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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS


Magistrado Ponente

STL4843-2016
Radicación n° 42560
Acta Extraordinaria 32

Bogotá, D.C., siete (7) de abril de dos mil dieciséis (2016)

Se resuelve la acción de tutela instaurada por RAMIRO


RAFAEL BARRIOS FONSECA, LUIS FERNANDO BELTRÁN
GALEANO, CRISTOBAL MORA DÍAZ y LUIS EDUARDO
RUBIO MORALES, coadyuvada por el SINDICATO
NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA EMPRESA
PANAMCO COLOMBIA S.A. SINALTRAPACOL -
SUBDIRECTIVA SECCIONAL BOGOTÁ, contra la SALA
LABORAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO
JUDICIAL DE BOGOTÁ, la cual se hizo extensiva al
JUZGADO TREINTA Y UNO LABORAL DEL CIRCUITO de la
misma ciudad, a la INDUSTRIA NACIONAL DE GASEOSAS
S.A., a las organizaciones sindicales SINALTRAPACOL y
SINTRAINDEGA, así como a las partes e intervinientes dentro
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del proceso especial de fuero sindical adelantado por los


accionantes contra INDEGA S.A.

I. ANTECEDENTES

Se infiere de la documental obrante en el expediente del


trámite cuestionado, que dentro de los procesos especiales de
fuero sindical promovidos por los accionantes contra la
Industria Nacional de Gaseosas INDEGA S.A., por sentencias
del 2 de mayo (rad. 023-2010-00223 - Ramiro Rafael Barrios
Fonseca) y 30 de septiembre de 2011 (rad. 017-2010-00195 -
Luis Fernando Beltrán Galeano, Cristóbal Mora Díaz y Luis
Eduardo Rubio Morales), el Tribunal Superior de Bogotá
condenó a INDEGA S.A. a reintegrarlos al cargo que
desempeñaban al momento del despido, fundado en que en
ese momento gozaban de fuero sindical por su participación
directiva en el sindicato ASOTRAC; que no obstante, mediante
providencia del 30 de septiembre de 2013, la misma
Colegiatura dejó sin efecto el acta de constitución de esta
última institución tras advertir que esa institución estaba
conformada «por personas que no son trabajadores de la demandante»
sino de la empresa Contactamos Servicios Ltda., y con base
en ello INDEGA S.A. los despidió sin permiso del juez del
trabajo el 23 de octubre siguiente, con fundamento en que,
«habiéndose declarado la ilegalidad (…) desde el momento mismo de su
creación, es claro que el fuero por usted detentado nunca existió, fuero del
que se hizo uso para ordenar de manera indebida el reintegro a la
sociedad INDEGA S.A. En esa medida y como consecuencia de la nulidad
declarada, la terminación del contrato efectuada por su empleador (…) es
totalmente legal».

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Los accionantes alegan que la anterior decisión no tuvo


en cuenta que en ese instante gozaban de la garantía
constitucional aludida por ser miembros directivos de la
organización sindical SINALTRAPACOL, sobre el cual no pesó
los efectos jurídicos de la decisión del 30 de septiembre de
2013 y por tanto el fuero era legítimo, por lo que nuevamente
promovieron proceso especial de fuero sindical – acción de
reintegro.

Que por sentencia del 20 de enero de 2015, el Juzgado


31 Laboral del Circuito de Bogotá ordenó su reincorporación y
el pago de salarios y prestaciones sociales dejadas de percibir
desde el 24 de octubre de 2013, decisión que al ser apelada
por ambas partes, fue revocada por el Tribunal el 10 de agosto
siguiente, fundado en que las providencias que con
anterioridad ordenaron el reintegro a INDEGA S.A. -2 de mayo
y 30 de septiembre de 2011-, se apoyaron en que los
demandantes desarrollaban sus labores en esa compañía, y
por ende «impusieron el pago solidario de obligaciones económicas
derivadas de esa orden», sin declarar que aquélla era la

empleadora ni los actores sus empleados, de manera que la


afiliación y designación en las juntas directivas nacionales y
seccionales de SINALTRAPACOL «son ineficaces», pues los
actores no laboraban en dicha empresa, y en ese orden los
fueros eran inexistentes.

En criterio de los actores, el juez plural interpretó


erróneamente la sentencia que inicialmente ordenó el

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reintegro, pues ésta se fundó en que INDEGA S.A. era el


verdadero empleador, a más de que la decisión que declaró la
ilegalidad del sindicato ASOTRAC no había sido emitida en ese
entonces, de manera que se terminó reabriendo un debate que
ya estaba definido; que el litigio debió reducirse
exclusivamente a determinar si existía o no fuero sindical
originado por los cargos ejercidos en SINALTRAPACOL, y si
para efectuar el despido se pidió el permiso judicial previo, el
cual debió solicitarse incluso si el fundamento nacía de la
sentencia que declaró la ilegalidad del sindicato y que les
otorgó inicialmente el fuero, pues ésta tiene efectos hacia
futuro y no retrospectivos; que el artículo 411 del Código
Sustantivo del Trabajo estipuló las causales en las que no es
necesario la autorización judicial para despedir, dentro de las
cuales no se encuentra señalado su evento, de ahí que el
artículo 356 ibídem no era aplicable al caso, al que además de
otorgarle una equivocada lectura, se incorporó al supuesto de
la norma «una condición que no hizo el legislador», la cual «estableció
estar al servicio de una empresa o institución, sin importar si existe o no
contrato de trabajo, basta que esté al servicio de un empleador y también
pueden aquéllos trabajadores al servicio de determinada empresa fijar
condiciones suscribir convenciones colectivas, con el solo hecho de las
partes, tener voluntad para hacerlo. Incluso es que el empleador no es
despojado de la facultad de imponer disciplina frente a los trabajadores
que tienen contrato de trabajo y todos los que están a su servicio».

