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Tipo Conferencia
Participantes
El encuentro activó durante casi dos semanas el mayor operativo de protocolo y seguridad
de la historia de Brasil y del mundo, pues nunca antes se habían congregado tantos
presidentes, primeros ministros, monarcas y ministros.
Un total de 108 Jefes de Estado y de Gobierno tomaron parte en las sesiones plenarias de
la Conferencia, a la que concurrieron, además, unos 30 mil activistas locales y extranjeros,
numerosos representantes de Organizaciones No Gubernamentales, y más de ocho mil
periodistas.
Principios e instrumentos
En la Cumbre de Río se fueron aprobados por 178 gobiernos diversos documentos, los
cuales son:
Programa 21: este es un plan de acción que tiene como finalidad metas ambientales y de
desarrollo en el siglo XXI
Declaración de Río sobre medio ambiente y desarrollo: se definen los derechos y deberes
de los Estados.
Declaración de principios sobre los bosques.
Convenciones sobre el cambio climático, la diversidad biológica y la Desertificación.
La cita reafirmó la meta de la ONU de que las naciones ricas dedicaran un 0,7 por ciento de
su Producto Interno Bruto a la cooperación internacional para el desarrollo. No obstante los
esfuerzos por preservar la vida en el planeta, la aprobación de esos programas encontró la
resistencia de Estados Unidos, único país que no firmó el Tratado sobre la protección de la
fauna y la flora, a pesar de los esfuerzos de sus aliados para que lo ratificara.
Importancia de la Cumbre
La celebración en Río de Janeiro en 1992 de la Primera Cumbre de la Tierra fue el más
importante de los acontecimientos ecológicos y de protección a la naturaleza jamás
realizado por la humanidad. Asistieron jefes de Estado o de Gobierno de todos los
continentes; al mismo tiempo, participaron en cien actos veinte mil representantes de
organizaciones no gubernamentales en el Foro Global de Río, quienes llevaron la voz de los
pueblos al magno evento ecológico.
No era de esperarse, por otra parte, que la Cumbre resolviera así los gravísimos problemas
que agobian la salud del Planeta. En Río, como en cualquier evento moderno, chocaron los
intereses de los grandes países explotadores, y no sólo de éstos, sino los de las clases
poderosas capitalistas que depredan constantemente los recursos naturales de los países
menos desarrollados y que atacan con igual furia que los más sofisticados y avanzados
tecnológicamente de los estados imperiales. Pero la famosa Cumbre de Río dio un
indudable impulso a la potencial solución de algunos de los grandes problemas planteados
del Medio Ambiente, a pesar de que el propio presidente de la delegación norteamericana,
George Bush, se negó a firmar los protocolos de Río.
Frente a la actitud norteamericana, los conceptos expuestos por el Presidente cubano Fidel
Castro le dieron un aval notable a la Cumbre, al igual que otros jefes de Estado que supieron
dar pasos en defensa de la soberanía nacional frente a la pretensión de Estados Unidos y
algunos de sus aliados al tratar de imponer una coyunda internacional en relación con los
recursos naturales de los países pobres.
Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva
liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de
este problema cuando casi es tarde para impedirlo. Es necesario señalar que las sociedades
de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del Medio
Ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que,
a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la
humanidad.
Con sólo el 20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes
de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado el aire, han debilitado y
perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones
climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer.
Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de
tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión
poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de
la Naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer,
naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto.
La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es que
todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante
de la Ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada año en el
Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras mundiales.
El intercambio desigual, el proteccionismo y la Deuda externa agreden la Ecología y
propician la destrucción del Medio Ambiente.
Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las
riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos
pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No
más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan
el Medio Ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico
internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para el desarrollo sostenido sin
contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre
y no el Hombre.
Cuando las supuestas amenazas del Comunismo han desaparecido y no quedan ya
pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que
impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y
combatir la amenaza de destrucción ecológica del Planeta?
Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad
y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace
mucho tiempo.
https://www.ecured.cu/Cumbre_de_la_Tierra_en_R%C3%ADo_de_Janeiro_(1992)
Cumbre de rio de janeiro
El desarrollo del evento fue una de las Cumbres de la Tierra -organizadas por la
ONU- celebrada en Río de Janeiro en Brasil del 3 al 14 de junio de 1992, el Gobierno
y 178 países. Maurice Strong fue el secretario general. Aproximadamente 400
representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) estuvieron
presentes, mientras que más de 17 000 personas asistieron al Foro de ONG
celebrando paralelamente a la Cumbre. Fue sucesora de la Conferencia sobre el
Medio Humano (Suecia, 1972) y fue celebrada veinte años después, la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD) que
popularmente es conocida como Cumbre de Río o de la Tierra.
Proclama que:
PRINCIPIO 1
PRINCIPIO 2
De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho
internacional, los Estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus propios
recursos según sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la
responsabilidad de velar por que las actividades realizadas dentro de su jurisdicción
o bajo su control no causen daños al medio ambiente de otros Estados o de zonas
que estén fuera de los límites de la jurisdicción nacional.
PRINCIPIO 3
PRINCIPIO 5
Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de
erradicar la pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de
reducir las disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades
de la mayoría de los pueblos del mundo.
PRINCIPIO 6
PRINCIPIO 7
Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar,
proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista
de que han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente
mundial, los Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los
países desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda
internacional del desarrollo sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades
ejercen en el medio ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos financieros
de que disponen.
PRINCIPIO 8
Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las
personas, los Estados deberían reducir y eliminar las modalidades de producción y
consumo insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas.
PRINCIPIO 9
PRINCIPIO 10
PRINCIPIO 11
Los Estados deberán promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente. Las
normas, los objetivos de ordenación y las prioridades ambientales deberían reflejar
el contexto ambiental y de desarrollo al que se aplican. Las normas aplicadas por
algunos países pueden resultar inadecuadas y representar un costo social y
económico injustificado para otros países, en particular los países en desarrollo.
PRINCIPIO 12
Los Estados deberían cooperar en la promoción de un sistema económico
internacional favorable y abierto que llevara al crecimiento económico y el desarrollo
sostenible de todos los países, a fin de abordar en mejor forma los problemas de la
degradación ambiental. Las medidas de política comercial con fines ambientales no
deberían constituir un medio de discriminación arbitraria o injustificable ni una
restricción velada del comercio internacional. Se debería evitar tomar medidas
unilaterales para solucionar los problemas ambientales que se producen fuera de la
jurisdicción del país importador. Las medidas destinadas a tratar los problemas
ambientales transfronterizos o mundiales deberían, en la medida de lo posible,
basarse en un consenso internacional.
PRINCIPIO 13
PRINCIPIO 14
PRINCIPIO 15
Con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente
el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño
grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como
razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para
impedir la degradación del medio ambiente.
PRINCIPIO 16
PRINCIPIO 17
PRINCIPIO 18
PRINCIPIO 19
PRINCIPIO 20
Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio
ambiente y en el desarrollo. Es, por tanto, imprescindible contar con su plena
participación para lograr el desarrollo sostenible.
PRINCIPIO 21
Debería movilizarse la creatividad, los ideales y el valor de los jóvenes del mundo
para forjar una alianza mundial orientada a lograr el desarrollo sostenible y asegurar
un mejor futuro para todos.
PRINCIPIO 22
PRINCIPIO 23
PRINCIPIO 24
PRINCIPIO 25
La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e
inseparables.
PRINCIPIO 26
Los Estados deberán resolver pacíficamente todas sus controversias sobre el medio
ambiente por medios que corresponda con arreglo a la Carta de las Naciones
Unidas.
PRINCIPIO 27
__________________
a) Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano,
Estocolmo, 5 a 16 de junio de 1972 (publicación de las Naciones Unidas, No.
de venta: S.73.II.A.14 y corrección), cap. 1
http://www.un.org/spanish/esa/sustdev/documents/declaracionrio.htm