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Forn sale de Soto del Real hacia Barcelona
para asistir a la constitución del pleno
municipal
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pleno
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El exconseller es trasladado en una conducción “especial y
directa” desde Madrid hasta Brians 2
13-6-2019.
El exconseller de Interior y concejal electo Joaquim Forn,
preso preventivo por el juicio del “procés”, está siendo
trasladado por la Guardia Civil desde la cárcel madrileña
de Soto del Real hasta la de Brians 2, en Barcelona, desde
donde será conducido a su ayuntamiento para la
constitución del pleno el viernes y el sábado.
Fuentes penitenciarias han indicado que agentes de la
Guardia civil han iniciado a primera hora de este jueves el
traslado de Forn en una conducción “especial y directa”
desde Soto del Real hasta Brians 2, una vez el Supremo ha
autorizado su salida de prisión para adquirir la condición
de concejal.
Mañana serán agentes del área penitenciaria de los Mossos
d’Esquadra los encargados de conducir a Forn hasta el
consistorio barcelonés para registrar los documentos
necesarios relacionados con la declaración de bienes y
actividades, como concejal electo. Al día siguiente,
sábado, volverá a ser trasladado al Ayuntamiento de
Barcelona para participar en el pleno de constitución del
consistorio.
Será el Tribunal Supremo el que establezca, en función de
la hora en que finalice el pleno del Ayuntamiento de
Barcelona, si Forn regresa el domingo o el lunes a la
cárcel de Soto del Real en la que ha permanecido interno
mientras se ha celebrado el juicio del “procés”, que este
miércoles quedó visto para sentencia.
No obstante, según han informado a Efe fuentes del
Departamento de Justícia, el exconseller ha pedido a los
servicios penitenciarios de la Generalitat y del Ministerio
de Interior ingresar en la cárcel de Lledoners de Sant Joan
de Vilatorrada (Barcelona) y no tener que regresar a la de
Soto del Real.
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Acaba el juicio del 1O: la sentencia que
pondrá a prueba la justicia española
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espanola.htmlhttps://twitter.com/intent/tweet?text=Acaba el juicio del 1-O: la
sentencia que pondr%C3%A1 a prueba la justicia espa
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espanola.html
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Los doce acusados, que han afirmado considerarse “presos
políticos”, podrían conocer la sentencia en octubre
El juicio al ‘procés’ ha quedado visto para sentencia.
Cuatro meses, más de cincuenta sesiones, cuatro
centenares de testigos, decenas de vídeos, numerosas
horas de informes han quedado hoy zanjadas tras escuchar
la última palabra de cada uno de los doce acusados. Siete
magistrados, una veintena de abogados, cuatro fiscales,
dos abogadas del Estado y dos abogados de Vox se
despiden. Se cierra el telón y se volverá a abrir,
probablemente el próximo mes de octubre, para anunciar
la sentencia. Este, sin embargo, puede no ser el fin de
trayecto del proceso judicial dado que según el sentido de
la sentencia los acusados ya han anunciado que recurrirán
a instancias europeas.
Antes de que Manuel Marchena anunciara el visto para
sentencia los acusados han querido decir sus últimas
palabras antes de volver a prisión a la espera de conocer si
son condenados o absueltos. Oriol Junqueras,
Raül Romeva, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull,
Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Carme Forcadell,
Dolors Bassa, Carles Mundò, Meritxell Borràs y Santi Vila,
los doce acusados, se han dirigido al tribunal.
Los acusados han tenido la
oportunidad de pronunciar sus
últimas palabras antes de cerrar el
juicio
Han tenido palabras de agradecimiento a sus abogados, a
sus familias, al pueblo catalán por su apoyo y ayuda.
Alguno de ellos, como Jordi Turull, se ha emocionado al
recordar a sus hijos. Han hablado del dolor de permanecer
el prisión cerca de dos años y todos ellos se han
reconocido ser presos políticos.
“Les deseo toda la luz para esta sentencia”, ha dicho Jordi
Sànchez al tribunal. Varios de los acusados han pedido a
la Sala que sea responsable con la sentencia. Josep Rull se
ha dirigido a los magistrados para decirles que
“dependiendo como sea su sentencia, puede
tener consecuencias absolutamente negativas. Ustedes
tienen su oportunidad de decir cuáles son los límites
derechos y libertades. La democracia se defiende con más
democracia y los derechos con más derechos”.
Lágrimas en la sala
Durante estas últimas palabras se ha podido ver a varios de
los abogados defensores emocionados por escucharlos
agradecimientos de sus clientes, quienes han llegado a
decir que se han convertido en sus “amigos” después de
todos estos meses acompañándoles en prisión. Entre el
público, se encontraban hijos y mujeres de los dirigentes
independentistas visiblemente emocionados.
Ha sido un día de agradecimientos y perdones. El abogado
Jordi Pina ha utilizado su informe final para disculparse
por su comportamiento en algunos momentos del juicio,
que le ha supuesto enfrentamientos directos con el
presidente del tribunal. Ha explicado que la razón ha sido
escuchar las mentidas de algunos testigos, sobre todo con
los agentes de las fuerzas de Seguridad del Estado que
relataban la violencia, insultos y amenazas que habrían
sufrido en Catalunya durante el 1O además de semanas
anteriores y posteriores.
Finaliza el juicio que marcará el futuro próximo de
Catalunya y España. Aunque una sentencia no resolverá el
conflicto catalán es cierto que marcará la política estatal y
autonómica.
“No ha servido para nada”
“Estos cuatro meses de juicio no han servido para nada”,
decía la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. Y lo
dice porque a pesar de todas los testimonios y pruebas la
Fiscalía ha mantenido las acusaciones. Los acusados
defienden fervientemente que son inocentes, que no hubo
una declaración unilateral de independencia, que nada de
lo que se hizo tuvo efectos jurídicos, y que no incitaron a
la violencia para lograr que se celebrara el referéndum a
pesar de que la Guardia Civil, Policía Nacional y Mossos
d’Esquadra tenían la orden del Tribunal Superior de
Justicia de Catalunya.
La Fiscalía ha mantenido que en Catalunya se culminó un
delito de rebelión tras proclamar la DUI el 27 de octubre
de 2017. En su informe final, uno de los fiscales, Javier
Zaragoza, levantó muchas ampollas tras afirmar que en
Catalunya hubo un “golpe de Estado”. Aseguró que hubo
una “insurrección” entre septiembre y octubre de 2017 con
una violencia pasiva y activa para un único objetivo:
declarar la independencia. A su juicio, los acusados
intentaron “liquidar” la Constitución y por eso deben ser
condenados.
Una Fiscalía dura
Esta afirmación fue duramente criticada por las defensas
por citar al jurista y filósofo austriaco Hans
Kelsen, perseguido por los nazis, para hablar de este
“golpe de Estado”, incumpliendo así la ley de Godwin de
las analogías nazis, introduciendo un elemento de
banalización. “La mera mención a los nazis puede
contaminar a lo que aquí se juzga”, criticó el letrado de
Joaquim Forn.
En este juicio también se ha visto la postura del Gobierno
central, a través de sus servicios jurídicos representados
por la Abogacía del Estado. Ésta ha mantenido que lo que
ocurrió fue una sedición, un delito que a pesar de no ser
tan grave como la rebelión también es uno de los más
graves que recoge el Código Penal. Mantiene la misma
tesis que la Fiscalía con la única diferencia de que
considera que no se puede probar que hubo
violencia porque a su juicio hay que diferencia entre ésta y
el “uso de la fuerza”.
Vox, diluido
También se ha visto el papel de la acusación
popular representada por Vox. Una representación diluida.
Las intervenciones de sus abogados han demostrado que
no venían suficientemente preparados al juicio pero les ha
servido para lo que querían, darse visibilidad. Sus dos
letrados han acabado el juicio siendo diputados en el
Congreso, tras las elecciones generales del 28 de abril.
Finaliza un juicio que ha sido retransmitido en directo cada
una de sus sesiones, donde cada día se han visto a
familiares de los acusados y curiosos acudir al salón de
plenos donde se ha celebrado la vista. El color amarillo, en
representación de la protesta por los presos políticos, ha
estado presente cada día en solapas, chaquetas o
accesorios varios. En un balance de estos cuatro meses, los
altercados en la sala entre el público han sido mínimos.
Sentencia histórica
Los funcionarios, como el ya famoso Paco, encargado de
la contingencia de la sala, la secretaria, los policías que
cada día están sentados durante horas dentro de la sala,
dan por finalizado su trabajo; las decenas de periodistas
que han cubierto cada día el juicio pueden recoger sus
ordenadores; el gabinete de comunicación volverá a sus
labores; los acusados regresarán a las cárceles catalanas a
la espera de conocer su futuro; y los siete magistrados se
enclaustran para deliberar y redactar una sentencia
histórica.
https://www.lavanguardia.com/politica/20190612/462845209195/acaba-el-
juicio-del-1-o-la-sentencia-que-pondra-a-prueba-la-justicia-espanola.html
La conspiración de los pacíficos
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de los pac
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03530/juicio-proces-final-desenlace-defensas-acusados-tribunal-supremo-
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1k
En el último día del juicio hay alivio, cansancio pero
también tristeza y frustración. Nada se ha arreglado
porque hay gente en una y otra trinchera que no quiere que
se arregle.
Después de 52 semanas la Causa Especial
3/20907/2017 toca a su fin. Más presencia política
hoy: Laura Borràs, Jaume Asens, Gabriel Rufián y hasta
Meritxell Budó, que al parecer ha dejado por unas horas
tanto la fabricación de cócteles molotov como las clases
de cálculo y prestidigitación. Sensación de final de curso –
Madrid soleado, abrazos, últimos rituales de baño, café,
cigarrillo–, pero también la certeza de que nada acaba
aquí, que todo es, va a ser lo mismo, peor. Sólo falta que
un tono de móvil sea el I got you, babe, de Sonny & Cher,
para que aparezca Bill Murray. Nadie se ha enterado de
nada. Ni por qué acusaba ni de qué se defendía ni qué
había hecho ni qué tenía que decir que había hecho ni por
qué se enfadaban unos y por qué se defiende un Estado
cuando le vacilan. Es lo que pasa cuando vives en el Fifa
World Player. Tú confeccionas los equipos, vendes,
compras, organizamos partido, juegas, ganas y
ganas. Mundo virtual. Alcanzar la independencia como se
gana una Champions. Curarte un cáncer a base de buen
humor. Somos los mejores. Ya lo dijo Guardiola: con que
nos levantemos pronto y trabajemos no hay quién nos
pare. El mundo nos mira. Yes, we can.
Los acusados tienen hijos, nietos,
parejas, familias, amigos y un bocado
de vida que nadie les va a restituir
Alivio, cansancio pero también tristeza y frustración. Nada
se ha arreglado porque hay gente en una y otra trinchera
que no quiere que se arregle. Los encausados a la espera
ya de sentencia están aquí por decisiones jurídicas y
también por fuego amigo. Muchos de los estrategas del
escarmiento y algunos del momentum wagneriano parece
que quieren –espero que sin la crueldad de confesárselo– a
estos tipos en la cárcel. ¿Han oído aquello de los daños
colaterales? Pues eso. Lo que sucede y se ha visto hoy por
si alguno lo había olvidado es que estos daños colaterales
tienen hijos, nietos, parejas, familias, amigos y un bocado
de vida que nadie les va a restituir.
Han pasado muchas cosas en estos dos días. Muchas más
de las que podía parecer. Pero la física cuántica sigue
instalada en Catalunya. Las defensas han hecho en su gran
mayoría un buen trabajo. En un juicio penal se juzgan
hechos. No lo que se dice que se hace sino lo que se hace.
Cuando se muestran los hechos que conforman esa verdad
–el Govern de la Generalitat no hizo nada de lo que decía
que hacía–, una verdad que va a ayudar a una serie de
ciudadanos a tener una sentencia justa, –a “poder esperar
la sentencia en mi casa”, ha dicho Dolors Bassa–,
enseguida llega el fuego amigo en forma de tuit
incendiario que te habla de juicio farsa, de aquí estamos
instaurando la república, amenazas macarras si Barcino
cae en manos moras o mira qué chula me está quedando la
Guardia Pretoriana. ¿Irresponsabilidad? ¿Estrategia?
¿Enajenación? Quién sabe. Eso sí, con eso tenemos a
Sonny Cher a tope a las 5.59 h las mil próximas mañanas.
Y en esta segunda fase cuántica, la Fiscalía, y los
salvapatrias frotándose las manos. Entes estos para los que
los hechos no son la realidad para ellos. Sino la
conspiración que hay bajo esos hechos, la conspiración de
los astutos, de los pacíficos, de los que se jactan de ser
justos, listos, guapos, demócratas y víctimas. El tercer
estadio cae de nuestro lado: nosotros ganamos hasta las
derrotas. Cosas de ser el pueblo elegido. Si nos absuelven,
los españoles son tontos: les hemos engañado. Si nos
envían a galeras, los españoles son crueles y despiadados
que condenan a inocentes. Si hay condenas pretâporter,
los españoles son tontos, crueles, despiadados y, ya
puestos, veranean en Marina d’Or, ciudad de vacaciones.
Por la mañana, el trabajo de los abogados es impecable.
Han estado muy por encima del nivel de Fiscalía que ha
parecido todas estas semanas un club de grandes jugadores
que en su día jugaron con Cruyff y Neeskens. Fuera de
forma, todo era demasiado amplio, demasiado etéreo,
demasiado desesperante. Probablemente el hecho de
trocearlo en cuatro ha ido en contra de un mejor trabajo.