Estimaron quebrantados sus derechos fundamentales al


debido proceso, al acceso a la administración de justicia, al
fuero y asociación sindical, por lo que solicitaron que se dejara

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sin efecto la sentencia del 10 de agosto de 2015 y en su lugar


se profiriera una nueva.

Por auto del 12 de febrero de 2016, esta Sala de la Corte


asumió el conocimiento y ordenó comunicar a la parte
accionada, así como a los demás intervinientes dentro del
proceso cuestionado, para que se pronunciaran sobre los
hechos materia de la queja constitucional y pidió el expediente
del proceso cuestionado.

El Tribunal se remitió a lo expuesto en la decisión


atacada (folio 17, c. Corte).

Sinaltrapacol coadyuvó la presente acción y afirmó que


la autoridad judicial demandada violó las garantías
constitucionales de los actores, pues la audiencia del 5 de
septiembre de 2014, que fijó el litigio en el proceso materia de
debate, se limitó a determinar si al momento del despido de
los trabajadores existía o no autorización judicial, y «no se dijo
nada sobre el reintegro inicial de los demandantes», el cual se efectuó

a través de sentencia que quedó ejecutoriada, de modo que


independientemente de que tal aspecto hubiese sido alegado
por la demandada, era una nueva circunstancia que no podía
ser dilucidada en la alzada.

Que en adición se vulneró su autonomía sindical, pues


la asamblea general decidió elegir a los demandantes «como
miembros directivos para que encarnaran la junta directiva» , dado que
«en esos momentos cumplían los requisitos señalados en los estatutos, de

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lo cual se concluye que no existía impedimento alguno», y reprocharon

que la aclaración de voto de uno de los magistrados que


componen la Sala Laboral de la Colegiatura demandada, se
afirmara que lo ocurrido fue una estrategia para evitar
despidos, cuando contrario a ello, la organización sindical
existe desde el 2005 y las decisiones tomadas han sido
legítimas (folios 27 a 30, c. Corte).

La Industria Nacional de Gaseosas S.A. aseguró que lo


manifestado en el escrito inicial son opiniones subjetivas y
sesgadas que desconocen la autonomía e independencia
judicial del juez de apelaciones, además de que la tutela tiene
el fin de proteger derechos fundamentales y no propiciar una
instancia adicional; que no se cumplieron los requisitos de
procedibilidad establecidos por la Corte Constitucional,
especialmente el de relevancia constitucional e inmediatez;
que los argumentos de los actores debían ser expuestos
mediante incidente de nulidad con fundamento en los
numerales 2º y 3º del artículo 140 del Código de Procedimiento
Civil.

Agregó que la condición de trabajadores de Contactamos


Ltda. que tenían los demandantes, aun cuando les permite
asociarse y constituir organizaciones sindicales, en todo caso
no desvirtuaba que el verdadero empleador era esa contratista
independiente, y en ese sentido tampoco era válido que se
afiliaran al sindicato de base de la empresa usuaria invocando
que prestaban servicios a la misma, pues el ordenamiento
jurídico regula las relaciones colectivas entre empleadores y
trabajadores.

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Que el fuero sindical que dio paso al reintegro ordenado


por vía judicial, se originó en la pertenencia al sindicato
ASOTRAC, frente al que «se declaró la ilegalidad y la nulidad de las
actuaciones posteriores, razón por la cual la terminación de la ejecución
de labores de los demandantes devino como consecuencia obligada de esa
providencia judicial, lo cual descarta la existencia de un despido», y como

la afiliación a SINALTRAPACOL también ocurrió mientras los


actores ejecutaban labores en INDEGA en virtud del reintegro
ordenado, y que la nulidad aludida «retrotrajo las situaciones al
estado anterior del acto declaro nulo (…), como antes de la creación de
ASOTRAC los actores no eran afiliados a organización sindical alguna, no
podían estar amparados por un fueron sindical, razón por la cual, por
sustracción de materia, tampoco era exigible al empleador de los actores,
Contactamos Ltda., que iniciara un proceso de permiso para despedir»
(folios 35 a 49).

El Juzgado 31 Laboral del Circuito de Bogotá allegó el


expediente en calidad de préstamo.

II. CONSIDERACIONES

Esta Sala de la Corte ha considerado que el amparo del


artículo 86 de la Constitución Política procede contra
providencias judiciales solo en casos concretos y
excepcionales en los que se adviertan actuaciones u omisiones
de los jueces evidentemente violatorias de los derechos
constitucionales fundamentales, como cuando la providencia
atacada puede calificarse de caprichosa, arbitraria, absurda o
autoritaria por carecer efectivamente de fundamento objetivo
y por lo tanto sea el resultado de un juicio abiertamente

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irracional, todo lo cual debe equilibrarse con otros valores del


Estado de Derecho, especialmente, los concernientes a la
administración de justicia y la seguridad jurídica de que están
revestidas las decisiones proferidas en instancia, que se
concretan en los principios de la cosa juzgada e independencia
y autonomía de los jueces.

