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HISTORIA DE LA BIBLIA

JUSTIFICACIÓN:
Existen dos acusaciones muy comunes que se dirigen contra el cristianismo y su
declaración de que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Por una parte se señala su
autoría humana como prueba incontrovertible de su Inerrancia bajo el peregrino
argumento de que, puesto que errar es humano, la Biblia necesariamente debe contener
errores por ser de factura humana. Por otra parte, encontramos a aquellos que sindican
a los cristianos de argumentar en círculos cuando se trata de defender la inspiración
divina de la Biblia; esto es, decir que la Biblia es inspirada por Dios por el simple hecho
de que ella misma lo afirma. Para que el creyente pueda responder a estas acusaciones
de manera coherente y contundente es imperativo conocer la historia de la Biblia como
libro desde el punto de vista de su elaboración, comenzando por su autoría humana,
pasando por la compilación y agrupamiento de sus libros y terminando por el
reconocimiento de su carácter autoritativo y normativo para el hombre por parte de la
iglesia, descubriendo en el proceso que, hasta donde puede cotejarse con la historia
universal secular, la Biblia armoniza perfectamente con ella. Se deduce entonces, que al
margen de su carácter inspirado, ésta es enteramente confiable y veraz bajo un enfoque
netamente histórico, concluyendo finalmente que, aún sin partir de la base de su origen
divino, la historia de la Biblia es de tal singularidad y unicidad desde el punto de vista
humano que es imposible no ver actuando en ella a la Providencia para preservar y
salvaguardar la revelación de Dios para el hombre.

OBJETIVO:
Brindar al estudiante argumentos apologéticos sólidos que sustenten con suficiencia la
afirmación de que la Biblia es la Palabra de Dios de modo que la confianza que el
estudiante tiene en ella se afiance no sólo por causa de su fe, sino también por causa de
la razón.

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1. INTRODUCCIÓN:

LA HISTORIA:
La historia es la totalidad de los sucesos humanos acaecidos en el pasado, aunque una
definición más realista la limitaría al pasado conocido mediante cualesquiera que sean
las fuentes documentales.

La palabra historia proviene del griego antiguo y significa ―narración‖. El ser humano ha
sido un ser siempre un ser histórico, para bien o para mal. En otras palabras siempre ha
estado inmerso en la historia y ha sido al mismo tiempo creador de la historia, al margen
de que, en un momento dado, haya podido tener mayor o menor conciencia de este
carácter histórico fundamental y exclusivo de su existencia terrenal. Lo que sucede es
que, como alguien lo dijera, la historia jamás parece historia cuando la estamos viviendo.
De tal manera que nadie puede pretender ser tan sólo un espectador de la historia, pues
todos somos en alguna medida actores de reparto en el escenario de la historia y
tenemos, por lo tanto, la responsabilidad de desempeñar de la mejor manera nuestro
papel particular en ella.

LA HISTORIA DE LA BIBLIA:
Porque de acuerdo a la Palabra de Dios en Gal. 3:29,
―relatar la historia de aquellos de quienes somos herederos, es escribir un prólogo
extenso a nuestra propia historia‖. Justo L. González
―el primer paso para liquidar a un pueblo es eliminar su memoria (historia)‖ Milan hubl
―un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla‖ Santayana.

Y de acuerdo con nuestro Pastor Dario Silva-Silva y utilizando su innovadora clave de ―Re‖
en el particular sentido de que hay muchas cosas para repensar y para recomponer, es
así como la historia puede convertirse en una fuente de consolación, ya que al aplicarnos
a su estudio desde el horizonte de la fe, se recupera la visión de lo que Dios hizo y puede
volver a hacer otra vez.

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El problema no es, entonces, la historia en si misma , sino nuestro desinterés por ella y
nuestro olvido de la misma y, sobre todo, del Señor de la historia, quien se encarnó
personalmente en ella por medio de Jesús de Nazaret, para redimirla de manera
definitiva y restaurar así nuestra dignidad original, de tal modo que estemos en
condiciones de ser actores de reparto idóneos que contribuyan al éxito final de esta
puesta en escena que llamamos historia, de la cual Dios no es sólo su autor, sino
también su protagonista principal.

APOLOGÉTICA:

APOLOGÍA: Discurso o escrito en justificación, defensa o alabanza de personas o cosas.


1 Pedro 3:15.

Hay una diferencia entre sentir (fe) y pensar (razón). En la fe cristiana hay una prioridad
de la mente. También hay una prioridad del corazón en la fe cristiana. Sin duda que estas
dos afirmaciones paradójicas parecen ser contradictorias. ¿Cómo es posible que existan
dos prioridades? Debe existir una que prime sobre la otra. Es obvio que no podemos
tener dos prioridades distintas al mismo tiempo y en la misma relación. Lo que ocurre es
que cuando hablo de dos prioridades distintas, quiero decir que son con respecto a dos
temas distintos.

Con respecto a la prioridad en cuanto a la importancia, el corazón viene primero. Si tengo


la doctrina correcta en mi pensamiento pero no tengo el amor a Cristo en mi corazón, me
he perdido el reino de Dios. Es extremadamente más importante que mi corazón esté
bien delante de Dios que mi teología sea impecablemente correcta.

Sin embargo, para que mi corazón esté bien, existe una prioridad del intelecto en término
de orden. No puede nada en mi corazón que no haya estado primero en mi pensamiento.
¿Cómo es posible amar a un Dios del cual no comprendo nada? Cuando más llegue a
comprender el carácter de Dios, más será la capacidad de amarlo. Dios se revela a sí

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mismo en un libro. Ese libro ha sido escrito en palabras. Transmite conceptos que deben
ser comprendidos por la mente. Para que puedan penetrar en nuestros corazones.

 PRIMERA CLASE:

La suma de tus palabras es verdad; tus rectos juicios permanecen para siempre. Sal.
119:160
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. Mt. 24:35
Es más fácil que desaparezcan el cielo y la tierra, que caiga una sola tilde de la ley. Lc.
16:17
Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. Jn. 17:17

1. LA BIBLIA:
La palabra ―Biblia‖ procede del griego ―Biblia‖ (libros); el singular es ―biblión‖; ―biblio.‖ Es
una forma de biblio., y significa simplemente cualquier clase de documento escrito en
papiro.
Al antiguo puerto fenicio de Gebal (cerca de Beirut) los griegos le cambiaron el nombre
por Biblos (Biblus) por que era una ciudad famosa por la fabricación de papiros para
escribir.
- En el S XIII por falta de sintaxis (parte de la gramática, que enseña a coordinar las
palabras y construir con ellas oraciones), error cometido contra la corrección y pureza de
un idioma (solecismo), el plural neutro paso a ser considerado como un singular ―El
Libro‖.

1.1. OTROS NOMBRES:


 Su título en Hebreo que es reconocido en el Nuevo Testamento en su forma plena
―La ley, Los profetas y los Salmos (Escritos Sagrados)‖ Lc. 24:44, y abreviada: ―La
Ley y los Profetas‖ Mt.11:13. En el judaísmo, en cambio, se le designa con la
palabra TANAK, que en realidad es una sigla formada con las iniciales de TORAH,

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NEBHIM Y KETHUBHIM, es decir, de las tres partes o secciones en que se divide la
Biblia hebrea: La Ley, los Profetas y los Escritos.
 ―Escrituras‖ (plural) para el Antiguo Testamento Mt.21:42, ―Escritura‖ para un
pasaje especial Lc.4:21.
 ―La Ley‖ Jn.10:34 por considerarse que incluía en sí todo el desarrollo del
Judaísmo.
 ―El Libro del Pacto‖ 2 R.23:2
 San Pablo podía hablar de las escrituras judaicas usando el nombre que se le
había aplicado siempre ―Antiguo Testamento o Pacto‖ 2 Co.3:14. En lenguaje
corriente ―testamento‖ es la última voluntad de una persona, en la que está
dispone de sus bienes para el momento de su muerte. Pero no es en ese el
sentido que tiene en la Biblia, en la cual significa BERIT ―pacto‖ o ―convenio‖ o
―alianza‖. Sería más apropiado hablar del antiguo pacto y nuevo pacto, pero la
tradición (a partir de Tertuliano) desde hace mucho ha establecido el empleo de la
palabra testamento. A primera vista a «testamento» se presta a un equívoco,
porque no se ve muy bien en qué sentido puede aplicarse a la Biblia. Sin embargo,
la dificultad se aclara si se tiene en cuenta la vinculación de la palabra latina
testamentum con el hebreo BERIT, «pacto» o «alianza».

1.1.1. BERIT es uno de los términos fundamentales de la teología bíblica. Con él se


designa el lazo de unión que el Señor estableció con su pueblo en el monte Sinaí.
A este pacto, alianza o lazo de unión establecido por intermedio de Moisés, los
profetas contrapusieron una «nueva alianza», que no estaría escrita, como la
antigua, sobre tablas de piedra, sino en el corazón de las personas por el Espíritu
del Señor (Jer 31.31–34; Ez 36.26–27).
De ahí la distinción entre la «nueva» y la «antigua alianza»: la primera, sellada en el Sinaí,
fue ratificada con sacrificios de animales; la segunda, incomparablemente superior, fue
establecida con la sangre de Cristo.

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Ahora bien, el término hebreo BERIT se tradujo al griego con la palabra DIATHEKEeidque
significa «disposición», «arreglo», y de ahí «última disposición» o «última voluntad», es decir,
«testamento». De este modo, la versión griega de la Biblia, conocida con el nombre de
Septuaginta o traducción de los Setenta (LXX), quiso poner de relieve que el pacto o
alianza era un don y una gracia de Dios, y no el fruto o el resultado de una decisión
humana.
La palabra griega DIATHEKEe fue luego traducida al latín por testamentum, y de allí pasó
a las lenguas modernas. Por eso se habla corrientemente del Antiguo y del Nuevo
Testamento.
- Primer título colectivo simple de toda la Biblia, Jerónimo S IV: ―la Biblioteca Divina‖
- Los escritores griegos para la misma fecha empezaron a utilizar el término ―Los Libros‖.

1.1.2. PRUEBA: Razón, argumento, etc., con que se pretende hacer patente la verdad o
falsedad de una cosa. Se puede verificar y establece conclusiones.

1.1.3. EVIDENCIA: Prueba que se presenta en favor o en contra de una cuestión. No se


puede verificar apunta hacia las conclusiones.

1.2. CARACTERISTICAS QUE HACEN DE LA BIBLIA UN LIBRO ÚNICO:


Es el libro ―diferente de todos los otros‖ a continuación unas pruebas racionales
de su singularidad.

1.2.1. TIEMPO DE ELABORACION Y RECOPILACIÓN.


(1600 s, entre 1500 a.C. hasta el año 100 d.C. aproximadamente)

1.2.2. DIVERSIDAD DE AUTORES Y CIRCUNSTANCIAS.


(40 autores diferentes durante 60 generaciones con ocupaciones disimiles entre
sí)

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1.2.3. IDIOMAS EN QUE FUE ESCRITA: El Antiguo Testamento se escribió originalmente
en Hebreo (la lengua de Judá 2 R. 18:26-28, la lengua de Canaán Is. 19:18),
pues era el idioma en que se expresaba literalmente el pueblo hebreo, la nación
llamada Israel. Hay que saber, sin embargo, que Dn. 2:4b-7:21 y Esd. 4:8-6:18;
7:12-26 y Jer. 10:11 están escritos en Arameo. lengua semítica íntimamente
relacionada con el hebreo. En sus orígenes la lengua de los arameos, antiguo
pueblo de Oriente Próximo, se habló, en sus muchos dialectos, tanto en
Mesopotamia como en Siria, con anterioridad al año 1000 a.C. y más tarde se
convirtió en la lingua franca del actual Próximo Oriente, sustituyendo así a la
lengua acadia. El nuevo Testamento se escribió en Griego-Koine, aunque parte
del mismo primeramente fue hablado en arameo, idioma cotidiano de Jesús y
sus discípulos Mt. 27:46, Mrc. 5:41.

1.2.4. LUGARES EN QUE FUE ESCRITA. (Africa, Asia y Europa)

1.2.5. UNIDAD.

1.3. LINEAS DE EVIDENCIA QUE APOYAN LA CONCLUSIÓN DE QUE LA BIBLIA ES LA


PALABRA INSPIRADA POR DIOS.

1.3.1. EVIDENCIA INTERNA:

Dos pasajes clásicos: 2 Tim. 3:16-17. 2 P. 1:19-21.

1.3.1.1. LA INSPIRACIÓN BÍBLICA: (Del verbo latino inspirare que significa respirar
en, insuflar soplar adentro)
Ningún otro libro puede compararse con ella. Dios la espiró, los hombres la escribieron;
nosotros la poseemos.
Expresiones Bíblicas Que Denuncian El Origen de Las Escrituras
Dios «inspiró» o «insufló» las Escrituras

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Toda la Escritura es inspirada por Dios theópneustos y útil (2 Ti 3.16). Este es el único
pasaje bíblico que usa el término theópneustos para la inspiración de las Escrituras. La
inspiración de los profetas y sus escritos nunca se describe en la Biblia como un «soplar»
de Dios sobre ellos, ni hay otros pasajes que aclaren directa y explícitamente el sentido
del adjetivo «inspirado» que utiliza 2 Ti 3.16. Sin embargo, muchos pasajes atribuyen el
origen de las Escrituras al Espíritu neuma de Dios que significa también «soplo» y es raíz
de theópneustos. Este hecho, y el uso de theópneustos en 2 Ti 3.16, han provocado que
el término inspiración se use casi exclusivamente con referencia a la producción literaria
(«inscripturación») de la Biblia.

El antecedente bíblico del concepto parece sugerir que el término implica que:
 Las Escrituras han venido por la operación directa y especial del Espíritu
Santo. Dios (Espíritu Santo) es el que habla en las Escrituras.
 Como inspiradas por el «soplo» que imparte vida, son vivas y vivificadoras
(Jn 5.39; Heb 4.12; 1 P 1.25).
 Como inspiradas y vivas, son dinámicas con el poder de la palabra activa y
creadora de Dios (Heb 4.12b; cf. Ro 1.16; 1 Co 1.25).
 Los autores humanos son los agentes de que se vale Dios, y hablan en su
auténtica humanidad.

1.3.1.1.1. 2 Timoteo 3:16: Tres afirmaciones importantes


a. El alcance de la revelación: Toda, la Biblia entera, es inspirada y provechosa.
b. Los medios de la inspiración: La Biblia entera es espirada por Dios. (una acción de
Dios)
c. El propósito de la inspiración: La Biblia entera es útil. (no es para admirarla es
para aplicarla)

1.3.1.1.2. 2 Pedro 1: 19-21: Dios usó a los escritores humanos para producir la Biblia.
El Espíritu Santo los movió o los impulsó. También se declara que la
voluntad de los autores humanos no dirigió la operación de escribir la

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Biblia, haciendo énfasis en la inerrancia de la Biblia. La voluntad del
hombre, incluso su voluntad de cometer errores, no trajeron las Escrituras,
fue el Espíritu Santo que no puede errar.

1.3.1.2. TEORIAS SOBRE LA INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA:


Anteriormente todo lo que uno necesitaba para afirmar su creencia en la inspiración total
de la Biblia era la declaración: ―Yo creo en la inspiración de la Biblia‖.
La doctrina de la inspiración no es algo que los teólogos han impuesto sobre la Biblia.
Más bien, es una enseñanza de la Biblia misma, una conclusión derivada de los datos
contenidos en ella. Y, aparte de lo que uno piense acerca de la Biblia, ella, como
cualquier otro testigo, tiene el derecho de testificar a su propio favor. Algunos descartan
la validez de semejante evidencia porque es un autotestimonio y por lo tanto puede que
no sea verdad. Se concede que el autotestimonio puede que sea o no verdad, pero es
necesario oírlo.

La doctrina de la inspiración, precisamente por ser sobrenatural, presenta algunos


problemas para la comprensión humana. ¿Cómo puede un autor humano, registrando
sus propios pensamientos y sus conocimientos, ser guiado para escribir exactamente lo
que Dios desea que escriba? Precisamente por existir preguntas como ésta, se han
aventurado algunas opiniones, como la de la extensión del control divino sobre los
autores humanos. Existen diversas «teorías de la inspiración», y todos los intérpretes de la
Biblia siguen alguna de tales teorías. La perspectiva de la inspiración aceptada por el
comentarista es el fundamento sobre el cual están construidas todas las interpretaciones
de la Biblia, y por tal motivo es preciso prestar una cuidadosa atención a la verdadera
perspectiva de la inspiración. Y es así como se han propuesto otras formas de entender la
evidencia.

1.3.1.2.1. TEORIA MECANICA O DEL DICTADO.


Los escritores de la Biblia actuaron sólo como secretarios, Dios dictó la escritura.
Cuestionamientos:

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- ¿Dónde queda el libre albedrío del hombre? (sentimientos, temores y plegarias).
- Clamor sobre la salvación divina que de haber sido dictadas por Dios habrían
perdido su significado.
- Algunas porciones fueron dictadas por Dios, pero la mayor parte de la Biblia fue
escrita por autores humanos sin evidencia de un dictado directo.

1.3.1.2.2. TEORIA SOBRE LA INSPIRACIÓN DE CONCEPTOS.


Los conceptos de la Biblia son inspirados por Dios pero las palabras no. Esto
supuestamente que se haya dado un mensaje autoritativo conceptual, pero usando
palabras que pueden en algunos casos ser erróneas.
Cuestionamientos:
- ¿Cómo se expresan los conceptos? Por medio de palabras. Cambie las palabras y
usted habrá cambiado los conceptos.
- Los autores humanos pueden haber entendido parcialmente lo que Dios les hubo
revelado.

1.3.1.2.3. TEORIA DE LA INSPIRACION PARCIAL.


- Sólo una parte de la Escritura es inspirada, mientras que algunas partes de la Biblia
son inspiradas (aquellas que transmiten información que de otra manera no se
pudiera saber Ej. La Creación o las Profecías), otras no lo son.
Cuestionamientos:
- La Biblia es inspirada en su intención (la salvación) pero no en su contenido total.
- ¿No se basa la enseñanza bíblica tocante a la salvación en los hechos históricos? ¿Y
si esos hechos fueran imprecisos? Entonces nuestra forma de entender la salvación
también puede ser errónea. Uno no puede separar la historia de la doctrina.
- Esta teoría raya en el Subjetivismo.

1.3.1.2.4. TEORIA DE LA INSPIRACIÓN NATURAL.


Los escritores de la Biblia fueron hombres de gran genio que no necesitaron ninguna
ayuda sobrenatural para escribir la Biblia. La Biblia es igual a cualquier otro libro.

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Cuestionamientos:
- ¿por qué, entonces, no pueden los genios de hoy escribir libros que fuesen tan
inspirados como la Biblia?
- ese punto de vista de la inspiración no incluye, por supuesto, la infalibilidad del
producto.
- los mismos escritores concibieron lo que escribieron; Dios no espiró las palabras.

1.3.1.2.5. TEORIA DE LA INSPIRACIÓN VERBAL Y PLENARIA.


En la historia de la iglesia, la visión ortodoxa de la inspiración ha sido descrita como
verbal y plenaria.
Para todos los propósitos prácticos, el Antiguo Testamento, escrito en hebreo, y el
Nuevo, redactado en griego, pueden ser aceptados como la verdadera Palabra de
Dios y una auténtica declaración de lo que Dios intentó comunicar al hombre.
- VERBAL: El Espíritu de Dios fue quién guió la elección de las palabras usadas en los
escritos originales.
- PLENARIA: Completa inspiración. No es parcial.
- INFALIBILIDAD: Precisa e inmune a todo error.
- INERRABILIDAD: No contiene ningún error como declaración.

1.3.2. EVIDENCIA EXTERNA:

1.3.2.1. LA CONTINUIDAD DE LA BIBLIA: Continuidad progresiva y armoniosa en


materia doctrinal, ética y escatológica de principio a fin, lo que presupone
inspiración divina.
1.3.2.1.1. LA PREPARACIÓN: Isa. 40:3 (Antiguo Testamento)
1.3.2.1.2. LA MANIFESTACIÓN: Jn. 1:29 (los Evangelios)

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1.3.2.1.3. LA PROPAGACIÓN: Hch. 1:8 (los Hechos de los Apóstoles)
1.3.2.1.4. LA EXPLICACIÓN: Col. 1:27 (las Epístolas paulinas)
1.3.2.1.5. LA CONSUMACIÓN: Apo. 1:7 (el Apocalipsis)

1.3.2.2. LA EXTENSIÓN DE LA REVELACIÓN BÍBLICA: La verdad bíblica alcanza


horizontes insospechados que van más allá del descubrimiento humano,
revelando hechos que sólo Dios puede conocer.

1.3.2.2.1. LA REVELACIÓN BÍBLICA: (en griego, apocalypsis, o sea, acción y efecto de


correr el velo que encubría lo desconocido)
En la Biblia se usa casi exclusivamente en relación con Dios, de modo que se
convierte en un término teológico. Solo Dios mismo puede revelarnos los Misterios
de su ser y de sus obras (Dt 29.29; Am 3.7; Jn 1.18; 1 Ti 6.16), y toda búsqueda
independiente de conocimiento acerca de Él está destinada al fracaso (Jer 23.28; 1
Co 1.21). Por tanto, es menester que Dios tome la iniciativa en su diálogo con el
hombre (Gn 1.28ss; 3.8ss).

Lo que Dios revela:


El propósito de la revelación no es satisfacer la curiosidad humana acerca de la
cosmología, la metafísica o el futuro, sino comunicar los designios divinos y hasta
el carácter de Dios mismo.
Existen dos clases de revelación a saber la revelación especial y la revelación
general.
Revelación Especial: por medio de sus palabras de dos maneras:
- Sistemáticamente: La Biblia escrita, Vitalmente: Jesucristo Hecho hombre.
Revelación General: por medio de cuatro maneras:
- La Creación, La Razón, La Experiencia, La Tradición.

1.3.2.3. LA INFLUENCIA, PUBLICACIÓN Y SUPERVIVENCIA DE LA BIBLIA:


- Fue el primer libro en ser traducido (LXX, La Septuaginta cerca del 250 a.C.)

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- Fue el primer libro en ser impreso (la imprenta, Guttemberg, 1456)
- Fue el primer libro leído en la luna (N. Armstrong, 20 de julio de 1969, Ro 1:18-
21)
- Diocleciano 303 d.C versus Constantino 328 d.C,
- Voltaire 1778.
1.3.2.4. COMO LITERATURA TAMBIÉN TIENE UN CARÁCTER SUPERIOR: (historia,
narrativa, poesía, drama, relatos de amor (Judá-Tamar), guerras.

1.3.2.5. LA AUTORIDAD SIN PREJUICIOS DE LA BIBLIA: (Lot, Moisés, David, Pablo)

1.3.2.6. EL CARÁCTER SUPREMO DE LA BIBLIA:


 JESUCRISTO: Es un personaje histórico que da legitimidad a todo lo
anterior.

1.4. LA DOCTRINA DE LA BIBLIA – LA INERRANCIA DE LAS ESCRITURAS

La cuestión de la inerrancia es de tal preocupación en el mundo evangélico de hoy que


amerita un capitulo separado a continuación de nuestra consideración de la autoridad de
la Palabra de Dios.

1.4.1. Significado de la Inerrancia.

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En el tema ―La Autoridad de las Escrituras‖ se indicó que todas las palabras de la Biblia
son palabras de Dios, y por consiguiente no creer o desobedecer alguna palabra de la
Biblia es no creer o desobedecer a Dios.
Se explicó además que la Biblia claramente enseña que Dios no puede mentir ni hablar
falsedades (2º S.7:28; Tit.1:2; Hb.6:18). Por consi-guiente, se afirmó que todas las
palabras de la Biblia son completamente verdaderas y sin error en ninguna parte
(Nm.23:19; Sal.12:6; 119:89.96; Prov.30:5; Mt.24:35). Las palabras de Dios son, de
hecho, la suprema norma de verdad (Jn.17:17).
Especialmente relevante en este punto son los pasajes bíblicos que indican la total
veracidad y confiabilidad de las palabras de Dios. Sal 12:6, indica la absoluta
confiabilidad y pureza de la Biblia. De modo similar, Prov.30:5, indica la veracidad de
toda palabra que Dios ha dicho. Aunque el error o al menos falsedad parcial puede
caracterizar el habla de todo ser huma-no, el habla de Dios se caracteriza por jamás ser
falsa y jamás cometer errores, ni si-quiera cuando habla por medio de seres humanos
pecadores. Nm.23:19 fue dicho por el pecador Balaam específicamente en cuanto a las
palabras proféticas que Dios había hablado mediante sus propios labios.

Con evidencia como está ahora estamos en posición de definir la inerrancia bíblica: La
inerrancia de la Biblia significa que la Biblia en los manuscritos origínales no afirma nada
que sea contrario a la verdad.

Esta definición enfoca la cuestión de la veracidad y falsedad del lenguaje de la Biblia. La


definición en términos sencillos simplemente quiere decir que la Biblia siempre dice la
verdad y que siempre dice la verdad respecto a todo de lo que habla.
Es importante darse cuenta desde el principio de esta consideración que el en-foque de
esta controversia recae sobre la cuestión de veracidad al expresarse. Hay que reconocer
que la veracidad absoluta en lo que se dice es congruente con otros tipos de
afirmaciones, tales como los siguientes:

1.4.4.1. La Biblia puede ser inerrante y con todo hablar en el lenguaje ordinario del habla
de todos los días.

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Esto es especialmente cierto en las descripciones «científicas» o «históricas» de hechos o
acontecimientos. La Biblia puede hablar de que el sol se levanta y la lluvia cae porque
desde la perspectiva del que habla eso es exac-tamente lo que sucede.
Desde el punto de vista de un observador parado en el sol (si eso fuera posible) o de
algún punto hipotético «fijo» en el espacio, la tierra gira y hace que el sol entre en el
campo visual, y la lluvia no cae hacia abajo sino hacia arriba u horizontalmente, o en
cualquier dirección necesaria para que la gravedad la atraiga hacía la superficie de la
tierra.
Pero tales explicaciones son irremediable-mente pedantes y harían imposible la
comunicación ordinaria. Desde el punto de vista del que habla, el sol en efecto se levanta
y la lluvia en efecto cae, y estas son des-cripciones perfectamente verdaderas de los
fenómenos naturales que observa el que habla.
Una consideración similar se aplica a números cuando se usan para medidas o conteo.
Un reportero puede decir que unos 8.000 hombres murieron en cierta ba-talla sin querer
implicar con eso que los contó uno por uno y que no eran 7.999 ni 8.001 soldados
muertos. Si murieron en números redondos unos 8.000, por su-puesto que sería falso
decir que murieron 16.000, pero no sería falso en la mayoría de los contextos que un
reportero diga que murieron 8.000 hombres cuando en realidad los que murieron fueron
7823 u 8242; los límites de veracidad depende-rían del grado de precisión que implica el
que habla y que sus oyentes originales esperan.
Esto es también cierto en cuanto a medidas. Si digo: «No vivo lejos de mi oficina», o «Vivo
como a dos kilómetros de mi oficina», o «Vivo a un poco más de dos kilómetros de mi
oficina», o «Vivo a 2,45 kilómetros de mi oficina», las cuatro afir-maciones son
aproximaciones con cierto grado de precisión. Un mayor grado de precisión se podría
obtener con instrumentos científicos más precisos, pero inclu-so eso sería aproximación a
cierto grado de precisión.

Así que las medidas también, a fin de que sean verdad, deben conformarse al grado de
precisión que implica el que habla o que esperan los oyentes en el contexto original. No
debería ser proble-ma para nosotros, entonces, afirmar a la vez que la Biblia es
absolutamente veraz en todo lo que dice y que usa lenguaje ordinario para describir

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fenómenos naturales o dar aproximaciones o números redondos cuando es apropiado en
el contexto.
También debemos notar que el lenguaje puede hacer afirmaciones vagas o im-
precisas sin ser falsedad. «Vivo a un poco más de dos kilómetros de mi oficina» es una
afirmación vaga e imprecisa, pero también es inerrante; no hay nada de falsedad en ella.
No afirma nada que sea contrario a los hechos. De modo similar, las afirmaciones
bíblicas pueden ser imprecisas y sin embargo totalmente ciertas. La inerrancia tiene que
ver con la veracidad no con el grado de precisión con que se informan los
acontecimientos.

