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Nº 6/2004

6,5€

• Jean Martin Charcot

• Corteza visual primaria

• Personalidad múltiple

• Arte en la enfermedad de Alzheimer

• Percepción e interacción sensorial

• Pensar a la manera asiática

Origen
00006

del dolor
1er trimestre 2004

9 771695 088703
SUMARIO Enero de 2004
Nº 6

WOLFRAM SCHOLL / ALLOVER / F 1ONLINE


Origen
del dolor
20 El origen del dolor
Burkhart Bromm
Da igual que la espalda se desgarre, la cabeza martillee o se pinche la pantorrilla;
el dolor nace siempre en el cerebro. El dolor es algo más que una mera experiencia
somática. Al tiempo que despierta sensaciones, sucumbe a la fuerza controladora
de la mente.

28 Migrañas
Hartmut Göbel y Axel Heinze
Determinadas mutaciones pueden llevar a una inflamación dolorosa de las meninges.

10 Estructura y organización 42 Detección


de la corteza visual primaria de feromonas
Facundo Valverde Didier Trotier y Kjell Døving
La corteza visual primaria es el resultado Mediante su órgano vomeronasal,
de un lento proceso evolutivo que ha los mamíferos analizan las sustancias
dado lugar a una de las estructuras más biológicas emitidas por sus congéneres.
elaboradas dentro de la corteza cerebral. La activación de este órgano provoca en
ocasiones unas reacciones fisiológicas que
favorecen la reproducción. En la especie
30 Personalidad múltiple humana, el órgano vomeronasal no
Ursula Gast cumple ninguna función.
En situaciones comprometidas,
las personas ejecutan un plan de urgencia.
Sin embargo, algunas pierden el control 70 Percepción e interacción
del mecanismo de autodefensa.
sensorial
Thomas Mergner y Georg Schweigart
34 Arte en la enfermedad El ser humano descifra su genoma
de Alzheimer y conquista el universo, pero todavía no
Konrad y Ulrike Maurer ha comprendido realmente por qué puede
Carolus Horn: sus ilustraciones abren una andar erguido. Depende de la armonía
senda poco habitual hacia la vida interior de los sentidos el que seamos capaces
de una persona afectada. de controlar nuestros movimientos.
INGRAM PINN
76 ¿Qué es pensar?
Kai Vogeley y Albert Newen
Cuanto más se profundiza en los
secretos de la conciencia tanto más se
tambalea nuestra autognosis. ¿Cómo
sabemos de verdad que pensamos
nuestros propios pensamientos y no tal
vez los pensamientos de otros?

84 Pensar a la manera asiática


Ulrich Kühnen
Durante mucho tiempo, los psicólogos
partieron de la base de que los procesos
fundamentales del pensamiento eran
iguales en todos los humanos. Pero
nuestro trasfondo cultural no sólo
determina qué pensamos, sino también
cómo lo pensamos.

89 Razón y conjetura
Bas Kast
Creemos conocer siempre los motivos de nuestras acciones. La verdad es otra.
Inventamos justificaciones más o menos plausibles y acordes con cada circunstancia
para explicar un comportamiento.

SECCIONES
ENCEFALOSCOPIO MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD

5
Timidez en la amígdala. Síndrome de Rett. Reinicia-
ción. A igual trabajo, igual salario. Llorar. Parkinson.
La regla de la orientación.
54 Prosopagnosia. El éxito de la mujer varonil. Max.
Intuición e inversión en bolsa. Neurología de la
decisión. En el cerebro del criminal.

RETROSPECTIVA SYLLABUS

7 Jean Martin Charcot


(1825-1893)
Del estudio anatomoclínico de la histeria
92 Ir por separado, codificar unidos
A menudo, las neuronas procesan, agrupadas,
los estímulos.
al planteamiento de su psicogenia.

LIBROS
ENTREVISTA
94 Aprendizaje

50
Theo Knicker: “Todos sentimos la tentación y memoria
de cultivar exclusivamente nuestra pequeña
y acotada parcela de responsabilidad”
Hay muchas metáforas para lo mismo: dominar los ENSAYO FILOSÓFICO
bajos instintos, superarse a sí mismo, ayudar a los
demás... Pero, ¿cómo me puedo motivar a mí mismo
y a otros de manera óptima? 96 La res cogitans
en Descartes
DIRECTOR GENERAL COLABORADORES DE ESTE NUMERO
JosÈ M.™ Valderas Gallardo ASESORAMIENTO Y TRADUCCI”N:
DIRECTORA FINANCIERA
IGNACIO NAVASCU…S: El origen del dolor y Arte en la enfermedad de
Pilar Bronchal Garfella
Alzheimer; J UAN A CORDAGOICOECHEA : MigraÒas, Prosopagnosia,
EDICIONES PercepciÛn e interacciÛn sensorial, øQuÈ es pensar? y Pensar a la ma-
Juan Pedro Campos GÛmez nera asi·tica; ANGEL GONZ¡LEZ DE PABLO: Personalidad m˙ltiple y En
Laia Torres Casas el cerebro del criminal; JOS… CHAB¡S: DetecciÛn de feromonas; JUAN
AYUSO: Entrevista, El Èxito de la mujer varonil, IntuiciÛn e inversiÛn en
PRODUCCI”N
bolsa, NeurologÌa de la decisiÛn y RazÛn y conjetura; ALEX SANTATALA:
M.a Cruz Iglesias CapÛn Max y Syllabus.
Bernat Peso Infante
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ENCEFALOSCOPIO

Timidez en la amígdala desconocidos habían sido, en su infancia, unos niños retraí-


dos; extrovertidos, los que apenas modificaban el estado de
esa estructura cerebral. Los niños inhibidos huían de la com-
P ara descubrir la huella cerebral de la timidez, Carl Schwartz
y su equipo, del Hospital de Charlestown, en el estado de
Massachusetts, idearon el experimento siguiente. Mostraron
pañía de otros niños y recelaban de actividades novedosas
de introducirse en lugares ignotos. Los extrovertidos, por el
a los voluntarios fotografías de rostros desconocidos y de otros contrario, les atraía la novedad más allá de toda prudencia.
que les resultaran familiares, mientras observaban la reac- Por eso, concluyen los investigadores, los niños tímidos mues-
ción del cerebro. ¿Qué han hallado? Los individuos cuyo com- tran, andando el tiempo, un complejo amigdalino hiperactivo
plejo amigdalino reaccionaba intensamente ante los rostros ante lo desconocido e, hipoactivo, los niños desinhibidos.

Síndrome de Rett
U na de las principales causas de retraso mental femenino,
el síndrome de Rett se numera entre las enfermedades
neurodegenerativas de origen genético; se origina en una
mutación de una proteína codificada por un gen del cromoso-
ma X. Los síntomas aparecen entre el primer y el segundo año
de vida; toman la forma de un retardo del desarrollo psicomo-
tor, con un desinterés creciente por el entorno y el juego. A
esos indicios se suman los primeros movimientos estereoti-
pados de las manos, en razón de los cuales se conoce tam-
bién este síndrome por “enfermedad de las manos lavadas”.
Se progresa en su conocimiento molecular. De acuerdo con
los resultados obtenidos recientemente por investigadores del
Hospital Pediátrico de Boston y el Instituto Whitehead de
Investigaciones Biomédicas, empezamos a saber que la muta-
ción responsable impediría que la proteína desarrollara su
función propia; a saber: reprimir la actividad de un gen que,
sin ese freno, se torna sumamente activo.

Reiniciación neurona intensifica o relaja su sentibilidad ante los estímulos


procedentes de la célula con la que se encuentra en contacto.
Tal “plasticidad homeostática”, de cuya posibilidad se venía
A la metáfora del computador, tan socorrida cuan limitada
en los estudios cerebrales, le ha salido un imprevisto ava-
lador. Lo mismo que el bloqueo del ordenador nos obliga a
hablando hace tiempo, resulta decisiva para que el cerebro
se adapte a los cambios continuos del entorno. El aumento
pulsar el reiniciador (“reset”), la hiperactividad de la neurona persistente de la actividad a lo largo de una vía nerviosa deter-
se toma un respiro para volver a empezar. El interruptor en minada podría agotar la capacidad de respuesta de una célula
cuestión lo han descubierto neurobiólogos de la Universidad y bloquear el circuito. En ese mecanismo se hallarían impli-
de Durham; constituye un mecanismo en virtud del cual la cados los receptores sinápticos del neurotransmisor NMDA.

Mente y cerebro 06/2004 5


A igual trabajo, igual salario
D urante la evolución de la cooperación pudiera resultar decisivo para
los individuos comparar sus propios trabajo y retribución con los de
otros. Podrían darse reacciones negativas cuando se violan las expecta-
tivas. Una teoría propone que la aversión a la desigualdad explica la coo-
peración humana dentro de los límites del modelo de elección racional y
pudiera ser más inclusiva que las explicaciones anteriores. Aunque existe
una variación cultural sustancial en sus pormenores, este sentido del jue-
go limpio es probablemente un universal humano, que se ha demostrado
predomina en una amplia variedad de circunstancias. Sin embargo, no
somos los únicos animales cooperadores, y, por tanto, la aversión a la
desigualdad podría no ser exclusiva del hombre. Muchas especies no huma-
nas que son altamente cooperativas parecen guiarse por un conjunto de
expectativas en torno al resultado de la cooperación y la división de los
recursos. Sarah P. Brosnan y Frans B. M. De Waal, del Centro Yerkes de
Investigaciones Primatológicas, han demostrado que un primate no
humano, el mono capuchino pardo (Cebus apella), responde negativa-
mente a la distribución desigual de las recompensas. Los monos recha-
zaban participar en el ensayo si observaban que su compañero recibía
una recompensa más atractiva por la misma tarea, un efecto que se inten-
sificaba notablemente si tal recompensa mejor correspondía a quien no
había hecho ningún esfuerzo.

Mono capuchino pardo

Llorar cepto para que diera cobijo a todos los mamíferos. Pero creen
muchos que eso es llevar las cosas demasiado lejos. Incluso

¿S ólo lloran los humanos? Al menos son los únicos pri-


mates que sepamos derraman lágrimas. Pero si exten-
entre los primates, y en aras de la precisión, prefieren susti-
tuir el término llanto por una aproximación más ajustada; así,
demos la definición de llanto a los gritos de aflicción, enton- un primate joven que ha perdido el contacto con su madre no
ces hay que incluir a los primates. Puesto que las emociones lloraría, sino que produciría “una llamada de separación”, lo
muestran profundas raíces cerebrales, podría ampliarse el con- que, en comportamiento animal, no constituye ningún truismo.

Parkinson
L a enfermedad de Parkinson, que afecta a millones de personas en todo el mundo
y va asociada a pérdida de neuronas con dopamina, se caracteriza por tras-
tornos progresivos de la motricidad. Los movimientos se tornan cada vez más len-
tos y limitados. La parálisis amenaza al final del trayecto. Para remediarlo se venía
aplicando un estímulo continuo en el núcleo subtalámico, que produce resultados
espectaculares en las formas más graves de la enfermedad, como una decidida
atenuación de la aquinesia y rigidez La estimulación profunda se extendió luego al
tratamiento de las distonías generalizadas; hoy se encuentra en fase de experi-
mentación para los trastornos obsesivo-compulsivos. Hasta ahora, sin embargo,
se desconocía el mecanismo de acción. Unos creían que la estimulación reducía
las neuronas al silencio; otros, que las activaba. Dos investigaciones, sin embargo,
acaban de arrojar luz sobre el proceso: se trata de un efecto combinado. Las neu-
ronas, primero, se silencian; luego, se reactivan según nuevas modalidades.

Neurona con dopamina y sus receptores

La regla de la orientación menstrual, las mujeres tardan una vez y media más que los
varones en salir de un laberinto representado en la pantalla

S egún parece bastante establecido, entre las diferencias


vinculadas al sexo, los hombres poseen un sentido de
la orientación más desarrollado que las mujeres. David
de un ordenador. Ese lapso se dobla cuando se encuentran
en período preovulatorio. La concentración de estrógenos en
el cerebro es entonces muy superior. Pero se desconoce el
Widman, de la Universidad de Juniata en Pennsylvania, ha mecanismo en virtud del cual esas moléculas influyen en la
mostrado que se trata de una cuestión hormonal. En período orientación.

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RETROSPECTIVA
Jean Martin Charcot
(1825-1893)
Del estudio anatomoclínico de la histeria
al planteamiento de su psicogenia

José María López Piñero taux y en 1862 volviÛ a la SalpÍtriËre co- que hubo en el mundo. A sus lecciones,
mo director de uno de sus servicios, que sobre todo a las que daba los martes por

N
acido en ParÌs, Charcot sintiÛ convirtiÛ en el primero de neurologÌa clÌ- la maÒana (las cÈlebres LeÁons du mardi),
inclinaciÛn a la medicina desde nica moderna: introdujo el uso sistem·- no sÛlo asistÌan numerosos mÈdicos fran-
la adolescencia, aunque tambiÈn tico de la termometrÌa, la oftalmoscopia ceses y extranjeros, sino muchas perso-
tenÌa gran aficiÛn por la pintura, para la y el electrodiagnÛstico, montÛ un labo- nas ajenas a la medicina, entre ellas,
que estaba muy dotado. DecidiÛ final- ratorio histopatolÛgico, un gabinete fo- celebridades de las letras, la ciencia o la
mente ser mÈdico, llegando a interne des togr·fico, una secciÛn de oftalmologÌa polÌtica.
hÙpitaux en 1848. Durante nueve aÒos y, por ˙ltimo, tres aÒos antes de su muerte,
trabajÛ en el servicio del Hospital de la un laboratorio de psicopatologÌa. El estudio anatomoclínico
SalpÍtriËre dirigido por Pierre F. O. Ra- Paralelamente creciÛ su prestigio como de las enfermedades nerviosas
yer, el gran estudioso de las enfermeda- profesor, hasta ser una de las ìglorias ofi- orgánicas y de la histeria
des renales que asociÛ la lÌnea m·s exi- cialesî de la medicina y, en general, de Charcot fue autor de una amplÌsima obra,
gente del mÈtodo anatomoclÌnico con la la cultura francesa. En 1872 fue nom- a la que hay que aÒadir la gran cantidad
investigaciÛn microscÛpica y quÌmica. brado profesor de anatomÌa patolÛgica de publicaciones de sus colaboradores
Doctorado en 1853 con una tesis sobre de la facultad de medicina de ParÌs y y discÌpulos. El primer perÌodo de su ac-
la artritis deformante, obtuvo tres aÒos diez aÒos despuÈs fue creada para Èl la tividad cientÌfica estuvo principalmente
m·s tarde el tÌtulo de mÈdecin des hÙpi- primera c·tedra de neurologÌa clÌnica dedicado a las enfermedades geri·tricas
y crÛnicas, temas sobre los que realizÛ
aportaciones que hubieran bastado para
1. FASES TRISTE Y ALEGRE en el período de las “actitudes pasionales” del “gran ataque
asegurarle un notable puesto en la me-
dicina de la Època. Sin embargo, la par-
histérico”. Aguafuerte de Paul Richer (1881).

Mente y cerebro 06/2004 7


te de su obra m·s importante desde to-
dos los puntos de vista fue la relativa a
2. CONTRACTURA HISTERICA.
Ilustración de Nouvelle Iconographie de la
las enfermedades del sistema nervioso.
Aunque incorporÛ, como hemos dicho, Salpêtrière (1891).
las nuevas tÈcnicas de laboratorio, su
mÈtodo continuÛ bas·ndose en los su-
puestos anatomoclÌnicos. Se trataba, en y la clÌnica. DescribiÛ y localizÛ los tras-
primer tÈrmino, de describir cuadros clÌ- tornos resultantes de las lesiones de los
nicos tÌpicos y regulares, invariables en centros motores de la corteza cerebral.
cualquier circunstancia, por estar some- Redujo el temblor a un sÌntoma, distin-
tidos a condicionamientos org·nicos guiendo el propio de la par·lisis agitante
constantes. En segundo lugar, habÌa que del ìintencionalî que aparece en la escle-
explicar los fenÛmenos de tales cuadros rosis m˙ltiple. Hizo un completo estu-
clÌnicos por medio de las lesiones ana- dio de esta ˙ltima afecciÛn, asÌ como de
tÛmicas localizadas que les servÌan de la esclerosis lateral amiotrÛfica, que di-
base. Los lazos de uniÛn entre la clÌnica ferenciÛ de la atrofia muscular progre-
y los datos lesionales eran, por supuesto, siva, la poliomielitis y la tabes dorsal.
los signos anatomopatolÛgicos, hechos PrestÛ particular atenciÛn a la iconogra-
objetivos que el mÈdico podÌa recoger fÌa neurolÛgica, mediante fotografÌas y
en el cuerpo del paciente como seÒales dibujos aparecidos en sus obras y en las
ciertas de las alteraciones morfolÛgicas series Iconographie photographique
subyacentes y como fundamento firme (1877-1880) y Nouvelle Iconographie
de la regularidad y car·cter tÌpico del cua- de la SalpÍtriËre (1888-1891). Se preocu-
dro descrito. pÛ incluso de recoger la correspondiente
En el terreno de las enfermedades org·- a la historia del arte en dos libros y varios
nicas del sistema nervioso, los resulta- artÌculos en colaboraciÛn con su discÌ-
dos que obtuvo con este mÈtodo consti- pulo Paul Richer, que era un gran di-
tuyen un capÌtulo cl·sico de la patologÌa bujante.

Por el contrario, las caracterÌsticas de


la histeria parecÌan desafiar todos sus
principios metodolÛgicos. El enfrenta-
miento de la mentalidad anatomoclÌnica
con las neurosis habÌa sido hasta enton-
ces un rotundo fracaso. Sobre todo la his-
teria, la grande nÈvrose, no habÌa podido
ser reducida a un cuadro clÌnico tÌpico y
regular. Se presentaba con una fenome-
nologÌa proteiforme, irreductible a leyes
org·nicas e indiferenciable de algunos
padecimientos neurolÛgicos y tambiÈn de
meras simulaciones. HabÌan fracasado,
adem·s, todos los intentos de encontrar
una lesiÛn anatÛmica localizada que le
sirviera de base. Resulta lÛgico que Char-
cot se propusiera acabar con una situa-
ciÛn tan poco satisfactoria. Sus impor-
tantes hallazgos le animaban a ello y asÌ
lo exigÌa su propio servicio hospitala-
rio, en el que se reunÌan histÈricos y en-
fermos neurolÛgicos, muchos de ellos
epilÈpticos. Por consiguiente, durante un
cuarto de siglo (1868-1893), Charcot y
sus discÌpulos aplicaron estrictamente
los postulados del mÈtodo anatomoclÌ-
nico al estudio de la histeria. Con la fina-
lidad de caracterizar sus cuadros clÌni-
cos, reunieron un amplio n˙mero de

3. ESTUDIO DE UNA ENDEMONIADA


según un cuadro de Rubens. Litografía de
J. M. Charcot y P. Richer, Les démoniaques
dans l’art (1887).

8 Mente y cerebro 06/2004


signos (trastornos de la sensibilidad, con- tico; 2o, el estado let·rgico; y 3o el estado
tracturas, ìestigmasî, etc.), que utilizaron sonamb˙lico. Puede tambiÈn provocarse
para describir la ìhisteroepilepsiaî como sucesivamente en el curso de una sola
su manifestaciÛn convulsiva m·s de- observaciÛn de un mismo paciente, en
sarrollada y las fases del ìgran ataque his- Ûrdenes distintos seg˙n el deseo del
tÈricoî (prÛdromos, ìepileptoideî, ìcon- observadorî.
torsiones y los grandes movimientosî, Conviene destacar que, durante esta
ìactitudes pasionalesî y perÌodo terminal etapa, Charcot y sus discÌpulos se refi-
con delirios y alucinaciones). Aceptaron rieron a la sugestiÛn como un sÌntoma
la inexistencia de lesiones anatÛmicas m·s del hipnotismo, que se presentaba
visibles, pero intentaron salvar el crite- en las fases sonamb˙lica y catalÈptica,
rio localicista y morfolÛgico, recurriendo mientras que era ìpr·cticamente im-
al postulado de una ìlesiÛn din·micaî de posibleî en la let·rgica. La sugestiÛn no
car·cter fugaz, como razÛn de la seme- desempeÒaba funciÛn alguna en los ìmo-
janza de los sÌntomas de la histeria con dos de producciÛnî de la hipnosis. La
los fenÛmenos neurolÛgicos org·nicos acciÛn de las luces vivas, los ruidos, la
(ìneuromimesisî). fijaciÛn de la mirada, los pases, etc. podÌa
ser explicada como un mecanismo reflejo.
El hipnotismo, modelo para Para esta interpretaciÛn planteaba gran-
el análisis de las “neurosis des dificultades la sugestiÛn verbal, pre-
espontáneas” cisamente el mÈtodo que Hippolite-Marie
En el curso de sus estudios en torno a la Bernheim situÛ en primer plano al criti-
histeria, Charcot se interesÛ por el hip- car las doctrinas de Charcot sobre la his-
notismo, que llegÛ a calificar de ìmina teria y el hipnotismo, principalmente en
preciosa que han de aprovechar tanto el sus libros De la suggestion et ses appli-
fisiÛlogo y el psicÛlogo como el mÈdicoî. cations ‡ la thÈrapeutique (1886) e
Sin embargo, los resultados que esperaba Hypnotisme, suggestion, psychothÈra-
obtener no eran de car·cter terapÈutico. pie (1891).
TitulÛ su primer trabajo sobre el tema
Catalepsie et somnambulisme hystÈri- El enfrentamiento de Charcot 4. SUGESTION HIPNOTICA.
ques provoquÈs (1878) porque lo consi- con la crítica de Bernheim Aguafuerte de Paul Richer (1881).
deraba una ìneurosis provocadaî que y la noción de psicogenia
podÌa servir de modelo para el an·lisis Desde 1885 Charcot se vio obligado a
de las ìneurosis espont·neasî. plantearse la importancia que podÌa tener
Aplicando el mismo mÈtodo que a la la sugestiÛn en su teorÌa sobre la ìneu- par·lisis, tal como dijo su discÌpulo Freud
histeria, recogiÛ ìsignos objetivosî en rosis hipnÛticaî. El punto de partida fue a partir de 1893: ìCharcot ha sido el pri-
los hipnotizados con las tÈcnicas de una digresiÛn acerca de este tema en una mero en enseÒarnos que para la explica-
exploraciÛn neurolÛgica habituales en de sus lecciones sobre las ìpar·lisis his- ciÛn de las neurosis histÈrica es preciso
la SalpÍtriËre. En 1881 publicÛ, en cola- terotraum·ticasî, afecciones que luego recurrir a la psicologÌaî. Sin embargo, no
boraciÛn con Richer, una extensa mono- situÛ en primer plano, como puede se- hay que olvidar que sus explicaciones
grafÌa en la que presentÛ como signo guirse a travÈs del tercer volumen de sus psicogÈnicas corresponden a una ìpsico-
caracterÌstico de la ìletargia histÈrica LeÁons sur les maladies du systËme ner- logÌa sin sujetoî, seg˙n la cual las ìideasî
provocada o hipnotismoî la hiperexci- veux (1887). IntentÛ analizar la patoge- act˙an sobre el organismo a travÈs de un
tabilidad neuromuscular resultante de nia, provoc·ndolas artificialmente en mecanismo determinista. Por ello, no de-
un mecanismo reflejo alterado a partir sujetos hipnotizados. Lo primero que be extraÒar que siguiera creyendo que
de una modificaciÛn localizada del sis- hizo fue reproducir ìexperimentalmenteî las ìpar·lisis psÌquicasî se producen de
tema nervioso central, cuya vÌa centrÌpe- el cuadro clÌnico de dos casos de ìmono- acuerdo con las leyes fisiolÛgicas de la
ta eran los nervios sensitivos cut·neos. plejÌa braquial traum·ticaî en una pacien- neurologÌa org·nica, es decir, seg˙n la
Con la finalidad de describir ìcuadros te histÈrica hipnotizada. No consideraba distribuciÛn y conexiÛn de los respecti-
tÌpicos y regularesî, sometidos a leyes que la correspondencia se limitase a la vos aparatos de inervaciÛn. Cuando Freud
determinadas, que superasen el desor- fenomenologÌa clÌnica, sino que lo que criticÛ precisamente este ˙ltimo punto
den aparente de los fenÛmenos hipnÛti- precisamente le interesaba es que ìla ócomo tambiÈn Bernheim de forma sÛ-
cos, comenzÛ estudiando sus formas m·s semejanza entre los dos grupos de casos lo inicialó, poniendo de relieve que las
claras y desarrolladas (grand hypnotis- que comparamos se completa... bajo la par·lisis psÌquicas no seguÌan tal dis-
me), obtenidas en histÈricas graves: ìEl relaciÛn patogÈnicaî. Ambos grupos eran tribuciÛn real sino la imagen que el pro-
hipnotismo considerado en su tipo de ìpar·lisis psÌquicasî, par·lisis ìdepen- pio enfermo tenÌa de la misma, se plan-
perfecto desarrollo, tal como se presenta dientes de una ideaî, lo que le condujo teÛ ìla introducciÛn del sujetoî en la
frecuentemente en mujeres histeroepi- a reconsiderar el mecanismo mediante patologÌa. Para llevarla a cabo fue ne-
lÈpticas ódijo en una comunicaciÛn a el cual puede actuar una idea sugerida cesario recurrir a una ìpsicologÌa con
la Academia de Ciencias de ParÌs en un sujeto hipnotizado. Dicho meca- sujetoî, distinta del limitado asocia-
(1882)ó, comprende varios estados ner- nismo, conforme a su mÈtodo, servirÌa cionismo utilizado por Charcot, labor
viosos, cada uno de los cuales se distin- para aclarar el correspondiente a las par·- que realizaron, entre otros, Pierre Janet
gue por una sintomatologÌa peculiar. lisis histÈricas traum·ticas. Dio un paso y el propio Freud, partiendo de modo in-
Seg˙n mis observaciones, estos estados decisivo al plantearse explÌcitamente la mediato de la obra del maestro de la
nerviosos son tres: 1o, el estado catalÈp- aclaraciÛn patogÈnica de este tipo de SalpÍtriËre.

Mente y cerebro 06/2004 9


Estructura
y organización
de la corteza
visual primaria
La corteza visual primaria es el resultado de un lento proceso evolutivo
que ha dado lugar a una de las estructuras más elaboradas dentro de la corteza cerebral.
Alcanza en los primates su mayor complejidad

Facundo Valverde tado de un lento proceso evolutivo hacia integran cada capa presentan caracte-
una complejidad creciente. La organi- rÌsticas estructurales que se repiten en

T
odos los sentidos poseen una zaciÛn intrÌnseca de la corteza visual pri- todas las ·reas corticales de todos los
representaciÛn en la corteza maria (corteza estriada, ·rea 17 de Brod- mamÌferos.
cerebral. La representaciÛn se- mann o ·rea V1) alcanza, probablemente Sin embargo, como adelantara Rafael
r· m·s o menos extensa de en primates, su mayor complejidad. Lorente de NÛ, cada regiÛn cortical pre-
acuerdo con ciertas especializaciones La vÌa visual primaria est· formada por senta rasgos estructurales diferentes, lo
adquiridas a lo largo de la evoluciÛn. axones de cÈlulas ganglionares de la que hace imposible la descripciÛn de un
Desde el sentido del olfato hasta el de la retina que conectan con neuronas espe- patrÛn ˙nico, so pena de incurrir en una
vista, cada modalidad sensorial tiene cÌficas del n˙cleo geniculado lateral, simplificaciÛn extrema. Adem·s, cada
asignado su propio territorio cortical. cuyas neuronas se proyectan directa- capa cortical posee su propia indivi-
Estas zonas, llamadas ·reas corticales mente a la corteza visual primaria. Esta dualidad, otorgada por las distintas varie-
de recepciÛn primaria, mantienen una vÌa retino-genÌculo-cortical se halla, al dades celulares y por sus conexiones, lo
localizaciÛn bastante constante en todos parecer, modulada para extraer y codi- que no obsta para que se halle en Ìntima
los mamÌferos. ficar informaciÛn visual relativa a la relaciÛn con los componentes de las otras
Adem·s de las ·reas sensoriales pri- forma, movimiento, color y contraste. Al capas en un conjunto armÛnico. En el
marias, la corteza cerebral posee m˙l- ser responsable de la percepciÛn cons- marco de esa idea de interrelaciÛn armÛ-
tiples ·reas secundarias y de asocia- ciente, su daÒo produce ceguera com- nica se han desarrollado los modernos
ciÛn, en donde cada modalidad sensorial pleta. conceptos de operaciÛn modular de la cor-
se elabora en complejas respuestas de La corteza visual primaria, lo mismo teza cerebral. De ese modo, la corteza
aprendizaje, memoria y comportamiento. que el resto de las ·reas del neocÛrtex, se contempla como una organizaciÛn
En el hombre, la corteza visual primaria exhibe una estructura laminar. Se dis- funcional de grupos neuronales verti-
representa aproximadamente el 4 % de tinguen seis capas, numeradas de I a VI, calmente ensamblados en torno a un eje
la superficie del cerebro. La estructura desde la superficie hasta la sustancia central, representado por las fibras afe-
de la corteza visual primaria es el resul- blanca subyacente. Los elementos que rentes corticales.

10 Mente y cerebro 06/2004


CORTESÍA DE R. NIEUWENHUYS Y COLS, 1978
GATO

RATON

MONO

1. LOCALIZACION DE LAS PRINCIPALES AREAS VISUALES en distintos mamíferos.


La corteza visual primaria (área 17 o V1) aparece marcada en rojo. Las áreas visuales
secundarias (área 18 o V2, en azul; área 19 o V3 en verde) ocupan extensiones variables
en torno al área visual primaria. En los mamíferos con el sentido de la vista poco
HOMBRE
desarrollado (insectívoros, roedores, lagomorfos) la corteza visual abarca una zona
bastante pequeña de la superficie posterior de la corteza cerebral. En los mamíferos
que han desarrollado un buen sentido de la visión (carnívoros, ungulados y otros), la
corteza visual primaria se extiende, además, por la superficie medial del cerebro; en los
primates (hombre incluido), la corteza visual primaria se aloja en la parte medial del
lóbulo occipital, donde ocupa los labios y profundidad de la cisura calcarina.
Distribuidas por distintas zonas de la corteza cerebral hay otras áreas visuales
secundarias (en el gato se conocen hasta 20), que reciben múltiples representaciones
del campo visual. En la figura, los cerebros de ratón y gato corresponden a una vista
dorsal; el de mono representa una vista postero-lateral; la del hombre corresponde a
una vista de la cara medial del hemicerebro derecho. Las imágenes no guardan
proporción con relación al tamaño.
curso horizontal; se dividen en varios
VALVERDE Y RUIZ-MARCOS, 1969

troncos principales, lo que explica que


el ·rea cubierta por una sola fibra pueda
I ser bastante extensa.
El cuadro de terminaciÛn de las fibras
aferentes corticales en los primates difiere
del patrÛn observado en otros animales.
En el sistema visual de los primates y
los roedores (rata), el n˙cleo geniculado
II lateral se proyecta exclusivamente hasta
el ·rea visual primaria, ·rea 17. No asÌ
en los carnÌvoros (gato). Tal diferencia
guarda relaciÛn con el dominio del sen-
tido de la visiÛn, que se manifiesta mor-
CELULA
INTRINSECA
folÛgicamente con la presencia de uno
III de los tipos m·s elaborados de organi-
zaciÛn cortical. Se trata de un tipo que
ha sido objeto de numerosos estudios
para establecer la morfologÌa y distribu-
ciÛn de fibras aferentes corticales en ge-
neral y de la corteza visual en particular.

Células receptoras
de la información visual.
El primer eslabón
La corteza cerebral de los mamÌferos
posee tipos celulares muy dispares. En
IV su clasificaciÛn, tarea harto difÌcil, no
100 µm existe todavÌa com˙n acuerdo. A riesgo
de caer en una simplificaciÛn excesiva,
reduciremos las neuronas corticales a
dos tipos fundamentales: cÈlulas pira-
CELULA PIRAMIDAL midales y cÈlulas no piramidales. Las
FIBRAS AFERENTES
TALAMO-CORTICALES primeras son cÈlulas de proyecciÛn cuyo
axÛn abandona la zona donde se asien-
V tan, bien para proyectarse hasta centros
subcorticales o bien para conectarse con
2. ENTRADA DE FIBRAS AFERENTES TALAMO-CORTICALES (en rojo) en las capas otras ·reas corticales homolaterales y
medias de la corteza (capas III y IV) del ratón en un corte transversal de la corteza contralaterales.
visual primaria. Las fibras se ramifican y establecen contactos sinápticos con dendritas En la corteza visual de mamÌferos in-
feriores, lo mismo las dendritas apicales
apicales de células piramidales y con dendritas de células intrínsecas, como la
que las basales de las cÈlulas piramida-
reproducida en la imagen, cuyo axón (en verde) se distribuye en las capas altas les representan las principales dianas para
de la corteza. Preparación realizada por el método de Golgi. las fibras t·lamo-corticales que se arbo-
rizan en la capa IV; se estima que corres-
ponden a un 20 % de todos los termina-
Estructura de la corteza visual Los estudios que nosotros llevamos a les axÛnicos presentes en esta capa. En
Todas las ·reas sensoriales primarias del cabo con el mÈtodo de Golgi, confirma- la rata, gato y mono, el 15 % de los termi-
neocÛrtex reciben sus principales aferen- dos m·s tarde con tÈcnicas de degene- nales de fibras t·lamo-corticales esta-
tes de los Ûrganos sensoriales corres- raciÛn y autorradiografÌa, muestran que blecen contactos sin·pticos con la parte
pondientes a travÈs de estaciones de relevo las fibras aferentes especÌficas terminan lisa de las dendritas; un 3 % con los cuer-
sitas en n˙cleos tal·micos especÌficos. principalmente en las capas medias III pos celulares, y el restante 80 %, aproxi-
A estas fibras aferentes Lorente de NÛ las y IV de la corteza visual. AllÌ se ramifi- madamente, con las espinas dendrÌticas.
llamÛ aferentes corticales especÌficos; de can con profusiÛn. Se ha demostrado que De lo anterior se desprende cu·n
ellos el mejor conocido corresponde al esta forma de ramificaciÛn y terminaciÛn importantes resultan las espinas dendrÌ-
sistema de fibras aferentes a la corteza se encuentra en todos los mamÌferos ticas como aparato receptor de distintas
visual primaria procedentes del n˙cleo investigados, desde insectÌvoros hasta fibras corticales, en general, y de las fi-
geniculado lateral. Desde que Santiago primates. En los roedores (ratÛn, rata) bras aferentes corticales en particular. Las
RamÛn y Cajal abordÛ el estudio de las las fibras ascienden desde la sustancia espinas dendrÌticas son elementos pl·s-
mismas en la corteza visual humana, sus blanca, atraviesan las capas VI y V sin ticos. Desde los tiempos de RamÛn y
caracterÌsticas de distribuciÛn, ramifi- apenas ramificarse, para alcanzar la ca- Cajal se las ha venido considerando el
caciÛn y elementos celulares a los que pa IV; aquÌ se ramifican por dicotomÌa paradigma de estructuras implicadas en
inerva han sido ampliamente corrobora- y forman plexos fibrilares de distinta los procesos de aprendizaje y memoria.
dos en numerosas investigaciones lleva- extensiÛn. En la corteza visual del gato, Dentro de la categorÌa de cÈlulas no
das a cabo con mÈtodos muy dispares. estas fibras siguen, en muchos casos, un piramidales agrupamos las cÈlulas in-

12 Mente y cerebro 06/2004


trÌnsecas (cÈlulas de axÛn corto, cÈlu- to se comprobÛ que no integran una po- De todas las cÈlulas no piramidales,
las de tipo II de Golgi), cuyo axÛn se blaciÛn uniforme, pues existen nota- la m·s interesante, descrita por primera
resuelve dentro de la propia corteza. bles diferencias entre ellas. Para su cla- vez en la corteza visual de los primates,
Una parte de ellas tiene dendritas lisas, sificaciÛn hubo que apoyarse en otros es la cÈlula estrellada con espinas. No
sin espinas, mientras que otro grupo criterios: forma y distribuciÛn del ·r- constituye un grupo uniforme; adem·s
posee dendritas cubiertas de espinas. bol dendrÌtico, tamaÒo celular y, sobre de las diferencias en su morfologÌa den-
A estas ˙ltimas se las denominÛ ìcÈlu- todo, forma y distribuciÛn del ramaje drÌtica y axonal, divergen las relaciones
las estrelladas con espinasî, si bien pron- axonal. sin·pticas que establecen. Sin embargo,

Corte transversal de la corteza visual primaria del gato


Un corte transversal muestra la entrada de una fibra afe- como aferentes de tipo X acaban en la parte baja de la capa.
rente tálamo-cortical ( en rojo), cuya distribución se circuns- Los distintos sistemas genículo-corticales activan diferen-
cribe a la capa IV. La figura reproduce variedades de célu- tes grupos de neuronas corticales. En el gato, el núcleo
las intrínsecas, así llamadas porque sus axones permanecen geniculado lateral, a diferencia de lo que acontece en roe-
dentro de la corteza. Atendiendo a su morfología, pueden dores y primates, no sólo se proyecta al área visual prima-
reconocerse células cuyo axón forma arcadas axonales re- ria V1 o área 17, sino también al área 18, corteza visual secun-
currentes, otras cuyo axón se ramifica en las proximidades daria o área V2, que recibe un fuerte contingente de fibras
del cuerpo celular, células que forman nidos o cestos pe- del núcleo geniculado lateral.
ricelulares (células en cesto), células en
candelabro, en ovillo, bipenachadas, bipo-
lares y células estrelladas con espinas.
Todas ellas portan en el nombre la mor-
fología que las caracteriza. La imagen
reproduce un ejemplo de célula en can- I
delabro (a), cuyo axón se resuelve en series
de botones terminales dispuestos en
hileras verticales, que establecen contactos
sinápticos inhibidores con los segmen- a
tos iniciales de los axones de células II
piramidales (no teñidos). Se ilustran tam-
bién células estrelladas con espinas ( b-
d); sus axones ( en azul) se extienden por 100 µm
las capas medias de la corteza. Hay una
célula “en ovillo” (e ), carente de espinas
y dotada de un cuerpo celular pequeño,
dendritas lisas y un axón que se resuelve III
en un apretado ovillo de colaterales, for-
mando un plexo denso en torno al cuerpo
celular. Preparación realizada por el
método de Golgi.
Para estudiar la morfología y distribu-
ción laminar de las fibras aferentes a la b
corteza visual del gato se ha recurrido
a inyecciones de trazadores (peroxidasa
de rábano) en la radiación óptica, así como
a inyecciones en axones individuales ca-
racterizados fisiológicamente. Se demos-
tró que existen al menos dos tipos dife- c
rentes de fibras genículo-corticales que IV
alcanzan la capa IV; estos tipos corres-
ponden a las células X e Y del núcleo
geniculado lateral. El sistema de fibras
genículo-corticales se organiza, desde el
punto de vista fisiológico, en tres cana- e
les distintos, correspondientes a los sis- d
temas X, Y y W. Se ha sugerido la exis-
tencia de una segregación laminar de los
FAIREN Y VALVERDE, 1979

distintos tipos de fibras genículo-corti-


cales; los catalogados como aferentes de
tipo Y terminan principalmente en la
parte alta de la capa IV y parte baja de V
la capa III, mientras que los designados

Mente y cerebro 06/2004 13


las cÈlulas estrelladas con espinas com-
VALVERDE Y RUIZ-MARCOS, 1969

parten un rasgo com˙n: dendritas cubier-


tas de espinas, en muchos casos de for-
ma similar a las dendritas de las cÈlulas
piramidales.
III Los axones de las cÈlulas estrelladas
con espinas establecen sinapsis exci-
100 µm tadoras, caracterÌstica adicional que tam-
biÈn las asemeja a las cÈlulas piramida-
les. Dada su importancia como elementos
receptores de las fibras aferentes tal·mi-
cas, se las ha estudiado a fondo. Y se ha
observado que su proporciÛn varÌa seg˙n
IVa el animal y ·rea cortical. En la corteza
visual de la rata, su proporciÛn es del
10 %; en la corteza visual del gato, osci-
lan entre el 30 y el 40 %, mientras que
en la corteza visual del mono pueden lle-
gar a constituir el 95 %.
Las cÈlulas estrelladas con espinas
despertaron notable interÈs tras demos-
trarse que pertenecÌan a ese tipo las neu-
ronas situadas en la capa IV de la corte-
IVb za visual del gato, con campos receptivos
simples (posibles receptoras de cone-
xiones t·lamo-corticales directas). En
los primates, ofrecen una morfologÌa
distintiva; en los monos que nosotros
hemos estudiado (Macaca y Erithroce-
bus), y en general en todos los primates,
la capa IV del ·rea visual primaria, ·rea
17, se encuentra dividida en tres estra-
tos: IVa, IVb y IVc. Hay en IVc una po-
blaciÛn de cÈlulas estrelladas con espi-
nas que poseen un axÛn recurrente y cuya
IVc morfologÌa difiere por completo de sus
homÛnimas descritas en el gato. El cuerpo
celular es de menor tamaÒo (10-12 mi-
cras), sus dendritas aparecen cubiertas
de espinas y es frecuente la presencia de
una dendrita apical que asciende verti-
calmente durante un corto trayecto para
acabar sin ramificarse en capas su-
periores, sin alcanzar la capa I. Estas cÈ-
lulas, descritas por nosotros como ele-
mentos especiales de la corteza visual
V en primates, revisten particular interÈs en
el an·lisis de la organizaciÛn anatÛmica
y funcional de la corteza visual.

Circuitos intrínsecos
3. EN LA CORTEZA VISUAL DE PRIMATES la capa IV aparece subdividida en tres El modelo b·sico de conectividad intra-
cortical com˙nmente aceptado, que puede
estratos; subcapas IVa, IVb y IVc. De nuestras investigaciones, acometidas con el método
hacerse extensible a todas las ·reas de
de Golgi, en Macaca y Erithrocebus (Cercopithecidae), se desprende que las fibras aferentes recepciÛn primaria (somato-sensorial,
específicas, o fibras genículo-corticales (en rojo), ascienden desde la sustancia blanca para auditiva y visual), se apoya en la investi-
ramificarse exclusivamente en los estratos IVa y IVc de la corteza visual primaria, gaciÛn sobre la corteza visual primaria
formando grupos compactos de fibras terminales. El estrato IVb, que coincide con la del gato. En esquema, el modelo expone
estría de Gennari de la anatomía clásica, permanece exento de estas terminaciones. La lo siguiente: la entrada principal (fibras
imagen muestra varios tipos de células. Destacan las células estrelladas con espinas y aferentes de los n˙cleos tal·micos espe-
cÌficos) se produce en la capa IV; las
axones recurrentes (en azul), localizados en la capa IVc, otras de idéntica morfología
neuronas de esta capa se proyectan fun-
(axones en verde) situadas en la capa V; células piramidales de las capas III, IVb y V, así damentalmente a las capas II y III; ambas
como otras variedades de células intrínsecas en la capa IVa con dendritas y axones de lo hacen sobre la capa V, que, a su vez,
disposición más o menos horizontal. Preparación realizada por el método de Golgi. lo hace sobre la capa VI; finalmente, las

14 Mente y cerebro 06/2004


capas V y VI se proyectan a las capas II

VALVERDE Y RUIZ-MARCOS, 1970


y III y a la IV, respectivamente. Dentro
0
de este esquema, un tanto simplista,
existe una organizaciÛn mucho m·s com- DENDRITA
APICAL
pleja, donde se relacionan entre sÌ varie-
dades neuronales; partes de ellas, en
muchos casos, de forma ˙nica.
Un n˙mero importante de conexiones 20 µ FIBRAS
AFERENTES
intrÌnsecas de la corteza fueron expues-
tas de un modo magistral por el propio
RamÛn y Cajal y su discÌpulo Lorente de
NÛ. SirviÈndose del mÈtodo de Golgi, pre-
sumieron la existencia de gran variedad
de relaciones interneuronales, que la in-
vestigaciÛn posterior ha venido confir-
mando.
Las colaterales axonales de las cÈlu-
las piramidales y los axones de cÈlulas
intrÌnsecas muestran, en razÛn de su loca-
lizaciÛn cortical, notables diferencias y
formas dispares de conectarse con otros
elementos. La investigaciÛn experimen-
tal, en cuyos ensayos se han marcado las
cÈlulas piramidales con distintas subs-
tancias trazadoras, ha aportado valiosa
informaciÛn sobre patrones de ramifi-
caciÛn, dendrÌtica y axonal, asÌ como
sobre los contactos sin·pticos por ellas
efectuados.

