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Rafael Andrés Velázquez Pérez

Desarrollo Sostenible en
Cuba: Teoría y Práctica

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I. Desarrollo sostenible. .Aspectos Generales.-

Esta categoría es defendida conceptualmente por primera vez por la Comisión de


Brundtland en el año 1987, este concepto resumió eficazmente las ideas existentes en
torno a sostenibilidad, quedando expresado el Desarrollo Sostenible “como aquel
desarrollo que junto con responder a las necesidades de la presente generación garantiza
a la generación futura el derecho a la satisfacción de los suyos”(1).
A partir de este se han derivado diversos enfoques según el tratadista, la
literatura o la materia que utilice el concepto, no obstante todos giran alrededor de la
idea de la equidad intergeneracional como logro indispensable para hablar de
sostenibilidad o sustentabilidad como también se le define sobre todo en América. “Es
decir aquello que pueda convertirse en un objetivo pragmático para hacer posible que la
generación presente pueda construir su bienestar general...“(2) en cuanto a sus
necesidades humanas e implicarse responsablemente en la garantía del desarrollo de las
pontencialidades humanas y que por tanto puedan perdurar y transmitirse a las
generaciones futuras.

Por tanto la única definición que da sentido a la Sostenibilidad y que es además


denominador común es, la preservación y/o recuperación de los activos o recursos
naturales, elementos básicos para garantizar la continuidad de los llamados “servicios
ecológicos” a las poblaciones en expansión; por lo dicho resulta razonable como clave
de sostenibilidad, la necesidad de garantizar a las generaciones futuras iguales activos
naturales a los heredados por la generación presente.

Sobre este concepto se podría polemizar en diversas direcciones tantas como


formas de enfocar el propio bienestar, no obstante sería ingenuo creer que la conciencia
sobre el término bienestar se reduce a la equidad intergeneracional, aspecto sobre el cual
el Dr. Andrés Yurjevic opina que “debe ser un proceso de evolución sico-socio-
biológica que permitirá que la economía humana no sobrepase los límites de tolerancia
geofísicos de la biosfera”(3).

En consecuencia con lo anterior surge entonces como elemento indispensable, la


ley como voluntad expresa del Estado, como garantía permanente del bien común para
establecer las regulaciones e incentivos necesarios, pero que si los trataramos a niveles
macro, o sea a escala universal, con el riesgo latente y cierto de que en las próximas
décadas la población mundial fluctúe entre los 8-11 billones de personas, entonces la
cuestión es más seria pues surge el ¿cómo lograr la homogeneización internacional? En
cuanto a un equilibrio entre servicios y consumo que transcienda al mercado de forma
óptima y equitativa, esto obviamente se plantea como un imposible mientras
paralelamente crece la pobreza.

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II- Desarrollo sostenible en América Latina.-

No es necesario en este contexto apologizar o rehacer biografía sobre la


situación de pobreza ancestral y agudizada de esta parte del hemisferio sur, centremos el
discurso tan sólo en la inequidad social en límites extremos, la insatisfacción humana o
la frustración personal casi generalizada y creciente que deriva en un aplastante
pesimismo existencial así como el deterioro gradual del medio natural, estas son
precisamente las bases sobre las cuales se fomenta la idea del desarrollo sostenible o
sustentable, y sin embargo pese a todo se han desarrollado interesantes vertientes
conceptuales de sustentabilidad que son auténticos aportes al contenido y a la propia
percepción del bienestar.

Según los tratadistas más objetivos, las dos vertientes (definidas como fuentes)
sobre las que se mantienen estos aportes son:

El Desarrollo Humano: Surgido y desarrollado sobre la base de la


búsqueda de “bienestar” y “realización personal” en un entorno
agresivo donde el desequilibrio es generalizado. y

La Economía Ecológica: El camino decadente y el efecto


esquilmante de la economía en los países en vías de desarrollo ha
permitido que surgan posturas antropocéntricas, biocéntricas y co-
evolucionistas entre el hombre y la naturaleza.

Esta fuente se enfrenta al Informe de Brundtland que proclama un crecimiento


económico quintuplicado sin dañar la biosfera e incrementando la informática, obviando
que con sólo duplicar el crecimiento económico se sobrepasa la capacidad de
asimilación del medio natural y como si la miseria se alimentara con informática y no
con comida y recursos elementales.