1.4.4.2. La Biblia puede ser inerrante y con todo incluir citas libres o aproximadas.

El método por el cual una persona cita las palabras de otro es un procedimiento que en
gran parte varía de cultura a cultura. En las culturas contemporáneas estadounidense y
británica estamos acostumbrados a citar las palabras exactas de otros cuando
encerramos la afirmación entre comillas (a esto se llama cita directa). Pero cuando
usamos citas indirectas (sin comillas) sólo esperamos un informe exacto de la sustancia
de la afirmación.
Considere esta oración: «Elliot dijo que vendría enseguida a casa para cenar». La oración
no cita directamente a Elliot, pero es un informe aceptable y veraz de la afirmación real
de Elliot a su padre: «Llegaré a casa para cenar en dos minutos», aunque la cita indirecta
no incluyó ninguna de las palabras originales del que habla.

El griego escrito de tiempos del Nuevo Testamento no tenía comillas ni signos de


puntuación equivalentes, y una cita correcta de otro necesitaba incluir sólo una idea
correcta del contenido de lo que la persona dijo (más bien como nuestras citas
indirectas); no se esperaba que se citara exactamente cada palabra.

Entonces, la inerrancia es compatible con citas libres y aproximadas del Antiguo


Testamento o de las palabras de Jesús, por ejemplo, en tanto y en cuanto el contenido no
deje de expresar lo que se dijo originalmente. El escritor original ordinariamente no impli-

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caba que estaba usando las palabras exactas del que citaba y sólo esas, ni tampoco los
oyentes originales esperaban al pie de la letra que así fuera.

1.4.4.3. No es falta a la inerrancia tener en la Biblia construcciones gramaticales fuera de


serie y nada comunes.

Algunas expresiones de la Biblia son elegantes y excelentes en estilo. Otros escritos


bíblicos contienen el lenguaje menos pulido del pueblo común. A veces esto incluye el no
seguir las «reglas» comúnmente aceptadas de la gramática (tales como el uso del verbo
en plural en donde las reglas gramaticales exigirían un verbo en singular, o el uso de un
adjetivo femenino en donde se esperaría un adjetivo masculino, o el deletreo de una
palabra diferente al que se usa comúnmente, etc.).
Estas afirmaciones de estilo o gramática irregular (que se hallan especialmente en el libro
de Apocalipsis) no deben molestarnos, porque no afectan la veracidad de las
afirmaciones bajo consideración; una afirmación puede no tener corrección gramatical y
sin embargo ser enteramente veraz.
Por ejemplo, un leñador analfabeto en algún área rural puede ser el hombre de mayor
confianza en el condado aunque su gramática sea calamitosa, porque se ha ganado la
reputación de nunca decir una mentira. De modo similar, hay unas cuantas afirmaciones
en la Biblia (en los idiomas originales) que no son gramaticalmente correctas (según las
normas corrientes de gramática apropiadas en ese tiempo) y sin embargo son inerrantes
porque son completamente veraces. La cuestión es la veracidad de lo que se dice.
1.4.2. Algunas Objeciones a la Inerrancia.

En esta sección examinaremos las principales objeciones que comúnmente se presentan


contra el concepto de la inerrancia.

1.4.2.1. La Biblia es sólo autoritativa en cuanto a «fe y practica».

Una de las objeciones más frecuentes la presentan los que dicen que el propósito de la
Biblia es enseñamos cuestiones que tienen que ver solamente con «fe y práctica»; es
decir, en cuestiones que se relacionan directamente a nuestra fe religiosa o a nuestra
conducta ética.

17
Esta posición permitiría la posibilidad de afirmaciones falsas en la Biblia, por ejemplo, en
otros aspectos tales como detalles históricos menores o información científica; esos
aspectos, se dice, no tienen que ver con el propósito de la Biblia, que es instruirnos en lo
que debemos creer y cómo debemos vivir. Los que abogan por esta posición a menudo
prefieren decir que la Biblia es infalible pero vacilan en usar la palabra inerrante.

La respuesta a esta objeción se puede indicar como sigue: la Biblia repetidamente afirma
que toda la Escritura es útil para nosotros (2º Ti.3:16) y que toda ella es «inspirada por
Dios». Por consiguiente es completamente pura (Sal.12:6), perfecta (Sal.119:96), y
verdadera (Prov.30:5). La misma Biblia no hace ninguna restricción en cuanto a la clase
de temas de los cuales habla con veracidad.
El Nuevo Testamento contiene afirmaciones adicionales de la confiabilidad de todas las
partes de las Escrituras; en Hechos 24:14 Pablo dice que adora a Dios «de acuerdo con
todo lo que enseña la ley y creyendo lo que está escrito en los profetas». En Lucas
24:25 Jesús dice que los discípulos son «torpes» porque son «tardos de corazón para
creer todo lo que han dicho los profetas».
En Romanos 15:4 Pablo dice que «todo lo que se escribió» en el Antiguo Testamento «se
escribió para enseñamos». Estos pasajes no dan indicación de que alguna parte de las
Escrituras no sea confiable por completo. De modo similar, en 1º Corintios 10:11, Pablo
puede referirse incluso a detalles históricos menores del Antiguo Testamento (sentarse
para comer y beber, levantarse para bailar) y puede decir que lo uno y lo otro «sucedió»
(por consiguiente implicando confiabilidad histórica) y «quedó escrito para advertencia
nuestra».
Si empezamos a examinar la manera en que los autores del Nuevo Testamento confiaron
en los detalles incluso más pequeños de la narrativa del Antiguo Testamento, no vemos
ninguna intención de separar nuestros asuntos de «fe y práctica», ni de decir que esto de
alguna manera es una categoría reconocible de afirmaciones, ni que implica que las
afirmaciones que no estén en esa categoría no son confiables o no se debe pensar que
son inerrantes. Más bien, parece que los autores del Nuevo Testamento están dispuestos
a citar y afirmar como verdadero todo detalle del Antiguo Testamento.

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En la lista que sigue hay algunos ejemplos de estos detalles históricos citados por autores
del Nuevo Testamento. Si todos estos son asuntos de «fe y práctica», entonces todo
detalle histórico del Antiguo Testamento es asunto de «fe y práctica», y esta objeción deja
de ser objeción a la inerrancia.
Por otro lado, si se pueden afirmar tantos detalles, entonces parece que todos los
detalles históricos del Antiguo Testamento se pueden afirmar como verdaderos, y no
debemos hablar de restringir la necesaria veracidad de las Escrituras a alguna categoría
de «fe y práctica» que excluiría algunos detalles menores. No hay tipos de detalles que no
se pudieran afirmar como verdaderos. El Nuevo Testamento nos da la siguiente
información:

 David comió del pan de la proposición (Mt 12:3-4).


 Jonás estuvo en un gran pez (Mt 12:40).
 Los hombres de Nínive se arrepintieron (Mt 12:41).
 La reina del sur vino para oír a Salomón (Mt 12:42).
 Elías fue enviado a la viuda de Sarepta (Lc.4:25-26).
 El sirio Naamán fue limpiado de su lepra (Lc.4:27).
 El día en que Lot salió de Sodoma fuego y azufre llovió del cielo (Lc.19:29; cf.vs.32
con su referencia a la esposa de Lot que se convirtió en sal).
 Moisés levantó la serpiente en el desierto (Jn.3:14)
 Jacob le dio un terreno a José (Jn.4:5).
 Muchos detalles que ocurrieron en la historia de Israel (Hch.13:17-23)
 Abraham creyó y recibió la promesa antes de ser circuncidado (Ro.4:10).
 Abraham tenía como cien años (Ro.4:19).
 Dios le dijo a Rebeca antes de que nacieran sus hijos que el mayor serviría al
menor (Ro.9:10-12)
 Elías habló con Dios (Ro.11:2-4).
 El pueblo de Israel pasó por el mar, comió y bebió alimento y bebida espiritual,
deseó el mal, se sentó a beber, se levantó a bailar, se entregó a la inmoralidad, se
quejó y fueron destruidos (1º Co.10:11).
 Abraham te dio el diezmo de todo a Melquisedec (Hb.7:1-2).

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 El tabernáculo del Antiguo Testamento tenía un diseño específico y detallado
(Hb.9:1-5).
 Moisés roció al pueblo y los enseres del tabernáculo con agua y sangre, usando
lana escarlata e hisopo (Hb.9:19-21).
 El mundo fue creado por la palabra de Dios (Hb.11:3).
 Muchos detalles de la vida de Abel, Enoc, Noé, Abraham, Moisés, Rahab y otros en
realidad sucedieron (Hb.11).
 Esaú vendió su primogenitura por una sola comida y después quiso con lágrimas
recuperarla (Hb.12:16-17).
 Rahab recibió a los espías y los envió por otro camino (Stg.2:25).
 Ocho personas se salvaron en el arca (1º P.3:20; 2º P.2:5).
 Dios convirtió a Sodoma y Gomorra en cenizas pero salvó a Lot (2º P.2:6-7).
 El asna de Balaam habló (2º P.2:16).
Esta lista indica que los escritores del Nuevo Testamento estuvieron dispuestos a
descansar en la veracidad de cualquier parte de las narraciones históricas del Antiguo
Testamento. Ningún detalle fue demasiado insignificante para usarse para la instrucción
de los cristianos del Nuevo Testamento.
No hay indicación alguna de que pensaran en alguna categoría de afirmaciones bíblicas
que no fueran confiables y fidedignas (tales como afirmaciones «históricas y científicas» a
diferencia de pasajes doctrinales o morales). Parece claro que la Biblia misma no
respalda ninguna restricción de algún tipo de temas de los cuales habla con absoluta
autoridad y verdad; ciertamente, muchos pasajes de la Biblia en realidad anulan la
validez de esta clase de restricción.
Una segunda respuesta a los que limitan la necesaria veracidad de la Biblia a asuntos de
«fe y práctica» es notar que esta posición confunde el propósito principal de la Biblia con
el propósito total de la Biblia. Decir que el propósito principal de la Biblia es enseñarnos
asuntos de «fe y práctica» es hacer un sumario útil y correcto del propósito de Dios al
darnos la Biblia. Pero un sumario incluye sólo el propósito más prominente de Dios al
darnos las Escrituras. No es, sin embargo, legítimo usar este sumario para negar que es

20
parte del propósito de la Biblia darnos detalles históricos menores o hablamos acerca de
algunos aspectos de astronomía o geografía, y cosas por el estilo.
Un sumario no se puede usar apropiadamente para negar las cosas que está
resumiendo. Usarlo de esta manera simplemente mostraría que el sumario no es lo
suficiente detallado para especificar los asuntos en cuestión.

Es mejor decir que todo el propósito de la Biblia es decir todo lo que dice sobre cualquier
tema. Cada una de las palabras de Dios en la Biblia él la consideró importante para
nosotros. Por eso Dios da severas advertencias a cualquiera que quita incluso una
palabra de lo que él nos ha dicho (Dt.4:2, 12:32; Ap.22:18-19); no podemos ni añadir a
las palabras de Dios ni quitarles nada, porque todas son parte de su propósito más
amplio al hablarnos.
Todo lo que se dice en la Biblia está allí porque Dios quiso que estuviera allí; ¡Dios no dice
nada sin propósito! Así que la primera objeción a la inerrancia hace un uso errado de un
sumario y por consiguiente incorrectamente intenta imponer límites artificiales a la clase
de cosas respecto a las cuales Dios puede hablarnos.
1.4.2.2. El término inerrancia es un término pobre.

Los que hacen esta segunda objeción dicen que el término inerrancia es demasiado
preciso y en el uso ordinario denota una clase de precisión científica absoluta que no
queremos afirmar en cuanto a la Biblia. Es más, los que hacen esta objeción notan que el
término inerrancia no se usa en la Biblia misma. Por consiguiente, probablemente es un
término inapropiado para que nosotros insistamos en él.

La respuesta a esta objeción se puede indicar como sigue:

Primero, los eruditos que han usado el término inerrancia lo han definido claramente por
más de cien años, y siempre han dado campo a las «limitaciones» que se añaden al
hablar en lenguaje ordinario. No ha habido un representante responsable de la posición
de la inerrancia que haya usado el término para denotar una clase de precisión científica
absoluta. Por consiguiente, los que presentan esta objeción al término no están dando

21
atención cuidadosa suficiente a la manera en que este se ha usado en el debate
teológico por más de un siglo.

Segundo, se debe notar que a menudo usamos términos que no son bíblicos para resumir
una enseñanza bíblica. La palabra Trinidad no aparece en la Biblia, ni tampoco la palabra
encarnación. Sin embargo, estos términos son muy útiles porque nos permiten resumir en
una palabra un concepto bíblico verdadero, y son por consiguiente útiles para permitirnos
debatir más fácilmente una enseñanza bíblica.
También se debe notar que no se ha propuesto ninguna otra palabra que diga tan
claramente lo que queremos afirmar cuando queremos hablar de la total veracidad en el
lenguaje. La palabra inerrancia lo hace muy bien, y parece no haber razón para no
continuar usándola con ese propósito.
Finalmente, en la iglesia hoy parece que no podemos sostener un debate sobre este tema
sin usar este término. La gente puede objetar el uso de este término si lo desean, pero,
les guste o no, este es un término en torno al cual el debate ha girado y casi ciertamente
continuará así en las próximas décadas. Cuando el Concilio Internacional sobre la
Inerrancia Bíblica (ICBI, por sus siglas en inglés) en 1977 empezó una campaña de diez
años para promover y defender la idea de la inerrancia bíblica, se hizo inevitable que
sería en torno a esta palabra que procedería el debate.

La «Declaración de Chicago sobre la Inerrancia Bíblica», que se redactó y publicó en 1978


bajo auspicios del ICBI definió lo que la mayoría de los evangélicos quiere decir por
inerrancia, tal vez no perfectamente, pero bastante bien, y objeciones ulteriores a un
término para ampliamente usado y bien definido parece innecesaria e inútil para la
iglesia.

1.4.2.3. No tenemos manuscritos, por consiguiente, hablar de una Biblia inerrante


confunde.

Los que hacen esta objeción señalan el hecho de que la inerrancia siempre se ha
atribuido a las primeras copias originales de los documentos bíblicos. Sin embargo
ninguno de estos sobrevivió; tenemos sólo copias de lo que Moisés, Pablo o Pedro

22
escribieron. ¿De qué sirve, entonces, asignar tanta importancia a una doctrina que se
aplica sólo a manuscritos que nadie tiene?
En respuesta a esta objeción se puede indicar primero que para más del 99% de las
palabras de la Biblia, sabemos lo que decían los manuscritos originales. Incluso para
muchos de los versículos en donde hay variantes textuales (es decir, diferentes palabras
en diferentes copias antiguas del mismo versículo), la decisión correcta a menudo es muy
clara, y hay realmente muy pocos lugares en donde la variante textual es difícil de evaluar
y significativa para determinar el significado.
En el pequeño porcentaje de casos en donde hay una incertidumbre significativa en
cuanto a lo que decía el texto original, el sentido general de la oración por lo general es
muy claro partiendo del contexto. (Uno no tiene que ser erudito en hebreo o griego para
saber cuáles son esas variantes, porque todas las traducciones modernas las indican en
las notas marginales con palabras tales como «Algunos manuscritos antiguos dicen… » u
«Otras autoridades antiguas añaden …»).
Esto no es decir que el estudio de las variantes textuales no tenga importancia, pero sí es
decir que el estudio de las variantes textuales no nos ha dejado en confusión respecto a
lo que decían los manuscritos originales; más bien nos ha llevado extremadamente cerca
del contenido de esos manuscritos originales. En la práctica, entonces, los textos
presentes publicados con erudición del Antiguo Testamento hebreo y Nuevo Testamento
griego son los mismos de los manuscritos originales.
Así que cuando decimos que los manuscritos originales eran inerrantes, también estamos
implicando que más de 99 % de las palabras de nuestros manuscritos presentes también
son inerrantes, porque son copias exactas de los originales. Todavía más, sabemos en
dónde están las lecturas inciertas (porque donde no hay variantes textuales no tenemos
razón para esperar una copia defectuosa del original).

Así que nuestros presentes manuscritos son prácticamente iguales que los manuscritos
originales, y la doctrina de la inerrancia, por consiguiente, directamente tiene también
que ver con nuestros manuscritos presentes.

23
Además, es extremadamente importante declarar la inerrancia de los documentos
originales, porque las copias subsiguientes fueron hechas por hombres que no decían
tener garantía de parte de Dios de que sus copias iban a ser perfectas. Pero es de los
manuscritos originales de los que se afirma que son palabras de Dios. Por eso, si
tenemos errores en las copias (como las tenemos), son errores de hombres. Pero si
tenemos errores en los manuscritos originales, nos vemos obligados a decir no sólo que
son errores de los hombres, sino que Dios mismo cometió un error y habló falsamente. Y
eso no puede ser.

1.4.2.4. Los escritores bíblicos «acomodaron‖ su mensaje en detalles menores a


ideas falsas corrientes en su día, y afirmaron o enseñaron esas ideas de
modo incidental.

Esta objeción a la inerrancia es ligeramente diferente de la que restringe la inerrancia de


la Biblia a asuntos de fe y práctica, pero se relaciona con ella. Los que sostienen esta
posición aducen que había sido muy difícil para los escritores bíblicos comunicarse con la
gente de su tiempo si hubieran tratado de corregir toda información histórica y científica
falsa en que creían sus contemporáneos.
Los que sostienen esta posición no aducen que los lugares en que la Biblia ofrece
información falsa son numerosos, ni siquiera que esos lugares sean puntos principales
de alguna sección particular de la Biblia. Más bien dicen que cuando los escritores bí-
blicos intentan hacer una declaración importante, a veces presentan alguna falsedad
incidental que la gente de ese tiempo creía.

A esta objeción a la inerrancia se puede replicar, primero, que Dios es Señor del lenguaje
humano y que puede usar lenguaje humano para expresarse perfectamente sin tener que
presentar ideas falsas que pudieran haber sostenido las personas del tiempo en que se
escribió la Biblia. Esta objeción a la inerrancia esencialmente niega el señorío efectivo de
Dios sobre el lenguaje humano.

24
Segundo, debemos responder que tal «acomodo» de parte de Dios a nuestra comprensión
implicaría que Dios hubiera actuado contrario a su carácter como un ―Dios que no
miente» (Nm.23:19; Tit.1:2; Hb.6:18).
No es útil distraer la atención de esta dificultad mediante énfasis repetido en la
condescendencia de la gracia de Dios al hablar a nuestro nivel. Sí, Dios en efecto
condesciende para hablar nuestro lenguaje, el lenguaje de los seres humanos. Pero
ningún pasaje de la Biblia enseña que él ―condesciende‖ al punto de actuar contrario a
su carácter moral.
Nunca se dice que él puede condescender tanto como para afirmar, aunque sea
incidentalmente, algo que sea falso. Si Dios se «acomodara» de esta manera, dejaría de
ser el ―Dios que no miente‖. Dejaría de ser el Dios que la Biblia dice que es.

Tal actividad de ninguna manera hablaría de la grandeza de Dios, porque Dios no


manifestaría su grandeza actuando de una manera que contradice su carácter. Esta
objeción, pues, en su raíz, entiende mal la pureza y unidad de Dios en lo que afectan
todas sus obras y acciones.

Es más, tal proceso de acomodo, si en realidad hubiera ocurrido, hubiera creado un


problema moral serio para nosotros. Debemos ser imitadores del carácter moral de Dios
(Lv.11:44: Lc.6:36: Ef.5:1, 1º P 5:1). Pablo dice que puesto que en nuestra naturaleza
estamos llegando a ser más semejantes a Dios (Ef.4:24), «dejando la mentira» debemos
hablar «con la verdad» unos con otros (v.25).

Debemos imitar la veracidad de Dios en lo que decimos. Sin embargo, si la teoría del
acomodo es correcta, entonces Dios intencionalmente hizo afirmaciones incidentales de
falsedad a fin de mejorar la comunicación. Por consiguiente, ¿no sería correcto que
nosotros también intencionalmente hagamos afirmaciones incidentales de falsedad cada
vez que eso mejorara la comunicación?

Sin embargo eso equivaldría a decir que una falsedad menor dicha con un buen propósito
(una «mentira blanca») no es mala. Tal posición, que contradicen los pasajes bíblicos

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citados arriba en cuanto a la total veracidad de Dios al hablar, y no puede considerarse
válida.

1.4.2.5. La inerrancia pone demasiado énfasis en el aspecto divino de la Biblia y


descuida el aspecto humano.

Esta objeción más general la hacen los que aducen que los que abogan por la inerrancia
recalcan tanto el aspecto divino de la Biblia que minimiza su aspecto humano.

Hemos convenido en que la Biblia tiene un aspecto tanto divino como humano, y que
debemos dar atención adecuada a ambos. Sin embargo, los que hacen esta objeción casi
invariablemente pasan a insistir en que los aspectos verdaderamente «humanos» de la
Biblia seguramente implican la presencia de algunos errores en la Biblia.
Podemos responder que aunque la Biblia es plenamente humana porque fue escrita por
seres humanos usando su propio lenguaje, la actividad de Dios al supervisar la redacción
de la Biblia y hacer que fuera también sus palabras quiere decir que es diferente de todos
los demás libros humanos precisamente en este aspecto: no contiene error.
Ese es exactamente lo que afirmó incluso el pecador, codicioso y desobediente Balaam
en Números 23:19; cuando Dios habla por medio de seres humanos pecadores es
diferente de cuando los hombres hablan porque ―Dios no es un simple mortal para mentir
y cambiar de parecer‖.
Es más, no es cierto que todas las expresiones verbales y los escritos humanos
contengan errores, porque todos los días hacemos docenas de declaraciones que son
completamente verdad. Por ejemplo: ―Me llamo Wayne Grudem‖. ―Tengo tres hijos‖.
―Desayuné esta mañana.
1.4.2.6. Hay algunos errores en la Biblia que son obvios.

Esta objeción final de que hay errores en la Biblia que son obvios la afirman o implican la
mayoría de los que niegan la inerrancia, y para muchos de ellos la convicción de que
hay errores en las Escrituras es un factor principal para persuadirlos a cuestionar la
doctrina de la inerrancia.

26
Para este caso la primera respuesta que debería hacerse a esta objeción es preguntar
dónde están tales errores. ¿En cuál versículo o versículos aparecen estos errores? Es
sorprendente la frecuencia que uno halla de que esta objeción la hacen quienes tienen
escasa o ninguna idea de dónde están los errores específicos, pero que creen que hay
errores porque les han dicho que los hay.
En otros casos, sin embargo, habrá quienes mencionan uno o más pasajes en donde,
aducen, hay una afirmación falsa en la Biblia. En estos casos es importante que veamos
el mismo texto bíblico, y lo examinemos con detenimiento.
Si creemos que la Biblia en verdad es inerrante, debemos anhelar y por cierto no temer
inspeccionar estos pasajes con detalles minuciosos. Es más, nuestra expectación será
que esa inspección detenida mostrará que no hay ningún error después de todo. De
nuevo, es sorprendente cómo resulta que una lectura cuidadosa simplemente del texto
en cuestión sacará a la luz una o más posibles soluciones a la dificultad.
En unos pocos pasajes no será inmediatamente evidente la solución a la dificultad
basándose en la lectura del texto en nuestro idioma. En ese punto es útil consultar
algunos comentarios sobre el pasaje. Tanto Agustín (354-430 D.C.) y Juan Calvino (1509-
64), junto con muchos otros comentaristas recientes, han dedicado tiempo a estudiar
bien la mayoría de los supuestos «textos problema» y sugerir soluciones plausibles. Y
algunos escritores han compilado la mayoría de los textos difíciles y han sugerido
respuestas.

Hay unos pocos pasajes en donde tener conocimiento del hebreo o el griego puede ser
necesario para hallar una solución, y los que no tienen acceso de primera mano a estos
idiomas pueden tener que buscar respuestas bien sea en algún comentario más técnico
o preguntándole a alguien que tiene este entrenamiento.

Por supuesto, nuestra comprensión de la Biblia nunca es perfecta, y esto quiere decir que
puede haber casos en donde seremos incapaces de hallar una solución a un pasaje difícil
al tiempo presente. Esto puede deberse a que al presente desconocemos la evidencia
lingüística, histórica o contextual que necesitamos para entender correctamente el
pasaje. Esto no debería ser problema para nosotros en un número pequeño de pasajes

27
en tanto y en cuanto el patrón global de nuestra investigación de estos pasajes ha
mostrado que, en verdad, no hay ningún error en donde se ha aducido que hay alguno.

Pero aunque debemos admitir que hay la posibilidad de que no podamos resolver un
problema en particular, también se debe indicar que hay muchos eruditos bíblicos
evangélicos hoy que dicen que al presente no tienen conocimiento de ningún texto con
problema para el cual no haya una solución satisfactoria. Es posible, por supuesto, que se
pueda llamar la atención a algunos de estos pasajes en el futuro, pero durante los
pasados quince años o algo así de controversia sobre la inerrancia bíblica, ningún pasaje
―no resuelto‖ ha sido llevado a su atención.

Finalmente, una perspectiva histórica de este asumo es útil. En realidad no hay ningún
problema ―nuevo‖ en la Biblia. La Biblia en su totalidad tiene más de 1900 años, y los
supuestos «textos problema» han estado allí todo el tiempo. Sin embargo, en toda la
historia de la iglesia ha habido una firme creencia en la inerrancia de las Escrituras en el
sentido en que se define en este capítulo. Es más, por cientos de años eruditos bíblicos
altamente competentes han leído y estudiado esos textos problema y con todo no han
hallado dificultad en sostener la inerrancia.

Esto debe damos confianza de que hay disponibles soluciones a estos problemas y que la
creencia en la inerrancia es enteramente congruente con toda una vida de atención
detallada a] texto de la Biblia.

1.4.3. Problemas al Negar la Inerrancia.

Los problemas que surgen al negar la inerrancia bíblica no son insignificantes, y entender
la magnitud de estos problemas nos da estímulo adicional no sólo para declarar la
inerrancia, sino también para declarar su importancia para la iglesia. A continuación se
mencionan algunos de los problemas más serios.

1.4.3.1. Sí negamos la inerrancia nos vemos frente a un serio problema moral: ¿po-
demos imitar a Dios e intencionalmente también mentir en asuntos menores?

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Esto es similar a lo que dijimos en respuesta a la Objeción 4, arriba; pero aquí se aplica
no sólo a los que sostienen la Objeción 4, sino también más ampliamente a tocios los que
niegan la inerrancia. Efesios 5:1 nos dice que seamos imitadores de Dios; pero una
negación de la inerrancia que de todos modos afirma que las palabras de las Escrituras
son palabras inspiradas por Dios necesariamente implica que Dios intencionalmente
habló falsedades en algunas de las afirmaciones menos centrales de la Biblia. Y si está
bien que Dios haga esto, ¿cómo puede estar mal que nosotros lo hagamos?

Semejante línea de razonamiento, si la creyéramos, ejercería fuerte presión sobre


nosotros para empezar a hablar falsedades en situaciones en que pareciera ayudamos a
expresamos mejor, y cosas por el estilo. Esta posición sería una bajada resbalosa con
resultados cada vez más negativos en nuestra vida.

1.4.3.2. Si se niega la inerrancia empezamos a preguntarnos si de veras podemos confiar


en Dios en algo que diga.

Una vez que nos convencemos de que Dios nos ha dicho falsedades en algunos asuntos
menores de la Biblia, podemos concluir que Dios es capaz de decirnos falsedades. Esto
tendrá un efecto perjudicial en nuestra disposición a creer en Dios y su Palabra y confiar
en él completamente y obedecerle totalmente en el resto de la Biblia.

Empezaremos a desobedecer inicialmente esas secciones de la Biblia que menos


queremos obedecer, y a desconfiar inicialmente de las secciones en que menos nos
inclinamos a confiar. Pero tal procedimiento con el tiempo aumentará, para gran perjuicio
de nuestra vida espiritual. Por supuesto, tal declinación en confianza y obediencia a la
Biblia tal vez no ocurra necesariamente en la vida de todo el que niega la inerrancia, pero
este será por cierto el patrón general, y será el parrón que se exhibe en el curso de una
generación a la que se enseña a negar la inerrancia.

1.4.3.3. Si no aceptamos la inerrancia, esencialmente convertimos a nuestra mente


humana en una norma más alta de veracidad que la misma Palabra de Dios.

29
Estaríamos usando nuestra mente para poner en tela de juicio algunas secciones de la
Palabra de Dios y dictaminando que están erradas. Pero esto es en efecto dedique
sabemos la verdad con más certeza y más precisión que la Palabra de Dios o que Dios
mismo), por lo menos en esos asuntos. Tal procedimiento, hacer nuestra mente una
norma más alta que la verdad de la Palabra de Dios, es la raíz de todo pecado intelectual.