Deprivación sensorial DENDRITAS


Durante nuestra estancia en la Univer- BASALES
sidad de Harvard, a principios de los
aÒos sesenta, David Hubel y Torsten
Wiesel, a la sazÛn en el laboratorio de AXON
Stephen Kuffler, habÌan encontrado un
buen filÛn mientras investigaban los
registros de cÈlulas aisladas en la cor-
teza visual del gato. Sabido es que muchos
de los grandes descubrimientos se deben
a la casualidad, pero Èsta no habrÌa pro- 4. LAS CELULAS PIRAMIDALES cifran el 70 % de toda la población de la corteza
ducido ning˙n resultado sino estuviera cerebral. Abundan en las capas II-III y V-VI. Presentan un aspecto característico, con una
acompaÒada por la tenacidad y curiosi- dendrita apical que, en la mayoría de los casos, asciende en vertical hasta la capa I, y un
dad cientÌfica de las personas que per- abanico de dendritas basales, originadas del cuerpo celular, que alcanzan distancias y
ciben la trascendencia de lo que la for- orientaciones variables. Peculiaridad fundamental de las dendritas apicales y de las
tuna les presenta.
basales es la de hallarse cubiertas de espinas dendríticas, pequeños procesos colaterales
Los experimentos de Hubel y Wiesel,
a principios de 1960, abordaban la am- que, en conjunto, contribuyen a aumentar la superficie receptora. La figura incluye
bliopÌa (debilidad o disminuciÛn de la ramificaciones terminales de fibras aferentes específicas distribuidas en torno a la
vista sin aparente daÒo org·nico) en gatos dendrita apical y dendritas basales, con las que establecen numerosos contactos
reciÈn nacidos, a los que se les habÌa sinápticos. Corteza visual del ratón. Preparación realizada por el método de Golgi.
cortado el m˙sculo recto interno del ojo.
En esa situaciÛn, se produce un acentuado
estrabismo que da lugar a un deterioro las que sÌ responden a ambos ojos en el ticos en las conexiones de la corteza
profundo de la visiÛn. Cuando los estu- animal normal. visual, producidos sin cortar en ning˙n
diaron cumplidos ya algunos meses, com- A medida que el electrodo penetraba punto la vÌa visual. Estudios posteriores
probaron que su visiÛn era aparente- en el espesor de la corteza, encontraban en primates revelaron que el perÌodo de
mente normal. øHabÌan fracasado en su cÈlulas que sÛlo respondÌan a los estÌmu- plasticidad, perÌodo en el que a˙n es
proyecto? Lejos de abandonar los ensa- los de un ojo, para cambiar repentina- posible la recuperaciÛn de la visiÛn, se
yos, decidieron perder un poco m·s de mente a cÈlulas que respondÌan al otro limita a los primeros meses. Gracias a
tiempo y obtener algunos registros intra- ojo. El agrupamiento de estas cÈlulas en esos hallazgos, los oftalmÛlogos operan
celulares de la corteza visual. Con gran columnas de dominancia ocular, clara- ahora a los niÒos estr·bicos lo m·s pronto
sorpresa comprobaron que ninguna cÈlula mente separadas, era evidente. posible para evitar la ambliopÌa. Se trata
de la corteza visual era activada por Con tales observaciones se puso de de un ejemplo palmario de la repercu-
ambos ojos, frente al 85 % de las cÈlu- manifiesto la existencia de cambios dr·s- siÛn pr·ctica de la investigaciÛn b·sica,

Mente y cerebro 06/2004 15


5.
FAIREN Y VALVERDE, 1973

ESPINAS DENDRITICAS de la corteza


visual del ratón vistas al microscopio
electrónico. Las imágenes A, B y C
t muestran una misma espina dendrítica
(sp) originada en una pequeña rama
dendrítica (dt), en tres cortes sucesivos.
Muchas espinas contienen un orgánulo en
forma de sáculo (cabeza de flecha en A), que
sp parece estar en continuidad con porciones
del retículo endoplásmico y cuya función
se desconoce. En la imagen que se
muestra en D se aprecian dos dendritas
(dt) con sendas espinas (sp) y sus
correspondientes aparatos de la espina.
Todas las espinas cuentan con terminales
sinápticos (t) de carácter excitador,
dt
característica que viene dada por la
morfología de las vesículas sinápticas, el
A B C espacio intersináptico y la membrana
postsináptica. En el recuadro se ofrece
parte de un aparato de la espina a mayor
aumento. Se ha sugerido que la formación
de espinas dendríticas depende
directamente de la actividad receptora de
sp
las neuronas. Las espinas dendríticas son
estructuras móviles, probablemente debido
t
a los filamentos de actina que poseen,
t desaparecen tras la isquemia cerebral y
sp reaparecen al cesar ésta; intervienen en
procesos de memoria y aprendizaje, así
como en la actividad sináptica. Su número
y distribución están alterados en
determinadas patologías y enfermedades
mentales. Las escalas en A y D
corresponden a 0,5 micras.

dt
las dendritas atraviesan esta zona de
ramificaciÛn de aferentes corticales, en
donde reciben numerosos contactos
dt directos de las fibras con las espinas.
Por modelo experimental escogimos
D el ratÛn. Aunque apenas depende Èste de
la visiÛn para el desarrollo de sus fun-
ciones, la estructura de su corteza visual
que, en este caso, ha contribuido a pre- cuantificable. DisponÌamos por enton- se organiza seg˙n el mismo patrÛn gene-
venir una de las principales causas de ces de algunos indicios de que la depri- ral. Los estudios que llevamos a cabo
ceguera. vaciÛn sensorial, asÌ como un aumento pusieron de manifiesto que los ratones
Espoleado por los resultados de Hubel en la actividad, podÌan comportar cam- mantenidos en oscuridad desde su naci-
y Wiesel, comencÈ la investigaciÛn sobre bios en la estructura de los centros ner- miento presentaban una disminuciÛn del
deprivaciÛn sensorial de regreso al viosos. n˙mero de espinas dendrÌticas en los
Instituto Cajal de Madrid en 1965. Puesto En la capa V de la corteza visual resi- tallos apicales de las cÈlulas piramida-
que las espinas dendrÌticas eran ele- den cÈlulas piramidales con cuerpos celu- les. Tal disminuciÛn era altamente sig-
mentos tan l·biles, supuse, la depriva- lares de tamaÒo medio (30-40 micras). nificativa en el primer mes de vida del
ciÛn de luz, simplemente manteniendo Estas cÈlulas se encuentran por debajo animal, despuÈs de que Èstos abrieran los
los animales en oscuridad absoluta de la zona de distribuciÛn principal de ojos (el ratÛn abre los ojos en torno al
durante distintos perÌodos de tiempo, las fibras aferentes corticales (capas III dÌa 13-14 de vida post-natal).
podrÌa ejercer un efecto morfolÛgica- y IV), pero sus dendritas apicales ascien- En comparaciÛn, los animales man-
mente observable y estadÌsticamente den verticalmente hasta la superficie; tenidos en oscuridad desde su nacimiento,

16 Mente y cerebro 06/2004


por perÌodos prolongados de tiempo, para que los circuitos se consoliden, sin Organización columnar
aunque mostraban una disminuciÛn del dejar de permanecer abiertos a multi- Nuestra comprensiÛn de la organizaciÛn
n˙mero de espinas dendrÌticas, no era tan tud de influencias, intrÌnsecas o ambien- funcional de la corteza cerebral se funda
acusada como en perÌodos juveniles. Se tales, que son las que, en definitiva, en el concepto de unidad elemental pro-
demostrÛ que, pese a haber cierta ten- habr·n de perfilar la individualidad del puesto por Lorente de NÛ. RecurriÛ a
dencia a recuperar el n˙mero de espinas, sujeto. esa expresiÛn para designar la conecti-
siempre quedaba una poblaciÛn de cÈlu-
las en la que el n˙mero nunca alcanzaba
cifras normales.

VALVERDE , 1985
De esa gavilla de resultados extraji-
mos varias conclusiones. Una primera:
la deprivaciÛn sensorial produce cam-
bios morfolÛgicos en la estructura del
cerebro. Demostrado hoy hasta la sacie-
dad, se ignoraba 40 aÒos atr·s. Dicha
inferencia nos llevaba de la mano a suge- s
rir que tambiÈn la experiencia y el apren-
s
dizaje deberÌan inducir cambios morfo-
lÛgicos en la estructura, fenÛmeno hoy 0 s
admitido sin discusiÛn. s
10 µm
A partir del estudio del grupo de ani- s
males de 24 dÌas, dedujimos, en segundo s
lugar, que la deprivaciÛn sensorial pro- s
vocaba una alteraciÛn, un daÒo per-
manente tal vez. Ni siquiera en nuestro s
grupo, mantenido 20 dÌas en oscuridad s s
y vuelto a la situaciÛn normal durante
30 dÌas m·s, se alcanzaba una distribu-
ciÛn de espinas semejante a la obtenida
en grupos control de idÈntica edad. De AXON
s
estas observaciones, se infiriÛ tambiÈn
que el desarrollo y mantenimiento de cier-
tas espinas dendrÌticas dependÌa de la
activaciÛn funcional de las fibras aferen- s
tes corticales que establecÌan numero-
sos contactos sin·pticos con ellas.
No pudimos responder a la cuestiÛn
de si la deprivaciÛn visual ejercÌa un s
efecto deletÈreo, fuera transneuronal
metabÛlico o de otro tipo, sobre espinas
preexistentes que posteriormente se reab-
sorbÌan; tampoco pudimos averiguar si a
las espinas se desarrollaban o no en ausen-
cia de actividad funcional. En cualquier
caso, y en general, la disminuciÛn de es- c
pinas dendrÌticas tras la deprivaciÛn b
visual no era significante. CabÌa, pues,
pensar que bastarÌa la funciÛn de diver-
sos circuitos intracorticales de otra natu- 6. CELULA ESTRELLADA CON ESPINAS en la capa IVc de la corteza visual del
raleza para mantener un determinado mono (Macaca mulatta). Las dendritas, espinosas, aparecen rodeadas por terminaciones,
n˙mero de espinas a lo largo de las den- presumiblemente de carácter sináptico (s) procedentes de tres fibras aferentes tálamo-
dritas. Hoy sabemos que la disminuciÛn corticales (a-c). Un rasgo distintivo de este tipo de células concierne al axón; a escasa
de espinas dendrÌticas en la deprivaciÛn
distancia de su origen en el polo inferior del cuerpo, forma un asa cerrada que recuerda
visual se debe a cambios estructurales
que ocurren en todas las capas cortica- la curvatura de un anzuelo, tornándose en una o varias fibras ascendentes que
les en virtud de las alteraciones anatomo- alcanzan la subcapa IVa y parte baja de la capa III, en donde acaban ramificándose en
funcionales de la organizaciÛn colum- colaterales horizontales. Existen, además, variaciones con respecto a la posición de estas
nar de la corteza cerebral. células en las distintas subdivisiones de la capa IV: pueden alcanzarse considerables
Merced a estas y otras muchas in- niveles de complejidad, no sólo con respecto a la terminación de fibras aferentes
vestigaciones quedÛ demostrado que el tálamo-corticales, sino también con relación a las conexiones intrínsecas que estas
cerebro era una estructura sumamente
células reciben. En la corteza visual de los primates, las células estrelladas con espinas
pl·stica. Aunque muchas conexiones
aparecen ìcableadasî durante el de- ocupan la zona principal de terminación de las fibras aferentes tálamo-corticales; se
sarrollo del animal, se requiere el fun- supone que son los principales receptores de las fibras talámicas. Preparación realizada
cionamiento de los distintos sistemas por el método de Golgi.

Mente y cerebro 06/2004 17


vidad intrÌnseca de la corteza dentro de
VALVERDE , 1971

A 10
13 DIAS NORMAL (OJOS CERRADO) un cilindro vertical, o columna, que,
5 teniendo por eje central la fibra aferente
especÌfica del t·lamo, alojaba, adem·s,
todos los elementos capaces de de-
10 sarrollar el proceso de transmisiÛn ner-
13 DIAS OSCURIDAD (OJOS CERRADO) viosa, desde la fibra aferente de entrada
5 hasta la fibra de proyecciÛn cortical.
Durante varios aÒos, este concepto
tuvo un significado funcional. Explicaba
los resultados neurofisiolÛgicos obteni-
B 10 24 DIAS NORMAL dos en las ·reas primarias somatosen-
sorial, auditiva y visual; esto es, relati-
5 vos a las cÈlulas que muestran idÈnticas
propiedades funcionales y aparecen dis-
NUMERO DE SEGMENTOS

puestas en una columna vertical que


10
ocupa el espesor entero de la corteza.
24 DIAS OSCURIDAD En el caso concreto de la corteza visual
5 primaria se encontrÛ que las neuronas que
reaccionan ante estÌmulos visuales (res-
10 puestas a formas simples de estÌmulos
estacionarios dentro del campo visual)
20+ 4 OSCURIDAD + NORMAL con una misma orientaciÛn, se hallan
5
alineadas verticalmente en todo el espe-
sor cortical (columnas de orientaciÛn).
Se registra su actividad a travÈs de las
distintas capas corticales.
C 10
50 DIAS NORMAL La primera prueba anatÛmica de una
estructura cortical que pudiera guardar
5
relaciÛn con la organizaciÛn en colum-
nas funcionales fue obtenida por Hubel
10 y Wiesel en la corteza visual del mono
(Macaca). Mediante tÈcnicas de impreg-
5 50 DIAS OSCURIDAD naciÛn argÈntica, demostraron la exis-
tencia de un sistema de bandas alter-
nantes, de acuerdo con su origen, en el
10 n˙cleo geniculado lateral; se mostraban
inervadas por una u otra retina (colum-
5 20+ 30 OSCURIDAD + NORMAL nas de dominancia ocular).
M·s tarde se comprobÛ la existencia
de una estructuraciÛn similar en casi
todas las ·reas corticales. Con el desarro-
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 llo de nuevas tÈcnicas para el trazado de
NUMERO DE ESPINAS POR SEGMENTO DE 100µm
vÌas, el uso de reacciones enzim·ticas
y marcadores radiactivos se ha demos-
7. HISTOGRAMA DE FRECUENCIAS. Relaciona el número de espinas dendríticas trado que la corteza cerebral se halla
organizada en subdivisiones periÛdicas,
por segmento de 100 micras en tallos apicales de células piramidales de la capa V regularmente espaciadas. Los estratos
de la corteza visual de ratones normales (en rojo), mantenidos en oscuridad desde su en cuestiÛn corresponden a la distribu-
nacimiento (en azul) y mantenidos en oscuridad desde su nacimiento vueltos a ciÛn topogr·fica de las fibras aferentes
condiciones normales (en verde) por distintos períodos. Comparando el número de espinas tal·micas.
por segmento en animales mantenidos en oscuridad y controles antes de que abran los En los estudios sobre la organizaciÛn
ojos, no hay diferencia apreciable (A). Cuando los ratones abren los ojos, se produce un
columnar de la corteza se han aplicado
tÈcnicas histoquÌmicas, que permiten tra-
aumento explosivo del número de espinas; en tan sólo 10-12 días puede duplicarse la cifra
zar un mapa de la actividad funcional de
de espinas (B). Por ello, existía una gran diferencia cuando se compararon los grupos de ·reas cerebrales acotadas. AsÌ, mediante
24 días normales y mantenidos en oscuridad. En el caso de ratones mantenidos en la tÈcnica de la citocromo-oxidasa se nos
oscuridad desde su nacimiento durante 20 días y retornados a condiciones normales revelÛ uno de los aspectos m·s intere-
durante 4 días se distinguen dos poblaciones de células piramidales: un grupo alcanza un santes de organizaciÛn funcional: el nivel
valor medio cercano al obtenido en ratones crecidos en condiciones normales, mientras de actividad varÌa de una regiÛn a otra,
que otro grupo mantiene un número de espinas muy bajo. Comparando el grupo de
esto es, aumenta en zonas metabÛlica-
mente activas y disminuye en zonas de
ratones de 50 días normales con los grupos experimentales de la misma edad (C) se
bajo nivel de actividad. La tÈcnica revela,
observa que la recuperación no es completa, obteniéndose una distribución y valores adem·s, cambios producidos en el trans-
medios con diferencias estadísticamente significativas. curso de un perÌodo prolongado, cir-

18 Mente y cerebro 06/2004


a nancia. El patrÛn bidimensional de bur-
CORTESIA DE D. H. HUBEL Y TORNSTEN N. WIESEL

bujas contiene cÈlulas que muestran par-


ticular preferencia por los estÌmulos reci-
bidos de una u otra retina, al par que
llegan proyecciones directas del n˙cleo
geniculado lateral.
En los animales que presentan una
decusaciÛn parcial de las fibras Ûpticas
b y cuerpo geniculado estratificado en
capas, el desarrollo de bandas o colum-
nas de dominancia ocular guarda rela-
ciÛn con la segregaciÛn, en la corteza
visual, de los impulsos recibidos de la
retina de cada ojo. Presumimos que las
bandas intervienen en la visiÛn tridimen-
sional. PodrÌan representar un mecanis-
mo por medio del cual se procesaran dis-
tintas variables, combinando la entrada
captada por cada retina en columnas o
c bandas complementarias en una super-
CORTEZA ficie estructurada en dos dimensiones,
I-III como es la corteza cerebral.
VISUAL
PRIMARIA La segregaciÛn de las bandas durante
IV
el desarrollo comporta, probablemente,
V-VI la eliminaciÛn de colaterales tal·micas
inapropiadas o el crecimiento de ramas
axÛnicas terminales en determinadas
direcciones, entre otros. Aunque queda
RETINA NASAL mucho por conocer sobre tales meca-
QUIASMA OPTICO nismos, podemos, no obstante, afirmar
que la estructura b·sica de la corteza
visual es innata. Las manipulaciones
RADIACION
NUCLEO OPTICA experimentales (enucleaciÛn, depriva-
GENICULADO 6 5 4 NERVIO ciÛn visual, etcÈtera) o las alteraciones
3 2 1
LATERAL OPTICO patolÛgicas (ceguera congÈnita, estra-
bismo, anisometropÌa) sÛlo producen
CINTILLA RETINA TEMPORAL variaciones en determinados par·me-
OPTICA tros, como el ancho de bandas, su n˙mero
8. ORGANIZACION COLUMNAR DE LA CORTEZA VISUAL. Las columnas de
o periodicidad, que no implican la total
anulaciÛn de su funcionalidad.
dominancia ocular se aprecian en una radiografía en campo oscuro de la corteza visual del
mono (a) en el que el ojo de un lado fue inyectado dos semanas antes con un marcador
radiactivo. Este compuesto, captado por las correspondientes capas del núcleo geniculado
lateral, es transportado por los axones a la corteza visual primaria (área 17). Allí se revelan
FACUNDO VALVERDE es profesor de inves-
como bandas discontinuas en la capa IVc, de aproximadamente 400 micras, separadas por
tigación del Instituto Cajal de Madrid, per-
espacios sin marcar correspondientes al ojo no inyectado. Las columnas son en realidad teneciente al Consejo Superior de Inves-
bandas alternantes, como puede apreciarse en un corte tangencial de la corteza visual (b). tigaciones Científicas. Allí dirige un grupo
El esquema inferior (c) ilustra la organización de las proyecciones de las partes nasal y de trabajo cuyo principal objetivo es el estu-
temporal de ambas retinas sobre las distintas capas (1-6) del núcleo geniculado lateral en dio de la estructura y desarrollo de la cor-
teza cerebral.
los primates y su proyección a la corteza visual primaria.

Bibliografía complementaria
EARLY EXPLORATION OF THE VISUAL CORTEX.
cunstancia que ha sido aprovechada, por columnar en la corteza visual, muy simi- David H. Hubel y Torsten N. Wiesel, en
ejemplo, para obtener un mapa de las lar al obtenido en el mono. Neuron, vol. 20, págs. 401-412; 1998.
columnas de dominancia ocular en el AumentÛ el interÈs en el empleo de la G OLGI ATLAS OF THE P OSTNATAL M OUSE
cerebro humano en casos de muerte acae- tÈcnica de la citocromo-oxidasa cuando B RAIN . F. Valverde. Springer Verlag, Vie-
cida largo tiempo despuÈs de la pÈrdida se descubriÛ que, en las capas superfi- na y Nueva York, 1998.
de un ojo. ciales II y III de la corteza visual pri-
CONCEPTUAL ADVANCES IN BRAIN RESEARCH.
En experimentos llevados a cabo en maria del macaco, la enzima revelaba la
Vol. 5. C ORTICAL A REAS : U NITY AND
gatos, en los que se habÌa practicado una presencia de un mosaico de manchas
D IVERSITY . Dirigido por A. Schütz y R.
sutura palpebral, o en los que se habÌa regulares en forma de burbujas, dis- Miller. Taylor and Francis, Londres y
procedido a la enucleaciÛn de un ojo, se puestas en hileras paralelas, centradas Nueva York, 2002.
demostrÛ la existencia de un patrÛn exactamente sobre las bandas de domi-

Mente y cerebro 06/2004 19


El origen
del dolor
Da igual que la espalda se desgarre, la cabeza martillee o se pinche la pantorrilla;
el dolor nace siempre en el cerebro. El dolor es algo más que una mera experiencia somática.
Al tiempo que despierta sensaciones, sucumbe a la fuerza controladora de la mente

Burkhart Bromm ciente o el redoblamiento de la atenciÛn øQuÈ es entonces el dolor? Desde lue-
puesta por los progenitores no suplen, go, se parece m·s a un estado sensorial

L
a nueva placa de la cocina vitro- en modo alguno, la percepciÛn dolorosa. que a un fenÛmeno fisiolÛgico con una
cer·mica brilla con un color rojo En general, estos pacientes fallecen, en clara explicaciÛn de causa a efecto. Por
chillÛn. Despierta la curiosidad la primera infancia, por lesiones, que- un lado, el dolor suele acompaÒarse de
del niÒo. Dispuesto a tocarla, maduras, hemorragias internas o incluso emociones como la angustia, la duda o
acerca su manecita a la placa incandes- apendicitis no diagnosticadas. incluso la alegrÌa. Por otro, el estado de
cente. °Ay! exclama mientras la retira. El dolor, tan importante para la vida, ·nimo influye en la intensidad de su per-
El dolor le ha avisado. Las l·grimas no puede convertirla en un infierno. Basta cepciÛn. Quien rÌe se olvida, al menos
tardan en desaparecer, pero en su memo- con una pequeÒa cavidad en un diente por un momento, de su pena. Puesto que
ria se graban huellas permanentes de este para sufrir un martirio casi insoportable los sentimientos se originan en el cere-
encuentro doloroso: es muy probable que acaba llevando al sillÛn del dentista bro, reside allÌ tambiÈn, en el caso del
que el pequeÒo jam·s vuelva a colocar incluso a los m·s reacios. No tiene nada dolor, la clave para una mejor com-
la mano sobre una placa incandescente. de extraÒo, pues, que los sanadores se prensiÛn de este fenÛmeno y la elabora-
Sin embargo, no ser· Èsta la ˙ltima expe- hayan ocupado, desde siempre, no sÛlo ciÛn de nuevos tratamientos.
riencia parecida, pues el dolor, como la de calmar el dolor sino, adem·s, de averi- Gracias a los experimentos con ani-
respiraciÛn y los latidos cardÌacos, for- guar su origen. La ciencia se enfrenta a males anestesiados conocemos bastante
man parte de la vida. Este ìperro guar- un gran obst·culo; de manera an·loga bien las primeras estaciones que recorre
di·n y ladradorî de la salud, como lo lla- a la angustia, la tristeza o la felicidad, el el estÌmulo doloroso por el cerebro. El
maban los griegos de la antig¸edad dolor es una sensaciÛn emocional y, en cambio en la actividad de los nervios
cl·sica, ataca en cuanto el organismo consecuencia, subjetiva, difÌcil de carac- perifÈricos y de la mÈdula espinal se mi-
afronta un peligro, externo o interno, y terizar por sus rasgos externos. De hecho, de a travÈs de electrodos implantados.
nos obliga a tomar medidas inmediatas la magnitud de un traumatismo no dice Como la alarma dolorosa se ocupa de
para combatirlo. mucho sobre la intensidad del dolor. AsÌ vigilar todo el organismo, sus sensores,
Semejante alarma corporal resulta se explica que, en el fragor del partido, las fibras nociceptivas, se extienden por
imprescindible. Lo demuestra un expe- un futbolista apenas sienta una fractura los Ûrganos y llegan hasta la piel. Una
rimento de la propia naturaleza: algunas del hueso nasal, mientras que el m·s pequeÒa lesiÛn o incluso la falta pasa-
personas no sienten ning˙n dolor debido mÌnimo agujero dental puede conver- jera de aporte de oxÌgeno son suficien-
a un defecto congÈnito de su sistema pro- tirse en un suplicio permanente e into- tes para activar los sensores.
cesador. Al no percibir el daÒo corporal lerable en la quietud de la oficina. Por Las fibras nerviosas nociceptivas pene-
en su momento, deben aprender, con gran ˙ltimo, hay personas que sufren dolores tran en la mÈdula espinal a travÈs de la
esfuerzo, a conocer los peligros. Sin intensÌsimos sin ninguna causa som·- raÌz posterior. Dentro de la mÈdula se cru-
embargo, el proceso de aprendizaje cons- tica conocida. zan de lado y hacen escala, a veces m˙l-

20 Mente y cerebro 06/2004


MAURITIUS

tiple, en las neuronas de proyecciÛn que del hemisferio derecho procesan las seÒa- tes de la zona de peligro la parte afec-
alcanzan el t·lamo. Esta estructura del les del hemicuerpo izquierdo; las ·reas tada del cuerpo.
diencÈfalo constituye la ìpuerta del ce- correspondientes del hemisferio izquier-
rebroî. Desde el t·lamo, las fibras ner- do, las del hemicuerpo derecho. No es la mano, es el cerebro
viosas se dirigen hacia distintas regio- La transmisiÛn del dolor tiene, no obs- øPor quÈ la informaciÛn neuronal nos
nes del cerebro que, por su efecto sobre tante, otra peculiaridad. Nos explica por lleva a percibir algunas veces el dolor
la corteza, abren a la consciencia el do- quÈ el dolor abdominal se siente de forma de forma intensa y otras sucede lo con-
lor y muchas otras sensaciones (tacto, ca- distinta del generado por una placa calo- trario? øPor quÈ el futbolista no se da
lor o frÌo). rÌfica incandescente. El dolor abdomi- cuenta de su grave lesiÛn hasta el pitido
Estas informaciones corporales tam- nal es conducido por las fibras C, neu- final? Para responder a estas preguntas,
biÈn suben al t·lamo a travÈs de las fibras rofilamentos delgadÌsimos que vehiculan no basta con medir la actividad de las
nerviosas somatosensoriales, prove- sobre todo seÒales, cuya velocidad corres- vÌas nerviosas de la periferia y de la
nientes de las neuronas nociceptivas, ponde, en el mejor de los casos, a medio mÈdula espinal. Al cortarnos un dedo,
entre otras. Habida cuenta de que todos metro por segundo. Su actividad desen- sentimos dolor, pero esta sensaciÛn sÛlo
los nervios somatosensoriales se cruzan cadena, en el cerebro, un dolor difuso, se produce cuando los impulsos de las
de lado en la mÈdula espinal, los men- ardiente y muy molesto, bastante difÌcil neuronas han alcanzado el cerebro y Èste
sajes t·ctiles, nociceptivos y tÈrmicos de localizar. Las fibras Aδ, unas 10 veces los ha procesado.
se proyectan de manera especular en los m·s r·pidas, determinan una sensaciÛn AsÌ se explica el denominado dolor del
hemisferios cerebrales contralaterales al de dolor instant·neo, como un pincha- miembro fantasma, que aflige a muchas
estÌmulo. Ciertas regiones especializa- zo, de f·cil localizaciÛn. Las fibras Aδ personas amputadas. Los afectados
das, las ·reas somatosensoriales prima- excitadas inducen, adem·s, un reflejo de siguen notando la parte del miembro
ria (SI) y secundaria (SII), de la corteza huida, que nos lleva a retirar cuanto an- extirpada y la sensaciÛn resulta, a me-

Mente y cerebro 06/2004 21


El encefalograma magnético
Quien pretenda aclarar el dolor, debe mirar bajo la caja se comunican a través de impulsos eléctricos. Cuando las
craneal, pues ahí se inicia esta sensación torturante. Durante áreas de relevo de la corteza cerebral procesan las señales
mucho tiempo, la ciencia no pudo superar esta frontera. aferentes, se activan al mismo tiempo otras asociaciones
Pero ahora los procesos neuronales del cerebro se dejan neuronales mayores; mediante la aplicación de electrodos
observar, a través de distintos métodos, desde el exterior en el cuero cabelludo, se registra la actividad eléctrica de
sin ocasionar daño alguno al probando. estas columnas corticales de 1 milímetro de grosor y 5 mm
Un método clásico es el electroencefalograma (EEG), que de longitud. Para elaborar un mapa funcional del cerebro
mide las corrientes eléctricas cerebrales. En lenguaje meta- se reparten 64 o, aún mejor, 128 electrodos por todo el crá-
fórico diríamos que espía el lenguaje de las neuronas que neo. A partir de las señales de los diferentes puntos se ela-
bora un programa computarizado para saber dónde y cuándo
ha surgido la actividad encefálica.

La cartografía cerebral con el EEG adolece, sin embargo,


de una limitación: carece de una buena resolución espacial.
La culpa la tienen los electrólitos del líquido cefalorraquídeo
y la sangre, que interfieren con las señales eléctricas neu-
ronales y las falsean. En cambio, los campos magnéticos acom-
pañan al material conductor de la corriente y apenas se alte-
ran. En realidad, los campos que rodean cada grupo neuronal
son muy pequeños —cerca de una cienmillonésima parte
del campo magnético terrestre, de por sí muy débil—, pero
se pueden visualizar. Para ello se refrigeran los magnetó-
metros, con sus 31 canales de medición, hasta –265 oC, tem-
BURKHART BROMM

peratura que permite aprovechar la superconducción para


obtener una medición sin apenas pérdidas y levantar un
mapa del cerebro según la actividad magnética. La combina-
ción de los dos métodos resulta aún más exacta. Como los
REGISTRO HELADO. Los magnetómetros superconductores
campos magnéticos son perpendiculares a las corrientes eléc-
tricas, se obtienen datos complementarios en las distintas
registran los campos magnéticos procedentes de la cabeza, direcciones. Con un programa informático especial se cal-
con una separación de 2 cm, y calculan así las regiones cula qué estructuras cerebrales participan en el dolor o en
encefálicas activas. otras tareas cognitivas.

nudo, torturante. Los experimentos con por ejemplo, la intensidad con la que midiera un metro y la velocidad de con-
animales no permiten examinar la com- percibe un estÌmulo doloroso. ducciÛn fuese de 14 metros por segun-
pleja interacciÛn entre las distintas re- Mas, para ello, se necesita inducir el do, para transitarlo se necesitarÌan, como
giones del cerebro durante la elaboraciÛn dolor. A tal efecto, nuestro grupo de in- mÌnimo, 70 milisegundos. Durante este
consciente del dolor. Por un lado, la ra- vestigaciÛn ha aplicado un l·ser de in- intervalo no se aprecia ning˙n cambio
ta no puede indicar cu·nto dolor siente. frarrojos con el que se pueden generar en la actividad EGM. Luego, sin embargo,
Por otro, la ley prohÌbe experimentos breves impulsos de calor en cualquier aparecen seÒales claras; las m·s nÌtidas
cruentos con animales despiertos; durante lugar de la piel, sin que el paciente lo surgen unos 100 milisegundos despuÈs
la anestesia, el objeto de la exploraciÛn, note, lo vea o lo escuche. Estos impulsos del estÌmulo doloroso. A continuaciÛn se
a saber, la percepciÛn del dolor, desa- producen un dolor punzante y ardiente. establece una pausa pasajera y relativa,
parece. (En estos experimentos se aplican impul- hasta que vuelve a intensificarse la acti-
Los centros de conexiÛn del t·lamo sos suaves, que no atormentan ni inquie- vidad y se comprueba entonces que otras
representaron durante mucho tiempo un tan a los probandos.) regiones cerebrales se han ocupado de
terreno desconocido en el campo del procesar el impulso caliente.
dolor. Sin embargo, la tÈcnica moderna Asomándose Con la simple mediciÛn de las corrien-
posibilita un estudio del cerebro, desde a la tierra desconocida tes cerebrales y campos magnÈticos no
el exterior, a travÈs del cr·neo. Los inves- Los sujetos que participaron en nuestro podemos conocer todavÌa la proceden-
tigadores pueden hoy seguir los proce- experimento recibieron, en primer lugar, cia exacta de estas seÒales. No obstante,
sos neuronales del cerebro con una pre- un impulso de l·ser en el dorso de la ma- la tÈcnica moderna puede resultar ˙til.
cisiÛn de milÌmetros y milisegundos, a no izquierda. El mensaje doloroso debÌa Mediante programas inform·ticos, que
travÈs de mÈtodos de formaciÛn de im·- ser transmitido hasta la mÈdula espinal incluyen en sus c·lculos la morfologÌa
genes incruentos, como la encefalogra- a travÈs de las fibras Aδ; dentro de la mÈ- de cada cerebro, se puede localizar la pri-
fÌa magnÈtica (EGM), sin necesidad de dula, cambiarÌa de lado (se pasarÌa al mera onda de actividad que, como es de
implantar electrodos. Se trata de un gran lado derecho) y, por ˙ltimo, alcanzarÌa esperar, se sit˙a en la parte m·s externa
avance: se puede explorar a la persona las ·reas somatosensoriales de la cor- de la corteza, en las ·reas de asociaciÛn
despierta, quien a su vez describe con teza cerebral derecha. Si el recorrido del somatosensorial secundaria. La sorpresa
palabras sus sensaciones y comunica, nervio, desde la mano hasta el cerebro, viene ahora: aunque sÛlo se estimule la

22 Mente y cerebro 06/2004


mano izquierda, no se activa ˙nicamente dolor? Est· claro que los datos esencia- minutos despuÈs de despertar, recobra-
el hemisferio derecho sino que se exci- les del mensaje doloroso se recogen en ban la actividad neuronal y, con ella, la
tan simult·neamente las ·reas corres- las regiones corticales somatosensoria- sensibilidad al dolor.
pondientes de ambos hemisferios cere- les y desde ahÌ se abren a la conciencia, Durante la anestesia se bloquean, pues,
brales. Hasta llegar al t·lamo, el dolor es decir, se sabe dÛnde, cÛmo y con quÈ las ·reas corticales secundarias cortica-
sigue un trayecto unilateral, como se ha intensidad duele. les, si bien el bisturÌ del cirujano sigue
demostrado en otros experimentos. Sin Pero tal discriminaciÛn sensorial, asÌ desencadenando impulsos que viajan por
embargo, en la corteza somatosensorial, se denomina este procesamiento del las fibras nerviosas nociceptivas y alcan-
el estÌmulo se torna, por primera vez, dolor, puede modificarse por el grado zan el cerebro, a travÈs de la mÈdula
bilateral. øEsconde esto alg˙n sentido o de vigilia o de ìatenciÛnî del cerebro. espinal. Los impulsos ocasionan la res-
propÛsito? El encÈfalo necesita activar De eso se aprovecha el anestesista, al puesta caracterÌstica que acompaÒa al
las ·reas cerebrales correspondientes de amortiguar el estado de vigilia del pa- dolor: reflejos musculares, sudoraciÛn,
ambos lados para comparar la seÒal e infe- ciente con hipnÛticos o incluso hacerle vÛmitos, descenso de la presiÛn arterial,
rir, por ende, de quÈ mitad del cuerpo ha perder el conocimiento durante la anes- variaciones de la frecuencia cardÌaca y
surgido el dolor. tesia general. El dolor desaparece, lo de la perfusiÛn local. AsÌ pues, tambiÈn
En un experimento ulterior aplicamos mismo que la conciencia. En colabora- durante la anestesia se transmite el men-
estÌmulos calientes sobre la frente, el ciÛn con el Centro de Anestesia de la saje doloroso, que activa diversas estruc-
brazo, la mano, la pierna y el pie; llega- ClÌnica Universitaria de Hamburgo turas cerebrales. Lo que ocurre es que el
mos a resultados bastante similares. El hemos analizado, por medio de la EGM, cerebro se muestra incapaz de elaborar
cerebro siempre procesa el mensaje dolo- las alteraciones neuronales que suceden dichas informaciones y transformarlas
roso en dos ·reas que guardan corres- durante la anestesia. Hemos compro- en una percepciÛn, pues las regiones
pondencia. En funciÛn de la parte del bado que la actividad de los campos cor- somatosensoriales de la corteza se en-
cuerpo estimulada por el l·ser, los cen- ticales somatosensoriales se halla con- cuentran desconectadas. En otras pala-
tros de m·xima excitaciÛn de la corteza trolada por ·reas de la corteza que regulan
somatosensorial secundaria se van des- la vigilia. AsÌ, mientras los probandos
plazando. Las relaciones de vecindad se se encontraban bajo una anestesia pro-
mantienen, sin embargo, constantes; funda, el estÌmulo doloroso apenas pro- 1. FUTBOL EXPLOSIVO. Sólo con
cuando se estimula, por ejemplo, el pie ducÌa seÒales en las regiones corres- mirarlo produce dolor. Sin embargo, el
o la pierna, las regiones que responden pondientes de SII. Sin embargo, pocos ardor puesto en el lance constituye uno
del SII se encuentran adyacentes. Cada de los analgésicos más potentes.
regiÛn corporal se halla representada a
la manera de mapa en el cerebro; la infor-
maciÛn neuronal correspondiente de la
periferia procede, sobre todo, de las fibras
Aδ. Precisamente por eso, el lugar del
dolor se puede localizar de forma cons-
ciente.
Este principio de la ordenaciÛn espa-
cial, o somatotopia, se da tambiÈn en
otras regiones del cerebro, como la cor-
teza motora. No tiene ninguna rigidez,
sino que puede modificarse, principal-
mente a travÈs del ejercicio. AsÌ, un vio-
linista, que lleve muchos aÒos tocando
y moviendo con precisiÛn los dedos de
su mano izquierda, no sÛlo muestra una
mayor representaciÛn de Èstos en el cere-
bro, sino tambiÈn una delimitaciÛn m·s
nÌtida de los campos.

Modificación
de la ordenación espacial
El dolor crÛnico de una regiÛn corporal
desfigura la ordenaciÛn. La regiÛn soma-
tosensorial aumenta y se desplaza. La re-
presentaciÛn del dorso de un paciente con
lumbago se extiende a las zonas vecinas,
sobre todo a la del miembro inferior. Por
un mismo principio: cuanto mayor es la
regiÛn cortical, m·s sensible al dolor re-
sulta la zona afectada. Y cuanto m·s mar-
cada est· la somatotopia, m·s f·cil resul-
ta comunicar al mÈdico dÛnde duele.
øQuÈ importancia tienen estos resul-
DPA

tados para el conocimiento del origen del

Mente y cerebro 06/2004 23


100 vos. Dicho de otra manera, la seÒal pro-
BURKHART BROMM

ANTES Y DESPUES DEL EFECTO


DE LA KETAMINA veniente del sistema somatosensorial
INTENSIDAD (nA/m)

80 recibe aquÌ su sello emocional.


DURANTE EL EFECTO
DE LA KETAMINA
Las caricias son agradables y gratas,
60 mientras que el dolor se vive como un
suceso desagradable y penoso. Las vÌas
40
2. SIN CONCIENCIA nerviosas de las porciones anteriores del
20 NO HAY DOLOR. Durante la cÌngulo se dirigen a los n˙cleos amig-
anestesia con ketamina, desaparece dalinos y al hipot·lamo, que eval˙an el
0 la actividad inductora de dolor de estÌmulo y lo califican; en funciÛn del
50 100 150 200 250 resultado obtenido, estas regiones regu-
INTERVALO ENTRE LOS ESTIMULOS la corteza somatosensorial. Por eso,
lan y coordinan la conducta corporal pos-
DOLOROSOS (msec) no percibimos el bisturí del cirujano. terior. Por un lado, se inicia la reacciÛn
motora al dolor, cual es la retirada o la
huida. Por el otro, la parte anterior del
bras, est· cerrada la puerta para la per- parto. De todas maneras, el dolor resul- cÌngulo tambiÈn desencadena reacciones
cepciÛn consciente del dolor. ta en muchas ocasiones torturante, gene- vegetativas. Rompemos a sudar, el cora-
Por nuestra propia experiencia del ra una sensaciÛn de amenaza, induce zÛn se acelera, sube la presiÛn arterial,
dolor sabemos que esta sensaciÛn tras- angustia y cambia el estado de ·nimo; aparecen n·useas y notamos esa sensa-
ciende la mera experiencia som·tica y todas estas emociones represivas expli- ciÛn miserable tan caracterÌstica del dolor
sensorial. El componente aversivo-emo- can por quÈ la vida del paciente dolori- intenso.
cional, es decir, las sensaciones que do se convierte en un infierno. No hay, pues, ning˙n centro encef·-
acompaÒan al dolor, importa bastante El sistema lÌmbico ocupa un lugar esen- lico del dolor. Antes bien, la sensaciÛn
m·s que el dÛnde, cÛmo y con quÈ inten- cial en la vida de los sentimientos. En esta general del dolor proviene de una in-
sidad. Este componente no siempre ha regiÛn cerebral, filogenÈticamente muy teracciÛn compleja de diferentes regio-
de ser negativo. AsÌ, muchas mujeres antigua e Ìntimamente emparentada con nes cerebrales, responsables de cada uno
acaban describiendo los dolores del parto, el rinencÈfalo, nacen sensaciones del de sus aspectos parciales. Como el es-
de por sÌ violentÌsimos, como una expe- hambre, la sed, la ira, la angustia, la ale- tÌmulo doloroso sÛlo se transforma en una
riencia emocional positiva. La alegrÌa grÌa y el amor. AquÌ se origina tambiÈn tortura una vez procesado en el sistema
por el bebÈ hace soportable el dolor del la caracterÌstica torturante del dolor. La lÌmbico, ya durante los aÒos sesenta se
actividad de las porciones posteriores del tratÛ de controlar, si bien de forma bas-
cÌngulo, una parte del sistema lÌmbico tante primitiva. En aquella Època se sec-
situada justo encima del cuerpo calloso, cionaban en el quirÛfano las comunica-
se incrementÛ unos 220 milisegundos ciones neuronales entre el lÛbulo frontal
despuÈs de ìcausar dolorî con el l·ser a y el cÌngulo de los pacientes con dolo-
nuestros probandos en un punto cual- res crÛnicos. El resultado era modera-
quier del cuerpo. Luego, la onda de exci- damente favorable: los pacientes seguÌan
taciÛn emigrÛ. En el transcurso del pro- teniendo dolores, pero menos desagra-
cesamiento del dolor, el punto doloroso dables y molestos.
de la actividad cingular se desplazÛ hacia Este mismo efecto, aunque mediado
las porciones centrales y anteriores y se por una vÌa mucho m·s conservadora, lo
extinguiÛ finalmente a los 300 milise- poseen las principales armas para el tra-
gundos en el lÛbulo frontal. tamiento del dolor, la morfina y sus deri-
vados sintÈticos modernos, los opi·ceos.
¿Dolor o tortura? En estudios combinados de EEG y EGM
øQuÈ significado tiene todo esto para la se ha demostrado que estos medicamentos
experiencia dolorosa? Los datos neuro- despliegan tambiÈn su efecto analgÈsico,
anatÛmicos de distintas investigaciones entre otras, sobre las ·reas cerebrales de
con seres humanos y animales han acla- la emociÛn, en particular sobre las por-
rado el tema. La regiÛn posterior del cÌn- ciones posteriores del cÌngulo. En esta
gulo (parte posterior de la circunvolu- regiÛn, la actividad inducida por el im-
ciÛn cingular) presenta una comunicaciÛn pulso caliente del l·ser entre los proban-
neuronal con la corteza parietal y resul- dos disminuyÛ mucho bajo el efecto de
ta determinante para la captaciÛn y el los opi·ceos. No se apreciÛ ya ninguna
reconocimiento de los estÌmulos aversi- seÒal procedente de las regiones ante-
riores. Es evidente que la parte poste-
rior de la circunvoluciÛn cingular con-
trola, probablemente en combinaciÛn
3. MIGRACION POR EL CINGULO. La con las regiones de la corteza parietal,
circunvolución cingular, situada encima la actividad de la vecindad inmediata y
evita, con ello, que se desencadenen de-
del cuerpo calloso (en blanco), confiere el
BURKHART BROMM

terminadas reacciones defensivas. Por lo


componente emocional del dolor. Las dem·s, el propio cerebro produce sus-
flechas amarillas indican que la onda de tancias muy parecidas a la morfina. Nos
excitación emigra de atrás hacia delante. referimos a las encefalinas, que desem-

24 Mente y cerebro 06/2004


4. “PINTABA MI PROPIA REALIDAD”,

AKG BERLIN
decía Frida Kahlo. Esta artista mexicana
sufrió dolores intensísimos durante años
a raíz de un accidente de autobús que le
produjo una lesión en la columna
vertebral.

peÒan un papel esencial en la supresiÛn


del dolor corporal.

El faquir con voluntad de hierro


La experiencia del dolor no sÛlo se puede
controlar con medicamentos, sino tam-
biÈn de forma consciente y voluntaria,
por asÌ decirlo con la fuerza del pensa-
miento. El faquir nos ofrece un ejemplo
paradigm·tico. Se inflige voluntaria-
mente dolor, pero es capaz de controlar
su duraciÛn e intensidad. A travÈs de esta
sensaciÛn de control logra incrementar
la tolerancia al dolor y, para asombro de
los espectadores, se tumba sobre un ta-
blÛn lleno de clavos. Sin embargo, si en
un momento, en el que estuviera despis-
tado, le pinchara alguien con un clavo,
gritarÌa de dolor.
La capacidad para controlar el dolor
de forma consciente se la debe el faquir
a su corteza prefrontal. Esta regiÛn del
cerebro ha aumentado muchÌsimo a lo
largo de la evoluciÛn humana. El lÛbulo
frontal est· directamente comunicado, a
travÈs de vÌas recÌprocas (es decir, de vÌas
que reciben informaciÛn y que envÌan
el resultado de su procesamiento), con el
centro sensorial, el sistema lÌmbico, sobre
todo con el cÌngulo. Asimismo, entabla
un contacto estrecho con las ·reas moto- lÛbulo frontal compara el mensaje dolo- pide a un probando que resuelva una
ras y sensoriales de la corteza y con la roso que proviene de la circunferencia complicada tarea de c·lculo, la activi-
regiÛn medial del t·lamo. Esta misma cingular con otras informaciones pro- dad cingular inducida por el impulso del
variedad de conexiones se refleja tam- cedentes del sistema sensorial. l·ser disminuye considerablemente.
biÈn en sus cometidos. Quiz·s, el m·s No obstante, el estado de ·nimo, los Adem·s, los probandos notaron mucho
importante radique en la evaluaciÛn de recuerdos de episodios dolorosos pre- menos dolor, pese a que el estÌmulo era
la intensidad de las emociones para con- vios y el sentimiento tambiÈn circulan idÈntico. øPodrÌa servir la distracciÛn
tenerlas, en caso de necesidad. Los dÈfi- con la informaciÛn anterior. El lÛbulo como suced·neo de la morfina? øPor quÈ
cit funcionales del lÛbulo frontal, donde frontal, en virtud de los datos prece- no? Algunas terapias alternativas para el
se asienta la personalidad, producen des- dentes, decide quÈ hay que hacer; por dolor contemplan el vasto influjo de la
inhibiciÛn, imprudencias y una estima- ejemplo, tomar una aspirina. En otras psique sobre el episodio doloroso y expli-
ciÛn irreal de lo propio. Las personas ocasiones, no hace falta nada m·s; seg˙n can al paciente cÛmo controlar mejor el
afectadas se comportan de forma desinhi- la importancia que la corteza prefrontal dolor con la fuerza de la mente.
bida e inadecuada en muchas situacio- conceda al dolor, puede reforzarlo o
nes. Se ven literalmente superadas por amortiguarlo activando el sistema anal- El pobre marinero
sus sentimientos y se comportan, unas gÈsico propio. øRecuerda usted el ejem- Para recopilar lo expuesto, podemos re-
veces, de manera ridÌcula y otras, agre- plo ya citado del futbolista con la frac- cordar la vieja historia de un marinero.
sivas. tura del hueso nasal? El que esta persona Hace tiempo los dientes se extraÌan sin
La corteza prefrontal cumple, adem·s, apenas sintiera un traumatismo impor- anestesia; seg˙n la leyenda, los marine-
una funciÛn reguladora de primer orden tante se debe ˙nicamente a que su cere- ros soportaban mucho mejor la inter-
en el dolor. Sus vÌas nerviosas y sobre bro se hallaba ocupado en el lance y no venciÛn despuÈs de que sus compaÒeros
todo sus comunicaciones frontocingu- prestaba, como es natural, ninguna aten- les mantuvieran sujetos los dedos sobre
lares dirigen la atenciÛn hacia el episo- ciÛn al dolor. la llama de una vela. Sean o no patraÒas
dio doloroso y examinan quÈ significado Nuestro grupo ha logrado apuntalar de los hombres de mar, esta medida no
encierra para el organismo. Para ello, el esta tesis neurofisiolÛgica. Cuando se le carece de sentido. Sin duda, el marinero

