Você está na página 1de 54

Facultad de Ciencia Tecnología y Ambiente

Departamento de Desarrollo Tecnológico


Asignatura: Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente

MATERIAL DIDÁCTICO

Docente de la asignatura
Ing. Jairo José Morales Mendoza MSc

Managua, Nicaragua
2019

1
ÍNDICE DE CONTENIDO

Página
1. Ambiente 3
1.1. Introducción 3
1.2. Conceptualización e importancia 7
1.3. Características del ambiente 14
1.4. Tipos de ambiente 14
1.5. Funciones que desempeña el medio ambiente desde el punto de 15
vista económico
1.6. Elementos/componentes del ambiente 15
1.6.1. Factores o parámetros ambientales 17
1.7. Las cinco esferas ambientales 17
1.8. Principios básicos de la naturaleza 20
1.9. Ámbitos de integración del ambiente 23
1.9.1. Ambiente y desarrollo sostenible 23
1.9.2. Ambiente y reducción de la pobreza 25
1.9.3. Ambiente y desarrollo social 26
1.9.4. Ambiente y desarrollo económico 27
1.9.5. Ambiente y seguridad 27
1.9.6. Género y ambiente 28
1.10. Derechos humanos. gobernanza y ambiente 29
1.11. Derecho a un ambiente limpio, sano, seguro y saludable 30
1.12. Efectos ambientales y sociales del crecimiento de la población 32
1.13. Conservación del ambiente 45
1.14. Acciones del ciudadano ambientalmente consciente 46
1.15. Política y marco legal ambiental de Nicaragua 47
Lista de Referencias 51

2
1. Ambiente

1.1. Introducción

En los últimos años, las preocupaciones respecto de los problemas ambientales


que aquejan a nuestra sociedad han sido motivo de análisis, propuestas e incluso
legislación y hoy figuran entre los más grandes desafíos para el bienestar de la
población. Con frecuencia son los más pobres quienes soportan la mayor parte
de los costos e impactos ambientales. Son estos sectores los que sufren los
efectos de la degradación ambiental y las consecuencias del cambio climático; y
son los que precisamente menos apoyo reciben del Estado y los que tienen menos
recursos disponibles para adaptarse a situaciones cambiantes. La lucha contra la
degradación ambiental y las medidas en favor de la sostenibilidad del ambiente
(sostenibilidad ambiental) están estrechamente vinculadas con lo dispuesto en la
Constitución Política y en la Política y Legislación Ambiental de Nicaragua
respecto a la conservación, protección, uso, manejo y aprovechamiento sostenible
de los recursos naturales.

Un aspecto que genera preocupación es el cambio climático que afecta


esencialmente a los más pobres. No obstante, hay otros problemas ambientales
que adquieren cada vez mayor gravedad, como la contaminación del aire y aguas,
erosión del suelo, escasez de recursos hídricos, deforestación y pérdida de la
biodiversidad. Estos problemas son especialmente severos en las economías en
desarrollo, y tienen efectos particularmente negativos en los pobres.

Es innegable la influencia que el ambiente en que nos desarrollamos ejerce sobre


los seres humanos; de igual modo, nosotros influimos en el ambiente alterándolo
y modificándolo. A su vez, estas alteraciones y modificaciones influyen en
nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. El ser humano y los
diferentes elementos del ambiente constituyen un sistema que interactúa
constantemente y cuyas partes son indivisibles.

En el siglo pasado, se ha podido constatar el incremento acelerado de los efectos


que ha provocado el manejo inadecuado de los elementos del ambiente y los
recursos naturales, sobre todo desde la era industrial, generando alteraciones al
estado natural del planeta Tierra, como la contaminación, el calentamiento global,
cambio climático, erosión y desertificación, entre otros.

Hoy en día, raras veces se puede observar el ambiente en su estado natural,


generalmente nos encontramos en un medio antropogénico, vale decir, alterado
o cambiado por las sociedades humanas según sus necesidades, aspiraciones e
intereses.

Las sociedades utilizan los elementos del ambiente, recurren a ellos, y los
transforman en recursos que son la base productiva y de desarrollo (Bernex &
Montes, 1996; Martínez - Alier, 1997; Brack, 1998, Azqueta & Sotelsek, 1999).

3
El ambiente incluye recursos y condiciones biofísicas de los cuales dependen la
vida y actividades humanas, y que a su vez son influidos por éstas.

El clima es un componente crítico del ambiente que debe ser tenido en cuenta
junto con otras cuestiones, y el cambio climático inducido por las actividades
humanas representa un reto adicional para el desarrollo sostenible.

El ambiente de un ser vivo está formado por todo aquello que le influye, el medio
físico en el que vive y los otros seres vivos con los que se relaciona.

El ser humano a lo largo de la historia ha modificado el ambiente. Cualquier


actividad como la caza, construcción de viviendas o la agricultura, causa
alteraciones más o menos graves del ambiente.

A partir del siglo XIX, debido al uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo) y al
gran aumento de la población, los cambios producidos por el ser humano han sido
mucho más importantes; y en general, esos cambios tienen efectos negativos
sobre el ambiente.

Cada elemento individual de nuestra vida diaria es parte del ambiente, incluyendo
el aire que respiramos, la condición de nuestros cuerpos, cada artículo individual
de nuestros hogares, y cada partícula de alimento y agua que consumimos.

Es importante resaltar que el ambiente no se puede tratar de forma separada de


los otros sectores de la economía. Más bien es un elemento transversal, ya que
es todo lo que nos rodea, incluyendo a la especie humana y es la naturaleza
misma (natural y artificial).

El deterioro del ambiente natural y humano tiene un impacto crucial en la mayoría


de los pobres del mundo, pues son los que dependen directamente de los
recursos naturales para su sustento (sobre todo a través de la agricultura,
silvicultura y pesca), y de los ecosistemas que proporcionan servicios valiosos
(agua y aire limpio, prevención de inundaciones, etc.). El cambio climático está
intrínsecamente ligado a todos estos problemas, en especial a causa de la
escasez de agua, inseguridad alimentaria derivada de sequías y desertificación,
elevación del nivel del mar, nuevos riesgos para la salud, fenómenos
meteorológicos extremos y presión que la migración ejerce. También puede
agudizar los conflictos y competencia sobre recursos naturales escasos o
degradados. Los países pobres y las islas pequeñas son particularmente
vulnerables y tienen mayor dificultad para hacer frente a la degradación ambiental
y adaptarse a los efectos del cambio climático.

La degradación del ambiente y/o degradación ambiental presenta muchas facetas


y es causa de muchos problemas: la pérdida de biodiversidad perturba la
agricultura, disminuye la pesca, y reduce oportunidades para la investigación
médica y la seguridad alimentaria. La rápida deforestación a nivel mundial,
principalmente debida a la conversión de bosques en campos de cultivo y a la tala
4
ilegal, sigue progresando a un ritmo alarmantemente alto de aproximadamente 13
millones de hectáreas anuales, amenazando a unos 1600 millones de pobres cuyo
sustento depende en gran medida de los bosques, incluida la seguridad
alimentaria (carne de animales silvestres, frutas y verduras), salud (plantas
medicinales), vivienda (materiales de construcción), y energía (leña y carbón de
leña). Las encuestas muestran que casi el 70% de las tierras áridas del mundo
sufren diversos grados de degradación y desertificación que afectan gravemente
alrededor de 900 millones personas que viven en esas zonas. Las sustancias
químicas y residuos, a menudo mal gestionados, son causa de importantes
problemas sanitarios y ambientales, especialmente en los países en desarrollo.

El impacto producido por los seres humanos sobre el ambiente natural ha


aumentado rápidamente como consecuencia del crecimiento demográfico, el
rápido desarrollo tecnológico, la industrialización y la expansión agrícola. A menos
que cambiemos nuestra relación con el ambiente, estas presiones, que se
encuentran en aumento, van a limitar la capacidad del planeta Tierra para
abastecer las economías mundiales de suficiente agua, energía y otros recursos
básicos, y se darán cambios sustanciales que crearán incertidumbres e
inestabilidades. Cada vez somos más conscientes de nuestro impacto sobre el
ambiente, sobre todo de los desafíos del cambio climático, considerado como la
prueba política suprema de nuestra generación.

Los beneficios del crecimiento económico ya no podrán compensar las


consecuencias indeseables de nuestras actividades sobre el ambiente. En lugar
de aumentar la riqueza, las actividades económicas ahora amenazan con crear
un planeta cada vez más inhóspito, con una reducción de los recursos naturales
y un incremento en los costos de la gestión ambiental. Estas amenazas son
globales, pero los impactos son más severos en el mundo en vías de desarrollo.
Cualquier modelo de desarrollo que no tome en cuenta estas consecuencias no
será capaz de garantizar un aumento en la prosperidad, particularmente para las
comunidades más pobres.

Las políticas de desarrollo normalmente se han centrado en la producción y


crecimiento económico, sin tomar en cuenta el ambiente y los servicios
funcionales ocultos que éste proporciona. Esto ha derivado en un gran daño
ambiental que afecta sobre todo a los países y comunidades más pobres, donde
los recursos naturales tales como la leña y el agua son esenciales para la vida.
La ironía es que estos recursos de propiedad común se han visto agotados,
anexionados o sujetos a sobreexplotación aún cuando la economía del país
parecía crecer de manera vigorosa. Esto ayuda a explicar la resiliencia de la
pobreza ante un crecimiento económico demostrable.

La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM, 2005) destaca que a escala
global el ambiente, a través de los bienes y servicios ambientales que proporciona
a la sociedad y a la economía, juega un papel crítico en nuestro modo de vida. El
ambiente natural proporciona cuatro categorías de servicios: de

5
aprovisionamiento (p.e. alimentos, agua y fibras), de regulación (p.e. clima, agua
y enfermedades), culturales (p.e. espiritual, estético, recreativo y educativo) y de
apoyo (p.e. producción primaria y formación de suelos).

El concepto de desarrollo sostenible, basado en enfoques que no solamente


abordan objetivos económicos, sino también sociales y ambientales, sigue siendo
un reto a nivel local y global.

El cambio climático representa un reto adicional y formidable para el desarrollo


sostenible, el cual interactúa con las tendencias ambientales actuales e intensifica
las presiones. Asimismo ofrece grandes oportunidades para estimular nuevas
maneras de pensar y promover trayectorias de desarrollo sostenible.

A pesar de las muchas iniciativas a escala mundial, nacional y local para abordar
los aspectos relativos al ambiente, el auge económico sin precedentes y el rápido
crecimiento de la población han tenido repercusiones muy negativas para el
ambiente.

La preocupación mundial por el ambiente es uno de los asuntos que están en el


orden de prioridad de todos los gobiernos del mundo. Educar para conservar
nuestro maravilloso legado natural es una obligación y a la vez una invitación a
participar en el mantenimiento de todos y cada uno de los espacios privilegiados
que han permanecido inalterables con el paso de los años.

Poco a poco y lentamente los efectos de la acción humana han causado deterioros
en el entorno natural. No podemos dejar de lado que a veces la mano del ser
humano ha causado más daño que bien, pero en nuestras manos está sembrar
los conocimientos suficientes a jóvenes y adultos para que se conciencien de que
si el ambiente enferma, nuestra vidas también.

Debemos, pues, considerar, el ambiente en su totalidad, es decir, el medio natural


y el creado por el ser humano (tecnosfera). Ahora tenemos la oportunidad de
constituir un proceso continuo y permanente en todos los niveles y en todas las
modalidades educativas. Nuestra meta debe ser siempre mejorar las relaciones
ecológicas, incluyendo las del ser humano con la naturaleza y la de los seres
humanos entre sí.

La actuación del ser humano ha puesto en peligro los recursos naturales


renovables, y ha ocasionado que comiencen a agotarse los recursos naturales no
renovables, aunque la atmósfera, las aguas y los suelos parecen tan vastos que
resulta difícil creer que el comportamiento de los seres humanos pueda llegar a
afectarlos. Sin embargo, la población aumenta constantemente; cada vez hay más
edificios, más vehículos, más industrias, más polvo, más residuos, más ruido y,
en peligroso contraste para la supervivencia del ser humano a largo plazo, cada
vez hay menos campos, menos árboles, menos animales; cada vez es más difícil
encontrar el agua necesaria, alimentos frescos, combustibles y minerales. El

6
interés por la protección del ambiente está centrado en la salud y el bienestar de
los seres humanos, el cual es el agente causante fundamental de la continua
degradación ambiental y, al mismo tiempo, la víctima principal.

El cuidado del ambiente no es sólo una tarea que concierne a los gobiernos y las
grandes empresas, cada vez más se ve necesaria una participación de todos los
ciudadanos y ciudadanas para causar perjuicios al entorno. Múltiples causantes
de contaminación son provocadas directamente por la acción del ser humano.
Algunos ejemplos pueden ser el efecto invernadero, la reducción de la capa de
ozono, la deforestación y la extinción de especies vegetales y animales derivadas
de la contaminación de los ecosistemas.

Las plantas, los animales, el suelo, el agua y otros elementos, son indispensables
para la vida del ser humano, por lo que resulta un deber ineludible para todos y
todas conservar estos recursos naturales básicos. La responsabilidad en la
protección del ambiente y los recursos naturales es de todos y todas.

1.2. Conceptualización e importancia

Medio ambiente: estas dos palabras surgieron del error cometido en la traducción
de la Primera Cumbre de la Tierra celebrada en Estocolmo en 1972, de la palabra
inglesa -environment-, medio ambiente, medioambiental; es un término mal
utilizado y redundante, según el uso correcto de las palabras lo adecuado es decir
solo ambiente (Villavicencio, 2011).

A favor de muchas opiniones, la expresión “medio ambiente” es un pleonasmo, y


se puede sustituir por otras expresiones más específicas o ambiguas como es el
caso de ambiente o entorno. La palabra “medio” puede ser un sustantivo y también
un adjetivo, con el significado de la mitad, por lo que no se debiera decir “Ministerio
de Medio Ambiente”, por ejemplo, sino “Ministerio del Ambiente”, ya que el empleo
del artículo determina el uso del término como sustantivo; cuando se dice
solamente “Ministerio del Ambiente” es porque el sustantivo “medio” se encuentra
sobreentendido.

Los seres humanos desarrollan su vida en un espacio físico rodeado por otros
organismos y el medio físico y socioeconómico. Los factores bióticos y abióticos
interaccionan entre sí generando un lugar propio y dicho espacio se denomina
ambiente.

Giannuzzo (2010), destaca que el concepto del término ambiente incorpora y


admite indisociablemente la tecnosfera, es decir, el mundo de las invenciones y
de la cultura humana (Enkerlin, 1997), el mismo ser humano como ser vivo y
ambos a la vez en interacción con la naturaleza.

González & Valencia (2013), expresan que el término ambiente se entiende como
un encuentro entre la naturaleza y la cultura, esto es, como un constructo social,

7
que refleja la interacción entre el ser humano y el espacio biofísico en el que
habita. Además, manifiestan que este término aún hoy en día se lo identifica
exclusivamente con el entorno biofísico, un objeto proveedor “inagotable” de
bienes que satisfacen necesidades humanas (alimento, vestido, etc.). Así
entendido, el ambiente es necesariamente una externalidad: un bien en sí mismo
y, a la par, un instrumento que le permite a la especie humana la realización de
ciertos fines o, mejor, la satisfacción de ciertas necesidades, pero en todo caso
ajeno a la cultura, a la construcción social.

El ambiente debe entenderse como una forma particular de representación que,


de las interacciones entre el sistema biofísico y el sistema cultural, han construido
los diferentes tipos de configuraciones humanas, a través de la historia. Esta
concepción del ambiente se sustenta en el hecho de que, históricamente, es
posible hallar evidencias de distintos tipos de interacción entre estos dos sistemas,
de las cuales ha surgido una estructura, una forma de ser de esas relaciones, que
explicitan en las formas materiales y simbólicas de las distintas culturas .

Más que un objeto, que una externalidad, el ambiente es un constructo social, una
realidad histórico-social y cultural en el que se articulan, indisolublemente el
entorno biofísico y el universo simbólico, el mundo de las mentalidades, de las
representaciones; naturaleza y cultura. Así, pues, es claro que cada cultura, en su
respectiva época, ha construido un ambiente que, necesariamente, comprende
estos dos elementos, debido a que aquel es siempre el resultado de la interacción
permanente entre naturaleza y cultura.

Podemos llamar al ambiente “la casa grande”, es decir que comprende nuestra
vivienda y lo que la rodea: casas, calles, tiendas, campos de cultivos, corrales,
bosque, plantas, agua*, tierra, elementos culturales, animales, clima y otros seres
humanos. También nosotros somos parte del ambiente.

Las condiciones del ambiente de una sociedad, sumadas a la organización interna


del sistema humano societal, son los factores principales que inciden sobre la
calidad de vida de las personas (Gallopin, 1986, citado por Sánchez, & Guiza,
1989).

Giannuzzo (2010), destaca los siguientes aspectos relativos a las acepciones del
término “ambiente” en diversas disciplinas:

En la química y la ingeniería, por ejemplo, es común el uso del vocablo


aludiendo a los componentes abióticos de los ecosistemas, agua, suelo, aire.
En las ciencias sociales y humanas, el término suele utilizarse para indicar
ciertas condiciones externas a un fenómeno bajo estudio; se hace referencia al
ambiente económico, cultural, político. En biología y ecología, su uso alude a
las condiciones bióticas y abióticas en las que vive un organismo, población o
comunidad, es decir, al conjunto de influencias del exterior sobre los mismos.
En ecología humana, es considerado como el conjunto de parámetros externos

8
que, en forma directa o indirecta y a corto plazo, pueden tener influencia en la
calidad de vida del ser humano.

Desde el derecho, el ambiente ha sido descrito, por ejemplo, como el producto


de la interrelación de los subsistemas naturales, económicos y sociales (Sisto,
1999). En este sentido, el concepto suele ser acotado como ambiente social,
sociocultural, natural, haciendo referencia a los subsistemas en interrelación o,
por el contrario, reconociéndolos como entidades autónomas identificables y
contrastables.

En áreas como la economía y la economía ecológica, el ambiente es referido


como entorno o medio, como subsistema dentro de la interrelación de los
sistemas naturales y sociales o, con menor frecuencia, el ambiente como la
integridad plasmada por los subsistemas naturales y culturales. Otra
posibilidad, muy extendida en las áreas mencionadas y otras, es la
homologación del ambiente con la naturaleza.

Desde la nueva corriente denominada epistemología ambiental, queda claro


que el ambiente es el campo de relaciones entre la naturaleza y la cultura (Leff,
2004), es decir, que lo que se redefine es el vínculo dinámico que decide entre
ambas las mutuas afectaciones observables.

Ahora bien, partiendo de una concepción de ambiente como una construcción


conceptual referida a la interacción humanidad/naturaleza como un conjunto
indisoluble, dadas las mutuas interacciones de sus componentes, se percibe
que lo ambiental comprende lo natural, lo social y lo humano (pp. 141-142).

El ambiente y sus recursos son la base de sustentación de la vida del homo


sapiens sobre la Tierra (González-Dávila, 2004). Es una parte constitutiva de la
población-territorio (Blacutt, 2013). Constituye una preocupación social creciente
(Rodríguez, 1997). Como fuente de recursos abastece al ser humano de materias
primas y energía para su desarrollo (Dellavedova, 2011). Es el entorno vital, o sea
el conjunto de factores físico-naturales, estéticos, culturales, sociales y
económicos que interaccionan con el individuo y con la comunidad en que vive.
Es fuente de recursos que abastece al ser humano de las materias primas y
energía que necesita para su desarrollo sobre el planeta Tierra. Es el producto de
la interacción dinámica de todos los elementos y seres vivos presentes en un
lugar. Los organismos habitan junto a otros seres vivos sometidos a diversas
influencias y acontecimientos. Este conjunto constituye su ambiente
(https://josecastillobolivar.wordpress.com/2013/05/27/el-ambiente-un-sistema-
por-naturaleza/).

Con respecto a las definiciones del término ambiente, Pulido (2004); expresa lo
siguiente:

9
Tradicionalmente se ha identificado de forma errónea el concepto de ambiente
con el de naturaleza o más propiamente con el de capital natural. Esta visión
del medio ambiente es una visión restrictiva, más propia de décadas anteriores
a la de 1960 que de las circunstancias actuales.

Las definiciones del término ambiente corresponden a un concepto


esencialmente antropocéntrico o relacionado con el ser humano. Desde esta
perspectiva, el ambiente incluye los factores abióticos (suelo, agua, atmósfera,
clima, sonido, aromas y sabores), los factores bióticos (flora, fauna, ecología,
bacterias y virus) y todos los factores sociales que forman parte del concepto
genérico de calidad de vida. El individuo es el centro de las cosas y los valores
ambientales se reducen al bienestar de los seres humanos. El sistema
económico está separado del ambiente, pero éste interesa en la medida en
que provee determinados recursos que son esenciales para el desarrollo
económico y la mejora de las condiciones de vida del ser humano (pp. 4-5).

Varios autores utilizan en diferentes países el termino ambiente como sinónimo


de medio ambiente, que incluso se ha vista desplazado por aquel (Sánchez, &
Guiza, 1989). A continuación se presentan algunas definiciones del término
ambiente:

 Conjunto de elementos naturales y sociales que se relacionan estrechamente,


en los cuales se desarrolla la vida de los organismos y está constituido por los
seres biológicos. La flora, la fauna y los seres humanos representan los
elementos biológicos que conforman el ambiente y actúan en estrecha relación
necesitándose unos a otros
(http://ambientelectricaunefa2010.blogspot.com/p/aspectos-basicos.html).

 Complejo sistema global conformado básicamente por dos grandes


subsistemas (físicos y biológicos, y sociales) complejos y dinámicos, que
interactúan entre sí con mayor o menor intensidad
(https://josecastillobolivar.wordpress.com/2013/05/27/el-ambiente-un-sistema-
por-naturaleza/).

 Región, alrededores y circunstancias en las que se encuentra un ser u objeto.


El ambiente de un individuo comprende dos tipos de constituyentes: El medio
puramente físico o abiótico, en el cual él existe (aire, agua) y el componente
biótico que comprende la materia orgánica no viviente y todos los organismos,
plantas y animales de la región, incluida la población específica a la que
pertenece el organismo
(https://www.crq.gov.co/Documentos/GLOSARIO%20AMBIENTAL/GLOSARI
O%20AMBIENTAL.pdf).

 Conjunto de fenómenos o elementos naturales y sociales que rodean a un


organismo, a los cuales este responde de una manera determinada. Estas
condiciones naturales pueden ser otros organismos (ambiente biótico) o

10
elementos no vivos (clima, suelo, agua). Todo en su conjunto condiciona la
vida, el crecimiento y la actividad de los organismos vivos
(http://www.ecoestrategia.com/articulos/glosario/glosario.pdf).

 Conjunto de elementos físicos, químicos, biológicos y de factores sociales,


capaces de causar efectos directos o indirectos, a corto o largo plazo, sobre los
seres vivos y las actividades humanas (Primera Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medioambiente Humano, 1972, citado por Giannuzzo, 2010).

 Conjunto de condiciones externas que influyen sobre el ser humano y que


emanan fundamentalmente de las relaciones sociales (Sánchez, 1982, citado
por Sánchez, & Guiza, 1989).

 En términos funcionales se define como el conjunto de factores, o si se quiere,


variables, no pertenecientes al sistema bajo consideración que interactúan con
elementos de dicho sistema (o con el sistema en su totalidad) (PNUD, 1980,
citado por Sánchez, & Guiza, 1989).

 Conjunto de procesos y funciones con los que se desarrolla y opera un


ecosistema; forma el dintorno en el cual se presentan las cualidades
específicas por la interacción de los factores limitativos y la biota (Sarmiento,
2000).

 Es la suma total de todas las condiciones externas, capaces de influir en los


organismos vivientes (Valenzuela, 2006).

 Es todo lo que nos rodea. Es el espacio en el que vivimos e implica el entorno


físico, biológico, social, cultural y económico, es decir todos aquellos elementos
con o sin vida que existen de forma natural y/o son producto de la intervención
humana; de esta manera existe una relación del ser humano con su entorno
(CIEC-LIDEMA, 2007).

 Entorno natural de la población humana (Programa Nacional de Ciencias del


Medio Ambiente y el Hábitat de la República de Colombia, citado por Sáenz,
2007).

 Entorno físico-biótico, su relación con la estructura sociocultural y las dinámicas


que tal relación conlleva (Política Nacional de Investigación Ambiental de la
República de Colombia, citado por Sáenz, 2007).

 Conjunto de factores naturales, sociales, económicos y culturales que rodean


al ser humano (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente,
citado por Sáenz, 2007).

 Conjunto de elementos naturales y artificiales o inducidos por el ser humano


que hacen posible la existencia y desarrollo de los seres humanos y demás

11
organismos vivos que interactúan en un espacio y tiempo determinados
(Villavicencio, 2011).

 Factores que nos rodean (vivientes y no vivientes) que afectan directamente a


los seres vivos. El ambiente no está constituido sólo por factores físicos o
biológicos, sino por factores sociales, económicos, culturales, históricos, etc. El
ambiente es un concepto muy amplio e incluye prácticamente todo lo que nos
rodea, incluidos nosotros mismos y su principal característica es que se
encuentra en permanente transformación (Sánchez y Gándara, 2011).

 Conjunto de elementos naturales y artificiales o inducidos por el ser humano


que hacen posible la existencia y desarrollo de los seres humanos y demás
organismos vivos que interactúan en un espacio y tiempo determinados
(LGEEPA, 1988, citado por Vázquez Rodríguez et al., 2014).

 Elementos terrestres, hídricos, atmosféricos y bióticos que rodean a las


sociedades humanas, así como a las interrelaciones que se establecen entre
estos elementos, también llamados esferas (Vázquez Rodríguez et al., 2014).

 Sistema de elementos bióticos, abióticos, socioeconómicos culturales y


estéticos que interactúan entre sí, con los individuos y con la comunidad en la
que viven determinando su relación y sobrevivencia (Asamblea Nacional de la
República de Nicaragua, 2014):

 Es el producto [he de recalcar que producto no es suma] –previsto o imprevisto–


de las interacciones entre sistemas naturales y sistemas sociales a lo largo del
tiempo (Castro, 2015, citado por Morales-Jasso, 2016).

 Lugar que nos rodea, con sus circunstancias físicas, químicas, biológicas,
antroposociales, lo que incluye las culturales y por lo tanto, las económicas y
políticas (Morales-Jasso, 2016).

 Incluye tanto a lo natural no antrópico como a lo antroposocial, por lo que el


ambiente es un “continuum social-natural o natural-social que varía histórica y
geográficamente (Aguilar & Torres 2005, citado por Morales-Jasso, 2016).

Clarke (1995) ofrece tres posibles definiciones del término ambiente:

Física/natural: Características de los paisajes (el clima, los suelos, la


geología…) que no han sido modificadas por el impacto humano.

Geográfica: Tiene en cuenta cambios producidos por el ser humano,


acostumbrándose a distinguir entre paisaje habitado/inhabitado,
urbano/rural…

12
Ecológica: Son las condiciones externas o ambientales en las que viven los
animales y las plantas.

Cicero, (2009), destaca definiciones del término ambiente desde diferentes


visiones:

Fuente de recursos, un soporte de actividades productivas, un lugar donde


depositar los desechos... (Visión económica o productiva).

Sistema formado por el ser humano, la fauna, la flora, el suelo, el aire, el clima,
el paisaje, los bienes materiales, el patrimonio cultural y las interacciones
entre todos estos factores (Visión administrativa operativa).

Suma de factores físicos, químicos y biológicos que actúan sobre un individuo,


una población o una comunidad (Visión desde la ecología).

Como se puede apreciar fácilmente, un elemento común a todas las definiciones


del término ambiente expuestas anteriormente son: como entorno,
específicamente, entorno natural o biofísico de los seres humanos.

En la mayoría de los casos, la visión del ambiente se ve restringida al concepto


de recurso ambiental. A pesar de la disparidad de sus definiciones, la más
consensuada entre los autores, posiblemente por su amplio carácter, es la
realizada por las Naciones Unidas, por lo que los recursos naturales son “todos
aquellos productos de la naturaleza que tienen una utilidad para la humanidad”.

Esta definición, si bien es excesivamente general, contiene tres ideas básicas que
se repiten en la mayoría de las definiciones: a) el hecho de que son parte o se
obtienen a partir de un sistema natural, b) que satisfacen necesidades y c) que
enfatizan el carácter pasivo de la disponibilidad de los recursos naturales,
ignorando el proceso activo de apropiación y transformación de los recursos a
través de la aplicación del conocimiento científico-técnico. De esta manera por
tanto, su consideración como tales puede variar a lo largo del tiempo y del espacio
(http://desenvolupamentsostenible.org/es/poblacion-mundial-y-desarrollo-
sostenible/4-la-interrelacion-entre-poblacion-y-medio-ambiente).

Gómez (2000), expresa que el ambiente, definido en un sentido amplio, presta a


los seres humanos un conjunto de servicios indispensables para el crecimiento
económico. La naturaleza aporta todos los materiales y fuentes de energía
indispensables para la producción de bienes, asimila y capta los vertidos y demás
formas de contaminación que resultan de la producción y el consumo, aporta
valores de opción, de existencia, de recreación, etc. que los seres humanos
consideramos importantes para nuestro bienestar, y también hace del planeta
Tierra un lugar adecuado para la existencia de las múltiples formas de vida y de
la propia civilización.

13
En términos macroscópicos se suele considerar al ambiente como un sector,
una región o un todo (escala global). En cada uno de esos niveles o alcances de
estudio hay una interacción entre los factores físicos, químicos, biológicos,
sociales y culturales, especialmente del aire, del agua o del suelo como agentes
abióticos y de toda una gran variedad de organismos animales y vegetales, con
distinto nivel de organización celular, como integrantes del mundo biótico
(Valverde et al., 2007).

1.3. Características del ambiente

 El ambiente es el producto de la interacción dinámica de todos los elementos,


objetos y seres vivos presentes en un lugar.

 Todos los organismos viven en medio de otros organismos vivos, objetos


inanimados y elementos, sometidos a diversas influencias y acontecimientos.
Este conjunto constituye su ambiente.

 Plantas y animales dependen de los componentes y características del


ambiente para crecer y reproducirse.

 Los seres vivos se ajustan al ambiente mediante adaptaciones producidas por


cambios genéticos que han aparecido a lo largo de muchos siglos.

 A su vez, plantas y animales actúan sobre el ambiente en el que se


desarrollan, modificándolo.

1.4. Tipos de ambiente

El concepto de ambiente indica una relación, un objeto concreto y todo lo que lo


rodea y que lo afecta directa e indirectamente, y se pueden distinguir tres grandes
categorías de ambiente; el ambiente natural, el ambiente creado y el ambiente
inducido; otros autores destacan otros tres grandes categorías, el ambiente
biótico, el ambiente físico y el ambiente socio económico, las cuales constituyen
los mismos elementos (Gutiérrez, Estrada, Altamirano & Valle, 2014).

 Ambiente natural: Está constituido por los recursos naturales, es decir todos
los elementos bióticos (biológicos) y abióticos (físicos) del ecosistema.
Comprende componentes físicos, tales como aire, temperatura, relieve, suelos
y cuerpos de agua así como componentes vivos, plantas, animales y
microorganismos

 Ambiente creado: Está constituido por todas las cosas o instituciones creadas
por el ser humano, las que pueden ser abstractas como leyes, instituciones etc.
o materiales como todos los productos resultantes de la transformación de los
recursos naturales, es decir todo producto proveniente de la manufactura o la

14
cultura. Comprende todos los elementos y los procesos hechos por el ser
humano.

 Ambiente inducido: Está constituido por todos los productos de la agricultura


(productos vegetales, etc), la cría de ganado, la acuicultura (piscicultura,
camaronicultura), la silvicultura, y todos aquellos productos que son fruto de la
inducción.

