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Recopilación de artículos
José Antonio
FORTEA
Editorial Dos latidos
© Copyright José Antonio Fortea Cucurull
Título: Ex scriptorio
Todos los derechos reservados
fortea@gmail.com
www.fortea.ws
ii
Versión para tablet
Versión 2.3 de esta obra
iii
EX SCRIPTORIO
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Recopilación de artículos
José Antonio
FORTEA
iv
Índice
Introducción
Artículos sobre temas eclesiales
1. Dos Papas, dos formas de ministerio 3
Consideraciones eclesiológicas acerca de la simultaneidad de un Papa reinante
con un Papa emérito 3
7. Papas y faraones 58
Paralelismos entre la institución faraónica del Antiguo Egipto y la Corte Papal
58
v
8. De augures paganos a pontífices cristianos 67
Paralelismos entre la antigua religión romana y el cristianismo 67
vi
Artículos sobre otros temas
19. La palabra que resuena en el aire 140
Algunos cuantos consejos acerca de cómo dar conferencias 140
vii
Introducción
Este libro es una recopilación de algunos de mis artículos. Me
ha parecido bien a estas alturas reunirlos todos en una sola obra.
Por un lado para facilitar el que pudieran ser encontrados por los
lectores interesados. Y por otra parte, para que puedan ser citados
por aquellos que desearan incluirlos en alguna obra académica.
1
I parte
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2
1. Dos Papas, dos formas de
ministerio
Consideraciones eclesiológicas acerca de la simultaneidad de un
Papa reinante con un Papa emérito
1
Presentación del libro de Roberto Regoli Oltre la crisi della Chiesa, que tuvo lugar en la Universidad
Gregoriana el 20 de mayo.
3
una profundización en sus brevísimas frases y del por qué de mi
cambio de opinión.
Hay que dejar claro, desde el principio, que el único que tiene
potestad de jurisdicción es el Papa Francisco. Rotunda e
indudablemente, el Papa Francisco es el único Vicario de Cristo. A
él le compete el gobierno de la Iglesia. El asunto de quién gobierna
la Iglesia es algo canónicamente tan incontestable que no merece
que se le dedique más espacio que la mera afirmación: la plenitud
de la jurisdicción papal le compete solo a nuestro santo padre
Francisco, le compete a él de forma plena e indivisa.
4
padre. La paternidad no es un traje que ahora me pongo y después
me quito. Eclesialmente hablando, o se es padre o no se es padre.
5
produce una meditada y anunciada renuncia pública, en presencia
del clero y el pueblo, al ejercicio del gobierno en favor de su
sucesor. ¿Eso significaría que Pedro pasa a no ser nada?
Evidentemente, no.
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es solo una faceta de la paternidad. La paternidad la sigue
manteniendo un padre, por muy anciano que sea, porque a eso no
se puede renunciar. Ningún padre puede renunciar a ser padre.
7
Por supuesto que cabe la posibilidad de un Papa emérito que
crease problemas a su sucesor, por lo que dijera en sus
predicaciones, por sus escritos que suscitasen confrontación con un
Papa reinante, o por los comentarios a otros eclesiásticos si estos
comentarios son mera crítica. En un caso así, el Papa emérito
tendría que obedecer al Papa reinante, sin poder alegar ningún
derecho proveniente de su figura de Papa emérito. En una familia,
un patriarca que ha entregado el gobierno de la viña a su sucesor
no puede retomar ese gobierno alegando que su sucesor hace mal
las cosas. Lo mismo en la Iglesia, ninguna situación de excepción
autorizaría a un Papa emérito a eximirse de la obediencia a su
sucesor.
8
potestad de régimen sería interminable y siempre generadora de
conflictos con otras autoridades como el Colegio Episcopal o el
Colegio Cardenalicio. Aceptar la permanencia de algún tipo de
autoridad de gobierno en un Papa emérito sí que sería internarse en
un laberinto. Porque si se admitiera tal cosa, implicaría admitir que
queda en su persona algo de esa potestad de jurisdicción. Y si es
así, podría darse el caso de un Sumo Pontífice que renunciase
parcialmente a su potestad de jurisdicción, reservándose algunos
aspectos de esa autoridad, no cediendo algunos campos donde
ejercerla.
9
vestida exactamente igual que un Papa, puesto que, en verdad, es
un sucesor de Pedro. Y si viste así también, lógicamente, conviene
que siga manteniendo su nombre pontificio, el tratamiento de Su
Santidad y que se le siga llamando Papa, aunque se le añada el
adjetivo emérito.
10
Desde esta perspectiva, el estatuto del Papa emérito no
plantea ningún conflicto, en cuanto a su futuro, incluso en el caso
de que el que renunciase no fuera muy anciano. La única cosa que
debe tener en cuenta, por simple prudencia, es que su labor debe
ser constructiva, y que, en cualquier caso, está sometido al pastor
que gobierna.
11
un Papa muera siendo Papa, aunque su volumen de trabajo
disminuya con el tiempo.
12
2. ¿Es el obispo el maestro por
antonomasia de su diócesis?
Consideraciones acerca de esta afirmación y ramificaciones hacia
otros aspectos del ejercicio de la función episcopal
14
fueron maestros, se comprende que entre las características
esenciales del episcopado haya estado siempre presente la función
de ser maestro. Presencia de esa función como un aspecto
consustancial con el episcopado, aunque en la Edad Media se hará
cada vez más frecuente la existencia de obispos encargados casi en
exclusiva de la administración y que raramente predicaban.
15
supuesto, que el párroco rural, en el conocimiento de los cánones
de los concilios y los decretos de los sínodos, se encontraba en una
situación cualitativamente inferior.
Por mucho que veneremos la figura del pastor que tiene sobre
sí el tercer grado del orden, no podemos obviar esta cuestión: el
obispo ¿es el garante de la fe o debería ser el garante? No es lo
mismo. En otras funciones episcopales no hay duda alguna, el
obispo ES el que gobierna. El obispo ES el que ejerce el sumo
sacerdocio en los grandes actos cultuales de su diócesis. El obispo
ES el que ejerce su potestas como administrador del sacramento
del orden. Como se ve, en la función de gobierno, en la cultual y
en la sacramental no hay duda alguna, no hay matices que añadir a
la afirmación de lo que es. Pero en la función de enseñar, las cosas
no son tan simples.
16
Imaginemos una diócesis con una prestigiosa facultad de
teología. Indudablemente, lo normal será que en esa universidad
haya teólogos más profundos y brillantes que el obispo. O, como
mucho, el obispo será por su saber uno más en ese cuerpo de
maestros de la ciencia sagrada. Incluso aunque se escogiese
siempre como obispo al mejor y más brillante teólogo del claustro
de profesores, él solo sería el más experto en su especialidad, no en
todas las ramas teológicas. Aunque habrá excepciones, existe una
cierta imposibilidad material de que actualmente el obispo sea la
cima de la teología en su diócesis, dado que la labor en la cúspide
de los maestros siempre se ejerce de un modo colegial. El saber en
una facultad de teología es colegial.
17
La respuesta no es un no absoluto. Se puede afirmar tal cosa
por varias razones: él otorga a sus clérigos el permiso para predicar
la fe de la Iglesia, y ninguno de ellos le puede quitar a él un oficio
que es nativo. Es sucesor de los apóstoles y el oficio de enseñar
resulta indivisible del carácter de apóstol. En todos esos sentidos sí
que se puede afirmar que es el predicador por antonomasia.
18
Otra luz, respecto a la cuestión sobre la que estamos
reflexionando, la podemos encontrar si analizamos esta otra
cuestión: ¿es el obispo el pastor por antonomasia de su diócesis?
En cuanto que los demás pastores son sustituibles y trasladables a
otras diócesis con facilidad, mientras que él encarna la
permanencia del oficio apostólico, en ese sentido, él si que es el
pastor por excelencia entre todos los demás. Pero es una expresión
que, aunque tenga una interpretación correcta, también se presta a
comprensiones no del todo adecuadas. Resulta preferible afirmar
que el obispo es pastor de pastores. ¿Por qué es mejor esta
expresión? Porque los presbíteros son verdaderos pastores de sus
rebaños. No son meros delegados del único pastor de la diócesis.
19
Sería fuente de confusión, nadie lo entendería, si un joven
obispo que llega por primera vez a un pequeño pueblo se sentara
en el centro del presbiterio y les tratase de explicar que él mismo
es el verdadero pastor y que su anciano y venerable párroco ha sido
una figura necesaria, pero menos auténtica que un sucesor de los
apóstoles.
21
prudente o inadecuada o nace de una mala información. Lo dicho
anteriormente nunca es excusa para la desobediencia.
22
su predicación es verdadera en el sentido de que la de sus
presbíteros sea dudosa o menos verdadera o menos legítima.
23
caer las migajas de la mesa a los perros que hay debajo. El carisma
de Pedro es, en definitiva, asistencia de lo alto: directamente de
Dios, inspiración de los ángeles, intercesión de los santos. Esa
asistencia, en un grado distinto, puede descender sobre el obispo.
No de forma automática, solo si es digno y se esfuerza por buscar
la verdad. Por esforzarse me refiero a poner los medios humanos:
estudio, consultas, diálogo, reflexión.
24
decir: asentid a lo que enseño u ordeno porque soy un iluminado de
lo alto. La iluminación celestial existe, pero solo un soberbio
apelaría a ella como criterio para el sometimiento. La gracia de
estado no es una realidad constante, no es una res existens, sino una
illuminatio superveniens, una inspiración, a veces viene y a veces
no. Tan grandiosa es esta ayuda que no dudo en afirmar que se trata
de una pequeña y humilde cierta participación en el carisma de la
infalibilidad petrina. Pero se trata de una realidad a la que uno
jamás de los jamases puede apelar, salvo que uno sea un insensato.
25
sustancialmente menor, recorre o debería recorrer los rangos
jerárquicos de la Iglesia. Si no lo hace, es porque no somos dignos.
No somos dignos del escalafón que ostentamos en la Iglesia de
Dios.
27
eclesial, es decir, de un modo colegial, comunitario. En los casos
dudosos acerca de la ortodoxia, la pureza de la respuesta no se
obtiene como acto de gobierno individual, sino como resultado de
una búsqueda eclesial a través del estudio, la oración y el diálogo.
La iluminación existe, pero el modo ordinario para obtener la
verdad es coral y no personal. Si no fuera así, no habría ninguna
necesidad de realizar estudios teológicos y reuniones en una
diócesis, bastaría un acto autoritativo del obispo y podríamos
ahorrarnos todo ese otro trabajo. ¿Para qué discutir, estudiar y
evaluar, cuando solo tendríamos que preguntar y escuchar? Y lo
mismo valdría para la Iglesia universal, ¿para qué convocar
concilios para discutir las cuestiones dudosas, cuando el Papa
podría resolver todo a base de continuas intervenciones ex
auctoritate?
29
excesos de algún predicador al hablar del obispo. No se hace
ningún favor a los obispos al exaltar a la función episcopal más allá
de lo que es.
30
3. La figura de los arciprestes
Artículo que completa las consideraciones del libro Colegio de
pontífices acerca de esta figura eclesiástica
Hay que partir del hecho de que ningún obispo puede hacer
un seguimiento adecuado de todos sus sacerdotes. Si algún obispo
cree que puede realizar tal cosa, viviendo algunos de sus sacerdotes
en lugares lejanos, y hablando con ellos, personalmente, tres o
cuatro veces al año, se equivoca. ¿Puede un párroco hacer un
seguimiento de un sacristán que viviera a cuatrocientos kilómetros
si ese seguimiento de su persona y trabajo se redujera a
entrevistarse con él cuatro veces al año? Evidentemente, no. Pues,
31
desgraciadamente, esto es lo que sucede en la mayor parte de las
diócesis.
32
He hablado alguna vez con algún obispo y me ha dicho la
dificultad de encontrar sacerdotes así. Me han dado ganas de
preguntarle: ¿en serio que en su diócesis no puede encontrar a diez
sacerdotes que sean los mejores entre todos?
33
de esta manera: de cada presbítero siempre se encarga un sacerdote
santo.
34
para un vicario episcopal que su anciano arcipreste le hiciera notar
los defectos que el clero ve en él y las cosas que se dicen de él.
35
Existe una tendencia a considerar que los tres o cuatro
vicarios episcopales que suele haber en cada diócesis deberían
encargarse de esta función de cuidado de los presbíteros. Pero una
cosa es el gobierno, la organización, la autoridad de la jurisdicción,
y otra muy distinta el acompañamiento paternal, el
acompañamiento de la autoridad espiritual. No solo son funciones
distintas, sino que, muchas veces, perjudica que sea la misma
persona que tiene la autoridad de gobierno (alguien que, además,
es cercano al obispo) la persona con la que hay que sincerarse.
Pero, al principio, hay que tener claro que no solo son dos
cosas distintas, sino que en la mayor parte de los casos la autoridad
de la jurisdicción estorba el otro tipo de acompañamiento, el de la
autoridad espiritual. No es fácil abrir el corazón al que manda, es
más fácil abrirlo a un hermano sacerdote anciano. Eso es así en
todos los ámbitos, no solo en el ámbito eclesiástico. No será fácil
que se abra su alma un empleado a su jefe. Sí que es más fácil abrir
el corazón a un compañero de trabajo. Un vicario episcopal a estos
efectos es visto como un subdirector, no como un compañero.
36
adecuada para realizar esto de forma general. Se requiere un clérigo
encargado de esto ex professo. La edad también será una ayuda.
Siempre es más fácil abrirse al compañero sacerdote anciano.
Por favor, de nuevo les pido a los obispos que lean estas
líneas: No dejéis solos a ningún sacerdote, ni a uno solo. Enviadles
este tipo de ángeles. Haberlos, los hay. Pero, desgraciadamente, a
menudo están arrinconados en una pequeña población. Para que se
pueda ejercer esta labor, el obispo debe explicar a su presbiterio
que, a partir de ahora, los arciprestes van a comenzar a ejercer esta
función con tacto y prudencia, poco a poco. Aunque solo cuando
estén muy consolidados en su puesto, por los años, se les facilitará
realizar esta labor; labor que nunca será fácil.
38
depresión que padece. El obispo puede hacer de padre, pero lo más
razonable es dejar esa labor en manos de alguien que esté cerca y
que tenga un conocimiento de primera mano de la situación. El
obispo difícilmente conocerá tan bien la parroquia de un sacerdote,
como un sacerdote que es vecino de él. El arte de aconsejar y guiar
radica, en buena medida, en el conocimiento que se tiene de
alguien, de la labor que ejerce, de cómo la ejerce y de su modo de
ser. Este conocimiento no se puede suplir con buena voluntad.
39
4. Sobre los obispos y la
capacidad para conocer la verdad
Algunas consideraciones acerca de la desconfianza que hay que
tener acerca de la propia capacidad para no equivocarse al juzgar
a personas o grupos de personas
40
religiosa. Unas veces la cosa está clara tanto en sus causas como en
sus soluciones. En ocasiones no está nada claro el asunto, aunque
se dedique tiempo a investigarlo. Y otras veces, uno cree estar
seguro de cuáles son esos problemas y soluciones, y se equivoca.
Feliz el obispo que cuenta, entre las filas de su clero, con uno,
dos o tres presbíteros que puedan investigar las cosas sin prisa, sin
subjetividad, con perspicacia, sospechando de los propios
prejuicios, sospechando de la misma capacidad para conocer la
verdad.
41
dedicar el tiempo que el asunto requiera, confiados en su mucha
experiencia, confiados en una especie de gracia de estado que les
iluminará. La gracia de estado es una ayuda de Dios que actúa tras
poner los medios naturales para obtener la verdad.
42
poder realizar un juicio adecuado de la situación y personas. Pero
incluso el conocimiento pleno no asegura un juicio adecuado final.
43
5.La posibilidad de que un
protestante pueda recibir la
comunión en una misa católica
Acerca de si existe una imposibilidad absoluta o de conveniencia
de una reforma canónica
44
Vida (del que habla la Biblia en la que ella cree), ¿no se le podría
permitir la recepción de ese don divino?
45
el mismo celo con que se aislaba a un leproso para que la infección
no se extendiera en la comunidad. En esa época no había actos
ecuménicos ni era conveniente que los hubiera. Pero hoy en día la
situación es diferente.
46
de forma absoluta la comunión eclesial perfecta para la recepción
de ese don. Basta una comunión de fe suficiente (aunque no sea
perfecta) para recibir la Eucaristía.
47
misas tengamos de forma ordinaria a miembros presbiterianos,
evangélicos o anglicanos que reciban la sagrada comunión de
manos de ministros católicos.
