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Prof. Patricio Mella. Universidad de Concepción

V.- DESCRIPCION HISTORICA DEL DERECHO DEL TRABAJO

25.- Esta disciplina jurídica y, como es lógico, surge de un proceso histórico


que justifica la existencia de una normativa que regula el trabajo subordinado y
por cuenta ajena con las características que se enumeraron en el punto nº 10
de esta exposición.
La evolución de este derecho, en el plano histórico, se debe abordar
tanto en plano nacional como internacional. En el plano europeo, el autor
español Manuel Palomeque, señala “la sustitución de las relaciones fundadas
de producción (trabajo en servidumbre) por el sistema económico capitalista
sitúa precisamente al observador en el teatro de operaciones en que habrá de
generalizarse un nuevo conflicto social, cuya integración jurídica explicará
históricamente la aparición de nuevos títulos jurídicos de apropiación de trabajo
ajeno y de un nuevo ordenamiento jurídico de la prestación del trabajo
asalariado”. Más adelante el autor español expresa “la aparición histórica y
extensión general del nuevo conflicto social y de los nuevos antagonistas
colectivos es, ciertamente el resultado de un complejo proceso histórico en el
que concurren dos factores determinantes; la revolución burguesa y la
industrialización capitalista o revolución industrial”.
Sin ninguna duda, en Europa, la revolución industrial de mediados del
siglo XIX trajo como consecuencia la concentración y peregrinación de
grandes grupos humanos hacia las nacientes ciudades generándose un cambio
radical y profundo en las relaciones económicas, sociales y políticas entre
dichas naciones y que originaba el desafío de hacerse cargo de las condiciones
de trabajo deplorables para hombres y mujeres, las que se desarrollaban en
largas jornadas de trabajo, sin protección de ninguna especie y el empleo
masivo de mujeres y niños quienes para enfrentar la sobrevivencia se veían
obligados a aceptar condiciones de trabajo miserables. Este sombrío cuadro
hizo surgir las primeras legislaciones, como por ejemplo la iniciativa del
gobierno alemán encabezado por Otto Von Bismark, quien en 1890 llama a una
conferencia internacional donde se aprueban normas importantes como la
reducción del trabajo nocturno para los niños y mujeres. Especial relevancia
tiene la revolución rusa de octubre de 1917 que hizo reaccionar a los gobiernos
europeos, los cuales procedieron a dictar una serie de normas tendientes a
resolver la cuestión social que fue uno de los fundamentos de la revolución
bolchevique. El temor a que la revolución se extendiera por Europa también
contribuiría a que los Estados implementaran políticas sociales tendientes a
mitigar las extremas condiciones de la clase trabajadora de reciente aparición.

26.- En el contexto anterior, el Tratado de Versalles de 1919 que puso fin a la


primera guerra mundial dio origen a la Organización Internacional del Trabajo
(O.I.T.) que constituye un hito histórico que puede servir de base al nacimiento
del derecho del trabajo en Europa, sobre todo, porque se declara a modo de
principio que el trabajo humano no es una mercancía y se establece la
necesidad de regular una jornada de trabajo de 8 horas diarias. A la fecha, el
derecho del trabajo, encuentra un gran desarrollo en la producción de una
normativa originada en la OIT, particularmente en los Convenios y
Recomendaciones, a los que se unen las Directivas de la Unión europea,
influyendo fuertemente en las legislaciones americanas, esto, tanto en el plano
doctrinal como en los textos legales que se dictan.

27.- En el plano nacional, y atendida la prevalencia del derecho escrito, los


primeros cuerpos legales que regularon las condiciones laborales se
encontraban en el derecho común, esto es, las disposiciones del Código Civil
(año 1855) o del Código de Comercio (año 1865), textos que se funda en el
individualismo económico liberal, lo que se expresaba jurídicamente en la
dictación de leyes que proclamaban la igualdad formal y el principio de la
autonomía contractual. En este sentido se puede citar las reglas del contrato
de arrendamiento de los artículos 1915 y siguientes del C.C. o el arrendamiento
de criados domésticos del párrafo 7 (1987 y ss. del C.C.), título que fue
derogado por el D.F.L. Nº 178 de 1931 que dio origen al primer Código del
Trabajo de nuestro país.

28.- Posteriormente, a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX aparecieron
tímidamente las primeras leyes con un sentido protector del trabajador,
estimándolo un contratante débil lo que ameritaba un estatuto protector. Así, en
el año 1906 se dictó la ley Nº 1838 de 20 de febrero de dicho año sobre
habitaciones obreras, en 1907 la ley sobre descanso dominical y en el año
1916 se promulgan los textos legales sobre accidentes del trabajo y salas
cunas.

29.- Es el primer cuarto de siglo, precisamente en el año 1924, durante el


mandato del presidente Arturo Alessandri Palma se produce el llamado “ruidos
de sables” que ocasionó la aprobación por el Congreso Nacional de 7 leyes de
naturaleza laboral el 8 de septiembre de 1924, producto de la manifestación de
un grupo de oficiales militares, que cansados de las largas discusiones
respecto de las leyes prácticamente obligó al legislativo a aprobar las leyes Nº
4053 a la Nº 4059 sobre las siguientes materias: contrato de trabajo, seguro
obrero obligatorio, accidentes del trabajo, tribunales de conciliación y arbitrajes,
organización sindical, sociedades cooperativas y, contrato de empleados
particulares.

