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Supongamos que el ser humano es ser humano y que su relación con el mundo es

una relación humana. Entonces el amor sólo puede intercambiarse por amor, la
confianza por la confianza, etcétera ... Si quieres influir en otras personas debes
ser una persona que estimule e impulse realmente a otros seres humanos. Cada
una de tus relaciones con el ser humano y con la naturaleza debe ser una
expresión específica, correspondiente al objeto de tu voluntad, de tu verdadera
vida individual. Si amas sin evocar el amor como respuesta, es decir, si no eres
capaz, mediante la manifestación de ti mismo como ser humano amante, de
convertirte en persona amada, tu amor es impotente y una desgracia
Karl Marx

El contenido de esta conferencia es simple de enunciar: resaltaré a Marx como un


defensor radical del individuo y de la dicha para éste de vivir centrado en la
realización de la plenitud de sus posibilidades humanas. Contra la malhadada
imagen de Marx como promotor de colectivismos en detrimento del individuo, más
aún, de totalitarismos desconocedores y devaluadores de la condición personal,
mostraré que, por el contrario, su fervor revolucionario anticapitalista nace y se
sostiene en su irrestricta convicción de que las formas materiales de la sociedad
burguesa han de superarse, simple y llanamente para crear condiciones de
posibilidad que propicien que cada ser humano pueda desplegar la complejidad de
su ser, afirmando así el goce de vivir su efímera existencia. Sin forzar las cosas,
trataré de mostrar que Marx comparte el mismo ámbito espiritual de Freud y de
Nietzsche (razón por la que tenderé nexos entre Marx y el psicoanálisis, de un
lado, y Marx y el pensador de la transvaloración de todos los valores, de otro
lado): que sólo somos en relación con otros, pero que ésta es una aventura que se
termina dirimiendo en la escala del destino individual. La riqueza efectiva de una
sociedad se mide en la riqueza espiritual conquistada por sus individuos,
afirmación por la que se decanta Marx, tal como se infiere de las palabras suyas
que cité al comienzo de esta invitación, las que son refrendadas por estas otras
también provenientes de su pluma: "(...) en lugar de la riqueza y la pobreza de la
economía política, tenemos al hombre rico como plenitud de la necesidad humana.
El ser humano verdaderamente rico es aquel que necesita un complejo de
manifestaciones humanas de la vida y cuya propia autorrealización existe como
necesidad interna (...) El dominio del ser objetivo en mí, la expresión sensible de
mi actividad vital, es la pasión que aquí se convierte en la actividad de mi ser".
Ojalá nos podamos encontrar en la Piloto para que reflexionemos sobre este Marx
usualmente velado en la imagen que se suele transmitir de él.

Carlos Mario González R.


Codirector del Centro de Estudios Estanislao Zuleta (CEEZ)
Profesor de la Universidad Nacional

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