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Aditivos alimentarios

Un aditivo alimentario es toda sustancia que, sin constituir por sí


misma un alimento ni poseer valor nutritivo, se agrega
intencionadamente a los alimentos y bebidas en cantidades mínimas
con objetivo de modificar sus caracteres organolépticos y/o facilitar o
mejorar su proceso de elaboración o conservación.

Características

En Latinoamérica los aditivos alimentarios aprobados por el Comité


MERCOSUR se recogen en listas positivas (es decir, que sólo se
pueden usar como aditivos las sustancias legalmente aceptadas) y se
codifican mediante un número de INS.

Para que pueda adjudicarse un número INS a un aditivo el Comité


Científico del Codex tiene que evaluar si la sustancia aditiva es segura
para la salud.

El sistema de números INS se utiliza además como una manera


práctica de etiquetar de forma estándar los aditivos permitidos en
todos los idiomas.

Desde el punto de vista toxicológico, los aditivos no se pueden


considerar malos ni buenos en sí mismos. El peligro potencial de un
aditivo se relaciona con la concentración (o cantidad) ingerida en un
periodo de tiempo.
Para establecer ese peligro existe un índice capaz de medir la
peligrosidad de un aditivo, este índice es la IDA: Ingesta Diaria
Admisible y que se define como la cantidad aproximada de un aditivo
alimentario, expresada en relación con el peso corporal, que se puede
ingerir diariamente, durante toda la vida, sin que represente un
riesgo apreciable para la salud.

Algunas veces los efectos cruzados de los aditivos no son evaluados,


lo cual puede provocar efectos nocivos a largo plazo.

Se ha relacionado a la industria farmacéutica con la de los aditivos,


de tal manera que podría haber intereses concordantes de ambas
industrias que en algunos casos son las mismas.

También se critica que los aditivos se puedan utilizar con fines


espurios, aparentando unas cualidades similares a las de los
productos que no los utilizan, ya que su incorporación se realizaría
con el fin de ahorrar costes. Sirva como ejemplo que añadir un
aromatizante a un yogur permitiría incorporar menos fruta
manteniendo la intensidad del sabor. Por otro lado, el consumidor
puede ser responsable de la comercialización de productos que
incorporan ciertos aditivos, como el de los colorantes. Así, una
mermelada de fresa elaborada según métodos tradicionales es de
color amarronado. Pero la aceptabilidad de la mermelada de fresa es
mucho mayor cuando su color es rojo o rosa vivo, más propios de la
que incorpora colorantes.
Las principales funciones de los aditivos alimentarios, de acuerdo con
la Directiva europea 89/107/CEE,5 la cual se ha transpuesto a la
legislación de cada estado miembro de la UE, son:

1. asegurar la seguridad y la salubridad


2. aumentar la conservación o la estabilidad del producto
3. hacer posible la disponibilidad de alimentos fuera de temporada
4. asegurar o mantener el valor nutritivo del alimento
5. potenciar la aceptación del consumidor
6. ayudar a la fabricación, transformación, preparación, transporte
y almacenamiento del alimento
7. dar homogeneidad al producto.

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