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TRES TIPOS DE FE

La fe la podemos ver en tres diferentes tipos. La podemos ver como

• LA FE SALVADORA

• LA FE COMO FRUTO

• LA FE COMO DON

LA FE SALVADORA

Esta fe es dada a todo hombre para depositarla en Jesucristo. (Romanos


12:3)

La fe salvadora es la que Dios regala a toda criatura

Dios no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedamos al


arrepentimiento. 2/Pedro 3:9

Pero nuestra salvación depende de cómo usemos la fe que nos es dada.

En Números 21:9 vemos la figura de la serpiente de oro como Jesucristo

Se estipuló que si vieran la serpiente de oro con fe, el veneno de las


serpientes se anularía.

Aun, muchos perecieron, no porque Dios hubiese querido, sino que ellos
no quisieron creer en aquel medio de salvación.
El versículo de Marcos 16:16 claramente declara que si uno no usa la fe,
no puede ser salvo y Israel no uso su fe para salvarse.

La fe es necesaria para creer, por eso es dada a todos. 2/Pedro 3:9

La condición que ahora vemos para ser salvo es creer en el Señor


Jesucristo.

Al igual que la serpiente de oro, muchos menosprecian el sacrificio de


Jesucristo y no deciden creer en El Juan 1:12; Juan 3:16

Nadie puede llegar delante de Dios a reclamar ¿Por qué se perdió?


Simplemente es porque el hombre no ha querido creer en el Cordero de
Dios que quita el pecado del mundo. Juan 1:29

Personas que usaron su fe efectivamente

• RUTH. Creyó en Jehová y fue salva Ruth 1:16

• MOISES. Fue salvo por fe al creer en Jehová Hebreos 11:24-31

• EL ENUCO. De Etiopía cree en Jesús (Hechos 8:36-38)

• CORNELIO. cree por fe en Jesús (Hechos 11:14-18)

La fe viene por el oír Romanos 10:9-11

El carcelero de Filipo Hechos 16:30-33

Ejemplos de los que se perdieron por no usar la fe


• CAIN no quiso escuchar la voz de Dios (Génesis 4:6-16)

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• LOS HOMBRES QUE SE AHOGARON EN EL DILUVIO en el Génesis 6:5-


6

• LOS HOMBRES ENCUBIERTOS (JUDAS 1:4)

LA FE COMO FRUTO

Este otro nivel de la fe se refiere a la fe que una persona nacida de nuevo


posee

Esta fe puede crecer, ser fortalecida y sometida a prueba.

Podemos decir que conforme vayamos conociendo y amando al Señor, en


esa medida nuestra fe ira desarrollándose.

Esta fe es parte del fruto del Espíritu

Esta faceta de la fe se debe cultivar (2 Timoteo 2:6)

Juan 11:40

Lucas 8:43-56 – La mujer con flujo de sangre y Jairo


Aquí miramos que el Señor hace que declare delante de todo

Por causa de la fe de la mujer, se sanó.

La confesión publica de Jesús es objeto del avivamiento de la fe de los


demás a través del testimonio y la manifestación del poder de Dios

Si no se practica esta fe, esta puede morir (Santiago 2:26)

La fe se perfecciona a través de las obras, puesto que si no se pone en


acción lo que se cree, ¿Cómo se desarrollará?

A los ciegos, el Señor les motivó a usar su fe expresándoles: “¿Creéis que


puedo hacer esto?” Mateo 9:28-30

La fe como fruto debe crecer más que la semilla de mostaza Mateo 17:20

COMO SE EXPLICA LA MEDIDA DE LA FE

Hombres llenos de fe son los que cultivan la fe a un grado máximo A pesar


de sus vidas; la mantienen firme

Los diáconos deben ser hombres llenos de fe (Hechos 6:5)

Bernabé llego a Antioquia y estaba lleno de fe (Hechos 11:24)

La fe como fruto es para creerle a Cristo en cada instante de nuestra vida.


Esta fe debe cultivarse escuchando y practicando la palabra

El mayor obstáculo que impide el desarrollo de la fe es el razonamiento o


la incredulidad
Hombres de poca fe – estos se manifiestan al brotar de ellos las siguientes
expresiones:

Son los que un día tuvieron fe y ahora están vacios no creen ya más a la
palabra, a Cristo Mateo 13:58; Marcos 6:6

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Razonan mucho – Tomas no creía en la resurrección. Los discípulos de


Emús no creían en la resurrección de Jesús

Afanes – ¿Qué comeremos? Mateo 6:30-31

¿Qué beberemos?

¿Con qué nos cubriremos?

Ansiedad Lucas 12:28-29

Miedo Mateo 8:26

6. Tener dudas Mateo 14:31

7. Discusiones – Se discute porque no se tiene pan (Mateo 16:8)


LA FE COMO DON

1/Corintios 12:9 – “a otro, fe por el mismo Espíritu…”

La fe es uno de los 9 dones que el Espíritu Santo da a los santos de la


iglesia para la edificación del cuerpo de Cristo

1/Corintios 12:31

Es un regalo de Dios necesario para que se manifiesten otros dones como:

• El don de sanidad

• el don de hacer milagros

Esta fe no se puede desarrollar pues es dada por el Espíritu Santo como él


quiere y es puesta a funcionar en determinadas personas y circunstancias

Pedro – el cojo de la hermosa Hechos 3:1-16

La fe como don no les es dada a todos, sino solo a aquellos a quien el


Espíritu Santo quiere usar

Marcos 2:2-5

Hechos 20:9-12

Con falta de poder y autoridad no se pueden echar fuera demonios


(Mateo 17:19-21)

CONCLUSION

Al perder la fe salvadora se convierte en apostasía

Apostatar = renegar de la fe
• LA FE COMO DON del espíritu no puede perderse pues solo al
espíritu le pertenece y la da a quien quiera, para la edificación del cuerpo
de Cristo

• LA FE COMO SALVADORA es el resultado de la obediencia a las


promesas de Dios

• LA FE COMO FRUTO debe cultivarse para que no se pierdan los


beneficios que nos puedo haber dado si se hubiera cultivado

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NOTA:

Debemos distinguir entre fe y alarde de fe. La fe es del espíritu y el alarde


de fe es de la carne.

INTRODUCCIÓN
La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en
todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la
Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma.
Por la fe "el hombre se entrega entera y libremente a Dios"
(DV 5). Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer
la voluntad de Dios. "El justo vivirá por la fe" (Rm 1,17). La
fe viva "actúa por la caridad" (Ga 5,6).
DESARROLLO
A. Concepto de Fe
La palabra fe proviene del latín fides, que significa creer. Fe es
aceptar la palabra de otro, entendiéndola y confiando que es honesto
y por lo tanto que su palabra es veraz. El motivo básico de toda fe es
la autoridad (el derecho de ser creído) de aquel a quien se cree. Este
reconocimiento de autoridad ocurre cuando se acepta que el o ella
tiene conocimiento sobre lo que dice y posee integridad de manera
que no engaña.
Se trata de fe divina cuando es Dios a quien se cree. Se trata de fe
humana cuando se cree a un ser humano. Hay lugar para ambos
tipos de fe (divina y humana) pero en diferente grado. A Dios le
debemos fe absoluta porque Él tiene absoluto conocimiento y es
absolutamente veraz. La fe, más que creer en algo que no vemos es
creer en alguien que nos ha hablado. La fe divina es una virtud
teologal y procede de un don de Dios que nos capacita para
reconocer que es Dios quien habla y enseña en las Sagradas
Escrituras y en la Iglesia. Quien tiene fe sabe que por encima de toda
duda y preocupaciones de este mundo las enseñanzas de la fe son las
enseñanzas de Dios y por lo tanto son ciertas y buenas.
La fe personal en Jesucristo es la aceptación de su propio testimonio
hasta la adhesión y la entrega total a su divina Persona. No es la
mera aceptación de que Él existe y vive entre nosotros tan realmente
como cuando vivió en Palestina; ni tampoco una adhesión de sólo el
entendimiento a las verdades que el Evangelio nos propone, según la
autorizada interpretación del Magisterio de la Iglesia. Es algo mucho
más existencial y totalizante. Dice el Concilio Vaticano I: La Iglesia
Católica enseña infaliblemente que la fe es esencialmente un
asentimiento sobrenatural del entendimiento a las verdades
reveladas por Dios; pero la fe no sólo es aceptar una verdad con el
entendimiento, sino también con el corazón. Es el compromiso de
nuestra propia persona con la persona de Cristo en una relación de
intimidad que lleva consigo exigencias a las que
jamás ideología alguna será capaz de llevar. Para que se dé fe
auténtica y madura hay que pasar del frío concepto al calor de
la amistad y del decidido compromiso. Por eso una fe así en
Jesucristo es la que da fuerza y eficacia a una vida cristiana
plenamente renovada, como la que quiere promover el Concilio
Vaticano II.
Lo esencial de la fe es aceptar una verdad por la autoridad de Dios
que la ha revelado. El que para creer que Jesucristo está en la
eucaristía exige una demostración científica, no tiene fe en la
eucaristía. Lo único que sí es razonable es buscar las garantías que
nos lleven a aceptar que realmente esa verdad ha sido revelada por
Dios. Ésos son los motivos de credibilidad. Entre éstos está la
definición infalible de la Iglesia que me confirma que una verdad
determinada está realmente revelada por Dios. Cuando la Iglesia, ya
sea por definición dogmática, ya sea por su Magisterio ordinario y
universal, propone a los fieles alguna verdad para ser creída como
revelada por Dios, no puede fallar en virtud de la asistencia especial
del Espíritu Santo que no puede permitir que la Iglesia entera yerre
en alguna doctrina relativa a la fe o las costumbres.
La fe sobrenatural me da la suprema de las certezas, pues no me fío
de la aptitud natural del entendimiento humano para conocer la
verdad, ni de la veracidad de un hombre, sino de la ciencia y
veracidad de Dios. Porque creo en Cristo, me fío de su palabra.
Acepto a Cristo como norma suprema, y todo lo valoro como lo
valora Él. Los hechos son la expresión del nivel de fe de una persona.
No hay posible aceptación del programa de Jesús si no es
mediante el lenguaje de los hechos. Seguir a Jesús quiere decir
escuchar sus palabras, asimilar sus actitudes, comportarse como Él,
identificarse plenamente con Él. Los que siguen a Jesús de verdad
quieren parecerse a Él, se esfuerzan en pensar como Él, haciendo las
cosas que le gustan a Él. Desean obrar bien, ayudar a los demás,
perdonar, ser generosos y amar a todos. Tener fe lleva consigo
un estilo de vida, un modo de ser.
Partes: 1, 2

