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El Nuevo Ateísmo y Cinco Argumentos a Favor de Dios


William Lane Craig
¿Hay argumentos buenos a favor de la existencia de Dios? ¿Han demostrado los supuestos
Nuevos Ateos que los argumentos a favor de Dios no son buenos?

Derechos Reservados © 2010 por Christ on Campus Initiative (CCI)

Quizás sea algún tipo de sorpresa el que casi ninguno de los supuestos Nuevos Ateos tenga algo
que decir acerca de los argumentos a favor de la existencia de Dios. Más bien, ellos tienden a
enfocarse en los afectos sociales de la religión y cuestionan de si la creencia religiosa es buena
para la sociedad. Con cierta justificación, uno podría dudar de que el impacto social de una idea
para bien o para mal sea una medida apropiada de su verdad, en especial cuando se están
ofreciendo razones para pensar que la idea en cuestionamiento sea realmente verdadera. Por
ejemplo, el Darwinismo ciertamente ha tenido por lo menos algunas influencias sociales
negativas, pero eso difícilmente proporciona bases para pensar que la teoría sea falsa y para
simplemente ignorar la evidencia biológica que tiene a su favor.

Quizás los Nuevos Ateos piensan que los argumentos tradicionales a favor de la existencia de
Dios ahora están pasados de moda y que ya no necesitan ser refutados. Si es así, ellos son unos
ingenuos. En la última generación, ha habido un resurgimiento del interés entre los filósofos
profesionales, para los cuales es su negocio el pensar acerca de las preguntas metafísicas
difíciles, en los argumentos a favor de la existencia de Dios. Este resurgimiento de interés no ha
escapado la atención de inclusive la cultura popular. En el 1980 la revista Time corrió un gran
reportaje titulado “Modernizing the Case for God” [Modernizando el Caso a favor de Dios], el
cual describía el movimiento que había entre los filósofos contemporáneos para renovar los
argumentos tradicionales a favor de la existencia de Dios. Time se maravillaba,
En una revolución pacífica en el pensamiento y argumento que casi nadie pudo haber anticipado
sólo dos décadas atrás, Dios está haciendo una reaparición. Lo más intrigante es que esto está
sucediendo no entre los teólogos o entre los creyentes ordinarios, sino en los círculos
intelectuales activos de filósofos académicos, donde el consenso por mucho tiempo ha disipado
al Todopoderoso del discurso fructífero.[1]

Según el artículo, el notorio filósofo estadounidense Roderick Chisholm opinaba que la razón de
que el ateísmo tuvo tanta influencia en la generación previa es que los filósofos más brillantes
eran ateos. Sin embargo hoy, observaba él, muchos de los filósofos más brillantes son teístas,
quienes utilizan un intelectualismo duro en defensa de esa creencia.
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Los Nuevos Ateos están felizmente ignorantes de esta continua revolución en la filosofía anglo-
americana.[2] Por lo general, ellos han perdido el contacto con el trabajo innovador en este
campo. Richard Dawkins es casi el único Nuevo Ateo que interactúa con los argumentos a favor
de la existencia de Dios. En su libro “El Espejismo de Dios”, el cual se ha convertido en un best-
seller a nivel internacional, Dawkins examina y ofrece algunas refutaciones de muchos de los
argumentos más importantes a favor de Dios.[3] Él se merece crédito por tomar los argumentos en
serio. Pero ¿son sus refutaciones convincentes? ¿Le ha dado Dawkins un golpe mortal a los
argumentos?
Pues bien, miremos algunos de esos argumentos y veamos. Pero antes de hacer eso, vamos a
estar claros de qué es lo hace que un argumento sea “bueno”. Un argumento es una serie de
enunciados (llamadas premisas) que llevan a una conclusión. Un argumento sólido debe cumplir
con dos condiciones: (1) debe ser lógicamente válido (es decir que su conclusión se deduzca de
las premisas por las reglas de la lógica), y (2) sus premisas deben ser verdaderas. Si un
argumento es sólido, entonces la verdad de la conclusión se deduce necesariamente de las
premisas. Pero para que un argumento sea bueno, no es suficiente que un argumento sea sólido.
Además, necesitamos tener alguna razón para pensar que las premisas son verdaderas. Un
argumento lógicamente válido que tenga, totalmente desconocido a nosotros, premisas
verdaderas no es un buen argumento para la conclusión. Las premisas tienen que tener algún
grado de justificación o garantía para nosotros para que un argumento sólido sea bueno. Pero
¿cuánta garantía? Ciertamente, no necesitan saber con certeza que las premisas son verdaderas
(¡no sabemos o conocemos casi nada que sea verdadero con certeza!). Talvez deberíamos decir
que para que un argumento sea bueno, las premisas necesitan ser probablemente verdaderas a la
luz de la evidencia. Pienso que eso es justo, a pesar de que a veces las probabilidades se hacen
difíciles de cuantificar. Otra manera de decir esto es que un buen argumento es un argumento
sólido en el cual las premisas son más plausibles a la luz de su evidencia que sus opuestos. Uno
debería comparar la premisa y su negación y creer cualquiera de ella que sea más plausiblemente
verdadera a la luz de la evidencia. Un buen argumento será un argumento sólido del cual las
premisas son más plausibles que sus negaciones.

Tomando en cuenta esa definición, la pregunta es esta: ¿Existen buenos argumentos a favor de la
existencia de Dios? ¿Ha demostrado Dawkins, en particular, que los argumentos a favor de Dios
no son buenos? Para averiguar eso, miremos cinco argumentos a favor de la existencia de Dios.

1. El Argumento Cosmológico de (o desde) la Contingencia

El argumento cosmológico viene en una variedad de maneras. Aquí está una versión sencilla del
famoso argumento de la contingencia:
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1. Todo lo que existe tiene una explicación para su existencia ya sea en la necesidad de su propia
naturaleza o en una causa externa.

2. Si el universo tiene una explicación para su existencia, esa explicación es Dios.

3. El universo existe.

4. Por lo tanto, el universo tiene una explicación para su existencia (de las premisas 1, 3).

5. Por lo tanto, la explicación para la existencia del universo es Dios (de las 2, 4).

Ahora bien, este es un argumento lógicamente hermético. Es decir que si las premisas son
verdaderas, entonces la conclusión es inevitable. No importa si no nos gusta la conclusión. No
importa si tenemos otras objeciones para la existencia de Dios. Siempre y cuando concedamos
las tres premisas, tenemos que aceptar la conclusión. Así que la pregunta es esta: ¿Cuál es más
plausible—que esas premisas sean verdaderas o que sean falsas?
1.1. Premisa 1

Consideremos primero la premisa 1. Según la premisa 1, hay dos clases de cosas: las cosas que
existen de manera necesaria y las cosas que son producidas por alguna causa externa. Me
explico.

Las cosas que existen de manera necesaria existen por una necesidad de su propia naturaleza. Es
imposible de que ellas no existan. Muchos matemáticos piensan que los números, los conjuntos y
las otras entidades matemáticas existen de esta manera. Ellos no son causados por algo más.
Ellos sencillamente existen de manera necesaria.

Por el contrario, las cosas que son causadas a existir por algo más no existen de manera
necesaria. Ellas existen contingentemente. Ellas existen porque algo más las produjo. Los objetos
físicos familiares como las personas, los planetas y las galaxias pertenecen a esta categoría.

De manera que la premisa 1 afirma que todo lo que existe se puede explicar por una de estas dos
maneras. Esta afirmación, cuando reflexionas sobre ella, parece ser muy plausiblemente
verdadera. Imagínate que un día estés en una caminata por el bosque y hallas una bola
transluciente tendida en el piso. Naturalmente te preguntarías de cómo ella llegó a estar allí. Si
uno de tus compañeros en la caminata te dice, “¡No te preocupes, esta bola existe de manera
inexplicable!, pensarías que esa persona o está loca o que sólo quiere que tú sigas avanzando con
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la caminata. Ninguna persona iría tomar en serio la sugerencia de que la bola llegó a existir allí
literalmente sin [que haya] alguna explicación.

Ahora, supongamos que aumentes el tamaño de la bola que se cuenta en este relato para que
tenga el tamaño de un automóvil. Eso no haría nada para satisfacer o eliminar la exigencia de una
explicación. Supongamos que fuese del tamaño de una casa. Tenemos el mismo problema.
Supongamos que fuese del tamaño de un continente o de un planeta. Tenemos el mismo
problema. Supongamos que fuese del tamaño del universo entero. El mismo problema.
Simplemente aumentar el tamaño de la bola no hace nada para afectar la necesidad de una
explicación. Como la bola de este relato se podría sustituir con cualquier objeto, eso da bases
para pensar que la premisa 1 es verdadera.

Se pudiera decir que mientras la premisa 1 es verdadera de todo en el universo, no es


verdadera del universo mismo. Todo en el universo tiene una explicación, pero el universo
mismo no tiene una explicación.

Dicha respuesta comete lo que acertadamente se le ha venido a llamar "la falacia del taxi,” ya
que como el filósofo ateo del siglo XIX Arthur Schopenhauer decía en broma, la premisa 1 no se
puede descartar como se despide un “taxi” cuando hayas llegado a tu destino deseado. No puedes
decir que todo tiene una explicación para su existencia y después de repente eximir el universo.
Sería algo arbitrario afirmar que el universo es la excepción de la regla (Dios no es una
excepción para la premisa 1: véase más adelante en 1.4). Nuestra ilustración de la bola en el
bosque demuestra que simplemente aumentar el tamaño del objeto que se está explicando, aún
hasta que este llegue a ser el universo mismo, no hace nada para eliminar la necesidad de alguna
explicación de su existencia.

Uno podría tratar de justificar el hacer el universo una excepción de la premisa 1. Algunos
filósofos han afirmado que es imposible de que el universo tenga una explicación para su
existencia, ya que la explicación del universo tendría que estar en algún estado anterior en el cual
el universo aún no existía. Pero eso sería la nada, y la nada no puede ser la explicación de algo.
Por lo tanto, el universo sólo debe existir de manera inexplicable.

Sin embargo, esta línea de razonamiento es obviamente falaz, ya que ello supone que el universo
es todo lo que hay, de manera que si no hubiera universo no hubiese nada. ¡En otras palabras, la
objeción supone que el ateísmo es verdadero! Por lo tanto, el objetor está cometiendo una
petición de principio a favor del ateísmo, argumentando en un círculo. El teísta estará de acuerdo
en que la explicación del universo debe ser algún estado de cosas (explicativamente) anterior o
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previo en el cual el universo no existía. Pero ese estado de cosas es Dios y Su voluntad, no la
nada.

Así que me parece que la premisa 1 es más plausiblemente verdadera que falsa, lo cual es todo lo
que necesitamos para tener un buen argumento.

1.2. Premisa 2

¿Que entonces podemos decir sobre la premisa 2? ¿Es ella más plausiblemente verdadera que
falsa? Aunque a primera vista la premisa 2 podría aparentar ser controversial, lo que es realmente
incómodo para el ateo en este punto es que la premisa 2 es lógicamente equivalente a la típica
respuesta atea para el argumento de la contingencia. (Dos declaraciones son lógicamente
equivalentes si es imposible de que una sea verdadera y la otra falsa. Ellas se sostienen o se caen
juntas). Entonces, ¿qué dice el ateo casi siempre en respuesta al argumento de la contingencia?
El ateo típicamente afirma lo siguiente:

A. Si el ateísmo es verdadero, el universo no tiene una explicación de su existencia.

Como, en el ateísmo, el universo es la realidad última éste simple y llanamente existe como un
hecho bruto. Pero eso es lógicamente equivalente a decir esto:

B. Si el universo tiene una explicación de su existencia, entonces el ateísmo no es verdadero.

Así que no puedes afirmar (A) y negar (B). ¡Pero la (B) es virtualmente sinónima con la premisa
2! (Sólo tienes que compararlas). Así que al decir que, dado el ateísmo, el universo no tiene
explicación, el ateo está admitiendo implícitamente la premisa 2: que si el universo tiene una
explicación, entonces Dios existe.

Además de eso, la premisa 2 es muy plausible en su propio derecho, ya que pensemos de lo que
es el universo: toda la realidad del espacio-tiempo, incluyendo toda la materia y energía. Se
deduce que si el universo tiene una causa para su existencia, esa causa debe ser un ser no físico,
inmaterial, que está más allá del espacio y del tiempo. Ahora bien, sólo hay dos tipos de cosas
que podrían encajar en esa descripción: (1) un objeto abstracto como un número o (2) una mente
incorpórea. Pero los objetos abstractos no pueden causar nada. Eso es parte de lo que significa
ser abstracto. El número 7, por ejemplo, no puede causar ningún efecto. Así que si hay una causa
del universo, ella debe ser una Mente trascendente, incorpórea lo cual es lo que los cristianos
entienden que Dios es.
1.3. Premisa 3
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La premisa 3 es innegable para cualquier buscador sincero de la verdad. ¡Es obvio que el
universo existe!

1.4 Conclusión

De estas tres premisas se deduce que Dios existe. Ahora bien, si Dios existe, la explicación de la
existencia de Dios yace en la necesidad de su propia naturaleza, ya que, como admite el ateo, es
imposible de que Dios tenga una causa. De manera que si este argumento tiene éxito, este prueba
la existencia de un Creador personal del universo que es necesario, no causado, atemporal, sin
límite de espacio e inmaterial. ¡Esto es realmente impresionante!

1.5. La Respuesta de Dawkins


¿Qué tiene que decir Dawkins en repuesta a este argumento? ¡Nada! Sólo tienes que mirar las
páginas 77-78 de su libro donde tú esperarías que surja este argumento. Todo lo que vas a
encontrar es una discusión breve de algunas versiones diluidas de los argumentos de Tomás de
Aquino, pero nada acerca del argumento de la contingencia. Esto es algo muy increíble, ya que el
argumento de la contingencia es uno de los argumentos más famosos a favor de la existencia de
Dios y es defendido hoy en día por filósofos como Alexander Pruss, Timothy O’Connor, Stephen
Davis, Robert Koons, y Richard Swinburne, sólo por mencionar algunos.[4]
2. El Argumento Cosmológico Kalam Basado en el Comienzo del Universo
Aquí está una versión distinta del argumento cosmológico, al cual he llamado “el argumento
cosmológico kalam” en honor a sus proponentes musulmanes medievales (kalam es la palabra
árabe que quiere decir “teología”):

1. Todo lo que comienza a existir tiene una causa.

2. El universo comenzó a existir.

3. Por lo tanto, el universo tiene una causa.

Una vez llegamos a la conclusión de que el universo tiene una causa, entonces podemos analizar
cuales propiedades debe tener dicha causa y evaluar su significado teológico.

Otra vez, el argumento es lógicamente hermético. De modo que la única pregunta es de si las dos
premisas son más plausiblemente verdaderas que sus negaciones.

2.1. Premisa 1
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La premisa 1 parece ser obviamente verdadera—por lo menos, más que su negación. En primer
lugar, está arraigada en la verdad necesaria de que algo no puede llegar a existir de la nada sin
que sea causado. Sugerir que las cosas simplemente pudieran brotar a la existencia de la nada sin
ser causadas es literalmente peor que la magia. En segundo lugar, si las cosas realmente podrían
llegar a existir de la nada sin que sean causadas, entonces es inexplicable el porqué cualquier y
todas las cosas no llegan a existir de la nada sin ser causadas. En tercer lugar, la premisa 1 se
confirma constantemente en nuestra experiencia a medida que vemos las cosas que comienzan a
existir siendo ocasionadas por causas previas.

2.2. Premisa 2

La premisa 2 puede ser apoyada tanto por argumento filosófico como por evidencia científica.
Los argumentos filosóficos tienen el objetivo de mostrar que no puede haber una regresión
infinita de acontecimientos pasados. En otras palabras, la serie de acontecimientos pasados debe
ser finita y debe haber tenido un comienzo. Algunos de estos argumentos tratan de mostrar que
es imposible que exista un número realmente infinito de cosas. Por lo tanto, no puede existir un
número infinito de acontecimientos pasados. Otros tratan de mostrar que una serie realmente
infinita de acontecimientos pasados nunca pudo transcurrir. Como la serie de acontecimientos
pasados ha obviamente transcurrido, el número de acontecimientos pasados debe ser finito.

La evidencia científica para la premisa 2 está basada en la expansión del universo y en las
propiedades termodinámicas del universo. Según el modelo del Big Bang del origen del
universo, el espacio físico y el tiempo, juntamente con toda la materia y la energía en el universo,
llegaron a existir en un punto en el pasado alrededor de 13.7 billones de años atrás (Figura 1).

Traducción de los términos:

Time [Tiempo]

Space [Espacio]

Initial Cosmological Singularity [Singularidad Cosmológica Inicial]

Figura 1: Representación Geométrica del Modelo Estándar Espacio-Tiempo. El espacio y el


tiempo comienzan en la singularidad cosmológica inicial, antes la cual literalmente nada existe.

Lo que hace que el Big Bang sea tan increíble es que este representa el origen del universo
literalmente de la nada. Como explica el físico P. C. W. Davies, “la llegada del universo a la
8

existencia, como se discute en la ciencia moderna […] no es simplemente un asunto de imponer


algún tipo de organización […] sobre un estado incoherente previo, sino literalmente la llegada a
la existencia de todas las cosas físicas desde la nada”.[5]
Por supuesto, a través de los años los cosmólogos han propuesto teorías alternativas para tratar
de evitar este comienzo absoluto, pero ninguna de estas teorías se ha impuesto en la comunidad
científica como más plausible que la teoría del Big Bang. De hecho, en el 2003, los cosmólogos
Arvind Borde, Alan Guth, y Alexander Vilenkin demostraron que cualquieruniverso que esté en
un estado promedio de expansión cósmico no puede ser eterno en el pasado sino que debe tener
un comienzo absoluto. La prueba de ellos se mantiene sin importar la descripción física del
universo muy temprano, el cual evade a los científicos y aun se aplica inclusive a cualquier
multiverso más amplio del cual nuestro universo pudiera considerarse ser parte. Vilenkin no
vacila ni por un minuto:
Se dice que un argumento es lo que convence a los hombres razonables y una prueba es lo que se
toma para convencer inclusive a un hombre irracional. Los cosmólogos ya no pueden esconderse
detrás de la posibilidad de un universo con un pasado eterno. No hay ninguna salida, tienen que
enfrentar el problema de un principio cósmico".[6]

También, además de la evidencia basada en la expansión del universo, tenemos la evidencia


termodinámica a favor del comienzo del universo. La Segunda Ley de la Termodinámica predice
que en una cantidad finita de tiempo, el universo se va a desgastar a un estado frío, oscuro,
diluido y sin vida. Pero si eso ya ha existido por un tiempo infinito, el universo ahora debería
estar en esa condición desolada. Por lo tanto, los científicos han concluido que el universo debió
haber comenzado a existir en un tiempo finito atrás y ahora está en el proceso de desgastamiento.

2.3. Conclusión
Se deduce lógicamente de las dos premisas que el universo tiene una causa. ¡El prominente
filósofo Nuevo Ateo, Daniel Dennett, está de acuerdo de que el universo tiene una causa, pero
piensa que esa causa del universo es el propio universo! Sí, él está hablando en serio. En lo que
él llama, “el último truco de una secuencia de arranque (bootstrapping)”, él afirma que el
universo se creó a sí mismo.[7]

La visión de Dennett simplemente no tiene sentido. Observemos que él no está diciendo que el
universo se causó a sí mismo en el sentido de siempre haber existido. No, Dennett está de
acuerdo de que el universo tuvo un comienzo absoluto pero afirma de que el universo se trajo a sí
mismo a la existencia. Sin embargo, esto es claramente imposible, ya que para que se pudiera
crear a sí mismo, el universo tendría ya que haber existido. ¡Tendría que existir antes de que
existiera! Por lo tanto, la visión de Dennett es lógicamente incoherente. Por lo tanto, la causa del
universo debe ser una causa trascendente, mucho más allá del universo.
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¿Cuáles propiedades debe poseer dicha causa del universo? Como la causa del espacio y tiempo,
ella debe trascender el espacio tiempo y por lo tanto, debe existir atemporal y no espacialmente
(por lo menos sin el universo). Por lo tanto, esa causa trascendente debe ser incambiable e
inmaterial debido a que (1) cualquier cosa que sea atemporal debe también ser incambiable y (2)
cualquier cosa que sea incambiable no debe ser física ni material ya que las cosas materiales
están cambiando constantemente en los niveles moleculares y atómicos. Dicha causa no debe
tener un comienzo y debe ser no causada, por lo menos en el sentido de que ella carece de
cualquier condición causal previa, ya que no puede haber una regresión o cadena infinita de
causas. La Navaja de Occam (el principio que dice que no deberíamos multiplicar las causas más
allá de lo necesario) va a “rasurar” o eliminar cualesquiera otras causas ya que sólo se requiere
de una causa para explicar el efecto. Esa entidad debe ser inimaginablemente poderosa, si no
omnipotente, ya que ella creó el universo sin ninguna causa material.

Por último, y lo más increíble, esa primera causa trascendente es plausiblemente personal. Ya
hemos visto en nuestra discusión del argumento de la contingencia que la personificación de la
primera causa del universo está insinuada por su atemporalidad e inmaterialidad. Las únicas
entidades que pueden poseer esas propiedades son las mentes o los objetos abstractos como los
números. Pero los objetos abstractos no entran en relaciones causales. Por lo tanto, la causa
trascendente del origen del universo debe ser una mente incorpórea. [8]

Además, la personificación de la primera causa también está insinuada ya que el origen de un


efecto con un comienzo es una causa sin un comienzo. Hemos visto que el comienzo del
universo fue el efecto de una primera causa. Por la naturaleza del caso, esa causa no puede tener
un comienzo de su existencia o de cualquier causa previa. Ésta simplemente existe de manera
incambiable sin comenzar, y en un tiempo finito en el pasado trajo el universo a la existencia.
Ahora bien, esto es muy peculiar. La causa, en algún sentido, es eterna y aún el efecto que
produjo no es eterno sino que comenzó a existir en un tiempo finito en el pasado. ¿Cómo puede
suceder eso? Si las condiciones suficientes para el efecto son eternas, entonces ¿por qué no es
eterno también el efecto? ¿Cómo puede un primer acontecimiento llegar a existir si la causa de
ese acontecimiento existe incambiable y eternamente? ¿Cómo puede la causa existir sin su
efecto?

Parece haber solamente una manera de salir de este dilema y es diciendo que la causa del
comienzo del universo es un agente personal quien libremente escogió crear un universo en el
tiempo. Los filósofos llaman a este tipo de causalidad "agente de causalidad" y porque el agente
es libre, él puede iniciar nuevos efectos al ocasionar libremente las condiciones que no estaban
presentes anteriormente. Por lo tanto, en un tiempo finito en el pasado un Creador pudo haber
traído libremente el mundo a la existencia en ese momento. De esa manera, el Creador podría
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existir de manera incambiable y eternamente, pero escoge crear el mundo en el tiempo. (Por
“escoge” alguien no necesita querer decir que el Creador cambia de parecer acerca de la decisión
de crear, sino que él libre y eternamente tiene la intención de crear un mundo con un comienzo).
Por lo tanto, al ejercer su poder causal, él hizo que un mundo con un comienzo llegara a
existir.[9] Por lo tanto, la causa es eterna, pero el efecto no lo es. De esa manera, entonces, es
posible de que el universo temporal haya llegado a existir desde una causa eterna: por medio del
libre albedrío de un Creador personal.

De manera que sobre la base de un análisis de la conclusión del argumento, por lo tanto
podríamos inferir que existe un Creador personal del universo quien no es causado, quien no
tiene comienzo, quien es incambiable, inmaterial, atemporal, sin [límite de] espacio e
inimaginablemente poderoso.

En el escenario contemporáneo, filósofos como Stuart Hackett, David Oderberg, Mark Nowacki
y yo hemos defendido el argumento kalam.[10]

2.4. La Respuesta de Dawkins


Ahora bien, afortunadamente Dawkins sí aborda esta versión del argumento cosmológico. ¡Sin
embargo, es algo increíble que él no dispute ninguna premisa del argumento! En lugar, él
cuestiona el significado teológico de la conclusión del argumento. Él se queja,
Incluso si nos permitimos el dudoso lujo de conjurar a un terminador de una regresión infinita y
le damos un nombre, simplemente porque necesitamos uno, no hay ninguna razón en absoluto
para dotar a ese terminador de cualquiera de las propiedades normalmente adscritas a Dios:
omnipotencia, omnisciencia, bondad, creatividad de diseño, por no decir nada de esos atributos
humanos tales como escuchar las oraciones, perdonar los pecados y leer los pensamientos más
íntimos.[11]
Aparte de la crítica de apertura, [12] esta es una declaración increíblemente concesionaria.
Dawkins no niega de que el argumento demuestra de una manera exitosa la existencia de un
Creador personal del universo que no fue causado, que no tiene comienzo, quien es incambiable,
inmaterial, atemporal, sin [límite de] espacio e inimaginablemente poderoso. Él simplemente se
queja de que no se ha demostrado que esta causa sea omnipotente, omnisciente, buena, creativa
de diseño, que escucha las oraciones, perdona los pecados y lee los pensamientos más íntimos.
¿Y qué? El argumento no aspira a probar esas cosas. Sería una forma extraña del ateísmo—de
hecho, uno que no digno del nombre—que concediera que existe un Creador personal del
universo que no fue causado, que no tiene comienzo, quien es incambiable, inmaterial,
atemporal, sin [límite de] espacio e inimaginablemente poderoso, quien también podría, por todo
lo que sabemos, poseer las propiedades adicionales que enumera Dawkins.[13]
Dawkins sí tiene un poco más que decir acerca del argumento cosmológico kalam. Él afirma, “es
mejor evocarla, es decir, una «singularidad del big bang» o algún otro concepto físico todavía
11

desconocido. Llamarlo Dios resulta inútil, en el mejor de los casos, y, en el peor,


perniciosamente engañoso”.[14]

Me imagino que la objeción aquí es que algo más de una naturaleza puramente física puede ser
considerada como la causa del universo alcanzada en la conclusión del argumento. Pero como
hemos visto, esta objeción no va a funcionar, ya que la singularidad inicial es simplemente el
punto de comienzo del universo. De manera que nuestra pregunta es: ¿por qué la singularidad
llegó a existir? Sería un malentendido fundamental pensar de la singularidad como algún tipo de
bolita superdensa que yace latente desde la eternidad y que explotó en un tiempo finito en el
pasado. Más bien, según la teoría del Big Bang, la singularidad es el punto en el cual el espacio
físico y el tiempo mismos, juntamente con toda la materia y energía, comenzaron a existir. Por lo
tanto, no puede haber ninguna causa física de cualquier tipo de la singularidad del Big Bang.
Entonces, ¿qué trajo el universo a la existencia? El principio de parsimonia (o la Navaja de
Occam) nos advierte de no multiplicar las causas más allá de la necesidad, pero el principio de
adecuación explicativa requiere que nosotros planteemos dichas causas a medida que sean
necesarias para explicar el efecto. De otra manera nunca buscaríamos algunas causas para algo.
Por lo tanto, debemos plantear una causa trascendente que esté más allá del espacio y del tiempo
y que por lo tanto no sea física en naturaleza. No necesitamos llamar el Creador personal del
universo “Dios” si Dawkins encuentra que eso es inútil o engañoso, pero el punto aún
permanece: debe existir un ser como el que se describe anteriormente.

3. El Argumento Moral Basado en los Valores y Deberes Morales


Un número de éticos como Robert Adams, William Alston, Mark Linville, Paul Copan, John
Hare, Stephen Evans y otros han defendido varios argumentos morales a favor de Dios.[15] Para
entender la versión del argumento moral que he defendido en mis propias obras, es necesario que
entendamos un par de distinciones importantes.
En primer lugar deberíamos distinguir entre los valores y deberes morales. Los valores tienen
que ver con que si algo está bien o mal. Los deberes tratan con que si algo está correcto o
incorrecto. Ahora bien, al principio podrías pensar que esta es una distinción sin una diferencia:
“bien” y “correcto” quieren decir la misma cosa y lo mismo va para “mal” o “incorrecto”. Pero si
lo piensas bien, puedes ver que ese no es el caso. El deber tiene que ver con la obligación moral,
con lo que deberías o no deberías hacer. Pero es obvio que no estás moralmente obligado a hacer
algo simplemente porque sería algo bueno para ti hacerlo. Por ejemplo, sería algo bueno para ti
convertirte en doctor, pero no estás moralmente obligado a convertirte en un doctor. Después de
todo, sería también algo bueno que te conviertas en un bombero o en un ama de casa o en un
diplomático, pero no lo puedes hacer todo. De manera que hay una diferencia entre lo
bueno/malo y lo correcto/incorrecto. Lo bueno/malo tiene que ver con el valor de algo, mientras
que lo correcto/incorrecto tiene que ver con el que algo sea obligatorio.
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En segundo lugar, hay la distinción entre ser objetivo o subjetivo. Por “objetivo” quiero decir
“independiente de las opiniones de las personas”. Por “subjetivo” quiero decir “dependiente de
las opiniones de las personas”. Decir que hay valores morales objetivos es decir que algo está
bien o mal independiente de lo que las personas piensen acerca de ello. De la misma manera,
decir que tenemos deberes morales objetivos es decir que ciertas acciones están correctas o
incorrectas para nosotros sin importar lo que las personas piensen al respecto. Así que decir, por
ejemplo, que el Holocausto estaba objetivamente malo es decir que estaba malo aún si los nazis
hubiesen ganado la Segunda Guerra Mundial y hubiesen tenido éxito exterminando o lavando el
cerebro a todos los que no estaban en acuerdo con ellos para que todos creyeran que Holocausto
estaba bien.

Con esas distinciones en mente, aquí está un argumento moral sencillo a favor de la existencia de
Dios:

1. Si Dios no existe, los valores y deberes morales objetivos no existen.

2. Los valores y deberes morales objetivos existen.

3. Por lo tanto, Dios existe.

3.1. Las Premisas 1 y 2

Lo que hace que este argumento sea tan convincente no es sólo que es lógicamente hermético
sino que también las personas por lo general creen en ambas premisas. En una época pluralista,
las personas tienen temor de imponer sus valores sobre alguien más. Por lo tanto, la premisa 1 les
parece correcta a ellos. Los valores y deberes morales no son realidades objetivas (es decir, que
son válidas y vinculantes independientes de la opinión humana) sino que son meramente
opiniones sujetivas arraigadas en nosotros por la evolución biológica y el condicionamiento
social.

Al mismo tiempo, sin embargo, las personas creen profundamente de que ciertos valores y
deberes morales (por ejemplo, la tolerancia, la apertura mental y el amor) son objetivamente
válidos y vinculantes. ¡Piensan que es algo objetivamente malo que impongas tus valores sobre
alguien más! Por lo tanto, también están comprometidos profundamente con la premisa 2.
3.2. Respuesta de Dawkins
De hecho, el mismo Dawkins parece estar comprometido con las dos premisas. Con respecto a la
premisa 1, Dawkins nos informa, “No existe, en el fondo, ningún diseño, ningún propósito, ni
mal, ni mal, no hay nada más que una indiferencia ciega. [...] Somos máquinas para propagar
13

ADN [...] Es la única razón de ser de todos los objetos vivientes.”[16] Pero a pesar de que él dice
que no hay mal, ni bien, nada sino una indiferencia sin sentido, el hecho es que Dawkins es un
moralista terco. Él dice que se “mortificó” de saber que Jeff Skilling, el ejecutivo de la
corporación Enron, considera el libro “El Gen Egoísta” su libro favorito debido a la percepción
que tiene el libro del Darwinismo Social.[17] Él caracteriza los “errores darwinistas” como por
ejemplo sentir compasión por alguien incapaz de pagarnos de regreso o sentir atracción sexual
por un miembro infértil del sexo opuesto como “benditos, preciosos errores” y le llama a la
compasión y a la generosidad “nobles emociones”.[18] Él denuncia la doctrina del pecado
original como “moralmente detestable”.[19] Él vigorosamente condena dichas acciones, por
ejemplo el acoso y el abuso a los homosexuales, el adoctrinamiento religioso infantil, la práctica
de los Incas de sacrificio humano y el valorar la diversidad cultural sobre los intereses de los
niños Amish. Se va tan lejos hasta de ofrecer su propios Diez Mandamientos para guiar el
comportamiento moral, todo esto mientras sorprendentemente permanece distraído de la
contradicción que hay con su subjetivismo ético.[20]
En su sondeo de los argumentos a favor de la existencia de Dios, Dawkins habla de un tipo de
argumento moral al cual llama el “Argumento de los Grados”.[21] Pero este tiene poco parecido
al argumento que presentado aquí. No estamos argumentando desde los grados de bondad a un
bien mayor, sino desde la realidad objetiva de los valores y deberes morales hasta su fundamento
en la realidad. Es difícil de creer de que todas las denunciaciones y afirmaciones morales
acaloradas estén realmente destinadas a no ser más que su opinión subjetiva, como si estuviera
diciendo en voz baja con una guiñada, “por supuesto, no creo que el abuso infantil, la homofobia
y la tolerancia religiosa sean algo realmente malo. ¡Haz lo que te parezca—no hay ninguna
diferencia moral!” Sin embargo, la afirmación de los valores y deberes objetivos es incompatible
con su ateísmo, ya que en el naturalismo somos simplemente animales, primates relativamente
avanzados, y los animales no son agentes morales. Por lo tanto, al afirmar ambas premisas del
argumento moral, Dawkins está (con dolor de irracionalidad) comprometido con la conclusión
del argumento: de que Dios existe.

3.3. El Dilema de Eutifrón

A pesar de que Dawkins no plantea la siguiente objeción, uno con frecuencia escucha que los no
creyentes la plantean como respuesta para el argumento moral. Se le llama el “Dilema de
Eutifrón”, nombrado así por un personaje en uno de los diálogos de Platón. Básicamente este va
de la siguiente manera: ¿Es algo bueno porque Dios lo desea? O ¿Dios desea algo porque es
bueno? Si dices que algo es bueno porque Dios lo desea, entonces lo que es bueno se hace
arbitrario. Dios pudo haber deseado que el odio sea bueno y entonces hubiésemos estado
moralmente obligados a odiarnos los unos a los otros. Eso parece una locura. Algunos valores
morales, por lo menos, parecen ser necesarios. Pero si dices que Dios desea algo porque es
14

bueno, entonces lo que es bueno o malo es independiente de Dios. En ese caso, los valores y
deberes morales existen independientemente de Dios, lo cual contradice la premisa 1.

La debilidad del Dilema de Eutifrón es que el dilema que este presenta es uno falso porque hay
una tercera alternativa: Dios desea algo porque él es bueno. La naturaleza misma de Dios es el
estándar de bondad y sus mandamientos para nosotros son expresiones de su naturaleza. En
resumen, nuestros deberes morales están determinados por los mandamientos de un Dios justo y
amoroso.
Así que los valores morales no son independientes de Dios porque el carácter propio de Dios
define lo que es bueno. Dios es esencialmente compasivo, justo, bondadoso, imparcial, etc. Su
naturaleza es el estándar moral que determina lo bueno y lo malo. A su vez, Sus mandamientos
reflejan necesariamente Su naturaleza moral. Por lo tanto, no son arbitrarios. Lo que es
moralmente bueno/malo se determina por la naturaleza de Dios y lo que es moralmente
correcto/incorrecto se determina por Su voluntad. Dios desea algo porque Él es bueno y algo está
correcto porque Dios lo desea.
Esta visión de la moralidad ha sido defendida elocuentemente en nuestros días por algunos
filósofos muy conocidos como Robert Adams, William Alston y Philip Quinn. Aún así, los ateos
continúan atacando los hombres de paja levantado por el Dilema de Eutifrón. En el
reciente Cambridge Companion to Atheism [Compendio Cambridge para el Ateísmo] (2007), por
ejemplo, el artículo sobre Dios y la moralidad, escrito por un ético prominente, presenta y critica
sólo la visión de que Dios de manera arbitraria se inventó los valores morales—un hombre de
paja que virtualmente nadie defiende. Los ateos tienen que hacer un mejor trabajo que ese si han
de derrotar los argumentos morales contemporáneos a favor de la existencia de Dios.

4. El Argumento Teleológico desde el Ajuste Fino

Ahora llegamos al argumento teleológico o el argumento a favor del diseño. Aunque los
defensores del llamado “movimiento del Diseño Inteligente” han continuado con la tradición de
enfocarse en los ejemplos de diseño en los sistemas biológicos, la vanguardia de la discusión
contemporánea tiene que ver con el increíble ajuste fino del cosmos para la vida.

Antes de discutir este argumento, es importante entender que por “ajuste fino” uno no quiere
decir “diseñado” (de otra manera el argumento sería obviamente circular). Más bien, más o
menos en los últimos cuarenta años, los científicos han descubierto que la existencia de la vida
inteligente depende de un complejo y delicado balance de condiciones iniciales que se dan en el
Big Bang. Esto se conoce como el ajuste fino del universo.
Este ajuste fino es de dos tipos. En primer lugar, cuando las leyes de la naturaleza se expresan
como ecuaciones matemáticas, encuentras que aparecen en ellas ciertas constantes, tales como la
15

constante que representa la fuerza de la gravedad. Esas constantes no están determinadas por las
leyes de la naturaleza. Las leyes de la naturaleza son consistentes con una amplia gama de los
valores para esas constantes. En segundo lugar, además de esas constantes, hay ciertas cantidades
arbitrarias que están puestas precisamente como condiciones iniciales sobre las cuales opera la
naturaleza, por ejemplo, la cantidad de entropía o el balance entre la materia y la anti-materia en
el universo. Ahora bien, todas estas constantes y condiciones caen en un rango extremadamente
estrecho de valores que permiten la vida. Si estas constantes o cantidades han de ser alteradas en
lo más mínimo, el equilibrio que permite la vida se destruiría y no podría existir ningún
organismo vivo de algún tipo.[22]
Por ejemplo, un cambio en la fortaleza de la fuerza atómica débil por sólo una parte en
10100 hubiese impedido un universo que permita vida. La constante cosmológica que conduce la
inflación del universo y que es responsable por la aceleración que recientemente se descubrió de
la expansión del universo está inexplicablemente bien ajustada a más o menos una parte en 10120.
Roger Penrose de la Universidad Oxford ha calculado que la probabilidad de la condición de la
baja entropía del Big Bang que existe al azar está en el orden de uno de 1010 (123). Penrose
comenta, “no puedo ni siquiera recordar haber visto otra cosa en la física cuya precisión se
acerque ni remotamente a algo como una parte en 1010(123).”[23] Y no es sólo cada constante o
cantidad que debe estar exquisitamente bien ajustada, sus proporciones de unas a las otras
también deben estar bien ajustadas. Así que la improbabilidad se multiplica por improbabilidad
por improbabilidad hasta que nuestras mentes están atrayendo números incomprensibles.

De manera que cuando los científicos dicen que el universo está bien ajustado para la vida, ellos
no quieren decir “diseñado”. Más bien, ellos quieren decir que las desviaciones pequeñas de los
valores reales de las constantes y cantidades fundamentales de la naturaleza darían el universo
que prohíbe la vida o, alternativamente, que la gama de valores que permiten la vida es
incomprensiblemente estrecho en comparación con la gama de valores asumibles. El mismo
Dawkins, citando la obra del Astrónomo Royal Sir Martin Rees, admite que el universo exhibe
este extraordinario ajuste fino.

Entonces, aquí está una simple formulación de un argumento teleológico basado en el ajuste
fino:

1. El ajuste fino del universo se debe ya sea a la necesidad física, al azar o a al diseño.

2. No se debe a la necesidad física o al azar.

3. Por lo tanto, se debe al diseño.


16

4.1. Premisa 1
La premisa 1 simplemente enumera tres posibilidades para explicar la presencia de este increíble
ajuste fino del universo: la necesidad física, el azar, o el diseño. La primera alternativa sostiene
que hay alguna desconocida Teoría del Todo (TDT) que pudiera explicar la manera que es el
universo. Tenía que ser de esa manera y realmente no hubo o hubo un poco de azar de que el
universo no sea uno que permita vida. Por el contrario, la segunda alternativa dice que el ajuste
fino se debe por completo al azar. Simplemente es un accidente el que el universo sea uno que
permita vida y somos los afortunados beneficiarios. La tercera alternativa rechaza estos dos
relatos a favor de una Mente inteligente detrás del cosmos, quien diseñó el universo para que
permita vida. La pregunta es esta: ¿Cuál de estas alternativas es la mejor explicación?

4.2. Premisa 2
La premisa 2 del argumento aborda esa pregunta. Consideremos las tres alternativas. La primera
alternativa, la necesidad física, es extraordinariamente improbable porque como hemos visto, las
contantes y cantidades son independientes de las leyes de la naturaleza. Así que por ejemplo, el
candidato más prometedor para una Teoría del Todo (TDT) que existe hasta ahora, la teoría de
supercuerdas o la Teoría-M, no predice de una manera única nuestro universo. La teoría de
cuerdas permite un "paisaje cósmico" de alrededor de 10500 universos diferentes, regidos por las
leyes presentes de la naturaleza, de manera que no hace nada para presentar los valores
observados de las constantes y cantidades físicamente necesarios. Con respecto a esta primera
alternativa, Dawkins observa que Sir Marin Rees rechaza esta primera explicación y Dawkins
dice, “estoy de acuerdo”.[24]

¿Qué podemos decir acerca de la segunda alternativa, de que el ajuste fino del universo se debe
al azar? El problema con esta alternativa es que las probabilidades en contra de que el universo
sea uno que permita vida son tan incomprensiblemente grandes que ellas no se pueden confrontar
de una manera racional. A pesar de que habrá un gran número de universos que permitan vida
que yacen dentro del paisaje cósmico, sin embargo, el número de mundos que permiten vida será
insondablemente pequeño en comparación con el paisaje completo. De modo que la existencia de
un universo que permita vida es fantásticamente improbable. Estudiantes o laicos que
alegremente afirman “¡pudo haber sucedido al azar!” simplemente no tienen ninguna concepción
de la fantástica precisión del requisito del ajuste fino para la vida. Ellos nunca irían a apoyar
dicha hipótesis en cualquier otra área de sus vidas—por ejemplo, para explicar cómo de la noche
a la mañana apareció un auto en el estacionamiento de uno.

4.3. La Defensa de Dawkins del Azar


Para poder rescatar la alternativa del azar, sus proponentes, por lo tanto, han sido forzados a
adoptar la hipótesis de que existe un número infinito de universos ordenados aleatoriamente
formando un tipo de Conjunto de Mundos o multiverso del cual forma parte nuestro universo. En
17

algún lugar en este Conjunto infinito de Mundos van a aparecer universos finamente ajustados
únicamente al azar y nosotros por casualidad somos uno de esos mundos. Esta es la explicación
que Dawkins encuentra más plausible.[25]

4.3.1. ¿Es un Conjunto de Mundos “Derrochador”?


Ahora bien, Dawkins está intensamente sensible a la acusación de que postular un Conjunto de
Mundos de universos aleatoriamente ordenados parece ser, como él amablemente lo dice, una
“extravagancia derrochadora”. Él replica, “El Multiuniverso puede parecer extravagante en el
propio número de universos. Pero si cada uno de esos universos es simple en sus leyes
fundamentales, no estamos postulando nada que sea muy improbable”.[26]
Esta respuesta es múltiplemente confusa. En primer lugar, cada universo en el conjunto no es
simple sino que está caracterizado por una multiplicidad de constantes y cantidades
independientes. Si cada universo fuese simple, entonces ¿por qué Dawkins siente la necesidad de
recurrir a la hipótesis de un Conjunto de Mundos en primer lugar? Además, el problema no es la
simplicidad de las leyes fundamentales, ya que todos los universos en el conjunto están
caracterizados por las mismas leyes—donde ellos difieren es en los valores de las constantes y
cantidades.

En segundo lugar, Dawkins supone que la simplicidad del todo es una función de la simplicidad
de las partes. Este es un error obvio. Por ejemplo, un mosaico complejo de un rostro romano está
compuesto por un gran número de partes individualmente simples, partes monocromáticas. De la
misma manera, un conjunto de universos simples aún será complejo si esos universos varían en
los valores de sus constantes y cantidades fundamentales, en lugar de que todos compartan los
mismos valores.

En tercer lugar, la Navaja de Occam nos dice que no multipliquemos las entidades más allá de lo
necesario, de modo que el número de universos que están siendo postulados sólo para explicar el
ajuste fino de nuestro universo sea al pie de la letra extraordinariamente extravagante. ¡Recurrir a
un Conjunto de Mundos para explicar la apariencia de diseño es como usar el mazo de un
martillo para partir un maní!

En cuarto lugar, Dawkins trata de minimizar la extravagancia de la postulación de un Conjunto


de Mundos al afirmar que a pesar de su número extravagante de entidades, aún esa postulación
no es altamente improbable. No está claro el porqué esta respuesta es relevante o inclusive qué
esto signifique, ya que la objeción en consideración no es que la postulación de un Conjunto de
Mundos sea improbable sino que es extravagante y derrochadora. Decir que la postulación no es
también altamente improbable es no responder la objeción. De hecho, es difícil saber de qué
probabilidad Dawkins está hablando aquí. Él parece querer decir la probabilidad intrínseca de la
18

postulación de un Conjunto de Mundos, considerada aparte de la evidencia del ajuste fino. Pero
¿cómo se ha de determinar dicha probabilidad? ¿Por la simplicidad? Pero entonces el problema
es que Dawkins no ha demostrado que la hipótesis del Conjunto de Mundos sea simple.

4.3.2. Los Mecanismos Sugeridos por Dawkins para Generar un Conjunto de Mundos

Lo que Dawkins necesita decir, me parece, es que la postulación de un Conjunto de Mundos aún
podría ser simple si hay un mecanismo simple que por medio de un proceso repetitivo genera los
“múltiples” mundos. De esa manera, el número enorme de entidades postuladas no es un déficit
de la teoría porque todas las entidades surgen de un mecanismo fundamental muy simple.

Un Modelo Oscilante del Universo

¿Qué mecanismo sugiere Dawkins para generar ese infinito Conjunto de Mundos, aleatoriamente
ordenado? En primer lugar, él sugiere un modelo oscilante del universo, según el cual,

nuestro tiempo y espacio efectivamente comenzaron en nuestro big bang, pero fue justo el último
en una larga serie de big bangs, cada uno iniciado por el gran crujido que acabó con el Universo
anterior en la serie. Nadie comprende qué sucede en las singularidades tales como el big bang,
así que es concebible que las leyes y constantes se restablezcan a nuevos valores cada tiempo. Si
los ciclos de explosión-expansión-contracción-crujido han estado sucediendo por siempre como
un acorde cósmico, tenemos una versión serial en vez de una versión paralela del multiverso.[27]
Aparentemente, Dawkins no está consciente de las tantas dificultades de los modelos oscilatorios
del universo que han hecho a los cosmólogos contemporáneos escépticos de ellos. En las décadas
del 1960 y 1970, algunos teóricos propusieron modelos oscilatorios del universo en un intento de
evitar la singularidad inicial que predice el Modelo Estándar. Sin embargo, los prospectos de
esos modelos fueron apagados seriamente en el 1970 por la formulación de Roger Penrose y
Stephen Hawking de los teoremas de la singularidad que llevan los nombres de ellos dos. Los
teoremas revelaban que bajo las condiciones muy generalizadas, una singularidad cosmológica
es inevitable. Dado que es imposible extender el espacio-tiempo a través de una singularidad a
un estado previo, los teoremas de singularidad Hawking—Penrose implicaban el comienzo
absoluto del universo. Al reflexionar sobre el impacto de este descubrimiento, Hawking observa
que los teoremas de singularidad de Hawking—Penrose “llevaron al abandono de los intentos
(principalmente hecho por los rusos) de argumentar de que hubo una fase contrayente previa y
un rebote no singular a la expansión. En lugar, casi todas las personas ahora creen que el
universo (y el tiempo mismo) tuvo un comienzo en el big bag”.[28] Aparentemente, Dawkins
erróneamente trabaja bajo la ilusión de que una singularidad no forma una frontera o límite para
el espacio y el tiempo.
19

Además, la evidencia de la astronomía observacional ha estado consistentemente en contra de la


hipótesis de que el universo algún día se va recontraer en una Gran Implosión (Big Crunch). Los
intentos de descubrir la densidad de la masa suficiente para generar la atracción gravitacional
requerida para detener y revertir la expansión se quedaban continuamente cortos. ¡De hecho, las
observaciones recientes de las supernovas distantes indican que—lejos de disminuir—la
expansión cósmica realmente se está acelerando! Existe una clase de “energía oscura” misteriosa
en la forma de un campo de energía variable (llamada “quintaesencia”) o, más probable, una
constante cosmológica positiva o vacío de energía que causa que la expansión proceda de una
forma más rápida. Si la energía oscura indica la existencia de una constante cosmológica positiva
(como sugiere la evidencia cada vez más), entonces el universo se expandirá para siempre. Según
la página Web de la NASA para el Wilkinson Microwave Anisotropy Probe, “Para la teoría que
encaja en nuestros datos, el Universo se expandirá para siempre”.[29]
Además, completamente aparte de las dificultades físicas y observacionales que confrontan los
modelos oscilatorios, las propiedades termodinámicas de esos modelos implican el comienzo
mismo del universo que sus proponentes buscaban evitar, ya que la entropía se conserva de ciclo
a ciclo en esos modelos, lo cual tiene el efecto de generar oscilaciones más largas y más
duraderas con cada ciclo sucesivo. Como explica un equipo de científico, “El efecto de la
producción de la entropía será de extender la escala cósmica, de ciclo a ciclo […] Por lo tanto,
mirando atrás en el tiempo, cada ciclo generó menos entropía, tuvo un menor tiempo de ciclo y
tuvo un factor menor del ciclo de expansión que [sic] el ciclo que le siguió”.[30] Por lo tanto, a
medida que uno rastrea las oscilaciones de regreso al tiempo, ellas se hacen progresivamente más
pequeñas hasta que uno llega a una oscilación primera y más pequeña. Por lo tanto, Zeldovich y
Novikov concluyen, “El modelo multiciclo tiene un futuro infinito, pero sólo un pasado
finito”.[31] De hecho, el astrónomo Joseph Silk estima sobre la base de los niveles de entropía
actuales que el universo no pudo haber pasado por más de 100 oscilaciones anteriores. [32] Esto
está lejos de ser suficiente para generar la clase de serie de Conjunto de Mundos que Dawkins se
imaginó.

Por último, aún si el universo podría oscilar desde la eternidad pasada, dicho universo requeriría
de un ajuste fino infinitamente preciso de las condiciones iniciales para poder perdurar a través
de un número infinito de robotes sucesivos. Por lo tanto, el mecanismo que Dawkins se imagina
para generar sus muchos mundos no es simple sino que es lo opuesto. Además, dicho universo
involucra un ajuste fino de tipo muy extraño ya que las condiciones iniciales tienen que estar
puestas en menos (-) infinidad en el pasado. Pero ¿cómo se pudo haber hecho esto si no hubo
ningún comienzo?

Al mirar de regreso a la discusión de los modelos oscilantes del universo, el cosmólogo cuántico
Christopher Isham reflexiona,
20

Talvez el mejor argumento a favor de la tesis de que el Big Bang apoya el teísmo es la obvia
inquietud con la cual es saludada por algunos ateos físicos. A veces eso ha llevado a ideas
científicas, por ejemplo, la creación continua o un universo oscilante, siendo avanzadas con una
tenacidad la cual de esa manera excede su valor intrínseco que uno solamente puede sospechar la
operación de las fuerzas psicológicas que yacen mucho más profundas que el deseo académico
usual de un teórico de apoyar su teoría.[33]

En el caso de Dawkins, no es difícil de discernir esas fuerzas psicológicas funcionando.

La Cosmología Evolutiva de Lee Smolin

El segundo mecanismo que Dawkins sugiere para generar un Conjunto de Mundos es la


cosmología evolutiva de Lee Smolin. Smolin se imagina un escenario, explica Dawkins, según el
cual,

universos hijo que han nacido de los universos padre, no en un gran crujido protegido por
completo, sino más localizadamente, en agujeros negros. Smolin añade una forma de herencia:
las constantes fundamentales de un universo hijo son versiones ligeramente «mutadas» de las
constantes de su padre […] Esos universos que tienen lo que hace falta para «sobrevivir» y
«reproducirse» llegan a predominar en el Multiuniverso. «Lo que hace falta» incluye durar lo
suficiente como para reproducirse. Dado que el hecho de la reproducción tiene lugar en agujeros
negros, los universos seleccionados deberían tener lo necesario para generar agujeros negros.
Esta capacidad implica varias otras propiedades. Por ejemplo, la tendencia de la materia a
condensarse en nubes y luego en estrellas es un prerrequisito para generar agujeros negros.
También las estrellas son, como ya hemos visto, precursoras del desarrollo de una interesante
química, y de ahí la vida. Así, como sugiere Smolin, ha habido una selección natural darwiniana
de universos en el Multiuniverso, favoreciendo de forma directa la evolución de la fecundidad
del agujero negro e indirectamente la producción de vida.[34]
Dawkins admite que “no todos los físicos” están entusiasmados acerca del escenario de Smolin.
¡Qué eufemismo! Ya que el escenario de Smolin, completamente aparte de su ad hoc e inclusive
de sus conjeturas no confirmadas, encuentra dificultades insuperables.
En primer lugar, un error fatal en el escenario de Smolin es su suposición de que el universo bien
ajustado para la producción del agujero negro estaría también bien ajustado para la producción
de estrellas estables. De hecho, exactamente lo opuesto es verdadero: los productores más
proficientes de agujeros negros serían los universos que generan agujeros negros
primordiales antes de la formación de estrella, de manera que los universos que permiten vida
estarían realmente erradicados por el escenario evolutivo cósmico de Smolin. Por lo tanto,
21

resulta que el escenario de Smolin realmente haría mucho más imposible la existencia de un
universo que permita la vida.
En segundo lugar, las especulaciones acerca del universo procreando “universos-hijo” por medio
de los agujeros negros se han demostrado contradecir la física cuántica. La suposición de que los
agujeros negros pudieran ser portales de lombrices de tierra por medio de los cuales las burbujas
de la energía del falso vacío pueden excavar para engendrar nuevos universos bebés en
expansión fue el tema de una apuesta entre Stephen Hawking y John Preskill, en el que Hawking
finalmente admitió en el 2004 (en un evento de mucha publicación en la prensa) que había
perdido.[35] La suposición requeriría de que la información encerrada en un agujero negro se
podría perder completamente para siempre al escapar a otro universo. En uno de los últimos
folletos, Hawking al fin llegó a estar de acuerdo de que la teoría cuántica requiere que la
información sea preservada en información y evaporación del agujero negro. ¿Las
implicaciones? “No existe un universo bebé ramificándose, como una vez yo pensaba. La
información permanece firmemente en nuestro universo. Lo siento por desilusionar a los
seguidores de la ciencia-ficción, pero si la información se conserva, no existe la posibilidad de
utilizar a los agujeros negros para viajar a otros universos.”[36] Eso significa que el escenario de
Smolin es físicamente imposible.

Estos son los únicos mecanismos que Dawkins sugiere para generar un Conjunto de Mundos de
universos ordenados aleatoriamente. Ningún de ellos es tan siquiera sostenible y mucho menos
simple. Por lo tanto, Dawkings no restaura la objeción de que su postulación de un Conjunto de
Mundos ordenado al azar es una extravagancia derrochadora.

4.3.3. Objeciones Adicionales para la Hipótesis de Muchos Mundos

Sin embargo, hay inclusive objeciones más formidables para la postulación de un Conjunto de
Mundos de las cuales Dawkins aparentemente no está consciente. En primer lugar, no hay
evidencia independiente de que exista ese Conjunto de Mundos, mucho menos de uno que esté
ordenado aleatoriamente y que sea infinito. Recordemos que Borde, Guth y Vilenkin probaron
que cualquier universo que esté en un estado continuo de expansión cósmica no puede ser
infinito en el pasado. El teorema de ellos también se aplica al multiverso. Por lo tanto, como el
pasado del multiverso es finito, sólo un número finito de otros mundos se pudieron haber
generado hasta ahora, de modo que no hay garantía de que un mundo finamente ajustado habrá
aparecido en el conjunto. Al contrario, sí tenemos evidencia independiente para la existencia de
un Diseñador Cósmico, es decir, los otros argumentos a favor de la existencia de Dios lo cuales
han sido discutido. Por lo tanto, el teísmo, todas las cosas siendo iguales, es la mejor explicación.
22

En segundo lugar, si nuestro universo es solo un miembro al azar de un Conjunto infinito de


Mundos, entonces es abrumadoramente más probable de que deberíamos estar observando un
universo muy diferente a ese que de hecho estamos observando. Roger Penrose ha presionado
esta objeción a la fuerza.[37] Él calcula que es inconcebiblemente más probable que nuestro
sistema solar debiera formarse de manera instantánea por la colisión al azar de partículas de que
un universo finamente ajustado debería existir. (Penrose le llama “completamente alimento para
pollos” en comparación). Así que si nuestro universo fuese simplemente un miembro al azar de
un Conjunto de Mundos, es incalculablemente más probable que debiéramos estar observando un
universo ordenadamente más pequeño que nuestro sistema solar. U otra vez, si nuestro universo
no es más que un miembro al azar de un Conjunto de Mundos, entonces deberíamos estar
observando acontecimientos altamente extraordinarios, como caballos entrando y saliendo de la
existencia por colisiones al azar, o máquinas de moción perpetua, ya que esos acontecimientos
son mucho más probables que todas las constantes y cantidades de la naturaleza que caen por
casualidad en el rango virtualmente infinitesimal de permitir vida. Universos observables como
esos son mucho más abundantes en el Conjunto de Mundos que los mundos como el nuestro y
por lo tanto, deberían ser observados por nosotros. No tenemos esas observaciones, lo cual
invalida fuertemente la hipótesis del multiverso. En el ateísmo, por lo menos, es pues altamente
probable que no haya un Conjunto de Mundos.

4.4. Conclusión
Por lo tanto, el ajuste fino del universo plausiblemente no se debe a la necesidad física ni al azar.
Se deduce que el ajuste fino, por lo tanto, se debe al diseño a menos que la hipótesis del diseño
se pueda demostrar ser aún más improbable que las hipótesis competidoras.

4.5. Crítica de Dawkins del Diseño

Dawkins contiene que la alternativa diseño, de hecho, es inferior a la hipótesis de Muchos


Mundos. Al resumir lo que él llama “el argumento central de mi libro”, él argumenta,

1. Uno de los grandes retos para el intelecto humano ha sido explicar cómo aparece en el
Universo la compleja e improbable apariencia de diseño.

2. La tentación natural es atribuir a la apariencia de diseño el propio diseño.

3. La tentación es falsa, porque la hipótesis del diseñador genera inmediatamente el problema de


quién ha diseñado al diseñador.
23

4. La explicación más ingeniosa y poderosa descubierta es la evolución darwiniana mediante la


selección natural.

5. Todavía no tenemos una explicación equivalente para la física.

6. No deberíamos perder la esperanza de que apareciera una explicación mejor en la física, algo
tan poderoso como es el darwinismo para la biología.

Por lo tanto, es casi seguro que Dios no existe.

Este argumento es discordante porque la conclusión atea de que "Por lo tanto, es casi seguro que
Dios no existe" no se deduce de los seis enunciados anteriores aun si concedemos que cada uno
de ellos es verdadero y está justificado. Como más, todo lo que se deduce es que no deberíamos
inferir la existencia de Dios sobre la base de la apariencia de diseño en el universo. Pero esa
conclusión es bastantemente compatible con la existencia de Dios e incluso con nuestra creencia
justificada en la existencia de Dios sobre otras bases. Rechazar los argumentos del diseño a favor
de la existencia de Dios no hace nada para probar que Dios no existe, o ni siquiera para probar
que la creencia en Dios no está justificada.

En cualquier caso, ¿Tiene el argumento de Dawkins éxito en tan siquiera socavar la alternativa
del diseño? El paso (5) alude al ajuste fino cósmico que ha sido en enfoque de nuestra discusión.
Dawkins mantiene la esperanza de que “La teoría de un cierto tipo de multiverso podría, en
principio, hacer por la física el mismo trabajo explicativo que el darwinismo hizo por la
biología”.[38]Sin embargo, él admite que todavía no la tenemos, tampoco él trata con los
formidables problemas que confronta esa explicación del ajuste fino cósmico. Por lo tanto, la
esperanza expresada en el paso (6) no representa nada más que la fe de un naturalista. Dawkins
insiste que inclusive a falta de una explicación “fuertemente satisfactoria” para el ajuste fino en
la física, todavía las explicaciones “relativamente débiles” que disponemos en el presente son
“auto-evidentemente” mejores que la autoderrotada […] hipótesis de un diseñador
inteligente”.[39] ¿De veras? ¿Qué es esta objeción poderosa para la hipótesis de diseño que la
hace auto-evidentemente inferior a la hipótesis admitidamente débil de los Muchos Mundos?

La respuesta está contenida en el paso (3). La objeción de Dawkins aquí es que no estamos
justificados en inferir el diseño como la mejor explicación del orden complejo del universo
porque entonces surge un nuevo problema: ¿quién diseñó al Diseñador? (Debido a que Dawkins
piensa de manera equivocada que el Conjunto de Mundos es simple, a él nunca se le ocurre
preguntar, “¿Quién diseño el Conjunto de Mundos?”). Aparentemente esta pregunta está
24

supuesta a ser tan aplastante que sopesa todos los problemas que hay con la hipótesis del
Conjunto de Mundos.

Sin embargo, la objeción de Dawkins no tiene peso por lo menos por dos razones. En primer
lugar, para reconocer a una explicación como la mejor, uno no necesita tener una explicación de
la explicación. Este es un punto elemental en la filosofía de la ciencia. Si arqueólogos excavando
en la tierra fuesen a descubrir artefactos que parecieran puntas de flechas y fragmentos de
cerámica, ellos estarían justificados en inferir que esos artefactos no son el resultado casual de la
sedimentación y de la metamorfosis, sino que son productos de algún grupo desconocido de
personas, aunque ellos no tuvieran ninguna explicación de quiénes fueron esas personas o de
dónde vinieron. Del mismo modo, si los astronautas se encontraran con un montón de
maquinarias en la parte posterior de la luna, ellos estarían justificados en inferir que eso sería el
producto de agentes inteligentes, aun si ellos no tuvieran ni la menor idea de quienes eran esos
agentes o de cómo llegaron allí.

Para repetir: Para reconocer una explicación como la mejor, uno no necesita poder explicar la
explicación. De hecho, ese requisito llevaría a una regresión infinita de explicaciones, de modo
que nada podría ser explicado y la ciencia sería destruida, ya que antes de que cualquier
explicación pudiera ser aceptable, uno necesitaría una explicación de ella, y luego una
explicación de la explicación de la explicación, etc. Nada alguna vez se podría explicar.

Así también en el caso que tenemos aquí, para reconocer que el diseño inteligente es la mejor
explicación de la apariencia de diseño en el universo, uno no necesita poder explicar el
Diseñador. De si o no el Diseñador tiene una explicación simplemente se puede dejar como una
pregunta abierta para una investigación futura.

En segundo lugar, Dawkins piensa que en el caso de un Diseñador divino del universo, el
Diseñador es simplemente tan complejo como lo que tiene que ser explicado, por lo que no se
hace ningún avance explicativo. Esa objeción plantea todo tipo de preguntas acerca del papel que
desempeña la simplicidad en evaluar las explicaciones en competencia. En primer, Dawkins
parece confundir la simplicidad de una hipótesis con la simplicidad de la entidad que se describe
en la hipótesis.[40] Proponer una causa compleja para explicar algún efecto puede ser una
hipótesis muy simple, en especial cuando se compara con otras hipótesis rivales. Pensemos, por
ejemplo, de nuestros arqueólogos postulando una fabricación humana para explicar las puntas de
flechas que descubrieron. Un ser humano es una entidad mucho más compleja que una punta de
flecha, pero la hipótesis de un diseñador humano es una explicación muy simple. Ciertamente es
más simple que la hipótesis de que los artefactos fuesen el resultado accidental de, por decir, una
estampida de búfalos que picaron una roca para que parezca una punta de flecha. El punto es que
25

las hipótesis rivales son evaluadas por el criterio de la simplicidad, no las entidades que ellas
postulan.
En segundo lugar, hay muchos otros factores además de la simplicidad que los científicos
sopesan para determinar cuál hipótesis es la mejor, por ejemplo, el poder explicativo, el alcance
explicativo, etc. Una hipótesis que tenga, por ejemplo, un alcance explicativo más amplio podría
ser menos simple que una hipótesis rival, y sin embargo ser preferida porque ella explica más
cosas. ¡La simplicidad no es la única, o inclusive el más importante, criterio para evaluar las
teorías!
Pero dejemos todos esos problemas a un lado, ya que todos modos Dawkins está completamente
equivocado en su suposición de que un Diseñador divino es simplemente una entidad tan
compleja como el universo. Como una mente o conciencia pura sin un cuerpo [incorpórea], Dios
es una entidad increíblemente simple. Una mente (alma) no es un objeto físico compuesto por
partes. En contraste con el universo contingente y abigarrado con todas sus cantidades y
constantes inexplicables, una mente divina es sorprendentemente simple. Dawkins se queja, “Un
Dios capaz de monitorizar y controlar continuamente el estado individual de cada partícula en el
Universo no puede ser simple”.[41] Esto es simplemente confuso. Ciertamente, una mente podría
tener ideas complejas (ella podría estar pensando, por ejemplo, sobre el cálculo infinitesimal), y
podría ser capaz de hacer tareas complejas (como controlar la trayectoria de todas las partículas
en el universo), pero la mente en sí es una entidad increíblemente simple, no física. Dawkins
evidentemente ha confundido las ideas y efectos de una mente, las cuales ciertamente pueden ser
complejas, con una mente misma, la cual es una entidad increíblemente simple. Por lo tanto,
postular una mente divina detrás del universo definitivamente representa un avance en la
simplicidad, para lo que esto sirva.

En su libro, Dawkins triunfalmente relaciona cómo él una vez presentó su presuntamente


aplastante argumento en una conferencia en la Fundación Templeton sobre la ciencia y la
religión en la Universidad Cambridge, sólo para ser refutado por los otros participantes, quienes
le dijeron que los teólogos siempre han sostenido que Dios es simple.[42] Ellos tenían toda la
razón. De hecho, la actitud engreída y auto-congratulatoria de Dawkins acerca de la objeción
equivocada de él, que sostenía a pesar de haber sido corregido repetitivamente por prominentes
filósofos y teólogos como Richard Swinburne y Keith Ward.
Por lo tanto, de las tres alternativas ante nosotros—la necesidad física, el azar, o el diseño—la
más plausible de las tres como una explicación del ajuste fino cósmico es el diseño. Por lo tanto,
el argumento teológico permanece siendo tan robusto hoy como siempre, defendido en varias
formas por filósofos y científicos como Robin Collins, John Leslie, Paul Davies, William
Dembski, Michael Denton, y otros.[43]

… [El profesor decidió omitir sección 5, sobre el argumento ontológico, por su complejidad
filosófica y falta de utilidad práctica] …
26

6. Conclusión

Hemos examinado cinco argumentos tradicionales a favor de la existencia de Dios a la luz de la


filosofía, ciencia y matemática moderna:

1. el argumento cosmológico de la contingencia;

2. el argumento cosmológico kalam basado en el comienzo del universo;

3. el argumento moral basado en los valores y deberes morales objetivos;

4. el argumento teleológico del ajuste fino;

5. el argumento ontológico desde la posibilidad de la existencia de Dios a su realidad.

Creo que estos son buenos argumentos a favor de la existencia de Dios. Es decir que ellos son
lógicamente válidos; que sus premisas son verdaderas y sus premisas son más plausibles a la luz
de la evidencia que sus negaciones. Por lo tanto, siempre y cuando seamos personas racionales,
deberíamos aceptar sus conclusiones. Queda mucho más que decir y mucho se ha dicho.[47]Te
refiero a que vayas a las obras que cité aquí en la acotación y en la bibliografía, si deseas
explorar más. Pero confío que se ha dicho suficiente aquí para demostrar que los argumentos
teístas tradicionales permanecen ilesos por las objeciones que plantean los Nuevos Ateos como
Richard Dawkins.

[1] “Modernizing the Case for God,” [Modernizando el Caso a favor de Dios] Time (Abril 7,
1980), páginas 65–66.
[2] De que la revolución es continua se hace evidente por la aparición el año pasado del
libro The Blackwell Companion to Natural Theology [El Compendio Blackwell para la Teología
Natural] (editado por William Lane Craig y J. P. Moreland; publicado por Wiley-Blackwell en el
2009), un volumen conciso de artículos académicos escritos en defensa de una variedad amplia
de argumentos teístas.
[3] Richard Dawkins, The God Delusion [El Espejismo de Dios] (New York: Houghton-Mifflin,
2006).
[4] Alexander Pruss, The Principle of Sufficient Reason: A Reassessment [El Principio de la
Razón Suficiente: Una Re-evaluación] (Cambridge Studies in Philosophy; Cambridge:
Cambridge University Press, 2006); Timothy O’Connor, Theism and Ultimate Explanation: The
27

Necessary Shape of Contingency [El Teísmo y la Explicación Última: La Forma Necesaria de la


Contingencia] (Oxford: Blackwell, 2008); Stephen T. Davis, God, Reason, and Theistic Proofs
[Dios, la Razón y las Pruebas Teístas] (Reason and Religion; Grand Rapids: Eerdmans, 1997);
Robert Koons, “A New Look at the Cosmological Argument,” [Una Nueva Mirada al
Argumento Cosmológico] American Philosophical Quarterly 34 (1997): 193–211; Richard
Swinburne, The Existence of God [La Existencia de Dios] (2da ed.; Oxford: Clarendon, 2004).
[5] In the Beginning," [En el Principio] en Conversación con Paul Davies y Philip Adams (enero
17, 2002), http://aca.mq.edu.au/pdavies.html
[6] Alex Vilenkin, Many Words in One: The Search for Other Universes [Muchos Mundos en
Uno: La Búsqueda de Otros Universos] (New York: Hill and Wang, 2006), p. 176.
[7] Daniel Dennett, Breaking the Spell: Religion as a Natural Phenomenon [Rompiendo la
Hechizo: La Religión como un Fenómeno Natural] (New York: Viking, 2006), 244.
[8] Para una discusión de la posibilidad de la personificación atemporal, véase mi libro Time and
Eternity: Exploring God’s Relationship to Time [El Tiempo y la Eternidad: Explorando la
Relación de Dios con el Tiempo] (Wheaton: Crossway, 2001), capítulo 3.

[9] Dicho ejercicio del poder causal plausiblemente trae a Dios al tiempo en el mismo momento
de la creación.

[10] Stuart Hackett, The Resurrection of Theism: Prolegomena to Christian Apology [La
Resurrección del Teísmo: Prolegómeno a la Apología Cristiana] (Segunda edición; publicado por
Baker, 1982); David Oderberg, “Traversal of the Infinite, the ‘Big Bang,’ and the Kalam
Cosmological Argument,” [Recorrido del Infinito, el ‘Big Bang’ y el Argumento Cosmológico
Kalam] Philosophia Christi 4 (2002): 303–334; Mark Nowacki, The Kalam Cosmological
Argument for God [El Argumento Cosmológico Kalam a Favor de Dios] (Estudios en la
Filosofía Analítica, publicado por Prometheus, 2007); William Lane Craig y James Sinclair,
“The Kalam Cosmological Argument,” [El Argumento Cosmológico Kalam] en Blackwell
Companion to Natural Theology [Compendio Blackwell para la Teología Natural] (editado por
William Lane Craig y J. P. Moreland; publicado por Wiley-Blackwell, 2009), 101–201.

[11] Dawkins, El Espejismo de Dios, 77.

[12] El proponente del argumento no conjura arbitrariamente un terminador para la regresión


infinita y le dan un nombre. Más bien, como hemos visto, él presenta argumentos filosóficos y
científicos de que la regresión debe terminar en un primer miembro, argumentos que Dawkins
discute. El mismo Dawkins admite que muchas regresiones no pueden estar infinitamente
extendidas (El Espejismo de Dios, 78), mas insiste que de ninguna manera está claro que Dios
constituye un terminador natural para la regresión de causas. Pero los proponentes del argumento
28

kalam proporcionan una justificación para lo que las propiedades como un terminador deben
procesar y no se necesita dar ningún nombre para la primera causa: es simplemente el Creador
personal del universo.

[13] No necesitamos preocuparnos por el pequeño argumento de Dawkins de que la


omnisciencia y la omnipotencia no son compatibles ilógicamente (El Espejismo de Dios , 78). La
tarea imposible que Dawkins se imagina para Dios simplemente es una repetición de la antigua
historia, “¿Puede Dios crear una roca tan pesada que él no pueda levantar?” La falacia de ese
rompecabezas es que la tarea que se describe no es lógicamente posible y la omnipotencia no
significa tener la habilidad de ocasionar algo que sea lógicamente imposible.

[14] Dawkins, El Espejismo de Dios, 78.


[15] Robert Adams, Finite and Infinite Goods [Bienes Finitos e Infinitos] (Oxford: Oxford
University Press, 2000); William Alston, “What Euthyphro Should Have Said,” [Lo que Eutifrón
Debería Haber Dicho] en Philosophy of Religion: A Reader and Guide [Filosofía de la Religión:
Un Libro y Guía] (Editado por William Lane Craig. Publicado por Rutgers University Press,
2002), 283–98; Mark Linville, “The Moral Argument” [El Argumento Moral] en The Blackwell
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William Lane Craig y J. P. Moreland. Publicado Wiley-Blackwell, 2009), 391–448; Paul Copan,
“God, Naturalism, and the Foundations of Morality” [Dios, el Naturalismo y los Fundamentos de
la Moralidad] en The Future of Atheism: Alister McGrath and Daniel Dennett in Dialogue [El
Futuro del Ateísmos: Alister McGrath y Daniel Dennett en Diálogo (Editado por R. Stewart.
Publicado por Fortress Press, 2008), Páginas 141-61; John Hare, Is Goodness without God Good
Enough? [¿Es Dios lo Suficientemente Bueno] en Is Goodness without God Good Enough? A
Debate on Faith, Secularism, and Ethics [¿Es la Bondad Moral sin Dios lo Suficientemente
Buena? Un Debate acerca de la Fe, Secularismo y la Etica] (Editado por Nathan King y Robert
Garcia; publicado por Rowman & Littlefield, 2008); C. Stephen Evans, Kierkegaard’s Ethic of
Love: Divine Commands and Moral Obligations [La Ética del Amor de Kierkegaard: Los
Mandamientos Divinos y las Obligaciones Morales] (Oxford: Oxford University Press, 2004).
[16] Citado en el libro de Lewis Wolpert titulado “Six Impossible Things Before Breakfast” [Seis
Cosas Imposibles antes del Desayuno] (publicado por Faber & Faber en el 2006), página 215.
Desafortunadamente, la referencia de Wolpert está equivocada. La citación parece ser una
imitación del libro “Río del Edén: Una Visión Darwiniana de la Vida (publicado por Basic
Books en el 1996), página 13 y del Jardín Ultravioleta” Charla 4 de las 7 Charlas de Royal
Institution Christmas (1992) http://physicshead.blogspot.com/2007/01/richard-dawkins-lecture-
4-ultraviolet.html. Accedido el 11 enero del 2012. Gracias a mi asistente Joe Gorra por localizar
esta referencia.
[17] Dawkins, El Espejismo de Dios, 215.
29

[18] Ibíd., 221.

[19] Ibíd., 251.

[20] Ibíd., 23, 264, 313–17, 326, 328, 330.

[21] Ibíd., 78–79.

[22] Podrías pensar que si las constantes y cantidades habían asumido valores diferentes,
entonces bien pudiera haber evolucionado otras formas de vida. Pero este no es el caso. Por
“vida” los científicos quieren decir que la propiedad de los organismos de tomar alimento,
extraer energía del alimento, de crecer, adaptarse al ambiente y de reproducirse. El punto es que
para que universo permita vida de la manera que se define, cualquier forma que los organismos
pudieran tomar, las constantes y cantidades tienen que estar incompresiblemente bien ajustado.
¡A falta del ajuste fino, ni siquiera la materia atómica o la química existiría, sin decir de los
planetas donde la vida pudriera evolucionar!

[23] Roger Penrose, "Time-Asymmetry and Quantum Gravity," [Tiempo-Asimetría y la


Gravedad Cuántica] in Quantum Gravity 2, ed. C. J. Isham, R. Penrose y D. W. Sciama (Oxford:
Clarendon Press, 1981), p. 249.
[24] Dawkins, El Espejismo de Dios, 144

[25] Ibíd; 145

[26] Ibíd; 147

[27] Ibíd; 145

[28] Stephen Hawking y Roger Penrose, The Nature of Space and Time [La Naturaleza del
Espacio y el Tiempo] (Serie de Charlas del Instituto Isaac Newton, Publicadas por Princeton
University Press, 1996), 20.

[29] Véase http://map.gsfc.nasa.gov/m_mm/mr_limits.html.


[30] Duane Dicus, et al., “Effects of Proton Decay on the Cosmological Future,” [Los Efectos de
la Decadencia del Protón sobre el Futuro Cosmológico] Astrophysical Journal 252(1982):1,8.
30

[31] Igor D. Novikov y Yakov B. Zel’dovich, “Physical Processes near Cosmological


Singularities” [Los Procesos Físicos cerca de la Singularidades Cosmológicas] Annual Review of
Astronomy and Astrophysics [Revisión Anual de la Astronomía y Astrofísica] 11 (1973): 401–2.

[32] Joseph Silk, The Big Bang [El Big Bang] (2da ed.; publicado por Freeman, 1989), 311–12.

[33] Christopher Isham, “Creation of the Universe as a Quantum Process,” [La Creación del
Universo como un Proceso Cuántico] en Physics, Philosophy and Theology: A Common Quest
for Understanding [La Física, La Filosofía y la Teología: Una Búsqueda Común para el
Entendimiento] (ed. R. J. Russell, W. R. Stoeger, y G. V. Coyne; Vatican City: Vatican
Observatory, 1988), 378. El hecho que Isham menciona “Una creación continua” es una
referencia de una teoría del Estado Estable obsoleto.
[34] Dawkins, El Espejismo de Dios, 146.
[35] Para un relato de primera mano, véase la página de John
Preskill: http://www.theory.caltech.edu/~preskill/jp_24jul04.html.

[36] S.W. Hawking, “Information Loss in Black Holes,” [Información Perdida en los Agujeros
Negros] http://arxiv.org/abs/hep-th/0507171 (15 de septiembre, 2005):4.

[37] Véase a Roger Penrose, The Road to Reality [El Camino hacia la Realidad] (New York:
Knopf, 2005), 762–65.

[38] Dawkins, El Espejismo de Dios, 158.

[39] Ibíd.

[40] Véase sus comentarios acerca de Keith Ward in El Espejismo de Dios, 150. Ward cree que
la hipótesis de un solo diseñador cósmico es simple, a pesar de que él rechaza la noción de que
Dios es simple en el sentido de que él no tiene propiedades distintas.
[41] Dawkins, El Espejismo de Dios, 149.

[42] Ibíd., 153. La simplicidad de Dios hasta se ha interpretado para querer decir que a Dios le
faltan propiedades distintas, una doctrina muy improbable. Pero la simplicidad de una entidad
inmaterial no necesita implicar que esa entidad carece de propiedades distintas, como la
inmaterialidad y la auto-conciencia.

[43] Robin Collins, The Well-Tempered Universe [El Universo de Bien Templado] (Estará de
venta pronto); John Leslie, Universes [Universos] (Publicado por Routledge, 1989); Paul
31

Davies, Cosmic Jackpot [El Premio Mayor Cósmico] (Boston: Houghton Mifflin, 2007);
William Dembski, The Design Revolution [La Revolución del Diseño] (Downers Grove: IVP,
2004); Michael Denton, Nature’s Destiny: How the Laws of Biology Reveal Purpose in the
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Darwinismo] (New York: Free Press, 2007).
[44] Alvin Plantinga, The Nature of Necessity [La Naturaleza de la Necesidad] (Publicado por
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Modelo Modal para Probar la Existencia de Dios] American Philosophical Quarterly 17 (1980):
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[45] Dawkins, El Espejismo de Dios, 83.

[46] Ibíd., 84.

[47] Discuto todos los cinco argumentos de una forma más profunda en mi libro Reasonable
Faith [Fe Razonable] (3ra edición. Publicado por Crossway, 2008).

Bibliografía

Las obras Avanzadas están marcadas con un asterisco (*).

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El Copyright (Derechos de Autor) © 2010 de este ensayo le pertenece a Christ on Campus


Initiative, una organización sin fines de lucro apoyada generosamente por Carl F. H. Henry
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