Você está na página 1de 10

LA CORTEZA SENSORIAL GENITAL

(Mapa de Komisaruk)
Eleonora Delgado Santander
Diplomado de Medicina Sexual
Escuela Latinoamericana de Medicina Sexual

“Las mujeres pueden “inducir” mediante el pensamiento, su camino a


la satisfacción sexual para llegar al orgasmo.”
Esta podría ser una declaración bastante descabellada, si no hubiera
respaldo científico detrás de ella. Estos estudios fueron realizados por el Dr.
Komisaruk de la Universidad de Rutgers y sus colegas Beverly Whipple and Gina
Ogden, realizaron un estudio sobre mujeres que declaraban poder tener un orgasmo
con tan solo pensarlo. Midieron la respuesta fisiológica de estas mujeres cuando
alcanzaban el orgasmo por “pensamiento” y cuando alcanzaban el orgasmo por
estimulación genital, pudiendo comprobar respuestas cerebrales y fisiológicas
similares.
Cabe destacar que, durante el estudio, algunas de las mujeres no necesariamente
tuvieron pensamientos eróticos, sino más bien románticos como momentos con la
pareja en la playa o susurrándoles al oído, e incluso algunas tuvieron pensamientos
orientados al movimiento energético dentro del cuerpo. En una entrevista para
televisión española, Komisaruk declara:
El cerebro puede manejar al cuerpo y viceversa, en algunos
aspectos. De hecho, un hallazgo importante del estudio fue que la
estimulación sexual genital, activa unas partes muy específicas del
cerebro y por otra parte, el “pensamiento” de una estimulación,
activa las mismas partes del cerebro. Esto significa que el
“pensamiento” tiene un efecto muy poderoso en la actividad
cerebral, produciendo una “estimulación sensorial virtual”. Podría
entonces estarse hablando también de un orgasmo virtual? No, se
trata de un orgasmo real. Esto entonces conduce a un dicho
recurrente cuando en la relación sexual, parece que la mujer no se
excita o no responde adecuadamente: “mi cabeza está en otra
parte”. Por esto, se da también el caso de éxito de los estimulantes
sexuales o estimulantes de clítoris, de forma tal que entonces, una
vez comenzado a recibir el estímulo fisiológico, la cabeza comienza
a seguir y se inicia el “acompañamiento” cerebral.
También es sabido que la estimulación de la vagina, el cuello del útero y el clítoris
activa tres sitios distintos y separados en la corteza sensorial. Las tres
representaciones se agrupan en la misma región de la corteza sensorial, al igual
que la estimulación de los genitales de los hombres activa zonas de esta área. La
corteza sensorial o sistema motosensorial procesa la información a partir de las
células nerviosas vinculadas a diferentes partes del cuerpo, con una elevada
actividad en la amígdala, el núcleo accumbens, la corteza orbito frontal y el
hipotálamo, debido a Esto implica una liberación de neurotransmisores vinculados
al estrés, pero también al circuito placer-recompensa, bienestar, adicción,
descontrol. Asimismo, dichos procesos generan manifestaciones físicas, tales como
excitación, aumento de ritmo cardiaco, agitación, dilatación de pupilas, incremento
de temperatura corporal, sudoración, disminución de la racionalidad, placer y
sensación de apego.
En 2012, Eleonora Delgado realizó un experimento en el que 20 mujeres que
manifestaban deseo sexual hipoactivo y deficiencias lubricatorias, fueron sometidas
a la aplicación de un producto estimulante local de formulación propia, con
propiedades termoactivas y vasodilatadoras. El resultado arrojó que en 18 de los 20
casos, una vez que se aplicaba el producto en el área genital, el estímulo fisiológico
localizado, gatillaba el deseo y la excitación, activando la conducta erótica, la
excitación subjetiva y mejorando la respuesta sexual en general. Una entre miles de
evidencias empíricas sobre la relación entre el cerebro y la “genitalia”.
Ahora bien, para entender mejor cómo funciona la relación del cerebro y la
respuesta sexual, es necesario profundizar sobre la corteza sensorial y la evolución
de su estudio.
En el siglo XVIII se hicieron los primeros intentos de unir conceptos biológicos
y facultades mentales en el estudio de la conducta mediante un modelo llamado
Frenología. Franz Joseph Gall propuso tres ideas novedosas. 1) La conducta emana
del cerebro, 2) determinadas regiones del cerebro controlan funciones específicas
y 3) El centro de cada función crece con el uso, de forma similar al aumento del
volumen de un musculo con el ejercicio. Gall trato de correlacionar la personalidad
del individuo con las protuberancias de su cráneo las cuales indicaban que esas
regiones del cerebro estaban más desarrolladas.
El neurólogo francés Paul Broca recibo gran influencia de Gall, y de su idea de que
las funciones podían localizarse, extendiendo los trabajos de Gall a la localización
de las funciones no en las prominencias, pero si en los giros del hemisferio cerebral.
Una de las grandes conclusiones del trabajo de Broca lo anuncio en el año de 1864:
“nous parlons avec l´hemisphere gauche!” (Hablamos con el hemisferio izquierdo).
Para poder definir mejor algunos aspectos relacionados con la corteza
sensorial, se debe decir que cada región del cerebro humano posee unas funciones
y unos cargos específicos, que van desde controlar el movimiento voluntario e
involuntario de nuestros músculos, posibilitar la producción del lenguaje o recibir e
interpretar todas las sensaciones que provienen de nuestro entorno, lo cual es
posible precisamente gracias a la corteza somatosensorial. La corteza
somatosensorial CSS hace referencia a una zona cerebral específica situada en el
lóbulo parietal, el cual se encuentra bajo el hueso parietal de cráneo y es uno de los
más grandes entre los que conforman el cráneo. Entre todas las áreas que definen
el lóbulo temporal, la CSS es aquella responsable de procesar y tratar la información
de naturaleza sensorial que procede de la dermis, los músculos y las articulaciones.
Entre las funciones de la corteza somatosensorial, se encuentra la de recibir
e interpretar toda aquella información que proviene del sistema táctil. Las
sensaciones de dolor, temperatura, presión, así como la capacidad para percibir el
tamaño, la textura y la forma de los objetos también son posibles gracias a esta
sección de la corteza cerebral. De la misma manera, el área somatosensorial del
cerebro también se encarga de recibir y transmitir la información relacionada con la
posición en la que se encuentra nuestro cuerpo con respecto al espacio que le
rodea. En resumen, las principales funciones de la corteza somatosensorial son el
procesamiento de las sensaciones de dolor, la información táctil, las sensaciones
térmicas, sensaciones vibratorias y los movimientos de las manos, la musculatura
orofacial y la deglución voluntaria.
Puntualizando, cada una de las áreas concretas dentro de la corteza
somatosensorial están especializadas en interpretar la información sensorial de
ciertas zonas concretas de nuestro cuerpo. Estas áreas se encuentran divididas
entre el área somatosensorial primaria y el área somatosensorial de asociación, en
las que nos concentraremos, a los efectos de prepararnos mejor para el
entendimiento del mapa sensorial sexual. Entonces:
El área somatosensorial primaria es la principal encargada del tratamiento de
las sensaciones somáticas. La información en la que se almacenan estas
sensaciones es enviada por los receptores que se ubican a lo largo y ancho de todo
el cuerpo. Estos receptores reciben la información del exterior relativa al tacto, al
dolor y la temperatura y la información que nos permite saber en qué postura o
situación se encuentra nuestro cuerpo. En el mismo momento en el que estos
receptores perciben cualquiera de estas sensaciones, transmiten la información a
la corteza somatosensorial primaria a través de las fibras nerviosas que se
encuentran en el tálamo. La corteza somatosensorial primaria hace referencia a las
áreas 1, 2 y 3 de las 52 regiones cerebrales descritas por Brodmann, las cuales se
sitúan concretamente en la circunvolución postcentral, ocupando tanto la zona
lateral como la medial. Cada una de las regiones de la corteza somatosensorial, en
este caso la corteza somatosensorial primaria, está especializada en recibir la
información de una zona específica de nuestro cuerpo. Esta disposición está en
función del nivel se sensibilidad de las diferentes zonas corporales, por lo que zonas
muy sensibles como los labios, las manos o los genitales, que poseen un gran
número de terminaciones nerviosas, requieren de muchos más circuitos neuronales
y de un área en la corteza mucho más extensa. Existe una representación gráfica o
somatotópica de esta distribución de la corteza sensorial primaria. Esta imágen es
conocida como homúnculo sensorial o de Penfield, de la cual se hablará
posteriormente en este ensayo y en el cual se asocia un mapa de la corteza cerebral
a los diferentes órganos y sentidos del cuerpo poseen un lugar específico en el
cerebro. En el homúnculo sensorial, el tamaño de los órganos representados está
en función del número de terminaciones nerviosas que posee y de la importancia
funcional de la zona específica. Es decir, a más terminaciones, mayor es el tamaño
de la representación.
El área somato sensorial de asociación es la segunda región de la corteza
somato sensorial. En ella se produce la unión e integración de toda la información
correspondiente a las sensaciones generales. Gracias a esta zona de la corteza, se
pueden reconocer e identificar los estímulos y objetos que nos rodean; ya que
permite la evaluación y comprensión de las características generales de estos. Para
ello este área de asociación, situada en las áreas 5 y 7 Brodmann, recibe haces de
fibras que provienen del área somato sensorial primaria y que van cargados con la
información sensorial lista para procesar.