1.5. Funciones que desempeña el ambiente desde el punto de vista


económico

En relación a las funciones relevantes que desempeña el ambiente desde el punto


de vista económico, Pulido (2004); expresa lo siguiente:

El ambiente ha estado durante mucho tiempo fuera del análisis económico


convencional. Los principales bienes que lo configuran han sido clasificados
tradicionalmente como no económicos, pues se consideraban bienes no
producidos, no valorables monetariamente y no susceptibles de apropiación.
Por otro lado, la abundancia relativa de estos bienes y la percepción de un
medio ambiente con capacidad ilimitada para sostener la actividad económica
han justificado durante décadas un total desentendimiento del análisis
económico y, a la vez, la falta de una intervención pública sistemática dirigida
a su gestión. Con el paso del tiempo, la situación ha ido cambiando, en la
medida en que las actividades humanas de producción y consumo han
alcanzado un nivel tal que ha evidenciado tanto la escasez de recursos
naturales no renovables como la degradación de los recursos naturales
renovables. Así, a pesar de que, en su origen, la actividad económica surge en
respuesta a las limitaciones del medio natural para satisfacer plenamente las
necesidades humanas, se ha asumido definitivamente que el ser humano no
puede prescindir del medio ambiente, en la medida en que éste cumple, al
menos, tres funciones relevantes desde el punto de vista económico:

 Interviene en la función de producción de gran parte de los bienes


económicos.
 Forma parte de la función de utilidad de los individuos.
 Sirve como receptor de los residuos derivados de las actividades humanas
de producción y consumo.

En consecuencia, la sobreexplotación del ambiente deteriora el desempeño de


estas funciones y, consiguientemente, afecta a la viabilidad de los procesos
productivos, además de la salud del ser humano y a su calidad de vida. Por
tanto, aunque sólo sea por un planteamiento egoísta del ser humano, centrado
exclusivamente en su concepción como centro de todo el ecosistema global, el
desempeño eficiente de estas funciones exige controlar la interacción entre
actividad humana y medio ambiente (p. 2).

15
1.6. Elementos/componentes del ambiente

El ambiente está compuesto de elementos bióticos y abióticos, algunos propios


de la naturaleza y otros construidos por los seres humanos.

 Elementos bióticos: son todos aquellos organismos que tienen vida como las
plantas, animales, seres humanos, etc., aquellos que cumplen un ciclo vital.

 Elementos abióticos: son aquellos que no tienen vida, es decir, que no


cumplen un ciclo vital.Son las características físico-químicas del medio
ambiente. Ejemplos son el viento, lluvia, sol, montañas, piedras, etc.

 Elementos naturales: son aquellos que la naturaleza ha formado, como


animales, plantas, montañas, ríos, etc. Es decir, pueden ser vivos o no vivos.

 Elementos construidos o modificados: son aquellos que resultan de la obra


del ser humano, como casas, caminos, autos, parques, jardines, cultivos, etc.
Es decir, pueden ser vivos o no vivos.

Esta clasificación desarrollada en el marco de la ciencia, no siempre coincide con


las visiones de las culturas originarias que consideran que el Sol, la tierra, las
montañas, las piedras, los ríos son seres vivos o divinidades.

Según Dellavedova (2011), el ambiente está caracterizado por:

 Medio físico o medio natural: es el sistema constituido por los elementos y


procesos del ambiente natural y sus relaciones con el ser humano. A su vez lo
componen tres subsistemas:

 Medio inerte: aire, tierra, agua.


 Medio biótico: flora y fauna.
 Medio perceptual: unidades de paisaje tales como: valles, cuencas,
cordones montañosos, vistas (en el sentido paisajístico, como fondo
escénico), etc.

 Medio socio-económico: constituido por estructuras, condiciones sociales,


histórico-culturales-patrimoniales y económicas de la población de un área
determinada

Los diversos tipos de componentes influyen en el ambiente de modo distinto.


Todos estos factores interaccionan entre sí de modo que unos influyen sobre
otros, en una serie de repercusiones en cadena, efecto dominó.

 Físicos: El relieve, la temperatura y la presencia de agua son los principales


factores físicos que determinan las características ambientales.

16
 Químicos: La salinidad, el pH del agua, la concentración del oxígeno y dióxido
de carbono, etc; que favorecen o impiden el desarrollo de determinados seres
vivos.

 Biológicos: Los seres vivos establecen distintos tipos de relaciones entre ellos,
principalmente de tipo alimentario. La supervivencia de una especie depende
de los seres vivos de los que se alimenta.

 Sociales y culturales: Este grupo de factores que es exclusivo de la especie


humana. La forma de vida de los seres humanos influye tanto sobre las
personas como sobre los otros seres vivos que les rodean. Por ejemplo, el
asentamiento de núcleos urbanos en zonas antiguamente rurales implica
cambios en las actividades humanas y en los hábitos de vida que condicionan
también a la vegetación y la fauna
(http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:cN9kbIB0T-
AJ:iesbinef.educa.aragon.es/departam/webinsti/bach/ctm/tema1.doc+&cd=12
&hl=es&ct=clnk&gl=ni

1.6.1. Factores o parámetros ambientales

Bajo el nombre de factores o parámetros ambientales, se engloban los diversos


componentes del ambiente entre los cuales se desarrolla la vida en el planeta
Tierra. Son el soporte de toda actividad humana. Conforman la fuente de recursos
naturales. Resultan del producto de las interrelaciones entre el ser humano, la
flora y la fauna; el suelo, el agua, el aire, el clima y el paisaje; pero también, los
bienes materiales y el patrimonio cultural.

Los factores o parámetros ambientales son susceptibles de ser modificados por


los seres humanos y estas modificaciones pueden ser grandes y ocasionar graves
problemas, generalmente difíciles de valorar ya que suelen ser a mediano o largo
plazo, o bien problemas menores y entonces son fácilmente soportables
(Dellavedova, 2011).

1.7. Las cinco esferas ambientales

Manahan (2007), expresa que las cinco esferas del ambiente (atmósfera,
hidrosfera, geosfera, biosfera y antroposfera) interactúan y se solapan o enciman
entre sí, se afectan unas a las otras y experimentan intercambios continuos de
materia y energía.

17
La atmósfera es una capa muy delgada
comparada con el tamaño de la Tierra.
Autores como Molina (1995), la
describen como la cáscara de una
manzana. La mayoría de los gases
atmosféricos se encuentran a unos
pocos kilómetros sobre el nivel del mar.
Además de proporcionar oxígeno para
los organismos vivientes, la atmósfera
proporciona el dióxido de carbono
requerido para la fotosíntesis de las
plantas y el nitrógeno que los
organismos usar para hacer proteínas.
La atmósfera juega una función
protectora vital, pues absorbe la
radiación ultravioleta más energética del Sol, que acabaría con los organismos
vivientes expuestos a ella. A este respecto, una parte particularmente importante
de la atmósfera es la capa estratosférica de ozono, una forma de oxígeno
elemental absorbente de los rayos ultravioletas.

Debido a su habilidad de absorber la radiación infrarroja por la que la Tierra pierde


la energía que absorbe del Sol, la atmósfera estabiliza la temperatura de la
superficie de la Tierra. La atmósfera también sirve como el sustrato, mediante el
cual, la energía solar que incide como más intensidad en las regiones
ecuatoriales, se distribuye a partir del Ecuador hacia otras partes del planeta. Es
el medio en que el vapor de agua, evaporado de los océanos como el primer paso
en el ciclo hidrológico, se transporta sobre la masa de tierra para precipitarse
como lluvia, granizo o nieve sobre ella.

El agua de la Tierra está contenida en la hidrósfera. Aunque los informes de


frecuentes tempestades torrenciales y de ríos que se salen de cauce por las
grandes tormentas podrían dar la impresión de que el agua duce es una fracción
grande del agua de la Tierra, más del 97% de está es el agua de mar de los
océanos. La mayor parte del agua dulce restante está presente como hielo en las
capas de hielo polares y en los glaciares. Una pequeña fracción del agua total
está presente como vapor en la atmósfera. El agua líquida restante, una fracción
verdaderamente pequeña, de menos del 0.02% es la que se encuentra disponible
para las plantas vivientes y otros organismos y para usos industrial y agrícola.
Esta agua puede estar presente en la superficie, como lagos, ríos, depósitos,
arroyos, o puede estar en el subsuelo como agua subterránea.

La parte sólida de la Tierra, la geósfera, incluye todas las rocas y minerales. Una
parte particularmente importante de la geósfera es el suelo, que sostiene el
crecimiento de las plantas, base del alimento para todos los organimsos vivientes
terrestres. La litosfera es una capa sólida relativamente delgada que se extiende
desde la superficie de la Tierra hasta profundidades de 50-100 kilómetros. La

18
capa exterior de la litosfera aún más delgada, conocida como corteza terrestre,
esta compuesta de minerales basdos en silicatos, relativamente más ligeros. Es
la parte de la geósfera que está disponible para interactuar con las otras esferas
ambientales y que es accesible a los seres humanos.

La biosfera está compuesta por todos los organismos vivientes. En su mayor


parte, estos organismos viven en la superficie de la geósfera, en el suelo o
justamente debajo de la superficie del suelo. Los océanos y otros sistemas
acuosos sostienen grandes poblaciones de organismos. Existen algunas formas
de vida a profundidades considerables en el fondo de los océanos. En general, no
obstante, la biosfera es una capa muy delgada en la inter-fase entre la geósfera y
la atmósfera por medio de los ciclos biogeoquímicos a través de los cuales
circulan elementos como el nitrógeno y el carbono.

Como consecuencia de las actividades humanas, la antroposfera ha desarrollado


fuertes interacciones con las otras esferas ambientales. Podrían citarse muchos
ejemplos de estas interacciones. Cultivando grandes áreas de suelo con las
cosechas domésticas, los seres humanos modifican la geósfera e influyen en los
tipos de organismos en la biosfera. Los seres humanos desvían el agua de su flujo
natural, la usan, a vecen la contaminan y la devuelven a la hidrosfera. Las
emisiones de partículas a la atmósfera por las actividades humanas afectan la
transparencia y otras características de la atmósfera. La emisión de grandes
cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera por la combustión de
combustibles fósiles, puede estar modificando las características de absorción de
calor de la atmósfera hasta tal punto que es altamente factible que esté ocurriedo
un calentamiento global de estas esferas del planeta. La antroposfera, por tanto,
pertuba varios ciclos biogeoquímicos.

La antroposfera es el espacio de la biosfera que abarca el hábitat humano.


Involucra a todas las actividades y los satisfactores que los humanos fabrican y
hacen. Se condisera una parte integrante del medio ambiente, los seres humanos
pueden modificar sus actividades, las actividades antroposféricas, para hacer un
daño mínimo o, incluso para mejorarlo.

Durante los últimos dos siglos, el efecto de la antroposfera en casos tales como
la quema de grandes cantidades de combustible fósil, es especialmente
pronunciado sobre la atmósfera y tiene el potencial para cambiar,
significativamente, la naturaleza de la Tierra. Según el Premio Nobel 1995, Paul
J. Crutzen del Instituto de Química Max Planck, en Mainz, Alemania, este impacto
es tan grande que llevará a una nueva época global que reemplazará la época del
haloceno, que ha estado presente durante los últimos 10,000 años desde la última
edad del hielo. El Dr. Crutzen ha acuñado el término antropoceno, un término
derivado de antropogénico, para describir la nueva época que puede estar
cercana a nosotros.

19
1.8. Principios básicos de la naturaleza

Quintana (2011), manifiesta que la naturaleza es compleja y funciona a través de


un sinnúmero de ciclo interrelacionados, entre los seres vivos que la pueblan y
entre éstos y su hábitat, que nutren toda su dinámica y le dan estabilidad. Para
que en la Tierra exista vida y los seres vivos convivan en paz, es necesario que la
vida se rija por una serie de principios básicos. En la naturaleza todo se regula,
renueva, recicla y conserva; sin los cuales, la vida no se daría en forma equilibrada
y los recursos se agotarían de manera rápida y no habría forma de que se
repusieran.

La Tierra debe ser estudiada, desde un punto de vista holístico; enfoque que nos
permite conocer los principios básicos de la naturaleza, que determinan la
estructura y función de los ecosistemas, así como identificar los mecanismos de
estabilidad y sustentabilidad de los ecosistemas. Estos principios se engloban en
siete puntos importantes para la buena convivencia y bienestar de los seres vivos.

 Principio 1: La Tierra es un sistema viviente finito, en equilibrio y


sustentable

La Tierra a pasar de su inmensidad y riqueza de recursos, tiene espacio físico y


recursos naturales son limitados.

Con base en su disponibilidad y accesibilidad, los recursos (materia o energía)


presentes en la Tierra se clasifican en: permanentes o inagotables, recursos no
renovables y recursos renovables.

Los recursos permanentes o inagotables son: energía solar, vientos y mareas. Los
recursos no renovables, existen en una cantidad determinada, pueden agotarse
por qué no se forman en la naturaleza o porque se forman a una tasa inferior a la
de consumo (carbón y petróleo). Los recursos renovables, son aquellos que se
reponen (vía ciclos) a través de procesos bioquímicos (agua, materia orgánica,
carbono, nitrógeno). Pueden convertirse en recursos no renovables cuando las
tasas de consumo, contaminación o ambas rebasen la tasa de regeneración como
por ejemplo el agua.

 Principio 2: La Tierra está constituida por un subsistema físico y un


subsistema biológico

Describe cómo está estructurado y cómo función el sistema Tierra.

El subsistema físico está constituido por:

Atmósfera: Compuesta de nitrógeno (79%), oxígeno (21%), dióxido de


carbono (0.033%), vapor de agua y otros gases.

20
Litósfera: Es la porción sólida de la corteza terrestre. Formada por una
mezcla de materiales inorgánicos (arena, limo, arcilla, aire y agua) y materia
orgánica en descomposición.

Hidrósfera: Es esencial para la vida y constituyente de los seres vivos. Se


encuentran los materiales de tipo inorgánico (aire, agua, suelo), compuestos
químicos como el CO2, NH4 (amonio) y CH4 (metano). Ocurren los procesos
abióticos (evaporación, radiación y precipitación).

El subsistema biológico está constituido por la biósfera que es la zona con seres
vivos que interactúan entre ellos y con su ambiente físico. Se encuentra los
materiales de tipo orgánico como la glucosa y biomasa. Ocurren los procesos
bióticos fotosíntesis, respiración, descomposición de la materia orgánica y la
competencia entre especies.

Por su lugar en la cadena de consumo, los seres vivos se clasifican en productores


o autótrofos (plantas verdes y fitoplancton), consumidores (herbívoros, carnívoros
y omnívoros) y desintegradores (hongos, bacterias y otros microorganismos.

 Principio 3: Factor limitante

El exceso de escases de cualquier factor abiótico impedirá o limitará el crecimiento


de una población de especies de un ecosistema, aún cuando los demás factores
estén cerca o en óptimo de tolerancia para esta especie.

A nivel de macro-escala los factores determinantes siempre serán abióticos como


el clima (global, continental o regional). A nivel de micro-escala (de sitio o
individuo) los factores determinantes cambian de abióticos (precipitación,
temperatura, latitud, topografía) a bióticos (hábitos de las especies y competencia
entre las especies).

 Principio 4: Sistema abierto

La Tierra es un sistema abierto con respecto al flujo de energía. Esta


caracterización se debe a que el Sol es la principal fuente de energía lumínica y
térmica, y se encuentran en equilibrio. La energía que llega es suficiente para que
se lleven a cabo los fenómenos físicos como el ciclo hidrológico y los procesos
climáticos, y los procesos biológicos como el ciclo de nutrientes.

 Principio 5: Sistema cerrado

El planeta Tierra es un sistema cerrado con respecto al flujo de materia, donde


toda la materia se recicla y se conserva. Los seres vivos determinan las
características del sistema cerrado, pues al interactuar con su medio ambiente
desempeñan un papel regulador y de renovación del ciclaje de los materiales
químicos.

21
El ciclaje de los materiales químicos se inicia con la incorporación de los
compuestos inorgánicos a los organismos productores, los cuales elaboran
compuestos orgánicos mediante la fotosíntesis. A su vez estos compuestos
orgánicos de las plantas son consumidos por organismos consumidores y
finalmente pasan a los organismos desintegradores, los cuales descomponen los
compuestos orgánicos en compuestos inorgánicos simples que se incorporan al
suelo, con lo que se cierra el ciclo de los compuestos químicos.

El flujo de los compuestos químicos del subsistema físico al subsistema biológico


y de éste al físico es el principio fundamental de la transformación y flujo de
energía, así como el flujo de materia, procesos conocidos como ciclos
biogeoquímicos.

 Principio 6: Homeostasis

Los seres vivos al interactuar con su medio ambiente mantienen la homeostasis


del planeta y las condiciones favorables para la vida.

