Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Para establecer una especie de parámetro en el que pueda inscribirse una definición
de lo Clásico en la cultura Griega tendríamos que partir del concepto de Areté, un
deber ser que involucra lo social, lo ético y lo ontológico. El Areté es aquello, como lo
expresó muy bien Werner Jaeger, que expresa la máxima idealización del ser en el
ambiente de la cultura Griega: es objetivo de toda una vida y es el estímulo constante
para la formación de un hombre griego. Este mismo deber ser está incluido en la idea
de lo Clásico cuyo significado incluye siempre una separación entre lo correcto y
“aristos” y lo incorrecto y cacofónico. Lo Clásico es lo debido, lo bello, lo correcto y
por tanto lo verdadero. Pero al confrontar una idea así de radical no podemos negar
que el concepto es elitista y necesariamente excluyente, razón por la cual
seguramente desde la antigüedad griega y Latina muchos textos y autores quedaron
fuera de los cánones que establecía el Areté, lo Clásico. El término “clásico”, fue una
contribución de los romanos, que utilizaban en principio, para diferenciar los distintos
estratos sociales de su Ciudad.
Lo clásico, no tiene que ver con una cuestión de estilos, sino con una implicación de
calidad, que es lo que en gran medida transforma cualquier creación en algo “eterno”.
Cualquier creación que aspire a la “excelencia”, a volverse un clásico, deberá de algún
modo coincidir con alguna tradición, pues toda creación humana es un eslabón más en
la cadena de la historia de la humanidad misma.