Ahora bien, durante su trabajo, Penfield aplicaba descargas eléctricas en las
distintas áreas cerebrales y les preguntaba a sus pacientes, que estaban despiertos,
qué sentían. Al aplicar estas descargas, descubrió una pequeña zona cerebral
donde se establecía un mapa sensorial de nuestro cuerpo. Este mapa sensorial
reflejaba la sensibilidad de cada una de las partes de nuestra anatomía. Decidió
representar este área como si de una forma humana se tratara, dando lugar al
Homúnculo de Penfield. Uno de los descubrimientos más importantes de Penfield
fue describir en el giro precentral y postcentral una representación somatotópica del
cuerpo humano. A este concepto se le dio una representación artística a través de
un Homúnculo (hombre mal hecho, hombrecillo, hombre pequeño); el homúnculo
sensitivo-motor de Penfield publicado en 1937. Los labios, dedo índice, anular y
genitales son más sensitivos que otras partes del cuerpo, por lo cual una gran
cantidad de neuronas en la corteza del giro postcentral se encargan de dichas
regiones, por lo que al representarlo artísticamente nos encontramos con un
homúnculo sensitivo de grandes labios, una mano desproporcionada con dedo
índice, anular y genitales de gran tamaño en comparación con otras partes del
cuerpo. A su vez, en la mano el dedo pulgar e índice participan como parte del
sistema motor realizando la función de pinza para acercar o manipular objetos,
además de participar en la prensión, obteniendo como resultado un homúnculo
ubicado en el giro precentral de grandes manos en comparación con otros
segmentos corporales. En su obra “The Cerebral Cortex of Man (1950)” Penfield
resume los resultados del mapeo de las principales áreas motoras y sensitivas de
la corteza.
Cabe destacar, que lo que hace especial a la representación de Penfield y
Rasmussen, es precisamente ser conscientes de que tenemos zonas en nuestro
cuerpo más sensibles a la estimulación que otras. Dando lugar así a un hombre
deforme, desproporcionado, en donde las áreas más sensibles muestran mayor
tamaño que aquellas que lo son menos. Pero esto no es todo, poco después se
descubrió que no sólo un hombre habitaba en la cabeza, sino dos, uno sensorial y
otro motor, ambos muy diferentes pero con puntos en común. De esta manera:
El homúnculo de Penfield representa anatómicamente la sensibilidad en la corteza
somatosensorial cerebral, y esta sensibilidad se traduce por agudeza táctil, no por
las cualidades emocionales o placenteras del tacto. En otras palabras, el homúnculo
representa la agudeza de la zona de tacto, pero no tiene nada que ver con lo que
se sienta en la zona tocada en cuestión. Por ejemplo, necesitamos una gran
agudeza táctil en los dedos, pues usamos las manos para reconocer objetos con
una agudeza innecesaria en la espalda, o en otra zona corporal. En el caso del
pene, o los genitales en general, no se necesita “agudeza“, sino que el sentido táctil
de la zona es necesario a nivel emocional y placentero, desde luego no es necesario
para reconocer objetos (como sucede con las manos). El Homúnculo sensorial tiene
como características principales:
El Homúnculo sensorial representa la corteza somestésica primaria o lo que es lo
mismo, la sensibilidad táctil, de presión o de dolor de nuestro cuerpo. Se encuentra
situada en el lóbulo parietal, justo en su unión con el lóbulo frontal. Explicado de
otra forma, el homúnculo sensorial comprende las áreas 1, 2 y 3 de Broadman.
En esta área se encuentra representado nuestro esquema corporal de forma
contralateral, o lo que es lo mismo, de manera lateralmente invertida. Esto quiere
decir que la representación derecha de nuestro cuerpo se encuentra representada
en el área izquierda de esta zona cerebral y el izquierdo en la parte derecha. Aunque
pueda sorprendernos, es algo muy habitual en el funcionamiento de nuestro
cerebro. Hay que remarcar que esta área sensorial recibe la mayor parte de las
proyecciones de información de nuestro cuerpo a través del Tálamo. El Tálamo es
el área de integración de las diferentes fuentes sensoriales de nuestro cerebro,
haciendo que percibamos nuestro mundo de manera integrada y no separada según
el sentido que lo perciba.
El Homúnculo sensorial, además, es el encargado de nuestra propiocepción, es
decir del estado de nuestro cuerpo interior. Nos informa de la postura, el estado de
nuestros órganos y nuestros músculos. Y aunque nos resulte extraño, de cómo
estamos desde nuestro interior. Todo esto hace que esta área resulte vital para
nuestro bienestar, destacando nuestro bienestar emocional. Esto es así porque
tiene representados los labios y las extremidades de manera más pronunciados.
Haciendo que las caricias, los besos y los abrazos sean muy importantes en cuanto
la sensibilidad y al universo de emociones que nos hacen sentir.
Como puede observarse, un descubrimiento
impulsado por la curiosidad mediante la