Mente y cerebro 06/2004 25


Sistema analgésico endógeno
El anestesista Henry K. Beecher realizó un descubrimiento muy parecida, había tanta diferencia en el dolor? En 1973
asombroso durante la segunda guerra mundial. Sólo un ter- se obtuvo la respuesta. John C. Liebeskind desconectó la
cio de los heridos que llegaban a su hospital de campaña, sensación dolorosa de los gatos tras estimular, con una
solicitaba morfina para combatir el dolor. A su regreso a la corriente eléctrica, la sustancia gris perisilvina, una región
vida civil, Beecher examinó a un grupo de enfermos recién mesencefálica. Una vez concluida la estimulación eléctrica,
operados. A pesar de que sus heridas tenían el mismo el efecto persistía durante una hora. Dedujo que el propio
tamaño, se quejaban de mucho más dolor: hasta el 80 % cuerpo producía sustancias supresoras del dolor. Unas sus-
solicitaba un analgésico opiáceo. ¿Por qué, si la herida era tancias que debían parecerse a la morfina, pues cuando se
administraba naloxona, un compuesto que bloquea el efecto
de los opiáceos, la anestesia eléctrica desaparecía. Dio en la
diana. En el decenio de los setenta se identificaron los anal-
CORTEZA SOMATOSENSORIAL gésicos propios del cuerpo, las encefalinas.
Hoy se sabe que la sustancia gris central es el núcleo de
conexiones del sistema analgésico. En circunstancias nor-
males, sus neuronas liberan transmisores inhibidores en
todo momento e impiden que el bulbo raquídeo, situado
en la profundidad, y el tracto dorsolateral que desciende,
desde ahí, por toda la médula espinal produzcan encefali-
nas; el conmutador del sistema analgésico corporal se encuen-
tra, por decirlo de alguna manera, inactivo.
Es el estímulo doloroso el que activa la palanca del con-
TALAMO mutador, de acuerdo con el principio de inhibición de la
inhibición. Cuando nos clavamos, andando, un casco de vidrio,
la señal asciende, a través de las vías pertinentes, por un
lado hasta la corteza, donde se hace consciente en forma
SUSTANCIA GRIS de dolor, y, por otro, a la sustancia gris perisilvina. Ahí, el
CEREBRO estímulo doloroso inhibe las neuronas inhibitorias, con lo
PERISILVINA
que el sistema analgésico se puede poner en marcha: el bulbo
MESENCEFALO raquídeo y las terminaciones nerviosas del tracto dorsola-
teral liberan encefalina y frenan, de este modo, el impulso
doloroso a su llegada a la médula. Por eso, el pisotón del
PORCION
casco produce, en un primer momento, un dolor intenso,
ROSTROVENTRAL pero luego desaparece con bastante rapidez.
DEL BULBO En cierto modo, esta señal facilita la supervivencia. Los es-
RAQUIDEO BULBO RAQUIDEO tímulos dolorosos mantenidos exigen una atención extrema
y agotan la capacidad cerebral. Una lesión grave nos deja-
ría casi paralizados, en un momento en el que es necesario
huir enseguida de la zona de peligro. Ante estas situacio-
TRACTO
DORSOLATERAL

nes de emergencia, el estrés activa el sistema supresor del


ESPINOTALAMICO

dolor y libera encefalinas analgésicas. Esta es la razón por


la que los heridos de guerra, llegados del campo de bata-
FIBRAS lla, se mostraban tan resistentes al dolor para Beecher. Aún
TRACTO

DOLOROSAS más importante parece el segundo cometido del sistema


DE TODO analgésico endógeno: suprime la descarga neuronal persis-
EL CUERPO tente de los receptores del dolor e impide, de este modo,
que el dolor se grabe en la memoria y se cronifique.

MEDULA
ESPINAL SUBIDA Y BAJADA. Los estímulos dolorosos de todo el
THOMAS BRAUN

cuerpo llegan hasta el cerebro a través de las vías nerviosas


ascendentes (en rojo). Sin embargo, al mismo tiempo, se activa
el sistema analgésico (en azul) que suprime el dolor.

tambiÈn notÛ dolor en los dedos, pero su desaparece y se olvida con mayor faci- vamos aprendiendo sin cesar, el estÌmulo
causa estaba clara y el dolor le parecÌa lidad. Sin embargo, ese perro guardi·n doloroso sostenido se graba en nuestras
mucho menos peligroso que la tortura de de la salud a menudo ladra cuando el circunvoluciones cerebrales y se trans-
la extracciÛn. peligro ya se ha esfumado. La natura- figura en una memoria de dolor. Nues-
En general se puede decir que todo leza torturante se puede independizar y tro grupo ha investigado tambiÈn quÈ
dolor agudo, bien localizado, del que trocar en una compaÒÌa permanente. Al sucede en el cerebro cuando el dolor se
conozcamos su origen y su importancia, igual que sucede con las palabras, que cronifica.

26 Mente y cerebro 06/2004


surdo, sino tambiÈn peligroso. Los impul-
BURKHART BROMM

sos nerviosos constantes de una regiÛn


dolorida del cuerpo inducen trans-
formaciones cerebrales con secuelas gra-
ves y la cronificaciÛn del proceso. Sin
embargo, si se trata a tiempo el dolor,
Èste ya no puede dejar ninguna huella en
la memoria.
Una vez que el dolor ha quedado gra-
bado en el sistema nervioso, el tratamien-
5. EL PODER DE LA ADORMIDERA. to se torna muy complicado. AsÌ, entre
los pacientes con dolor crÛnico, el elemen-
La morfina, que antes se extraía de la
to desencadenante original, por ejemplo,
adormidera, aminora la actividad (en rojo) un prolapso de un disco intervertebral,
inductora de dolor en el sistema límbico. puede haber desaparecido mucho tiempo
antes y, a pesar de ello, el perro guardi·n
no cesa de ladrar. El dolor se ha desaco-
La apoplejÌa leve del tronco encef·- plado de su causa y lleva, por asÌ decir,
lico de uno de nuestros pacientes le habÌa vida propia. Afortunadamente, el cerebro
irritado algunas vÌas dolorosas que trans- se puede modular hasta edades avanza-
miten las seÒales somatosensoriales del das; las propias alteraciones neuropl·s-
miembro inferior izquierdo. Debido a la ticas llegan a revertir.
lesiÛn, las neuronas emitÌan impulsos Con todo, en este caso, los medica-
errÛneos que se percibÌan como si proce- mentos ya no sirven. Los dolores crÛni-
dieran de la regiÛn representada, es de- cos responden, a menudo, mucho mejor
cir, del miembro inferior izquierdo. Esta a la psicoterapia. La investigaciÛn auxi-
descarga permanente no resultÛ inocua. liada por tÈcnicas de formaciÛn de im·-
Al cabo de un aÒo, el paciente tenÌa una genes ha revelado por quÈ la sensaciÛn
sensibilidad extraordinaria al dolor en la de dolor y el estado anÌmico se encuen-
pierna y en el pie izquierdos. AsÌ, cuando tran tan Ìntimamente relacionados. Todos
se ponÌa los calcetines, este levÌsimo los sistemas corporales que inhiben o
contacto motivaba dolores urentes y man- refuerzan el dolor se hallan sometidos
tenidos. øCÛmo pudo establecerse esta al control del cerebro y, en consecuen-
alodinia? Exploramos al paciente inme- cia, de la conciencia. AsÌ pues, tenemos
diatamente despuÈs del ictus, asÌ como un arma en nuestra cabeza, pues con
un aÒo m·s tarde. La soluciÛn del pro- nuestro pensamiento podemos regular
blema nos la dio la EGM. Durante la pri- la vivencia dolorosa de forma consciente.
mera prueba, los estÌmulos t·ctiles se Nuestro paciente con ictus deber·, en
proyectaron justo en el lugar que les ˙ltima instancia, interrumpir las nuevas
corresponde, a saber, en la regiÛn soma- comunicaciones neuronales estableci-
tosensorial del pie, pero un aÒo despuÈs das entre el t·lamo y el cÌngulo. Los
se habÌa establecido una nueva proyec- dolores no desaparecer·n de inmediato,
ciÛn que se encaminaba desde el t·lamo pero no resultar·n tan atormentadores.
directamente hacia la porciÛn posterior Una posibilidad serÌa contemplar el ardor
de la circunvoluciÛn cingular. del pie de una manera m·s racional, dis-
tanci·ndose mentalmente.
Reorganización funesta
Sin duda, la emisiÛn constante de seÒa-
les de la regiÛn daÒada habÌa inducido
un cambio en las comunicaciones cere-
brales y abierto vÌas nerviosas, que todos
poseemos pero que habitualmente no uti-
lizamos. Tales transformaciones neu-
ropl·sticas determinan, en ˙ltima ins- BURKHART BROMM es director emérito
del Instituto de Fisiología de la Clínica
tancia, una sensibilizaciÛn del sistema
Universitaria de Hamburgo-Eppendorf.
somatosensorial; en virtud de la misma,
los estÌmulos t·ctiles cotidianos, que en
condiciones normales ni siquiera perci- Bibliografía complementaria
bimos, producen de repente un dolor NERVOUS SYSTEM PLASTICITY AND CHRONIC
insoportable. Estas falsas percepciones PAIN. J. Sandkühler, B. Bromm y G. Geb-
constituyen un signo caracterÌstico de hardt. Elsevier; Amsterdam, 2001.
que el mensaje nociceptivo ha llegado a HANDBUCH CHRONISCHER SCHMERZ. U. Egle,
la memoria del dolor. S. Hoffmann, A. Lehmann y W. Nix.
Existe un dicho alem·n que reza: ìun Schttauer Verlag; Stuttgart, 2002.
indio no conoce el dolorî. No sÛlo es ab-

Mente y cerebro 06/2004 27


Migrañas
Determinadas mutaciones pueden llevar
a una inflamación dolorosa de las meninges

Hartmut Göbel y Axel Heinze san que su cabeza va a estallar. El cua- sa. Puesto que la exploraciÛn mÈdica se
dro se acompaÒa de n·useas y vÛmitos. revela incapaz de diagnosticar ninguna

L
os golpes y martillazos en la Es un flaco consuelo saber que Sigmund causa directa de la enfermedad, ni si-
cabeza resultan insoportables. Freud, Hildegard von Bingen, Marie quiera con las tÈcnicas modernas de for-
La luz, los ruidos y los olores Curie, Charles Darwin, Karl Marx, maciÛn de im·genes, quienes la ignoran
producen, de repente, un dolor Friedrich Nietzsche y otras celebrida- piensan que se trata de un comporta-
intenso; cualquier movimiento, por des se quejaran de estos dolores. miento teatral o manifestaciÛn de alg˙n
mÌnimo que sea, exacerba las molestias. A los afectados y a su entorno les trastorno psÌquico. Pero la migraÒa es una
A menudo los dolores afectan sÛlo a un resulta sorprendente e incomprensible enfermedad fisiolÛgica cuyas causas se
hemisferio cerebral (hemicrania), pero el paso brusco de un bienestar satisfac- han venido investigando con creciente
son tan intensos, que los afectados pien- torio a un sufrimiento agudo, y vicever- profundidad hasta llegar a su mecanismo
molecular.
Si preguntamos a los afectados quÈ
desencadena, en su opiniÛn, los ataques
de jaqueca, recibiremos siempre las mis-
Presagios de la desdicha mas respuestas: cambios de estados de
tensiÛn a otros de relajaciÛn, en concre-
Uno de cada diez pacientes de migraña experimenta, poco antes del ataque to en los fines de semana; alteraciones
doloroso, un “aura”: se le aparecen imágenes fantásticas a un lado del campo hormonales durante la menstruaciÛn;
de visión, como líneas que se mueven en zigzag, rayos o centellas. A veces, el cambios atmosfÈricos; alteraciÛn del
aura va acompañada de parálisis o trastornos sensoriales en una parte del ritmo sueÒo-vigilia o descanso-activi-
cuerpo, así como de lalopatías. Propio del aura migrañosa es que los síntomas dad. A veces, los dolores aparecen incluso
se expandan poco a poco durante varios minutos. Bien es verdad que de- por sÛlo retrasarse la hora de la comida
saparecen antes de una hora, pero el sufrido paciente no puede alegrarse por o por haber bebido alcohol. Todos estos
ello. Sabe que, en los próximos sesenta minutos, el martillo neumático comen- desencadenantes se pueden reducir a un
zará su trabajo; el dolor de migraña empieza a actuar y continúa después denominador com˙n: irregularidades en
durante unas horas y, a menudo, hasta tres días. Sólo esta persistencia carac- el modo de vivir.
terística diferencia el aura de la migraña de los trastornos circulatorios tran-
sitorios del cerebro. Dormir lo suficiente es tabú
El aura de la migraña se dispara posiblemente por lo que se denomina una Pero, øcÛmo puede la m·s mÌnima des-
onda de despolarización neuronal. Simultáneamente se extiende una modifi- viaciÛn de la rutina provocar unos dolo-
cación del potencial de membrana de las neuronas hacia valores más positi- res tan insoportables? En los pacientes
vos de entre tres a cinco milímetros por minuto. Por lo general, la onda de de jaqueca, las neuronas del cerebro reac-
despolarización se limita a la mitad posterior de un hemisferio cerebral; esta cionan con hipersensibilidad en cuanto
onda la recorre, partiendo del lóbulo occipital, en el transcurso de entre cinco
parece que est· amenazado un equilibrio
a diez minutos. Los típicos trastornos ópticos del aura podrían deberse a la
interno o externo. La culpa la tienen, en
paralización transitoria de las conexiones nerviosas en el córtex visual.
esta como en otras muchas enfermeda-
des, los genes; errores en el genotipo
IMAGENES producen defectos en los canales iÛni-
cos, t˙neles proteÌnicos a travÈs de los
FANTASTICAS. Si un
cuales los ·tomos y molÈculas, dotados
paciente de jaqueca ve de carga, atraviesan la membrana celu-
los síntomas de un aura lar. A los afectados se les puso ya en la
como estas líneas cuna una predisposiciÛn a la migraÒa.
zigzagueantes en su De cierta variante, que sÛlo se pre-
campo de visión, sabe senta en determinadas familias (ìmigraÒa
hemiplÈjica familiarî), se ha identifica-
THOMAS BRAUN

que se le viene encima


do ya su causa. Se trata de dos defectos
el siguiente ataque de
gÈnicos, que, entre los dos, son respon-
migraña. sables de casi tres cuartos de los casos
de este tipo de jaqueca. En algunos

28 Mente y cerebro 06/2004


pacientes se halla afectado un gen del tornos circulatorios y nuevas cefalalgias

WOLFRAM SCHOLL / ALLOVER / F 1ONLINE


cromosoma 19 que codifica a un canal (los ìdolores de cabeza inducidos por los
del ion calcio. El otro gen conocido de f·rmacosî).
la migraÒa lo acaba de caracterizar Mau- Esta situaciÛn poco satisfactoria cam-
rizio De Fusco. Se encuentra en el cro- biÛ de pronto en 1993. Se introdujeron
mosoma 1 y contiene la informaciÛn los triptanos. Imitan a la serotonina, un
genÈtica de una subunidad de la bomba neurotransmisor. Pero se han producido
de sodio-potasio. Por consiguiente, una ex professo para que se unan sÛlo a un
mutaciÛn altera el contenido iÛnico de tipo de receptores de serotonina que tiene
las cÈlulas. su sede en los apÈndices del nervio tri-
En los pacientes de los otros tipos de gÈmino. Si se activan, estos receptores
migraÒa, la raÌz del mal deberÌa ser tam- impiden que se liberen los neuropÈpti-
biÈn alg˙n defecto innato de los canales dos causantes de las inflamaciones de la
iÛnicos, si bien no se han descubierto a˙n, meninge, en concreto el CGRP.
en estos otros casos, las mutaciones con- La investigaciÛn clÌnica confirma el
cretas. Por causa de la alteraciÛn del con- Èxito arrollador de los triptanos. SÛlo
tenido iÛnico, las neuronas pierden muy dos horas despuÈs de la ingesta desapa-
f·cilmente el control sobre la liberaciÛn recen los dolores en casi un treinta por
de los neurotransmisores. AsÌ, una irre- ciento de los pacientes; en otro cincuenta
gularidad, de suyo inofensiva, en el modo por ciento se liberan de gran parte de las
de vida puede bastar para inundar el ce- molestias. Y es indiferente si se admi-
rebro con mensajeros excitadores, en es- nistra en cuanto se presenta el acceso o
pecial glutamato. Con ello se activa en el despuÈs de alg˙n tiempo. Igual que se
tronco encef·lico el sistema trigÈmino- muestran tan exigentes con sus socios rial; los antidepresivos tricÌclicos y algu-
vascular. ValiÈndose de la tomografÌa estructurales, los triptanos tienen tam- nos antiepilÈpticos reducen la propen-
computarizada por emisiÛn de positrones, biÈn muchos menos efectos secundarios siÛn a la migraÒa, si se toman a diario
el grupo encabezado por Hans-Christoph que la ergotamina, que se inserta en toda durante cierto tiempo.
Diener, de la Universidad de Essen, visua- una serie de proteÌnas receptoras de diver-
lizaron este ìgenerador de migraÒasî. sos neurotransmisores. No obstante, no Primeros flancos de ataque
Desde esa ·rea, un nervio singular son adecuados ócomo tampoco la ergo- Con estos profil·cticos de la migraÒa el
óel ìtrigÈminoîó llega, entre otros, a taminaó para quienes sufren trastornos cerebro se torna menos sensible a los
las meninges, membranas que revisten el circulatorios, pues pueden constreÒir los estÌmulos externos e internos. En gene-
endocr·neo. En un acceso de jaqueca, vasos sanguÌneos. ral, el mecanismo de acciÛn de la mayo-
el nervio activado libera CGRP (abre- Este grupo de pacientes deben ceÒirse rÌa de estas sustancias permanece toda-
viaciÛn inglesa de Colomin Gene Related al segundo recurso de la terapia moderna vÌa bastante obscuro. Sabemos, por los
Peptide), neuroquinina A o sustancia P, de la jaqueca para prevenir los ataques. estudios clÌnicos, que surten efecto los blo-
neuropÈptidos. Tal activaciÛn produce en La mejor receta indicada deriva del des- queadores beta en los pacientes migra-
algunos puntos de las meninges una infla- encadenante directo de la migraÒa; con Òosos con tensiÛn arterial normal o baja,
maciÛn que moviliza, allÌ, a los recepto- otras palabras, el mejor remedio es la es decir, cuando no supone un cambio
res del dolor. Estos convierten despuÈs regularidad en el modo de vida. Siguiendo del di·metro del vaso sanguÌneo. Algo
el pulso de los vasos sanguÌneos de las este consejo, los afectados deberÌan guar- m·s se conoce en el caso de los antiepi-
meninges (en condiciones normales ape- dar un ritmo sueÒo-vigilia equilibrado. lÈpticos; reducen la excitabilidad de las
nas perceptible) en el dolor insistente y DÌgase lo mismo del comer, beber y cÈlulas nerviosas para prevenir ataques
martilleante de la migraÒa. deporte, actividades en las que hay que epilÈpticos, lo que comporta un alivio de
Algunos analgÈsicos comunes, pen- evitar excesos. Otro consejo: elaborar la migraÒa. Por desgracia, tampoco estos
semos en los antiinflamatorios ·cido ace- estrategias que permitan superar el estrÈs medicamentos se hallan exentos de efec-
tilsalicÌlico (ìaspirinaî) y el paracetamol, y el dolor. Suelen ayudar, en las fases de tos secundarios: suelen producir can-
pueden sofocar en su origen los ataques estrÈs, mÈtodos de relajaciÛn como la sancio. Adem·s, sÛlo en contados pa-
de migraÒa de la mayorÌa de los afecta- ìrelajaciÛn muscular progresiva de cientes eliminan del todo los ataques de
dos. Algunas veces los mÈdicos pres- Jacobsonî. jaqueca. Para el resto de los afectados,
criben, adem·s, un f·rmaco contra las A quienes sufren la migraÒa m·s de hemos de volver a los triptanos en cuanto
n·useas, como la metoclopramida. Su seis dÌas al mes se les suele prescribir, se insin˙a una nueva cefalalgia.
ayuda es doble, pues con su presencia como medida preventiva, f·rmacos com- Esta situaciÛn podrÌa cambiar pronto,
los analgÈsicos alcanzan antes al orga- plementarios, indicados tambiÈn en pues los dos defectos gÈnicos de los cana-
nismo y su efecto resulta m·s eficaz. pacientes que, por causas varias, no admi- les iÛnicos, recientemente identificados,
Por desgracia, no bastaban para ali- tan triptanos o les resulten contrapro- ofrecen unos primeros flancos de ataque
viar a todas las vÌctimas de la jaqueca. ducentes. Los f·rmacos preventivos com- para atajar el mal de raÌz, a saber, en sus
Para los casos algo m·s severos, hasta parten un car·cter peculiar: ninguno de causas moleculares.
ahora sÛlo se podÌa echar mano de las ellos se desarrollÛ para aliviar la jaqueca.
ergotaminas, sustancias derivadas del Los pacientes los tomaron en el trata-
hongo del tizÛn del centeno (Claviceps miento de otras patologÌas y advirtie-
purpurea), muy venenoso. Mas estos f·r- ron, por azar, que tambiÈn les beneficiaba HARTMUT GÖBEL es catedrático de neu-
macos, no muy eficaces, suelen sopor- en accesos de cefalalgia. Se da tal con- rología de la Universidad de Kiel, cuya clí-
tarse mal: pueden empeorar el malestar comitancia en los bloqueadores beta, nica del dolor dirige. AXEL HEINZE trabaja
de la migraÒa y, adem·s, provocar tras- prescritos contra la hipertensiÛn arte- como jefe médico en el mismo hospìtal.

Mente y cerebro 06/2004 29


Personalidad
múltiple
En los momentos en que se producen situaciones comprometidas y graves sufrimientos,
las personas ejecutan un plan de urgencia: “Esto no me está pasando a mí, ése no soy yo”,
dice nuestra conciencia. Algunos individuos, sin embargo,
pierden el control del mecanismo de autodefensa

Ursula Gast comporte ìcomo otra personaî o ìcomo de cu·n frÌa se sentÌa en su interior.
un niÒoî. En estas discusiones Catalina Cuando su hija pequeÒa, con las prime-

P
or tercera vez Catalina B., de sufre autÈnticos ataques de p·nico, por- ras tentativas para echar a andar, se cayÛ
veintiocho aÒos de edad, ingre- que no puede acordarse de esos episo- de bruces, no sintiÛ compasiÛn ni pesar,
sa en la clÌnica psiqui·trica. De dios a los que se refiere su esposo. Pero, sino pura indiferencia. øHabrÌa habido
nuevo ha recurrido a los barbi- øcÛmo puede hacÈrselo comprender de incluso momentos en los que causara
t˙ricos para quitarse la vida. Cuando la forma creÌble? Posiblemente se queda- alg˙n daÒo a la niÒa?
doctora de guardia le interroga sobre su rÌa horrorizado si le pusiera al corriente Pero existe algo m·s que le produce
estado, la joven se muestra incapaz de de sus lagunas de memoria y le dijera, desasosiego. A menudo tiene la vaga
describirlo con claridad. Tuvo una pelea por ejemplo, que no puede recordar su impresiÛn de que hay ìotra personaî en
con su marido. øFue Èsa la causa de su boda ni el nacimiento de su hija tan su interior, cuya presencia se hace per-
intento de suicidio? La doctora insiste: siquiera. Ella misma ha sufrido en su ceptible ocasionalmente. Adem·s, oye
ìøLe sucede a menudo no poder acor- propio cuerpo signos inconfundibles de voces en su cabeza: la de la pequeÒa y
darse de determinadas situaciones?î. blancos en sus recuerdos. En m·s de una miedosa Kati y la del colÈrico e irasci-
Catalina reacciona entonces con sor- ocasiÛn ha observado cÌrculos de que- ble Kai. Ambos parecen conversar entre
presa. Hasta ahora nadie habÌa aludido maduras en los antebrazos. øEs posible sÌ; eso a Catalina suele producirle con-
de forma tan directa a un problema que que se haya quemado con un cigarrillo suelo, aunque tambiÈn la atemoriza. En
ella misma siempre procurÛ mantener sin darse cuenta? otras situaciones nuestra paciente se
oculto. En efecto, en numerosas ocasio- Pese a sus repetidas visitas a la clÌni- habÌa presentado a sÌ misma, de forma
nes, ha sentido la impresiÛn de que habÌa ca psiqui·trica, en episodios de depre-
perdido retazos de tiempo. siÛn e intentos de suicidio, nunca se habÌa
Se le diagnosticÛ un ìtrastorno disocia- atrevido a hablar de ciertos sÌntomas.
tivo de la personalidadî (tambiÈn cono- De manera especial le aterrorizaba que
cido como personalidad m˙ltiple), una se la tomara por enajenada mental o loca.
afecciÛn psÌquica que, entre los especia- Ahora, sin embargo, el di·logo terapÈu-
listas, se halla sometida hoy a contro- tico seguÌa otro derrotero: la conver-
versia. øExiste siquiera tal enfermedad? saciÛn directa y franca sobre determi-
øNo se tratarÌa de un fenÛmeno histÈrico nados sÌntomas nunca revelados logra
que se ha puesto de moda en NorteamÈ- que, por fin, la paciente confiese la angus-
rica? øHan sufrido los afectados traumas tia que le atenaza.
graves o son meras vÌctimas de terapeutas En los ˙ltimos tiempos constituÌa para
obcecados? No resulta difÌcil establecer ella una autÈntica tortura ser consciente
un cuadro objetivo de esta afecciÛn. Para
Frank Putman, el trastorno de identidad
disociativo supone ìun elemento crucial
para el conocimiento de la conscienciaî. 1. EL PADRE DE LA DISOCIACION.
Para otros, en cambio, vendrÌa a ser lo Pierre Janet (1859-1947), psicólogo,
que gr·ficamente se ha dado en llamar
psiquiatra y filósofo francés, popularizó el
la ìlocura del terapeutaî.
El marido de Catalina habÌa advertido concepto de la disociación, según el cual
los contenidos de la conciencia pueden
RETRATO

que en su mujer ìalgo no funcionaba


bienî. Le reprocha que una y otra vez se quedar escindidos.

30 Mente y cerebro 06/2004


manifiesta y reiterada, bajo otros nom-

SUPERBILD
bres. Siguiendo la estrategia vital que ha
mantenido hasta la fecha de mantener los
ìojos cerrados a cal y cantoî, Catalina
se habÌa esforzado en no pensar en estas
cuestiones. Pero ahora que su marido le
ha amenazado con la separaciÛn, no
puede seguir ignorando este problema.
La doctora no titubeÛ en el diagnÛs-
tico: trastorno de identidad disociativo.
Se trata, le explica a la paciente, de una
especie de intento de autocuraciÛn por
parte de la psique en relaciÛn con epi-
sodios vitales gravosos. No nos hallamos
ante un caso clÌnico desconocido. El tras-
torno de identidad disociativo (TID)
entrÛ en la psiquiatrÌa hace m·s de un
siglo. Pierre Janet (1859-1947) realizÛ
una curiosa observaciÛn en algunos de
sus pacientes que habÌan tenido expe-
riencias vitales traum·ticas: determina-
das formas de conducta y tambiÈn algu-
nos recuerdos de los afectados parecÌan
escapar a su control consciente. HabÌan
separado moment·neamente los dife-
rentes contenidos de la consciencia tras
un suceso traum·tico, existÌan uno al
lado del otro y llevaban, en tanto que
ìideas fijasî, una vida independiente.
A este proceso le llamÛ Janet en 1889
disociaciÛn.

Janet contra Freud


El concepto se convirtiÛ pronto en tema 2. YO SOY MUCHOS. Las personas con un trastorno de identidad disociativo
de enconado debate en los cÌrculos fi- experimentan aspectos escindidos de su personalidad como si fueran personas genuinas.
losÛficos y psiqui·tricos. Janet se en-
frentaba a Sigmund Freud, quien habÌa
observado sÌntomas semejantes en sus ces, tercera ediciÛn del Diagnostic and enfermos psÌquicos, los pacientes inves-
pacientes histÈricas. Para el vienÈs, la Statistical Manual of Psychiatric Disor- tigados habÌan sufrido experiencias trau-
causa primera de estos trastornos eran ders (DSM-III), libro de referencia cl·- m·ticas especialmente frecuentes y espe-
las experiencias traum·ticas, especial- sico de los trastornos psiqui·tricos. Este cialmente graves. Todo ello avala la
mente los abusos en el seno familiar. reconocimiento oficial desencadenÛ una hipÛtesis de que los traumas infantiles
M·s adelante, sin embargo, abandonÛ extensa serie de investigaciones en el repetidos suelen desembocar en una diso-
tal explicaciÛn para considerar fantasÌas terreno de la disociaciÛn. La imagen de ciaciÛn permanente de la personalidad.
las descripciones de sus pacientes. Su teo- la enfermedad se habÌa vuelto ahora ase- Per no todos admiten la hipÛtesis. Se
rÌa de la represiÛn, tan adecuada para la quible gracias al empleo de mÈtodos nor- reprocha a los terapeutas la provocaciÛn
sociedad del momento, allanÛ el camino malizados; en esa onda, se hizo evidente en sus pacientes de la apariciÛn espec-
al psicoan·lisis. Dicha teorÌa y los tra- que el TID aparecÌa con una frecuencia tacular de diferentes personalidades de
bajos de Eugen Bleuler sobre la esqui- muy superior a lo supuesto hasta enton- forma voluntaria o incluso inconsciente.
zofrenia habrÌan de dominar en los dece- ces. Diferentes estudios llevados a cabo Pero tal objeciÛn carece de fundamento:
nios inmediatos las principales corrientes en NorteamÈrica, Europa y TurquÌa lle- sÛlo en raras ocasiones se deja observar
psiqui·tricas y psicoterapÈuticas. El con- garon a la conclusiÛn de que hasta un 5 % durante la consulta un cambio de perso-
cepto de la disociaciÛn decayÛ. Si bien, de los pacientes psiqui·tricos investi- nalidad. Por el contrario, como se acaba
hasta 1944, se publicaron m·s de setenta gados, mujeres en su mayorÌa, sufrÌan un de mostrar en el caso que se ha tomado
casos de TID. TID. Se admite hoy que la proporciÛn como ejemplo, la mayorÌa de los afec-
Hubo que esperar a los aÒos setenta del sexo femenino entre los afectados tados procuran ocultar a sus allegados
para que rebrotara el interÈs por la in- asciende al 80 %. esos terribles sÌntomas disociativos. En-
vestigaciÛn de los traumas. Influyeron Muchos enfermos de TID relatan vi- tre los signos patognomÛnicos se nu-
en ello, por un lado, las secuelas de la vencias traum·ticas ocurridas en su infan- meran problemas de la memoria, esta-
guerra de Vietnam y, por otro, el movi- cia. De Èstas, un noventa por ciento se dos de trance, voces interiores aterradoras
miento feminista, que trajo a primer plano refieren a abusos corporales o sexuales. y rastros evidentes de hechos o actua-
la cuestiÛn de los abusos sexuales. A raÌz Hay tambiÈn casos relacionados con ciones de los que al sujeto le resulta
de ello, en 1980, se dio entrada a los tras- crueldad emocional, desatenciÛn abso- imposible acordarse. El diagnÛstico ante
tornos disociativos junto con otras afec- luta, pobreza o con haber presenciado una un determinado comportamiento de
ciones postraum·ticas en la, por enton- muerte violenta. Comparados con otros ìdiferentes personalidadesî es tan poco

Mente y cerebro 06/2004 31


3. PERSONALIDAD MULTIPLE. de los sujetos con TID varÌa, en deter-

DEFD-MOVIES
minadas situaciones, de un modo muy
En la película Psicosis de Hitchcock, brusco. Observado desde el exterior, el
Norman Bates representa un sujeto con paciente parece actuar como una per-
personalidad múltiple. Cree que su madre sona distinta; exactamente asÌ es como
ha apuñalado a una mujer en la ducha. se sienten tambiÈn los propios afectados.
En realidad, su madre ha muerto hace A pesar de que los trastornos se mani-
años y lleva en la consciencia de Norman fiestan en cada paciente con perfiles pro-
pios, podemos reconocer un modelo
una vida propia, a modo de un fragmento
b·sico caracterÌstico: junto a una ìper-
escindido de su personalidad. sona com˙nî, que tiende a exhibir m·s
bien pocas vivencias afectivas, act˙an
ocasionalmente una o m·s ìpersonasî
que se dirÌan inmersas en emociones
Recuerdos olvidados traum·ticas. Naturalmente, no se trata
Esta posiciÛn no resiste hoy un an·lisis aquÌ de diferentes personalidades que se
cientÌfico riguroso. En los aÒos 1994 y hallan en un mismo cuerpo, sino de as-
1995 Linda M. Williams entrevistÛ a pectos escindidos de una personalidad
129 mujeres que antes de cumplir los global que, sin embargo, son experimen-
diecisiete aÒos habÌan sido examinadas tados como identidades propias. Los en-
en hospitales por haber sufrido abusos fermos no pueden domeÒar la permuta
sexuales. Aproximadamente el 38 % de en otra persona; suelen hacerlo de forma
ellas no relataron nada sobre esos suce- totalmente involuntaria.
sos, que, sin embargo, estaban cabal- Ellert Nijenhuis sostiene la hipÛtesis
mente documentados. De sus respuestas de que toda persona dispone al menos
se inferÌa que su silencio no se debÌa a de dos sistemas de funcionamiento inna-
ning˙n acto voluntario, sino al mero tos: un sistema cotidiano normal y otro
olvido, en el momento de la encuesta, de supervivencia para situaciones de
adecuado para un TID, como lo serÌa el de tales acontecimientos pretÈritos. Algo extremo peligro. Cuando se producen
de ìtristezaî para un trastorno depre- semejante observaron Cathy S. Widom graves amenazas emocionales, la cons-
sivo. y Norval Morris en 1977. Entrevistaron ciencia se retira; se desconecta, para
Se expresan dudas tambiÈn a propÛ- a 96 personas en las que veinte aÒos atr·s ponerse a salvo de los estÌmulos aflu-
sito de la etiologÌa traum·tica de la afec- se habÌa probado en instancia judicial la yentes y de las emociones violentas. Las
ciÛn. Quienes se oponen al TID aducen existencia de abusos sexuales. Tampoco consecuencias de este mecanismo de
que los recuerdos traum·ticos apareci- en este caso el 37 % de los encuestados urgencia se exteriorizan en los sÌntomas
dos en el curso de la terapia son fanta- aludiÛ al trauma. Por otro lado, Hans postraum·ticos, como las im·genes del
sÌas inducidas por el terapeuta. Los Markowitsch ha podido comprobar, apor- pasado (ìflashbacksî) de car·cter opre-
supuestos recuerdos del paciente no tando incluso im·genes funcionales, el sivo o angustioso, que se intercambian
serÌan sino pseudorrecuerdos; su per- fenÛmeno del bloqueo de la memoria con estados de sordera emocional y de
sistencia constituirÌa un componente de autobiogr·fica en el plano fisiolÛgico de apatÌa.
una enfermedad independiente: el sÌn- la corteza cerebral.
drome de la falsa memoria. Los defen- La controversia pone sobre el tapete, Fantasías protectoras
sores m·s radicales de esta posiciÛn sos- cierto es, la existencia de puntos dÈbi- En condiciones normales, el sistema coti-
tienen que los traumas infantiles, les del concepto de TID. Los criterios diano y el de supervivencia tornan a inte-
especialmente los abusos sexuales, son diagnÛsticos oficiales hasta ahora em- grarse en la consciencia. Pero, en los
imposibles de olvidar. pleados encubren un diagnÛstico arbi- casos de traumas repetidos y persisten-
trario. Demasiado abstractos, los crite- tes acaecidos durante la infancia, podrÌa
rios describen la enfermedad de forma dejar de desarrollarse la capacidad de
harto imprecisa. Por esta razÛn, el TID integraciÛn del cerebro. En particular, los
ha permanecido para muchos terapeutas abusos sexuales incestuosos fuerzan la
como algo nebuloso, carente del rigor pre- activaciÛn de una estrategia de supera-
ciso. Es necesario establecer un cat·- ciÛn de car·cter disociativo. Como las
logo trasparente de criterios, como el personas allegadas intentan negar estos
que ya existe para otras enfermedades sucesos, el niÒo se refugia en la idea de
psÌquicas (trastornos depresivos o cua- que semejante atrocidad no le ha ocurri-
F. LAMPRECHT. VERLAG PFEIFER BEI KLETT-COTTA, 2001

dros de estrÈs postraum·ticos). do a Èl, sino a otro. En consecuencia, no


PRAXIS DER TRAUMATHERAPIE. DIRIGIDO POR

øDÛnde reside el sustrato biolÛgico es raro que elabore una serie de figuras
de la disociaciÛn? El comportamiento proyectivas totalmente fant·sticas; a
Èstas les acaba otorgando individuali-
dad convirtiÈndolas en personalidades
4. ESTO NO ME ESTA PASANDO independientes.
La causa originaria de la disociaciÛn
A MI. Así expresó una paciente con un reside, por tanto, en la necesidad de crear
trastorno de identidad disociativo su una realidad interna que garantice la
recuerdo de un episodio incestuoso. supervivencia emocional en situaciones

32 Mente y cerebro 06/2004


Personalidad múltiple: Nociones básicas
Los manuales diagnósticos oficiales de la Sociedad Americana • Problemas de memoria, vivencias de alienación ante sí
de Psicología (APA) y de la OMS describen los trastornos mismo o ante el medio, imágenes del pasado (“flashbacks”)
de identidad disociativos de una manera abstracta. Los tera- y estados de trance.
peutas carecen así de una guía orientativa clara. Por eso, el
TID pasa inadvertido; si los terapeutas sospechan de su pre- Vivencias de identidad no completamente integradas:
sencia, no se atreven a diagnosticarlo por miedo a errar.Ante • Referencias a identidades personales parcialmente escin-
esa situación, en el departamento de psiquiatría clínica de la didos, de los cuales habla, piensa o siente como no per-
Universidad de Hannover, dirigido por H. M. Emrich, en cola- tenecientes a sí mismo; capacidades vividas como impues-
boración con Luise Reddemann, psiquiatra y psicoterapeuta tas o realizadas por otro. El paciente oye voces (infantiles)
de Bielefeld, estamos trabajando para establecer una serie de interiores o voces que critican a las otras identidades.
criterios diagnósticos precisos para el TID. Compararemos • Referencias a identidades personales completamente
ochenta pacientes femeninos, que hasta ahora han sido diag- escindidos: extensas lagunas de memoria con la sensa-
nosticadas de TID de forma clínicamente segura, con otras ción de “vacíos en el tiempo”, comportamientos que no
pacientes psiquiátricas y con sujetos sanos de control. Como pueden recordar. Los afectados encuentran objetos de
base nos hemos servido de una nueva ayuda diagnóstica cuya adquisición no guardan memoria, tienen signos o
racional desarrollada por Paul Dell, del Centro de Recupera- huellas de autolesiones de cuya aparición no saben abso-
ción de Traumas de Norfolk. El cuestionario divide los signos lutamente nada.
diagnósticos del TID en tres grupos:
Contenidos de la memoria y de la percepción no comple- Los cambios momentáneos entre las distintas personalidades
tamente integrados: no figuran en este catálogo.

de emergencia. Sin embargo, lo que una pasan de diez, pero que en los casos trucciÛn de seguridad. Importa sobre-
vez habÌa sido elaborado como estra- extremos pueden alcanzar el n˙mero de manera que el paciente establezca una
tegia de superaciÛn, al producirse los veinte e incluso m·s. A pesar de que los relaciÛn de confianza con el mÈdico, una
traumas de forma repetida termina por prÛdromos y los primeros sÌntomas de tarea nada f·cil para muchos enfermos.
emplearse de manera cada vez m·s inde- TIF apareen en su mayorÌa durante la Al propio tiempo, la paciente tiene que
pendiente; queda asÌ establecida la reac- infancia, el trastorno suele diagnosti- aprender a cortar las im·genes mnemÛ-
ciÛn disociativa. Por esa vÌa pueden cons- carse en la edad adulta. El n˙cleo de la nicas torturantes (ìflashbacksî), asÌ como
truirse muchas ìpersonasî diferentes, enfermedad no se encuentra en la diso- a ejercitarse en la puesta en pr·ctica de
que en la mayorÌa de las ocasiones no ciaciÛn propiamente dicha, sino en la reacciones emocionales y estrategias de
circunstancia de que la estrategia de soluciÛn adecuadas para las situaciones
superaciÛn disociativa se independice y crÌticas. La elaboraciÛn de las expe-
pase a convertirse en una carga para la riencias traum·ticas sigue ocupando una
vida cotidiana. parte importante de la terapia, pero sÛlo
øCÛmo llegÛ la doctora a establecer tiene lugar cuando la paciente ha adqui-
el diagnÛstico de Catalina? Contaba con rido la consolidaciÛn psÌquica suficiente
unos elementos sospechosos muy carac- como para arriesgarse a volver a recor-
terÌsticos: los problemas de memoria y dar y experimentar vivencias traum·ti-
las amnesias eran las principales refe- cas. De acuerdo con ese guiÛn, Catalina
rencias; a ellos habÌa que sumar el fra- aprender· a abandonar, paso a paso, la
caso de los tratamientos precedentes, la disociaciÛn como mecanismo defensivo,
existencia de tres o m·s diagnÛsticos para asÌ hacerse cargo de la responsabi-
diferentes, la conducta autolesiva y los lidad que conlleva su propia vida.
sÌntomas psicosom·ticos y psiqui·tricos
multiformes. Al igual que otros pacientes
con trastornos de identidad disociativos,
Catalina habÌa sufrido en su infancia
duros maltratos y abusos sexuales. URSULA GAST, especialista en medicina psi-
Una psicoterapia apropiada para ella, coterapéutica de la Universidad de Hannover,
de varios aÒos de duraciÛn, va a ayudarle ha investigado en el campo de los trastor-
CINETEXT

a vivir en una individualidad personal. nos disociativos de la personalidad.


El procedimiento terapÈutico para con-
5. CARICATURA DE UNA seguir este fin ha variado en las ˙ltimas Bibliografía complementaria
ENFERMEDAD. El Dr. Jekyll no es una
dÈcadas. Si a comienzo de los aÒos M ULTIPLE P ERSÖNLICHKEITEN . Ü BERLEBENDE
ochenta el an·lisis de las experiencias EXTREMER GEWALT. M. Huber. Fischer Verlag;
personalidad múltiple. Su extraño
traum·ticas se situaba en primer plano, Frankfurt a. M., 1995.
comportamiento constituye la desde mediados de los aÒos noventa se DIE DISSOCIATIVE IDENTITÄTSSTÖRUNG. F. Put-
consecuencia de un experimento ha instaurado un mÈtodo secuencial de man. Junfermann Verlag; Padeborn, 2003.
farmacológico realizado sobre sí mismo. varias fases. En primer lugar, la cons-

Mente y cerebro 06/2004 33


Arte en la
enfermedad
de Alzheimer
Las vivencias, los sentimientos y los pensamientos de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer
suelen permanecer ocultos para los demás. No es el caso del artista alemán Carolus Horn:
sus ilustraciones abren una senda poco habitual hacia la vida interior de una persona afectada

Konrad y Ulrike Maurer miliar. Lo que la mayorÌa ignora es que Alemania de la posguerra proyectÛ y
estos y otros eslÛganes son obra de un creÛ algunas de las campaÒas m·s cono-

ìT
odos hablan del tiempo. mismo autor, Carolus Horn (1921-1992). cidas de la Època del milagro econÛmico,
Nosotros, no.î A los ale- El publicista de mayor prestigio de la como las citadas anteriormente sobre el
manes de cierta edad les
suena ese estribillo. Lo
mismo que este otro: ìHay mucho que
hacer. °Empecemos ahora mismo!î. Se 1. HASTA EL AMARGO FINAL. Esta ilustración en color de un folleto de Opel
trata de reclamos publicitarios que ca- constituye una muestra de la cima alcanzada por el artista gráfico Carolus Horn (abajo).
laron hasta convertirse en expresiÛn fa- La acuarela de la derecha, trazada un año antes de su muerte, refleja la descomposición
espectacular de sus funciones intelectuales.
LAS ILUSTRACIONES PROCEDEN DE LA COLECCION “CAROLUS HORN: ALZHEIMER Y ARTE”, PROPIEDAD DE NOVARTIS PHARMA
2. CADA VEZ MAS COLORIDO.
Estos cuatro cuadros del puente
veneciano de Rialto muestran el
cambio de estilo (de izquierda a
derecha): 1978 (tinta lavada), 1980
(aguada), 1986 (lápiz lavado) y 1988
(aguada).

ferrocarril alem·n o la compaÒÌa


Esso; suyas fueron tambiÈn las
campaÒas de Opel (ìSÛlo volar
resulta m·s placenteroî) y
Gl¸cksklee (ìLas vacas felicesî).
Adem·s, aprovechÛ sus viajes
para crear una extensa obra de paisajes Postales a cambio de queso fresco
y vistas urbanas. Carolus Horn pintÛ desde su infancia
Mediado el decenio de los ochenta, le hasta las ˙ltimas etapas de su enferme-
llegÛ el diagnÛstico fatÌdico: Alzheimer. dad. Ya con 3 aÒos dio muestras de ta-
Estaba claro que Horn perderÌa muy lento: dibujÛ un caballo, no con un par
pronto su capacidad artÌstica. Curiosa- de trazos, sino con todos los detalles,
mente, sin embargo, su fuerza creativa empezando por la cola. Luego, recibiÛ
jam·s menguÛ, a pesar de las manifes- clases de dibujo en una escuela privada
taciones progresivas de la demencia. No y comenzÛ a elaborar carteles cinema-
cesÛ de pintar hasta poco antes de su togr·ficos gigantes; para una pelÌcula de
muerte. Sus cuadros alcanzaron enton- Luis Trenker, entre otros. En noviembre
ces no sÛlo una fuerza expresiva com- de 1936, cuando tenÌa 15 aÒos, empezÛ
pletamente nueva, sino que nos permi- a trabajar para la agencia norteameri-
ten ahora seguir la evoluciÛn de una cana de publicidad McCann. Sus pri-
enfermedad alevosa. La obra artÌstica de meros anuncios, en blanco y negro, por-
Horn transmite asÌ algo que acostumbra taban el eslogan ìCoca-cola, helada,
permanecer velado al entorno: la vida deliciosa y refrescanteî.
contemplada desde el interior de un
enfermo de Alzheimer.
4. COMPOSICION DRAMATICA.
Ataque en el frente ruso (1944,
3. TECNICA DE PINTURA CON técnica mixta)
FILIGRANA. Chalets de Unterbäch
en el Valais (1980, tinta).

