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LA EXCLUSIVA FACULTAD DEL SENADO DE LA REPÚBLICA


PARA RESOLVER CUESTIONES POLÍTICAS ENTRE LOS PODERES
DE UNA ENTIDAD FEDERATIVA

ROJO OLAVARRÍA MARCO ANTONIO.

SUMARIO: I. Introducción; II. Antecedentes; III. El caso


Medina - Abraham; IV. La Ley Reglamentaria de la Fracción
VI del Artículo 76 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; V. El medio de control de
constitucionalidad; y VI. Propuesta de Reforma.

I. INTRODUCCIÓN

No obstante que ha existido opacidad en el estudio y en la práctica en torno a esta


institución, aquí se analiza la facultad establecida en la Carta Magna a favor del Senado para
resolver cuestiones políticas entre poderes de una entidad federativa. El punto que servirá
como asociación de la exposición que aquí se realiza, será el caso Medina-Abraham;
precedente que sirvió de base para el establecimiento de las actuales características de la
facultad privativa del Senado, razón por la cual se ha elegido dicho acontecimiento como
hecho parámetro de este estudio.

II. ANTECEDENTES

Los autores clásicos de Derecho Constitucional Mexicano coinciden en afirman que


el conocimiento para resolver conflictos políticos entre los poderes de un Estado de la
República ha estado reservado al Senado, desde que éste se reestableció con la reforma para
el funcionamiento de las Cámaras de fecha 13 de noviembre 1874, promulgada por el
entonces presidente de la nación Sebastián Lerdo de Tejada; distinguiendo este
procedimiento constitucional de otros, con propósitos similares, que ya existían con
anterioridad a dicha enmienda, tales como la controversia(1).

1. GONZÁLEZ AVELAR, Miguel, “La Suprema Corte y la Política”, En: México, Universidad Nacional
Autónoma de México, Coordinación de Humanidades. 1994. Segunda Edición, p. 36; GONZÁLEZ
OROPEZA, Manuel, “La Intervención Federal en la Desaparición de Poderes”, En: México, Universidad
Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Serie G, Estudios Doctrinales, Número
67. 1987. Segunda Edición, p. 103; MONTES FLORES, Iván Alfredo, “La Resolución de Cuestiones
Políticas entre los Poderes de un Estado”, En: México, Biblioteca Virtual del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM, p. 312. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2834/14.pdf.
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Desde esa época la Constitución de 1857 determinaba en su artículo 72, inciso B,


fracciones V y VI, que el ejercicio de las facultades exclusivas del Senado consistentes en:
(i) declarar la desaparición de poderes en los Estados, y (ii) resolver conflictos políticos entre
los poderes de los Estados, estarían reglamentadas en la ley(2).

En el Congreso Constituyente de 1916 - 1917, el proyecto propuesto por Venustiano


Carranza, confiaba tan importante tarea a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el
artículo 104, suprimiendo dicha facultad de la competencia del Senado(3).

Ello no fue definitivo, pues en la Comisión “Primera de la Constitución” encargada


de elaborar los dictámenes sobre los artículos 65, 66, 67, 68, 69, 72, 73 fracción XXX, 74,
75, 76, 77, 78, 79 y 93, existían dos posturas. Una de ellas representada por los diputados
Hilario Medina (Estado de Guanajuato) y Heriberto Jara (Estado de Veracruz), defendía que
dicha reserva debería concederse al Senado y no a la Corte, pues “siendo un conflicto entre
poderes locales de un Estado, de carácter político, el Senado, órgano político, es el más
adecuado para dar una solución, que además de ser pronta puede tener en cuenta intereses
especiales de un momento, que por su naturaleza la Corte no puede tomar en cuenta para
sus decisiones […] consideraciones políticas, que muchas veces son extralegales”(4).