Se denomina homeostasis al conjunto de fenómenos de autorregulación, que


permiten al mantenimiento de una relativa constancia en la composición y
propiedades del medio interno de un organismo. El término homeostasis es de
origen griego “homoios” que significa “mismo o similar” y “estasis” que expresa
“estabilidad”. Como tal, la homeostasis es la capacidad del organismo para
presentar una situación físico-química característica y constante dentro de ciertos
límites, incluso frente a alteraciones o cambios impuestos por el entorno o el
ambiente.

La hipótesis de Gaía explica que los seres vivos manipulan y regulan el medio
ambiente para el sostenimiento y mejoramiento de la biósfera y, a la vez, define y
regula los mecanismos homeostáticos en los ecosistemas y el planeta.

 Principio 7: Capacidad de carga

La capacidad de carga de un ecosistema, en conjunto con el factor limitante


determina el número de especies que se pueden sustentar indefinidamente, en un
área específica. Este principio y el factor limitante, determinan el tamaño de la
población en su hábitat.

Se denomina capacidad de carga a los límites que los ecosistemas y la biosfera


pueden soportar sin sufrir un grave deterioro. Es el número máximo de individuos
o la biomasa máxima que un ecosistema particular puede soportar sin que se
produzca saturación en los comportamientos del sistema. Propiedad de los
ecosistemas restringida a los que se puede llegar sin alterar o modificar el sistema
(Sarmiento, 2000).

22
1.9. Ámbitos de integración del ambiente

En el documento “Directrices para la integración del medio ambiente y el cambio


climático en la cooperación al desarrollo” de la Comisión Europea (2009), se
destacan aspectos relacionados con los ámbitos de integración del ambiente;
entre los que figuran:

1.9.1. Ambiente y desarrollo sostenible

Los principios que engloba el desarrollo sostenible han surgido a medida que se
ha ido reconociendo que las necesidades de las generaciones actuales deben
reconciliarse con aquellas de las generaciones futuras, y que para ello se necesita
tomar en cuenta las políticas económicas, ambientales y sociales de manera tal
que se fortalezcan mutuamente.

El respeto por las necesidades futuras significa salvaguardar la base de recursos


naturales (o el “capital” natural) que pueda necesitarse para satisfacer
necesidades futuras. En este sentido el ambiente juega un papel central ya que el
concepto de la sostenibilidad surge como respuesta directa a preocupaciones
sobre aspectos tales como la contaminación, cambios irreversibles sobre los
ecosistemas y el clima, así como la degradación de los bosques, pesquerías,
fuentes de agua, biodiversidad y otros recursos naturales. También es necesario
salvaguardar estos recursos a futuro para poder mantener reformas sociales de
respeto a los derechos de las mujeres, de los niños y de los pueblos indígenas, y
que proporcionen una distribución más equitativa de la riqueza.

Las tres dimensiones del desarrollo sostenible (ambiental, económico y social)


constituyen sus “pilares”, los cuales son distintos pero estrechamente
interdependientes. Esto significa que el pilar ambiental tiene vínculos (los cuales
se han de fortalecer) con los pilares económico y social.

1.9.2. Ambiente y reducción de la pobreza

El ambiente juega un papel clave en el modo de vida de las comunidades más


pobres, éste se ha de gestionar de tal manera que contribuya al objetivo general
de reducción de la pobreza.

La pobreza se puede definir como la condición que se da cuando las necesidades


humanas básicas se encuentran insatisfechas. Los pobres carecen de capital
financiero y suelen ser víctimas de una distribución desigual de la riqueza; por lo
tanto su sustento depende en gran medida de la productividad de los recursos
naturales, así como de su propia fuerza de trabajo. Esta situación los vuelve
vulnerables a cualquier caída en la productividad de los recursos naturales o a
condiciones de insalubridad que puedan afectar su capacidad para trabajar
(incluyendo el agua contaminada, contaminación del aire en el hogar y productos
químicos tóxicos). Por lo tanto la degradación ambiental se encuentra directa y

23
significativamente vinculada a la pobreza. Asimismo los pobres son más
vulnerables a desastres ocasionados por amenazas naturales, tales como las
inundaciones, sequías, plagas en los cultivos y los conflictos relacionados al
ambiente. Los pobres en los países en desarrollo son generalmente considerados
como el grupo humano que sufrirá antes y más a causa del cambio climático, ya
que tienden a vivir en las regiones geográficamente más expuestas del planeta
Tierra, a menudo permanecen directamente dependientes de la agricultura (sector
con probabilidad de sufrir más), y son más vulnerables a otros factores que
caracterizan a la pobreza, tales como las condiciones inadecuadas de vivienda,
falta de servicios sociales adecuados, salud frágil e incapacidad de contratar
pólizas de seguro o asumir gastos de mitigación de riesgos.

Los pobres carecen del capital financiero necesario para invertir, y por lo tanto
suelen usar cualquier “capital natural” que tengan a su alcance para poder
sobrevivir. Para las poblaciones que dependen de los recursos naturales, el
proceso de consumirlos muchas veces agota la base del capital natural y lleva a
un aumento de la pobreza. Las estrategias de reducción de la pobreza deben
considerar una gestión del medio ambiente tal que pueda generar beneficios a
favor de los pobres (por ejemplo, mejoras en el abastecimiento de agua y en los
servicios de saneamiento, mejoras en la gestión de las pesquerías locales, o
intervenciones en la forestería y áreas protegidas que involucren a la población
local). Esto no significa que lo que se hace en nombre del ambiente sea siempre
y por definición bueno para los pobres; lo que sí significa es que se han de tomar
en cuenta los efectos de los cambios ambientales sobre los pobres, así como los
factores que afectan la relación medio ambiente-pobreza. Estos incluyen la
tenencia de la tierra; derechos de acceso a los recursos naturales; participación
en el manejo de la tierra y recursos naturales y la distribución del trabajo entre
hombres y mujeres respecto a la recolección de recursos básicos, tales como leña
y agua.

En algunos casos surge la duda de si los esfuerzos para la reducción de la


pobreza en el marco de la cooperación al desarrollo son compatibles con la
salvaguarda de los servicios ambientales de importancia global. Por ejemplo,
escoger una tecnología de energía solar en lugar del uso de carbón o diesel como
fuentes de energía reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI),
pero puede resultar más costoso, al menos a corto plazo y si se hace caso omiso
de otras “externalidades positivas”, tales como la menor contaminación
atmosférica o una menor dependencia de fuentes energéticas importadas. De
igual manera, la protección de hábitats naturales para la conservación de la
biodiversidad puede requerir restringir el acceso de las comunidades locales a los
recursos naturales, al tiempo que se facilita apoyo financiero a la población pobre.
Los conflictos se han de evitar o reducir en la medida de lo posible, por ejemplo,
desarrollando áreas para un ecoturismo controlado o haciendo una explotación
sostenible de los recursos naturales de tal manera que generen ingresos y
oportunidades locales de empleo. Algunos mecanismos, tales como las ayudas
del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) cubren los costos incrementales

24
asociados a la transformación de un proyecto con beneficios nacionales pero con
posibles costos ambientales globales, en uno con beneficios tanto nacionales
como globales.

1.9.3. Ambiente y desarrollo social

El ambiente afecta a las personas, especialmente a los pobres, quienes son


particularmente vulnerables a desastres causados por amenazas naturales
(incluyendo los desastres “semi-naturales” que el cambio climático hace más
frecuentes), así como a la reducción en la disponibilidad de recursos naturales
tales como el agua limpia, suelos fértiles, leña, alimentos silvestres, plantas
medicinales y otros productos naturales. Las personas también son vulnerables a
las condiciones insalubres o a un ambiente inseguro; por ejemplo a las
enfermedades crónicas respiratorias de las personas expuestas a la
contaminación del aire en el hogar en áreas rurales y a la contaminación
atmosférica en áreas urbanas, a las enfermedades derivadas del consumo de
agua contaminada, y a la intoxicación debida al consumo de pescados y moluscos
contaminados (p.e: bioacumulación de metales pesados). El impacto también
puede ser indirecto; por ejemplo, la erosión del suelo puede ocasionar una
reducción en la productividad de la tierra y con ello reducir el consumo de
nutrientes de la población, el agotamiento de fuentes de proteína (p.e: reservas
de pesca, animales de caza) o de plantas medicinales producen impactos
similares. Así como un medio ambiente degradado tendrá un impacto negativo
sobre la salud, seguridad y sustento, las oportunidades de mejorar el medio
ambiente tendrán un impacto positivo sobre los pobres.

Dado que los grupos sociales (mujeres, minorías) se pueden ver afectados de
diferente manera por el ambiente, los cambios sobre el ambiente también pueden
repercutir en las relaciones sociales. Por ejemplo, el mercurio usado en la
extracción de oro aluvial contamina ríos y puede generar conflictos con los
pescadores. Además, el agotamiento de los recursos naturales compartidos y los
cambios adversos ocasionados por cambios importantes en las condiciones
climáticas también pueden exacerbar los conflictos. Por otro lado, los programas
ambientales transfronterizos exitosos pueden proporcionar oportunidades para
contribuir a alcanzar una situación de paz y seguridad. Además, el buen manejo
ambiental depende en gran medida de factores institucionales y sociales, tales
como la legislación, descentralización, gobernanza, tenencia de la tierra, derechos
de propiedad, participación, conflictos, equidad de género y empoderamiento de
grupos que tradicionalmente han tenido una menor representación.

La cultura puede considerarse como un componente particular, pero importante,


del pilar social. Muchas veces las culturas humanas se encuentran fuertemente
ligadas a su relación con el ambiente, y están construidas sobre una visión
particular de la naturaleza. Los sitios sagrados y especies emblemáticas o
totémicas muchas veces tienen una gran importancia cultural, proporcionando una
continuidad social vital para las comunidades locales. Esto es especialmente

25
cierto para los pueblos indígenas, quienes tienen una larga historia de adaptación
con el ambiente local y una participación en el funcionamiento del ecosistema.
Estos pueblos normalmente han alcanzado el uso sostenible de sus recursos
naturales en base a un conocimiento profundo y especializado de su medio
ambiente y biodiversidad, y son particularmente vulnerables, en todos los
aspectos de su vida económica, cultural y social, a las presiones externas sobre
su entorno ambiental, incluyendo las tensiones creadas por el cambio climático.

1.9.4. Ambiente y desarrollo económico

Los servicios ambientales y los bienes económicos son intercambiables hasta


cierto punto, lo cual puede justificar algunas pérdidas ambientales a cambio de un
crecimiento económico. Sin embargo es importante recordar que estas
substituciones tienen su límite; ningún aspecto debería dominar al otro. Los
servicios ambientales no son menos valiosos que los bienes económicos.
Respirar aire limpio, encontrar leña para cocinar, beber agua limpia y encontrarnos
a resguardo ante las inundaciones, todo ello satisface necesidades humanas
básicas. A pesar de que el ambiente ha sufrido con un crecimiento económico no
balanceado, los pilares económico y ambiental juegan papeles complementarios
para satisfacer las necesidades humanas. También están interrelacionados. Por
ejemplo, el desarrollo económico puede reducir nuestra dependencia directa
sobre la naturaleza y, sin embargo, depende del medio ambiente de diferentes
maneras:

 La naturaleza proporciona materia prima para la producción de bienes


materiales, así como la energía necesaria para su producción y transporte.

 Los costos de extracción de la materia prima tienden a aumentar a medida que


los recursos naturales se vuelven escasos o se degradan.

 Los servicios ambientales son cruciales pero no se incluyen en los


presupuestos nacionales, ya que son difíciles de medir en términos financieros.

 Los efectos ambientales adversos (p.e: contaminación, inundaciones o


incendios) pueden dañar o destruir bienes económicos y equipos.

 La productividad laboral está relacionada con la nutrición y salud de los


trabajadores, dos variables que están directamente influenciadas por el medio
ambiente.

 Un buen manejo e integración del ambiente pueden reducir costos a través de


un aumento en la eficiencia económica o a través de la prevención, un ámbito
donde existe un gran potencial de mejora.

 Un ambiente de alta calidad es un bien importante para el turismo (como lo


muestra, por ejemplo, el crecimiento en el ecoturismo); también es la base del

26
sustento de algunos pueblos indígenas, así como para una parte importante de
la producción farmacéutica.

1.9.5. Ambiente y seguridad

La integración del ambiente en las actividades de cooperación al desarrollo


también puede contribuir a la paz y la estabilidad, ya que existe un nexo claro
entre medio ambiente y seguridad, más precisamente entre el manejo de los
recursos naturales escasos o abundantes y los conflictos.

La presión y demandas concurrentes sobre los recursos naturales escasos (p.e:


agua potable y tierras fértiles que son esenciales para la producción de alimentos
y el sustento básico de grandes sectores de la población), así como la lucha por
el acceso a, y el control sobre recursos naturales abundantes y financieramente
valiosos (p.e: madera) pueden generar tensiones, inestabilidad y conflictos
violentos. La presión sobre estos recursos (causada por la degradación de
pastizales y suelos, sequía o el crecimiento demográfico y migración) puede
incrementar las tensiones sobre su acceso y provocar conflictos violentos.

La migración es una consecuencia natural de la presión ambiental: las personas


se ven obligadas a dejar sus tierras debido a la degradación o a la falta de recursos
naturales necesarios para su supervivencia. En 2005 se calculaba que para el año
2010 la degradación ambiental y los efectos del calentamiento global
(inundaciones, sequías y ampliación de la desertificación) causarían el
desplazamiento de 50 millones de personas; para 2050, esta cifra podría elevarse
a 250 millones de personas permanentemente desplazadas como consecuencia
del cambio climático, al tratar de escapar de los fenómenos meteorológicos
extremos o, simplemente, de la lenta pero inexorable destrucción de sus medios
de subsistencia por el cambio gradual del clima. Los refugiados ambientales
pueden producir impactos importantes sobre la seguridad y el medio ambiente de
las áreas receptoras. Muchas veces los campos de refugiados crean problemas
ambientales y disputas entre los refugiados y la población local relativas al acceso,
control y manejo de los recursos naturales, los cuales pueden derivar en desorden
civil, inseguridad y conflictos violentos. Es crítico que los procesos de
reconstrucción post-conflicto tomen en cuenta factores ambientales con el fin de
garantizar que dichos esfuerzos no vayan a tener impactos adversos sobre el
medio ambiente y que las presiones ambientales no vayan a contribuir a una
renovación del conflicto. Por el contrario, la migración y consideraciones de
seguridad deben tenerse en cuenta a la hora de sopesar los costos y beneficios
de invertir en la adaptación al cambio climático y las medidas de mitigación. La
migración masiva desde las zonas más afectadas, incluso si sigue siendo
principalmente interna, puede de hecho tener consecuencias desestabilizadoras
para los países afectados, así como implicaciones transfronterizas y efectos sobre
las regiones más ricas del mundo.

27
Por otro lado es importante señalar que la cooperación ambiental puede ser un
elemento extraordinario de estabilidad y paz, incluso de reconciliación. Por ello es
crítico impulsar el desarrollo sostenible y el manejo y gestión conjunta, compartida,
colaborativa, solidaria y sostenible de los recursos naturales con el objetivo de
proteger el ambiente y, al mismo tiempo, contribuir a la reducción de la pobreza y
a la estabilidad. Un ejemplo interesante son las actividades de fortalecimiento de
la confianza mutua cuando dos o más partes/actores sociales buscan soluciones
cooperativas para gestionar de manera compartida los recursos naturales (p.e:
agua) que, de otra manera, serían fuente de conflicto. Otro instrumento es el
establecimiento de zonas transfronterizas de conservación, a veces conocidas
como “Parques de Paz”, las cuales promueven la cooperación regional y
conservación de la biodiversidad. Estas zonas normalmente traspasan las áreas
protegidas designadas como tales y pueden incorporar una amplia gama de
programas comunitarios de manejo de recursos naturales.

1.9.6. Género y ambiente

Hay dos razones principales por las que el género debe considerarse en el
contexto de la integración del ambiente:

 Los roles de género “socialmente construidos" de las mujeres y los hombres a


menudo se reflejan a modo de diferentes necesidades, actividades y prácticas.
Como consecuencia, tanto los hombres como las mujeres pueden producir
distintas presiones sobre el medio ambiente, y ser afectados de distinta manera
por los cambios ambientales.

