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La Teoría Celular

Teoría celular enunciada por Matthias Schleiden (1804-1881) y Theodor Schwann (1810-1882).
La teoría celular de Schleiden y Schwann señala un rasgo común para todos los seres vivos:
Todos los seres vivos están compuestos por células y por productos elaborados por ellas.
Aunque la idea de que la célula es el "átomo" de la vida nos parezca evidente, su importancia y la dificultad
de su descubrimiento son parejas a la dificultad del descubrimiento de la existencia de átomos en química,
y marca un cambio de paradigma en la manera de concebir la vida.
La teoría celular se basó en los adelantos realizados mediante los aparatos de observación debidos
inicialmente a Robert Hooke (1635-1703) y a Antoni Van Leeuwenhoek (1632-1723).
Para entender la Teoría Celular, es conveniente estudiar primero la constitución y funcionamiento
de una célula. Si se trata de una célula del tipo de las denominadas eucariotas, ésta está formada
por el protoplasma y el núcleo.
El término protoplasma, fue utilizado por primera vez en 1838 por el fisiólogo checo Jan
Evangelista Purkinje (1787-1869) al poco tiempo de enunciarse la teoría celular. La palabra
protoplasma significa en griego "lo primero que se forma" y lo empleó para referirse a la vida que
existe en un huevo. La acepción actual se la debemos a Hugo von Mohl (1805-1872), que utilizó
el mismo término en 1846 para designar la materia gelatinosa que existe dentro de toda célula.
Unos años después, en 1860, Max J. S. Schulze demostró que el protoplasma presenta
características similares en todos los tipos de células, sean estas vegetales o animales, de
organismos unicelulares o complejos.
El protoplasma (término hoy en desuso) está formado por varias sustancias en estado coloidal
(agua, sales, proteínas, azúcares y lípidos -grasas-). El protoplasma se subdivide en dos partes: el
citoplasma y el carioplasma. El citoplasma ocupa desde la membrana celular hasta el núcleo y es
el lugar donde ocurre el metabolismo celular. El carioplasma, ó líquido intranuclear, es el sitio en
donde ocurre el metabolismo de los ácidos nucleicos.
En 1831 el botánico escocés Robert Brown (1773-1857) estudió las hojas de orquídeas y
descubrió que todas las células presentaban una mancha oscura en su interior. Aunque ya se había
ilustrado antes esta parte de las céulas, fue Brown quien, intuyendo la importancia de este
orgánulo, lo llamó núcleo, indicando que era la parte más importante de la célula.
Partes de la célula
En griego el núcleo o meollo de una nuez se designa con el nombre de karion, por lo cual se
denominaron eukariotas (células con un núcleo verdadero) a las células que poseían un núcleo,
para diferenciarlas de las que no lo tienen, a las cuales se denominó prokariotas.
A mediados del siglo XIX los químicos empezaron a utilizar tintes sintéticos, e inmediatamente
emplearon estos tintes en las preparaciones destinadas a observarse al microscopio. Se vio que las
diferentes partes de las células se teñían con pigmentos específicos, lo que permitió descubrir
muchos componentes de la célula que hasta entonces habían permanecido ocultos por ser
transparentes a la luz.
En 1878 el biólogo alemán Walter Fleming (1843-1905) descubrió que se podían teñir unas
estructuras existentes en el interior del núcleo y llamó cromatina a la materia que forma dichas
estructuras. Como las células de la preparación morían al teñirse y en una preparación existían
células en muy diferentes etapas de crecimiento y división, Fleming pudo estudiar estas etapas y
comprender cómo evoluciona la vida de la célula. Al comenzar el proceso de división celular, la
cromatina forma una especie de hilos que se denominan, con mucha lógica, cromosomas (cuerpos
coloreados) y Fleming llamó al proceso de división celular mitosis, una palabra griega que
significa hilo.
En 1887 el biólogo belga Édouard van Beneden (1846-1910) contó el número de cromosomas
de células de diferentes especies y llegó a la conclusión de que el número de cromosomas es una
característica de la especie. Todas las células humanas tienen 46 cromosomas. También descubrió
que los espermatozoides y los óvulos tienen la mitad de cromosomas que las células normales y
dedujo que así, al unirse, conservaban en la descendencia todos sus cromosomas, con lo que
recuperaban el número característico de la especie.