1.4.3.4. Sí negamos la inerrancia también debemos decir que la Biblia está errada no
sólo en detalles menores sino también en algunas de sus doctrinas.

Una negación de la inerrancia quiere decir que decimos que las enseñanzas de la Biblia
en cuanto a la naturaleza de la Biblia y en cuanto a la veracidad y confiabilidad de las
palabras de Dios también es falsa. Estos no son detalles menores sino preocupaciones
doctrinales importantes en la Biblia.

Extracto del libro ―Teología Sistemática‖

Por Wayne Grudem

http://devocionaldiario.org/teologia-basica/teologia-la-inerrancia-de-las-escrituras-5/

30
 SEGUNDA CLASE
2. ARQUEOLOGIA

Pero él respondió: Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras. Lc. 19:40

DIOS ha conservado dos registros históricos de su trato especial con el hombre y de sus
revelaciones a este: la Biblia y la Arqueología.
Aún cuando no es posible verificar cada incidente de la Biblia, los descubrimientos
arqueológicos desde mediados del S XIX han demostrado la confiabilidad y la
autenticidad de la narrativa de la Biblia.
Durante la última parte del S XVIII, comenzó a desarrollarse en Alemania lo que se
conoció con el nombre de escuela de alta crítica (estudio crítico de la Biblia desde el
punto de vista histórico), llegó a su cenit a mediados del S XIX. Los eruditos literarios de
esa época basaron todas sus conclusiones en presuposiciones literarias. Hicieron
pedazos la Biblia y la volvieron a integrar, de una manera diferente. Junto con el adelanto
de la escuela de alta crítica vino el adelanto de la arqueología (del griego archaios, ‗viejo‘
o ‗antiguo‘, y logos, ‗ciencia‘), disciplina que se dedica al estudio de viejas o antiguas
culturas humanas, ciencia que comenzó a principios de del S XIX. Muchos se
preguntaban si la arqueología confirmaría las conclusiones de la alta crítica, o la creencia
en al historicidad de la Biblia.

(La crítica pretende establecer qué se escribió en los textos originales, con independencia
de su significado o relevancia. La crítica textual se sirve para ello de dos métodos: los
criterios externos e internos. Los criterios externos consisten en las propiedades físicas
de los propios manuscritos, su material, antigüedad y estilo de escritura, y en la historia
de los manuscritos. (No se ha hallado ningún texto autógrafo de ningún autor bíblico, y es
muy poco probable que algo así suceda alguna vez). Los manuscritos rescatados del
Antiguo Testamento datan sólo de los tiempos cristianos, siglos después de la fecha de
su composición primigenia. Sin embargo, la evidencia de las antiguas versiones (la
Septuaginta griega y la Vulgata latina) y de fragmentos pre-masoréticos, sugieren que el

31
texto normativo en hebreo que ha llegado hasta nuestros días ha sido mantenido con
extraordinaria fidelidad. Por otra parte, el Nuevo Testamento es el texto antiguo mejor
autentificado que se ha conservado en cualquier tradición. Los manuscritos completos y
casi completos del Nuevo Testamento datan del siglo IV y numerosos fragmentos
existentes fueron al parecer copiados a lo largo del siglo siguiente a la fecha original de
su composición. Aunque entre estos manuscritos pueden hallarse, en la práctica, miles
de lecturas distintas, en el 90% de los casos se trata de cuestiones incidentales (como
por ejemplo, la sustitución de un sinónimo por otro) y presentan problemas que el estudio
textual puede resolver con relativa facilidad.

En cualquier caso, el crítico siempre tendrá que fijar sus propios criterios de análisis para
determinar si un manuscrito es válido o no. Se trata sólo de principios de sentido común,
según los cuales, una determinada lectura se considera que tiene más probabilidades de
ser el original que otra. Así, una versión más corta suele considerarse por lo general más
válida que una más larga, por la sencilla razón de que un copista tiende a ampliar el texto
(por explicar un término que haya caído en desuso o por otras razones) que a
comprimirlo. De igual modo, se supone que, entre dos textos, el más difícil es el que tiene
mayores probabilidades de ser original, ya que la tendencia del escriba habrá sido
explicar o resolver problemas de interpretación, en lugar de crearlos)

2.1. CRÍTICA: griego krino que significa juzgar o discernir. Es un método de


conocimiento intermedio entre el dogmatismo (contacto sujeto-objeto) y
escepticismo (el sujeto no puede aprehender el objeto).
La crítica se divide en crítica general y crítica Bíblica (persigue establecer los orígenes,
autores y forma auténtica del texto sagrado y se divide en alta crítica y baja crítica)
2.1.1. La baja crítica: se ocupa del estudio del texto mismo. Observa los manuscritos
existentes para establecer cuál es el texto más aproximado al original, esta
integrada por la crítica textual Bíblica (Wescott & Hort) y por la crítica Lingüística
Bíblica.
2.1.1.1. Crítica textual Bíblica: intenta determinar la redacción original de un
documento que ha sufrido modificaciones en su trascripción en la

32
necesidad y el reto de recuperar la versión correcta original haciendo uso
de dos fuentes.

2.1.1.1.1. FUENTES DEL ANTIGUO TESTAMENTO:


El texto masorético.
Los textos Qumránicos
Las versiones Antiguas.
Los Tárgumes.
Las citas Rabínicas.

2.1.1.1.2. FUENTES DEL NUEVO TESTAMENTO:


Los manuscritos Griegos.
Las versiones del texto base griego
Las citas patrísticas.

2.1.2. Crítica lingüística Bíblica: procura hallar el significado del vocabulario y gramática
bíblicas y finalmente el sentido del mensaje bíblico original. Con base en la
Etimología: (Origen de las palabras, de su significación y de su forma) y Etiología:
(Narración que intenta explicar el origen de una costumbre, rito, fenómeno
natural, etc., cuyo significado original se había perdido).

2.1.3. La alta Crítica: tratar de descubrir la fecha de cada libro, su autor, su propósito y
las características del estilo y el lenguaje se divide en :
Crítica Literaria.
Crítica de las formas.
Crítica de Redacción.
Crítica Histórica.
De tal manera que para dar contestación a la pregunta ¿Cómo podemos asegurarnos de
que el texto bíblico que hoy leemos es científicamente confiable como transmisión fiel del
texto originalmente dado por inspiración divina a los autores sagrados. Es aquí donde

33
entran a ayudarnos, como estudiosos conscientes y objetivos del texto sagrado, las
diversas ciencias bíblicas, a saber: la exégesis: conjunto de procedimientos por los que se
llega a comprender un texto. el trabajo de la exégesis es permanente, ya que se trata de
interpretar un texto para hacerlo más comprensible y accesible. y la hermenéutica: arte
de interpretar textos para fijar su verdadero sentido., la arqueología, la antropología:
estudio de los seres humanos desde una perspectiva biológica, social y humanista., la
semántica: estudio del significado de los signos lingüísticos, esto es, palabras,
expresiones y oraciones. y la historia.

2.2. ARQUEOLOGÍA BÍBLICA: www.christiananswers.net estudio científico, realizado


con el uso de la arqueología, de los restos y hallazgos históricos relativos a las
religiones judía y cristiana y específicamente a los hechos narrados y a los
lugares descritos en la Biblia.

Las primeras excavaciones en Palestina antes de la I Guerra Mundial se centraron en los


grandes yacimientos bíblicos como Jerusalén, Guezer, Meguido, Jericó y Samaria.

2.2.1. TELL: Colinas o montículos artificiales de tierra que ocultan uno o más niveles de
asentamientos humanos. Cuando un pueblo era destruido por invasores o
fenómenos naturales como un terremoto, las moradas quedaban en ruinas. En
esta forma se iban creando capas de ocupación, y el nivel de una ciudad se
levantaba cada vez más sobre los montones de ruinas de las anteriores.

2.3. MATERIALES ANTIGUOS DE ESCRITURA:

2.3.1. EL PAPIRO: 2600 a.C. La parte inferior del tallo es tan gruesa como un brazo
humano y en su ápice o punta se abre una umbela (grupo de flores o frutos que

34
nacen en un mismo punto del tallo y se elevan a igual o casi igual altura. de
numerosas espigas péndulas con un verticilo de ocho hojas)

2.3.2. EL PERGAMINO: 200 a.C. cuando el rey Tolomeo de Egipto prohibió la


exportación de papiros, forzando al gobernante de un reino rival, Eúmenes de
Pérgamo, a encontrar sustituto, también se cree que en Egipto se utilizaba desde
el año 2400 a.C. (Ex. 17:14) superficies para escribir realizadas con pieles de
animales, especialmente preparadas y sin curtir, por lo general de ovejas,
terneros o cabras. El pergamino se ha venido utilizando desde alrededor del
1500 a.C. Su nombre deriva de la ciudad griega de Pérgamo, donde se producía
un material especial de gran calidad. La vitela es un tipo de pergamino hecho a
partir de pieles de cabras, corderos y terneras jóvenes. El pergamino, material
muy duradero, lo utilizaron los pueblos antiguos y medievales para escribir en
ellos textos sagrados y literarios. Alrededor del año 200 a.C. fue sustituyendo
poco a poco al papiro y aproximadamente entre los años 1200 y 1400 fue
asimismo reemplazado por el papel, aunque todavía se emplea en ocasiones
especiales para documentos de gran importancia y trascendencia. El pergamino
y la vitela están hechos empleando un procedimiento que consiste en lavar la
piel, sumergirla después en una solución de cal para quitarle el pelo, rasparla e
igualarla por ambos lados y al final desgastarla por un largo periodo de tiempo
con polvos de piedra pómez. Los pergaminos más bastos, procedentes de pieles
de animales de más edad, se usan para tambores, banjos y panderetas. El
llamado papel de pergamino, invención moderna, se obtiene al sumergir el papel
ordinario sin encolar en una solución de dos partes de ácido sulfúrico
concentrado y una de agua durante varios segundos e inmediatamente después
neutralizar el ácido.

2.3.3. LA VITELA: es un tipo de pergamino hecho a partir de pieles de cabras, corderos y


terneras jóvenes.

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2.3.4. OTROS MATERIALES DE ESCRITURA:
2.3.4.1. LA OSTRACA.
2.3.4.2. INSCRIBCIONES EN PIEDRA.
2.3.4.3. TABLILLAS DE ARCILLA. 2800 a.C. Mesopotamia.
2.3.4.4. TABLILLAS DE CERA.

2.4. INSTRUMENTOS USADOS PARA ESCRIBIR:

2.4.1. CINCEL. Para la piedra.


2.4.2. ESTILO METÁLICO o ESTILETE. Jer.36:23
Para inscripciones en arcilla y tablillas de cera.
2.4.3. PLUMA o PLUMA DE AVE o CAÑA (calamus). Para la vitela, el pergamino y papiro.
(Jer. 8:8)
2.4.4. LA TINTA. Compuesto de carbón, goma y agua. (Jer.36:18)

2.5. FORMA DE LOS LIBROS ANTIGUOS:

2.5.1. ROLLOS: incomodidad para leer por su extensión (escrito por un lado o por
ambos lados opistógrafo Apo.5:1) median 48 metros de largo y el promedio
media alrededor de 7 a 12 mts. Lc. 4:16-21.

2.5.2. CODICE O LIBRO: 350 d.C. los primeros cristianos encontraron que el códice, al
ser más compacto, les servía para esconder sus textos prohibidos bajo la ropa.
Construidos con anillos y páginas de madera. Para reducir el bulto y facilitar la
lectura.
2.6. DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLOGICOS DESTACADOS:

2.6.1. Piedra de Rosetta, estela de basalto negro en la que figura una inscripción que
fue la clave para que se descifraran los jeroglíficos egipcios y sobre la que se
cimenta la moderna egiptología. La encontraron las tropas francesas en 1799

36
cerca de la ciudad de Rosetta, puerto en el brazo oeste del Nilo, cerca de la
ciudad de Alejandría; en la actualidad se encuentra en el Museo Británico de
Londres. La piedra se grabó en el año 197 a.C. y contiene un edicto en loor al rey
de Egipto, Tolomeo V. Dado que la inscripción aparece en tres alfabetos distintos,
el jeroglífico, el demótico y el griego, quienes lo estudiaron fueron capaces de
descifrar el contenido en sus grafías jeroglífica y demótica porque lo compararon
con la grafía griega. Jean François Champollion, egiptólogo francés, llegó en
solitario a esta conclusión, al darse cuenta de que en los textos jeroglíficos
figuraban dos cartuchos que encerraban los nombres de los soberanos, el de
Cleopatra y el de Tolomeo.

Tres lenguas que eran de los faraones, con las cuales los arqueólogos del futuro
descubrirían innumerables tesoros históricos y literarios del valle del Nilo, desconocidos
hasta la fecha.

2.6.2. Escritura demótica, último estadio en cursiva de la escritura jeroglífica egipcia,


que se empleó para escribir textos administrativos y literarios desde el siglo VII al
V a.C. La piedra de Rosetta estaba grabada en dos formas de escritura, la
jeroglífica y la demótica, así como una traducción en griego.

2.6.3. Inscripción de Behistun o Roca de Behistun, escritura cuneiforme esculpida en la


roca de las montañas de Zagros, en la localidad de Behistun, situada al oeste de
Irán. La inscripción aparece en columnas paralelas que repiten el mismo texto en
persa antiguo, asirio y elamita, y fue realizada por orden del rey persa Darío I. El
texto recoge su genealogía y sus hazañas, especialmente la victoria de Darío
sobre el usurpador Gaumata y su posterior coronación. Hacia 1849, el asiriólogo
británico sir Henry Creswicke Rawlinson descifró el texto persa de la inscripción.
Este descubrimiento permitió leer las otras dos columnas paralelas y proporcionó
la clave para interpretar otros textos antiguos elamitas y asirios y determinar la
fecha de ciertos acontecimientos.

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Descifraron los preciosos secretos de las civilizaciones perdidas o desaparecidas de
Asiria, Babilonia y Persia, naciones cuyos pueblos jugaron papales importantes en el
desarrollo de los dramas de la Biblia.
2.7. LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO O CUEVAS DEL QUMRAN.

2.7.1. DESCUBRIMIENTO Y EXPLORACIÓN. Una tarde del invierno de 1.946, por una
afortunada casualidad, tuvo lugar un descubrimiento único. Mientras apacentaba
su rebaño en las laderas del mar muerto, un pastor, se fijo en un agujero que se
habría en una de las paredes rocosas. Arrojó dentro una piedra que produjo un
ruido extraño al caer entro a explorar y se encontró en el interior de una cueva en
la que había varias tinajas de medio metro de altura. Dentro de dos de ellas
había unos rollos de pergamino envueltos en lienzos. Mohammed no sabía muy
bien que hacer con ellos. Al principio no le interesaron a nadie, pero cuando se
enteraron los arqueólogos se produjo un gran revuelo. A este primer
descubrimiento le siguieron otros, llegándose a recuperar unos 400 rollos de las
Escrituras aproximadamente. El hallazgo del afortunado pastor había traído fama
y prosperidad a su tribu.
2.7.2. CONTENIDO DE LOS ROLLOS La comunidad de Qumran aparece descrita en los
manuales de disciplina como una especie de Casa de Israel modelo, organizada
con el objeto de preparar el camino para la inminente llegada del reino de Dios y
el día del juicio. La congregación estaba constituida sobre bases comunales,
imitando la organización de Israel bajo Moisés. Las similitudes entre las
creencias y prácticas descritas en los rollos con las que el filósofo judío helenista
Filón de Alejandría y el historiador judío Flavio Josefo atribuyeron a los esenios
han sugerido a numerosos especialistas que la comunidad de Qumran estaba
relacionada con dicha secta. Otras pruebas para esta identificación pueden
hallarse en las obras del escritor romano Plinio el Joven, quien escribe que en su
época los Esenios vivían en la región de Qirbet Qumran. Con todo, otros

38
estudiosos destacan la diferencia entre la cofradía de Qumran y los Esenios,
dando a entender una afinidad genérica en lugar de una identidad específica.

2.7.3. IMPORTANCIA HISTÓRICA En los rollos se han encontrado alusiones a personas y


acontecimientos de los periodos helenista y romano primitivo de la historia judía.
Los diversos manuscritos bíblicos hallados entre los rollos han proporcionado un
texto varios siglos más antiguo que los de la Masora tradicional y hasta cierto
punto corroboran lecturas conservadas en la Septuaginta griega y en otras
versiones arcaicas. Por ello, constituyen una ayuda inestimable para determinar
el texto original de las escrituras hebreas.

2.8. EVIDENCIA ARQUEOLÓGICA:

2.8.1. Puede declararse categóricamente que ningún descubrimiento arqueológico ha


contradicho alguna referencia bíblica. Nelson Glueck.
2.8.2. No puede quedar duda que la arqueología ha confirmado la substancial
historicidad de la tradición del antiguo testamento. William F. Albright.
2.8.3. La arqueología del Antiguo Testamento ha redescubierto naciones enteras, ha
resucitado pueblos importantes, y de la manera más asombrosa ha llenado las
lagunas históricas, haciendo inmensurables añadiduras al conocimiento de los
contextos bíblicos. Merrill Unger.

 TERCERA CLASE

3. EL CANON
Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que
está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces
les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. Lc. 24:44-45.

3.1. DEFINICIÓN.

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El término griego KANON es de origen semítico, y su sentido inicial fue el de «caña».
Posteriormente, la palabra tomó el significado de «vara larga» o listón para tomar
medidas, utilizado por albañiles y carpinteros. El hebreo QANEH tiene ese significado (Ez
40.3, 5). El latín y el castellano transcribieron el vocablo griego en «canon».
La palabra canon que proviene del griego ―canon‖, significaba primitivamente una caña
recta que servía para medir, una regla, un modelo. El término griego ―canon‖ es afín a los
vocablos ―káne‖, ―kánne‖, ―kánna‖ = caña, que probablemente proceden de las lenguas
semíticas, en las que hallamos la misma raíz. Así tenemos en hebreo ―qaneh‖ = ―vara
para medir‖, en asirio ―kanú‖, en sumerio-acádico ―qin‖. Por consiguiente, la voz ―canon‖
transcrita al latín bajo la forma de canon designaba en sentido propio una vara recta de
madera, una regla que era empleada por los carpinteros. En sentido metafórico indicaba
cierta medida, ley o norma de obrar, de hablar y de proceder.
La expresión, además, adquirió un significado metafórico: se empleó para definir las
normas o patrones que sirven para regular y medir. Desde el siglo II de la era cristiana, el
término KANON se empleó para referirse a «la regla de fe» Eusebio de Cesárea Los Padres
de la iglesia emplearon la palabra KANON para designar ―la regla de la tradición‖
Clemente de Roma; ―la regla de Verdad‖ Ireneo, y ―la regla de la Iglesia‖ Clemente de
Alejandría y Orígenes.
La palabra ―canon‖ se encuentra cuatro veces en el Nuevo Testamento. Pero solamente
es empleada en los escritos de San Pablo. En tres ocasiones se usa en sentido pasivo de
cosa medida: se trata del campo de apostolado señalado por Dios al Apóstol de los
Gentiles. En otro lugar se emplea en el sentido de regla de vida, de acción. 2 Cor
10,13.15-16. Gál. 6,16.
En la tradición judeocristiana, el canon tiene un propósito triple. En primer lugar, define y
conserva la revelación a fin de evitar que se confunda con las reflexiones posteriores en
torno a ella. Tiene el objetivo, además, de impedir que la revelación escrita sufra cambios
o alteraciones. Por último, brinda a los creyentes la oportunidad de estudiar la revelación
y vivir de acuerdo con sus principios y estipulaciones.
Desde el año 397 a.C. la iglesia ha considerado que el canon de la Biblia está completo,
entonces tiene que estar cerrado. Por lo tanto, no podemos esperar que se descubran o

40
se escriban algunos otros libros que abrirían el canon de nuevo para sumarse a los 66
libros. Aun si se descubriera una carta de Pablo, no sería canónica. Después de todo,
Pablo debió de haber escrito muchas cartas durante su vida además de las que están en
el N.T; aun así, la iglesia no las incluyo en el canon. No todo lo que escribía un apóstol
era inspirado, por que no era el escritor el inspirado sino sus escritos, y no
necesariamente todos ellos.
Los libros más recientes que las sectas ponen a la par de la Biblia no son inspirados ni
tiene razón alguna de ser parte del canon de la Escritura. Por cierto, las supuestas
declaraciones proféticas o visiones que algunos alegan que provienen de Dios hoy en día,
no pueden ser inspiradas y consideradas como parte de la revelación de Dios investidas
de alguna autoridad como la de los libros canónicos.

Se puede concluir entonces que el Canon es el conjunto de libros de la Biblia aceptados


como genuinos e inspirados por el Espíritu Santo. También se utiliza para describir la
lista autorizada de libros que la iglesia reconoce como la Sagrada Escritura y, por ende, el
―precepto‖ para su fe y su práctica.
3.2. PROCESO DE CANONIZACIÓN.
La teoría, tradicionalmente aceptada, de que las secciones del canon hebreo representan
las tres etapas en el proceso de su formación es seriamente cuestionada en la
actualidad. Aunque esta hipótesis parezca lógica y razonable, no hay evidencias que la
respalden en el Antiguo Testamento o en otros documentos judíos antiguos.
De acuerdo con esa teoría, la Torah fue la primera en ser reconocida como canónica,
luego del retorno de los judíos a Judá, al concluir el exilio de Israel en Babilonia (ca. siglo
V a.C.). Posteriormente los Nebhim fueron aceptados en el canon, posiblemente al final
del siglo III a.C. Y finalmente, los kethubhim—que representan la última sección de la
Biblia hebrea—fueron incorporados al canon al final del siglo I d.C., al concluir el llamado
«Concilio» de Jamnia.
El reconocimiento de la autoridad religiosa de algunas secciones de las Escrituras
hebreas puede verse en el Antiguo Testamento (Ex 24.3–7; Dt 31.26; 2 R 23.1–3; Neh
8.1–9.38).

41
Después de la caída de Jerusalén en el año 70 d.C. se suscitaron discusiones rabínicas
para inquirir si los ―escritos‖ estaban completos en el tiempo, discusiones que fueron
mantenidas mediante la transmisión oral y que al final fueron registradas. Entre sus
debates consideraron si se les debía conceder reconocimiento canónico a los libros de
Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares y Ester. Se habían presentado objeciones
contra estos libros por varias razones; Ester, por ejemplo, no contenía el nombre de Dios,
y Eclesiastés no lograba armonizar fácilmente con la ortodoxia contemporánea. Pero la
conclusión de los debates del concilio de Jamnia (90 d.C.) fue el firme reconocimiento de
todos estos libros como Santa Escritura.

3.3. CINCO PRICIPIOS BÁSICOS PARA DETERMINAR SI UN LIBRO ES CANÓNICO:


3.3.1. ES AUTORITATIVO: Provino de la mano de Dios. ―ASÍ DICE EL SEÑOR‖.
3.3.2. ES PROFÉTICO: fue escrito por un hombre de Dios. Dt. 13:1-4,
3.3.3. ES AUTÉNTICO: Según los Padres de la iglesia ―si estás en duda, deséchalo‖.
3.3.4. ES DINÁMICO: Tiene El Poder de Dios que transforma las vidas.
3.3.5. FUE RECIBIDO, REUNIDO, LEIDO Y USADO: aceptado por el Pueblo. 2 P. 3:16.

3.4. CRITERIOS SECUNDARIOS PARA DETERMINAR LA CANONICIDAD:


3.4.1. Los libros deberían contar con la autoría o el respaldo apostólico.
3.4.2. Su autoridad debería hacer sido recibida por la iglesia primitiva.
3.4.3. Deberían estar en armonía con los libros de los cuales nadie dudaba de su
canonicidad.
3.4.4. Composición del libro en Hebreo o Arameo.
3.4.5. Antigüedad (por creerse que la profecía había cesado en Esdras)
3.4.6. Calidad literaria.

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3.5. EL CANON DE LA BIBLIA HEBREA O JUDÍA:

3.5.1. FACTORES QUE DETERMINARON LA NECESIDAD DEL CANON DEL ANTIGUO


TESTAMENTO.
- El sistema judaico de sacrificios concluyó con la destrucción de Jerusalén y del
templo en el año 70 d.C. los judíos fueron esparcidos y se vieron en la necesidad
de determinar cuáles libros constituían la autorizada Palabra de Dios, a causa de
la existencia de muchos escritos extra escritúrales y de la descentralización. Los
judíos llegaron a ser un pueblo de un libro, y fue este libro lo que los mantuvo
unidos.
- El cristianismo comenzó a florecer y comenzaron a circular muchos escritos de los
cristianos. Los judíos necesitaban urgentemente poner a estos en evidencia y
excluirlos de entre sus escritos y de su uso en las sinagogas.

3.5.2. EL TESTIMONIO DE CRISTO RESPECTO DEL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO:


Lucas 24:44. Juan 10:31-36. Lucas. 11:51
De acuerdo con los diversos relatos evangélicos, Jesús utilizó las Escrituras hebreas para
validar su misión, sus palabras y sus obras (véase Mc 1.14; Lc 12.32). Los primeros
creyentes continuaron esa tradición hermenéutica y utilizaron los textos hebreos—y
particularmente sus traducciones al griego—en sus discusiones teológicas y en el
desarrollo de sus doctrinas y enseñanzas. De esa forma la iglesia contó, desde su
nacimiento, con una serie de escritos de alto valor religioso.
De particular importancia es el uso que Jesús hace del libro del profeta Isaías (61.1–2),
según se relata en Lucas 4.18–19. El Señor, luego de leer el texto bíblico, afirmó: «Hoy se
ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (Lc 4.21; RVR). Este relato pone de
manifiesto la interpretación cristológica que los primeros cristianos hicieron de las
Escrituras hebreas. El objetivo primordial de los documentos judíos, desde el punto de
vista cristiano, era corroborar la naturaleza mesiánica de Jesús de Nazaret (Lc 24.27). De
esa forma la Biblia hebrea se convirtió en la primera Biblia cristiana. Con el paso del

43
tiempo, la iglesia le dio el nombre de «Antiguo Testamento», para poner de manifiesto la
novedad de la revelación de la persona y misión de Cristo.
Los libros de la Biblia hebrea son 24, divididos en tres grandes secciones:
La primera sección, conocida como Torah («Ley»), contiene los llamados «cinco libros de
Moisés»: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
La segunda división, conocida como Nebhim («Profetas»), se subdivide, a su vez, en dos
grupos: (a) «Los profetas anteriores»: Josué, Jueces, Reyes y Samuel; (b) «Los profetas
posteriores»: Isaías, Jeremías, Ezequiel y el Libro de los Doce.
La tercera sección de la Biblia hebrea se conoce como kethubhim («Escritos»), e incluye
once libros: Salmos, Proverbios y Job; un grupo de cinco libros llamados Megilot
(«Rollos»)—Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester—; y finalmente
Daniel, Esdras-Nehemías y Crónicas.
Con las iniciales de Torah, Nebhim y kethubhim se ha formado la palabra hebrea TANAK,
nombre que los judíos usan para referirse a la Biblia hebrea, nuestro Antiguo Testamento.

3.6. CANÓNES JUDÍOS Y CRISTIANOS DE LAS ESCRITURAS:

CANON HEBREO CANON CATÓLICO CANON PROTESTANTE


Torah: Antiguo Testamento. Antiguo Testamento.
Génesis. Génesis. Génesis.
Éxodo. Éxodo. Éxodo.
Levítico. Levítico. Levítico.
Números. Números. Números.
Deuteronomio. Deuteronomio. Deuteronomio.
Josué Josué
Nebihim: Jueces. Jueces.
Profetas Anteriores. Rut. Rut.
Josué I y II Samuel. I y II Samuel.
Jueces. I y II Reyes. I y II Reyes.
Samuel. I y II Crónicas. I y II Crónicas.

