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¿Puedo facturar sin darme de alta en
autónomos?
Para poder emitir una factura legalmente, es necesario cumplir dos requisitos:
Alta en la Seguridad Social como autónomo, con un coste mensual mínimo de 275 euros,
salvo que se disfrute de alguna bonificación o de la tarifa plana de 50 euros.
Alta en Hacienda mediante la presentación del alta censal (modelo 036 o 037), sin coste
económico. Aunque ello obligará a preparar las declaraciones de IRPF e IVA que te puedan
corresponder y pagar los impuestos correspondientes.
Si no cumples estos requisitos y trabajas por cuenta propia, estarás engrosando la economía
sumergida, incidiendo en la menor recaudación del estado y en la competencia desleal que supone
frente a aquellos otros autónomos y pymes que sí que cumplen con sus obligaciones legales.
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Administración y la Inspección de Trabajo. Pero es algo que queda a su criterio. Y hay precedentes de
sanciones, porque no existe un criterio claro y único.
Y claro, aunque la jurisprudencia esté de tu lado, si te sancionan sufrirás el consiguiente perjuicio
económico y moral, pues aparte del cabreo tendrás que ocuparte de recurrir y eso siempre supone
algunos costes.
Además, en los últimos tres años mientras algunos usuarios nos han comentado que en sus
administraciones de la Seguridad Social les han dicho que si no llegan al SMI no hay problema, a otros
les han dicho lo contrario, así que cuidado.
En todo caso, la entrada en vigor de la tarifa plana de 50 euros redujo el coste de ser autónomo en el
primer año y medio, con lo que es más fácil alcanzar el límite del SMI. No disponemos datos de si este
detalle ha sido tenido en cuenta en tribunales pero no está de más contar con que en caso de inspección
así podrían valorarlo.
La Declaración de operaciones con terceras personas (modelo 347), en la que todos los
sujetos fiscales están obligados a informar de aquellas personas y empresas con las que han
tenido operaciones por más de 3.000 euros en un año. Así que si a lo largo de un año facturas
más de 3.000 euros a un cliente, ten en cuenta que él informará a Hacienda y tú debes hacer
lo propio para que no salte la alarma. Pero no tiene nada que ver con la obligatoriedad de
darte de alta.
Si emites facturas a tus clientes, debes incluir el tipo de IVA que corresponda e ingresar en
Hacienda la cantidad que cobres en concepto de IVA menos el IVA deducible que te puedas
desgravar.
Si estás dado de alta como profesional autónomo, debes tener en cuenta que Hacienda tiene
constancia de tus ingresos ya que tu cliente declara en tu nombre el IRPF que te ha retenido.
Y si por ejemplo no has presentado declaración de IVA, es muy fácil que se den cuenta.
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Soluciones ¿Qué te conviene más?
Hay un abanico de posibles soluciones entre las que cada uno debe optar en función de sus
circunstancias personales y profesionales, los riesgos que esté dispuesto a asumir y sus valores. Las
más habituales son:
Darse de alta con una cuota bonificada: no sirve para todo el mundo pero desde la
aprobación de la ley de Emprendedores muchos autónomos nuevos se vienen beneficiando
de la tarifa plana de 50 euros o de unas bonificaciones del 50% en casos de pluriactividad.
Unas medidas que tratan de facilitar la cotización durante los primeros años de actividad y
que te pueden servir para cumplir con la legalidad y aguantar más tiempo hasta ver si tu
actividad realmente funciona.