La fe es esencialmente la respuesta de la persona humana al


Dios personal, y por lo tanto el encuentro de dos personas. El
hombre queda en ella totalmente comprometido. La fe es cierta, no
porque implica la evidencia de una cosa vista, sino porque es la
adhesión a una persona que ve. La transmisión de la fe se verifica
por el testimonio. Un cristiano da testimonio en la medida en que se
entrega totalmente a Dios y a su obra. Normalmente, la verdad
cristiana se hace reconocer a través de la persona cristiana. El que no
tiene fe no entiende al que la tiene, y sabe estimar los
valores eternos. Es como hablarle a un ciego de colores.
B. Enseñanza bíblica sobre la fe
En su sentido bíblico la fe puede describirse como la plena adhesión
del intelecto y de la voluntad a la palabra de Dios. Las dos facetas del
verdadero creyente son: confianza en la persona que revela, y
adhesión del intelecto a sus signos o palabras. En
la literatura sapiencial la fe aparece necesaria e indispensable; la
verdadera sabiduría incluye la fe. Las
facultades intelectuales del hombre están encauzadas en una
búsqueda de Dios.
En los Evangelios, la fe se desenvuelve con la revelación del Reino de
Dios, cuyo fundamento es Jesús mismo. Este revela la doctrina de su
Reino como quien tiene autoridad (Mt 7,v.7; Mc 1,v.22; Lc 4,v.32), y
sus milagros la confirman. Sin embargo, Cristo deja claro que hace
falta la gracia del Padre para tener esta fe en Él (Mt 11,v.25.v.27par.).
Esa gracia y correspondencia de la fe en Jesús, como Mesías, se
refleja perfectamente en la confesión de San Pedro (Mt 16,v.16-18).
La fe del centurión está considerada por el mismo Jesús como
maravillosa (Mt 8,v.10; Lc 7,v.1-10), precisamente porque el
centurión sabía lo que era la autoridad del que revela, y sólo tuvo
que oír la palabra de autoridad para creer firmemente en su
resultado: "Pero di sólo una palabra y mi siervo será sano" (Lc 7,v.7).
El modelo de la fe es la Virgen María: ella cree enseguida y deja
obrar a Dios, según su palabra; Isabel le dirá "Dichosa la que ha
creído en la palabra de su Señor" (Lc 1,v.45). Si la Encarnación fue el
comienzo, el hecho central y raíz de la fe evangélica es la
Resurrección de Cristo, que inspirará toda la presentación de Jesús
en otros escritos neotestamentarios (Hechos, Epístolas, Apocalipsis).
El libro de los Hechos proclama aquella realidad de Cristo
resucitado, tanto con obras como con palabras. En el discurso de San
Pedro se manifiesta ese valor testimonial de la fe: "Nosotros somos
testigos de estas cosas, con el Espíritu Santo que Dios ha dado a los
que son dóciles" (Act 5,v.32). En repetidas ocasiones los Apóstoles
aparecen como mártires, testigos apoyados en la verdad de Cristo y
su Espíritu (Act 10,v.39-42; 13,v.31; 22,v.15; 23,v.11). La fe que
proponen a judíos y gentiles se confirma con signos y milagros (Act
2,v.22; 5,v.12; 14,v.3), entre los cuales se nota en primer plano la
curación de un cojo por Pedro "en nombre de Jesucristo Nazareno"
(Act 3,v.6). La fe en Jesús lleva a una transformación de la vida y
una comunión entre creyentes, viviendo juntos y compartiendo todo
(Act 2,v.44). Su fidelidad se manifiesta en su perseverancia en la
enseñanza de los Apóstoles, en la unión, en la fractio panis, y en las
oraciones (Act 2,v.42).
En la epístola a los Hebreos (cap. 11) se da lo que podemos llamar
una definición de la fe, junto con una exégesis de cómo la vivían los
protagonistas del Antiguo Testamento. "La fe (pistis) es la garantía
(hypostasis) de lo que se espera, la prueba de las cosas que no se
ven" (11,v.1). Literalmente la palabra griega hypostasis se traduce
mejor por el término latino substancia. En este sentido la fe es lo que
está debajo de (o subyace a) toda nuestra esperanza; se refiere
fundamentalmente a lo que no se posee, pero que se espera. Siendo
el principio de nuestra esperanza, nos capacita para saber que el
mundo ha sido creado por la Palabra de Dios (11,v.3), y que Dios
remunera a quienes le buscan (11,v.6). También se repite un tema
implícito en todo el Antiguo Testamento, el cual fundamenta la
misma justificación del hombre: sin la fe es imposible agradar a Dios
(11,v.6).
C. La fe, fundamento de la vida cristiana
Desde el comienzo de su ministerio, Jesús pedirá a sus oyentes creer
en la Buena Nueva (Mc 1,v.15) y presenta siempre la fe como
condición indispensable para entrar en el reino de los cielos. Ya se
trate de la curación corporal (Mt 9,v.22; Mc 10,v.52; Io 11,v.25-27,
etc.), ya se trate de los milagros que Cristo realiza (cfr. Mt 13,v.28),
la fe es la que todo lo obtiene. Por eso, los Apóstoles ponen esta
condición: "cree en el Señor y serás salvo" (Act 16,v.31).
La fe divide a los hombres en función de su destino eterno: "el que
crea y se bautice se salvará, el que no crea se condenará" (Mc 16,v.15
ss.; Io 13,v.18); se trata pues, de una condición indispensable y
radicalmente necesaria para el estado de gracia: "Sin fe es imposible
agradar a Dios" (Heb 11,v.6); "la fe es fundamento de la salvación"
(Heb 11,v.1).
En la enseñanza de San Pablo se ve cómo la justificación nace de la
fe, se realiza por medio de la fe, reposa en la fe (Rom 1,v.17; 3,v.22
ss.; 5,v.1; Gal 2,v.10; 3,v.11; Philp 3,v.9). La fe es necesaria para la
salvación y así lo ha expresado el Magisterio de la Iglesia. El Concilio
de Trento afirma que la fe es "inicio de la salvación humana,
fundamento y raíz de toda justificación, sin la cual es imposible
agradar a Dios y llegar al consorcio de hijos de Dios" (Dz-Sch 1532);
y el Concilio Vaticano I, recogiendo esas mismas palabras, añade:
"de ahí que nadie obtuvo jamás la justificación sin ella y nadie
alcanzará la salvación eterna si no perseverase en ella hasta el fin"
(Dz-Sch 3012).
La teología, distinguiendo un hábito de fe (fe habitual) concedido
por la gracia santificante (también a los niños, por medio del
Bautismo), y un acto de fe (fe actual), necesario para aquellos que
son capaces de obrar moralmente (porque tienen uso de razón),
expresa esa radicalidad de la fe en la vida cristiana con esta tesis: la
fe es necesaria con necesidad de medio para la justificación y para la
salvación eterna, de tal modo que sin ella nadie puede salvarse; en el
caso de todos los hombres en general (incluidos niños), se trata de la
fe habitual, y en el caso de los que tienen uso de razón, de la fe
actual. De modo que los niños, para salvarse, necesitan de la fe
habitual conferida por la gracia santificante (de ahí la obligación de
administrar el Bautismo cuanto antes sea posible), y los adultos
necesitan el acto de fe para entrar en el reino de los cielos.
Una dificultad se plantea, sin embargo, con los que ignoran
invenciblemente, sin culpa, el Evangelio, porque a ellos no ha
llegado la predicación o por otras razones. Estos, ¿necesitan también
la fe para salvarse? Ciertamente; lo que ocurre es que no hay que
identificar la necesidad de la fe con la necesidad de aceptar
explícitamente todo el Evangelio. Este tema ha sido afrontado
repetidas veces por el Magisterio, y resuelto: cfr. Dz 1645-1647; Dz-
Sch 2865-2867; 2915-2917. El Concilio Vaticano II ha recogido
claramente la doctrina sobre este punto (Lumen gentium, nn. 14-16;
Ad gentes, n. 7).
Supuesta la necesidad de la fe, la Moral se ha preguntado cuáles son
las verdades que se deben creer, como absolutamente
indispensables, para la salvación. Explícitamente, hay que creer, al
menos que Dios existe y es remunerador (cfr. Heb 11,v.6) y a esas
verdades se añaden, para los que quieren ser admitidos en
el cristianismo, la fe en la Trinidad y en la Encarnación de Cristo
(cfr. Simbolo Quicumque: Dz-Sch 75-76; 2164; 2380-81). Aunque
esta segunda parte ha sido ocasión de disputas teológicas, es obvio
que tratándose de temas tan importantes en los que está en juego la
propia salvación, hay que estar por la opción más segura.
Pero aparte de las verdades necesarias mínimas, el cristiano tiene el
grave deber de conocer todas las verdades reveladas por Cristo y
propuestas por la Iglesia; ésta, desde el principio, procuró expresar
en conceptos el contenido de la fe y así surgieron los Símbolos. Se
considera deber grave elconocimiento del Credo, del Decálogo,
Sacramentos y oración dominical. Pero, implícitamente, se debe
creer toda la Revelación, es decir, lo que Dios ha manifestado a los
hombres y ha sido propuesto por la Iglesia para creer: "Deben
creerse con fe divina y católica todas aquellas cosas que se contienen
en la palabra de Dios escrita o tradicional y son propuestas por la
Iglesia para ser creídas como divinamente reveladas, ora por
solemne juicio, ora por su ordinario y universal Magisterio" (Dz-Sch
3011).
La fe, además de la actitud personal de entrega a Dios, tiene un
contenido objetivo, que reúne un conjunto de verdades, que el
hombre debe aceptar: es un cuerpo de doctrina (verdades
sobrenaturales e incluso naturales), que se deben conocer y vivir. Es
lógico que el grado de conocimiento venga determinado por la
capacidad de cada cristiano, aunque la Iglesia, como se ha visto,
considera necesarias un mínimo de verdades, que deben conocerse
para poder salvarse. Los laicos necesitan, dice el Concilio Vaticano
II, "una sólida preparación doctrinal, teológica, moral, filosófica,
según la diversidad de edad, condición y talento" (Apostolicam
actuositatem, 29).
Pues bien, el cristiano, una vez aceptado globalmente todo el
contenido de la fe, ha de procurar conocer y estudiar, a la luz de la
razón ilustrada por esa misma fe, lo que Dios ha revelado. De
acuerdo con su edad, nivel cultural, etc., tiene el deber de adquirir
una sólida formación doctrinal-religiosa, de llegar a un conocimiento
cada vez más serio y hondo de las verdades de la fe.
D. Obligación de profesar, conservar y extender la fe
El cristiano tiene el deber de dar testimonio de su fe, como se afirma
frecuentemente en el Nuevo Testamento: "el que me confiese
delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi
Padre" (Mt 10,v.32; cfr. Lc 9,v.6; Rom 10,v.10). La Iglesia siempre lo
consideró un deber, y los mártires (testigos) son demostración
palpable de ese convencimiento.
Este deber tiene dos aspectos: uno negativo, que exige no renegar de
la propia fe; y otro positivo, que obliga a confesarla públicamente en
determinadas circunstancias, concretamente, "siempre que el
silencio, la tergiversación o la manera de obrar lleven consigo la
negación implícita de la fe, desprecio de la religión o escándalo del
prójimo" (CIC, c. 1325). La confesión pública es necesaria cuando se
es interrogado por pública autoridad (cfr. Dz-Sch 2118), o cuando se
deben cumplir determinados deberes religiosos
(contraer matrimonio, por ejemplo); también cuando lo exige el bien
de la propia alma o el bien espiritual del prójimo, en aquellos casos,
sobre todo, en los que el silencio podría poner en peligro la propia fe
o producir escándalo. Existe también ese deber cuando,
por ley eclesiástica, se manda una profesión de fe en ciertas
circunstancias: conversión a la Iglesia católica, Bautismo, orden
sacerdotal, promoción a la Jerarquía eclesiástica, etc. (cfr. CIC, c.
1406, 2314). Sólo cuando haya graves motivos, causa justa y
proporcionada, se puede ocultar la propia fe o la pertenencia a la
Iglesia (convertidos en ambiente hostil, épocas de persecución, etc.).
Y aun en esos casos, si se hace mediante negación implícita o con
escándalo para el prójimo, esa ocultación puede ser pecaminosa.
El cristiano debe dar constantemente testimonio de su fe: "Brille así
vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras obras y
glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo" (Mt 5,v.16). "Su fe
no sólo debe crecer, sino manifestarse; debe llegar a ser ejemplar,
comunicativa, informada por la expresión que muy justamente
llamamos testimonio" (Pablo VI, aloc. 14-XII-1966).
E. Actos de fe
El acto de fe es el asentimiento de la mente a lo que Dios ha
revelado. Un acto de fe sobrenatural requiere gracia divina. Se da
bajo la influencia de la voluntad la cual requiere la ayuda de la
gracia. Si el acto de fe se hace en estado de gracia, es meritorio ante
Dios. Actos explícitos de fe son necesarios, por ejemplo, cuando la
virtud de la fe está siendo probada por la tentación o cuando nuestra
fe es retada o cuando estamos ante actitudes mundanas contrarias a
la fe. Estas situaciones debilitarían nuestra fe si no recurrimos a un
acto de fe. Un ejemplo de acto de fe: "Dios mío, yo creo en Ti y todo
lo que nos enseñas en Tu Iglesia, porque Tu los has dicho y tu
palabra es veraz". El acto de fe no siempre se vocaliza. En muchas
situaciones lo hacemos y está siempre latente en nuestro corazón.
La fe inicia nuestra relación personal con Dios. Concilio Vaticano I:
Por la fe quedamos habilitados para confiar todo nuestro ser a Dios,
le ofrecemos el homenaje total de nuestro entendimiento y voluntad
y asentimos libremente a lo que Dios revela. La fe es un don
permanente los que la han recibido bajo el magisterio de la Iglesia
no pueden tener jamás causa justa de cambiar o poner en duda esa
fe. Debemos:
 Tener una fe informada. Para ello es necesario estudiar lo que
nuestra fe enseña.
 Retener la Palabra de Dios en su pureza. (sin comprometerla o
apartarse de ella)
 Ser testigos incansables de la verdad que Dios nos ha revelado.
 Defender la fe con valentía, especialmente cuando esta puesta en
duda o cuando callar seria un escándalo. (Declaración sobre
la libertad religiosa Dignitatis Humanae).
 Creer todo cuanto Dios enseña por medio de la Iglesia (No escoger
según nos guste).