Eso y el tratar de demostrar la violencia, la existencia de
Lucifer y que el hombre nunca fue a la Luna en sólo 52
sesiones y 50.000 folios era una proeza para cualquiera.
La tarde se deja a las últimas palabras de los acusados.
Suele tratarse de un trámite en el que estos tienen derecho
a concretar algo que su defensa no dejó claro u olvidó o
para dirigirse directamente al tribunal, sin tecnicismos.
A veces se pide disculpas, a veces se invoca la inocencia,
a veces el reo se dispara al pie él solo y, muchas otras, es
el abogado quien le gustaría disparar a su cliente a los dos
pies.
Pero en este juicio estas últimas palabras tienen más
trascendencia. Y los acusados lo saben. Casi todos apuran
su cuarto de hora. Oriol Junqueras entra frío en el partido
y parece que aquello ya no va con él. Exhibe el primer
poeta. Petrarca, poca broma. Vuelve a decir que es
religioso. Yo ya empiezo a pensar en Irán cuando él sea
presidente de la Generalitat. Luego con otros acusados
llegan Espriu, Maragall y Sócrates, que no es poeta pero le
queremos igual. Raül Romeva, Josep Rull y Jordi Turull
realizan un ejercicio de autoinmolación que no creo que
sus defensas celebren con cava al llegar a casa. Alguno se
rompe en medio de la alocución, la emoción contagia al
letrado Jordi Pina, y también al escucharles, una pena
añadida a la suya, es que ya sólo hablan para los suyos,
una férrea conexión emocional con su gente que aísla a
quien no se ha colgado un lazo amarillo en la solapa.
Carme Forcadell, Dolors Bassas, Jordi Sànchez y Jordi
Cuixart realizan sus últimas palabras con el punto justo de
emotividad, honestidad y de apelación a un tribunal que
nadie pide que sea justo pero sí, responsable. En las
próximas semanas será difícil encontrar gente más sola
delante de una responsabilidad que Marchena y el resto de
la mesa.
Las últimas palabras se llenan de anécdotas personales,
alegatos para la historia, muestras de una dignidad ante los
suyos y recuerdos para los letrados, familiares, toda una
gran parte de la población catalana que no les ha dejado
solos. Que ha estado siempre allí. Que no se han
constituido como fuego amigo sino simplemente como
amigo. Amigo, familia, clan, comunidad. Una tonelada de
gente que les han escrito, pensado, acompañado y
defendido. Que siguen sin pedirles cuentas, ni a ellos ni a
nadie. Sabemos los catalanes construirnos desde la
resistencia pero además ahora deberíamos no construimos
obviando la existencia del otro, dentro y fuera de casa.
Algo se ha roto y esta sentencia no lo va arreglar. Fin de
curso: todos suspendidos. Ojalá que los juzgados leyendo
a Petrarca y Espriu en su propia casa.
https://www.lavanguardia.com/politica/20190613/462849503530/juicio-
proces-final-desenlace-defensas-acusados-tribunal-supremo-conclusiones.html
El dilema
Fernando OÓ nega, 12-6-2019.
El juicio del procés ha sido el retrato judicial del conflicto
político, pero relatado por fiscales y abogados. Digamos
que los fiscales representaron la visión estatal y los
abogados aportaron la narrativa independentista. Los
fiscales vieron clarísimo un movimiento insurreccional,
incluso un golpe de Estado, y los letrados defensores no
consiguieron encontrar más que algún puntual problema
de orden público. Los fiscales no tuvieron duda de que
aquello fue una rebelión, naturalmente organizada, y las
defensas no hallaron otra cosa que desobediencia. La
diferencia entre una percepción y la otra no es pequeña: la
rebelión puede llegar a 25 años de cárcel; la desobediencia
oscila entre tres meses y un año. Políticamente, si hubo
rebelión, nada impide que se vuelva a repetir y nadie sabe
con qué dureza; pero, si se queda en desobediencia, es un
pequeño episodio que sólo suscitará la curiosidad de algún
historiador.
Así que los magistrados del Supremo no lo tienen fácil. En
la justicia haría falta ese invento del VAR que se utiliza en
el fútbol y cuyas sentencias son mucho menos discutibles
que las judiciales. En su defecto, ahora son ellos los que
tienen que medir los grados de violencia y quién la ejerció
más. Tienen que calibrar si hacen falta armas o basta con
concentraciones, insultos y escraches. Han de tener claros
los límites de la libertad de expresión, de reunión y de
manifestación. Y, sobre todo, tendrán que optar entre la
versión de las acusaciones, que fueron la descripción de un
alzamiento, y las conclusiones de las defensas, algunas de
las cuales vieron la revolución de los claveles; “claveles y
votos”, dijo un togado imaginativo y romántico.
Creo que es un buen ejercicio ponerse en la piel de los
magistrados a partir de una invitación de Andreu Van den
Eynde y de Oriol Junqueras: “Devolver la pelota a la
política”. Gran objetivo, pero ¿cómo lo puede hacer un
juez? Al margen de la valoración de las pruebas objetivas,
que las hay a favor y en contra, este es el dilema: absolver
a todos los procesados y dejarlo todo en desobediencia es
una opción, pero sería enviar el mensaje de que hacer una
DUI es legítimo, aunque no se consume, o que intentar
romper un Estado no tiene penalización. Sería, por tanto,
invitar a Quim Torra a que se apresure a cumplir su
promesa de conseguir la república. Pero condenar puede
tener efectos parecidos: fomentaría el discurso de la
represión; convocaría a la protesta de la Catalunya
levantisca con todos sus riesgos, como el de la rauxa. Y no
hay Salomón para resolverlo.
¡Ay, qué difícil es ser juez! De una sentencia como esta
depende el respeto al Estado, pero también el rencor.
Depende el imperio de la ley, pero también la respuesta
social. Y pase lo que pase, hay otra sentencia que no la
escribe el Tribunal Supremo: es la voluntad del 48% de los
catalanes que se quieren marchar. No son mayoría, pero
son un 48%.
https://www.lavanguardia.com/opinion/20190612/462849074889/el-
dilema.html
¿Por qué William Faulkner se ha metido en el
juicio al ‘procés’?
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%C2%BFPor qu%C3%A9 William Faulkner se ha metido en el juicio al
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Partidarios y detractores del Nobel estadounidense hablan
de la vigencia del autor de ‘Luz de agosto’
El martes, en el juicio del procés, el abogado de Joaquim
Forn, Javier Melero, cerró su alegato recordando una
escena de la película Amanece que no es poco (1989)
donde “el guardia civil, el catalán Sazatornil, decía que el
mayor problema de orden público que podía producirse
era criticar a William Faulkner porque allá eran todos
fanáticos de Luz de agosto. Pues eso espero, que
reconstruyamos una España en la que solamente nos
discutamos por William Faulkner”. En la película dirigida
por José Luis Cuerda, en efecto, un escritor argentino
afincado en el pueblo escucha la severa reprimenda de la
autoridad encarnada por José Sazatornil, quien, tras
recriminarle su matrimonio heterodoxo y el sombrero que
lleva, exclama: “Y ahora, para rematar, me dicen estos
amigos que ha escrito usted Luz de agosto, la novela de
Fulkner (sic), ¡de William Fulkner! ¿No podía usted haber
plagiado a otro? ¿Es que no sabe que en este pueblo es
verdadera devoción lo que hay por Fulkner?”. Antes de
llevárselo detenido, lo conduce ante el cura, interpretado
por Cassen, para que le confiese de tamaño pecado.
Cuenta el escritor Enrique VilaMatas que “a finales de los
sesenta, leyendo Una meditación de Juan Benet –
admirador evidente de su obra– llegué a Faulkner, del que
siendo yo muy extremadamente joven había oído hablar a
Gabriel Ferrater, que solía decir que le había leído mucho,
pero no se acordaba de nada, salvo que era ‘una bestia
racista’. Me impresionó Santuario, aunque lo leí en una
traducción parece que pésima de la colección Austral.
Pero aunque estuviera mal traducido uno se hacía una idea
de la complejidad e inteligencia de lo narrado. Bolaño sí
que era un buen conocedor de la obra de Faulkner.
Descubrí hace poco que la bella y misteriosa cita de
Faulkner que encabezaba Estrella distante (“¿Qué estrella
cae sin que nadie la mire?”) no era apócrifa como tantos
de sus lectores creían sino que pertenecía a The Marble
Faun and A Green Bough: ‘what star is there that falls,
with none to watch it?’”
VilaMatas: “Gabriel Ferrater decía
que lo leyó mucho pero no recordaba
nada, sólo que era ‘una bestia
racista’”
Cada año se publican nuevas ediciones de los libros de
Faulkner, en editoriales como Alfaguara, Edicions de
1984, DeBolsillo, Navona, Alianza, Cátedra, Anagrama...
Josep Cots, editor de 1984, acaba de publicar Mentre em
moria y, para 2020, anuncia Palmeres salvatges.Destaca
“su extraordinaria capacidad descriptiva y profundidad
psicológica. Yoknapatawpha, su condado imaginario,
concentra todos los elementos de la sociedad
contemporánea, la América profunda. Tiene una capacidad
de lenguaje brutal, con una construcción totalmente
experimental, siempre en diversos planos, nunca lineal. Y
todo, con referencias a los clásicos y la mitología”.
La traductora al catalán Esther Tallada confiesa que “la
primera vez que me lo propusieron lo rechacé pensando
que era mucho trabajo. Ha sido de lo más difícil –y
estimulante– que he hecho, con esas frases tan largas que
avanzan y retroceden, dando rodeos y al final te das cuenta
de que son circulares, porque acaban como comienzan”.
Otro aspecto complejo es “el lenguaje coloquial, y sus
palabras inventadas, entre 80 y 100 solamente en Luz de
agosto”.
La discusión entre partidarios y detractores no es ficticia.
La némesis de Faulkner es Hemingway, el hombre de las
frases cortas, y ambos intercambiaron en vida puyazos
considerables. Faulkner opinaba que la prosa de
Hemingway era simple y sin audacia, dijo de él que nunca
se subía a una rama y que “para leerle no es ni siquiera
preciso el diccionario”. La réplica del autor de El viejo y el
mar, de Nobel a Nobel, fue: “Pobre Faulkner. ¿Cree
realmente que las grandes emociones provienen de las
grandes palabras? Él cree que yo no conozco palabras
enrevesadas. Las conozco todas. Pero existen otras
palabras, más antiguas, más simples y mejores, y esas son
las que yo utilizo”.
Hemingway: “Pobre Faulkner. ¿Cree
realmente que las grandes emociones
provienen de las grandes palabras?”
En webs como Goodreads, también se encuentran
opiniones negativas de lectores actuales, que ven a
Faulkner “demasiado complejo” o que sencillamente
confiesan no haber entendido nada de partes de las
novelas. “Encontré un día una página con Consejos para
leer a Faulkner –cuenta Tallada– y ahí decían que no
había que acongojarse si no se entendía todo, que se trata
de captar la sensación, dejarse llevar”.
Miriam Paulo, su editora en DeBolsillo, explica que “no es
un autor de grandes ventas pero sí de un fondo que se va
vendiendo con constancia cada año, tiene lectores fieles.
En una encuesta que hicimos en Penguin, aparecía entre
los clásicos que más marcaban a los lectores, sobre todo
con El ruido y la furia”.
Un faulkneriano confeso, el bloguero literario Jan
Arimany, destaca “la libertad que su estilo desprende y
cómo entra en la mentalidad de sus personajes, aunque se
trate de un autista, no solo te lo hace comprender sino
vivirlo en primera persona”. Arimany cree que el
problema de los que lo rechazan “se debe a que empiezan
con El ruido y la furia, de los más complicados, y es mejor
entrar, por ejemplo, con Luz de agosto. No conozco a nadie
que haga ese recorrido y lo rechace”.
Como ven, hay tema de debate para ese futuro muy lejano
en que, en las tabernas y el transporte público, nos
preguntemos: “¿Y tú, eres de Hemingway o de
Faulkner?”.
https://www.lavanguardia.com/cultura/20190613/462848114480/faulkner-
melero-proces-libros-amanece-saza.html
Visto para sentencia
MARC MOLINS I RAICH
Abogado penalista
13-6-2019.
En uno de los vetustos pero consolidados manuales de
derecho procesal penal que seguimos empleando en las
facultades de Derecho para enseñar a nuestros alumnos
cómo acceder a los misterios de la ciencia forense, Serra
Domínguez, su autor, identificaba algunos de los factores
que permiten considerar el proceso penal como “una
imperfección necesaria”.
La obviedad de la afirmación pronto deja entrever un
sinfín de matices y de reflexiones que entiendo de
aplicación al juicio colectivo al que hemos asistido durante
los últimos meses.
Como es sabido, cualquier juicio penal exige la
confrontación de dos posturas, la que pretende el dictado
de una sentencia condenatoria y la que promueve un
pronunciamiento absolutorio. Esta obviedad nos permite
comprender que en cualquier proceso de esta naturaleza
confluyen dos versiones, pero también, sin excepción, dos
verdades en las que cada una de las partes cree de forma
honesta.
La posición del tribunal, estratégicamente ubicado entre
los unos y los otros, evoca la necesaria imparcialidad con
la que debe presidir la contienda, debiendo optar con
equidistancia y rigor por una de las dos versiones sin
prejuicios ni restricciones mentales.
