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Un ejecutivo que está lleno de trabajo y que usualmente no tiene tiempo para nada, no tiene la
posibilidad de reconocer de forma evidente que su problema de colon, relacionado con el
estreñimiento y la gastritis tiene su origen precisamente en el estrés que el exceso de trabajo le
produce.
Muchos de los factores que desencadenan la enfermedad de colon irritable se relacionan con las emociones: el
estrés, la tristeza y las preocupaciones. (Foto: Tomada de Internet / VANGUARDIA LIBERAL)
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De la misma manera, padecer una tragedia familiar como una enfermedad o incluso la pérdida
de un ser querido puede provocar en el organismo afecciones relacionadas con las emociones,
incluido el síndrome colon irritable, que afecta en su mayoría a las mujeres y que decanta en
una disminución de la ca-lidad de vida.
“Las mujeres usualmente deben cumplir con muchas cosas: su trabajo, su casa, sus hijos.
Entonces empiezan a comer mal, a deshoras, sin hábitos saludables. Como su rutina incluye no
tener tiempo para ir al médico o para prestar atención a su organismo, entonces desarrollan
patologías como colon irritable y gastritis, que están íntimamente re-lacionadas”, señala
Carolina Dulcey, psicóloga especialista en trastornos afectivos de la Universidad Nacional.
En el caso del colon irri-table y de la gastritis, el estómago se inflama, se presenta debilidad y
los alimentos empiezan a caer mal al organismo.
El colon irritable presenta episodios de estreñimiento y diarrea y no afecta sólo al trabajo,
también disminuye la vida social y la calidad de tiempo de la persona.
Una dieta balanceada, disminuir el estrés o buscar alternativas pueden contribuir a disminuir los
síntomas de este padecimiento.
Síntomas
● Estreñimiento y diarreas de forma alternada.
● Dolor abdominal (después de comer).
● Defecación con mucosidad.
● Náuseas y vómitos.
● Flatulencias y distensión abdominal.
● Sensación de saciedad.
● Anorexia (malnutrición por no absorber los nutrientes).
● Intolerancia a algunos alimentos.
● Dolor de cabeza.
● La alimentación debe consistir en realizar un régimen adecuado intestinal, con moderación de
estímulos intestinales cuando no se padece ni diarrea ni estreñimiento. Pero debe adaptarse
siempre al momento según exista alguno de los procesos digestivos antes mencionados.
● La fibra de la dieta debe ser soluble como el salvado de avena, puesto que regulan el tránsito
intestinal, sin irritar (no tomar salvado de trigo)
Síntomas frecuentemente asociados:
• Disminución del deseo sexual.
• Alteraciones del sueño.
• Ausentismo laboral.
• Jaqueca.
• Decaimiento, incertidumbre, ansiedad e insomnio.
• Menstruaciones dolorosas.
• Fibromialgia.
Foto: pixabay
Hablamos con el cirujano gastrointestinal y endoscopista digestivo Ospina Nieto
sobre los mitos más comunes y esto fue lo que nos contó.
Una vez aclarado este punto, podría mencionar que la distensión abdominal se
encuentra asociada a una gran cantidad de enfermedades y alteraciones
gastrointestinales y generales que incluyen, alergias alimentarias,
sobrecrecimiento bacteriano, intolerancia alimentaria, déficit enzimático,
enfermedades inflamatorias intestinales, e inclusive tumores. de igual forma
existen hábitos inadecuados que predisponen dicha distensión abdominal,
horarios inadecuados de ingesta de alimentos e incluso factores emocionales
claramente demostrado.
El segundo que somos sobre la faz de la tierra el único mamífero que toma leche
de adulto y además lo toma de otra especie. Todas las demás especies de
mamíferos abandonan la leche y jamás vuelven a consumirla. Para completar la
respuesta quisiera comentar que cada vez existen más argumentos para
considerar el consumo de leche como una costumbre antinatural, además de ser
considerada por muchos pediatras y alergólogos como un agente alérgeno
importante, que altera el ambiente intestinal y destruye el equilibrio de la flora.
Su composición en general, hacen que este producto acidifique el organismo y
altere su equilibrio. Adicionalmente la intolerancia a la lactosa es común en
muchas personas, y aumenta con la edad debido al desgaste o falta de producción
de las enzimas necesarias para su metabolismo generando molestias
gastrointestinales, distensión, diarrea, estreñimiento, distensión abdominal y
flatulencia.
Causas
Las causas de la pancreatitis aguda son variadas. Las dos más frecuentes
son los cálculos en la vesícula biliar (colelitiasis) y el consumo excesivo de
alcohol. Los cálculos en la vesícula provocan pancreatitis al moverse hacia el
conducto biliar y obstruir la salida del conducto pancreático hacia el intestino.
El alcohol tiene un efecto tóxico directo y también puede producir pancreatitis
crónica. Otras causas más raras son ciertos medicamentos, el aumento
importante de los niveles de grasa en sangre (hipertrigliceridemia), el
aumento mantenido de calcio en sangre (hipercalcemia), las obstrucciones
de la salida del conducto del páncreas, los golpes en el abdomen, algunas
intervenciones quirúrgicas y la realización de una prueba llamada
colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).
En aproximadamente un 20 por ciento de los pacientes no se descubre la
causa (pancreatitis aguda idiopática). De ese 20 por ciento, sólo sufren
nuevos episodios de pancreatitis un pequeño porcentaje del 5 por ciento.
