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Es el conjunto de todos los seres vivos. Y las especies que existen en la Tierra. La variabilidad de
organismos vivos de cualquier fuente. En los cuales se incluyen los ecosistemas terrestres. Los
marinos y otros ecosistemas acuáticos, procesos ecológicos. Comprende la diversidad dentro de
cada especie (genética). Cada organismo tiene su forma particular de vida. El número de especies
se calcula en 30 millones.
los genes, las especies y los ecosistemas. Componentes de la biodiversidad Los componentes de la
biodiversidad son dos: la naturaleza misma —lo tangible— y los conocimientos que tenemos de
ella —lo intangible—.
4. Se refiere a la variación en expresión genética. La misma existe para cada especie, como por
ejemplo. Si tomamos el caso del ser humano, veremos: Que el color de ojos tiene varias
posibilidades. Hay distintas tonalidades: negro, marrón, verde, azul, gris. Si solo se permitiera la
reproducción de personas, con ojos color marrón, se perdería la diversidad, genética que da lugar
a los demás colores.
5. La diversidad genética es lo que hace que, algunas especies de plantas y animales sean más
resistentes que otras a temperaturas extremas, eventos de sequía, cambios en la disponibilidad de
alimentos, enfermedades y otros. Mientras mayor diversidad posea una especie, mayor será su
capacidad de adaptación a distintas condiciones. Por esto, una especie que exhibe poca diversidad
genética es más vulnerable a la extinción.
7. Una región con tres especies distintas de árboles tendrá una diversidad taxonómica menor que
una región con una especie de árbol, una especie de ave y una especie de insecto. Esto es así
porque las diferencias genéticas entre un árbol, un ave y un insecto son mucho mayores que entre
tres árboles por distintos que sean. Por otra parte, si bien hay más especies de animales terrestres
que acuáticos, las especies terrestres están más relacionadas entre sí que las especies acuáticas.
8. Por esto, la diversidad de vida en los ecosistemas marinos es mucho mayor que la diversidad de
vida en los ecosistemas terrestres. Ejemplos de especies son el oso de anteojos, el cedro y los
seres humanos. Así, la diversidad de especies se refiere a la variabilidad de animales, plantas,
hongos y virus.
Clasificación de la vegetación
Bosque mesófilo de montaña: vegetación que se caracteriza por una densa cubierta de árboles
donde coexisten numerosos géneros, como Liquidambar, Magnolia, Juglans, Ostrya, Clethra,
Podocarpus, Turpinia, Oreopanax y muchos más. A menudo también hay pinos y encinos. Una de
sus características más importantes son las afinidades templada y tropical de las especies del dosel
y sotobosque, respectivamente. Es una de las comunidades biológicas más diversas del mundo.
Esta vegetación se desarrolla en altitudes donde se forman bancos de niebla. El bosque es
exuberante, con gran cantidad de helechos y lianas, así como de plantas que crecen sobre los
árboles (epífitas). Una porción importante de la flora del bosque mesófilo en México es endémica.
Superficies importantes de este bosque se han desmontado para establecer cultivos, y en varias
regiones se siembra café bajo la copa de los árboles.
Bosque templado: esta categoría incluye tres tipos de vegetación principales: en primer lugar, los
bosques de coníferas dominados por árboles perennifolios donde sobresalen las coníferas: pinos
(Pinus) y oyameles (Abies); aunque también están los pinabetes (Pseudotsuga), enebros
(Juniperus) y cedros (Cupressus). Generalmente se presentan en los climas templados y fríos de las
partes altas de las cordilleras. En segundo lugar destacan los bosques de encinos, dominados por
árboles de hoja ancha, principalmente encinos (Quercus), la mayoría caducifolios. Se les encuentra
sobre todo en climas templados en las montañas, frecuentemente por debajo del nivel altitudinal
de las coníferas, aunque en ocasiones pueden desarrollarse en sitios francamente cálidos. Se les
aprovecha especialmente para producir carbón y criar ganado. Debido a que los suelos de los
encinares son frecuentemente muy fértiles, las actividades agrícolas son comunes en ellos.