En lo personal y teniendo en cuenta la antes expuesto, considero que la esencia


sobre la viabilidad o no del Desarrollo Sostenible como modelo y/o como necesidad de
subsistencia futura está en que el hombre sea el fin y no el medio. Los modelos
económicos pasados y presentes han perpetrado los valores de eficiencia y satisfacción
en términos cuantitativos generando un consumismo mercantilista, despiadado,
desigual, estigmatizando también la idea injusta y fatalista de la eterna pobreza de los
siempre pobres.

La paradójica convergencia de ricos cada vez más ricos y pobres cada más
pobres parece proyectarse hacia el infinito. Las grandes potencias en un alarde de
vanidad pretenden negociarse la contaminación, se distribuyen, como el mercado, el
patrimonio común donde coexisten con iguales derechos innatos ricos y pobres,
culpando además a las naciones más desfavorecidas de los presagios apocalípticos sobre
el fin del universo causado por la acción depredadora del hombre.

Estos criterios lamentablemente predominantes en ciertos sectores,


desnaturalizan el concepto de sostenibilidad nacido de la necesidad, tienden a olvidar
que el Desarrollo Sostenible es una empresa presente y universal con perspectivas

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futuristas; no una filosofía romántica y utópica para el mañana lejano y desconocido
porque así se aniquilan las esperanzas y se compromete el bienestar de las generaciones
futuras, esto es en otras palabras, hacer que predomine la sinergia sobre la entropía.

En fin citando al Dr. Mora Aliseda “Las estrategias futuras requieren de un


enfoque global y, por tanto, multidisciplinar, que considere conjuntamente el trinomio
Medio Ambiente-Economía-Desarrollo”.(4)

III- Desarrollo Sostenible en Cuba.-

La situación de un país no puede dejar de enmarcarse dentro del proceso


histórico, económico y social por el que ha transitado y por su vinculación y efectos
producidos sobre el medio ambiente.

En el caso de Cuba este proceso no pudo ser peor por su extensión en el tiempo
y efectos durante el periodo colonial y durante la República Mediatizada, puesto que el
desarrollo económico alcanzado se logró sobre la base de la explotación agrícola
extensiva con un uso y manejo inadecuado de los suelos y una intensa destrucción de las
áreas boscosas y más recientemente los efectos de la guerra química implícita en el
Bloqueo norteamericano sobre la isla.

El triunfo de Revolución Cubana implicó también mejoras ambientales pese a lo


heredado; la erradicación de la pobreza y sus secuelas en términos de la salud y
educación; las mejoras de las condiciones ambientales y calidad de vida en un marco de
equidad; el incremento de la superficie boscosa nacional, la declaración progresiva de
áreas protegidas y parques nacionales; el trabajo sistemático de ordenamiento territorial
y de evaluación ambiental de las inversiones priorizadas; el uso de las capacidades
científicas en el diagnóstico y el desarrollo de tecnologías para la solución de muchos
problemas del medio ambiente; el proceso de introducción progresiva de la dimensión
ambiental en el Sistema Nacional de Educación aparejado al crecimiento de la gestión
ambiental nacional entre otros.

Paralelamente también fueron cometiéndose grandes errores, dados en lo


fundamental por la insuficiente conciencia, conocimiento y educación ambiental, mala o
insuficiente gestión, limitada introducción de resultados científicos, la aún insuficiente
incorporación de la dimensión ambiental en las políticas, programas y planes de
desarrollo y la ausencia de un sistema jurídico, suficientemente integrador y coherente
así como la carencia de recursos financieros suficientes; cuestión agudizada en los
últimos años por la desaparición del campo socialista y el incremento de las presiones
norteamericanas que han favorecido el abuso de recursos naturales como medio de
subsistencia dando al traste con los criterios de sostenibilidad.

Por su parte en el ordenamiento jurídico se le ha otorgado rango constitucional al


Medio Ambiente pues la Constitución de la República de Cuba de 1976, modificada en
1992, en su artículo 27, plantea como principio fundamental “la protección estatal del
Medio Ambiente y los recursos naturales por su estrecha vinculación con el desarrollo
económico y social sostenible para hacer más parcial la vida humana y asegurar la
supervivencia, el bienestar y la seguridad de las generaciones actuales y futuras”(5).

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De este enunciado se desprenden otros cuerpos legales que complementan la
política estatal como la Ley 33/81 “ de protección del Medio Ambiente y los recursos
naturales”, D.L. 118/990 complementa la Ley 33. Aprobación del programa Nacional de
Medio Ambiente y Desarrollo, adecuación cubana de la Agenda 1993 creación del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, 1994 Ley 87/97, Ley del Medio
Ambiente y más recientemente la aprobación del Plan Estratégico Nacional para Medio
ambiente/2000.

