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El Embarazo
Home / Complicaciones del Embarazo / Infección del Tracto Urinario (ITU) Durante el Embarazo
Preeclampsia
Es la presiòn arterial alta y signos de daño hepàtico o renal que ocurren en las mujeres después de la semana 20
de embarazo. Si bien es poco frecuente, la preeclampsia también se puede presentar en una mujer después de dar
a luz a su bebé, casi siempre dentro de las siguientes 48 horas. Esto se denomina preeclampsia posparto.
Eclampsia
Es el comienzo de convulsiones o coma en una mujer embarazada con preeclampsia. Estas convulsiones no están
relacionadas con una afección cerebral existente.
Causas
La causa exacta de la eclampsia no es conocida. Los siguientes factores pueden jugar un papel:
Problemas vasculares
Factores cerebrales y del sistema nervioso (neurológicos)
Dieta
Genes
La eclampsia se presenta después de una afección llamada preeclampsia. Esta es una complicación del embarazo
en la cual una mujer presenta presión arterial alta y otras afecciones.
La mayoría de las mujeres con preeclampsia no siguen teniendo convulsiones. Es difícil predecir cuáles mujeres sí
las tendrán. Las mujeres con alto riesgo de sufrir convulsiones con frecuencia padecen preeclampsia grave con
signos y síntomas como:
Exámenes sanguíneos anormales
Dolores de cabeza
Presión arterial muy alta
Cambios en la visión
Dolor abdominal
Sus probabilidades de presentar preeclampsia aumentan cuando:
Usted tiene 35 años o más.
Es afroamericana.
Este es su primer embarazo.
Tiene diabetes, presión arterial alta o enfermedad renal.
Va a tener más de 1 bebé (como gemelos o trillizos).
Usted es adolescente.
Síntomas
Los síntomas de la eclampsia incluyen:
Convulsiones
Agitación intensa
Pérdida del conocimiento
La mayoría de mujeres tendrá estos síntomas de preeclampsia antes de tener convulsiones:
Dolores de cabeza
Náuseas y vómitos
Dolor de estómago
Hinchazón de las manos y la cara
Problemas de visión, tales como pérdida de la visión, visión borrosa, visión doble o puntos ciegos en el campo visual
Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico para buscar las causas de las convulsiones. Se
verificarán regularmente su presión arterial y frecuencia respiratoria.
Se pueden realizar exámenes de sangre y orina para verificar:
Factores de coagulación sanguínea
Creatinina
Hematocrito
Ácido úrico
Actividad hepática
Conteo de plaquetas
Proteína en orina
Tratamiento
Dar a luz al bebé es el principal tratamiento para evitar que la preeclampsia grave progrese a eclampsia. Permitir
que el embarazo continúe puede ser peligroso tanto para usted como para el bebé.
Le pueden suministrar medicamentos para prevenir las convulsiones. Estos medicamentos se denominan
anticonvulsivos.
Su proveedor puede darle medicamentos para disminuir la presión arterial alta. Si su presión arterial permanece
alta, el parto puede ser necesario, incluso si es antes de la fecha prevista del parto del bebé.
Posibles complicaciones
Las mujeres con eclampsia o preeclampsia tienen un riesgo mayor de:
Separación de la placenta (desprendimiento prematuro de placenta)
Parto prematuro que lleva a complicaciones en el bebé
Problemas de coagulación de la sangre
Accidente cerebrovascular
Prevención
Recibir atención médica durante el embarazo es importante para prevenir complicaciones. Esto permite que
problemas como la preeclampsia se puedan tratar a tiempo.
Conseguir tratamiento para la preeclampsia puede prevenir la eclampsia.
Amenaza de aborto
Es un estado que sugiere que se podría presentar un aborto espontáneo. Esto puede suceder antes de la semana
20 del embarazo.
Causas
Algunas mujeres embarazadas experimentan algún sangrado vaginal, con o sin cólicos abdominales, durante los
primeros 3 meses del embarazo. Cuando los síntomas indican que es posible que se presente un aborto
espontáneo, la afección se denomina "amenaza de aborto". (Esto se refiere a un episodio que ocurre de manera
natural y no a abortos médicos o quirúrgicos).
El aborto espontáneo es común. Pequeñas caídas, lesiones o estrés durante el primer trimestre de embarazo
pueden causarlo. Se presenta en casi la mitad de todos los embarazos. La probabilidad de un aborto espontáneo
es más alta en mujeres mayores. Cerca de la mitad de las mujeres que presentan sangrado en el primer trimestre
sufrirá un aborto espontáneo.
