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RESILIENCIA PROCESO RESIGNIFICANTE EN EL INDIVIDUO ABATIDO

RESILIENCE RESIGNING PROCESS IN THE ABATIOUS INDIVIDUAL

Natalia Ivón Cortés Muñoz*1

“Soy libre ante la fatiga en la medida en que lo soy ante mi ser-en-


el-mundo, libre para proseguir mi camino a condición de transformar
mi ser-del-mundo {…} El estilo de vida puede transformarse ya que
el hombre es libre de hacerlo. El sentido que le atribuía a mi vida
puede cambiar; el sentido puede mutar, transformarse, pero siempre
al sentido anterior le continuará uno nuevo” 2

Resumen
Con el presente texto, se intenta brindar a groso modo, una explicación del concepto de
neotenia, para así aproximarnos al planteamiento de la filosofía, etología, psicología y
antropobiología, sobre el concepto de resiliencia en individuos que han experimentado
situaciones traumáticas. La genealogía que efectúa el individuo de su historia puede
posibilitar la comprensión y uso de la facultad de juicio tras el acontecimiento experimentado,
exigiendo contrarrestar la situación sustentada en el dolor y la cultura. Es entonces, mediante
la facultad de juicio que se realiza la resignificación de lo vivido y, otorga al individuo la
posibilidad de vivir su verdad en la prestancia al porvenir.

Palabras claves: neotenia, resiliencia, filosofía, genealogía y facultad de juicio.

1
Licenciada en Filosofía Universidad del Valle. Maestrante en Filosofía Universidad del Valle. El escrito hace parte del
trabajo de investigación desarrollado en el Seminario de Investigación de Etología y Filosofía de la Universidad del
Valle, para optar por el titulo de Magíster en Filosofía.
2 Cita extraída del texto de: Cladakis. Maximiliano Basilio. Ontología e Intersubjetividad desde el Debate

Sartre/Merleau-Ponty. Unsam-Conicet. Pág. 42.

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Abstract

With the present text, an attempt is made to provide an explanation of the concept of
neoteny, in order to approach the philosophy, ethology, psychology and anthropobiology
approach, on the concept of resilience in individuals who have experienced traumatic
situations. The genealogy that the individual makes of his history can make possible the
understanding and use of the faculty of judgment after the experienced event, demanding
to counteract the situation sustained in pain and culture. It is then, by means of the faculty
of judgment that the resignification of the lived thing is realized and, it grants the individual
the possibility of living his truth, in the presence of the future.

Keywords: neoteny, resilience, philosophy, genealogy and faculty of judgment.

Introducción

La cuestión del inacabamiento implica asumir la neotenia como característica central del
individuo, ofreciendo la apertura a reinventarnos continuamente en coexistencia con el
entorno. La reflexión, el lenguaje y el actuar, posibilitan la resiliencia en los procesos de vida
de los abatidos por el dolor y el sufrimiento. Por consiguiente, el texto, explora la teoría de
la neotenia que erige el sendero para comprender el proceso de resiliencia en el individuo a
partir de principios filosóficos y finalmente, la genealogía como impulso que lanza al individuo
a efectuar una transvaloración de los valores establecidos por la cultura, posibilitando la
reelaboración de lo vivenciado mediante la facultad de juicio.

Aproximación a la Neotenia

Algunas posturas han sido unánimes al referirse sobre el individuo como inacabado, este
inacabamiento corresponde al concepto de la neotenia que explica, situaciones
experienciales de los individuos, quienes, al llegar a la etapa adulta, presuponen una
madurez para enfrentarse al mundo, pero en realidad, se aprecia que el estado biológico

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promueve una fetalización que hace percatar de la carencia para asumir algunos escenarios
presentes en la cotidianidad.