 El principio de igualdad humana afirma que todos los grupos que en un contexto
dado se encuentran en una situación de desventaja merecen especial atención,
incluso en relación a sus condiciones ambientales.

Todo proyecto o programa que aborde las cuestiones ambientales debe identificar
claramente los grupos objetivo en función de sus vínculos particulares con el
medio ambiente. En situaciones donde los hombres son los "líderes" de la
comunidad, las mujeres pueden ser las partes clave interesadas en actividades
tales como la producción de cultivos alimentarios, uso de estufas de menor
consumo de combustible o estufas mejoradas, clasificación y eliminación
adecuada de residuos domésticos, etc., mientras que los hombres pueden estar
más implicados, por ejemplo, en la caza u obtención de madera. Este tipo de
distinciones pueden ser de especial importancia al identificar alternativas del uso
de los recursos naturales, tales como la cría de pequeños animales como sustituto
de la caza furtiva como fuente de carne. Si la cría de animales es practicada por
las mujeres y la caza por los hombres, la sustitución puede fracasar,
especialmente si la caza se asocia con un estatus social y cultural y, por tanto se
encuentra fuertemente relacionada con el rol de género.

28
Incluso en proyectos con vínculos menos directos con el ambiente y sin ningún
objetivo medioambiental, los efectos diferenciados según el género pueden dar
lugar a importantes consecuencias medioambientales indirectas. Por ejemplo, la
creación de empleo -que generalmente no es neutral al género- y los cambios en
el comportamiento reproductivo -cuestión estrechamente relacionada con el sexo
y el género- afectan a las migraciones y al crecimiento demográfico, y por lo tanto
tienen un impacto indirecto considerable sobre el medio ambiente y el desarrollo
sostenible.

Los hombres y las mujeres también se ven afectados de distinta manera por los
cambios en su entorno, y en consecuencia, por los impactos ambientales de
proyectos y programas, así como por los riesgos y limitaciones ambientales
prevalecientes. Por ejemplo, la escasez de madera y agua potable puede
incrementar el tiempo que mujeres y niñas dedicas a recoger combustible y agua,
y que puede tener consecuencias a largo plazo si, como resultado, impide a las
niñas asistir a la escuela. Del mismo modo, una disminución en las poblaciones
de peces puede resultar en que los pescadores empleen más tiempo fuera de
casa, con consecuencias indirectas sobre la vida familiar, la seguridad alimentaria
y la generación de ingresos. Los conflictos y migraciones potencialmente
motivadas o amplificadas por los efectos del cambio climático pueden tener
efectos especialmente negativos sobre la seguridad, salud y sustento de las
mujeres, que en muchas sociedades son más vulnerables que los hombres a las
consecuencias de los trastornos sociales. En general, los desastres ocasionados
por amenazas naturales y los cambios acelerados en las condiciones ambientales
amplifican las desigualdades existentes, incluyendo las desigualdades de género.
Cuando se diseña un proyecto que modificará el medio ambiente, o sea objeto de
riesgos o limitaciones ambientales o relacionadas con el clima, se han de tomar
en cuenta este tipo de repercusiones medioambientales diferenciadas por género,
además de los impactos directos. Otro ejemplo es la contaminación doméstica
causada por la combustión de leña y carbón para cocinar, que afecta
desproporcionadamente a mujeres y niños pequeños.

1.10. Derechos humanos, gobernanza y ambiente

Los derechos humanos son asimismo una condición previa para el desarrollo
sostenible y para lograr una protección adecuada del medio ambiente. Los
derechos a la vida y a la seguridad, según se encuentran especificados en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como el derecho a la salud,
según se especifica en el Convenio de los Derechos de los Niños, no se pueden
alcanzar o se encuentran violados cuando las personas se encuentran expuestas
a riesgos ambientales que amenazan sus vidas, tales como a los residuos tóxicos,
a agentes contaminantes o a radiaciones peligrosas. Los derechos de acceso a
los medios de subsistencia y de estar libre de hambre también se encuentran
violados cuando la tierra, el agua u otros recursos naturales están altamente
contaminados o degradados.

29
Una violación de un derecho fundamental como es el derecho a participar en la
vida pública, también puede llevar a una degradación ambiental. En una
democracia funcional, donde prevalece una buena gobernanza, cualquier plan o
programa que pueda tener impactos adversos sobre el ambiente se tendría que
compartir de manera abierta con los/as ciudadanos (as), los organismos del sector
público y la sociedad civil. Permitiendo la transparencia y procesos participativos,
los ciudadanos/as pueden expresar sus preocupaciones y se pueden buscar
soluciones o acciones de remediación alternativas para salvaguardar el medio
ambiente y el interés público. Por ello no es sorprendente que muchas de las
catástrofes ambientales suelen estar asociadas a las violaciones de los derechos
humanos, incluyendo la supresión de la información, de los medios de
comunicación libres y de la participación del público en los procesos de toma de
decisiones.

Como consecuencia de una amplia aceptación de la interdependencia entre el


disfrute de los derechos humanos y el ambiente, los instrumentos de derechos
humanos más recientes definen el derecho a un medio ambiente sano como un
derecho humano en sí mismo. De manera similar, instrumentos ambientales tales
como el Convenio de Aarhaus de 1998 (sobre acceso a la información,
participación pública en la toma de decisiones y acceso a la justicia en materia de
ambiente) dan importancia a derechos humanos civiles y políticos tales como el
acceso a la información, a la participación y a remedios efectivos.

1.11. Derecho a un medio ambiente limpio, sano, seguro y saludable

El ambiente es un tema de gran preocupación entre las instituciones mundiales,


pues se entiende que un ambiente en equilibrio respecto de todos sus caracteres
es fundamental para la calidad de vida, lo cual trasciende en un mayor bienestar.
"Todos aspiramos a tener un ambiente limpio, sano, seguro y saludable para el
futuro". Razón por la cual nace la necesidad de proyectar eventuales soluciones
a la destrucción indiscriminada de los recursos naturales, con el objeto de facilitar
a las nuevas generaciones la facultad de disfrutar de un ambiente acorde a sus
necesidades.

En el artículo 60 de la Constitución de la República de Nicaragua se establece


que “Los nicaragüenses tienen derecho de habitar en un ambiente saludable y
que es obligación del Estado la preservación, conservación y rescate del medio
ambiente y los recursos naturales”. Además, en el artículo 102 se destaca que
“Los recursos naturales son patrimonio nacional y que la preservación del
ambiente y la conservación, desarrollo y explotación nacional de los recursos
naturales corresponden al Estado, el cual podrá celebrar contratos de explotación
racional de estos recursos cuando el interés nacional lo requiera”.

Asimismo, el acápite 7 del artículo 3 de la Ley General del Medio Ambiente y los
Recursos Naturales establece entre sus objetivos “Propiciar un medio ambiente

30
adecuado que contribuya de la mejor manera a la promoción de la salud y
prevención de las enfermedades del pueblo nicaragüense”.

El derecho a un ambiente sano es un derecho humano elemental e indispensable


para vivir una vida digna. Para alcanzar el derecho a la salud ambiental se requiere
de una sociedad que se encuentre en convivencia armónica con su ambiente y
los recursos naturales.

El derecho a un ambiente sano es considerado como uno de los derechos


humanos de tercera generación, y es de carácter colectivo. Adicionalmente, el
principio detrás de este derecho ha existido bajo distintas formas en el derecho
internacional, incluyendo los principios de las Declaraciones de Estocolmo y de
Río sobre el ambiente y en los bosquejos del proyecto de principios sobre los
Derechos Humanos y el Medio Ambiente.

“Todos los pueblos tienen derecho a disfrutar de un medio ambiente satisfactorio


y global, propicio para su desarrollo” (Carta Africana de los Derechos Humanos
y de los Pueblos, 1981).

"Toda persona tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con
servicios públicos" (Protocolo de la Convención Americana de Derechos
Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales, 1988,
Protocolo de San Salvador, Artículo 11).

"El hombre tiene derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de


condiciones de vida adecuadas en un medio ambiente de calidad tal que le
permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación
de proteger y mejorar el medio ambiente para las generaciones presentes y
futuras" (Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Ambiente Humano, Declaración de Estocolmo, 1972, Principio 1).

“Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con


el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en
armonía con la naturaleza” (Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, Declaración de Río, 1992, Principio 1).

“Todas las personas tienen derecho a un medio ambiente seguro, sano y


ecológicamente racional. Este derecho y otros derechos humanos, entre los
cuales los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales, son
universales, interdependientes e indivisibles” (Proyecto de Principios sobre los
Derechos Humanos y Medio Ambiente, 1994, Artículo 2).

La exigencia de un medio ambiente sano o adecuado para la vida humana es una


evidencia generalmente aceptada con relación al derecho a la vida que, como
apostilla el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(PIDCP), es un derecho inherente a la persona humana.

31
El derecho a un ambiente sano equilibrado y seguro forma parte, sin duda, del
derecho a vivir. El ambiente adecuado no es un fruto del desarrollo social sino un
prius para su existencia.

El ambiente adecuado precede lógicamente al propio derecho: sin ambiente


adecuado no hay ser humano, ni sociedad, ni derecho. La función del Estado con
respecto al ambiente no es la de procurarlo -dado que las condiciones
medioambientales adecuadas para la vida humana las proporciona, a priori, la
propia naturaleza- sino la de respetarlo, protegerlo y conservarlo.

1.12. Efectos ambientales y sociales del crecimiento de la población

A lo largo de la historia, la humanidad se ha preocupado de su relación con la


Tierra y con otros recursos. Malthus escribió, hace 150 años, sobre los posibles
efectos del aumento de la población en la disponibilidad de recursos. En los años
cincuenta, existía el temor de que ocurriera una escasez de recursos naturales en
los países desarrollados. En los años sesenta, la preocupación se volcó hacia los
problemas del deterioro ambiental, como la limpieza del aire, del agua, el uso
excesivo de pesticidas, la disponibilidad de espacio para la recreación y los
efectos de la vida urbana sobre el cuerpo y el espíritu humanos (Campaña, 1992).

Existen en el mundo más de siete mil millones de persona, quienes requieren de


alimento, agua, vestido y vivienda para sobrevivir, estas necesidades básicas son
cubiertas gracias a los recursos naturales que se obtiene de la Tierra, sin
embargo, el crecimiento demográfico ha implicado una sobreexplotación que ha
llevado al planeta a rebasar su capacidad. Se consumen recursos naturales más
rápido de lo que se pueden volver a generar y se desechan residuos más rápido
de lo que pueden ser absorbidos por el planeta Tierra (erthgonomic, 2015).

Campaña (1992), expresa los siguientes aspectos con relación a que el deterioro
ambiental es consecuencia del aumento de la población:

La oferta y la demanda de bienes y servicios, así como de otras actividades


económicas que inciden en la degradación y agotamiento de los recursos,
están relacionadas en forma directa con el tamaño de la población. La
distribución geográfica de la población también tiene un rol importante en la
determinación del uso y la asignación de recursos.

Por otra parte, también se pueden identificar los efectos del ambiente
relacionados con la población. La calidad del ambiente físico afecta la calidad
de las variables asociadas con el nivel o la calidad de vida -salud, vivienda,
educación, empleo e ingreso- de la población, tanto directa como
indirectamente. Estas, a su vez, afectan las variables demográficas; por
ejemplo, el agua contaminada puede causar enfermedades que podrían
significar una mayor incidencia de la mortalidad.

32
No obstante, el hecho de afirmar que el deterioro ambiental es consecuencia
del aumento de la población y de mayores necesidades para su subsistencia
es, simplemente, simplificar el problema y no comprender la situación a
cabalidad. En muchos países los problemas que aquejan al medio ambiente
son mucho más agudos de lo que las cifras manifiestan. Y no es tan sólo el
crecimiento de la población el fenómeno que ejerce presión sobre los recursos,
sino que es, más bien, el crecimiento en conjunto con otros procesos el que
está generando un agotamiento cada vez más rápido de los recursos naturales.

El tamaño y la distribución de la población pueden afectar el ambiente de varias


maneras. En las sociedades de subsistencia se ha observado que la presión
poblacional contribuye al deterioro y agotamiento de gran parte de sus recursos
más importantes. Una población que se encuentre en franco aumento y las
crecientes exigencias de la población en cuanto a subsistencia requieren, entre
otras cosas, una expansión de los cultivos a suelos marginales y períodos de
barbecho más cortos, resultando en erosión y pérdida de la fertilidad del suelo.
La búsqueda de forraje para la ganadería, combustible y nuevas tierras de
cultivo ha reducido las áreas forestadas. A su vez, la deforestación trae consigo
consecuencias tales como la erosión del suelo, la sedimentación, las
inundaciones, los cambios en los microclimas y la pérdida del hábitat, entre
otros. La intensificación de la producción en las áreas agrícolas existentes ha
encontrado otros problemas: mayor escurrimiento de aguas, peligro ecológico
por la utilización de productos químicos en la agricultura, menor diversidad
genética de la fauna, inundaciones y salinidad de la tierra producto del regadío.

Los problemas ambientales no están confinados a las áreas rurales. La


industrialización y la urbanización ya han causado una severa contaminación
del aire, el agua y la acústica en muchas ciudades. Los residuos industriales
son fuente de preocupación creciente en los países en desarrollo. El rápido
crecimiento de las ciudades por el aumento poblacional ejerce serias presiones
sobre los inadecuados sistemas de abastecimiento de agua y alcantarillado. La
contaminación atmosférica aumenta por el aumento de autos, buses y
camiones (pp. 4-6).

Con respecto a los efectos ambientales del crecimiento poblacional; Ehrlich &
Ceballos (1997), expresan lo siguiente:

El crecimiento poblacional de este siglo ha provocado problemas ambientales


y desigualdad a todos los niveles. Existen varias medidas para mostrar que la
Tierra está sobrepoblada; por ejemplo, hoy en día el ser humano acapara cada
año alrededor de 40% de la energía disponible en los sistemas terrestres
(Vitousek et., 1986) y usa más de 50% del flujo del agua superficial disponible.
Su comportamiento es el de un heredero despilfarrador, que vive del capital en
lugar de usar sus interese. Pero ya no es posible vivir sólo de los ingresos, por
lo menos con las tecnologías actuales. Este capital está integrado por los

33
fértiles suelos agrícolas, el agua subterránea que se acumuló durante el último
periodo glacial y la biodiversidad. Los suelos y el agua subterránea tienen
posibilidades de aumentar o recargarse, respectivamente, pero muy
lentamente desde el punto de vista del uso que les da el ser humano. Sin
embargo, en el caso de la biodiversidad no hay posibilidad alguna de
recuperarla; una vez que se extingue una especie “otro cielo y otra Tierra
tendrán que pasar antes de que una especie similar pueda volver a existir”,
como bien lo expresó William Beebe en 1950.

Las actividades del ser humano en los últimos siglos han provocado severos
impactos negativos sobre el ambiente, al grado de que han pasado de escalas
locales y regionales a la global, y se remontan, en general, a una sola causa:
el gran tamaño de la empresa humana. Problemas tales como: el calentamiento
global de la atmósfera, el adelgazamiento de la capa de ozono, la
contaminación, incluyendo la lluvia ácida, la disminución de selvas y bosques
tropicales, la desertificación de enormes extensiones del planeta y la pérdida
de la diversidad biológica son resultado del crecimiento explosivo de la
población humana, que ha sido el acontecimiento más significativo de los
últimos 65 millones de años en la Tierra -desde la desaparición de los
dinosaurios- (Ehrlich & Ehrlich, 1990).

Ante el aumento global de la población probablemente se agudizarán los


problemas ambientales, la inequidad entre la distribución de la riqueza y los
niveles de bienestar entre países o entre sectores de la población de un país
(pp. 19, 21, 22).

Azócar (2003), destaca los siguientes aspectos relativos a los efectos ambientales
del crecimiento poblacional:

Existe una tendencia al aumento del número de personas que están utilizando
más recursos naturales y con mayor intensidad que en ningún otro momento de
la historia humana. La acumulación de riqueza implica un mayor consumo de
energía y, a su vez, una producción de residuos a una tasa superior al
crecimiento de la pobreza. El crecimiento de la población, el aumento de la
riqueza, asociado a un mayor consumo, contaminación y despilfarro y el
aumento de la pobreza, están incrementando cada vez más las presiones sobre
el ambiente.

