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Pontificia Universidad Católica de Chile

Curso: TTF060-1 Dios en la Teología Latinoamericana


Profesora: Kreti Sanhueza

Minuta N°3
Texto: Gutiérrez, Gustavo; Teología desde el reverso de la Historia

Nombre:
Sebastián Pedreros Saavedra
N° de Alumno 00624802
La Nueva esclavitud

En base a lo leído en el texto, surge en mí la inquietud de escribir acerca de lo que


siento como una nueva forma de control sobre las clases oprimidas.

En el texto se habla acerca la historia de Latinoamérica utilizando una frase muy


potente: Latinoamérica nació dependiente. Esto pues desde el proceso de Conquista por parte
de las potencias europeas se subyugó a los pueblos indígenas y esclavos negros. Es
interesante ver como en esos tiempos, la fe y el evangelio eran las herramientas para estos
pueblos oprimidos para superar de alguna forma los abusos a los cuales eran sometidos,
otorgándoles nociones de justicia mediante la lectura e interpretación de las sagradas
escrituras.

Después de la caída de feudalismos y monarquías, con la liberación de Latinoamérica


mediante los procesos de independencia, vino un nuevo proceso de conquista. Esta vez, la
nueva clase dominante, la burguesía, se ubica en una posición de privilegio al fomentar una
política extractivista, en la cual los países latinos venden materias primas a las potencias
mundiales y ellas venden de vuelta productos terminados. Esto mantiene la relación de
dependencia de América Latina hacia las potencias económicas.

Ya en el siglo XX, es interesante ver como se profundiza esta dependencia derivada


del capitalismo, exacerbándola al extremo de formar casi un nuevo tipo de esclavitud,
mediante el control del dinero. Más aún, es a través del consumo y el endeudamiento en que
la clase opresora ha encontrado la forma de tener mano de obra siempre disponible. Creo
firmemente que la forma en que se articula el trabajo en nuestros tiempos no es sana. Si nos
detenemos un poco a analizar este punto puede ser de gran utilidad: Diariamente viajar por 1
hora o más hacia el trabajo para trabajar de 10 a 12 horas seguidas, luego 1 hora de trayecto
de vuelta al hogar y llegar al hogar para prepararse para el siguiente día de trabajo. Trabajar
6 días a la semana para tener 1 día de descanso, trabajar 49 semanas al año para tener 3
semanas de descanso, trabajar hasta los 65 años y todo esto con el broche de bajas
remuneraciones y pensiones de miseria. Si nos detenemos a pensar en esto, es francamente
una rutina enfermiza en la cual no tenemos verdadero control de nuestras vidas, y la forma
en la cual nos empujan a esta vorágine es mediante el consumo y más en detalle, a través del
endeudamiento. Es la deuda el nuevo mecanismo de esclavitud de la población que ejercen
las clases dominantes, es mediante el otorgamiento de créditos de consumo, tarjetas de
crédito con altos intereses, publicidad tendenciosa y aspiracional que nos llevan caer en esa
trampa.

En este escenario, nuevamente la Iglesia cumple un rol fundamental en esta situación,


al exponer los mecanismos de opresión e ilustrando al oprimido para salir de su ignorancia o
ceguera, y conjuntamente con lo anterior, enfrentar al opresor para que cambie su forma de
actuar. Como un ejemplo claro de este rol en el último tiempo ha sido la discusión que fue
instalada por el clero chileno acerca del ingreso ético familiar, la cual ha sido una forma de
enfrentar y detener los abusos de la clase acomodada y otorgarle la dignidad que merece la
vida de los trabajadores y sus familias.

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