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DE FORMADORES
MÓDULO 2:
DISEÑO DE LA FORMACIÓN: LA
PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
OBJETIVOS .............................................................................................. 2
OBJETIVOS
La formación es uno de los medios posibles para reducir o eliminar estas diferencias, pero no
el único, pues estas diferencias no se deben únicamente a falta de competencias. Estas pueden existir,
pero no emplearse.
Como resultado de este proceso, se llega a dos tipos de conclusiones, y se toman dos tipos de
decisiones:
¿Es la formación el medio más apropiado para reducir estas diferencias?... (¿Hay que
acompañarla de otras actuaciones?)
En caso afirmativo; ¿Qué tipo de acción formativa hay que realizar? (quién?, cuándo?, cómo?,
etc...)
Existen muchas definiciones de programación. Las más significativas podrían ser las
siguientes:
“Un proyecto de actividades a realizar por los/as alumnos/as para la consecución de unos
determinados objetivos”. Carrasco (1976).
“El diseño o síntesis global y anticipadora del proceso unitario de la instrucción”. Blázquez
(1983).
“Programar es una tarea de reflexión sobre la acción educativa donde el profesor/a se
cuestiona el qué, cómo y por qué enseñar, y que culmina en un proceso de toma de
decisiones sobre los principios y procedimientos que deben regir la acción en el aula”.
Cappel (1992).
Los objetivos representan las metas que queremos alcanzar. Son una pieza clave del diseño, en la
medida que son puntos de referencia para los demás componentes de la programación.
Según el nivel de precisión con que se expresa la conducta podremos formular objetivos
generales y objetivos específicos.
Un objetivo general es un enunciado que dirige y orienta el proceso formación al logro de los
resultados finales, tiene un carácter global, hace referencia y se formula mediante una frase muy
general en la que se indica el comportamiento global que ha de adquirir el alumno/a al término del
proceso formativo.
Un objetivo específico es un enunciado que expresa de forma concreta, explícita y observable los
resultados a conseguir por el participante. Son las concreciones de los objetivos generales y aluden a
las conductas observables y medibles.
Para la formulación de objetivos, tanto generales como específicos, hemos de tener en cuenta
algunos criterios:
Relevancia (los objetivos a conseguir han de merecer el esfuerzo que se invertirá en ellos).
Claridad de formulación.
Posibilidad de evaluación (atendiendo a una concepción más amplia de evaluación).
Clases De Objetivos
Según la Taxonomía de Bloom los objetivos se agrupan en tres ámbitos: cognitivo, afectivo y
psicomotor.
Los objetivos del ámbito afectivo se refieren a conductas que ponen de manifiesto actitudes,
emociones, valores, etc.
Los objetivos del ámbito psicomotor hacen referencia a conductas en las que predominan
destrezas físicas.
El cambio que se espera obtener en el alumnado puede producirse desde tres niveles:
cognoscitivo, actitudinal y procedimental, según nos refiramos a conocimientos o conceptos que
Los Objetivos:
Ayudan al personal docente en su tarea, estableciendo las metas hacia las que debe
dirigir su actividad, facilitándole la selección de contenidos, métodos, recursos, así como
las actividades didácticas que tendrá que desarrollar.
Constituyen puntos de referencia sobre los que se elaboran los criterios para la
evaluación.
Colaboran positivamente en el aprendizaje del alumnado: actúan como estímulos
orientados, ayudan al alumnado en la organización del material, sirven como criterio al
alumno para comprobar su nivel de aprendizaje alcanzado con respecto a los objetivos
propuestos.
Los objetivos deben ser formulados de manera clara y concisa. Son enunciados que expresan de
forma global los resultados que ha de conseguir el alumnado.
Objetivo General
Objetivo específico
Los objetivos específicos son, por tanto, una concreción de los objetivos generales,
representan el conjunto de operaciones necesarias para la adquisición de los conocimientos,
expresados en el objetivo general.
El análisis debe hacer referencia no sólo a los conceptos que han de conocer (saber), sino
también a los procedimientos de la ocupación (saber hacer) y al modo de comportarse o de actuar
(saber ser o estar). Es decir, cuando procedamos a la selección de los contenidos tendremos que
preguntarnos:
Una vez determinados los contenidos se procede a agruparlos en bloques temáticos dando
lugar a módulos y/o unidades didácticas, que ordenadas pedagógicamente dan lugar al programa
formativo.
Secuenciación De Contenidos.
Que los contenidos estén de acuerdo con los objetivos propuestos y con los plazos que
tenemos previstos para conseguirlos.
Empezar por los contenidos más próximos al alumnado para llegar paulatinamente a los
desconocidos. Si partimos de los conocimientos que ya poseen nos resultará más fácil
introducir los nuevos contenidos. Se trata de hacer significativos los aprendizajes.
Partir de lo concreto para ir hacia lo abstracto.
Ir de lo más fácil a lo más difícil, a fin de motivar a los/as alumnos/as permitiéndoles la
consecución de metas rápidas.
Las actividades son un conjunto de acciones que se proponen al alumnado, cuya realización
implica el aprendizaje de un determinado contenido.
Las actividades habrá que valorarlas teniendo en cuenta los objetivos propuestos y decidir cuáles
deben incluirse en función del tiempo disponible, los espacios y los recursos a nuestro alcance.