Síntomas
Los síntomas de una amenaza de aborto incluyen:
Sangrado vaginal durante las primeras 20 semanas de embarazo (el último período menstrual fue hace menos de 20
semanas). El sangrado vaginal se presente en casi todas las amenazas de aborto espontáneo.
Cólicos abdominales también se pueden presentar. Si los cólicos abdominales se presentan en ausencia de sangrado
significativo, consulte a su proveedor de atención médica para detectar otros problemas aparte del aborto espontáneo.
Nota: durante un aborto espontáneo, se puede presentar lumbago o dolor abdominal (sordo o agudo, constante o
intermitente). Se puede dar expulsión de tejido o material con apariencia de coágulos a través de la vagina.
Pruebas y exámenes
Su proveedor puede realizar un ultrasonido abdominal o vaginal para verificar el desarrollo del bebé y sus latidos
cardíacos, además de la cantidad de sangrado. Se realizará un examen pélvico para revisar su cuello uterino.
Se pueden hacer los siguientes exámenes de sangre:
Examen de beta GCH (cuantitativa) durante un período de días o semanas para confirmar si el embarazo continúa
Conteo sanguíneo completo (CSC) para determinar la presencia de anemia
Nivel de progesterona
Conteo de glóbulos blancos con fórmula leucocitaria para descartar una infección
Tratamiento
Aparte de controlar la pérdida de sangre, puede que no necesite un tratamiento en particular. Si usted es RH
negativa, se le puede proporcionar inmunoglobulina. Le pueden solicitar que evite o restrinja algunas actividades.
Generalmente se recomienda no tener relaciones sexuales hasta que los signos de alarma hayan desaparecido.
Expectativas (pronóstico)
La mayoría de las mujeres con amenaza de aborto continúan y tienen un embarazo normal.
Las mujeres que han tenido dos o más abortos espontáneos seguidos son más propensas a sufrir otro aborto
espontáneo que el resto de las mujeres.
Posibles complicaciones
Las complicaciones pueden incluir:
Anemia derivada de un pérdida de sangre de moderada o grave, lo cual ocasionalmente requiere una transfusión
sanguínea.
Infección.
Aborto espontáneo.
El médico se asegurará de que se presentan no se deban a un embarazo ectópico, una complicación potencialmente
mortal.
Cuándo contactar a un profesional médico
Si usted sabe que está (o que puede estar) embarazada y presenta cualquier síntoma de amenaza de aborto,
acuda a una consulta prenatal con su proveedor de inmediato.
Prevención
La mayoría de los abortos espontáneos no pueden prevenirse. La causa más común es una anormalidad genética
en el desarrollo del embarazo. Si usted tiene dos o más abortos espontáneos, debe consultar con un especialista
para saber si la afección que usted tiene y que está causando los abortos espontáneos se puede tratar. Las
mujeres que reciben cuidado prenatal tienen mejores resultados en el embarazo para ellas y sus bebés.
Un embarazo saludable es más probable cuando usted evita factores dañinos durante el embarazo, como:
Alcohol
Enfermedades infecciosas
Ingesta alta en cafeína
Drogas recreativas
Radiografías
Tomar vitaminas prenatales o suplementos de ácido fólico antes de embarazarse y durante el embarazo puede
disminuir el riesgo de sufrir un aborto espontáneo y aumentar las probabilidades de tener un bebé saludable.
Es mejor tratar los problemas de salud antes de quedar embarazada que esperar a ya estarlo. Los abortos
espontáneos causados por enfermedades que afectan todo su cuerpo, como presión arterial alta, son poco
comunes. Pero usted puede prevenir un aborto espontáneo detectando y tratando la enfermedad antes de
embarazarse.
Otros factores que pueden incrementar su riesgo de sufrir un aborto espontáneo incluyen:
Obesidad
Problemas de la tiroides
Diabetes no controlada
Dolor abdominal
Es el dolor que se siente en el área entre el pecho y la ingle, a menudo denominada región estomacal o vientre.
Consideraciones
Casi todos experimentamos alguna vez dolor en el abdomen y, la mayoría de las veces, no es algo serio.
La intensidad del dolor no siempre refleja la gravedad de la afección que lo causa.