En cuanto a las causas de la pancreatitis crónica, se encuentra el consumo
desmesurado de alcohol o bien, los episodios repetitivos de
pancreatitis aguda. Pero además de estas, existen otras afecciones que se
encuentran asociadas:
Patologías de carácter autoinmune: Cuando el sistema inmunitario ataca al
cuerpo.
Obstrucción del conducto pancreático o del conducto colédoco, conductos
que drenan las enzimas del páncreas y la bilis.
Complicaciones de una fibrosis quística: Provoca acumulación de moco
espeso y adherente en los pulmones, el tubo digestivo y otras áreas del
cuerpo.
Altos niveles de grasa (triglicéridos) en la sangre.
Hipertiroidismo: es un trastorno en el cual las glándulas paratiroides del
cuello producen demasiada hormona paratiroidea.
Uso de ciertos medicamentos como: sulfaminas, diuréticos tiazídicos o
azatioprina.
Síntomas
El síntoma principal de la pancreatitis es un dolor en el cuadrante superior
izquierdo o medio del abdomen.
Respecto a este dolor los especialistas señalan que:
Puede empeorar en cuestión de minutos después de comer o beber al
principio, especialmente si los alimentos tienen un alto contenido de grasa.
Se vuelve constante o más intenso y dura varios días.
Puede empeorar al acostarse boca arriba.
Puede propagarse (irradiarse) a la espalda o por debajo del omóplato
izquierdo.
Las personas con pancreatitis aguda a menudo tienen fiebre, náuseas,
vómitos y sudoración.
Otros síntomas que pueden estar relacionadas con esta enfermedad
abarcan:
Abdomen lleno de gases.
Hipo.
Indigestión.
Leve coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos (ictericia).
Distensión abdominal.
Síntomas de la pancreatitis crónica:
Dolor abdominal: Se produce en mayor proporción en el abdomen superior
y puede durar horas e incluso días y se puede incluso convertir en continuo.
Este dolor puede empeorar al comer o al beber y al consumir alcohol y se
puede manifestar también en la espalda.
Prevención
Para prevenir esta enfermedad es importante tener en cuenta cuales son los
posibles factores de riesgo. Los pacientes que deben tener un cuidado
especial son:
Las personas con sobrepeso y obesidad.
Aquellas que consumen excesivo de alcohol y alimentos ricos en grasas.
Las personas que padecen de cálculos en la vesícula y vías biliares que
deben ser detectados precozmente para poder ser tratados.
Aquellos que tienen niveles de triglicéridos muy elevados.
Tipos
Existen dos tipos de pancreatitis:
La pancreatitis aguda
Se produce generalmente por los cálculos biliares o a un consumo excesivo
de alcohol, fenómenos que pueden provocar una autodigestión (proceso en
el que las enzimas pancreáticas destruyen su propio tejido y causan la
inflamación del mismo) del páncreas por las enzimas que produce.
Esta afección también puede originarse como consecuencia de los efectos
secundarios de ciertos medicamentos y, en muy raras ocasiones, es
idiopática, es decir, que no tiene una causa justificada.
Pancreatitis crónica
Se debe generalmente a una repetición de la pancreatitis aguda. La
ingesta prolongada y excesiva de alcohol también puede ser la causa de la
pancreatitis crónica.
Entre otras posibles causas de la pancreatitis crónica están tener una
enfermedad genética o hereditaria (aunque se consideran casos inusuales),
padece cálculos de la vesícula biliar o una hipercalcemia (aumento de nivel
de calcio en la sangre).
El tabaquismo se considera un factor de riesgo de una pancreatitis crónica.
Diagnóstico
El pilar más importante para la detección de esta enfermedad es que los
síntomas coincidan con los descritos, por lo que la experiencia del
especialista en este punto es imprescindible para elaborar un diagnóstico
certero.
Por otro lado, es importante que se realicen las pruebas convenientes
para detectar un aumento en la sangre de determinadas enzimas que el
páncreas se encarga de segregar, como son la amilasa o la lipasa.
Por último, resulta fundamental que el especialista lleve a cabo alguna
técnica de imagen, ecografía o escáner (TC), para demostrar que existen
cambios en la forma y/o tamaño del páncreas o alteraciones en las regiones
cercanas.
Tratamientos
La infección suele aparecer en la primera semana, pero habitualmente se
manifiesta en la segunda o siguientes, provocado por una infección de la
necrosis pancreática.
El tratamiento de la pancreatitis aguda es el régimen de hospitalización,
ajustando el mismo a cada caso, intentando adelantarse a los
acontecimientos que se puedan producir en el desarrollo de la afección.
Los puntos principales sobre los que se aplica el tratamiento son:
Un estrecho control del paciente al que se le realizarán controles habituales
de sus constantes vitales y analíticas de carácter múltiple o seriado.
El tratamiento del dolor con analgésicos.
Mantener al paciente hidratado de forma constante y nutrición por vía
intravenosa, evitando la ingesta de los alimentos por la boca.
Tratamiento específico de las náuseas y los vómitos.
Bloqueo de la secreción gástrica de ácido con fármacos.
Administración de antibióticos para evitar infecciones que entorpezcan la
evolución.
En los casos de pancreatitis aguda que se produzca por piedras en la vía
biliar, es preciso extraer la piedra mediante procedimientos endoscópicos.
Otros datos
La pancreatitis crónica se presenta con más frecuencia en hombres que en
mujeres y, a menudo, se presenta en personas de edades entre 30 y 40
años.
Este tipo de pancreatitis no se cura o mejora. Empeora con el tiempo y lleva
a daño permanente.