De lo narrado en la tutela y en el escrito del sindicato


coadyuvante, se extrae que el reproche de la decisión proferida
el 10 de agosto de 2015 por el Tribunal Superior de Bogotá,
apunta a que éste soslayó el principio de congruencia, toda
vez que el litigio se fijó exclusivamente en determinar si los
demandantes tenían o no fuero sindical, y en caso positivo si
la empresa solicitó el permiso correspondiente al juez del
trabajo (art. 405 C.S.T.), punto en el que enfatizan que dentro
de esa delimitación no se incluyeron los aspectos analizados
en las sentencias en las que el Tribunal ordenó su reintegro
con anterioridad, y que a juicio de los actores declararon que
INDEGA S.A. era su empleadora, lo que entonces no merecía
discusión en la nueva litis, toda vez que tales situaciones ya
habían sido resueltas por la misma Colegiatura y en
consecuencia hicieron tránsito a cosa juzgada.

Revisada la documental, observa la Corte que en el


proceso especial de fuero sindical – acción de reintegro, rad.
023-2010-00223, en el que fue parte demandante Ramiro
Rafael Barrios Fonseca, el Tribunal profirió sentencia de
segunda instancia el 2 de mayo de 2011, en la que expuso:

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… se tiene entonces, que la Organización Sindical nació a la vida


jurídica desde su constitución, por sujetarse a los parámetros
legales (…) Adicionalmente la asociación estaba inscrita en el
registro que para tales efectos lleva el Ministerio de Protección
Social, para el momento del despido, como quiera que el fallo de
tutela proferido por esta Corporación, que dejó sin valor y efecto el
acto de inscripción en el registro sindical, fue revocado por la H.
Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación Laboral.

En consecuencia, como quiera que se pregona la legalidad del


sindicato aún cuando no estaba constituido por trabajadores de
Indega, pero que prestaban sus servicios en beneficio de ésta, la
garantía foral estaba vigente para los demandantes Luis Alfredo
Sánchez Rojas y Luis Alberto Serna Jiménez, como fundadores de
la Asociación Nacional de Trabajadores de la Empresa Industrial
Nacional de Gaseosas S.A. ASOTRA y para Ramiro Rafael Barrios
Fonseca en calidad de presidente de la subdirectiva seccional
Bogotá de dicha organización, para la fecha en que fueron
despedidos.

Finalmente, se declarará la solidaridad entre las sociedades


demandadas frente a las obligaciones laborales, habida cuenta que
las actividades propias y del giro normal de la Industria Nacional
de Gaseosas, las cuales son: la producción, distribución y venta de
jarabes, sodas, aguas minerales, bebidas gaseosas y productos
alimenticios de cualquier índole, fueron desarrolladas por
trabajadores de Contactamos S.A. en virtud del contrato de
prestación de servicios suscrita (sic) entre las compañías,
convirtiendo esta última empresa en un mero intermediario que
ocultó su verdadera condición.

En la parte resolutiva se dispuso:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia proferida por el Juzgado 23


Laboral del Circuito de Bogotá D.C., de fecha 1º de abril de 2011 y
en su lugar condenar a INDUSTRIA NACIONAL DE GASEOSAS S.A.
a reintegrar a los demandantes (…) RAMIRO RAFAEL BARRIOS
FONSECA, al mismo cargo que ocupaban al momento de su despido
o a uno de igual o superior categoría, junto con el pago de los
salarios y prestaciones sociales causados desde la fecha del
despido y hasta cuando se produzca el reintegro declarando la no
solución de continuidad en la prestación del servicio y en forma
solidaria a Contactamos S.A. de conformidad con lo expuesto en la
parte motiva de esta sentencia.

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Por otro lado, en proceso de la misma clase rad. 017-


2010-00195, en el que fungieron como demandantes Cristóbal
Moral Ruiz, Luis Eduardo Rubio Morales y Luis Fernando
Beltrán Galeano, el Tribunal condenó a INDEGA S.A. «a que
reintegre a los demandantes al cargo que tenían al momento del despido
o a otro de igual o superior categoría», y además dispuso:

SEGUNDO: CONDENAR a INDUSTRIA NACIONAL DE GASEOSAS


S.A. y solidariamente a CONTACTAMOS SERVICIOS LTDA. a pagar
a los demandantes CRISTÓBAL MORA DÍAZ, (…) LUIS EDUARDO
RUBIO MORALES (…) Y LUIS FERNANDO BELTRÁN GALEANO los
salarios y prestaciones sociales devengados durante el tiempo en
que se encontraren desvinculados.

Lo anterior fue fundado en lo siguiente:

Ahora bien, de lo hasta aquí indicado se tiene que los demandantes


prestaron sus servicios a INDEGA S.A. bajo las figuras cooperadas
o trabajadores en misión o por servicios temporales, de acuerdo a la
documental anteriormente relacionada, superando con creces el
tiempo establecido en el Art. 77 de la Ley 50 de 1990 para los
trabajadores en misión, tomando como ejemplo el de Cristóbal Mora
Díaz, que prestó sus servicios a INDEGA S.A. desde el año de 1999,
siempre bajo una figura de cooperativismo o trabajo en misión, el
cual, como se indica, se encuentra limitado en el tiempo por nuestro
ordenamiento. De igual manera, se tiene que INDEGA S.A., no probó
que se encontrara incursa en una de las causales del Art. 77 de la
Ley 50 de 1990, para que se encontrara en la posibilidad de
contratar empresas de servicios temporales con el fin de
desempeñar las labores realizadas por los demandantes. Así las
cosas, considera esta Sala que los trabajadores demandantes han
prestado sus servicios a INDEGA S.A., siempre ocultos bajo la figura
de trabajadores en misión, sin que la accionada cumpliera los
requisitos establecidos en las causales mencionadas.