La otra postura, encabezada por los Diputados Paulino Machorro y Narváez (Estado
de Jalisco) y el doctor Arturo Méndez (Estado de San Luis Potosí), sostenían la bondad del
proyecto carrancista, afirmado que era la Corte quien debía de conocer de los conflictos
políticos entre los poderes de un Estado “para hacer notar el alto papel de este cuerpo y la
responsabilidad del mismo, que dará a sus decisiones un valor que será seguramente
acatado por las partes contendientes” siendo además el deseo de esta propuesta “que sea el
Poder Judicial el único que resuelva esta clase de conflictos”(5).

2. Portal Conmemorativo del Poder Judicial de la Federación para los Festejos del Centenario de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos 1917-2017. http://www.constitucion1917-
2017.pjf.gob.mx/constituciones_historicas.

3. Diario de los Debates del Congreso Constituyente, Tomo I, Periodo Único, Número 19, miércoles 6 de
diciembre de 1916, Ediciones de la Comisión Nacional para la celebración del Sesquicentenario de la
proclamación de la Independencia Nacional y del Cincuentenario de la Revolución Mexicana, p. 359.
http://www.constitucion1917.gob.mx/es/Constitucion1917/Congreso_Constituyente_y_Constitucion_de_191
7.

4. Ibídem, pp. 311-320.

5. El voto fue leído la noche del 15 de enero de 1917. Ibídem, pp. 448-449.
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La comisión al encontrarse divida en dos vertientes decidió presentar al Pleno los dos
extremos. Uno de los puntos de mira se desarrolló en el dictamen con modificaciones al
proyecto de iniciativa, para que fuera el Senado de la República quien conociera de los
conflictos políticos entre los poderes de los Estados. El otro punto de vista se plasmó dentro
del voto particular al dictamen elaborado por el abogado constituyente Paulino Machorro y
Narváez. La única diferencia que presentaban dichos documentos legislativos era la
incorporación de la fracción VIII al artículo 76 de la Constitución Política(6).

La votación, favoreció la propuesta del dictamen, con 112 diputados a favor y 42 en


contra, en la 45ª sesión ordinaria celebrada en la tarde del día martes 16 de enero de 1917, en
el Teatro Iturbide, el Congreso Constituyente decidió otorgar esta facultad exclusivamente al
Senado de la República(7).

De la lectura del artículo 76 del texto original de la Constitución de 1917, se advierte


una evidente falta de técnica legislativa. Sin embargo, con mérito de la “Ley que reforma los
artículos 73, 74, 76, 79, 89, 94, 96, 97, 98, 99, 100 y 111 de la Constitución Política de la
República”, promulgada por Plutarco Elías Calles, la facultad para conocer de conflictos
entre los poderes de un Estado fue reubicada en la fracción VI, con lo que se rescató la
congruencia de la Carta Magna(8).

Finalmente, con motivo de la reciente reforma política del Distrito Federal, la fracción
VI del artículo 76 de la Constitución, sufre una nueva modificación, que tiene como principal
resultado ampliar la facultad para resolver cuestiones políticas ahora también entre los
poderes de la Ciudad de México y no simplemente de los Estados, como anteriormente venía
estableciendo el texto constitucional(9).

6. Ibídem, pp. 481-197.

7. Diario Oficial, Órgano del Gobierno Provisional de la República Mexicana, Tomo V, 4ª Época, Número 30,
lunes 5 de febrero de 1917, pp. 154-155.

8. Diario Oficial, Órgano del Gobierno Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Tomo XLIX, Número
40, lunes 20 de agosto de 1928, p. 2.

9. Diario Oficial de la Federación, Tomo DCCXLVIII, Numero 21, Edición Vespertina, Única Sección, viernes
29 de enero de 2016, p. 13.
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III. EL CASO MEDINA-ABRAHAM

El caso Medina-Abraham(10) se convirtió en uno de los litigios más complejos en el


Estado de Yucatán; el enfrentamiento dividió no sólo a la sociedad, a los partidos políticos y
a los propios medios de comunicación, que han dado en llamar al caso como el “juicio del
siglo”, sino incluso a las propias soberanías de dicha entidad federativa.