30.- El panorama legislativo cambió con las 7 leyes del año 1924, sumado a la
aprobación de la Constitución Política de la República del año 1925, que
recoge primariamente el llamado fenómeno de la “Constitucionalización del
Derecho del Trabajo”, aunque tímidamente, al incorporarse algunas cláusulas
laborales como el artículo 10 Nº 4 sobre la protección del derecho del trabajo,
contribuyendo a la aparición de esta nueva disciplina, lo que se consolida con
la primera codificación. La recepción de cláusulas laborales en la Constitución
da inicio al denominado fenómeno de la Constitucionalización del derecho y al
nacimiento de las llamadas constituciones sociales o modernas ( Queretaro,
México, 1917, y Weimar, Alemania,1919, plasmando el naciente estado social
de derecho).
31.- El 6 de febrero de 1931, durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo,
se refundieron las leyes antes mencionadas sobre materias del trabajo y, se
dicta el Primer Código del Trabajo, que también buscó la adecuación de
nuestro sistema normativo laboral a las normas de la O.I.T. relacionadas con
esta nueva reglamentación. El nuevo Código surge en el contexto de las
facultades extraordinarias que le había otorgado el Congreso al Gobernante
antes mencionado, y se materializa con la dictación del D.F.L. Nº 178 de 13 de
mayo de 1931, publicado en el Diario Oficial de 28 de mayo del mismo año y
comenzó a regir el 28 de noviembre de 1931. Este código consagró en su
época un tratamiento estatutario distinto para obreros y empleados, así, la
retribución de los primeros era el salario, y para los segundos el sueldo,
incluyendo tribunales especiales de trabajo para conocer de las controversias
laborales llamadas Juntas de Conciliación Arbitraje, que serían el antecedentes
de los actuales Juzgados del Trabajo. Sin ninguna duda la codificación puede
estimarse como un logro de la madurez de la normativa jurídico laboral y al
mismo tiempo impacta profundamente en la cultura jurídica, sea a través de la
doctrina como también en la formación jurídica que impartían las facultades de
derecho al incluir una cátedra de estudio separada del tradicional de derecho
privado. Naturalmente la codificación puede ser objeto de algún reproche en
cuanto pudiere producir una cierta rigidez de las instituciones jurídico
laborales. En nuestro caso, es frecuente la crítica de las organizaciones de
trabajadores que reclaman un nuevo código laboral debido a insuficiencias que
estiman insuperables a través de reformas, lo que ha sido el camino seguido
por el legislador para adaptar la regulación laboral a los cambiantes tiempos
actuales.

32.- Como se puede deducir de esta breve recopilación histórica, el derecho


del trabajo, constituye una disciplina de reciente aparición en los
ordenamientos jurídicos nacionales y su regulación esta permanentemente
recibiendo la influencia de los acontecimientos políticos y sociales que se
producen en la sociedad actual. Especial importancia tiene el indesmentible
hecho de que los trabajadores, por su magnitud, se han transformado en
actores políticos que ejercen una notable influencia en las democracias
modernas, lo que puede constituir una realidad saludable pensando en su
contrapartida, esto es, el poder de las agrupaciones empresariales.

VI.- VINCULACION DEL DERECHO DEL TRABAJO CON OTRAS RAMAS


JURIDICAS

33.- La conexión del derecho del trabajo con otras ramas disciplinarias jurídicas
es un fenómeno natural en nuestro sistema normativo, en cuanto las
particularidades de una zona específica del derecho no puede proclamar una
autonomía total, o comportamiento cerrado, respecto del derecho en general.
La explicación a esta reflexión es simple. El Derecho en nuestro sistema
jurídico es de carácter sistémico y ello conlleva la necesidad de que el
intérprete debe tratar de lograr una armonía o coherencia respecto de las
soluciones que se sugieren por una rama específica con el resto del
ordenamiento jurídico. Por otra parte la jerarquía de las fuentes también
aportan lo suyo para tratar de lograr la coherencia antes señalada, un ejemplo
pudiera esclarecer la opinión antes expuesta, en la hipótesis que exista duda
acerca de la validez del pacto que señala tres años de duración de un contrato
de trabajo a plazo fijo, se puede postular una solución coherente entre el
derecho del trabajo, el derecho civil y el constitucional, concluyendo que el
artículo 159 Nº 4 del C.T. al señalar que el plazo fijo del contrato no puede
exceder de un año, salvo el de dos años en casos excepcionales que indica el
precepto; esa regla es de derecho necesario relativo en cuanto si el acuerdo
beneficia al trabajador este pacto de tres años debe sobrevivir, estimando
además que la autonomía de la voluntad tiene una relativa eficacia en el
contrato de trabajo (artículo 10 Nº 7 del C.T.) y por otra parte se concreta la
libertad de contratación consagrada en el artículo 19 Nº 16 de la C.P., regla de
jerarquía superior a las que deben sujetarse las normas legales.

34.- La primera conexión a que se debe acudir es la relación del derecho civil
con el derecho del trabajo. Se debe recordar que el origen de esta rama
específica proviene del derecho común. En este punto el profesor uruguayo,
Oscar Ermida y el venezolano, Oscar Hernández, indican: “El derecho del
trabajo nace como un desprendimiento del derecho civil, destinado a
atender relaciones derivadas de la prestación del trabajo que el segundo,
cuya estructura obligacional se fundamenta en la piedra angular de la
autonomía de la voluntad, no estaba en condiciones de regular
adecuadamente. En efecto, en tales situaciones, una de las partes, el
trabajador, dada su debilidad económica y su vital requerimiento de
obtener y asegurar un puesto de trabajo que le permita proveer a su
subsistencia y a la de su familia, no disfruta efectivamente de la
posibilidad de concertar libremente sus condiciones de trabajo, sino que
se ve constreñido a aceptar las unilateralmente impuestas por el patrono,
con el consecuente resultado de injusticia social”.
Sin embargo el derecho laboral mantiene una autonomía relativa del
derecho civil, en cuanto este derecho aporta una vasta zona normativa al
derecho del trabajo, por ejemplo en la teoría del contrato. En todo caso si se
acude a las instituciones de derecho común es imprescindible que la aplicación
de ellas no contravengan los principios, fuentes y caracteres propios del
derecho del trabajo, originándose una forma de razonamiento, que hace
necesario el conocimiento de la teoría general del derecho del trabajo que aquí
se expone.

35.- A la primera vinculación antes enumerada debe agregarse el derecho


constitucional. La constatación del fenómeno de la “Constitucionalización del
Derecho del Trabajo” esto es la inclusión de “cláusulas laborales en la C.P.
viene desde la Constitución de 1925 y prosiguió en la reforma del año
1971,durante el gobierno del presidente Allende, concluyendo con la actual
redacción del artículo 19 Nº 16 de la C.P. de 1980 que recoge la libertad del
trabajo y su protección, como el derecho de sindicación y autonomía sindical, lo
que obliga a los operadores del derecho del trabajo a tener siempre en cuenta
la Constitución, más aún ahora que la ley 20.087 sobre la Nueva Justicia Oral
del Trabajo, en su artículo 459 Nº 5 indica como uno de los requisitos de las
sentencias laborales, la descripción de los principios constitucionales que
sirven de fundamento al fallo. La influencia constitucional en los casos de
controversias laborales se aprecia nítidamente por el principio de la prevalencia
de las disposiciones constitucionales, que vinculan a todos los poderes
públicos, incluído el poder judicial, y el desarrollado principio de la eficacia
horizontal, que postula la eficacia de las normas jusfundamentales en las
relaciones entre privados, y no cabe duda que la relación de trabajador y
empleador lo es.