Concentrar facturas y darse de alta algunos meses: consiste en darse de alta y de baja
alternativamente en unos pocos meses o incluso días (por ejemplo el último mes de cada
trimestre o semestre), agrupando todas tus facturas en ese periodo, para lo que conviene
ponerse de acuerdo previamente con el cliente y establecer si fuera necesario un sistema de
seguimiento del trabajo realizado al margen de la contabilidad. Suele ser conveniente que el
objeto de las facturas sea genérico y no haga referencia a fechas concretas de realización de
trabajos. A partir de un cierto volumen de ingresos anuales, que podemos cifrar en algo
menos de 13.206 euros si pagas la cuota de autónomos completa (SMI + cuota de
autónomos) o 11.000 euros si empiezas con tarifa plana, es una práctica peligrosa, ya que una
cadena prolongada de altas y bajas puede provocar una inspección, por lo que hay que
asumir el alta en autónomos de manera permanente. Aunque si te atienes a la jurisprudencia
y coges la cifra del SMI como límite, deberías cotizar a partir de 9.906 euros de facturación
anual.
Facturar a través de un tercero o una cooperativa: hay varias alternativas, desde facturar a
través de una empresa “amiga” hasta hacerlo a través de una cooperativa de facturación,
surgidas para este tipo de casos. Lógicamente al existir unos costes derivados del papeleo y
unos impuestos a pagar, lo normal es que te pidan alguna cantidad o porcentaje de tus
ingresos para que no les cueste dinero a ellos. Y debes saber que muchas de estas
cooperativas están siendo en 2017 investigadas por la inspección de trabajo, sobre todo las
de carácter multisectorial, al considerar que su actividad puede ser fraudulenta.
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Darse de alta sólo en Hacienda: esta opción supone cumplir con la mitad de tus obligaciones,
las relacionadas con Hacienda. Te permite facturar con tu NIF y pagar los impuestos
vinculados a tus ingresos, algo que recomendamos siempre para evitar posibles sanciones de
Hacienda, que pueden llegar a ser bastante cuantiosas y porque al tener ingresos bajos, tu
IRPF será bajo y porque no puedes apropiarte del IVA cobrado en tus facturas. Tiene el
inconveniente de que te obliga a presentar declaraciones trimestrales y anuales de IVA y
muchas veces también de IRPF y retenciones, con el consiguiente coste en tiempo y/o dinero
(asesor). Si transcurrido un tiempo y al crecer tus ingresos quieres darte de alta en la
Seguridad Social, deberás darte de baja antes en Hacienda y dejar transcurrir algo de tiempo
antes de volver a darte de alta. Y es que en 2017 se detectó un mayor cruce de información
entre ambos organismos y que la Seguridad Social muchas veces pide la cotización desde la
primera fecha de alta.
Además te recomendamos analizar bien tu actividad y trazar un plan de crecimiento para el futuro para
ver su viabilidad y hasta que punto puedes arriesgarte y dar el paso de darte de alta y cuándo. Y para
eso nada mejor que un plan de negocio.
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¿Una cuota progresiva para los
autónomos en 2018?
Toda esta extraña situación viene generando en los últimos años una considerable polémica aderezada
por la dolorosa comparación respecto a la situación de los autónomos en otros países europeos.
Y es que está abierto el debate para que este tema se arregle de una manera justa, seria y definitiva
con una nueva normativa que acabe con la inseguridad jurídica actual. Hace cinco años condujo a
una movilización por la tarifa de 50 euros que llevó a su aprobación definitiva y estos últimos años se
viene alimentando el debate sobre la posibilidad de que los autónomos que ingresen menos del salario
mínimo no tengan que cotizar y que los demás lo hagan mediante una cuota progresiva proporcional
a sus ingresos.
Las últimas elecciones generales parecían abrir un punto de inflexión y es que los cuatro partidos
principales, PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos, recogían de manera más o menos explícita esta
reivindicación en sus programas, adecuando la cotización a la evolución de la actividad y a los
ingresos reales. Sin embargo la nueva Ley de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo, aprobada en
el Senado el 11 de octubre de 2017, incluye la ampliación del primer tramo de la tarifa plana de 50
euros a doce meses pero finalmente no incorpora ni la supresión de la cuota para ser autónomo si tus
ingresos son inferiores al SMI ni la implantación de una cuota progresiva cuando sean superiores al
salario mínimo.
Eso sí, se contempla en dicha Ley que serán estudiadas en la subcomisión del Congreso para el estudio
de la reforma del RETA las siguientes medidas: