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• Personalidad múltiple
Origen
00006
del dolor
1er trimestre 2004
9 771695 088703
SUMARIO Enero de 2004
Nº 6
28 Migrañas
Hartmut Göbel y Axel Heinze
Determinadas mutaciones pueden llevar a una inflamación dolorosa de las meninges.
89 Razón y conjetura
Bas Kast
Creemos conocer siempre los motivos de nuestras acciones. La verdad es otra.
Inventamos justificaciones más o menos plausibles y acordes con cada circunstancia
para explicar un comportamiento.
SECCIONES
ENCEFALOSCOPIO MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD
5
Timidez en la amígdala. Síndrome de Rett. Reinicia-
ción. A igual trabajo, igual salario. Llorar. Parkinson.
La regla de la orientación.
54 Prosopagnosia. El éxito de la mujer varonil. Max.
Intuición e inversión en bolsa. Neurología de la
decisión. En el cerebro del criminal.
RETROSPECTIVA SYLLABUS
LIBROS
ENTREVISTA
94 Aprendizaje
50
Theo Knicker: “Todos sentimos la tentación y memoria
de cultivar exclusivamente nuestra pequeña
y acotada parcela de responsabilidad”
Hay muchas metáforas para lo mismo: dominar los ENSAYO FILOSÓFICO
bajos instintos, superarse a sí mismo, ayudar a los
demás... Pero, ¿cómo me puedo motivar a mí mismo
y a otros de manera óptima? 96 La res cogitans
en Descartes
DIRECTOR GENERAL COLABORADORES DE ESTE NUMERO
JosÈ M.™ Valderas Gallardo ASESORAMIENTO Y TRADUCCI”N:
DIRECTORA FINANCIERA
IGNACIO NAVASCU…S: El origen del dolor y Arte en la enfermedad de
Pilar Bronchal Garfella
Alzheimer; J UAN A CORDAGOICOECHEA : MigraÒas, Prosopagnosia,
EDICIONES PercepciÛn e interacciÛn sensorial, øQuÈ es pensar? y Pensar a la ma-
Juan Pedro Campos GÛmez nera asi·tica; ANGEL GONZ¡LEZ DE PABLO: Personalidad m˙ltiple y En
Laia Torres Casas el cerebro del criminal; JOS… CHAB¡S: DetecciÛn de feromonas; JUAN
AYUSO: Entrevista, El Èxito de la mujer varonil, IntuiciÛn e inversiÛn en
PRODUCCI”N
bolsa, NeurologÌa de la decisiÛn y RazÛn y conjetura; ALEX SANTATALA:
M.a Cruz Iglesias CapÛn Max y Syllabus.
Bernat Peso Infante
SECRETARÕA
PurificaciÛn Mayoral MartÌnez
ADMINISTRACI”N
Victoria AndrÈs Laiglesia
SUSCRIPCIONES
ConcepciÛn Orenes Delgado
Olga Blanco Romero
EDITA
Prensa CientÌfica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.a
08021 Barcelona (EspaÒa)
TelÈfono 934 143 344 Telefax 934 145 413
www.investigacionyciencia.es
Síndrome de Rett
U na de las principales causas de retraso mental femenino,
el síndrome de Rett se numera entre las enfermedades
neurodegenerativas de origen genético; se origina en una
mutación de una proteína codificada por un gen del cromoso-
ma X. Los síntomas aparecen entre el primer y el segundo año
de vida; toman la forma de un retardo del desarrollo psicomo-
tor, con un desinterés creciente por el entorno y el juego. A
esos indicios se suman los primeros movimientos estereoti-
pados de las manos, en razón de los cuales se conoce tam-
bién este síndrome por “enfermedad de las manos lavadas”.
Se progresa en su conocimiento molecular. De acuerdo con
los resultados obtenidos recientemente por investigadores del
Hospital Pediátrico de Boston y el Instituto Whitehead de
Investigaciones Biomédicas, empezamos a saber que la muta-
ción responsable impediría que la proteína desarrollara su
función propia; a saber: reprimir la actividad de un gen que,
sin ese freno, se torna sumamente activo.
Llorar cepto para que diera cobijo a todos los mamíferos. Pero creen
muchos que eso es llevar las cosas demasiado lejos. Incluso
Parkinson
L a enfermedad de Parkinson, que afecta a millones de personas en todo el mundo
y va asociada a pérdida de neuronas con dopamina, se caracteriza por tras-
tornos progresivos de la motricidad. Los movimientos se tornan cada vez más len-
tos y limitados. La parálisis amenaza al final del trayecto. Para remediarlo se venía
aplicando un estímulo continuo en el núcleo subtalámico, que produce resultados
espectaculares en las formas más graves de la enfermedad, como una decidida
atenuación de la aquinesia y rigidez La estimulación profunda se extendió luego al
tratamiento de las distonías generalizadas; hoy se encuentra en fase de experi-
mentación para los trastornos obsesivo-compulsivos. Hasta ahora, sin embargo,
se desconocía el mecanismo de acción. Unos creían que la estimulación reducía
las neuronas al silencio; otros, que las activaba. Dos investigaciones, sin embargo,
acaban de arrojar luz sobre el proceso: se trata de un efecto combinado. Las neu-
ronas, primero, se silencian; luego, se reactivan según nuevas modalidades.
La regla de la orientación menstrual, las mujeres tardan una vez y media más que los
varones en salir de un laberinto representado en la pantalla
José María López Piñero taux y en 1862 volviÛ a la SalpÍtriËre co- que hubo en el mundo. A sus lecciones,
mo director de uno de sus servicios, que sobre todo a las que daba los martes por
N
acido en ParÌs, Charcot sintiÛ convirtiÛ en el primero de neurologÌa clÌ- la maÒana (las cÈlebres LeÁons du mardi),
inclinaciÛn a la medicina desde nica moderna: introdujo el uso sistem·- no sÛlo asistÌan numerosos mÈdicos fran-
la adolescencia, aunque tambiÈn tico de la termometrÌa, la oftalmoscopia ceses y extranjeros, sino muchas perso-
tenÌa gran aficiÛn por la pintura, para la y el electrodiagnÛstico, montÛ un labo- nas ajenas a la medicina, entre ellas,
que estaba muy dotado. DecidiÛ final- ratorio histopatolÛgico, un gabinete fo- celebridades de las letras, la ciencia o la
mente ser mÈdico, llegando a interne des togr·fico, una secciÛn de oftalmologÌa polÌtica.
hÙpitaux en 1848. Durante nueve aÒos y, por ˙ltimo, tres aÒos antes de su muerte,
trabajÛ en el servicio del Hospital de la un laboratorio de psicopatologÌa. El estudio anatomoclínico
SalpÍtriËre dirigido por Pierre F. O. Ra- Paralelamente creciÛ su prestigio como de las enfermedades nerviosas
yer, el gran estudioso de las enfermeda- profesor, hasta ser una de las ìglorias ofi- orgánicas y de la histeria
des renales que asociÛ la lÌnea m·s exi- cialesî de la medicina y, en general, de Charcot fue autor de una amplÌsima obra,
gente del mÈtodo anatomoclÌnico con la la cultura francesa. En 1872 fue nom- a la que hay que aÒadir la gran cantidad
investigaciÛn microscÛpica y quÌmica. brado profesor de anatomÌa patolÛgica de publicaciones de sus colaboradores
Doctorado en 1853 con una tesis sobre de la facultad de medicina de ParÌs y y discÌpulos. El primer perÌodo de su ac-
la artritis deformante, obtuvo tres aÒos diez aÒos despuÈs fue creada para Èl la tividad cientÌfica estuvo principalmente
m·s tarde el tÌtulo de mÈdecin des hÙpi- primera c·tedra de neurologÌa clÌnica dedicado a las enfermedades geri·tricas
y crÛnicas, temas sobre los que realizÛ
aportaciones que hubieran bastado para
1. FASES TRISTE Y ALEGRE en el período de las “actitudes pasionales” del “gran ataque
asegurarle un notable puesto en la me-
dicina de la Època. Sin embargo, la par-
histérico”. Aguafuerte de Paul Richer (1881).
Facundo Valverde tado de un lento proceso evolutivo hacia integran cada capa presentan caracte-
una complejidad creciente. La organi- rÌsticas estructurales que se repiten en
T
odos los sentidos poseen una zaciÛn intrÌnseca de la corteza visual pri- todas las ·reas corticales de todos los
representaciÛn en la corteza maria (corteza estriada, ·rea 17 de Brod- mamÌferos.
cerebral. La representaciÛn se- mann o ·rea V1) alcanza, probablemente Sin embargo, como adelantara Rafael
r· m·s o menos extensa de en primates, su mayor complejidad. Lorente de NÛ, cada regiÛn cortical pre-
acuerdo con ciertas especializaciones La vÌa visual primaria est· formada por senta rasgos estructurales diferentes, lo
adquiridas a lo largo de la evoluciÛn. axones de cÈlulas ganglionares de la que hace imposible la descripciÛn de un
Desde el sentido del olfato hasta el de la retina que conectan con neuronas espe- patrÛn ˙nico, so pena de incurrir en una
vista, cada modalidad sensorial tiene cÌficas del n˙cleo geniculado lateral, simplificaciÛn extrema. Adem·s, cada
asignado su propio territorio cortical. cuyas neuronas se proyectan directa- capa cortical posee su propia indivi-
Estas zonas, llamadas ·reas corticales mente a la corteza visual primaria. Esta dualidad, otorgada por las distintas varie-
de recepciÛn primaria, mantienen una vÌa retino-genÌculo-cortical se halla, al dades celulares y por sus conexiones, lo
localizaciÛn bastante constante en todos parecer, modulada para extraer y codi- que no obsta para que se halle en Ìntima
los mamÌferos. ficar informaciÛn visual relativa a la relaciÛn con los componentes de las otras
Adem·s de las ·reas sensoriales pri- forma, movimiento, color y contraste. Al capas en un conjunto armÛnico. En el
marias, la corteza cerebral posee m˙l- ser responsable de la percepciÛn cons- marco de esa idea de interrelaciÛn armÛ-
tiples ·reas secundarias y de asocia- ciente, su daÒo produce ceguera com- nica se han desarrollado los modernos
ciÛn, en donde cada modalidad sensorial pleta. conceptos de operaciÛn modular de la cor-
se elabora en complejas respuestas de La corteza visual primaria, lo mismo teza cerebral. De ese modo, la corteza
aprendizaje, memoria y comportamiento. que el resto de las ·reas del neocÛrtex, se contempla como una organizaciÛn
En el hombre, la corteza visual primaria exhibe una estructura laminar. Se dis- funcional de grupos neuronales verti-
representa aproximadamente el 4 % de tinguen seis capas, numeradas de I a VI, calmente ensamblados en torno a un eje
la superficie del cerebro. La estructura desde la superficie hasta la sustancia central, representado por las fibras afe-
de la corteza visual primaria es el resul- blanca subyacente. Los elementos que rentes corticales.
RATON
MONO
Células receptoras
de la información visual.
El primer eslabón
La corteza cerebral de los mamÌferos
posee tipos celulares muy dispares. En
IV su clasificaciÛn, tarea harto difÌcil, no
100 µm existe todavÌa com˙n acuerdo. A riesgo
de caer en una simplificaciÛn excesiva,
reduciremos las neuronas corticales a
dos tipos fundamentales: cÈlulas pira-
CELULA PIRAMIDAL midales y cÈlulas no piramidales. Las
FIBRAS AFERENTES
TALAMO-CORTICALES primeras son cÈlulas de proyecciÛn cuyo
axÛn abandona la zona donde se asien-
V tan, bien para proyectarse hasta centros
subcorticales o bien para conectarse con
2. ENTRADA DE FIBRAS AFERENTES TALAMO-CORTICALES (en rojo) en las capas otras ·reas corticales homolaterales y
medias de la corteza (capas III y IV) del ratón en un corte transversal de la corteza contralaterales.
visual primaria. Las fibras se ramifican y establecen contactos sinápticos con dendritas En la corteza visual de mamÌferos in-
feriores, lo mismo las dendritas apicales
apicales de células piramidales y con dendritas de células intrínsecas, como la
que las basales de las cÈlulas piramida-
reproducida en la imagen, cuyo axón (en verde) se distribuye en las capas altas les representan las principales dianas para
de la corteza. Preparación realizada por el método de Golgi. las fibras t·lamo-corticales que se arbo-
rizan en la capa IV; se estima que corres-
ponden a un 20 % de todos los termina-
Estructura de la corteza visual Los estudios que nosotros llevamos a les axÛnicos presentes en esta capa. En
Todas las ·reas sensoriales primarias del cabo con el mÈtodo de Golgi, confirma- la rata, gato y mono, el 15 % de los termi-
neocÛrtex reciben sus principales aferen- dos m·s tarde con tÈcnicas de degene- nales de fibras t·lamo-corticales esta-
tes de los Ûrganos sensoriales corres- raciÛn y autorradiografÌa, muestran que blecen contactos sin·pticos con la parte
pondientes a travÈs de estaciones de relevo las fibras aferentes especÌficas terminan lisa de las dendritas; un 3 % con los cuer-
sitas en n˙cleos tal·micos especÌficos. principalmente en las capas medias III pos celulares, y el restante 80 %, aproxi-
A estas fibras aferentes Lorente de NÛ las y IV de la corteza visual. AllÌ se ramifi- madamente, con las espinas dendrÌticas.
llamÛ aferentes corticales especÌficos; de can con profusiÛn. Se ha demostrado que De lo anterior se desprende cu·n
ellos el mejor conocido corresponde al esta forma de ramificaciÛn y terminaciÛn importantes resultan las espinas dendrÌ-
sistema de fibras aferentes a la corteza se encuentra en todos los mamÌferos ticas como aparato receptor de distintas
visual primaria procedentes del n˙cleo investigados, desde insectÌvoros hasta fibras corticales, en general, y de las fi-
geniculado lateral. Desde que Santiago primates. En los roedores (ratÛn, rata) bras aferentes corticales en particular. Las
RamÛn y Cajal abordÛ el estudio de las las fibras ascienden desde la sustancia espinas dendrÌticas son elementos pl·s-
mismas en la corteza visual humana, sus blanca, atraviesan las capas VI y V sin ticos. Desde los tiempos de RamÛn y
caracterÌsticas de distribuciÛn, ramifi- apenas ramificarse, para alcanzar la ca- Cajal se las ha venido considerando el
caciÛn y elementos celulares a los que pa IV; aquÌ se ramifican por dicotomÌa paradigma de estructuras implicadas en
inerva han sido ampliamente corrobora- y forman plexos fibrilares de distinta los procesos de aprendizaje y memoria.
dos en numerosas investigaciones lleva- extensiÛn. En la corteza visual del gato, Dentro de la categorÌa de cÈlulas no
das a cabo con mÈtodos muy dispares. estas fibras siguen, en muchos casos, un piramidales agrupamos las cÈlulas in-
Circuitos intrínsecos
3. EN LA CORTEZA VISUAL DE PRIMATES la capa IV aparece subdividida en tres El modelo b·sico de conectividad intra-
cortical com˙nmente aceptado, que puede
estratos; subcapas IVa, IVb y IVc. De nuestras investigaciones, acometidas con el método
hacerse extensible a todas las ·reas de
de Golgi, en Macaca y Erithrocebus (Cercopithecidae), se desprende que las fibras aferentes recepciÛn primaria (somato-sensorial,
específicas, o fibras genículo-corticales (en rojo), ascienden desde la sustancia blanca para auditiva y visual), se apoya en la investi-
ramificarse exclusivamente en los estratos IVa y IVc de la corteza visual primaria, gaciÛn sobre la corteza visual primaria
formando grupos compactos de fibras terminales. El estrato IVb, que coincide con la del gato. En esquema, el modelo expone
estría de Gennari de la anatomía clásica, permanece exento de estas terminaciones. La lo siguiente: la entrada principal (fibras
imagen muestra varios tipos de células. Destacan las células estrelladas con espinas y aferentes de los n˙cleos tal·micos espe-
cÌficos) se produce en la capa IV; las
axones recurrentes (en azul), localizados en la capa IVc, otras de idéntica morfología
neuronas de esta capa se proyectan fun-
(axones en verde) situadas en la capa V; células piramidales de las capas III, IVb y V, así damentalmente a las capas II y III; ambas
como otras variedades de células intrínsecas en la capa IVa con dendritas y axones de lo hacen sobre la capa V, que, a su vez,
disposición más o menos horizontal. Preparación realizada por el método de Golgi. lo hace sobre la capa VI; finalmente, las
dt
las dendritas atraviesan esta zona de
ramificaciÛn de aferentes corticales, en
donde reciben numerosos contactos
dt directos de las fibras con las espinas.
Por modelo experimental escogimos
D el ratÛn. Aunque apenas depende Èste de
la visiÛn para el desarrollo de sus fun-
ciones, la estructura de su corteza visual
que, en este caso, ha contribuido a pre- cuantificable. DisponÌamos por enton- se organiza seg˙n el mismo patrÛn gene-
venir una de las principales causas de ces de algunos indicios de que la depri- ral. Los estudios que llevamos a cabo
ceguera. vaciÛn sensorial, asÌ como un aumento pusieron de manifiesto que los ratones
Espoleado por los resultados de Hubel en la actividad, podÌan comportar cam- mantenidos en oscuridad desde su naci-
y Wiesel, comencÈ la investigaciÛn sobre bios en la estructura de los centros ner- miento presentaban una disminuciÛn del
deprivaciÛn sensorial de regreso al viosos. n˙mero de espinas dendrÌticas en los
Instituto Cajal de Madrid en 1965. Puesto En la capa V de la corteza visual resi- tallos apicales de las cÈlulas piramida-
que las espinas dendrÌticas eran ele- den cÈlulas piramidales con cuerpos celu- les. Tal disminuciÛn era altamente sig-
mentos tan l·biles, supuse, la depriva- lares de tamaÒo medio (30-40 micras). nificativa en el primer mes de vida del
ciÛn de luz, simplemente manteniendo Estas cÈlulas se encuentran por debajo animal, despuÈs de que Èstos abrieran los
los animales en oscuridad absoluta de la zona de distribuciÛn principal de ojos (el ratÛn abre los ojos en torno al
durante distintos perÌodos de tiempo, las fibras aferentes corticales (capas III dÌa 13-14 de vida post-natal).
podrÌa ejercer un efecto morfolÛgica- y IV), pero sus dendritas apicales ascien- En comparaciÛn, los animales man-
mente observable y estadÌsticamente den verticalmente hasta la superficie; tenidos en oscuridad desde su nacimiento,
VALVERDE , 1985
De esa gavilla de resultados extraji-
mos varias conclusiones. Una primera:
la deprivaciÛn sensorial produce cam-
bios morfolÛgicos en la estructura del
cerebro. Demostrado hoy hasta la sacie-
dad, se ignoraba 40 aÒos atr·s. Dicha
inferencia nos llevaba de la mano a suge- s
rir que tambiÈn la experiencia y el apren-
s
dizaje deberÌan inducir cambios morfo-
lÛgicos en la estructura, fenÛmeno hoy 0 s
admitido sin discusiÛn. s
10 µm
A partir del estudio del grupo de ani- s
males de 24 dÌas, dedujimos, en segundo s
lugar, que la deprivaciÛn sensorial pro- s
vocaba una alteraciÛn, un daÒo per-
manente tal vez. Ni siquiera en nuestro s
grupo, mantenido 20 dÌas en oscuridad s s
y vuelto a la situaciÛn normal durante
30 dÌas m·s, se alcanzaba una distribu-
ciÛn de espinas semejante a la obtenida
en grupos control de idÈntica edad. De AXON
s
estas observaciones, se infiriÛ tambiÈn
que el desarrollo y mantenimiento de cier-
tas espinas dendrÌticas dependÌa de la
activaciÛn funcional de las fibras aferen- s
tes corticales que establecÌan numero-
sos contactos sin·pticos con ellas.
No pudimos responder a la cuestiÛn
de si la deprivaciÛn visual ejercÌa un s
efecto deletÈreo, fuera transneuronal
metabÛlico o de otro tipo, sobre espinas
preexistentes que posteriormente se reab-
sorbÌan; tampoco pudimos averiguar si a
las espinas se desarrollaban o no en ausen-
cia de actividad funcional. En cualquier
caso, y en general, la disminuciÛn de es- c
pinas dendrÌticas tras la deprivaciÛn b
visual no era significante. CabÌa, pues,
pensar que bastarÌa la funciÛn de diver-
sos circuitos intracorticales de otra natu- 6. CELULA ESTRELLADA CON ESPINAS en la capa IVc de la corteza visual del
raleza para mantener un determinado mono (Macaca mulatta). Las dendritas, espinosas, aparecen rodeadas por terminaciones,
n˙mero de espinas a lo largo de las den- presumiblemente de carácter sináptico (s) procedentes de tres fibras aferentes tálamo-
dritas. Hoy sabemos que la disminuciÛn corticales (a-c). Un rasgo distintivo de este tipo de células concierne al axón; a escasa
de espinas dendrÌticas en la deprivaciÛn
distancia de su origen en el polo inferior del cuerpo, forma un asa cerrada que recuerda
visual se debe a cambios estructurales
que ocurren en todas las capas cortica- la curvatura de un anzuelo, tornándose en una o varias fibras ascendentes que
les en virtud de las alteraciones anatomo- alcanzan la subcapa IVa y parte baja de la capa III, en donde acaban ramificándose en
funcionales de la organizaciÛn colum- colaterales horizontales. Existen, además, variaciones con respecto a la posición de estas
nar de la corteza cerebral. células en las distintas subdivisiones de la capa IV: pueden alcanzarse considerables
Merced a estas y otras muchas in- niveles de complejidad, no sólo con respecto a la terminación de fibras aferentes
vestigaciones quedÛ demostrado que el tálamo-corticales, sino también con relación a las conexiones intrínsecas que estas
cerebro era una estructura sumamente
células reciben. En la corteza visual de los primates, las células estrelladas con espinas
pl·stica. Aunque muchas conexiones
aparecen ìcableadasî durante el de- ocupan la zona principal de terminación de las fibras aferentes tálamo-corticales; se
sarrollo del animal, se requiere el fun- supone que son los principales receptores de las fibras talámicas. Preparación realizada
cionamiento de los distintos sistemas por el método de Golgi.
A 10
13 DIAS NORMAL (OJOS CERRADO) un cilindro vertical, o columna, que,
5 teniendo por eje central la fibra aferente
especÌfica del t·lamo, alojaba, adem·s,
todos los elementos capaces de de-
10 sarrollar el proceso de transmisiÛn ner-
13 DIAS OSCURIDAD (OJOS CERRADO) viosa, desde la fibra aferente de entrada
5 hasta la fibra de proyecciÛn cortical.