La Metodología.
En una programación, además de indicar los contenidos que vamos a impartir también
debemos reflejar cómo los vamos a enseñar.
Los métodos hacen referencia a las vías por las que los/as alumnos/as acceden al
conocimiento y dominio de los contenidos y actividades en el proceso de formación.
Es importante saber que no hay métodos malos ni buenos, ya que la bondad de un método
depende de lo adecuado que sea para una situación concreta de enseñanza-aprendizaje. La selección
de un método u otro va a depender de las características profesionales y personales del docente, del
tiempo del que se disponga, de la materia a enseñar. Los métodos suelen utilizarse de manera
combinada y simultánea, en pocas ocasiones se utilizan de manera pura.
o Tipos de aprendizaje.
o La personalidad del alumnado.
o La programación.
o La personalidad y funciones del formador-a.
Método Expositivo.
Profesor:
No da feed-back.
Es rígido en su programación.
Sólo evalúa los conocimientos.
Son pasivos.
No tienen libertad de acción.
Metodología:
Exposición oral.
Centrada en contenidos.
Contexto académico.
Método Demostrativo.
Método Activo.
Este acentúa el papel autónomo y activo del alumnado. Se suele partir de una situación
problema que se convierten en el núcleo motivacional y temático sobre el que convergen las distintas
aportaciones del alumnado.
Enseñanza Programada.
Este método se basa en que sea el propio alumnado quien, guiado por el formador-a, descubre
los conocimientos previstos a través del ensayo error con una mínima información o documentación al
respecto.
El alumnado aprende a través de sus propias exploraciones de conceptos y principios, para llegar al
descubrimiento, se puede trabajar sólo o en equipo. Las dudas que pueden surgir durante el proceso
son resueltas por el propio grupo y, en último caso, por el formador-a
Las acciones formativas requieren una infraestructura adecuada para que puedan desarrollarse
con éxito. Uno de estos elementos organizativos es el tiempo. El reparto del tiempo es una de las
cuestiones más difíciles de prever.
Las habilidades de un buen formador-a no se limitan a tratar unos temas, sino a hacerlo en el
tiempo de que se dispone, el formador-a llega al curso con los tiempos ya planificados, no obstante
pueden surgir imprevistos: preguntas, debates no planificados y ante estos ajustes…
– Ante la falta de tiempo que es lo más habitual, si se termina el tiempo sin haber tocado
todos los puntos, tendríamos que priorizar los objetivos, centrándonos en los más
prioritarios y mencionando únicamente los de menor prioridad.
– Cuando nos sobra tiempo: esta situación es más conflictiva que la anterior y nunca
debemos llevar las actividades justas, sino todo lo contrario. Para alargar las sesiones
podemos plantear: debates, opiniones etc.
Entendemos por Recursos Didácticos todos aquellos materiales, medios didácticos, soportes
físicos, etc., que proporcionan ayuda al formador/a para desarrollar su actividad en el aula.
b) Además de seleccionar los recursos didácticos a utilizar hay que organizarlos indicando
en qué momento se utilizarán y con qué finalidad.
c) Los recursos didácticos seleccionados deben fomentar la iniciativa y creatividad del
alumnado.
d) La selección de los recursos didácticos debe tener en cuenta los criterios técnicos y
pedagógicos.
Considerando que gran parte de los recursos didácticos se basan en la utilización de los
medios audiovisuales, es importante analizar la relevancia que la proyección de imágenes tiene en los
procesos de comunicación que se producen en el aula.
Del mismo modo, dependiendo del método empleado y el tiempo transcurrido, nuestra
capacidad de retención sería el siguiente:
Los recursos didácticos, como ayudas pedagógicas que favorecen el desarrollo del proceso formativo,
cumplen la siguiente función:
o Manuales de estudio
o Libros de consulta
Textos impresos
o Fichas de estudio individualizado
o Bibliografía en general
o Pizarra tradicional
o Pizarra blanca
Tableros didácticos
o Pizarra electrónica copiadora
o Papelógrafo
o Simuladores
Otros
o Equipos experimentales
Existen otras clasificaciones que contemplan además otros recursos como maquetas, objetos
reales...
La correcta selección y uso de los diferentes recursos va a condicionar la eficacia del proceso
formativo.
La idea básica de la que se parte es que el alumnado construya el conocimiento con su esfuerzo,
en este sentido la importancia de la actuación del formador/a es fundamental, puesto que será el que
los guíe durante todo el proceso. Pero los logros no sólo dependen del esfuerzo del formador/a,
también de todos los elementos que han intervenido en el proceso.
En esta fase se trata de establecer unos indicadores o criterios para cada etapa del
aprendizaje que se va a realizar. Éstos establecen el tipo y grado de aprendizaje adecuado a los
contenidos y objetivos previstos. Estos criterios permiten establecer los progresos fundamentales que
tiene que realizar el alumnado para garantizar adecuadamente los aprendizajes de etapas posteriores.
Por tanto, en esta fase, se trata de establecer los criterios de evaluación que permitirán
mostrar, tanto al formador/a como al alumnado, qué conducta se considera suficiente para conseguir
los objetivos previstos.