48
he dicho antes, grandísimas distorsiones, una bola de nieve (bola
de confusión) que cada vez se hubiera hecho más grande. Pero, hoy
día, la razón nos indica que por el lado de la exclusión y la condena
ya lo hemos intentado todo. Ahora queda intentar lo más que
podamos el obrar por el lado del amor. Comprensión y acogida no
es igual a relativismo. El párroco de cada parroquia (que es pastor
en una fe) hará bien en abrir los brazos para recibir a todos. Ojalá
que pronto pueda invitarles a que suban a la mesa donde está Cristo.
49
II parte
..................................................................................................................................
50
6. ¿Dios es laico o sacerdote?
Reflexiones acerca de si el carácter sacerdotal es compatible con
la esencia de la Divinidad.
52
La solución, me parece, está en un hecho: el fin de la gloria
de Dios. El fin de la gloria de Todopoderoso es Dios mismo. Desde
esta afirmación, Dios es un Dios sacerdotal. Dios mismo se ofrece
por nosotros a la mayor gloria de Dios. Es el Dios Infinito quien se
ofrece, aunque solo una Persona se encarne. Es el Dios Uno el que
se ofrece, aunque solo se haga hombre el Hijo. Bajo esta
perspectiva, Dios es sacerdote de sí mismo.
Por muy humilde que sea Dios, ninguna acción suya puede
tener otro fin principal que la glorificación de sí mismo. Esto no es
egoísmo, no puede ser de otra manera. Dios es el centro absoluto
de todo, el fin absoluto de todo. Podría parecer que lo dicho hasta
ahora es un mero juego intelectual, pero ésta es una cuestión de una
profundidad abismal: Dios es un Dios sacerdotal que se ofrece a sí
mismo a su mayor gloria.
Dios es sacerdote, no solo lo es la Palabra Encarnada.
Puede ser todo un descubrimiento entender que Dios es
profundamente sacerdotal. Dios es plenamente Sacerdote, Profeta
y Rey. Esto lo es Dios, por esencia, no solo lo es Jesucristo.
Dios se tiene a sí mismo un respeto sacerdotal. El colmo de
esa gloria, la plenitud de esa glorificación, ha sido el sacrificio de
Él mismo encarnado. Pero es el ser sacerdotal del Dios Uno el que
le ha movido a encarnarse. Dios se siente movido y Dios se
encarna. Intratrinitariamente, es el Padre el que envía al Hijo. Pero
es su misma esencia la que es así, no es una mera cuestión de
decisión. El Dios Uno (y cada una de la Tres Personas) sería
sacerdotal, aunque nunca se hubiera producido la Encarnación y
posterior inmolación. Esta característica de su ser sacerdotal no es
egoísmo, nosotros estamos incluidos en sus designios de amor y
glorificación.
Solo Dios puede comprender íntegramente quien es Dios. Y
por eso Él se tiene un respeto reverencial hacia sí mismo, un respeto
sagrado. Porque solo Él sabe quién es Él. El Ser Infinito es
53
infinitamente humilde, pero no puede olvidar, y no lo olvida, de
que es Dios.
55
los mayores adoradores, no poseen más que una ínfima
participación del amor, admiración, respeto y deseos de glorificar
que tiene el Padre por el Hijo. No es una admiración muy grande
la que tiene Él, es verdadera y auténtica adoración.
56
Por humildad Dios no puede falsear las cosas. Nunca caerá en
exceso, porque su glorificación se limita a Ser. Su gloria consiste
en la conjugación en un eterno presente de indicativo del verbo
SER.
57
7. Papas y faraones
Paralelismos entre la institución faraónica del Antiguo Egipto y la
Corte Papal
58
cayado, el cual se parece, ciertamente, a un báculo de obispo. El
otro símbolo era el látigo, un látigo pequeño. Este símbolo no tiene
su contrapartida en el campo pontificio.
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interesante es precisamente eso: que no existió ni una continuidad
de tradición entre ambos momentos históricos ni una voluntad de
imitación.
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diera hoy día un paseo por la Basílica del Vaticano, nos iría
explicando concomitancias que a nosotros se nos pasan
desapercibidas.
61
del antiguo Egipto. Esta reintepretación, aunque suponga una
superposición, me parece que confiere una impresionante belleza a
esos escudos papales en las basas del baldaquino: los escudos con
abejas que rodean el altar representarían las lágrimas de Cristo o
las almas que se posan alrededor de ese lugar sagrado.
62
A un egipcio que pasease por las calles de Roma, también le
resultaría impresionante la visión de todos los obeliscos egipcios
coronados por la cruz. Hoy día hay más obeliscos egipcios en
Roma que en Egipto. Esta idea de la recapitulación de la historia
pagana en el cristianismo, queda incontestablemente manifiesta en
el hecho de que un obelisco traído de Egipto esté en el centro de la
Plaza de San Pedro. Curiosamente un obelisco sin inscripción
alguna. Como si el faraón que lo mandó erigir, supiera que la
Historia estaba por escribir. Como si la Providencia supiera dónde
iba a ser colocado, y no quisiera que fuera mancillado por elogio
alguno a ningún falso dios. Ahora los obeliscos en Roma han sido
coronados con la cruz. Como si el mundo antiguo se hubiera
transformado en pedestal para la Cruz de Jesucristo.
63
pirámides, las ceremonias funerarias, el embalsamiento, el ajuar
que se añadía, todo eso tenía como eje central la fe en la
resurrección.
64
Estos paralelismos para mí son indicios de una enseñanza del
Dios de la Historia. Estos indicios son relevantes, no meras
coincidencias. Son portadores de un contenido si creemos que el
poder del Omnipotente sobre la Historia es absoluto, no grande sino
absoluto. Ni una hoja cae de un árbol sin que el Ser Infinito
determine que caerá esa hoja exactamente, y que lo hará en ese
momento, de esa manera, posándose en ese lugar. Lo que vale para
la hoja de un árbol, para un cabello de mi cabeza, para un pájaro
que vuela en el campo, con igual razón vale para un reino, para una
dinastía, para un imperio. Dios deja mensajes ocultos, sutiles, en
los que nos enseña cosas.
66
8.De augures paganos a pontífices
cristianos
Paralelismos entre la antigua religión romana y el cristianismo
67
anunciar que en su tiempo iba a nacer el Pastor por antonomasia, el
Obispo de los obispos.
68
Un punto de reflexión que salta a la vista y obliga a
reflexionar es la gran cantidad de palabras propias de la religión
romana que pasaron al cristianismo: hostia, patena, altar,
pontifex, solo por citar algunas de las palabras específicamente
cultuales que fueron tomadas por los cristianos. Esto significa que
los cristianos rechazaron la adoración de los falsos dioses, pero no
el concepto de culto. Y eso es tan así, que incluso no tuvieron
reparos en tomar algunas de las palabras del anterior culto.
69
ejemplo, los sacerdotes paganos de Roma ofrecían sobre el altar
unas tortas de trigo llamadas hostiae.
70
vagidos de los infantes espirituales, es decir, que ellos se
encargarían de cuidar de los niños en el espíritu.
71
que hubo mosaicos que representaban a Dionisio con la llaga en su
costado como la de Cristo. Claro que otros vieron en estas
semejanzas no una prefiguración, sino la envidia del demonio que
inspiró ese mito dionisiaco como burla del Mesías que iba a venir.
72
unos cuantos mojones en el campo que nos recordasen hacia donde
iba el correr de los siglos: hacia Cristo, su fe y su religión.
73
9. Ucronías sobre Israel
Los seis estados que existieron en Palestina o pudieron seguir
existiendo hasta nuestros días
74
habría sido capaz de resistir las invasiones del siglo VII que iban a
provenir de tierras más desérticas y menos habitadas. Que la
provincia romana de Palestina hubiera podido funcionar como
rompeolas de la marea musulmana es una posibilidad que no
podemos descartar. No me detengo a analizar las consecuencias de
esta Judea cristiana que fue posible, porque lo hago en mi libro El
león y las llaves.
75
presencia de otras minorías religiosas. Ese Israel también fue
posible, una palestina sin ninguna iglesia, sin el menor rastro del
Santo Sepulcro; una población que careciera de la más pequeña
tradición acerca de la presencia de Jesús en lugar alguno
determinado de su geografía. Actualmente las iglesias y las
tradiciones jalonan esa geografía gracias a una tradición viva
mantenida por comunidades cristianas que han perdurado.
76
1291. Eso son casi doscientos años que no es poca cosa. La Unión
Soviética nadie considera que fuera una realidad fugaz y duró 69
años. El Imperio Napoleónico, 10 años.