Durante varios aÒos, este concepto
tuvo un significado funcional. Explicaba
los resultados neurofisiolÛgicos obteni-
B 10 24 DIAS NORMAL dos en las ·reas primarias somatosen-
sorial, auditiva y visual; esto es, relati-
5 vos a las cÈlulas que muestran idÈnticas
propiedades funcionales y aparecen dis-
NUMERO DE SEGMENTOS
Bibliografía complementaria
EARLY EXPLORATION OF THE VISUAL CORTEX.
cunstancia que ha sido aprovechada, por columnar en la corteza visual, muy simi- David H. Hubel y Torsten N. Wiesel, en
ejemplo, para obtener un mapa de las lar al obtenido en el mono. Neuron, vol. 20, págs. 401-412; 1998.
columnas de dominancia ocular en el AumentÛ el interÈs en el empleo de la G OLGI ATLAS OF THE P OSTNATAL M OUSE
cerebro humano en casos de muerte acae- tÈcnica de la citocromo-oxidasa cuando B RAIN . F. Valverde. Springer Verlag, Vie-
cida largo tiempo despuÈs de la pÈrdida se descubriÛ que, en las capas superfi- na y Nueva York, 1998.
de un ojo. ciales II y III de la corteza visual pri-
CONCEPTUAL ADVANCES IN BRAIN RESEARCH.
En experimentos llevados a cabo en maria del macaco, la enzima revelaba la
Vol. 5. C ORTICAL A REAS : U NITY AND
gatos, en los que se habÌa practicado una presencia de un mosaico de manchas
D IVERSITY . Dirigido por A. Schütz y R.
sutura palpebral, o en los que se habÌa regulares en forma de burbujas, dis- Miller. Taylor and Francis, Londres y
procedido a la enucleaciÛn de un ojo, se puestas en hileras paralelas, centradas Nueva York, 2002.
demostrÛ la existencia de un patrÛn exactamente sobre las bandas de domi-
Burkhart Bromm ciente o el redoblamiento de la atenciÛn øQuÈ es entonces el dolor? Desde lue-
puesta por los progenitores no suplen, go, se parece m·s a un estado sensorial
L
a nueva placa de la cocina vitro- en modo alguno, la percepciÛn dolorosa. que a un fenÛmeno fisiolÛgico con una
cer·mica brilla con un color rojo En general, estos pacientes fallecen, en clara explicaciÛn de causa a efecto. Por
chillÛn. Despierta la curiosidad la primera infancia, por lesiones, que- un lado, el dolor suele acompaÒarse de
del niÒo. Dispuesto a tocarla, maduras, hemorragias internas o incluso emociones como la angustia, la duda o
acerca su manecita a la placa incandes- apendicitis no diagnosticadas. incluso la alegrÌa. Por otro, el estado de
cente. °Ay! exclama mientras la retira. El dolor, tan importante para la vida, ·nimo influye en la intensidad de su per-
El dolor le ha avisado. Las l·grimas no puede convertirla en un infierno. Basta cepciÛn. Quien rÌe se olvida, al menos
tardan en desaparecer, pero en su memo- con una pequeÒa cavidad en un diente por un momento, de su pena. Puesto que
ria se graban huellas permanentes de este para sufrir un martirio casi insoportable los sentimientos se originan en el cere-
encuentro doloroso: es muy probable que acaba llevando al sillÛn del dentista bro, reside allÌ tambiÈn, en el caso del
que el pequeÒo jam·s vuelva a colocar incluso a los m·s reacios. No tiene nada dolor, la clave para una mejor com-
la mano sobre una placa incandescente. de extraÒo, pues, que los sanadores se prensiÛn de este fenÛmeno y la elabora-
Sin embargo, no ser· Èsta la ˙ltima expe- hayan ocupado, desde siempre, no sÛlo ciÛn de nuevos tratamientos.
riencia parecida, pues el dolor, como la de calmar el dolor sino, adem·s, de averi- Gracias a los experimentos con ani-
respiraciÛn y los latidos cardÌacos, for- guar su origen. La ciencia se enfrenta a males anestesiados conocemos bastante
man parte de la vida. Este ìperro guar- un gran obst·culo; de manera an·loga bien las primeras estaciones que recorre
di·n y ladradorî de la salud, como lo lla- a la angustia, la tristeza o la felicidad, el el estÌmulo doloroso por el cerebro. El
maban los griegos de la antig¸edad dolor es una sensaciÛn emocional y, en cambio en la actividad de los nervios
cl·sica, ataca en cuanto el organismo consecuencia, subjetiva, difÌcil de carac- perifÈricos y de la mÈdula espinal se mi-
afronta un peligro, externo o interno, y terizar por sus rasgos externos. De hecho, de a travÈs de electrodos implantados.
nos obliga a tomar medidas inmediatas la magnitud de un traumatismo no dice Como la alarma dolorosa se ocupa de
para combatirlo. mucho sobre la intensidad del dolor. AsÌ vigilar todo el organismo, sus sensores,
Semejante alarma corporal resulta se explica que, en el fragor del partido, las fibras nociceptivas, se extienden por
imprescindible. Lo demuestra un expe- un futbolista apenas sienta una fractura los Ûrganos y llegan hasta la piel. Una
rimento de la propia naturaleza: algunas del hueso nasal, mientras que el m·s pequeÒa lesiÛn o incluso la falta pasa-
personas no sienten ning˙n dolor debido mÌnimo agujero dental puede conver- jera de aporte de oxÌgeno son suficien-
a un defecto congÈnito de su sistema pro- tirse en un suplicio permanente e into- tes para activar los sensores.
cesador. Al no percibir el daÒo corporal lerable en la quietud de la oficina. Por Las fibras nerviosas nociceptivas pene-
en su momento, deben aprender, con gran ˙ltimo, hay personas que sufren dolores tran en la mÈdula espinal a travÈs de la
esfuerzo, a conocer los peligros. Sin intensÌsimos sin ninguna causa som·- raÌz posterior. Dentro de la mÈdula se cru-
embargo, el proceso de aprendizaje cons- tica conocida. zan de lado y hacen escala, a veces m˙l-
tiple, en las neuronas de proyecciÛn que del hemisferio derecho procesan las seÒa- tes de la zona de peligro la parte afec-
alcanzan el t·lamo. Esta estructura del les del hemicuerpo izquierdo; las ·reas tada del cuerpo.
diencÈfalo constituye la ìpuerta del ce- correspondientes del hemisferio izquier-
rebroî. Desde el t·lamo, las fibras ner- do, las del hemicuerpo derecho. No es la mano, es el cerebro
viosas se dirigen hacia distintas regio- La transmisiÛn del dolor tiene, no obs- øPor quÈ la informaciÛn neuronal nos
nes del cerebro que, por su efecto sobre tante, otra peculiaridad. Nos explica por lleva a percibir algunas veces el dolor
la corteza, abren a la consciencia el do- quÈ el dolor abdominal se siente de forma de forma intensa y otras sucede lo con-
lor y muchas otras sensaciones (tacto, ca- distinta del generado por una placa calo- trario? øPor quÈ el futbolista no se da
lor o frÌo). rÌfica incandescente. El dolor abdomi- cuenta de su grave lesiÛn hasta el pitido
Estas informaciones corporales tam- nal es conducido por las fibras C, neu- final? Para responder a estas preguntas,
biÈn suben al t·lamo a travÈs de las fibras rofilamentos delgadÌsimos que vehiculan no basta con medir la actividad de las
nerviosas somatosensoriales, prove- sobre todo seÒales, cuya velocidad corres- vÌas nerviosas de la periferia y de la
nientes de las neuronas nociceptivas, ponde, en el mejor de los casos, a medio mÈdula espinal. Al cortarnos un dedo,
entre otras. Habida cuenta de que todos metro por segundo. Su actividad desen- sentimos dolor, pero esta sensaciÛn sÛlo
los nervios somatosensoriales se cruzan cadena, en el cerebro, un dolor difuso, se produce cuando los impulsos de las
de lado en la mÈdula espinal, los men- ardiente y muy molesto, bastante difÌcil neuronas han alcanzado el cerebro y Èste
sajes t·ctiles, nociceptivos y tÈrmicos de localizar. Las fibras Aδ, unas 10 veces los ha procesado.
se proyectan de manera especular en los m·s r·pidas, determinan una sensaciÛn AsÌ se explica el denominado dolor del
hemisferios cerebrales contralaterales al de dolor instant·neo, como un pincha- miembro fantasma, que aflige a muchas
estÌmulo. Ciertas regiones especializa- zo, de f·cil localizaciÛn. Las fibras Aδ personas amputadas. Los afectados
das, las ·reas somatosensoriales prima- excitadas inducen, adem·s, un reflejo de siguen notando la parte del miembro
ria (SI) y secundaria (SII), de la corteza huida, que nos lleva a retirar cuanto an- extirpada y la sensaciÛn resulta, a me-
nudo, torturante. Los experimentos con por ejemplo, la intensidad con la que midiera un metro y la velocidad de con-
animales no permiten examinar la com- percibe un estÌmulo doloroso. ducciÛn fuese de 14 metros por segun-
pleja interacciÛn entre las distintas re- Mas, para ello, se necesita inducir el do, para transitarlo se necesitarÌan, como
giones del cerebro durante la elaboraciÛn dolor. A tal efecto, nuestro grupo de in- mÌnimo, 70 milisegundos. Durante este
consciente del dolor. Por un lado, la ra- vestigaciÛn ha aplicado un l·ser de in- intervalo no se aprecia ning˙n cambio
ta no puede indicar cu·nto dolor siente. frarrojos con el que se pueden generar en la actividad EGM. Luego, sin embargo,
Por otro, la ley prohÌbe experimentos breves impulsos de calor en cualquier aparecen seÒales claras; las m·s nÌtidas
cruentos con animales despiertos; durante lugar de la piel, sin que el paciente lo surgen unos 100 milisegundos despuÈs
la anestesia, el objeto de la exploraciÛn, note, lo vea o lo escuche. Estos impulsos del estÌmulo doloroso. A continuaciÛn se
a saber, la percepciÛn del dolor, desa- producen un dolor punzante y ardiente. establece una pausa pasajera y relativa,
parece. (En estos experimentos se aplican impul- hasta que vuelve a intensificarse la acti-
Los centros de conexiÛn del t·lamo sos suaves, que no atormentan ni inquie- vidad y se comprueba entonces que otras
representaron durante mucho tiempo un tan a los probandos.) regiones cerebrales se han ocupado de
terreno desconocido en el campo del procesar el impulso caliente.
dolor. Sin embargo, la tÈcnica moderna Asomándose Con la simple mediciÛn de las corrien-
posibilita un estudio del cerebro, desde a la tierra desconocida tes cerebrales y campos magnÈticos no
el exterior, a travÈs del cr·neo. Los inves- Los sujetos que participaron en nuestro podemos conocer todavÌa la proceden-
tigadores pueden hoy seguir los proce- experimento recibieron, en primer lugar, cia exacta de estas seÒales. No obstante,
sos neuronales del cerebro con una pre- un impulso de l·ser en el dorso de la ma- la tÈcnica moderna puede resultar ˙til.
cisiÛn de milÌmetros y milisegundos, a no izquierda. El mensaje doloroso debÌa Mediante programas inform·ticos, que
travÈs de mÈtodos de formaciÛn de im·- ser transmitido hasta la mÈdula espinal incluyen en sus c·lculos la morfologÌa
genes incruentos, como la encefalogra- a travÈs de las fibras Aδ; dentro de la mÈ- de cada cerebro, se puede localizar la pri-
fÌa magnÈtica (EGM), sin necesidad de dula, cambiarÌa de lado (se pasarÌa al mera onda de actividad que, como es de
implantar electrodos. Se trata de un gran lado derecho) y, por ˙ltimo, alcanzarÌa esperar, se sit˙a en la parte m·s externa
avance: se puede explorar a la persona las ·reas somatosensoriales de la cor- de la corteza, en las ·reas de asociaciÛn
despierta, quien a su vez describe con teza cerebral derecha. Si el recorrido del somatosensorial secundaria. La sorpresa
palabras sus sensaciones y comunica, nervio, desde la mano hasta el cerebro, viene ahora: aunque sÛlo se estimule la
Modificación
de la ordenación espacial
El dolor crÛnico de una regiÛn corporal
desfigura la ordenaciÛn. La regiÛn soma-
tosensorial aumenta y se desplaza. La re-
presentaciÛn del dorso de un paciente con
lumbago se extiende a las zonas vecinas,
sobre todo a la del miembro inferior. Por
un mismo principio: cuanto mayor es la
regiÛn cortical, m·s sensible al dolor re-
sulta la zona afectada. Y cuanto m·s mar-
cada est· la somatotopia, m·s f·cil resul-
ta comunicar al mÈdico dÛnde duele.
øQuÈ importancia tienen estos resul-
DPA
AKG BERLIN
decía Frida Kahlo. Esta artista mexicana
sufrió dolores intensísimos durante años
a raíz de un accidente de autobús que le
produjo una lesión en la columna
vertebral.
MEDULA
ESPINAL SUBIDA Y BAJADA. Los estímulos dolorosos de todo el
THOMAS BRAUN
tambiÈn notÛ dolor en los dedos, pero su desaparece y se olvida con mayor faci- vamos aprendiendo sin cesar, el estÌmulo
causa estaba clara y el dolor le parecÌa lidad. Sin embargo, ese perro guardi·n doloroso sostenido se graba en nuestras
mucho menos peligroso que la tortura de de la salud a menudo ladra cuando el circunvoluciones cerebrales y se trans-
la extracciÛn. peligro ya se ha esfumado. La natura- figura en una memoria de dolor. Nues-
En general se puede decir que todo leza torturante se puede independizar y tro grupo ha investigado tambiÈn quÈ
dolor agudo, bien localizado, del que trocar en una compaÒÌa permanente. Al sucede en el cerebro cuando el dolor se
conozcamos su origen y su importancia, igual que sucede con las palabras, que cronifica.
Hartmut Göbel y Axel Heinze san que su cabeza va a estallar. El cua- sa. Puesto que la exploraciÛn mÈdica se
dro se acompaÒa de n·useas y vÛmitos. revela incapaz de diagnosticar ninguna
L
os golpes y martillazos en la Es un flaco consuelo saber que Sigmund causa directa de la enfermedad, ni si-
cabeza resultan insoportables. Freud, Hildegard von Bingen, Marie quiera con las tÈcnicas modernas de for-
La luz, los ruidos y los olores Curie, Charles Darwin, Karl Marx, maciÛn de im·genes, quienes la ignoran
producen, de repente, un dolor Friedrich Nietzsche y otras celebrida- piensan que se trata de un comporta-
intenso; cualquier movimiento, por des se quejaran de estos dolores. miento teatral o manifestaciÛn de alg˙n
mÌnimo que sea, exacerba las molestias. A los afectados y a su entorno les trastorno psÌquico. Pero la migraÒa es una
A menudo los dolores afectan sÛlo a un resulta sorprendente e incomprensible enfermedad fisiolÛgica cuyas causas se
hemisferio cerebral (hemicrania), pero el paso brusco de un bienestar satisfac- han venido investigando con creciente
son tan intensos, que los afectados pien- torio a un sufrimiento agudo, y vicever- profundidad hasta llegar a su mecanismo
molecular.
Si preguntamos a los afectados quÈ
desencadena, en su opiniÛn, los ataques
de jaqueca, recibiremos siempre las mis-
Presagios de la desdicha mas respuestas: cambios de estados de
tensiÛn a otros de relajaciÛn, en concre-
Uno de cada diez pacientes de migraña experimenta, poco antes del ataque to en los fines de semana; alteraciones
doloroso, un “aura”: se le aparecen imágenes fantásticas a un lado del campo hormonales durante la menstruaciÛn;
de visión, como líneas que se mueven en zigzag, rayos o centellas. A veces, el cambios atmosfÈricos; alteraciÛn del
aura va acompañada de parálisis o trastornos sensoriales en una parte del ritmo sueÒo-vigilia o descanso-activi-
cuerpo, así como de lalopatías. Propio del aura migrañosa es que los síntomas dad. A veces, los dolores aparecen incluso
se expandan poco a poco durante varios minutos. Bien es verdad que de- por sÛlo retrasarse la hora de la comida
saparecen antes de una hora, pero el sufrido paciente no puede alegrarse por o por haber bebido alcohol. Todos estos
ello. Sabe que, en los próximos sesenta minutos, el martillo neumático comen- desencadenantes se pueden reducir a un
zará su trabajo; el dolor de migraña empieza a actuar y continúa después denominador com˙n: irregularidades en
durante unas horas y, a menudo, hasta tres días. Sólo esta persistencia carac- el modo de vivir.
terística diferencia el aura de la migraña de los trastornos circulatorios tran-
sitorios del cerebro. Dormir lo suficiente es tabú
El aura de la migraña se dispara posiblemente por lo que se denomina una Pero, øcÛmo puede la m·s mÌnima des-
onda de despolarización neuronal. Simultáneamente se extiende una modifi- viaciÛn de la rutina provocar unos dolo-
cación del potencial de membrana de las neuronas hacia valores más positi- res tan insoportables? En los pacientes
vos de entre tres a cinco milímetros por minuto. Por lo general, la onda de de jaqueca, las neuronas del cerebro reac-
despolarización se limita a la mitad posterior de un hemisferio cerebral; esta cionan con hipersensibilidad en cuanto
onda la recorre, partiendo del lóbulo occipital, en el transcurso de entre cinco
parece que est· amenazado un equilibrio
a diez minutos. Los típicos trastornos ópticos del aura podrían deberse a la
interno o externo. La culpa la tienen, en
paralización transitoria de las conexiones nerviosas en el córtex visual.
esta como en otras muchas enfermeda-
des, los genes; errores en el genotipo
IMAGENES producen defectos en los canales iÛni-
cos, t˙neles proteÌnicos a travÈs de los
FANTASTICAS. Si un
cuales los ·tomos y molÈculas, dotados
paciente de jaqueca ve de carga, atraviesan la membrana celu-
los síntomas de un aura lar. A los afectados se les puso ya en la
como estas líneas cuna una predisposiciÛn a la migraÒa.
zigzagueantes en su De cierta variante, que sÛlo se pre-
campo de visión, sabe senta en determinadas familias (ìmigraÒa
hemiplÈjica familiarî), se ha identifica-
THOMAS BRAUN
Ursula Gast comporte ìcomo otra personaî o ìcomo de cu·n frÌa se sentÌa en su interior.
un niÒoî. En estas discusiones Catalina Cuando su hija pequeÒa, con las prime-
P
or tercera vez Catalina B., de sufre autÈnticos ataques de p·nico, por- ras tentativas para echar a andar, se cayÛ
veintiocho aÒos de edad, ingre- que no puede acordarse de esos episo- de bruces, no sintiÛ compasiÛn ni pesar,
sa en la clÌnica psiqui·trica. De dios a los que se refiere su esposo. Pero, sino pura indiferencia. øHabrÌa habido
nuevo ha recurrido a los barbi- øcÛmo puede hacÈrselo comprender de incluso momentos en los que causara
t˙ricos para quitarse la vida. Cuando la forma creÌble? Posiblemente se queda- alg˙n daÒo a la niÒa?
doctora de guardia le interroga sobre su rÌa horrorizado si le pusiera al corriente Pero existe algo m·s que le produce
estado, la joven se muestra incapaz de de sus lagunas de memoria y le dijera, desasosiego. A menudo tiene la vaga
describirlo con claridad. Tuvo una pelea por ejemplo, que no puede recordar su impresiÛn de que hay ìotra personaî en
con su marido. øFue Èsa la causa de su boda ni el nacimiento de su hija tan su interior, cuya presencia se hace per-
intento de suicidio? La doctora insiste: siquiera. Ella misma ha sufrido en su ceptible ocasionalmente. Adem·s, oye
ìøLe sucede a menudo no poder acor- propio cuerpo signos inconfundibles de voces en su cabeza: la de la pequeÒa y
darse de determinadas situaciones?î. blancos en sus recuerdos. En m·s de una miedosa Kati y la del colÈrico e irasci-
Catalina reacciona entonces con sor- ocasiÛn ha observado cÌrculos de que- ble Kai. Ambos parecen conversar entre
presa. Hasta ahora nadie habÌa aludido maduras en los antebrazos. øEs posible sÌ; eso a Catalina suele producirle con-
de forma tan directa a un problema que que se haya quemado con un cigarrillo suelo, aunque tambiÈn la atemoriza. En
ella misma siempre procurÛ mantener sin darse cuenta? otras situaciones nuestra paciente se
oculto. En efecto, en numerosas ocasio- Pese a sus repetidas visitas a la clÌni- habÌa presentado a sÌ misma, de forma
nes, ha sentido la impresiÛn de que habÌa ca psiqui·trica, en episodios de depre-
perdido retazos de tiempo. siÛn e intentos de suicidio, nunca se habÌa
Se le diagnosticÛ un ìtrastorno disocia- atrevido a hablar de ciertos sÌntomas.
tivo de la personalidadî (tambiÈn cono- De manera especial le aterrorizaba que
cido como personalidad m˙ltiple), una se la tomara por enajenada mental o loca.
afecciÛn psÌquica que, entre los especia- Ahora, sin embargo, el di·logo terapÈu-
listas, se halla sometida hoy a contro- tico seguÌa otro derrotero: la conver-
versia. øExiste siquiera tal enfermedad? saciÛn directa y franca sobre determi-
øNo se tratarÌa de un fenÛmeno histÈrico nados sÌntomas nunca revelados logra
que se ha puesto de moda en NorteamÈ- que, por fin, la paciente confiese la angus-
rica? øHan sufrido los afectados traumas tia que le atenaza.
graves o son meras vÌctimas de terapeutas En los ˙ltimos tiempos constituÌa para
obcecados? No resulta difÌcil establecer ella una autÈntica tortura ser consciente
un cuadro objetivo de esta afecciÛn. Para
Frank Putman, el trastorno de identidad
disociativo supone ìun elemento crucial
para el conocimiento de la conscienciaî. 1. EL PADRE DE LA DISOCIACION.
Para otros, en cambio, vendrÌa a ser lo Pierre Janet (1859-1947), psicólogo,
que gr·ficamente se ha dado en llamar
psiquiatra y filósofo francés, popularizó el
la ìlocura del terapeutaî.
El marido de Catalina habÌa advertido concepto de la disociación, según el cual
los contenidos de la conciencia pueden
RETRATO
SUPERBILD
bres. Siguiendo la estrategia vital que ha
mantenido hasta la fecha de mantener los
ìojos cerrados a cal y cantoî, Catalina
se habÌa esforzado en no pensar en estas
cuestiones. Pero ahora que su marido le
ha amenazado con la separaciÛn, no
puede seguir ignorando este problema.
La doctora no titubeÛ en el diagnÛs-
tico: trastorno de identidad disociativo.