La Teoría Celular
Teoría celular enunciada por Matthias Schleiden (1804-1881) y Theodor Schwann (1810-1882).
La teoría celular de Schleiden y Schwann señala un rasgo común para todos los seres vivos:
Todos los seres vivos están compuestos por células y por productos elaborados por ellas.
Aunque la idea de que la célula es el "átomo" de la vida nos parezca evidente, su importancia y la dificultad
de su descubrimiento son parejas a la dificultad del descubrimiento de la existencia de átomos en química,
y marca un cambio de paradigma en la manera de concebir la vida.
La teoría celular se basó en los adelantos realizados mediante los aparatos de observación debidos
inicialmente a Robert Hooke (1635-1703) y a Antoni Van Leeuwenhoek (1632-1723).
Para entender la Teoría Celular, es conveniente estudiar primero la constitución y funcionamiento
de una célula. Si se trata de una célula del tipo de las denominadas eucariotas, ésta está formada
por el protoplasma y el núcleo.
El término protoplasma, fue utilizado por primera vez en 1838 por el fisiólogo checo Jan
Evangelista Purkinje (1787-1869) al poco tiempo de enunciarse la teoría celular. La palabra
protoplasma significa en griego "lo primero que se forma" y lo empleó para referirse a la vida que
existe en un huevo. La acepción actual se la debemos a Hugo von Mohl (1805-1872), que utilizó
el mismo término en 1846 para designar la materia gelatinosa que existe dentro de toda célula.
Unos años después, en 1860, Max J. S. Schulze demostró que el protoplasma presenta
características similares en todos los tipos de células, sean estas vegetales o animales, de
organismos unicelulares o complejos.
El protoplasma (término hoy en desuso) está formado por varias sustancias en estado coloidal
(agua, sales, proteínas, azúcares y lípidos -grasas-). El protoplasma se subdivide en dos partes: el
citoplasma y el carioplasma. El citoplasma ocupa desde la membrana celular hasta el núcleo y es
el lugar donde ocurre el metabolismo celular. El carioplasma, ó líquido intranuclear, es el sitio en
donde ocurre el metabolismo de los ácidos nucleicos.
En 1831 el botánico escocés Robert Brown (1773-1857) estudió las hojas de orquídeas y
descubrió que todas las células presentaban una mancha oscura en su interior. Aunque ya se había
ilustrado antes esta parte de las céulas, fue Brown quien, intuyendo la importancia de este
orgánulo, lo llamó núcleo, indicando que era la parte más importante de la célula.
Partes de la célula
En griego el núcleo o meollo de una nuez se designa con el nombre de karion, por lo cual se
denominaron eukariotas (células con un núcleo verdadero) a las células que poseían un núcleo,
para diferenciarlas de las que no lo tienen, a las cuales se denominó prokariotas.
A mediados del siglo XIX los químicos empezaron a utilizar tintes sintéticos, e inmediatamente
emplearon estos tintes en las preparaciones destinadas a observarse al microscopio. Se vio que las
diferentes partes de las células se teñían con pigmentos específicos, lo que permitió descubrir
muchos componentes de la célula que hasta entonces habían permanecido ocultos por ser
transparentes a la luz.
En 1878 el biólogo alemán Walter Fleming (1843-1905) descubrió que se podían teñir unas
estructuras existentes en el interior del núcleo y llamó cromatina a la materia que forma dichas
estructuras. Como las células de la preparación morían al teñirse y en una preparación existían
células en muy diferentes etapas de crecimiento y división, Fleming pudo estudiar estas etapas y
comprender cómo evoluciona la vida de la célula. Al comenzar el proceso de división celular, la
cromatina forma una especie de hilos que se denominan, con mucha lógica, cromosomas (cuerpos
coloreados) y Fleming llamó al proceso de división celular mitosis, una palabra griega que
significa hilo.
En 1887 el biólogo belga Édouard van Beneden (1846-1910) contó el número de cromosomas
de células de diferentes especies y llegó a la conclusión de que el número de cromosomas es una
característica de la especie. Todas las células humanas tienen 46 cromosomas. También descubrió
que los espermatozoides y los óvulos tienen la mitad de cromosomas que las células normales y
dedujo que así, al unirse, conservaban en la descendencia todos sus cromosomas, con lo que
recuperaban el número característico de la especie.

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