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El mito es un relato histórico sagrado, proporcionado con carácter simbólico de una época

lejana que describe acontecimientos maravillosos que contienen personajes sobrenaturales,

fantásticos y celestiales, a su vez cuenta con un personaje heroico, que no siempre debe de contar

con una habilidad apoteósica, muchas veces cuentan con habilidades normales. Según el

antropólogo Claude Lévi-Strauss, el mito cumple con tres atributos: la narrativa trata una pregunta

existencial, debe tener en su narrativa principal contrarios irreconciliables y proporcionar el

arreglo de esos contrarios para dar una sensación de balance o armonía.

No poseen una forma de testimonio histórico, no pueden ser comprobables

contrariamente se creen como verdaderos en su cultura, transmiten valores, creencias y

conceptos, gracias a esto el mito va mucho más allá de simples historias heroicas de personajes

milenarios yendo en contra de poderes inmensurables; va más allá del individuo y despliega un

poder superior que despierta algo de su propia alma. En un principio los mitos eran un relato oral,

con el correr de los tiempos sus detalles fueron modificados u olvidados, creando múltiples

versiones del mismo mito, hasta que las sociedades desarrollaron la escritura cuando el mito se

transforma en una forma de literatura. Una de las mitologías más influyente y conocida en la

actualidad es la mitología griega, constituye los relatos pertenecientes al período categorizado

como la “Antigua Grecia”, comprendido entre 1200 a.C.-146a.C. aproximadamente, textos que en

su mayoría eran poemas y obras teatrales, que dan a entender como los griegos se explicaban el

mundo, practicaban su religión, realizaban sus cultos y rituales, y representaban su cultura.

Gracias a las múltiples invasiones de la península griega, sus mitos fueron propagándose a través

de toda la región indoeuropea, estudios recientes resaltan las semejanzas entre los dioses de estas

regiones. Actualmente se conoce a estos textos como literatura griega, los más destacados son las

épicas la Ilíada y la Odisea de Homero, que narran los acontecimientos alrededor de la guerra de

Troya, y los poemas de Hesíodo Teogonía y, Trabajos y días, que narran las inicios del mundo, las
sucesiones de los gobernantes divinos y el origen de los desastres que ha enfrentado la

humanidad. Los mitos griegos se pueden clasificar en:

 Cosmogónicos: Aquellos que tratan el origen del universo.

 Teogónicos: Relatan el origen de los dioses.

 Antropogónicos: Los inicios del hombre, como se origina.

 Etiológicos: El principio y creación de ciertas instituciones.

 Escatológicos: Sobre la vida de ultratumba.

 Morales: Inspirados en la lucha entre el bien y el mal.

El mundo de los mitos griegos propone una visión épica de la realidad con dioses

inmortales y héroes casi invencibles; dejando así a los hombres y mujeres que eran simples

mortales tener que conformarse con solo poder escuchar las inacabables historias de sus héroes y

heroínas, que con el tiempo, fueron convirtiéndose en modelos de algo primordial, ancestral y

ejemplar; modelos de una forma de cómo vivir en sociedad, de relacionarse con los dioses, de

cómo luchar contralas adversidades, en griego modelos es tipos y ejemplar o ejemplo se dice

arché, de ahí proviene los “arquetipos”. Por ende los mitos se volvieron en una forma de aprender

las virtudes, necesarias, para integrar al ser humano a su mundo cotidiano y a su mundo

imaginario, mundo donde se van a mostrar los aspectos que conforman una cultura.

El hombre occidental se caracteriza por siempre buscar una respuesta satisfactoria a la

pregunta en cuestión, fenómenos y eventos que lo rodean; se la pasa saltando de teoría en teoría

para poder responder los enigmas que lo inquietan. Esta inquietud ha llevado al hombre

occidental a cuestionar todo lo que lo rodea o comienza, y la respuesta a esa intriga debe de tener

cierto nivel suficiente de sentido con el intelecto y espíritu para él, a diferencia del hombre

occidental, para el oriental no hay peor cosa que empezar una acción sin una misión aparente y no
poder aprovechar las consecuencias de sus acciones, o sacrificios. En la mitología griega existe un

ejemplo de ello, el drama de Sísifo: Este era un rey de Corinto fue condenado por Hades por haber

apresado a la muerte y no permitir que cumpliera con su labor; Hades como venganza lo condena

a rodar, sin descanso, una gran piedra por el lado de una montaña y cada vez que llegara a la cima,

la piedra aparecía de nuevo en el pie de la montaña y Sísifo debía comenzar de nuevamente desde

este punto. Aquí se ejemplifica lo que los antiguos pensaban como una de los peores castigos,

estar destinado a llevar a cabo una tarea sin meta, sin un porque ni un para qué.

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