Desde esta posición, el primer reto que se le presenta a la
Sala Segunda del Tribunal Supremo es, precisamente,
establecer un relato de lo que sucedió en Catalunya
durante los meses de septiembre y octubre del 2017.
El conjunto de las defensas, sin excepción, han
argumentado con brillantez la imposibilidad de considerar
acreditada la concurrencia de algunos de los elementos
que configuran los distintos delitos en liza. Singularmente,
por su importancia y enorme trascendencia jurídica, el que
se refiere a la violencia imprescindible en delito de
rebelión, el que alude al alzamiento característico del
delito de sedición y el que atiende dispendio prototípico
del delito de malversación.
Sin embargo, y ese es uno de los grandes retos que a mi
entender debe asumir la sala sentenciadora, sobre lo que
no hay acuerdo entre los distintos actores –en sentido
amplio– es acerca del significado global de lo que sucedió
en Catalunya durante los meses de septiembre y octubre
del 2017. Mientras que algunos siguen sosteniendo que la
declaración de la república con la que culminó el proceso
de independencia fue la estricta ejecución de un mandato
popular, mayoritario y circunscrito dentro del haz de
facultades que contempla el derecho a la
autodeterminación de los pueblos, otros, con idéntica
responsabilidad política y jurídica, afirman que la
declaración de escisión de Catalunya del Estado español
no fue más que una declaración simbólica, carente de
fundamento y de una verdadera dimensión jurídica.
Como resulta obvio, esta no es una cuestión baladí.
Orillando por completo la dimensión simbólica y
emocional que se le quiera dar a la declaración realizada
por el entonces presidente de la Generalitat, como bien
advierten las defensas, desde un punto de vista jurídico la
efectividad –que no legalidad– de tal declaración se
convierte en una cuestión nuclear, puesto que, en caso de
estimarse simbólica y carente de sustantividad, no se
podría considerar quebrantado el orden constitucional.
Decidir esta cuestión sobre la que, insisto, parece no haber
consenso entre las distintas partes procesales y los
operadores políticos que la promueven, no solamente se
erige en la premisa esencial de cualquier razonamiento
jurídico, sino que además reafirma que esa “imperfección”
que decíamos que representa cualquier juicio, en este caso
particular, es especialmente “necesaria”, puesto que en
defecto de una explicación clara y unívoca de sus
protagonistas, la sentencia debe ofrecerle a la ciudadanía
una versión uniforme e imparcial de lo sucedido para que
desde la aceptación o la discrepancia, pueda seguir
escribiendo su propia historia.
La forma en la que los acusados han ejercido el derecho
constitucional a la última palabra, no puede dejar
indiferente a nadie.
Desde el impacto que a mí personalmente me han
provocado las enormes dosis de honestidad y de dignidad
con la que se han dirigido al tribunal, quisiera concluir
significando que si queremos dar un paso al frente en la
resolución de este conflicto que ha fracturado la
convivencia debemos comprender que la sentencia que
debe dictarse no es un punto final, sino, precisamente, el
punto de origen desde el que los independentistas deben
seguir luchando por sus ideales sin cometer errores, y
desde el que los constitucionalistas deben iniciar una
reflexión que les permita comprender en qué medida han
contribuido a esta situación. La consecuencia de este
ejercicio colectivo debería devolvernos a todos a una
senda que parece inexplorada: la del diálogo.
https://www.lavanguardia.com/politica/20190613/462849460074/visto-para-
sentencia.html
Doce momentos supremos
https://www.facebook.com/sharer/sharer.php?
u=https://www.lavanguardia.com/politica/20190613/462848665760/juicio-1o-
proces-tribunal-supremo-acusados-sentencia-momentos-
clave.htmlhttps://twitter.com/intent/tweet?text=Doce momentos
supremos&url=https://www.lavanguardia.com/politica/20190613/46284866576
0/juicio-1o-proces-tribunal-supremo-acusados-sentencia-momentos-clave.html
3
A lo largo de los cuatro meses del juicio del ‘procés’se
han producido escenas clave que ayudan a entender el
conflicto sobre el que ahora debe resolver el tribunal
El juicio por el procés ha quedado visto para sentencia. A lo
largo de cuatro meses, el Tribunal Supremo ha escuchado
a 422 testigos, han desfilado peritos y se han visionado
decenas de vídeos. Siete magistrados, 12 acusados, cuatro
fiscales, una veintena de abogados defensores, dos
abogadas del Estado y otros dos letrados de la acusación
popular representada por Vox han estado cada día en la
sala. Una estampa diaria desde el pasado 12 de febrero. A
partir de ahora se cierran las puertas hasta que se vuelvan
a abrir para la sentencia, previsiblemente en otoño.
El presidente del tribunal Manuel Marchena, como
ponente, será el encargado de redactar la resolución.
Comenzará elaborando un borrador que luego pasará a
deliberar con los otros seis magistrados. El objetivo
principal es conseguir una sentencia unánime y eso va a
llevar a matizar al máximo el texto.
Manuel Marchena El presidente de la Sala ha adquirido una gran
notoriedad en este juicio (oriol malet / Oriol Malet)
Lo primero que debe hacer la sala es analizar todas las
pruebas expuestas en el juicio y valorar cuáles son
relevantes para los hechos objeto del proceso, cuáles han
acabado siendo inútiles, cuáles no han superado el debate
de la contradicción y cuáles a pesar de su interés no son
relevantes para la causa penal.
El juicio, considerado el más relevante de las últimas
décadas y probablemente de la democracia, ha visto
desfilar a los máximos representantes políticos del
momento, sindicalistas y representantes de la sociedad
civil y centenares de testigos, policías, guardias civiles y
votantes que ofrecieron visiones absolutamente
contrapuestas y que representan precisamente la clave del
conflicto político y jurídico: la convicción de que se debe
y se puede ejercer el derecho al voto, frente a la
percepción de que la integridad política y legal del Estado
español se ha puesto en riesgo. El juicio puede resumirse
en diez momentos estelares que, aunque no sean
necesariamente las pruebas clave para acreditar los
hechos, desde luego sí sirven para entender a las distintas
partes del conflicto.
Los testigos del Gobierno central
Rajoy y Zoido, inconsistentes
Una de las primeras decisiones del tribunal fue adelantar
las declaraciones de los dirigentes políticos, que fueran los
primeros en desfilar. La razón fue el adelanto de las
elecciones al 28A. Los magistrados quisieron evitar que
los interrogatorios interfirieran en la campaña electoral.
Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Juan Ignacio
Zoido y Cristóbal Montoro llegaron, se sentaron y negaron
lo innegable: que no habían negociado nunca con el
Govern, que no se habían sentado a hablar. “La primera
obligación de todo Gobierno es cumplir y hacer cumplir
las leyes y respetar la Constitución. Quienes no valoraron
que había que ir por una modificación de la Constitución
son los que están sentados en el banquillo”, sostuvo
Santamaría. Sin embargo, quien más defraudó a los suyos
fue el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido, ya
que no asumió su responsabilidad en el operativo policial
el 1O, considerado por muchos el mayor error táctico del
Gobierno en el conflicto catalán.
El presidente y la vicepresidenta Rajoy y Sáenz de Santamaría
declararon el día 27 de febrero (oriol malet)
El jefe del operativo policial
Con Nieto empezó todo
El exsecretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto
fue quien dio la campanada. Nadie lo esperaba después de
la intervención de Zoido pero su número dos sí dio la cara.
Fuentes jurídicas aseguran que con él realmente empezó el
juicio. Asumió la responsabilidad del operativo policial
junto al coronel Diego Pérez de los Cobos, dio todo lujo
de detalles de reuniones y órdenes dadas desde Interior a
las distintas fuerzas y defendió, sin fisuras, la actuación
del 1O.
De hecho, fue la primera vez que se escuchó decir que el 1
de octubre no hubo cargas policiales. “Lo que se hizo fue
actuar con empleo de la fuerza” de acuerdo a la ley y al
protocolo de las unidades especializadas de
‘antidisturbios’ que tenían el mandato por escrito del
Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para requisar el
material electoral e impedir el referéndum suspendido por
el Tribunal Constitucional.
Nieto puso negro sobre blanco el enfrentamiento que se
produjo entre la Guardia Civil y Policía Nacional con los
Mossos d’Esquadra, que provocó una falta de confianza
con el cuerpo autonómico. Su versión fue corroborada por
el coronel Pérez de los Cobos, designado como
coordinador de los tres cuerpos policiales para frenar el 1
O y quien llegó a calificar el operativo montado por los
Mossos de “estafa” prevista para facilitarla votación.
Cuando llegó el turno de los mandos de los Mosso,
tildaron de mentiroso al coronel de la Guardia Civil y sus
versiones fueron tan palmariamente contradictorias que el
abogado de Joaquim Forn, Javier melero, llegó a solicitar
un coreo entre Pérez de los Cobos y Ferrán López, el
segundo de Trapero y su sustituto tras la aplicación del
artículo 155. Finalmente, el tribunal lo rechazó y no quiso
enfrentar a los dos mandos policiales.
Un aliado crítico del Govern
Urkullu vs. Puigdemont
El lehendakari Iñigo Urkullu puso en evidencia tanto a
Mariano Rajoy como a Carles Puigdemont. El dirigente
vasco había hecho de interlocutor entre ambos. Reconoció
que había mantenido varias conversaciones con el
presidente del Gobierno, algo que este previamente había
negado, para decirle: “Esto se os está yendo de las
manos”. Dejó constancia de que Rajoy no quería aplicar el
artículo 155 de la Constitución y de que el presidente de la
Generalitat dudó, pero finalmente decidió proclamar la
independencia. El 26 de octubre del 2017 habían llegado a
un acuerdo: Puigdemont convocaba elecciones y Rajoy no
aplicaba el 155. Pero el catalán no aguantó la presión y lo
dinamitó todo: “Me lo comunicó lamentando que las
personas se le estaban rebelando, que entendía que tenía
una presión en su propio grupo parlamentario de Junts pel
Sí y no podía proceder al acuerdo de disolver el Parlament
y convocar las elecciones autonómicas”
El testimonio del mayor de los Mossos
La pregunta a Trapero
El peor momento para el tribunal fue la pregunta que tuvo
que hacer su presidente al mayor de los Mossos, Josep
Lluís Trapero, citado por Vox. Su abogado no preguntó
por una reunión clave del 28 de septiembre, en la que la
cúpula de los Mossos advirtieron a Puigdemont, Junqueras
y Forn de posibles actos de violencia el 1O. Al no hacer
esta pregunta, nadie más pudo abordar este asunto. Así lo
prevé la ley. Sin embargo, el contenido de esa reunión era
esencial. Los siete magistrados pararon el interrogatorio y
se fueron a deliberar. No había consenso, pero al final
dieron luz verde para que Marchena, que como presidente
de la sala sí podía lanzar la pregunta, lo hiciera: “¿Qué
mensaje quiere usted transmitir a esos responsables
políticos y qué respuesta obtiene?”. Y Trapero se explayó:
exigieron a Puigdemont cumplir la ley y no sólo eso: los
Mossos tenían un plan previsto para que, si se proclamaba
la DUI, detener a todo el G
Trapero y Olga Tubau. Momento clave del juicio: la declaración
del mayor Trapero junto a su abogada (oriol malet)
Un testigo clave de los hechos del 20S
La secretaria en la azotea
El testimonio de Montserrat Toro, la secretaria judicial del
juzgado de instrucción numero 13, fue el más
estremecedor. Para la Fiscalía se convirtió en el testigo
claro para demostrar la violencia ante la Conselleria
d’Economia el 20S. Para las defensas fue el paradigma de
la exageración y la mentira. Toro era la secretaria judicial
del registro ordenado en este edificio de la Generalitat el
20 de setiembre del 2017. Durante varias horas, relató ante
el tribunal el terror que vivió ante la “gente enardecida”
convocada por los Jordis .
Sintió miedo al ver a más de 40.000 personas ante el
edificio protestando por aquel registro. No quiso salir por
la puerta. Ella aseguró que no era seguro, incluso pidió
que la sacaran con un helicóptero. Al final salió por la
azotea. Su versión obtuvo la réplica de los mossos que
estuvieron allí presentes y que se encargaron de sacarla del
inmueble. Cuestión de percepción.
El juicio por el procés ha quedado visto para sentencia. A lo
largo de cuatro meses, el Tribunal Supremo ha escuchado
a 422 testigos, han desfilado peritos y se han visionado
decenas de vídeos. Siete magistrados, 12 acusados, cuatro
fiscales, una veintena de abogados defensores, dos
abogadas del Estado y otros dos letrados de la acusación
popular representada por Vox han estado cada día en la
sala. Una estampa diaria desde el pasado 12 de febrero. A
partir de ahora se cierran las puertas hasta que se vuelvan
a abrir para la sentencia, previsiblemente en otoño.
El presidente del tribunal Manuel Marchena, como
ponente, será el encargado de redactar la resolución.
Comenzará elaborando un borrador que luego pasará a
deliberar con los otros seis magistrados. El objetivo
principal es conseguir una sentencia unánime y eso va a
llevar a matizar al máximo el texto.
Manuel Marchena El presidente de la Sala ha adquirido una gran
notoriedad en este juicio (oriol malet / Oriol Malet)
Lo primero que debe hacer la sala es analizar todas las
pruebas expuestas en el juicio y valorar cuáles son
relevantes para los hechos objeto del proceso, cuáles han
acabado siendo inútiles, cuáles no han superado el debate
de la contradicción y cuáles a pesar de su interés no son
relevantes para la causa penal.