Se trata, le explica a la paciente, de una
especie de intento de autocuraciÛn por
parte de la psique en relaciÛn con epi-
sodios vitales gravosos. No nos hallamos
ante un caso clÌnico desconocido. El tras-
torno de identidad disociativo (TID)
entrÛ en la psiquiatrÌa hace m·s de un
siglo. Pierre Janet (1859-1947) realizÛ
una curiosa observaciÛn en algunos de
sus pacientes que habÌan tenido expe-
riencias vitales traum·ticas: determina-
das formas de conducta y tambiÈn algu-
nos recuerdos de los afectados parecÌan
escapar a su control consciente. HabÌan
separado moment·neamente los dife-
rentes contenidos de la consciencia tras
un suceso traum·tico, existÌan uno al
lado del otro y llevaban, en tanto que
ìideas fijasî, una vida independiente.
A este proceso le llamÛ Janet en 1889
disociaciÛn.
DEFD-MOVIES
minadas situaciones, de un modo muy
En la película Psicosis de Hitchcock, brusco. Observado desde el exterior, el
Norman Bates representa un sujeto con paciente parece actuar como una per-
personalidad múltiple. Cree que su madre sona distinta; exactamente asÌ es como
ha apuñalado a una mujer en la ducha. se sienten tambiÈn los propios afectados.
En realidad, su madre ha muerto hace A pesar de que los trastornos se mani-
años y lleva en la consciencia de Norman fiestan en cada paciente con perfiles pro-
pios, podemos reconocer un modelo
una vida propia, a modo de un fragmento
b·sico caracterÌstico: junto a una ìper-
escindido de su personalidad. sona com˙nî, que tiende a exhibir m·s
bien pocas vivencias afectivas, act˙an
ocasionalmente una o m·s ìpersonasî
que se dirÌan inmersas en emociones
Recuerdos olvidados traum·ticas. Naturalmente, no se trata
Esta posiciÛn no resiste hoy un an·lisis aquÌ de diferentes personalidades que se
cientÌfico riguroso. En los aÒos 1994 y hallan en un mismo cuerpo, sino de as-
1995 Linda M. Williams entrevistÛ a pectos escindidos de una personalidad
129 mujeres que antes de cumplir los global que, sin embargo, son experimen-
diecisiete aÒos habÌan sido examinadas tados como identidades propias. Los en-
en hospitales por haber sufrido abusos fermos no pueden domeÒar la permuta
sexuales. Aproximadamente el 38 % de en otra persona; suelen hacerlo de forma
ellas no relataron nada sobre esos suce- totalmente involuntaria.
sos, que, sin embargo, estaban cabal- Ellert Nijenhuis sostiene la hipÛtesis
mente documentados. De sus respuestas de que toda persona dispone al menos
se inferÌa que su silencio no se debÌa a de dos sistemas de funcionamiento inna-
ning˙n acto voluntario, sino al mero tos: un sistema cotidiano normal y otro
olvido, en el momento de la encuesta, de supervivencia para situaciones de
adecuado para un TID, como lo serÌa el de tales acontecimientos pretÈritos. Algo extremo peligro. Cuando se producen
de ìtristezaî para un trastorno depre- semejante observaron Cathy S. Widom graves amenazas emocionales, la cons-
sivo. y Norval Morris en 1977. Entrevistaron ciencia se retira; se desconecta, para
Se expresan dudas tambiÈn a propÛ- a 96 personas en las que veinte aÒos atr·s ponerse a salvo de los estÌmulos aflu-
sito de la etiologÌa traum·tica de la afec- se habÌa probado en instancia judicial la yentes y de las emociones violentas. Las
ciÛn. Quienes se oponen al TID aducen existencia de abusos sexuales. Tampoco consecuencias de este mecanismo de
que los recuerdos traum·ticos apareci- en este caso el 37 % de los encuestados urgencia se exteriorizan en los sÌntomas
dos en el curso de la terapia son fanta- aludiÛ al trauma. Por otro lado, Hans postraum·ticos, como las im·genes del
sÌas inducidas por el terapeuta. Los Markowitsch ha podido comprobar, apor- pasado (ìflashbacksî) de car·cter opre-
supuestos recuerdos del paciente no tando incluso im·genes funcionales, el sivo o angustioso, que se intercambian
serÌan sino pseudorrecuerdos; su per- fenÛmeno del bloqueo de la memoria con estados de sordera emocional y de
sistencia constituirÌa un componente de autobiogr·fica en el plano fisiolÛgico de apatÌa.
una enfermedad independiente: el sÌn- la corteza cerebral.
drome de la falsa memoria. Los defen- La controversia pone sobre el tapete, Fantasías protectoras
sores m·s radicales de esta posiciÛn sos- cierto es, la existencia de puntos dÈbi- En condiciones normales, el sistema coti-
tienen que los traumas infantiles, les del concepto de TID. Los criterios diano y el de supervivencia tornan a inte-
especialmente los abusos sexuales, son diagnÛsticos oficiales hasta ahora em- grarse en la consciencia. Pero, en los
imposibles de olvidar. pleados encubren un diagnÛstico arbi- casos de traumas repetidos y persisten-
trario. Demasiado abstractos, los crite- tes acaecidos durante la infancia, podrÌa
rios describen la enfermedad de forma dejar de desarrollarse la capacidad de
harto imprecisa. Por esta razÛn, el TID integraciÛn del cerebro. En particular, los
ha permanecido para muchos terapeutas abusos sexuales incestuosos fuerzan la
como algo nebuloso, carente del rigor pre- activaciÛn de una estrategia de supera-
ciso. Es necesario establecer un cat·- ciÛn de car·cter disociativo. Como las
logo trasparente de criterios, como el personas allegadas intentan negar estos
que ya existe para otras enfermedades sucesos, el niÒo se refugia en la idea de
psÌquicas (trastornos depresivos o cua- que semejante atrocidad no le ha ocurri-
F. LAMPRECHT. VERLAG PFEIFER BEI KLETT-COTTA, 2001
øDÛnde reside el sustrato biolÛgico es raro que elabore una serie de figuras
de la disociaciÛn? El comportamiento proyectivas totalmente fant·sticas; a
Èstas les acaba otorgando individuali-
dad convirtiÈndolas en personalidades
4. ESTO NO ME ESTA PASANDO independientes.
La causa originaria de la disociaciÛn
A MI. Así expresó una paciente con un reside, por tanto, en la necesidad de crear
trastorno de identidad disociativo su una realidad interna que garantice la
recuerdo de un episodio incestuoso. supervivencia emocional en situaciones
de emergencia. Sin embargo, lo que una pasan de diez, pero que en los casos trucciÛn de seguridad. Importa sobre-
vez habÌa sido elaborado como estra- extremos pueden alcanzar el n˙mero de manera que el paciente establezca una
tegia de superaciÛn, al producirse los veinte e incluso m·s. A pesar de que los relaciÛn de confianza con el mÈdico, una
traumas de forma repetida termina por prÛdromos y los primeros sÌntomas de tarea nada f·cil para muchos enfermos.
emplearse de manera cada vez m·s inde- TIF apareen en su mayorÌa durante la Al propio tiempo, la paciente tiene que
pendiente; queda asÌ establecida la reac- infancia, el trastorno suele diagnosti- aprender a cortar las im·genes mnemÛ-
ciÛn disociativa. Por esa vÌa pueden cons- carse en la edad adulta. El n˙cleo de la nicas torturantes (ìflashbacksî), asÌ como
truirse muchas ìpersonasî diferentes, enfermedad no se encuentra en la diso- a ejercitarse en la puesta en pr·ctica de
que en la mayorÌa de las ocasiones no ciaciÛn propiamente dicha, sino en la reacciones emocionales y estrategias de
circunstancia de que la estrategia de soluciÛn adecuadas para las situaciones
superaciÛn disociativa se independice y crÌticas. La elaboraciÛn de las expe-
pase a convertirse en una carga para la riencias traum·ticas sigue ocupando una
vida cotidiana. parte importante de la terapia, pero sÛlo
øCÛmo llegÛ la doctora a establecer tiene lugar cuando la paciente ha adqui-
el diagnÛstico de Catalina? Contaba con rido la consolidaciÛn psÌquica suficiente
unos elementos sospechosos muy carac- como para arriesgarse a volver a recor-
terÌsticos: los problemas de memoria y dar y experimentar vivencias traum·ti-
las amnesias eran las principales refe- cas. De acuerdo con ese guiÛn, Catalina
rencias; a ellos habÌa que sumar el fra- aprender· a abandonar, paso a paso, la
caso de los tratamientos precedentes, la disociaciÛn como mecanismo defensivo,
existencia de tres o m·s diagnÛsticos para asÌ hacerse cargo de la responsabi-
diferentes, la conducta autolesiva y los lidad que conlleva su propia vida.
sÌntomas psicosom·ticos y psiqui·tricos
multiformes. Al igual que otros pacientes
con trastornos de identidad disociativos,
Catalina habÌa sufrido en su infancia
duros maltratos y abusos sexuales. URSULA GAST, especialista en medicina psi-
Una psicoterapia apropiada para ella, coterapéutica de la Universidad de Hannover,
de varios aÒos de duraciÛn, va a ayudarle ha investigado en el campo de los trastor-
CINETEXT
Konrad y Ulrike Maurer miliar. Lo que la mayorÌa ignora es que Alemania de la posguerra proyectÛ y
estos y otros eslÛganes son obra de un creÛ algunas de las campaÒas m·s cono-
ìT
odos hablan del tiempo. mismo autor, Carolus Horn (1921-1992). cidas de la Època del milagro econÛmico,
Nosotros, no.î A los ale- El publicista de mayor prestigio de la como las citadas anteriormente sobre el
manes de cierta edad les
suena ese estribillo. Lo
mismo que este otro: ìHay mucho que
hacer. °Empecemos ahora mismo!î. Se 1. HASTA EL AMARGO FINAL. Esta ilustración en color de un folleto de Opel
trata de reclamos publicitarios que ca- constituye una muestra de la cima alcanzada por el artista gráfico Carolus Horn (abajo).
laron hasta convertirse en expresiÛn fa- La acuarela de la derecha, trazada un año antes de su muerte, refleja la descomposición
espectacular de sus funciones intelectuales.
LAS ILUSTRACIONES PROCEDEN DE LA COLECCION “CAROLUS HORN: ALZHEIMER Y ARTE”, PROPIEDAD DE NOVARTIS PHARMA
2. CADA VEZ MAS COLORIDO.
Estos cuatro cuadros del puente
veneciano de Rialto muestran el
cambio de estilo (de izquierda a
derecha): 1978 (tinta lavada), 1980
(aguada), 1986 (lápiz lavado) y 1988
(aguada).
KONRAD MAURER
de Alzheimer; en el tejido nervioso se
depositan sustancias y el cerebro se va
destruyendo paulatinamente. Se resien-
ten muchas funciones intelectuales, sobre
todo la orientación, la atención, la memo-
ria y el habla.
Para los artistas enfermos, el cambio en
la orientación espacial resulta determi-
nante: ellos ven y sienten las líneas, las
superficies, los cantos, las esquinas y las
formas redondeadas de modo cada vez
más cambiante; aparece la estereoagno-
sia. Los pacientes con enfermedad de
Alzheimer tampoco reconocen las caras; ¿QUE HORA ES? Los pacientes con enfermedad de Alzheimer tienen, desde el
esta carencia se denomina prosopagno- principio, dificultades para leer la hora de un reloj. Tal incapacidad se refleja
sia. Sin embargo, sobre el plano bidi- también en la actividad encefálica cuando se les pregunta la hora (a la izquierda se
mensional del cuadro pueden reflejarse muestra la actividad de una persona sana y a la derecha, la de un paciente con
formas expresivas totalmente nuevas.
enfermedad de Alzheimer).
La imposibilidad para dibujar un dado o
una casa en tres dimensiones, es decir,
para orientarse en el espacio, constituye
uno de los síntomas precoces más fiables de la enfermedad nes. En el laboratorio de neuroimagen del departamento de
de Alzheimer. Los pacientes tampoco reconocen con faci- psiquiatría y psicoterapia I de la Clínica Universitaria de
lidad los ángulos, por lo que no saben la hora y mucho Frankfurt se realizó la denominada prueba del reloj a proban-
menos aún pueden leerla en una esfera luminosa con un dos de edad avanzada y a pacientes con enfermedad de Alzhei-
indicador. mer: se les pidió que reconocieran un ángulo de 60 grados
entre la aguja pequeña y la grande. La tarea indujo una acti-
Gracias a la resonancia magnética (RM) funcional, los vidad intensa de la parte superior del lóbulo temporal de
investigadores pueden reconocer este defecto de orienta- las personas sanas, pero se redujo mucho entre los pacien-
ción espacial y localizar las regiones del encéfalo que con- tes con enfermedad de Alzheimer ( véase la fotografía ). Esta
tribuyen a la visión espacial. Este método detecta la activi- región encefálica parece, pues, la responsable de las tareas
dad encefálica a través de una medición del contenido de de orientación espacial; se daña en las primeras etapas de
oxígeno en la sangre y de la perfusión de las distintas regio- la enfermedad de Alzheimer.
refinados; en definitiva, transmitÌa una vez m·s impotente para respetar el prin-
atmÛsfera muy intensa. Sus representa- cipio cl·sico de la geometrÌa de alinea-
ciones, minuciosas y realistas, tienen ciÛn, con reducciÛn de las personas y
m·s interÈs y vida que las mismas foto- objetos en funciÛn de la distancia. Aunque
grafÌas. Merece resaltarse la campaÒa los ·ngulos, los lados y las superficies
de Opel, donde el vehÌculo refleja una estaban bien definidos, a partir de 1986
imagen fascinante (vÈase la figura 1). Sin dejan de respetar las leyes de la grave-
embargo, Horn no se limitÛ a la publi- dad. AsÌ, los raÌles horizontales de las
cidad. Con su esposa realizÛ, hasta las rampas de ascenso y descenso del puente
primeras etapas de la enfermedad de discurren, ahora, paralelos a los pretiles
Alzheimer, numerosos viajes, que docu- y a la cubierta. Aparentemente, el pin-
mentÛ en sus cuadros paisajistas y urba- tor se habÌa vuelto incapaz de reconocer
nos. Le sacÛ m·ximo partido al dibujo y representar las dimensiones horizon- 5. COLORES ALEGRES Y JOVIALES.
con tinta china; se comprueba en la tÈc- tales y verticales. PadecÌa agnosia, con- Grupo folclórico (1986, aguada).
nica de filigrana con que dibujÛ Unter- diciÛn en que se percibe el ambiente de
b‰ch, en el cantÛn suizo de Valais, el aÒo forma cada vez m·s deformada; y asÌ lo
1980 (vÈase la figura 3). Contaba enton- reproducÌa (vÈase el recuadro ìPercep-
ces unos 60 aÒos, Època en que apare- ciÛn espacial de los pacientes con enfer-
cieron los primeros sÌntomas clÌnicos y medad de Alzheimerî).
los primeros cambios en sus obras.
Confesaba ya que le costaba, cada vez Vocablos latinos hasta el final
m·s, pensar y hablar. Sus compaÒeros Al comienzo de la enfermedad, las alte-
de la agencia lo advirtieron un poco m·s raciones apenas se reflejaban en sus cua-
tarde, aunque mantuvieron un silencio dros. Sin embargo, quien conozca la obra
respetuoso. artÌstica de Horn notar· enseguida de-
talles como una botella totalmente desa-
Cuadros rígidos sistida de Coca-Cola pintada por el rey
La evoluciÛn de su enfermedad puede indiscutible de la publicidad en materia
seguirse a travÈs de las cuatro im·genes de refrescos. Los miembros, antaÒo atrac-
del puente Rialto de Venecia (vÈase la tivos, de las mujeres aparecen ahora
figura 2). Si se compara con la primera abombados y desproporcionados. Se
versiÛn del aÒo 1978, la de 1980 resulta aplanan los objetos redondos, conforme
tenebrosa y lenta, posiblemente por su desaparecen los efectos de brillo y som- 6. PERDIDA DE LA PERSPECTIVA.
estado depresivo, frecuente al comienzo bra. Llama especialmente la atenciÛn la Puente de hierro de Frankfurt del Meno
de la enfermedad de Alzheimer. Sin falta de diferencia entre jÛvenes y vie- (1985, aguada)
embargo, con la progresiÛn de la misma, jos; todos los personajes alcanzan una
los cuadros fueron adquiriendo colores misma edad indefinible.
de creciente intensidad; amarillos pri- La perspectiva cambia de suerte tal,
mero, aunque tambiÈn azules y rojos. que la textura espacial del objetivo y de
Al mismo tiempo, decayÛ la expresi-
vidad y los cuadros acabaron torn·ndose
las personas del entorno parece des-
garrada. AsÌ sucede con la representa-
7. ¿ALUCINADO? La composición II
rÌgidos. Pese a todo, Horn intentaba expo- ciÛn del puente de hierro de Frankfurt (1987, aguada) refleja una vivencia
ner la perspectiva, si bien se sentÌa cada de 1985 (vÈase la figura 6). Los ·ngu- psiquiátrica.
Bibliografía complementaria
tir de 1988 en manchas rojas en mitad rientaciÛn temporal progresiva. Un aÒo PROBABLE ALZHEIMER’S DISEASE IN AN ARTIST.
de las im·genes de huevos al plato (vÈa- antes de su muerte, en 1991, simplifi- J. L. Cummings y J. M. Zarit en JAMA, vol.
se la figura 8). Las alteraciones menta- caba tanto los elementos pictÛricos, que 258, pág. 2731; 1987.
les inducidas por la enfermedad hacÌan sus obras remedaban las de un niÒo.
O N DRAWING IMPAIRMENT IN ALZHEIMER’S
que Horn percibiera un entorno de for- Adem·s, empezÛ a utilizar sÛlo un color
DISEASE. A. Kirk, A. Kertesz en Archives in
mas superficiales e indiferenciadas. (vÈase la figura 2, derecha).
Neurology, vol. 48, pág. 73; 1991.
Posiblemente, ya sÛlo disponÌa de una Al final ya sÛlo garabateaba con el
capacidad limitada de representaciÛn. l·piz unos trazos que, sin querer, evoca- DE KOONING’S LATE COLORS AND FORMS:
Como no podÌa manejar las tijeras, no ban el arte subjetivo moderno. Se pasa- DEMENTIA, CREATIVITY, AND THE HEALING
cortaba los m·rgenes del papel; los des- ba todo el dÌa en el escritorio, moviendo POWER OF ART. C. H. Espinel en Lancet, vol.
garraba. la mano de un modo estereotipado. No 347, pág. 1096; 1996.
En sus ˙ltimos aÒos, el pintor ya no podÌa desplazar el l·piz con la destreza EMERGENCE OF ARTISTIC TALENT IN FRON-
firmaba correctamente los cuadros. Ni y la agilidad de antes, sino que lo lle- TOTEMPORAL DEMENTIA. B. Miller et al. en
siquiera indicaba el aÒo. Signos de su vaba con todo el puÒo y de manera tosca Neurology, vol. 51, pág. 978; 1999.
incapacidad para escribir y de su deso- sobre el papel (vÈase la figura 10). Seg˙n
Didier Trotier y Kjell Døving irrigaban el Ûrgano. Puesto que el canal reducido, si no carecen incluso del mismo
del Ûrgano estaba lleno de mucosidad, algunos individuos.
E
n 1813, Ludvig Jacobson (1783- dedujo que el Ûrgano podÌa ser secretor. Por otra parte, ciertas molÈculas iden-
1843) se sorprendiÛ de la pre- Sin embargo, tambiÈn observÛ unos haces tificadas en el sudor u otras secreciones
sencia de una pequeÒa l·mina nerviosos que partÌan del Ûrgano, se humanas provocan diversas reacciones
cartilaginosa alargada en la extendÌan a lo largo del tabique nasal y fisiolÛgicas, pero act˙an en condiciones
nariz de diversos mamÌferos. Debajo de convergÌan en una pequeÒa zona del que nada tienen que ver con las corres-
ese cartÌlago encontrÛ un Ûrgano desco- bulbo olfatorio, en la cavidad cerebral; pondientes a las feromonas animales. No
nocido hasta entonces. Los neurofisiÛ- concluyÛ, pues, que se tratarÌa de un se ha confirmado el descubrimiento de nin-
logos de nuestro tiempo siguen estu- Ûrgano sensorial. AcertÛ de pleno. guna feromona humana y conviene ana-
diando el funcionamiento y los efectos Pasaron 140 aÒos hasta que se com- lizar con gran cautela cualquier anuncio
de ese Ûrgano que inicialmente se llamÛ prendiÛ la relaciÛn entre la activaciÛn del de un efecto sobre el comportamiento
Ûrgano de Jacobson, en honor del ana- Ûrgano vomeronasal y ciertos aspectos inducido por alguno de los compuestos
tomista danÈs, pero al que en 1895 la de la reproducciÛn. En 1953, en Toulouse, que actuarÌa sobre el Ûrgano vomeronasal.
sociedad alemana de anatomÌa le asig- H. Planel observÛ que las cobayas macho
nÛ el nombre de Ûrgano vomeronasal, por tienen un comportamiento reproductor La nariz de los compuestos
estar en contacto con el vÛmer, una la- menos intenso en ausencia de ese Ûrgano. no volátiles
minilla Ûsea vertical situada en la parte Las hembras operadas no presentan ese Los mamÌferos se comunican entre sÌ
posterior e inferior del tabique de las hundimiento del lomo, llamado lordosis intercambiando informaciÛn quÌmica,
fosas nasales. de acoplamiento, que indica a los machos mediante secreciones (bucales, anales,
En su artÌculo de 1813, que hemos en- la predisposiciÛn al apareamiento; mani- genitales, cut·neas, etc.) que mezclan
contrado recientemente en la Univer- fiestan poco interÈs por los machos. con la orina, la saliva, las descargas vagi-
sidad de Agricultura de Copenhague, Ja- Los estudios de la estructura y la fun- nales, las heces, etcÈtera. La composi-
cobson destacÛ la importancia de su ciÛn del Ûrgano vomeronasal han per- ciÛn de las secreciones depende de nu-
descubrimiento: el Ûrgano se situaba a mitido conocer mejor el mundo de las merosos factores: la especie, el sexo, la
ambos lados del tabique nasal en todos feromonas, molÈculas que instan diver- posiciÛn social, la madurez sexual, el
los mamÌferos que habÌa observado (ga- sos comportamientos en los animales. estado hormonal y la predisposiciÛn a la
to, vaca, pero, cabra, caballo, cerdo, ove- La pregunta que se plantea es: øexisten reproducciÛn, entre otros.
ja, tigre, camello, b˙falo, gamo, etc.). Su feromonas humanas? La intervenciÛn Dichas secreciones contienen molÈ-
compleja estructura y su gran tamaÒo del Ûrgano vomeronasal en la detecciÛn culas vol·tiles que, a travÈs del aire, lle-
sugerÌan un papel fisiolÛgico importante. de las feromonas animales y su presen- gan al sistema olfatorio de los congÈne-
El Ûrgano tiene una abertura estrecha, cia en los seres humanos hicieron creer res. Esta comunicaciÛn aÈrea a distancia
se alarga hacia la parte posterior de la que nuestra especie tambiÈn podÌa ser tiene un papel clave en diversos com-
nariz y dispone de un canal interno sin sensible a unas molÈculas capaces de portamientos. A travÈs de la olfacciÛn,
salida. En los roedores, el Ûrgano se abre estimular el Ûrgano vomeronasal, unas los animales delimitan su territorio,
directamente en la parte delantera de la feromonas humanas. rechazan rivales potenciales, atraen a
fosa nasal. En el perro, el cerdo, la ca- Sin embargo, como veremos m·s ade- sus parejas o envÌan mensajes de alerta.