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Reyes. Esdras. Esdras.
Profetas Posteriores. Nehemías. Nehemías.
Isaías. Ester. Ester.
Jeremías. Job. Job.
Ezequiel. Salmos. Salmos.
Los Doce: Oseas, Joel, Amós, Proverbios. Proverbios.
Abdías, Jonás, Miqueas, Eclesiastés. Eclesiastés.
Nahúm, Habacuc, Sofonías, Cantar de los Cantares. Cantar de los Cantares.
Hageo, Zacarías, Malaquías. Isaías. Isaías.
Jeremías. Jeremías.
Ketubim: Lamentaciones. Lamentaciones.
Los Escritos. Ezequiel. Ezequiel.
Salmos. Daniel. Daniel.
Job. Los Doce: Oseas, Joel, Amós, Los Doce: Oseas, Joel, Amós,
Proverbios. Abdías, Jonás, Miqueas, Abdías, Jonás, Miqueas,
Rut. Nahúm, Habacuc, Sofonías, Nahúm, Habacuc, Sofonías,
Cantar de los Cantares. Hageo, Zacarías, Malaquías. Hageo, Zacarías, Malaquías.
Eclesiastés.
Lamentaciones.
Ester.
Daniel.
Esdras-Nehemías.
Crónicas.
Libros Apócrifos o Nuevo Testamento.
Deuterocanonicos Mateo, Marcos, Lucas, Juan.
Tobit. Hechos,
Judit. Romanos, I y II de Corintios,
Ester (griego) Gálatas, Efesios, Filipenses,
1 Macabeos. Colosenses, I y II de
2 Macabeos. Tesalonicenses, I y II de

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Eclesiástico. Timoteo, Tito Filemón.
Sabiduría. Hebreos, Santiago,
Baruc. I y II de Pedro.
Daniel 13 y14 I , II y III de Juan.
Judas, Apocalipsis.
Nuevo Testamento.
Mateo, Marcos, Lucas, Juan.
Hechos,
Romanos, I y II de Corintios,
Gálatas, Efesios, Filipenses,
Colosenses, I y II de
Tesalonicenses, I y II de
Timoteo, Tito Filemón.
Hebreos, Santiago,
I y II de Pedro.
I , II y III de Juan.
Judas, Apocalipsis.

3.7. EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO

Como es de sobra conocido, los escritos del Nuevo Testamento son escritos ocasionales.
Con ello queremos decir que hubo una «ocasión» (o unas «ocasiones») que, de hecho
provocaron su formación. O, dicho de otra manera: Esos textos no aparecen simplemente
porque sus autores un día se levantaron con ganas de escribir y luego tuvieron la brillante
idea de que sería «bonito» poner por escrito lo que les había venido a la mente. Al
contrario. No es extraño el caso de un determinado autor bíblico que escriba
angustiosamente, y que habría preferido no tener que escribir lo que estaba escribiendo.
Por supuesto, mucho de lo anterior también se encuentra en la Biblia hebrea y, de alguna
manera, ella sirvió de modelo para los escritores neotestamentarios. A ese modelo ellos
agregaron su propia creatividad y ciertos detalles que eran característicos de la época en

46
la que se forma el Nuevo Testamento. Hay, sin embargo, en el desarrollo de la comunidad
cristiana de los primeros tiempos y en su producción literaria, una diferencia fundamental
respecto de los escritos heredados del judaísmo.
Desde el primer siglo—y de ello tenemos testimonio en los escritos del Nuevo
Testamento—los dirigentes cristianos hubieron de enfrentarse a problemas que tenían
que ver no sólo con aspectos prácticos de la vida cristiana personal y comunitaria
(cuestiones morales y de relaciones personales), sino también con desviaciones
doctrinales, resultado de la incomprensión—o de la distorsión intencionada—del
significado del evangelio. En varios libros del Nuevo Testamento podemos detectar esta
lucha de aquellos primeros escritores cristianos.
En el siglo II aparece un personaje de cuya vida tenemos muy pocos datos: Marción. Al
parecer, fue excomulgado de la iglesia por su propio padre (quien debió, por tanto, ser
obispo). Luego se afilió a la comunidad cristiana de Roma, y también de allí lo expulsaron
(probablemente en el 144 d.C. Influido por creencias no cristianas, consideró que el Dios
de quien habla el Antiguo Testamento no es el Dios verdadero, por lo que rechazó, en
bloque, todos los libros de la Biblia hebrea. Por aquel entonces no se había establecido
en la iglesia ningún canon, y por eso bien puede afirmarse que es Marción el primero que
define un canon de libros cristianos. Según él, estaba constituido por el Evangelio de
Lucas y por diez de las epístolas paulinas (todas menos las cartas pastorales; Hebreos no
cuenta). Aun en esos libros que aceptó, Marción hizo recortes, pues consideraba que la
iglesia había manipulado el texto y lo había pervertido.
La acción de Marción fue muy significativa. Muchos escritores cristianos lo atacaron. Fue
condenado en el 144 d.C. Pero su atrevimiento dio inicio, en cierto sentido, a un proceso
que llevaría a la definición de un canon «cerrado». «La polémica contra las pretensiones
de los gnósticos de disponer de tradiciones secretas y contra las de Marción de escoger y
corregir los textos, rechazando además las Escrituras hebreas, contribuyó a reforzar la
conciencia del privilegio que tenían los escritos juzgados como apostólicos, en función de
la acogida que obtuvieron entre las principales iglesias y teniendo en cuenta los criterios
internos de seriedad y ortodoxia».

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Ya por el año 200 d.C. se ha aceptado la idea del canon y se ha compilado una buena
parte de su contenido; sin embargo, no hay unidad de criterio en cuanto a la totalidad de
los libros que lo componen.

3.7.1. LOS 27 LIBROS CANÓNICOS DEL N.T.

3.7.1. EVANGELIOS: MATEO, MARCOS, LUCAS, JUAN.

3.7.2. HISTÓRICOS: HECHOS DE LOS APÓSTOLES.

3.7.3. EPÍSTOLAS:
PAULINAS:- ESCATOLÓGICAS: I Y II TESALONICENSES
-SOTERIOLÓGICAS: ROMANOS, I Y II CORINTIOS, GALÁTAS
-CRISTOLÓGICAS: EFESIOS, FILIPENSES, COLOSENSES, FILEMÓN
-PASTORALES O ECLESILÓGICAS: I Y II DE TIMOTEO, TITO

UNIVERSALES O CATÓLICAS: HEBREOS SANTIAGO, I Y II PEDRO, I, II, III


JUAN, JUDAS.
3.7.4. APOCALIPSIS.

3.8. LOS LIBROS APÓCRIFOS, ESCONDIDOS, OCULTOS, ESPÚREOS: (III a.C al I d.C.
ínter testamentario)

3.8.1. Apócrifo [apócrifo] adj. Dicho de un libro atribuido a autor sagrado: Que no
está, sin embargo, incluido en el canon de la Biblia. [Del lat. del gr.
apocryphus, ]

3.8.2. Seudo- [seudo-] elem. Compos. Significa 'falso'. Seudópodo, seudo profeta.
[De pseudo-]

48
3.8.3. Epígrafe [epígrafe] m. Resumen que suele preceder a cada uno de los
capítulos u otras divisiones de una obra científica o literaria, o a un
discurso o escrito que no tenga tales divisiones.

3.8.4. Deute com. que sigue en importancia al protagonista. Canónico [canónico]


adj. [Del Lat. este del gr. canoncus]

3.9. RAZONES DE TIPO HISTÓRICO QUE VAN EN CONTRA DE LOS APÓCRIFOS:


- el canon judío no los reconoció.
- Jesús y los escritores del N.T. nunca los citaron.
- La patrística primitiva habló en contra de los apócrifos. (Orígenes, Cirilo, Atanasio,
Jerónimo)
A través de la historia, la iglesia ha hecho una serie de declaraciones en torno al canon
de las Escrituras. Al principio, estas declaraciones se hacían generalmente en forma de
decretos disciplinares; posteriormente, en el Concilio de Trento, el tema del canon se
abordó de forma directa y dogmática.
La Confesión de Westminster (1647) reaccionó al Concilio de Trento y a las controversias
entre católicos y protestantes: afirmó el canon de las Escrituras hebreas. En su
declaración sobre el canon, la Confesión indica que los deuterocanónicos—identificados
como «Apócrifa»—, por no ser inspirados, no forman parte del canon de la Escritura y, por
consiguiente, carecen de autoridad para la iglesia. Indica, además, que pueden leerse
únicamente como escritos puramente humanos. De esa forma se definió claramente el
canon entre las comunidades cristianas que aceptaban la Confesión de Westminster.

El problema de la aceptación de los apócrifos o deuterocanónicos entre las comunidades


cristianas luego de la Reforma se atendió básicamente de tres maneras: (1) Los
deuterocanónicos se mantenían en la Biblia, pero separados—alguna nota indicaba que
estos libros no tenían la misma autoridad que el resto de las Escrituras—; (2) de acuerdo

49
con el Concilio de Trento, tanto los libros deuterocanónicos como los protocanónicos se
aceptaban en la Biblia con la misma autoridad; (3) basados en la Confesión de
Westminster, se incluía en las ediciones de la Biblia únicamente el canon hebreo, que
contiene los únicos libros aceptados como autoridad.
La versión Reina-Valera se publicó por primera vez sin los deuterocanónicos en el 1850.

3.10. RAZONES DE CONTENIDO QUE VAN EN CONTRA DE LOS APÓCRIFOS:


Contienen doctrinas falsas como la justificación del suicidio, la oración por los muertos, la
limosna como medio para expiar el pecado, que el fin justifica los medios, supersticiones
y magia.
En torno a los apócrifos o deuterocanónicos, las iglesias cristianas han superado muchas
de las dificultades que las separaban por siglos. Ya la polémica y la hostilidad han cedido
el paso al diálogo y la cooperación interconfesional. En la actualidad, grupos católicos y
protestantes trabajan juntos para traducir y publicar Biblias. Esta literatura, lejos de ser
un obstáculo para el diálogo y la cooperación entre creyentes, es un recurso importante
para estudiar la historia, las costumbres y las ideas religiosas del período que precedió al
ministerio de Jesús de Nazaret y a la actividad apostólica de los primeros cristianos.

3.11. DEUTEROCANÓNICOS o APÓCRIFOS, PSEUDOEPÍGRAFOS DEL N.T.:


o Epístola de pseudo-Bernabé. 70-79 o Los hechos de Pablo y Tecla. 170
d.C. d.C.
o Epístola a los Corintios. 96 d.C. o Epístola a los Laodicenses. Siglo IV
o Segunda Epístola de Clemente. 120- o El evangelio de acuerdo a los
140 d.C. hebreos. 65-100 d.C.
o Pastor de Hermas. 115-140 d.C. o Epístola de Policarpo a los filipenses.
o Didaché, Enseñanza de los doce. 108 d.C.
100-120 d.C. o Las siete Epístolas de Ignacio. 100
o Apocalipsis de Pedro. 150 d.C. d.C.
o El evangelio de Felipe. Siglo III d.C.

50
3.12. LOS LIBROS APÓCRIFOS:
Algunos de los libros apócrifos contienen buena enseñanza espiritual (La Sabiduría de
Salomón por ejemplo). Sin embargo, estos libros no fueron inspirados por Dios. Si leemos
cualquiera de estos libros, la Apócrifa es un ejemplo, debemos tratarlos como libros
históricos. El evangelio de Tomás, fue una falsificación escrita en el siglo III o IV d.C. que
afirmaba haber sido escrita por el apóstol Tomás. No fue escrito por Tomás. Los padres
de la iglesia primitiva rechazaron casi universalmente el evangelio de Tomás como
herético. Contiene muchas cosas falsas y heréticas que supuestamente Jesús dijo e hizo.
Antes de finales del siglo II, Taciano que había sido discípulo de Justino Mártir escribe su
Diattesaron (ca. 170 d.c.) que es una armonía de los 4 evangelios. Este hecho muestra
que, para esa fecha, ya se consideraba que los evangelios canónicos eran esos cuatro.
Hay que considerar que para el año 70 d.c. Jerusalén fue atacada por el general Tito y
murieron muchos testigos de las cosas que se hicieron en el tiempo de la vida de Jesús.
Las Biblias Católicas Romanas tienen muchos más libros en el Antiguo Testamento que
las Biblias Protestantes. Estos libros son conocidos como libros Apócrifos o
Deuterocanónicos. La palabra ―apócrifo‖ significa ―escondido‖, mientras que la palabra
―deuterocanónico‖ significa ―segundo canon‖. Los apócrifos o deuterocanónicos fueron
escritos originalmente en el tiempo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Los libros son
llamados: 1 Esdras, 2 Esdras, Tobías, Judit, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, la
Carta a Jeremías, Oración de Manasés, 1 Macabeos, 2 Macabeos, y adiciones a los libros
bíblicos de Ester y Daniel.
La nación de Israel trató a los libros apócrifos o deuterocanónicos con respeto, pero
nunca los aceptó como libros verdaderos de la Biblia hebrea. La iglesia cristiana primitiva
debatió la situación de los apócrifos o deuterocanónicos, pero pocos cristianos primitivos
creyeron que ellos pertenecieran al canon de la Escritura. El Nuevo Testamento cita al
Antiguo Testamento cientos de veces, pero en ninguna parte cita o alude a cualquiera de
los libros apócrifos o deuterocanónicos. Más aún, hay muchos errores probados y
contradicciones en los apócrifos o deuterocanónicos.

51
Los libros apócrifos o deuterocanónicos enseñan muchas cosas que no son verdad y
tampoco son históricamente precisos. Si bien, muchos católicos aceptaron previamente
los apócrifos o deuterocanónicos, la Iglesia Católica Romana oficialmente los añadió a su
Biblia en el Concilio de Trento a mediados del 1500 d.C., primordialmente en respuesta a
la Reforma Protestante. Los apócrifos o deuterocanónicos, respaldan algunas de las
cosas en que la Iglesia Católica Romana cree y práctica, las cuales no están de acuerdo
con la Biblia. Ejemplos de ello están en las oraciones por los muertos, peticiones a los
―santos‖ en el Cielo por sus oraciones, adoración a ángeles, y ―ofrenda de limosnas‖
expiatorias por los pecados. Algunas cosas de las que dicen los apócrifos o
deuterocanónicos son verdaderas y correctas. Sin embargo, debido a los errores
históricos y teológicos, estos libros deben ser vistos como documentos histórica y
religiosamente falibles, y no como la inspirada y autoritativa Palabra de Dios.
A diferencia de otros fundadores de religiones, Jesús no dejó a la posteridad nada escrito.
Su mensaje fue exclusivamente oral y se dirigió a todos los que quisieron oírle,
especialmente al círculo restringido de sus apóstoles y discípulos, quienes a su vez lo
transmitieron por la predicación a las primeras comunidades cristianas. Es a partir de la
mitad del siglo I cuando este mensaje oral empieza a cristalizarse en la forma escrita que
conocemos como evangelios. Dos de ellos —los de San Mateo y San Juan— fueron
escritos por testigos directos de la predicación de Jesús; los otros dos —los de San
Marcos y San Lucas— por testigos indirectos, que para ello recabaron la información de
otros apóstoles.
Cada uno de estos evangelios fue escrito, además, para comunidades distintas
(cristianos de procedencia judía, gentil o helenística), sin que por lo general traspasaran
—en punto a utilización y conocimiento— los límites de esas comunidades hasta mucho
tiempo después: sólo a finales del siglo II tenemos constancia por el testimonio de Ireneo
de Lyon (Adv. haeres. III 11,8) de la validez general de los cuatro evangelios. No es
extraño que, en un tiempo en que para los cristianos no existía otra «Escritura» de
referencia que el Antiguo Testamento, el mensaje de Cristo —transmitido oralmente por
apóstoles y discípulos— se manifestara de muy diversas formas en la tradición oral y
escrita, proliferando esta última a medida que iban desapareciendo los primeros testigos.

52
De ello deja constancia San Lucas en el prólogo a su evangelio: «Puesto que ya muchos
han intentado escribir la historia de lo sucedido entre nosotros, según que nos ha sido
transmitida por los que, desde el principio, fueron testigos oculares y ministros de la
palabra…» (Lc. 1:1-2). De esta simbiosis entre tradición oral y escrita surgieron a finales
del siglo I y sobre todo en el decurso del II —al margen o dependientes de los cuatro
evangelios— numerosos escritos de mayor o menor extensión que recogían dichos y
sentencias dispersas de Jesús (logia y agrapha) y que en algunos casos llegaron a
adoptar la forma de «evangelios». Así tenemos el evangelio de los Hebreos, de los
Nazarenos, de los Egipcios, etc. De esta literatura que hoy llamaríamos «extracanónica »,
pero no «apócrifa» en el sentido que esta palabra adquirió después, nos han quedado
restos en papiros de gran antigüedad y numerosas referencias en autores del siglo III y IV.
Así sabemos que tanto la comunidad judeo-cristiana de los Nazarenos en Berea como la
de los Hebreos (¿en Egipto?) utilizaban un evangelio propio —que en el fondo era el texto
hebreo de San Mateo, no la versión griega, considerada como canónica, que ha llegado
hasta nosotros— en el que San Jerónimo encontraba en el siglo IV no pocas discrepancias
con respecto al «textus receptus». Tales evangelios reflejaban a veces, como en el caso de
los Ebionitas, tendencias especiales de acuerdo con la manera de vivir aislada de las
correspondientes comunidades y se mantuvieron en vigor solamente mientras éstas
existieron.
Hubo otras, sin embargo —como las de Siria—, que desde el siglo II hasta el V no
admitieron el texto separado de los cuatro evangelios, sino la adaptación (Diatessaron)
que hizo Taciano en el siglo II, sirviéndose de éstos y de otras fuentes hoy difícilmente
identificables. Este estado de cosas cambió bruscamente al irrumpir con fuerza las
corrientes gnósticas en el siglo II y las maniqueas en el III, a la vez que el Canon de los
libros del Nuevo Testamento —apenas esbozado hasta entonces— iba adquiriendo
consistencia y perfilándose como norma de fe. Es en estas circunstancias en las que se
generaliza el concepto de «apócrifo», aplicado al principio en el sentido de oculto,
misterioso. Así titulaban algunas veces los gnósticos sus propias producciones literarias
(por ejemplo, el Apócrifo de Juan), y así consideraban ellos mismos el mensaje que con

53
ellas transmitían: una revelación secreta, dirigida a un reducido número de elegidos,
iniciados en la Gnosis.
Sin embargo, para facilitar su penetración en el ambiente cristiano, se presentaba con
frecuencia a estos «libros secretos » bajo la forma de evangelios y se les atribuía la
autoría de un apóstol. Un ejemplo típico de este proceder es el Evangelio gnóstico de
Tomás (siglo II), descubierto a mediados del siglo XX en la biblioteca hallada en Nag
Hammadi. El autor recoge en este escrito una gran cantidad de logia o dichos de Jesús, la
mayor parte de los cuales se encuentran también, sin grandes discrepancias, en los
evangelios sinópticos. El autor no necesita en este caso introducir cambios sustanciales
en el texto evangélico para difundir su mensaje, pues ya advierte desde el principio que
se trata de palabras secretas pronunciadas por Jesús y anotadas por Tomás, y que sólo el
que encuentre el verdadero sentido de ellas se librará de la muerte.
Esta ambivalencia hermenéutica será pronto sustituida por verdaderos tratados de alta
Gnosis, que también se presentan como «evangelios» (por ejemplo, el Evangelio de la
Verdad) y se amparan en la autoridad de un apóstol (por ejemplo, el Evangelio de Felipe).
La proliferación de esta clase de literatura «pseudoepígrafa» fue extraordinaria en lo que
concierne a los evangelios, pero pronto se extendió también a otros géneros literarios
relacionados con los apóstoles en el plano histórico, epistolar y apocalíptico.
Tampoco quedó reducida esta proliferación al sector heterodoxo, como el de los
gnósticos o maniqueos. Con el intento de aclarar ciertos puntos oscuros en la tradición
evangélica (por ejemplo, el que se refiere a la virginidad de María y a los «hermanos» de
Jesús), y de satisfacer la curiosidad general por conocer más detalles acerca de la
infancia de éste, surgió ya a fines del siglo II bajo el título de Historia de Santiago uno de
los apócrifos que han ejercido mayor influencia en la posteridad, el llamado
«Protoevangelio de Santiago».
No sólo fue en su tiempo un verdadero best-seller, como lo acredita la cantidad inmensa
de manuscritos en que ha llegado hasta nosotros (tanto en su original griego como en sus
múltiples versiones antiguas), sino que dio origen a muchas otras narraciones apócrifas
inspiradas en él. Igualmente «pseudoepígrafas» son muchas otras composiciones
relacionadas con diversos temas (por ejemplo, el Evangelio de Nicodemo en el ciclo de la

54
pasión y el Libro de Juan evangelista entre las narraciones relativas a la asunción de
María), que han gozado en todo tiempo de una aceptación parecida a la del
Protoevangelio.

La multiplicación de escritos pseudoepígrafos —tanto en el sector heterodoxo como en el


ortodoxo— influyó notablemente en la formación del Canon del Nuevo Testamento, ya que
con su presencia evidenciaban tales escritos la necesidad de fijar un «canon» de los libros
que se consideraban como portadores auténticos de la revelación (evangelios, epístolas,
hechos de los apóstoles, apocalipsis), y de excluir todos aquellos que usurpaban el
nombre y la autoridad apostólica para difundir sus propias ideas.
Este proceso fue largo y no exento de contradicciones, hasta que en el siglo IV quedó
definitivamente fijado en 27 el número de libros que integran el Nuevo Testamento. La
exclusión de toda la literatura marginal que esta definición llevaba consigo introdujo un
nuevo significado en el término de «apócrifo», que desde entonces se utilizó en el sentido
de «escrito espurio», «no auténtico » como contrapartida a lo «canónico».
Esto no supuso una condenación oficial de los libros apócrifos —ya que incluso el
Decretum Gelasianum parece haber sido obra de un particular—, pero sí dio origen a toda
una serie de catálogos de apócrifos neotestamentarios, de la que ofrecemos una
detallada relación en el apartado siguiente. Leyendo estas listas, se echa de ver que una
buena parte de los escritos incriminados hoy apenas son identificables.
Esto puede deberse en parte a la inseguridad de los títulos aducidos, pero en la mayoría
de los casos significa que los escritos correspondientes han desaparecido. Tal pérdida —
más que consecuencia de una persecución sistemática por parte de la Iglesia oficial— es
la suerte que ha corrido gran parte del legado de la antigüedad, cuya existencia hoy sólo
podemos constatar a base de citas y referencias de segunda mano.
El número de apócrifos que ha llegado hasta nosotros en estado fragmentario o
completo, ya en su lengua original, ya en versiones y reelaboraciones posteriores, es muy
considerable. Por otra parte, el influjo palpable que esta literatura sigue ejerciendo en
muchos aspectos de la vida religiosa y cultural es un argumento más en favor de su
pervivencia a través de los siglos. Es en el mundo oriental donde se forjaron la mayor

55
parte de estas leyendas y donde mejor se han conservado hasta nuestros días. A ello han
contribuido factores externos —como la falta del Renacimiento en los respectivos países y
de las secuelas que este fenómeno cultural tuvo en Occidente—, pero también las
características del cristianismo en estas regiones.
El hecho, por ejemplo, de que la Iglesia bizantina no tuviera inconveniente en incorporar a
sus libros litúrgicos textos apócrifos de mayor o menor extensión garantizó la pervivencia
de éstos en su lengua original griega y su difusión por medio de traducciones en las
amplias áreas culturales del Oriente Próximo en que ejerció su influencia. Una de las
regiones más fecundas en leyendas apócrifas fue, a no dudarlo, Siria.
Es posible que su situación geográfica —marginal respecto al centro del cristianismo
primitivo— y su proximidad con Irán, de donde dimanaron las corrientes dualistas que en
el siglo III cristalizaron en el maniqueísmo, fueran circunstancias favorables para ello. En
siríaco se escribieron a principios del siglo III los Hechos apócrifos de Tomás, uno de los
primeros libros de aventuras de aquella época, y del siríaco tradujo al griego Eusebio de
Cesarea, un siglo después, una de las leyendas más antiguas y más conocidas: la
correspondencia epistolar entre Jesús y el rey Abgaro de Edesa.
Armenia figura como una de las regiones que más se beneficiaron de la producción
literaria en lengua siríaca, ya que de esta lengua y del griego se hicieron a partir del siglo
IV numerosas traducciones.
El hecho de que en lengua armenia se haya conservado una cantidad muy importante de
apócrifos —traducciones y reelaboraciones posteriores— se debe sobre todo a la
independencia cultural que este pueblo ha sabido mantener ininterrumpidamente a
través de los siglos.
Un caso especial en la recepción, conservación y propagación de la literatura apócrifa es
Egipto, quizá por su proximidad con Palestina y por las hondas raíces que ya desde
antiguo había echado el helenismo en este país. No se trata sólo de los innumerables
textos papiráceos que se han ido descubriendo en las arenas del desierto: la biblioteca
gnóstica de Nag Hammadi, descubierta a mediados del siglo XX, es —con sus 13
volúmenes— un buen exponente en este sentido.

56
El interés de los antiguos egipcios por la vida de ultratumba continuó vigente en los
cristianos de esta región, los coptos, y se manifestó, entre otras cosas, en el desarrollo de
la literatura apócrifo- apocalíptica (por ejemplo, el Apocalipsis de Pedro) y en algunas
leyendas apócrifas de la Infancia (como la Historia de José el carpintero).
En copto se ha conservado asimismo buena parte de la literatura gnóstica, traducida de
originales griegos hoy perdidos. Una característica de los apócrifos coptos es su
tendencia a reelaborar y ampliar los modelos originales —en su mayoría griegos—
exagerando hasta el extremo el lado milagroso. En una concatenación de episodios,
dominados por la fantasía, salta a la vista con frecuencia (especialmente tratándose de
los Hechos apócrifos de los apóstoles), la sustitución del marco original de la acción por
un ambiente más en consonancia con aquel en que vivían inmersos los cristianos coptos.
Tributaria en gran parte de la copta es la literatura apócrifa etíope, que aporta una gran
abundancia de textos. Si bien éstos han llegado hasta nosotros con frecuencia en
manuscritos muy recientes, son muchas veces un punto de referencia obligado, cuando
se trata de apócrifos cuyo original se ha perdido. Entre los del Antiguo Testamento es el
Libro de Henoc etiópico uno de los textos fundamentales.
Al margen de los apócrifos conservados en georgiano y en árabe (tributarios
respectivamente de originales en su mayoría griegos y coptos), merecen mención
especial los que han llegado hasta nosotros en versiones eslavas. Eslavo antiguo es la
lengua literaria que se formó en vastas regiones del Sur y del Este de Europa, al entrar en
contacto a partir del siglo IX con la civilización bizantina, y adoptar el alfabeto cirílico-
glagolítico que introdujeron los misioneros Cirilo y Metodio.
A diferencia de los eslavos occidentales —expuestos al influjo de la cultura latina—,
asumieron los eslavos del Este (búlgaros, serbios, rusos, ucranianos principalmente), el
legado cultural de Bizancio y tradujeron a su lengua gran parte de la literatura apócrifa
que por entonces estaba en uso en Constantinopla. Ésta se ha conservado en una gran
cantidad de manuscritos de diversas épocas.
Frente a otras literaturas, en que los originales han sido sometidos a importantes
reelaboraciones y adaptaciones, los apócrifos eslavos se distinguen por una fidelidad
extraordinaria a sus modelos griegos. Lo cual constituye una preciosa ayuda para la

57
crítica textual en aquellos casos en que la tradición manuscrita griega de que disponemos
acuse deficiencias. Un ejemplo interesante de este fenómeno lo ofrece el texto eslavo del
Evangelio de la Infancia de Tomás, cuya traducción castellana ofrecemos por primera vez
en esta obra. En Occidente no encontró la literatura apócrifa un terreno tan abonado para
su difusión como en Oriente, pero su presencia es innegable.
Conocidas son las reservas de escritores como San Jerónimo frente a ella, quien, sin
embargo, no tenía reparo en citar con cierta veneración el Evangelio de los Hebreos, que
afirma haber traducido él mismo del hebreo al griego y al latín (De viris ill. 2). Las duras
condenaciones del papa Inocencio I y de Toribio de Astorga en el siglo V tienen como
objeto principalmente los Hechos apócrifos de los apóstoles que este último relacionaba
con la secta de los Priscilianistas en España.
Del amplio catálogo de apócrifos que presenta en latín el Decretum Gelasianum en el
siglo VI puede deducirse que buena parte de ellos (evangelios, hechos de los apóstoles,
epístolas, apocalipsis) existían ya por esas fechas en versiones latinas. Estas versiones
en casos concretos eran verdaderas reelaboraciones de los modelos griegos. Tal es el
caso del Evangelio del Pseudo Mateo, que recoge leyendas procedentes no sólo del
Protoevangelio, sino también de otros apócrifos de la Infancia, por ejemplo del Evangelio
de Tomás.
A esto añade muchos otros detalles de su propia cosecha, como son las profecías «ex
eventu» (presencia del buey y el asno en la natividad, según Is 1,3), vida casi «conventual»
de María antes y después de la anunciación, etc. Relacionadas o no con el Pseudo Mateo
existe toda una serie de reelaboraciones latinas en torno a la Natividad y la Infancia que
testimonia la presencia de estas y otras leyendas apócrifas en Occidente hasta ser
asumidas y ampliamente difundidas por obras como la Legenda aurea de Jacobo de
Voragine o el Speculum historiale de Vicente de Beauvais en el siglo XIII.