36.- También se produce una relación con el Derecho Penal, y no solo en


cuanto la ley laboral menciona algunos tipos penales, como ocurre en el
precepto 171 del C.T. inciso final, al mencionar la lesión a la honra de la
persona, lo que podría motivar una responsabilidad penal (Esta norma regula el
autodespido, o despido indirecto, institución propia de la terminación del
contrato de trabajo, la que permite al trabajador la iniciativa de extinguir el
vínculo laboral, demostrando que el empleador ha incurrido en algunas de las
causales contempladas en los Nº 1, 5 y 7 del artículo 160 del C.T.); o el artículo
199 del C.T. el cual concede dos beneficios a los trabajadores, esto es, el
permiso por enfermedad grave del hijo menor de un año y, un subsidio
económico por ese período de permiso. En el evento de ellos sean obtenidos
indebidamente, el precepto señala que los autores pueden ser objeto de
sanciones penales; o el llamado “delito previsional” contemplado en el artículo
14 inciso final del D.L. 3500 que sanciona al empleador que ha retenido de la
remuneración del trabajador, las llamadas cotizaciones previsionales y no las
ha enterado en las respectivas instituciones de previsión. Estos ilícitos penales
no pueden escapar a la teoría del delito que es una materia de gran tradición
en el Derecho Penal. Desde otro punto de vista el conocimiento y aplicación de
las normas penales contribuyen a esclarecer cuando procedería la retención
que el empleador puede hacer de hasta el 50% de la remuneración del
trabajador, en el caso que este haya cometido una defraudación, hurto o robo
en perjuicio del primero (esta situación se contempla en el artículo 57 inciso
segundo del C.T.). La presunción de inocencia del proceso penal también
colabora en determinar que sino existe una sentencia condenatoria no hay
posibilidad de hacer efectiva la deducción de la remuneración, salvo el caso de
una medida cautelar para precaver la duración del juicio penal. Es más,
recientes fallos de los tribunales superiores en nuestro país aplican el principio
penal “ Non bis in idem”, en cuanto se debe descartar en materia laboral que
una parte resulte sancionada dos veces.
37.- El derecho administrativo, de gran desarrollo en estas ultimas décadas
sobretodo por la tesis de la responsabilidad del estado y la reciente dictación
de la Ley de Procedimiento Administrativo, tiene una gran cercanía con la
disciplina del trabajo y, ella se manifiesta con la actuación de la Dirección del
Trabajo y sus inspecciones Regionales y Comunales. Este órgano del
Ministerio del Trabajo debe velar por el cumplimiento y fiscalización de la ley
laboral según lo señala su estatuto orgánico el D.F.L. Nº 2 de 1961 y sus
modificaciones vigentes. Este órgano posee facultades interpretativas como se
desprende del artículo 1 letra a) y b) y 5 letra b) y c) del citado D.F.L. y se
corrobora en el art{iculo 505 del Código del Trabajo. Las actuaciones de estos
órganos pueden ser objeto de un procedimiento judicial de reclamo (artículo
503 y 504 del C.T.); en el caso que cursen multas por infracción a la ley laboral
según las facultades que se indican en el artículo 506 del C.T. Sin embargo los
empleadores han utilizado destacadamente para impugnar las resoluciones
dictadas por la Dirección del Trabajo, el Recurso de Protección como se
aprecia en el caso de los recursos interpuestos por las multas cursadas en el
caso en que el órgano estima existente una relación laboral a pesar de la
existencia de contratos a honorarios formales, lo que lleva a la Inspección a
desplegar una función interpretativa que los tribunales superiores han mirado
con gran recelo.

38.- El Derecho Procesal a su vez ofrece una jurisdicción especial, los


Juzgados del Trabajo, para conocer y juzgar las controversias de naturaleza
laboral y que se mencionan en el artículo 420 del C.T. Igualmente se diseñó un
procedimiento especial y que se contiene en el libro V del C.T., el cual fue
recientemente reformado por la ley 20.087 sobre Nuevo Procedimiento Oral del
Trabajo, que regula el nuevo juicio oral del trabajo, sin descartar algunos
procedimientos escritos, como el caso del cumplimiento de sentencia y el juicio
ejecutivo laboral.

VII.- LA NATURALEZA JURIDICA DEL DERECHO DEL TRABAJO.

La determinación de la naturaleza jurídica de una disciplina constituye


una cuestión de gran utilidad en el derecho. Se trata de establecer si el
derecho del trabajo debe adscribirse a una de las opciones contenida en la
clasificación tradicional del derecho, esto es, si es derecho público o privado, o
si admite una composición mixta o; finalmente, si es posible concluir que se
trata de un derecho distinto o especial.
La tarea de dilucidar la naturaleza del derecho del trabajo plantea un
problema complejo y no es fácil establecer una conclusión, toda vez que
influyen en su determinación elementos políticos, sociales, jurídicos,
económicos y técnicos.
Se debe recordar que la división del derecho en uno público y privado se
remonta a la época romanista y se señala que fue propuesta por el jurista
romano Ulpiano y consignada en el Digesto. En opinión de una autora, el
derecho público se refiere al gobierno, a la organización y funciones del estado,
así como las relaciones con los particulares y las que pudiere mantener con
otros Estados. A su vez el derecho privado es el que se refiere a la utilidad de
los particulares, es decir, reglamenta sus diferentes relaciones y actividades
(Elvia Quintana Adriano “Derecho Público y Derecho Privado” Instituto de
Investigaciones Jurídicas UNAM, año 2006).
Examinemos las posibilidades que ofrece la doctrina:
39.- El Derecho del Trabajo es de carácter privado. Así esta rama formaría
parte del derecho común sustentado en que la institución mas relevante de
esta disciplina, es el contrato que vincula al empleador y el trabajador, relación
que se rige por el derecho civil. Esta postura es coherente con un esquema
liberal e individualista, que descansa sobre una presunta igualdad en que se
encuentran las partes de una relación laboral. Si bien puede consagrarse un
nivel de protección para un contratante o normas de carácter imperativa que
inhiben la autonomía de las partes, ello no desnaturaliza el vínculo de derecho
común. En este sentido, Alain Supiot, señala: “En suma, el trabajo objeto del
Derecho del Trabajo no es otro que la actividad laboral que se presta en el
seno de una relación contractual, soporte generalizado a su vez del
sistema productivo, en régimen por ello de ajenidad (y dependencia) y de
libertad”.
Esta opinión no abandona el dogma de que las partes se encuentran en un
estado de igualdad formal, y la constatación empírica de una desigualdad real o
prevalente de una de las partes se corrige con las limitaciones diseñadas por el
Orden Público. Esta concepción no sería distinta de la protección que se
desprende de normas típicas del derecho común, como es el caso del derecho
de familia o en el orden puramente patrimonial como por ejemplo, la protección
del arrendatario en el contrato de arrendamiento. Esta opción trae una notable
consecuencia en el derecho colectivo del trabajo, esto es, que la asociación de
trabajadores expresada en el Sindicato, también es privada y así se amplían
las consecuencias de esta postura. En un resumen, no hay inconveniente en
sostener que las partes son libres, y en el ejercicio de esa libertad pueden
acordar el contenido de las relaciones jurídicas en que se involucran, con las
limitaciones que el orden público impone.
Sin embargo, es precisamente la necesidad de intervenir la relación
jurídico laboral, para evitar abusos o la debilidad negociadora del trabajador,
que se comenzaron a dictar normas protectoras que pusieron en jaque la
distinción entre derecho Público y Privado. Es más , se puede concluir que la
aparición de este Derecho destruyó los fundamentos de esta añosa
clasificación, que sigue gozando de particular aceptación en la doctrina y
jurisprudencia.