Las investigaciones en etología han expuesto la comparación entre el humano y el animal,


percibiéndose un campo amplio que fomenta el conocimiento de que el ser humano viene al
mundo desprotegido biológicamente, pero como recompensa por la carencia, posee un
cerebro acto para el pensamiento y el lenguaje, cualidades que se despliegan en la medida
que se incorpora al mundo social mediante el comportamiento del apego.

No obstante, la socialización y el lenguaje no son suficientes para promover la certeza del


individuo integralmente completo, pues el proceso de desarrollo en el individuo tanto
biológico como psíquico se prolonga en la existencia, y este rasgo particular se le ha
denominado neotenia. Por su parte el etólogo Desmond Morris, desde su estudio sobre el
proceso de neotenia, analiza el cerebro del feto primate el cual incrementa en tamaño y
complejidad. Cuando el mono nace se observó que su cerebro contaba con características
y una proximidad al cerebro del mono adulto y, el resto del cerebro que falta por desplegarse,
en los meses posteriores alcanza su tamaño definitivo, como también, la estructura de la
mano, la carencia de pelaje, sin órganos de ataque y protección y requiriendo de protección
en la etapa de infancia, entre otras, manifestando un proceso retardado que enuncia un
dinamismo que radica en como el individuo debe asumir una especie de flexibilidad que le
permita transformase.

“{…} la batalla tenía que ganarse más con inteligencia que con bravura, la evolución tenía
que dar un paso decisivo para aumentar en gran manera el poder del cerebro. Y ocurrió
algo bastante raro: el mono cazador se convirtió en un mono infantil. Este truco de la
evolución no es único: ha ocurrido en muchos y diferentes casos. Dicho en términos
vulgares, es un proceso (llamado neotenia) por el cual ciertos rasgos juveniles o infantiles
se conservan y prolongan en la vida adulta. (Ejemplo famoso de ello es el ajolote, especie
de salamandra que puede permanecer toda la vida en estado de renacuajo y que es capaz
de procrear en esta condición.)” (Morris, 1972: 15)

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La teoría de la neotenia arroja nuevas hipótesis para interpretar y comprender al individuo y
su manera de actuar en el mundo, un ser inacabado que requiere continuamente de la
educación para suplir su ausencia física, psíquica y del entorno, proposición fundamentada
desde la reflexión crítica que permite al individuo participar, expresar y decidir.

Ante lo anterior, se puede agregar lo perceptible que resulta desde la niñez la


implementación del formato de autoridad que deberá promover la adquisición de hábitos que
estructuren patrones comportamentales e imponiéndose un saber mediante técnicas de
presión. La mirada de individuo determinado, fijo, inmutable genera una serie de fenómenos
psicosociológicos al plantearse la fijación rígida sobre la manera adecuada de actuar en el
mundo correspondiente al acabamiento. Por ende, se presenta una hipótesis que contempla
la neotenia del individuo como inacabado y en apertura para transformar el mundo a partir
de la genealogía de sí mismo en el sendero de la resignificación.

Resiliencia y Filosofía.

En la indagación filosófica se puede encontrar un abanico de posibilidades, que promueve


el pensamiento aún en los momentos más arduos de la vida. Por consiguiente, la resiliencia
como capacidad humana de transformar la adversidad, surge como concepto recientemente,
no obstante, el individuo ha resistido en todos los tiempos y se transforma a partir de las
circunstancias de la existencia.

La resiliencia implica, que la persona que sufre ha vivido un trauma que se compone de dos
golpes, uno en lo real y en la representación que se hace del golpe. Un proceso de resiliencia
debe posibilitar la realización de los intereses que competen lo individual, es la entrada del
individuo a descubrir un mundo diferente después del trauma, puesto que la experiencia
vivida deja huellas imborrables que lo desafían cotidianamente a rehacerse, y que mediante
el lenguaje se hace posible el relato a partir de la comprensión reflexiva del trauma y el
sentido de continuar, propiciado por el relato del dolor que en algunos casos se da a través
de expresiones como la poesía, filosofía, música, pintura, y un sinnúmero de
manifestaciones: “El dibujo, el teatro, el relato, la reflexión todo lo que pueda transformar el