Por ejemplo, usted podría sentir dolor abdominal fuerte si tiene gases o cólicos estomacales debido a
una gastroenteritis viral.
Sin embargo, afecciones mortales, como el cáncer de colon o una apendicitis precoz, pueden causar solo un dolor
leve o ningún dolor.
Otras maneras de describir el dolor en el abdomen abarcan:
Dolor generalizado: esto significa que usted lo siente en más de la mitad del abdomen. Este tipo de dolor es más típico de
un virus estomacal, indigestión o gases. Si el dolor se vuelve más intenso, puede ser causado por un bloqueo de los
intestinos.
Dolor localizado: se presenta en solo una zona del abdomen. Es más probable que este tipo de dolor sea un signo de un
problema en un órgano, como el apéndice, la vesícula biliar o el estómago.
Dolor tipo calambre: la mayoría de las veces este dolor no es grave y es más probable que se deba a gases y distensión.
Con frecuencia va seguido de diarrea. Los signos más preocupantes abarcan dolor que se presenta con más frecuencia,
dura más de 24 horas o está acompañado de fiebre.
Dolor tipo cólico: este tipo de dolor viene en oleadas, por lo regular empieza y acaba repentinamente, y con frecuencia es
intenso. Los cálculos renales y biliares son causas comunes de este tipo de dolor abdominal.
Causas
Muchas afecciones diferentes pueden causar dolor abdominal. La clave está en saber cuándo se debe buscar
atención médica de inmediato. Algunas veces, tal vez solo sea necesario llamar a un proveedor de atención médica
si los síntomas continúan.
Las causas menos serias de dolor abdominal incluyen:
Estreñimiento
Síndrome del intestino irritable
Alergias o intolerancia a medicamentos (como la intolerancia a la lactosa)
Intoxicación alimentaria
Gastroenteritis vírica epidémica
Otras posibles causas incluyen:
Apendicitis
Aneurisma aórtico abdominal (abultamiento y debilitamiento de la arteria más importante del cuerpo)
Oclusión o bloqueo intestinal
Cáncer del estómago, el colon (intestino grueso) y otros órganos
Colecistitis (inflamación de la vesícula) con o sin cálculos
Disminución del riego sanguíneo a los intestinos (isquemia intestinal)
Diverticulitis (inflamación e infección del colon)
Acidez gástrica, indigestión o reflujo gastroesofágico (ERGE)
Enfermedad intestinal inflamatoria (enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa)
Cálculos renales
Pancreatitis (inflamación o infección del páncreas)
Úlceras
Algunas veces, el dolor abdominal puede deberse a un problema en alguna otra parte en el cuerpo, como el tórax o
la zona pélvica. Por ejemplo, a usted le puede dar dolor abdominal si tiene:
Cólicos menstruales intensos
Endometriosis
Fatiga muscular
Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
Embarazo tubárico (ectópico)
Ruptura de un quiste ovárico
Infecciones urinarias
Cuidados en el hogar
Usted puede intentar las siguientes medidas de cuidados en el hogar para aliviar el dolor abdominal leve:
Tome agua u otros líquidos claros. Puede tomar bebidas para deportistas en pequeñas cantidades. Las personas con
diabetes deben evaluarse el azúcar en la sangre con regularidad y hacer ajustes en los medicamentos en la medida de lo
necesario.
Evite los alimentos sólidos durante las primeras horas.
Si ha estado vomitando, espere 6 horas y luego consuma pequeñas cantidades de alimentos ligeros, como arroz, compota
de manzana o galletas. Evite los productos lácteos.
Si el dolor se presenta en la parte superior del abdomen y ocurre después de las comidas, los antiácidos pueden brindar
algún alivio, especialmente si experimenta acidez gástrica o indigestión. Evite los cítricos, los alimentos ricos en grasa,
los fritos o grasosos, productos con tomate, cafeína, alcohol y bebidas carbonatadas.
No tome ningún medicamento sin consultarlo con su proveedor.
Estos pasos adicionales pueden ayudar a prevenir algunos tipos de dolor abdominal:
Beber mucha agua todos los días.
Comer comidas pequeñas con más frecuencia.
Hacer ejercicio con regularidad.
Limitar los alimentos que producen gas.
Asegurarse de que sus comidas sean bien equilibradas y ricas en fibra. Comer muchas frutas y verduras.
