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LA HERENCIA TEOLÓGICA DEL PROTESTATISMO DE SANTIFICACIÓN

Prof. Oswaldo Fernández Giles. Th.D.

Después de cien años de existencia y de presencia en Latinoamérica, especialmente en el norte del


Perú, podemos hablar no solo de la herencia teológica recibida sino de la que estamos dejando a las
futuras generaciones. La herencia de la que hablamos está integrada por el quehacer teológico, la
hermenéutica, la pastoral y estilo de vida eclesial. Sin embargo la interrogante que nos surge es cómo
articulamos una teología para la pastoral actual o hacemos que sobreviva en las nuevas espiritualidades.
Pero como la mayoría de herencias los herederos tienen diversas interpretaciones de cómo debe ser lo
que corresponde y son las criterios y las prácticas las que orientan lo que se tiene que aceptar y valorar
significativamente lo que le corresponde. Su historia, entonces, será distinta sobre la base de esa herencia.
Algunos comentarios sobre nuestra herencia wesleyana.

1. La herencia teológica del Protestantismo de Santificación.


La teología heredada por la iglesia es un asunto complejo, porque no hubo una sola corriente
teológica. Los trasfondos eran metodistas, presbiterianos, cuáqueros, congregacionalistas. El
movimiento de santidad es una “iglesia dentro de iglesia”, una eclesiola, que se transformó en
avivamiento de énfasis en la “experiencia del altar”. Los primeros teólogos “holiness” no eran teólogos
propiamente del movimiento de santidad. Un pionero, como Daniel Steele, era metodista, James O.
McClurkan era presbiteriano y Aaron Hillis era congregacionalista. De estos tres tuvimos traducciones
de al menos una de sus obras al español bastante temprano, 1877, 1951

Ante esta diversidad, una clave es estudiar, que tanto los teólogos de santificación se acercan o
alejan del pensamiento de J. Wesley, esto requiere estudiar las obras de Wesley para profundizar los
tres elementos de su soteriología: La gracia, previniente, la gracia justificadora y la gracia
santificadora. Otra es seguir los hilos de las explicaciones sobre la naturaleza pecaminosa y la obra
santificadora de Dios la supresionista (el pecado permanece naturalmente), la represionista (el
pecado no se manifiesta completamente), la perfeccionista (el ser humano puede libremente cumplir
todo) y la erradicacionista (se realiza una limpieza radical del pecado y una irrupción perfecta del
amor). Sin embargo esto es reducir la teología al problema humano del pecado y descuidar la
atención a la obra creadora y redentora de Dios.

Particularmente, me parece que hay otros temas delineadores como la interpretación de la historia
de la salvación y la escatología en la relación con la ética , que influyeron en el la concepción del
perfeccionismo. Estos temas, necesariamente, conducen a otro que nos es más pertinente, la idea de
estar viviendo “la era del Espíritu Santo”, y experimentando o la santifición o el bautizo con Espíritu
con carismas. La tendencia de la teología de santidad ha sido a quedarse con una santificación como
obra del Espíritu Santo, que produce frutos del Espíritu, pero esto ha creado siempre confusión debido
a la subjetividad en la interpretación de la experiencia que puede ser vista también como bautismo
del Espíritu Santo, evidenciada en los carismas. Esto sucedió en los inicios del pentecostalismo, salido
del Movimiento de Santidad, que enseñó la búsqueda de tres experiencias: Conversión - Santificación
– Bautismo con el Espíritu Santo.

La herencia teológica precisa preocupación, reflexión e investigación permanente, para reforzar la


identidad, clarificarla, o construirla, cuando no hay identidad. Esta es una tarea de nuestros
Seminarios, que deben enfatizar la investigación teológica e la identidad wesleyana, pues son
seminarios denominacionales, hacen una teología, misiología y pastoral desde una identidad que
denominamos wesleyana, a partir de la cual nos movemos dentro de algunas variantes y en diálogo
con contra confesiones.
La identidad de una familia eclesial es como en nuestras familias. Estamos en familia, pero por allí
hay un medio hermano(a) y no falta un primo(a). Al pasar las generaciones se puede tener familiares
sin llevar los apellidos. Nos ligan la memoria de los ancestros, algunas costumbres, creencias, espacios
comunes, recuerdos y conmemoraciones. Procuramos ser una familia digna, distinguida, progresista,
que crece y hace su aporte a la sociedad responsablemente. Intentemos conocer un poco nuestra
familia eclesial, que bien podría denominarse protestantismo de santificación.
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1. Tres corrientes clásicas en la teología de santificación:

(i) Metodista -Wesleyana:


Teología reformada moderada: Justificación es seguida de la santificación, esta última es obra del
Espíritu Santo
La santificación, es perfección cristiana, amor perfecto. (Es hacia fuera)
Escatología amilenarista y posmilenarista.