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efecto, y retrabaje la emoción” (Cyrulnik, 2001: 32). Además, se contempla que sin un
ejercicio de reflexión es complejo la movilidad del pensamiento, que implique un cambio de
paradigma ante lo vivido:

“La obsesión de la desgracia, en efecto, no es un pensamiento de la desgracia, sino la


incapacidad de pensarla. De ahí la invasión psíquica de la obsesión verificada a través
de la aparición en uno, del tirano y del esclavo, que ocupa el lugar del Yo. Entonces,
para prestar ayuda a aquel o aquella que se encuentra en la desgracia. Es importante
emprender el trabajo del pensamiento, el cual va a esforzarse en conjurar la obsesión,
sustituyendo un pensamiento que nos encierra reflejándose por su cuenta de una forma
catastrófica, que deberá ser cambiado por un pensamiento que <<se piense y que haga
pensar de una forma creativa>>”. (Cyrulnik, 2001: 53).

La desesperación producida por la experiencia del trauma se convierte en ímpetu secreto


que reanima a existir de forma heroica para sí. Por esta razón, se contempla como elemento
conceptual del abordaje de la resiliencia, la genealogía desarrollada por el filósofo Nietzsche.

Nietzsche en el trabajo que suscita la transvaloración de la moral, promueve la apreciación


diferenciada del individuo y su relación con el mundo, postura que remite a una reflexión
acerca de la liberación del pasado, en este sentido, es repensar la estructuración psíquica
del individuo que ha sufrido de la imposición institucional que obedece a la tradición. La
mirada de Nietzsche, que, aunque no concibió el termino de resiliencia, orienta con su aporte
filosófico a un pensamiento del individuo resiliente, como sobreviviente que se erige en la
superación de sí mismo rechazando lo impuesto y reflexiona sobre la vida.

Para el filósofo del martillo, era ineludible destacar la procedencia de los prejuicios humanos
que aquejan al individuo, procedencia vinculada a patrones morales de aspecto religioso
(principalmente nacidos de la fe cristiana) que drenan la energía y potencialidad humana.
En la Genealogía de la Moral registra la voluntad de pensamiento que resurge tras la
inversión de los valores convencionales, exponiendo la mentira que ha fundamentado la
sociedad del ascetismo, pero también, subrayando el papel del individuo nihilista activo que,

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tras derrumbar los ídolos, se posibilita una vida vigorosa, un hacerse a sí mismo mediante
la voluntad de poder y la facultad de juzgar como desencadenante del proceso de resiliencia.

¿Por qué pensar la genealogía cómo un posible camino para tejer la resiliencia?

En la Genealogía de la Moral, Nietzsche rastrea los orígenes de los conceptos bueno (que
remitía a la nobleza) y malo (que referenciaba a los plebeyos) a partir de la transvaloración
de los valores, demostrando que estos conceptos se formularon bajo el efecto del
resentimiento de la casta sacerdotal. El método elegido por Nietzsche fue el genealógico
exponiendo que los valores no son intemporales o inacabados, y, por el contrario, varia en
momentos específicos. Por esta razón, se presentan tres tópicos que permea la Genealogía
de la Moral y que corresponde a los conceptos del origen – Ursprung, que revela la oposición
que encierra los conceptos y su inversión en la historia. El termino procedencia - Herkunft
(Foucault, 1980: 12) explica el sentido de la Genealogía de la Moral en tanto que valora la
procedencia como la disgregación del Yo y el hacer. La genealogía revela que en la raíz de
lo conocido no está la verdad, concibiéndose como el principal riesgo en la transmisión de
la herencia. No obstante, para Nietzsche la búsqueda de la procedencia permitió movilizar
lo estático encarnado en el cuerpo de quien sufre las consecuencias de la historia. En este
sentido, la historia posibilita que el individuo asuma de modo diferente la percepción de lo
vivido.

