestión de sí mismo. En este lugar es donde se une
la risa y la soberanía, la existencia y lo sagrado, el no-saber y la muerte. La
transgresión de la mística, de la moral, del saber, de la estética y del empleo del
tiempo como el único lugar donde hay soberanía del sujeto librado de la limitación
experiencial.

5. La experiencia del lenguaje

Foucault se apoya en Bataille para exponer al lenguaje –en una definición


laxa- como aquello que puede franquear sus propios límites. A partir de ello
Foucault establece la relación entre lenguaje, experiencia y crítica:

5.1. La transgresión: Esta no se concibe sólo como una negación, sino


como un tipo particular de afirmación de lo excluido y lo silenciado. Fortanet
recurre a una analogía cercana en el terreno de la ficción en que el lenguaje no se
amolda al esquema apofántico de verdad-falsedad, sino que abre un umbral
distinto, justamente el lugar del límite en dónde el lenguaje se dice a sí mismo
nombrando sus límites constitutivos. El gesto transgresivo no sería un gesto
nihilista, sino un gesto genealógico: “se encarga de rastrear estas invenciones,
estas decisiones ontológicas en las que los límites de los objetos culturales
resultan ontológicamente constitutivos” (p. 26). Kant aparece como artífice de la
apertura crítica, pero también como quien sella la apertura estableciendo el
parámetro de la finitud del hombre en medio de la interrogación crítica. El
pensamiento dialéctico, actuando mediante afirmación y negación en un
parámetro antropológico, expulsaría la transgresión del discurso, limitando al
lenguaje mismo y sometiendo a una serie de prohibiciones que conforman la
noción de Orden y que reducen el lenguaje a discurso. Antes de desvelar el hecho
de que la locura es límite constitutivo de la razón y la delincuencia de la legalidad,
el lenguaje se devela como el límite esencial en la transgresión de límites.

5.2. Pérdida de representación en el lenguaje: Foucault analiza de qué


modo un hablante es descartado de un discurso, de qué modo ciertos temas
pasan a ser censurados y, finalmente, de la operación por la cual se distinguen los
enunciados verdaderos de los falsos. La voluntad de verdad, en tanto función
característica del discurso, es una operación violenta de imposición por parte de
las instituciones y los saberes. El lenguaje, en tanto espacio que alberga esta
voluntad de verdad, es el lugar en dónde el juego entre poder y resistencia
aparece en una de sus formulaciones más claras. La experiencia del lenguaje nos
muestra que nada hay de verdadero ni falso en él, y que su posterior reducción a
enunciados verdaderos y falsos responde a un juego de poder en dónde lo falso o
lo incapacitado para ser verdad no sólo es mutable históricamente, sino que es
excluido y silenciado, forzado a permanecer clandestino.
5.3. Problematización: Donde la problematización del espacio de la
voluntad de verdad genera el sondeo de la verdad. Problematizar quiere decir, por
tanto, hacer genealogía y en última instancia, una ontología crítica de nosotros
mismos.

6. Politización de la experiencia

La experiencia de resistencia transgresiva, anti-representacional y


problematizadora del lenguaje no puede evitar las relaciones de poder,
institucionales y órdenes del discurso; se encuentra necesariamente politizada
desde el momento en que se pretende crítica ontológica. La tensión entre poder y
resistencia es la misma que aparece entre experiencia y empleo del tiempo. La
politización de la experiencia por tanto, implicaría una movilización de la
experiencia contra las relaciones de poder que pretenden normalizarla. Foucault
dirá “La clave de la actitud política personal de un filósofo no cabe buscarla en sus
ideas, como si de ellas pudiese deducirse, sino en su filosofía como vida en su
vida filosófica, en su ethos” (Foucault en Fortanet, p. 30). Por ello la experiencia
política en Foucault deviene ética, en cuanto la tarea consiste en cuestionar las
verdades por las cuales nos reconocemos como sujetos. La problematización de
la verdad conduce necesariamente a la problematización de uno mismo.

Conclusiones

Los resultados extraídos por Fortanet arrojan datos importantes para una
lectura de la obra del francés a la hora de comprender su obra como una crítica de
la experiencia, donde si bien, la experiencia se tematiza de maneras diversas, no
es de olvidar que la tripartición (entre saber, poder y sujeto) se tiene en mente a la
hora de abordar la lectura de la obra del autor. La interpretación de la experiencia
como el eje que articula los modos de acceder a la filosofía de Foucault finalmente
termina siendo un marco interpretativo novedoso a la hora de leer su obra. La
argumentación va desde los problemas metodológicos de la interpretación
tripartita canónica, pasando por la importancia histórica que se observa en el autor
entre crítica y experiencia que da luces para una lectura genealógica que
desemboque en una “ontología del presente”, para pasar finalmente a la manera
en que el pensamiento acerca de la transgresión ilumina la manera en que el
lenguaje se considera el terreno de transgresión y una politización de la
experiencia que tiene a la base la problematización de nosotros mismos.

Bibliografía:

Fortanet, J. (2008). Leer a Foucault: Una crítica de la experiencia. Daimon. Revista de


Filosofía, N° 43., 15-32.

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