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No existe consenso entre los historiadores acerca de las fechas que definen los
límites de dicho proceso independentista. No obstante, se admite generalmente que a
partir de la revolución de mayo de 1811 y en adelante, el Paraguay se administró a sí
mismo sin subordinación a gobiernos exteriores.nota 1
"V.S. conoce muy bien los males que son consiguientes a una desunión, que
abriendo la puerta, a consideraciones dirigidas por el interés momentáneo de cada
pueblo, produzca al fin, una recíproca debilidad que haga inevitable la ruina de todos, y
ésta debería esperarse más de cerca, si la potencia vecina que acecha, pudiese calcular
sobre la disolución de la unidad de estas provincias."
(...) Prescinda Vuestra Señoría de su interés personal, cierre los ojos a todo
temor de que peligre su empleo o padezca su individuo; y entonces quizás no se
presentará el nuevo sistema tan terrible, como ahora pretende pintarlo (...) requiere a
Vuestra Señoría por última vez que se una a la Capital, que deje obrar al Pueblo
libremente, que reconozca la dependencia establecida por las Leyes, y que promueva
la remisión del Diputado, para la celebración del Congreso, que debe tranquilizar a estas
Provincias. Si Vuestra Señoría persiste en su pertinacia, será responsable ante Dios y
el Rey de los males, que se preparan.
Sabiendo que Velasco se movía hacia el sur, y sin tener órdenes de la Junta,
Rocamora se instaló y concentró algunas fuerzas en Yapeyú, punto intermedio para
recibir apoyo desde Buenos Aires o poder retirarse. Estos movimientos no pasaron
desapercibidos al coronel portugués Francisco das Chagas Santos. Pese a la misiva
que le había enviado Velasco el 31 de agosto, se alarmó por el movimiento de tropas
tan cerca de su frontera, comandadas además por el propio gobernador del Paraguay.22
Velasco regresó de las Misiones con todo el armamento que pudo encontrar.
Había volcado a su favor tres de los cuatro departamentos sin hacerse ilusiones sobre
la lealtad de los subdelegados que se plegaban, según las circunstancias, a uno u otro
bando. Asignó al capitán Carlos Thompson el control de la margen derecha del río
Paraná y trajo consigo al maestro armero italiano Miguel Tiragalo, importante artesano
que se haría cargo del arsenal de Asunción hasta el año 1816. Con esta operación se
incorporó además a la provincia del Paraguay todo el territorio misionero comprendido
entre el río Tebicuary y el río Paraná. El estratégico avance de la frontera hasta este río
ya figuraba en los planes de Velasco desde mucho antes del congreso del 24 de julio.24
La región entre los ríos Tebicuary, Paraguay y Paraná y los esteros que
formaban el límite occidental de las Misionesnota 2 era entonces objeto de un litigio
entre la Intendencia del Paraguay y la Tenencia de Gobierno de Corrientes: en el norte
de esa región existía desde 1779 el pueblo de Pilar, erigido como villa en 1792. En el
sur de esa zona estaban establecidos varios hacendados radicados en la ciudad de
Corrientes. Ésta había establecido guardias militares en el paso de Itatí, Curupayty,
Lomas de Pedro González y Paso del Rey.26
Por orden de Gracia, en una doble operación terrestre y naval, el capitán
Fulgencio Yegros ocupó la Guardia de Curupayty y el Paso de Itatí. Una escuadrilla
formada por 3 barcos mercantiles artillados y una cañonera —llevando embarcados más
de 160 hombres de tropa y su oficialidad— al mando de José Antonio Zavala, partió de
Asunción el 21 de septiembre y regresó el 10 de octubre, después de haber recuperado
8 buques que habían sido detenidos en Corrientes en su viaje a Asunción. La misión fue
cumplida sin uso de violencia, a pesar de que fue divisada desde la ciudad.27
Expedición de Belgrano
Artículo principal: Expedición de Belgrano al Paraguay
Belgrano supuso que la sola presencia de su tropa bastaría para que la inmensa
mayoría de la población paraguaya se plegara a la Junta de Buenos Aires. Sin embargo,
no solo no recibió apoyo de la población, sino que esta se manifestó hostil ante
presencia. Sus fuerzas fueron derrotadas en Paraguarí el 19 de enero de 1811, y en
Tacuarí el 9 de marzo.