En otros casos las versiones latinas están acreditadas por manuscritos de gran
antigüedad como lo es el palimpsesto de Viena [Vindob. 563] del siglo V en relación con
el Evangelio de Nicodemo. Sin la abundancia de códices latinos del Apocalipsis de Pablo
sería difícil tanto recomponer el original griego —que nos ha llegado sólo en forma

58
abreviada— como explicarse el influjo de la literatura apocalíptica en obras tan decisivas
del Renacimiento como la Divina Comedia. Un capítulo muy interesante, que en gran
parte queda por estudiar, es el influjo de la literatura apócrifa latina en las incipientes
literaturas vernáculas de Occidente.
En los casos en que este estudio se ha hecho a fondo —como es el irlandés— los
resultados son sorprendentes. Un campo en que la literatura apócrifa ha ejercido su
influjo sin barreras lingüísticas o geográficas es el de la iconografía religiosa, tanto en
Oriente como en Occidente. Es aquí donde los apócrifos continúan llevando una vida
soterrada, pero real, ya que la costumbre de contemplar repetida e irreflexivamente
ciertas escenas y ciertos símbolos impide muchas veces cubrir el trasfondo legendario
que las inspiró.
3.13. FIJACIÓN DEL CANON:
Los libros sagrados como los que hemos discutido circularon durante un período junto
con los libros de la iblia; pero con el tiempo, los mejores fueron seleccionados bajo la
orientación del Espíritu Santo.
La primera lista de nuestros veintisiete libros, tal como hoy la conocemos, fue formulada
por Atanasio en 367 d.C. en su epístola de Pascua de Resurrección. Se debe agregar algo
más: no todos los cánones que hay en el mundo son iguales.

3.13.1. DIVISIÓN EN CAPÍTULOS. 1250 d.C. (total: 1.189)


El cardenal Hugo incorporó divisiones por capítulos en la Biblia latina. Lo hizo por
comodidad, aunque sus divisiones no siempre fueron acertadas; sin embargo,
esencialmente las mismas divisiones por capítulos han persistido hasta el presente.

3.13.2. DIVISIÓN EN VERSÍCULOS. 1551 d.C. (total: 31.173)


Roberto Stephens (Robert Etienne) introdujo un N.T. griego con la inclusión de divisiones
por versículos. El A.T. quedó sin dividir. La primera Biblia completa en inglés con división
en versículos fue la Biblia de Ginebra (1560).

3.14. VERSIONES DE LA BIBLIA:

59
TRADUCCIÓN: [Del lat. traducto, -nis] (LA FORMA)
Consiste en decir o escribir en otra lengua (idioma receptor) lo que una lengua (idioma
original) dice o significa.

PARÁFRASIS: [Del lat. del gr. paraphrsis,] (EL FONDO)


Decir algo con palabras diferentes de las que corresponden a las que el autor usó
originalmente.

COMENTARIO: [Del lat. commentarum]


Consiste en una observación que interpreta un texto determinado, con la intención de
aclararlo. Los comentarios son subjetivos y su aceptación queda a juicio del lector en la
medida en que éste se identifique con el pensamiento y la corriente doctrinal expuesta
por el autor del mismo. Los comentarios se pueden hacer tanto a las traducciones como
a las paráfrasis aunque es más usual a las primeras

3.14.1. VERSIONES ANTIGUAS:

EL TALMUD O LOS TALMUDISTAS. Siglo I – V d.C. Traducción

Transcripción de los rollos de la Sinagoga, consta de dos partes: el texto o Mishná (una
repetición, es decir, una segunda ley), que fue puesto por escrito en el siglo III, y un
comentario, o Gemara. Hay dos Gemaras, la de Jerusalén y la de Babilonia.

LA SEPTUAGINTA: LXX, versión de los setenta, el canon griego 250 a.C. Traducción.
Uno de los resultados del exilio de Israel en Babilonia fue el desarrollo de comunidades
judías en diversas regiones del mundo conocido. En Alejandría, capital del reino de los
Tolomeos, el elemento judío de la población de habla griega era considerable. Y como
Judea formaba parte del reino hasta el año 198 a.C., esa presencia judía aumentó con el
paso del tiempo.
Luego de varias generaciones, los judíos de Alejandría adoptaron el griego como su
idioma diario, dejando el hebreo para cuestiones cúlticas. Para responder

60
adecuadamente a las necesidades religiosas de la comunidad, pronto se vio la necesidad
de traducir las Escrituras hebreas al idioma griego. La Torah—o «Pentateuco» como se
conoció en griego—fue la primera parte de las Escrituras en ser traducida; posteriormente
se tradujeron los Profetas y el resto de los Escritos.
Una leyenda judía, de la cual existen varias versiones, indica que 70 ó 72 ancianos
fueron llevados a Alejandría desde Jerusalén para traducir el texto hebreo al griego. Esa
leyenda dio origen al nombre «Septuaginta» (LXX), con el que generalmente se identifica y
conoce la traducción al griego del Antiguo Testamento.

EL PENTATEUCO SAMARITANO siglo V a.C – IV a.C. Traducción


Habitantes de Samaria, hicieron del Pentateuco su Biblia, cambiándolo y adaptándolo a
su historia y modo de pensar (P.Ej. en Det. 27:4 ―Ebal‖ ha sido sustituido por ―Gerizim‖),
este Pentateuco es simplemente una edición hebrea en letras ligeramente modificadas
que sirven para determinar lecturas textuales, aún está vigente en pequeños grupos.

LA PESHITTA O VERSIÓN SIRIACA. Siglo II d.C. Traducción.


Antiguo Testamento que había sido traducido al siriaco, lengua de las pequeñas
comunidades de cristianos en Turquía. Para el año 400 d.C. el obispo Rábula de Edesa ya
había terminado de traducir toda la Biblia. Esta versión fue conocida como la Pesita o
simple o común o generalizada. Se hace referencia a un nuevo testamento.

LA VULGATA LATINA. Siglo IV d.C. Traducción.

Jerónimo realizó en 21 años parte de su obra en Belén. El hecho de que trabajara en el


texto hebreo es significativo, ya que en su tiempo era costumbre traducir del griego de la
LXX. De la Vulgata hemos recibido términos teológicos tan conocidos como ELECCIÓN,
JUSTIFICACIÓN, SANTIFICACIÓN, SALVACIÓN Y REGENERACIÓN. La Vulgata incluye tanto el
A.T. como el N.T., y su nombre significa ―común‖. Fue reconocida oficialmente por la
iglesia católica en el año 1.546 en el concilio de Trento.

VERSIONES COPTAS. Siglo III y IV d.C. Traducción

61
El copto era el idioma de los primitivos cristianos egipcios. Se había derivado del idioma
de loa faraones. Estos cristianos produjeron la Biblia en sus propios idioma y dialectos.
(sahídico- alto Nilo, sur), (bohaìrico- bajo Nilo, norte). Basados principalmente en la LXX.
Hoy día existe el N.T. completo.

LA HEXAPLA. Séxtuple, Siglo II – III d.C.

El teólogo cristiano Orígenes (siglo III) estudió los problemas que presentaban estas
versiones diferentes y preparó una Hexapla, una crítica textual en la que organizó en seis
columnas paralelas el texto hebreo, el texto hebreo transliterado al griego, y las versiones
de Áquila, Símaco, Teodoción y Luciano. En Hexapla, su obra más importante, Orígenes
realizó una crítica textual de las versiones bíblicas que conocía; dispuso, en seis
columnas paralelas, el texto hebreo, el texto hebreo transliterado al griego, y cuatro
traducciones griegas (la Septuaginta y las realizadas por Áquila, Símaco y Teodoción).

VERSIONES ARAMEAS. TÁRGUMES. Siglo V d.C. Paráfrasis.

Interpretaciones de la mayor parte del A.T. en las sinagogas, pues, se hacían traducciones
orales. El traductor o interprete era llamado ―meturgeman‖ y la traducción que realizaba
era llamada ―targum‖. Llegó el momento en que estas paráfrasis orales se consignaron
por escrito; algunas eran más literales que otras.

EL TEXTO MASORETICO. Siglo V – IX d.C. No es una traducción

Los masoretas (de masora, ―tradición‖) aceptaron la laboriosa tarea de editar el texto y de
establecer un patrón, diseñaron un texto donde la resultante fue el añadido de puntos
para las vocales con el fin de asegurar una apropiada pronunciación. En la actualidad es
el texto hebreo autorizado. Los masoretas estaban bien disciplinados y trataron el texto
―con la mayor reverencia imaginable, pusieron en práctica un complicado sistema de
salvaguardas contra deslices de los escribas.

CÓDICES: Copias antiguas, hechas por la iglesia y encuadernadas en forma de libro.

62
- CODICE SINAÍTICO. IV d.C. - CODICE WASHINGTONIANO I. IV – V

- CODICE VATICANO. IV d.C. d.C.

- CODICE BEZE. IV – V d.C. - CODICE ALEJANDRINO. V d.C.

- CODICE SAN EFREN. V d.C.

BIBLIAS EN CASTELLANO:

BIBLIAALFONSINA. BIBLIA DE FELIPE SCIO DE SAN MIGUEL


BIBLIA VERSIÓN MEXICANA BIBLIA TORRES-AMAT
BIBLIA DE ALBA. BIBLIA BOVER CANTERA
BIBLIA VERSIÓN MODERNA DE PRATT
NUEVO TESTAMENTO ERASMO (GRIEGO).
BIBLIA DE FERRARA. BIBLIA DE JERUSALEN
BIBLIA NACAR COLUNGA
LA BIBLIA DEL OSO.
NUEVO TESTAMENTO DE FRANCISCO DE BIBLIA REINA – VALERA.
ENCINAS.
BIBLIA NUEVA VERSION INTERNACIONAL

PARAFRASIS EN ESPAÑOL.

BIBLIA DIOS HABLA HOY. LA BIBLIA AL DIA.

3.14.2. LA HISTORIA DE LA BIBLIA EN ESPAÑOL

Actualmente podemos ir a una librería y encontrar diversas versiones de la Biblia en


español, y en una enorme variedad de formatos. Pero hubo un tiempo en que esto era un
grave delito, por cuanto los reyes católicos de España, Fernando e Isabel, habían
prohibido terminantemente la traducción de la Biblia al castellano.

Alfonso de Castro, en su libro ―Tratado de las Herejías‖, escrito en 1534, dice: ―Hay que
alabar con toda justicia el edicto de los esclarecidos y católicos reyes de España… por el
que prohibieron bajo severísimas penas que nadie tradujera los libros sagrados a la
lengua vulgar o que nadie retuviera lo traducido por otro con cualquier autorización‖.

63
Esta prohibición sería ratificada por la Iglesia Católica, que en el índice de libros
prohibidos por Paulo IV y en el español del inquisidor Valdés (ambos publicados en 1559)
se prohíbe explícitamente la lectura de la Palabra de Dios en el idioma vulgar o en otro
cualquiera ―como no esté en hebraico, caldeo, griego o latín‖. Ese veto sería ratificado en
el Concilio de Trento unos años más tarde.

Arriesgarse a traducir la Biblia, o poseer una Biblia en español, era un delito que podía ser
castigado con la muerte por la Santa Inquisición, la cual fue introducida en España en
1237; aunque por mucho tiempo operó muy tímidamente, hasta el reinado de los reyes
católicos.

Isabel le había prometido en su juventud a Tomás de Torquemada, uno de los


inquisidores más crueles que tuvo España, que si llegaba al trono, dedicaría su vida a
extirpar la herejía para honra de Dios y glorificación de la iglesia Católica.

Este trasfondo histórico nos da una idea del precio que tuvieron que pagar algunos de
nuestros padres en la fe para que hoy pudiésemos disfrutar el privilegio de leer la Biblia
en nuestro propio idioma y así poder alimentarnos de la Palabra de Dios.

En esta lección le daremos un vistazo a esa historia, pero no como un mero ejercicio
académico, sino esperando en el Señor que esto nos ayude a tener un mayor aprecio por
nuestras Biblias en español.

LAS PRIMERAS VERSIONES

Aunque a partir de 1210 hasta la prohibición de 1559 aparecieron varias traducciones,


tanto al castellano como al catalán, no fue sino hasta el siglo XV que comenzaron a
suceder una serie de acontecimientos que prepararían el escenario para la aparición en
el siglo XVI de las versiones más conocidas.

En 1453 los turcos conquistaron la ciudad de Constantinopla, el último vestigio que


quedaba del imperio Romano, obligando a muchos de sus pobladores a huir hacia
Occidente, entre los cuales había un grupo de eruditos que se llevaron consigo un gran
número de manuscritos griegos, tanto de la antigüedad clásica como del NT, produciendo
dos movimientos totalmente opuestos.

64
El estudio de los clásicos produjo un movimiento intelectual que habría de desembocar
en el Renacimiento humanista, mientras que el estudio de los libros del NT en su lengua
original habría de producir un despertar religioso del cual habría de surgir la Reforma
protestante.

Concomitantemente con la caída de Constantinopla, dos años más tarde (1455)


Gutenberg publica el primer libro impreso con caracteres móviles, iniciando así la era de
la imprenta, lo que permitiría en Europa un acceso mucho más amplio a la literatura
escrita.

Unos años más tarde, en 1516 (es decir un año antes de que Lutero clavara las 95 tesis
en la puerta de la catedral en Wittemberg), Erasmo de Rotterdam publica en Basilea su
edición del NT griego, lo cual sirvió de estímulo al estudio del NT en su idioma original.

A. Juan de Valdés (1509-1541):

Es a partir de entonces que comienzan a aparecer las primeras traducciones al español,


comenzando con la de Juan de Valdés, un discípulo de Erasmo que tuvo que huir de
España alrededor del 1529 al ser denunciado ante la Inquisición luego de haber
publicado un libro titulado ―Diálogo de Doctrina Cristiana‖.

Valdés huyó hacia Italia, encontrando refugio finalmente en la corte de Nápoles donde
tradujo Mateo y Lucas, las epístolas paulinas (sin incluir Hebreos) y los Salmos. Algunos
comparan la pureza de su estilo con la de Cervantes.

B. El NT de Francisco de Enzinas:

Unos años más tarde, en 1543, Francisco de Enzinas, con apenas 20 años de edad,
publica en Amberes su traducción del NT completo, del cual existen muy pocas copias al
día de hoy, porque tan pronto salió de la imprenta, los libros fueron prohibidos y sacados
de circulación. El propio emperador Carlos V, a quien Francisco dedica su traducción,
ordenó que se recogiese toda la edición y que se detuviera su circulación.

De él dice don Menéndez y Pelayo: ―Entre los protestantes españoles del siglo XVI
descuella Enzinas por su saber filosófico, [así como] por el número y calidad de sus
escritos‖. Estudió por un tiempo en Wittemberg, alojándose en la casa del más cercano

65
colaborador de Lutero, Felipe Melanchton, quien lo motivó a la traducción del NT.
También mantuvo correspondencia Calvino.

Cuando Enzinas se dispuso a traducir el NT, primero pensó hacerlo en Lovaina, en


Bélgica, pero al llegar a la ciudad en verano de 1534, encontró que se había desatado la
persecución contra los protestantes.

Por otra parte, cuando envió los manuscritos de su traducción a los teólogos de de la
Universidad, éstos le responden que no entendían la lengua española, aparte de que no
veían con buenos ojos la traducción de la Biblia ya que, según ellos, de la Biblia ―habían
nacido todas las herejías en Alemania y los Países Bajos, por ser un asidero para que la
gente simple e idiota se diese a vanas interpretaciones y sueños, rechazando los
Cánones y decretos de la Iglesia‖.

Su vida después de la publicación del NT fue una aventura muy intensa. Fue ―acusado de
estimular la herejía al verter el Nuevo Testamento en lengua vulgar; de haber vivido en
Alemania en compañía de Melanchton y haber alabado sus virtudes, y de ser el autor de
un libro recientemente publicado y que se consideraba pernicioso e inspirado en la obra
de Lutero [Sobre la Libertad Cristiana].

Fue encarcelado en Bruselas el 13 de Diciembre de 1543, unos meses después de


publicar el NT. En Febrero de 1545 escapó de la cárcel, y se refugia en Amberes.
A partir de ese momento lleva a cabo muchísimos viajes, llegando a contraer matrimonio
en 1547 (llegando a ser profesor en Cambridge). Pero finalmente cae víctima de la peste
el 30 de Diciembre de 1552, teniendo apenas 34 años de edad. Por una carta que había
escrito a Calvino sabemos que estaba trabajando en la traducción de la Biblia completa.

C. La Biblia de Ferrara:

Un año después de la muerte de Enzinas (y diez años después de la publicación del NT),
en el 1553, dos judíos publican una versión del AT en español. Esta versión se conoce
como la Biblia de Ferrara, por cuanto fue dedicada al duque de esa ciudad.

66
Por supuesto, fue impresa en Italia y no España ―donde la inquisición trabajaba con mano
de acero y sin contemplaciones, y no dejaba a judíos ni a protestantes más opción que la
hoguera o el destierro.‖

D. El NT de Juan Pérez de Pineda:

Tres años después aparece en Venecia otro NT traducido por Juan Pérez de Pineda.
Algunos críticos entienden que esta nueva versión es en realidad una revisión del nuevo
testamento de Francisco de Enzinas. Sin embargo, es considerada ―la mejor de las
antiguas versiones castellanas del Nuevo Testamento.‖

Esta versión del NT fue introducida en España de contrabando, promoviendo el


movimiento reformador entre los españoles, siendo uno de sus principales
contrabandistas un hombre llamado Julián Hernández, el cual jugaría un papel
importante en la historia de la versión de la Biblia más usada entre los evangélicos de
habla hispana: la versión Reina – Valera.

LA BIBLIA REINA – VALERA

Como hemos dicho ya, la inquisición tenía puestos de revisión en todos los caminos para
que la Palabra de Dios no fuera introducida a escondidas en territorio español. Los reyes
católicos habían colocado funcionarios aduanales en todos los puertos marítimos y en
todos los pasos terrestres, con autoridad para revisar todo paquete y toda persona que
entrara en el reino.

En ese tiempo Juan Pérez vivía en Ginebra, donde Juan Calvino estaba siendo
ampliamente usado por el Señor en el proceso de Reforma de la Iglesia en aquella
ciudad, que se había convertido en un refugio para muchos cristianos que habían huido
de sus países para escapar de la inquisición.

A. Julianillo Hernández:

Un día se presentó a la puerta de su casa un hombre de apariencia muy extraña, bajo de


estatura y aparentemente jorobado. Más tarde Juan Pérez diría de él que tenía el cuerpo
tan macilento que parecía solo piel y hueso. Este hombre se llamaba Julián Hernández,
pero era conocido como Julianillo por lo corto de su estatura.

67
Julianillo Hernández había viajado mucho por todo el continente, y había trabajado en
imprentas alemanas y en los Países Bajos donde la Reforma Protestante tenía mucha
fuerza, y algunos suponen que fue su trabajo en las imprentas lo que Dios usó para
traerlo al conocimiento de Cristo. Julianillo le ofreció a Juan Pérez servirle de amanuense
y corrector de pruebas.

Pero al plantearse el problema de cómo introducir las Biblias en España, Julianillo se


ofrece hacerlo él mismo de contrabando. Para esto consiguió unos barriles de vino de
doble piso colocando las Biblias en el piso de abajo; y tomando la vía de Flandes se
dirigió hacia España, con tal sagacidad y sangre fría, que pudo burlar todos los puestos
de vigilancia de la inquisición.

Así llegó a Sevilla y depositó los NT en la casa de Juan Ponce de León, para que éste se
encargara de distribuirlos. Pero Juan Ponce es descubierto y llevado a la hoguera por la
inquisición el 24 de Septiembre de 1559. Pero eso no frena a Julianillo, que continúa
introduciendo los NT mientras vende telas para ocultar su identidad y su verdadero
trabajo.

Al poco tiempo esto comienza a crear inquietud en el clero católico que no se explicaba
cómo es que había tantos NT y libros protestantes en suelo español a pesar de la extrema
vigilancia de la Inquisición. Algunos llegaron a pensar incluso que debía ser una obra
directa de Satanás que los desaparecía y luego los hacía aparecer en España.

El Padre de la Roa dice respecto a la obra de Julianillo: ―Con increíble habilidad


encontraba él secretas entradas y salidas, y el veneno de la nueva herejía se divulgó con
gran velocidad por toda Castilla y Andalucía. Donde ponía su pie comenzaba el incendio.
Él mismo enseñó a hombres y mujeres con demasiado acierto, especialmente en Sevilla
donde se formó, gracias a esto, un verdadero nido de herejes‖.

Pero finalmente Julianillo fue traicionado por un herrero que le mostró a un sacerdote el
NT que éste le había obsequiado. Fue apresado y conducido a las cárceles del Santo
Oficio en Sevilla.

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En ningún momento ocultó su fe, ni tampoco el hecho de que había sido él quien había
introducido esos libros en España. Y a pesar de que lo torturaron sistemáticamente, se
negó a revelar los nombres de los evangélicos españoles.

Con los miembros dislocados animaba a los otros presos cantando canciones contra los
frailes y arengando a sus hermanos a que se mantuvieran fieles al Señor en medio del
sufrimiento:

―¡Valor, camaradas! Esta es la hora en que debemos mostrarnos valientes soldados de


Jesucristo. Demos fiel testimonio de su fe ante los hombres, y dentro de pocas horas
recibiremos el testimonio de su aprobación ante los ángeles.‖

Tres años lo mantuvieron como prisionero y finalmente fue sentenciado a la muerte.


Cuentan los historiadores que al llegar a la hoguera él mismo se encargó de colocar las
leñas sobre su cabeza.

En este punto de la historia es importante señalar que uno de los depósitos de libros
usados por Julianillo, era un convento de frailes Jerónimos, ubicado cerca de Sevilla,
llamado el Convento de San Isidoro de Santiponce, donde vivían comunitariamente unos
40 monjes.

B. El Convento de San Isidoro:

En esa época el convento se encontraba bajo la tutela de Garcí Arias, quien era el prior de
la institución y a quien muchos llamaban el maestro blanco porque era albino.

Éste dirigía a los frailes en el estudio de las Escrituras y muchos fueron guiados a Cristo y
a abrazar la Reforma a través de su predicación. Cuando Julianillo fue apresado, estos
monjes convertidos del convento sabían que les quedaba poco tiempo para escapar, ya
que la inquisición había recibido reportes inquietantes de las actividades del convento.

En una carta fechada el 17 de Noviembre de 1557, y dirigida a Felipe II, se le informa que
algunos monjes del Monasterio de San Isidoro eran sospechosos de ―muchos errores y
opiniones luteranas.‖

Y es así como en el 1557 doce monjes deciden abandonar el convento y huir de la


inquisición. Entre estos monjes estaban Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, así

69
como Antonio del Corro, otro personaje que luego sería muy importante en la historia del
evangelio en España.

C. Casiodoro de Reina:

Casiodoro nació probablemente en Sevilla o sus alrededores en el 1520 y se unió al


convento de San Isidoro siendo un joven de unos 10 años de edad. No sabemos con
exactitud cómo fue su conversión, pero sí sabemos que comenzó a estudiar las Escrituras
desde muy joven.

Antes de huir del convento en 1557, estos 12 frailes habían acordado encontrarse en
Ginebra al año siguiente, como de hecho hicieron. Pero por algunos inconvenientes
Casiodoro decide trasladarse a Frankfurt en el 1558, no sin antes comenzar la traducción
del AT al español.

En 1559, estando ya Isabel I en el trono de Inglaterra, Casiodoro se dirigió a Londres con


otros tres fugitivos del monasterio, entre los cuales estaba también Cipriano de Valera.
Allí se encuentra con un grupo de españoles que habían buscado refugio en las Islas
Británicas, y nombran a Casiodoro como su pastor.

En esa misma época comienza a hacer gestiones para la publicación de su versión de la


Biblia en lengua castellana, para lo cual escribe una carta a su amigo Antonio del Corro,
ex monje de San Isidoro, indagando sobre las posibilidades de publicarla en el
Continente.

Éste le responde diciéndole que se dirija hacia Francia vía Flandes, llevando consigo a
Cipriano de Valera como corrector, ya que tenía un impresor que se había ofrecido para
llevar a cabo el trabajo.

Pero tal respuesta nunca llegó a la mano de Casiodoro, por cuanto el embajador español
en Inglaterra le había escrito al rey Felipe II de España informándole de los planes de
Casiodoro de publicar en Francia la Biblia en castellano. Éste le pidió que buscara la
manera de hacerle salir de suelo inglés para así poder echarle mano.

70
No obstante, el mismo Casiodoro decide abandonar Inglaterra, por cuanto los católicos
españoles habían levantado contra él acusaciones infundadas, y se dirige hacia Amberes,
capital de Ámsterdam.

Allí fue protegido por cristianos, y más tarde se reúne con su esposa, la cual tuvo que
escapar de Inglaterra disfrazada de marinero. Pero tampoco podía permanecer en
Amberes por mucho tiempo, ya que Felipe II le había puesto precio a su cabeza.

Así que en 1564 sale hacia Francia a casa de Antonio del Corro. Pero Enrique II rey de
Francia ordena la expulsión de todos los ministros de Francia. Y Casiodoro sale al exilio
de nuevo con todos sus manuscritos.

Se dirigen al castillo de Montargis, al sur de París, a donde se había retirado la duquesa


de Ferrara, Renata. Allí se encontraron con Juan Pérez de Pineda que también se había
refugiado en Montargis.

Su plan original era traducir el AT y unirlo al NT de Juan Pérez que había sido publicado 8
años antes. Dejando a sus amigos Antonio del Corro y Juan Pérez, Casiodoro se dirige a
Frankfurt, donde finalmente estableció un negocio de tejidos para poder mantener a su
familia, mientras continúa con su trabajo de traducción.

Finalmente, después de 12 años de trabajo termina la traducción del AT. Su amigo Juan
Pérez ya había muerto, pero había dejado fondos suficientes para la publicación de su
NT, conjuntamente con la traducción de Casiodoro del Antiguo.

Casiodoro, sin embargo, no pudo usar el NT de Juan Pérez, por cuanto los ejemplares que
estaban siendo impresos en París fueron confiscados y destruidos. Esto le obliga a
preparar su propia traducción del NT, lo que retrasó la impresión que se estaba llevando
a cabo en Basilea.

Pero en Basilea nadie conocía a Casiodoro y las autoridades, que no sabían leer español,
escriben a algunos en Estrasburgo para que envíen carta de recomendación.

Las cartas no llegaron y Casiodoro decide ir él mismo, pero en el camino cae enfermo y se
entera de la quiebra del impresor al cual le había dado un adelanto de 500 escudos para

71
que imprimiera 1100 ejemplares (éstos eran parte del dinero que había dejado Juan
Pérez al morir).

Sus amigos vienen en su auxilio y es así como, en Agosto de 1569, la obra es concluida, y
de inmediato se preparan cuatro grandes toneles llenos de ejemplares de la Biblia en
castellano, que probablemente serían introducidos en España vía Flandes.

Esta versión es conocida como la Biblia del Oso, porque tenía en su portada, después del
título, ―una estampa que representa el tronco de un árbol, hendido por medio con un
mazo suspenso de una rama; en la hendidura hay un enjambre de abejas, cuya miel está
lamiendo un oso puesto en pie, y en un libro abierto que está casi al pie del tronco se
lee‖: La Palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

Su primera tirada fue de 2,600 ejemplares, muchos de los cuales fueron quemados por
la Inquisición. Un detalle interesante es ―el hecho de que unas 300 copias fueron
enviadas al continente americano, pero fueron quemadas en Santo Domingo, evitando de
esta manera que la Palabra de Dios llegara a la América Hispana.