bra y el buey, la abertura se comunica lante, los estudios anatÛmicos e histo- Sin embargo, la informaciÛn vol·til
con el canal palatino, que conecta la boca lÛgicos indican que no parece que el no es sino una parte de la informaciÛn
y la nariz, detr·s de los incisivos. Ûrgano vomeronasal humano se halle que transmiten las secreciones de los
Jacobson observÛ que varios vasos capacitado para la detecciÛn de molÈculas congÈneres. Estas contienen, asimismo,
sanguÌneos, uno de ellos muy notable, estimuladoras. Tiene un tamaÒo muy numerosas molÈculas poco vol·tiles e
fosa nasal y lo mantiene en una c·psula plasm·tico muy desarrollado cuya fun-
rÌgida. ciÛn sigue sin aclararse. (Al retÌculo
En un corte transversal se aprecia que endoplasm·tico, una red de cisternas
el canal del Ûrgano vomeronasal tiene intracelulares, le compete exportar las
forma de l˙nula. Las neuronas senso- proteÌnas reciÈn sintetizadas en la cÈlula).
riales se encuentran exclusivamente en Los dos tipos de neuronas tambiÈn
el epitelio que recubre la cara interna, difieren en cuanto a su fisiologÌa. Seg˙n
cÛncava, del canal. La cara lateral, con- los estudios de biologÌa molecular rea-
vexa, no es sensorial: est· tapizada de lizados a finales de los ochenta, entre
cÈlulas ciliadas, an·logas a las del sis- otros por Catherine Dulac, Richard Axel
tema respiratorio, que agitan las muco- y Linda Buck, de la Universidad de Har-
sidades. vard, y N. Ryba, de Bethesda, las mem-
El canal, un callejÛn cerrado en su branas de las neuronas vomeronasales
extremo posterior, tiene su abertura ante- alojan unas proteÌnas especÌficas que
rior angosta: øcÛmo son arrastradas hacia parecen ser las receptoras de las molÈ-
el interior del canal la mucosidad externa culas estimuladoras.
y las molÈculas estimuladoras que con- Estas proteÌnas receptoras sospecha-
2. LUDVIG JACOBSON, anatomista tiene? En 1949, M. Hamlin descubriÛ un das difieren de las proteÌnas receptoras
danés, descubrió el órgano vomeronasal sistema de bombeo, basado en la varia- de las neuronas olfatorias. Est·n codifi-
en 1813 en Leipzig. ciÛn de la turgencia del tejido cavernoso cadas por genes distintos, menos abun-
situado bajo el epitelio no sensorial del dantes que los que cifran las proteÌnas
canal. Una vena poderosa atraviesa este receptoras olfatoria. AsÌ pues, las neu-
miento, despuÈs de que su hocico entre tejido cavernoso. Como el Ûrgano se ronas vomeronasales y las olfatorias pro-
en contacto con las secreciones que desea mantiene rÌgidamente sobre su periferia, ceden a lecturas distintas del mundo quÌ-
analizar. En cambio, las gatas tienen a la contracciÛn del tejido cavernoso dilata mico circundante.
menudo ese comportamiento cuando ana- el canal interno y aspira las molÈculas El mecanismo de la transducciÛn
lizan un objeto marcado por un macho estimuladoras durante varios segundos. vomeronasal, es decir, la secuencia de
en ausencia de Èste. El comportamiento Luego, la vasodilataciÛn del tejido com- acontecimientos moleculares y elÈctri-
de Flehmen depende de las especies, el prime el canal y expulsa el lÌquido ana- cos desde la activaciÛn de la proteÌna
sexo y el contexto. lizado. receptora hasta la emisiÛn de impulsos
El elefante es el mamÌfero que tiene La detecciÛn por el Ûrgano vomero- nerviosos, difiere asimismo del meca-
el Ûrgano vomeronasal mayor: 25 cen- nasal constituye, pues, un mecanismo nismo de transducciÛn olfatoria.
tÌmetros de longitud y 4 centÌmetros de activo. Seg˙n Michael Meredith, de la
di·metro. Este Ûrgano desempeÒa un Universidad de Florida, en los h·msters Organo heterogéneo
papel decisivo en la comunicaciÛn quÌ- en cautividad la bomba se activa en cada y activación específica
mica a corta distancia: los elefantes situaciÛn nueva: en presencia de un con- Durante mucho tiempo se pensÛ que la
machos de la India empapan sus trom- gÈnere, al abrir la caja, etcÈtera. poblaciÛn de neuronas sensoriales del
pas en la orina de las hembras en fase Las neuronas sensoriales del Ûrgano Ûrgano vomeronasal era homogÈnea. En
preovulatoria y llevan ese lÌquido hasta vomeronasal desempeÒan la doble fun- 1995, Mimi Halpern, de la Universidad
las aberturas bucales de sus Ûrganos ciÛn de detecciÛn de las molÈculas esti- de Brooklyn, L. Buck y K. Mori, de la
vomeronasales. Un comportamiento de muladoras y de transmisiÛn de la infor- Universidad de Osaka, demostraron que
Flehmen varias veces repetido despierta maciÛn nerviosa al cerebro. Sus axones se trataba de una hipÛtesis falsa, pues
el deseo sexual y precede a la erecciÛn son muy alargados y se reagrupan en las neuronas que componen la zona api-
y la cÛpula. diversos Ûrganos ramificados situados cal del epitelio sensorial (prÛxima al
En las serpientes y otros reptiles, como en el tabique nasal. Atraviesan la l·mina lumen) difieren de las cÈlulas nerviosas
los dragones de Komodo, los Ûrganos vo- agujereada, que separa del cerebro la de la zona basal. Las primeras, con den-
meronasales est·n mucho m·s desarro- fosa nasal, y establecen contactos sin·p- dritas cortas, contienen proteÌnas recep-
llados que los Ûrganos olfatorios; seg˙n ticos con las neuronas de una zona del toras cuyo plegamiento lleva siete seg-
parece, cumplen una funciÛn en la depre- bulbo olfatorio llamada bulbo olfatorio mentos a la membrana celular (de tipo
daciÛn. La lengua se encarga del trans- accesorio en razÛn de su tamaÒo. V1R) y envÌan la informaciÛn nerviosa
porte de las molÈculas estimuladoras Al igual que las neuronas olfatorias, hacia la parte anterior del bulbo olfato-
hacia la abertura de los Ûrganos, en la las neuronas vomeronasales provienen rio accesorio. En cambio, los genes que
boca. de la diferenciaciÛn del tejido olfatorio codifican las proteÌnas receptoras V2R
embrionario. TambiÈn como las neuro- se expresan sobre todo en las neuronas
Un órgano activo nas olfatorias, las neuronas vomerona- de la zona basal, que transmiten la infor-
øCÛmo funciona el Ûrgano vomeronasal? sales poseen una larga dendrita cuya maciÛn a la parte posterior del bulbo
Las exploraciones fisiolÛgicas comple- extremidad se adentra en el canal vome- olfatorio accesorio. En las dos partes
taron las descripciones anatÛmicas. Lue- ronasal, en la superficie del epitelio. (Las del Ûrgano, las neuronas act˙an como
go, se avanzÛ en su estudio celular. Los dendritas son ramificaciones receptoras detectores excelentes y su sensibilidad
Ûrganos vomeronasales est·n en con- de informaciÛn.) Ahora bien, la extre- no es menor que la de las cÈlulas recep-
tacto con la parte posterior e inferior del midad dendrÌtica dispone de un gran toras de la olfacciÛn.
tabique de las fosas nasales y reposan n˙mero de microvellosidades, mientras El sistema vomeronasal se distingue
sobre dos prolongamientos anteriores. que el soma de las neuronas olfatorias tambiÈn del sistema olfatorio por las
Una laminilla Ûsea o cartilaginosa rodea tiene prolongaciones ciliares. En la base zonas cerebrales en las que se procesa
BULBO
CANAL OLFATORIO
CEREBRO
BULBO
OLFATORIO
FOSA ACCESORIO
VENTANA NASAL
NASAL NERVIOS
CANAL ORGANO
PALATINO VOMERONASAL
CEREBRO
BULBO OLFATORIO
EPITELIO
OLFATORIO
FOSA
NASAL
CAVIDAD
VOMERONASAL
POUR LA SCIENCE
3. LOS DIBUJOS REALIZADOS POR JACOBSON (arriba) se conectan a unas células del bulbo olfatorio accesorio; de ahí, la
muestran la posición del órgano vomeronasal en la fosa nasal del información pasa al cerebro. En el órgano aislado que aparece
ciervo. La abertura del órgano está muy próxima al canal palatino, arriba a la izquierda, Jacobson dibujó el canal interno del órgano,
en el que Jacobson insertó un hilo. Los haces nerviosos que salen cerrado hacia atrás (líneas de puntos). En la especie humana (abajo), el
del órgano vomeronasal se extienden a lo largo del tabique nasal y órgano vomeronasal se ha convertido en una estructura vestigial.
V
A V P
1 MILIMETRO
a b
L
V
c d
D V
Carsten Könneker Knicker: Siempre que estemos firme- ciÛn, ejecuto tambiÈn mis deberes con
mente convencidos de que hacemos lo toda probabilidad a conciencia y con
Myc: Profesor Knicker, øen quÈ con- que corresponde a cada momento, se motivaciÛn.
siste la motivaciÛn? trate de un problema profesional, de
Theo Knicker: MotivaciÛn es la res- pasear o de limpiar la casa. Myc: øSon, por tanto, los resultados con-
puesta a la pregunta de cÛmo llego yo o seguidos el listÛn de la motivaciÛn?
llevo a otros al compromiso de hacer Myc: Pero el dÌa a dÌa consta de numero- Knicker: Siempre en el marco de las
algo determinado. Motivar no es otra sas obligaciones, algunas de las cuales pla- capacidades individuales y del margen
cosa que mover. cen m·s que otras. øCÛmo se puede uno mo- de acciÛn definido desde fuera. El resul-
tivar para una profesiÛn en su totalidad? tado depende de la conjunciÛn de tres fac-
Myc: øY quÈ condiciones dinamizan m·s Knicker: Si yo he elegido libremente mi tores: conocer, poder y querer. Si falla
f·cilmente nuestra voluntad de hacer campo de acciÛn profesional, incluso uno de estos supuestos no se puede hacer
algo? por haberlo buscado con toda convic- gran cosa.
THOMAS LANGER
Thomas Grüter Peor les va a quienes un accidente rados en las personas ciegas a las fiso-
cerebrovascular les priva de la capaci- nomÌas. Seg˙n parece, disponemos de un
A
Robert Arthur Talbot Gascoy- dad de reconocer las caras. Incluso mir·n- sistema especializado en el reconoci-
ne-Cecil, tercer marquÈs de dose al espejo ven, a veces, una cara des- miento de las caras. En cuanto ha des-
Salisbury, le resultaba difÌcil conocida. Los mÈdicos y enfermeras que compuesto en objetos separados la ima-
reconocer las caras de sus prÛ- les atienden en el hospital les resultan gen captada por los ojos, nuestro cerebro
jimos. TenÌa este problema incluso con desconocidos; les parecen extraÒos los procesa las caras humanas con inde-
los parientes, cuando se encontraba con propios parientes. Este era el panorama pendencia, y por separado, de todos los
ellos en circunstancias inesperadas. En que se encontrÛ el neurÛlogo Joachim otros aspectos; pues los que padecen
cierta ocasiÛn, mientras asistÌa, detr·s del Bodamer, reciÈn terminada la segunda agnosia fisonÛmica pueden reconocer, sin
trono, a una ceremonia oficial, vio a un guerra mundial, en tres pacientes con problemas, animales y objetos y distin-
joven que le sonreÌa abiertamente. graves lesiones cerebrales producidas guirlos individualmente. Suele citarse
ìøQuiÈn es ese joven amigo?î, le susurrÛ en el frente. En un extenso y detallado en este contexto el caso de un asesor de
a su vecino. ìSu hijo mayorî, le contes- artÌculo describiÛ, en 1947, sus respec- empresas, al que una serie de acciden-
tÛ Èste. tivos historiales clÌnicos y acuÒÛ, para tes cerebrovasculares obligÛ a abando-
Al margen de su incapacidad de re- este trastorno de percepciÛn, el tÈrmino nar su empleo. Se dedicÛ entonces a la
tener las fisonomÌas, el marquÈs esta- ìprosopagnosiaî (del griego ëprosoponí, crÌa de ovejas y, aunque las caras huma-
ba dotado de una excelente memoria. cara, y ëagnosisí, desconocimiento). nas no le decÌan nada, reconocÌa, sin pro-
DesempeÒÛ varias veces el cargo de Hemos de esperar hasta 1974 para que blemas, a cada una de las ovejas. Pero
primer ministro brit·nico al final del Helen McConachie, de la Universidad tambiÈn se da el caso contrario: muchos
siglo XIX y fue considerado como uno de Newcastle, informara por primera vez que han sufrido ictus siguen recono-
de los polÌticos m·s h·biles de su tiempo. de una prosopagnosia, al parecer innata, ciendo, sin problema, las fisonomÌas,
El marquÈs naciÛ (cabe suponerlo) con en una niÒa, por lo dem·s sana. pero tienen grandes dificultades en reco-
este defecto. Pero las personas que lo nocer cualesquiera otros objetos.
sufren compensan muy bien su debili- Cambiar personas por ovejas Los experimentos con monos rhesus
dad identificando a sus conocidos a tra- Desde entonces, la investigaciÛn con han demostrado que el cerebro procesa
vÈs del peinado, forma de andar o la voz. vÌctimas de un accidente o de un derrame las caras en unidades separadas. Los
Es frecuente que los mismos afectados o, m·s adelante, con personas con pro- equipos de Robert Desimone, del Instituto
no lleguen a saber que les falta una sopagnosia innata, ha proporcionado una Nacional de Salud Mental de Estados
informaciÛn importante sobre sus co- serie de conocimientos sobre el origen Unidos, y de David Perrett, de la Uni-
nocidos. del trastorno y sobre los procesos alte- versidad escocesa de St. Andrews, des-
MAURITIUS
primates unas cÈlulas nerviosas singu-
lares que reaccionaban exclusivamente
a las caras. Es v·lido hacer, por analo-
gÌa, una transposiciÛn al cerebro humano,
pues los humanos pertenecemos al mismo
taxÛn y la estructura de nuestro cerebro
se corresponde ampliamente con la de
sus parientes animales.
Récord en reconocimiento
Las investigaciones que utilizan el elec-
troencefalograma (EEG) respaldan la
tesis de que nuestro cerebro eval˙a de
modo especial las informaciones de las
fisonomÌas. El EEG mide en el cuero
cabelludo las sutiles corrientes elÈctri-
cas que provoca la actividad de las cÈlu-
las cerebrales. Cuando una persona ve
una cara, los electrodos registran, des-
puÈs de unos 170 milisegundos, una onda
caracterÌstica en el patrÛn de actividad
cerebral. Pero cuando contempla otros
objetos la reacciÛn del cerebro es sensi-
blemente m·s lenta. Esto permite con-
jeturar que nuestro cerebro clasifica, en
primer lugar, los objetos del mundo visual
entre ìcarasî y ìotrosî, antes de proce-
der al an·lisis siguiente.
Desde mediados de los aÒos noventa
del pasado siglo, distintos equipos de
investigaciÛn se venÌan esforzando por
descubrir cÛmo reconoce el cerebro las
caras, cÛmo las procesan las neuronas y 1. ¿LE CONOZCO? Los ciegos fisonómicos suelen rehuir las aglomeraciones para evitar
quÈ zonas del cerebro participan en dicha situaciones penosas para ellos.
actividad. Siempre se encontraban con
una pequeÒa regiÛn del lÛbulo temporal
que suele reaccionar exclusivamente a las
caras: la llamada ·rea facial fusiforme tintos modelos teÛricos del reconoci- piratoria y la actividad de las gl·ndulas
(FFA) en la circunvoluciÛn fusiforme. Se miento fisonÛmico. Uno de los modelos sudorÌparas. Trabaja en estrecha cola-
trata de una estructura situada aproxima- m·s renombrados es el de Haydn Ellis y boraciÛn con los centros cerebrales que
damente delante del centro Ûptico secun- Michael Lewis, de la Universidad de gobiernan los sentimientos. Por eso, la
dario, es decir, delante de la segunda esta- Cardiff en Gales. Parte de que la primera visiÛn de unas caras familiares provoca
ciÛn de elaboraciÛn de la informaciÛn clasificaciÛn que hace nuestro cerebro una respuesta de este sistema. Cuando
visual en la corteza cerebral. Con todo, de las caras es entre ìconocidasî y ìdes- se les mostraba a algunos sujetos (que
ante las caras no sÛlo se dispara la FFA. conocidasî. Y se obtienen dos sistemas padecÌan prosopagnosia a causa de un
Eric Halgren, de la facultad de medicina de funcionamiento totalmente indepen- accidente o de un derrame cerebral) foto-
de Harvard, y otros observaron una acti- dientes uno de otro: grafÌas de personas conocidas, en algu-
vidad en la circunvoluciÛn inferior del nos reaccionaba el sistema nervioso autÛ-
lÛbulo occipital, en cuanto una persona ï El primero relaciona una cara conocida nomo y, por cierto, incluso si la cara les
observaba una cara. Al parecer, la infor- con una persona, selecciona los datos resultaba extraÒa a nivel consciente. De
maciÛn arriba a esa zona, lo mismo que pertinentes y los transfiere a la con- lo que se desprende que la prosopagno-
a la FFA y al surco superior del lÛbulo ciencia. sia puede estar limitada a los procesos
temporal (sulcus temporalis superior, ï El segundo genera la respuesta sinÈr- conscientes del reconocimiento de fiso-
STS). La FFA registra preferentemente gica a una cara conocida. nomÌas; los pacientes pueden clasificar
los aspectos fijos de las caras; capta, pues, inconscientemente las caras.
la funciÛn que, en los humanos, podrÌa Aunque este segundo sistema trabaja Seg˙n el modelo de Ellis-Lewis cabrÌa
verse afectada por la prosopagnosia. La inconscientemente, los distintos equi- admitir tambiÈn el caso inverso: que se
regiÛn STS, por el contrario, reacciona pos de investigadores han hallado indi- mantenga el reconocimiento consciente
presumiblemente ante los rasgos cam- cios ciertos de su existencia. Se basan y falle el inconsciente. En este caso, el
biantes, ante la mÌmica. en experimentos sobre la reacciÛn del sis- afectado reconocerÌa las caras, pero no
Como resultado de numerosas prue- tema nervioso autÛnomo. Esta parte de tendrÌa la sensaciÛn de que le eran fa-
bas con pacientes de prosopagnosia y nuestro equipamiento neuronal regula miliares. De hecho, se da una forma
grupos de control sanos, diversos equi- el equilibrio interno del cuerpo, por ejem- extraÒa del ìreconocimiento ilusorioî
pos de investigadores han perfilado dis- plo, el ritmo cardÌaco, la frecuencia res- (interpretaciÛn falsa de percepciones
El éxito de
la mujer varonil
Los directores de relaciones humanas de las empresas aseguran que eligen
a los candidatos a un puesto de trabajo por sus conocimientos,
sin importarles la apariencia exterior. Varios estudios lo desmienten
Ulrich Kühnen y Sabine Sczesny mente todos los documentos y despuÈs øPodrÌa influir en su elecciÛn que la per-
de una criba previa, pasar· a la fase de sona aspirante presentara un aspecto
I
magÌnese el lector que dirige el depar- entrevistas. øA quiÈnes convocar·? Un masculino o femenino? øIncide el que una
tamento de relaciones humanas de aspecto importante es si influye en su lla- candidata fuera ancha de espaldas, tuviera
una empresa y que tiene que esco- mada el sexo del solicitante. un mentÛn anguloso y una nariz pronun-
ger la persona idÛnea para cubrir un Se trata de una cuestiÛn delicada. De ciada? øGozar· de mayor opciÛn si su
puesto decisivo vacante. En su mesa ha cara a la igualdad de derechos de los dos semblante fuera m·s femenino, con cara
aterrizado un montÛn de solicitudes. Se sexos, garantizada por ley, nadie admi- redonda, nariz respingona y ojos gran-
han postulado candidatos femeninos y tir· que prefiere a un varÛn o a una mujer. des? Alguien podrÌa considerar absurda
masculinos. Una vez leÌdos cuidadosa- Planteemos la cuestiÛn de otra manera: la deducciÛn del talante de una persona
mos no sÛlo en nuestra estimaciÛn, sino a las femeninamente acicaladas. (Es un cil papel de la percepciÛn de los sexos
tambiÈn en la opiniÛn de personas que fenÛmeno extendido en otros terrenos. en el proceso de solicitud y de selecciÛn
ignoraban la hipÛtesis de nuestra inves- Los alumnos consideran autoritarios a de personal, hubimos de concentrarnos
tigaciÛn. AsÌ, una de las mujeres tenÌa los profesores con indumentaria formal, en la apariencia externa y separarla de
una cara m·s bien redonda, con nariz mientras que tienen por flexibles y m·s otros factores. En la realidad cotidiana
pequeÒa y un mentÛn poco marcado; accesibles a los que visten con despreo- son numerosos los factores que distin-
otra, por contra, presentaba rasgos facia- cupaciÛn. Se halla, asimismo, muy di- guen a un candidato de otro. No pode-
les angulosos. fundida la idea de que las personas con mos, pues, expresar de antemano en quÈ
Un fotÛgrafo profesional realizÛ sen- gafas son m·s inteligentes.) medida exacta influir· la apariencia fÌsica
dos retratos de cada ìmodeloî, una foto- en el proceso de decisiÛn. Ese recono-
grafÌa con toque femenino y otra en esti- Profesionalidad femenina cimiento no empece que hayamos com-
lo masculino. De esta manera podÌan De estos resultados podrÌa deducirse, qui- probado que existe y tiene presencia
combinarse a discreciÛn los rasgos feme- z·s un poco precipitadamente, que el ma- constante. Es presumible, por fin, que el
ninos y masculinos con los retoques, tanto quillaje femenino repercute de un modo efecto de la apariencia externa no se
de orientaciÛn femenina como masculi- negativo en el ascenso profesional. Pero limite sÛlo al proceso de solicitud y selec-
na. A continuaciÛn, presentamos carpe- tal hipÛtesis sÛlo es cierta en el ·mbito ciÛn. Quiz· las mujeres femeninas pero
tas de solicitud con idÈntica calificaciÛn en que se exige un estilo autoritario. Cuan- maquilladas con elementos masculinos
en todos los casos y se las entregamos a do los participantes debÌan seleccionar gocen de mayores posibilidades.
los probandos para su valoraciÛn. candidatos para puestos que requerÌan
Igual que en los ensayos anteriores coordinaciÛn y comunicaciÛn con los
los probandos estimaban que los candi- colaboradores, optaban sin dudar por per-
datos con rasgos biolÛgicos masculinos sonas de apariencia femenina. En breve, ULRICH KÜHNEN, catedrático de psico-
mostraban mejores dotes de mando que las personas con aspecto femenino no logía en la Universidad Internacional de
los que presentaban elementos fiso- evocan, en absoluto, incompetencia; se Bremen, investiga sobre tópicos e improntas
nÛmicos femeninos. En tÈrminos gene- les atribuyen otras capacidades. culturales. SABINE SCZESNY, de la cátedra
rales, sin embargo, concedÌan a todas las Cabe la posibilidad de que nuestros de psicología social de la Universidad de
mujeres arregladas con toque masculino experimentos no reflejen con fidelidad Mannheim, trabaja en estereotipos relacio-
y a los hombres m·s dotes de mando que la pr·ctica habitual. Para analizar el difÌ- nados con el sexo.
