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Documento de Investigación
2004
INDICE
• AGRADECIMIENTOS Página 3
• INTRODUCCIÓN Página 4
• DEMOCRACIA Página 14
• BIBLIOGRAFIA Página 31
- A mis padres, Carlos Alberto y Graciela María por su ejemplo de amor, valor, fe y
optimismo.
- A mi mujer Carolina Pavía por su apoyo incondicional y por la motivación que me
brinda para con mis actividades académicas.
A lo largo del siglo XX hemos asistido a una serie de hechos trascendentales que
han influído significativamente en la evolución de la humanidad.
Entre ellos podemos mencionar el dominio de grandes imperios como el británico y
el francés, las dos guerras mundiales, la irrupción del comunismo, las trágicas
apariciones de partidos radicalizados como el fascismo y el nazismo, el
desgobernado avance tecnológico, la caída del régimen soviético y la temible
irrupción en el escenario internacional de un tipo de terrorismo sin límites en su
aplicación de violencia y con características de fuerza globalizada.
Pareciera que el común denominador de estos sucesos pudiera estar relacionado
con la pérdida de los valores fundamentales en la sociedad y una falta de castigo
ante los avances de comportamientos alejados de las normas elementales de la
ética y la moral.
Pero hubo un acontecimiento que resurgió de y en la historia para instalarse
aparentemente en forma definitiva entre nosotros y fue la democracia.
Esta forma de convivencia que tuvo sus raíces en la antigua Grecia y luego fue
desplazada por formas de gobierno más autoritarias, produjo cambios en la forma de
vivir y relacionarse de las personas, y es considerada por la mayoría como el mejor
sistema de gobierno bajo el cual se puede vivir.
La democracia se aprecia por combatir el poder absoluto, el despotismo militar y el
de partidos totalitarios, sin olvidarse de poner límites al individualismo extremo que
podrían generar desinterés entre los miembros de la sociedad. Esto podría permitir
la desintegración social y el acceso al poder de los corruptores de los principios
democráticos, sean personas, grupos, administraciones y / o empresas.
A partir de la democracia se generan interrogantes relacionados con su evolución y
su aplicación, con los diferentes tipos de democracia, con la relación establecida con
las diferentes culturas y los procesos de interrupciones especialmente en América
Latina.
Además se plantea otro interrogante referido al porqué una Nación cuya legalidad
está dada por el consentimiento de la mayoría debiera regir su vida política en base
a un acuerdo establecido preexistente como la Constitución.
Existen palabras y conceptos considerados claves dentro del trabajo como los de:
libertad, ciudadano, constitución, tradición, derechos, valores, poder y estado.
John Ely asegura que las constituciones refuerzan la democracia y que los
gobiernos democráticos necesitan periódicamente correcciones. Destaca que el
Tribunal como autoridad recibe facultades constitucionales y actúa como guardián
de la democracia y que hay determinados valores fundamentales que deben guiar la
política pública. Finaliza diciendo que lo importante es limitar el poder de los
funcionarios elegidos y que eso aumenta el poder de los votantes.
Un argumento contrario es sostenido por M. Shapiro quien dice que no tiene lógica
que seres ya desaparecidos que no mantuvieron contacto con las circunstancias
Paine y Jefferson a partir de las premisas de Locke arguyeron que una generación
no podría obligar a la siguiente, apoyando su argumento en la soberanía de la
mayoría.
R. Hooker decía las personas al igual que los reinos tienen una identidad moral a
través del tiempo. Los actuales viven en los predecesores y ellos en sus sucesores;
es decir hay votos originales que crean la obligación para el futuro.
Pero las constituciones son marcos que el pueblo se da a sí mismo por lo que se
entiende que pudiera modificarlo. Esta línea conceptual es lo que le da libertad al
pueblo.
Según Bodin el príncipe soberano (o la Asamblea) no puede ser obligado por las
leyes que se dio a sí mismo ya que las puede eliminar cuando quiere, por lo cual es
libre antes de existir las leyes. Hobbes nacionalizó el argumento y sostuvo que por
ende ningún reino puede estar obligado por su propia constitución. También
Bodin decía que ningún soberano podía obligarse a sí mismo. Sostener que Dios no
puede hacerse una promesa obligatoria para sí mismo es incorrecto porque sería
limitar su poder o libertad. Pero estas restricciones no son límites sino expresiones
de libertad y poder real. El autoponerse límites es una señal de libertad y aumenta el
poder efectivo del soberano ya que acepta limitaciones a su propio capricho. Esto
implica que el compromiso previo, la constitución, podría ser un camino a la libertad
real.
J. S. Mill fue otro defensor del precompromiso institucional que favorece la libertad y
la participación ciudadana. Proponía un sistema de incentivos para la participación
pública inteligente.
Sostenía que la democracia es el gobierno por discusión pública y no sólo la
imposición de la voluntad mayoritaria. El desacuerdo público es la base para el
gobierno popular. La norma fundamental del gobierno democrático es garantizar el
derecho a la oposición. En este contexto tiene sentido el consentimiento pues hay
garantías para la impugnación y el disenso. Hay soberanía popular pues existen
reglas que organizan y protejan el debate público.