¿Tienen fe los cristianos que no están en comunión con la Iglesia? Sí,


tienen fe en Dios y conocen muchas de las verdades que El nos ha
revelado. Pero no tienen fe en todo lo que El ha revelado.
Es muy fácil decir "Creo"; pero nuestras obras deben ser la prueba
irrebatible de la fortaleza de nuestra fe. Convenzámonos de una vez
que la ley de Dios no se compone de arbitrarios "haz esto" y "no
hagas aquello", con el objeto de fastidiarnos. La ley de Dios es
expresión de su sabiduría y su amorinfinitos dirigidos al hombre
para que éste alcance su fin y su perfección. Cuando adquirimos un
aparato doméstico del tipo que sea, si tenemos sentido común lo
utilizaremos según las instrucciones de su fabricante. Damos por
supuesto que quien lo hizo sabe mejor cómo usarlo para que
funcione bien y dure. También, si tenemos sentido común,
confiaremos en que Dios conoce mejor qué es lo más apropiado para
nuestra felicidad personal y la de la humanidad.
F. Pecados contra la fe
Al cristiano nunca le es lícita la negación de la propia fe, ni
directamente, por palabras, signos, gestos, escritos, ni
indirectamente, por aquellas accionesque, sin indicar en sí mismas
oposición a la fe, sin embargo, por las circunstancias en que se
realizan, podrían interpretarse así; esto ocurre también cuando un
creyente niega con su conducta práctica la verdad en la que cree, o
cuando con sus acciones (indiferencia, pecados personales) está
negando la fe que dice profesar.
El don de la fe permanece en el que no ha pecado contra
ella (cf. Concilio Trento: DS 1545) Pero, "la fe sin obras
está muerta"(St. 2,26): privada de la esperanza y de la
caridad, la fe no une plenamente el fiel a Cristo ni hace de
él un miembro vivo de su Cuerpo. El discípulo de Cristo no
debe sólo guardar la fe y vivir de ella, sino también
profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla: "Todos
vivan preparados para confesar a Cristo delante de los
hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de
las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia" (LG 42; cf.
DH 14). El servicio y el testimonio de la fe son requeridos
para la salvación: "Todo aquel que se declare por mí ante
los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre
que está en los Cielos, pero a quien me niegue ante los
hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en
los Cielos"(Mt 10,32-33)
Es éste un problema que en nuestra época adquiere vastas
dimensiones, cuando "muchedumbres cada vez más numerosas se
alejan prácticamente de la religión" (Gaudium et spes, 7) y el
ateísmo se convierte en fenómeno de masas. Ciertamente, el hombre
por propia culpa puede perder la fe, don de Dios condicionado a una
actitud humana de aceptación, de respuesta, de modo que la falta de
correspondencia continuada puede llevar a la pérdida de la fe. En
este proceso inciden diversas causas, entrecruzándose muchas
situaciones y actitudes: la exageración de la libertad, la relatividad
histórica, el recelo frente al Magisterio de la Iglesia, los desórdenes
morales, las dudas de fe, la influencia del ambiente, etc., unidas gran
parte de las veces a la ignorancia religiosa. Entre todas, tal vez la
más importante sea el desorden moral. Al estar el acto de fe
sostenido por la voluntad y en última instancia por la gracia, es
lógico que esté condicionado por las disposiciones morales del
sujeto.
También se ha planteado el problema de si la fe puede perderse sin
propia culpa:
Doctrinalmente, el problema fue resuelto por el Concilio Vaticano I,
que afirma que "los que han recibido la fe bajo el Magisterio de la
Iglesia no pueden jamás tener causa justa para cambiar o poner en
duda esa misma fe" (Dz-Sch 3013; 3036). Los teólogos posteriores al
Concilio interpretaron el textounánimemente así: No existe causa
objetivamente justa, ni subjetivamente justa, es decir, no hay motivo
justo para la persona, que le lleve a abandonar la fe sin pecado.
Los pecados contra la virtud de la fe son de forma y gravedad
diversa, y se han dado diversas clasificaciones. Se puede pecar
contra la obligación de creer (infidelidad, apostasía), contra la
obligación de confesar la fe (ocultación, negación de la fe), contra la
obligación de acrecentarla (ignorancia religiosa) y de preservarla de
los peligros. También puede pecarse por omisión (por no cumplir el
deber de confesarla externamente, por ignorancia de las verdades
que deben creerse) y por actos contrarios a esa virtud (pecados de
comisión); éstos pueden ser por exceso y por defecto. Hablando
propiamente no hay pecados por exceso, ya que no se puede
exagerar en la medida de las virtudes teologales, pero se habla así
cuando se consideran como objeto de la fe cosas que no caen dentro
de él, como ocurre, por ejemplo, en la credulidad temeraria o en la
superstición, cuando se cree en falsas devociones, en lugares
pseudo- milagrosos, horóscopos, etc.; también entran en este
apartado la adivinación y el espiritismo.
Se consideran pecados por defecto la infidelidad, la apostasía y la
herejía, y a ellos suelen añadirse el cisma, la indiferencia religiosa, la
duda positiva contra la fe y el ateísmo.
La infidelidad es, en general, la ausencia de fe debida; en sentido
técnico, es la ausencia de fe en aquellos que todavía no han recibido
su hábito mediante el Bautismo (en el Derecho canónico el infiel es
el no bautizado). Atendiendo a la culpa moral se habla de infidelidad
negativa o material cuando no es culpable por provenir de
ignorancia (paganos, por ejemplo), infidelidad privativa debida a
negligencia consciente y voluntaria, e infidelidad positiva o formal
cuando existe una oposición culpable a la fe. No es siempre fácil
decidir a cuál de estas tres especies se reduce la infidelidad de
un individuo o de un grupo.