Por su parte, la emergencia - Entstehung es la aparición, y se asocia conceptualmente a lo


que acontece en la resiliencia a partir de la interacción de diversos elementos que revelan
una fuerza en un momento especifico, presentando una cercanía con el oxímoron, que es la
discordancia antagónica de las emociones. De esta manera, el análisis de la Entstehung
señala la forma como luchan unas fuerzas contra otras, o a partir de la resiliencia, el
combate que realizan contra las circunstancias adversas, “[…]La tentativa que hacen —
dividiéndose entre ellas mismas— para escapar a la degeneración y revigorizarse a
partir de su propio debilitamiento” (Foucault, 1980: 27) La relación del concepto
emergencia con la resiliencia, se explica en el modo en que surgen cuando existe un golpe
y posterior una resistencia para restablecerse de manera vigorosa, en términos de

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Nietzsche, hacerse a sí mismo desde la autonomía para darse los propios valores. El
proceso de resiliencia está vinculado con la transvaloración de valores o pensamiento, y está
trasmutación de concepciones resignifica lo vivenciado y lo convierte en apertura en el
mundo de la vida.

“Qué es, por otra parte, lo que, en materia de miseria, de privaciones, de mal clima,
de enfermedades, de fatigas y de soledad no soportamos? En el fondo nos
sobreponemos a todo lo demás, puesto que hemos nacido para una existencia
subterránea y combativa; una y otra vez salimos a la luz, una y otra vez
experimentamos la hora aurea del triunfo, - y en ese momento aparecemos tal como
nacimos, inquebrantables, tensos, dispuestos a conquistar algo nuevo, algo más
difícil, algo más lejano todavía, como un arco a quien las privaciones lo único que
hacen es ponerlo más tirante” (Nietzsche, 1972:65)

Conforme a lo anterior, la filosofía de Nietzsche es una provocación a la vida que incluye


asumir los infortunios que movilizan la creación, ejemplo de lo mencionado, es la metáfora
de él filósofo: “Los jardineros se enfrentan con plantas que tienen raíces feas, sin embargo,
ellos son capaces de cultivar algo que parece feo al principio para extraer su belleza” 3. De
igual forma, ilustra la cercanía con la definición del concepto de resiliencia enunciado por el
psiquiatra Michael Rutter 4 quien plantea que la resiliencia no es una asociación con la
fortaleza o debilidad de las personas, por el contrario, es menester la comprensión que
suscita la reflexión de como las personas viven situaciones traumáticas y salen victoriosas.
El resiliente es el que sufre un dolor, asume la negación causada por él sufrimiento y
posterior, desde el reconocimiento y acompañamiento de la figura de apego, inicia un
ejercicio de comprensión sobre la situación vivenciada en el distanciamiento que libera las
culpas inexistentes y provoca la reflexión y autonomía para la reconstrucción de la vida.

3 Botton de Alain. Nietzsche on Hardship (Nietzsche y el sufrimiento). Año 2000. Sexto episodio de la serie televisiva
británica Philosophy: A Guide To Happiness. Véase también en
https://blogdenotasnietzsche.wordpress.com/2009/10/01/nietzsche-y-el-sufrimiento-documental/
4 Kotliarenco, María Angélica. Citando en el documento Estado del Arte en la Resiliencia. Organización Panamericana

de la Salud. 1997 pág. 3

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Cabe mencionar la inexistencia de una fórmula absoluta que propicie un comportamiento
resiliente, pues el análisis a partir de la filosofía y otras disciplinas (etología, antropología,
entre otras) crean hipótesis de situaciones que accionan el proceso de resiliencia, como es
el vínculo afectivo, la genealogía del individuo, el vitalismo, la voluntad de poder, la reflexión,
autonomía y facultad de juzgar que permite decidir, (González, 2016: 208) teje y aflora el
sentido ante lo incierto.

En esta perspectiva, la posibilidad de decidir propia de la facultad de juzgar menciona que


“[…] La recomposición de la facultad de juzgar del individuo implica la recomposición de su
autonomía para juzgar el mundo y sus relaciones, que debe ser el fin último de la resiliencia
o de cualquier terapia”. (González, 2016: 226) Alcanzar la reconfiguración de lo
experimentado brinda la oportunidad de redirigir la mirada ante el devenir, “La historia
«efectiva» hace resurgir el suceso en lo que puede tener de único, de cortante. Suceso —
por esto es necesario entender no una decisión, un tratado, […] el mundo de la historia
efectiva no conoce más que un solo reino, en el que no hay ni providencia ni causa
final —sino solamente «la mano de hierro de la necesidad que sacude el cuerno de la
fortuna»” (Foucault, 1980: 20-39) El genealogista identifica lo adecuado para ser pensado
en el interior de un sistema, contemplando la raíz, la cultura, las reglas presentes, intentado
señalar los modos diversos que limitan el desarrollo de la identidad: “«El conocimiento se
transformó entre nosotros en una pasión que no se horroriza de ningún sacrificio, y que
no tiene en el fondo más que una sola preocupación, la de entenderse a sí mismo”
(Foucault, 1980: 28) la eliminación de los prejuicios establecidos posibilitaría percibir lo que
es necesario saber para comprender el presente.

Pensar el proceso de resiliencia a partir de la filosofía, parte también de analizar la


interacción con la otredad como un pilar fundamental para el individuo resiliar, es así como
la figura de apego (Bowlby, 1988: 141) alienta al individuo a reponerse y emprender su
sendero. El entrelazamiento con la otredad constituye la emergencia individual, que se aviva
en el vitalismo anteponiéndose al acontecimiento adverso.

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Por consiguiente, la teoría desarrollada por Bowlby, distingue que un apego seguro puede
ser un movilizador para desarrollar el pensamiento, contribuyendo en la comprensión
durante el desarrollo de la personalidad, además, se plantea que el proceso de resiliencia
se correlaciona con el apego o vínculo afectivo autónomo seguro, debido a que el individuo
puede asumir el distanciamiento de la madre, explorar el entorno de forma autónoma, y
festejar el retorno de la madre. Implicando que las características principales en la teoría del
apego, es un sustento teórico y práctico sobre la interacción que contribuye en el desarrollo
de vida del niño en un pensamiento afectuoso y social, que mantendrá continuidad en el
transcurso de la vida.

La orientación y acompañamiento de la madre, padre o tutor conlleva al desarrollo de


individuos más seguros y, el comportamiento de apego, aflora en momentos de angustia o
tensiones, siendo vital la cercanía del otro que suscita apoyo y protección, puesto que la
intensidad de la emoción que se origina en el desarrollo de la relación entre el individuo
apegado y la figura de apego da como efecto la sensación de tranquilidad ante la situación
experimentada.

El comportamiento de apego se cimienta a partir de rasgos biológicos, y la forma en que se


manifiesta en los individuos depende de las experiencias durante la infancia, implicando, que
el comportamiento de apego es un entrelazamiento biológico de diversos comportamientos
que involucra un mecanismo de supervivencia propia del individuo.

“La vida adulta prolonga de modo directo la de la infancia. Lo que queda demostrado
por las circunstancias en las que se pone más de manifiesto el apego durante la
adultez. Ante una enfermedad o catástrofe, los adultos se vuelven con frecuencia
más exigentes con respecto de los demás. Ante un desastre o peligro repentino, es
casi seguro que el sujeto buscará la proximidad de algún conocido en el que confía”.
(Bowlby, 1998: 284)

Algunos abatidos que no han sido acompañados posterior a acontecimientos adversos,


desarrollan la sensación de vacío, ofuscación, frustración, con la inseguridad y temor de ser

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abandonados. Entonces, cuando se ha sufrido y se cuenta con un vínculo afectivo, se
consigue canalizar la herida, y el comportamiento de apego se activa liberando lo reprimido;
esta liberación surge cuando se hace la genealogía que permite recopilar información a partir
de la observación o relato que el abatido desee expresar, observándose la familia, la historia
acontecida, perturbaciones presentes y la capacidad para crear apegos seguros.