Cuándo contactar a un profesional médico
Busque ayuda médica de inmediato o llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) si:
Actualmente está recibiendo tratamiento para el cáncer
Es incapaz de evacuar las heces, especialmente si también está vomitando
Está vomitando sangre o presenta sangre en las heces (en especial, si son de color rojo brillante, marrón o negro oscuro
y pegajosas)
Tiene dolor en el tórax, el cuello o los hombros
Presenta dolor abdominal fuerte y repentino
Tiene dolor en o entre los omóplatos con náuseas
Su vientre está rígido, duro y sensible al tacto
Está o podría estar en embarazo
Tuvo una lesión reciente en el abdomen
Tiene dificultad para respirar
Llame a su proveedor si presenta:
Molestia abdominal que dura 1 semana o más
Dolor abdominal que no mejora en 24 a 48 horas o que se está volviendo más intenso y frecuente y ocurre con náuseas y
vómitos
Distensión abdominal que persiste por más de 2 días
Sensación de ardor al orinar o micción frecuente
Diarrea por más de 5 días
Fiebre, por encima de 100°F (37.7ºC) para los adultos o 100.4°F (38ºC) para los niños, junto con el dolor
Inapetencia prolongada
Sangrado vaginal prolongado
Pérdida de peso inexplicable
Lo que se puede esperar en el consultorio médico
Su proveedor llevará a cabo un examen físico y preguntará acerca de la historia clínica y los síntomas. Los
síntomas específicos, la localización del dolor y cuándo ocurre le ayudarán a su proveedor a detectar la causa.
UBICACIÓN DEL DOLOR
¿Dónde siente el dolor?
¿El dolor está en todas partes o en un lugar específico?
¿El dolor se irradia a la espalda, la ingle o pierna abajo?
TIPO E INTENSIDAD DEL DOLOR
¿Es el dolor intenso, agudo o tipo cólico?
¿Lo siente a toda hora o aparece y desaparece?
¿El dolor le despierta por la noche?
ANTECEDENTES DEL DOLOR
¿Ha tenido un dolor similar antes? ¿Cuánto ha durado cada episodio?
¿Cuándo ocurre el dolor? Por ejemplo, ¿después de las comidas o durante la menstruación?
¿Qué lo empeora? Por ejemplo, ¿comer, el estrés o acostarse?
¿Qué lo mejora? Por ejemplo, ¿tomar leche, tener una deposición, tomar un antiácido?
¿Qué medicamentos está tomando?
OTROS ANTECEDENTES MÉDICOS
¿Ha tenido una lesión reciente?
¿Está embarazada?
¿Qué otros síntomas tiene?
Los exámenes que pueden realizarse son:
Enema opaco
Exámenes de sangre, orina y de heces
Tomografía computarizada
Colonoscopia o sigmoidoscopia (sonda que va desde el recto hasta el colon)
ECG (electrocardiografía) o rastreo cardíaco
Ecografía abdominal
Endoscopia de vías digestivas altas (sonda que va desde la boca, pasa por el esófago, el estómago y la parte superior del
intestino delgado)
Tránsito esofagogastroduodenal y de vías digestivas altas
Radiografía del abdomen
Diabetes gestacional
Es la presencia de azúcar alta (glucosa) en la sangre que empieza o se diagnostica por primera vez durante el
embarazo.
Causas
Las hormonas del embarazo pueden bloquear el trabajo que hace la insulina. Cuando esto sucede, los niveles de
azúcar en sangre de una mujer embarazada pueden incrementar.
Usted está en mayor riesgo de padecer diabetes gestacional si:
Tiene más de 25 años al quedar embarazada
Proviene de un grupo étnico con un mayor riesgo, como latino, afroamericano, nativo americano, asiático o de las islas
del Pacífico
Tiene antecedentes familiares de diabetes
Dio a luz a un bebé que pesó más de 9 libras (4 kg) o que tuvo una anomalía congénita
Tiene hipertensión arterial
Tiene demasiado líquido amniótico
Ha tenido un aborto espontáneo o mortinato de manera inexplicable
Tenía sobrepeso antes del embarazo
Aumentó excesivamente de peso durante su embarazo
Presenta síndrome de ovario poliquístico
Síntomas
En la mayoría de los casos, no se presentan síntomas. El diagnóstico se realiza durante un estudio prenatal de
rutina.
Se pueden presentar síntomas moderados, como demasiada sed o temblores. Regularmente estos síntomas no
ponen en riesgo la vida de la mujer embarazada.
