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El famoso artículo 'Vuelva usted mañana' de Mariano José de Larra podría ser un buen
ejemplo de procrastinación a la española sobre todo porque el término procede del latín
'procrastinare' que signi ca 'posponer hasta mañana'. Sin embargo, si este artículo ilustre
se refería a la España decimonónica en la actualidad los estudios muestran que
procrastinar es transcultural.
¿QUÉ ES LA PROCRASTINAR?
"Todos aplazamos pero no todos somos procrastinadores. Los procrastinadores
retrasan de forma recurrente el inicio de las tareas y al hacerlo padecen ansiedad y
preocupación", explica el investigador.
Díaz morales apunta que hay que distinguir entre la procrastinación habitual sin
consecuencias graves y la crónica, que se convierte en un estilo de vida donde ansiedad y
angustia son también recurrentes.
TIPOS DE PROCRASTINACIÓN
Díaz Morales explica a Infosalus que existen a grandes rasgos tres grandes grupos
de nidos de procrastinadores. Esta clasi cación utiliza como base diferentes motivaciones
o estilos de procrastinación:
1º Miedo al fracaso: son los procrastinadores por evitación. Se evita el inicio o n de las
tareas por miedo a no hacerlas bien, evitar el juicio de los demás o no cumplir las
expectativas propias o ajenas. También se encuentran en este grupo los que perciben
como desagradable la tarea y la postergan para hacer algo diferente que les agrada. Es
más común en personas con baja autoestima.
2º Postergar como aliciente: postergar es una forma de activación para estas personas
que esperan hasta el último minuto para empezar la tarea. "Piensan que tienen tiempo de
sobra y buscan su motivación en la postergación, como un riesgo que piensan les hace
rendir más, pero al nal esto no es cierto", señala el investigador. El caso típico es el de los
estudiantes que estudian la noche antes del examen.
3º Indecisión: las personas que procrastinan por indecisión dudan de cómo empezar la
tarea o cómo acometerla y esto les lleva a que postergar su inicio.
Según señala Díaz Morales, no todos los expertos en procrastinación están de acuerdo
en que exista tal clasi cación. "Estas son las principales motivaciones que se sugieren en
su estudio pero el problema es si las medidas existentes miden bien la procrastinación",
comenta el investigador.
En el ámbito laboral existen pocos estudios pero se asocian con las tasas de paro más
altas y personas que no progresan en su trabajo. En un estudio internacional realizado a
través de Internet en el que participaron 22.000 jóvenes, Ferrari concluía que los
procrastinadores tienen sueldos más bajos y una mayor tasa de desempleo tras los
estudios universitarios.
TRATAMIENTO DE LA PROCRASTINACIÓN
"Esto depende del autoconocimiento para saber cuándo se es más productivo. Esto no
sería procrastinar, ya que hay que tener en cuenta que la procrastinación siempre conlleva
un componente de angustia y ansiedad ante la tarea y el hecho en sí de retrasarla",
concluye Díaz Morales.