40.- El Derecho del Trabajo es Derecho Público. Esta postura coincide con una
constatación histórica, esto es, que la relación laboral ha sido intervenida de
manera profunda por una normativa estatal que pretende cubrir toda la vida del
contrato. Se regula de esta manera todas las condiciones del contrato. La
voluntad queda arrinconada a la función de una aceptación a toda la normativa
estatal preexistente que prácticamente anula toda posibilidad de introducir
modificaciones al diseño legal. Así, se impone una visión que resta toda
posibilidad a que las partes se autodeterminen ya que lo único que originaría
esa libertad sería el abuso y ello justifica un estatuto inderogable para las
partes.
Luego, es tan profunda la regulación de la relación laboral y sometidas a
severas restricciones, que ello lo hace perder el carácter privado, generándose
una normativa que señala todo el ámbito en que deben desenvolverse las
partes, tal como se diseña el comportamiento obligatorio de los particulares
frente al Estado. Se concluye de esta forma el carácter de derecho público. En
esta tesis se hace evidente la existencia de una normativa administrativa de
protección al trabajo vía actuación de un órgano de la Administración del
Estado, como lo es la Dirección del Trabajo, el cual despliega su actividad
ciñéndose a los mandatos del Derecho Administrativo. También la existencia
de una jurisdicción especial, esto es, los tribunales del trabajo y finalmente, la
detallada normativa contenida en las Codificaciones Laborales sobre jornada
de trabajo, remuneraciones trabajos de menores, terminación de contrato, etc.
Sin embargo, preciso es admitir que el contrato de trabajo, a pesar de
las profundas limitaciones que se le imponen por la vía estatal, igualmente deja
algunas zonas en que las partes pueden intervenir o fijar el contenido
obligacional, con reconocimiento por lo demás en la libertad de contratación
contemplada en el artículo 19 Nº 16 inciso primero de nuestra Carta
Fundamental, y en el ámbito legal, en el artículo 10 N° 7 del C.T.

41.- El Derecho del trabajo tiene una naturaleza mixta, algunos autores frente a
la imposibilidad de encuadrar este Derecho, al Público o Privado sugieren una
posición ecléctica, es decir este derecho es una mixtura entre Derecho Público
y Privado. Esta posición la sintetiza Radbruch, al afirmar “En el Derecho del
Trabajo están el Derecho Público y el Derecho Privado en una situación de
mezcla indisoluble”. Se propone en esta tesis, que lo concerniente al contrato
de trabajo es decir en la relación individual, ello es de naturaleza privada,
luego, la libertad contractual tiene un amplio margen sin perjuicio de las
limitaciones que se le imponen.
En cuanto a la normativa sindical, o tribunales especiales y
procedimientos y, finalmente en lo relativo al ordenamiento del trabajo por
motivo de interés general, ello se regula por una normativa del Derecho
Público.
Esta postura, que tiene una estrecha conexión con la realidad hace muy
engorroso determinar en algunas materias que estatuto aplicar, si el público o
privado y ello ha hecho aparecer nuevas doctrinas que abandonan esta
clasificación. Examinaremos dos más.

42.- El Derecho del Trabajo es un “tertium genus” distinto del derecho Público y
del Privado.
Esta doctrina supone la existencia de un derecho desconectado de los
anteriores, de tal autonomía que se transforma en un derecho especial y
autárquico, en cuanto las soluciones que se deben entregar deben buscarse en
sus propias normas sin aludir a la distinción clásica. Esta posición encuentra
varios defensores, y es así como las implicaciones del Derecho Público y el
Derecho Privado no sirven para explicar algunas instituciones jurídicas
laborales como la primacía de la realidad o la continuidad, desde otro punto de
vista, es una cuestión verdadera que la clasificación entre Derecho Público y
Derecho Privado queda precisamente obsoleta por la aparición de nuevos
derechos, entre los cuales, destacadamente debe citarse el derecho del
trabajo. Se dice que el modelo clásico es anticuado e irreal, ya que debe
rechazarse el pensamiento individualista decimonónico, sustituyéndose por
ideas intervencionistas, solidarias y socializadas que son nuevas tanto
cronológica como en cuanto a las materias que abarca. Esta noción esta muy
cerca de la denominación Derecho Social.
Sin embargo, esta tesis agrega un problema difícil de superar, esto es,
que si el Derecho del Trabajo es “especial” debe ser autosuficiente en cuanto a
la solución de los variados y complejos problemas que plantean las relaciones
entre empleador y trabajadores. Por otra parte la descripción de “derecho
especial” alude a una categoría vaga, en cuanto lo único destacable del
concepto, es que este derecho propone soluciones que simplemente no están
contenidas en este “estatuto distinto y único”.