77
Cada uno de estos israeles tuvo más o menos posibilidades de
haber existido. Al final, la Historia siguió el curso que todos
sabemos. Pero hay que tener en cuenta que cada uno de esos
estados pudo haber tenido éxito. La tierra de Israel fue enteramente
cristiana durante más de dos siglos, entre el siglo IV y V, aunque
con la presencia de comunidades judías. Y de nuevo la presencia
cristiana fue sustancial allí durante el dominio cruzado.
78
siglo XIX, les gustase o no a los musulmanes. Realmente fue ese
fanatismo musulmán el que hizo descarrilar un proceso que tal
como lo habían ideado los sionistas hubiera sido el ideal. Después,
cierto es, llegó el fanatismo de algunas minorías judías que
afirmaron con radical despotismo: esta tierra es nuestra y solo
nuestra. Afortunadamente, estos también eran una minoría. Pero
una minoría a la que hay prestarle ningún caso, pues no tienen de
su parte ni la razón bíblica ni la de la más elemental justicia
humana.
Les guste a unos o no les guste, Dios ha hecho que esa tierra
ahora históricamente pertenezca de pleno derecho a las tres
religiones. Nadie puede alegar que esa tierra es suya y solo suya.
Históricamente, esa tierra es tan judía como cristiana. Y los
musulmanes que llevan allí desde el siglo VII tienen tanto derecho
a estar allí como los judíos. Los cristianos lucharon y murieron por
esa tierra, vivieron sobre ese suelo generación tras generación,
siglo tras siglo. Pueblos enteros cristianos habitaron sus solares, en
perfecta continuidad, desde el siglo I hasta el siglo XXI. Los
cristianos no son huéspedes en una tierra que pertenezca a otros.
Están en su propia tierra. La justicia de considerar ese suelo su
hogar no queda anulada por una inmigración masiva en los últimos
dos siglos.
79
Cualquier persona culta e ilustrada, hoy día, acepta la
legitimidad de la democracia que impera en el Estado de Israel. La
legitimidad de la democracia, al final, es la mejor solución. Ahora
bien, la próxima vez que alguien te diga que por una mera cuestión
de razones históricas esa tierra es judía y solo judía, recuerda que
nosotros los cristianos tenemos tanto derecho como los judíos a
considerar esa tierra como nuestra.
80
10. Los cristianismos posibles
Reflexión acerca de los cristianismos que pudieron existir
81
liturgia cristiana que entroncara con el sustrato precedente y se
inculturara allí.
82
Podemos imaginar una Iglesia que actuara frente a los Santos
Padres como ciertas corrientes judías han actuado frente al Talmud.
83
pensar lo que nadie había pensado antes, no ha sido un don
concedido a todos.
84
11. El infierno y las normas que lo
rigen
La capacidad de la mente humana para saber cómo sería el
infierno incluso aunque éste nunca hubiera existido
85
es una abstracción. Pero si uno quiere limitarse a sí mismo a no
realizar operaciones mentales con las posibilidades del 0, el ∞ y el
15 que sepa que nadie le va a obligar a ello y tiene todo el derecho
del mundo.
86
solo un Dios es posible–, entonces las opciones se acotan
extraordinariamente.
88
Lo interesante, lo apasionante, es que vale más la pena seguir
existiendo, aun sufriendo, que no existir. Aunque uno se pregunta
si no hay un umbral de padecimiento en el que ya no valdría la
pena. Si existe ese umbral, ¿por qué un Ser Infinito seguiría
manteniendo en la existencia a alguien al que ya no le vale la pena?
¿Qué gana la persona o los bienaventurados o el resto de
condenados o las víctimas de ese réprobo con mantenerle en la
existencia? Hoy por hoy, sigo pensando que a todos los réprobos
les vale la pena existir.
89
12. ¿Cuándo se acaba la presencia
eucarística?
Reflexiones acerca del momento en que la presencia de Jesucristo
puede finalizar en la Eucaristía
91
de la capilla. Comprobé que no se disolvió y que el pan seguía
siendo claramente pan una semana después.
92
sería afirmar que Dios tiene obligación de permanecer le hagan lo
que le hagan, y que no puede hacer otra cosa. Desde luego no
pienso que la fe nos obligue a creer tal cosa.
93
Para abundar más en el tema, me gustaría añadir dos ejemplos
más a favor del criterio de lo razonable, frente al criterio de lo
inexorable. Imaginemos una concelebración, por ejemplo, de cien
sacerdotes. Resulta casi imposible que un centenar de sacerdotes
acaben la fórmula de la consagración al mismo tiempo. Sin duda,
alguno de ellos la va a acabar antes que los otros. ¿Se quedan los
otros noventa y nueve sin consagrar? Hace poco concelebré en una
misa con otros dos sacerdotes, un sacerdote muy anciano se
adelantó claramente a todos, sin ninguna duda. La frase esto es mi
cuerpo, él acabó cuando nosotros no habíamos ni empezado ni
siquiera la palabra “cuerpo”. ¿Significa eso que ninguno de
nosotros consagró?
94
Dios, seguro, que todos reciten la fórmula con la tensión de ser
exactamente simultáneos. A Dios sin duda le complacerá más que
se pronuncie la fórmula de un modo sensato.
95
III parte
..................................................................................................................................
96
13. Apuntes para una ceremonia
ecuménica de carácter mundial
Sugerencias acerca de cómo organizar la ceremonia de un gran
encuentro interreligoso como el de Asís en 2016
97
“En Asís vamos a orar al Dios Único Todopoderoso. Estás
invitado a participar si no tienes problemas en hacer una oración a
un Dios así. Si tienes reparos en ello, simplemente te comunicamos
que vamos a tener ese encuentro interreligioso”.
Primera parte
Segunda parte
99
El Pueblo (compuesto por las diversas religiones) espera
fuera, aunque puede ver la ceremonia por las pantallas. En la nave
central de la basílica, en el mismo centro del gran rectángulo, se ha
dispuesto un círculo de asientos. En la primera fila, la más interior,
se sientan cincuenta personas. Hay una segunda fila, en la que los
asientos están dispuestos por grupos, según las denominaciones. El
que preside la delegación se sienta en la primera fila, sus
acompañantes (en grupo) detrás de él.
100
Tercera parte
Tras eso, todos los ministros se darán la paz entre ellos. Tras
ese gesto, diez ministros, uno a uno, consecutivamente, harán una
aclamación de alabanza a Dios.
Cuarta parte
101
Incluso en el caso de que ese día el cielo esté perfectamente
encapotado, se verá algo de luz detrás de la ventana. En este lugar
se habrán colocado perfumes traídos también por los presentes.
Cada aroma colocado en un recipiente distinto.
Quinta parte
102
apoyo generalizado, tampoco habría dificultad en que el Papa
participe únicamente en alguna de esas cinco partes. Que presidiera
la oración católica del segundo paso sería lo mejor.
103
14. La misa ad orienten
Algunas opiniones acerca de la liturgia y de hacia dónde debe
dirigir sus oraciones el celebrante
105
una persona o dos asistiendo a mi misa sin pueblo. Todas esas
formas me gustan. No me gustaría que solo se impusiera una sola
de ellas. Incluso me gusta que haya un rito ordinario (el rito del
Vaticano II) y otro rito extraordinario (el tridentino), como sucede
ahora. Hasta la existencia de ritos orientales y occidentales de la
misa católica son una riqueza a la que me gusta asistir.
106
Prefiero una Iglesia en la que haya misa en latín y en lengua
vernácula, de cara al pueblo y de espaldas a éste, en rito latino
ordinario y extraordinario, en rito latino y en otros ritos católicos.
He celebrado sin pueblo, con gran piedad, con gran lentitud en un
pequeño altar lateral de una basílica romana, y también me ha dado
mucha devoción concelebrar en la catedral de mi diócesis con más
de cien sacerdotes. Es bellísima tanto la misa simplicísima, con los
elementos esenciales, en la plaza de un poblado en medio de la
selva, como una misa repleta de cantos gregorianos y sobrio
esplendor monástico en una abadía cisterciense. Estoy seguro que
la Iglesia es y seguirá siendo multiforme.
108
Una vez que expuse estas ideas, una persona, con tono
indignado, me preguntó si todo era cuestión de gustos. No,
efectivamente. En liturgia no todo da lo mismo. Ahora bien, las
cuestiones se estudian en la Congregación para el Culto Divino con
mucha meticulosidad. Los que hay allí alrededor de la mesa son
grandes sabios en temas litúrgicos. Ellos se dedican al estudio de
la liturgia como trabajo profesional. Así que podemos confiar en
que las decisiones en esa congregación son decisiones de sabios.