36 Mente y cerebro 06/2004


Declarada la Segunda Guerra Mundial, DesplegÛ todo su arte en escenas mili- DespuÈs de la guerra, Horn regresÛ a
fue llamado a filas. Capturado, terminÛ tares, dibujadas sobre papel, como la de McCann, donde brillÛ como artista gr·-
en una prisiÛn soviÈtica. Su talento le un compaÒero durante un ataque contra fico y diseÒador. Con una perfecciÛn
ayudÛ a sobrevivir. PintÛ postales para el ejÈrcito ruso (vÈase la figura 4). Este inimitable, dominaba todas las tÈcnicas
los furrieles quienes, a cambio, le otor- dibujo a l·piz destaca por la elasticidad de la creaciÛn publicitaria: a travÈs de
gaban un trato de favor. RecibÌa racio- de los movimientos del soldado en com- composiciones con perspectiva conse-
nes complementarias de queso fresco, bate y da una clara idea del peligro que guÌa la profundidad espacial, introducÌa
con las que fabricaba el color blanco. corrÌa. fuentes luminosas y efectos brillantes

Percepción espacial de los pacientes con enfermedad de Alzheimer


El cerebro se contrae en la enfermedad

KONRAD MAURER
de Alzheimer; en el tejido nervioso se
depositan sustancias y el cerebro se va
destruyendo paulatinamente. Se resien-
ten muchas funciones intelectuales, sobre
todo la orientación, la atención, la memo-
ria y el habla.
Para los artistas enfermos, el cambio en
la orientación espacial resulta determi-
nante: ellos ven y sienten las líneas, las
superficies, los cantos, las esquinas y las
formas redondeadas de modo cada vez
más cambiante; aparece la estereoagno-
sia. Los pacientes con enfermedad de
Alzheimer tampoco reconocen las caras; ¿QUE HORA ES? Los pacientes con enfermedad de Alzheimer tienen, desde el
esta carencia se denomina prosopagno- principio, dificultades para leer la hora de un reloj. Tal incapacidad se refleja
sia. Sin embargo, sobre el plano bidi- también en la actividad encefálica cuando se les pregunta la hora (a la izquierda se
mensional del cuadro pueden reflejarse muestra la actividad de una persona sana y a la derecha, la de un paciente con
formas expresivas totalmente nuevas.
enfermedad de Alzheimer).
La imposibilidad para dibujar un dado o
una casa en tres dimensiones, es decir,
para orientarse en el espacio, constituye
uno de los síntomas precoces más fiables de la enfermedad nes. En el laboratorio de neuroimagen del departamento de
de Alzheimer. Los pacientes tampoco reconocen con faci- psiquiatría y psicoterapia I de la Clínica Universitaria de
lidad los ángulos, por lo que no saben la hora y mucho Frankfurt se realizó la denominada prueba del reloj a proban-
menos aún pueden leerla en una esfera luminosa con un dos de edad avanzada y a pacientes con enfermedad de Alzhei-
indicador. mer: se les pidió que reconocieran un ángulo de 60 grados
entre la aguja pequeña y la grande. La tarea indujo una acti-
Gracias a la resonancia magnética (RM) funcional, los vidad intensa de la parte superior del lóbulo temporal de
investigadores pueden reconocer este defecto de orienta- las personas sanas, pero se redujo mucho entre los pacien-
ción espacial y localizar las regiones del encéfalo que con- tes con enfermedad de Alzheimer ( véase la fotografía ). Esta
tribuyen a la visión espacial. Este método detecta la activi- región encefálica parece, pues, la responsable de las tareas
dad encefálica a través de una medición del contenido de de orientación espacial; se daña en las primeras etapas de
oxígeno en la sangre y de la perfusión de las distintas regio- la enfermedad de Alzheimer.

Mente y cerebro 06/2004 37


Arte y psiquiatría
Cuando alguien habla de arte en medicina y, sobre todo, pués, los investigadores ilustraron la repercusión de la
en psiquiatría, evoca de inmediato la figura del psiquiatra demencia a través de la obra tardía del holandés Willen De
y coleccionista de obras de arte Hans Prinzhorn. En su obra Kooning (1904-1997). Resultó una sorpresa comprobar que
Cuadros de las enfermedades mentales , investiga la crea- algunos pacientes con demencia frontotemporal desplega-
ción artística de enfermos psíquicos. Se trata fundamental- ban una destreza artística insospechada en los campos de
mente de pinturas de pacientes con psicosis endógenas, en la pintura y de la música.
particular con esquizofrenia. La visión de las cosas y la per-
cepción anómala de la realidad, debidas a la enfermedad, se Sin embargo, han sido los cuadros de Carolus Horn los que
reflejan de forma muy llamativa en los cuadros de los pacien- han demostrado de qué forma se modifica la capacidad artís-
tes. tica en el transcurso de la enfermedad de Alzheimer. A dife-
Hasta la fecha, apenas se había prestado atención, sin embargo, rencia del expresionismo abstracto de De Kooning, Horn
al arte de los pacientes con demencia. Los primeros artícu- pintaba su enfermedad con un realismo fotográfico sor-
los sobre las alteraciones en la expresión y destreza artís- prendente. La demencia no se manifiesta tanto por conteni-
tica causadas con la enfermedad de Alzheimer surgieron a dos poco habituales, cuanto por los cambios formales co-
finales de los años ochenta del siglo XX . Cierto tiempo des- mo consecuencia de la pérdida de la función intelectual.

refinados; en definitiva, transmitÌa una vez m·s impotente para respetar el prin-
atmÛsfera muy intensa. Sus representa- cipio cl·sico de la geometrÌa de alinea-
ciones, minuciosas y realistas, tienen ciÛn, con reducciÛn de las personas y
m·s interÈs y vida que las mismas foto- objetos en funciÛn de la distancia. Aunque
grafÌas. Merece resaltarse la campaÒa los ·ngulos, los lados y las superficies
de Opel, donde el vehÌculo refleja una estaban bien definidos, a partir de 1986
imagen fascinante (vÈase la figura 1). Sin dejan de respetar las leyes de la grave-
embargo, Horn no se limitÛ a la publi- dad. AsÌ, los raÌles horizontales de las
cidad. Con su esposa realizÛ, hasta las rampas de ascenso y descenso del puente
primeras etapas de la enfermedad de discurren, ahora, paralelos a los pretiles
Alzheimer, numerosos viajes, que docu- y a la cubierta. Aparentemente, el pin-
mentÛ en sus cuadros paisajistas y urba- tor se habÌa vuelto incapaz de reconocer
nos. Le sacÛ m·ximo partido al dibujo y representar las dimensiones horizon- 5. COLORES ALEGRES Y JOVIALES.
con tinta china; se comprueba en la tÈc- tales y verticales. PadecÌa agnosia, con- Grupo folclórico (1986, aguada).
nica de filigrana con que dibujÛ Unter- diciÛn en que se percibe el ambiente de
b‰ch, en el cantÛn suizo de Valais, el aÒo forma cada vez m·s deformada; y asÌ lo
1980 (vÈase la figura 3). Contaba enton- reproducÌa (vÈase el recuadro ìPercep-
ces unos 60 aÒos, Època en que apare- ciÛn espacial de los pacientes con enfer-
cieron los primeros sÌntomas clÌnicos y medad de Alzheimerî).
los primeros cambios en sus obras.
Confesaba ya que le costaba, cada vez Vocablos latinos hasta el final
m·s, pensar y hablar. Sus compaÒeros Al comienzo de la enfermedad, las alte-
de la agencia lo advirtieron un poco m·s raciones apenas se reflejaban en sus cua-
tarde, aunque mantuvieron un silencio dros. Sin embargo, quien conozca la obra
respetuoso. artÌstica de Horn notar· enseguida de-
talles como una botella totalmente desa-
Cuadros rígidos sistida de Coca-Cola pintada por el rey
La evoluciÛn de su enfermedad puede indiscutible de la publicidad en materia
seguirse a travÈs de las cuatro im·genes de refrescos. Los miembros, antaÒo atrac-
del puente Rialto de Venecia (vÈase la tivos, de las mujeres aparecen ahora
figura 2). Si se compara con la primera abombados y desproporcionados. Se
versiÛn del aÒo 1978, la de 1980 resulta aplanan los objetos redondos, conforme
tenebrosa y lenta, posiblemente por su desaparecen los efectos de brillo y som- 6. PERDIDA DE LA PERSPECTIVA.
estado depresivo, frecuente al comienzo bra. Llama especialmente la atenciÛn la Puente de hierro de Frankfurt del Meno
de la enfermedad de Alzheimer. Sin falta de diferencia entre jÛvenes y vie- (1985, aguada)
embargo, con la progresiÛn de la misma, jos; todos los personajes alcanzan una
los cuadros fueron adquiriendo colores misma edad indefinible.
de creciente intensidad; amarillos pri- La perspectiva cambia de suerte tal,
mero, aunque tambiÈn azules y rojos. que la textura espacial del objetivo y de
Al mismo tiempo, decayÛ la expresi-
vidad y los cuadros acabaron torn·ndose
las personas del entorno parece des-
garrada. AsÌ sucede con la representa-
7. ¿ALUCINADO? La composición II
rÌgidos. Pese a todo, Horn intentaba expo- ciÛn del puente de hierro de Frankfurt (1987, aguada) refleja una vivencia
ner la perspectiva, si bien se sentÌa cada de 1985 (vÈase la figura 6). Los ·ngu- psiquiátrica.

38 Mente y cerebro 06/2004


los ya no respetan las normas geomÈtri-
cas; las baldosas desprecian la ley de ali-
9. CASI UN ICONO.
Ornamento I (1988, aguada).
neaciÛn y no se achican con la distan-
cia. Se aprecia, por el contrario, una gran
superficie amarilla, muy llamativa, de
aspecto escarpado y levantada a modo La escena est· dominada por el amari-
de pared. Los personajes, exentos de llo, el rojo y el verde. Horn empieza por
individualidad, se suspenden ingr·vidos dotar a sus cuadros de un marco, cual si
en el espacio, sin arrojar sombras. fueran los iconos que habÌa coleccio-
Los cuadros de la Època de 1986 a nado durante los aÒos precedentes. La
1988 adquieren mayor color y alegrÌa, elecciÛn de los motivos revela tambiÈn
no obstante la progresiÛn inexorable de que los recuerdos arraigados inundaban,
la enfermedad (vÈase la figura 5). En una y otra vez, su conciencia.
esta Època, Horn llena de ornamento todo La demencia progresa irremisible.
el espacio disponible. En un retrato del Horn va pintando los motivos de manera
aÒo 1987 emanan incluso los rasgos psi- cada vez m·s tosca, conform·ndose a me-
qui·tricos: la duplicaciÛn de la boca y nudo con rellenar de colores los contor-
de la nariz y los tres ojos podrÌan obe- nos negros y estereotipados, dibujados
decer a alucinaciones transitorias, un con tinta china. Los elementos pictÛri-
posible sÌntoma concomitante de la cos se van reduciendo y esquematizando.
demencia (vÈase la figura 7). Durante el El ejemplo m·s ilustrativo es la represen-
aÒo siguiente aparecen frecuentes moti- taciÛn de las nubes. Estas, que aparecÌan
vos orientales y rusos, con contrastes con finos detalles y asombroso realismo
llenos de colorido (vÈase la figura 9). al principio, se van convirtiendo a par-

8. NUBES CON FORMA DE HUEVOS AL PLATO. Tres hombres (1988, aguada).

40 Mente y cerebro 06/2004


10. AL FINAL SOLO PODIA
GARABATEAR. Una de sus últimas obras
(1992, lápiz).

su viuda, Thilde Horn, el hecho de que


hasta poco antes de su fallecimiento, el
29 de diciembre de 1992, conservara la
razÛn de su vida (la pintura y el dibujo),
habÌa supuesto una ìgran suerteî. Este
ejemplo ilustra a las claras cu·nto se
puede facilitar la vida de un paciente con
enfermedad de Alzheimer si se apoyan
sus costumbres y capacidades hasta sus
˙ltimas consecuencias. No sÛlo se trata
de la destreza artÌstica. Cierto profesor de
latÌn recitaba todos los dÌas vocablos
hasta que muriÛ. Lo que importa es ofre-
cer al paciente un armazÛn, al que pueda
aferrarse psÌquicamente, aun cuando sus
capacidades mentales vayan desapare-
ciendo.
Los cuadros de Horn poseen tambiÈn
un valor especial para los familiares de
esos enfermos. A travÈs de las creacio-
nes pueden percibir la evoluciÛn paula-
tina de los sentimientos, las capacida-
des y las destrezas del paciente. De este
modo, las personas de su entorno logran
entender mejor los sÌntomas caracte-
rÌsticos de la enfermedad, que tanto su-
frimiento les causa, como la falta de re-
conocimiento de las caras por parte de
los enfermos o su incapacidad para orien-
tarse.

KONRAD MAURER es profesor y director


del departamento de psiquiatría y psicote-
rapia I de la Clínica Universitaria de Frankfurt.
ULRIKE MAURER dirige desde 1995 la reno-
vación y reforma de la casa natal de Alois
Alzheimer en Marktbreit, que se convertirá
en un museo y centro de congresos.

Bibliografía complementaria
tir de 1988 en manchas rojas en mitad rientaciÛn temporal progresiva. Un aÒo PROBABLE ALZHEIMER’S DISEASE IN AN ARTIST.
de las im·genes de huevos al plato (vÈa- antes de su muerte, en 1991, simplifi- J. L. Cummings y J. M. Zarit en JAMA, vol.
se la figura 8). Las alteraciones menta- caba tanto los elementos pictÛricos, que 258, pág. 2731; 1987.
les inducidas por la enfermedad hacÌan sus obras remedaban las de un niÒo.
O N DRAWING IMPAIRMENT IN ALZHEIMER’S
que Horn percibiera un entorno de for- Adem·s, empezÛ a utilizar sÛlo un color
DISEASE. A. Kirk, A. Kertesz en Archives in
mas superficiales e indiferenciadas. (vÈase la figura 2, derecha).
Neurology, vol. 48, pág. 73; 1991.
Posiblemente, ya sÛlo disponÌa de una Al final ya sÛlo garabateaba con el
capacidad limitada de representaciÛn. l·piz unos trazos que, sin querer, evoca- DE KOONING’S LATE COLORS AND FORMS:
Como no podÌa manejar las tijeras, no ban el arte subjetivo moderno. Se pasa- DEMENTIA, CREATIVITY, AND THE HEALING
cortaba los m·rgenes del papel; los des- ba todo el dÌa en el escritorio, moviendo POWER OF ART. C. H. Espinel en Lancet, vol.
garraba. la mano de un modo estereotipado. No 347, pág. 1096; 1996.
En sus ˙ltimos aÒos, el pintor ya no podÌa desplazar el l·piz con la destreza EMERGENCE OF ARTISTIC TALENT IN FRON-
firmaba correctamente los cuadros. Ni y la agilidad de antes, sino que lo lle- TOTEMPORAL DEMENTIA. B. Miller et al. en
siquiera indicaba el aÒo. Signos de su vaba con todo el puÒo y de manera tosca Neurology, vol. 51, pág. 978; 1999.
incapacidad para escribir y de su deso- sobre el papel (vÈase la figura 10). Seg˙n

Mente y cerebro 06/2004 41


Detección
de feromonas
Mediante su órgano vomeronasal, los mamíferos analizan las sustancias biológicas emitidas
por sus congéneres. La activación de este órgano provoca en ocasiones unas reacciones fisiológicas
que favorecen la reproducción. En la especie humana, el órgano vomeronasal,
poco desarrollado, no cumple ninguna función

Didier Trotier y Kjell Døving irrigaban el Ûrgano. Puesto que el canal reducido, si no carecen incluso del mismo
del Ûrgano estaba lleno de mucosidad, algunos individuos.

E
n 1813, Ludvig Jacobson (1783- dedujo que el Ûrgano podÌa ser secretor. Por otra parte, ciertas molÈculas iden-
1843) se sorprendiÛ de la pre- Sin embargo, tambiÈn observÛ unos haces tificadas en el sudor u otras secreciones
sencia de una pequeÒa l·mina nerviosos que partÌan del Ûrgano, se humanas provocan diversas reacciones
cartilaginosa alargada en la extendÌan a lo largo del tabique nasal y fisiolÛgicas, pero act˙an en condiciones
nariz de diversos mamÌferos. Debajo de convergÌan en una pequeÒa zona del que nada tienen que ver con las corres-
ese cartÌlago encontrÛ un Ûrgano desco- bulbo olfatorio, en la cavidad cerebral; pondientes a las feromonas animales. No
nocido hasta entonces. Los neurofisiÛ- concluyÛ, pues, que se tratarÌa de un se ha confirmado el descubrimiento de nin-
logos de nuestro tiempo siguen estu- Ûrgano sensorial. AcertÛ de pleno. guna feromona humana y conviene ana-
diando el funcionamiento y los efectos Pasaron 140 aÒos hasta que se com- lizar con gran cautela cualquier anuncio
de ese Ûrgano que inicialmente se llamÛ prendiÛ la relaciÛn entre la activaciÛn del de un efecto sobre el comportamiento
Ûrgano de Jacobson, en honor del ana- Ûrgano vomeronasal y ciertos aspectos inducido por alguno de los compuestos
tomista danÈs, pero al que en 1895 la de la reproducciÛn. En 1953, en Toulouse, que actuarÌa sobre el Ûrgano vomeronasal.
sociedad alemana de anatomÌa le asig- H. Planel observÛ que las cobayas macho
nÛ el nombre de Ûrgano vomeronasal, por tienen un comportamiento reproductor La nariz de los compuestos
estar en contacto con el vÛmer, una la- menos intenso en ausencia de ese Ûrgano. no volátiles
minilla Ûsea vertical situada en la parte Las hembras operadas no presentan ese Los mamÌferos se comunican entre sÌ
posterior e inferior del tabique de las hundimiento del lomo, llamado lordosis intercambiando informaciÛn quÌmica,
fosas nasales. de acoplamiento, que indica a los machos mediante secreciones (bucales, anales,
En su artÌculo de 1813, que hemos en- la predisposiciÛn al apareamiento; mani- genitales, cut·neas, etc.) que mezclan
contrado recientemente en la Univer- fiestan poco interÈs por los machos. con la orina, la saliva, las descargas vagi-
sidad de Agricultura de Copenhague, Ja- Los estudios de la estructura y la fun- nales, las heces, etcÈtera. La composi-
cobson destacÛ la importancia de su ciÛn del Ûrgano vomeronasal han per- ciÛn de las secreciones depende de nu-
descubrimiento: el Ûrgano se situaba a mitido conocer mejor el mundo de las merosos factores: la especie, el sexo, la
ambos lados del tabique nasal en todos feromonas, molÈculas que instan diver- posiciÛn social, la madurez sexual, el
los mamÌferos que habÌa observado (ga- sos comportamientos en los animales. estado hormonal y la predisposiciÛn a la
to, vaca, pero, cabra, caballo, cerdo, ove- La pregunta que se plantea es: øexisten reproducciÛn, entre otros.
ja, tigre, camello, b˙falo, gamo, etc.). Su feromonas humanas? La intervenciÛn Dichas secreciones contienen molÈ-
compleja estructura y su gran tamaÒo del Ûrgano vomeronasal en la detecciÛn culas vol·tiles que, a travÈs del aire, lle-
sugerÌan un papel fisiolÛgico importante. de las feromonas animales y su presen- gan al sistema olfatorio de los congÈne-
El Ûrgano tiene una abertura estrecha, cia en los seres humanos hicieron creer res. Esta comunicaciÛn aÈrea a distancia
se alarga hacia la parte posterior de la que nuestra especie tambiÈn podÌa ser tiene un papel clave en diversos com-
nariz y dispone de un canal interno sin sensible a unas molÈculas capaces de portamientos. A travÈs de la olfacciÛn,
salida. En los roedores, el Ûrgano se abre estimular el Ûrgano vomeronasal, unas los animales delimitan su territorio,
directamente en la parte delantera de la feromonas humanas. rechazan rivales potenciales, atraen a
fosa nasal. En el perro, el cerdo, la ca- Sin embargo, como veremos m·s ade- sus parejas o envÌan mensajes de alerta.
bra y el buey, la abertura se comunica lante, los estudios anatÛmicos e histo- Sin embargo, la informaciÛn vol·til
con el canal palatino, que conecta la boca lÛgicos indican que no parece que el no es sino una parte de la informaciÛn
y la nariz, detr·s de los incisivos. Ûrgano vomeronasal humano se halle que transmiten las secreciones de los
Jacobson observÛ que varios vasos capacitado para la detecciÛn de molÈculas congÈneres. Estas contienen, asimismo,
sanguÌneos, uno de ellos muy notable, estimuladoras. Tiene un tamaÒo muy numerosas molÈculas poco vol·tiles e

42 Mente y cerebro 06/2004


incapaces, por tanto, de alcanzar el Ûrgano dulas de Bartholin (las gl·ndulas cuyas vomeronasales se abren en el canal pala-
olfatorio: esteroides (molÈculas deriva- secreciones lubrifican la vagina). Per- tino, las molÈculas estimuladoras pasan
das del colesterol y segregadas por las tenece a la familia de las lipocalinas, por la nariz, pero tambiÈn por la boca.
gl·ndulas endocrinas), pÈptidos y proteÌ- proteÌnas que fijan y transportan peque- Muchos mamÌferos, asÌ los perros que
nas. Dichas molÈculas reflejan el estado Òas molÈculas. øQuÈ molÈculas trans- lamen la orina de las hembras en celo, uti-
fisiolÛgico del individuo emisor y pue- porta la afrodisina? Se ignora. Se habÌa lizan la lengua para facilitar el estÌmulo.
den ser captadas por el Ûrgano vomero- creÌdo que estas molÈculas desconoci- FÈlidos y ungulados, en particular,
nasal de un congÈnere. En la actualidad, das activarÌan los Ûrganos vomeronasa- exhiben un comportamiento peculiar en
se considera que la apariciÛn del Ûrgano les. Pero Singer observÛ que la proteÌna sus relaciones sociosexuales y en el an·-
vomeronasal en los anfibios y su presen- purificada, probablemente sin ligando lisis de los fluidos biolÛgicos emitidos
cia en todas las serpientes y mamÌferos aprehendido, activaba las neuronales por sus congÈneres: levantan la cabeza,
terrestres es el resultado de la adapta- vomeronasales y provocaba el efecto de arrugan el morro, retuercen el labio su-
ciÛn de los organismos a la vida terres- comportamiento descrito anteriormente. perior y suspenden moment·neamente la
tre. Los peces, que utilizan el agua como Por tanto, los Ûrganos vomeronasales respiraciÛn. Esta mueca, llamada Fleh-
vector de comunicaciÛn quÌmica, no posibilitan el acceso de los animales a las men, facilita el acceso de las molÈculas
poseen Ûrgano vomeronasal, a pesar de molÈculas vol·tiles y no vol·tiles que se estimuladoras a los Ûrganos vomero-
que sus fosas nasales desempeÒan una hallan en las secreciones de interÈs bio- nasales. En el caballo, el Flehmen sue-
funciÛn equivalente. lÛgico. En los roedores, estos Ûrganos se le venir acompaÒado de un relincho. En
Gracias a su posiciÛn muy adelantada abren en la fosa nasal, delante del canal los ungulados, acompaÒa el contacto con
en la fosa nasal de los mamÌferos, el palatino anterior; para llegar a ellos, las la orina o las secreciones vaginales. Por
Ûrgano vomeronasal detecta las molÈ- molÈculas estimuladoras siguen la vÌa lo que concierne a los felinos, el gato ma-
culas de comunicaciÛn por contacto nasal. En los animales cuyos Ûrganos cho manifiesta este mismo comporta-
directo con los fluidos biolÛgicos que ana-
liza. Cuando acercamos, por ejemplo,
un h·mster macho a una hembra dis-
puesta al apareamiento, las secreciones
vaginales emitidas por la hembra con-
tienen unos compuestos sulfurados vol·-
tiles, como el dimetildisulfuro, que des-
piertan el interÈs olfatorio del macho.
A continuaciÛn, con el hocico explora la
zona genital de la hembra, de forma tanto
m·s enÈrgica cuanto m·s joven es y
menos experiencia sexual tiene.
En el transcurso de esos contactos, las
secreciones vaginales llegan hasta las
ventanas nasales del macho y, tras diluirse
en las secreciones de unas gl·ndulas
localizadas en el vestÌbulo nasal, son
transportadas hasta la abertura de los
Ûrganos vomeronasales. Recogen Èstos
la informaciÛn quÌmica; los mensajes
que envÌan al cerebro favorecen el com-
portamiento de apareamiento.
A finales de los aÒos ochenta, Alan
Singer demostrÛ que en las secreciones
vaginales de las hembras en celo habÌa
una pequeÒa glicoproteÌna (una molÈcula
compuesta por una parte proteÌnica, un
encadenamiento de 151 amino·cidos, y
un az˙car), llamada con acierto afrodi-
sina, que pueden detectar los Ûrganos
vomeronasales de los machos.
La afrodisina se sintetiza en la vagina,
en la parte baja del ˙tero y en las gl·n-

