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1.

ANALISIS QUIMICO

 Dentro de la ciencia de los alimentos encontramos la química de los alimentos, una parte
fundamental de esta ciencia. La química de los alimentos se encarga del estudio de los
alimentos y de las sustancias que los integran. También se ocupa de analizar los cambios
químicos que pueden sufrir en la manipulación, procesamiento y almacenamiento.

El análisis químico es muy útil para la empresa que los fabrica y los vende a la hora de establecer y
mantener la calidad de los alimentos y para garantizar la seguridad alimentaria impuesta por las
autoridades nacionales e internacionales.

Un punto fundamental de este tipo de análisis es que otorga la posibilidad de detectar la presencia
de sustancias tóxicas o indeseables que se pueden encontrar en los alimentos y que pueden ser
dañinas para la salud de los consumidores.

Los componentes de los alimentos, ya sea agua, aminoácidos, aceites, grasas, vitaminas, etc.,
tienen unas propiedades específicas que se pueden ver alteradas tras sufrir cambios en las
manipulaciones y el procesado o por cuestiones naturales.

El poder analizar y comprobar si la calidad de los alimentos se ve modificada o si


están contaminados, es elemental para distinguir si se han convertido en un producto que entrañe
un riesgo riesgoso para la salud de los consumidores o si mantienen las propiedades nutritivas
intactas.

Trazabilidad alimentaria

El concepto de trazabilidad se refiere a la localización de los productos en el espacio y en el


tiempo, es decir, a toda la información relativa al historial un determinado alimento, desde su
origen, pasando por la producción o elaboración, el almacenaje, el transporte y la venta.

La trazabilidad garantiza una mayor eficacia en la cadena alimentaria y un control de la seguridad


alimentaria. Es un sistema comprometido con el consumidor y que se rige por determinados
principios que respetan las normas de salubridad.

Dentro de la trazabilidad encontramos tres tipos diferentes que se refieren a las distintas manos
por las que pasa el producto. En primero lugar, existe la trazabilidad hacia atrás que se basa en
la entrada de materias primas o productos ya modificados que se reciben en la empresa, es
decir, el origen de la mercancía.

En segundo lugar, encontramos la trazabilidad de proceso, que es la que corresponde a


los cambios o transformaciones que recibe el producto en su elaboración dentro de la empresa. Y,
en tercer lugar, se halla la trazabilidad hacia delante, la cual se ocupa del registro del receptor
final del producto.

Trazabilidad hacia delante

La identificación de qué producto y a quién se entrega es la base de la trazabilidad hacia delante.


En este punto deben registrarse los aspectos relevantes del receptor y del producto o productos
que se suministran. La empresa o responsable de la recepción física del producto debe quedar
documentado, al igual que el producto con su respectivo lote o número de identificación.
Este tipo de trazabilidad es importante debido a que es el último eslabón de la cadena y es a partir
del momento de la entrega cuando la empresa pierde la pista del producto o grupo de productos.

En el caso de haber algún problema de seguridad alimentaria, es la última empresa la responsable


de haber registrado cuándo y quién ha comprado las mercancías. Y esa información es necesaria
para retirar los productos defectuosos de la venta y del alcance de los consumidores.

Aun así, para que las posibilidades de riesgo o peligro alimentario sean las mínimas posibles,
existen sistemas de control como el APPCC para prever este tipo de situaciones y solucionarlas de
la forma más rápida y eficaz posible.

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