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Acoso escolar; la mediación como método alternativo para la solución de este conflicto y la
sana convivencia.

Introducción

Hoy en día, vemos como el acoso escolar o bullying ocasiona ciertas connotaciones
negativas en los estudiantes que lo presencian; coincidiendo con Armero, P., Bernardino,
B., & Bonet de Luna, C. (2011), donde exponen que “produce mucho sufrimiento en
quienes lo padecen” y los cuales inciden de manera directa o indirecta en la conducta y
comportamiento del alumno; es decir todo tipo de maltrato, en niños y adolescentes,
destruye la autoestima y la confianza, provoca un sufrimiento desmesurado, (Muñoz, R.,
Gómez, A., Moreno, F., Carvajal, J., Fernández, R., Hernández, A., & Ramos, J., s.f), lo
cual concuerda con Ortega (1994), citado por Polo del Rio, M., León, B., Gómez, T.,
Palacios, V., & Fajardo, F. (2013), donde expone que “entre las consecuencias del acoso
sobre la víctima están el destruir lentamente la autoestima y la confianza en sí misma, lo
que provoca entre otros efectos una difícil adaptación social, llegando a estados depresivos
o de ansiedad”.

Teniendo en cuenta, lo anteriormente expuesto podemos decir que cada conducta

agresiva física “pegar, dar empujones, amenazar e intimidar”; verbal “burlarse, insultar,
poner motes” o exclusión social “impedir su participación en ciertas actividades, ignorar”,
generan grandes problemas en su estado emocional y proceso de aprendizaje; produciendo
daños irreversibles en su comportamiento, ( Armero, P., et al. 2011), por lo tanto es
necesario implementar “la mediación” como método alternativo para hacer frente a esta
problemática; pero “debemos tener en cuenta que lo más importante no es la acción en si
misma sino las consecuencias y efectos que produce en sus víctimas”, (Muñoz, R., et al.
s.f), es así que mediante “la mediación” podemos minimizar diferencias o riesgos que se
pueden presentar por el “acoso escolar”, tanto en la prevención primaria (mejorando la
convivencia entre todos los alumnos) como en la prevención secundaria (tratando de
solucionar del mejor modo posible casos detectados de acoso escolar), el papel
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desempeñado por la familia, el profesorado y el grupo de iguales es fundamental. (Jesús,

M. 2011)
De igual forma es primordial desarrollar actitudes, habilidades y destrezas en los
estudiantes para que resuelvan esta clase de conductas agresivas de la mejor manera; en un
clima de confianza y respeto mutuo. (Valenzuela, A.2000). En este orden de ideas, es
necesario reconocer que el acoso escolar como conflicto puede desencadenar sensaciones
diferentes y más en los estudiantes que padecen este flagelo, debido a que responden a un
estado emotivo que les produce ciertas tensiones y frustraciones, (Fuquen, M. 2003); por lo
cual para afrontarlo como los hemos mencionado antes, es indispensable “la mediación”;
vinculando a los alumnos, profesores y padres de familia a que aborden el tema de manera
responsable y se den cuenta de las implicaciones a que conlleva el acoso escolar o bullying;
sin embargo no podemos ser ajenos a que esta clase de conductas también pueden generar
manifestaciones de violencia, teniendo presente que la agresión es considerada como un
acto de sobrevivencia y más en los estudiantes que muchas veces se quieren hacer notar al
menospreciar a sus compañeros, es decir “agredir a otros como una forma de
autoafirmación, de sobresalir, de obtener liderazgo y reconocimiento, eventualmente,
podría conducirles a actos de violencia mayores que trasciendan el ambiente escolar”.
(Cabezas, H. 2010), Así mismo refiere San Martin (2006), citado por Cabezas, H. (2010),
“es una forma de tortura a la que, habitualmente, un grupo de compañeros sujeta a otro.
En ocasiones el agresor es uno solo, pero es más fuerte que la víctima” (p. 28); por
consiguiente muchos autores sostienen que toda esta clase de hechos están enmarcados en
lo social y cultural; siendo importante señalar que cuando se presenta un acto de violencia
“acoso escolar” y no se interviene de la mejor puede traer consecuencias muy graves, claro
ejemplo es la problemática que se evidencia diariamente en las instituciones educativas del
país; donde por hechos de acoso escolar o bullying se han presentado casos de riñas,
agresiones físicas y verbales donde muchas veces la institución no cuenta con los medios o
capacidad para resolverlos; coincidiendo con lo expuesto por Andrade, J., Bonilla, L., &
Valencia, Z. (2011), “La falta de recursos para contenerlo y prevenirlo ha hecho del
bullying una actividad a menudo “oculta”, evadida, tolerada o silenciada en muchas
instituciones, factor que “motiva y refuerza” en los agresores la continuidad de sus
ataques”, igualmente expresa Gatti & Vargas (S.F.), citado Páez, M., Roncancio, D.,
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Torres, L., Velásquez, D., & González, A. (2013), que “Es posible que el temor a enfrentar
situaciones de conflicto se deba a que en la mayoría de los contextos las personas no
cuentan con las estrategias para afrontar las dificultades que se tejen alrededor del mismo”,
de acuerdo a los anterior es esencial que “dentro de esta perspectiva de ver el lado positivo
y formativo de los conflictos, es necesario que el profesorado se dote de recursos que le
permitan resolver las situaciones problemáticas cotidianas” (Vaello, J. 2003), como lo es el
“acoso escolar”, no obstante debe existir un compromiso por parte de todos, padres de
familia, profesores y alumnos en la unificación de criterios que nos permitan mejorar el
clima de convivencia a través de la “mediación”.

Por lo tanto nuestra investigación se diseña mediante la observación participativa y

no participativa del conflicto sobre el acoso escolar y la manera de enfrentarlo mediante la
comprensión, análisis y generación de herramientas como “la mediación” con el propósito
de prevenir, contener e interrumpir dicha actividad, esto conlleva a trabajar en forma
mancomunada entre los diferentes actores del conflicto “agresores, víctimas u
observadores”, (Andrade, J., Bonilla, L., & Valencia, Z. 2011), buscando asumir actitudes
y comportamientos de compromiso que nos permitan prevenir y controlar estas situaciones
que tanto causan malestar en algunos estudiantes; de esta manera se tomó como referencia
el caso de un niño de sexto grado de la Institución Educativa Pedro Antonio Elejalde, quien
está siendo objeto de acoso escolar por parte de sus compañeros de grupo, donde son
constantes las agresiones verbales y físicas, lo cual se convierte en un obstáculo para su
desarrollo, aprendizaje y enseñanza; la institución se encuentra ubicada en el municipio de
Frontino; localizado en la subregión occidente del departamento de Antioquia; limita con
los municipios de Uramita, Dabeiba, Murindo, Vigía del Fuerte, Urrao, Abriaqui y
Cañasgordas; teniendo en cuenta la problemática planteada del niño, se podrán disminuir en
gran parte los niveles de acoso escolar que se presentan tanto interna como externamente,
así mismo como reducir su intensidad, logrando que sus compañeros a partir de la
compresión y el dialogo puedan aceptarlo en su entorno.

Sin embargo, según expresa Vaello, J. (2003) “Las conductas problemáticas, aunque
pueden aparecer en cualquier momento, suelen darse cuando las condiciones son propicias,
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y, por ello, es necesario crear un clima facilitador que haga más cómodo el trabajo escolar y
más improbable la conflictividad”. En donde el profesor esté más atento a lo que sucede a
su alrededor, con el propósito de brindar soluciones de la mejor manera. Es importante traer
a correlación lo expresado por Pérez de Guzmán, V., et. al. (2011), Donde expone que “los
profesores deben esforzase día tras día por crear un buen clima educativo que favorezca
el proceso de convivencia. En ese sentido es preciso hacer partícipe a la comunidad
educativa para que sean conscientes de la responsabilidad que deben asumir, con especial
incidencia en la familia”, la cual cobra un protagonismo especial, siendo el contexto más
importante e inmediato del desarrollo del individuo (Bronfenbrenner, 1979; Parke, 2004 &
Gázquez, J., & Pérez, M., & Carrión, J, 2011), Es así como mediante la observación
participativa y la mediación se podrán establecer mecanismos que nos permitan ponerle fin
a esta problemática y abordarla como es debido, por lo tanto surge la siguiente pregunta:
¿Cómo afecta el acoso escolar a la víctima tanto en lo personal, académico y familiar?
¿Esta preparada la institución para hacer alto mediante la mediación a esta clase de
conflictos?

Objetivo general:
·

Identificar mediante la observación participativa y no participativa, el acoso escolar,

que se presenta entre los agresores y víctima, consecuencias y la manera de prevenirlo,
implementado la mediación como método alternativo.

Objetivos específicos

Desarrollar acciones mediante “la mediación” para disminuir el acoso escolar, que
se presenta dentro del aula entre agresores, víctimas u observadores.
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Facilitar el desarrollo de estrategias como la mediación, que nos permitan resolver

el conflicto de acoso escolar entre los agresores y la víctima.

Promover espacios de comunicación asertiva con los estudiantes, profesores y

padres de familia; con el fin de generar confianza y minimizar los actos de violencia que
genera el acoso escolar dentro de la Institución Educativa Pedro Antonio Elejalde del
municipio de Frontino.

Desarrollar talleres de trabajo en equipo para detectar y resolver las conductas

conflictivas y agresivas.
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