El juicio, considerado el más relevante de las últimas
décadas y probablemente de la democracia, ha visto
desfilar a los máximos representantes políticos del
momento, sindicalistas y representantes de la sociedad
civil y centenares de testigos, policías, guardias civiles y
votantes que ofrecieron visiones absolutamente
contrapuestas y que representan precisamente la clave del
conflicto político y jurídico: la convicción de que se debe
y se puede ejercer el derecho al voto, frente a la
percepción de que la integridad política y legal del Estado
español se ha puesto en riesgo. El juicio puede resumirse
en diez momentos estelares que, aunque no sean
necesariamente las pruebas clave para acreditar los
hechos, desde luego sí sirven para entender a las distintas
partes del conflicto.
Los testigos del Gobierno central
Rajoy y Zoido, inconsistentes
Una de las primeras decisiones del tribunal fue adelantar
las declaraciones de los dirigentes políticos, que fueran los
primeros en desfilar. La razón fue el adelanto de las
elecciones al 28A. Los magistrados quisieron evitar que
los interrogatorios interfirieran en la campaña electoral.
Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Juan Ignacio
Zoido y Cristóbal Montoro llegaron, se sentaron y negaron
lo innegable: que no habían negociado nunca con el
Govern, que no se habían sentado a hablar. “La primera
obligación de todo Gobierno es cumplir y hacer cumplir
las leyes y respetar la Constitución. Quienes no valoraron
que había que ir por una modificación de la Constitución
son los que están sentados en el banquillo”, sostuvo
Santamaría. Sin embargo, quien más defraudó a los suyos
fue el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido, ya
que no asumió su responsabilidad en el operativo policial
el 1O, considerado por muchos el mayor error táctico del
Gobierno en el conflicto catalán.
El presidente y la vicepresidenta Rajoy y Sáenz de Santamaría
declararon el día 27 de febrero (oriol malet)
El jefe del operativo policial
Con Nieto empezó todo
El exsecretario de Estado de Seguridad José Antonio Nieto
fue quien dio la campanada. Nadie lo esperaba después de
la intervención de Zoido pero su número dos sí dio la cara.
Fuentes jurídicas aseguran que con él realmente empezó el
juicio. Asumió la responsabilidad del operativo policial
junto al coronel Diego Pérez de los Cobos, dio todo lujo
de detalles de reuniones y órdenes dadas desde Interior a
las distintas fuerzas y defendió, sin fisuras, la actuación
del 1O.
De hecho, fue la primera vez que se escuchó decir que el 1
de octubre no hubo cargas policiales. “Lo que se hizo fue
actuar con empleo de la fuerza” de acuerdo a la ley y al
protocolo de las unidades especializadas de
‘antidisturbios’ que tenían el mandato por escrito del
Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para requisar el
material electoral e impedir el referéndum suspendido por
el Tribunal Constitucional.
Nieto puso negro sobre blanco el enfrentamiento que se
produjo entre la Guardia Civil y Policía Nacional con los
Mossos d’Esquadra, que provocó una falta de confianza
con el cuerpo autonómico. Su versión fue corroborada por
el coronel Pérez de los Cobos, designado como
coordinador de los tres cuerpos policiales para frenar el 1
O y quien llegó a calificar el operativo montado por los
Mossos de “estafa” prevista para facilitarla votación.
Cuando llegó el turno de los mandos de los Mosso,
tildaron de mentiroso al coronel de la Guardia Civil y sus
versiones fueron tan palmariamente contradictorias que el
abogado de Joaquim Forn, Javier melero, llegó a solicitar
un coreo entre Pérez de los Cobos y Ferrán López, el
segundo de Trapero y su sustituto tras la aplicación del
artículo 155. Finalmente, el tribunal lo rechazó y no quiso
enfrentar a los dos mandos policiales.
Un aliado crítico del Govern
Urkullu vs. Puigdemont
El lehendakari Iñigo Urkullu puso en evidencia tanto a
Mariano Rajoy como a Carles Puigdemont. El dirigente
vasco había hecho de interlocutor entre ambos. Reconoció
que había mantenido varias conversaciones con el
presidente del Gobierno, algo que este previamente había
negado, para decirle: “Esto se os está yendo de las
manos”. Dejó constancia de que Rajoy no quería aplicar el
artículo 155 de la Constitución y de que el presidente de la
Generalitat dudó, pero finalmente decidió proclamar la
independencia. El 26 de octubre del 2017 habían llegado a
un acuerdo: Puigdemont convocaba elecciones y Rajoy no
aplicaba el 155. Pero el catalán no aguantó la presión y lo
dinamitó todo: “Me lo comunicó lamentando que las
personas se le estaban rebelando, que entendía que tenía
una presión en su propio grupo parlamentario de Junts pel
Sí y no podía proceder al acuerdo de disolver el Parlament
y convocar las elecciones autonómicas”
El testimonio del mayor de los Mossos
La pregunta a Trapero
El peor momento para el tribunal fue la pregunta que tuvo
que hacer su presidente al mayor de los Mossos, Josep
Lluís Trapero, citado por Vox. Su abogado no preguntó
por una reunión clave del 28 de septiembre, en la que la
cúpula de los Mossos advirtieron a Puigdemont, Junqueras
y Forn de posibles actos de violencia el 1O. Al no hacer
esta pregunta, nadie más pudo abordar este asunto. Así lo
prevé la ley. Sin embargo, el contenido de esa reunión era
esencial. Los siete magistrados pararon el interrogatorio y
se fueron a deliberar. No había consenso, pero al final
dieron luz verde para que Marchena, que como presidente
de la sala sí podía lanzar la pregunta, lo hiciera: “¿Qué
mensaje quiere usted transmitir a esos responsables
políticos y qué respuesta obtiene?”. Y Trapero se explayó:
exigieron a Puigdemont cumplir la ley y no sólo eso: los
Mossos tenían un plan previsto para que, si se proclamaba
la DUI, detener a todo el Govern. Si no se hizo fue porque
nadie lo ordenó.
Trapero y Olga Tubau. Momento clave del juicio: la declaración
del mayor Trapero junto a su abogada (oriol malet)
Un testigo clave de los hechos del 20S
La secretaria en la azotea
El testimonio de Montserrat Toro, la secretaria judicial del
juzgado de instrucción numero 13, fue el más
estremecedor. Para la Fiscalía se convirtió en el testigo
claro para demostrar la violencia ante la Conselleria
d’Economia el 20S. Para las defensas fue el paradigma de
la exageración y la mentira. Toro era la secretaria judicial
del registro ordenado en este edificio de la Generalitat el
20 de setiembre del 2017. Durante varias horas, relató ante
el tribunal el terror que vivió ante la “gente enardecida”
convocada por los Jordis .
Sintió miedo al ver a más de 40.000 personas ante el
edificio protestando por aquel registro. No quiso salir por
la puerta. Ella aseguró que no era seguro, incluso pidió
que la sacaran con un helicóptero. Al final salió por la
azotea. Su versión obtuvo la réplica de los mossos que
estuvieron allí presentes y que se encargaron de sacarla del
inmueble. Cuestión de percepción.
El presidente de tribunal de la Sala Segunda
Las broncas de Marchena
“ No se está comportando como un abogado serio”;
“Explique lo que es, por favor, la etiología de los insultos,
tiene que explicarlo, el tribunal no lo entiende”; “Cuando
declaro la impertinencia de una pregunta, usted no me
puede decir que estoy errando”. Estas son algunas de las
frases que se han podido escuchar del presidente del
tribunal ante algunas salidas de los abogados defensores.
Pero Manuel Marchena también se vio en la obligación de
frenar a varios de los testigos, como aquellos que insistían
en declarar en catalán, como el abogado Lluís Matamala:
“Usted va a contestar en castellano. Si no quiere, se
levanta, asume las consecuencias legales y hemos
terminado”. De hecho, el tribunal mostró su “profundo
malestar” por el comportamiento de ciertos testigos
propuestos por las defensas y pusieron encima de la mesa
el “mal comportamiento” de los letrados que se aparta del
código deontológico de la abogacía.
La declaración de los agentes de la policía
El respeto a la autoridad
El casi centenar de guardias civiles que han desfilado
durante los cuatro meses del juicio relataron cómo
vivieron los días previos a la celebración del llamado
referéndum de independencia, los registros judiciales y el
mismo día del 1 de octubre, cuando trataron de cerrar los
colegios electorales actuando de acuerdo con la orden
judicial y sin el apoyo de los Mossos. Llegaron a asegurar
que en aquellas fechas en las calles de las ciudades
catalanas sintieron el odio de los que participaban en las
concentraciones de protesta. Describieron golpes, insultos
e incluso amenazas. El relato de una sola agente sirvió
para resumir lo que ocurrió en opinión de muchos policías
desplegados aquellos días en Catalunya: “Mientras
pasábamos con el coche nos gritaban fascistas, hijos de
puta. Se había perdido la vergüenza. El sentido del respeto
a la autoridad se había evaporado en horas”.
El testimonio de los votantes
La cadera rota en el colegio
En el juicio se han vivido dos realidades, las de aquellos
que actuaban en defensa del Estado y quienes quisieron
ejercer su derecho al voto como bien supremo por encima
de incluso la propia ley. Mientras que la Fiscalía sentó a
todos los agentes que pudo para que escenificaran la
violencia que sufrieron, las defensas hicieron lo propio
con votantes del 1 de octubre. En su percepción, si hubo
violencia el 1O fue únicamente responsabilidad de las
fuerzas de seguridad que entraron a los colegios a la
fuerza. El testimonio que sacudió con mayor intensidad a
la sala fue el de una mujer de 69 años que fue a votar.
Cuando salió del colegio a encenderse un cigarrillo, dijo,
fue atacada por un policía. “Un policía me cogió y me
lanzó al suelo. Me rompió la pelvis. No lo olvidaré
jamás”, declaró la testigo con tono alterado. “Estese
tranquila”, le espetó Marchena. “Estoy tranquila”,
respondió ella.
Las sesiones de visionado de los vídeos
¿Violencia sí o no?
Desde el inicio del juicio, las defensas habían convertido
los vídeos del 1O en el plato fuerte del proceso
judicial. Desde el principio intentaron introducir imágenes
en cada uno de los interrogatorios, pero el tribunal fue
claro y tajante: los vídeos se verían en la fase documental.
Y así ocurrió. Durante varios días se estuvieron
visualizando, por un lado, cómo las personas concentradas
impedían el paso a los agentes y, por otro, golpes de estos
a los votantes al intentar apartarles de los accesos de los
centros de votación. Sin embargo, hubo otros vídeos que
llamaron la atención a la sala. El letrado Xavier Melero
aportó imágenes de otras manifestaciones, a su juicio
violentas, para demostrar que lo ocurrido el 1O y el 20S
no tuvo esos ingredientes. Así, mostró imágenes del asedio
al Parlament en el 2011, o la protesta bajo el lema “Rodea
al Congreso” en Madrid en el año 2012, en las que se
podía ver lanzamientos de vallas, de cristales, golpes a los
vehículos de la Policía Nacional y quema de objetos.
Las conclusiones de la Fiscalía
Un golpe de Estado
En el largo informe final de la Fiscalía, donde defendió la
existencia de un delito de rebelión, levantó muchas
ampollas la afirmación del fiscal Javier Zaragoza de que
en Catalunya hubo un “golpe de Estado”. Aseguró que
hubo una “insurrección” entre septiembre y octubre del
2017 con una violencia pasiva y activa para un único
objetivo: declarar la independencia. A su juicio, los
acusados intentaron “liquidar” la Constitución española y
por ese motivo deben ser condenados. Esta afirmación fue
duramente criticada por las defensas por el hecho de citar
al jurista y filósofo austriaco Hans Kelsen, perseguido por
los nazis, para hablar de golpe de Estado, incumpliendo
así la ley de Godwin de las analogías nazis, que introducen
el uso banal del mal. “La mera mención a los nazis puede
contaminar a lo que aquí se juzga”, criticó el letrado de
Joaquim Forn, Xavier Melero.
El testimonio del ex delegado del Gobierno en
Catalunya
El fairy de Millo
“Un agente me explicó que habían tirado Fairy en la
entrada de las escuelas para que (los policías) cayeran y
les pudieran patear la cabeza”. Con esta frase explicó el ex
delegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo la
violencia que, según él, ejercieron ciudadanos catalanes
contra los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado durante el referéndum del 1O que
debían evitar.
“Los agentes me explicaron que incluso les habían
golpeado en la cabeza usando llaves marciales”, relató
Millo para explicar cómo los agentes que acudieron a
impedir el 1O fueron agredidos por la gente congregada
en los colegios.
La negativa a responder a la acusación popular
Multa a Baños
Con la CUP llegó el espectáculo. Estaban citados Antonio
Baños y Eulália Reguant y cuando llegó el turno de
preguntas de Vox se armó. “No voy a responder a sus
preguntas por dignidad democrática y antifascista”. En su
condición de testigos están obligados a responder a todas
las preguntas. Marchena intentó apaciguar los ánimos pero
no hubo manera, no estaban dispuestos a dar su brazo a
torcer. Todo acabó con una multa de 2.500 euros y la
apertura de una investigación en los Juzgados de Madrid.