En 2001, año electoral en el Estado de Yucatán, el candidato a gobernador del Partido


Acción Nacional, Patricio José Patrón Laviada, visita en reclusorio al ingeniero Armando
Medina Millet, preso por el delito de homicidio doloso de su esposa; prometiéndole que haría
todo lo posible por conseguir su libertad. Tras el triunfo de Laviada en las urnas, la
Procuraduría del Estado reabre la causa penal e intenta corregir algunas de las irregularidades
en que incurrió la administración anterior en la investigación del caso Medina-Abraham, a
casi 2 años de haberse fallado el procedimiento judicial en primera instancia(11).

Este hecho generó un conflicto político y la confrontación entre poderes del Estado,
principalmente a raíz de que el gobernador Patrón Laviada, asumió como una causa personal
la defensa de Medina Millet.

El 14 de septiembre de 2002, tras ser cuestionado sobre el veredicto de los


magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Yucatán, encargados de la
segunda instancia del procedimiento penal(12), el gobernador declaró públicamente: “la

10. Este caso comienza el 15 de noviembre de 1995, en el número 195-B de la Calle 25, en la colonia
Buenavista, Municipio de Mérida, Estado de Yucatán, día en el que una joven de nombre Flora Ileana Abraham
Mafud, pierde la vida a causa de un impacto de bala, a escasos 11 días del celebrado su matrimonio civil con el
ingeniero Armando Medina Millet, y a 3 semanas de llevarse a cabo, el 5 de diciembre de ese mismo año, su
unión eclesiástica.

Las primeras versiones hablaron de un suicidio de la joven yucateca con un revólver Smith and Wesson calibre
38; historia construida en buena medida, por la declaración de su marido, el ingeniero Armando Medina Millet.
Sin embargo el 29 de noviembre de 1995 el padre de la occisa, Asis Abraham Dáguer, interpuso una denuncia
de homicidio por el fallecimiento de Flora Ileana y a raíz de esta acusación la versión oficial del caso en la
averiguación previa 4363/18ª/95, se orientó hacia el asesinato.

El 8 de mayo de 1996, Armando Medina Millet, esposo de la víctima, fue detenido como principal sospechoso
del crimen; sus abogados Rubén J. Bolio Pastrana y Fernando Gómez Mont Urueta, acusaron a las autoridades
ministeriales, encabezadas por el Procurador General de Justicia del Estado de Yucatán Jorge Francisco Lizcano
Esperón, de fabricar el expediente.

11. Por sentencia de primera instancia dictada el 24 de enero de 2000 por el Juez Cuarto de Defensa Social del
Primer Departamento Judicial del Estado de Yucatán, en la causa penal 204/96, se condena al inculpado
Armando Medina Millet a cumplir una pena privativa de libertad de 22 años y 6 meses de prisión.

12. El 17 de octubre de 2002, la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Yucatán, en
resolución del Recurso de Apelación seguido en el Toca 134/2000, confirma la decisión de la jueza Leticia
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impartición de justicia a cargo del Poder Judicial es una vergüenza; se están tomando
decisiones y medidas para corregir la situación”(13).

El 10 de diciembre de 2002, cinco de los seis magistrados integrantes del Pleno del
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Yucatán, incluyendo su presidente, presentan ante
el Senado de la República una solicitud de resolución de cuestiones políticas, derivado
principalmente de ésta y anteriores declaraciones vertidas por el gobernado, en donde
cuestiona la actuación del Poder Judicial en torno al caso Medina-Abraham(14).