estimulación eléctrica cerebral, nos


ha abierto un universo de
posibilidades. Gracias a él, nos
hemos dado cuenta de la
importancia de cada roce en nuestra piel y de nuestro desarrollo cerebral y
emocional.
La escritora de ciencia Zoe Cormier lo refleja así en su libro:
“Los científicos imaginativos de la década de 1950 dibujaron un
modelo espectacularmente feo del cuerpo humano que ilustra la
importancia relativa de las regiones anatómicas reflejadas por
tamaño según la dedicación de la corteza somatosensorial. El
tamaño de la corteza dedicado al pene debería ser gigantesco,
pero los investigadores de la década de 1950 no reflejan esto en
su ilustración”
En su libro, Cormier cita al conocido “Journal of Neuroscience” para hablar de un
homúnculo más realista, pero en este caso la investigación citada no habla de
“tamaño”, sino de “ubicación” de la zona del pene. Por su parte, el periodista Degen
se puso a investigar en Google y encontró un blog donde había una representación
más “realista” del área cerebral sensorial dedicada al pene, pero no era real,
pues era una broma del autor. Y dicha broma es importante, porque el autor
aprovecha para plantear una cuestión a tener en cuenta: “Me parece graciosa la
cantidad de atención que ponemos al pene y los genitales respecto al espacio que
deberían ocupar en el homúnculo sensorial…”
Tiempo después, diversos autores han mostrado homúnculos en diversas
regiones del sistema nervioso central; homúnculo para la sensibilidad de dolor y
temperatura en la cara Antero lateral de la medula espinal, el homúnculo sensitivo
para la sensibilidad epicrítica o discriminativa (tacto fino, vibración, propiocepción
consiente, presión) en el funículo posterior de la medula espinal. Carpenter muestra
un homúnculo en sentido horizontal en la región del núcleo ventral posterior, con la
porción cefálica del cuerpo en dirección medial y la porción caudal en sentido lateral.
Lo característico de este homúnculo es el gran tamaño de la lengua en comparación
con el tamaño de la cabeza, esto debido a que en esta región anatómica hace relevo
la información correspondiente a la información gustativa que son percibidos con
los receptores ubicados en la lengua. De esta forma pareciera que el análisis de los
aspectos anteriormente descritos de la corteza sensorial y el homúnculo de Penfield
están relacionados con la activación cerebral y son además de claves, base
importante en estudio del mapa sensorial genital de Komisaruk.
Hasta ahora entonces, se había tenido como bases el homúnculo de Penfield
y Rasmussen y hallazgos similares habían sido reportados por Allison et al, en
respuesta a la estimulación eléctrica del clítoris y del pene. Posteriormente se utilizó
la Tomografía y la Resonancia Magnética y otras, desarrollando las potencialidades
del pene, reportaron respuesta a la estimulación (manual o eléctrica), con activación
mayor en la porción dorsolateral del lóbulo paracentral, que en la región media. Esta
discrepancia aún se mantiene y se establece la posibilidad de que la activación
sensorial de la región dorsolateral del lóbulo paracentral, podría ser el resultado de
un inadvertido y accidental roce o estimulación de la entrepierna, lo cual, según el
mapa de Penfield, e incluso el mapa revisado de Kell, evidencian al mostrar
igualmente, la zona de transición entre la parte superior del muslo y el tronco (i.e.
entrepierna), localizada en la región dorsolateral del lóbulo paracentral.