(...) convendría que V.E., de acuerdo con el gobierno del Paraguay, y protegido
de las tropas de mi mando, entrase sin demora en el proyecto de libertar de la
jurisdicción de aquella Junta el territorio del Uruguay y Paraná, como supongo interesa
a su posición y a la mía.
Velasco venía dilatando la concreción de esa "ayuda" de 200 hombres que había
pedido cuando Belgrano estaba dentro de la Provincia pero que ahora,
sospechosamente, había aumentado a 1500 cuando ya no existía ningún peligro. Por
otra parte no tenía autorización para permitir el ingreso de tropas extranjeras en la
provincia y menos asumir previamente el reconocimiento de Carlota Joaquina. Velasco
tenía presente además los cinco complots que se habían producido en su contra entre
octubre de 1810 y abril de 1811, la caída de su prestigio luego de su retirada en
Paraguarí, las conversaciones de sus oficiales con Belgrano y las consecuencias de las
medidas que había tomado para desarmar las fuerzas militares y neutralizar a sus
jefes.35
Ocupación de Corrientes
Una vez expulsado Belgrano de la provincia del Paraguay, el gobernador
Velasco consideró que se podía poner en práctica el plan de ocupar Corrientes sugerido
por Pedro Gracia en septiembre de 1810. El 7 de abril de 1811, una flotilla al mando de
Jaime Ferrer, que ya había participado de la liberación de los buques en octubre de
1810, ancló frente a la ciudad de Corrientes. La intención declarada era liberar
nuevamente los buques detenidos por orden de la junta de Buenos Aires pero el
segundo objetivo era proteger el paso de tres buques con armas que el virrey Elío
enviaba desde Montevideo y, si las circunstancias fueran favorables, ocupar la ciudad
para mantener abierta esa vía de comunicación en forma permanente. Tres factores
jugaban a favor de esto último: la existencia en Corrientes de un núcleo favorable a la
provincia del Paraguay; la falta de fuerzas para la defensa, debido a que Belgrano se
había llevado soldados para invadir la Banda Oriental "dejando solo los inútiles y los que
por su avanzada edad no podían sufrir las penurias de una campaña";36; y la oposición
de la población a la política de la junta de Buenos Aires de realizar levas locales para
llevarlas fuera de la provincia. Este último punto será utilizado posteriormente por Blas
José de Rojas como argumento en su discurso inaugural.
Vísperas de la Revolución
"La ocupación de la ciudad de Corrientes por las fuerzas de esta provincia fue
solamente consultando la seguridad, necesária en mención á la falta de espresión
suficiente en la capitulación hecha después del ultimo combate en Tacuarí entre el
General de las tropas de esta ciudad, y el de las de Buenos Aires, pero el presente
Gobierno de acuerdo con el Comandante y Oficiales del cuartel general de esta plaza,
ha resuelto el procurar terminar por medios pacíficos las diferencias ocurridas con la
citada ciudad de Buenos Aires, y como no hay motivo de esperar de la prudencia y
circunspección de la Excelentísima Junta de aquella ciudad el que penetrada de iguales
sentimientos de razon y humanidad deje de adoptar un sistema tan benéfico y justo
como el mas natural y aun necesario en las presentes circunstancias a fin de conservar
la unión y seguridad general de las provincias de este continente: se ha acordado
igualmente prevenir a Usted que luego al recibo de esta orden evacué y deje
enteramente libre esa ciudad, dando a saber á su Ilustre Ayuntamiento y Comandante,
si este se hallase en oportunidad, que en lo sucesivo deben observar el mismo régimen
y gobierno que tenian anteriormente subordinado, a la propia Exma. Junta de Buenos
Aires como Dependiente de aquella capital."