(ii) Arminio-Wesleyana:
Teología wesleyana: La santificación es una segunda experiencia, tras la Justificación.
La santificación, es purificación del corazón, limpieza del pecado. Es obra del Espíritu Santo (Es
hacia adentro) y una “experiencia del altar.”
Escatología premilenarista histórica.

(iii) Santidad-Arminiana:
Teología post-wesleyana: La santificación es erradicación del pecado, que convence de la
exoneración de la pecaminosidad (es una emoción - pasión).
La santificación, es entera santificación, obra del Espíritu Santo, una “experiencia del altar”.
Escatología premilenarista dispensacional.

2. Tres teólogos pioneros de la teología e santidad.

2.1. Daniel Steele (1824-1914)


Metodista, profesor de griego del Nuevo Testamento, teología y ética en la Universidad de
Boston,. Sus obras principales: Coautor con Amós Binney del “Comentario Popular” (1872) y del
“Compendio de Teología” (1875). Autor de “El evangelio de la consolación”(1897) y El
resurgimiento del antinomianismo o un sustituto para la santidad ” (1899). “Jesús triunfante, o
Cristo anti pesimista y otros ensayos” (1899).

Su obra sobre el Evangelio de la Consolación es una pneuma-eclesiología, en ella sostiene:


 Teología de la alianza entre Dios y su pueblo es la base para la interpretación de la historia
de la salvación y la influencia de esta en la eclesiología y la escatología del movimiento de
santidad.
 El Pentecostés es el paradigma de la experiencia con Dios. Para el Movimiento de Santidad,
la santidad y el bautismo del Espíritu santo deberían ser equivalentes. Al Movimiento de
Santidad le corresponde acompañar a la iglesia a recibir el Espíritu Santo. El bautismo del
Espíritu Santo es la gran necesidad de la iglesia y la gran esperanza unificadora del reino de
Dios. El don del Espíritu Santo es purificador y no empoderador, en todo caso: primero
purificador y luego empoderador.
 Fue el primer teólogo metodista que adoptó la posición pentecostal de Mahan y Finney.
Steele apoyó el concepto de que el Pentecostés inició la dispensación del Espíritu Santo con
su ofrecimiento de santidad del corazón.
 D. Steele vio como “equivalentes el bautismo, la unción, la plenitud, la permanencia, la
morada, la comunión constante, el sello, la señal, del Espíritu Santo, y expresan el estado de
perfección cristiana”. El bautismo del Espíritu efectúa una entera santificación verdadera al
estilo metodista. (Bassett-Greathouse, Explorando tomo 2 p. 316)
 Usó las palabras “bautismo del Espíritu” para describir su iniciación en la bendición de
santidad, pero cuestionando él éxtasis y privilegiando el compromiso ético de la experiencia
de santificación, (p. 310) para D. Steele, también, “La plenitud del Espíritu no es de éxtasis
sino de ética”. La evidencia final de la plenitud espiritual no es gozo sino ‘amor entronizado’
(pp.318-319)
 Steele se esfuerza en sustentar el nuevo concepto de la pentecostalidad tanto con el Nuevo
Testamento como con el pensamiento de Wesley,(317) quien había identificado la
perfección cristiana con el ser lleno del Espíritu Santo, pero la relación entre la promesa del
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Espíritu y la historia de la iglesia, requería un teología de la historia, que Wesley la tenía


implícita en su teología.(p. 311)
 Steele va más allá de sus mentores calvinistas, Asa Maham y Ch. Finney, al recalcar que el
bautismo con el Espíritu Santo efectúa “una entera santificación al estilo metodista” (316).
La santificación no es un proceso es una obra instantánea. Aunque da lugar a un crecimiento
en gracia, dentro de la restauración de la imagen de Dios.
 Sostuvo totalmente la doctrina de Wesley sobre el testimonio del Espíritu, señalando la
distinción entre el testimonio directo del Espíritu y el testimonio indirecto que se infiere por
los frutos del Espíritu. El testimonio el Espíritu, según Wesley, es permanente. Para Steele la
acción del Espíritu Santo, en la erradicación del pecado, es clara. Es un paso del desierto al
reposo. El Espíritu Santo toma posesión total y se convierte en el Testigo permanente a
nuestro espíritu. Aun cuando los éxtasis vayan y vengan como mareas del océano.