Los anteriores estudios han dieron base para plantear una discrepancia
paralela en el mapa genital de la mujer, demostrado mediante estudios en los cuales
con la estimulación, vaginal, clitoridiana y cervical, se activa la región dorsolateral y
no la región media del lóbulo paracentral. Para los investigadores, existe una clara
evidencia de la activación de la región media del lóbulo paracentral en la región
sensorial genital del mapa homuncular de Penfield y Rasmussen, habiendo también
una indicación de estimulación de la entrepierna, denotada por la activación
secundaria ocasional en la región dorsolateral del lóbulo paracentral. No obstante,
las representaciones del mapa sensorial cortical genital, estaba basada
exclusivamente en respuestas a la estimulación de pene o vagina, ambos con
inervación aferente del nervio pudendo y sin haber contemplado que los nervios
vago, pélvico e hipogástrico, también recogían las sensaciones de la vagina y el
cérvix. Su proyección en la corteza sensorial, no había sido registrada aún.
Entonces, para cubrir esta brecha, Komusaruk y sus colegas, diseñaron el estudio
para mapear las regiones de la corteza sensorial que eran activadas por la
estimulación vaginal, clitoridiana y cervical.
En el estudio de Komisaruk, se pudo comprobar que la autoestimulación del
clítoris, vagina y cervix, activaban regiones corticales sensoriales diferenciables,
todos concentrados en la corteza media del lóbulo medio paracentral. La
autoestimulación de los pezones activaba la corteza sensorial genital, así como la
región torácica del mapa homuncular. Sus resultados mas relevantes se muestran
a continuación:
Figura 2: Vista en tres ejes (columnas: oronal,
sagittal y transaxial) coronal, sagittal, and
transaxial) de las respuestas grupales al
experimento estimulación aplicada (dedo de la
mano y pie) o estimulación autoaplicada (clítoris,
vagina o cérvix), en relación al mapa homuncular
(adaptado) de Penfiels y Rasmussen. Las
flechas indican las regiones corticales
sensoriales activadas por las diversas partes del
cuerpo estimuladas. La estimulación de los
dedos active el Gyro sensorial post central. La
estimulación en el dedo grande del pie, activa el
lóbulo paracentral medio.
La autoestimulación de clítoris, vagina y cérvix
CVC también activan el lóbulo paracentral
medio. Nótese que el periné (entrepierna)
apenas lateral a la línea media en el lóbulo
paracentral, también se activa por la
autoestimulación CVC. Se remarcó en el
esquema activación relacionada a la mano, del
giro postcentral y continuidad de activación al
área motora suplementaria, inmediatamente
rostral a las respuestas corticales sensoriales, en condiciones de autoestimulación. La corteza
sensorial secundaria (SII) en la base del humúnculo) era activada bajo todas las condiciones de
estimulación.) NOTA: las imágenes tomadas durante el estudio, muestran los niveles de oxígeno en
la sangre que se corresponden con la actividad
cerebral, usando una escala de colores que va desde
el rojo intenso (actividad baja) al amarillo-blanco (la
mayor actividad).

Figura 3: A Esta es una vista compuesta de los sitios


de la vagina, clitoris y cervix, todos en el lóbulo
paracentral medio, aunque diferenciados
regionalmente. Esto se interpreta debido a la
inervación diferencial de estas estructuras genitales.
(B) La autoestimulación del pezón, activaba no sólo
la región torácica, sino también, inesperadamente,
laregión genital del lóbulo paracentral medio.