Como respuesta a la denuncia hecha por los magistrados yucatecos, el Congreso


Local, a iniciativa de los diputados miembros del Partido Acción Nacional, en sesión
extraordinaria de fecha 17 de diciembre de 2002, tomaron el siguiente punto de acuerdo(15):

“[…] Solicitar a los cinco magistrados integrantes del Poder Judicial del
Estado de Yucatán, que suscriben la promoción presentada ante el Senado de
la República que aclaren, sustenten y fundamenten ante esta Soberanía, por
respeto al pueblo de Yucatán al cual representamos, las graves imputaciones
que hacen al titular del Ejecutivo del Estado y, de manera especial, aquéllas
que le atribuyen la intención personal de desvirtuar pruebas del expediente
en el que fue sentenciado Armando Medina Millet, de propiciar la anulación

Cobá Magaña y condena a Armando Medina Millet a 20 años de prisión por el homicidio calificado de Flora
Ileana Abraham Mafud.

Esta sentencia de segunda instancia fue impugnada mediante demanda de amparo directo, del cual tocó conocer
inicialmente al Primer Tribunal Colegiado del Décimo Cuarto Circuito; quien la registró bajo el número de
expediente AD 344/2004. Posteriormente la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
resolución de la Solicitud de Facultad de Atracción 5/2004-PS, el día 19 de enero de 2005 decidió hacerse del
conocimiento del juicio de garantías.

En sesión celebrada el día miércoles 18 mayo de 2005, la Primera Sala decidió retirar el proyecto presentado
por el ministro José Ramón Cossío Díaz que proponía la reposición del procedimiento penal. Sobre esta primera
resolución trascendió en los medios de comunicación que la Corte impidió que por irregularidades se restituyera
el proceso, ya que se estimaba que el fiscal yucateco retiraría los cargos independientemente de los méritos
reales del caso. Por esa razón el Amparo Directo Penal 2/2005 fue returnado al ministro Sergio Armando Valls
Hernández, quien propuso otorgar el amparo liso y llano a Armando Medina Millet; propuesta que fue negada
por los votos de los ministros Juan Nepomuceno Silva Meza, José Ramón Cossío Díaz y su presidenta Olga
Sánchez Cordero de García Villegas el día miércoles 07 de septiembre de 2005.

13. “Pide el Senado a Patrón Laviada respeto al TSJ de Yucatán”, México, martes 7 de octubre de 2003,
Proceso. http://www.proceso.com.mx/256673/pide-el-senado-a-patron-laviada-respeto-al-tsj-de-yucatan.

14. CONTRERAS, José, “El Tribunal Superior de Yucatán solicita al Senado frenar ataques de Patrón
Laviada”, México, miércoles 11 de diciembre de 2002, Crónica.
http://www.cronica.com.mx/notas/2002/39053.html.

15. Controversia Constitucional 2/2003, fallada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 19
de agosto de 2003.
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de la misma sentencia por razón de amistad con el sentenciado y de promover


la destitución de los actuales magistrados del Tribunal Superior de Justicia
del Estado para el mismo fin, así como el intervencionismo del Ejecutivo en
el Poder Judicial […]”

El día 3 de enero del 2003, los magistrados del Poder Judicial de Yucatán, recibieron
el oficio de fecha 17 de diciembre de 2002, donde se les requiere aclarar, sustentar y
fundamentar las imputaciones hechas al gobernador en la denuncia formulada ante el Senado.
Este otro hecho tuvo como consecuencia que el 14 de enero de 2003 los magistrados
presentaran una nueva querella de conflictos políticos al Senado de la República, ahora
dirigida en contra del poder legislativo del Estado(16).

Para atender ambas denuncias, la Junta de Coordinación Política del Senado de la


República, decidió crear un Grupo de Trabajo, que conociera del conflicto entre poderes del
Estado de Yucatán y que elaborara el proyecto de resolución que se sometería a la decisión
del Pleno. El día martes 07 de octubre de 2003 la comisión de trabajo rindió su informe,
mismo que fue aprobado por los senadores en votación económica y cuyos puntos resolutivos
determinaban(17):

“[…]PRIMERO.- Son procedentes y fundadas las cuestiones políticas


planteadas por el Poder Judicial del Estado de Yucatán.