 En 1870 Steele comenzó a impulsar el concepto de que el bautismo del Espíritu Santo es lo
que efectúa la entera santificación, esto es la erradicación del pecado, la plenitud del amor
derramado en el corazón, resume la perfección cristiana, en el amor perfecto que ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, en Love Entnthroned 1878 (Grider
pp. 73)

Defensa de Steele del compromiso ético, ante “El resurgimiento del antinomianismo” u
oposición a la obligación moral:

 El creyente tiene una responsabilidad ética individual y social, que se sustenta en el antiguo y
nuevo testamento, está llamado a una “nueva obediencia”
 Los méritos de Cristo, son suficientes para la justificación, pero su obra en nuestras vidas
reclama como consecuencia una vida santa.
 Los cristianos tienen una obligación moral, en el marco de la ley, que tiene su actualización en
el evangelio del nuevo pacto.
 La santidad ética es imprescindible para el Reino de Dios. El dispensacionalismo enseñaba
que el cumplimiento de la ley moral no es necesario porque estamos en la dispensación de la
gracia y no de la ley.
 El dispensacionalismo en oposición al posmilenarismo era pesimista respecto al progreso en
la historia, lo que lo llevó a oponerse a la búsqueda del perfeccionamiento en el actuar
cristiano y al concepto de crecimiento del Reino de Dios. La iglesia no expresa exclusivamente
el reino, pero expresa lo signos del Reino con mayor fidelidad.

2.2. J. O. McClurkan (1861-1914)


Presbiteriano de los conocidos como Presbiterianos de Cumberland, que se unieron a los
Nazarenos en 1914. Es el autor de “Santificados por completo. Que es y como recibir la
experiencia”, 1901 Apéndice: Pasos para morir a uno mismo. Algunas apreciaciones de su
pensamiento, considerado como “teología popular” :

 Su corriente al interior del Movimiento de Santificación, fue conocida como la Escuela de la


Justificación, basada en la historia de la salvación o en la teología de la historia.
 Sigue a Wesley en la visión de una teología popular, o teología práctica.
No es un teólogo académico, en el buen sentido. Es más un misiólogo y educador.
 Es un teólogo de la experiencia, del evangelismo, del avivamiento cristocéntrico. Es
sistemático en la escatología y su aplicación pastoral, para la ética de santidad en el principio
del fin.
 Dos sub-corrientes teologicas alternativas son resaltantes en su teología: El calvinismo
moderado de George Witefield en diálogo con Wesley. El arminianismo moderado de Wesley
.
 La santificación es una segunda crisis, es un “crecimiento en gracia”. La experiencia cristiana
tiene niveles de maduración. Se interesó en escribir informes sobre las experiencias de otros,
desde esta perspectiva, (II Ped. 3:18).
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 Para perfeccionar el carácter hay que seguir ciertos pasos. Después de la segunda
experiencia, realistamente es necesario ajustar: Las motivaciones, los sentimientos, las
actitudes, a las que hay que morir, porque son inconsistentes con el amor perfecto.
 Hay una diferencia entre el pecado mismo y la naturaleza misma. Ante el pecado se precisa la
purificación y ante la naturaleza, madurez. La pureza y la madurez son básicas para actuar
éticamente.
 Hay una distinción entre “crisis” y “proceso”. Hay un problema semántico: La crisis para
Wesley conduce a la necesidad de la erradicación, como ideal; el proceso, según Finney
conduce a la supresión, como una necesidad. Desde estas alternativas procuró clarificar la
teología wesleyana para el movimiento de santidad.
 En su proyecto educativo, al fundar el Treveca Collage, hizo una propuesta teología educativa,
que entendió como “ecuménica”. En esta deberían dialogar las teologías de Calvino y
Arminio (Witefield y Wesley). En la práctica esta sería una teología educativa ecléctica. Esto
llevaría a un equilibrio en las tradiciones internas del movimiento de santidad.
 Distinguió entre el pentecostalismo y el movimiento de santificación. Este último necesitaba
si predicar el evangelio completo: Cristo Salva, Sana, santifica, Viene otra vez.
 Su teología de la experiencia cristiana, no es esencialmente relatada para reflejar la realidad
de la experiencia: “Un cristianismo elevado no vive nominalmente el cristianismo, sino que se
compromete con la enseñanza de una vida elevada en el mundo como su misión (p.89)

En su obra “Esperando que el Venga


 McClurkan sigue a A.B. Simpson de la Alianza Cristiana y Misionera, junto
con él buscaban la unidad en la Misión Pentecostal.
 Es escatológicamente dispensacionalista histórico, moderado, que evoluciona hacia el
premilenarismo dispensacionalista.
 Sintetizó sus ideas hablando de la “La hora undécima”, “Hora 11 del movimiento”, “Al fin del
día”, basándose en la parábola de los trabajadores (Mt.20:1-16).
 Estamos en la última dispensación y esto exige acción, de aquí su misiología: Evangelismo,
Misiones, Educación. El servicio, como educación, pasa a un tercer lugar, cuidando que el
evangelismo y las misiones no obstaculicen ese servicio, que aprestan para la Misión de Dios.
 Enfatizó el retorno premilenial de Cristo para establecer su reino en la tierra por mil años:
Entonces los problemas sociales del mundo serán resueltos por Cristo.