El 1 de junio se recibió en Asunción una nota reservada — fechada el 8 de abril
de 1811 — del embajador español en Río de Janeiro, marqués de Casa Irujo, en la que
se ordenaba a Velasco que por ningún motivo consintiese, que tropas portuguesas
pisasen en la provincia, ni con pretexto de sujetar a los insurjentes.nota 3
El 9 de junio Velasco fue separado del gobierno y apresado junto con los
miembros del cabildo, acusados de entendimiento con Elío en Montevideo y de negociar
con los portugueses para defender la monarquía aún al precio de depender del Imperio
portugués. Los detenidos quedaban a disposición del Congreso que se estaba por
celebrar.
No reconocer otro soberano que Fernando VII y sostener los derechos, libertad,
defensa e indemnidad de esta provincia.
Las bases de la relación con Buenos Aires fueron determinadas por el Congreso
como de independencia absoluta del Paraguay hasta la reunión de un congreso de las
Provincias Unidas. Se nombró como diputado al Congreso a reunirse en Buenos Aires
a Gaspar Rodríguez de Francia, que anteriormente había sido nombrado para ese cargo
por el cabildo. Un requisito fundamental era que los reglamentos, formas de gobierno o
constitución que sancionara dicho Congreso debían ser ratificados por el Congreso
paraguayo.
Las principales medidas fiscales fueron la abolición del impuesto de sisa y arbitrio
que la yerba mate pagaba en Buenos Aires, y la extinción del estanco de tabaco
Congreso de 1813
El Congreso se reunió el 30 de septiembre. Su primera decisión fue negarse a
recibir al enviado del gobierno de las Provincias Unidas y responderle que no se enviaría
"ahora" al diputado exigido por el mismo. A continuación aceptó la renuncia presentada
por Francia, al que se le pidió que redactara un plan de gobierno.56
Se ignora qué deliberaron los diputados durante los días siguientes, pero el 12
de octubre recibieron un Reglamento de Gobierno, propuesto por Francia. Fue aprobado
por unanimidad ese mismo día.57 En su artículo 1.º se establecía que
Al cerrar en unos pocos días las sesiones del Congreso, el de 1813 repitió lo
actuado dos años antes, y fijó un antecedente que sería imitado en todos los congresos
subsiguientes, hasta el año 1865: el Congreso del Paraguay era elegido para una sola
sesión — que podía durar desde un día hasta algunas semanas — y al término de la
misma se consideraba disuelto. Serían las autoridades ejecutivas las encargadas de
convocar al Congreso, excepto en los pocos casos en que su convocatoria ocurría en
una fecha determinada por el Congreso anterior. El último de estos Congresos sería
reunido en 1865 por Francisco Solano López al iniciar la Guerra de la Triple Alianza.59
Un punto de vista muy extendido interpreta que este Reglamento implicaba una
proclamación de la Independencia del Paraguay, debido a que se abandonaba toda
mención al rey español,57 y a que se proclamaba la República, abandonando la
mención al nombre de Provincia.62nota 4 Otros autores señalan que este punto de vista
es incorrecto, ya que no hay una sola mención a la independencia en este documento,
y que la proclamación de la independencia sería sancionada en 1842.6364
El historiador Julio César Chaves definió estas medidas como "muerte civil" de
los varones europeos.66 Fue un obstáculo legal para impedir que estos se relacionaran
con sectores de la elite paraguaya. Constituyó además un avance del poder del Estado
paraguayo sobre la Iglesia respecto de las autorizaciones para contraer matrimonio.