Introducción
Recomendaciones para los alumnos:
 Antes de empezar el manual hazte esta pregunta: "¿Realmente
quieres ser un verdadero discípulo de Jesús?". Si es así, entonces
debes comprometerte a terminar todas las lecciones y no dejarlo a
medias.
 Al finalizar el curso I y II, tendrás todo el conocimiento básico y
necesario para enseñar y discipular a otros creyentes.
 No te dirijas al estudio con prisa. Busca y lee las Escrituras con
cuidado y contesta las preguntas al final de cada lección. Además
medita sobre los pasajes seleccionados que hay en cada lección.
No hay prisa, toma tiempo para poner en práctica todo lo que
aprendes.
 Comparte con tu grupo, tus dudas, desacuerdos, preguntas y
aportes nuevos que hayan surgido como parte de tu Estudio. Esto
ayudara a que la clase sea más participativa. Además de que el
maestro tendrá la oportunidad de aclarar mejor todas las
inquietudes de los alumnos.
 La responsabilidad más importante que tendrás será la de leer y
estudiar cada lección en tu casa varias veces de modo que la
comprensión del tema sea bueno.
 Separa un tiempo especial para estudiar estas lecciones y orar
antes de iniciar y después de terminarlo.
 En lo posible trata de recordar los puntos principales de cada
lección de memoria.
El propósito principal para este Material de Discipulado es que al
estudiarla seamos inspirados a amar a nuestro Señor Jesucristo más
profundamente y tener una vida más solida.
Lección # 1
VENCIENDO LA TENTACIÓN
¿Cómo puede un cristiano resistir las tentaciones que cada día
enfrentamos? Al momento que una persona llega a ser salva y ser
hijo de Dios, una gran lucha comienza.
El cristiano todavía tiene la vieja naturaleza, la pecaminosa
naturaleza de Adán, la cual tratará de llevarnos al pecado todo el
tiempo. Pero también tenemos la nueva naturaleza, la vida de Dios,
la cual odia el pecado y quiere lograr que hagamos lo recto. Las dos
naturalezas luchan una contra otra continuamente. La cuestión es
cual vencerá. La respuesta es simple, vencerá aquella a: "la que
alimentemos mas".
 Para meditar
Gálatas 5:16-17
Romanos 8:5-8
La vieja naturaleza es incurablemente mala, no puede ser mejorada y
no será removida hasta que el cristiano llegue al hogar celestial. Dios
la condenó cuando Cristo murió en la cruz, y quiere que los
cristianos la tratemos como si estuviera muerta. ¡No la animes! ¡No
la alimentes! ¡Nunca le des una oportunidad!
 Para meditar
Romanos 13:14
La nueva naturaleza inspira al cristiano a hacer lo bueno, debería ser
motivada y alimentada. Esta, entonces, es la manera como los
cristianos resisten la tentación, diciendo "No" al mundo, "No" a la
carne y "No" al diablo. Al mismo tiempo el creyente debe alimentar
esta nueva vida que tiene en su interior. No debe descuidarla, de lo
contrario caeremos en las trampas del enemigo.
Las siguientes son sugerencias prácticas de lo que podríamos hacer
para vencer la tentación:
1. ¡Lee la Biblia!
¡Estúdiala! ¡Memorízala! ¡Medítala! ¡Obedécela!
Salmos 119:9, 11. Dice que la Palabra de Dios nos ayuda a
guardarnos del pecado. Por lo tanto, debes estar seguro, en apartar
un tiempo definido cada día para la lectura de la Palabra de Dios
(Colosenses 3:16).
2. ¡Ora sin cesar!
Cada vez que te enfrentes a una tentación, clama a Dios por ayuda
(Hebreos 4:16). Él te dará fuerzas para vencer (I Corintios 10:13). Si
tratas de resistir por tu propia fuerza, seguramente fallarás. Solo
Dios puede darnos la fuerza para resistir al enemigo y así huira de
nosotros.
3. ¡Busca el compañerismo de creyentes y no de aquellos
que no lo son!
Proverbios 1:10-16; Hebreos 10:24-25. Frecuentemente es necesario
trabajar y vivir con no creyentes, y en tales casos deberíamos
testificarles con nuestras bocas y con nuestras vidas. Pero no
deberíamos unirnos a ellos en sus placeres y diversiones mundanos
(Efesios 5:10).
4. ¡Confiesa tus pecados inmediatamente! I Juan 1:9.
Tan pronto como seas consciente de que has ofendido a tu Padre por
un pensamiento pecaminoso, palabra o hecho, pide su perdón
inmediatamente. No esperes hasta la noche o hasta el fin de semana.
Proverbios 28:13.
5. ¡Mantente ocupado para el Señor!
Alguien ha dicho que las manos ociosas son el taller del diablo.
¡Entrega tu cuerpo al Señor para usarlo como él desea! (Romanos
6:19) Hay muchísimo trabajo para hacer, y estarás sirviendo al mejor
de los maestros. Mientras no tengas nada que hacer, caerás
fácilmente en la tentación y luego al pecado. Ocupa tu tiempo en
algo útil y de provecho para el Señor o para ti mismo.
6. ¡Involúcrate en algún ejercicio físico!
El ejercicio físico es provechoso, aunque no es lo más importante (I
Timoteo 4:8). Debido a que el cuerpo del creyente es el Templo
del Espíritu Santo, deberíamos usar medios razonables para
mantener nuestro cuerpo en buena salud y fortaleza. De todos
modos, no deberíamos permitir que el deporteasuma un lugar de tal
importancia que las cosas espirituales sean ahogadas (I Corintios
6:18-20).
7. ¡No obedezcas a los deseos de la carne!
Sé cuidadoso con lo que lees, con lo que miras, a donde vas y con lo
que escuchas (Colosenses 3:5-9). El pecado está en todas partes, y
todos los días la tentación vendrá de distintas formas. Es por eso que
debes andar con cuidado, ya que las trampas de Satanás estarán en
todas partes.
El cuerpo, sus malos hábitos y deseos, deben ir muriendo todos los
días para que el pecado no tome el control de nuestra vida. Esto es
algo difícil de hacer, pero el apóstol Pablo dijo: "… si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Rom. 8:31).
8. ¡Alimenta la nueva vida!
¡Ocúpate en Cristo! (Colosenses 3:10-14). Tu relación con el Señor,
por medio de la oración debe ser lo más importante. Es de esta
manera que alimentamos nuestra nueva vida. Esto es realmente el
secreto de una vida santa, ocuparnos de que nuestra relación con
Cristo sea fuerte. Una regla fija en nuestra vida es que llegamos a ser
tal como es el objeto de nuestra adoración. II Corintios 3:18 nos
enseña que llegamos a ser como Jesucristo mientras le
contemplamos en el espejo de Su Palabra. El Espíritu Santo que
mora en nosotros nos cambia a Su imagen y semejanza. Ocuparnos
con otros nos trae distracción. Ocuparnos de nosotros mismos nos
trae tristeza. Ocuparnos de Cristo nos trae paz y alegría.
¡Una palabra final!
Notarás mientras avanzas que liberarse de la tentación no es una
experiencia de una vez para siempre, sino un proceso largo y
continuo de dependencia de Dios. No importa cuán viejo eres o
cuanto hayas aprendido sobre la Biblia, todavía estamos en peligro
de caer en la tentación si quitamos los ojos del Señor. Es así, que no
importan cuán grande sea la tentación, Dios es más grande para
ayudarnos a salir de ella, solo confía y el actuara de alguna forma.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 2
CONDUCTA CRISTIANA
¿Cómo puede saber un cristiano qué hacer o qué no hacer? ¿Es
correcto para un creyente ir a bailar o ir al cine, jugar cartas, fumar,
beber, escucharmúsica del mundo o participar en fiestas o
diversiones mundanas?
 Para meditar
I Juan 2:15
Muchos jóvenes cristianos están luchando con problemas que ya
hemos mencionado al inicio. Ellos encuentran que ciertas prácticas
están claramente condenadas en la Biblia, pero que hay muchas
otras, que no están mencionadas. Este el propósito de esta lección,
orientar y proveer al creyente con una serie de consejos que pueden
ayudarle a decidir si deberían o no involucrarse en actividades
dudosos o de mal testimonio. Una pregunta clave que debes hacerte
a ti mismo es: "¿Lo haría Jesús?".
Antes de hacer algo que no estás seguro (a), debes considera lo
siguientes puntos:
1. Primero de todo, esto que voy a hacer, ¿está claramente
prohibido por el Señor para los creyentes hoy?
Si así es, evítalo como una plaga mortal. Si tú no lo sabes, no lo
hagas hasta que hayas tenido la oportunidad de tener una respuesta
(I Tesalonicenses 5:22).
2. Entonces, esto que voy a hacer ¿glorifica a Dios?
En I Corintios 10:31, leemos esta declaración plena: "Todo lo que
hagas, hazlo para la Gloria de Dios". Antes de involucrarte en una
actividad dudosa, debes pensar si Dios va ser honrado y glorificado
si participas en esa actividad. Si es algo que va dañar tu testimonio,
entonces no debes participar.
3. Esta acción que voy a hacer ¿Es "del mundo"? Si lo es,
entonces no es "de Cristo".
Jesús dijo respecto de Sus discípulos: "Ellos no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo" (Juan 17:16). Él no era "del
mundo", Él estaba aquí, pero no era de aquí (I Juan 2:15-17).
Entonces, debemos considerar y tomar muy en cuenta que los Hijos
de Dios no son de este mundo, por consiguiente, no deben practicar
y ni amar la multitud de cosas que este mundo ofrece. A la hora de
hacer algo, debes recordar esta pregunta ¿Lo hubiera hecho el
Señor? Él nos ha dejado ejemplo para que sigamos sus pisadas (I
Pedro 2:21).
4. ¿Te agradaría ser encontrado haciendo eso cuando el
Señor regrese?
Alguien sabiamente ha remarcado: "¡No hagas nada, pero "nada", ni
vayas a ningún lugar que te causase vergüenza si el Señor regresara
en ese momento!" (I Juan 2:28).
¿Sientes libertad de hacer esto, cuando sabes que el Espíritu Santo
de Dios mora en ti y está viendo todo? "¿O ignoráis que vuestro
cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" (I Corintios 6:19; Efesios
4:30). Desde el momento que recibimos a Cristo, hemos entendido
que todo lo que hay en el mundo le pertenece a Dios, y nada es
nuestro. El cuerpo según el Apóstol Pablo, es un templo en el cual
mora el Espíritu Santo de Dios y que además este templo o cuerpo
no es de nosotros. Así que, se debe conducir el cuerpo con mucho
cuidado yrespeto, ya que el Espíritu Santo mora allí.
5. ¿Es una conducta apropiada para un hijo de Dios?
Cuando un hijo del Rey procede de una manera indigna, acarrea
desdicha y disgusto sobre el nombre de su Padre. Así hacen los
cristianos que se comportan de una manera inapropiada (Romanos
2:24; Colosenses 1:10).
6. ¿Qué efectos tendrá esa conducta sobre otros?
¿Será un buen testimonio a los que no son creyentes, o creerán que
los creyentes son iguales que los incrédulos? (II Corintios 5:17)
Además, ¿será esto causa para que algún nuevo creyente en la fe
tropiece? El apóstol Pablo nos advierte que ninguno de nosotros
debería ser "piedra de tropiezo o una ocasión de caer en el camino de
un hermano" (Romanos 14:13).
7. Finalmente, si hay dudas acerca de esa acción, mejor no
lo hagas.
Si la hubiera, entonces no lo hagas, porque "el que duda es
condenado... porque todo lo que no proviene de fe es pecado"
(Romanos 14:23).
¡Una palabra final!
En conexión con este tema de lo que un cristiano puede o no puede
hacer, es bueno recordar que "no estamos bajo la Ley, sino bajo la
Gracia" (Romanos 6:14-15). Esto no significa que podemos hacer lo
que queremos, sino más bien significa que queremos hacer lo que a
Dios le agrada porque él ha hecho tanto por nosotros. No evitamos
placeres y diversiones mundanas porque debemos evitarlas, sino
porque queremos evitarlas. La razón por la cual queremos hacerlo de
esa manera es porque Cristo murió por nosotros, y ahora nuestras
ambiciones son para vivir de una manera agradable a Él (II Corintios
5:14-15). Dios no dice: "Si se privan de placeres pecaminosos,
entonces serán cristianos". Sino que Él dice, en efecto, a los
creyentes: "¡Ustedes son cristianos! Ahora vivan de una manera que
sea consistente con su alto llamado" (Efesios 4:1). Existe la
posibilidad que un cristiano olvide su digna posición e ir en pos de
las cosas del mundo. En tal caso, Dios le hará retornar con amorosa
corrección, como un pastor que trae de regreso a su oveja
descarriada poniéndola sobre sus hombros alrededor de su cuello.
Así que, si la Gracia de Dios es olvidada por un creyente, él será
restaurado por elgobierno de Dios.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 3
LA IMPORTANCIA DE SER BAUTIZADO
¿Por qué debo bautizarme?
1. Para seguir el ejemplo establecido por Cristo.
"Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea y
fue bautizado por Juan en el Jordán..." (Marcos 1:9) ¿Por qué fue
bautizado Jesús? ¿Para ser salvo? No, Él no necesitó ser salvado. Él
era perfecto. El bautismo no salva. Es un símbolo de obediencia y un
ejemplo que debemos seguir, como Él lo hizo.
2. Porque Cristo lo ordena.
Cristo manda que cada cristiano sea bautizado. Jesús dijo: "Por
tanto, id y
 a. haced discípulos a todas las naciones,
 b. bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo,
 c. enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado." (Mateo 28:19-20)
Éstas son las tres cosas que a la iglesia se le ordena hacer: Hacer
discípulos, esto es ayudar a las personas a conocer a Cristo;
Bautizarlos; y Ayudarles a crecer. Muchas personas piensan, "Me
bautizaré después de que haya crecido. Después de que conozca más
sobre la vida Cristiana, entonces me bautizaré." Pensar así está mal,
lo más correcto es hacerlo después de que se ha tomado la decisión
para seguir a Cristo. Note el orden: Usted hace discípulos, entonces
los bautiza, entonces gasta el resto de su vida creciendo como un
cristiano.
3. Esto demuestra que realmente soy un creyente.
La Biblia dice, "…Y muchos de los corintios que oían, creían y eran
bautizados" (Hechos 18:8). El bautismo no le hace un cristiano. Sólo
demuestras que ya es un cristiano.
Ejemplo: Un anillo de boda no me hace casado, es un símbolo de
un compromiso que hice y eso me hizo casado. Un día hice un
compromiso a mi esposa ante Dios y un grupo de personas y yo dije
"Así lo haré" y le entregué mi vida a ella delante de Dios por el resto
de mi vida. Ese compromiso es lo que me hace casado, no el anillo.
Si se me perdiera este anillo, yo todavía soy casado. Lo que esto es,
es un símbolo exterior de un compromiso interior.
Eso es lo qué es el bautismo. El bautismo no lo hace cristiano. Es
sólo un símbolo exterior de un compromiso interior. Es tu
compromiso a Cristo que te salva. El bautismo sólo dice al mundo:
"No estoy avergonzado de decirle al mundo entero lo que me pasa a
mí. Yo le he dado mi vida a Cristo y de ahora en adelante es el Señor
de mi vida."
¿Cuál es el significado del bautismo? El bautismo hace dos
cosas.
1. Ilustra la sepultura y resurrección de Cristo.
"…Cristo murió por nuestros pecados…que fue sepultado y que
resucitó al tercer día,..." (1 Cor. 15:3-4)
"Fuisteis sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual
también fuisteis resucitados juntamente con él,…" (Colosenses 2:12)
Entonces, el bautismo es símbolo de un entierro y resurrección. Así
como Jesucristo fue muerto y sepultado en la tierra durante tres días
y entonces resucitó. Así también nosotros simbólicamente por medio
del bautismo, somos sepultados para morir al mundo y resucitados
para vivir para Cristo.
2. El bautismo ilustra mi nueva vida cómo Cristiano.
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2 Corintios
5:17). Entonces, el bautismo es una ilustración visible para que todos
vean que estoy comenzando una nueva vida. Es decir, la conversión
y el bautismo siempre iban juntos. Tan pronto como una persona
creía y entregaba su vida a Jesucristo, pedía ser bautizado
inmediatamente, como una señal de compromiso y fidelidad.
"Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la
muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
novedad de vida." (Romanos 6:4)
¿Por qué debo bautizarme por inmersión?
Hay muchas formas de bautismo. Algunas iglesias rocían un poco
de agua en la frente. Algunas vierten un poco de agua en la cabeza.
Algunas le zambullen un poco. Otras iglesias lo sumergen todo
debajo del agua. ¿Cuál es la correcta? Bueno, en primer lugar vamos
a considerar que el bautismo bíblico que practicaron los apóstoles
era por inmersión, la Biblia misma apoya esta postura. Se puede dar
cuatro razones:
1. Jesús fue bautizado de esa manera.
Nosotros queremos hacerlo de la manera que ellos lo hicieron en la
Biblia. Esta dice: ""Y cuando Jesús fue bautizado, en seguida subió
del agua,…" (Mateo 3:16). Él bajó al río Jordán. Juan Bautista lo
bautizó en el río. Jesucristo nos da el mejor ejemplo acerca del
bautismo por inmersión, ya que tuvo que ir hasta el rio Jordán
donde había mucha agua y donde podía sumergirse completamente.
2. Cada bautismo en la Biblia fue por inmersión.
Ejemplo "Y mandó parar el carro. Felipe y el eunuco descendieron
al agua, y él le bautizó. Cuando subieron del agua,…" (Hechos 8:38,
39). Descendieron y subieron, son palabras que describen
claramente la forma en que este hombre fue bautizado. Tuvo que
descender y subir porque había mucha agua.
3. Por el significado de la palabra.
"Bautizar" literalmente significa "sumergir, teñir, zambullir." Da la
idea de sumergir bajo el agua. Los apóstoles lo entendieron de esa
manera y los creyentes de hoy en día practicamos la misma forma.
Inclusive, algunas iglesias católicas se han dado cuenta y reconocen
que el verdadero significado de bautismo es sumergir, y ahora, ellos
mismos bautizan a sus feligreses por inmersión. ¿Por qué? Dice,
"Las iglesias católicas han comprendido que, `Esto trae más
claramente el verdadero significado del bautismo, de ser sepultado
con Cristo y el comienzo de una nueva vida. '" Incluso los católicos
que, durante siglos sólo fueron rociados están diciendo, "estamos
regresando al bautismo por inmersión".
Otro dato importante que debemos saber es, que las excavaciones
que han hecho los arqueólogos, han encontrado bautisterios en las
iglesias más antiguas casi en todo el mundo.
4. Porque simboliza un entierro y resurrección.
Los fundadores de denominaciones están de acuerdo sobre esto:
Martin Lutero (Luteranos) dijo: "Yo haría que aquéllos que fueran
bautizados sean sumergidos completamente como la palabra sugiere
y el misterio significa."
Juan Calvino (Presbiterianos) "La palabra `bautizar ' significa
sumergir. Ciertamente la inmersión era la práctica de la iglesia
primitiva."
Juan Wesley (Metodistas) "Sepultado con Él, alude a bautizar por
inmersión según la costumbre de la primera iglesia."
¿Quién debe bautizarse?
Cada persona que ha creído en Cristo. "Así que los que recibieron su
palabra fueron bautizados…" (Hechos 2:41), "Pero cuando creyeron
a Felipe mientras anunciaba el evangelio del reino de Dios y el
nombre de Jesucristo, se bautizaron hombres y mujeres. Aún Simón
mismo creyó, y una vez bautizado él acompañaba a
Felipe;…" (Hechos 8:12, 13)
Hay sólo una condición en la Biblia para ser bautizado: creer en
Cristo. Obviamente el que se bautiza tiene que ser bastante maduro
para entender lo que está por hacer. El propósito es confesar
públicamente su compromiso personal con Cristo. Además, el
bautismo debe ser un requisito para pertenecer a la membresía de la
iglesia. Cada miembro se debe ser bautizado de la manera que Jesús
lo demostró. En el caso de los niños, se debe esperar hasta que
tengan la suficiente edad para creer y entender el verdadero
significado del bautismo, antes de ser bautizado.
¿Cuándo debe bautizarse?
En cuanto sea un creyente. O en cuanto comprenda su importancia.
Quizá ha sido creyente durante algún tiempo pero no comprendió
cuán importante era. Jesús dijo, "Si usted me ama, guarde Mis
mandamientos." En Hechos, dice aquéllos que creyeron fueron
bautizados ese mismo día.
"Así que los que recibieron su palabra fueron
bautizados…" (Hechos 2:41)
"Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura,
le anunció el evangelio de Jesús. Mientras iban por el camino,
llegaron a donde había agua, y el eunuco dijo: -He aquí hay agua.
¿Qué impide que yo sea bautizado?. …Y mandó parar el carro.
Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le
bautizó." (Hechos 8:35-38)
¡Una palabra final!
No hay razón para postergar el bautismo. Si realmente uno ha
recibido a Cristo, debe demostrarlo por medio del bautismo. No
debe esperar hasta que sea "perfecto," porque nunca nos sentiremos
perfectos mientras estemos en la tierra. A veces esperamos hasta
conocer mucho de la Biblia, esto está bien pero creer es sinónimo de
bautismo, además, no hay un mandato exclusivo de que hay que
saber mucho para ser bautizado…
Aquellos que ya han sido bautizados deben recordar que están
comprometidos de por vida con Jesucristo, y que deben cumplir sus
deberes con responsabilidad para el Señor y su iglesia.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 4
LA CENA DEL SEÑOR
Es interesante que Jesús nunca les pidió a sus discípulos que
recordaran su nacimiento, pero Él les dijo que recordaran
su muerte y resurrección. Él dio a la iglesia dos símbolos visibles
llamados ordenanzas: el Bautismo y a la Cena de Señor. Se les
llamamos ordenanzas porque fueron ordenados por Dios para que
los cristianos recordaran la muerte de Jesús.
¿Qué es la Cena de Señor? (1 Corintios 11:23-26)
1. Es un acto simple.
La Biblia dice que en la primera comunión, "…el Señor Jesús, la
noche que fue entregado, tomó pan." (v.23). Él no hizo una gran
elaborada ceremonia vistiendo trajes especiales y haciendo todo tipo
de rituales elegantes. La Cena de Señor es un acto muy simple. Él
tomó pan y Él tomó vino y se los dio a las personas. No es un gran
ritual elaborado.
2. Es un recordatorio.
"Y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: Tomad, comed. Esto es
mi cuerpo que por vosotros es partido. Haced esto en memoria de
mí." (v.24) El propósito entero de la Cena de Señor es para que
recordemos lo que Jesús hizo en la cruz.
3. Es un símbolo.
"Asimismo, tomó también la copa después de haber cenado, y dijo:
Esta copa es el Nuevo pacto en mi sangre. Haced esto todas las
veces que la bebáis en memoria de mí." (v.25) Cuando Jesús dijo,
Este pan es Mi cuerpo y esta copa es Mi sangre, Él no quiso decir eso
literalmente. Cuando Él dijo esto, Él aun no había ido a la cruz. Él no
se había muerto todavía. Obviamente, Él está hablando sobre un
símbolo, no su sangre real. Él aun, no había ido a la cruz.
Jesús dijo, una vez, "Yo soy la puerta." ¿Significa eso que Él es un
pedazo de madera? No. Él dijo, "Yo soy el pan de vida." ¿Significa
eso que Él es una pedazo de pan? De ninguna manera. Él está dando
símbolos por medio de los cuales lo recordaríamos en el día hoy.
4. Es una declaración de fe.
"Toda la vez que comáis este pan y bebáis esta copa, anunciáis la
muerte del Señor, hasta que él venga." (26). Cuando tomamos la
Cena de Señor, estamos dando una mirada hacia delante y una
mirada hacia atrás. Adelante, porque estamos declarando que Jesús
va a regresar por fe y Él dice que debemos hacer esto hasta que Él
regrese. Y miramos atrás hacia la cruz, porque Jesús no está muerto,
está vivo y Él viene otra vez.
¿Quién debe Tomar la Cena de Señor?
Sólo aquéllos que ya son creyentes. Cuando Jesús ofreció la Cena de
Señor, Él no la ofreció a la multitud de los 5.000 donde Él alimentó
los panes y peces. Él sólo ofreció la Cena de Señor a los doce
discípulos quienes Él conoció que eran verdaderos creyentes. Él no
ofreció la Cena de Señor a las multitudes. La Cena de Señor es
principalmente para los creyentes que han demostrado su fe por
medio del bautismo.
La Biblia enseña claramente que la Cena del Señor no es para los
incrédulos: "Porque el que come y bebe, no discerniendo el cuerpo,
juicio come y bebe para sí." (I Corintios 11:29). Es el Espíritu Santo
quien convence a los creyentes a reconocer y confesar sus pecados
antes de participar de la Cena.
¿Cómo me preparo para la Cena de Señor?
"De modo que cualquiera que coma este pan y beba esta copa del
Señor de manera indigna, será culpable del cuerpo y de la sangre
del señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del
pan y beba de la copa." (I Corintios 11:27, 28)
Cada vez que se celebra la Cena de Señor en esta iglesia, se debería
tener antes un tiempo de oración y auto-examinación. Debemos
preguntarnos: ¿Dios, hay algo en mi vida que necesito confesar y ser
libre, antes de participar de estos símbolos? La Biblia dice que
debemos examinarnos cada vez que nosotros tomamos la Cena de
Señor.
Cuatro cosas son importantes:

I Corintios 11:27 Auto examinarme

I Juan 1:9 Confesar mis pecados


Romanos 12:1 Consagrarme a Dios

Mateo 5:23,24 Restaurar relaciones

La Biblia dice, si tienes algo contra otra persona, como estar


amargado, enojado y resentido-- no se debe tomar la Cena de Señor.
De hecho, aun dice que no se debe dar ofrenda. Dice que, primero se
debe corregir el problema con esa persona y entonces continuar.
¿Cuándo y qué tan frecuente debemos observar la Cena de
Señor?
La Biblia no dice. La Biblia no da una regla fija sobre la frecuencia.
No está en la Biblia. Él solo dijo: "…todas las veces…" estas palabras
parecen indicar que debe ser frecuente y además los creyentes del
primer siglo al parecer lo entendieron de esa manera (Hechos 20:7)
ya que se reunían en las casas el primer día de la semana y partían el
pan. Y finalmente, como es Cena parece más apropiado observarlo
en un servicio de la tarde. No es el desayuno del Señor, es la Cena de
Señor. Es más apropiado tomarla por la tarde o noche.
¡Una palabra final!
En nuestra iglesia celebramos la Cena del Señor cada primer
domingo del mes. Y es responsabilidad de todo aquel que es
miembro bautizado, participar sin falta cada mes de este acto
conmemorativo. No participar de estos símbolos es una falta grave
contra el Señor y su iglesia. Además, el no participar de la Cena del
Señor, pudiera indicar que la persona está en pecado y así tenga que
esperar hasta que ese pecado sea resuelto. Lo más aconsejable en
estos cosos es, que cualquier pecado que surja debe ser confesado
inmediatamente, no se debe esperar meses o años para solucionarlo,
ya que la corrección y disciplina de parte del Señor podría ser fuerte.
Dios es Santo y por eso odia el pecado y esa es la razón por la cual el
creyente debe limpiar su vida espiritual todos los días y así participar
de la Cena del Señor sin ningún impedimento.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 5
ELIGIENDO UNA IGLESIA
¿Cómo puede un cristiano saber en cual iglesia
congregarse?
A manera de introducción sobre este tema, dejemos establecido que
una persona es unida a la iglesia universal compuesta por todos los
creyentes en todo el mundo, en el mismo momento de su
conversión. Esta iglesia está conformada de cada creyente en el
Señor Jesucristo, sin importar la raza, coloro cultura. No obstante la
iglesia entera nunca ha sido reunida en un solo lugar.
De todas maneras, es posible para los cristianos en muchas
localidades reunirse juntos como miembros de una iglesia local y
ejercer las funcionesestablecidas en las Escrituras. Esta iglesia local
es una expresión de la iglesia mundial de todos los creyentes
alrededor del mundo. Esta reunión se hace el primer día de la
semana (Domingo) (1 Corintios 16:2) y no en el sábado lo cual era un
mandato para los judíos del Antiguo Testamento. En los primeros
días, los santos se reunían en sus propias casas. (Romanos 16:5;
Filemón 2). Leemos que "ellos perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan
y en las oraciones" (Hechos 2:42).
 Para meditar
Hechos 20:28
Ahora obviamente la voluntad del Señor es que los cristianos deben
reunirse regularmente como miembros de una iglesia. Hebreos
10:25 contiene una advertencia contra abandonar esto, "no dejando
de congregarnos, como algunos tienen por costumbre". Por otra
parte, grandes porciones del Nuevo Testamento están dedicadas a
enseñar a creyentes sus privilegios y responsabilidades como
miembros del cuerpo local de Cristo (I Corintios 12).
Sin embargo de alguna manera es un problema para un nuevo
convertido hoy saber dónde debería unirse en comunión. Hay
muchos diferentes gruposde cristianos, y una amplia diferencia en
algunas de sus enseñanzas. Nuestro entendimiento de lo que la
iglesia es, debe provenir solamente de la Palabra de Dios y no de
tradiciones y costumbres de hombres por las cuales las iglesias de
hoy son dirigidas. La siguiente lista podría ayudar al creyente a
encontrar el lugar correcto y no caer en los engaños de una secta.
1. La Biblia la máxima autoridad.
Debes estar seguro que el grupo con quien te identificas reconoce la
Santa Biblia como la Inspirada e Infalible Palabra de Dios, y se
someten a las Escrituras como la final autoridad en todos los asuntos
de la fe y de la práctica. No es suficiente decir que la Biblia contiene
la Palabra de Dios: la Biblia es la Palabra de Dios. Por lo tanto es
absolutamente verdadera, y debemos creerla y obedecerla. (2
Timoteo 3:16-17)
2. Jesucristo es Dios
Debes estar seguro que aquellos con quienes te reúnes son
absolutamente claros acerca de la persona de Cristo. Muchos están
dispuestos a admitir que Cristo fue un gran líder, un gran maestro, y
tal vez el más grande hombre que haya vivido, o aún pueden usar la
palabra "divino" al describirle. Pero la gran verdad concerniente a
nuestro bendito Salvador es que Él es Dios, y no creeremos nada
inferior a esto.
 Para meditar
Colosenses 2:9
3. Sana doctrina
Una tercera cosa importante para observar es la sana doctrina
concerniente a la obra de Cristo. La Escritura nos enseña que el
Señor Jesucristo vivió una vida sin pecado, que Él voluntariamente
murió por nuestros pecados en la cruz del Calvario, que fue
sepultado, que resucitó y ascendió al cielo, donde está ahora sentado
a la diestra de Dios el Padre (I Corintios 15:1-4).
La salvación es obtenida por gracia y fe en Él y no por obras o mérito
humano (Gálatas 1:6-9; Efesios 2:8-9). Se debe averiguar
con seguridad lo que enseñan acerca de Su preciosa sangre, aparte
de la cual no puede haber perdón de pecados.
¿Cuándo comenzó la iglesia?
El estudio del Nuevo Testamento indica que la iglesia es una entidad
exclusiva del Nuevo Testamento que no existía antes. En Mateo
16:18 Jesús declaro: "…edificare mi iglesia…"; indicaba con ellos que
la edificación de la iglesia era futura y que la iglesia no existía
cuando Jesús pronunció estas palabras. Según el libro de los Hechos
capitulo 2, la iglesia comienza en pentecostés.
¿Cuáles es el propósito o la razón de ser de la iglesia?
Muchos pasajes describen claramente cuál es la responsabilidad o la
tarea de la iglesia, específicamente hay dos pasajes en la Biblia que
indica el trabajoque la iglesia debe realizar siempre:
El gran mandamiento
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,
y con toda tu mente y con todas tus fuerzas…Y amaras a tu prójimo
como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y
los profetas". (Mateo 22:47-40)
La gran comisión
"Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del padre, y del hijo, y de espíritu
santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado…" (Mateo. 28:19-20)

Cinco instrucciones de Dios


 Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón…. ADORACION
 Ama a tu prójimo como a ti mismo…………………......SERVICIO
 Id y haced
discípulos…………………………………………………….EVANGELISMO
 Bautizándolos…………………………………………………………..………CO
MUNION
 Ensañándoles que
guarden…………………………………………DISCIPULADO

Los objetivos generales para el crecimiento


 Crecer en tamaño a través del evangelismo. (Hechos 1.8)
 Crecer en fuerza a través de la adoración a nuestro Dios.
(Efesios 3:16)
 Crecer en amor a través de la comunión unos con otros. (1
Tesalonicenses 3:12)
 Crecer en conocimiento de la palabra a través
del discipulado. (Colosenses 1:28)
 Crecer en la obra a través del servicio de cada miembro. (1
Corintios 12:4-7)
Jesús dio este Gran Mandamiento en respuesta a una pregunta. Un
día, le pidieron a Jesús que identificara el mandamiento más
importante. Él respondió diciendo: "Aquí tenemos todo el Nuevo
Testamento resumido. Toda la Ley y todos los profetas se pueden
resumir en estas dos tareas: Ama a Dios con todo tu corazón, y
a tu prójimo como a ti mismo." Más tarde, en algunas de sus
palabras finales a sus discípulos, Jesús les dio la Gran Comisión y les
asignó tres tareas más: Vayan y hagan discípulos, bautícenlos
y enséñenles a obedecer todo lo que les he enseñado. Estos dos
pasajes resumen todo lo que la iglesia debe hacer.
¡Una palabra final!
No había iglesias perfectas en tiempos del Nuevo Testamento ni
habrá iglesias perfectas hasta que Cristo vuelva. Esto quiero decir
que los creyentes no tienen obligación de buscar la iglesia más
perfecta y pura que puedan hallar y quedarse allí y luego salir si una
iglesia más pura se aparece. Más bien deben hallar una iglesia
verdadera en la que puedan tener un ministerio eficaz y en la que
encuentren también crecimiento cristiano.
Lamentablemente no todas las iglesias son verdaderas, algunas sí,
pero con el tiempo muchas de ellas se apartan de las verdades
fundamentales de la Biblia y terminar siendo un secta, otros
simplemente morirán y cerraran sus puertas.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 6
ORDEN DE LA IGLESIA
 Para meditar
Efesios 1:22-23
1. Cristo es la cabeza de la iglesia. (Colosenses 1:18-19; Efesios
5:23)
Ningún hombre puede atribuirse esta posición. Donde Cristo es
reconocido como Cabeza, la iglesia dependerá de Él y sólo de Él para
determinaciones y guía.
2. Todos los creyentes son miembros del cuerpo de
Cristo (I Corintios 12:12-13).
Todos los hijos de Dios deberían por lo tanto ser bienvenidos a la
comunión de la iglesia. (Hay, de todos modos, 2 excepciones a esta
regla. Aquellos que tienen doctrina no sana, (2 Juan 10), o aquellos
que están viviendo en pecado, (I Corintios 5:13), deberían ser
excluidos hasta que sean restaurados al Señor.) Ningún no creyente
debería ser recibido como miembro en la comunión de la iglesia,
hasta su conversión y posteriormente su bautismo.
3. Todos los creyentes son sacerdotes (I Pedro 2:5-9;
Apocalipsis 1:6).