Otros testigos posteriores siguieron la misma estela
rebajada. No se negaron a responder pero bajo la premisa
de que lo hacían por “imperativo legal”. Esta coletilla
cansó al presidente de la Sala que frenó está tendencia:
“usted está sentada ahí por imperativo legal, ha respondido
a las preguntas de su letrado por imperativo legal, ha
respondido a las preguntas del Ministerio Fiscal por
imperativo legal... Y ahora tiene el imperativo legal de
responder a la circular... Todo lo que ha pasado esta
mañana es por imperativo legal”.
https://www.lavanguardia.com/politica/20190613/462848665760/juicio-1o-
proces-tribunal-supremo-acusados-sentencia-momentos-clave.html
Un final sin arrepentidos
Los líderes principales del 'procés' advierten de
que, si tuvieran de nuevo la oportunidad,
volverían a hacerlo
PABLO ORDAZ
Twitter
Madrid 13 JUN 2019 - 09
A las cuatro de la tarde del último día, la
justicia y la poesía terminan dándose la
mano. Ha querido la casualidad que durante
la sesión de la mañana no haya sido posible
terminar con los alegatos finales de los
abogados defensores. De ahí que, cuando los
próceres actuales del independentismo —
Torra, Torrent, Aragonès, Rufián, Borràs y la
consejera famosa por no aceptar preguntas
en español— llegan a la sala dispuestos a
escuchar las últimas palabras de sus líderes
presos, lo que se encuentran es un panorama
distinto. El juez Marchena da la palabra a Joan
Segarra, el joven abogado de Santi Vila, aquel
consejero de Puigdemont que intentó evitar a
toda costa el choque de trenes, convertirse
en el héroe de la retirada, pero que al
percatarse de su fracaso se tiró en marcha
en el último momento, evitando la cárcel
pero adquiriendo a cambio el estigma del
traidor. Una mancha de sospecha, la del
agente doble, que lo acompaña desde
entonces y que durante el juicio le ha
obligado a mendigar incluso el saludo de los
que sí optaron por el precipicio.
—No puedo terminar mi informe —concluye el
abogado Segarra— sin hacer una mención
especial al magistrado Luciano Varela,
magnífico jurista y firme defensor de las
garantías del derecho de defensa que
culmina su trayectoria con este juicio.
Muchas gracias y mucha suerte.
MÁS INFORMACIÓN
https://elpais.com/politica/2019/06/12/actualidad/1560359798_792734.html
Los acusados del ‘procés’ cierran el juicio
con un alegato político
Cuatro meses después, la vista ha quedado
zanjada tras escuchar los doce acusados
0:00:00 0:03:44
https://elpais.com/politica/2019/06/12/actualidad/1560349580_230160.html
La ciudad del perdón
Los alegatos de los procesados acumulan
sentimientos, exhiben victimismo, proyectan
heroicidad
XAVIER VIDAL-FOLCH
12 JUN 2019 - 21:27 CEST
minutos
https://elpais.com/elpais/2019/06/12/opinion/1560360953_253822.html
Los doce del apocalipsis del último día
Aunque han llegado a las últimas consecuencias
sin ni siquiera haber querido llegar a las
primeras, los acusados se crecieron en la cita
trascendental con proclamas épicas y
mesiánicas
IÑIGO DOMÍNGUEZ
Madrid 12 JUN 2019 - 22:07 CEST
Si uno llega al juicio del procés por primera vez
justo el último día nota a todo el mundo muy
cansado. Es decir, como fuera, pero peor.
Mientras fuera la vida sigue, aquí continúan
atascados en aquello que pasó, dándole
vueltas, a ver qué pasó. Un psicodrama
familiar. Lo más curioso es que la defensa de
los que entonces querían liar la mundial es:
hombre, no fue para tanto. Eso
desconcierta al recién llegado, pero los
veteranos explican que esa es la línea: si es que
yo no quería.
Dentro de la sala ocurre algo que no sé si se
ha dicho: es complicado no dormirse. Lo
farragoso de los detalles, el aire
acondicionado silencioso, la lámpara de
araña, producen un efecto anestésico, de
asepsia legal que todo lo congela, los
ánimos, las tonterías. Las caras son como en
una misa larguísima de esas donde se va
obligado. Es que el Supremo fue un convento.
La ley habla, todos callan. Hasta aquí ha
llegado el procés, al ser llevado a sus últimas
consecuencias. Pero si ni siquiera quisieron
llegar a las primeras consecuencias, cómo
iba a pensar esta gente en llegar a las
últimas, al día de ayer. Con todo, los doce
acusados, como doce apóstoles —con Judas
y todo, Santi Vila—, se engrandecieron en la
cita trascendental, como una pequeña
comunidad pentecostal del apocalipsis del
último día.
“Vamos a evitar la ironía introductoria”, es
una de las frases de Marchena que la prensa
ha plasmado en una antología de seis chapas
que celebra el fin del juicio. Además de servir
de consejo para crónicas, este espíritu
descarnado ha presidido el juicio, una
operación de desnudo de ensoñaciones. El
letrero que indica en el Supremo el camino a
la sala le da nombre a eso que pasó: “Causa
Especial 3/20907/2017”. La aridez a la que ha
acabado reducida la cuestión se comprende
mirando títulos de la biblioteca, donde
trabajan los periodistas: tochos del tipo 1700
dudas sobre la ley de lo contencioso
administrativo.
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https://elpais.com/politica/2019/06/12/actualidad/1560366665_525756.html
El aséptico "muchas gracias, visto para sentencia" con el que el magistrado Manuel Marchena cerró este
miércoles el juicioabre la fase de deliberaciones que concluirá en octubre con la sentencia del 1-O. Será
una única resolución, pero el fallo contendrá una docena apartados, uno por cada acusado. No tendrán
todos la misma relevancia, como se desprende con claridad de la exposición final de la Fiscalía.
El Ministerio Público no tocó una sola de las peticiones de condena, pero dejó claro que su interés está
en una calificación jurídica -la rebelión- y en cuatro acusados: Oriol Junqueras, Carme Forcadell y el
dúo Jordi Sànchez-Jordi Cuixart. Ellos encabezaban los "tres pilares" del procés: "El pilar parlamentario,
el del Poder Ejecutivo del Govern y el de las asociaciones civiles".
LA GENERALITAT
"No le den más vueltas, el referéndum lo organizó la Generalitat de Cataluña y [Carles] Puigdemont".
Lo dijo Jordi Pina, abogado del ex presidente de la ANC Jordi Sànchez, en la penúltima sesión del
juicio. La Generalitat era "la maquinaria", argumentó el fiscal Javier Zaragoza en la sesión anterior, de
un proceso en que el Govern tenía que crear "estructuras de Estado" e intentar el reconocimiento
internacional a través del organismo Diplocat.
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"El Govern era el Estado Mayor del procés" para la Fiscalía, "el sanedrín" donde siempre estaban "los
mismos". "Una Administración regida por una organización criminal" que se valía de "maniobras de
encubrimiento" para eludir responsabilidades y "desviar" dinero público -casi tres millones de euros- para
financiar un proceso independentista.
"Todos y cada uno de los miembros del Gobierno son responsables últimos y máximos de todos y cada
uno de esos desvíos de fondos públicos", acusó la fiscal Consuelo Madrigal en su informe final,
reprochando a los acusados que, en lugar de tener "una posición de garante respecto de la no realización
de ningún gasto", optaron por "la pasividad de los deberes impuestos". Hubo una "coautoría ejecutiva"
entre los miembros del Govern de Carles Puigdemont.
Fue el letrado Andreu Van den Eynde, abogado de Oriol Junqueras, quien justificó el comportamiento
de la Generalitatpor ser "un acto de expresión de un Gobierno que tiene una legitimidad basada en votos y
tiene derecho a explicar lo que quiera". "Se está confundiendo la desobediencia con la rebelión",
argumentó Van den Eynde, que reprochó a la Fiscalía el uso que hizo de la expresión "golpe de Estado"
para definir lo que ocurrió en Cataluña entre septiembre y octubre de 2017.
"Ser independentista no es delito", defendió el representante legal de Junqueras, que reprochó al tribunal
que no hubiera habido "igualdad de armas" entre las defensas y las acusaciones, además de criticar una
"monitorización generalizada" de la Generalitat. "La investigación ha sido invasiva", dijo en su informe
final, donde definió a Junqueras y Romeva como "símbolos" de los valores cristianos vinculados al
pacifismo, lejos de la definición que el fiscal Zaragoza hizo del ex vicepresident: "Es uno de los más
importantes promotores de estos hechos delictivos y el motor principal de la rebelión".
EL PARLAMENT
Si hay condena por rebelión o sedición, no parece fácil que Carme Forcadell se libre de estar entre las
penas más altas. La ex presidenta del Parlament alega que las acusaciones han vertido "exageraciones",
sino "mentiras", para atacarla. En su primera intervención y en la última de este miércoles se presentó
como una mera tramitadora de lo que le hacían llegar los grupos parlamentarios, en particular de las leyes
de transitoriedad y desconexión que crearon el marco legal del 1-O. Consideró injusto no estar en el
mismo bloque que sus compañeros de la Mesa del Parlament, acusados sólo de desobediencia en
el Tribunal Superior de Cataluña. "No hecho nada que difiera de ellos. Mi voto fue tan importante
como los suyos, tan necesario como los suyos", lamentó este miércoles.
Si al menos se le quitara la categoría de dirigente, los 17 años que le reclaman no pasarían de 11. Pero en
contra de esa rebaja se ha manifestado rotunda la Fiscalía. Forcadell fue, dice el Ministerio Público, la
responsable del "pilar parlamentario" del procés. Fue ella la que desde su privilegiada dirección de la
Cámara permitió "crear la cobertura legal necesaria para que el procés pudiera transitar hasta su objetivo
final". Y lo hizo pese a que el Tribunal Constitucional le advirtió "hasta en siete ocasiones" para que no
siguiera adelante por ese camino.
"Figura emblemática", la calificaron los fiscales. "Creaba una legislación paralela que daba apariencia de
legalidad" al procés, algo necesario para que más de dos millones de personas fueran a las urnas
convencidas de que tenían derecho a ello. Y aún hubo una frase más dura sobre ella. Forcadell parecía
alejada de la violencia de los colegios electorales y de la Consejería de Economía, pero escuchó esto al
fiscal: que su actuación supuso "violencia normativa".
LA AGITACIÓN CALLEJERA
La movilización popular fue "una de las herramientas" para llevar a cabo "este proceso" y los
Jordis fueron "los dinamizadores" para que se pudiera votar el 1-O e impedir la actuación de las Fuerzas
de Seguridad. Así se expresó la Fiscalía en su informe final. Jordi Sànchez y Jordi Cuixart "se
convirtieron en los dueños del orden público en Barcelona", "los que negociaban" y "condicionaron la
actuación de la Guardia Civil", argumentó el fiscal Zaragoza, que destacó el papel de las asociaciones
ANC y Òmnium Cultural en la consecución del 1-O.
Para los abogados de Sànchez y Cuixart fue en cambio un "orgullo" ver cómo la ciudadanía salió a la
calle en "un ejercicio legítimo de reunión". Y es que para los letrados Jordi Pina y Marina Roig "no hubo
destrozos del mobiliario urbano, ni manifestantes ocultando su rostro, ni multitudes atacando a las
Fuerzas de Seguridad del Estado". Hubo sólo "concentraciones de protesta".
"Si algo hemos aprendido en estos cuatro meses es que estos señores son gente de paz", se jactó Pina en
su informe final. "Criminalizar la movilización popular es un grave error que puede tener consecuencias
nefastas para España", advirtió Roig al tribunal. "No podemos hablar de violencia en los términos de un
delito de rebelión", añadió la letrada, intentado tumbar las pruebas aportadas por la Fiscalía, que dejó
claro que "sin violencia física no hubiera sido posible cruzar caminos necesarios" en la hoja de ruta
trazada por los independentistas.
"Es una rebelión en la que el poder público ya se ostenta", dijo el fiscal Fidel Cadena, que calificó la
situación de "un levantamiento, una insurrección contra los pilares del Estado democrático". "Un estado
de excepción de facto", señaló el fiscal Zaragoza, que defendió la excepcionalidad de "todo" lo que
desembocó en la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
LOS MOSSOS
Hay una pieza clave para las acusaciones que no estaba sentada en el banquillo del Supremo: los Mossos
d'Esquadra. "Han sido los grandes protagonistas de este juicio, tal vez por mi culpa", explicó el martes en
su informe el abogado Xavier Meleroen nombre del ex conseller de Interior Joaquim Forn. En eso
coincidía con la Fiscalía, que hizo pocas modificaciones en su informe final, pero que dedicó la parte más
amplia a los Mossos. En particular, a recordar cómo sus máximos responsables declararon en el juicio
haber avisado expresamente al Govern de que habría incidentes el 1-O y cómo la respuesta fue que
seguían adelante.
Así pues, la Fiscalía los tiene como prueba de cargo y al mismo tiempo -en particular a través del
mayor Josep Lluís Trapero- como un instrumento esencial para que el referéndum fuera eficaz. ¿Avisó
Trapero de la violencia o convino con el Govern cómo no impedir el 1-O, aparentando que lo hacían? Ese
papel "dual, bifronte" -en palabras de Melero- puede hacer de los Mossos la pieza más compleja para el
tribunal.
La Fiscalía lo tiene claro. "La utilización de los Mossos es fundamental", sostuvo Cadena. "Su pasividad
en los centros electorales no es irrelevante, fue organizada desde el poder político y supone planificación.
Es decir, hubo una disposición de un cuerpo armado al servicio de la rebelión".