D. Cipriano de Valera:

Pero la historia no concluye allí. La versión de Casiodoro fue impresa de nuevo en 1602,
luego de una cuidadosa revisión de parte de Cipriano de Valera, quien empleó 20 años
más en esta labor. Cipriano de Valera fue un gran erudito español, amigo de Juan Pérez,
Julián Hernández y Casiodoro de Reina. Fue uno de los monjes que huyó de Sevilla en
1557, y de los que se reunió al año siguiente en Ginebra y luego en Inglaterra. Allí
continuó sus estudios en Oxford y en Cambridge.

Al año siguiente de su llegada a Inglaterra, en 1558, publicó su primera obra titulada: ―El
tratado del Papa y de la Misa‖. En ella ataca fuertemente el catolicismo romano: ―Ellos
piensan que el Papa es lugarteniente de Cristo y sucesor de Pedro; más bien es sucesor
de Judas, lugarteniente de Satanás y anticristo.‖

Pero Cipriano fue también un gran traductor; de hecho, fue él quien tradujo la Institución
de la Religión Cristiana de Calvino, y se dice que su versión española tiene tan buen
español como el buen francés de Calvino.

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En su revisión a la traducción de Reina, Cipriano de Valera hizo en total 458 cambios.
Esta Biblia revisada fue publicada en 1602 y se le conoce como ―La Biblia del Cántaro,
por el grabado que aparece en su primera página en el que aparecen dos hombres, uno
de los cuales está regando un árbol con un cántaro.

La versión completa de la Biblia que hoy conocemos como Reina Valera, es considerada
como ―una de las mejores que existen en lengua castellana.‖ Y otro autor señala:

―La traducción de Reina es un trabajo grandioso tanto por la fidelidad de la traducción


como por la pureza del lenguaje… El muy católico Menéndez Pelayo, predispuesto contra
los reformistas españoles dice: ‗Habiendo sido hecha esta traducción en los mejores
tiempos de la lengua castellana sobrepuja a las versiones de Felipe Scío y Torres Amat‘.‖

A él dedica el siguiente verso Manuel Pérez del Busto:

Oh, singular Casiodoro


que, de un modo inteligente,
nos has llevado a la fuente
que emana Palabra de oro.
Todo su inmenso tesoro,
tan divino y tan humano
recogió tu noble mano
con tal especial intento,
que lograste un monumento
con la Biblia en castellano.

LAS TRADUCCIONES CATOLICAS

Como vimos anteriormente, en el Concilio de Trento se había ratificado la prohibición de


que la Biblia fuese traducida a la lengua vulgar. En la IV Regla del Concilio dice: ―Notando
por experiencia que si los Sagrados Libros se permiten leer a todos en lengua vulgar sin
diferencia alguna, por temeridad de los hombres se sigue de ahí más daño que
provecho…‖.

73
Sin embargo, en 1757 a los católicos se les permitió la lectura de la Biblia traducida en
lengua vulgar, ―con tal que sus versiones estén aprobadas por la Silla Apostólica, o se den
con notas de los Santos Padres‖.

Aún así, en España continuó la prohibición hasta un decreto de la Inquisición española


fechado el 7 de Enero de 1783. A partir del año comenzaron a aparecer en español las
primeras versiones católicas, entre las cuales podemos mencionar:

La Biblia de Scío (1790-1793). Fue la primera Biblia en castellano impresa en suelo


español por encomienda de Carlos III, traducida por el obispo de Segovia Felipe Scío. Se
trataba de una Biblia bilingüe (latín y español), publicada en varios tomos y sumamente
cara. Menéndez y Pelayo la calificó de ―desdichadísima‖.

La Biblia Torres-Amat (1823). Traducida por el canónigo Félix Torres-Amat por


encomienda de Carlos IV y Fernando VII. Los críticos católicos la catalogan de ―versión
perifrástica‖ (una palabra bonita para referirse a una persona que da muchas vueltas
para decir una cosa que se pudo haber dicho con menos palabras); y es que esta versión
consta de 10,661 añadiduras que no figuran en el texto original.

La Biblia Nácar-Colunga (1944). Fue la primera versión católico – romana traducida


directamente de los textos originales, traducida por Alberto Colunga (el AT) y Eloíno Nácar
Fúster (el NT). Es una traducción bastante fiel que ha sido mejorada en sus numerosas
ediciones (67 hasta la fecha, más 30 del NT).

La Biblia Bover-Cantera (1947). Traducida por José M. Bover y Francisco C. Burgos. ―A


diferencia de la traducción anterior, es una obra crítica, destinada a los estudiosos de las
Escrituras, lo que explica las pocas ediciones que se hicieron de ella‖.

La Biblia de Jerusalén (1967). ―Sin duda alguna, una de las versiones más famosas de la
actualidad, no sólo en los círculos católicos, sino también en los evangélicos y
protestantes… Es una traducción directa de las lenguas originales, hecha por un grupo de
10 escrituristas de la sección española de la Escuela Bíblica de Jerusalén, bajo la
dirección de José Ángel Ubieta… Es evidente que los traductores siempre tuvieron muy
cerca la igualmente famosa versión francesa conocida como la Bible de Jerusalén. Por

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eso hay quienes creen que es una versión, no de las lenguas originales, sino del francés.
Sus editores se apresuran a negarlo, y afirman que la traducción se reduce a las notas,
pero es innegable que el parecido y las afinidades son notables. Ha desplazado en gran
medida a la versión Nácar-Colunga‖.

La Biblia Latinoamericana (1972). Traducida por un equipo liderado por dos sacerdotes
chilenos. Tiene la intención de llegar a los latinoamericanos en el lenguaje que ese
público entiende. ―Va provista de abundantes notas, fotos y comentarios
‗tercermundistas‘‖.

OTRAS VERSIONES PROTESTANTES

Entre las versiones más importantes en el ala protestante podemos mencionar:

La Biblia Reina-Valera. La RV ha tenido varias revisiones con el propósito de modernizar el


lenguaje y hacerlo más accesible. El mismo Reina ―afirmaba que su versión iba a durar
poco tiempo, a menos que fuera revisada periódicamente por un equipo de eruditos. El
idioma español es, como todos los idiomas, un idioma que cambia y evoluciona‖.

Entre las revisiones hechas en el siglo XX y principios del XXI podemos mencionar: 1909,
1960, 1977, 1989, 1995; y la Biblia Textual Reina-Valera.

La Biblia de las Américas. ―La traducción de LBLA fue completada en 1986 por un equipo
de eruditos en Biblia, cristianos evangélicos, todos ellos originarios de América Latina. La
Biblia de las Américas es una obra original, traducida directamente de los idiomas
originales hebreo, arameo y griego directamente al español, en un lenguaje moderno,
claro y comprensible para todos‖.

Dios Habla Hoy. El NT fue publicado en 1966, mientras que la Biblia completa fue
publicada en 1979. Su traducción fue hecha según los principios de ―equivalencia
dinámica‖, procurando alcanzar al público medio de los países latinoamericanos.

Nueva Versión Internacional. ―La Nueva Versión Internacional (NVI) es una nueva
traducción de la Biblia, hecha directamente de los idiomas originales hebreo, arameo y
griego, al más fresco, exacto y elegante español contemporáneo‖.

75
―Ante la extraordinaria acogida que tuvo la NIV (New International Version), en todo el
mundo de habla inglesa, la Sociedad Bíblica Internacional aceptó de buen agrado la
solicitud que muchos creyentes e iglesias le presentaron de realizar traducciones de la
Biblia en otros idiomas, siguiendo los mismos parámetros exegéticos y principios
hermenéuticos utilizados por los 110 biblistas que hicieron la New International Version‖.

Conclusión:

He aquí, a vuelo de pájaro, cómo Dios obró en Su providencia a través de la historia para
que nosotros pudiésemos tener en nuestras manos Su Palabra en nuestro propio idioma.
Pero de nada nos sirve que tengamos disponible tantas versiones de las Escrituras si no
hacemos uso de ella.

Como dice Neil Lightfoot: ―El que un granjero moderno tenga una variedad de nuevo
equipo no garantiza una cosecha exitosa. El equipo debe ser usado. De igual manera, en
un período donde la gracia de Dios abunda en la provisión de nuevas y mejores ayudas
para el estudio de la Biblia, no demos por sentado que la presencia del equipo puede
sustituir el uso de él. Que Dios conceda que continuemos siendo un pueblo de un libro, y
que ese libro sea la Biblia‖.

http://todopensamientocautivo.blogspot.com/2010/08/la-historia-de-la-biblia-en-
espanol.html

 QUINTA CLASE.

6.1 IMPERIOS ANTIGUOS


En aquel día habrá una carretera desde Egipto hasta Asiria. Los Asirios irán a Egipto y los
Egipcios a Asiria, y unos y otros adorarán juntos. En aquel día Israel será, junto con
Egipto y Asiria, una bendición en medio de la tierra. El Señor Todopoderoso los
bendecirá, diciendo: “Bendito sea Egipto mi pueblo, y Asiria obra de mis manos, e Israel
mi heredad” Is. 19:23-25

76
Uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la humanidad (la aparición
de las primeras ciudades o primeros centros urbanos) tuvo lugar en el sur de
Mesopotamia o media luna fértil.

LAS RAZAS:
En el mundo parece haber hoy varias razas claras (de 3 a 6, según se las clasifique, Raza,
término que se utiliza para clasificar a la humanidad de acuerdo a características físicas y
genéticas. La cultura constituye un factor mucho más importante a la hora de determinar
la conducta y estilo de vida de los diferentes grupos humanos.
El término raza es polémico por las nociones de superioridad e inferioridad que lleva
implícitas. La raza constituyó la justificación para implantar el estado de esclavitud, la
persecución de minorías y otros grupos sociales, como la del pueblo judío durante la
Alemania nazi, o el sistema de apartheid en Sudáfrica.
Históricamente, los antropólogos físicos habían dividido a la humanidad, atendiendo a
sus rasgos morfológicos, en tres grandes subdivisiones o razas: negroide, mongoloide y
caucasiana. Algunos científicos fueron más allá añadiendo la amerindia y la oceánica.
Como concepto biológico, la raza era más evidente cuando las diferencias hacían
referencia a los rasgos morfológicos, como la pigmentación de la piel, el color, forma y
grosor del cabello, la forma de la nariz o la estructura corporal. La aparición del análisis
genético vino a refutar esta idea. Antes de esta definición, la clasificación de las razas
dependía de una combinación de factores geográficos, ecológicos y morfológicos.
En la segunda mitad del siglo XX, las investigaciones sobre las distribuciones de
frecuencias de genes invalidó este enfoque. Concebir fronteras nítidas entre las
diferentes razas era posible desde el punto de vista morfológico, pero la utilización del
análisis genético demostró que las variantes hereditarias eran indiferentes a tales
delimitaciones, permitiendo a las razas entremezclarse a través de otras formas
intermedias. Hoy, a la vista de su movilidad e interrelación cada vez mayor, es patente su
número infinito.
El concepto de raza, invalidado por la moderna investigación genética, no ha
desaparecido del todo. Algunos eruditos todavía lo utilizan; sin embargo, muchos expertos

77
lo desaconsejan, incluso como idea científica, debido a sus connotaciones políticas y al
auge que están teniendo algunas ideologías racistas en algunos países de Europa
occidental.) quizá un centenar o más de 3000 lenguas y dialectos tribales. Y con todo,
esta diversidad de pueblos y lenguas deben venir todas de un tronco común, porque
todos estos hombres son capaces de tener relaciones físicas entre unos y otros, capaces
de aprender y de ser educados y aún capaces de comunión espiritual con el Creador, por
medio de la fe en Cristo. El origen de estas razas y naciones es todavía un misterio para
la mayoría de los científicos, decididos como están a explicar al hombre y su cultura en
términos de un marco evolutivo. Hay numerosas teorías contradictorias sobre estos
asuntos entre etnólogos y los antropólogos, pero la única explicación digna de confianza
del origen de las razas, naciones y lenguas se encuentra aquí, en Gen. del capítulo 9 al
11.

Si la promesa de redención sería realizada por el linaje de SEM ¿por qué dedicó el
escritor sagrado tanto espacio a trazar el origen de las otras naciones? Para demostrar
que la humanidad es una Hch. 17:26. También insinúa el escritor que en el plan de Dios
las naciones no serían excluidas para siempre de su misericordia. A través del pueblo
escogido serían benditas y llegarían a ser participantes de la común salvación.
Las Escrituras son explícitas en la enseñanza de que todos los hombres que ahora viven
en el mundo son descendientes de Noé en sus hijos Sem, Cam, Jafet. Todas las
características diferentes de las distintas naciones y tribus tienen que haber estado
presentes en la constitución genética de las seis personas que salieron del arca después
del diluvio. Por medio de los mecanismos de la genética: variaciones, segregación, etc,
suplementados con mutaciones en algunos casos, se desarrollaron los variados grupos
de las naciones.
Es significativo que la Biblia nunca menciona la palabra Raza; y la palabra o el concepto
no se encuentra en la Escritura. Una raza, en la terminología evolucionista, es una
subespecie, que está evolucionando hacia una nueva especie, pero en realidad esto no
ocurre. Hay, por lo que se refiere a la humanidad, una sola raza: la raza humana. Las
varias divisiones son todas naciones, tribus y lenguas, no razas.

78
Aun los críticos más modernos han admitido que el capítulo 10 del Génesis es un
documento histórico notable. No hay nada en todos los escritos antiguos descubiertos por
los arqueólogos que sea comparable en lo más mínimo en extensión y en exactitud. Da la
impresión de haber sido como un árbol de familia, conservado por algún venerable
patriarca de la familia en tanto que permaneció vivo y pudo permanecer en contacto con
sus descendientes.
En conclusión los jafetitas han proveído el aspecto intelectual de la vida de la humanidad,
los camitas el físico y los semitas lo espiritual.

CIUDAD ESTADO:
Cuando Aristóteles dice «una ciudad es un cierto número de ciudadanos, de modo que
debemos considerar a quién hay que llamar ciudadanos y quién es el ciudadano...»
«Llamamos, pues, ciudadanos de una ciudad al que tiene la facultad de intervenir en las
funciones deliberativa y judicial de la misma, y ciudad en general, al número total de
estos ciudadanos que basta para la suficiencia de la vida». Esta definición esta referida al
concepto político de la ciudad estado de Grecia. La ciudad estado (el Estado es la ciudad
y la ciudad es el Estado).

6.1. EL IMPERIO EGIPCIO:


CAM, Mizrayim (Gén. 10:6), Naftuitas- bajo Egipto y Patruseos- alto Egipto (Gén. 10:13-
14).

LAS DINASTÍAS DEL EGIPTO ANTIGUO.


DINASTÍA: (gr. dynasteia) f. Serie de príncipes soberanos pertenecientes a una familia: ~
faraónica; ~ borbónica.
Familia en cuyos individuos se perpetúa el poder o la influencia política, económica,
cultural.
EGIPTO: Región al nordeste de África. Por la variación de sus límites en diferentes
épocas, en ocasiones se ha denominado Egipto solo a la cuenca del Nilo, y a veces a las
regiones áridas que se encuentran al este y al oeste de dicha cuenca, hacia el este hasta

79
el mar Rojo, y hacia el oeste a una distancia indeterminada cuyas fronteras con la región
de Libia son imprecisas.

Historia
Puesto que la historia de Egipto abarca unos cinco mil años, solo podemos dar aquí una
breve idea de su desarrollo, destacando los períodos importantes para la historia bíblica.
Tradicionalmente, la historia de Egipto se ha dividido en treinta dinastías. La primera,
fundada por el legendario Menes, data de alrededor del año 3000 a.C. y marca la
unificación del país. El período que va de la tercera a la sexta dinastías recibe
comúnmente el nombre de «Imperio Antiguo». Dentro de este fue la cuarta dinastía, el
período de mayor gloria. En esta se construyeron las famosas tres grandes pirámides.
Ya durante la quinta y sexta dinastías comenzó a descentralizarse el poder y los nobles
fueron adquiriendo cada vez más independencia. Esto trajo un «período intermedio», o de
confusión y fragmentación, que duró hasta la duodécima dinastía. Esta se centraba en la
ciudad de Tebas, que anteriormente había tenido poca importancia en el país. A este
período se le llama «Imperio Medio». Sin embargo, este nuevo resurgimiento no pudo
sostenerse, pues pronto el caos reinó de nuevo en el país y se produjo la invasión de los
hicsos.
Lo que se sabe a ciencia cierta sobre los hicsos es poco. Baste decir que eran de origen
semita, que se establecieron principalmente al norte de Egipto y que no trataron de
conquistar a Tebas, sino que se contentaron con imponerle tributo. Los hicsos fueron los
que introdujeron los caballos y los carros de guerra en Egipto, además de otros
implementos y tácticas militares. Se ha sugerido que fue durante este período cuando
José y los israelitas se trasladaron a Egipto, pues es posible que los gobernantes semitas
estuvieran más dispuestos a dar a José el alto cargo que llegó a ocupar. Sin embargo,
esta hipótesis no está del todo exenta de dificultades.
Tras el período de los hicsos, la decimoctava dinastía trajo un despertar que se conoce
como «Imperio Nuevo». Fue entonces, quizás en reacción a la conquista por parte de
fuerzas exteriores, cuando Egipto comenzó a desarrollar una política imperialista. Esta
nueva época de expansión terminó cuando diversas facciones en Egipto, sobre todo los

80
sacerdotes por una parte y el faraón por otra, entraron en conflictos de poder. El conflicto
llegó a una ruptura total entre el faraón y los sacerdotes de Tebas, cuya consecuencia fue
la desaparición de la dinastía y del Imperio Asiático que creó. Ese imperio quedó en parte
supeditado al Imperio Nuevo, de origen tebano, que florecía al norte.
Los documentos egipcios no mencionan el éxodo, y por ello es difícil precisar su fecha
con relación a los gobernantes del país. Pero una inscripción del sucesor de Ramsés II
menciona a Israel e insinúa que se trataba de un pueblo nómada al este de Egipto.
Durante la vigésima dinastía, Egipto volvió a perder sus posesiones en Palestina. Fue
entonces cuando cayó en el período de decadencia que les permitió a los israelitas las
glorias que la Biblia narra entre la época de Samuel y la caída de Samaria. Durante ese
período el faraón más importante, desde nuestro punto de vista, es Sisac, fundador de la
vigesimosegunda dinastía. Después, una dinastía etíope logró establecerse en el país, a
la que pertenece el faraón Tirhaca.
Fue durante el gobierno de esta dinastía, la vigesimoquinta, que Asiria tomó a Israel e
hizo sentir su poderío sobre Judá, para después invadir el propio Egipto y llegar hasta
tomar la ciudad de Menfis.
Aprovechando un momento de debilidad asiria, Samético, que pertenecía a una familia
poderosa de origen saíta, estableció la vigesimosexta dinastía. Se produjo entonces un
renacimiento durante el cual Egipto volvió a extender su poderío hasta la segunda
catarata, y trató de restaurar su hegemonía sobre la región de Siria Palestina. También a
esa dinastía pertenecieron Necao y Hofra, faraones que trataron de restablecer su
poderío en Palestina. El resultado neto de las gestiones de Hofra, tratando de erigirse en
campeón del reino de Judá frente a Babilonia, fue la destrucción de ese reino, la caída de
Jerusalén y el cautiverio en Babilonia.
Sin embargo, el propio Egipto era ya una nación débil, y a fines del siglo VI a.C. cayó en
poder de los persas que gobernaron, aunque con breves interrupciones cuando algunos
gobernantes nacionales lograban independizarse, hasta que Alejandro Magno conquistó
el país en 332. Este fundó la primera ciudad egipcia junto a la costa del Mediterráneo:
Alejandría. Tras su muerte, Egipto quedó en manos de Tolomeo, quien fundó una nueva

81
dinastía que logró mantenerse en el poder, con altas y bajas, hasta que su última reina,
Cleopatra, sucumbió ante el avance del Imperio Romano.
Bajo los tolomeos, Alejandría llegó a ser uno de los principales centros económicos y
culturales de la cuenca del Mediterráneo, y siguió siéndolo aun después de incorporarse
al Imperio Romano en 30 a.C. Allí vivió Filón y floreció más tarde una gran escuela de
enseñanza cristiana, cuyos principales maestros fueron Clemente y Orígenes. En el siglo
VII d.C., los musulmanes conquistaron a Egipto. Estos destruyeron lo que quedaba de la
pasada gloria de Alejandría.

INFLUENCIA DE EGIPTO SOBRE ISRAEL:


La circuncisión: Abraham la recibió como una señal muchos años después de su viaje Gn.
17:23-24.
Costumbres y creencias: Hch. 7:22.
Idolatría: el becerro de oro copia posible del dios buey Apis. Ex. 32:4.
La literatura: Similitud con historias y libros de la Biblia. 1S.17:1-58, Gn. 39:1-20, Salmo
104
NOTA: Egipto es recordado amargamente por la opresión que sufrieron y la historia del
éxodo, con las maravillas y prodigios hechos por Dios en su favor para liberarles (la
pascua). Dt. 5:15.

Egipto En El Antiguo Testamento

Debido a la enorme importancia que tuvo Egipto en todo el desarrollo histórico del
Cercano Oriente, era de esperarse que se mencionara repetidamente en la Biblia. En la
«tabla de las naciones» de Gn 10 se menciona a Mizraim como hijo de Cam (Gn 10.6). En
época de escasez, Abraham recurrió a Egipto en busca de alimentos (Gn 12.10). Agar, la
esclava de Sara, era egipcia (Gn 21.9) y también lo fue la mujer de Ismael (Gn 21.21).
Una narración paralela sobre Isaac afirma que él también acudió a Egipto en tiempos de
escasez (Gn 26.2). La historia de José narra cómo él, su padre Jacob y toda su familia
llegaron a vivir en Egipto, y también le atribuye a la administración de José la estructura

82
social de Egipto, según la cual todas las tierras y las personas pertenecían al faraón (Gn
47.13–26).
El gran acto redentor de Dios en pro de su pueblo en el Antiguo Testamento es el éxodo o
salida de Egipto. A partir de entonces, Egipto aparece a menudo en el Antiguo Testamento
como símbolo de opresión y se alaba frecuentemente al Dios de Israel como «el que te
sacó de la tierra de Egipto».
Salomón se casó con una princesa egipcia (1 R 3.1). Sin embargo, ya en tiempos de su
hijo Roboam, el faraón Sisac invadió a Judá y el reino quedó sometido a Egipto (2 Cr
12.1–9). Desde esa fecha, Egipto fue una potencia preponderante en Palestina y los
hebreos unas veces fueron subyugados o aliados y otras combatieron contra él. Esta
situación perduró hasta que el auge del Imperio Asirio puso fin a la hegemonía de Egipto
sobre Palestina, que desde entonces estaría casi continuamente sujeta a influencias
procedentes de Mesopotamia y Persia.

Egipto En El Nuevo Testamento

Tanto en el Nuevo Testamento, como en el Antiguo Testamento, Egipto es símbolo de


esclavitud, y la salida de allí es señal de la acción redentora de Dios. Así hacen referencia
a él en sus discursos Esteban (Hch 7) y Pablo (Hch 13.17). Lo mismo se hace en Judas 5.
En Ap 11.8 se coloca a Egipto junto a Sodoma como señal de perdición.
Puesto que la salida de Egipto es el gran acto redentor de Dios en el Antiguo Testamento,
no es extraño que en el Nuevo Testamento nuestro Señor Jesucristo se presente en cierto
modo como la culminación de Egipto (1 Co 10.1–4; Heb 8). Esta es quizás la importancia
teológica de la huida a Egipto narrada en Mateo 2, pues así el Señor que antaño sacó a
Israel de Egipto, viene ahora del propio Egipto para obrar la redención final del nuevo
Israel (Mt 2.14, 15).

CUADRO DE EL IMPERIO EGIPCIO Y LA BIBLIA:


IMPERIO ORIG. DINASTIAS REYES HEBREOS
ETNICO DESTACADOS DESTACADOS

83
EGIPTO Cam. GN. XI-XII Sesostris Abraham.
10:6 2134-1786 Gn. 12:10-20
Mizrayim. a.C
1778-1567
a.C
XIII–XVII, Sequen, Hicsos José.
1786-1540 Gn. 37 al 40, 46:5-
a.C 29.
1778-1567
a.C
XVIII Tebas o Ahmosis I Maltrato a los judíos.
Ex. 1:8-10
XVIII-XX Tutmosis III Moisés, Éxodo.
1552-1069 Amenhotep II Ex. 1:11
a.C Ramsés II
1436-1411
a.C
1223-1211
a.C
XXI Amenenope David. 1 R. 11:15-25
1085-945 Siamun Salomón. 1 R. 3:1
a.C
XXII Sisac o Sheshong Asilo a Jeroboam,
945-924 a.C. o Shashanq Israel
1 R. 11:40.
Invasion a Roboam,
Judá
1R.14:25-26,
2Cr.12:2-9
Osorkón. Invasion a Asa de

84
Judá
2 Cr. 14:9-15, 16:8
XXIII Osorkón IV o So Oseas de Judá.
818-715 a.C 2 R. 17:1-6.
XXV Tiharca o Taharka Ezequías de
780-656 a.C Judá,Is.37:9
2R.18:20-24,
2R.19:9.
XXVI Necao II o Nekau Josías (Meguido),
664-525 a.C. II Joacaz y Eliaquin o
Hofra o Apries Joacim. Judá
Amasis 2R.23:29- 35,
2Cr.35:20
Jer.46:1-28.
- Sedequías.
Jer. 37:7-11, 44:30.
XXVIII-XXX Ptolomeo. * Alejandro Magno.
404-332 a.C. Cleopatra. Alejandría. No
hebreo.
Dn.11:1-45
- DOMINACIÓN HELENICA: 332-30 a.C.
- DOMINACIÓN ROMANA BIZANTINA: 30 a.C. al 641 d.C.
- DOMINACIÓN ISLÁMICA: hasta nuestros días.
* Profecias acerca de Egipto: Nah. 3:8-10, Jer. 43:10-13,

6.2. IMPERIO ASIRIO: SEM, Assur ( Gn. 10:22)


ASIRIA: Imperio relacionado íntimamente con la historia de los pueblos de Israel y Judá.
Ocupó la parte norte del actual Irak (entre los ríos Tigris y Éufrates) durante la mayor
parte del período que abarca el Antiguo Testamento. Su nombre es la traducción de la voz
hebrea Assur, palabra con la cual se señalaba tanto la divinidad pagana, la ciudad y el

85
país, como el imperio, sobre todo en la literatura profética. Sin embargo, «Asiria»
generalmente designa el país y el imperio; y «Asur», la ciudad y la divinidad.
Asur era el dios nacional de Asiria, y se pensaba que dominaba (junto al resto del
panteón) todas las cosas. Cada ciudad tenía su propio templo para adorar al dios local, y
en los días especiales los adoradores participaban en ceremonias y procesiones donde se
exhibían las estatuas de la divinidad. Solían usar amuletos para ahuyentar los espíritus
malignos que, de acuerdo a sus creencias, causaban daño y provocaban enfermedades.
Además, consultaban adivinos y astrólogos para conocer el futuro, y ofrecían ofrendas a
los muertos.
NOTA: Los profetas describen a Asiria como un instrumento ejecutor de los juicios de Dios
sobre su pueblo, que se había apartado en pos de la idolatría Is. 10:5.

Antiguo Imperio (Ca. 1950–1400 a.C.)


Este período va desde la caída de Ur III hasta el fin de su dominación por los hurritas.
Aunque las listas mencionan a Irisum I como primer rey, ya el padre de este, Ilusuma,
había conquistado Asur. Los asirios, aunque étnicamente eran el producto de diferentes
razas, lingüísticamente eran semitas.
Durante el siglo XIX, Asiria se distingue sobre todo por su importancia comercial. Archivos
encontrados en Capadocia demuestran que en ese siglo Asiria superaba a Babilonia en el
aspecto socioeconómico. Sigue un período de decadencia que termina con el ascenso al
trono de Samsi-Ada I, amorreo, quien conquista Asur y forma un poderoso imperio. Todo
esto se conoce ampliamente gracias a los archivos de Mari. Este rey coloca a sus dos
hijos en partes clave del imperio y mantiene así el equilibrio y grandeza del mismo. A su
muerte le sucede Isme-Dagan, uno de sus hijos que, aunque sofoca varias rebeliones, al
fin cae en manos del poderoso HAMMURABI juntamente con su imperio. De esta manera,
Asiria desaparece por un tiempo de la historia, y permanece bajo los hurritas hasta su
resurgimiento en 1400 a.C.

Imperio Intermedio (Ca. 1400–970 a.C.)