Por otra parte, advierte esta Corporación que, aunque los


demandantes inicialmente no tuvieran una relación laboral con
INDEGA S.A. se encontraban cubiertos con la garantía del fuero
sindical por ser miembros de la junta directiva del sindicato

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denominado ASOTRAC, de acuerdo con acta de fundación de la


citada organización sindical (folios 38 a 63), que fue comunicada a
los demandados en el mes de julio de 2009, sin que se haya
modificado tal junta directiva. Contactamos Servicios Ltda. no
desarrolló actividad alguna con el fin de obtener el permiso para
despedir a los trabajadores aforados por ser miembros de la Junta
Directiva de ASOTRAC, actividad que tampoco desarrolló INDEGA
S.A. Recuerda esta Colegiatura que la sentencia de tutela Rad.
27439, proferida por la Sala Laboral de la Corte Suprema de
Justicia, revocó la sentencia proferida por otro Sala (sic) de este
Tribunal, en el que se había ordenado dejar sin valor ni efecto el
registro presentado por el sindicato ASOTRAC. Motivo aún superior
para declarar que a los demandantes se les debió despedir
acudiendo a la jurisdicción ordinaria en lo laboral, evento que se
extraña por parte de este Tribunal, razones que estima este cuerpo
colegiado, conducen a la revocatoria de la sentencia de primera
instancia y a imponer la condena por reintegro a la demandada
INDEGA S.A.

Respecto del pago de salarios y prestaciones sociales debidos a los


demandantes, considera esta Sala que la solidaridad expresada en
el numeral 3º del Art. 35 del C.S.T. es aplicable para el caso, pues
la entidad demandada CONTACTAMOS SERVICIOS LTDA., prestó
los servicios de intermediación laboral a la demandada INDEGA
S.A., porque ubicó a los trabajadores demandantes en INDEGA S.A.,
pagó los salarios correspondientes a la relación laboral, entregó
certificaciones de trabajo, y expidió las cartas de terminación del
contrato laboral, actuando en todo momento como una empresa
encargada de suministrar personas idóneas para el cargo que
tenían los demandantes en la empresa demandada, sin dar a
conocer que era una simple intermediaria en la relación laboral
presentada entre INDEGA S.A. y los demandantes, pues
CONTACTAMOS SERVICIOS LTDA., no demostró que la labor
desempeñada por los accionantes fuese para beneficio propio, ya
que se demostró en el proceso que la labor de montacarguista
benéfica única y exclusivamente al demandado INDEGA S.A., y no
a CONTACTAMOS SERVICIOS LTDA., por lo cual infiere esta Sala
que la figura de la solidaridad establecida en el artículo 35 del
C.S.T., es aplicable para el caso en concreto, motivo por el cual se
condenará en forma solidaria a INDEGA S.A. y a CONTACTAMOS
SERVICIOS LTDA., al pago de salarios y prestaciones sociales
adeudados a los accionantes durante el tiempo transcurrido entre
el momento del despido y la fecha en que se haga efectivo el
reintegro de los demandantes al cargo de montacarguistas o uno
superior.

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Antes de exponer lo que considera la Corte sobre las


anteriores providencias, es pertinente aclarar que dentro del
proceso de tutela rad. 27439, referido en ellas, si bien esta
Sala de Casación, por sentencia del 9 de marzo de 2010, en
efecto revocó el amparo que había concedido el Tribunal en
favor de Contactamos Servicios Ltda., quien pretendió por esta
vía constitucional que se dejara sin efecto el acta de depósito
mediante la cual se constituyó la organización sindical
ASOTRAC, en realidad dicha negativa se fundó en la existencia
de otro mecanismo para dirimir la controversia que allí se
planteaba. Así se explicó:

Descendiendo al caso que nos ocupa, considera la Sala que la


presente acción no está llamada a prosperar, por cuanto, la
determinación sobre la procedencia de las pretensiones que aquí se
reclaman son asuntos que en manera alguna son de competencia
del juez de tutela, a quien no le es dado arrogarse funciones que
competen a otras autoridades, sino que estos pronunciamientos se
logran mediante las acciones o recursos conducentes, donde sea el
juez competente el que indique si le asiste o no la razón al
peticionario, y en este orden de ideas mal podría predicarse
vulneración de derecho fundamental alguno, en tales condiciones.

Lo anterior, teniendo en cuenta que el ordenamiento jurídico laboral


consagra un procedimiento preferente y sumario cuando se
pretende la disolución, liquidación y cancelación de registro
sindical, por lo que no es posible considerar la presente acción como
el mecanismo idóneo para obtener el reconocimiento de derechos de
índole legal dentro de los que se encuentra la cancelación del
registro sindical aquí pretendido, por ser éste un asunto de exclusivo
conocimiento del juez natural, ante quien deberá instaurarse la
acción judicial pertinente.

De otra parte, si bien se invoca el amparo constitucional como


mecanismo transitorio, no se encuentra acreditado el perjuicio
irremediable que alega la sociedad accionante; toda vez que, la
comunicación del folio 314 que suscribe el Gerente de Operaciones
de COCA COLA y que dirige a CONTACTAMOS SERVICIOS LTDA,

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hace relación a una serie de inconvenientes generados en la


prestación del servicio dentro del contrato comercial suscrito entre
tales empresas, problemas que no se precisa si tienen su origen en
la creación del sindicato, como pretende hacerlo ver la incoante de
la acción; amén que debe tenerse en cuenta que la inscripción en el
registro sindical constituye un acto administrativo de mera
publicidad, tal como lo ha entendido la constitución y la ley, quienes
señalan que al ejercicio del derecho de asociación no pueden
anteponérsele cortapisas de orden administrativo; por lo que, no se
advierte vulneración alguna, ni perjuicio irremediable con la
actuación del MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, quien tan
solo se limitó, como ya se anotó, a cumplir con las obligaciones de
registro con fines de publicidad que la misma ley le impone.

