Você está na página 1de 8

1

Discurso de Motivación Reflexiva N° 034

MIS PADRES, EN MI ARTE


Por Reynaldo Charres Vargas 2
“Rey Charré”

Estimados colegas y amigos:

Es comprensible que todo humano envejecido que ha vivido casi siete


décadas, se dedique a escribir memorias de su vida, y yo estoy en ésa fase,
motivo por el cual les agradezco su comprensión y amabilidad.

Y antes, de platicar sobre la presencia e influencia de mis padres en mi


trabajo profesional, permítanme evocar a Enrique Charres (92) y Manuela
Vargas (87), los artífices de mi existencia, al recordarse 8 y 9 años de su
partida al cielo infinito, donde seguramente sus almas estarán disfrutando de
las delicias del edén celestial, en quien creyeron con total convicción.

En poco tiempo más estaré con ellos para convivir en la vida espiritual eterna
y también esperando a quienes inevitablemente vendrán a compartir este
reencuentro. Los cuerpos físicos desaparecen con la muerte, pero las almas
invisibles se reúnen en otras dimensiones para vigilar a los vivientes y
bendecir en la procreación del género humano, además pueden hacerse
presente cuando alguien los evoca o recuerda, tal como lo hago hoy.

El espíritu de las personas no puede ni debe morir, porque siempre deben


estar presentes las enseñanzas y los paradigmas que dejaron pues ese
legado tiene que pervivir y transmitirse de generación en generación. Los que
murieron cumplieron el ciclo vital, pero nos dejaron ejemplos inolvidables.

Siempre se dice que los padres son responsables de la crianza y formación de


los hijos desde cuando nacen hasta una edad prudente, lo cual es verdad, y
yo lo disfrute grandemente, pues ahora me toca continuar ésa formación
sólida que recibí; y aunque yo no fui padre, sé que el rol de padres es una
gran responsabilidad para lo cual no hay preparación previa. Todo se deja a
los instintos, y cuando los instintos son mal conducidos sobreviene el fracaso
familiar, tal como ocurre en muchas familias.

Entre hermanos decíamos que nuestros padres, eran seres súper geniales
porque hicieron de la sencillez y los buenos modales, un gran título para su 3

vida equilibrada. Empero, y como en toda pareja, tuvieron rencillas y


altercados pasajeros que nunca afectó su relación, por el contrario supieron
ser fuertes e inteligentes para asumir con entereza las limitaciones y los
conflictos familiares en donde siempre surgía la bondad de sus nobles
corazones.

En lo personal, fui un ser privilegiado porque tuve un padre y una madre de


condiciones modestas, con un enorme valor humano e incomparable amor
paternal, lo sentía diariamente ya que viví con ellos por más de 50 años y
conocí en profundidad sus conocimientos, inquietudes, frustraciones,
tristezas y alegrías. Nunca tuvimos abundancia de bienes pero teníamos un
pensamiento libre y sano, una cultura familiar de fraternidad y siempre
estuvimos unidos para resolver los problemas y las circunstancias cotidianas.

En este discurso quiero resaltar con enorme reflexión y gratitud el


acompañamiento y la influencia vital de mis progenitores en la producción
intelectual y artística que logré hasta hoy, pues la presencia de ambos,
marcaron huellas profundas que no se pueden borrar, y cuando aprecien
ésas creaciones verán retratados parte de sus creencias, emociones, anhelos
y también la pericia de sus manos y mentes. Directa e indirectamente ellos
formaron parte de las obras y proyectos porque los hicimos juntos bajo un
mismo techo.

Como nadie, ellos son parte de todo un patrimonio artístico compuesto de


1,200 obras de arte, lo vieron desde el inicio, conocieron los procesos y
avances, supieron de los errores y las pérdidas; estaban informados de la
gama de virtudes y como como es lógico suponer, sus sentimientos
quedaron grabados en cada obra plástica. Nunca fue fácil elaborar lo que
juntos hicimos, hubieron traspiés y limitaciones.
La compañía cercana de Enrique y Manuela con sus miradas diarias, los
elogios y los abrazos, las palabras de aliento, o el apoyo material
desinteresado eran ya una costumbre, que desde luego alimentaron mi
cerebro y mis destrezas manuales para afirmar los esfuerzos propios y
entregar con gusto toda la laboriosidad que implica una invención que se
4
convierte en realización artística.

El trato deferente, afectuoso y de aprecio por mi trabajo era abrumador, lo


que de inmediato se convertía en una poderosa energía interna, para seguir
bregando en el trabajo cotidiano, donde no había lugar a horarios ni
vacaciones.

La sabiduría paternal estaba sintetizada en las experiencias, en las


costumbres, en el respeto por las herencias, así como en el don humano
limpio, sencillo y breve. No estaba en la cantidad de información teórica que
cada quien poseía, sino en la calidad de la actitud personal honesta y pura, en
el trato justo, la amenidad, la experiencia y en la cordialidad para todos.

El ingenio y la creatividad eran dones del grupo familiar, casi siempre


sorprendente y de enorme importancia porque gracias a esos genes pude ser
un individuo obsesionado por las bellas artes, la cultura autónoma y el
voluntariado que fueron los escenarios principales donde laboré por
muchísimos años.

El aliento permanente por la superación personal de los hijos, según mis


padres, estaba basado en la libertad y en el esfuerzo individual, y cualquier
otra condición externa sólo eran complementos periféricos. Nos repetía con
insistencia la frase: “todo lo que logren dependerá de ustedes y sus familias”.