109
15. La misa tridentina y la misa del
Vaticano II
Artículo que analiza la esencia del porqué de la reforma litúrgica
de ese concilio
Pero la Misa del Vaticano II sobre todo nos aporta algo que
se había ido perdiendo con el pasar de los siglos: la misa como
banquete, la misa como cena, la misa como participación de la
comunidad. El Pueblo no está allí como espectador, sino que
participa. Este considerar la celebración eucarística como cena y
estos aspectos participativos quedan mucho mejor expresados en la
nueva misa, sin quitar ni un ápice de sacralidad a las ceremonias.
Eso quedó magníficamente conseguido en el resultado final.
Resultado del que no dudo que no estuvo ausente la inspiración del
Espíritu Santo.
111
me producen grandísima devoción. Ha sido un acierto reinstaurar
su celebración en todas las diócesis. Nada de lo que digo es en
desdoro de una misa que es tradición ininterrumpida de más de un
millar de años.
112
El mismo Redentor quiso romper en ese acto de instauración
de la misa con el culto del Templo, iniciando una Nueva Alianza,
un nuevo culto que lleva a la instauración paulatina de una nueva
liturgia. El culto del nuevo Pueblo de Dios no es una reforma del
antiguo culto levítico, sino que supone una ruptura a nivel
ceremonial.
113
duda de que los integristas se preguntan, una y otra vez, porque
Nuestro Señor hizo una Última Cena tan sencilla, en vez de hacer
algo ritualmente más barroco, algo ceremonialmente más
complejo.
114
16. Apología pro Vaticano II
Pensamientos en torno al gran concilio ecuménico
115
Aunque la época precedente al concilio Vaticano II, fue una
época de esplendor religioso frente a la secularización que después
iba a venir, fueron una infinidad de detalles los que hicieron
conveniente ese concilio.
116
Baste ver algunos libros de moral y manuales de confesores
para darse cuenta de que habíamos errado el curso en algunos
puntos. La moral adquirió tintes rígidos y rigoristas. El tono
amoroso de Jesús de Nazaret quedaba muy oculto bajo algunos
esquemas morales, expresión de una época religiosa que tenía el
algunas veces cayó en el puritanismo. El pecado aleja de Dios, pero
ciertos excesos puritanos también conducían a alejar de Dios. Los
santos, sin embargo, sí que dieron muestra de esa flexibilidad de
los hombres llenos de Dios. Flexibilidad, no relativismo. Esa
flexibilidad buena imprimió su espíritu en el concilio.
119
17. Protocolo a la muerte de un
obispo
Sugerencia acerca de los pasos a seguir en una diócesis a la
muerte de un obispo
121
El sello de tinta del obispo fallecido se destruirá completamente
con un martillo. Destrucción que tendrá lugar ante el cabildo que
hará la función de testigo. En ese momento, se leerá el testamento
si lo hubiere. Se hará un responso.
Obispo
Por un obispo se rezarán cuatro responsos:
En la habitación del hospital, tras la muerte, realizado por los
sacerdotes presentes. Tras lo cual se levanta acta de su
fallecimiento.
En la catedral, realizado por el clero presente en el templo
cuando llega la noticia.
122
En la sacristía de la catedral, realizado por el cabildo tras la
destrucción del sello episcopal.
Al llegar el féretro a la catedral, realizado por el clero y los
canónigos presentes.
Sumo Pontífice
A la muerte de un Papa se rezarán cuatro responsos en la catedral,
cada uno en una capilla distinta. Lo realizará el clero presente en el
templo. El primero en cuanto llegue la noticia. Los siguientes al
acabar el rezo de la hora sexta. Del coro se trasladarán a la capilla
que ese día esté designada. También durante 24 horas se rezarán
todas las horas canónicas del oficio de difuntos.
Arzobispo
A la muerte del que es o fue arzobispo de la provincia eclesiástica,
se rezará la siguiente hora canónica del oficio de difuntos. Y
procesionalmente se dirigirán a una capilla a rezar un responso. No
fue pastor de ese rebaño, pero ejerció la influencia espiritual de su
ejemplo y consejo sobre los obispos de esa provincia eclesiástica.
Sacerdote
Desde que llegue la noticia, durante 24 horas, se rezarán todas las
horas canónicas del oficio de difuntos, pero sin los responsos. En
las grandes archidiócesis, en que pueda haber muchas defunciones,
se rezará solo una hora canónica de difuntos. O, si tan grande fuera
la archidiócesis, los canónigos se limitarán, tras la hora canónica
que toque del día, a una procesión a una capilla (camino de la
sacristía) para rezar un responso.
123
En las grandes archidiócesis, tales como las urbes que son capitales
de naciones, se podría colocar un recuerdo del clérigo difunto, por
ejemplo, a unos ocho metros del asiento del que preside el coro:
una birreta, una mitra, un palio o un galero. Estos objetos sobre un
cojín colocado encima de un pedestal de madera.
124
18. Creación de una nueva
ceremonia para la toma de
posesión de un obispo
Sugerencias para enriquecer y extender la ceremonia en la que los
obispos toman posesión de sus sedes episcopales
3. Para que cuando se celebre la eucaristía todo esté más centrado en la adoración
a Dios.
125
No digo que una ceremonia de toma de posesión no sea un
modo indirecto de adorar a Dios: lo es, sin ninguna duda. Ahora
bien, la separación de ambos rituales dejará más claro la centralidad
de la adoración a Dios en la misa. Solo afirmo eso: que es un modo
de dejarlo más patente. Pero quede claro que esta ceremonia,
aunque insista y remarque el aspecto eclesial, supone una forma de
adoración al Señor. Porque oramos y alabamos a Dios en la
realización de ese hecho de carácter eclesiástico.
Presbíteros
Primero los sacerdotes con sotana, roquete y estola
126
Después los sacerdotes con alba y estola. La mitad pueden ir vestidos de
un modo y la otra mitad del otro. La razón no es otra que el que la variedad
de vestiduras hace más bella la ceremonia.
Los religiosos con sus hábitos pueden ir situados entre ambos grupos, por
una cuestión meramente estética. Si hubiere monseñores, irán revestidos
con hábito coral violáceo tras los sacerdotes con alba.
Obispos
La mitad de los obispos pueden ir revestidos de modo coral
La otra mitad con capa pluvial y mitra. Las mitras deben ser mitras
simples. Pero las capas serán traídas por cada prelado, para que así cada
uno traiga la más bella; lo cuál hará más impresionante la procesión.
Final de la procesión
Primero, los cardenales, si los hubiere, irán revestidos con hábito coral. Y
mejor con cogulla roja y galero con borlas.
Después los obispos sufragáneos de la provincia, revestidos con capa
pluvial y mitra. Convendrá que los sufragáneos lleven el mismo tipo de
capa por simple que sea ésta.
La presidencia recaerá en el arzobispo de la provincia, que portará el
báculo.
127
unos asientos delante del altar que el arzobispo y los obispos
sufragáneos. El arzobispo presidirá en el centro.
El resto de obispos con mitra se sentarán en torno al altar. Los
demás revestidos de modo coral serán situados en sus lugares,
dejando despejado el presbiterio.
Todos se dirigirán a sus sitios y se sentarán, en medio de los
cantos, pero no se hará oración alguna. La espera no debería ir más
allá de diez minutos o cuarto de hora. Se puede esperar en silencio,
o un lector puede leer un libro de la Biblia mientras tanto. En la
escucha de la Palabra de Dios se espera al pastor elegido para esa
diócesis.
128
revestidos con la sotana filetata, no con sotana violácea, para que
así resalte con claridad quién es el obispo-electo.
Llamada a la puerta
Al llegar a la puerta de la catedral, un acólito le dará un
martillo ceremonial al obispo-electo y este golpeará tres veces el
portón. Un canónigo abrirá una puerta pequeña del portón y saldrá
el cabildo en silencio. Un sacerdote, sin decir nada, entregará la
bula de nombramiento al deán. Este la examinará brevemente, se
volverá y extendida la mostrará al cabildo. La entregará a otro para
que el resto de canónigos puedan mirarla. El deán dará la orden de
que se abran las puertas. Después el cabildo le besará el anillo. Acto
seguido le dará el crucifijo para que lo bese y el hisopo con agua
bendita. La bula será devuelta al sacerdote que la entregó.