SEGUNDO.- Los representantes del Poder Judicial acreditaron la cuestión


política surgida con el titular del Poder Ejecutivo y los integrantes del Poder
Legislativo, ambos del Estado de Yucatán, en los términos de la presente
resolución.

TERCERO.- Se conmina al C. PATRICIO JOSE PATRON LAVIADA, EN SU


CARACTER DE GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL ESTADO DE
YUCATAN, a que en lo sucesivo se conduzca con respeto y ánimo de
colaboración con el Poder Judicial de dicho Estado.

CUARTO.- Se conmina a los integrantes del PODER LEGISLATIVO DEL


ESTADO DE YUCATAN, a que en lo sucesivo se conduzcan con respeto y
ánimo de colaboración con el Poder Judicial de dicho estado y se abstengan
de formular requerimientos que no se encuentren expresamente establecidos
en la Constitución y en la legislación estatal.[…]”

16 Diario de los Debates, Senado de la República, Primer Periodo Ordinario, Año I, Legislatura LIX, Sesión
Número 13. http://www.senado.gob.mx/index.php?watch=13&mn=1&id=1536&lg=59&anio=1.

17. Ídem.
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Hasta donde alcanzó mi investigación, éste ha sido el cuarto caso en el que se ha


presentado un conflicto de cuestiones políticas entre poderes de un Estado ante el Senado de
la República(18). Los efectos del mismo no fueron los deseados, pues en vez de ser el fin de
un problema político, se convirtió en el precursor del compromiso ya expresado por el
gobernador por destituir a los cinco magistrados que iniciaron esta demanda política.

IV. LA LEY REGLAMENTARIA DE LA FRACCIÓN VI DEL ARTÍCULO 76 DE


LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Como resultado del caso Medina-Abraham, el senador Cesar Camacho Quiroz,


presentó la “Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se expide la Ley Reglamentaria
de la Fracción VI del Artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos”. El dictamen correspondiente fue elaborado por las Comisiones Unidas de
Gobernación y de Estudios Legislativos; discutido y aprobado el 07 de diciembre de 2004 en
la Cámara Alta del Congreso de la Unión.

En la Cámara Baja, correspondió a la Comisión de Gobernación dictaminar la minuta


proveniente de su colegisladora. Después de dos años de haberse detenido el proceso
legislativo, finalmente el dictamen fue aprobado en la Cámara de Diputados el día 08 de
enero de 2007.

La Ley Reglamentaria de la Fracción VI del Artículo 76 de la Constitución Política


de los Estados Unidos Mexicanos, se publica el 31 de agosto de 2007 en el Diario Oficial de
la Federación, contiene 25 artículos y no presenta grandes modificaciones a la iniciativa
presentada por el senador priista(19). Los puntos más destacados del mencionado
ordenamiento jurídico son:

 Existe dos criterios amplios de configuración del elemento objetivo de


procedencia; es decir, lo que debe entenderse como cuestión política,
(Artículos 2º y 3º fracción VI), así como varios supuestos casuísticos que
plantean hipótesis particulares, también sujetas al régimen de la Ley

18. Las tres anteriores cuestiones políticas se presentaron, una en 1918 con motivo de la elección de poderes
locales en el Estado de Tamaulipas, otra en 1919 entre poderes del Estado de Tabasco y una más entre el
Ejecutivo y Legislativo del Estado de Yucatán, resuelta en el año de 1956.