43.- Finalmente, y lo que constituye la tesis que sigue el redactor, se sostiene


que el Derecho del Trabajo es de carácter privado rodeado de instituciones de
Derecho Público ( Alberto Carro Igelmo, autor español).
Sin ninguna duda, esta posición requiere explicaciones por cuanto
parece repetirse la idea de derecho mixto, pero ello no es tal. En efecto, la
apreciación de que es privado, enfatiza la libertad y poder de determinación de
las partes,.pero sometido a restricciones que son producto de instituciones de
derecho público. Luego no se trata de que algunas materias son de derecho
privado y otras del sector público, sino que la base o sustento del sistema
normativo es privado y ello inunda la comprensión y aplicación de este
derecho. Un ejemplo puede esclarecer esta tesis – Si se pacta un contrato a
plazo fijo por tres años, y siguiendo esta tesis se podría concluir que el pacto es
válido, a pesar que el artículo 159 Nº 4 del C.T. señala que el contrato a plazo
fijo no puede exceder de un año (caso general) o dos (dos casos especiales).
Así, reconociendo el poder de autodeterminación de las partes y estimándose
que ello sostiene una contratación indefinida, reducida a los plazos legales, el
juez en caso de despido anticipado, igualmente deberá acoger la validez y
ordenar el pago del total de las remuneraciones que habría percibido el
trabajador hasta la conclusión del plazo de tres años. Esta postura está en
armonía con el modelo de producción capitalista al cual se adscribe nuestro
país, constituyendo el mercado, la base de funcionamiento de la economía y
por ende el trabajo queda sujeto a las leyes de ese mercado, naturalmente
sujeto a una vasta intervención estatal para corregir los efectos indeseados de
este modelo, como por ejemplo la fijación de un salario mínimo o el
establecimientos de jornadas de trabajos máximas, etc. Desde el punto de vista
colectivo, la relación entre Sindicatos y empleadores también es de derecho
privado, lo que produce un cierto rechazo para alguna doctrina laboral muy
proteccionista.

VIII.- CARACTERES DEL DERECHO DEL TRABAJO

44.- Caracterizar una disciplina jurídica implica descubrir las cualidades que
determinan sus rasgos fundamentales y que permiten distinguirla de otras
ramas del derecho. Así, se trata de una noción muy útil para el estudio del
derecho del trabajo, en cuanto posibilita la comprensión y aplicación de sus
normas. En este sentido, al establecer las características del derecho del
trabajo nos permite también sostener la autonomía de esta rama jurídica.

45.- Las características propias de este derecho es una cuestión de antigua


data en la doctrina. Así, Héctor Escribar M., en su “Tratado de Derecho del
Trabajo” año 1944, señalaba como una de ellas el Carácter de Derecho Nuevo,
fundado en su aparición relativamente reciente, situándolo a fines del siglo XIX
y en oposición al derecho común el cual ostenta una milenaria tradición. En
todo caso debe enfatizarse que las características del Derecho del Trabajo
también responden cronológicamente a la reciente aparición de esta rama
jurídica y por tanto estrechamente vinculada a su evolución histórica. En este
sentido el autor español, Manuel Palomeque López señala que “con arreglo a
una cronología irreversible, en función primordialmente de su particular
grado de desarrollo económico, los distintos Estados inician durante el
siglo XIX la escalada del intervencionismo en las relaciones entre el
capital y el trabajo, dando lugar así a las primeras leyes obreras”. Al
contrastar esta opinión con la realidad chilena, no cabe duda que las siete
leyes laborales aprobadas el 8 de septiembre de 1924 ( leyes Nº 4053, sobre
contrato de trabajo; Nº 4054, sobre seguro obligatorio de enfermedades
invalidez; Nº 4056, sobre tribunales de conciliación y arbitraje, Nº 4055, sobre
indemnizaciones por accidente del trabajo; Nº 4057, sobre Organización
sindical, Nº 4058, sobre sociedades cooperativas, y la Nº 4059 sobre contrato
de empleador particulares ) configuran unas ciertas características del
incipiente derecho social que se iniciaba a principios del siglo XIX en Chile.

Por otra parte, el catálogo de características no es pacifico. Así, Lizama


Portal en su texto “Derecho del Trabajo” (2005) no formula comentarios sobre
este punto. Otros, como Fernando Luco Echeverria, “Características del
Derecho Laboral” año 1967, sostiene que las características corresponden a
las siguientes: derecho dinámico, derecho concreto y actual, derecho
imperativo y derecho democrático. En el derecho comparado, Alberto Carro
Igelmo en su “Curso de Derecho del Trabajo” sostiene que esta rama tiene
caracteres propios, enumerando a las que siguen: derecho vitalista, derecho
informe o derecho nuevo, derecho dinámico, derecho politizado, derecho
expansivo y derecho socializado. Más cercanamente, en nuestro vecino país,
el profesor peruano, Rigoberto del Rosario Chávez, en una sintética
caracterización, menciona el carácter protector, expansivo, de orden público y
otros, pero incluyendo otras características distintas como por ejemplo: que
regula el trabajo por cuenta ajena y subordinada, y apartándose de otros
autores, postula como característica el conflicto de intereses que subyace en
las relaciones de trabajo (la oposición inevitable entre la empresa y los
trabajadores).

46.- Para efectos de este curso, estimo que deben recogerse los caracteres
mas difundidos y pacíficos, concluyendo los siguientes: Derecho Protector,
Derecho de Orden Público, Derecho Referido Generalmente al Ámbito
Privado, Derecho Expansivo y de Formulación Legislativa Imperfecta. Estas
características dan cuenta de aquellos rasgos mas evidentes, como el protector
y de orden público, y al mismo tiempo recoge las tendencias más actuales,
dentro de los cuales ubicamos los tres últimos caracteres antes mencionados.
En fin, comenzaremos con el rasgo protector del Derecho del trabajo.

47.- El derecho del trabajo es protector o derecho tutelar, como lo dice


Francisco Walker Linares en su trabajo “Concepto, naturaleza y características
del Derecho del trabajo”, Anales de la Facultad de Derecho, año 1956, por
cuanto vela por una parte de la relación laboral, la más débil, que es la del
trabajador. Así, se busca corregir una desigualdad real con una
desigualdad jurídica, atendida la prevalencia contractual del empleador,
que normalmente esta en condición de imponer sus términos al deudor
del trabajo, es decir al trabajador. Esta protección se hace evidente en
nuestro ordenamiento jurídico al examinar las disposiciones del Código del
Trabajo en variadas materias , como por ejemplo: a) Las reglas sobre
protección del trabajo de menores contempladas en los artículos 13 al 18 del
C.T., b) Las normas sobre jornada máxima y descansos obligatorios señalados
en los preceptos 22 y siguientes y 35 del C.T, y c) Las disposiciones sobre
ingreso mínimo mensual y protección de las remuneraciones contenidos en los
artículos 44 y 54 y siguientes del C.T. En fin, existe una estructura protectora
del contratante trabajador en la regulación del C.T. y ello permite establecer o
concluir el carácter tutelar de la legislación del trabajo.
En, una perspectiva comparada, el autor español, Fernando Valdés Dal-
Re, expresa, “que desde una perspectiva histórica, el sistema español de
relaciones laborales se ha construido y desarrollado a través de fórmulas,
de intervencionismo del Estado. O enunciada la idea en otras palabras, la
norma estatal ha actuado como cauce exclusivo o preferente de
regulación del trabajo por cuenta ajena. La tradicional prioridad conferida
a la legislación como método de ordenación de las relaciones laborales
obedece a una muy concreta lógica, que puede describirse en términos
de la lógica de tutela de los trabajadores en su condición de sujetos de
una relación obligatoria que se concreta, en la inmensa mayoría de las
ocasiones, en una abierta posición de asimetría de poder contractual. En
este modelo de intervención, que no se formula como modelo teórico,
sino como modelo analítico de explicación de nuestra realidad, la función
básica de la mediación normativa del Estado ha sido la protección de la
parte contratante más débil, expresada mediante la sustracción o la
limitación al juego de la libre contratación, de la individual pero también
de la colectiva, de la determinación de los aspectos significativos del
contenido de la relación obligatoria”.