El cabildo acompañará al obispo-electo a la capilla del
Santísimo Sacramento. El orden será el siguiente:
La cruz y los acólitos.
Cabildo
Grupo de clérigos que le acompañan. Avanzan en grupo, rodeando al obispo-
electo, no avanzan en hileras
129
Después, el grupo de clérigos, sin los canónigos, sin acólitos
ni cruz procesional, se encaminará hacia el presbiterio de la
catedral.
Al llegar al presbiterio
El obispo, al llegar a las gradas del presbiterio, sin subir, hará
en silencio una inclinación de cabeza y recibirá ese mismo saludo
del arzobispo y sus sufragáneos. El pueblo y los obispos se han
puesto en pie para recibirle en cuanto él ha entrado en la via sacra
de la nave central. El obispo-electo no hará inclinación profunda al
altar, porque delante estarán los obispos. El presbítero que entregó
la bula al deán, ahora subirá las gradas y la llevará la bula al
arzobispo. Este la mirará, después la mostrará extendida a derecha
e izquierda. Entonces estos obispos bajarán del presbiterio y darán
un abrazo al obispo-electo. El resto de obispos seguirá en sus
lugares.
Durante los siguientes pasos de la ceremonia, la bula será
pasada, de mano en mano, a todos ellos para que la miren. Una vez
que la vean los obispos, de mano en mano, pasará al clero de la
diócesis. Y después al pueblo fiel. Un acólito la acompañará para
recogerla y devolverla al obispo. No importa que se manche o
rompa, porque es una copia. Pasará de mano en mano hasta el final
de la ceremonia, momento en que la recogerá.
En cuanto el arzobispo mostró la bula bajó con los
sufragáneos a abrazar al obispo-electo y juntos subieron al
presbiterio. El obispo-electo lo primero que hará al subir al
presbiterio será besar el altar. No saludará al resto del clero en ese
momento.
Vestición
El obispo-electo irá a un flanco del altar. Allí varios diáconos
le entregarán los paramentos sagrados para que se vaya revistiendo.
130
Otros dos diáconos, a unos tres metros de distancia, delante de un
gran libro sostenido por un acólito, leerán por turno en voz alta una
oración en latín según se le entregue cada vestidura.
Traslado a la cátedra
Después, el arzobispo (sin báculo) con un gesto de la mano le
indica que le acompañe a la cátedra. Al llegar, le hace un nuevo
gesto con la mano, invitándole a que se siente en su sede.
Tras sentarse, el obispo se saca el anillo que lleva puesto y el
arzobispo le coloca el anillo oficial de la diócesis. Aunque se use
ese anillo para la ceremonia, en adelante no tendrá obligación de
llevar ese anillo, podrá llevar el que quiera. Si lo desea, podrá
dejarse puesto el anillo que llevaba y, durante la ceremonia portar
los dos. Incluso, si ha estado como obispo residencial en dos
diócesis antes, podrá llevar los dos anillos y el tercero. Como
símbolo de los tres rebaños que ha apacentado. Pero solo durante
esta ceremonia. Posteriormente solo portará un anillo.
Tras esto, el acólito llevará el báculo oficial de la diócesis al
arzobispo y este le hará entrega de él.
Antes, mientras le ponía el anillo el arzobispo, un obispo
sufragáneo, situado a su derecha, ha leído una oración en latín.
Ahora, mientras le entrega el báculo, otro obispo situado a su
izquierda, lee otra oración latina. No se le hará entrega ni de la
mitra ni de la cruz pectoral, porque en esta ceremonia esas insignias
serán vistas como símbolos de su carácter episcopal ya presente en
él desde su ordenación. Mientras que el anillo tiene el sentido del
carácter esponsal con esta iglesia, y el báculo es símbolo del
pastoreo de esa grey. En el caso de que existiese una mitra histórica
especialmente rica en la catedral, se la pondrá el mismo al lado del
altar; no se le entregará en la sede.
Desde el momento en que se sienta en la cátedra y recibe el
anillo y el báculo se considera que ya ha tomado posesión de su
131
diócesis. Y, desde ese momento, pasa él a ser el que preside la
ceremonia.
Incensación y representaciones
Lo primero que hace el obispo ya ornado con todas sus insignias
es incensar el altar. Se encamina hacia el ara con el báculo en la
mano y lo entrega a un acólito para poner el incienso.
Después vuelve a tomar el báculo y se dirige de nuevo a la sede
para recibir el saludo de una representación de la diócesis.
Sentado, no mantendrá el báculo en la mano, sino que lo entrega a
un acólito antes de sentarse. Estar sentado con un báculo en la
mano resulta muy incómodo y la posición del báculo resulta
inestable. En la cátedra, recibe el saludo de varios grupos de
personas. Ellas representan las realidades de la diócesis. Recibe
sentado a los grupos y les da a besar el anillo, después también
puede coger sus manos entre las suyas. El coro canta desde que se
dirige al altar a incensar hasta que acaba de recibir a las
representaciones.
132
él, formando un círculo y oran por él en silencio, alrededor de
medio minuto. Aunque solo esas personas se sitúen a su
alrededor, toda la catedral ora por él.
Hora sexta
Tras la bendición, acto seguido se dirigen al coro para el rezo de la
hora sexta o la que convenga según el momento del día que sea. Lo
normal será que la ceremonia de toma posesión comience a las
11:00, para así, a las 12:00 poder empezar el rezo de la hora sexta.
La ceremonia de toma de posesión, en principio, no durará más de
una hora. No hay liturgia de la Palabra en esta ceremonia, porque
la hora sexta hará esa función.
Primero tendrá lugar la ceremonia de toma de posesión, de
forma que la hora sexta la pueda presidir ya el obispo. El clero
sentado en el coro de los canónigos dejará sus lugares a los obispos.
Los escaños del coro quedarán ocupados por los obispos y los
canónigos. Si sobran asientos, se sentarán sacerdotes de la diócesis.
Aunque el obispo de la diócesis y los obispos se trasladen al
coro de la catedral, todos los presentes en el templo participarán de
esta liturgia a través de los altavoces, estén situados donde estén.
Para ayudar a que la catedral pueda desocuparse con mayor
facilidad, será mejor que el clero salga en procesión, tal como
entró. Al final de una hora menor, no se da la bendición.
133
Los tres días del inicio del pontificado
La ceremonia de toma de posesión es una, pero el ciclo para el
inicio del pontificado de un obispo durará tres días y seguirá este
curso:
El primer día tiene lugar la ceremonia de toma de posesión y el rezo de la hora
sexta.
El segundo día tendrá lugar la primera misa pontifical en la catedral. Mejor por
la tarde. Esta ceremonia no tendrá ningún rito especial. Salvo que tras la lectura
del Evangelio, el canciller la desplegará, la mostrará y será pasada de mano en
mano por los bancos de los fieles, como el primer día.
El tercer día, tendrá lugar el obispo una solemne oración de los fieles por el
obispo (del modo que se explica a continuación), tras la cual se rezarán las
completas en el coro de la catedral. Las completas completan el ciclo ceremonial
del inicio del pontificado. Incluso en latín tienen ese sentido en su nombre: ad
completorium.
134
Esta ceremonia tiene un carácter nocturno. Su momento adecuado
es entre la cena y el descanso nocturno. La procesión sale de la
sacristía y se dirige a la primera capilla. La procesión muestra a
unos clérigos revestidos con capa pluvial, a otros con alba y estola;
y a otros con sotana y roquete. Los canónigos irán revestidos con
sus hábitos propios.
En la primera capilla, el obispo vuelto hacia el clero y el
pueblo fiel allí congregado, con el báculo en la mano, les dirige
estas palabras, leyéndolas o improvisándolas:
--Hermanos, os pido humildemente que oréis por mí, para que el Señor
me haga más digno para este oficio que voy a desempeñar. Orad para que me
conceda las virtudes y aptitudes convenientes para ejercer esta función.
Casos de emergencia
En una situación de emergencia, es decir, en caso de que algo
imprevisto que impidiera realizar la ceremonia, lo mejor es que
todos consensuadamente decidan qué hacer: si realizarla otro día,
en otro lugar o simplificarla.