Los Mossos, el Govern, el Parlament y las asociaciones independentistas. Las respuestas a estos cuatro
puntos conformarán la espina dorsal de la sentencia. Revelarán si los magistrados optan por el We shall
overcome, el victorioso himno de la desobediencia civil que recordó este miércoles Josep Rull, o por la
casi idéntica arenga aliada del We shall prevail que citaba en sus discursos Consuelo Madrigal, cuando
como fiscal general del Estado ya veía avecinarse el 1 de octubre.
https://www.elmundo.es/espana/2019/06/13/5d015921fdddff542d8b4575.html
La respuesta judicial al procés
encara su desenlace sin que la
política ofrezca aún alternativas
Las llamadas al diálogo de los acusados en sus últimas
palabras se topan con la incertidumbre en la que
permanece la política catalana y española
Los relatos opuestos de Fiscalía y acusados sufren
grietas tras cuatro meses de juicio por la tensión entre
Mossos y Govern y el reconocimiento de la
desobediencia
El juicio deja duelos sin cerrar como el de Trapero con
Pérez de los Cobos y del contenido de la sentencia
dependerán los recursos a Estrasburgo
Oriol Solé Altimira
12/06/2019
"Tienen ustedes la responsabilidad de no agravar la crisis".
El exlíder de la ANC Jordi Sànchez lanzaba este dardo al
tribunal en su turno de última palabra del juicio del procés, que ha quedado visto para
sentencia. La función del Tribunal Supremo no es poner paños
calientes a la situación política así lo admiten en privado
las defensas, pero el juicio ha llegado a su fin y desde este
miércoles los líderes del procés esperarán de nuevo desde
la cárcel la sentencia y una solución política al conflicto
que, de momento, no llega.
Ha sido el nexo común de las últimas palabras de los doce
acusados: pedir una solución dialogada al contencioso
catalán. Ha llamado la atención que Oriol Junqueras ya no
se haya declarado "preso político", como al inicio del juicio. El líder de ERC
ha liderado desde la prisión la renuncia independentista a
la vía unilateral, la apuesta por el pragmatismo y una
salida dialogada con el Ejecutivo central.
Además del resultado de la sentencia, el nuevo plan de
Junqueras tiene en la figura del actual president de la
Generalitat, Quim Torra, uno de sus obstáculos. Las
relaciones de Torra con Pedro Sánchez a día de hoy se han
deteriorado después de la negativa del presidente en
funciones a reunirse y sus reiteradas apelaciones a que los
independentistas "no son de fiar".
Pero además se da por descontado que habrá elecciones al
Parlament más pronto que tarde una vez se conozca la
sentencia. Serán los comicios en los que la ERC de
Junqueras y la lista de JxCat de Puigdemont volverán a
librar una batalla para liderar el independentismo, ocupar
la presidencia de la Generalitat y ser el interlocutor de La
Moncloa. Antes del fallo y de sus consecuencias en la
política catalana se habrá despejado si Pedro Sánchez
sigue en La Moncloa, y si para ello puede no contar con
los diputados independentistas en el Congreso. En suma,
la política no cuenta a día de hoy con todas las
condiciones para ofrecer las alternativas que los acusados
han reclamado desde el banquillo este miércoles.
Grietas en los relatos
A nivel jurídico, tras la vista oral poco han cambiado las
posiciones de acusaciones y defensas. La Fiscalía se ha
reafirmado en la rebelión. Una rebelión "distinta", en palabras del fiscal Fidel
Cadena. No con armas, pero sí con violencia. Un "golpe de
Estado", lanzó Javier Zaragoza, expresión que la Fiscalía
no había acuñado hasta la fase de informes finales.
Y las defensas se han mantenido también en sus trece: los
líderes del procés no llamaron a la violencia y los únicos
golpes fueron los de la Policía el 1O. Con todo, al final
del juicio al que se presentaron proclamando que nada de
lo que hicieron era delito, los exmiembros del Govern,
cada uno con sus matices, han reconocido que
desobedecieron al Constitucional.
Asimismo, a lo largo del juicio estos dos relatos opuestos,
monolíticos, condenados a no entenderse y sobre los que
tendrá que resolver el tribunal también han sufrido algunas
grietas, que a su vez pueden ser aportaciones a la solución.
Por ejemplo: hasta en los momentos más álgidos de la
crisis, el Gobierno y la Generalitat tuvieron interés en
negociar, según declararon los acusados y atestiguó el
lehendakari Urkullu. Además, bien por estrategia bien por
convencimiento político, todos los acusados han abjurado
de la vía unilateral y han mostrado su convencimiento de
que cualquier solución debe buscarse dentro de la
legalidad.
Los Mossos d'Esquadra tampoco son la policía al servicio
del Govern con la que soñaban algunos independentistas y
ha sostenido la Fiscalía durante el juicio. El major
Trapero, en la declaración más vibrante del juicio, y el
resto de la cúpula policial catalana ha relatado con todo
lujo de detalles su enfrentamiento con el Ejecutivo de
Carles Puigdemont y su adhesión a la Constitución en
plena escalada unilateral.
El duelo entre generales y el examen
europeo
Precisamente el juicio se revistió de épica y trascendió lo
jurídico con el enfrentamiento entre los dos 'generales' de
las policías enfrentadas. Las declaraciones del coronel de la Guardia
Civil Diego Pérez de los Cobos y del major Trapero resultaron relevantes en la estricta
práctica de la prueba, pero también pusieron de manifiesto
el enfrentamiento entre dos concepciones de la seguridad
pública y un choque personal.
Trapero defendió en todo momento su concepto de la
proporcionalidad y de evitar males mayores con una
actuación policial que el que se pretende evitar. Pérez de
los Cobos asomó su incredulidad por que un policía pueda
traicionar su obligación de cumplir órdenes, más si
proceden de un juez. Ha sido un duelo al que le espera el
partido de vuelta en la Audiencia Nacional, donde Trapero
se expone a once años de prisión por rebelión.
Por otro lado, el desenlace de la respuesta judicial al
procés supone además un reto para el Tribunal Supremo y
la propia justicia española, siempre bajo la sombra de la
politización y envuelta en los últimos meses en grandes
polémicas, como la de las hipotecas o la sentencia de la
manada. Hay consenso en el ámbito jurídico en que la
causa del procés es una de las tres más importantes de la
democracia, junto a la del golpe de Estado del 23F y los
atentados yihadistas del 11M.
De esta sentencia, por mucho que solo vaya a agradar a un
sector, dependerá en parte que se acentúe el descrédito del
sistema jurídico español o que remonte el vuelo. Entre
otras cosas porque de su contenido dependerán también
los recursos ante el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos de Estrasburgo que puedan presentar las
defensas ante unas eventuales condenas.
https://www.eldiario.es/catalunya/politica/meses-proces-banquillo-politicos-
policias_0_909209756.html
Malestar en ERC con la
portavoz del Govern, Meritxell
Budó, por sus "meteduras de
pata"
Los republicanos califican de "constantes" las polémicas
en torno a la consellera y tienen previsto llevar el asunto
a los espacios de coordinación con JxCat
ERC ve el mensaje de Budó sobre el castellano
"incompatible" con el de Junqueras y alega que sus
palabras sobre la mayoría independentista en
Barcelona les han perjudicado en las negociaciones
municipales
La consellera portavoz aludió este martes a una
"norma" inexistente para negarse a responder a una
pregunta formulada en castellano
Arturo Puente
12/06/2019 21:32h
La última polémica de la consellera de la Presidència y
portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha desbordado el
vaso de ERC. El malestar se ha extendido en la formación
por las que consideran "meteduras de pata" de la portavoz,
y fuentes de la formación reconocen que tienen previsto
llevar la situación a los espacios de coordinación que
tienen con Junts per Catalunya para tratar de encarrilarla.
En la dirección republicana hay preocupación por que la
persona que es la cara visible del Govern esté en el ojo del
huracán "cada semana".
La incomodidad que han generado en sectores de ERC
algunas de las intervenciones de Budó no es nueva, pero
esta semana se ha generalizado después de que la portavoz
se negara a contestar a una pregunta formulada en
castellano por una periodista en la rueda de prensa del
Govern. "Es algo más propio de los años 90 que de hoy y
que no representa en absoluto nuestro espíritu", reconoce
un miembro de la dirección republicana, que remarca que
las palabras de Budó son "incompatibles" con la idea de
apertura y diversidad que Oriol Junqueras quiere encarnar.
El aterrizaje de Meritxell Budó en la conselleria de la
Presidència, llegada hace solo dos meses y medio desde la
alcaldía del municipio de La Garriga, ha sido accidentado.
En apenas una docena de semanas Budó ha protagonizado
lapsus, como cuando se lió explicando por qué consideraba
que el independentismo había ganado en Barcelona, ha
realizado declaraciones polémicas, como en una reciente
entrevista en El Punt Avui sobre las negociaciones en el
Ayuntamiento de esa misma ciudad, y ha tenido choques
con la prensa que cubre la actualidad de la Generalitat,
como el pasado martes.
En ERC no dudan en calificar estos problemas
como "insostenibles", sobre todo en un momento de gran
estrés para el independentismo, con el final del juicio y la
negociación de los pactos municipales. Al entender de los
republicanos, ahora es más importante que nunca que
desde el Govern salga un mensaje claro y unívoco, algo
que a su juicio Budó hasta ahora no ha conseguido.
En la formación de Junqueras culpan, además, a las
reiteradas declaraciones de la consellera sobre el
Ayuntamiento de Barcelona –calificó de "operación de
Estado" un eventual acuerdo de Ada Colau con PSC y
Ciudadanos– de perjudicar sus negociaciones para llevar a
Ernest Maragall a la alcaldía. "Por muy mal que me
parezca y por muy poco que me guste ver a Colau
probablemente investida con los votos de un tipo que
deportó a 10.000 a personas en Francia, ella, él y cuanto
representan también es parte del país. Este tipo de lenguaje
solo resta", aseguró el diputado Gabriel Rufián en Twitter,
compartiendo unas palabras de Budó.
Desde el Departamento que dirige Budó aseguran no haber
recibido ninguna queja, ni esta semana ni en momentos
pasados, e invitan a ERC a trasladar lo que tengan que
decir. "Si quieren, hablamos de errores", indican desde el
equipo de Budó.
La consellera de la Presidència fue elegida en sustitución
de Elsa Artadi por su cercanía política con Carles
Puigdemont y, sobre todo, con quien el independentismo
considera el "conseller legítimo" de su área, Jordi Turull.
Pero Budó, experta en el campo de la farmacia y alcaldesa
de una ciudad pequeña durante las últimas dos
legislaturas, no había tenido experiencia en el campo de la
comunicación hasta el momento en el que se puso al frente
de la portavocía de la Generalitat. De hecho, JxCat barajó
nombres con perfil técnico, como el de la periodista Pilar
Calvo, pero acabaron optando por una consellera más
política.
Rectificación sobre el castellano en ruedas
de prensa
El capítulo vivido en la sala de prensa de la Generalitat el
pasado martes sorprendió tanto a la prensa como a
miembros de los partidos. Meritxell Budó se mostró reacia
a contestar una pregunta formulada en castellano,
asegurando que había una norma por la que solo podía
preguntarse en castellano lo que previamente ya había sido
contestado en catalán. La inexistente norma generó
estupor entre los periodistas que asistían a la rueda de
prensa, que algunos de ellos mostraron en su turno de
preguntas.
Hasta la fecha, las ruedas de prensa posteriores al Consell
Executiu de los martes siguen un orden no escrito según el
cual las preguntas comienzan por las cabinas de radio,
después pasan a los redactores de prensa y televisión, a
quienes se contesta en catalán y, finalmente, hay un turno
para las respuestas en castellano que reclaman los medios
audiovisuales que utilizan esta lengua. Pero, si hay un
orden establecido por costumbre sobre el idioma en el que
contesta el portavoz, no hay ninguna norma respecto a la
lengua en la que se formulan las preguntas.
Tras la polémica suscitada, este miércoles la consellera ha
rectificado su posición, calificando de "malentendido" lo
ocurrido en la sala de prensa. Según ha explicado, a lo que
aludió durante la rueda de prensa fue a que las respuestas
en castellano se hacen al final, y manifestó que contestaría
a todas las preguntas en cualquier lengua que le fueran
formuladas, como venía haciéndose hasta la fecha.
https://www.eldiario.es/catalunya/politica/Malestar-ERC-Govern-Meritxell-
Budo_0_909209835.html
Juicio del procés Día 52
Los acusados se despiden
poniendo deberes a los jueces
En su turno final de palabra ante el tribunal al acabar el
juicio, los presos le comunican que volverían a hacerlo.
Los jueces toman nota
"Del resultado de este juicio dependerá la calidad de la
democracia en el Estado español", avisa Jordi Cuixart,
que se juega una pena de 17 años
Iñigo Sáenz de Ugarte
12/06/2019
Para un preso que está siendo juzgado, es difícil conciliar
dos ideas: la defensa rotunda de su inocencia y el respeto
pragmático al tribunal, porque a fin de cuentas su destino
está en manos de esos jueces y no conviene provocarlos.
La mayoría de los acusados en este juicio debía tomar una
decisión en la que era la última sesión del juicio que
empezó el 12 de febrero. Optaron por la primera y no se
quedaron cortos.
Como establece la ley, los acusados –nueve en prisión
preventiva y tres en libertad bajo fianza– tuvieron un turno
final para pronunciar las últimas palabras. Los
primeros disponían de quince minutos y los segundos, de
cinco. El objetivo formal era dirigirse al tribunal. Dio la
impresión de que eligieron sus palabras pensando en los
catalanes que les estaban viendo a través de la
retransmisión en directo.