19. Diario Oficial de la Federación, Tomo DCXLVII, Numero 23, Primera Sección, viernes 31 de agosto de
2007, pp. 2-5.
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Reglamentaria de la Fracción VI del Artículo 76 constitucional (Artículo 3º


fracciones I, II, III, IV y V).
 Se establecen causas de improcedencia del procedimiento de conflictos entre
poderes de un Estado. (Artículos 3º último párrafo y 6º).
 Por primera vez se precisa el derecho sustantivo, el derecho procesal y su
jerarquía, para resolver los conflictos políticos entre poderes de un Estado.
(Artículo 4º).
 Se legitima a los poderes a plantear cuestiones políticas a petición de parte y
al Senado a conocer de ellas de oficio o por denuncia ciudadana. En éste
último supuesto solamente en los siguientes casos: (i) cuando un poder se
valga de la fuerza pública en contra de otro, y (ii) cuando tengan lugar hechos
de violencia, o haya riesgos de que ello suceda. (Artículo 5º).
 La ley determina la imprescriptibilidad de la acción para denunciar la cuestión
política (Artículo 7º); la representación de los poderes en el procedimiento
(Artículo 8º); los requisitos que debe reunir la solicitud (Artículo 9); la
autoridad ante quien se debe interponer (Artículo 10); y en general el
procedimiento que se sigue desde su presentación hasta su resolución
(Artículos 2º, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 19, 20 y 21).
 Ahora ya no se ordena la formación de un Grupo de Trabajo, sino que la Junta
de Coordinación Política del Senado, turna la solicitud a una Comisión, quien
es responsable de la debida instrucción y consecución del proceso (Artículo
14).
 Existe la posibilidad de pedir la suspensión de los actos o hechos motivo del
conflicto, o incluso de solicitar el otorgamiento de medidas precautorias, para
evitar que se agrave la cuestión política (Artículo 18).
 La ley contempla medios de impugnación, tales como: (i) el Recurso de
Revisión para impugnar la actuación de la Comisión o de alguno de sus
integrantes (Artículo 22); (ii) el Recurso de Queja para impugnar la
contumacia de alguna de las partes para cumplir con las determinaciones que
emita la Comisión en el curso del procedimiento; y (iii) el Recurso de
Reclamación de Incumplimiento en caso de que una de las parte no acate la
resolución dictada por el Senado de la República (Artículo 23).

Sin más que agregar sobre la Ley Reglamentaria de la Fracción VI del Artículo 76 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; descrito en parte la manera en que
la facultad exclusiva del Senado para resolver conflictos políticos entre poderes de un Estado
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se configura en el ordenamiento mexicano, pasemos a explicar la naturaleza jurídica de la


institución.

V. EL MEDIO DE CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD.

La exclusiva facultad del Senado de la República para resolver cuestiones políticas


entre los poderes de una entidad federativa, es un medio de control de constitucionalidad, de
carácter político, parlamentario, objetivo, político y jurídico en cuanto a sus argumentos,
sucesivo y previo, donde puede existir mediación, pero en todos los casos concluirá con una
resolución del Senado.

Es un control de tipo político en tanto las partes intervinientes en la contienda, sólo


pueden ser miembros pertenecientes a una de las tres divisiones del poder público
establecidas en el artículo 116 de la Constitución Mexicana; es decir, tanto el sujeto activo
como el pasivo, deberán formar parte de una de las tres esferas del orden de gobierno estatal,
ya sea al Ejecutivo, al Legislativo o al Judicial.

Es político pues el origen del conflicto entre los poderes del Estado se suscita
comúnmente por la falta de leyes, porque la materia de que se trata no está reglamentada, o
no se ha legislado sobre ella(20). La diferencia de elegir una u otra vía para acudir a un
conflicto constitucional, ya a la Suprema Corte de Justicia ya a la Cámara de Senadores, son
las vías de hecho. Cuando los conflictos son de tal naturaleza que pueden llevar a una
controversia de hecho, “si llegan a las manos” los poderes de los Estados, entonces es el
Senado de la República el que los resuelve(21).

Por sus consecuencias legales, también es político, ya que el artículo 25 de la ley


ordinaria, castiga al poder remiso con responsabilidad política, al determinar que el desacato
a las resoluciones del Senado en los procedimientos de cuestiones políticas, será considerado
como violación grave a la Constitución, para efectos de los artículos 109 fracción I y 110
párrafo segundo del texto constitucional federal.