Ahora bien, imaginemos la peor de las situaciones: el
estallido de una guerra que interrumpe las comunicaciones e
impide los desplazamientos ya desde varios días antes. Dado que
el nombramiento ya ha tenido lugar (desde que se firmó el
136
documento pontificio) y que esta ceremonia reviste un carácter de
proclamación formal, será el mismo obispo-electo el que decida
dónde, cuándo y cómo tendrá lugar la ceremonia. El cual podrá
optar, incluso, por la más simplificada y abreviada de las
ceremonias de toma de posesión. Si no fuera posible la presencia
de otros obispos, bastará que tome posesión ante una
representación de los clérigos de la diócesis. Claro que esto sería
en una situación bastante extrema. Situaciones que se dan de tanto
en tanto en la historia de la Iglesia: siempre hay persecuciones y
guerras. Antes o después, la toma de posesión de un obispo puede
caer en medio de un huracán de este tipo.
Si hay un atentado terrorista, lo mejor es que los obispos
presentes decidan consensuadamente qué se hace: posponer,
cambiar la ubicación, reducir el número de personas presentes de
acuerdo al lugar, simplificar el acto.
Dígase lo mismo en caso de que estallara una persecución
religiosa. Lo mejor es actuar con consenso entre los obispos,
nuncio y cardenales. Pero precisamente porque en una situación
extrema (de desastre nacional o de persecución) es cuando más
necesaria se hace la presencia de una cabeza que coordine al rebaño
y tome decisiones, es por eso que si el día determinado para la toma
de posesión (o posteriormente) el obispo-electo llegara a la diócesis
podrá él mismo determinar cómo será el acto de toma de posesión.
Pensando en durísimas circunstancias de abrupto estallido de
persecución religiosa, bastará que unos cuantos clérigos de la
diócesis (en representación de todos) le reciban oficialmente como
el verdadero, legítimo e indisputado obispo de la diócesis.
Este acto de toma de posesión no es solamente una ceremonia
bella, tampoco es un rito en el que meramente se ora y se adora a
Dios, sino que también tiene un aspecto de acto formal de
aceptación indisputada acerca de quien ostenta la autoridad en un
rebaño. Su carácter público, la presencia de otros obispos, la
aceptación del clero, todo ello acaba con cualquier tipo de
137
perplejidad y duda en algo tan importante como la legitimidad del
pastor. Por eso es un acto público, colegial, bello, en el que se ora
y que está sujeto a ciertas formalidades.
En casos extremos de necesidad, la determinación de las
formalidades será tomada por el obispo-electo únicamente si no
hay ninguna duda acerca de la legitimidad de esa persona para
tomar posesión. De lo contrario, se deberá esperar a una
determinación de la Santa Sede.
138
IV parte
..................................................................................................................................
139
19. La palabra que resuena en el
aire
Algunos cuantos consejos acerca de cómo dar conferencias
140
su esfuerzo a escribir una buena conferencia, convirtiendo la
conferencia en una mera lectura.
141
conferencia puede suponer un antes y un después para algunos de
los presentes.
142
grandes conferenciantes. Sus conferencias suponían asomarse a sus
mentes.
143
conferenciante se aburre, transmite ese aburrimiento al público. Lo
que no puede hacer el conferenciante es limitarse a leer: para eso
ya están los libros. La diferencia entre un libro y una conferencia,
es que la conferencia es algo vivo. Cada conferencia tiene que ser
única e irrepetible.
145
El profesor que da una clase en la universidad tampoco se
sienta en la mesa del estrado para leer unos papeles, sino para
reflexionar conjuntamente con sus alumnos. De esta manera, las
clases se convierten no en una carga, sino en un placer. La clase
debería ser para el profesor un momento agradable, distendido,
mucho más apasionante para él que la lectura de varios libros.
Desgraciadamente, no son pocos los profesores que ven a los
alumnos como meras distracciones de sus lecturas, de sus
investigaciones.
146
académico, no. Por eso, la costumbre ha acabado por reservar el
centro al conferenciante.
147
pudor, cada vez más aburridos. Siempre sucede esto, sin darse
cuenta del importante factor de dispersión de la atención que
supone una sola persona sentada al lado del conferenciante mirando
a los que escuchan. Antes o después, el oyente de la mesa de la
presidencia se despista o se aburre, y despista o aburre a todo el
público.
148
que el conferenciante desee. Pero el gesto y la vivacidad nunca
pueden reemplazar al contenido.
149
No hay que darle muchas vueltas a la cuestión de qué es una
conferencia, para entender que el fondo detrás del conferenciante
debería ser lo más neutro posible. Si hay cositas que se mueven en
una pantalla, éstas distraen totalmente a la audiencia. Es totalmente
imposible no distraerse de la conferencia si algo se mueve detrás
del conferenciante, aunque sea un gato.
Un saludo.
Le contesté:
Estimada Sra. X:
Hacer una introducción por parte del presentador, es arriesgarse a que las palabras
del conferenciante después se encaminen justo por el lado contrario a lo dicho en la
presentación; O, incluso, a que el conferenciante afirme justo lo opuesto a lo que se ha
dicho en la presentación. Esto ocurre hasta en los más prestigiosos foros, he sido testigo
de esto.
Un cordial saludo.
150
Sí, nunca insistiremos suficientemente en que la presentación
del conferenciante no es ocasión para ofrecer una
microconferencia. El presentador puede dar razón de por qué se ha
escogido ese tema o a esa persona, en concreto, para hablar. Se
puede explicar la importancia de lo que se va a exponer. Eso es
totalmente adecuado. Pero no se debe convertir la presentación en
el prólogo de la conferencia. La presentación no es un prólogo, lo
dice la misma palabra. El conferenciante hará el prólogo que
considere adecuado, nadie tiene que hacérselo.
151
152
20. La lista de las listas
La lista de las mejores novelas, músicas y películas mi vida
153
El nombre de la rosa
La Regenta
Si una noche de invierno un viajero
Memorias de Adriano
Madame Bovary
Una historia de la lectura (ensayo)
El amor en tiempos de cólera
La familia de Pascual Duarte
El Gatopardo
El Coronel no tiene quien le escriba
La Misión
Blade Runner
American Beauty
Un hombre para la eternidad
Ciudadano Kane
155
Ed Wood
La gran belleza
Amadeus
Por último, añado películas que son muy buenas y que harán las
delicias de cualquier cinéfilo:
August, Osage County
Shreck
El show de Truman
El Padrino I, II y III
Titanic
Forrest Gump
Nebraska
Blancanieves (de Pablo Berguer)
Sleepy Hollow
La chica de la perla
Juegos Secretos (Little Children)
Agárralo como puedas (The Naked Gun)
156
Mars Attacks
La comunidad
157
21. El doctorando, el tutor y el
director de tesis
Algunos consejos acerca de cómo cambiar el espíritu con que se
escogen los temas de las tesis doctorales y se realizan éstas
158
Ya no leeremos para obtener una calificación, sino para
fijarnos en cómo es un buen libro, en cómo se construye un buen
artículo, en cuáles son las características de la mejor teología, en
tratar de darnos cuenta por qué este autor es un clásico y el otro no,
en por qué con este autor avanza la teología y cómo el otro solo
repite lo ya alcanzado. Leer sin otro fin que la teología misma, será
un modo completamente distinto de leer.
En ese encuentro habría que tener claro que hay que escuchar
al director de tesis, no defender a capa y espada nuestra idea inicial.
El director sabe más, en su materia es un sabio, y sus consejos serán
valiosos. Lo ideal es escoger un tema que nazca del diálogo entre
el profesor cargado de experiencia y el doctorando, un diálogo en
el que los dos se escuchen mutuamente.
159
Cuando se tiene toda la teología por delante, todo el vasto
océano de la teología, ¿para qué enfrascarse tres, cuatro años, en el
estudio de un archivo del siglo XVII, en el estudio de una única
palabra de Ireneo, de un solo libro de un moralista? Nunca se
volverá a disponer de tanto tiempo para conocer la Teología entera,
nunca más.
160
La teoría del sistema actual es que con las tesis actuales el
estudiante aprende a investigar. En la práctica, tenemos
doctorandos que, al final, han recopilado miles de páginas sobre
una minúscula parcela, desconociendo cosas esenciales, más
básicas, mucho más enriquecedoras, que estaban justo al lado del
pequeño túnel de investigación en el que fueron introducidos
porque se les dijo que las cosas son así, que ése es el sistema.
161
¿Por qué? Pues porque el trabajo de los doctorandos se
convierte en algo cada vez más mecánico: leer, extraer citas, leer,
extraer citas. Qué distinto sería el trabajo de un profesor que se
propusiera, ante todo, entusiasmar a su dirigido en el placer de la
teología misma, en el placer del descubrimiento. No se requiere
tanto tiempo para eso. Pero se trata de algo que tiene que ver con
la calidad, con la capacidad para transmitir el gozo por el proceso
de adquirir el conocimiento. Un trabajador mecánico que ha
llegado a la posición de profesor únicamente sabrá transmitir su
arte mecánico.