Otra medida que adoptó el Consulado fue declararse neutral en el conflicto entre
Artigas y el Directorio, que ya había encendido la primera guerra civil rioplatense. El
oficial Matiauda, que había apoyado a Yegros en 1811, se pasó a los artiguistas y
participó en la política de la provincia de Corrientes.65
Una muy limitada apertura comercial tuvo lugar a partir de 1823, con la
reapertura de los puertos de Pilar de Ñeembucú e Itapúa. El primero estaba dedicado al
intercambio con las Provincias Unidas, pero el único comprador autorizado era el
gobierno de la República, que además fijaba los precios y tardaba muchos días en
concretar cada operación; en esas condiciones, y dado el temor de los navegantes a las
arbitariedades de Francia, los beneficios de la apertura fueron casi nulos..72 El segundo
era el indicado para el intercambio con el Brasil, pero la ocupación por las autoridades
correntinas de la villa de Santo Tomé, paso obligado para ese intercambio,.73 limitaron
las posibilidades de aumentar el tráfico por ese puerto, que era además mucho más
oneroso que por Pilar.70 Los conflictos con Corrientes se agudizaron en la década de
1830; la respuesta de Francia fue defender la margen derecha del río Paraná, e impedir
el establecimiento permanente de correntinos en la margen izquierda aguas arriba de la
isla Apipé.74
El Acta de la Independencia
Muerte y sucesión del Doctor Francia
El mismo día de la muerte de Francia, asumió el mando una Junta de los
comandantes de los cuatro cuarteles de la capital, bajo la presidencia del alcalde del
cabildo, Manuel Antonio Ortiz. Se asignó a sí misma la misión de convocar un Congreso,
pero las semanas pasaban sin que éste fuera anunciado. De modo que el 22 de enero
de 1841, un golpe de estado dirigido por un cabo de ejército terminó con la Junta. En su
lugar asumió un Triunvirato, formado por Juan José Medina, José Gabriel Benítez y José
Domingo Campos, que convocó al Congreso; éstos fueron a su vez derrocados el 19 de
febrero por un segundo golpe de estado. El jefe de este golpe de estado, subteniente
Mariano Roque Alonso, asumió el gobierno con el título de Comandante General de
Armas. Ejercía como secretario el doctor Carlos Antonio López, sobrino del dictador
Francia.75
Considerando:
Que nuestra emancipación e independencia es un hecho solemne e
incontestable en el espacio de más de treinta años.
Que durante este largo tiempo y desde que la República del Paraguay se
segregó con sus esfuerzos de la metrópoli española para siempre; también del mismo
modo se separó de hecho de todo poder extranjero, queriendo desde entonces con voto
uniforme pertenecer a sí misma; y formar como ha formado una nación libre e
independiente bajo el sistema republicano sin que aparezca dato alguno que contradiga
esta explícita declaración.
Que este derecho propio de todo estado libre sea reconocido a otras provincias
de Sud América por la República Argentina, y no parece justo pensar que aquel se le
desconozca a la República del Paraguay, que además de los justos títulos en que lo
funda, la naturaleza lo ha prodigado sus dones para que sea una nación fuerte,
populosa, fecunda en recursos, y en todos los ramos de industria y comercio.
Que tantos sufrimientos y privaciones anteriores consagrados con resignación a
la independencia de nuestra República por salvarnos a la vez del abismo de la guerra
civil, son también fuertes comprobantes de la indudable voluntad general de los pueblos
de la República por su absoluta emancipación é independencia de todo dominio y poder
extraño.
Que consecuente a estos principios y al voto general de la República para que
nada falte a la base fundamental de nuestra existencia política confiados en la divina
providencia declaramos solemnemente:
Primero: La República del Paraguay en el Río de la Plata es para siempre de
hecho y de derecho una nación libre e independiente de todo poder extraño.
Segundo: Nunca jamás será el patrimonio de una persona, o de una familia."
Reconocimiento de la Independencia
La proclamación de la Independencia se envió a la Confederación Argentina, al
Imperio del Brasil y a la República de Bolivia. El primero en responder fue el argentino:
El 26 de abril de 1843, el Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación
Argentina y Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas,
contestó al enviado paraguayo Andrés Gill que no podía reconocer ni desconocer esa
independencia. Dio como razón que su país estaba "en guerra con todo el mundo". Sin
embargo, agregó a su posición varias expresiones favorables al mantenimiento de la
paz con el pueblo paraguayo.87
El reconocimiento por parte del gobierno argentino debió esperar a la caída del
régimen de Juan Manuel de Rosas. A poco de derrocarlo, el general Justo José de
Urquiza envió un enviado plenipontenciario a Asunción, con la orden de reconocer la
independencia paraguaya. La misma fue formalmente anunciada por medio de un
"Tratado de límites, amistad, comercio y navegación entre Paraguay y la Confederación
Argentina" firmado en Asunción el 15 de julio de 1852.91