Annette Lessmöllmann manejar ratÛn y teclado, el usuario deber· la si el tornillo encaja con el agujero. Si
conversar con Max y construir, por ejem- el tamaÒo no es correcto, Max pone ex-
Ariane Meienbrock sor puede obtener mayores ganancias profesionalmente va a la zaga del desa-
que las que fijan los Ìndices de mercado. rollo general de dichos cursos. La razÛn
D
e vez en cuando fruncen el ceÒo Describen Èstos el desarrollo de un grupo estriba en que los administradores de
los expertos de Wall Street. Lo de acciones. El Dax-30, por ejemplo, fondos retienen una reserva de dinero en
leen y no acaban de creÈrselo: recoge los precios de los papeles de las met·lico, a menudo improductiva, para
ìel depÛsito de acciones de una niÒa de treinta mayores empresas alemanas. Bajo poder reaccionar en todo momento a los
cinco aÒos supera los fondos de in- la HME subyace el supuesto de que, en movimientos del mercado. A eso se aÒa-
versiÛnî. Por no recordar la historia del la bolsa, se impondr·n los inversores den las comisiones por administraciÛn,
simio que seleccionaba los efectos de que mejor prevean el verdadero valor de que diluyen los beneficios de los fondos.
valores, y acertaba tanto como un pro- las acciones, es decir, el valor actual de Andreas Ortmann y su grupo, del
fesional, lanzando dardos contra las p·- la empresa por cada acciÛn m·s los ren- Instituto Max Planck sobre InvestigaciÛn
ginas del periÛdico dedicadas a los mo- dimientos futuros y que todavÌa no se de la FormaciÛn, radicado en BerlÌn,
vimientos de las acciones. conocen actualmente. En este sentido, pusieron en entredicho las opiniones
Los institutos financieros se caracte- con sus decisiones inversoras aproxi- admitidas sobre las decisiones finan-
rizan por la b˙squeda incesante de pro- mar·n esos Ìndices al valor genuino del cieras. De hecho tenÌan sus propia hipÛ-
cedimientos de an·lisis m·s refinados. mercado. Los inversores menos certeros tesis de partida: quiz· se pueden sacar
Para sus tÈcnicas proyectivas se fundan se retiran antes o despuÈs de este jue- beneficios superiores al promedio, pero
en la actualizaciÛn continua de los datos go de ganancias de los cursos de accio- no con el mayor n˙mero de informacio-
fundamentales de las empresas. øCare- nes, de forma que el estado del Ìndice nes posibles y de instrumentos a˙n m·s
cen de base sus mÈtodos? Es posible que, reproduce, al final, el valor real de todas refinados, sino sobre la base de reglas
de todas formas, nadie consiga en el mer- las acciones de un mercado y a la larga decisorias muy elementales.
cado de valores ganancias a largo plazo no se puede ganar m·s de la subida de
superiores al promedio. este valor. Apariencia y realidad
La hipÛtesis de mercado eficiente La HME se ve tambiÈn respaldada por Las ìheurÌsticas de lo sencilloî son la
(HME), base de muchas tomas de deci- los estudios longitudinales de varios especialidad de Ortmann y su equipo.
siones en la selecciÛn de valores de bolsa, aÒos, seg˙n los cuales el crecimiento en AllÌ, en el Max Planck, trabajan con
establece que, a la larga, ning˙n inver- valor de fondos de acciones manejados mÈtodos de la biologÌa, psicologÌa y
matem·tica para investigar las decisio-
nes humanas cuando se dispone sÛlo de
informaciones incompletas. En otro con-
texto (la elecciÛn de pareja) corrobora-
ron ya la eficacia de las reglas elemen-
tales de decisiÛn.
En el caso de las acciones, el princi-
pio m·s simple reza asÌ: compra las accio-
nes de la empresa que conoces y ap·r-
tate de todas las dem·s. El criterio de ìlo
conocidoî se halla en la misma entraÒa
del hombre desde los primeros momen-
RENDIMIENTOS (%)
50
informaciones limitadas se puede tener
éxito en la bolsa. A algunos transeúntes 40
de las zonas peatonales de Munich y 30
Chicago (“legos”) así como a estudiantes 20
THOMAS BRAUN
de ciencias económicas, mejor informados 10
en este campo (“expertos”), les
0
presentaron una lista con el ruego de LEGOS EXPERTOS LEGOS EXPERTOS
identificar las empresas que les resultaban ALEMANES ALEMANES DE EE.UU. EE.UU.
(EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS
conocidas. Posteriormente, los investi- EE.UU.) EE.UU.)
ALEMANAS) ALEMANAS)
gadores constituyeron carteras con
los nombres de referencia; en cada caso,
IDENTIFICACION DE EMPRESAS INTERNACIONALES
con acciones del país natal del grupo
entrevistado (empresas nacionales) así
60
como con acciones de empresas del otro
RENDIMIENTOS (%)
50
país (internacionales). El desarrollo del
40
valor de los depósitos en el año 1997 se
30
comparó con los índices de mercado,
con fondos de acciones administrados 20
profesionalmente así como con paquetes 10
de acciones compuestos aleatoriamente. 0
LEGOS EXPERTOS LEGOS EXPERTOS
DE EE.UU. EE.UU. ALEMANES ALEMANES
(EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS
tos de su apariciÛn. Nuestros antepasa- ALEMANAS) ALEMANAS) EE.UU.) EE.UU.)
dos preferÌan seguramente recolectar las
bayas silvestres que ya habÌan probado CARTERA ALEATORIA
antes para evitar el peligro de envene- FONDO DE ACCIONES
namiento con frutos desconocidos. INDICE DE MERCADO
Siguiendo esta tradiciÛn, el afamado ESTRATEGIA DE IDENTIFICACION
experto en inversiones Peter Lynch acon-
sejaba no colocar nunca dinero en una
empresa que no se conoce. valores elegidos por los cuatro grupos se calculÛ el Èxito comparando el de-
Los investigadores del Max Planck de personas y referidos a otro paÌs. Para sarrollo de los cursos de las acciones de
confeccionaron una lista de grandes llegar a una selecciÛn nacional, al menos las carteras con diferentes dimensiones
empresas norteamericanas y alemanas el noventa por ciento de los probandos distintivas:
que cotizan en el mercado burs·til. Les tenÌa que haber reconocido el nombre de
presentaron el elenco a 480 probandos, una empresa. Los depÛsitos ìinternacio- ï subida de valor durante el mismo perÌo-
que debÌan marcar los tÌtulos de las com- nalesî incluÌan los diez tÌtulos m·s cono- do de tiempo de los fondos de acciones
paÒÌas cuya existencia conocieran. Los cidos del paÌs en cada caso ajeno. La que habÌan invertido en un segmento del
participantes pertenecÌan a cuatro gru- ingenuidad de los legos en asuntos bur- mercado equiparable. PodÌan de ese modo
pos: dos eran reputados expertos (estu- s·tiles se reflejaba en que sus depÛsitos comparar directamente el Èxito de los le-
diantes de ciencias econÛmicas en su constaban de pocos tÌtulos de acciones gos y de los alumnos expertos con los
ciclo superior de Munich y de Chicago) y que Èstos pertenecÌan a las grandes autÈnticos profesionales en inversiones,
y otros dos legos (transe˙ntes de las empresas. AsÌ, por ejemplo, los peato- ï Ìndices usuales en los mercados corres-
zonas peatonales de ambas ciudades, nes muniqueses conocÌan sÛlo ocho pondientes,
interpelados aleatoriamente por los inves- empresas alemanas: Allianz, Bayerische ï depÛsitos de valores, compuestos, seg˙n
tigadores). Los componentes de los gru- Vereinsbank, Commerzbank, Daimler, el principio de casualidad, por valores
pos tercero y cuarto disponÌan signifi- Dresdner Bank, Lufthansa, Porsche y de las bolsas alemanas y norteameri-
cativamente de menos informaciÛn sobre Siemens. En cambio, los expertos finan- canas.
la situaciÛn del mercado de valores e cieros podÌan dar espont·neamente
identificaron la mitad de las empresas catorce nombres. La ˙ltima idea estaba inspirada en el
que los estudiantes. Los investigadores en decisiones asig- Wall Street Journal. Los periodistas del
Con las acciones seleccionadas por naron a cada depÛsito la misma suma diario financiero habÌan comparado
este sistema, Ortmann y su equipo for- virtual. A continuaciÛn, dejaron las inver- durante un largo perÌodo de tiempo el
maron ocho depÛsitos virtuales de valo- siones sin control durante seis meses. comportamiento de depÛsitos elegidos
res. Cuatro de ellos contenÌan las opcio- Dos de los cientÌficos berlineses estaban al azar con las recomendaciones de los
nes escogidas por los no especialistas y tan convencidos de su mÈtodo, que depo- expertos. Los resultados de los prime-
los expertos referidas al paÌs corres- sitaron dinero propio en las carteras de ros fueron a menudo mucho mejores.
pondiente a cada uno de ellos. En las identificaciÛn. Una vez transcurrido el Una posible conclusiÛn era que se podÌa
otras cuatro carteras se encontraban los plazo de la inversiÛn, en el Max Planck depositar m·s confianza en el mono lan-
Ariane Meienbrock ante la carta del restaurante sin saber al nativas de acciÛn y la planificaciÛn de
final quÈ escoger. Pero la operaciÛn no la cadena de actuaciones. El CPF se res-
A
lo largo del dÌa tomamos miles habÌa afectado ni a su inteligencia ni a ponsabiliza de tareas de eminente impor-
de decisiones. Empezamos su capacidad para resolver problemas. tancia: toma decisiones e impulsa su
por escoger la ropa que vamos En los tests con tareas ficticias acertaba puesta en pr·ctica. El abanico va desde
a llevar. Desde la perspectiva siempre la soluciÛn cabal. Sus proble- las cosas m·s sencillas (levantarse cada
de la investigaciÛn cerebral, sin embargo, mas aparecÌan en el quehacer real de la maÒana) hasta los procesos m·s com-
el movimiento de levantarse de la cama vida diaria. Sobre todo, LÛpez parecÌa plejos (elecciÛn de la profesiÛn o de la
constituye ya una toma de decisiÛn. Si incapaz de llevar a la pr·ctica cualquier pareja matrimonial).
vamos sumando, a lo largo de los aÒos proyecto.
se acumulan miles de decisiones que Las alteraciones de personalidad de Zona represora
tejen en ˙ltimo tÈrmino el decurso de LÛpez derivaban de la intervenciÛn. El En este marco, la regiÛn Ûrbitofrontal,
nuestra vida y definen el grado de satis- Ûrgano afectado en este caso, el cÛrtex de la que LÛpez habÌa sido privado, de-
facciÛn o insatisfacciÛn con nuestra exis- Ûrbitofrontal (COF), forma parte del cÛr- sempeÒa funciones especiales. Los afec-
tencia. tex prefrontal (CPF), nuestro centro de tados por un trastorno del COF toman,
Hay personas incapaces de tomar una coordinaciÛn de los procesos implicados por ejemplo, decisiones absurdas de
decisiÛn racional o de controlar su com- en el lenguaje, la atenciÛn y la memo- orden econÛmico y hacen proyectos sin
portamiento. Por lo com˙n han sufrido ria. En el cÛrtex prefrontal se ubican las cesar, que nunca llevan a cabo. Y es que
una lesiÛn cerebral o un accidente cere- ìfunciones ejecutivasî, es decir, se de- entre las funciones principales del COF
brovascular. A travÈs del comportamiento sarrollan aquellos procesos mediante los sano se cuenta la de reprimir los impul-
de tales personas, podemos conocer el cuales reaccionamos ante los estÌmulos sos de actuaciÛn. Algunos opinan que el
modo en que la corteza decide. del entorno de un modo acorde con la cerebro funciona como un ìmotor de
A lo largo de los aÒos, Antonio Da- situaciÛn correspondiente. En lo que aquÌ reacciÛn con frenado selectivoî. Cuando
masio, de la Universidad de Iowa, ha ido concierne, se trata de sopesar las alter- el organismo reacciona espont·neamente
formando un banco de datos de pacien-
tes con lesiones cerebrales. A uno de
ellos óllamÈmosle LÛpezó le habÌan
seccionado, en intervenciÛn quir˙rgica,
el cÛrtex Ûrbitofrontal, zona ubicada
directamente por encima de las Ûrbitas
oculares. Antes de la operaciÛn LÛpez
era un padre ejemplar y un trabajador
modelo. Tras pasar por el quirÛfano,
parecÌa otro. Llegaba tarde al trabajo y
no era capaz de organizarse. Le despi-
dieron de la empresa y sucesivamente fue
perdiendo otros empleos, cada vez menos
cualificados.
Paralelamente, empeoraron las rela-
ciones con su mujer. RompiÛ su matri-
monio y se divorciÛ tambiÈn de otro
enlace posterior. Casi todos sus proble-
mas derivaban de un origen com˙n: se
habÌa vuelto incapaz de tomar las decisio-
nes adecuadas a cada circunstancia. Lo
mismo se precipitaba irreflexivamente
ZEFA
2. REACCION EN CADENA. En el
ajedrez, como en la vida, una sola decisión
abre el camino a innumerables
posibilidades.
ZEFA
THOMAS BRAUN
CORTEX PREFRONTAL DORSOLATERAL
pilas de cien dÛlares y a partir de ahÌ vol-
zonas cerebrales participan en nuestra
vÌa a bajar la conductividad dÈrmica anti-
cipatoria frente a los montones de cincuen- toma de decisiones. Arriba, una vista
ta dÛlares. desde el exterior; abajo, un corte del
cerebro que permite ver también las
Complejidad creciente estructuras internas.
A lo largo del ensayo, algunos de los
probandos sanos no llegaron a la fase
consciente; evitaban, sin embargo, los espera, persisten excitadas las neuronas
montones muy arriesgados y exhibÌan una del CPFDL: perÌodo en que el mono ha
elevada conductividad dÈrmica antici- de mantenerse en expectaciÛn de recom-
patoria. La mitad de los pacientes Ûrbi- pensa sin ning˙n tipo de interferencia
tofrontales reconocÌa el criterio de orde- proveniente de estÌmulos del entorno. CORTEX ORBITOFRONTAL
naciÛn de cada montÛn, lo que no era Los monos con graves lesiones de lÛbu-
obst·culo para que siguieran eligiendo los frontales no pueden resolver esta tarea. CORTEX PREFRONTAL DORSOLATERAL
las pilas que contenÌan mayor riesgo y TambiÈn nos topamos con graves pro- CINGULO DE GIRO ANTERIOR
no mostraran una conductividad dÈrmica blemas en las personas con lesiones en
anticipatoria. el CPFDL. Vinod Goel, de la Universidad
AsÌ pues, este experimento revela que de Nueva York, y Jordan Grafman, del
el saber no conduce necesariamente a la norteamericano Instituto Nacional de
acciÛn. Apartir de sus resultados Damasio Salud Mental, hicieron un reconoci-
formulÛ la hipÛtesis de los marcadores miento a cierto paciente, llamÈmosle
som·ticos, seg˙n la cual el cÛrtex Ûrbi- PÈrez, cuyo comportamiento decisorio
tofrontal vincula las alternativas de acciÛn reflejaba trastornos sensibles, lo que le
a reacciones corporales (palpitaciones acarreaba una incapacidad para enfren-
cardÌacas aceleradas y sudor cut·neo). tarse ante problemas poco estructura-
Estos fenÛmenos óseg˙n se perciban dos. PÈrez habÌa sido un arquitecto de
como agradables o desagradablesó mucho Èxito hasta que, en una opera-
CORTEX ORBITOFRONTAL
influyen en la alternativa que elige la ciÛn, le seccionaron el cÛrtex prefrontal
persona. dorsolateral derecho. Tras esta inter-
Sin embargo, se requiere algo m·s que venciÛn quir˙rgica, necesitaba cada vez
la asociaciÛn con premio o castigo ante la m·s tiempo para hacer sus proyectos; Naturalmente el grado de inseguridad
toma de decisiones del tipo de la elec- adem·s, le resultaba imposible llevarlos en la decisiÛn variaba con el experimen-
ciÛn de profesiÛn. Hablamos de opcio- a la pr·ctica. Tampoco podÌa recurrir to: la inseguridad era inexistente con un
nes con proyecciÛn hacia el futuro y con para la toma de decisiones a informa- siete de oros o con un as de bastos, mien-
las que no cabe simplemente la alterna- ciones de la memoria a largo plazo, domi- tras que subÌa de grados con una sota.
tiva de verdadero o falso. Para tales casos nadas por Èl desde hacÌa mucho tiempo. En este punto la parte anterior del cÌn-
activamos, entre otros, el cÛrtex pre- HabÌa perdido la capacidad de acceder gulo se activaba tanto m·s cuanto m·s
frontal dorsolateral (CPF-DL). Esta zona a sus conocimientos, a diferencia de otros insegura era la decisiÛn, reflejada simul-
del cÛrtex prefrontal es de especial sig- pacientes con lesiones Ûrbitofrontales, t·neamente en un aumento del Ìndice de
nificado para nuestra memoria opera- en los que se da una clara disonancia excitaciÛn de la conductividad dÈrmica.
tiva: se mantiene activada siempre que entre los conocimientos a los que podrÌan En opiniÛn de Critchley, el ensayo evi-
se hallen disponibles para su procesa- recurrir y su comportamiento manifes- denciaba que la parte anterior del cÛr-
miento informaciones relevantes en las tado. tex cingular pone en comunicaciÛn dis-
tomas de decisiones. Constituye, ade- Adem·s del cÛrtex Ûrbitofrontal y del posiciones cognitivas con situaciones
m·s, un medio auxiliar para no perder prefrontal dorsolateral, hay otras regio- del sistema nervioso autÛnomo.
de vista el orden jer·rquico de los obje- nes cerebrales que intervienen en los Los resultados de estos experimentos
tivos y para mantener el equilibrio entre procesos de toma de decisiones. Se cita de Critchley permiten suponer que cum-
las diferentes opciones. el cÌngulo (cÛrtex cingular anterior, ple al CCA la misiÛn de valorar el grado
En los aÒos noventa, Patricia Goldman- CCA), una regiÛn situada por encima de inseguridad para salir de una deter-
Rakic, de la Universidad de Princeton, del cuerpo calloso, que enlaza los dos minada situaciÛn. En contra de esta tesis
emprendiÛ cierto ensayo que puso de hemisferios cerebrales y que ayuda al se manifiesta Yves von Cramon, del
manifiesto el papel del cÛrtex prefrontal reconocimiento de errores cometidos. Instituto Max Planck de Leipzig; se basa
dorsolateral. Colocaba una recompensa, en sus propias investigaciones para lan-
que escondÌa a la vista de un mono, debajo Manejarse pese a la inseguridad zar la hipÛtesis de que la valoraciÛn de
de una de dos tapaderas. A continuaciÛn, Hugo D. Critchley, del Colegio Univer- la inseguridad se procesa en la parte pos-
hacÌa bajar por unos instantes una pan- sitario de Londres, realizÛ el siguiente terior del llamado cÛrtex frontomedial.
talla entre el mono y los dispositivos del experimento: los probandos veÌan suce- La cuestiÛn sigue abierta.
experimento. Pasado ese momento de sivamente dos naipes; despuÈs del pri-
espera sin contacto visual, el mono podÌa mero tenÌan que predecir si el segundo
levantar la tapa bajo la que barruntaba el era de m·s o menos valor que el ante-
premio. Mientras tanto, se medÌa con rior. En caso de acierto, ganaban dinero; ARIANE MEIENBROCK prepara la tesis
electrodos la actividad cerebral del ani- si se equivocaban perdÌan una determi- doctoral en el Instituto Max Planck de in-
mal. Y hallÛ que, durante el tiempo de nada suma. vestigación cerebral en Frankfurt.