48.- El carácter protector constituye uno de los pilares de esta disciplina, y ello
es particularmente recogido en la regla interpretativa del “principio pro-
operario”, esto es, que en caso de duda acerca del sentido y alcance de una
regla laboral, debe preferirse aquella que beneficia al trabajador. Además esta
característica se cumple básicamente a través de una frondosa normativa
estatal (leyes laborales) que regula las relaciones entre trabajadores y
empleadora, tanto en la esfera individual (contrato de trabajo) como en la
colectiva (sindicatos y negociación colectiva), lo que permite además vincularlo
a la vocación interventora de este derecho.
Por otra parte, mención destacada debe hacerse a las recientes
reformas laborales tendientes a fortalecer el ejercicio de los derechos
constitucionales del trabajador al interior de la empresa , según se advierte en
el art. 5 del C.T. o la introducción de un articulo 62 bis en el C.T. por la Ley Nº
20.348 de 19 de junio de 2009, que dispuso que el empleador deberá dar
cumplimiento al principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y
mujeres que presten un mismo trabajo, concretándose de esta manera una
prohibición de discriminación salarial entre la mujer y el hombre.
Esta característica, como ya se dijo puede vincularse a expresiones
como, “derecho interventor” o “derecho tuitivo”, en este ultimo aspecto, Sergio
Gamonal Contreras en su obra “Introducción al Derecho del Trabajo” año 1998,
señala que “el derecho del trabajo tiene un significado tuitivo de protección del
mas débil” y esta debilidad es ostensible al constatar que la concepción clásica
del contrato es insuficiente para restablecer una negociación que es
subyugada por el contratante prevalente, como es el caso del empleador.
Una de las expresiones mas nítidas de la protección del sujeto mas
débil de la relación laboral es la institución de la irrenunciabilidad de los
derechos que es recogida en el articulo 5 del Código Laboral, al disponer que
los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables mientras
subsista el contrato de trabajo, sugiriendo que una vez terminado el contrato no
existe inconveniente en renunciar a los mínimos laborales contemplados en el
C.T.

49.- El derecho del trabajo es de Orden Público. La noción de orden público


es común al ordenamiento jurídico y normalmente no es definida en los textos
legales, como es nuestro caso. Así las cosas se debe acudir a la teoría
general del derecho para extraer su concepto. Un autor uruguayo, Mario
Garmendia Arigón “Orden Publico y Derecho del Trabajo”, año 2001, lo define
como “el conjunto de valores de la vida que por la especial trascendencia
que asumen en determinado estado de la evolución social, pasan a
integrar la conciencia jurídica colectiva y se constituyen en objetos de
tutela privilegiada por parte del Derecho del Trabajo”. En palabras más
simples, Sergio Gamonal Contreras, “Fundamentos de Derecho Laboral” año
2008, lo resume como “conjunto de reglas esenciales para el mantenimiento de
la sociedad” (Concepto que extrae de Carlos Ducci Claro “Derecho Civil. Parte
general año 1984). Luego esta noción no presenta inconveniente en aplicarla
al derecho del trabajo.

50.- Esta característica ofrece un gran interés en cuanto a su ductibilidad y el


aporte de la doctrina acerca de su entendimiento, especialmente en relación a
la versatilidad Instrumental. En este sentido se debe dejar establecido que el
contenido del orden público está determinado por un conjunto de circunstancias
propias de cada realidad social, como también, en nuestras propias opciones
en lo concerniente al ordenamiento económico, lo que ejerce una notable
influencia en cuanto al contenido del orden público en nuestro país y
concretamente en el derecho del trabajo. De esta forma se advierte una
variabilidad de los contenidos del Orden Público lo que da cuenta de su
dinamismo, esto es que el devenir histórico va imponiendo mutaciones en lo
que la sociedad estima como una norma indispensable o esencial para el
funcionamiento de la sociedad.

51.- El Orden Público presenta una gran riqueza instrumental y es así como
analizaremos algunas de sus clasificaciones y expresiones, que en opinión de
este autor, ofrece una gran utilidad práctica para el entendimiento y aplicación
del derecho del trabajo.

52.- El Orden Público Laboral admite clasificaciones propuestas por la doctrina.


Así, en sus reglas pueden distinguirse, normas de indisponibilidad absoluta y
normas de indisponibilidad relativa. Luego, no es posible concluir una sola
categoría normativa y ello lleva a determinar si todas las normas del derecho
del trabajo deben adscribirse a una de ellas o es perfectamente posible la
convivencia de unas y otras según el examen que se realice de la legislación
de cada país. Así la indisponibilidad absoluta es un “procedimiento de
técnica jurídica al que recurre el legislador, expresamente en muchos
casos, para imponer el respeto inexorable de una norma jurídica, que
invoca el juez, a falta de referencia explicita en la ley, para asegurar el
logro de la finalidad de una institución jurídica, y que examina
cuidadosamente el jurista para discriminar cuales son los limites que se
imponen a la libertad de la conducta humana, que se mantiene siempre
como un presupuesto de nuestro orden jurídico” (cita de Mario Garmendia
Arigón). Al contrario, la indisponibilidad relativa, alude a la posibilidad de alterar
o modificar la norma, siempre que beneficie a la parte más débil de la relación
laboral.
En esta materia, el profesor francés, Alain Supiot, señala que en el caso
de los países latinos de Europa (Francia, Italia, España y Portugal), el derecho
del trabajo ha estado denominado por el rol eminente conferido a los poderes
públicos en la reglamentación de la relación de trabajo. La clave de la bóveda
del derecho francés sigue siendo, por ejemplo, la noción de orden público
social, que implica por una parte una jerarquía de las normas del trabajo, y por
otra, un trato de favor a los trabajadores, que excluye cualquier derogación
contractual in pejus de las reglas legales (orden público social) o de las
disposiciones de los convenios colectivos ( jerarquía de las fuentes
convencionales). El ámbito de estas reglas de orden público se extiende a casi
todos los aspectos de la relación de trabajo la regulación de la higiene y de la
seguridad, la fijación de los salarios la limitación de la jornada, etc.”.