Otros síntomas podrían incluir:
Visión borrosa
Fatiga
Infecciones frecuentes, entre ellas las de vejiga, vagina y piel
Aumento de la sed
Incremento de la micción
Pruebas y exámenes
En la mayoría de los casos, la diabetes gestacional empieza en la mitad del embarazo. Todas las mujeres
embarazadas deben recibir una prueba oral de tolerancia a la glucosa (prueba de tolerancia a la glucosa) entre la
semana 24 y 28 del embarazo para detectar la afección. Las mujeres que tengan factores de riesgo para este tipo
de diabetes pueden hacerse este examen más temprano en el embarazo.
Una vez que le diagnostican diabetes gestacional, puede ver cómo está evolucionando midiendo su nivel de
glucosa en casa. La forma más común consiste en punzar un dedo y colocar una gota de sangre en un aparato que
le dará una lectura de su nivel de glucosa.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son mantener los niveles de azúcar en la sangre (glucosa) dentro de los límites
normales durante el embarazo y asegurarse de que el feto esté saludable.
VIGILANCIA DEL BEBÉ
Su proveedor de atención médica debe tenerla a usted y a su bebé bajo control a lo largo de todo el embarazo.
Con el monitoreo fetal, se evalúa el tamaño y la salud del feto.
Una cardiotocografía en reposo es un examen indoloro y muy sencillo para usted y su bebé.
Se coloca una máquina que percibe y muestra los latidos cardíacos del bebé (monitor fetal electrónico) sobre su
abdomen.
Su proveedor puede comparar el patrón de latidos del bebé con los movimientos y averiguar si el bebé está bien.
DIETA Y EJERCICIO
En muchos casos, comer alimentos saludables, mantenerse activo y controlar su peso es todo lo que necesita para
tratar la diabetes gestacional.
La mejor manera de mejorar su alimentación es consumir una variedad de alimentos saludables. Usted debe
aprender a leer las etiquetas de los alimentos y revisarlas al tomar decisiones sobre estos. Hable con su proveedor
si usted es vegetariana o sigue alguna otra dieta especial.
En general, cuando usted tiene diabetes gestacional su dieta debe:
Ser moderada en grasa y proteína.
Suministrarle carbohidratos a través de alimentos que incluyan frutas, verduras y carbohidratos complejos (tales como
pan, cereal, pasta y arroz).
Incluir poca cantidad de alimentos que contengan mucho azúcar, tales como bebidas gaseosas, jugos de fruta y panes
dulces.
Hable con su proveedor sobre las actividades físicas que usted puede realizar. Realizar ejercicio de bajo impacto
como nadar, caminata rápida, o utilizar una máquina elíptica es seguro para controlar el azúcar en su sangre y su
peso.
Si la dieta y el ejercicio no controlan los niveles de azúcar en la sangre, se le pueden recetar medicamentos o
tratamiento con insulina para controlar la diabetes.
Expectativas (pronóstico)
Existe mucho riesgo de padecer diabetes durante el embarazo si no se controla el azúcar en la sangre. Con un
buen control, la mayor parte de los embarazos tiene resultados positivos.
Las mujeres embarazadas que padecen diabetes gestacional tienden a tener bebés más grandes al nacer. Esto
puede aumentar la probabilidad de problemas en el momento del parto, como:
Lesión (traumatismo) al nacer debido al gran tamaño del bebé
Parto por cesárea
El bebé es más propenso a tener períodos de nivel bajo de azúcar en la sangre (hipoglucemia) durante los
primeros días de vida y puede necesitar ser vigilado en una Unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN)
durante algunos días.
Las madres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de sufrir hipertensión arterial durante el embarazo.
Después del parto
Sus niveles altos de azúcar (glucosa) en la sangre suelen volver a la normalidad.
Usted debe ser vigilada cuidadosamente para buscar signos de diabetes durante los siguientes 5 a 10 años después del
parto.
Cuándo contactar a un profesional médico
Consulte con su proveedor si está embarazada y tiene síntomas de diabetes.
Prevención
Recibir cuidado prenatal tempranamente y tener revisiones regulares ayuda a mejorar su salud y la de su bebé.
Someterse a pruebas de detección prenatales entre las semanas 24 y 28 del embarazo ayudará a detectar la
diabetes gestacional de manera temprana.
Si usted tiene sobrepeso, bajar su peso de vuelta a un índice de masa corporal (IMC) normal disminuirá su riesgo
de presentar diabetes gestacional.