Analizado así hasta se podría afirmar que Cuba es un país donde el Desarrollo
Sostenible es una realidad cotidiana en vías de hecho por lo menos en el plano teórico
pero si profundizamos un poco más hay cuestiones que no dependen de recursos
financieros o del bloqueo económico; Cuba es un país dotado de recursos naturales y
humanos excepcionales, realidad universalmente conocida, potencialidades que, con un
marco teórico como el anunciado, podrían generar cuestionamientos en cuanto a
funcionalidad.

Efectivamente, la esencia del Desarrollo sostenible está en el desarrollo local, o


sea otra vez estaríamos en la proporción familia-sociedad-Estado, si el primero es
sólido, el segundo lo será inevitablemente, si se consigue un desarrollo endógeno a nivel
local, éste trascenderá a nivel nacional; en Cuba por su parte aunque existan los órganos
locales de poder a nivel municipal y provincial legalmente reconocidos, las funciones
estatales de gobierno se ejercen de forma centralizada, toda la política del país es
trazada, dirigida y controlada a nivel central por el Partido Comunista de Cuba y esto
evidentemente frena las iniciativas locales que han demostrado sus posibilidades cuando
en circunstancias críticas se les ha permitido cierta libertad de gestión.

Otro de los factores que a mi criterio entorpecen el proceso de recuperación de


un verdadero camino hacia el Desarrollo Sostenible en Cuba es “el efecto de
marginación de sectores poblacionales como consecuencia del incremento de la
inversión extranjera y la explotación turística de valores patrimoniales”(6);aquí se
vulnera el concepto de bienestar, se aleja al hombre de su entorno cotidiano por razones
que no le favorecen directamente; lamentablemente esta tendencia se ha incrementado
adquiriendo matices de insatisfacción popular que es lo mismo que pérdida de concepto
de bienestar, elemento básico del Desarrollo Sostenible máxime en un país donde se
arraigó la idea de que “la Ley primera de los cubanos debe ser el culto a la dignidad
plena del hombre”(7).

Referencias Bibliográficas.-

1- World Comission on Environment and Development.1987. Our Common Future.


Oxford University Pess. EU.

2- Stemard, F.1994. Basic Needs, Capabilities and Human Development. Mimeo:


Oxford. Elisabeht House. EU.

3- Yurjevic M,A. Gestión en Desarrollo Rural y Agricultura Sostenible. 1997.


Universidad de Tamuco. Chile.

5
4- Mora A, J.: El Desarrollo Sostenible y las Áreas Rurales.2000. Universidad de
Extremadura. España.

5- Cuba. Leyes. Constitución de la República de Cuba (reformada). La Habana.


Editora política.1997.

6- Campesino F, A. Urbanismo y Centros Históricos Latinoamericanos, La Habana


Vieja, 2001. Universidad de Extremadura. España.

7- Martí P, J. Obras Completas. Tomo16. Poesía. Editora Ciencias Sociales. La


Habana. 1975.

BIBLIOGRAFÍA:

1. Yurjevic M,A. 2001 Introducción al Desarrollo Sostenible. Curso Doctoral


Universidad Católica de Tamuco. Chile.

2. Mora A, J.2000 El Desarrollo Sostenible y las Áreas Rurales. Master Internacional.


Universidad de Extremadura. España.

3. Pérez R, J.M.2001 Desarrollo Sostenible Desde una Perspectiva Sociológica.


Universidad de Extremadura. España.

4. Campesino F, A.2001 El Urbanismo Latinoamericano. Curso Doctoral Universidad


de Extremadura. España.

5. Sevilla G, E; Alonso M, AM. 1994 Foro Alternativo. Las Otras Voces del Planeta.
Madrid. España.

6. Dasgupta, P.1996 “The Economies of the Environment”. Revista Enviromental and


Development Economies I. EU.

7. OPS. “Familia”.1999 En : La Salud y los Derechos Humanos. Aspectos Éticos y


Morales, Génova; pp. 379-407.

8. Cuba. Leyes.1995 Reglamento de las Asambleas Provinciales del Poder Popular.


Gaceta Oficial de la República. Editora Política. La Habana, Cuba.

9. Ollen,A.1994 ¿ Hacía un Concepto Constitucional de Persona? Derecho a la Vida y


Derecho a la Muerte. Madrid. pp. 21-58.

10. Martí P, J.1975 Obras Completas. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, Cuba.

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