En el año 1968 los biólogos Paul y Anne Ehrlich advertían en su libro The
Population Bomb sobre una posible catástrofe mundial si no se lograba controlar
la explosión demográfica. Estos autores relacionaban la magnitud creciente de
la población con la capacidad de la biosfera para sustentarla y absorber
adecuadamente los residuos de las actividades humanas (Paul & Ehrlich, 1993).
Posteriormente, otros autores han relativizado el rol de la población en la
degradación ambiental y la crisis de los recursos naturales, señalando que, a
partir de la Segunda Guerra Mundial, un factor importante a considerar era la

34
introducción de un conjunto de técnicas altamente nocivas para el medio
natural, como la sustitución de materiales naturales por derivados del petróleo,
la introducción masiva de fertilizantes industriales y productos fitosanitarios de
síntesis química y la introducción de automóviles con motores de alta
compresión. En este sentido, para alcanzar un equilibrio entre población y
recursos, habría que priorizar la adopción de técnicas más amigables con el
ambiente, antes que centrarse en políticas de control demográfico de la
población.

También es importante señalar que los patrones de consumo mundial presentan


enormes diferencias, situación que implica un aporte diferenciado a los
procesos de contaminación. Es así como los países más ricos, donde reside un
20% de la población mundial, tienen un 86% del total del consumo privado,
mientras que el 20% más pobre de la población mundial consume sólo 1,3%.
Un niño que nazca hoy en un país industrializado agregará durante toda su vida
al consumo y la contaminación más que 30 o 50 niños nacidos hoy en países
en desarrollo. La huella ecológica (impacto de una persona, ciudad o país,
sobre la Tierra, para satisfacer lo que consume y para absorber sus residuos.
Sistema para medir el impacto que tiene la presencia del ser humano y sus
actividades sobre el planeta Tierra) de los más ricos es mucho más profunda
que la de los pobres y, en muchos casos, supera la capacidad de regeneración
de la tierra. (United Nations, 2001) (pp. 1’5-106).

El crecimiento demográfico es considerado el principal responsable de los daños


que está sufriendo la naturaleza, lo cual parece amenazar la supervivencia de la
humanidad. Pero, sin negar que el deterioro del ambiente natural depende del
tamaño y la distribución de la población y que el aumento del mismo está en parte
determinado por el crecimiento demográfico y de los niveles de urbanización, es
cierto que los mayores problemas al respecto se plantean en los países más
desarrollados, por lo que la degradación hay que vincularla sobre todo al tipo de
sociedad que se ha desarrollado en estos países en los últimos años
(https://valenanit.webnode.com.co/ecologia/crecimiento-poblacional-
humano/impacto-del-crecimiento-poblacional-en-el-medio-ambiente/).

No cabe duda que el crecimiento demográfico implica la extracción de más


recursos naturales, sin embargo, la crisis ambiental también está relacionada
directamente con el estilo de vida de cada ser humano.

SEMARNAT (2016), manifiesta que el crecimiento de la población ha sido una de


las fuerzas más frecuentemente citadas para explicar la sobreexplotación de los
recursos naturales y la degradación ambiental (McNeill, 2006). El explosivo
crecimiento poblacional mundial observado durante el siglo XX, ha sido
determinante de la condición global actual. No obstante, también se reconoce que
el crecimiento per se no es el único factor que determina la fuerza de la presión
que se ejerce sobre el ambiente y los recursos naturales. La capacidad económica
de consumo de la sociedad tiene también una importante influencia, así como la

35
eficiencia técnica con la que se usan los recursos para la producción de los
satisfactores (Ehrlich et al., 1971; York et al., 2003). Otras variables como la
desigualdad, el nivel de urbanización, el régimen jurídico y la institucionalidad
también modifican la dinámica de las causas subyacentes de la presión ambiental
(De Sherbinin et al., 2007).

La población humana es el agente de presión más importante sobre los


ecosistemas, pero también es el elemento capaz de implementar las posibles
soluciones al deterioro y las acciones de conservación de la biodiversidad y de los
servicios ambientales (SEMARNAT, 2008).

El incremento poblacional ha traído consigo una mayor demanda de recursos


naturales, lo que presiona fuertemente sus reservas en la naturaleza. Además de
la presión para producir alimento, muchas de las actividades de la humanidad
generan una gran cantidad de contaminantes que llegan a la atmósfera, al suelo
y a los cuerpos de agua, degradando aún más a los ecosistemas. Por ejemplo, en
2010, cada habitante del planeta emitió a la atmósfera en promedio 4.44 toneladas
de CO2, el principal gas causante del calentamiento global, aunque con grandes
diferencias entre países: un habitante de los Estados Unidos de Norteamérica
emitió en promedio 17.3 toneladas; 3.85 toneladas uno de México y tan sólo 60
kilogramos uno de Etiopía (IEA, 2012). Con respecto a la generación de residuos
sólidos urbanos, en 2010 un habitante de Estados Unidos de Norteamérica
produjo en promedio 720 kilogramos, mientras que uno de México 370, y uno de
China 250 kilogramos (OECD, 2013).

La actuación de la humanidad ha puesto en peligro los recursos naturales


renovables, y ha ocasionado que comiencen a agotarse los recursos naturales no
renovables, aunque la atmósfera, las aguas y los suelos parecen tan vastos que
resulta difícil creer que el comportamiento de los seres humanos pueda llegar a
afectarlos. Sin embargo, la población aumenta constantemente; cada vez hay más
edificios, más vehículos, más industrias, más polvo, más desperdicios, más ruido
y, en peligroso contraste para la supervivencia del ser humano a largo plazo, cada
vez hay menos campos, menos árboles, menos animales; cada vez es más difícil
encontrar el agua necesaria, alimentos frescos, combustibles y minerales. El
interés por la protección del medio ambiente está centrado en la salud y el
bienestar del ser humano, el cual es el agente causante fundamental de la
continua degradación del medio y, al mismo tiempo, la víctima principal
(https://www.icrc.org/es/international-review/article/editorial-medio-ambiente).

Centeno (2004), expone que el principal impacto de la población sobre el ambiente


se relaciona con dos variables fundamentales: (a) el consumo de recursos, y (b)
la producción de residuos y de contaminantes. En el año 2000 había
aproximadamente 6000 millones de personas en el planeta Tierra, 21% en países
industrializados, y el 79% restante en países en desarrollo. Sin embargo, los
países industriales eran responsables por cerca del 80% del consumo de recursos

36
naturales a nivel mundial. Eran también responsables por cerca del 80% de la
producción de desperdicios y contaminantes

El consumo de recursos puede estar ligado a factores como la agricultura que


causa pérdida de biodiversidad, genera una sobreexplotación de los suelos, de
forma que los deteriora, contribuye al calentamiento global (convirtiendo los
bosques en tierras de cultivo y emitiendo gases de efecto invernadero) y afecta la
disponibilidad de agua.

Además de esto el crecimiento demográfico acelerado y sin ningún tipo de control


puede causar cuatro tipos de contaminaciones muy importantes como lo son:

 Contaminación del agua: por todos los residuos y contaminantes que pueden
volverla nociva.

 Contaminación del aire: por la emisión de gases y sustancias tóxicas


(aproximadamente el 70% de las emisiones acumuladas de dióxido de carbono
(O2) en los últimos 50 años se deben al consumo excesivo de energía en los
países industrializados.

 Contaminación de suelos: cerca de 14 millones de hectáreas de bosques


naturales se destruyen cada año en los países en desarrollo localizados en el
trópico. Una destrucción masiva e irreversible causada principalmente por la
ampliación de la frontera agropecuaria para albergar a un creciente número de
personas.

 Contaminación vegetal: las plantas son un agente natural que ayudan a


mejorar la calidad del aire en un lugar determinado.

erthgonomic (2015), manifiesta que el incremento demográfico implica


directamente el aumento de consumo de recursos naturales así como fuentes de
contaminantes, siendo la sobreexplotación de ecosistemas, extracción del agua y
contaminantes atmosféricos algunos de los principales problemas ambientales.
Una breve explicación de estos problemas ambientales, se destaca a
continuación:

 Sobre explotación de ecosistemas

La cantidad de tierras fértiles destinadas a la agricultura y ganadería han generado


una sobre explotación de suelos. La Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), en el período 2000-2005, estimó que
mundialmente al año se pierden 7.3 millones de hectáreas de bosques y selvas,
lo equivalente al estado de Baja California por estas actividades.

Por su parte, África Central y Sudamérica reportaron entre el año 2000 y el 2005
la pérdida de 4.5 millones de hectáreas al año y África poco más de cuatro

37
millones. Brasil e Indonesia son los países con mayor deforestación perdiendo 3.1
y 1.9 millones de hectáreas respectivamente.

 Extracción de agua

El agua es el recurso natural cuya escasez genera mayor preocupación a nivel


internacional ya que su consumo resulta indispensable para la supervivencia de
los seres vivos. Una persona puede sobrevivir sin consumir alimentos por un largo
tiempo, sin embargo no lo logra si lo que le falta es agua.

La Tierra posee 400 millones de km³ de agua, pero sólo el 2.5% se considera
potable, de la cual el 70% se encuentra en glaciares por lo que no está disponible,
dejando un 0.3% de líquido para consumo humano.

Para contabilizar la presencia de agua como recurso renovable en cada país, se


cuenta con la medida per cápita, definida por la Comisión Nacional del Agua
(CONAGUA) de México de la siguiente manera: El agua renovable per cápita de
un país resulta de la operación de dividir sus recursos renovables entre el número
de habitantes.

Los países con mayor extracción de agua/km³ al año son los siguientes: India
(761.0 km³), China (554.1 km³), Estados Unidos de América (478.4 km³), Pakistán
(183.5 km³), Irán (93.3 km³), Japón (88.4 km³), Indonesia (82.8 km³), México (80.6
km³), Filipinas (78.9 km³), Vietnam (71.4 km³).

Una forma de medir el impacto de las actividades humanas en los recursos


hídricos es la huella hídrica (waterfootprint), la cual consiste en sumar el agua
que utiliza cada persona para sus diversas actividades y la que es necesaria para
producir los bienes y servicios que consume. CONAGUA explica que la huella
hídrica, al igual que la huella ecológica, varía de país en país.

 Contaminantes atmosféricos

La calidad del aire se ve afectada por la presencia de industrias, automóviles, el


transporte motorizado público, los residuos en hogares, entre otros. Los
contaminantes que se presentan son el bióxido de azufre (SO 2), el monóxido de
carbono, óxidos de nitrógeno (NOX), partículas suspendidas, compuesto orgánico
volátiles (COV) y el ozono (O3). Estos contaminantes traen daños a la salud como
la presencia de congestiones nasales, asma, irritación de los ojos, problemas
pulmonares, bronquitis e irritaciones de nariz y garganta.

La presencia de residuos sólidos también es una fuente de contaminantes


atmosféricos.

Berg (2017), expresa que los avances en tecnología, medicina y saneamiento han
llevado a un crecimiento exponencial de la población humana. Pero este

38
crecimiento incontrolado puede afectar de forma negativa al ambiente. Entre los
aspectos ambientales que se pueden ver afectados se encuentra el uso de los
recursos naturales; la superpoblación puede provocar además la destrucción del
hábitat y su fragmentación, un aumento de la contaminación y problemas de salud
pública. Una breve explicación de estos aspectos, se destaca a continuación:

Uso de los recursos naturales

Una población extensa ejerce una gran presión sobre los recursos naturales. Los
recursos naturales no renovables, como los combustibles fósiles (incluyendo el
carbón y los productos derivados del petróleo) y el agua dulce se ven
particularmente afectados.

Destrucción del hábitat

Una población en crecimiento requiere una gran cantidad de espacio. A medida


que el número de habitantes de las ciudades crece, también lo hace la expansión
urbana, lo que da como resultado la destrucción de un hábitat de importancia
fundamental para una serie de especies animales y vegetales. La pérdida de su
hábitat puede conducir a que algunos animales, como pumas, venados o coyotes,
invadan los barrios de la periferia al no tener otro lugar a donde ir.

Fragmentación del hábitat

Otro efecto de la superpoblación es la fragmentación del hábitat natural, es decir,


su división en varias piezas a causa de la aparición de edificios, carreteras y otros
elementos construidos por el ser humano. La fragmentación del hábitat resulta
especialmente dañina para las rutas de migración de los animales, ya que a
menudo son incapaces de acceder a una parte fundamental de su ruta de
migración por culpa de esas obstrucciones.

Contaminación

La superpoblación también ejerce un impacto negativo sobre el ambiente debido


a la contaminación. Cuanta más gente hay, más recursos se utilizan y más
contaminación se genera. Esta contaminación puede afectar al aire, debido a un
incremento de las emisiones de combustibles fósiles de los vehículos, o a la tierra
y el agua, a causa de una mayor generación de residuos.

Problemas de salud pública

En algunos casos, el crecimiento incontrolado de la población puede dar lugar a


problemas de salud pública. Por ejemplo, en muchos países en desarrollo, las
poblaciones no tienen acceso a fuentes de agua limpia. La contaminación del
agua, causada por la falta de un saneamiento adecuado, puede hacer que las
enfermedades se propaguen con facilidad.

39
De acuerdo a Velázquez (1996), en el deterioro del agua, del suelo, del aire y sus
diversos efectos se involucran diferentes actores o universos socioeconómicos y
políticos. Entre ellos, se pueden distinguir al menos cuatro:

 La sociedad que contamina y que recibe los efectos de su propia


contaminación (concentración, pobreza, hábitos); es decir, la población
contamina y a su vez los efectos de esa contaminación se revierten en ella
misma.

 El sector empresarial que participa en el proceso de deterioro ambiental por


medio de la emisión de contaminantes en los procesos productivos de sus
industrias, y no obstante que recibe los efectos globales de la contaminación,
también obtiene beneficios económicos de sus industrias no limpias.

 El Estado, que participa como un actor relevante en el deterioro del ambiente


en diversos sentidos: como contaminador directo por medio de sus empresas,
de sus industrias paraestatales o descentralizadas, que aunque cada vez son
menos siguen siendo importantes. También el gobierno se convierte en
promotor de la contaminación al unirse con intereses económicos del sector
privado y otorgar concesiones para la explotación de recursos naturales sin
ningún control para su regeneración. En este sentido están las concesiones
para explotar la tierra y ampliar la mancha urbana mediante la creación de
nuevas colonias; y los complejos turísticos que son grandes contaminadores y
además productores de pobreza. A estas dos situaciones se agrega el papel
clave del Estado como regulador del uso y explotación de los recursos
naturales, al controlar la corrupción y la asociación no ética o moral para
beneficios personales, con grupos privados nacionales e internacionales, así
como al implementar acciones para el cumplimiento de las leyes relacionadas,
directa e indirectamente, con el control de la contaminación o la creación de
normas anticontaminantes.

 La ubicación de industrias transnacionales en el territorio nacional, ya que


cabe la probabilidad de que sean industrias no limpias.
Blacutt (2013), destaca que las empresas producen cada vez más a medida que
la población crece en número y crecen también sus necesidades y sus ansias de
consumir más y más; este aumento constante de la producción lleva a un deterioro
cada vez más pronunciado del ambiente y a la extinción cada vez más rápida de
los recursos naturales. En efecto, la producción de cien mil aerosoles por día tal
vez no signifique un daño considerable a la atmósfera, pero la producción de diez
millones de aerosoles diarios, al aumentar cuantitativamente la emanación de
clorofluorocarbonos, cambia cualitativa-mente la relación emisión/atmósfera y
crea el efecto invernadero.

SEMARNAT (2010), destaca los siguientes impactos ambientales del crecimiento


de la población;

40
Impactos ambientales de los asentamientos urbanos

El impacto ambiental inmediato de los asentamientos urbanos deriva del cambio


de uso del suelo, además de los procesos locales de contaminación. Sus impactos
directos son de mucho mayor alcance que los indirectos. Para su funcionamiento,
las ciudades realizan intercambios materiales y energéticos con un territorio muy
amplio, contiguo o lejano. La ciudad requiere agua, alimentos y energía para
sostener sus procesos. Como resultado del consumo o transformación de bienes
y servicios, las ciudades generan copiosas cantidades de residuos sólidos y
líquidos, además de contaminantes de la atmósfera, que afectan ecosistemas
locales y distantes. El territorio necesario para la sustentación de un asentamiento
urbano configura lo que se denomina su "huella ecológica".