Hubertus Breuer Desde ha m·s de un decenio, se bus- tamente detr·s de los ojos y que desem-
can las bases biolÛgicas del crimen. Se peÒa un papel central en la adquisiciÛn
E
s un monstruo repugnante. No han estudiado las alteraciones cerebra- de aptitudes sociales y en el control de
se puede decir otra cosa de Cary les, genÈticas y metabÛlicas. De tales nuestras emociones y acciones. Hace
Stayner. Este hombre penetrÛ por investigaciones se desprende un retrato unos cuatros aÒos, Adrian Raine, de la
la fuerza en la habitaciÛn de un hotel en inquietante de los criminales violentos Universidad del sur de California, estu-
el Parque Nacional de Yosemite y estran- en serie, pues resulta evidente que una diÛ a un grupo de 41 asesinos encarce-
gulÛ a dos mujeres. ViolÛ a una tercera, gran parte de estos delincuentes se lados y a un grupo control formado por
la arrastrÛ al bosque y allÌ la degollÛ. Tres encuentra biolÛgicamente predispuesta otros tantos ciudadanos normales. AplicÛ
meses m·s tarde atacÛ de nuevo, deca- para la realizaciÛn de sus delitos. La van- la mencionada tÈcnica de la PET. El expe-
pitando en esta ocasiÛn a una cientÌfica. guardia de la neurofisiologÌa dice adiÛs rimento mostrÛ que el prosencÈfalo de
Hace poco Stayner compareciÛ ante con ello al viejo dogma sobre el cual se los criminales inveterados dejaba pasar
un tribunal de San JosÈ, en el estado de basÛ una generaciÛn completa de pro- casi sin trabas los impulsos agresivos
California. A pesar de su indiscutible gramas sociales; a saber, que el crimi- procedentes del sistema lÌmbico, donde
culpabilidad, los abogados solicitaron nal venÌa al mundo en medio de cir- surgen nuestros sentimientos e impulsos.
la libre absoluciÛn para su defendido cunstancias sociales miserables, que La conclusiÛn que parece desprenderse
alegando enajenaciÛn mental. Llamaron quedaba traumatizado en su infancia y de todo ello es que el comportamiento
al estrado como testigos a neurÛlogos y que este ambiente era el ˙nico culpable criminal puede ser causado por este tras-
psiquiatras. Como prueba presentaron de su historial delictivo. torno funcional.
placas a color obtenidas por tomografÌa Semejante perspectiva de corte bio- M·s tarde, Raine abordÛ de nuevo el
por emisiÛn de positrones (PET), pro- logicista del criminal no constituye nin- estudio de 21 delincuentes. PertenecÌan
cedimiento por el que se registran im·- g˙n hallazgo reciente. A comienzos del al grupo de lo que se ha dado en llamar
genes de la actividad cerebral. Las pla- siglo XIX, Franz Gall afirmaba recono- sociÛpatas, sujetos que se caracterizan
cas pretendÌan mostrar el funcionamiento cer en las irregularidades del cr·neo el por su irresponsabilidad, impulsividad
anÛmalo del prosencÈfalo de Stayner. instinto de reproducciÛn, el cariÒo mater- y carencia de profundidad emocional,
Seg˙n el informe de la defensa, tal alte- nal o el ardor guerrero, entre otros ras- entre otros rasgos antisociales. En los
raciÛn funcional, consecuencia de lesio- gos caracteriolÛgicos. Unas dÈcadas m·s Estados Unidos se ha diagnosticado esta
nes anteriores, le impedÌa ejercer un con- adelante, Cesare Lombroso pretendiÛ alteraciÛn en el tres por ciento de los
trol racional de sus actos. identificar a los criminales por medio de varones y en el uno por ciento de las
determinados signos de la forma del cr·- mujeres; entre los internos de estableci-
neo; asÌ, una mandÌbula inferior promi- mientos penitenciarios, la proporciÛn
nente, grandes cuencas oculares o una asciende hasta el 75 por ciento. Del an·-
frente voladiza. Bajo el rÈgimen nacio- lisis tomogr·fico se inferÌa que el pro-
nalsocialista se pervirtiÛ esta hipÛtesis sencÈfalo de los 21 criminales sociÛpa-
explicativa hasta desembocar en una tas era alrededor de un once por ciento
eugenesia infamante, razÛn por la cual menor que el de las personas-control
quedÛ proscrita en el perÌodo de pos- normales.
guerra. Sin embargo, los resultados obte-
nidos por la moderna investigaciÛn cere- El vigilante del mal
bral han llevado a muchos expertos a AmÈn de controlar las emociones, el pro-
vincular de nuevo peculiaridades ana- sencÈfalo interviene en la elaboraciÛn de
tÛmicas con la conducta criminal. nuestros sentimientos morales. Este papel
Los investigadores se fijan, sobre todo, del cÛrtex frontal como guardi·n de la
en el prosencÈfalo, un ·rea situada direc- moral se halla en relaciÛn con el apren-
dizaje del miedo al castigo, que encuen-
tra tambiÈn allÌ su sede. El ser humano
experimenta en la infancia que el com-
1. PERSONALIDAD ENFERMA. portamiento antisocial acarrea sancio-
Götz Georg encarna en la película nes. Cuando se va a romper de forma
inminente una regla importante de con-
“El asesino” al asesino más cruel
ducta, el prosencÈfalo intenta evitarlo
del siglo XX, Fritz Haarman, quien mediante la inhibiciÛn del impulso de
DEFD-MOVIES
según su propio testimonio dio actuaciÛn. Por esta razÛn, puede decirse
muerte a veinticuatro personas. que la moral no se ìsabeî tanto de forma
DEFD-MOVIES
LA PREGUNTA SOBRE EL PORQUE.
tiva. Si se desactiva esta instancia con-
Los criminales en serie no pueden
troladora, el hombre no retrocede ante
la agresiÛn, la mentira o la fuerza. controlar sus impulsos. Tras el crimen
En el caso de que el prosencÈfalo carecen de cualquier sentimiento de
resulte daÒado durante el parto por falta culpabilidad.
de oxÌgeno o de que se sufra en la tem-
prana infancia una herida en la cabeza
que afecte a esta ·rea, la conciencia no
desarrollar· una capacidad funcional frecuentemente que los otros. TambiÈn
completa. Antonio Damasio, del Hospital fueron condenados por violencia el doble
ClÌnico de Iowa, presenta un ejemplo de veces; en los tests sobre conducta
significativo. Se trata de una paciente que antisocial alcanzaron puntuaciones
tenÌa atemorizado a su entorno desde los mucho m·s altas. En contraposiciÛn, los
tres aÒos: robaba, se negaba a realizar hombres de la poblaciÛn en general por-
los deberes escolares, pese a su manifies- tadores de dicho gen pero que no habÌan
ta capacidad, discutÌa a gritos con sus sufrido malos tratos no estaban ni siquiera lenta. Estudios en los que se ha admi-
compaÒeros y con sus propios padres y en una mÌnima proporciÛn m·s inclina- nistrado a los hombres altas dosis de esta
se escapaba a menudo de casa. No mos- dos hacia el delito que los que no lo hormona lo ponen de relieve. Sin em-
traba ning˙n sentimiento de culpa. Nin- tenÌan. De donde se desprende, en expre- bargo, el ejemplo de la testosterona ilus-
g˙n castigo, ning˙n internado hizo entrar siÛn de Jon Beckwith, de la facultad de tra al mismo tiempo la debilidad de las
en razÛn a la adolescente. En opiniÛn de medicina de Harvard, ìcon quÈ peligro- estadÌsticas que sÛlo manejan n˙meros
Damasio, la razÛn de esa conducta debÌa sas consecuencias pueden las circuns- referentes a la poblaciÛn criminal; es
buscarse en el accidente de tr·fico que tancias sociales interrelacionarse con los obvio que el ser varÛn no induce a nin-
habÌa sufrido a los quince meses, que le factores hereditariosî. guna carrera criminal.
daÒÛ la corteza prefrontal. La ciencia se halla todavÌa muy lejos
Las alteraciones cerebrales sin m·s de conocer la biologÌa de la propensiÛn Lo que los jueces quieren saber
no convencen ni a los jueces ni al jurado. al delito. A lo largo de estos ˙ltimos aÒos, Los investigadores se guardan de afir-
Uno y otro quieren saber si esas carac- se ha dirigido la atenciÛn a un abanico mar que varios factores de riesgo deter-
terÌsticas biolÛgicas determinan o no las muy amplio de posibles causas: desde minen que una persona se convierta inevi-
tendencias criminales. Un grupo diri- las genÈticas hasta los maltratos infan- tablemente en un criminal. Lo que les
gido por Terry Moffitt, de la Universidad tiles continuados, pasando por lesiones preocupa de forma prioritaria es identi-
de Wisconsin, acaba de publicar un estu- cerebrales. No sÛlo el defecto metabÛ- ficar posibles causas de las tendencias
dio en el que se expone la relaciÛn entre lico del MAOA incrementa el riesgo de criminales. Ante los tribunales no bas-
el entorno y la predisposiciÛn heredita- incurrir en un delito, tambiÈn un nivel tan las estadÌsticas ni los porcentajes de
ria. Analizan la influencia del gen MAOA bajo de noradrenalina favorece la ten- frecuencia para probar la exenciÛn de res-
en humanos. Las investigaciones ante- dencia a un talante templado y flem·ti- ponsabilidad de un acusado. Un daÒo
riores con ratones habÌan mostrado que co. Esta sustancia transmisora ayuda ge- cerebral debe estar en relaciÛn directa
los animales sin este gen se trasforma- neralmente a decidir en las situaciones con un trastorno psÌquico para ser tomado
ban en seres muy agresivos. Para llevar crÌticas entre el ataque y la huida. Si el en consideraciÛn; sin esa conexiÛn, las
a cabo su trabajo, el equipo de Moffitt cerebro la produce en una cantidad tomografÌas tienen poco peso.
examinÛ a un total de 442 hombres jÛ- excesiva, se refuerza no sÛlo la intrepi- La ciencia se afana tambiÈn por con-
venes de Nueva Zelanda. Todos habÌan dez, sino tambiÈn la querencia por las trarrestar las predisposiciones heredita-
sufrido abusos corporales y psicolÛgi- situaciones peligrosas. En todo caso, no rias criminales. En este punto ve Sharon
cos en su niÒez y mostraban una fuer- basta, sin embargo, para convertir a nadie Ishikawa, de la Universidad del sur de
te tendencia a transgredir las normas so- en un criminal. Muchos hombres irre- California, el gran reto para la joven bio-
ciales. prochables a los que les gusta practicar logÌa criminal. Algunos proyectos de
Un sexto de la muestra poseÌa una deportes de riesgo, como los saltos con investigaciÛn se centran en averiguar si
variante anormal del gen MAOA. En cuerda el·stica o la escalada libre, cuen- pueden abordarse precozmente los casos
situaciones normales, compete a este gen tan con esta predisposiciÛn hereditaria de niÒos problem·ticos y la forma de
liberar los neurotransmisores serotonina desinhibidora. ayudarlos. ìLo mismo para los internos
y dopamina para su adecuado catabo- Un indicador simple e igualmente fia- en instituciones penitenciarias que para
lismo. De acuerdo con lo observado en ble del potencial delictivo de una per- los jÛvenes ingresados en los reforma-
los experimentos sobre ratones, la forma sona es el sexo. Los varones manifies- torios, el tratamiento suele llegar dema-
modificada del gen MAOA sÛlo desem- tan una disposiciÛn para la violencia siado tarde. Debemos ser capaces de
peÒa su tarea catabÛlica de forma incom- mucho mayor que las mujeres. El sexo establecer un lÌmite temporal mientras
pleta, por cuya razÛn aumenta de un ìfuerteî, seg˙n una estadÌstica del FBI el cerebro sea moldeableî, afirma Adrian
modo desmedido la concentraciÛn de del aÒo 1998, mata ocho veces m·s, Raine. Esto supone, en el plano de lo
ambas sustancias transmisoras. comete nueve veces m·s atracos a mano concreto, realizar, en los niÒos, tests
Semejante acumulaciÛn en el cerebro armada y se muestra cuatro veces m·s genÈticos precoces para investigar su
repercute en la conducta. Del grupo con- inclinado a llegar a las manos que el sexo metabolismo.
siderado de 442 hombres, los que pre- ìdÈbilî. Todo esto hay que agradecÈrselo
sentaban la forma alterada del gen MAOA a la testosterona, que hace posible que
incurrieron durante su pubertad en com- el feto se transforme en un joven, pero
portamiento rebelde casi dos veces m·s que tambiÈn fortalece la conducta vio- HUBERTUS BREUER es doctor en filosofía.
Thomas Mergner equilibrio y tambiÈn el articular (artres- merma reseÒable en la vida cotidiana de
y Georg Schweigart tÈsico), que registra la posiciÛn de cada los afectados. Con todo, se hallan suje-
uno de los miembros del cuerpo. tos a ligeras ilusiones del movimiento
F
rankfurt, estaciÛn central. Una Para comprender quÈ es lo que pasa autÛnomo, similares a la apuntada en el
vez m·s el tren se retrasa. El In- realmente en el mundo exterior, el cere- caso del tren que entraba en la estaciÛn
terCityExpress (ICE) sigue en bro debe ensamblar las informaciones de por la vÌa contigua.
la vÌa diez minutos despuÈs de los diversos sistemas sensoriales y com- En la Universidad de Freiburg estu-
la hora seÒalada para nuestra salida. De pararlas entre sÌ. A ese proceso los neu- diamos a personas con disfunciones en
manera casi instintiva dirigimos la mira- rofisiÛlogos lo denominan integraciÛn el Ûrgano del equilibrio mediante prue-
da, a travÈs de la ventanilla del comparti- multisensorial o fusiÛn de los sentidos. bas psicofÌsicas, a travÈs de las cuales
mento, hacia un tren que entra despacio Esta recurre a una serie de reglas y ardi- nos proponemos descubrir cÛmo perci-
por la vÌa contigua. Nos da la impresiÛn des muy precisos; por ejemplo, nuestro ben las personas los estÌmulos exterio-
de que somos nosotros los que nos mo- cerebro simplemente act˙a como si el sen- res y cÛmo influyen Èstos en su com-
vemos. La ilusiÛn se desvanece en cuan- tido giratorio espacial no estuviera loca- portamiento. El principio empleado es
to fijamos la mirada en el vestÌbulo de lizado en la cabeza, sino en el tronco o casi siempre el mismo: se expone a los
la estaciÛn y comprobamos que, por des- incluso en los pies. sujetos del experimento ante distintos
gracia, nuestro tren sigue inmÛvil. estÌmulos y ellos indican quÈ perciben.
Las ilusiones de esa suerte tienen su Vivir sin sentido de la posición Comparamos, pues, la orientaciÛn de
origen en una propiedad de nuestro sis- De esta sensaciÛn es responsable el apa- las personas sanas en el espacio con la
tema perceptivo: descompone los acon- rato del equilibrio o vestibular del oÌdo orientaciÛn de las que carecen del sen-
tecimientos del mundo exterior en aspec- interno. Registra todos los movimientos tido del equilibrio. Ambos grupos pres-
tos parciales, que, captados en cada caso de la cabeza, a partir de los cuales el tan particular atenciÛn, sobre todo, a su
por Ûrganos distintos de los sentidos, se cerebro reconstruye la posiciÛn absoluta entorno inmediato visible y al suelo que
procesan despuÈs por vÌas separadas. del cuerpo en el espacio: la llamada refe- pisan. Si estos puntos de referencia se
Por eso la vista sÛlo informa de cÛmo se rencia espacial vestibular. Algunas per- mueven, los pacientes privados de la
mueve, respecto al ojo, el tren que entra sonas han perdido la funciÛn del aparato funciÛn del equilibrio sienten un movi-
por la vÌa contigua, pero no del cambio del equilibrio, en la mayorÌa de los casos miento propio o autÛnomo. En cambio,
absoluto de lugar en el espacio. Si segui- por una meningitis padecida en la infan- las personas sanas sufren esta ilusiÛn
mos al tren con los ojos, puede que inter- cia o por no haber recibido la oportuna sÛlo bajo determinadas condiciones. Por
vengan giros de cabeza y del tronco. Los terapia posterior con antibiÛticos. Tal ejemplo, sÛlo si el tren que entra por la
registra preferentemente el sentido del pÈrdida, sin embargo, no comporta una vÌa contigua lo hace muy despacio, pues
THOMAS BRAUN
CANALES
el sentido del equilibrio o vestibular
SEMICIRCULARES
configura el oído interno. Se ubica en
una cavidad bien protegida dentro de
la apófisis petrosa del temporal, el
hueso más duro del cráneo. Mientras
el órgano auditivo recibe ondas sono-
ras, el órgano del equilibrio mide las
aceleraciones de la cabeza. Envía cons-
tantemente informaciones al cerebro,
CELULAS
sin que nosotros seamos conscientes, SENSORIALES
en general, de las peculiaridades de tales CILIADAS
informaciones. Sólo en casos excep- NERVIO
cionales estamos atentos a sus seña-
les, por ejemplo, cuando se producen SISTEMA DE OTOLITOS
falsas informaciones en casos de vér-
tigos rotatorios o nos exponemos a
estímulos fuertes en el escafoides. ACCION DE
El órgano del equilibrio se compone LA GRAVEDAD
de dos partes. Una aloja, con el lla-
mado sistema de otolitos, el sentido
de la gravedad. Con su ayuda podemos
indicar, incluso bajo el agua y con los
ojos cerrados, qué está arriba y qué
abajo. El sistema recoge las aceleracio-
nes que se desarrollan en línea recta. La segunda parte consta Hasta ahora la investigación del sentido del equilibrio se
de tres conductos semicirculares, perpendiculares entre sí y ha concentrado preferentemente en este mecanismo de
llenos de líquido. Miden las aceleraciones de giro en el espa- estabilización de la visión y su descripción cibernética; con
cio tridimensional, es decir, las rotaciones de la cabeza. Si varía buenos resultados, pues los modelos computacionales pue-
la velocidad de la cabeza en una de las tres dimensiones espacia- den reproducir con gran precisión dicha función. Por el
les, se mueve, a causa de la inercia y en relación con un grupo contrario, se conoce muy poco de la relevancia de los movi-
de cilios sensoriales, el líquido del correspondiente canal. Estos mientos compensatorios del cuerpo, desencadenados por
cilios se arquean y disparan las correspondientes células ner- el órgano vestibular, para mantener el equilibrio. Por lo gene-
viosas; en el cerebro se enciende la alarma “movimiento”. ral se los considera reflejos pasajeros en el período que
Los investigadores descubrieron la función del órgano del sigue al nacimiento. Después caen bajo el control de los
equilibrio, cuando destruyeron esta estructura en ranas: los centros cerebrales superiores. Pueden aparecer sólo en casos
anfibios comenzaron a dar vueltas. Al poco, se conoció una de reacciones de emergencia, por ejemplo, en las caídas. La
conexión nerviosa de este órgano, a través del tronco ence- regulación del equilibrio se efectúa luego con ayuda del
fálico, con los músculos ópticos; así pudieron explicarse órgano vestibular en interacción con otras informaciones.
algunos movimientos involuntarios de los ojos (el llamado También hasta hace poco se desconocía la función del
reflejo vestíbulo-ocular). En casos de movimientos rápidos órgano del equilibrio para la percepción de movimientos.
de la cabeza, este órgano estabiliza la dirección de los ojos En los trastornos circulatorios se la consideraba un vértigo
con un giro contrario; de ese modo mejora la agudeza visual giratorio, con los síntomas concomitantes (caídas, temor a
durante el movimiento. desaparecer, náuseas y vómitos).
ULLSTEINBILD
rige la fusión de las impresiones sensoriales en el cerebro?
Para medir directamente el flujo de información entre dos
neuronas o entre grupos de ellas, los investigadores anali-
zan los impulsos eléctricos que se intercambian. Para ello
penetran en el cerebro con microelectrodos finos, acicula-
res. Este método, que en los humanos sólo puede emplearse
en el marco de determinadas operaciones cerebrales, ayuda
a comprender qué tipo de informaciones transmiten los
órganos de los sentidos a las primeras secciones de distri-
bución del cerebro. Con todo, está todavía por aclarar qué
sucede en las complejas redes neuronales subsiguientes y
cuál es el “lenguaje” que emplean en esas comunicaciones
las células nerviosas.
Por consiguiente, sólo cabe un acceso indirecto, a través
del enfoque sistemático-analítico de la biocibernética u
otros. Aquél se propone describir los mecanismos biológi-
cos por medio de técnicas de regulación en forma de cir-
cuitos. No se interesa, pues, por los procesos en el cerebro;
los trata como una “caja negra”. Los cibernéticos sólo inves-
tigan cómo reacciona un sujeto ante cierto estímulo, por
ejemplo, con un determinado giro corporal para mantener
o restablecer una orientación en el espacio.
Por tanto, sólo se toman en cuenta las diferencias entre las
señales aferentes al cerebro y las eferentes, es decir, sus pro- Ernst Mach
piedades de transferencia. Repitiendo estas pruebas de es-
tímulo-reacción, podemos medir la precisión con que opera
el sistema “cerebro”. Se identifican, además, las reglas por Un destacado psicofísico fue el austríaco Ernst Mach (1838-
las que procesa los estímulos aferentes al modificar el es- 1916), quien estudió el papel del órgano del equilibrio en la
tímulo-prueba y los sentidos implicados, verbigracia, abriendo percepción del movimiento. Mach construyó una plata-
o cerrando los ojos. forma giratoria y observó que la sensación de giro era pro-
Esta manera de proceder funciona en principio también en porcional a la velocidad de giro y no a la aceleración de
la orientación espacial multisensorial. Pero, a causa de los giro, aunque esta última desplaza el líquido en los canales
complicados circuitos neuronales, no siempre se pueden infe- semicirculares.
rir unívocamente de la conducta las reglas que emplea el Desde un punto de vista matemático, el paso de una velo-
cerebro. Para ello se requiere tener más experiencia sobre cidad a una aceleración es una integral. Pero esta integra-
el camino interno de elaboración de las señales y sobre cada ción no es precisa; muestra un “agujero”, pues la intensidad
uno de los “pasos de cálculo”. de la señal disminuye simplemente porque el tiempo pasa.
Una vez más acude en nuestro auxilio la psicofísica. Con su Las fibras nerviosas competentes codifican con precisión
ayuda, los investigadores comprenden los pasos interme- aproximada la velocidad de giro sólo en estímulos de rota-
dios del camino que se recorre desde el estímulo hasta el ción de alta frecuencia (por encima de 0,1 hertz), pero no
comportamiento, preguntando a los participantes en las prue- en las frecuencias bajas. Los técnicos de regulación hablan en
bas por sus sensaciones. Con todo, no es fácil medir las estos casos de un filtro de paso alto, que sólo permite que
impresiones sensoriales; sólo se logra, si los sujetos han fluyan inalteradas las señales de alta frecuencia, mientras
aprendido antes a prestar una atención precisa a determi- que las de frecuencia más baja se tornan más débiles o se
nadas sensaciones. Con participantes no adiestrados las retrasan, y, por tanto, las propiedades de transferencia del
investigaciones psicofísicas resultan infructuosas. sentido del equilibrio no son especialmente buenas.