En el Nuevo Testamento, no hay distinciones entre sacerdotes y


pueblo. En el Antiguo Testamento un sacerdote era alguien colocado
entre Dios y los hombres para ofrecer sacrificios en nombre de ellos.
Sin embargo, ante la muerte de Cristo, el velo del templo fue roto
mostrando que ahora cada cristiano tiene acceso directo a Dios en
todo momento (Marcos 15:27-38). Todos hemos llegado a ser
sacerdotes delante de Él (Apocalipsis 1:5-6). Todos los cristianos
pueden ahora entrar por fe a la presencia de Dios, ofreciendo ellos
mismos sacrificios de alabanza, adoración y servicio.
Otra buena noticia que debemos saber es, que ya no necesitamos a
alguien para interceder entre nosotros y Dios. Jesucristo hizo eso
por Su muerte y resurrección. Debido a eso todos tenemos acceso
igual ante Dios.
4. La autoridad del Espíritu Santo debería ser reconocida.
Ya sea en la adoración o en el servicio, ministerio o disciplina,
debería haber libertad para que el Espíritu Santo dirija a través de
las Escrituras que Él mismo inspiró. Su guía y autoridad no deberían
ser limitados por ceremonias de hombres u organización humana (2
Corintios 3:17; Efesios 4:3).
¡Una palabra final!
Resumiendo, entonces, un nuevo creyente debería tener comunión
con aquellos que reconocen la Biblia como su única guía, con
quienes tienen un sano concepto de la Persona y Obra de Cristo, y
buscan asumir las enseñanzas del Nuevo Testamento con respeto a
la iglesia y sus funciones. De ninguna manera podría haber
comunión y acuerdo con personas que no comparten las mismas
creencias y prácticas, ya que esas diferencias producirán fricción y
malos entendidos. Lo más aconsejable es disfrutar de y mantener
una relación de comunión con personas que tengan las mismas
creencias que nosotros.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 7
BUSCANDO LA VOLUNTAD DE DIOS
 Para meditar
Romanos 12:2
¿Cómo puede un cristiano saber la voluntad de Dios para su vida?
Todo cristiano debería estar intensamente interesado en saber la
voluntad de Dios para su vida. Si el Plan del Señor no es conocido y
obedecido, entonces nuestras vidas están malgastadas, y perderemos
el "bien hecho" del maestro. Las Escrituras son claras en enseñar
que Dios revela Su voluntad a aquellos que desean conocerla (Juan
7:17). Es un privilegio que debería ser la experiencia normal de todo
creyente.
Ya sea que alguien busque guía para un problema momentáneo o
para el curso de la vida, hay 5 pasos para seguir. Pueden ser
resumidos de la siguiente manera: rendirse, confesar, orar, estudiar,
esperar.
1. Rendirse.
Rendirse es presentarse uno mismo al Señor. Significa dejar a un
lado esperanzas personales, ambiciones y deseos; es querer por
sobre todo su voluntad. Pablo se rindió cuando él preguntó: "¿Qué
quieres que yo haga?" (Hechos 9:6). Isaías se rindió cuando
dijo: "heme aquí; envíame a mí."(Isaías 6:8). Amasias se rindió
cuando "voluntariamente se ofreció a sí mismo al Señor." (II
Crónicas 17:16)
2. Confesar.
Si queremos estar en el centro de Su voluntad, debemos confesar y
abandonar cualquier pecado secreto. Recuerda las palabras del
salmista: "Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el
Señor no me habría escuchado" (Salmos 66:18). También
deberíamos confesar nuestra propia incapacidad e inhabilidad, y
depender de Su poder (Salmos 139:23-24).
La importancia acerca del acto de confesar nuestros pecados, radica
en que nos ayuda a estar en paz con Dios y de esta manera oír y
saber su voluntad. Mientras haya pecado en nuestra vida, estaremos
imposibilitados, de saber claramente lo que Dios quiere hacer con
nuestras vidas.
3. Orar.
Esto simplemente significa que debemos venir delante del Señor
regularmente, pidiendo Su dirección. Deberíamos suplicar Su
promesa de guiarnos, pidiéndole que haga conforme a lo que ha
dicho. Nuestras oraciones deberían tener Su gloria como nuestra
máxima meta. (Colosenses 1:9; 4:12)
Creo que la oración es el aspecto más importante en la vida de un
cristiano, pero que a la vez es también el más descuidado. No
debería ser así, pero es lamentable reconocer que los creyentes de
hoy no oran y luego se quejan de que las cosas van mal. Por medio
de la oración nos comunicamos con Dios y le damos a conocer todas
nuestras inquietudes, y la vez Él nos oye y a su debido tiempo Él nos
guiara de acuerdo a su voluntad.
4. Leer la Biblia.
También se le llama la "Sagrada Escritura", "La Palabra de Dios", la
carta de amor de Dios. Algunos se refieren a la Biblia como "el
Buen Libro", si bien es cierto que la Biblia es un Buen Libro, también
está claro que para nosotros es como un "Mapa" que nos indica el
camino verdadero para llegar al cielo, pero a la vez este Gran Libro
es un Manual de instrucciones, donde Dios establece normas y
reglas para que su creación funcione de manera correcta.
Existen muchas otras razones por las cuales el creyente debe leer la
Biblia, pero para nuestro estudio de esta lección, solo será necesario
afirmar que la Biblia es un Manual de Instrucciones. Sin la lectura de
este libro el creyente no tiene orientación y está próximo a perderse
y salirse del buen camino. Por tal motivo el creyente debe leerla
todos los días y en todo lugar, pidiéndole a Dios que le hable a través
de ella. Se debe leer lentamente, plenamente y con fe. (II Timoteo
2:15)
5. Esperar.
Si Dios no responde inmediatamente, espera (Salmos 62:6). Si has
pedido la dirección de Dios y no llega la respuesta, entonces la guía
de Dios para ti es que permanezcas dónde estás. Si realmente estás
confiando en el Señor, no estarás en un apuro. "El que creyere, no se
apresure" (Isaías 28:16). Dios nos revela Su voluntad en diferentes
maneras, puede usar una, o una combinación de los
siguientes métodos:
 a. Guía a través de la Biblia. Las Escrituras nos dan dirección en
dos maneras. Primero de todo, ellas definitivamente prohíben
ciertos cursos de acción. Por ejemplo, si un cristiano está orando
por guía mientras intenta casarse con una joven no creyente, él
puede encontrar la respuesta de Dios en (2 Corintios 6:14). Por
otro lado, Dios a menudo usa otros pasajes de la Escritura para
guiarnos para tomar un definitivo curso de acción. Un versículo
que nunca habías notado antes puede tomar un nuevo significado
porque te dice lo que tienes que hacer al mismo tiempo que estás
orando por dirección (Salmos 119:105).
 b. Guía a través de otros cristianos. A veces ayuda buscar el
consejo de cristianos maduros y espirituales. Sus experiencias y
consejos pueden a menudo salvar una persona más joven de serias
caídas (Hebreos 13:7-17).
 c. Guía a través de las circunstancias. Puesto que Dios controla el
Universo entero, Él puede planear las circunstancias más
correctas para revelar su voluntad. Una carta, un e-mail, un
mensaje oído en la radio o Internet puede llegar al momento justo
con la justa información necesitada para marcar el rumbo.
 d. Guía a través del Espíritu Santo. El Espíritu de Dios puede
influenciar nuestras convicciones, nuestros deseos o nuestras
inclinaciones de tal manera de hacer más clara la voluntad de
Dios. En tales casos, la guía es tan obvia que oponerse sería lo
mismo que desobediencia (Hechos 11:12; 16:6-7).
¡Una palabra final!
Cuando Dios muestra su voluntad para nuestra vida, debemos
obedecerla y caminar en ella (Hechos 26:19). La obediencia es la
base de una vida de verdadera felicidad y valores perdurables.
Estemos pues atentos a la guía y dirección de Dios para no salirnos
de su buena voluntad.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 8
LA ORACIÓN
¿Qué enseña la Biblia sobre la oración?
No puede haber progresos en ningún aspecto de la vida cristiana sin
oración. Es por lo tanto importante para el nuevo creyente saber lo
que la Biblia enseña sobre el tema. El siguiente desarrollo intenta
responder algunas preguntas básicas:
 Para meditar
Efesios 6:18; 1 Timoteo 2:1-3
1. ¿Por qué oran los cristianos?
La primera razón es sencilla, porque la Biblia nos manda que lo
hagamos (I Timoteo 2:8). El Señor Jesús fue un hombre de oración.
Si Él sentía la necesidad de hacerlo, ¡cuánto más nosotros! I
Tesalonicenses 5:17-18. A continuación mencionamos algunas otras
razones por las que los cristianos oran.
 a. Porque son cristianos (Hebreos 4:16)
 b. Porque saben que Dios es poderoso y puede hacer realidad
aquello que piden (Romanos 4:18-21)
 c. Porque el Señor ha prometido oír sus oraciones y responder a
ellas (Jeremías 33:3)
 d. Porque la oración resulta en bendición (Mateo 7:7-11)
2. ¿Cuán a menudo?
Deberíamos orar varias veces al día. Es bueno en orar al levantarse
por la mañana y en la noche antes de ir a descansar. Aparte de estas
dos oraciones, el creyente, debe buscar al Señor durante todo el día,
(1 Tesalonicenses 5.17) cuando surgen los problemas, cuando
necesitamos ayuda o sabiduría o cuando queremos agradecerle por
algo. Son oraciones cortas e informales que Dios oye mientras uno
va al trabajo, a la escuela o en otro lugar. Nehemías a menudo elevó
al cielo "oraciones en pequeñas frases" mientras estaba en la lucha
de la edificación de los muros.
Ciertamente cada cristiano debería inclinar su cabeza y dar gracias
antes de comer sus alimentos, sea en público o en su hogar.
3. ¿En qué posición?
Daniel se arrodillaba cuando oraba (Daniel 6:10). Así también hizo
el Señor Jesús (Lucas 22:41). Nehemías, por otro lado, oró mientras
estaba parado delante del Rey (Nehemías 2:4). En general, los
cristianos se arrodillan cuando están en casa, pero es aún su
privilegio hablar con Dios mientras caminan por la calle o están en
sus actividades diarias.
4. Condiciones para recibir respuesta a nuestra oración.
Si nosotros permanecemos en Cristo, nuestras peticiones serán
respondidas (Juan 15:7). Permanecer en Cristo significa guardar sus
mandamientos (I Juan 3:22)
 a. Nuestras oraciones deberían ser de acuerdo a Su voluntad (I
Juan 5:14). Dado que la voluntad de Dios se encuentra en la
Biblia, nuestras peticiones deberían ser de acuerdo a su Palabra.
Por lo tanto, debemos orar en el lenguaje de la Biblia.
 b. Nuestras peticiones deberían ser elevadas en el Nombre de
Cristo (Juan 14:13; 16:23). Cuando nosotros realmente pedimos
en Su Nombre, es como si Él mismo estuviera haciendo a Dios la
petición.
 c. Nuestras motivaciones deben ser puras (Santiago 4:3). Si
nuestras peticiones son egoístas y pecaminosas, no podemos
esperar una respuesta.
5. Peligros de la oración.
 a. No ores para ser visto de los demás. (Mateo 6:5-6)
 b. No le pidas a Dios que haga algo que tú puedes hacer. Ningún
cristiano sano se metería en la calle entre autos en movimiento y
luego le pediría a Dios que lo devuelva a la vereda. Dios le dio
piernas para hacerlo por sí mismo.
 c. ¡No pidas algo que sabes que no deberías tener! Dios a veces
concede tales peticiones pero envía frustraciones al alma. (Salmos
106:15)
 d. Evita vanas repeticiones. (Mateo 6:7; Eclesiastés 5:2)
¡Una palabra final!
Si tú encuentras que tu mente se distrae cuando estás de rodillas,
trata de orar en voz alta. Esto te ayudará grandemente a
concentrarte. Y no te desanimes si tu respuesta no llega
inmediatamente. Las respuestas de Dios nunca son demasiado
tempranas como para perder la bendición de esperar en Él, y nunca
demasiado tardías como para pensar que hemos confiado en Él en
vano.