53.- Esta característica de indisponibilidad que el legislador atribuye a ciertas


normas jurídicas, llamado también “imperatividad” o “inderogabilidad”, implica
que la voluntad de los particulares no tiene la eficacia para pactar condiciones
distintas a las que se contienen en el texto legal, en otras palabras, las partes
quedan inhibidas de modificar la voluntad legislativa, sea a favor o en perjuicio
del trabajador.
De esta forma la indisponibilidad así concebida, se podría calificar de
“absoluta” donde no existe margen alguno para alterar el diseño legal. Sin
embargo, el Orden Público no descarta una indisponibilidad relativa, que
permite una cierta flexibilidad, y ello posibilita que las partes puedan introducir
modificaciones a la regla, siempre y cuando ello beneficie al trabajador (esta
indisponibilidad relativa coincide con el carácter unilateral del Orden Público,
esto es, que las normas laborales admiten ser modificadas por las partes del
contrato de trabajo siempre y cuando beneficien al trabajador). Para el evento
de que la imposibilidad de modificación se extiende a ambas partes del
contrato de trabajo, se habla de un carácter bidireccional del Orden Público.

54.- Conectada a la clasificación anterior, Sergio Gamonal Contreras expresa


que “se establecen normas de origen estatal como derecho necesario, lo que
significa que sus mandatos se imponen a la autonomía privada de las partes ya
sea por medio de normas de derecho necesario absoluto, que operan como
máximo y mínimo absolutamente inderogable, o normas de derecho necesario
relativo, que sólo contemplan mínimos inderogables “in pejus”. Estas posturas
doctrinales pueden explicarse a través de un sencillo ejemplo: Para resolver la
eficacia o ineficacia de una cláusula del contrato de trabajo en la que se
expresa que el empleador no podrá utilizar como causal de terminación
contractual ninguna de las hipótesis contempladas en los siete números del
articulo 160 del Código del Trabajo. Desde el punto de vista de la tesis de que
el Orden Publico laboral esta compuesto por normas de indisponibilidad
absoluta o derecho necesario absoluto, el pacto seria ineficaz, por cuanto si
bien se puede sostener que ello beneficia al trabajador, el pacto repugna a
dicha característica, ya que las partes no pueden de modo alguno alterar el
diseño de las causales de terminación del contrato contenidas en el Código del
Trabajo. En sentido contrario, como el pacto beneficia al trabajador (ya que las
causales contempladas en el 160 del C. T. no dan derecho a indemnización) y
el aludido precepto es de una indisponibilidad relativa o norma de derecho
necesario relativo, se permite el pacto que mejora la posición del trabajador, lo
que hace concluir que el pacto sería válido atendido el carácter unilateral del
orden publico laboral.

55.- La distinción entre el carácter unilateral o bilateral del orden publico es otra
manifestación del carácter protector del derecho laboral, por cuanto se admite
que se puedan pactar condiciones por encima a los estándares mínimos
contemplados en la legislación laboral, por ejemplo jornada de trabajo máxima,
remuneración minima, períodos de descanso anual, etc. Se descarta de esta
forma que las normas laborales no puedan ser modificada a favor del
trabajador. Luego, sólo se estima ineficaz un pacto que tiene como efecto la
derogación de un texto legal en perjuicio del trabajador. Esta situación se
conoce como “principio de favor” “estándares mínimos obligatorios” o incluso
como “derechos irrenunciables”.
En fin, para el autor, es preciso concluir que en nuestro ordenamiento
jurídico es plenamente aplicable la noción de Orden Publico como reglas de
indisponibilidad absoluta y también de indisponibilidad relativa. Así, en nuestro
ordenamiento jurídico laboral no existe inconveniente en reconocer la eficacia
del pacto que aumenta la base de calculo de la indemnización por años de
servicios en el sentido que ella alcance a 2 remuneraciones mensuales por
cada año de servicios y no una como la dispone el artículo 163 del C.T., o que
las cotizaciones previsionales serán de cargo del empleador, obligándose este
a pagar la remuneración completa, sin deducción, a pesar de lo que estatuye
el artículo 58 del Código del Trabajo.

56.- El Derecho del Trabajo esta referido generalmente al orden privado. Esta
característica no hace mas que recoger el problema de la naturaleza jurídica
de la disciplina.
Recordemos que, al estudiar la naturaleza jurídica de esta disciplina,
concluimos que el derecho del trabajo es derecho privado rodeado de
instituciones publicas . En este sentido no es correcto utilizar como criterio
integrador las instituciones propias del derecho publico (salvo solución
expresa), luego es preciso reconocer que tanto en el derecho individual en
donde (la principal institución es el contrato de trabajo, que no es mas que un
acuerdo ante privados) y, en el ámbito colectivo, (los sindicatos también deben
ser considerados sujeto de orden privado) no hay inconveniente en concluir
que el derecho del trabajo esta referido al ámbito privado. Esta condición en
nada debilita la protección del trabajador y del sindicato, por cuanto
precisamente la normativa laboral dispone de una serie de instituciones que
cautelan suficientemente la desigualdad en que se encuentra un trabajador y
empleador. En este aspecto se puede citar, el orden público laboral, el principio
protector, la irrenunciabilidad de los derechos y los derechos fundamentales
laborales, etc.

57.- Esta característica, como se analizó en la naturaleza jurídica, enfrenta


alguna oposición. Así, para Francisco Walker Linares, el derecho del trabajo es
de carácter mixto, que participa del derecho privado y el derecho publico.
Agrega, que el derecho laboral dio sus primeros pasos en el Derecho Privado,
al cual pertenece una parte importante de sus instituciones , sin embargo, poco
a poco ha ido invadiendo el Derecho Publico. Aun cuando es preciso
reconocer que desde el punto de vista histórico, se observa una evolución
normativa en tal sentido, ello no le quita el carácter privado, sobre todo en una
concepción liberal del estado que goza de amplio reconocimiento en la
sociedad chilena, y ello explica una revitalización de la teoría contractualista y
un reconocimiento jurisprudencial ha admitir espacios para que las partes del
contrato estipulen y extiendan el contenido obligatorio que contempla la ley.
Así se puede validar con lo prevenido en el artículo 10 N° 7 del Código del
Trabajo al consagrar como cláusula permitida, los pactos que puedan introducir
las partes. Por supuesto que ello no autoriza a mantener una prevalencia de la
autonomía de la voluntad, dado la serie de instituciones que limitan su campo.