GEORG SCHWEIGART
EN EL TIOVIVO. Con esta
propio cuerpo en relaciÛn con el suelo.
plataforma rotatoria se puede girar el
AquÌ sÛlo interviene el sentido articu-
lar. Puesto que lo habitual es que el suelo tronco respecto de los pies y la cabeza
estÈ inmÛvil, basta esta segunda cadena en relación con el tronco. Los sujetos del
para percibir, en la vida cotidiana, los experimento han de indicar, a oscuras,
movimientos del propio cuerpo. Por eso cómo se mueven absoluta y relativamente
la mayorÌa de los individuos carentes de cada una de las partes del cuerpo.
sentido del equilibrio se desenvuelven
con soltura. SÛlo sobre una plataforma
mÛvil (pensemos en el autob˙s) aÒade
el cerebro, adem·s, la seÒal protectora parece que el entorno se mueve, el cere-
del Ûrgano vestibular. Nuestro Ûrgano bro aprovecha la imagen espacial vesti-
del pensamiento agrupa entonces el sen- bular; aunque m·s imprecisa, Èsta elude
tido articular y el del equilibrio y repro- las ilusiones. Con otras palabras, ambos
duce internamente el movimiento del sistemas de referencia se funden o no en
suelo. Sirve de hilo conductor de las ne- razÛn de cu·l de ellos promete la mayor
cesarias reacciones compensatorias para ganancia de informaciÛn.
no caerse. Las especiales condiciones de los labo-
AtravÈs de distintas informaciones sen- ratorios nos permiten estudiar el meca-
soriales se origina, pues, en el cerebro nismo de fusiÛn entre dos sentidos. Con
una representaciÛn interna del estÌmulo todo, en la vida cotidiana suele ser fre-
exterior; representaciÛn que dicta des- cuente que se deban compaginar muchos
puÈs la respuesta motora. Lo mismo vale m·s canales de informaciÛn. Por ejem-
para otros estÌmulos del entorno, como plo, estamos contemplando un halcÛn
la gravedad terrestre o los golpes contra que evoluciona en cÌrculos en un cielo
el cuerpo, que influyen en que nos man- despejado. Intuitivamente afirmarÌamos
tengamos erguidos. Al elaborar la repre- que percibimos sus movimientos con los
sentaciÛn interna de los estÌmulos, el cere- ojos. Pero nuestro sistema visual sÛlo
bro recurre a lo aprendido y a otros sentidos reporta dÛnde se reproduce el p·jaro en
para optimizar la imagen formada, por la retina. De manera inconsciente, sin
ejemplo, mirando a su alrededor. embargo, lo seguimos ininterrumpida- biÈn integrar, en el aparato multisenso-
El sentido de la vista resulta decisivo mente con los ojos y con la cabeza e rial de control, coches y m·quinas.
para el control del cuerpo. AsÌ se des- incluso quiz· con todo el cuerpo para que En ˙ltima instancia, resulta irrelevante
prende de otras pruebas realizadas sobre su imagen persista en el centro de la si hay una plataforma giratoria adicio-
nuestra plataforma giratoria (en este caso, retina, donde la visiÛn es m·s nÌtida. nal bajo los pies o si nuestra mano se
a plena luz). Los sujetos del experimento Mas la sensaciÛn de cu·n veloz es el alarga con otro segmento en forma de
sanos percibÌan bastante mejor los movi- vuelo del halcÛn han de suministrarla herramienta. Se conserva el principio de
mientos de su propio cuerpo, con los otros sentidos. Los sentidos de la vista, conexiÛn; la cadena de transformacio-
ojos abiertos y un entorno visual cons- del equilibrio y articular ofrecen, con- nes sensoriales sÛlo se alarga o se rami-
tante, que con una visiÛn restringida. Al juntamente, una imagen interna del fica. AsÌ pues, en la prÛxima ocasiÛn en
cerebro no le sale de balde esta compe- cuerpo y del suelo en el espacio. Sobre que nos pongamos al volante del coche
tencia; bajo determinadas circunstan- esta base, el cerebro tiene en cuenta, o clavemos una punta, habr· que fiarse
cias, pueden originarse ilusiones del luego, cÛmo giran las piernas, el tronco, de estas competencias, resultantes de la
movimiento propio, tales como las del la cabeza y los ojos al seguir al p·jaro fusiÛn sensorial. Sin esta capacidad del
tren que entra por la vÌa contigua. Cines con la vista (otra cadena de transforma- cerebro acabarÌamos pronto en la fosa o
especializados, entornos de realidades ciÛn de coordenadas que asciende de los con el pulgar destrozado.
virtuales y simuladores de coches explo- pies a la retina). Por otra parte, no somos
tan de manera explÌcita esta posibilidad: conscientes de la complejidad de este
ofrecen ilusiones motrices que hacen proceso. Con todo, sospechamos, a veces,
m·s convincentes los mundos ficticios. sus lÌmites. Por ejemplo, si queremos THOMAS MERGNER es catedrático de neu-
El sentido del equilibrio se fusiona calcular con relativa exactitud la velo- rología clínica y experimental en la Univer-
con el sentido de la vista. En principio, cidad del vuelo del ave, buscamos auto- sidad de Freiburg. GEORG SCHWEIGART,
de forma an·loga a lo que acontece con m·ticamente un punto de referencia doctor en biología, investiga en el departa-
el sentido articular. Por medio de las visual, un campanario, y observamos mento de neurología y neurofisiología de
transformaciones de coordenadas, com- cÛmo va cambiando la distancia del hal- dicho centro superior.
paramos la sensaciÛn espacial creada cÛn a esa referencia.
por el Ûrgano vestibular con el entorno Bajo estas conexiones sensoriales sub- Bibliografía complementaria
visto y, de ese modo, averiguamos si Èste yace un principio fundamental: cada M IT DEN O HREN SEHEN UND DEN B EINEN
se mueve. Si no ocurre asÌ, reemplaza- miembro constituye con su articulaciÛn HÖREN . D IE SPEKTAKULÄREN S INNE DER T IERE .
mos la imagen espacial vestibular por las un sistema propio de referencia para el D. Varju. C. H. Beck; Munich, 1998.
inmediaciones visuales, ya que nosotros miembro siguiente. Se transmite asÌ, de FUNDAMENTALS OF THE THEORY OF MOVEMENT
podemos reaccionar con m·s precisiÛn forma autom·tica, el movimiento de un P ERCEPTION . E. Mach. Kluwer/Plenum;
a informaciones Ûpticas que a las seÒa- segmento a todos los que se hallan por Nueva York, 2001. (reimpresión)
les del sentido del equilibrio. Pero si encima. Esta cualidad nos facilita tam-
Kai Vogeley y Albert Newen samientos e intenciones, esta sensaciÛn conscientes. Por ello mismo, se consi-
øP
puede desaparecer en un esquizofrÈnico, dera a la esquizofrenia una enfermedad
odemos poner en duda hon- quien considera extraÒos sus propios de la conciencia del yo. No obstante,
radamente que todos nues- pensamientos y los interpreta como tambiÈn entre los sanos se dan excepcio-
tros pensamientos nos per- ìvocesî de fuera. nes a la regla; asÌ, en los sueÒos, la hip-
tenecen? Aunque pueda Debe, pues, reputarse un logro men- nosis o la meditaciÛn.
parecer sorprendente, la respuesta es sÌ. tal singular concienciarse de que los pen- Muchos investigadores sospechan
Es verdad que, en general, estoy seguro samientos, sentimientos e incluso accio- que nuestra autoconciencia est· Ìnti-
de que soy yo quien percibe, piensa, nes son de uno. SÛlo ese acto posibilita mamente ligada a otra capacidad que es
siente y act˙a. Pero eso no significa que la ìconciencia de uno mismoî. Parece fundamental para la interacciÛn social:
sea necesariamente asÌ. Mientras una que Èsta permea instintivamente, como no sÛlo podemos conocer nuestras sen-
persona sana tendr· por propios sus pen- vivencia, todos los procesos mentales saciones, sentimientos u opiniones, sino
Construcción de sí mismo
¿Cómo abordar empíricamente actúo y planifico a partir de mis propias sensaciones, recuer-
la autoconciencia humana? dos y pensamientos.
En un primer paso, conviene descomponer el fenómeno • La unidad transtemporal puede ser interpretada como
en funciones parciales que puedan someterse a investiga- una propiedad del yo. Con ello se da a entender la “forma-
ción científica. Para detectarlas se han de desarrollar, en un ción”de un “yo”que sigue existiendo consistentemente durante
segundo paso, unos procedimientos de prueba apropiados. un tiempo algo más largo. Persisten opiniones y escalas de
La autoconstrucción, o autoconstructo, designa la suma valores; se originan de contenidos autobiográficos pasados
de todas las funciones parciales investigables. Nos ceñire- o se adecuan a ellos.
mos a tres de ellas: • La perspectividad, por el contrario, expresa que nosotros
asociamos todas las informaciones del campo de la expe-
• La autoría o la vivencia de la “yoidad” se manifiesta en los riencia y de la acción en torno al propio eje corporal; en
pronombres posesivos y en la construcción de las frases otras palabras, experimentamos el mundo exterior que nos
que utilizamos para hablar de las experiencias subjetivas: yo rodea centrado en nosotros.
UN HOMBRECILLO EN LA CABEZA.
tambiÈn las de otra persona. Si quien turas definidas. En un flanco, la ìteorÌa Los filósofos no han dejado de debatir
est· junto a mÌ llora, comparto su triste de la simulaciÛnî y, en el otro, la asÌ lla- sobre la naturaleza del “yo” a lo largo de
estado de ·nimo. Hasta los pequeÒos mada ìteorÌa de la teorÌaî. Afirma la pri- los siglos. ¿Se trata de una substancia
captan la intenciÛn de la madre que mera que la capacidad de ponerse en el espiritual, una función del cerebro o una
extiende la mano para alcanzar la caja lugar del otro consiste, fundamental-
mera ilusión?
de galletas; algunos primates (los maca- mente, en una simulaciÛn de los estados
cos, al menos) parece que poseen capa- mentales propios, que despuÈs se pro-
cidades similares de ìleer el pensa- yectan en el prÛjimo. La ìteorÌa de la teo-
mientoî. rÌaî, por el contrario, sostiene que el ser øEn quÈ medida puede contribuir la
humano desarrolla, en el curso de su investigaciÛn del cerebro al esclareci-
Saber o simular vida, un saber independiente que le pone miento de tales cuestiones? Si nos ate-
En el debate sobre teorÌa de la mente, la en situaciÛn de valorar, al margen de su nemos a la concepciÛn dualista de la tra-
manera en que podemos ponernos en la propia perspectiva, los pensamientos y diciÛn filosÛfica, dirÌase que poco. Atenor
situaciÛn de otros, se enfrentan dos pos- sentimientos de los otros. de la misma, el ìyoî difiere, en su esen-
¿Hay un yo?
René Descartes, filósofo, matemático, físico y fisiólogo (1596- la teoría asociativa del yo de Hume, según la cual no existe
1650) trató de mostrar con su “cogito” que existe un yo. ningún yo en sentido estricto. Bien es verdad que utiliza-
Hace estas reflexiones (algo simplificadas): mos la palabra “yo”, pero con ella no designamos ningún
objeto estable, sino sólo una gavilla de actos de percepción
1. Yo pienso. desligados entre sí que, como resultado de una convención,
2. Si pienso, existe el soporte que sustenta este pensamiento. se pueden atribuir a un mismo soporte. Ludwig Wittgenstein
3. Yo soy idéntico al soporte de este pensamiento. (1889-1951; abajo derecha) sostuvo en sus últimos escritos
4. Yo existo. la posición de que no existe un yo, porque en frases como
“yo tengo dolores” el “yo” no designa nada, sino que expresa
En el paso siguiente Descartes ( abajo a la izquierda ) trató tan sólo un sentimiento semejante al que expresa “¡Aja!”.
de mostrar que el yo (el portador del pensamiento) es una Descartes no ofreció ninguna prueba de que el yo, como
substancia espiritual, esencialmente distinta de la substan- portador de los fenómenos mentales, ha de ser distinto del
cia corpórea. David Hume (1711-1776; abajo centro ) rechazó cuerpo humano. Se consideran insuficientes los argumentos
la segunda reflexión. Su afirmación fundamental es que los de Wittgenstein, que deberían mostrar que la expresión “yo”
actos de percepción no necesitan ningún soporte o porta- no designa nada. Una alternativa moderna consiste en equi-
dor; existen en sí mismos e independientes. Así se entiende parar el yo como soporte de Descartes con el cuerpo humano.
FOTOS: ULSTEINBILD
DPA
La segunda expone la tesis de la causalidad mental. Se apoya
en el principio básico de la psicología cotidiana de las accio-
nes humanas: muchas acciones tienen su causa en nuestros nemos la causalidad clausa (enunciado 3), entonces no puede
deseos y convicciones. Entro en la cafetería porque tengo darse una causalidad mental (contra el enunciado 2). Ahora
sed y sé que allí puedo pedir una bebida. bien, si los fenómenos mentales pueden causar conductas
Por último, la tercera es la tesis del fisicalismo metodoló- (enunciado 2) dentro de una causalidad cerrada de los fenó-
gico. Un fenómeno físico sólo puede ser causado por un menos físicos (enunciado 3), entonces los fenómenos men-
fenómeno físico. Es el marco en que opera la investigación tales han de ser, en última instancia, fenómenos físicos (con-
científica. tra el enunciado 1). Esta es la tesis reduccionista que los
El dilema reside en que, si dos de estos enunciados son ver- autores defienden. Se basa en el rechazo del dualismo (enun-
daderos, entonces el tercero es falso. Pues, si los fenóme- ciado 1). Para nosotros, los fenómenos mentales pueden
nos mentales no son físicos (enunciado 1) no pueden cau- considerarse procesos cerebrales; bajo determinadas con-
sar ninguna conducta (enunciado 2) sin violar la cláusula diciones, podrán estudiarse con métodos físicos. Diversas
de exclusividad o cierre (enunciado 3). Si los fenómenos teorías naturalistas son filosóficamente compatibles con
mentales no son fenómenos físicos (enunciado 1) y mante- estas condiciones marginales.
nos en teorÌa, la autoconciencia como un el tomÛgrafo de espÌn nuclear. AllÌ ins- modo, porque se cree atrapado por el
todo. Bas·ndonos en el modelo del yo, talados, les proyect·bamos en una pan- policÌa.î Esta historia requiere del sujeto
elaboramos una especie de cat·logo talla breves relatos. DisponÌan de 25 se- la capacidad de ponerse en el lugar del
b·sico de capacidades parciales inves- gundos para leerlos. DespuÈs, debÌan ladrÛn. A ese enfoque se le denomina
tigables y de sus caracterÌsticas, el ìauto- contestar para sus adentros y en silen- ìteorÌa de la capacidad de la menteî (T).
constructoî. cio a una pregunta. Entre los textos ofre- Por el contrario, la perspectiva del yo (I)
cidos, se contaba Èste: no se ve interpelada ni por el texto, ni
¿Por qué actúa así el ladrón? Un ladrÛn, que acaba de robar en por la pregunta; se trata de una condi-
Nos concentramos en hacer accesible una tienda, sale huyendo. Mientras ciÛn (T+/Iñ).
experimentalmente una de las capacida- corre hacia su casa, un policÌa ve A otros probandos les presentamos
des parciales aludidas, la experiencia de cÛmo se le cae un guante. Ignora relatos en los que tambiÈn aparecen los
la perspectiva, y diseÒamos dos prue- que el hombre es un ladrÛn y sÛlo sujetos que participan en el experimento.
bas. Esta capacidad parcial de la auto- quiere decirle que ha perdido un Un ladrÛn que acaba de robar en
conciencia halla su expresiÛn en la ob- guante. Pero cuando el policÌa le una tienda, se da a la fuga. Ha
servaciÛn siguiente: referimos todas las grita ì°detÈngase! °espere!î, el robado su comercio, pero usted no
informaciones recibidas del entorno ladrÛn se da la vuelta y se entrega. lo puede detener. Sale corriendo.
hacia nosotros mismos. Vemos, oÌmos, Levanta los brazos y admite que ha Un policÌa, que observa al ladrÛn,
sentimos y actuamos desde la perspec- robado la tienda. Pregunta: øPor piensa que corre para alcanzar el
tiva del yo y nos experimentamos como quÈ act˙a asÌ el ladrÛn? autob˙s que est· a punto de llegar
centro del mundo. a la parada. No sabe que es un
En nuestro ensayo nos servimos de la Teoría de la lectura ladrÛn que acaba de robar su tienda.
tomografÌa de resonancia magnÈtica fun- del pensamiento Usted a˙n tiene la oportunidad de
cional. Con ella se puede seguir con pre- El sujeto del experimento sÛlo puede hablar con el policÌa antes de que
cisiÛn espacial milimÈtrica la actividad dar sentido al comportamiento del la- el ladrÛn pueda subir al autob˙s.
cerebral de los sujetos sometidos a drÛn si comprende lo que pasa por la Pregunta: øquÈ le cuenta usted al
prueba. Deben Èstos yacer tranquilos en mente de Èste. ìEl ladrÛn act˙a de ese policÌa?
DELANTE
contestarla correctamente, los sujetos
debían valorar, en algunas narracio-
nes, los pensamientos de una de las
personas que aparecían, es decir, adop-
tar la perspectiva de una tercera per-
sona (teoría de la capacidad de la
DESDE FUERA mente, T+). Las imágenes obtenidas
con la tomografía de resonancia mag-
nética funcional ( a ) mostraron un in-
cremento de la actividad cerebral en
el córtex prefrontal medio (en el lóbulo
frontal) y en el córtex temporopolar
DETRAS
DESDE FUERA
KAI VOGELEY
situaciones se disparen en el cerebro los distinguir en su vida su propia acciÛn de tan dispares en la comparaciÛn entre la
mismÌsimos procesos. la observaciÛn de la misma acciÛn. perspectiva del yo y la perspectiva del
Contra la exclusividad de la teorÌa de otro, como nosotros pudimos mostrar.
Observar no es actuar la simulaciÛn tienen algo que decir nues- Parece m·s cercana a la realidad una
Al fin y al cabo es obvio que se da una tros datos. Si toda adopciÛn de la pers- combinaciÛn de la ìteorÌa de la teorÌaî
diferencia. En el primer caso, el animal pectiva de otra persona (como reclama y de la ìteorÌa de la simulaciÛnî.
se mueve; en el segundo, se limita a ob- la teorÌa de las tareas de la mente) cons- En el ·mbito de la teorÌa de la mente,
servar el movimiento. El cerebro debe tituyera una mera simulaciÛn de los pro- los componentes de la teorÌa de la teo-
distinguir de forma fiable entre ambas pios estados mentales, entonces no debe- rÌa podrÌa anclarse preferentemente en
situaciones; si no fuera asÌ, no podrÌa rÌan presentarse activaciones cerebrales el cÛrtex prefrontal medio; en cambio,
DESDE FUERA
IZQUIERDA DERECHA
en el marco de la conciencia del yo serÌa ninguna condiciÛn previa absolutamente embargo, el mundo desde una perspec-
caracterÌstica una actividad alta en las inamovible de todo pensamiento. Por lo tiva del yo. La necesitamos para actuar
·reas centrales del cÛrtex y en la zona general, siempre experimentamos, sin conforme a nuestros planes y deseos.
de transiciÛn temporoparietal. Pero habÌa
una parte de la actividad neuronal, en el
cÛrtex prefrontal medio, que se hallaba KAI VOGELEY, neurólogo y filósofo, trabaja en la clínica psiquiátrica de la Universidad de
asociada a ambas perspectivas. En con- Bonn y en el Instituto Jülich de Investigación Médica. ALBERT NEWEN, miembro del semi-
secuencia, los datos respaldan la opi- nario filosófico de la Universidad de Bonn, se halla adscrito al Colegio Científico Hanseático
niÛn de que, para ponernos en la pers- de Delmenhorst.
pectiva del otro, incluimos en parte la
nuestra propia. Bibliografía complementaria
Con ello hemos avanzado en el estu- SUBJEKT UND SELBSTMODELL. T. Metzinger. Schöningh; Paderborn, 1993.
dio de la autoconciencia. Pudimos fijar
“REPRÄSENTATION UND IDENTITÄT”. K.Vogelei, en Erfahrung und Denken, vol. 77, Duncker und
en el cerebro un correlato especÌfico de
Humblot GmbH; Berlín, 1995.
la perspectiva del yo como logro parcial
de la autoconciencia. Hemos mostrado, ANALITISCHE EINFÜHRUNG IN DIE PHILOSOPHIE DES GEISTES.A. Beckermann. De Gruyter; Berlín,
adem·s, que ambas óla perspectiva del 1999.
yo y la capacidad de ponerse en el lugar SELBST UND GEHIRN. MENSCHLICHES SELBSTBEWUSSTSEIN UND SEINE NEUROBIOLOGISCHEN GRUND-
de otras personasóse encuentran liga- LAGEN . Dirigido por A. Newen, K. Vogeley; 2. a edición. Mentis; Paderborn, 2000.
das a funciones cerebrales distintas, aun-
GRUNDPROBLEME DER PHILLOSOPHIE DES GEISTES. M. Pauen. Fischer Taschenbuch; Frankfurt
que solapadas. No sÛlo alteraciones pato-
am Main, 2001.
lÛgicas del yo, sino tambiÈn fenÛmenos
como la hipnosis y la meditaciÛn reci- FÜHLEN, DENKEN, HANDELN. G. Roth. Suhrkamp; Frankfurt am Main, 2001.
ben asÌ nueva luz: en estas condiciones, SEELE, DENKEN, BEWUSSTSEIN. ZUR GESCHICHTE DER PHILOSOPHIE DES GEISTES. Dirigido por
las personas se salen de su perspectiva U. Meixner, A. Newen. De Gruyter Studienbuch; Berlín, 2003.
del yo. La autoconciencia no representa
Ulrich Kühnen de forma diferente. Con todo, muchos teamericanos y japoneses: ante ellos pre-
cientÌficos siguen suponiendo que los sentaron en un ordenador un mundo sub-
H
akuin Ekaku no se lo pone f·- procesos b·sicos mentales son univer- marino animado que parecÌa real. En pri-
cil a sus discÌpulos. El maes- sales, es decir, que tienen un desarrollo mer plano, unos peces grandes nadaban
tro japonÈs de zen le pregunta idÈntico en todos los humanos. de un lado para otro; en el fondo, se
a uno de sus pupilos: ìDime, movÌan otros pequeÒos; aquÌ y all· habÌa
øcÛmo suena el aplauso de una sola Dudas en la metáfora piedras y crecÌan plantas acu·ticas.
mano?î. El joven monje piensa y medita. del ordenador Al cabo de un rato desaparecÌa la ima-
No encuentra respuesta. Pero ello no le Se recurre a menudo a la met·fora del gen de la pantalla. Los sujetos habÌan de
sorprende a Hakuin. Quien busca la ins- ordenador para explicar la mente. En describir lo que habÌan visto. Los esta-
piraciÛn sÛlo puede ver la soluciÛn, si dicha comparaciÛn, el cerebro se ase- dounidenses, al principio, se referÌan
deja de reflexionar sobre el tema. øDes- meja al hardware electrÛnico. Los pro- casi exclusivamente a los peces grandes
concertante? En China forma parte de la cesos mentales corresponden al software del primer plano y sÛlo m·s tarde se ocu-
tradiciÛn espiritual el trato con las con- y los contenidos, sobre los que refle- paban del resto de los detalles. Los japo-
tradicciones. Hace ya m·s de mil aÒos xionamos, a la entrada de datos en el sis- neses, por el contrario, describÌan desde
que los discÌpulos del zen le daban vuel- tema. Este hardware y software óasÌ el comienzo tambiÈn caracterÌsticas del
tas a enigmas paradÛjicos, los llama- reza el argumentoó habrÌan surgido a fondo de la escena, a saber, las especies
dos koan. lo largo de millones de aÒos de evolu- de las plantas o la forma de las piedras.