Como se puede apreciar, la Corte estimó necesario que


se acudiera al trámite preferente y sumario que consagra la
ley instrumental laboral para obtener la disolución del
sindicato ASOTRAC, y fue justamente a través de un proceso
especial que se obtuvo esa declaración, mediante sentencia
proferida por la misma Colegiatura de Bogotá el 30 de octubre
de 2013.

De lo extensamente reproducido y precisado, interesa


destacar a la Corte que tanto en la sentencia del 2 de mayo
como en la del 30 de septiembre de 2011, inequívocamente el
Tribunal dilucidó la existencia de una verdadera relación
laboral subordinada de los demandantes con INDEGA S.A.,
pues aunque no se declaró expresamente en la parte
resolutiva, ello surge diáfano de las consideraciones expuestas
por el Tribunal, en la que se constató que Contactamos
Servicios Ltda. actuó como simple intermediaria, y justamente
por ese motivo fue condenada solidariamente en los términos
del artículo 35 del Código Sustantivo del Trabajo, quedando a
cargo de la empleadora INDEGA S.A., la obligación directa y

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principal de reintegrar y pagar los salarios y prestaciones


sociales dejadas de percibir desde la fecha del despido, lo que
es consecuencia lógica de la estructuración argumentativa
usada por el juez plural, en tanto el precepto referido indica
que «El que celebrare contrato de trabajo obrando como simple
intermediario debe declarar esa calidad y manifestar el nombre del
empleador. Si no lo hiciere así, responde solidariamente con el empleador
de las obligaciones respectivas».

Por lo demás, la vinculación laboral fue admitida por la


propia demandada en la contestación de la demanda,
oportunidad en la que manifestó que «Entre INDEGA S.A. y los
señores Ramiro Rafael Barrios Fonseca, Cristóbal Mora Díaz, Luis
Eduardo Rubio Morales y Luis Fernando Beltrán Galeano existió una
relación laboral ordenada por el Tribunal (…) quien mediante sentencias
en proceso de fuero sindical 2010-0195 y 2010-00223 reconoció que
aunque estos trabajadores se encontraban vinculados directamente por la
empresa Contactamos Ltda., también contaban con garantías forales, al
estar vinculados al sindicato ASOTRAC, motivo por el cual, el Tribunal
ordena que se vinculen laboralmente a INDEGA»; más adelante afirmó

que «viendo la arbitrariedad que se estaba generando por el cumplimiento


de una orden judicial, al tener que vincular, personas que NUNCA habían
trabajado para INDEGA», y finalmente que era «indispensable recordar
que la vinculación de los aquí demandantes con mi representada no se
generó por un acuerdo de las partes sino en cumplimiento de una orden
judicial que consideró que los aquí demandantes como afiliados de
ASOTRAC debían vincularse con INDEGA S.A.» (folios 510 y 511).

Pese a esa claridad, la sentencia del 10 de agosto de


2015, en la que concentran su ataque los actores, el Tribunal
indicó que si bien «los demandantes laboraron en las instalaciones de
Indega S.A. por razón de dos sentencias emitidas por este Tribunal,

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mediante las cuales se ordenó que fueran reintegrados a esa sociedad, al


concluir que se les despidió sin obtener permiso de la autoridad judicial
pese a estar aforados al sindicato Asotrac, organización de primer grado
y de empresa, conforme al registro efectuado 21 (sic) de julio de 2009 ante
el Ministerio del Trabajo», por otro lado precisó que «aquéllas
providencias dispusieron el reintegro a Indega S.A. por encontrar que fue
la empresa en la que venían desarrollando la labor, e impusieron el pago
solidario de las obligaciones económicas derivadas de esa orden, pero de
ninguna manera modificaron la relación jurídica que los accionantes
sostuvieron con su empleadora Contactamos Ltda., ni declararon la
existencia de un contrato de trabajo con la hoy demandada, en virtud del
cual ésta se haya convertido en su patrona» (subraya la Sala).

Y continuó con que:

… la ejecución de tareas por cuenta de Indega S.A. obedeció al


cumplimiento de las sentencias proferidas en los procesos
11001310502320100022301 y 11001310501720100019501, pero
en forma alguna atendió a la estructuración de una relación laboral
entre los actores y esa sociedad, pues sabido es que el contrato de
trabajo es bilateral y consensual, por lo que sólo puede originarse
en un acuerdo libre y espontáneo de voluntades, como enseña la
jurisprudencia, o en la declaración expresa realizada por una
autoridad judicial, a petición de parte (…) Por lo tanto, se concluye
que con posterioridad a las primeras órdenes de reintegro, los
actores desplegaron labores en Indega S.A. pero no adquirieron la
condición de trabajadores de ésta, ya que su incorporación
correspondió al acatamiento de dos sentencias que nunca
declararon la existencia del contrato de trabajo, y por ello no pueden
desplazar al acuerdo de voluntades que marca el nacimiento a la
vida jurídica de ese acto jurídico (énfasis de la Corte).

Al margen de lo que esta Sala pueda estimar respecto de


las decisiones del 2 de mayo y 30 de septiembre de 2011, lo
cierto es que la decisión que en esta tutela se cuestiona -10 de
agosto de 2015- ignoró lo que en aquéllas se había definido en
punto a la calidad de empleadora de INDEGA S.A., lo cual no

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se podía pasar por alto por el simple hecho de que no existiera


una declaración expresa del contrato de trabajo, máxime que
sin la menor dificultad ello se infería de las consideraciones, a
más de que la realidad material surgida con posterioridad a
esos proveídos demostró esa relación subordinada.