162
La tesis tiene que ser un instrumento para bien del
doctorando. El doctorando no puede sacrificar su valioso tiempo en
beneficio de la tesis. Hay una confusión entre fin y medio. ¿Qué
sentido tiene que un estudiante dedique incluso cinco años a una
tesis doctoral, cuando su diócesis es una tierra de misión? He visto
no pocos casos así. ¿Reporta algún beneficio para la Iglesia
emplear tanto capital humano pretendiendo el avance de la teología
a una edad en la que tal cosa es imposible o, por lo menos, no es la
regla común? Para mí la respuesta es clara. Hay que cambiar el
espíritu con que se realizan las tesis doctorales.
163
22. Bach: el regalo de Dios a los
hombres
Apreciaciones y comentarios a la obra de Johan Sebastian Bach
164
propósito: dar gracias al Creador. Todo este derroche de belleza
concentrado en tres minutos únicamente para transmitir a los
asombrados oyentes de una iglesia esa idea en una predicación que
no requiere de palabras, porque lo que se transmite es un
sentimiento. Pero un sentimiento que tiene detrás una arquitectura
teológica. Esa música es la expresión de esa arquitectura. Una vida
de trabajo que produce esos tres minutos.
165
Pero con independencia de los intérpretes exteriores
(músicos) e interiores (oyentes) la música de Bach es, en mi
opinión, la culminación de toda la música universal.
166
Desde luego, estar en una catedral gótica y escuchar en mitad
de la celebración una pieza de órgano de este autor es algo que me
emociona. En esos momentos, en mi alma se produce una unión
entre liturgia, música y oración que resulta difícil expresar con
palabras. No es lo mismo escuchar esas obras en un salón de
conciertos que en mitad de un acto de adoración colectivo en medio
del incienso con todos los presentes uniéndose de corazón al
mensaje de esos acordes. No es lo mismo escuchar esos mismos
acordes en la soledad de una catedral, bajo la penumbra de sus
bóvedas. Hay obras de este músico que por su fuerza e inherente
carácter coral se realzan en la celebración colectiva; otras
composiciones se valoran mejor en la soledad del templo.
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23. La necesidad de racionalizar el
flujo migratorio a Europa
Una sugerencia acerca de cómo organizar el fenómeno de la
inmigración cuando ésta se convierte en un fenómeno masivo
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Un refugiado (africano o sirio) sin formación en un país sin
trabajo no tiene esperanza de encontrar trabajo. ¿Esa familia está
dispuesta a acoger a esa persona durante cinco o diez años? ¿Y
después? No quiero parecer cruel, pero esto no es una cuestión de
generosidad personal, sino un problema de Estado.
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que no se reduzca a poner parches a la situación. Las estrategias
que deberíamos tomar deberían estar a la medida del problema que
intentan solucionar; y estamos hablando de un millón de personas
que han solicitado asilo político en la Unión Europea en 2015.
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medievales en lugares como Melilla, Ceuta y algunas costas del
Mediterráneo.
¿Solo hay estas dos posibilidades? Pienso que hay una tercera
vía que ni es una solución, propiamente dicha, ni va a entusiasmar
a nadie, ni a mí que la propongo. Pero que, al menos, es la única
posibilidad de poner algo de orden en esta situación.
Antes de nada, hay que decir que a los refugiados sirios hay
que buscarles una solución ya. Y eso implica su admisión
inmediata a través de cuotas. No pueden esperar a que se lleven a
cabo soluciones europeas a largo plazo. Ellos no son culpables de
que los gobernantes durante años hayan repetido que habría que
hacer algo sin hacer nada.
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como un Estado. Irak, como en la zona ISIS no hay petróleo, no
tiene interés en conquistarlo. La dictadura siria ya no cuenta con
fuerzas para hacerlo, bastante hace con apuntalarse a sí misma. En
esas zonas de Irak y Siria no hay un Estado, sino la falta de poder
que realmente ejerza autoridad alguna. La solución estaría en que
la ONU estableciera allí un protectorado bajo bandera y
administración de la Unión Europea.
174
refugiados para inmigrantes. Dado que no se puede consentir el
tráfico humano de la inmigración ilegal administrada por las
mafias, ni tampoco se pueden detener esas masas en las fronteras
como si fuera el muro de una fortaleza en tiempos de Enrique II
Plantagenet, lo mejor es construir campos de refugiados.
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población pueda trabajar tres o cuatro horas diarias ya sería un
éxito.
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la idea de invasión, se tendrá la sensación de haber creado una presa
de contención que controla el flujo de entrada de agua.
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fronteras en pocos años. Y Europa habrá dado un giro político hacia
el extremismo, hacia la xenofobia. Mi solución no es agradable,
pero es la mejor, dadas las circunstancias. Como dije, la primera
vía tiene un recorrido limitado y la segunda es cruel.
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refugiados no pueden salir de los campos. Si vagasen libremente
por las ciudades de la Unión, pasarían a depender de los servicios
sanitarios, sociales, etc de los Estados de la Unión, que es
precisamente lo que hay que evitar si no queremos una inexorable
reacción totalmente radical de la población. Estas dos condiciones
hacen que los campos de refugiados en Europa sí que sean algo más
parecido a prisiones. Los refugiados, al menos, podrán moverse por
el protectorado. No se tendrá una tan acusada sensación de
encerramiento, como sí que la tendrían si esos campos radicasen en
Europa.
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un sistema de fronteras férreamente clausurado y con xenófobos
detrás de esas fronteras.
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objetivamente no serían más que un problema en nuestra sociedad:
delincuentes, individuos violentos, fanáticos religiosos. Si a un país
tienen que entrar 50.000 individuos, es preferible primar a aquellos
que van a ser previsiblemente buenos ciudadanos, que no a aquellos
que en los campos han probado ser individuos generadores de
graves problemas.
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Estos enclaves podrían ser instaurados por la fuerza allí donde
el caos reina, allí donde un gobierno débil y corrupto lleve años de
total absentismo frente al poder de bandas armadas. Aunque
reconozco que la opción de instaurar por la fuerza estos campos en
un país plantea problemas tan grandes a largo plazo con la nación
receptora, que la opción de crear estos macrocampos en suelo
europeo, puede ser la mejor.
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dramáticas, como para no desestabilizar el ecosistema humano de
acogida.
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puede ser crear un macrocampo en suelo europeo. Pero si está en
suelo europeo, la tentación de fuga siempre va a ser muy grande.
El campo europeo con que se iniciaran los primeros pasos del
proyecto sí que tendría que estar cerrado. La ventaja de un
protectorado es que los residentes podrían tener movilidad dentro
del amplio territorio del protectorado, así como visitar otros
campos.
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Esto también tiene un aspecto positivo económico. Los
campos pueden convertirse en motores de creación de empleo para
los parados europeos: enviando maestros de educación general,
enfermeros, profesores de oficios, maestros de artesanía, de bellas
artes, creadores de pequeñas industrias no productivas, consejeros,
psicólogos, creadores de espectáculos públicos, como el teatro o
los juegos, u otros que puedan organizar campeonatos deportivos.
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que entregárselas a gobiernos carentes de moralidad que no ven en
sus propios ciudadanos huidos otra cosa que no sea una ganancia.
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población en el continente europeo, algunos desiertos del interior
de Andalucía serían la mejor opción, frente a terrenos mucho más
fríos como los de Ucrania por ejemplo.
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frontera de Kenia y Somalia hay uno que cuenta con 329.000
refugiados. Otro en el este de Chad cuenta con 250.000 refugiados.
Creo que ha llegado el momento de pensar en grandes
macroproyectos para los que no tienen nada.
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24. Un gobierno mundial
El ideal de un gobierno de la razón, universal, unitario, que
gobierne una paz y una prosperidad universal
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futuro en el que las inmensas fortunas en manos de unos pocos
millonarios fuesen vistas como algo de un supremo mal gusto,
como un egoísmo más propio de urracas acaparadoras que de seres
humanos. Una sociedad en la que no se quitase nada a nadie, pero
donde las grandes fortunas estuvieran socialmente mal vistas.
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José Antonio Fortea Cucurull, nacido en
Barbastro, España, en 1968, es sacerdote y
teólogo especializado en el campo relativo al
demonio, el exorcismo, la posesión y el infierno.
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