Finalmente, se ha integrado también aquí a los bosques de coníferas y latifoliadas, en los cuales
coexisten los dos grupos de árboles formando bosques mixtos. Frecuentemente esta coexistencia
es favorecida por las actividades humanas. La explotación de estos bosques es similar a la de los
bosques de pino o encino.
Selva húmeda: incluye a las selvas perennifolias y subperennifolias, dominadas por árboles de
muchas especies, en climas lluviosos y cálidos. La copa de los árboles puede rebasar los 40 metros
de altura y conserva una parte importante de su follaje durante el año. Según la altura del dosel,
se dividen en selvas altas (vegetación arbórea de más de 30 metros), medianas (entre 20 y 30
metros) y bajas (frecuentemente entre 4 y 15 metros de altura). Bajo los árboles más altos hay
varios estratos de vegetación de diferentes estaturas. Es una de las comunidades biológicas más
diversas del mundo. La explotación de algunas especies de alto valor comercial, como la caoba
(Swietenia) o el cedro rojo (Cedrella) y de varios productos forestales no maderables, es común
dentro de estas selvas.
Selva subhúmeda: agrupa a las selvas caducifolia y subcaducifolia, es una vegetación dominada
por árboles de diferentes especies de hoja caduca, que se desarrolla en ambientes cálidos con
diferencias muy marcadas entre las temporadas de lluvias y secas. De manera semejante a las
selvas perennifolias se dividen en medianas y bajas en función de la altura de la vegetación
arbórea dominante. El dosel rara vez rebasa los 15 metros de altura, aunque en algunos casos
llega hasta los 30 metros. La condición de subcaducifolia o caducifolia depende de la proporción
de árboles que pierden el follaje en la temporada seca. Muchos de los árboles almacenan agua en
sus tallos, como es el caso de los copales (Bursera), pochotes (Ceiba) y de varias cactáceas
columnares. Esta vegetación frecuentemente está sujeta a la agricultura de roza, tumba y quema y
a la ganadería extensiva, las cuales la degradan fuertemente, por lo que es uno de los ecosistemas
tropicales más amenazados del mundo.
Matorral xerófilo: En esta categoría están incluidos un conjunto diverso y extenso de tipos de
vegetación (matorrales rosetófilos, sarcocaules, crasicaules, etc.), dominados por arbustos y
típicos de las zonas áridas y semiáridas. El número de endemismos en estas zonas es sumamente
elevado. Debido a la escasez de agua y a que los suelos son pobres y someros, la agricultura se
practica en pequeña escala, salvo donde hay posibilidades de riego. Por el contrario, la ganadería
está sumamente extendida, y zonas muy grandes de matorral xerófilo están sobrepastoreadas.
Pastizal natural: Vegetación dominada por herbáceas, principalmente gramíneas (pastos, zacates o
graminoides) que se encuentra en cualquier clima, pero principalmente en las regiones semiáridas
del norte y en las partes más altas de las montañas (por arriba de los cuatro mil metros). Casi
todos los pastizales de nuestro país se emplean para la producción ganadera, casi siempre con una
intensidad excesiva. Otros pastizales fueron bosques o matorrales, y la acción del ganado y el
fuego los mantienen en esta forma alterada. A éstos se les conoce como pastizales inducidos.
Vegetación halófila y gipsófila: Estos tipos de vegetación, de baja altura, se desarrollan en suelos
de cuencas cerradas con altos contenidos de sales y yeso, respectivamente. Predominan los pastos
rizomatosos (dominando las especies de las familias Poaceae y Chenopodiaceae) y su cubierta
arbustiva es, por lo general, escasa. Esta vegetación es usada en muchas zonas del país como
alimento para el ganado, y en algunos casos, después de ser drenados, pueden ser empleados en
agricultura de riego.
Manglar: Esta comunidad es dominada por elementos arbóreos como el mangle rojo (Rhizophora
mangle), mangle salado (Avicennia germinans), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y mangle
botoncillo (Conocarpus erectus). Sus adaptaciones al agua salobre, sin ser necesariamente plantas
halófitas, les permiten estar en las desembocaduras de los ríos y lagunas costeras. Además de ser
fuente de taninos para la industria de la piel, este tipo de vegetación es importante como zona de
reproducción y crecimiento de muchas especies de importancia pesquera.
Otros tipos de vegetación como los popales, tulares, palmares, vegetación de petén y chaparrales
se encuentran ocupando superficies mucho menores y están relacionados con condiciones
climáticas, edáficas o hidrológicas muy particulares (Figura a).
Usos de la
vegetación
Las plantas
pueden tener
muchas
utilidades:
Alimenticias
para el ganado
y las personas
Madereras para
la construcción
y herramientas
Industrial como
curtientes,
barnices,
tintóreas,…
Energética
como la leña o
el carbón
Medicinales
como
estimulantes,
antisépticas,
tranquilizantes,
…
La cubierta vegetal de México es muy diversa: existen bosques templados (de coníferas y encinos),
bosques mesófilos de montaña, selvas (húmedas y subhúmedas), matorrales xerófilos y pastizales,
entre otros tipos de vegetación (e. g., chaparrales, mezquitales, palmares, vegetación halófila y
gipsófila y de galería, entre otras). En 2002, cerca de 73% de la superficie nacional estaba cubierta
por vegetación natural, mientras que el restante 26% lo ocuparon zonas agropecuarias, de
plantaciones forestales, urbanas y cuerpos de agua. Los matorrales xerófilos constituyen la
formación vegetal predominante (26% de la superficie nacional), seguidos por los bosques
templados (17%) y las selvas (16%).
Fuente:
Elaboración propia con datos de:
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie III. México.
Los estados del país que conservaban en 2002 una mayor superficie de vegetación natural
remanente fueron Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Quintana Roo y Sonora
(más de 80% de su territorio). En contraste, en el Distrito Federal, Estado de México, Michoacán,
Morelos, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz la vegetación natural no cubría más del 35% de su territorio.
Fuente:
Elaboración propia con datos de:
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie III. México.
Entre 1993 y el año 2002, alrededor de 2.8 millones de hectáreas en el país cambiaron de ser
bosques, selvas, matorrales y pastizales para convertirse a otros usos, todo ello a un ritmo de
cerca de 306 mil hectáreas por año. En términos netos, los ecosistemas más afectados entre esas
fechas fueron las selvas (se perdieron alrededor de 1.3 millones de hectáreas), seguidas por los
matorrales (cerca de 953 mil hectáreas) y los bosques templados (aproximadamente 370 mil
hectáreas). En ese mismo periodo, las entidades que mayor porcentaje de su vegetación natural
perdieron (entre selvas, bosques, matorrales, pastizales y otros tipos de vegetación) fueron
Veracruz (cerca de 19%), Tabasco (alrededor de 11%) y Chiapas (8%), mientras que Nayarit,
Durango, Baja California Sur y Querétaro perdieron menos del 0.5% de su superficie remanente de
vegetación natural.
Fuentes:
Elaboración propia con datos de:
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie II. México.
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie III. México.
Los procesos que promueven el cambio de uso del suelo afectan de manera distinta la cubierta
vegetal del país. De acuerdo a los cambios observados entre 1993 y el año 2002, su alteración (es
decir, el cambio de una cobertura de tipo primario a una secundaria) fue mayor en los bosques
mesófilos de montaña, seguidos por las selvas, bosques y matorrales. La agricultura y la ganadería
ganaron una mayor superficie a los distintos tipos de vegetación vía las cubiertas secundarias que
por la remoción de las cubiertas no alteradas. Comparativamente con la ganadería, la agricultura
fue, en todos los casos, la mayor responsable del cambio de uso del suelo en el país.
Fuentes:
Elaboración propia con datos de:
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie II. México.
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie III. México.
Deforestación
La deforestación es uno de los problemas ambientales que más preocupan a la comunidad
internacional actualmente. Consiste en el cambio de una cubierta vegetal dominada por árboles a
otra que carece de ellos. En el caso de México, alrededor de este tema ha girado una amplia
controversia y una gran disparidad en las estimaciones, en su mayoría como resultado del empleo
de criterios y métodos distintos. Entre 1988 y el año 2005, las estimaciones de la tasa de
deforestación en el país han oscilado entre las 316 mil y las 800 mil hectáreas de bosques y selvas
por año. En el contexto mundial, México fue, en el periodo 1990-2000, el único país miembro de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que perdió una parte de su
superficie forestal; en Latinoamérica fue uno de los países con la mayor tasa, tan sólo por debajo
de Brasil, Costa Rica, Guatemala y El Salvador. En nuestro país, las actividades agropecuarias son la
principal causa de la pérdida de bosques y selvas, seguidas por los desmontes ilegales y los
incendios forestales.
Fuente:
Elaboración propia con datos de:
FAO. Global Forest Resources Assessment 2005. FAO. Roma. 2005.
Incendios forestales
Los incendios forestales son una de las causas más importantes de la pérdida de la vegetación
natural en nuestro país. Estas conflagraciones, aunque constituyen un elemento importante en la
dinámica natural de ciertos ecosistemas, pueden afectar a otras cubiertas vegetales en las cuales
su presencia no ocurre de forma natural o es poco frecuente. El número de incendios en México
ha aumentado en los últimos treinta años, tendencia al parecer relacionada con la presencia y
severidad de los eventos climáticos de El Niño y a la materia vegetal muerta que se acumula
después del paso de los huracanes. Entre 1998 y 2005, las coberturas vegetales más afectadas
correspondieron a pastizales, seguidas por la arbustiva y de matorrales y por las arboladas. Entre
los estados más afectados en 2005 por los incendios forestales están Baja California, Oaxaca,
Jalisco y Chiapas. Las causas más frecuentes de incendios forestales en el país son las actividades
agropecuarias, los incendios intencionales y las fogatas.
Fuente:
Conafor. México. 2005.
La conversión de terrenos hacia usos agropecuarios es una de las causas más importantes de
deforestación en América Latina y el mundo. En México, la superficie agrícola sembrada se ha
mantenido relativamente constante en los últimos años, contabilizando en 2003 cerca de 21.7
millones de hectáreas. Es importante mencionar que aun cuando la superficie agrícola sembrada
no ha crecido considerablemente en los últimos años, la conversión de vegetación natural a
terrenos agrícolas continúa en el país. Los estados que en 2002 tenían el mayor porcentaje de su
superficie ocupada por agricultura fueron Tlaxcala (cerca de 74%), Morelos (55%), Guanajuato
(48%) y el Estado de México (46%), mientras que los estados con menores porcentajes fueron
Campeche (4%), Baja California y Quintana Roo, estas últimas con cerca del 2%.
Fuentes:
Sagarpa-SIAP. Sistema de Información Agropecuaria de Consulta (SIACON 2004). México. 2004.
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie III. México.
Ganadería
La ganadería es otra de las actividades productivas que tiene un impacto importante sobre el
estado y la calidad de la cubierta vegetal en nuestro país. El número de cabezas se ha reducido
notablemente en las últimas décadas, pasando de 50.7 a 46.9 millones entre 1980 y 2002. La
ganadería se practica en cerca de 1.09 millones de kilómetros cuadrados, es decir, en 56% de la
superficie del país y en 44% de la superficie nacional que corresponde a vegetación natural. La
superficie destinada a esta practica (es decir, la de los pastizales) creció al menos 4 millones de
hectáreas de 1993 ala fecha. No obstante lo anterior y la reducción de la población ganadera, en
24 estados el número de cabezas de ganado supera la capacidad de los ecosistemas, siendo
particularmente alto en el Estado de México, Sinaloa y Jalisco.
Fuentes:
Elaboración propia con datos de:
Sagarpa, Comisión Técnica Consultiva de Coeficientes de Agostadero. México. 2004.
Cotecoca-Sagar, con base en: Cotecoca-SARH. Monografías de coeficientes de agostadero, años
1972-1981. México.
INEGI. Carta de uso actual del suelo y vegetación Serie III. México. 2005.
Cotecoca. México. 2004. Elaborado con base en Monografías de Coeficientes de Agostadero, años
1972-1981.
Protección de los bosques