Adicionalmente, y dando por hecho que los demandantes


no eran trabajadores de esa compañía, el juez de apelaciones
se concentró en dilucidar si el nuevo fuero sindical que
aseguraban ostentar los demandantes era ajustado a derecho,
es decir el derivado de Sinaltrapacol, lo cual lo llevó a
puntualizar que si bien era indiscutido que Luis Fernando
Beltrán Galeano perteneció a la Junta Directiva Principal de
esa organización sindical en calidad de suplente, y que Luis
Eduardo Rubio Morales, Ramiro Rafael Barrios Fonseca y
Cristóbal Mora Díaz integraron la Junta Directiva de la
Subdirectiva Seccional Bogotá como fiscal y suplentes,
respectivamente, lo cual presumía la existencia de los fueros
sindicales, enseguida precisó que «esta presunción es desvirtuable
y admite prueba en contrario para efectos de demostrar la inexistencia del
aforamiento», que destacó ser precisamente la tarea que se

propuso la compañía demandada en la sustentación de la


apelación.

Bajo ese rasero, explicó que un sindicato de empresa, en


los términos del artículo 356 del C.S.T., es el conformado por
«individuos de varias profesiones, oficios o especialidades, que prestan
sus servicios a una misma empresa, establecimiento o institución», y en

tal sentido, expuso:

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De manera que sólo se puede concebir como integrantes de un


sindicato de empresa a las personas que mantienen un contrato de
trabajo con ella, pues si el objetivo de la actividad sindical y la
negociación colectiva es regular las condiciones de trabajo mediante
diversos mecanismos de concertación voluntaria, carecería de
legitimación aquél miembro de un sindicato de empresa que
pretenda discutir unas mejores condiciones laborales con alguien
que ni siquiera es su empleador, puesto que al fin de cuentas, solo
será éste quien asuma las obligaciones que emanen de los
convenios que celebre con sus trabajadores sindicalizados, dado el
carácter bilateral y recíproco que distingue al contrato de trabajo.

Y es que un razonamiento de tales características no afecta el núcleo


esencial del derecho a la libertad sindical, ya que éste no es
absoluto y encuentra límites en la regulación que establecen las
normas sustantivas laborales para la conformación de los
sindicatos, por lo que esta decisión no se dirige a coartar el derecho
de asociación, sino a exhortar al cumplimiento de las disposiciones
mínimas que gobiernan la creación e integración de las
organizaciones sindicales, en el sentido de elegir un mecanismo
adecuado al momento de gestar o unirse a una organización
sindical, ya que para el caso de los actores, no puede corresponder
a un sindicato de empresa porque no tienen la calidad de
trabajadores de Indega S.A., sino a uno de industria o por rama o
actividad económica, que agremia a individuos que prestan
servicios en varias empresas pertenecientes a una misma industria
o rama de actividad económica, como la producción, distribución y
venta de bebidas artificiales.

En consecuencia, se impone concluir que el fuero alegado por los


demandantes es inexistente, en la medida que las reglas mínimas
del ordenamiento interno les impiden hacer parte del mencionado
sindicato de empresa, sin tener la condición de trabajadores de
Indega S.A., por lo que su afiliación y designación en las juntas
directivas nacionales y seccionales de esa organización, son
ineficaces.

No advirtió el Tribunal que el argumento principal de


INDEGA S.A. se fundaba en los efectos de la mencionada
decisión del 30 de septiembre de 2013, mediante la cual se
declaró la invalidez del acto de constitución del sindicato
ASOTRAC, institución en la que primigeniamente los actores

17
Radicación n° 42560

sustentaron el fuero sindical y que llevó a aquélla Colegiatura


a ordenar los reintegros atrás aludidos.

A juicio de la empresa demandada y tal como se verifican


en las cartas de terminación del contrato que remitió a cada
uno de los accionantes (folios 20 a 25, 163 y 164), «habiéndose
declarado la ilegalidad, nulidad de la organización (…) desde el momento
mismo de su creación, es claro que el fuero por usted detentado nunca
existió, fuero del que se hizo uso para ordenar de manera indebida el
reintegro a la sociedad INDEGA S.A. En esa medida y como consecuencia
de la nulidad declarada, la terminación del contrato efectuada por su
empleador el 19 de enero de 2010 es totalmente legal. Conforme a lo
anterior, al no existir la causa que le dio origen al mencionado contrato,
esto es un fuero sindical ilegal, derivado de una organización sindical
declarada ilegal, nos permitimos manifestarles que su contrato de trabajo
termina a la finalización de la jornada laboral del día 23 de octubre del
2013».

De una manera más simple, la empresa consideró que


esa decisión prácticamente sacó del mundo jurídico las
sentencias del 2 de mayo y 30 de septiembre de 2011, las
cuales tuvieron como trabajadores de INDEGA S.A. a los aquí
accionantes, y sin parar mientes consideró ilegales todas las
actuaciones efectuadas con posterioridad a ellas e incluso le
confirió validez al despido realizado el 19 de enero de 2010 por
Contactamos S.A., y en cuanto al fuero sindical originado en
la participación directiva dentro del sindicato Sinaltrapacol,
simplemente adujo que como ello se materializó estando
vigente una relación laboral que motu proprio calificó de ilegal,
entonces no era posible tenerlo en cuenta para efectos de
proceder al despido, sin emitir sobre dicho particular
argumentos adicionales.