La caída del Imperio Hurrita (ca. 1450) propicia el resurgimiento de Asiria. Assur-Uballit
toma una buena parte de Mitani y es aclamado como «Rey de la Totalidad». No obstante,

86
Supiluliuma, rey heteo, que se ha anexado todo el Imperio Hurrita, impide la expansión de
los asirios hacia el norte, obligándolos a virar hacia Babilonia. Adad-Nirari I (ca. 1297–
1266) emprende con buen éxito una campaña contra los mitani y se adueña de toda la
Mesopotamia superior hasta Carquemis. Pero fue Tukulti-Ninurta I (ca. 1235–1198)
quien llenó de gloria a Asiria conquistando Babilonia. Llega luego al trono, en 1116, el
gran Tiglat-pileser I, guerrero incansable que se abre paso hasta el Mediterráneo, en
donde las ciudades de Sidón, Biblos y Arvad le rinden tributo (cf. Ez 27.8, 9). Este período,
que es de gran apogeo arquitectónico, legislativo y cultural, se viene abajo ca. 970,
cuando termina el reinado de Assur-Rabi II.

Nuevo Imperio (932–612 a.C.)


Después de estos años difíciles, Asiria resurge con Assur-Dan II (932–910), y consolida
su situación imperial con Adad-Nirari II (909–889). En adelante, cada nuevo rey no hará
sino aumentar las conquistas y bañar de gloria el imperio. Los ejércitos asirios son ahora
dueños y señores de todo el Cercano Oriente. Con Salmanasar III (858–824) comienza lo
que se podría llamar el intenso período bíblico de Asiria. Con este rey empiezan los
dolores de cabeza para los reinos de Israel y Judá. En 853, Acab, rey de Israel, organiza
una coalición contra Asiria, la cual tiene buen éxito y termina con la derrota de
Salmanasar III en Karkar (1 R 20). Sin embargo, las siguientes intervenciones asirias iban
a ser funestas para ambos reinos hebreos. Pero debido a que Asiria tenía que atender
problemas internos, los reinados de Uzías en Judá y de Jeroboam II en Israel pudieron ser
largos, pacíficos y prósperos (2 R 14.21ss).
Ya con Tiglat-pileser III (745–727), las cosas vuelven a cambiar en perjuicio de Israel y de
Judá (2 R 15.14–23.37; Is 7.6). Salmanasar V y Sargón II sitian y destruyen a Samaria y
provocan la ruina total de Israel en 722 a.C. Unos 27.000 habitantes de Samaria son
llevados cautivos a las regiones montañosas del norte. Después de este triunfo, Sargón
arremete contra Acaz y hace de Judá su tributario (2 R 17.3–6; 18.9). De ahí en adelante,
hasta la caída definitiva de Nínive en 612 a.C., en todo el Cercano Oriente se impone lo
que podría llamarse la «Paz Asiria». Abundante material bíblico encontramos sobre todo
esto en 2 R 18–19; 2 Cr 32–33; Is 36–39 y la profecía de Nahum.

CUADRO DE EL IMPERIO ASIRIO Y LA BIBLIA:


IMPERIO ORIG. DINASTIAS REYES HEBREOS
ETNICO DESTACADOS DESTACADOS
ASIRIA SEM Periodo Tukulti Ninurta I Cae Babilonia.

87
Azur Gn. Intermedio Tiglat Pileser I Tributo a Tiro y Sidón
10:22 1114-1076 a.C Eze. 27: 8-9.
Periodo Tiglat Pileser III, Manahen, Israel
Nuevo Pul norte
745-727 a.C 2R.15:14-22,
1Cr.5:26.
- Peka, Israel
No tributa, invasión
2R.15:29, 1Cr.5:26.
- Acaz, Judá Sur
Is. 7:1-25, 2R.16:1-
11.
Salmanasar V: Oseas, Israel.
Hijo del anterior 2R.17:1-6,
726-722 a.C Ezequías, Judá.
2R.18:9.
SITIO DE SAMARIA.
Sargón II 722 a.C. CONQUISTA
Hermano del SAMARIA
anterior FIN DEL REINO
721-705 a.C NORTE
Asdod, ciudad filistea
es tomada. Is. 20:1-6.
Senaquerib Ezequías de Judá
Hijo del anterior 2R.18:13-37, 19:1-
704- 681 a.C 37.
2Cr.32:1-22.
Is.36:1-22, 37:1-38
Esar- hadón - Ezequías de Judá
Hijo del anterior 2 R. 19:37

88
681-669 a.C - Manasés h de
Ezequías
2 Cr. 33: 10-13
Asurbanipal - Amón y Josías.
Asnapar Esdras 4:10
Hijo del anterior
669-630 a.C

* Profecias acerca de Nínive: Nahum 3:1, Sofonías 2:13, que se cumplieron en el verano
del 612 a.C. por una combinación de fuerzas de los medos y los caldeos, y quedó
totalmente abandonada.

 SEXTA CLASE:

En efecto, todo esto le sucedió al rey Nabucodonosor. Doce meses después mientras
daba un paseo por la terraza del palacio real de Babilonia, exclamó: ―¡Miren la gran
Babilonia que he construido como capital del reino! ¿La he construido con mi gran poder,
para mi propia honra!‖ Daniel. 4:28-30.

Babilonia, la perla de los reinos, la gloria y el orgullo de los caldeos, quedará como
Sodoma y Gomorra cuando Dios las destruyó. Isaías. 13:19.

Los siguientes cuatro imperios corresponden a la visión de Nabucodonosor, interpretada


por el profeta Daniel (Dn. 2:24-45) La cabeza de oro representaba a Nabucodonosor, el
gobernante del Imperio Babilónico. El pecho y los dos brazos de plata representaban el
imperio medopersa que conquistó Babilonia en el año 539 a.C. El vientre y los muslos de
bronce eran Grecia y Macedonia bajo el gobierno de Alejandro Magno, quien conquistó el
imperio medopersa en el año 334–330 a.C. Las piernas de hierro representaban a Roma,
que conquistó a los griegos en el año 63 a.C. Los pies y dedos de arcilla y hierro
representaban la caída del Imperio Romano, cuando el territorio que gobernaba Roma se
dividió en una mezcla de naciones fuertes y débiles. El tipo de metal de cada una de las

89
partes representaba la fortaleza del poder político que representaba. La piedra que se
desprendió de la montaña representaba el Reino de Dios, que sería regido eternamente
por el Mesías, el Rey de reyes. El sueño reveló que el Dios de Daniel estaba por encima
de cualquier rey terrenal.

6.3. IMPERIO BABILONICO:


(ciudad). Antiquísima ciudad a orillas del Éufrates cuyo nombre hebreo es Babel, y a la
que se refiere la narración de Gn 11.1–9. Se han hecho varias expediciones
arqueológicas a Babilonia, pero todas han tenido que limitarse a excavar los niveles más
superficiales y por tanto más recientes de la ciudad. En todo caso, debido a las
referencias en varias inscripciones cuneiformes, se sabe que Babilonia existía ya en el
tercer milenio a.C.
En 608, desaparecido el poder de los asirios, Babilonia llegó a ser la capital del reino
Caldeo. En tiempos neotestamentarios era solo una pequeña población. Poco después
desapareció del todo y no quedaron más que sus ruinas, que aún testifican de la
grandeza que una vez tuvo.
Como es natural, la configuración de Babilonia, que existió por casi 3000 años, varió
mucho con el correr de los siglos. Su importancia, desde el punto de vista del estudio
bíblico, es mayor durante los tiempos de Nabucodonosor. El esplendor de la ciudad en
esa época era extraordinario y por ello los escritores bíblicos la llaman «la admiración de
toda la tierra» (Jer 51.41), «la belleza de la excelencia de los caldeos» (Is 13.19), «la
señora de los reinos» (Is 47.5) y «la grande» (Dn 4.30). Debido a las excavaciones
arqueológicas, así como por el testimonio bíblico (Jer 51.58), sabemos que Babilonia era
una ciudad fuertemente amurallada. Estaba construida en forma de rectángulo dividido
de norte a sur en partes iguales por el Éufrates. La porción que se encontraba al este del
río se conocía como la «antigua» ciudad, y a la parte occidental se le llamaba la «nueva»,
lo cual hace suponer que Babilonia originalmente se encontraba solo al este del Éufrates.
Todo este rectángulo lo rodeaban dos murallas paralelas y un foso exterior también
paralelo a las murallas. En época de Nabucodonosor II, se construyó otra muralla al este
de la ciudad antigua para brindar mayor protección contra los ataques del enemigo.

90
Como toda gran ciudad, Babilonia no solo se distinguió por su prosperidad, sino también
por su pompa y la laxitud de sus costumbres. Su idolatría resultaba repugnante a los
escritores bíblicos. Además, fue la capital del gran imperio que durante largo tiempo
rivalizó con Egipto la supremacía sobre Palestina y las regiones circundantes. Como esto
culminó con la caída de Jerusalén y el cautiverio, y puesto que Babilonia era una ciudad
dada a la idolatría, en el Antiguo Testamento son frecuentes las profecías en su contra (p.
ej., Is 13.1–22; 14.22; 47; Jer 25; 50; 51; etc.).

CUADRO DE EL IMPERIO BABILONICO Y LA BIBLIA:


IMPERIO ORIG. DINASTIAS REYES HEBREOS DESTACADOS
ETNICO DESTACADOS
BABILONIA CAM I Dinastía Hammurabi Se identifica con Amrafel
Cus. Gn. Sexto rey 1792-1750 a.C. Gen.14:1
10:6 SXVIII-XVI a.C Contemporáneo de
Nimrod, Abraham.
Babel
Gn. 10:8-
10
Dinastía Merodac-baladán Alianza con Ezequías en
Neobabilónica contra de los Asirios.
Caldea. 2R.20:12-19, Is. 39:18
745-539 a.C
Nabopolasar Nínive cae 612 a.C.
626-605 a.C Nahum 3:1, Sofonías
2:13, Josías de Judá.
2R.23:28, 2Cr.35:20.
Nabucodonosor II Derrota final a la alianza
605-562 a.C asirio-egipcia (Necao)
Daniel profetizá Batalla de Carquemis
su destrucción y 2 R. 24:7.

91
gloria Dn. 4. - Joacin:
1er cautiverio 605 a.C
Daniel y sus amigos
2R.23:36-2R.24:6.Dn.1
-joaquin:
2do cautiverio 598-597
a.C. nobleza, artesanos,
soldados y Ezequías.
2 R. 24: 8-17.
- Matanías o Sedequías:
3ercautiverio,destrucción
de Jerusalén 587 a.C
2 R. 24:18-2 R. 25:17.
Jeremías escapa a Egipto
Evil-Merodac Pone en libertad a
562-560 a.C Joaquín de Judá.
2 R. 25: 27-30.
Nabonido y Daniel 5
Belsasar
556-539 a.C
gobiernan Padre
e Hijo.

Nota: profetas destacados durante este periodo Isaías, jeremías, Ezequiel, Sofonías,
Nahum, Habacuc.

EL CAUTIVERIO BABILONICO: Algunos Judíos, lograron ubicaciones importantes dentro del


imperio, otros se relajaron y disfrutaron del esplendor y otros sufrían y anhelaban el
regreso a su tierra (Sal. 137:1)

CAMBIOS RELIGIOSOS QUE PRODUJÓ EL CAUTIVERIO:

92
3.14.3. entendieron el error de practicar la idolatría y recibieron la
confirmación del mensaje profético.

3.14.4. Desarrollar una fe firme y clara, Amplio resurgimiento religioso,


convencimiento absoluto de que el destierro había sido un castigo por
haberse apartado de Dios.

3.14.5. Las sinagogas (centros de culto y estudio de las sagradas escrituras)


remplazaron el templo, los sacrificios fueron remplazados por la oración,
confesión y estudio.

3.14.6. Gran admiración y reverencia por la Palabra de Dios, posiblemente


se compiló el canon hebreo.

3.14.7. Se insistió en la responsabilidad personal e individual por encima de


la responsabilidad nacional dentro de la religión Judía.

CAMBIOS SOCIALES QUE PRODUJÓ EL CAUTIVERIO:

3.14.8. fue aceptado el idioma Arameo de Babilonia como dialecto popular.

3.14.9. De allí en adelante se llamaron sólo Judíos (tribu de Judá).

3.14.10. Se hicieron nacionalmente intolerables se apartaron como nación


manteniendo así su identidad racial.

3.14.11. Dejaron de ser un pueblo agricultor y ganadero para ser un pueblo


de comerciantes que vivían en las ciudades. Surgiendo la Diáspora.

3.14.12. Surgió el gobierno Sacerdotal.

- Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos; dispondrá que
Jerusalén sea reconstruida, y que se repongan los cimientos del templo. Isaías. 44:28.

Profecía hecha por Isaías (740- 681 a.C) doscientos años antes sobre la restauración.
Isaías 44:24- 45:8.

93
6.4. IMPERIO MEDO-PERSA:

Visión de Daniel que confirma el modo que se origino este Imperio. Dn. 8:4-20 Los dos
cuernos eran los reyes de Media y Persia (8.20). El cuerno más largo representaba el
creciente dominio persa en el imperio medopersa. *El macho cabrío representaba a
Grecia, y su cuerno largo, a Alejandro Magno (8.21). Esta es un predicción sorprendente
debido a que Grecia no era considerada como potencia mundial cuando se dio esta
profecía. Alejandro Magno conquistó el mundo con gran velocidad y estrategia militar,
simbolizado por el movimiento rápido de un macho cabrío. La ruptura de los cuernos del
carnero simbolizaba a Alejandro que habría de partir ambas partes del imperio
medopersa.
*Alejandro Magno murió a los treinta años en la cima de su poder. Su reino se dividió en
cuatro partes bajo el gobierno de cuatro generales: Tolomeo I de Egipto y Palestina;
Seleuco de Babilonia y Siria; Antígono de Asia Menor; y Antípater de Macedonia y Grecia.

Los persas y los Medos constituían el grupo iránico, los más orientales de los
indoeuropeos que en el segundo milenio a.C. se establecieron en las mesetas iranias.
En la historia bíblica el nombre de Persia aparece por primera vez en Ezequiel (27.10;
38.5), y se encuentra sobre todo, lógicamente, en la literatura poscautiverio (Ester,
Daniel, Esdras y Nehemías).
La cultura persa incorporó elementos tomados de los pueblos conquistados,
especialmente de Mesopotamia (Asiria y Babilonia) y Egipto. El aspecto más original e
influyente de esta cultura lo fue su particular vivencia religiosa.
La religión persa fue el mazdeísmo (de Mazda, el Sabio) cuya fundación se atribuye a
Zaratustra (Zoroastro), allá por el siglo VII o VI a.C., aunque el tiempo de la actividad de
este es muy discutido. El mazdeísmo se caracteriza por su monoteísmo dualista: se
reconoce una sola divinidad, Ahura-mazda («el sabio Señor»), Dios supremo, creador y
conservador del mundo, principio del bien, la verdad y la justicia, al cual se opone Angra-
mainyu («el espíritu destructor») que preside las fuerzas del mal.
El Zend-avesta (libro sagrado del mazdeísmo) presenta a estos dioses eternamente en
lucha; de ahí proviene la pugna entre el bien y el mal, que durará hasta el fin del mundo,

94
cuando el bien triunfará. Del hecho de que el hombre puede y debe participar en esta
lucha con su vida virtuosa surge la noción de la responsabilidad moral. El hombre es
responsable ante la divinidad y por tanto debe cumplir sus mandamientos; con esto
fortalece el poder del bien, disminuye el poder del mal y se hace merecedor a una
recompensa en esta vida o en la venidera. Los tres mandamientos de Zaratustra son:
buenos pensamientos, buenas palabras y buenas obras.
El mazdeísmo evolucionó como una «religión de salvación». En esta fe «militante» la
persona virtuosa aspira a alcanzar una recompensa, especialmente más allá de la
muerte; cada uno rendirá cuentas de sus actos mediante un juicio. El otro mundo será
establecido después de ese juicio, una vez que los hombres hayan sido lanzados a las
tinieblas (castigo eterno), o bien conducidos a la inmortalidad y bienaventuranza en
eterna comunión con Ahura-mazda.

CUADRO DE EL IMPERIO MEDO-PERSA Y LA BIBLIA:


IMPERIO ORIG. ETNICO DINASTIAS REYES HEBREOS
DESTACADOS DESTACADOS
MEDO- JAFET Ciro II -Caída de Babilonia
PERSA Maday.Gn.10:2 556-530 a.C 539 a.C, Dn. 5:30-31
rebelión contra - 1er retorno 539 a.C
los Medos Esd. 1:2-4 H, 6:3-5 A
(Astiages) Zoorobabel, Jesúa.
Esd. 2, Salm. 126:1-
2
Reanudación del
culto.
Cimientos del
templo.
Oposición y cese de
Obra
Esd. 3 al 4

95
Cambises Llevó sus conquistas
530-522 a.C hasta más allá de
Egipto
Ester. 1:1
Dario I Histapes Reiniciación después
521-486 a.C. de 16 años y
Terminación del
Templo
520 a.C. Hageo-
Zacarías
Esd.4:5y24, Cap.
5y6.
Asuero o Jerjes I Ester y Mardoqueo
486-465 a.C Ester y Esd. 4:6
ArtajerjesI 2do retorno 458 a.C
Longimano Esdras
465-423 a.C Reformar al pueblo
moral y
espiritualmente
Esd. 7 al 10
3er retorno 444 a.C.
Nehemías
Reconstrucción de
los muros de
Jerusalén 52 años.
Nehemías: 1 al 7
Malaquías.
Nota: profecía cumplida hecha por Jeremías capítulo 29

- REFORMAS QUE SE SUCEDIERON DESPUÉS DEL REGRESO:

96
*REFORMAS RELIGIOSAS:
a- La lectura pública de la Ley: Neh. 8: 1-12.
b- La fiesta de los Tabernáculos: Neh. 8: 13-18.
c- Comienzos de la teología hebrea: Neh. 9:1-10:39.
Elección, Redención, Alianza, Providencia, Pecado, Juicio y Gracia.
Esdras segundo legislador de la ley y el fundador del Judaísmo.

*REFORMAS SOCIALES Y POLÍTICAS:


a- Traslado de la décima parte del pueblo a Jerusalén: Neh. 11:1-3.
b- Dedicación de la muralla (renacimiento de los escombros): Neh. 12:27-42.
c- Corrección de los Abusos: Neh. 13.
- arrojó del templo a Tobías.
- restableció la recolección de diezmos.
- restauró el Sábado como día de descanso.
- repudió el yugo desigual (matrimonios mixtos).
- organizó trabajos dentro del templo (Sacerdotes y Levitas).

 SEPTIMA CLASE.

Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la
ley. Gál. 4:4

Jerusalén dio el mensaje divino elaborado en una prolongada historia, durante la cual
había recogido en luchas y sufrimientos toda la sabiduría del oriente; Grecia dio el
lenguaje que había ganado por la labor de poetas, filósofos y oradores, un poder y una
plasticidad que no han sido superados desde entonces; Roma dio las facilidades para la
organización imperial y la protección dignificada de una ley soberana, desconocida antes

97
de esta época maravillosa, que en todos los aspectos era verdaderamente la ―plenitud de
los tiempos‖.
Visión de las cuatro bestias del capítulo 7: 1-8. Cronológicamente, este capitulo se
desarrolla antes del capitulo 5. Belsasar acababa de ocupar un cargo de autoridad (553
a.C.) y Daniel probablemente estaba cerca de los setenta años. El capitulo 7 comienza la
segunda división del libro de Daniel. Los primeros seis capítulos presentan la historia; los
siguientes seis son visiones principalmente acerca del futuro.
Daniel tuvo una visión de cuatro animales, y cada uno representaba un imperio mundial.
Fue similar al sueño que Nabucodonosor tuvo en el capitulo 2. El sueño de
Nabucodonosor cubrió los aspectos políticos de los imperios; el sueño de Daniel
representaba sus aspectos morales. Estas naciones, que tendrían sometida a Israel, eran
malvadas y crueles; sin embargo, Daniel también vio llegar el futuro reino de Dios y
conquistarlas a todas.
El león con alas de águila representa a Babilonia con sus conquistas rápidas (se han
recuperado de las ruinas de Babilonia estatuas de leones alados). El oso que devoró al
león es el imperio medopersa. Las tres costillas que estaban en su boca representan la
conquista de los tres enemigos principales. El leopardo es Grecia. Sus alas hablan de la
rapidez de la campaña de Alejandro Magno cuando conquistó mucho del mundo
civilizado en cuatro años (334–330 a.C.). Las cuatro cabezas del leopardo son las cuatro
divisiones del imperio griego después de la muerte de Alejandro.
La cuarta bestia no era una potencia mundial que Daniel pudiera reconocer:
representaba Roma y el final de los tiempos. Muchos eruditos de la Biblia creen que los
cuernos corresponden a los diez reyes que gobernarán brevemente antes de que Dios
establezca su reino eterno (Apocalipsis 17.12). Estos diez reyes todavía no habían subido
al poder cuando Juan registró su visión en el libro de Apocalipsis. El pequeño cuerno es
un futuro gobernante humano o el anticristo (véase también 2 Tesalonisenses 2.3, 4).

3.14.12.1. Época helenística (333–63 a.C.)


La época del dominio persa en Palestina (539–333 a.C.) finalizó con las victorias de
Alejandro Magno (334–330 a.C.), quien inauguró la era helenista, la época griega (333–

98
63 a.C.). Después de la muerte de Alejandro (323 a.C.), sus sucesores no pudieron
mantener unido el imperio. Palestina quedó dominada primeramente por el imperio
egipcio de los tolomeos o lágidas (301–197 a.C.) familia macedonia que gobernó Egipto
durante el periodo helenístico, desde la muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C., hasta
que Egipto se convirtió en provincia romana en el 30 a.C. En realidad, su denominación
más correcta sería la de dinastía Lágida, aunque es más conocida como Tolemaica, ya
que todos sus reyes recibieron el nombre de Tolomeo.
La dinastía fue fundada por un general de Alejandro, Tolomeo, hijo de Lagos (de donde
viene la denominación ‗Lágida‘).
La capital de los Lágidas era Alejandría, ciudad cosmopolita con numerosa población
griega y judía, que se convirtió en uno de los grandes centros comerciales e intelectuales
de la antigüedad. Aunque no eran de origen egipcio, los Tolomeos conservaron muchas
de las costumbres del país. Como Alejandro, se representaban en monumentos públicos
con indumentaria y estilo egipcios, y participaban en sus rituales religiosos.;
posteriormente, por el imperio de los seléucidas.

Durante la época helenística, el gran número de judíos en la diáspora hizo necesaria la


traducción del Antiguo Testamento en griego, versión conocida como Los Setenta (LXX).
Esta traducción respondía a las necesidades religiosas de la comunidad judía de habla
griega, particularmente la establecida en Alejandría.
En la comunidad judía de Palestina el proceso de helenización dividió al pueblo. Por un
lado, muchos judíos adoptaban públicamente prácticas helenistas; otros, en cambio,
adoptaron una actitud fanática de devoción a la ley. Las tensiones entre ambos sectores
estallaron dramáticamente en la rebelión de los macabeos.

Al comienzo de la hegemonía seléucida en Palestina, los judíos vivieron una relativa paz
religiosa y social. Sin embargo, esa situación no duró mucho tiempo. Antíoco IV Epífanes
(175–163 a.C.), un fanático helenista, al llegar al poder se distinguió, entre otras cosas,
por profanar el templo de Jerusalén. En el año 167 a.C. edificó una imagen de Zeus en el

99
templo; además, sacrificó cerdos en el altar (para los sirios los cerdos no eran animales
impuros). Esos actos incitaron una insurrección en la comunidad judía.
Al noroeste de Jerusalén, un anciano sacerdote de nombre Matatías y sus cinco hijos—
Judas, Jonatán, Simón, Juan y Eleazar—, organizaron la resistencia judía y comenzaron la
guerra contra el ejército sirio (seléucida). Judas, que se conocía con el nombre de «el
macabeo» (que posiblemente significa «martillo»), se convirtió en un héroe militar.
En el año 164 a.C. el grupo de Judas Macabeo tomó el templo de Jerusalén y lo rededicó
al Señor. La fiesta de la Dedicación, o Hanukká (cf. Jn 10.22), recuerda esa gesta
heroica. Con el triunfo de la revolución de los macabeos comenzó el período de
independencia judía.
Luego de la muerte de Simón—último hijo de Matatías—, su hijo Juan Hircano I (134–104
a.C.) fundó la dinastía asmonea. Durante este período, Judea expandió sus límites
territoriales; al mismo tiempo, vivió una época de disturbios e insurrecciones.

Por último, el famoso general romano Pompeyo conquistó a Jerusalén en el 63 a.C., y


reorganizó Palestina y Siria como una provincia romana. La vida religiosa judía estaba
dirigida por el sumo sacerdote, quien, a su vez, estaba sujeto a las autoridades romanas.
La época del Nuevo Testamento coincidió con la ocupación romana de Palestina. Esa
situación perduró hasta que comenzaron las guerras judías de los años 66–70 d.C., que
desembocaron en la destrucción del segundo templo y de la ciudad de Jerusalén.

SELÉUCIDAS: Dícese de una dinastía fundada por Seleuco, general de Alejandro Magno.
Los seléucidas reinaron de 312 a 64 a.C. y establecieron un vasto imperio que se
expandió por Bactriana, Persia, Babilonia, Siria y parte de Asia Menor. Su poder decreció
tanto, que se concretó en Siria. Fue entonces que en 64 a.C. Pompeyo la convirtió en
provincia romana.

TOLOMEOS: Nombre de los reyes que gobernaron a Egipto después de la muerte de


Alejandro Magno.

100
Tolomeo I, Soter (304–285 a.C.). Una de sus principales contribuciones a la historia de la
cultura fue la fundación de la famosa biblioteca de Alejandría. Es posible que Dn 11.5 se
refiera a él. Tolomeo II, Filadelfo (285–246 a.C.) Según la leyenda, fue durante su reinado
que se produjo la traducción del Antiguo Testamento al griego conocida como la
Septuaginta LXX. Tolomeo III, Evergetes (246–221 a.C.),
Tolomeo IV, Filopátor (221–205 a.C.), Tolomeo V, Epífanes (205–180 a.C.) Durante esta
época, las rivalidades entre Siria y Egipto provocaron una división entre los judíos: unos
abogaban por un bando y otros por el otro. Tolomeo VI, Filométor (180–145 a.C.).
Durante su reinado se edificó en Leontópolis un templo en el que los judíos de Egipto
podían adorar. Tolomeo VIII, Evergetes II (145–116 a.C.).

Idumea:
Después del éxodo, Edom prohibió a los israelitas pasar por su tierra para entrar en la
tierra prometida (Nm 20.14–21; 21.4; Dt 23.7, 8; Jue 11.17, 18).
Durante el reinado de Saúl hubo guerra entre Israel y Edom (1 S 14.47). David mató a
dieciocho mil edomitas en el Valle de la Sal (2 S 8.13; cf. 1 R 11.15). En días de Salomón
surgió de nuevo el conflicto con los edomitas e Israel los subyugó. No obstante, a veces
se rebelaban y recobraban temporalmente su independencia. Asiria los conquistó en 732
y los dominó durante varios años.
Cuando Nabucodonosor sitió a Jerusalén, los edomitas colaboraron con él y se
regocijaron en la destrucción de la ciudad, lo cual indignó grandemente a los judíos (Sal
137.7; Lm 4.21; Ez 25.12; 35.3ss; Abd 10ss).
Después del cautiverio los edomitas invadieron la parte sur de Judá y se establecieron
allí, por lo que la parte sur de Judea llegó a llamarse Idumea después del cautiverio.
En el siglo III a.C. los nabateos (Naboteos) invadieron la tierra de Edom y levantaron un
reino con Sela como capital. En 165 a.C. Judas Macabeo capturó a Hebrón (1 Mac 4.29,
61; 5.65) y en 126 a.C Juan Hircano, el sumo sacerdote macabeo, obligó a los edomitas a
convertirse en judíos, imponiéndoles la circuncisión.
Cuando llegaron los romanos a dominar a Palestina, Idumea y los edomitas
desaparecieron de la historia.