Cuando la minoría pierde la votación, acepta lo querido por la mayoría, pero tienen
garantizada la discusión y el disenso.
LA DEMOCRACIA
Es una evolución de la concepción del poder divino o por vía de las tradiciones hacia
una creación humana, donde existen dos grandes aspectos: la soberanía del pueblo
y los derechos del hombre.
La creación de la República y su brazo ejecutor el Estado es que el garantiza la
libertad del hombre defendiendo sus derechos individuales. El hombre se convierte
en ciudadano y debe ejercer su rol activo. Pero soberanía y derechos fueron
generando conflictos a partir de confusión generada por la deformación de esa
soberanía en un poder popular que se alejaba del marco institucional y legal: las
democracias populares que surgían como revolucionarias.
Esto implica la necesidad de una democracia fuerte y vigorosa sometiendo el poder
político al respeto por los derechos cívicos, sociales y culturales.
La democracia permite la noción básica de libertad expresada a través de la
posibilidad de los gobernados de elegir a sus gobernantes.
Así como la equivocada concepción sobre la democracia sirvió para encubrir
regímenes autoritarios, hubo otros casos donde el exceso de confianza en el
mercado implicó el debilitamiento del rol del Estado
La democracia es integradora de los conceptos de ciudadanía, que supone la
libertad de elección política con el respeto de las identidades y los derechos. Es
decir debe existir el criterio de sociedad abierta con derechos personales y
colectivos, con el reconocimiento de la pluralidad de intereses e ideas y finalmente
con la aceptación y la responsabilidad de un acerbo cultural en común.
Por lo tanto hay tres principios fundamentales:
La teoría política tradicional enuncia que la democracia es el poder del pueblo y que
la democracia directa es la que practicaban los antiguos griegos, entendida como
poder del pueblo, “el kratos del demos”. La democracia directa es sólo posible para
pequeñas comunidades como las aldeas. Es imposible para las grandes
comunidades como las ciudades reunir en un lugar a todos los ciudadanos para
debatir y decidir.
Lo más cercano a esta forma de democracia es el referéndum. Este mecanismo
constitucional existe en algunos países pero es un procedimiento excepcional que
no está extendido a la totalidad de la comunidad internacional.
Pero las elecciones no son el único mecanismo democrático que puede inducir al
gobierno a actuar en una forma representativa. Las elecciones son un mecanismo
verticalizado de responsabilidad. Pero también están los mecanismos horizontales
que las instituciones democráticas ofrecen, ya que la división de poderes los hace
que rindan cuentas ante los ciudadanos pero también entre ellos. Es decir los
poderes que conforman el gobierno no se encuentran meramente separados y se
controlan y equilibran recíprocamente.
Para conducir este tema es necesario enunciar algunas definiciones que permitan
avanzar en la relación de la ética como sostén de la democracia.
Virtudes: Son los rasgos positivos del carácter que posibilitan el desarrollo positivo y
la felicidad de los seres humanos. No son innatas sino que se desarrollan como
Valores: Son el conjunto de creencias que pertenecen a una persona y que pueden
ser compartidas por grupos sociales, sobre lo que es verdaderamente importante en
la vida, referido a los aspectos morales y no morales.
Principios éticos: Se aplican a diferentes situaciones y son más generales que las
reglas. Indican como decidir entre reglas y valores alternativos.
Para ser efectivos los valores deben ser inculcados desde muy temprana edad ya
que cuando son procesados correctamente por las personas se transforman en las
guías de su accionar pues son compartidos a nivel racional.
Sin duda la defensa de la vida, incluyendo la prenatal desde la concepción (criterio
de vida fundamentado no sólo desde la fe sino desde la ciencia), la igualdad de
derechos y obligaciones, la protección de la familia y de los indefensos, la amistad y
el amor, el respeto por la ley y la aplicación universal de justicia, la alegría de poder
vivir en paz, con educación, con acceso a la salud y el goce por el deporte y el arte
son valores fundamentales compartidos por una gran mayoría.
Sobre finales del siglo XX, especialmente en los últimos diez años, la democracia en
América Latina ha logrado ser mayoría. Bajo diferentes formas y con distinto tipo de
éxito y perdurabilidad, este sistema ha logrado imponerse tras décadas de
interrupciones por gobiernos totalitarios de orientaciones opuestas.
Pese a la diversidad y particularidad de cada uno de los casos durante ciento
cincuenta años la democracia ha nacido y crecido, ha caído, ha desaparecido y ha
mejorado, y ha entrado en letargo para volver en pocos casos más madura.
Salvo excepciones la mayor parte de la población de la región al igual que en el
resto del mundo, vive en países democráticos carentes de historia y continuidad
democrática, acuciados por el miedo y la inseguridad, con una enorme deuda en
cuanto al desarrollo económico-social y con un alarmante escepticismo sobre las
instituciones político-democráticas. En todos estos países se habla de la reforma
institucional pero la misma todavía está más asegurada en los textos y los discursos