Los impactos indirectos son también de gran envergadura. En la medida en que


las ciudades concentran la demanda de bienes y servicios, inciden en la dinámica
productiva y ambiental de zonas rurales, de otras zonas urbanas distantes e
incluso de áreas localizadas en otros países. El proceso de urbanización de la
población genera además impactos culturales, entre los que figuran la
transformación de hábitos de consumo y la alienación de los/as ciudadanos/as de
su entorno natural. En el medio urbano se pierde la transparencia de las relaciones
con los bienes y servicios ambientales que aportan los ecosistemas naturales.

Impactos ambientales de las actividades industriales

Dentro de los asentamientos urbanos, la actividad industrial es una de las que


genera mayores impactos ambientales. De acuerdo con los patrones históricos
que determinaban la ubicación de la industria en los lugares donde se encontraba
disponible la mano de obra necesaria y, simultáneamente, se encontraban los
mercados para los productos industriales, las actividades industriales tendieron a
concentrarse en las ciudades, preferentemente en las grandes ciudades.

Los efectos ambientales de dicha concentración se pusieron rápidamente de


manifiesto: generación de residuos sólidos, líquidos y gaseosos, con la
consiguiente contaminación del suelo, hídrica y atmosférica, así como producción
de daños o de amenazas de daños con motivo de la realización de actividades
que pueden calificarse como de alto riesgo y del manejo de materiales y de
residuos peligrosos. Las relaciones entre industria y medio ambiente han venido
cambiando, sin embargo, subsisten en muchas partes, especialmente en los
países en desarrollo, centros industriales que presentan los problemas clásicos
de la contaminación industrial. A estos problemas de contaminación se agregan
otros como la presión sobre los recursos naturales, especialmente los recursos
energéticos.

41
Impactos ambientales del transporte

El transporte está relacionado con diversos problemas ambientales entre los que
se encuentran: la emisión de contaminantes atmosféricos; la generación de
residuos como aceites, lubricantes, llantas, chatarra y la generación de ruido. Las
actividades relacionadas con el transporte representan la fuente más importante
de contaminación de la atmósfera, especialmente en los grandes asentamientos
humanos. Un mayor número de vehículos asociado con un incremento en el
número poblacional, así como un incremento de vehículos viejos, tienen una
importante participación en la emisión de contaminantes.

Impactos ambientales de los asentamientos rurales

La población rural vive por lo general del uso y manejo directo de los ecosistemas,
por ello el impacto ambiental de los asentamientos rurales deriva sobre todo de
los procesos productivos promovidos por los actores locales, más que de los
asentamientos mismos. La economía rural es dual: se debe distinguir entre una
producción comercial especializada y una producción para la subsistencia basada
en el aprovechamiento de una amplia gama de especies silvestres y en el cultivo
de una gran diversidad de plantas.

En el caso de la producción comercial especializada, los ecosistemas naturales


tienden a verse como elementos de libre apropiación y transformación, para
sustituirlos por terrenos nivelados para la producción de monocultivos irrigados,
que requieren maquinaria pesada e insumos químicos para su buen desarrollo.
De esta manera, las típicas zonas de producción agrícola tecnificada y
especializada carecen casi por completo de cualquier vestigio de sus ecosistemas
naturales originales. El caso es similar para las zonas que se especializan en la
ganadería, en donde la vegetación natural se erradica para inducir extensos
pastizales para los hatos de ganado. Las presiones para emplear formas de
producción especializadas provienen de la población urbana, dada la necesidad
de producir grandes cantidades de productos primarios para satisfacer su
creciente demanda.

La producción agropecuaria para la subsistencia que caracteriza la producción


campesina, generalmente practicada en áreas marginadas y en donde
predominan los grupos indígenas, se basa en una utilización diversificada de los
ecosistemas naturales, con técnicas que con frecuencia incorporan procesos de
regeneración posterior de vegetación secundaria. Esta producción se
complementa con el aprovechamiento de una amplia diversidad de especies
silvestres, incluyendo animales de caza, lo que requiere la persistencia de
ecosistemas poco modificados. Aunque esta modalidad de producción es mucho
más favorable a la conservación del entorno natural, en el último medio siglo
también ha incidido en el deterioro de grandes extensiones de bosques y selvas,
en un medio social caracterizado por el crecimiento de la población, la pobreza y
la marginación, así como la transformación de patrones culturales. Las relaciones

42
entre la pobreza y el deterioro ambiental han sido objeto de múltiples análisis, con
frecuencia afectados por sesgos ideológicos. En términos históricos, la pobreza y
el deterioro ambiental se constituyen como efectos interactuantes de un proceso
de desarrollo insustentable.

Impactos ambientales de las actividades forestales

Los procesos de deforestación generan importantes efectos ambientales


negativos, que tienen que ver con el régimen del agua y con el régimen del suelo,
así como con la conservación de la biodiversidad y con el régimen climático, para
mencionar sólo las principales consecuencias de la deforestación. Los factores
que inciden en la pérdida de la cubierta forestal y, por ende, de los recursos
forestales que albergan son complejos. Sin embargo, se reconocen como las
principales presiones: la conversión de las tierras forestales a otros usos
(agrícolas, ganaderos o urbanos); la extracción tanto legal como ilícita de
productos forestales (maderables y no maderables); los incendios, las plagas y
las enfermedades forestales. La perturbación de los ecosistemas forestales
provoca cambios en la constitución de la vegetación natural producidos por
agentes destructores y engloba deforestación, degradación y disturbio. La
deforestación como una de los principales impactos ambientales se considera
como el cambio de uso del suelo de forestal a no forestal en un período
determinado, también puede expresarse como la eliminación completa de áreas
arboladas para dedicarlos a usos del suelo no forestales.

Estos impactos negativos de las actividades humanas en las áreas forestales


ejercen una marcada influencia en la disminución de la biodiversidad, en el
tamaño y la variabilidad genética de las poblaciones silvestres y en la pérdida
irreversible de hábitats, ecosistemas y los ciclos biogeoquímicos (suelo, agua y
aire). Los cambios en el medio ambiente físico o en la biota tienen notables efectos
nocivos en la composición, la recuperación y la productividad de los ecosistemas
naturales, así como en el funcionamiento de los sistemas socioeconómicos, en la
salud y en el bienestar humano.

Impactos ambientales en las actividades pesqueras

Las actividades pesqueras realizadas de manera insustentable generan impactos


ambientales adversos en la conservación de los propios recursos pesqueros y de
los ecosistemas acuáticos. Son varios los factores involucrados entre los que
destacan el crecimiento excesivo de la capacidad pesquera, la captura incidental
de especies asociadas, la escasa atención a la captura realizada por las flotas de
otros países en aguas patrimoniales, entre otros.

La captura pesquera puede convertirse en una actividad altamente perjudicial para


los recursos pesqueros cuando se realiza de manera inadecuada. Algunas de las
consecuencias de la sobreexplotación pesquera son la pérdida de productividad
de la pesquería y su extinción comercial. Ello puede resultar del efecto de la

43
captura en tres propiedades básicas de las poblaciones de las especies objetivo:
su tamaño poblacional, estructuras de tamaños y condición reproductiva. La pesca
excesiva reduce de manera importante la biomasa de la población, al remover
ejemplares, esta disminución poblacional provoca a lo largo del tiempo la
reducción de su variabilidad genética. Los efectos anteriores pueden repercutir en
el potencial de recuperación y la viabilidad a largo plazo de las poblaciones de las
especies objetivo.

Un ejemplo adicional de impactos negativos cuando no se aplican criterios de


sustentabilidad puede ser la acuicultura (camarón), que genera impactos sobre
los ecosistemas frágiles con alteración del hábitat, salinización de suelos y
sobreexplotación de mantos freáticos, asentamientos por extracción de agua,
modificaciones de flujo por los taponamientos de estanques, contaminación por la
descarga de efluentes con residuos, alimentos y químicos usados, así como
introducción de especies exóticas y enfermedades a poblaciones silvestres,
extracción de larvas y juveniles de peces y mariscos, eutrofización de aguas
contiguas y declinación de poblaciones silvestres de la costa. Todos estos
impactos tienen fundamental importancia en el proceso en tanto afectan áreas
críticas como lagunas costeras, manglares, arrecifes coralinos e islas, o bien,
inciden sobre otras actividades económicas productivas.

Los efectos incontrolados del aumento de la población en el deterioro del ambiente


se expresan en la siguiente función/ecuación del deterioro ambiental diseñada por
el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP):

I = I (P x A x T)
Donde:

I= Los efectos en el ambiente


P= La población
A= El consumo per cápita (determinado por el ingreso y los modos de vida)
T= La tecnología

La anterior ecuación nos muestra que los efectos nocivos del crecimiento de la
población están bien distribuidos entre los países ricos y los pobres. Si bien P
sería un componente más importante en los países pobres, debido a que su tasa
de crecimiento está por encima del promedio, el componente A es mucho más
importante en los países ricos. Es que los elevados ingresos de sus habitantes
ocasionan un mayor consumo per cápita con relación al consumo de los países
pobres (recordemos que estamos ha-blando sólo del crecimiento de la población)
En estos niveles de comparación, no olvidemos que la tierra natal del homo
consumidorus es precisamente el conjunto de los países desarrollados. El hambre
de los países pobres hace que la población recurra a las tierras marginales para
producir lo indispensable a la sobrevivencia, puesto que las mejores tierras están
en poder del latifundista. La gran concentración de las tierras en manos de los
latifundistas no aporta a la producción nacional puesto que no la usan para

44
producir, sino para especular con ellas. Por eso es que los pobres deben recurrir
a tierras cada de peor calidad con lo que agotan en cortísimo tiempo lo poco de
fertilidad que esas tierras todavía tienen. También los obliga a realizar una
agricultura nómada/migratoria, por la que explotan los bosques quemando los
árboles y o la parcela desmontada sin el cumplimiento de los requisitos mínimos
de conservación. No hay un tratamiento de suelos adecuado, ni en asuntos de
rotación de tierras como de fertilización, ni en protección contra la salinización, la
desertificación, la erosión. A esto debe sumarse la progresiva eliminación de los
árboles por la recolección de la leña. La recolección de los árboles para usar su
madera como leña se ha convertido en una de las causales más importantes de
la depredación de los bosques y, como tal, de los fenómenos de erosión y otros.

Ehrlich & Ceballos (1997), manifiestan que la aplicación de la ecuación del


deterioro ambiental revela tendencias muy interesantes. Indica por ejemplo, que
si se dobla el tamaño de la población (P) mientras las otras variables se mantienen
constantes, el resultado también se doblará. Sin embargo, la relación entre las
variables generalmente no es lineal, además de que no son independientes entre
sí, por lo que los impactos de los sistemas tecnológicos (T) que mantienen el
consumo el consumo (A) tenderán a incrementarse también. Esto equivale a decir
que cada persona adicional significará un efecto desproporcionadamente mayor
del que representaron los individuos que le antecedieron (Ehrlich & Ehrlich, 1990).
La ecuadión indica también que el impacto ambiental del mismo número de
individuos en países en desarrollo es distinto por las diferencias en sus niveles de
consumo y por la tecnología de que disponen (Hart, 1997). Finalmente, indica que
no es correcta la suposición, hasta hace algunos años generalizada, de que el
problema de la población es principalmente exclusivo de los países en desarrollo.
En realidad, desde el punto de vista ambiental, la población de Estados Unidos de
Norteamérica causa más daño que la de cualquier otro país (Ehrlich & Holdren,
1971). Este nivel de impacto es explicado por la relación entre su población, su
consumo y su tecnología. En primer lugar, los Estados Unidos de Norteamérica
tienen la tercera población más grande del planeta. Segundo los/as
estodounidenses consumen grandes cantidades de materia prima y energía; usan
en promedio aproximadamente doce veces más energía que el consumo de los/as
ciudadanos/as de un país en desarrollo. Finalmente, las tecnologías empleadas
en Estados Unidos de Norteamérica son poco eficientes y tienen impactos
ambientales innecesariamente severos y destructivos.

1.13. Conservación del ambiente

En materia ambiental, el concepto de conservación se emplea para referirse al


cuidado y protección de todo aquello que involucra el ambiente natural, tal es el
caso de los animales, las plantas y el entorno natural en general. En tanto, la
conservación consiste en que los seres humanos, los mayores responsables del
daño al medio ambiente, promovamos y contribuyamos con nuestras acciones a
evitar la contaminación y asimismo el uso indiscriminado y no responsable de

45
recursos no renovables (http://www.definicionabc.com/medio-
ambiente/conservacion.php).

La conservación del ambiente debe considerarse como un sistema de medidas


sociales, socioeconómicas y técnico-productivas dirigidas a la utilización racional
de los recursos naturales, la conservación de los complejos naturales típicos,
escasos o en vías de extinción, así como la defensa del medio ambiente ante la
contaminación y degradación.

Cuidar el ambiente es cuidar la vida humana. Pese a que todos los días vemos
los motivos por los cuales es tan importante proteger nuestro ambiente, aún hay
gente que se pregunta por qué?... por qué debemos cuidar nuestro planeta?

Es importante entonces pensar y saber que el mundo no nos pertenece, nos ha


sido prestado para que vivamos en él y lo utilicemos con sabiduría. Y eso es lo
que debemos hacer... vivir, no destruir.

Pero también debemos proteger nuestro ambiente porque lo necesitamos. ¡Y


mucho! Dependemos de él para existir. Nuestro planeta nos brinda todos los
recursos naturales que necesitamos para alimentarnos, construir nuestras
viviendas, tener luz, transportarnos, vestirnos, etc. Mira un segundo a tu alrededor
todo lo que ves -papel, lápiz, computadora, goma, etc- se obtiene, directa o
indirectamente del ambiente, por lo cual es importante que aseguremos su
capacidad de continuar proveyéndolos.

El ambiente alberga al conjunto de componentes, tanto bióticos como abióticos,


que rodean a las especies y que le permiten vivir. Nuestro medio ambiente es
nuestro soporte de vida así como todos sus componentes: aire, agua, atmósfera,
rocas, vegetales, animales, etc.

1.14. Acciones del ciudadano/a ambientalmente consciente

Entre las acciones que debe adoptar e implementar un ciudadano/a


ambientalmente consciente, se destacan las siguientes:

 Intenta ahorrar el máximo de energía.


 Evita contaminar.
 Utiliza productos reciclados o reciclables.
 Consume lo menos posible: lo justo, lo necesario.
 Prefiere los productos naturales.
 Se informa de los efectos que produce lo que consume.
 Prefiere el entorno natural al artificial.
 Opta por consumir aquello que es permanente.
 Protege la flora y fauna.
 Piensa en las generaciones del futuro.

46
1.15. Política y marco legal ambiental de Nicaragua

Una política pública se define como el “conjunto ordenado y coherente de


proposiciones de carácter general que orientan el desarrollo de acciones o la
creación de situaciones favorables para la solución de un problema (o conjunto de
problemas) claramente definido o de una imagen sobre el objeto o realidad del
problema que se quiere alcanzar”. Es toda decisión o práctica sistemática
intencionada del Estado que incide sobre el comportamiento social. Representa
líneas generales que cumplen con el papel de orientar acciones. Son
orientaciones o directrices generales que guían y rigen un proceso de intervención
y actuación de una entidad en un asunto o campo determinado. En síntesis
constituyen la voluntad del Gobierno/Estado para atender un problema.

La política ambiental es la preocupación y desarrollo de objetivos con fines para


mejorar el ambiente, conservar los principios naturales de la vida humana y
fomentar un desarrollo sostenible (http://www.ecologiaverde.com/la-politica-
ambiental/).

La política ambiental se define como la “declaración formal de los principios


rectores y lineamientos de carácter ambiental que rigen las acciones del Estado y
la sociedad civil”.

La política ambiental de Nicaragua está sustentada en principios técnicos rectores


retomados de la Constitución Política, la Ley General del Medio Ambiente y los
Recursos Naturales y de otras leyes ordinarias, normativas y acuerdos nacionales
e internacionales en la materia. Actualmente existen políticas sectoriales y
políticas específicas que complementan el marco general de políticas ambientales
(MARENA, 2013).