Si la respuesta de Dios no es exactamente lo que has pedido,
recuerda esto: Dios se reserva el derecho de darnos algo mejor que lo
que pedimos. No sabemos qué es lo mejor para nosotros, pero Él sí,
y así Él nos da lo que nunca podríamos pedir o pensar.
 Para meditar
2 Corintios 12:8-9
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lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 9
TESTIFICANDO Y GANANDO
 Para meditar
Proverbios 11:30
¿Cómo puede un cristiano guiar a otros a Cristo? Ganar almas para
Jesucristo es una de las más grandes ocupaciones en el mundo hoy.
Pese a que no hay estrictas ni rápidas reglas para asegurar éxito en
esta tarea, hay algunos principios generales que son
extremadamente valiosos. Cuando testificas, estás en una batalla
espiritual.
Antes de ir a esa batalla debes ponerte toda la armadura de Dios,
una pieza a la vez (Efesios 6:11-18).
1. El ganador de almas esta espiritualmente sano.
Debe estar constantemente alimentado de la Palabra, debe pasar
mucho tiempo en oración, debe estar sometido a Dios, debe confesar
y abandonar todo pecado. Al andar en el Espíritu, el cristiano
encontrará que el Señor proveerá oportunidades para testificar
efectivamente. Esta es indudablemente la Regla de Oro del ganador
de almas: "Vive cerca de Dios" (Mateo 4:19). Recuerda que tu vida es
un testimonio continuo de bien, de mal o indiferente.
2. El ganador de almas se deja guiar por Dios.
Es buena cosa empezar cada día pidiéndole a Dios que nos guíe a
aquellos que Él quiere que contactemos. Es obvio que no podemos
hablarles a todos los que vemos. También es claro que no tenemos
manera de saber por nosotros mismos cual alma está "lista" para la
salvación. Pero si le permitimos al Señor guiarnos, trabajaremos
más eficientemente y cosecharemos más fruto para Él.
3. El ganador de almas aprovecha las oportunidades.
Durante el día deberíamos aprovechar las oportunidades de hablar
de Cristo. Cuando los compañeros de trabajo deshonrar el Nombre
del Señor, por ejemplo, tenemos entonces oportunidad para una
discreta y amable palabra de testimonio. Frecuentemente los temas
religiosos surgen en conversación, deberíamos prepararnos para
responder con sabiduría. No siempre tenemos que esperar por
oportunidades: podemos generarlas nosotros mismos. El
hombre mundano habla libremente sobre política, el clima y
los deportes, es allí donde el ganador de almas debe ser sabio para
dirigir el tema de conversación hacia a Dios.
4. Mencione la Palabra de Dios lo más posible. Mejor aún,
llévalos a leerla.
¡La Palabra tiene vida! Es la Espada del Espíritu. (Hebreos 4:12).
Tiene el poder para alcanzar a las almas más allá de cualquier
palabra que nosotros pudiéramos decir. Todo buen soldado de
Jesucristo debería usar la más grande de las armas que es la Biblia.
Si ellos dicen que no creen en la Biblia, cítales más de ella. La Biblia
nos enseña a sembrar y cosechar. Hay un tiempo para sembrar y un
tiempo para cosechar. Es Dios quien nos da la cosecha. Si no
siembras no habrá cosecha. Su Palabra es la semilla, así que
espárcela a lo largo y a lo ancho en todo lugar (Mateo 13:4-8).
5. Sigue cada contacto.
No muchas personas son salvos la primera vez que escuchan el
Evangelio, usualmente debemos hablarles una y otra vez, y tener
muestra bondad hacia ellos. Entrégales
buena literatura evangelística. Invítales a asistir a reuniones
evangelísticas contigo. Sobre todo, ora mucho por ellos. No seas
descortés si alguien es hostil contigo, la oposición es a menudo una
señal de que ellos están siendo convencidos por el Espíritu Santo.
6. No presiones a decisiones rápidas.
Una falsa profesión de fe no sólo es peor, sino que puede engañar
al individuo en sí mismo y puede hacer mucho daño a la causa de
Cristo. Debes ser fiel en sembrar la semilla, y Dios será fiel en darte
la recompensa por tu obra.
 Para meditar
Juan 4:35-38
7. Siempre lleva contigo una buena cantidad de literatura
evangelística.
No puedes sólo compartir folletos con aquellos que te encuentras,
sino que también puedes dejarlos en la calle, en los automóviles o en
los microbuses, en restaurantes, o en casi todo lugar público.
El objetivo es sembrar la Palabra.
¡Una palabra final!
Si encuentras dificultad en hablar a otros acerca del Señor, dile al
Señor acerca de esto y pídele fuerzas y coraje para testificar de Él. Si
realmente lo quieres, Él te lo dará (Mateo 10:32).
Las recompensas de los ganadores de almas son tremendas:
 a. ¡El gozo y el privilegio de guiar personas a Cristo es
indescriptible! (Lucas 15:10)
 b. ¡Cuánto más grande será el gozo en el cielo cuando alguien te
encuentre con estas palabras: "gracias a ti conocí a Dios y
Él cambio mi vida!" ¿Alguien va a estar en el cielo gracias a tí?
 c. Finalmente, cuán incomparable será la emoción cuando el
Señor Jesucristo abiertamente te confiese delante de las
multitudes en los cielos. (Mateo 10:32)
En vista a todo esto, nuestra oración debería ser así:
Hazme mirar las multitudes como mi Salvador lo hizo,
Déjame contemplar con misericordia la oveja extraviada,
Y amarlos por amor de Él. (Mateo 9:36)
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lección? Escribe en tus palabras:
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Lección # 10
ESCUDRIÑANDO LAS ESCRITURAS
 Para meditar
Juan 14:26; 16:13
¿Qué debería saber un cristiano acerca de la Biblia?
El estudio bíblico debería ser llevado a cabo en plena dependencia
del Espíritu Santo. Él es nuestro Maestro y constantemente
deberíamos buscar su guía. No hay un atajo, una manera fácil de
aprender la Biblia. Involucra duro trabajo para cada uno. De todos
modos, nunca olvides que el Autor del libro está siempre presente, y
nadie sabe más acerca de lo que está escrito que el Autor mismo. Si
no entiendes, ora y pídele a él que te enseñe lo que dice (Juan 14:26).
1. Lo primero para hacer es apartar un tiempo definido
cada día para leer la Biblia.
Una buena manera de comenzar a estudiar la Biblia es por el libro de
San Juan y avanzar luego por el Nuevo Testamento y finalizar con
Hebreos, Romanos y Apocalipsis. Después de terminar con el Nuevo
Testamento, se avanza hacia el Antiguo Testamento con el libro de
Génesis y así leer la Biblia entera. No leas sólo para decir que has
leído toda la Biblia, sino lee para conocer lo que la Biblia dice acerca
de Dios.
2. Cuando llegues a una palabra desconocida, búscala en
el diccionario.
Si llegas a un pasaje que no puedes entender, primero trata de
comprender el significado estudiándolo cuidadosamente. Si esto no
alcanza, escribe una nota sobre el problema, y consulta un
diccionario o comentario bíblico cuando tengas oportunidad.
3. Compara Escritura con Escritura.
No trates de afirmar una doctrina sobre un solo pasaje bíblico, sino
compara el pasaje con otro texto bíblico que te ayude a entender y
aclarar el significado completo. Recuerda que la Biblia es como un
rompecabezas, debes juntar todas las piezas para encontrar
la imagen exacta. Usar solo algunas piezas o algunos textos, dará
como resultado una mala interpretación de lo que Dios realmente
quería decir. "La Verdad nunca contradice a la Verdad."
4. Escribe un bosquejo
Serás bien recompensado si escribes un bosquejo de cada capítulo,
respondiendo las siguientes preguntas:
 a. ¿Qué aprendí acerca de Cristo? (Aún en el Antiguo Testamento
hallarás al Salvador en tipos, símbolos y sombras.)
 b. ¿Cuál es el mensaje principal de este capítulo?
 c. ¿Hay alguna promesa para mi vida?
 d. ¿Cuál es el versículo más importante?
 e. ¿Se menciona algún pecado que debo evitar?
 f. ¿Qué ejemplo hay para que siga?
 g. ¿Cuáles son los pasajes más difíciles?
5. Durante el día trata de compartir lo que has leído con
alguien más.
Esto servirá para dos propósitos: te ayudará a afirmar y grabar
la enseñanza en tu propia mente y te ayudará a compartir con otros
la bendición que has recibido de tu estudio bíblico. (Malaquías 3:16-
18)
F. Trata de memorizar dos o tres versículos cada semana.
Comienza a compartir con familiares versículos del evangelio tales
como: Juan 1:12; Juan 3:16; Juan 3:36; Juan 5:24; Romanos 10:9,
etc. Repasa todos los versículos memorizados constantemente hasta
que realmente hayan sido puestos en tu mente y corazón. Escríbelos
en tarjetitas y llévalos contigo para repasar durante el día. Hallarás
tu propia vida enriquecida, y estarás en mejores condiciones para
hablar a otros.
¿Cuáles son los beneficios de memorizar la Palabra de Dios? Prov.
7:2-3
 1. Nos ayuda a resistir las tentaciones. Salmo 119: 11
 2. Nos ayuda a hacer decisiones inteligentes. Salmo 119: 105
 3. Nos da fuerza cuando hay problemas. Salmo 119: 49-50
 4. Nos conforta cuando estamos tristes. Jer.15: 16
 5. Nos ayuda a defender nuestra fe delante de los no creyentes. 1
Pedro. 3: 15
¡Una palabra final!
La gran meta del estudio bíblico, es poner en práctica lo que has
aprendido. Leemos en Santiago 1:22 "No se contenten solo con
escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla
a la práctica" NVI.
En Israel hay dos mares. Al norte tenemos el Mar de Galilea y al sur
el Mar Muerto. El de Galilea es esta lleno de peces y fluye la vida. El
Mar Muerto por su parte, es un lugar desolado. ¿Cuál es la
diferencia? El agua del Mar de Galilea recibe agua fresca de las
montañas todos los días y luego fluye en varias direcciones. El Mar
Muerto en cambio solo recibe y no tiene salida. Esta ilustración es
un buen ejemplo para entender que no solo debemos tomar la
Palabra para nosotros mismo, de lo contrario, pronto nos
encontraremos estancados en nuestra fe. Nuestra vida fluirá de
manera natural si compartimos la verdad de la Palabra con otros.
¿Qué es lo más importante que aprendiste en esta
lección? Escribe en tus palabras:
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Conclusión
La vida cristiana está llena de grandes retos. Por lo tanto, debemos
prepararnos para avanzar hacia el crecimiento espiritual. Ese era el
sentir del Apóstol Pablo cuando dijo: "olvidando lo que queda tras y
esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando
hacia la meta" (Filipenses 3:13-14).
Dos evidencias de que estas avanzando en tú madures espiritual son:
 a. Capacidad para tomar por ti mismo alimento cada vez mas
solido de la Palabra de Dios.
 b. Dependiendo menos de la ayuda y el estimulo de otros para
seguir adelante.
Aunque siempre dependeremos los unos de los otros como
miembros de un cuerpo, sin embargo es necesario que cada creyente
vaya asumiendo su responsabilidad en cuanto a lo que podríamos
llamar "disciplina de crecimiento individual". Es necesario que el
discípulo vaya comprendiendo poco a poco la importancia de que
hay cosas que tiene hacerlo por sí mismo y no siempre estar
dependiendo de los demás.
El buen discípulo ha aprendido y desarrollado su capacidad y sus
habilidades para alimentarse de la Palabra de Dios por sí mismo. Ya
no es necesario, recordarle sus responsabilidades para con Dios, la
iglesia y la sociedad en general.
No toda la vida vamos ser niños espirituales, llegara el día y el
momento en que necesariamente debemos responsabilizarnos de
ayudar y guiar otras vidas que recién están comenzando a vivir su
fe. El trabajo espiritual nunca termina… siempre habrá algo por
hacer.

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