Su mensaje fue que volverían a hacer lo mismo que
hicieron en su momento y que les llevó al banquillo de los
acusados. Los magistrados escucharon atentamente. No
sería de extrañar que algunos de los abogados defensores
hubieran preferido que fueran menos agresivos en sus
intervenciones, sobre todo en aquellas en las que
prácticamente lanzaban un desafío a los jueces.
"No hay ningún tipo de arrepentimiento. Todo lo que hice,
lo volvería a hacer", avisó Jordi Cuixart. Es muy probable
que el tribunal lo diera por hecho y que no se sorprendiera.
Pero el expresidente de Òmnium fue más lejos y llegó a
retar a los seis hombres y una mujer que tenía enfrente: "Si
la violencia policial no consiguió impedir que los
catalanes dejaran de luchar por el derecho de
autodeterminación, ¿alguien cree que una sentencia lo va a
conseguir?".
Volvería a hacerlo. La sentencia, esa que ustedes tienen
que discutir y escribir, no nos parará. ¿Cuál podría ser el
último desafío? Dar la vuelta a la foto y colocar a los
jueces en el banquillo: "Del resultado de este juicio
dependerá la calidad de la democracia en el Estado
español". Son ustedes los que se examinan, no nosotros,
vino a decir el hombre al que la fiscalía reclama 17 años
de prisión.
Cuixart no fue el único. A lo largo de meses, los acusados
han escuchado y a buen seguro respetado los consejos de
sus abogados. Ahora les tocaba decidir a ellos. Pensar que
fueran a mostrar algún tipo de contrición para buscar la
comprensión del tribunal sería absurdo. Como no
conocerles o ignorar que varios de ellos piensan continuar
dedicándose a la política durante mucho tiempo, desde la
celda si es preciso. Otra cosa era pensar que podían retar a
los magistrados. "Yo creo que ustedes no tienen una
solución para el problema que se les ha venido encima",
les dijo Jordi Sànchez, por tratarse de un conflicto político
que no encontrará una resolución en los tribunales, una
idea también repetida por varios abogados en sus informes
finales. "Pero ustedes tienen la responsabilidad de no
agravar la situación política", continuó Sànchez.
Un acusado de un delito grave se dedica a dar órdenes a un
tribunal. Esto no se ve todos los días en el sistema de
justicia, aunque ya sabíamos que este no era un juicio
convencional.
De la misma forma que era imposible pensar que los
acusados fueran a arrepentirse, es poco realista pensar que
los magistrados del Tribunal Supremo vayan a sentirse
obligados a no ser muy duros con su veredicto por miedo a
las consecuencias políticas.
Josep Rull entró en una vertiente mucho más personal con
una acusación directa contra los miembros de la Sala de lo
Penal. "Con sus resoluciones, con mi encarcelamiento,
ustedes han decidido que yo no pueda ver crecer a mis
hijos", dijo. Y adelantándose a una posible condena por
los delitos más graves, emitió un aviso: "No existen
suficientes cárceles para encerrar las ansias de libertad de
un pueblo". Como otros, Rull no sonaba como alguien
muy preocupado por la posibilidad de ser condenado, en
su caso a 16 años de prisión.
Oriol Junqueras fue más sobrio que sus antiguos
compañeros del Govern. No gastó todo el tiempo del que
disponía y decidió limitarse a reclamar que el conflicto se
devuelva al mundo de la política. "Siempre he evitado la
mala política que niega el diálogo, la negociación y el
acuerdo y les ha traspasado a ustedes la responsabilidad",
dijo en un tono que sonó más mesurado que el de Turull,
Rull, Romeva, Sànchez o Cuixart.
Carme Forcadell fue la única que se centró de forma
exclusiva en sus circunstancias personales, en su
perplejidad por estar en el Supremo acusada de rebelión,
mientras los demás integrantes de la Mesa del Parlament
serán juzgados por desobediencia en el TSJC. Forcadell ha
sido la pieza útil con la que la Fiscalía ha montado la
tercera pata de la presunta rebelión, la parlamentaria, pero
las pruebas manejadas contra ella han sido escasas y en
algunos casos basadas en testimonios poco creíbles. Eso
no reduce en nada su responsabilidad política sobre lo
sucedido en 2017, pero la responsabilidad penal es un
asunto muy diferente.
La expresidenta del Parlament dijo que ella había hecho lo
mismo que sus compañeros de Mesa. "Por ello, creo que
estoy siendo juzgada por mi trayectoria política, no por
mis actos ni mis hechos".
Justo después de Junqueras, Raül Romeva fue quien inició
lo que podríamos llamar las hostilidades. "Se ha buscado a
lo largo de todo el juicio escarmentar, castigar una
ideología", denunció refiriéndose al papel jugado por las
acusaciones. De forma más teatral, alegó que son muchos
los catalanes que de alguna manera han sido juzgados: "En
este banquillo, no estamos sentados sólo doce personas.
Están sentadas también dos millones de personas". Pero
los que se juegan pasar años en prisión son esas personas,
y no todos los votantes del 1 de octubre. También se puede
decir que las vidas de muchísimos de los catalanes y sus
aspiraciones políticas quedarán condicionadas por el
veredicto del tribunal.
Eso resulta indudable. Lo argumentó también Dolors
Bassa. Sonó dramática, pero no se equivocaba del todo:
"Las generaciones que vienen dependen de su sentencia.
No solo determinará lo que yo pueda hacer a partir de
ahora, sino que puede ser el principio de una solución para
muchas personas".
Es algo que ha estado muy presente desde el primer día de
juicio hace cuatro meses. La sentencia, que se conocerá
probablemente en septiembre, no servirá sólo para
dilucidar las responsabilidades penales de los acusados por
lo que hicieron como responsables del procés. Tendrá
además una influencia duradera, imposible de medir
ahora, en las relaciones entre España y Catalunya.
El magistrado Manuel Marchena no tenía muchas ganas de
extenderse a la hora de dar por finalizado el juicio.
"Muchísimas gracias a todos. Visto para sentencia", se
limitó a decir. No necesitaba darse más importancia. El
sistema político español está ahora en sus manos y en las
de los demás magistrados de la sala. Pueden tomarse el
tiempo que necesiten. De hecho, es imprescindible que no
tengan mucha prisa.
https://www.eldiario.es/politica/juicio-proces-Cuixart-
Sanchez_0_909209865.html
El tribunal del procés
prescindirá de la lectura pública
de una sentencia prevista para
después de agosto
El Supremo actuará como con el resto de fallos
relevantes: notificación a las partes y envío a los
medios con nota de prensa
Los jueces deliberarán en secreto en varias reuniones;
un acuerdo de la mayoría precederá a la redacción del
fallo por Marchena
En caso de que la postura del presidente quede en
minoría deberá ceder la ponencia al magistrado de la
mayoría que él mismo elija, en calidad de presidente del
tribunal
Pedro Águeda
12/06/2019 21:32h
Al pronunciamiento de "visto para sentencia" que se ha
escuchado este miércoles en la sala que ha acogido el
juicio del procés seguirán ahora varias semanas de
deliberaciones secretas del tribunal y de redacción de la
sentencia por su ponente, Manuel Marchena. El siguiente
pronunciamiento público de la sala será la notificación de
la sentencia a las partes, toda vez que el tribunal ha
decidido no hacer lectura pública de la misma, tampoco de
un resumen o del fallo, han informado a eldiario.es fuentes
del alto tribunal.
Con esta decisión, el Tribunal Supremo opta por seguir
con la práctica habitual de no hacer lectura pública de
ninguna de las sentencias que redacta y evitar, como ha
pretendido desde que arrancó la vista, cualquier síntoma
que pudiera entenderse como de excepcionalidad.
Contrasta así con la decisión que adoptó la Audiencia
Nacional respecto a la sentencia del 11M, de la que se
hizo pública lectura de un resumen.
El artículo 120.3 de la Constitución Española establece
que "las sentencias serán siempre motivadas y se
pronunciarán en audiencia pública". La facilitación de los
fallos a través de los gabinetes de comunicación y la
divulgación de los mismos por los medios han relegado
esa práctica, una decisión que, en cualquier caso, se deja
en manos del tribunal por si excepcionalmente optara por
celebrar esa audiencia pública.
Inmediatamente después de que haya sido notificado a las
partes a través de la plataforma Lexnet, el gabinete de
comunicación del Tribunal Supremo difundirá el fallo
íntegro a los medios y lo acompañará de un resumen de
una sentencia que se prevé voluminosa, precisan las
fuentes consultadas.
El primer acontecimiento privado posterior a la
finalización del juicio será una reunión de los siete
miembros del tribunal para centrar las cuestiones
principales del fallo a grandes rasgos. Después seguirán
otras, de corte temático, en las que se irá perfilando el
contenido de la sentencia. En el caso de que haya acuerdo
sobre las posibles condenas o absoluciones, el ponente
Marchena comenzará a redactar la sentencia, que se
prevé para después de agosto y que podría demorarse
hasta bien entrado el mes de septiembre.
En las reuniones dedicadas a las deliberaciones secretas
del tribunal será Marchena, en calidad de ponente, quien
tenga la primera palabra para exponer sus conclusiones.
En el caso de que una mayoría de magistrados estuvieran
en desacuerdo con su propuesta, el ponente "declinará la
redacción de la resolución, debiendo formular
motivadamente su voto particular", según establece el
artículo 206 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Al
compartir la condición de ponente inicial y presidente, si
esto tuviera lugar, sería el propio Marchena quien
encomendase la ponencia a otro magistrado del tribunal,
señala el mismo artículo.
Puede ocurrir, aunque es bastante infrecuente, que el
desacuerdo no tenga la entidad suficiente como para que
Marchena pierda la ponencia y ceda únicamente la
redacción de una parte del fallo. Ocurrió en el juicio de la
denominada Primera Época de Gürtel, en la que el
presidente y ponente, Ángel Hurtado, cedió una parte de la
redacción de la sentencia, la relativa a la responsabilidad
del Partido Popular, a uno de los dos magistrados que le
habían dejado, a ese respecto, en minoría.
Los siete magistrados del tribunal han comido juntos
durante todas las sesiones del juicio, si bien han evitado
hacer valoraciones de la práctica de la prueba que se
realizaba dentro de la sala, explican las fuentes
consultadas. Las deliberaciones del tribunal son secretas y
a esas comidas han asistido la secretaria de la Sala II y un
miembro del gabinete técnico. Su presencia era útil porque
en el transcurso del descanso del mediodía se abordaban
cuestiones del desarrollo de la vista y, de acuerdo a lo
ocurrido durante el día, se podía considerar útil, por
ejemplo, solicitar a los funcionarios un pasaje determinado
del sumario o debatir sobre la permisividad durante los
interrogatorios o respecto a la actitud de los testigos.
Es de común acuerdo en el tribunal la conveniencia de un
fallo por unanimidad. Aun así, si se produce un voto
particular pero convergente, la sentencia resultaría
también avalada, aseguran las fuentes consultadas. Por
"fallo particular pero convergente" se entiende la
publicación por parte de uno o más miembros del tribunal
de la disconformidad en algún matiz, de poner el acento en
determinadas cuestiones, pero sin discrepar del sentido de
la sentencia.
https://www.eldiario.es/politica/tribunal-prescindira-lectura-sentencia-
prevista_0_909209475.html
En manos de Marchena
El fallo del Supremo puede ser un escarmiento o allanar
la vía política, la única que puede resolver este
conflicto. El mal llamado problema catalán es un
problema español que va más allá de la aritmética de
una investidura
Neus Tomàs
12/06/2019
Después de cuatro meses de juicio, 52 sesiones, y tras
escuchar a más de 500 testigos, el juicio del procés ha
quedado visto para sentencia. El fallo que dicte el Tribunal
Supremo puede ser un escarmiento o allanar la vía
política, la única que puede resolver este conflicto. El mal
llamado problema catalán es un problema español que va
más allá de la aritmética de una investidura.
Para algunos serán pocos, para otros serán muchos. Habrá
quien quiera hacer ver que no existen y otros que seguirán
calculando mal y pensando que son más de los que son. Se
interprete como se interprete, el único dato incuestionable
es que hay dos millones de catalanes que elección tras
elección insisten en votar a formaciones que reivindican
una separación del resto de España.
Aunque gane elecciones y siga manteniendo la mayoría
parlamentaria, el secesionismo sufre una evidente crisis de
liderazgo. Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se hablan
lo justo y a través de emisarios mientras en el Palau de la
Generalitat la política ni está ni se la espera. Pero el
independentismo tiene un referente moral, un ideólogo que
supera las fronteras partidistas y que seguramente por ello
puede ser un guía casi espiritual que reconforte a este
movimiento en un momento de desorientación. Este
referente es Jordi Cuixart.
El presidente de Òmnium Cultural, que a pesar de las
propuestas que ha recibido nunca ha querido entrar en una
lista electoral, se ha convertido en la voz que mejor
empatiza con los diferentes sectores del independentismo,
enfrascados en luchas cainitas cuyo único propósito es
acaparar poder y en su alegato final ante el tribunal que lo
juzga lo ha vuelto a demostrar.
Cuixart reivindica la desobediencia civil, que no es la
misma que la institucional, como instrumento de protesta.