Los abrazos con elogios diarios y manifestadas mutuamente entre padres e


hijos por las mañanas, se había convertido en una apreciable rutina, y en ese
contacto interpersonal se sentía el influjo de una poderosa energía, que era
suficiente para salir airoso en cualquier jornada o desafío.
“Piensen bien” era otra frase favorita de papa y mamá, porque querían que
sus hijos desarrollen su propio juicio y razonamiento lógico y con ello puedan
tener honestidad, armonía y equilibrio en decisiones y acciones.

Los divertidos juegos de mesa para mitigar el estrés cotidiano, era una opción
recreativa que habíamos cultivado desde la cuna materna, y cualquier 5

encuentro de este tipo se convertía en un escenario grato de competencias,


ocurrencias y carcajadas lo que hacía más amena el disfrute grupal.

En cuanto a fe religiosa, mis padres preservaron creencias y prácticas por


herencia sucesiva, y era de absolutismo católico basado en la trinidad divina:
padre, hijo y espíritu santo. Siempre rezaron y concurrían a la iglesia local a
venerar a sus santos preferidos. El apego a Dios como ser superior invisible
creador de la existencia universal, fue total.

Otros aspectos menos influentes fueron los miedos y defectos, que también
estuvieron presentes en nuestras vidas, éramos un grupo familiar común e
independiente, al mismo tiempo limitado y frágil, y que podría ser vulnerada
en cualquier momento. Nuestra estabilidad fue relativa porque vivíamos en
una realidad dominada por fuerzas y culturas foráneas que afectaron
nuestros sentimientos autóctonos.

La vida saludable y austera, es otra de las cualidades que muchos los pierden,
por estar apresados a vicios y taras que impone el consumismo y la industria;
en cambio mis padres siguieron fielmente un modo de vida autónoma sana
con un mínimo de agentes artificiales o sustancias tóxicas. Gracias a esa
existencia purificada, pudieron tener una larga existencia y un vivir sin
enfermedades.

El auxilio solidario en situaciones de emergencia, fue especialmente dada por


mi madre, y ella siempre tuvo una lógica de desprendimiento con los suyos y
con los demás. Recuerdo que cuando me tocó atravesar momentos críticos
principalmente de orden económico, ella supo concederme importantes
contribuciones que me permitieron solucionar problemas.
La libertad de ser y hacer, quizás fue una de las reglas más importantes que
tuvimos en el entorno familiar. Y gracias a esta doctrina hogareña, cada quien
era dueño de su destino. Las intervenciones paternales fueron reservadas
para compartir consejos de vida, los mismos que eran acontecimientos
felices de conversación y jolgorio.
6

Al recordar a mi madre, tampoco puedo dejar de mencionar sus atributos en


la cocina doméstica, como la preparación de aquellos potajes de dulce sazón
que aún lo extraño. Sus secretos culinarios hicieron que todos sus hijos
tengamos nutrientes adecuados para llevar una vida saludable sin mayores
apremios hasta la vejez.

Todo este cúmulo de cualidades y valores humanos sintetizados en el cuerpo


y alma de mis padres, son los ingredientes más significativos que sirvieron
para mi vida y mi desempeño como autor, educador y artista plástico. Lo que
soy, hice y dejaré tiene la marca de dos seres que Dios bendijo porque
nacieron y vivieron un tiempo especial de amor y comprensión en su más
alto grado, y que sin duda, debiera ser emulada y multiplicada por otras
familias.

Asimilé en la práctica sus ejemplos, las enseñanzas, los valores, y todos


ellos formaron mi mejor capital y los preservaré como coraza hasta cuando
viva, pues se trata de herencias incomparables de contribución inmaterial y
que muchos desearían tener. Aún no sé cómo representar aquello que tuve,
no encuentro palabras ni signos que pudieran visibilizar esta particular
riqueza familiar.

Siempre traté de estar a la altura de sus anhelos, y aunque no vieron


realizados algunas promesas, pues les hablaba de grandes proyectos, ahora
entiendo que todo lo planificado tiene un proceso largo, y estoy seguro que
lo que vendrá será superior. Y junto a mi idealismo seguiré perseverando en
aquello que falta realizar.

Cuando fallecieron me comprometí a propagar sus valores y enseñanzas, y


así lo haré hasta el final de mis días. Ahora, imagino a sus almas en mí
alrededor, y eso también se convierte en mensajes simbólicos de animación
pues los asimilo como un apoyo infinito. Y en gratitud a las lecciones
recibidas pienso que es el momento apropiado para reimpulsar los proyectos
y hacer realidad el anhelado ARFRA-RCHV para allí mostrar y conservar el
patrimonio artístico que es resultado de estas vivencias.
7

En honor a ellos y por la memoria de sus existencias, haré esfuerzos


extraordinarios por organizar y poner en marcha un centro piloto de
motivación y promoción artística, que como he dicho, mostrará obras y
textos nunca antes presentados en público.

Hoy, es el momento propicio, para hacer viable el proyecto ARFRA-RCHV,


que debe ser un ente especializado en servicios artísticos que impulse el
emprendimiento, con la doctrina y filosofía del voluntariado artístico.

Mientras tanto seguiré hablando en silencio con sus almas para pedirles no
sólo bendiciones sino también fuerzas para hacer realidad nuestros sueños
por contribuir con un país con más riqueza intelectual, con mejor cultura,
con artes vivas y con una educación básica con valores fundamentales.
RCHV.

Muchas gracias, no vemos en la siguiente sesión.

Reynaldo Charres Vargas

https://reynaldocharresvargas.blogspot.com

https://publicacionesrchv.blogspot.com

https://arfra-rchv.blogspot.com
8

Você também pode gostar