Asimismo, existe una clasificación de las pautas principales de apego que parten de la
seguridad, donde el individuo confía en su madre, padre o tutor sintiendo apoyo en
situaciones adversas dándole confianza para explorar el mundo. Una segunda pauta es el
apego ansioso, que se manifiesta en el individuo a partir de la inseguridad de recibir una
respuesta efectiva por parte de su progenitor o tutor en caso de necesitar su apoyo y la
tercera pauta es el apego ansioso elusivo, en el que el individuo espera respuestas
desfavorables a sus solicitudes, entonces intenta vivir en medio de la carencia afectiva,
creyendo que es autosuficiente, este caso ilustra el falso de sí mismo, y tiene su origen en
el rechazo de la madre cuando busca su cariño y protección.

De acuerdo con el postulado de Cyrulnik, la resiliencia se forja como un proceso diacrónico


y sincrónico en tanto que teje desde lo biológico e histórico, vínculos que permite la
transformación del golpe en posibilidad de vivir. No es suficiente analizar la resiliencia a partir
de los factores de protección o factores de riesgo, puesto que algunos factores podrían ser
asociados a prácticas que desvían el proceso de resiliencia. Por ende, para algunos teóricos
la religión, la escuela, o grupos de personas, podrían ser factores de protección, no obstante,
estos espacios pueden limitar el proceso de comprensión y por el contrario forja posturas de
adaptación y resignación frente a lo vivido, asumiendo que el acontecimiento tiene una
función moralista asociada a lo que Nietzsche refutaba, la religión basada en la fe que
adormece el intelecto, y una escuela sin estructura adecuada podría convertirse en un
espacio de riesgo para el abatido, forjando actitudes de rencor y venganza.

Al cambiar esta mirada, se comprende que la resiliencia es un proceso psicobiológico 5


(González, 2016: 207) que abarca un antagonismo de tensiones en el individuo, que,

5 Véase a Rutter Michael citado en el Estado del Arte en la Resiliencia. Pág. 11

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alterado por el golpe, desarrolla una actitud de equilibrio que le posibilita la apertura para
mirar la vida desde otro aspecto. Asimismo, el relato se verbaliza en la medida que se
instaura un vínculo afectivo con otro, sacando a la luz el “Yo” resguardado para la otredad,
y reflexionando sobre lo vivido. El vínculo afectivo y la reflexión favorecen la posibilidad de
que sea el mismo individuo quien reconozca lo acontecido, y a su vez, logre tomar sus
propias decisiones. El individuo abatido no necesita fórmulas o manual de pasos a seguir
frente a la adversidad, el abatido requiere tomar distancia de lo experimentado, reflexionar
sobre lo vivido y gestar a partir de la autonomía su propia propuesta de vida “[…] la facultad
de juzgar está acompañada de una estructura cognitiva de verdad (ley de verdad) que nos
obligaba a reconocer como verdadero lo que pensamos, y a reconocer al mismo tiempo que
es verdad que nos reconocemos en lo que decimos para así poderlo pensar”(González,
2016:209)

Desde este postulado, la facultad de juzgar permitiría que el abatido pueda resignificar el
dolor y sufrimiento desde su autonomía, ya que como había señalado Nietzsche sobre la
memoria, se percibe que el dolor instaura en la mente del abatido una representación del
agredido que le cuesta replantear, ya que desconoce que lo que continúa doliendo se
mantiene en la memoria; en términos similares, la genealogía permite “poder responderse a
sí mismo de su propia representación, para finalmente poder responder de sí como futuro a
la manera como lo hace quien promete” (Nietzsche, 2015: 85) entonces se hace menester
describir lo ocurrido creando la reelaboración en el esclarecimiento de los sucesos,
comprender el hecho en una perspectiva que permita un renacer en el deseo mismo del
individuo, en el libro Voluntad de Poder el filósofo plantea que:

“[…]La memoria solo es posible mediante un constante subrayar de lo ya habitual,


de lo vivido. Antes de juzgar debemos de haber hecho un proceso de habilitación;
por consiguiente, aquí también hay una actividad individual previa que no aparece
en la conciencia, como el dolor que nos produce una herida. Probablemente,
todas las funciones orgánicas corresponden a un hecho interior, es decir, a una
asimilación, a una secreción, a un crecimiento, etc” (Nietzsche, 2000: 598)

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A modo de conclusión, la filosofía puede contribuir con la conceptualización de la resiliencia,
a la vez de promover espacios para que el abatido llegue por sí mismo a analizar lo
acontecido, reflexionar y comprender que debe distanciarse de esta experiencia y refirmarse
frente a la vida, puesto que, “La verdad no es una terapia, es un componente esencial del
psiquismo en tanto que ella orienta el pensamiento. Nadie se puede reparar en la mentira o
en la ignorancia de lo sucedido, nadie puede reestructurarse en el vacío” (González, 2016:
221) ajustándonos a lo anterior, el trauma inicialmente se experimenta a partir de lo real y la
emoción, luego en la memoria histórica del individuo quien puede distanciarse para
identificar los modelos de pensamiento que manifiesta y la relación con las vivencias de la
infancia, asumiendo un cambio de paradigma que le permite resignificar su historia
acontecida.

Así, la genealogía como reconstrucción de la historicidad, permite edificar el futuro a través


del pensamiento para que los afectados puedan ser quienes busquen las alternativas frente
a situaciones adversas, y donde el vínculo afectivo, espacio o institución que acoge, asuma
de manera imparcial e idónea las formas para acompañar, cambiando la percepción del
acontecimiento a través de la comunicación, el relato, la escritura, manifestaciones artísticas
que favorecen al individuo a descargar el dolor y vigorizar el pensamiento y, que el sí mismo,
pueda formular la respuesta a la pregunta que lo encarna, con la fuerza para arriesgarse al
devenir a partir de la reflexión que posibilita el reconstruir.

Bibliografía.

• Foucault Michel. Microfísica del Poder. Las Ediciones de La Piqueta. 1979

• González William. La Resiliencia como Genealogía y Facultad de Juzgar. Praxis Filosófica


Nueva serie, No. 45, julio-diciembre 2017.

• Bowlby, John. Una Base Segura, Aplicaciones Clínicas de una Teoría de Apego. Editorial
Paidós. Año. 1988.

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• Nietzsche Friedrich. Genealogía de la Moral. Editorial Alianza. 2015.
Voluntad de Poder. Editorial EDAF. 2000

• Botton de Alain. Nietzsche on Hardship (Nietzsche y el sufrimiento). Año 2000. Sexto


episodio de la serie televisiva británica Philosophy: A Guide To Happiness. Véase en
https://blogdenotasnietzsche.wordpress.com/2009/10/01/nietzsche-y-el-sufrimiento-
documental/

• Kotliarenco, María Angélica. Citando en el documento Estado del Arte en la Resiliencia.


Organización Panamericana de la Salud. 1997

• Morris Desmond, El Mono Desnudo. Editorial Plaza & Janés. 1972.

• Cyrulnik, Boris. La Maravilla del Dolor. Editorial Granica. 2001

• Cita extraída del texto de: Cladakis. Maximiliano Basilio. Ontología e Intersubjetividad desde
el Debate Sartre/Merleau-Ponty. Unsam-Conicet..

• Bowlby. Jhon. El Apego. Editorial Paidós, 1998.

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