20. Intervención del Diputado Alberto M. González (Estado de Hidalgo) al discutir la fracción VIII, del artículo
76, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Diario de los Debates del Congreso
Constituyente 1916-1917, Op. Cit, p. 487.

21. CARRILLO FLORES, Antonio “El Senado en el Sistema Constitucional Mexicano”, Colección Estudios
de Derecho Administrativo y Constitucional, México: 1987, Primera Edición, Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM, Serie G, Estudios Doctrinales, Número 106, pp.175-176.
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=879.
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Tiene un carácter parlamentario en tanto es el Senado, como depositario del poder


legislativo, a quien le corresponde resolver de manera definitiva y exclusiva esta clase de
negocios.

Es objetivo, pues dicho control necesariamente deriva de la existencia de un canon


fijo y predeterminado de valoración(22), ello principalmente a partir de la publicación de la
ley reglamentaria, ya que para la procedencia de la solicitud de cuestión política, el Senado
de la República deberá ceñirse a lo previsto en dicho ordenamiento y podrá en todo caso
decidir el desechamiento de la solicitud si no se ajusta a alguna de las causas que actualmente
se establecen en la legislación, o bien si se actualiza uno de los impedimentos establecidos
en la norma. (Artículos 2º, 3º, 11 y 14). Incluso, no resultaría extraño considerar procedente
algún medio de impugnación constitucional en contra del acuerdo de admisión a trámite de
la solicitud de cuestión política que llegase a emitir la Junta de Coordinación Política,
haciendo valer alguna causal de improcedencia notoria y manifiesta o impugnando la
ilegalidad de dicha resolución.

Es político en cuanto a sus argumentos, pues quien resuelve podría razonar su


decisión en sucesos especiales acaecidos en un momento o etapa de la vida pública, en las
buenas y malas prácticas de gobierno, en hechos oficiales o paralegales, o en alguna otra
consideración que escape del contenido rígido de las leyes.

Sin embargo, también es jurídico en cuanto a sus argumentos, pues la Constitución


y la ley reglamentaria, prescriben que en materia de fondo, el Senado dictará su resolución
sujetándose a la Constitución General de la República y a la Constitución de la entidad
federativa, característica que otorga a este sumario el carácter indiscutible de medio de
control constitucional. Ello es así pues el Senado de la República se encuentra ejerciendo un

22. A contrario sensu del subjetivo. MORA DONATTO, Cecilia, “Instrumentos Constitucionales para el
Control Parlamentario”, Revista Mexicana de Derecho Constitucional, México: Enero-Junio de 2001, Número
4, p. 90. http://biblio.juridicas.unam.mx/revista/pdf/CuestionesConstitucionales/4/art/art4.pdf.
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control de regularidad(23) de los actos u omisiones de los poderes estatales, que si bien es
dirigido a cuestiones políticas, ello no le desvirtúa como una garantía de la constitución(24).

Tiene el carácter de control constitucional sucesivo y previo, pues puede recaer sobre
actividades ya desarrolladas o sobre actividades futuras. Ello lo corrobora la fracción V del
artículo 3º de la ley reglamentaria, al reputar cuestión política “Los hechos de violencia del
tipo que sea, de un poder hacia otro, que pudieran alterar o interrumpir el orden
constitucional local o el ejercicio de sus respectivas funciones”, en donde basta la simple
posibilidad de afectación para poder accionar la participación del Senado. También la
fracción II del artículo 5º del mismo ordenamiento lo confirma, al facultar la actuación de
oficio de la Cámara Alta “cuando un poder se valga de la fuerza pública en contra de otro,
tengan lugar hechos de violencia o haya riesgos de que ello suceda”.

