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MIÉRCOLES, 3 NOVIEMBRE 2010

LA CONTRA
Sir Ken Robinson, experto que preconiza un sistema educativo que enseñe a innovar
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Tengo 60 años: irrelevantes cuando eres capaz de crear como un niño, y todos somos capaces en formarnos para unas fábricas y oficinas
que ya no existen, nadie es innovador.
si queremos. Nací en un barrio humilde de Liverpool, como los Beatles, creativos sin escuela. ¿Cuáles son las consecuencias?
No soy buen gregario, así que no tengo partido, pero sí política. Colaboro con el Foro HSM Que la mayoría de los ciudadanos malgas-
tan su vida haciendo cosas que no les intere-
san realmente, pero que creen que deben

“La creatividad se aprende hacer para ser productivos y aceptados. Só-


lo una pequeña minoría es feliz con su traba-
jo, y suelen ser quienes desafiaron la imposi-
ción de mediocridad del sistema.

igual que se aprende a leer” Tipos con suerte...


Son quienes se negaron a asumir el gran
error anticreativo: creer que sólo unos po-
cos superdotados tienen talento.
“Sé humilde: acepta que no te tocó”.
¡Falso! ¡Todos somos superdotados en algo!
Buscando la ‘zona’ Se trata de descubrir en qué. Esa debería
ser la principal función de la educación.
Salgo tan inspirado de la Hoy, en cambio, está enfocada a clonar estu-
entrevista a Ken Robin- diantes. Y debería hacer lo contrario: descu-
brir qué es único en cada uno de ellos.
son que no me resigno a ¿La creatividad no viene en los genes?
reducirla a esta Contra. Es puro método. Se aprende a ser creativo
como se aprende a leer. Se puede aprender
Así que, si ustedes me lo creatividad incluso después de que el siste-
piden, explicaremos de ma nos la haya hecho desaprender.
Por ejemplo...
su mano en breve cómo Soy de Liverpool y conozco el instituto don-
encontrar nuestro ele- de recibieron clases de música mi amigo sir
Paul McCartney y George Harrison... ¡Dios
mento creativo. Porque mío! ¡Ese profesor de música tenía en su cla-
se al 50 por ciento de los Beatles!
a ser innovador se Y...
aprende igual que a su- Nada. Absolutamente nada. McCartney me
ha explicado que el tipo les ponía un disco
mar: a cualquier edad y de música clásica y se iba a fumar al pasillo.
en cualquier circunstan- A pesar del colegio, fueron genios.

U
A Elvis Presley no lo admitieron en el club
MARC ARIAS cia, con la única condi- de canto de su cole porque “desafinaba”. A
n día visitando un cole vi a ción debería ayudarnos a todos a encontrar ción de tener ganas. Ro- mí, en cambio, un poliomielítico, me admi-
una niña de seis años concen- la nuestra y no limitarse a encauzarnos ha- tieron en el consejo del Royal Ballet...
tradísima dibujando. Le pre- cia el mismo tipo de talento. binson precisa cómo lo- Ahí, sir, acertaron de pleno.
gunté: “¿Qué dibujas?”. Y me ¿Cuál es ese tipo de talento? grarlo en el informe que Allí conocí a alguien que había sido un fraca-
contestó: “La cara de Dios”. Nuestro sistema educativo fue concebido so escolar de ocho años. Incapaz de estar
¡...! para satisfacer las necesidades de la indus- está transformando la sentada oyendo una explicación.
“Nadie sabe cómo es”, observé. “Mejor –dijo trialización: talento sólo para ser mano de educación británica. Y ¿Una niña hiperactiva?
ella sin dejar de dibujar–, ahora lo sabrán”. obra disciplinada con preparación técnica Aún no se había inventado eso, pero ya se
Todo niño es un artista. jerarquizada en distintos grados y funciona- me anima a desaprender habían inventado los psicólogos, así que la
Porque todo niño cree ciegamente en su pro- rios para servir al Estado moderno. lo mal aprendido en el llevaron a uno. Y era bueno: habló con ella a
pio talento. La razón es que no tienen nin- La mano de obra aún es necesaria. solas cinco minutos; le dejó la radio puesta
gún miedo a equivocarse... Hasta que el sis- ¡Pero la industrialización ya no existe! Esta- cole y a arriesgarme con y fue a buscar a la madre a la sala de espera;
tema les va enseñando poco a poco que el mos en otro modo de producción con otros ustedes a renovarnos juntos espiaron lo que hacía la niña sola en
error existe y que deben avergonzarse de él. requerimientos, otras jerarquías. Ya no ne- el despacho y... ¡estaba bailando!
Los niños también se equivocan. cesitamos millones de obreros y técnicos hasta encontrar nuestra Pensando con los pies.
Si compara el dibujo de esa niña con la Capi- con idénticas aptitudes, pero nuestro siste- propia zona, nuestro Es lo que le dijo el psicólogo a la madre y así
lla Sixtina, desde luego que sí, pero si la deja ma los sigue formando. Así aumenta el paro. empezó una carrera que llevó a esa niña, Gi-
dibujar a Dios a su manera, esa niña seguirá Pero se nos repite: ¡innovación! mentor y tribu creativa, llian Lynne, al Royal Ballet; a fundar su com-
intentándolo. El único error en un colegio La piden los mismos que la penalizan en sus para alcanzar la misma pañía y a crear la coreografía de Cats o El
es penalizar el riesgo creativo. organizaciones, universidades y colegios. fantasma de la ópera con Lloyd Webber.
Los exámenes hacen exactamente eso. Hemos estigmatizado el riesgo y el error y, e intensa conexión con Si hubiera hecho caso a sus notas, hoy
No estoy en contra de los exámenes, pero sí en cambio, incentivamos la pasividad, el sería una frustrada.
de convertirlos en el centro del sistema edu- conformismo y la repetición
la vida que gozaron Eins- Sería cualquier cosa, pero mediocre. La edu-
cativo y a las notas en su única finalidad. La No hay nada más pasivo que una clase. tein o Mozart. cación debe enfocarse a que encontremos
niña que dibujaba nos dio una lección: si no ¿Es usted profesor, verdad? Las clases son nuestro elemento: la zona donde convergen
estás preparado para equivocarte, nunca pasivas porque los incentivos para estar ca- nuestras capacidades y deseos con la reali-
acertarás, sólo copiarás. No serás original. lladito y tomar apuntes que repetirá son ma- dad. Cuando la alcanzas, la música del uni-
¿Se puede medir la inteligencia? yores que los de arriesgarse a participar y verso resuena en ti, una sensación a la que
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La pregunta no es cuánta inteligencia, sino tal vez meter la pata. Así que, tras 20 años todos estamos llamados.
qué clase de inteligencia tienes. La educa- de educación en cinco niveles que consisten LLUÍS AMIGUET

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