2.3. A. M. Hillis (1848-1935)

Congregacionalista, estudió en Oberlín con Ch. Finney. Fue profesor en los seminarios de Ausbury,
Peniel, Pasadera. Sus obras principales: “Santidad y Poder para la iglesia y el ministerio” 1897,
“Teología Cristiana Fundamental”1931:

 Al igual que Steele y McClurkan emseña que el bautismo del Espíritu Santo santifica.
 El Espíritu Santo es la fuerza unificadora del cristianismo.
 Abogó por un gran avivamiento escritural de santidad.
 La santificación por el bautismo del Espíritu Santo es la cura para la depravación: La
naturaleza moral es limpiada de injusticia, trasgresión y propensión pecaminosa. Somos
transformados en la misma imagen divina de gloria en gloria.
 La consagración y la fe no es suficiente; corrige a Febe palmer, proponiendo 8 actitudes hacia
la experiencia santificadora:
(1) Las primeros cinco de consagración:
(i) Descubrir la necesidad de la relación profunda y amplia con Dios.
(ii) Insistir en recibir la bendición de la santificación
(iii) Reconocer la importancia para un cristiano de la santidad
(iv) Recibir la santificación es una posibilidad sobrenatural.
(v) Sentir el hambre y sed de justicia.
(2) Los tres últimos de la fe
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(vi) Obediencia absoluta en todas las cosas concernientes al reino.


(vii) Sometimiento total a Dios desde su palabra, como lo haría Jesús.
(viii) Fascinarse con la teología del altar: Sacrificio-pasión-reverencia.

 Hillis era posmilenarista. La sector importante, del movimiento de santidad, había adoptado
el premilenarismo histórico, otro sector menor el premilenarismo dispensacionalista. El
posmilenarismo fue conservado por los que se inclinaron a la escatología de wesley. Esta
situación obligó a Hillis, en su Teología Cristiana Fundamental a presentar dos posiciones, la
suya y la premilenarista que se había instalado en el movimiento de santidad ya en la década
del treinta del siglo veinte.

3. Algunas pistas a seguir desde la teología de fin del diecinueve y principios del veinte la herencia
teológica wesleyana.

3.1. La herencia de la tradición wesleyana, nos viene mediada por la teología del movimiento de
santificación. Esta teología no representa una sola corriente. Además la herencia tiene tres
componentes fundamentales: El doctrinal, el misiológico y el de ética de santidad. Esta diversidad
siempre ha reflotado en nuestra vida eclesial. Asimismo, una ha procurado imponerse, aun en
medio de las discordancias evidentes en la relación entre ortodoxia y praxis.

3.2. La teología del movimiento de santidad fue cambiando de la preocupación por la realidad moral
del ser humano, pasando luego por la inquietud respecto al sentido y fin de la historia a una
teología más pneumo-eclesial. Los retornos constantes a los énfasis de estas fases son una
característica de nuestra teología. Pero es más que una nostalgia, es una búsqueda de respuesta a
las demandas actuales en nuestra herencia, que es parte de la historia de la teología a la que
tenemos que retornar, como nos lo viene sugiriendo Justo Gonzalez 1

3.3. La teología de wesley es teología práctica, experiencial, de ayuda para el laico. Sin embargo
Wesley insistió en el la exposición bíblica, en la continuidad de tradición cristiana universal y en el
búsqueda de nuevos saberes, pensando y dejando pensar. Nuestro lema adhiere así a este
paradigma: “En lo esencial unidad, en lo no esencial libertad y en todo amor.” El laico, desde una
base bíblica-teológica, tipo Compendio, necesita un marco suficiente amplio para su labor
pastoral. Sobre esta realidad, Wesley, se preocupó por equipar a los laicos, escribiendo sus
sermones y publicando ensayos teológicos contextuales, esclarecedores y apologéticos.

1
Justo González, Retorno a la historia del pensamiento cristiano. Tres tipos de teología. Buenos Aires: Kairos,
2004

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