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comunidad indígena sobre sus tierras ancestrales. Protección del territorio a través de la concreción del
derecho a la propiedad colectiva de las tierras. Vulneración del derecho a la vida por privar a las
comunidades de sus medios tradicionales de subsistencia. Obligación estatal de adoptar medidas positivas
para cumplir con el estándar de vida digna. Tratamiento prioritario de grupos vulnerables.
La corte ordenó al gobierno paraguayo la adopción de todas las medidas necesarias para devolver las
tierras ancestrales a la comunidad en un plazo de tres años, crear un fondo de desarrollo para la comunidad
con 1 millón de dólares administrado por un comité, y pagar una indemnización por daños morales, costos
y gastos en el plazo de un año, entre otras. Además, una cantidad de 20,000 dólares debía ser pagada a
las familias de las 19 personas que murieron como resultado del desplazamiento forzado de la
comunidad. La corte también ordenó al gobierno entregar bienes y servicios básicos e implantar un sistema
de comunicación de emergencia mientras la comunidad permanezca sin tierra. El gobierno también estaba
obligado a dar a conocer la sentencia en su Gaceta nacional y a través de una transmisión de radio. (Caso
de la comunidad indígena Sawhoyamaxa versus Paraguay)
La Corte advirtió a las autoridades paraguayas que sólo se cerraría el caso una vez que la resolución sea
aplicada completamente. Mientras tanto, la corte vigilaría regularmente el cumplimiento de la sentencia por
parte del gobierno. En 2008, después de oír a ambas partes, la Corte concluyó que hasta ahora se habían
implementado pocas de sus directivas. Al mismo tiempo que se vivía un ambiente hostil, los bienes y
servicios básicos que debían ser entregados por el Estado eran insuficientes y no eran entregados
regularmente. La Corte instó al gobierno a actuar tan rápido como sea posible para garantizar los servicios
básicos para la comunidad y restituirles sus tierras. Para enero de 2013, aún no se había llegado a ningún
acuerdo entre las autoridades y la comunidad, sin embargo, las negociaciones habían comenzado. Las
autoridades paraguayas ya habían pagado las indemnizaciones por los daños morales, pero los pagos se
hicieron tarde. El gobierno puso en marcha un sistema de radio para comunicaciones de emergencia.
También hizo la transmisión de radio, pero no publicó la sentencia en su Gaceta.
Este caso es muy similar al caso Yakye Axa sentenciado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en 2005. En ambos juicios, la Corte ordenó la restitución de tierras ancestrales para una comunidad
indígena y solicitó al estado proveer a la comunidad con bienes y servicios básicos en el ínterin.
Sawhoyamaxa reafirma así el enfoque audaz de la Corte Interamericana ante reclamos indígenas sobre
derechos de tierras. Posteriormente, en el 2010, otra comunidad indígena asentada en el Chaco paraguayo
también obtuvo sentencia favorable, Xákmok Kásek, reafirmando la jurisprudencia de la Corte
Interamericana.
El caso también es de vital importancia debido al exito obtenido con respecto a su implementación,
especialmente en lo que respecta a la ley 2014 sobre la expropiación de las tierras de la comunidad
Sawhoyamaxa.