18
Radicación n° 42560

En este punto del debate resalta la Sala que la


providencia que dejó sin efecto el acta de constitución de
ASOTRAC, esto es la del 30 de septiembre de 2013, se
manifestó que «el sindicato demandado se encuentra conformado por
personas que no son trabajadores de la demandante, en el cuadro
ilustrativo aparecen los nombre (sic) y apellidos de las personas que
conformaron la organización sindical y los números de folios que dan
cuenta que los mismos no están vinculados con la accionante sino con
CONTACTAMOS SERVICIOS». Empero, cabe precisar que en ese

proveído no se indicó expresamente que Luis Eduardo Rubio


Morales, Luis Fernando Beltrán Galeano, Cristóbal Mora Díaz
y Ramiro Rafael Barrios Fonseca, fueran trabajadores de
Contactamos S.A., de hecho si se observa con detenimiento el
cuadro relacionado, su espacio no contiene números de folios
que sirvieron al Tribunal para llegar a la conclusión referida.

Contra esa decisión, el precitado sindicato interpuso


tutela contra la Sala Laboral de Descongestión del Tribunal
Superior de Bogotá, la cual fue negada por esta Sala de
Casación una vez estimó que lo allí considerado era razonable
(CSJ STL4037-2013); sin embargo, huelga advertir que de
ningún modo se determinaron los efectos que dicha
providencia podría repercutir en las relaciones laborales de los
actores, menos aún sobre los de las sentencias que con
anterioridad ordenaron su reintegro.

19
Radicación n° 42560

En ese orden de ideas, estima la Sala que la actuación de


la empresa INDEGA S.A. se contrapone a la finalidad del
derecho colectivo del trabajo, pues atendiendo a la
complejidad del conflicto, y con mayores veras si los
trabajadores estaban cobijados con fuero sindical, todo este
embrollo fáctico y jurídico debió ponerlo en conocimiento del
juez del trabajo para que fuese quien determinara los efectos
de la sentencia del 30 de septiembre de 2013, en los términos
impuestos por el ordenamiento jurídico laboral (art. 405
C.S.T.), en vez de hacer uso de su posición dominante y
otorgarle el alcance que más se acomodaba a sus intereses.

Como la sentencia del juez plural sin duda fue ajena a


esta situación, en la medida en que los pilares jurídicos en los
que cimentó su fallo no atendieron el verdadero conflicto que
definía el asunto, la Corte dejará sin efecto la decisión
proferida el 10 de agosto de 2015, para que en su lugar se
profiera una nueva que se ajuste a lo aquí indicado.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley,

RESUELVE

PRIMERO: AMPARAR los derechos fundamentales al


debido proceso y a la asociación sindical, que le asisten a
RAMIRO RAFAEL BARRIOS FONSECA, LUIS FERNANDO

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Radicación n° 42560

BELTRÁN GALEANO, CRISTOBAL MORA DÍAZ y LUIS


EDUARDO RUBIO MORALES, por las razones expuestas en
las motivaciones de esta providencia.

DEJAR SIN EFECTO la decisión proferida el 10 de


agosto de 2015 por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, para que en su lugar profiera una
nueva que se ajuste a lo indicado en la parte considerativa de
esta providencia.

SEGUNDO: NOTIFICAR a los interesados


telegráficamente o por cualquier otro medio expedito.

TERCERO: REMITIR el expediente a la Corte


Constitucional para su eventual revisión, si esta decisión no
fuere impugnada.

Cópiese, notifíquese, publíquese y cúmplase.

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS


Presidente de Sala

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ

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Radicación n° 42560

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO

JUAN GUILLERMO HERRERA GAVIRIA


Conjuez

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Radicación n° 42560

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

SALVAMENTO DE VOTO
Tutela n° 42560

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS


Magistrado ponente

Ramiro Rafael Barrios Fonseca, Luis Fernando Beltrán


Galeano, Cristóbal Mora Díaz y Luis Eduardo Rubio
Morales Vs. la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá.

Conforme tuve la oportunidad de manifestarlo en la


sesión en la que se debatió el tema, me aparto de la
decisión mayoritaria de la Sala, que concedió el amparo, por
los motivos que paso a exponer:

23
Radicación n° 42560

Examinada la sentencia sobre la cual recae la censura,


no encuentra la suscrita ningún defecto que licencie la
concesión del amparo, especialmente porque ésta se
encuentra debidamente sustentada en raciocinios que en
nada se alejan del ordenamiento jurídico y que no pueden
tildarse de arbitrarios, pues reflejan la aplicación estricta de
la norma sustantiva, en razón a que el Tribunal encartado
declinó la pretensión de reintegro de los entonces
demandantes y ahora tutelantes, amparado en que el fuero
sindical que alegaron era inexistente. Tal conclusión no
merece ningún reparo en esta sede, porque aunque los
demandantes estuvieron afiliados a la organización
Sinaltrapacol, dicho sindicato es de empresa y en esa
medida no les era viable adherirse a dicha organización, por
cuanto no ostentaron la calidad de empleados de Indega
S.A., condición sine quanon para pertenecer a una
organización sindical de primer grado y que acá no estuvo
satisfecha, según quedó visto, toda vez que en realidad
prestaban sus servicios para Contactamos Ltda. Así refirió
el ad quem encartado:

(...) conviene aclarar que los demandantes laboraron en las


instalaciones de Indega S.A. por razón de dos sentencias
emitidas por este Tribunal, mediante las cuales se ordenó que
fueran reintegrados a esa sociedad, al concluir que se les
despidió sin obtener el permiso de la autoridad judicial pese a
estar aforados al sindicato Asotrac, organización de primer grado
y de empresa, conforme al registro efectuado 21 de julio de 2009
ante el ministerio del Trabajo.

