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Transgeneracional y

epigenética
conductual
¿Se hereda el
estrés?

Christian Simón
El estudio transgeneracional no es una “terapia” en
el sentido estricto de la palabra, sino más bien un
trabajo de toma de conciencia que nos
permite comprender los elementos del pasado
que han contribuido a nuestro desarrollo y
formación, así como al establecimiento de
nuestro sistema de creencias.
Ya desde la década de los 1970 los terapeutas
comenzaron a interesarse por la influencia que el
linaje tiene sobre el individuo. Profesionales como
Anne Schützenberger, Maria Torok, Nicolas
Abraham o Pollock redescubrieron algo que muchas
otras culturas nunca olvidaron: el inconsciente
familiar interactúa con el inconsciente personal.
Con el fin de comprender los fundamentos del estudio
transgeneracional es indispensable que revisemos nuestra
concepción lineal del tiempo y nos deshagamos de los conceptos
propios del pasado, el presente y el futuro. Para el
inconsciente únicamente existe el presente, el ahora;
todo sucede en un eterno ahora. Así, deberemos ser capaces de
concebirnos a nosotros mismos dentro de la visión lineal del
tiempo (pasado, presente, futuro) a la vez que en la
intemporalidad del perpetuo presente.
El estudio de nuestro árbol genealógico nos ayuda a entender la
naturaleza familiar o ancestral de nuestras relaciones. Nos lleva
a descubrir las dinámicas y patrones que generan
identificaciones e implicaciones de una generación a la siguiente
y que repercuten de forma adversa sobre nuestra vida. La
observación y análisis de nuestras raíces es un ejercicio
verdaderamente sanador. En la escuela se nos enseña la historia
de nuestro país y de nuestra cultura, pero no se suele prestar
atención alguna a nuestra historia familiar.
El estudio transgeneracional parte de la premisa de que ciertos
patrones de conducta inconscientes se transmiten de
generación en generación, lo que en muchas ocasiones
constituye un enorme obstáculo en el proceso de
autorrealización de una persona. De ahí que sea indispensable
el estudio del árbol genealógico si deseamos tomar conciencia
de nuestra herencia inconsciente.

Con el fin de comprender los


fundamentos del estudio
transgeneracional es indispensable que
revisemos nuestra concepción lineal del
tiempo y nos deshagamos de los
conceptos propios del pasado, el
presente y el futuro.
Transgeneracional y Ciencia
Aplicada a nuestra vida cotidiana, la física cuántica nos ofrece la
posibilidad de desarrollar una manera creativa de pensar, una
estrategia diferente de hacer frente a los problemas. El simple
hecho de observar (procesar lo que vemos también implica
un componente emocional) determina la realidad objetiva,
puesto que derivada de esta observación cada partícula deberá
elegir un camino u otro. Estamos afectando a ese mundo
objetivo, externo a nosotros, usando únicamente nuestra
percepción y nuestros pensamientos.
La física cuántica nos proporciona la prueba definitiva de que es
posible modificar la información contenida en la mente
inconsciente. Como hemos visto, el entrelazamiento
cuántico ignora el espacio-tiempo, por lo que los conceptos de
pasado, presente y futuro son constructos puramente mentales.
En realidad, la información se encuentra en un presente,
en un eterno ahora, y se manifiesta por medio del
subconsciente en el presente. Así, la información grabada
en la mente inconsciente relativa a los traumas de la infancia,
las vivencias experimentadas durante el embarazo y las
experiencias vitales de nuestros ancestros están vivas en
nosotros en un eterno presente. Es por eso que hemos de
trasladarnos a ese teórico pasado del que continuamente emana
información para transformarla. No somos víctimas de nuestra
herencia ni de nuestras experiencias: tenemos un papel activo
en la construcción de nuestra realidad.
Una de las principales bases científicas del estudio
transgeneracional es la epigenética conductual. Esta
disciplina postula que las experiencias de las personas no
desaparecen, sino que se adhieren a ellas bajo la forma de un
residuo molecular que se fija al material genético. Esto no
significa que el ADN se modifique, sino que los aspectos
psicológicos y conductuales de una persona (los que están
sujetos a una regulación química, como en el caso de la
depresión, que produce el desequilibrio de determinados
neurotransmisores) pueden ser transmitidos a la descendencia.
Estos residuos moleculares son, entre otros, los grupos metilo,
los cuales pueden llegar a replicarse junto con el ADN durante
numerosas generaciones. De acuerdo con la epigenética
conductual, las experiencias traumáticas vividas en el pasado, o
las de nuestros antepasados recientes, dejan marcadores
moleculares que se fijan al ADN.
Estudios sobre la herencia epigenética
Uno de los estudios más esclarecedores es el estudio realizado
por el equipo de Rachel Yehuda (Hospital Monte Sinai, Nueva
York) acerca de los efectos a largo plazo del Holocausto.
Estudiaron genéticamente a 32 hombres y mujeres judios
internados en campos de concentración nazis, que habían
presenciado o experimentado torturas o habían tenido que
esconderse durante la Segunda Guerra Mundial. Además,
estudiaron a su descendencia, la cual demostró una
probabilidad aumentada de padecer trastornos de estrés en
comparación con las familias judías que vivieron fuera de
Europa durante el Holocausto.
El equipo de Yehuda descubrió que el estrés crónico vivido
por los padres, transmitido a su vez por estos a su
descendencia, se debe a una menor producción de una
hormona que ayuda a eliminar el cortisol (la hormona del
estrés) del organismo; se trata de un mecanismo de adaptación
al estrés continuado para incrementar las probabilidades de
supervivencia. Esta estrategia fue útil para la generación que
vivió el Holocausto, pero no lo es para las siguientes
generaciones.

Mindfulness: la conciencia de ser


consciente
La pregunta que cabe responder ahora es, ¿qué podemos hacer
para mitigar o transformar estas respuestas inconscientes de
nuestro organismo? No cabe duda de que existen infinidad de
técnicas y abordajes que pueden ayudarnos en esta tarea,
aunque todos ellos (los que son eficaces de verdad) tienen algo
en común: tomar conciencia y aceptar el origen emocional de
nuestros conflictos o enfermedades.
Hace tiempo se descubrió que la meditación puede
desencadenar cambios genéticos y mentales, e incluso propiciar
cambios a nivel molecular. También podemos alcanzar la
coherencia corazón-cerebro para reconocer, observar
y acceder a estados emocionales específicos que
permitan desencadenar una respuesta
parasimpática del sistema nervioso
autónomo. Ejercicios de atención plena y respiración son
cruciales para navegar por nuestros estados interiores. Con
práctica, esta nueva conciencia evoca un estado meditativo que
equilibra de forma natural el sistema nervioso autónomo
(encargado, entre otras funciones, de la respuesta al estrés o los
procesos curativos). Esta regulación del sistema nervioso
autónomo equilibra a su vez el sistema límbico y
la amígdala, centros de la experiencia emocional.
Christian Simón
Christian Simón es co-autor del libro “Educar para Sanar: Ciencia y
Conciencia del Nuevo Paradigma Educativo” y autor del manual “Herramientas
para el Acompañamiento en Descodificación Biológica”. Es especialista
en Decodificación Biológica, una disciplina que une la experiencia emocional
humana con las respuestas fisiológicas del cuerpo, y Estudios
Transgeneracionales, que profundizan en las implicaciones que las
experiencias de vida de nuestros antep asados (o nuestro árbol genealógico)
tienen en nuestras

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