La Política Ambiental de Nicaragua está sujeta a los siguientes principios rectores


(principios ambientales) retomados de la Constitución Política de Nicaragua, la
Ley General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales y de otras leyes y
normativas o acuerdos nacionales e internacionales:

 Los recursos naturales y la biodiversidad son patrimonio común de la sociedad


y por tanto el Estado y todos los habitantes tienen el derecho y el deber de
asegurar el uso sostenible, su accesibilidad y su calidad.

 Se considerará el ambiente como la riqueza más importante del país, por ser el
determinante crítico de la cantidad, calidad y sustentabilidad de las actividades
humanas y de la vida en general.

 El uso sostenible de los recursos naturales y la biodiversidad contribuye a


mejorar la calidad de vida reduciendo la brecha de pobreza y la vulnerabilidad
ambiental.

47
 Las políticas y principios de equidad social y de género enmarcan la gestión
ambiental.

 El criterio de prevención prevalece sobre cualquier otro en la Gestión


Ambiental.

 La gestión ambiental es global y transectorial compartida por las distintas


instituciones del gobierno, incluyendo a los Gobiernos Regionales y
Municipales y la Sociedad Civil.

 La participación ciudadana constituye el eje fundamental en el diseño e


implementación de la gestión ambiental.

En los últimos años Nicaragua ha mejorado considerablemente su marco político


legal en materia de medio ambiente, descentralización de la gestión ambiental y
fortalecimiento de los municipios.

Se dispone del marco conceptual para la organización de una gestión ambiental


descentralizada, participativa, responsable y socialmente equitativa que propone
ejes y principios rectores para el fortalecimiento de la gestión ambiental en el país.
Los principios rectores propuestos son la descentralización, la participación
ciudadana, la equidad social y territorial y la responsabilidad.

Con respecto al marco de planes y políticas ambientales de Nicaragua, Franklin


et al., (2007) en el documento “Nicaragua: Análisis ambiental de país” expresan:
En Nicaragua el actual Sistema de Gestión Ambiental (SGA) se basa en premisas
dadas al inicio de los años 90 con énfasis en la protección, conservación y
restauración del ambiente y los recursos naturales plasmada en la Política y Plan
Ambiental de Nicaragua. Sin embargo, se requiere acompañar la actual gestión
ambiental con una agenda “gris” o “café” que enfrente los requerimientos
derivados de una mayor inserción en los mercados globales y mejore la
competitividad a través de la industrialización y la adaptación tecnológica.

En materia de protección de los recursos naturales y el ambiente las leyes que


delimitan las competencias institucionales duplican hasta cierto punto mandatos y
funciones o no contribuyen a esclarecer las áreas de competencia al establecer
funciones compartidas. En este sentido la Ley General del Medio Ambiente y los
Recursos Naturales y la Ley 290 de Organización, Competencias y
Procedimientos del Poder Ejecutivo le atribuyen funciones compartidas a los
Ministerios del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA), Fomento, Industria
y Comercio (MIFIC) y Agropecuario y Forestal (MAGFOR), suscitando problemas
de indefinición de competencias, particularmente con relación al otorgamiento de
las concesiones de los recursos naturales. En otros campos, las funciones
compartidas han dado buenos resultados, tal es el caso del control de vertidos
contaminantes donde el MARENA controla los vertidos hacia los cuerpos de agua

48
y el Instituto Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (INAA) hacia el
alcantarillado sanitario.

Otro de los factores que inciden en el uso de los recursos naturales es la gestión
de los municipios, que tienen amplias atribuciones y funciones sobre los recursos
naturales dentro de su circunscripción. En este caso la legislación no es clara ya
que las atribuciones de los municipios son compartidas por la legislación
administrada por el MARENA y el MIFIC y aún no se han reglamentado la Ley de
Municipios en sus aspectos de manejo ambiental.

Además de la Ley General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales existe
una serie de importantes Decretos Ejecutivos referentes a temas ambientales.
Entre estos se encuentra la puesta en práctica del Sistema para la Evaluación de
Impacto Ambiental que es considerada como uno de los logros más importantes
en el país en lo que se refiere a la prevención y mitigación de daños ambientales.

Durante los últimos años se han realizado notables esfuerzos para modernizar el
marco jurídico existente y se ha formulado una importante legislación en los
sectores de minería, pesca y silvicultura.

Entre los mayores obstáculos para la gobernabilidad ambiental está la falta de


rigurosidad de parte del Ejecutivo y Legislativo con respecto a la observancia de
la ley cuando se impulsan iniciativas de reforma de ley o cambios administrativos
en beneficio de sectores económicos y en perjuicio del ambiente. Entre los
ejemplos de estas iniciativas está la reforma a la Ley de Geotermia para permitir
la exploración y explotación en áreas protegidas y la reclasificación de un sector
de la Reserva Biológica Río Indio-Maíz a la de Refugio de Vida Silvestre para
permitir el desarrollo turístico y otras actividades de recreación a lo largo del Río
y en la zona costera del Caribe.

Entre los problemas clave que adolece el marco legal ambiental está su débil
aplicación de parte del Estado, por ejemplo, al no incluir las exenciones de
impuestos derivadas de la Ley General del Medio Ambiente y los Recursos
Naturales en la legislación tributaria. Otro problema se refiere a las
contradicciones entre el Decreto de Vertidos y la Ley General de Salud que
determinan que la contaminación se considera una falta administrativa y por otro
lado la Ley Especial de Delitos contra el Ambiente que lo considera como un delito.

Según el MARENA (2013), para alcanzar el desarrollo sostenible visto desde la


defensa, protección y restauración del ambiente, se implementan en Nicaragua
los siguientes ejes de acción:

 Educación ambiental para la vida.


 Defensa y protección ambiental de los recursos naturales.
 Desarrollo forestal.
 Conservación, recuperación, captación y cosecha de agua.

49
 Mitigación, adaptación y gestión de riesgo ante el cambio climático.
 Manejo sostenible de la tierra.
 Control de la contaminación ambiental para la conservación de los ecosistemas
y la salud humana.
 Prevención y mitigación de los impactos ambientales producto de actividades
económicas que se desarrollan en el país.

El Estado de Nicaragua, a través de las instituciones de gobierno y la participación


de todos los sectores organizados, ha desarrollado políticas ambientales dirigidas
a promover el cuido y protección de la Madre Tierra, cimentando valores humanos
para el desarrollo de una nueva cultura ambiental.

En el Programa Nacional de Desarrollo Humano (2018-2021), en el eje X


“Políticas ambientales y de protección de los recursos naturales”; se
destacan cuatro acciones:

Continuar implementando la política ambiental de preservación y sostenibilidad


del medio ambiente y los recursos naturales.

Fomentar el uso y manejo sostenible de las áreas protegidas.

Impulsar la conservación y recuperación de los recursos suelo, agua y bosques.

Regular y controlar la contaminación ambiental para la conservación de los


ecosistemas y la salud humana.

En el acápite “C” referido a “Gestión local y nacional de riesgo” del eje XVI
“Gestión de riesgo frente a desastres y calamidades”, se destaca la siguiente
acción:

Articular la gestión ambiental y de reducción de riesgos, con activa


participación de las personas, familias, comunidades y gobiernos locales,
haciendo énfasis en los componentes de adaptación y mitigación.

En el eje XVIII “Cambio climático”, se destacan cuatro acciones:

Desarrollar acciones acordes a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre


el Cambio Climático, incluyendo el Acuerdo de París.

Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional


en relación con la mitigación del cambio climático, la reducción de sus efectos
y las alertas tempranas.

Formular la política de desarrollo económico y social de bajas emisiones de


carbono, bajo el modelo de diálogo, alianzas y consensos.

50
Elaborar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio climático, sobre la base de
una evaluación de los riesgos actuales y futuros, facilitando las principales
líneas de acción para una adaptación eficiente, bajo el modelo de diálogo,
alianzas y consensos.

En 2017, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional (GRUN) promulgó la


“Política de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático”, cuyo propósito es
avanzar hacia un camino de desarrollo económico y social, con capacidad para
enfrentar el riesgo climático, reducir los daños y pérdidas económicas, así como,
promover un desarrollo económico con bajas emisiones de carbono, y permitirle a
todos los ciudadanos aprovechar las oportunidades que el cambio climático
genera, para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar de los
y las Nicaragüenses.

Sus principios generales son: a) Enfocada al desarrollo, b) Complementariedad


con la gestión del riesgo de desastres, c) Innovación y uso eficiente de los
recursos, d) Enfoque ecosistémico, e) Participación, f) Viabilidad de las medidas,
g) Finanzas climáticas.

Son lineamientos de la política de mitigación y adaptación al cambio climático los


siguientes:

Desarrollo agropecuario resistente a los impactos de la variabilidad climática


actual, así como al clima futuro, propiciando acciones que favorezcan bajas
emisiones de gases efecto invernadero.

Implementar una estrategia de desarrollo energético bajo en carbono y con


capacidad de adaptación al cambio climático.

Propiciar un desarrollo de asentamientos humanos adaptados al cambio


climático y bajo en emisiones de gases efecto invernadero.

Desarrollo de infraestructuras adaptadas al cambio climático y con bajas


emisiones de carbono.

Uso y conservación de los servicios ecosistémicos para lograr un desarrollo


bajo en carbono y adaptado al clima.

Conservación, restauración y uso racional de los bosques, así como promover


las plantaciones forestales en zonas de vocación forestal.

Promover el conocimiento, investigación, financiamiento e información sobre


la adaptación y mitigación al cambio climático, así como la modernización y
fortalecimiento de los sistemas de vigilancia y alerta temprana.

51
Lista de Referencias

Asamblea Nacional de la República de Nicaragua (2014). Ley No. 217. Ley


General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales con sus reformas
incorporadas. Publicada en La Gaceta Diario Oficial No. 20 del 31 de Enero
de 2014. Nicaragua.

Azócar G, G. (2003). Población y medio ambiente. En J. Rojas Hernández & O.


Parra Barrientos (Coords.), Conceptos básicos sobre medio ambiente y
desarrollo sostenible (pp. 13-29). Buenos Aires: Instituto Nacional de
Educación Tecnológica (INET) & GTZ GmbH.

Berg, S. (2017). Efectos del crecimiento demográfico sobre el medio ambiente.


Recuperado de https://muyfitness.com/efectos-del-crecimiento-
demografico-sobre-el-medio-ambiente_13108374/

Blacutt Mendoza, M. (2013). El desarrollo local complementario: Un manual para


la teoría en acción. Recuperado de http://www.eumed.net/libros-
gratis/2013/1252/1252.pdf

Campaña, A. (1992). Interrelaciones de los problemas del medio ambiente y de la


dinámica poblacional. Recuperado de
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/32736/D-
18191.00_es.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Centeno, J. C. (2004). Población y medio ambiente. Recuperado de


http://www.rebelion.org/noticias/2004/8/3379.pdf

Cicero, L. (2009). Manual de sensibilización ambiental. España: Comisiones


Obreras de Cantabria.

Comisión de las Comunidades Europeas. (2009). Mejorar la integración de la


dimensión medioambiental en el desarrollo. Bruselas: Autor

Clarke, J. I. (1995). Population-Environment-Development interaction. Paris:


CICRED.

Dellavedova, M. (2011). Guía metodológica para la elaboración de una evaluación


de impacto ambiental. La Plata, Argentina: Universidad Nacional de La
Plata/Facultad de Arquitectura y Urbanismo.

Ehrlich, P. R., & Ceballos, G. (1997). Población y medio ambiente: ¿qué nos
espera? Ciencia, 48 (4), 19-30. Recuperado de
http://www.ecologia.unam.mx/laboratorios/eycfs/last1/Publicaciones/Gerard
oceballos/gc2_files/AD23.pdf

52
erthgonomic. (2015). Impacto ambiental del crecimiento demográfico. Recuperado
de http://earthgonomic.com/noticias/poblacion/

Giannuzzo, A. N. (2010). Los estudios sobre el ambiente y la ciencia ambiental.


scientiæ zudia, 8 (1), 129-56.

Gómez Gómez, C. M. (2000). Población, medio ambiente y crecimiento


económico: ¿Tres piezas incompatibles del desarrollo sostenible? Economía
Gerizan, 7, 242-260. Recuperado de
http://www3.uah.es/econ/Papers/cmgomez_EuskadiGerizan.pdf

González Ladrón de Guevara, F. J., & Valencia Cuéllar, J. (2013). Conceptos


básicos para repensar la problemática ambiental. Gestión y Ambiente, 16
(2), 121-128.

González-Dávila, G. (2004). Medio ambiente y desarrollo sustentable: Una historia


de reencuentros y búsquedas. Economía Informa, (328), 25-35.

Gutiérrez, M., Estrada, M., Altamirano, R., & Valle, V. (2014). Compendio:
Fundamentos de análisis ambiental. Managua: UCA.

Manahan, S. E. (2007). Introducción a la química ambiental. México: Reverté, S.A.


Recuperado de
https://books.google.com.ni/books?id=5NR8DIk1n68C&pg=PA3&lpg=PA3&
dq=Cinco+esferas+del+ambiente&source=bl&ots=k6flI6riIh&sig=zVI6KZUd
R-
HkOH4qIs0iTaDYzeI&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjJheySscfbAhWOzFMK
HTTRBGAQ6AEIcTAL#v=onepage&q&f=false

Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA). (2013). Guía


Buenas Prácticas de Mejora Ambiental en la Gestión Institucional. Managua,
Nicaragua: MARENA.

Morales-Jasso, G. (2016). La categoría “ambiente”. Una reflexión epistemológica


sobre su uso y su estandarización en las ciencias ambientales. Nova
Scientia, 8 (17), 579 – 613.

Quintana Juárez, G. D. (2011). Antecedentes y marco conceptual del desarrollo


sostenible. En M. Villavicencio Ortiz (Coord.), Desarrollo sustentable en el
contexto actual (pp. 8-48). México: Instituto Politécnico Nacional.

Pulido Fernández, J. I. (2004). Turismo y medio ambiente: Planteamientos para la


orientación medioambiental de la política turística española. España:
Universidad de Jaén.

53
Rojas Hernández, J., & Parra Barrientos, O. (Coords). (2003). Conceptos básicos
sobre medio ambiente y desarrollo sostenible. Buenos Aires: Instituto
Nacional de Educación Tecnológica (INET) & GTZ GmbH.

Sáenz, O. (Comp.). (2007). Las ciencias ambientales: Una nueva área de


conocimiento. Bogotá, Colombia: Digiprint Editores.

Sarmiento, F. (2000). Diccionario de Ecología. Paisaje, conservación y desarrollo


sostenible para Latinoamérica. Quito, Ecuador: Abya Yala.

Sánchez, V., & Guiza, B. (1989). Glosario de términos sobre medio ambiente.
Santiago de Chile: UNESCO.

Sánchez y Gándara, A. (2011). Conceptos básicos de gestión ambiental y


desarrollo sostenible. México: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT)/ Instituto Nacional de Ecología (INE-SEMARNAT)/
Asociación para el Desarrollo Integral de la Región de Misantla, A.C.
(ASODIREMI, A.C.).

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). (2016).


Informe de la situación del medio ambiente en México. Compendio de
estadísticas ambientales. Indicadores clave de desempeño ambiental y de
crecimiento verde. México: Autor.

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). (2010).


Compendio de estadísticas ambientales 2010. Recuperado de
http://aplicaciones.semarnat.gob.mx/estadisticas/compendio2010/10.100.13
.5_8080/ibi_apps/WFServlet1bdcb.html

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). (2008).


Informe de la situación del medio ambiente en México. Compendio de
estadísticas ambientales. México: Autor.

Vázquez Rodríguez, G. A., Lucho-Constantino, C., Coronel Olivares, C., & Beltrán
Hernández, I. (2014). Esbozo histórico de las ciencias ambientales. Pädi, 2
(3). Recuperado de https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/icbi/n3/e4.html

Velázquez Uribe, M. T. (1996). Dinámica poblacional y medio ambiente. Ciencias,


(44), 56-63. Recuperado de http://www.revistaciencias.unam.mx/es/193-
revistas/revista-ciencias-44/1831-din%C3%A1mica-poblacional-y-medio-
ambiente.html

Villavicencio Ortiz, M. (Coord.). (2011). Desarrollo sustentable en el contexto


actual. México: Instituto Politécnico Nacional (IPN).

54

Você também pode gostar