Se muestra la superposición de las respuestas a la


autoestimulación genital y de pezón en tres de las
participantes. Nótese la congruencia entre la
activación producida por la estimulación de pezón y
cérvix (panel izquierdo); pezón, cérvix y clítoris (panel
central); y pezón, vagina, cérvix y clítoris (panel
derecho). La autoestimulación cervical activaba la
región de la entrepierna (panel central). Sin embargo, es sorprendente que la autoestimulación
vaginal activara la región torácica del pezón (panel central), y la autoestimulación del pezón activara
la región sensorial de la entrepierna (panel izquierdo). Código de color: Pezón blanco, clítoris verde;
vagina rojo o rosado en congruencia con el pezón.(C) Vista en tres ejes de la respuesta a la
autoestimulación del pezón en caso de la imagen central (B) (flecha azul hacia abajo).
Acotando el gran descubrimiento del estudio, es que la estimulación del pezón
activa no sólo la región de la corteza sensorial esperada, sino que también activa
las mismas zonas que la región genital, lo que explicaría por qué algunas mujeres
pueden tener orgasmos a través del tocamiento del área mamaria".
Ahora bien, parte de la hipótesis de Komisaruk para estudios a futuro sobre
el mapa sensorial genital y la inducción del orgasmo por pensamiento, parte del
estudio de que si una mujer es capaz de inducirse al orgasmo a través del
pensamiento, entonces quizá podría pensar en sus genitales y aumentar la
activación sensorial de estos, aumentando, a su vez, la respuesta fisiológica de los
mismos y expandirlo a otras áreas del cuerpo en una forma generalizada. Esto
podría significar nuevas vías para facilitar el orgasmo, así como nuevas vías
terapéuticas, incluyendo posibilidad de terapia en mujeres con lesión medular.
Otra de las hipótesis es que si en un estudio, la persona pudiera ver su propia
actividad cerebral en un momento dado, durante las respuesta sexual, esta podría
conscientemente hacer lo necesario para incrementarla a voluntad, pensando en el
área correspondiente, así como una persona piensa en mover un dedo, el cual se
ha aprendido a mover básicamente por un feedback entre lo que vemos y lo que
hacemos. Entonces quizá si se puede ver el cerebro y lo que pasa con él, podría
cambiarse lo que está sucediendo en él para modificar lo que sentimos o como nos
movemos, pero esto aún está por estudiarse y comprobarse.
Finalmente, basado en el mapa sensorial genital de la corteza cerebral,
Komisaruk aclara que "algunos expertos han afirmado que en la sexualidad
femenina, la principal fuente de placer la proporciona el clítoris y que este goce es
relativamente menor con la estimulación vaginal o del cuello uterino. Sin embargo,
sus hallazgos muestran que existe una fuerte activación sensorial producida por la
estimulación de estas dos últimas zonas. Esta es la base para un mejor
entendimiento de cómo la manipulación genital se propaga de forma secuencial a
través del cerebro a partir de la activación inicial de la corteza sensorial, para
'encender' al tiempo las regiones cerebrales que producen el orgasmo. Desde el
punto de vista psiquiátrico y psicológico, este estudio suministra información digna
de profundizar en la búsqueda de vías de terapia en el manejo de disfunciones
sexuales como disfunción excitatoria, anorgasmia y otras relacionadas, con mayor
probabilidad de efectividad.
Bibliografía

Functional Neuroanatomy of Human Cortex Cerebri in Relation to Wanting


Sex and Having It, Janniko R Georgiadis, Department of Neuroscience/Section
Anatomy, University Medical Center Groningen (UMCG), University of Groningen,
The Netherlands
Men Versus Women on Sexual Brain Function: Prominent Differences
During Tactile Genital Stimulation, but not During Orgasm, Janniko R.
Georgiadis,1* A.A.T. Simone Reinders,2,3 Anne M.J. Paans,4 Remco Renken,5 and
Rudie Kortekaas1,3, 1 Department of Neurosciences, Section Anatomy, University
Medical Center Groningen, University of Groningen

Regional cerebral blood flow changes associated with clitorally induced


orgasm in healthy women, Janniko R. Georgiadis,1 Rudie Kortekaas,1 Rutger
Kuipers,1 Arie Nieuwenburg,2 Jan Pruim,3 A. A. T. Simone Reinders3 and Gert
Holstege4, Department of Anatomy and Embryology, University Medical Center
Groningen

Women’s Clitoris, Vagina, and Cervix Mapped on the Sensory Cortex: fMRI
Evidence,j,Barry R. Komisaruk, PhD,*† Nan Wise, LCSW,* Eleni Frangos, BA,*
Wen-Ching Liu, PhD,1†, Kachina Allen, PhD,* and Stuart Brody, PhD‡

Você também pode gostar