El autor alemán, Peter Trenk-Hinterberger, en relación a este aspecto, no


comparte la tesis de que se trata de un derecho privado, y señala “la situación
del Derecho del Trabajo en el sistema jurídico es intensamente discutido. En
los últimos tiempos se incrementaren las tendencias a orientar el derecho del
trabajo desde el sistema y la dogmática del derecho civil; aunque el derecho
del trabajo se entiende generalmente por una disciplina del derecho
independiente. Pero el derecho del trabajo en su conjunto no puede ser
incorporado al derecho privado”. Esta categórica afirmación del autor alemán
la justifica en que el derecho del trabajo, destacadamente, persigue la
protección del obrero, mediante la intervención del Estado orientada por el
derecho público, también por la existencia del derecho colectivo del trabajo y la
judicatura especial para conocer de esta clase de conflicto. Como se puede
apreciar los argumentos antes expuestos, bien pudieran aplicarse en nuestro
país.

58.- El estimar que el derecho del trabajo es de naturaleza privada no


constituye un razonamiento novedoso por cuanto ya Héctor Humeres Magnan y
Hector Humeres Noguera, en la obra “Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social” año 1988, lo sostenían, aun cuando sin desarrollar una argumentación
en tal sentido. A manera de conclusión, esta forma de concebir el derecho
laboral tiene consecuencias fundamentales. Así, en un ejemplo, las
posibilidades de desarrollar el contenido obligacional del contrato de trabajo o
la mayor amplitud de la acción sindical depende de esta postura, por cuanto si
se concluye el carácter privado, la voluntad de los contratantes cobra gran
vigor, o la posibilidad de actuación de los sindicatos ya no requiere un
reconocimiento expreso en sede legal, ya que precisamente su naturaleza
privada es la que amplia sus finalidades sin esperar la autorización de la
normativa estatal. Esta opción se manifiesta nítidamente en la aplicación del
lucro cesante en el evento de que el empleador anticipadamente ponga término
sin justificación al contrato a plazo fijo contemplado en el artículo 159 Nº 4 del
Código Laboral, caso en el cual deba pagar a titulo de lucro cesante el total de
las remuneraciones que habría percibido el trabajador hasta la extinción del
plazo.

59.- El derecho del trabajo es expansivo. Para Sergio Gamonal Contreras


“Introducción al derecho del trabajo”, esta noción se vincula a la característica
de tratarse de un derecho en constante evolución. Igualmente estima que la
característica de derecho inconcluso que le atribuye alguna doctrina queda
comprendida dentro de la evolución citada. Para este redactor, la expansión se
produce ya sea en cuanto del objeto como a los sujetos. Así, en el primer
aspecto se puede citar el caso del suministro de trabajadores que se trata en
los artículos 183-F y siguientes del Código del Trabajo, en cuanto el trabajador
transitorio no solo se relaciona con su empleadora la Empresa de Servicios
Transitorios, sino también con la Empresa Usuaria, imponiéndole a esta última
una serie de consecuencias propias del vínculo contractual sin ser el
empleador. En el segundo caso, se puede validar la afirmación en cuanto se
han incluido sujetos de protección laboral a una serie de trabajadores en que
es dudosa su inclusión en el derecho del trabajo, como es el caso de los
gerentes y administradores , los teletrabajadores (artículo 22 del C.T.) y
últimamente los deportistas profesionales y trabajadores que desempeñan
actividades conexas (entrenadores de fútbol) en virtud de la reforma introducida
por la ley Nº 20118 de 25 de agosto de 2006, que agregó un capitulo VI en el
Título II del libro I del Código del Trabajo (artículos 152 bis-A y siguientes del
C.T.).

60.- El derecho del trabajo es imperfecto en su formulación legislativa.


Este aspecto dice relación con la urgencia que deben resolverse los
constantes cambios que impone la relación laboral en un escenario de
globalización y competitividad. El derecho del trabajo, en su fuente escrita,
enfrenta sucesivas reformas, modificaciones y nuevas regulaciones que
impone una cierta velocidad en concretarlas y ello produce a su vez textos
legales extensos, contradictorios o se incurren en omisiones, propias de la
premura. En todo caso, y a modo de descargo, también debe reconocerse
que, en sintonía con la característica anterior, la imperfección surge de las
novedosas materias que debe abordar, un buen ejemplo es la regulación del
trabajador transitorio, el cual representa un golpe durísimo para la
subordinación, como elemento configurante de la relación laboral, o más
recientemente la reforma al artículo 3 del C.T. en cuanto se contiene una nueva
regulación de la empresa y el empleador, cuestión de notable oscuridad en el
derecho del trabajo. Para este autor, la imperfección se advierte en la
extensión excesiva de sus preceptos, los cuales se alejan de la técnica legal,
en cuanto las reglas deben formularse en un lenguaje sintético y breve. Así el
artículo 162 del Código del trabajo, es un buen ejemplo de latitud del texto y
que ha provocado una serie de análisis doctrinarios y pronunciamientos
jurisprudenciales para armonizar su aplicación, toda vez que dicha norma
consagra la institución de la nulidad del despido, aún cuando no hay tal nulidad
sino una ineficacia de la terminación del contrato de trabajo, justificada por el
incumplimiento del empleador en la obligación de retener y pagar las
cotizaciones previsionales que debe descontar de la remuneración del
trabajador. Esta ineficacia, naturalmente no puede mantenerse en el tiempo y
ello se recoge en el texto en análisis, al conceder el derecho del empleador a
convalidar el despido, pagando las cotizaciones adeudadas. .

61.- Otras características. Como ya se dijo, este autor ha optado por describir
las que en su opinión son las fundamentales sin perjuicio de la libertad del
estudioso para llegar a conclusiones diversas. En todo caso, y examinando la
doctrina es útil mencionar el carácter de gran desarrollo de la autonomía
colectiva, en cuanto ello se vincula con esta especial fuente del derecho del
trabajo que tiene fisonomía particular y constituye un gran instrumento para
resolver los múltiples problemas de la negociación individual y colectiva entre
los trabajadores y empleadores.
Igualmente se puede citar el carácter de derecho no formalista, en cuanto
se aparta del rigor formal de otras disciplinas jurídicas, sobre todo en cuanto a
la prueba de las estipulaciones y beneficios contractuales. Esta característica
se proyecta no solo sobre los aspectos sustantivos y que encuentra su
fundamento en el carácter consensual del contrato de trabajo y la protección y
tutela de la parte más débil de la relación laboral; sino que también debe
orientar al juez del trabajo al conocer de los conflictos laborales que plantean
trabajadores y empresarios.

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