101
La Revuelta de Matatías
Después de la muerte de Alejandro Magno, su imperio se repartió entre sus generales.
Palestina quedó entre la dinastía de los Seléucidas, cuya base estaba en Siria, y el de los
Tolomeos, que reinaban en Egipto. Durante varios siglos, Egipto y Siria se disputaron el
territorio de Judea, aunque por lo general fue Siria la que lo gobernó. Cuando uno de los
seléucidas (Antíoco) trató de imponer una cultura uniforme sobre todas sus posesiones,
los judíos se rebelaron, pues se intentó destruir varios de los fundamentos de su religión.
El jefe de esta rebelión fue el sacerdote Matatías, padre de Judas Macabeo. Aquel mató a
un oficial del rey y después huyó a las montañas con sus cinco hijos. Allí organizó la
resistencia al poder de los seléucidas, y pronto reunió numerosos seguidores que
periódicamente bajaban a los lugares poblados a matar a quienes apoyaban la política
siria, destruir altares y circuncidar por la fuerza a quienes permanecían incircuncisos por
temor a las autoridades.

Los Asmoneos Posteriores


Juan Hircano, hijo de Simeón, logró escapar y por fin llegó a ser gobernador de Judea y
sumo sacerdote, aunque bajo la tutela del rey de Siria. En ese momento comenzó a
cambiar la tónica del movimiento, hasta ahora religioso, que los macabeos dirigían. Si los
judíos se habían rebelado era porque habían visto amenazada su religión y no por
ambiciones políticas. Los líderes contaban con el apoyo de las clases bajas, cuya más
preciada posesión era la fe de sus antepasados, mientras que muchos de los aristócratas
estaban dispuestos a amoldarse a las nuevas tendencias helenistas.
Juan Hircano y sus sucesores se apartaron cada vez más de la tradición judía, y trataron
de gobernar el país al estilo de otros reyes de la época; contaron para esto con la
aristocracia ambiciosa. Juan Hircano cambió incluso los nombres judíos de sus hijos por
nombres griegos, y sus sucesores se amoldaron cada vez más al helenismo. Se desató la
persecución contra quienes insistían en regresar a la vieja fe por la que habían muerto los
primeros macabeos. Esto dio origen a dos partidos entre los judíos: los Fariseos y los
Saduceos. El primero insistía en la antigua fe, y sospechaba de las ambiciones políticas

102
como una negación de esa fe; el último era más bien aristócrata y mucho menos estricto
en cuanto a las innovaciones que paulatinamente se introducían en el judaísmo.
Pompeyo conquistó a Siria y Palestina (63 a.C.) y depuso al último rey de los macabeos,
Aristóbulo II, para llevarle cautivo a Roma. Sin embargo, Pompeyo y otras autoridades
romanas respetaron en cierta medida la religión judía y la autoridad de los macabeos. Por
tanto, a los descendientes de los macabeos se les concedieron los títulos de sumo
sacerdote y etnarca (gobernador) hasta que en 40 a.C. Roma nombró a Herodes rey de
Judea.
Aunque Herodes estaba casado con una descendiente de los macabeos, y por tanto sus
dos hijos pertenecían a ese ilustre linaje, él mismo le puso fin al matar primero a su mujer
y luego a sus dos hijos.

7.1. EL CONTEXTO HISTÓRICO DEL NUEVO TESTAMENTO:


La mayoría de los libros del Nuevo Testamento se escribieron durante la segunda parte
del siglo I d.C., y en ellos se refleja el medio histórico y cultural imperante en ese
momento. El Nuevo Testamento surge entonces bajo la influencia de tres grandes
culturas de la época: la judía, la griega y la romana. Por eso sobre la cruz de Jesús
aparece un letrero escrito en hebreo, griego y latín (Jn 19.19–20).

7.2. El NUEVO TESTAMENTO Y EL AMBIENTE JUDÍO:


Sin conocimiento del factor cultural judío, es imposible comprender el Nuevo Testamento.
Esto es cierto porque gran parte de los personajes de la época del Nuevo Testamento son
judíos: Jesús, sus discípulos y sus apóstoles, y los primeros creyentes de la iglesia. Jesús
habló el arameo, vivió en Galilea y Judea, y murió en Jerusalén.
Hay tres aspectos del ambiente judío que son importantes destacar aquí: el religioso, el
social y el literario.

Aspecto religioso
Hay una estrecha relación entre la iglesia cristiana y el pueblo judío, sobre todo en lo que
a la religión respecta. En el centro de la fe judía está la afirmación de que «Dios es el

103
único Señor» (Dt 6.4; Mc 12.29; DHH), que sus leyes son sabias y dignas de obediencia
(Sal 78.5–8), y que él ha escogido un pueblo para sí mismo. Nada de eso está ausente en
la fe cristiana. En realidad, las Escrituras de Israel, donde los profetas dejaron registrado
el mensaje de Dios para su pueblo, siguieron siendo las Escrituras de la iglesia cristiana.
Sería mucho tiempo después cuando se agregaría el Nuevo Testamento. Por eso en el
Nuevo Testamento se ven registradas muchas de las costumbres religiosas judías y se
menciona a los grupos judíos más influyentes de la época (Mt 22.23–33; Hch 23.6–8; 1
Co 15.12–58).
Por otra parte, la esperanza en la venida del Mesías significaba para los judíos el deseo
de ver cumplida la justicia por la mano misma de Dios. De modo que las naciones e
individuos que se oponían al pueblo judío recibirían su castigo; y el pueblo escogido y los
justos tendrían su recompensa. Pero con la muerte y resurrección de Cristo los primeros
cristianos entendieron que la salvación prometida y el juicio mismo incluían a todos los
seres humanos de todas las épocas (Jn 3.14–18; 12.32; 1 Ti 1.15; 2.4).

Aspecto social:
También se debe tener en cuenta la situación social. En la sociedad israelita de la época
de Jesús había tres clases sociales: una alta, una media y otra pobre. La clase alta se
componía de las familias de los jefes políticos y religiosos, de los comerciantes solventes
y terratenientes, y de los recaudadores de impuestos (publícanos). La clase media
contaba con los medianos y pequeños comerciantes, los artesanos, los sacerdotes y los
maestros de la ley. Por último, la clase pobre, la más numerosa, estaba formada por
jornaleros que vivían al día (Mt 20.1–16), y por muchos otros que vivían al margen de la
sociedad, como los mendigos, los leprosos y los paralíticos (Mc 10.46).
Según las leyes, el lugar más bajo en la escala social lo ocupaban los esclavos, aunque
su situación real dependía de la posición y carácter de sus amos. Los esclavos que no
eran judíos rara vez recuperaban su libertad. En cambio, los esclavos israelitas podían
recuperar su libertad en el año sabático. El año sabático se celebraba cada siete años, y
su objetivo era que no se cultivara la tierra durante un año, para celebrar así un año en
honor a Dios (Ex 23.10–11; Lv 25.1–7; 26.34, 43). Como no se debía cultivar, no se

104
podían saldar las deudas, y éstas se perdonaban. Del mismo modo, eran liberados los
esclavos israelitas que habían trabajado durante seis años.
Los principales oficios eran la agricultura, la ganadería, la pesca (en el lago de Galilea),
trabajos artesanales (alfarería, zapatería, carpintería, albañilería, etc.) y el comercio.
También la atención del templo daba trabajo a un gran número de sacerdotes y levitas.
Se dice que la población de Palestina en la época de Jesús pudo haber sido de
aproximadamente un millón de personas.
Los judíos no formaban un grupo religioso y político unido. Decimos religioso y político
porque ambos aspectos estaban muy relacionados. En este sentido, los judíos se habían
dividido en muchos grupos. En el Nuevo Testamento se mencionan varios de ellos: los
fariseos, los saduceos, los herodianos y los maestros de la ley. Los fariseos eran un grupo
más que todo religioso. Defendían la estricta obediencia de la ley de Moisés, de las
tradiciones y de la piedad popular (Flp 3.5–6). Representaban el grupo con más
autoridad entre el pueblo. Eran influyentes y participaban en la dirección política.
Después de la destrucción del templo de Jerusalén (año 70 d.C.), fue el grupo que
predominó entre los judíos. Este grupo sostuvo la idea de la vida eterna, el libre albedrío y
la providencia. Los saduceos, en su mayoría, venían de familias de sacerdotes
aristocráticos. El grupo se asociaba con los sacerdotes y con el Sanedrín o tribunal
judicial israelí. Negaban la vida futura y la existencia de los ángeles y espíritus (Mt 22.23–
33; Hch 23.6–8). También desaparecieron con la caída de Jerusalén. Un grupo menor fue
el de los herodianos (partidarios de Herodes; Mt 22.16), y el de los esenios. Los esenios
no se mencionan en el Nuevo Testamento; sin embargo, los historiadores y testigos de la
época (Filón de Alejandría, Flavio Josefo, Plinio), e incluso los primeros padres de la
iglesia (Justino, Clemente de Alejandría, Orígenes), reconocieron su importancia.
Cultivaban una vida comunitaria y muy organizada, los bienes eran comunes y exigían el
celibato, la rectitud moral, la modestia, los vestidos blancos, las comidas comunitarias,
las abluciones o ritos de purificación con agua, y el separarse del resto de los judíos.
Creían en las doctrinas hebreas y en la necesidad de purificarse con persistencia. Pero
también tenían muchas creencias paganas: el determinismo universal, la adoración del
sol como dios, y la reencarnación. Este grupo, como los dos anteriores, desapareció al

105
luchar contra Roma. Precisamente se desencadenó esta lucha en el año 66 d.C. por los
celotes («los celosos»). Ellos eran fanáticos de la libertad y de una exagerada espera en
los momentos culminantes de la vida y de la historia.
Por último, mencionaremos a un grupo importante por su influencia literaria: los maestros
de la ley (escribas, letrados o rabinos). Ellos enseñaban la religión y las tradiciones, y
explicaban las Escrituras. En su mayoría eran laicos. Enseñaban en el templo (Lc 2.46) o
en las sinagogas (Hch 15.21). Ejercían mucha influencia por su piedad y erudición.
Hacían estrictas interpretaciones de la ley, creían en cierta libertad humana, pero
limitada por la providencia. Creían en la resurrección y en los ángeles, en la venida del
Mesías y en la reunión final de todas las tribus de Israel. Su marcado carácter separatista
los volvió presumidos, y con eso disminuyeron su fuerza espiritual. Junto con los fariseos,
se opusieron fuertemente a Jesús (Mt 23). Sus enseñanzas se conservaron en la llamada
«literatura rabínica», escrita después del Nuevo Testamento.

Aspecto literario
La literatura cristiana, ante todo el Nuevo Testamento, se inspira en el Antiguo
Testamento y en el judaísmo contemporáneo. Esto es llamativo, porque el Nuevo
Testamento y los primeros escritos cristianos se hicieron en griego. En efecto, sin
importar la influencia griega, muchas palabras, mensajes y enseñanzas corresponden al
espíritu hebreo. La enseñanza era primero oral y en arameo, luego se vertió al griego,
pero conservando su cualidad judía. Así, en el Nuevo Testamento conservamos palabras
como: abbá y maranata.
El cristianismo primitivo se originó a partir del pueblo judío (Hch 2.46), y poco a poco fue
distinguiéndose de éste, hasta separarse del todo. La separación definitiva fue motivada
por el mismo mensaje proclamado: no es requisito ser judío para ser cristiano (Hch 15.1–
35). Así, muchas personas que no eran judías se integraron a la iglesia y contribuyeron a
la separación (Ro 11.11–12). Esa separación era de esperarse de todas formas, pues la
fe en Jesucristo, el Hijo de Dios, existe porque con su vida, muerte, resurrección,
presencia y actuación subsiguientes, se ha realizado un acontecimiento totalmente
nuevo. Es la nueva creación (Mc 1.27; 2.21–22; Jn 13.34; Gl 6.15; Ef 2.15). Además,

106
este nuevo acontecimiento se transmitió con formas literarias nuevas, como los
evangelios, y con la transformación de formas tradicionales, como las cartas.

7.3. EL NUEVO TESTAMENTO Y EL AMBIENTE GRIEGO:


Las grandes conquistas militares de Alejandro Magno en Asia (año 333 a.C.) hicieron que
la cultura griega se difundiera por el occidente asiático, por el norte de África, por el sur
de Europa y por Roma misma. No es de extrañar que, para el siglo I d.C., el griego fuera el
idioma de las personas cultas de la zona del mar Mediterráneo, e incluso la lengua
popular en muchas de las regiones de la zona. Esta difusión de la cultura griega es lo que
se ha denominado «helenismo».
Dado que el pueblo de Israel sufrió diversas deportaciones masivas a lo largo de la
historia, era común encontrar comunidades judías fuera de Palestina. Esas comunidades
constituyeron lo que se llama el judaísmo de la «diáspora» o dispersión. Aunque estas
comunidades siguieron fieles a sus tradiciones religiosas (por ejemplo, Hch 16.13),
adoptaron el griego como idioma propio. Hoy se acepta que después del año 70 d.C. eran
más los judíos de la diáspora, que los que vivían en Israel. Fue así como en la comunidad
judía de Alejandría (Egipto) se tradujeron al griego las Escrituras israelitas. La principal de
estas traducciones es la «versión de los Setenta» o Septuaginta (LXX), la cual se convirtió
en el texto de uso común de los cristianos de habla griega.
También en Jerusalén hubo un grupo de judíos cristianos que hablaban griego (Hch 6.1).
Eso hizo posible la difusión del evangelio en las comunidades de la diáspora y entre los
paganos (Hch 11.19–20). El judío más notable entre la diáspora es, sin duda, Pablo de
Tarso. Pablo fue primero perseguidor de cristianos y luego, convertido ya al cristianismo,
fue seguidor y propagador celoso de Cristo entre los paganos (Gl 1.14). Sus viajes
misioneros abarcaron la mayoría del mundo conocido hasta entonces y sus cartas
constituyen una parte muy importante del Nuevo Testamento.
Por todas estas razones no es extraño que el Nuevo Testamento se hubiera escrito en
griego, aunque algunos manuscritos y tradiciones anteriores puedan sugerir que al inicio
se escribieron en hebreo y arameo. Sin embargo, lo cierto es que su redacción y texto
definitivos se hicieron y se conservaron en griego.

107
7.4. EL NUEVO TESTAMENTO Y EL AMBIENTE ROMANO.
Alrededor del siglo II a.C. el poder militar de Roma se había apoderado de todo el
Mediterráneo. A partir del 63 a.C. Palestina quedó sometida al poderío militar y político de
Roma.
Al inicio, los gobernantes judíos conservaron el título de reyes, aunque estuvieran
sometidos al poder romano. El Nuevo Testamento destaca a Herodes el Grande, quien
gobernó Palestina del 37 al 4 a.C. Fue bajo su mandato cuando nació Jesús (Mt 2.1–20;
Lc 1.5). Cuando Herodes murió, el reino se dividió entre sus tres hijos: Arquelao gobernó
Judea y Samaria hasta el año 6 d.C., Herodes Antipas en Galilea y Perea, hasta el 39 d.C.,
y Filipo en el nordeste del Jordán, hasta el 34 d.C. (Mt 2.22; Lc 3.1). Hacia el año 6 d.C.,
el emperador romano Augusto quitó del reino a Arquelao, y Judea y Samaria pasaron a
ser propiedades del Imperio Romano. Los nuevos cambios administrativos incluyeron
nuevas autoridades romanas (los prefectos y los procuradores). El más conocido de todos
en la historia cristiana es Poncio Pilato, prefecto de Judea (26–36 d.C.) que condenó a
muerte a Jesús (Mt 27.1–26).
Para el año 37 d.C., el rey Herodes Agripa sustituía a Filipo, y en el 40 d.C. a Herodes
Antipas. En el año 41 d.C. Herodes Agripa extendió su dominio hacia Judea y así
reconquistó un reino tan grande como el que había tenido su abuelo Herodes el Grande
(Hch 12.1–19). Herodes Antipas murió en el año 44 d.C. (Hch 12.19–23), y con ello toda
Palestina pasó a manos de los romanos. Esto duró hasta el año 66 d.C., cuando se
produjo la guerra judía (Hch 23.24; 24.27).
Entonces Roma desplegó su fuerza militar por todo Israel. Los soldados se organizaban
por «compañías», las que tenían a su cargo velar por la adoración del emperador en todo
el imperio. Diez compañías formaban una legión (unos 6.000 hombres). Los soldados
debían facilitar las conquistas y aplacar las rebeliones. Vigilaban las fiestas judías, las
prisiones y las ejecuciones (Mt 28.11–15; Lc 23.47; Jn 19.2, 23–24,34). Pese a ello,
también los soldados se acercaban a Jesús y al cristianismo (Mt 8.5–13; 27.54; Lc
23.47; Hch 10; 27.3–11). En su carta a los efesios, Pablo compara al cristiano con un
soldado romano (Ef 6.10–18).

108
El creciente descontento del pueblo judío hacia los romanos llegó a su punto máximo en
el año 66 d.C. En ese año, los «celotes» organizaron una rebelión contra Roma. La lucha
duró cuatro años. En el primer año de guerra, Roma decidió que los gobernadores de
Palestina debían seguir siendo generales del ejército, a quienes llamaron «legados». El
primero de ellos fue Vespasiano, quien en el año 69 d.C. fue proclamado emperador. La
rebelión judía fue aplacada con la intervención de los ejércitos romanos que conquistaron
Jerusalén y destruyeron el templo en septiembre del año 70 d.C. (Mt 24.2; Lc 21.20).
Esta derrota se debió a la superioridad militar de los romanos y a las irreconciliables
disputas internas de los judíos.
Con la caída de Jerusalén también desaparecieron las autoridades del Sanedrín, o Junta
Suprema de los judíos; las familias sacerdotales se vieron diezmadas, y el grupo de los
maestros de la ley empezó a desaparecer. El cargo de sumo sacerdote resultó obsoleto,
al igual que el culto del templo. Las enseñanzas religiosas, tradicionales y culturales se
reorganizaron alrededor de los rabinos y sus escuelas.
Fuera de Palestina, la iglesia cristiana supo aprovechar bien los beneficios que ofrecía el
Imperio Romano. La unidad política y cultural facilitó la rápida propagación del evangelio
por el mundo pagano (Ro 15.19, 28; 1 P 1.1). Esto se debió en parte a que en un
principio las autoridades romanas no se oponían a la práctica de la religión judía ni de la
religión cristiana. Pero cuando la fidelidad a Cristo entró en conflicto con los intereses de
Roma, los primeros cristianos empezaron a ser martirizados y perseguidos. Los cristianos
se resistían a dar culto al emperador y a sus dioses. A esto se agregó que muchas
disposiciones contra los judíos también se aplicaron a los cristianos (Hch 18.2). Esta
tensa situación en que vivieron los cristianos de los siglos I y II se refleja en 1 P 4.12–16
y en el libro de Apocalipsis, donde Roma aparece como el enemigo número uno del
cristianismo.

7.5. Época Romana (63 a.C) Aspecto Preparatorio Para El Cristianismo:


El imperio contribuyó grandemente a la preparación del mundo para la venida de Cristo y
la extensión del evangelio (Gl 4.4). En primer lugar, produjo un sentimiento cosmopolita.
La unión de tantas razas y pueblos bajo un imperio ayudó a derribar las barreras raciales

109
y culturales y a unificar la raza humana. En estas condiciones el mundo habría de
escuchar la predicación de la doctrina de que en Cristo «no hay griego ni judío ... bárbaro
ni escita, siervo ni libre», sino que más bien todos los creyentes son «uno en Cristo» (Gl
3.28; Col 3.11). Además, como ciudadano de este gran imperio que abarcaba la tercera
parte de la raza humana, Pablo pudo viajar por todas partes sin dificultades diplomáticas.
Aun más, el surgimiento del imperio contribuyó a extender el Griego como idioma
universal, proceso que ya había iniciado Alejandro Magno. «El griego», dijo Cicerón, «se
lee en casi todas las naciones». Este fenómeno facilitó la extensión del evangelio, ya que
los apóstoles lo hablaban y escribían.
En segundo lugar, el imperio trajo orden y paz al mundo (la Pax romana). Antes había
habido guerras por doquier, caos político, etc., pero la mano de hierro y la jurisprudencia
romanas acabaron con mucho de esto. Por ejemplo, Pompeyo eliminó la piratería en el
mar Mediterráneo e hizo posible viajar con relativa seguridad, lo cual facilitaría
posteriormente la actividad misional de Pablo y otros.
En tercer lugar, los romanos construyeron una extensa red de carreteras, mejor que la de
cualquier época hasta el siglo XIX. Aunque principalmente la hicieron para facilitar el
movimiento rápido de tropas, los soldados de la cruz también caminaron por ella. Ireneo
(siglo II) escribió refiriéndose al imperio: «Por su instrumentalidad el mundo está en paz y
podemos caminar por las carreteras sin temor, y navegar donde queramos» (Contra
Herejías IV.xxx.3).
Sin embargo, Roma proporcionó también una preparación negativa. A pesar de su
prosperidad, la sociedad romana estaba corrompida. Por un lado había opulencia
exagerada y por otro miseria masiva. Entre el 30 y el 50% de la población se componía de
Esclavos. Había un sinfín de pobres y vagos a quienes el gobierno apaciguaba con «pan y
circos». Séneca, el maestro estoico de Nerón, se lamentaba en su época: «El mundo está
lleno de crímenes y vicios... más de lo que se puede curar con la fuerza... Los crímenes ya
no se cometen a escondidas sino ante nuestros ojos. La inocencia no solo es rara sino
más bien no existe». Las diversiones eran groseras y brutales. En los combates de
gladiadores y con las fieras cada mes morían miles de personas.

110
Religiosamente Roma estaba en bancarrota. Su primitiva religión politeísta, regida por un
código moral bastante alto, desapareció cuando por las conquistas del Oriente los
romanos entraron en contacto con la filosofía escéptica de Grecia y con las religiones de
misterio y sensuales de Asia. Los ricos y los intelectuales abrazaron aquella y las masas,
estas. Como resultado, Roma llegó a ser una Babel religiosa.
En la época en que nació Jesús, la indiferencia religiosa se había apoderado de la gente.
Augusto, deseando avivar el interés en la religión, fomentó el culto del emperador. Por
supuesto, este culto fue más arma política que otra cosa. Se cuenta que el emperador
Vespasiano (69–79 d.C.) en su lecho de muerte se reía de la idea de que él fuera Dios.

CUESTIONARIO DE REPASO DE HISTORIA DE LA BIBLIA

1. La biblia es inerrante en qué sentido?


2. Defina muy breve que es inspiración Bíblica?
3. Cuáles fueron los idiomas en que fue escrita la Biblia?
4. Diga cuales son las dos líneas de evidencia que apoyan la conclusión que la Biblia es la
Palabra inspirada por Dios?
5. Quien es el carácter supremo de la Biblia?
6. Cuando se habla de la teoría de la inspiración mecánica o del dictado es una teoría no
ortodoxa de la inspiración de la Biblia?
7. Que nombre recibe los documentos escritos en papiro
8. La palabra hebrea TaNaK qué significado tiene?
9. Defina la teoría de la inspiración verbal y plenaria?
10. Cuáles son las evidencias de continuidad doctrinal de la Biblia?
11. Explique brevemente cuales son las clases de revelación?
12. Nombre dos formas de libros antiguos?
13. Cuál es la disciplina que se dedica al estudio de restos y hallazgos históricos con relación
a lugares descritos en la Biblia?
14. Nombre dos registros que Dios ha conservado en su trato histórico con la humanidad?
15. En que materiales fue escrita la Biblia’
16. Defina que es la arqueología?
17. Diga dos descubrimientos arqueológicos que apoyan eventos Bíblicos?
18. A que secta judía se le atribuye los rollos del Qumram?
19. Que son los rollos del mar muerto y en qué año se descubren?
20. Defina la palabra Canon?
21. Diga dos principios básicos para determinar si un libro es canónico?
22. Nombre las partes en que está dividido el canon Hebreo?
23. Que son libros apócrifos?
24. Que significa traducción?
25. Decir algo con palabras diferentes a las que corresponden usadas por el autor se llama?
26. Como se llamó la primera traducción que se hizo de la Biblia Hebrea al griego?

111
27. Cuantos libros contiene el canon protestante
28. Nombre del libro profético que está ubicado después del libro del profeta menor Oseas
29. Según el canon protestante que carta del nuevo testamento esta después de la epístola
de los Hebreos?
30. Enumere las versiones más antiguas del Antiguo testamento.
31. Enumero los fragmentos más antiguos del Nuevo testamento.
32. De donde salió la N.V.I.
33. Que nombre recibe la dinastía Egipcia que fue propicia para que José llegara a ser el
segundo dentro del imperio?
34. En cuál de los hijos de Noé recae el origen del imperio Asirio?
35. Que imperio antiguo es recordado por el pueblo judío como símbolo de esclavitud y
opresión?
36. Que personajes Bíblicos se relacionaron con el imperio Egipcio?
37. Que personajes Bíblicos se relacionaron con el imperio Asirio?
38. Que imperio antiguo es recordado por los judíos como instrumento ejecutor de la ira de
Dios?
39. Cual fue la capital del reino judío conquistada por los asirios y en que año?
40. Como se llama el documento Bíblico que se considera una digna explicación y confiable
del origen de los pueblos?
41. Nombre del hijo de Noé en quien recae el el origen del imperio Egipcio?
42. Que personajes Bíblicos se relacionan con el imperio Asirio?
43. Nombre dos reformas judías que fueron producto del regreso del cautiverio?
44. Según la profecía de Daniel cual fue el rey de Babilonia derrocado por los Medo- Persas?
45. A que rey se le atribuye la caída de Jerusalén en el año 587 a.C.?
46. Nombre los dos cambios religiosos judíos producto del cautiverio en Babilonia?
47. Como se llama el rey Medo-Persa conocido como el ¨ungido del Señor¨ con el que se
inicia el retorno del pueblo judío?
48. Diga el nombre del rey y bajo que imperio se desarrolla la historia Biblica de Ester?
49. Quien fue el personaje Bíblico encargado de restaurar la moral y espiritualidad de su
pueblo durante el segundo retorno?
50. Quien es el encargado de reconstruir el muro durante el tercer retorno a Jerusalén?
51. Nombre seis capítulos del libro Porque Creo?
52. Cuando el autor J. Kennedy menciona en la introducción de su libro I P 3:15 Más bien,
honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo
el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, lo que hace es decirnos que este
versículo no es simplemente un buen consejo, es un mandamiento de Dios?
53. Los principios morales absolutos son un tema del libro Porque Creo?
54. Que dio Grecia y que dio Roma para que el mensaje divino se prolongara en la historia?
55. Que aspecto de los imperios representa el sueño de Nabucodonosor y cual el sueño de
Daniel?
56. Que época abarca la Helenística y a que se le llamo helenismo?
57. Que traducción de la Biblia responde a las necesidades religiosas de la comunidad judía
establecida en Alejandría?
58. Explique brevemente la división del pueblo judío por el proceso de helenización?
59. A quien se le atribuye la resistencia judía contra el ejército Sirio al ser profanado el
templo en el año 167 a.C.?

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60. Como se llamó el general romano y en qué año conquisto Jerusalén?
61. Explique brevemente que es la revuelta de Matatías?
62. Cuál es el contexto histórico del Nuevo Testamento?
63. Cuáles fueron los tres aspectos del ambiente judío para el Nuevo testamento? Explíquelos
64. Cuál fue el ambiente Griego para el Nuevo Testamento?
65. Cuál fue el ambiente Romano para el Nuevo Testamento?
66. Nombre los tres aspectos preparatorios para el cristianismo en la época romana

BIBLIOGRAFÍA

 ¿Cómo nos llegó la Biblia?, Meryl Doney. Sociedades Bíblicas Unidas.


 Descubre la Biblia, Edesio Sanchez. Sociedades Bíblicas Unidas.
 Dios habla hoy, Biblia. Sociedades Bíblicas Unidas.
 El mundo en sus comienzos, Henry M. Morris. Editorial Clie.
 El Pentateuco, Pablo Hoff. Editorial Vida.
 El Reto de Dios, Dario Silva- Silva. Editorial Vida.
 Evidencia que exige un veredicto, tomo 1. Josh Mcdowell. Editorial Vida.
 Fidelidad e Integridad, Luciano Jaramillo C. Editorial Vida.
 Introducción a la Biblia, Donald E. Demaray. Editorial Unilit.
 Nueva Versión Internacional, Biblia. Editorial Vida.
 Nuevo Diccionario de la Biblia, Editorial Unilit.
 Las puertas eternas, Dario Silva-Silva. Editorial Vida.
 Los libros históricos, Pablo Hoff. Editorial Vida.
 Por qué Creo, James Kennedy. Editorial Vida.

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