Finalmente es el propio ordenamiento jurídico, el que constriñe expresamente al


Senado a culminar en todos los casos el procedimiento de cuestiones políticas que ha
iniciado. Ello es así ya que no puede dejarse de considerar que el artículo 76, fracción VI, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos impone al Senado la obligación de
resolver; es decir la propia norma fundamental exige al parlamento mexicano que decida en
definitiva la controversia puesta en su conocimiento, sin que ello necesariamente implique
una decisión de fondo, pudiendo en todo caso sobreseer o conciliar el conflicto (siendo esto
último una postura personal); razón por la cual me inclino a considerar que en el
procedimiento para resolver conflictos políticos entre poderes puede existir mediación, pero
siempre y en todos los casos concluirá con una resolución del Senado.

23. La regularidad no es, sino la relación de correspondencia entre un grado inferior y un grado superior del
orden jurídico. Cada grado del orden jurídico constituye a su vez una producción de derecho, frente al grado
inferior, y una reproducción del derecho, ante el grado superior. Las garantías de la Constitución significan,
entonces garantías de la regularidad de las normas y actos inmediatamente subordinadas a la Constitución.
KELSEN, Hans, “La garantía jurisdiccional de la Constitución (la justicia constitucional)” En: México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Primera Edición. 2001,
serie ensayos jurídicos, núm. 5, pp.472-474. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3187/16.pdf.

24. Garantías de la constitución como el método procesal para hacer efectivos los mandatos fundamentales, los
medios que aseguran la observancia de prescripciones constitucionales; métodos procesales, represivos y
reparadores, que dan efectividad a los mandatos constitucionales cuando son desconocidos o violados o cuando
existe incertidumbre respecto de su forma o contenido. FIX ZAMUDIO, Héctor, “El Juicio de Amparo”, En:
México, Porrúa. 1964. Primera Edición. pp.56-58.
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VI. PROPUESTA DE REFORMA

A mi atención, la esencia de facultad del Senado de la República para resolver


cuestiones políticas entre los poderes de una entidad federativa, debería modificarse en los
siguientes tres puntos: (a) Ampliar el ámbito personal de validez, (b) Ampliar el ámbito
material de validez, y (c) Prever un sistema independiente de responsabilidad política.

A. Ampliar el ámbito personal de validez. Actualmente, a partir de la reforma


política del Distrito Federal, ya se encuentran integrados al régimen de cuestiones políticas,
los poderes de la Ciudad de México, sin embargo la ley reglamentaria, a mi parecer de forma
equivocada, excluye de su aplicación al orden de gobierno Municipal y Delegacional.

Lo más óptimo para la evolución del procedimiento de conflictos políticos sería


involucrar a los órganos municipales y delegacionales que mucho tiene que ver en la vida
pública del gobierno y por supuesto también son frecuentes actores de cuestiones políticas
con los poderes de las entidades federativas. Ejemplo: caso Cuauhtémoc Blanco - Graco
Ramírez (Mando Único Policíaco).

B. Ampliar el ámbito material de validez. Asimismo, otra de las modificaciones


que deberían preverse en la ley reglamentaria de la materia, sería la de la ampliación del
objeto regulado, es decir el incremento de supuestos específicos considerados como
cuestiones políticas, dentro de los cuales sería conveniente establecer, la posibilidad de
revisar la elegibilidad de los nombramientos hechos por los órganos estatales, municipales y
delegacionales. Ejemplo: caso reelección de Edgar Elías Azar, Presidente del Tribunal
Superior de Justicia de la Ciudad de México.

C. Prever un sistema independiente de responsabilidad política. Finalmente sería


deseable que el desacato a la resolución que llegare a dictar el Senado de la República al
concluir el procedimiento especial, generara sanciones y responsabilidades políticas de forma
directa y no a través de un nuevo enjuiciamiento como el juicio político.

Esta es sin duda la principal causa por la cual la facultad exclusiva del Senado para
resolver cuestiones políticas entre poderes de una entidad federativa es letra muerta en
nuestra Constitución. Lo ideal sería que se tuvieran previstas una serie de sanciones tales
como la multa, el arresto, la inhabilitación de la función pública o incluso la separación de
cargo como medidas de apremio.

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