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El jefe es la cabeza de una organización.

Se trata de una persona que se


encuentra en el puesto superior de una jerarquía y que tiene las facultades
necesarias para mandar a sus subordinados. Todas las organizaciones
jerárquicas, como las empresas, los partidos políticos o los gobiernos,
cuentan con jefes en distintos niveles.
Jefe, en ocasiones, es un término que se utiliza de manera coloquial o
simbólica para hacer referencia a un puesto o cargo dentro de la
organización. El jefe ejecutivo, director ejecutivo o CEO es la persona que
está a cargo de la gestión y la dirección administrativa de una institución.
Para ser un buen jefe, tanto desde el punto de vista del trato con los

trabajadores como desde la perspectiva de lograr realizar las funciones

encomendadas de la mejor manera, se hace vital contar con una serie de

cualidades. Entre ellas se encuentra, por ejemplo, el tener capacidad de

comunicación.

Con esa cualidad lo que venimos a dejar patente es que ese individuo tiene

que desarrollar una comunicación con sus trabajadores directa, fluida,

sincera y respetuosa.

De la misma manera, se hace necesario que para ser un buen jefe haya

que mostrar absoluta integración en el equipo de trabajo, debe saber

motivar a sus empleados, debe mostrar empatía con ellos, debe ser

conciliador cuando así sea necesario y tiene que tener la capacidad para

saber delegar.

Capacidad de resolución, de aprendizaje y de transmitir los valores de la

empresa son también habilidades importantes que debe contar en todo

momento aquella persona que quiera ser un buen jefe. Con todo ello está

claro que conseguirá los resultados que de él se esperan pues dirigirá de la


mejor manera posible a su grupo de trabajo que se sentirá satisfecho y

motivado para sacar adelante sus tareas.

1. Liderazgo
Lograr liderazgo al frente de un equipo es una tarea compleja que los verdaderos líderes
hacen que parezca sencilla. Para ello es necesario:

 Comunicación: Un líder debe mantener a su equipo informado de los objetivos,


las expectativas y las funciones de cada uno.
 Objetivos: Su función es señalar las metas a alcanzar.
 Dar el ejemplo: Cualquier característica que se exija a los empleados (esfuerzo,
dedicación, responsabilidad, etc.) debe ser exhibida por el jefe para que no
pierda su liderazgo.
 Equipo: Si bien el jefe no realiza las mismas tareas que el resto del equipo de
trabajo, para que sea considerado un líder debe mantenerse ligado al trabajo de
sus empleados, supervisándolos o ayudándolos en los casos que sea necesario.
 Motivación: El objetivo no es sólo que los empleados trabajen, sino que lo
hagan con entusiasmo. Esto puede lograrse de diversas maneras (desafíos en las
tareas, retribución justa, fomentar el sentimiento de pertenencia, etc.) pero es
una tarea que un jefe no puede descuidar.

2. Responsabilidad
El jefe no sólo es responsable ante los empleados sino también ante otras empresas y
organismos reguladores. Un jefe irresponsable motiva la irresponsabilidad o el desgano
en los empleados, mientras que un jefe responsable inspira respeto y legitima las
exigencias de responsabilidad hacia el equipo de trabajo.

Las responsabilidades del jefe incluyen el conocimiento de su tarea y la de los


empleados, tomar las iniciativas necesarias para asegurar la continuidad del trabajo,
monitorear el quehacer del equipo de trabajo, entre otras.

3. Capacidad de delegar
Para delegar es necesario que el jefe entienda claramente cuáles son sus tareas
indispensables y cuáles no. Priorizar lo que sólo él puede hacer le permitirá delegar
otras tareas que pueden ser secundarias o que un empleado quizás pueda hacer con
mayor idoneidad que él.

Para poder tomar esta decisión, es indispensable que sea capaz de reconocer las
habilidades de los empleados, y de esta manera delegar de manera correcta. Esto
también colabora con la motivación del equipo de trabajo.