No obstante, esta Sala considera oportuno advertir, que aquellas


providencias dispusieron el reintegro a indega S.A. por encontrar
que fue la empresa en la que venían desarrollando la labor, e
impusieron el pago solidario de las obligaciones económicas
derivadas de esa orden, pero de ninguna manera modificaron la

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Radicación n° 42560

re l ac ió n ju rí dic a qu e los ac c io n an te s sos tu v ie ro n con su


empleadora Contactamos Ltda., ni declararon la existencia de un
contrato de trabajo con la hoy demandada, en virtud de la cual
ésta se haya convertido en su patrona.

(...) Por lo tanto, se concluye que con posterioridad a las primeras


ordenes (sic) de reintegro, los actores desplegaron labores en
Indega S.A. pero no adquirieron la condición de trabajadores de
ésta, ya que su incorporación correspondió al acatamiento de dos
sentencias que nunca declararon la existencia del contrato de
trabajo, y por ello no pueden desplazar al acuerdo de voluntades
que marca el nacimiento a la vida jurídica de ese acto jurídico.

(...) cabe recordar que el Sindicato Nacional de Trabajadores de


l a E mp re s a P an amc o C o lo mb i a S . A . " S in al tr ap ac o l" , f u e
cons titu ido el 15 de sep tie mbre de 2005 como de una
organización de Primer Grado y de Empresa, conforme acreditan las
certificaciones de folios 64, 516, 590 y 591, expedidas por el
Ministerio del Trabajo.

De manera que sólo se puede concebir como integrantes de un


sindicato de empresa a las personas que mantienen un contrato
de trabajo con ella, pues si el objetivo de la actividad sindical y la
negociación colectiva es reguilar las condiciones de trabajo
mediante diversos mecanismos de concertación voluntar ia,
carecería de legitimación aquel miembro de un sindicato de
emp res a que pre tenda discu tir un as me jo res condic iones
laborales con alguien que ni siquiera es su empleador, puesto que al
fin de cuentas, sólo será éste quien asuma las obligaciones que
emanen de los convenios que celebre con sus trabajadores
sindicalizados, dado el carácter bilateral y reciproco (sic) que
distingue al contrato de trabajo.

Y es que un razonamiento de tales características no afecta el


núcleo esencial del derecho a la libertad sindical, ya que éste no
es absoluto y encuentra límites en la regulación que establecen
las normas sustantivas laborales para la conformación de
sindicatos, por lo que esta decisión no se dirige a coartar el
derecho de asociación, sino a exhortar al cumplimiento de las
disposiciones mínimos que gobiernan la creación e integración de
l as o rg an iz ac io n es s in dic ale s , en el sen tido de e le g ir un
mecanismo adecuado al momento de gestar o unirse a una
organización sindical, ya que para el caso de los actores, no
puede corresponder a un sindicato de empresa porque no tienen
la c alid ad de trab ajadores de Indega S.A., sino a uno de
industria o por rama de actividad económica, que agremia a
indiv iduos que pres tan servicios en v arias em pres as
pertenecien tes a una misma indus tria o rama de ac tividad

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Radicación n° 42560

económica, como la producción, distribución y venta de bebidas


artificiales.

En consecuencia, se impone concluir que el fuero alegado por los


demandantes es inexistente, en la medida que las reglas
mínimas del ordenamiento interno les impiden hacer parte del
mencionado sindicato de empresa, sin tener la condición de
tr ab ajadores de Indega S.A., por lo que su af iliac ión y
designación en las juntas directivas nacionales y seccionales de
esa organización, son ineficaces.

En efecto, se advierte que la primera condición para


otorgar prosperidad a las pretensiones formuladas por los
entonces demandantes era la de establecer su status de
aforados; no obstante, aquello no ocurrió, dado que las
afiliaciones en virtud a las cuales alegaron la protección
sindical, carecían de validez, debido a que no demostraron
ser empleados de Indega S.A. lo que les impedía hacer parte
del sindicato de empresa y beneficiarse de la garantía foral.

Recuérdese además que esta Sala ha sostenido desde


tiempos pretéritos que la propia Constitución Política
reviste de autonomía a los juzgadores en la adopción de sus
decisiones, por lo que no es procedente la acción de tutela
para controvertir el juicio o criterio en que los
sentenciadores de instancia fundamentaron su decisión, de
la cual bien se puede discrepar, pero no por ello configura
violación de derecho fundamental alguno. El juez de tutela
no puede convertirse en una instancia revisora de los
raciocinios del juez que ordinariamente conoce de un
asunto, salvo que existan desviaciones protuberantes que

26
República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

riñan con el ordenamiento jurídico, lo cual, acá no se


acreditó.

Así las cosas, la conclusión del Tribunal censurado,


según la cual «la afiliación y designación en las juntas directivas
nacionales y seccionales [de los demandantes](...), son ineficaces», que

impidió tener a los tutelantes como acreedores de la


garantía foral reclamada, resulta razonable, no aparece
caprichosa, ni carente de base jurídica o fáctica, motivo por
el cual me aparto de la decisión mayoritaria de la Sala, en
tanto, no le es permitido al juez constitucional entrar a
controvertir una decisión judicial so pretexto de tener una
opinión diferente, pues quien ha sido encargado por el
legislador para dirimir el conflicto es el juez natural y su
convencimiento debe primar sobre cualquier otro, salvo que
se presenten vías de hecho que, en este caso, no se
vislumbran .

Por las razones expuestas, el amparo deprecado no


estaba llamado a la prosperidad.

Fecha et supra,

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Radicación n° 42560

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

Magistrada

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