El presidente de Òmnium ni ocupaba ni ocupa ningún
cargo político. Ni tenía en sus manos aprobar leyes ni
tampoco convocar elecciones. Es evidente que no era un
simple espectador de las decisiones que tomó el Gobierno
de Puigdemont, pero si durante estos meses de juicio del
procés ha habido un activista sentado en el banquillo de
los acusados, ha sido él. No pudo malversar porque no
manejaba presupuestos públicos y se le puede acusar de
haber participado en la organización de decenas de
protestas; pero de ahí a la petición por rebelión y a la
condena de 17 años de cárcel que le pide la Fiscalía hay un
trecho que no puede considerarse admisible.
"No vamos a dejar de protestar", proclamó Cuixart este
miércoles. El presidente de Òmnium respeta y se hace
respetar, es coherente hasta las últimas consecuencias que
pueden no ser pocas, y es alguien que remueve la
conciencia de quienes creen que los jueces pueden hacerle
el trabajo sucio a la política.
El independentismo se ha equivocado y volverá a hacerlo
si no es capaz de ver que Catalunya es un todo muy plural
y no sólo su mitad electoral, si no entiende que debe
reconocer a quienes no quieren separarse del resto de
España, y que ni en derecho ni en política todo vale. Las
togas no lo deberían poder todo. Del mismo modo, las
mayorías parlamentarias no están legitimadas para hacer
lo que les venga en gana.
La mejor crónica de lo que pasó entre la primavera y
octubre del 2017 la hizo el abogado Xavier Melero en su
intervención final al relatar con precisión jurídica y
agudeza política cómo el procés tuvo más de tomadura de
pelo que de épica. Pero quien crea que una sentencia
ejemplarizante rubricará el fin del independentismo es que
sigue sin entender qué pasa en Catalunya.
https://www.eldiario.es/zonacritica/manos-Marchena_6_909269091.html
Los postulantes
Los postulantes. Supongo que debe haberlos en todos
los departamentos, así que está a la vista una
remodelación de gobierno o un gobierno nuevo
El mundo de la Justicia, al menos el de las élites del
foro, no es que sea ajeno a esta tradición sino que es,
quizá, uno de los más dados a este sabroso cotilleo
Elisa Beni
12/06/2019 21:30h
"Las informaciones que dicen que algo no ha pasado siempre me resultan interesantes. Hay cosas que
sabemos que sabemos. También hay cosas desconocidas conocidas, es decir que sabemos que hay
algunas cosas que no sabemos. Pero también hay cosas desconocidas que desconocemos, las que no
sabemos que no sabemos"
Donald Rumsfeld
Puede que sea una de los guiños mágicos de nuestra rica
lengua, siempre me ha chocado que con la misma palabra
pueda nombrarse a la acción de salir a pedir con una hucha
por la calle y a la de querer ser ministro u otra cosa.
Postulante. Si uno confiesa que ha vivido, y tras el maestro
todos podemos, no tiene por qué no reconocer que ha sido
postulante. Yo lo fui. Del Domund. Del hambre en el
mundo. De no sé cuántas huchas de cuántos colores allí en
la vida del cole de monjas. Nunca probé, sin embargo, la
otra acepción y es de esa de la que quiero hablarles.
Los postulantes. Supongo que debe haberlos en todos los
departamentos, así que está a la vista una remodelación de
gobierno o un gobierno nuevo. En nuestro país siempre ha
habido dos modalidades, a cual más peligrosa, postularte o
que te postulen. Ambas suelen acabar de forma
catastrófica para el interesado si bien en la última hay un
punto de malicia que pudo ser maquiavélico en su día pero
que hoy no deja de ser un clásico: que te postulen para
quemarte, que te den por seguro para impedir que llegues.
No tendremos inconveniente en asumir que es una
especialidad patria que aquí en Madrid resulta tan castiza
como las rosquillas tontas.
El mundo de la Justicia, al menos el de las élites del foro,
no es que sea ajeno a esta tradición sino que es, quizá, uno
de los más dados a este sabroso cotilleo, a esta pérfida
venganza, a esta deliciosa maldad. Observarla es un
pasatiempo que solo desespera, supongo, a los que tienen
poco o mucho que perder en el intento. Así que en las
últimas semanas hay todo un murmullo soterrado sobre los
postulantes para ocupar la silla en la que aún sienta sus
reales Dolores Delgado. Verán que aquí la maldad es ultra
refinada pues permite a la vez dar por muerto a uno
mientras te escucha moverle la silla por si está aún vivo
y hacer el ditirambo de proponer a un seguro sustituto por
si consigues quemarlo para que no lo sea.
Curiosamente son los digitales de tendencia conservadora
los que se muestran como depositarios del pensamiento
íntimo y único de Pedro Sánchez. Casi todas las
informaciones que dan por defenestrada a Delgado y que
colocan en la casilla de salida, fija y refija, al eterno
candidato Juan Carlos Campo pertenecen a este ámbito
editorial. Por ellos hemos sabido cosas tan jugosas como
que el presidente en funciones, Pedro Sánchez, está
haciendo una especie de sondeo entre las asociaciones de
jueces y fiscales para ver a quién prefieren en todos los
morrazos de su actual ministra y como si esto fuera lo
suyo, consultar a los afectados por el ministro que
prefieren o incluso que lo de Campo es seguro y no hay
más de qué hablar.
Yo ni quito ni pongo rey, ni ministro, obviamente, pero no
puedo dejar de oír los comentarios que llegan de aquí y de
allá y que en el fondo sí dejan constancia de todo el pastel
de poder que se juega en la próxima legislatura en el
tablero de Justicia. Así que hay mucho preocupado, mucho
ocupado y, por qué no decirlo, mucho desocupado.
También mucho ocurrente. El postulamiento de Campo da
para mucho en este terreno. No hay nadie en el mundillo
jurídico o político que no sepa que Campo es compañero
sentimental de Meritxell Batet, actual presidenta del
Congreso. Por eso, los desocupados se entretienen
haciendo chistes sobre lo que supondría que un miembro
del Tercer Poder en excedencia fuera nombrado miembro
del Segundo Poder mientras comparte su vida con la
presidenta del Primero. Sucede que, aunque lo presenten
como una broma referida a una situación personal, no lo es
tanto. No se conoce precedentes de una liaçon así desde
Montesquieu y es seguro que daría para un permanente
machaque de la oposición. Eso sí, si broma con broma se
paga, a los que tal chiste ríen podríamos contestarles que
en tal hipotética pareja, una ruptura podría ser la
escenificación total de la separación de poderes.
Lo que les cuento en tono casi de chascarrillo no es sino la
escenificación de todo lo que se tiene que mover en ese
negociado en la legislatura que acaba de empezar. No solo
son las leyes pendientes sino, y por encima de todo, la
renovación del Consejo General del Poder Judicial que
está pendiente desde el fallido intento abortado por Cosidó
y sus puertas traseras. De ahí depende el futuro de muchas
carreras profesionales y de mucha ambiciones fíjense qué
bonito quedaría que les dijera que de los intereses de los
ciudadanos; pero no voy a ser tan cínica en un amplio
espectro que abarca desde la posible pérdida de influencia
de la Asociación Profesional de la Magistratura que es
reina en el reparto de la tarta de cargos, hasta el futuro de
Manuel Marchena, que sigue aspirando a ser presidente
del Tercer Poder. Ni que decir tiene que también están en
juego las ambiciones de muchos progresistas. La cuestión
del procés y asuntos aledaños, el espinoso tema de la
exhumación de Franco o las previsibles huelgas de jueces,
a tenor de que su situación no mejora, han convertido a
este ministerio en un foco de poder político que no en
todas las legislaturas atesora. Abundan pues los
postulantes, también de la misma asociación fiscal que la
actual ministra, y otros que andan por el entorno de otros
ministros poderosos, dado que ahora sí se juega a cosa
hecha, con una legislatura de cuatro años por delante, y no
hace un año cuando había que decir que sí sin saber si la
silla te iba a durar algo más de unos meses.
En todo caso se trata de una prerrogativa personal del
presidente del Gobierno y dudo mucho que haya quien
tenga seguridad sobre las decisiones que tomará en su
gabinete. Ni muchos ministros actuales les pondrían la
mano en el fuego por cuál puede ser el diseño. Tampoco
podemos saber hasta que punto le pesan a Sánchez las
lealtades y las travesías del desierto porque hay elementos
para pensar que es muy sensible a estas cuestiones y eso
beneficiaría a Delgado y otros, como la decisión de dejar
en Ferraz a algunos de sus más próximos, que indican que
llegada la hora los sentimentalismos no le frenan.
Yo no tengo más clarividencia que otros muchos. Sigo con
curiosidad la operación 'quememos al soldado Campo',
que para otros es 'postulemos al amigo Campo', porque a
la vez levanta las voces que relatan algunos malestares que
ha sembrado en el Grupo Parlamentario Socialista, las
voces dentro del sector que recuerdan el soberbio
secretario de Estado que hizo y, en toda su ingenuidad,
hasta el sindicato Comisiones Obreras que se ha lanzado
ya a protestar por si le nombran.
Yo, ¿les he dicho ya que me daba cierta vergüenza coger
la hucha?
https://www.eldiario.es/zonacritica/postulantes_6_909269074.html
’Years and Years’ es la serie del momento (y
no sólo porque independice Catalunya)
https://www.facebook.com/sharer/sharer.php?
u=https://www.lavanguardia.com/series/mejores-
series/20190613/462851256622/years-and-years-serie-hbo-espana-critica-
distopia.htmlhttps://twitter.com/intent/tweet?text=%E2%80%99Years and Years
%E2%80%99 es la serie del momento (y no s%C3%B3lo porque independice
Catalunya)&url=https://www.lavanguardia.com/series/mejores-
series/20190613/462851256622/years-and-years-serie-hbo-espana-critica-
distopia.html
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El futuro que presenta parece la inevitabilidad del ahora
En un panorama televisivo tan poblado no hay mejor
publicidad que aparecer de repente en la conversación
social y mediática. En el caso de Years and Years, se habla
de ella por estos lares por razones políticas. En un episodio
de su primera temporada se explica que Catalunya en 2027
es independiente después de que la familia real tuviera que
hui a Mónaco, volviera la peseta y un partido extremista
intentase expulsar de España a cualquier persona que no
tuviera la nacionalidad. Pero, más allá de esta anécdota
soberanista que pone los dientes largos a más de dos
millones de catalanes, hay motivos para ver la serie en
HBO España. Es, de hecho, imprescindible.
El creador detrás de la obra de la BBC es Russell T.
Davies, el guionista que en 1999 hizo la revolucionaria
serie Queer as Folk centrada en el día a día de hombres
homosexuales en el Reino Unido, que en 2005 relanzaría
con éxito el clásico de Doctor Who con Christopher
Eccleston en el papel principal (que después encarnaría
David Tennant en la segunda temporada de la nueva era) y
que ha escrito otras obras estimulantes
como Torchwood y Cucumber.
La familia Lyons sufrirá las consecuencias de las malas
decisiones de la humanidad. (BBC)
La fórmula de Years and years es imprevista. Por un lado,
es un drama familiar centrado en los Lyons, unos
hermanos ya adultos, cada uno con su propia vida y sus
propios problemas: Stephen (Rory Kinnear) está casado
con una mujer negra y tienen dos hijas; Daniel (Russell
Tovey) es homosexual y tiene una relación estable; Edith
(Jessica Hynes) es una activista que anda por el mundo
intentando mejorar el planeta; y Rosie (Ruth Madeley) es
una mujer con espina bífida y madre soltera de dos
hijos. Por el otro lado, la serie es una distopía sobre un
futuro cercano que resulta demasiado factible.
Para ser exactos, la serie comienza en el presente y pronto
se instala en un futuro próximo. Lo interesante es que no
se distancia lo suficiente de los referentes que tenemos
hoy en día como para distanciarnos emocionalmente de lo
que nos cuenta. Vemos una tertuliana populista (Emma
Thompson) con ínfulas políticas,escuchamos hablar de las
tensiones entre China y Estados Unidos, se sustituyen los
refugiados de Siria por los de Ucrania, y tenemos un
futuro tan creíble y tan inquietante que te provocará
pesadillas. Leerás las noticias con otros ojos, unos más
presos del pánico.
Russell Tovey, un habitual de las series. (BBC)
Se podría decir que Russell T. Davies encaja tres filosofías
en una misma serie. Incluye el temor hacia las nuevas
tecnologías de Black Mirror, en el sentido que cala muy
bien lo que enfatizan de la especie humana (sólo hay que
escuchar el concepto transhumano del primer episodio
para ver que supera cualquier idea de la última temporada
de Black Mirror ). Incluye un aviso muy potente al
momento político actual, de la misma forma que El cuento
de la criada también nos avisa de nuestro porvenir si no
vigilamos con los populismos y la extrema derecha.
Y finalmente nos encandila con unas dinámicas familiares
que podrían ser las de Cinco hermanos, sólo que con un
telón de fondo de miedo.
Es de esas series que empiezan en estado de gracia y que
te obligan a plantearte hasta qué punto esa inspiración es
sostenible largo plazo. Pero Russell T. Davies aprieta el
acelerador en cada minuto con un ritmo endiablado, unos
viajes al futuro que te dejan sin aliento y unas tramas que
se niegan a estancarse, y como espectador no te queda otra
opción que aplaudir y rezar para que ese futuro, que
parece a la vuelta de la esquina, no se cumpla. ¿Abrimos
los ojos un poquito para evitarlo?
https://www.lavanguardia.com/series/mejores-
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