4. Honestidad
La honestidad puede observarse en muchos aspectos de las relaciones interpersonales.
Un jefe debe ser capaz de reconocer sus errores, y nunca debe quedarse con el crédito
por el trabajo ajeno.

La honestidad también implica la capacidad de evaluarse a sí mismo y a sus


empleados, descubriendo capacidades y debilidades.

5. Coherencia
Los equipos de trabajo deben descansar sobre objetivos y principios claros. Por eso un
jefe es un referente relativamente previsible para los empleados, no toma decisiones
inesperadas sin dar explicaciones ni cambia súbitamente su forma de tratarlos (por
ejemplo, pasar de un trato amistoso a uno distante).

La coherencia también se aplica a su relación con todos los empleados, ofreciéndoles a


todos por igual oportunidades de crecimiento acordes a sus habilidades.

6. Creatividad
El punto anterior no significa que la actitud del jefe deba ser monótona. La creatividad
es necesaria para encontrar formas de motivar a su equipo, para resolver problemas y
para buscar nuevos desafíos.

7. Empatía
Uno de sus principales objetivos debe ser lograr un buen clima laboral. Para ello, debe
estar atento a las necesidades y dificultades de su equipo de trabajo. De esta manera,
evita tener actitudes injustas como tener favoritismos, exigir más de lo que cada
empleado puede dar o ser intolerante ante los errores.

Además, le permite observar cuándo los empleados están listos para nuevos desafíos,
cuándo están desmotivados y qué conflictos entre ellos pueden estar perjudicando el
trabajo.

8. Capacidad de diálogo
Un buen jefe puede escuchar a los trabajadores y también exponer sus propias razones
para tomar determinadas medidas. Un jefe conciliador no busca imponer sus
opiniones sino que convence a otros de las mismas.

El diálogo dentro de su propio equipo de trabajo no sólo favorece un buen clima laboral
sino que además puede ayudarlo a realizar una de sus tareas más difíciles: la toma de
decisiones.

Si bien las mismas en última instancia son del jefe, el diálogo con otras personas
involucradas en la tarea puede ayudarlo a tomar la decisión correcta. Por otro lado, la
capacidad de diálogo también entra en juego al momento de negociar con otros sectores
de la empresa o con otras empresas.
9. Capacidad de aprendizaje
Los desafíos no son sólo para sus subordinados, sino que el jefe también debe
enriquecerse de las personas y las situaciones que encuentra en su camino. Un buen jefe
no evita incluir en su equipo a un profesional brillante que pueda opacarlo, sino que
intenta rodearse de personas que pueden enseñarle nuevas habilidades.

10. Capacidad de resolución


Si bien todos los integrantes de un equipo de trabajo toman decisiones constantemente,
las más importantes están a cargo del jefe. Para tomar una decisión en necesario tener en
cuenta muchos factores (beneficios, peligros, alternativas, etc.) pero principalmente
cuándo es el momento ideal para tomarla.

Un líder es una persona que encabeza y dirige un grupo, mientras que


el jefe es la persona que tiene autoridad o poder sobre un grupo para
dirigir su trabajo o actividades.

Jefe y líder no son sinónimos. Muchas son las actitudes que pueden
marcar la diferencia entre un perfil y otro.
La diferencia entre líder y jefe radica en que un jefe es una autoridad impuesta que
utiliza su poder para mandar en los otros, en cambio un líder es aquél que dirige y
motiva un equipo de personas sin imponer sus propias ideas. ... El liderazgo es una
capacidad que no todos tienen por lo que no todos pueden ser líderes.

Algunas de las diferencias entre un líder y un jefe son:

 El líder dice: “Yo puedo ser útil aquí”, el jefe dice: “Yo mando aquí”.
 El líder es inspiración, el jefe dicta inspirando miedo.
 El líder es respetado, el jefe es temido.
 El líder precisa motivación, el jefe precisa obediencia.
 El líder precisa de una organización creativa, el jefe precisa de una
organización técnica.
 El líder es pedagógico, el jefe dá órdenes.

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