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FRUSTRACIÓN

Las personas privadas de la libertad experimentan un cambio en su ritmo de vida,

por lo cual se debe realizar un proceso de adaptación tanto espacial, como

emocional, debido a esto en algunos casos se pueden desencadenar cambios

emocionales y comportamentales.

Uno de estos cambios es la frustración, la cuál se define como el sentimiento que

se genera en una persona al no poder satisfacer un deseo establecido en su vida.

Ante este tipo de situaciones la persona puede reaccionar a nivel emocional con

expresiones de ansiedad, ira, entre otros; considerando también un aspecto

inherente a la vida de la persona, el hecho de no poder lograr todo aquello que se

desea y en el momento en que se anhela.

El origen de esta problemática no se encuentra en las relaciones externas de la

persona, sino en la forma en que el individuo afronta cada una de sus situaciones.

En el centro penitenciario pedregal, se evidencia la frustración en su gran mayoría,

por personas que presentan altas condenas, ya que consideran que al retomar la

libertad, las oportunidades para emprender una nueva vida, e intentar alcanzar

nuevas metas, serán pocas o casi nulas, además del tiempo que “perderán” al

estar en prisión; la motivación en este aspecto es fundamental para afrontar las

situaciones y proyectarse en la medida de las posibilidades que la cárcel presenta

para la formación integral en las diferentes áreas que se oferta.

Desde la corriente Humanista, la logoterapia es una de las escuelas de la

psicoterapia que es útil a la hora de abordar la tolerancia a la frustración,


ayudando a encontrar un sentido a la existencia, potencializando la capacidad de

transformar las situaciones adversas en logros, además, conociendo las

limitaciones de cada uno y como desde sus habilidades las puede fortalecer.

Para esto es necesario contribuir a la capacidad de decisión y discernimiento,

responsabilizándose de sus actos y las consecuencias que traen.

Los patrones que se establecieron en el pasado, se deben de analizar desde sus

consecuencias en los diferentes aspectos de la vida y así adquirir la paciencia y

flexibilidad necesaria para no aferrarse a ellos.

Teniendo en cuenta lo anterior podemos concluir que es de gran importancia

desarrollar actividades con las personas privadas de la libertad para fortalecer la

tolerancia a la frustración, teniendo en cuenta temas como el proyecto de vida,

comunicación asertiva, esquemas de autoconfianza y autocontrol, y de esta forma

que el interno empiece a visualizarse en el futuro y encuentre otras alternativas de

vida familiar, laboral y personal a las que tenía antes de la captura.

Lograr la aceptación del proceso que está viviendo, de los actos y consecuencias

que lo llevaron a estar en prisión, generando un desarrollo en su adaptación en

este contexto, tomando las oportunidades que el establecimiento le puede

presentar para el crecimiento personal y laboral; además el reconocimiento de

aquellas actitudes que le representa malestar tanto las propias como las ajenas y

adoptar estrategias para darle control a esto.


INTEGRANTES:

Paula Andrea Osorio Velez

Yurledis Altamirada Rodelo

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