Quien se interese por las religiones y ciÛn; el desestimable breve lapso de En general, todos los participantes habla-
sabidurÌas lejanas harÌa bien en ocuparse tiempo en que se han desarrollado las ron con una frecuencia similar de los
de las improntas culturales. Otro tanto diferentes culturas, apenas si habrÌa peces, pero los japoneses agregaron, casi
deberÌan hacer los polÌticos, cientÌficos podido producir cambios nimios en los
y hombres de negocio que busquen la coo- procesos mentales. No obstante, la cul-
peraciÛn internacional. Al fin y al cabo, tura determinarÌa la entrada de datos; en CUADRADO ORIGINAL
importa distinguir diferencias, cultural- consecuencia, la aplicaciÛn de procesos
mente fundadas, en la forma de pensar mentales universales idÈnticos llevarÌa
del interlocutor; sÛlo asÌ se puede enten- a una salida de informaciÛn, a un pro-
der por quÈ un polÌtico coreano toma una ducto, distinto. Por tanto, las acciones y
decisiÛn, que nos resulta de entrada in- juicios acuÒados culturalmente no se
comprensible, o por quÈ cientÌficos del deberÌan a procesos mentales distintos,
otro lado de la Tierra no extraen nece- sino a contenidos mentales diferentes.
sariamente las mismas conclusiones de Sin embargo, las investigaciones m·s
informaciones idÈnticas. recientes permiten dudar de esta versiÛn
Durante mucho tiempo, la psicologÌa de la met·fora del ordenador; prueban
cultural comparada ocupÛ un lugar mar- que incluso los procesos mentales b·si-
ginal. Probablemente se debÌa a que al- cos portan el sello de la cultura. Hace un
gunos investigadores negaban el influjo par de aÒos, el grupo dirigido por Takahi-
de la cultura en los procesos fundamen- ko Masuda y Richard Nisbett, de la Uni-
tales del pensamiento y lo siguen hacien- versidad de Michigan, publicÛ uno de los
do en nuestros dÌas. Por supuesto, nadie trabajos m·s reveladores e interesantes. SOLUCION DEL SOLUCION DEL
niega que personas de ·mbitos cultura- Acometieron el ensayo siguiente, en que EJERCICIO RELATIVO EJERCICIO ABSOLUTO
les distintos pueden juzgar los asuntos los participantes se dividÌan entre nor-
KOBIN YUKAWA
marginales.
Con unos ejercicios suplementarios
de memoria, los investigadores demos-
traron que cada uno de los dos grupos
culturales habÌa grabado la escena de
manera diferente. DespuÈs de la anima-
ciÛn, les mostraron varias im·genes fijas
de la escena, en las que siempre aparecÌa
un pez grande (vÈase figura 3). A veces
era exactamente igual al de la animaciÛn
original, pero otras diferÌan pez y fondo;
en algunas, por fin, se repetÌa el fondo
original, pero cambiaba el pez.
Los sujetos del test debÌan indicar si el
pez mostrado se hallaba en la escena ori-
ginal. Si el pez aparecÌa en un entorno dife-
rente, los estadounidenses decidÌan con
mucha mayor seguridad que los japone-
ses si era idÈntico al del film. Por el con-
trario, los japoneses respondÌan bastante
mejor cuando fondo y pez se conforma-
ban con la presentaciÛn original. Parece
como si los asi·ticos hubieran captado y 2. CLARIDAD EN LA NIEBLA. Desde una perspectiva asiática, se reconoce la verdad
procesado ìholÌsticamenteî los peces justo en la contradicción.
grandes en su contexto. Por eso depen-
dÌa de los respectivos fondos la precisiÛn
con que se acordaran. Los estadouniden- mento. EmpleÛ un material simple y casi ignorar el contexto, razÛn por la cual
ses, en cambio, se habÌan concentrado en neutro en punto a significado. Los suje- podÌan grabar mejor la longitud absoluta.
los ìpeces gordosî y los reconocÌan siem- tos comienzan por contemplar, durante Cuando mi equipo, junto con Shinobu
pre con el mismo acierto, independien- breves segundos, un cuadrado, en el que Kitayama, repitiÛ la prueba con alema-
temente del entorno en que aparecieran. se ha trazado una perpendicular des- nes y japoneses, hallÛ las mismas dife-
cendente desde el centro del lado supe- rencias entre ìesteî y ìoesteî.
Concepción total rior: la asÌ llamada tarea de la recta encua- Parece, pues, que las personas de cul-
CabÌa la posibilidad de que una escena drada. Se apaga despuÈs la imagen y tura asi·tica difieren de las occidentales
subacu·tica provocara, en principio, emo- aparece un cuadrado vacÌo de otro tama- en el centro de su atenciÛn, cuando miran
ciones distintas seg˙n dÛnde hubiera cre- Òo. A continuaciÛn, los sujetos del expe- im·genes. La causa de la percepciÛn
cido el observador y quÈ alcance tuvieran rimento han de trazar una recta, guar- occidental, orientada al objeto, se halla
en su cultura, por ejemplo, los acuarios. dando la misma proporciÛn de distancia presumiblemente en la milenaria tradi-
Por tanto, el contenido significativo del de la recta a los lados que tenÌa en el ori- ciÛn filosÛfica de la Grecia cl·sica. El
material de la prueba podrÌa influir en ginal. Puede que el lector haya barrunta- modo de pensar reduccionista y la for-
el resultado del estudio. Para dirimirlo, do quiÈn tiene ventaja en esta prueba; en mulaciÛn de regularidades causales llevÛ
Shinobu Kitayama, de la Universidad de efecto, el grupo japonÈs obtuvo mejores a los modelos de la mec·nica, de la astro-
Kyoto, acometiÛ hace poco otro experi- resultados que el estadounidense. DirÌa- nomÌa y de la geometrÌa axiom·tica, al
se que los asi·ticos procesaban, ya en tiempo que surgÌa, en cierto modo como
la contemplaciÛn de la imagen original, proyecto opuesto, la tradiciÛn oriental
todos los componentes en sus relaciones holista y, desde una Ûptica cientÌfica, no
reciprocas. menos eficaz.
7 Pero los estadounidenses no tardaron Pero no sÛlo la percepciÛn est· bajo
en conseguir el empate. Cuando Kitaya- la influencia de nuestras tradiciones men-
DESVIACION DE LA LONGITUD
CORRECTA (EN MILIMETROS)
6
ma les indicÛ que dibujaran la lÌnea con tales, sino tambiÈn ciertos procesos cog-
CULTURAL LOOK AT NEW LOOK. S. KITAYAMA, S. DUFFY, T. KAWAMURA
DE: PERCEIVING AN OBJECT AND ITS CONTEXT IN DIFERENT CULTURES: A
5 la misma longitud que tenÌa en el origi- nitivos m·s complejos como la extrac-
nal en los nuevos cuadrados (fueran Èstos ciÛn de conclusiones y ponderaciones.
4 mayores o menores), el equipo norte- AsÌ, a partir del comportamiento de un
Y J. T. LARSEN, en Psychological Science vol. 14, pág. 201; 2003
0
1. UNA VERDAD ABSOLUTA PUEDE SER UNA FALSEDAD RELATIVA. En el ejercicio
JAPONESES ESTADOUNIDENSES de la recta encuadrada los sujetos del experimento deben retener la longitud absoluta
o la relativa de una línea y dibujarla después de memoria en otro cuadrado de
EJERCICIO RELATIVO
dimensiones distintas (izquierda). Los japoneses alcanzan un mayor rendimiento
EJERCICIO ABSOLUTO
en el ejercicio “relativo”; los estadounidenses, en el “absoluto” (derecha).
EN LOS CHINOS
6 6
bastante en su valoración, si sólo se les
CONVICCION
A
5 5 presentaba uno de ellos. Pero si se trataba
B de evaluar ambos resultados a la vez (A y
4 4 B), llegaban a veredictos muy distintos.
B
3 3
RESULTADO A O B RESULTADO A Y B RESULTADO A O B RESULTADO A Y B
que se trata sÛlo de una met·fora, es decir,
una comparaciÛn, y, posiblemente como
ces ambos juntos pesan m·s y, por Los investigadores solicitaron des- todas las comparaciones, no se aguanta
tanto, deberÌan caer m·s r·pido que puÈs a los chinos y a los estadouniden- en todos los ·mbitos.
cada uno por separado. Pero, si el ses que indicaran si les parecÌan con- Por otra parte, las diferencias obser-
ligero encima del pesado cae m·s vincentes estos resultados. Si a cada vadas en las operaciones fundamentales
lentamente, deberÌa frenar la caÌda sujeto se le entregaba sÛlo uno de los dos del pensamiento, es decir, en el software,
del conjunto, de manera que ambos resultados ficticios, apenas si diferÌan no entran en contradicciÛn con las con-
objetos atados deberÌan caer al las opiniones de cada grupo; ambos gru- sideraciones pertinentes a la evoluciÛn
suelo m·s lentamente que el pesado pos mostraban mayor confianza en el biolÛgica. Nuestro cerebro es producto
solo. Puesto que estas dos conclu- resultado del estudio A. Pero el com- de millones de aÒos de evoluciÛn; com-
siones son contradictorias, ha de ser portamiento cambiaba si cada sujeto parado con ese arco, el lapso temporal
falso el supuesto de AristÛteles. debÌa valorar a la vez las dos exposi- del desarrollo de las culturas actuales
ciones, a primera vista paradÛjicas. resulta insignificante. De ello no debe-
Para la segunda serie, los investiga- Los estadounidenses llevaron al ex- mos extraer la idea de que la forma de
dores se valieron de un argumento dia- tremo su opiniÛn: el resultado de la inves- operar del cerebro humano venga absolu-
lÈctico: tigaciÛn ficticia que habÌan tenido por tamente determinada por la genÈtica.
Si uno se imagina un objeto m·s evidente en la valoraciÛn aislada lo Numerosas investigaciones demues-
pesado y otro ligero volando, en un consideraban ahora a˙n m·s convincente, tran su ìplasticidadî. Gracias a la misma,
caso, en una atmÛsfera tranquila y, ante el contrarresultado menos plausi- las funciones de algunas zonas que se han
en otro, en medio de un temporal, ble. Los chinos reaccionaron de forma visto impedidas por culpa de una lesiÛn
øquÈ determina la velocidad de la muy distinta: bien es verdad que ahora pueden ser desempeÒadas por otras ·reas.
caÌda? Por supuesto, el contexto examinaban los resultados con otros ojos; Incluso el ìhardware cerebralî puede
(aire tranquilo o tormenta) y no el pero, al parecer, descubrieron una ver- cambiar. El cerebro reacciona con flexi-
peso de los objetos. Puesto que estos dad entre los dos resultados contradic- bilidad ante los estÌmulos del entorno.
influjos del contexto siempre se dan torios, pues pensaban que ambos ofre- M·s a˙n: est· realmente orientado a la in-
(m·s o menos intensos y potentes), cÌan la misma plausibilidad. fluencia de la experiencia. El cerebro,
el supuesto fundamental de AristÛ- En conjunto, estos estudios constituyen que, en buena medida, se desarrolla fuera
teles no puede ser sino falso. una prueba inequÌvoca de que la cultura del claustro materno, se muestra muy sen-
influye profundamente en nuestra forma sible a los influjos externos, culturales
de pensar. Afecta a la mera percepciÛn asÌ incluidos. Hay quien habla de un ìcere-
Ni carne ni pescado como a fijar las causas de los fenÛmenos bro culturalî, que permanecerÌa flexible,
A los estadounidenses les pareciÛ mucho observados, a la deducciÛn o a la construc- hasta cierto grado, durante toda la vida.
m·s plausible la argumentaciÛn lÛgico- ciÛn y valoraciÛn de argumentaciones. øSe Quiz·s, alg˙n dÌa, lleguemos a com-
formal de Galileo que la versiÛn holista, puede dar por refutada la met·fora del or- prender el enigm·tico koan del zen:
esbozada por los propios Peng y Nisbett. denador, seg˙n la cual todos los humanos øcÛmo suena el aplauso de una sola
Al equipo chino, por el contrario, les poseemos el mismo hardware y software? mano? Seg˙n la sabidurÌa china, cada uno
pareciÛ m·s convincente la argumenta- øTiene un cerebro japonÈs un aspecto algo ha de encontrar su propia respuesta. A
ciÛn dialÈctica. distinto que el de un europeo? lo mejor, habr· que ver las cosas ìa la
Otro trabajo ilustra de quÈ diferente manera asi·ticaî.
manera los asi·ticos se desenvuelven El cerebro cultural
con las contradicciones. En este estudio, Por ahora, sacar esta conclusiÛn serÌa ir
Peng y Nisbett se inventaron dos re- demasiado lejos. Parece m·s prudente ULRICH KÜHNEN es profesor de psicolo-
sultados, a primera vista contradicto- admitir que los miembros de las culturas gía en la Universidad Internacional de Bremen.
rios, de un mismo planteamiento cientÌ- occidentales y orientales pueden pensar
fico. Se dio informaciÛn de un trabajo analÌtica y holÌsticamente, si bien espon- Bibliografía complementaria
A, en el que se mostraba que las perso- t·neamente lo hagan con una frecuencia CULTURE AND SYSTEMS OF THOUGHT. R. E.
nas que alcanzaban una edad avanzada distinta. Pero no se puede sostener la Nisbett, K. Peng, I. Choiy A. Norenzayan,
habÌan preferido comer, a lo largo de nÌtida separaciÛn entre contenidos (deter- en Psychological Review, vol. 108, pág. 291;
toda su vida, pescado o aves. De otro tra- minados por la entrada de informaciÛn) 2001.
bajo B, por el contrario, resultaba que y procedimientos mentales óque serÌan THE GEOGRAPHY OF THOUGHT. R. E. Nisbett.
era muy sano renunciar del todo al con- los mismos para todosó, como sugiere Nicholas Brealey Publ. Ltd.; Londres, 2003.
sumo de carne o de pescado. la met·fora del ordenador. No olvidemos
Bas Kast realidad por quÈ me viene esta risa incon- de conocer los motivos. Freud lo veÌa de
tenible y adem·s tan repentinaî. Alicia otra manera: siempre hacemos conjetu-
E
l cirujano, sus ayudantes y el encuentra siempre una razÛn adecuada ras, incluso sobre nuestros propios actos.
equipo auxiliar rodea la mesa para explicarse lo que percibe en ese Pero hay m·s. En relaciÛn con nuestro
de operaciones y se inclinan momento y de cuyo sentido est· plena- comportamiento recurrimos sÛlo a las
para inspeccionar la cabeza de mente convencida. explicaciones que nos convienen. El neu-
una muchacha de diecisÈis aÒos, cuyo cr·- TambiÈn nosotros creemos saber la rÛlogo vienÈs les daba el nombre de
neo est· abierto. Empieza el reconoci- razÛn exacta de nuestros actos diarios. racionalizaciones.
miento. El neurocirujano manda corrien- Nos imaginamos que para ello basta sÛlo Y parece que Freud andaba en lo cierto.
tes al cerebro de la joven a travÈs de con echar una mirada a nuestra psique. La neurologÌa ha reforzado su hipÛtesis,
cables elÈctricos. La paciente se halla en Pero, øno podrÌa ser que nos equivoc·- Llaman la atenciÛn, en particular, los
un estado de plena consciencia. La ado- semos igual que la muchacha del ejem- descubrimientos obtenidos en pacientes
lescente, llamÈmosla Alicia Prado, plo? Ya Sigmund Freud albergaba esta con cerebro escindido. Nos referimos a
padece epilepsia y los mÈdicos buscan sospecha al proponer que los motivos de enfermos epilÈpticos a los que se les ha
el ìfoco epilÈpticoî, una min˙scula zona nuestro comportamiento arrancan del separado el cuerpo calloso, que pone en
donde arranca la tormenta neurolÛgica subconsciente. En su opiniÛn, al yo cons- conexiÛn los dos hemisferios cerebrales.
cerebral. De pronto sucede algo extraÒo. ciente se le escapan las verdaderas razo- Se trata de una intervenciÛn muy dr·s-
Cuando los mÈdicos estimulan determi- nes de ese comportamiento. Dicho sin tica, a la que se recurre sÛlo en casos
nados puntos de la regiÛn anterior del rodeos: nosotros no sabemos por quÈ extremos.
hemisferio cerebral izquierdo, Alicia hacemos esto o aquello. Igual que nos
comienza a reÌr. preguntamos por este o aquel compor- Escisión de los hemisferios
A la pregunta de por quÈ se rÌe, res- tamiento de los dem·s, en el caso pro- En los casos en que no se puede atajar
ponde: ìPorque me parecÈis muy raros, pio nos tenemos que conformar tambiÈn la patologÌa con f·rmacos, los neurociru-
con esos gorros verdes, alrededor de mi con meras interpretaciones. janos se aprestan a extirpar el foco ori-
camaî. En otro momento, los cirujanos Pero existe una diferencia, aunque ginario de la epilepsia. Cuando esto no
estimulan el cerebro de la chica mien- mÌnima, muy sutil. Al intentar explicar- se consigue, se considera la posibilidad
tras Èsta contempla la figura de un caba- nos el comportamiento de nuestro prÛ- de separar los dos hemisferios cerebra-
llo. TambiÈn el animal le resulta diver- jimo somos conscientes de que sÛlo elu- les. De esta manera la tormenta epilÈp-
tido. Nunca hay, sin embargo, una cubramos; en nuestro caso propio, por tica se limita a uno de los hemisferios;
respuesta del tenor siguiente: ìNo sÈ en contra, estamos absolutamente seguros al presentarse un episodio, el otro he-
I
nmÛvil y, en apariencia, adormilada Para averiguarlo, Wolfgang Wiggers
yace la salamandra de lengua pro- y Gerhard Roth, del Instituto de Inves-
tr·ctil en el terrario. Pero apenas tigaciÛn Cerebral de la Universidad de
entra un grillo en su interior, °zas! Visto Bremen, dispusieron el ensayo siguien-
y no visto. SÛlo de los movimientos mas- te: colocaron salamandras ante el mo-
ticatorios del anfibio podemos inferir nitor de un ordenador, por donde iban
quÈ ha ocurrido. apareciendo rect·ngulos negros mÛviles
Las grabaciones realizadas con una y otros estÌmulos sencillos; al propio
c·mara de alta velocidad nos permiten tiempo, con electrodos muy sensibles
contemplar un mecanismo fascinante de Wiggers y Roth registraban las reaccio-
depredaciÛn. El anfibio lanza su larga nes de las neuronas del tectum opticum,
lengua en milÈsimas de segundo, ìdis- la regiÛn del cerebro de la salamandra
parandoî de forma precisa e infalible responsable de la visiÛn.
sobre la presa. Pero, øcÛmo percibe el øA quÈ resultado llegaron? Cuando
min˙sculo cerebro de la salamandra, de en cualquier lugar del campo de visiÛn 2. UNA DETRAS DE OTRA. En el
escasos milÌmetros de tamaÒo, el lugar de la salamandra aparece un estÌmulo modelo de codificación local mediante
y direcciÛn de movimiento de una presa, óuna presa, por ejemploó se activa múltiples campos receptores (véanse los
sÛlo una parte de las cÈlulas nerviosas círculos en la figura) sólo una neurona se
del tectum opticum. Cada cÈlula est· excita en cada momento. Los campos de
1. EN EL CONO DEL FARO. Tan pronto
especializada en una secciÛn del espa-
cio en cuestiÛn: su campo receptor (vÈase las neuronas activas se han marcado en
como un objeto —en este caso una color oscuro.
la figura 1). Si el estÌmulo se encuentra
mosca— aparece en el campo receptor de fuera del mismo, la neurona muestra una
una neurona cortical de la salamandra, la actividad nula o muy dÈbil. A medida que
célula reacciona con una serie de el estÌmulo se va acercando hacia la zona taba sÛlo uno de dos estados posibles:
potenciales de acción. Pero ignora los de receptividad, la cÈlula dispara una activo o inactivo.
objetos situados en la zona exterior al serie de impulsos elÈctricos ópoten- Partimos de la soluciÛn intuitiva m·s
campo receptor.
ciales de acciÛnó e indica con ello la inmediata; a saber: una ubicaciÛn exacta
entrada de un objeto en su ·rea de res- requiere muchos campos receptores que
ponsabilidad. Dicho de otro modo, tra- cubran cada uno un sector muy pequeÒo
CAMPO RECEPTOR DE duce esa informaciÛn en un cÛdigo neu- del campo de visiÛn. En ese marco, un
UNA NEURONA
ronal de seÒales elÈctricas. presumible blanco que se moviera ante
øEn virtud de quÈ mecanismo pueden la salamandra excitarÌa la neurona o gru-
las cÈlulas nerviosas del tectum opticum p˙sculo de neuronas correspondiente,
percibir la posiciÛn del objeto en el campo seÒalando asÌ dÛnde se hallarÌa la presa
visual con tamaÒa precisiÛn? Abordamos en dicho instante. En el argot tÈcnico ese
esa cuestiÛn en el Instituto de NeurofÌsica principio se denomina codificaciÛn local
TeÛrica de Bremen. Desarrollamos con (vÈase la figura 2).
THOMAS BRAUN
URSULA DICKE
¿DONDE ESTA EL GRILLO? Una
salamandra de lengua protráctil
(Hydromantes genei) espera su cena.
E
l aprendizaje y la memoria indu- tividad espaciotemporal de los circuitos a las ideas innatas de Descartes, los empi-
cen alteraciones duraderas en el neuronales, establecidos sobre sinapsis, ristas brit·nicos, Thomas Hobbes, John
comportamiento, nacidas de la basadas en interacciones moleculares, Locke y cuantos les siguieron, afirma-
experiencia. Ambos procesos se carac- Junto a un aprendizaje innato, pensemos ban que el hombre venÌa al mundo tan-
terizan, asÌ, por retener la informaciÛn en la impronta o en la aversiÛn a cuanto quam tabula rasa; la informaciÛn llegaba
adquirida, su representaciÛn interna. De displace al gusto, encontramos otro en a la mente a travÈs de percepciones sen-
uno y otro pilar de la conducta de los se- que los estÌmulos determinantes modi- sibles simples, que, asociadas por con-
res dotados de sistema nervioso se ocu- fican las representaciones internas. Lo tig¸idad, creaban entidades mentales
pan con claridad y hondura Principles mismo que en la memoria, la informa- complejas. Luego, en virtud de la ley de
of Learning and Memory, un avanzado ciÛn retenida ser· motora, sensorial, emo- frecuencia, las repeticiones de empare-
estado de la cuestiÛn, y Memory from A cional o cognitiva. Se parte siempre de jamientos contiguos determinaban la
to Z, que, pese, al tÌtulo no es un vocabu- asociaciones; la m·s sencilla, la contig¸i- intensidad de su asociaciÛn. La tesis fi-
lario al uso, sino un compendio de ensa- dad en tiempo y espacio. siolÛgica de la contig¸idad se introdujo
yos ordenados alfabÈticamente sobre los La ley de la contig¸idad, piedra angu- en los albores del siglo XX con los traba-
conceptos cardinales. Leyendo esos vol˙- lar de la mayorÌa de las teorÌas sobre el jos de Ivan Pavlov sobre el reflejo con-
menes se aprecia cu·n lejos queda el aprendizaje, la memoria y el conoci- dicionado, que servÌa de herramienta