1. ANTE EL OLOR DE LA HEMBRA,


el morro del caballo se transforma y la
bestia relincha. Esa transfiguración rostral,
llamada Flehmen, facilita el acceso de las
moléculas estimuladoras a los órganos
vomeronasales.
ZEFA

Mente y cerebro 06/2004 43


la cara lateral del Ûrgano, lo aÌsla de la de su dendrita, hay un retÌculo endo-
DR / POUR LA SCIENCE

fosa nasal y lo mantiene en una c·psula plasm·tico muy desarrollado cuya fun-
rÌgida. ciÛn sigue sin aclararse. (Al retÌculo
En un corte transversal se aprecia que endoplasm·tico, una red de cisternas
el canal del Ûrgano vomeronasal tiene intracelulares, le compete exportar las
forma de l˙nula. Las neuronas senso- proteÌnas reciÈn sintetizadas en la cÈlula).
riales se encuentran exclusivamente en Los dos tipos de neuronas tambiÈn
el epitelio que recubre la cara interna, difieren en cuanto a su fisiologÌa. Seg˙n
cÛncava, del canal. La cara lateral, con- los estudios de biologÌa molecular rea-
vexa, no es sensorial: est· tapizada de lizados a finales de los ochenta, entre
cÈlulas ciliadas, an·logas a las del sis- otros por Catherine Dulac, Richard Axel
tema respiratorio, que agitan las muco- y Linda Buck, de la Universidad de Har-
sidades. vard, y N. Ryba, de Bethesda, las mem-
El canal, un callejÛn cerrado en su branas de las neuronas vomeronasales
extremo posterior, tiene su abertura ante- alojan unas proteÌnas especÌficas que
rior angosta: øcÛmo son arrastradas hacia parecen ser las receptoras de las molÈ-
el interior del canal la mucosidad externa culas estimuladoras.
y las molÈculas estimuladoras que con- Estas proteÌnas receptoras sospecha-
2. LUDVIG JACOBSON, anatomista tiene? En 1949, M. Hamlin descubriÛ un das difieren de las proteÌnas receptoras
danés, descubrió el órgano vomeronasal sistema de bombeo, basado en la varia- de las neuronas olfatorias. Est·n codifi-
en 1813 en Leipzig. ciÛn de la turgencia del tejido cavernoso cadas por genes distintos, menos abun-
situado bajo el epitelio no sensorial del dantes que los que cifran las proteÌnas
canal. Una vena poderosa atraviesa este receptoras olfatoria. AsÌ pues, las neu-
miento, despuÈs de que su hocico entre tejido cavernoso. Como el Ûrgano se ronas vomeronasales y las olfatorias pro-
en contacto con las secreciones que desea mantiene rÌgidamente sobre su periferia, ceden a lecturas distintas del mundo quÌ-
analizar. En cambio, las gatas tienen a la contracciÛn del tejido cavernoso dilata mico circundante.
menudo ese comportamiento cuando ana- el canal interno y aspira las molÈculas El mecanismo de la transducciÛn
lizan un objeto marcado por un macho estimuladoras durante varios segundos. vomeronasal, es decir, la secuencia de
en ausencia de Èste. El comportamiento Luego, la vasodilataciÛn del tejido com- acontecimientos moleculares y elÈctri-
de Flehmen depende de las especies, el prime el canal y expulsa el lÌquido ana- cos desde la activaciÛn de la proteÌna
sexo y el contexto. lizado. receptora hasta la emisiÛn de impulsos
El elefante es el mamÌfero que tiene La detecciÛn por el Ûrgano vomero- nerviosos, difiere asimismo del meca-
el Ûrgano vomeronasal mayor: 25 cen- nasal constituye, pues, un mecanismo nismo de transducciÛn olfatoria.
tÌmetros de longitud y 4 centÌmetros de activo. Seg˙n Michael Meredith, de la
di·metro. Este Ûrgano desempeÒa un Universidad de Florida, en los h·msters Organo heterogéneo
papel decisivo en la comunicaciÛn quÌ- en cautividad la bomba se activa en cada y activación específica
mica a corta distancia: los elefantes situaciÛn nueva: en presencia de un con- Durante mucho tiempo se pensÛ que la
machos de la India empapan sus trom- gÈnere, al abrir la caja, etcÈtera. poblaciÛn de neuronas sensoriales del
pas en la orina de las hembras en fase Las neuronas sensoriales del Ûrgano Ûrgano vomeronasal era homogÈnea. En
preovulatoria y llevan ese lÌquido hasta vomeronasal desempeÒan la doble fun- 1995, Mimi Halpern, de la Universidad
las aberturas bucales de sus Ûrganos ciÛn de detecciÛn de las molÈculas esti- de Brooklyn, L. Buck y K. Mori, de la
vomeronasales. Un comportamiento de muladoras y de transmisiÛn de la infor- Universidad de Osaka, demostraron que
Flehmen varias veces repetido despierta maciÛn nerviosa al cerebro. Sus axones se trataba de una hipÛtesis falsa, pues
el deseo sexual y precede a la erecciÛn son muy alargados y se reagrupan en las neuronas que componen la zona api-
y la cÛpula. diversos Ûrganos ramificados situados cal del epitelio sensorial (prÛxima al
En las serpientes y otros reptiles, como en el tabique nasal. Atraviesan la l·mina lumen) difieren de las cÈlulas nerviosas
los dragones de Komodo, los Ûrganos vo- agujereada, que separa del cerebro la de la zona basal. Las primeras, con den-
meronasales est·n mucho m·s desarro- fosa nasal, y establecen contactos sin·p- dritas cortas, contienen proteÌnas recep-
llados que los Ûrganos olfatorios; seg˙n ticos con las neuronas de una zona del toras cuyo plegamiento lleva siete seg-
parece, cumplen una funciÛn en la depre- bulbo olfatorio llamada bulbo olfatorio mentos a la membrana celular (de tipo
daciÛn. La lengua se encarga del trans- accesorio en razÛn de su tamaÒo. V1R) y envÌan la informaciÛn nerviosa
porte de las molÈculas estimuladoras Al igual que las neuronas olfatorias, hacia la parte anterior del bulbo olfato-
hacia la abertura de los Ûrganos, en la las neuronas vomeronasales provienen rio accesorio. En cambio, los genes que
boca. de la diferenciaciÛn del tejido olfatorio codifican las proteÌnas receptoras V2R
embrionario. TambiÈn como las neuro- se expresan sobre todo en las neuronas
Un órgano activo nas olfatorias, las neuronas vomerona- de la zona basal, que transmiten la infor-
øCÛmo funciona el Ûrgano vomeronasal? sales poseen una larga dendrita cuya maciÛn a la parte posterior del bulbo
Las exploraciones fisiolÛgicas comple- extremidad se adentra en el canal vome- olfatorio accesorio. En las dos partes
taron las descripciones anatÛmicas. Lue- ronasal, en la superficie del epitelio. (Las del Ûrgano, las neuronas act˙an como
go, se avanzÛ en su estudio celular. Los dendritas son ramificaciones receptoras detectores excelentes y su sensibilidad
Ûrganos vomeronasales est·n en con- de informaciÛn.) Ahora bien, la extre- no es menor que la de las cÈlulas recep-
tacto con la parte posterior e inferior del midad dendrÌtica dispone de un gran toras de la olfacciÛn.
tabique de las fosas nasales y reposan n˙mero de microvellosidades, mientras El sistema vomeronasal se distingue
sobre dos prolongamientos anteriores. que el soma de las neuronas olfatorias tambiÈn del sistema olfatorio por las
Una laminilla Ûsea o cartilaginosa rodea tiene prolongaciones ciliares. En la base zonas cerebrales en las que se procesa

44 Mente y cerebro 06/2004


ABERTURA
DEL CANAL

BULBO
CANAL OLFATORIO

CEREBRO

BULBO
OLFATORIO
FOSA ACCESORIO
VENTANA NASAL
NASAL NERVIOS

CANAL ORGANO
PALATINO VOMERONASAL

CEREBRO

BULBO OLFATORIO

EPITELIO
OLFATORIO

FOSA
NASAL

CAVIDAD
VOMERONASAL

POUR LA SCIENCE

3. LOS DIBUJOS REALIZADOS POR JACOBSON (arriba) se conectan a unas células del bulbo olfatorio accesorio; de ahí, la
muestran la posición del órgano vomeronasal en la fosa nasal del información pasa al cerebro. En el órgano aislado que aparece
ciervo. La abertura del órgano está muy próxima al canal palatino, arriba a la izquierda, Jacobson dibujó el canal interno del órgano,
en el que Jacobson insertó un hilo. Los haces nerviosos que salen cerrado hacia atrás (líneas de puntos). En la especie humana (abajo), el
del órgano vomeronasal se extienden a lo largo del tabique nasal y órgano vomeronasal se ha convertido en una estructura vestigial.

Mente y cerebro 06/2004 45


TABIQUE griegas pherein (trans- sor noradrenalina, liberado en el bulbo
EPITELIO portar) y hormon (excita- olfatorio accesorio, intensifica la acti-
NASAL SENSORIAL
VOMER ciÛn). Una feromona es vidad de las cÈlulas inhibidoras de las
FOSA NASAL una sustancia segregada cÈlulas mitrales.
TEJIDO por un individuo que de- AsÌ pues, las cÈlulas mitrales que ya
EPITELIO CAVERNOSO
DE TIPO sencadena en un congÈne- han sido activadas por las feromonas del
RESPIRATORIO re una reacciÛn especÌfica, macho genitor dejan de transmitir la
como puede ser un com- informaciÛn a los centros cerebrales: el
VASO
SANGUINEO portamiento, un proceso mensaje procedente de estas sustancias
de desarrollo, una secre- queda bloqueado localmente. En ciertas
ciÛn hormonal o cualquier condiciones de experimentaciÛn, esta
otra reacciÛn fisiolÛgica. seÒal provocada en la red de neuronas
La activaciÛn del Ûrga- del bulbo olfatorio accesorio por la infor-
no vomeronasal por los es- maciÛn de las feromonas del macho per-
tÌmulos naturales aumen- siste durante unos treinta dÌas.
ta la liberaciÛn en la sangre Si aparece un macho de otro linaje, sus
de la hormona luteotrÛ- feromonas, aunque distintas, estimulan
fica LH (segregada por la ciertas cÈlulas mitrales que no han sido
hipÛfisis) y testosterona. inhibidas, de forma que estas ˙ltimas
En el incremento de la liberan dopamina. Este neurotransmisor
concentraciÛn de LH en act˙a sobre la hipÛfisis para reducir su
DR / POUR LA SCIENCE

sangre seguramente inter- secreciÛn de prolactina, lo que reduce,


vienen las cÈlulas del hi- a su vez, la secreciÛn de progesterona
pot·lamo que segregan la por parte del cuerpo amarillo ov·rico y
hormona LHRH (tambiÈn provoca el cese de la gestaciÛn.
llamada GnRH), ya que La descripciÛn anterior muestra que
4. ORGANOS VOMERONASALES DEL RATON. esta hormona liberada por la actividad del sistema vomeronasal
desencadena a veces grandes cambios
En este corte transversal se observa que los órganos,
el hipot·lamo act˙a sobre
la hipÛfisis para regular neuroendocrinos e indica que este sis-
localizados en la base del tabique nasal, se apoyan sobre
la secreciÛn de las hor- tema sensorial permite un an·lisis pre-
el vómer (el hueso de la nariz que forma la estructura monas hipofisarias gona- ciso de la informaciÛn individual den-
del tabique nasal), situado a su alrededor. El epitelio dotrÛficas, que son esen- tro de una especie. La naturaleza y la
sensorial ocupa la cara media del canal. La otra cara ciales para el desarrollo diversidad de las feromonas que dan
contiene un tejido que, al hincharse o deshincharse, de las gÛnadas y la secre- lugar a esa distinciÛn siguen envueltas
bombea o expulsa la mucosidad nasal y hace que las ciÛn de hormonas este- en el misterio.
moléculas estimuladoras entren en contacto con las
roideas. Las feromonas tambiÈn act˙an sobre
Sin embargo, la infor- el desarrollo de los animales. En 1969
neuronas sensoriales.
maciÛn que pasa por el se descubrieron, y en los ˙ltimos aÒos
Ûrgano vomeronasal no se han vuelto a estudiar, los mecanis-
provoca ning˙n efecto mos por los que las feromonas de ratas,
la informaciÛn que envÌa. La separaciÛn bipolarizado. La ablaciÛn de ese Ûrgano liberadas por machos reproductores, ace-
que se observa en la periferia y en los en los h·msters no comporta la elimi- leran la pubertad de los juveniles. Se ha
bulbos olfatorios tiene su continuidad naciÛn total del instinto reproductor. Los logrado establecer que el fenÛmeno se
en los relÈs cerebrales centrales. En el m·s afectados son los juveniles, sin expe- debe a la presencia, en la orina de los
h·mster, por ejemplo, la informaciÛn riencia sexual previa. machos, de proteÌnas que pertenecen al
olfatoria procedente del bulbo olfatorio En las ratas, el Ûrgano vomeronasal ìcomplejo proteÌnico urinario princi-
se orienta no sÛlo hacia las zonas sub- sirve para detectar las feromonas de la palî, sintetizadas en el hÌgado. Estas
corticales, como las regiones ìolfato- reproducciÛn. En 1959, M. Bruce obser- ìproteÌnas MUPî son segregadas en gran-
riasî de la amÌgdala, sino tambiÈn hacia vÛ un bloqueo de la gestaciÛn de una des cantidades (varios miligramos dia-
la corteza. La informaciÛn vomeronasal hembra cuando, en los cuatro dÌas siguien- rios) en la orina de los machos y se fijan
procedente del bulbo olfatorio acceso- tes al apareamiento, estuvo expuesta a en unas molÈculas muy pequeÒas que
rio parece quedar confinada en las zonas las feromonas de un macho adulto dis- pueden activar ciertas neuronas del
subcorticales (no existe percepciÛn de tinto del que la habÌa fecundado. Este Ûrgano vomeronasal de las ratas.
la informaciÛn vomeronasal). fenÛmeno, estudiado por el grupo de Sin embargo, como ha demostrado
Barry Keverne, de la Universidad de Carla Mucignat-Caretta, aÒadir estas
Las feromonas de los mamíferos Cambridge, resultarÌa de una modifi- pequeÒas molÈculas a la orina de machos
En muchos mamÌferos, las seÒales quÌ- caciÛn de las cÈlulas ìmitralesî del bul- imp˙beres (con un bajo contenido de
micas emitidas en los fluidos biolÛgicos bo olfatorio accesorio. (A las cÈlulas proteÌnas MUP) no provoca el efecto
se comportan como ìferomonasî que de- mitrales se conectan las neuronas vo- feromonal previsto. En particular, no
sencadenan, favorecen o modulan cier- meronasales.) induce el crecimiento r·pido de la masa
tos aspectos de la fisiologÌa de la repro- Antes del apareamiento, las cÈlulas del ˙tero en las hembras jÛvenes. Por el
ducciÛn. mitrales activadas por las feromonas del contrario, se restaura la actividad de las
El tÈrmino ìferomonaî, propuesto en macho transmiten la informaciÛn a la feromonas al agregar en la orina juvenil
1959 por Peter Karlson y Adolphe Bu- amÌgdala vomeronasal. Durante la cÛpula proteÌnas MUP sin ligandos unidos o,
tendart, est· formado por las palabras y las horas siguientes, el neurotransmi- mejor a˙n, un hexapÈptido (una molÈ-

46 Mente y cerebro 06/2004


CORINNE ELOIT Y MICHEL WASSEF
0,5 MILIMETROS
P

V
A V P

1 MILIMETRO

5. ABERTURA DE UNA CAVIDAD VOMERONASAL observada mediante endoscopia


cula formada por el encadenamiento de en la superficie del tabique nasal de un hombre adulto (a la izquierda). Esta abertura
seis amino·cidos) muy parecido a un forma una depresión en forma de embudo de aproximadamente un milímetro de
extremo de las proteÌnas MUP. diámetro. Se distinguen el borde posterior (P) y el anterior (A) del vestíbulo (V). El corte
La determinaciÛn de las molÈculas de la derecha muestra que el vestíbulo se prolonga hacia atrás formando un canal (C)
que estimulan el Ûrgano vomeronasal no
estrecho recubierto de epitelio. En ese epitelio no se han encontrado neuronas.
ha hecho sino empezar. En todos los ejem-
plos conocidos, las proteÌnas portadoras
de pequeÒas molÈculas desempeÒan un
papel clave. El futuro nos aclarar· en Pese a su parecido morfolÛgico con las ronasal ya est·n conectadas al bulbo
quÈ proporciones llevan informaciÛn las neuronas olfatorias no se conoce casi olfatorio accesorio.
proteÌnas y los pequeÒos ligandos. nada de sus funciones fisiolÛgicas.) Como ocurre con los dem·s mamÌfe-
Conviene destacar, asimismo, que, en ros, el contacto del nervio vomeronasal
determinadas circunstancias, no se Organo vestigial con el cerebro en formaciÛn es impor-
requiere el Ûrgano vomeronasal para Hoy en dÌa se sabe que los Ûrganos vo- tante para la migraciÛn de las cÈlulas
detectar las feromonas. Por ejemplo, el meronasales aparecen en los individuos que segregan la hormona LHRH. Dichas
verraco sexualmente activo emite, a tra- de nuestra especie durante el desarro- cÈlulas aparecen en el Ûrgano vomero-
vÈs de la saliva, una gran cantidad de llo embrionario. Entre la duodÈcima y nasal entre 8 y 12 semanas desde el ini-
androsterona. La cerda en celo se siente la vigÈsimo tercera semanas de gesta- cio de la gestaciÛn y pueden verse hasta
atraÌda por esa feromona que facilita la ciÛn se aprecian claramente dos Ûrga- las 19 semanas a lo largo del nervio
postura receptiva, al provocar una reac- nos tubulares, en la base del tabique vomeronasal y del nervio terminal; de
ciÛn a la presiÛn aplicada a la espalda. nasal. Seg˙n N. Boehm y B. Gasser ya hecho, utilizan ese recorrido para llegar
En 1995, Katherine Dories descubriÛ disponen de neuronas. Adem·s, a las a diversas regiones del cerebro y, en es-
que la obturaciÛn de los Ûrganos vome- 22 semanas, las fibras del nervio vome- pecial, el hipot·lamo. Luego, a partir del
ronasales de la hembra no tenÌa ninguna
repercusiÛn sobre dicho comportamiento.
En otras palabras, el Ûrgano vomerona-
sal no es el ˙nico sistema de detecciÛn 6. SE HA BUSCADO EL ORGANO VOMERONASAL en el tabique nasal humano
de feromonas. TambiÈn el Ûrgano olfa- mediante la técnica de tomografía de rayos X. La cavidad vomeronasal aparece como
torio podrÌa tener ese papel, o el Ûrgano
una mancha blanca tras la inyección de líquido contrastante. En la imagen de la
septal, que se encuentra en las fosas nasa-
les de muchos mamÌferos. (Este Ûrgano, izquierda, el plano de observación roza el tabique nasal; puede verse la ventana nasal.
descubierto en 1943 por Rodolfo Masera, La estructura blanca alargada bajo esta cavidad corresponde al paladar. A la derecha, el
constituye un islote de neuronas situado plano de observación es perpendicular a la fosa nasal, de la que puede apreciarse toda
en la parte inferior del tabique nasal. su altura. La cavidad vomeronasal se sitúa cerca de la base de la fosa nasal. Imágenes
realizadas en colaboración con Corinne Eloit, Jean-Lou Bensimon y Michel Wassef.

Mente y cerebro 06/2004 47


hipot·lamo, estas cÈlulas vierten LHRH greso de la fisiologÌa de la olfacciÛn en Las observaciones m·s recientes
en el torrente sanguÌneo, que transporta los aÒos noventa, algunos biÛlogos han mediante endoscopia no han hecho
la hormona hasta la hipÛfisis. La acciÛn sugerido que el Ûrgano vomeronasal per- aumentar pr·cticamente esa proporciÛn.
de la hormona regula la secreciÛn hi- sistirÌa funcional en el adulto. Por tanto, Seg˙n Corinne Eloit es f·cil observar la
pofisiaria de la hormona LH y la hormona hay que volver a plantear la cuestiÛn: øquÈ abertura en el 25 %-30 % de las fosas
estimuladora del folÌculo (FSH), que queda del Ûrgano vomeronasal en el hom- nasales. En algunas personas, sÛlo puede
determinan el desarrollo de los Ûrganos bre adulto? verse a uno de los dos lados del tabique
sexuales y su funcionamiento. La ausen- Las cavidades vomeronasales son y, en otras, en ninguno de los dos lados,
cia de migraciÛn de las cÈlulas secreto- patentes. Las habÌa observado ya Frederic pero se desconoce si esta inexistencia apa-
ras de LHRH perturba el desarrollo del Ruysch en 1703, antes de que las des- rente indica o no ausencia de las cavi-
sistema reproductor y, en la especie hu- cribiera en 1809 Samuel Thomas von dades vomeronasales.
mana, determina el sÌndrome de Kall- Soemmerring a partir de cad·veres. En Cuando se inyecta en una abertura
mann-De Morsier, normalmente aso- 1877, Anton Kˆlliker indicÛ con gran visible un producto para hacerlas m·s
ciado a un defecto en la percepciÛn precisiÛn en quÈ lugar podÌan encon- opacas, obtenemos, mediante la aplica-
olfatoria. AsÌ pues, el desarrollo del sis- trarse esas cavidades en los cad·veres: ciÛn de un esc·ner a las fosas nasales,
tema vomeronasal parece crucial, lo de 6 a 13 milÌmetros por encima de la una localizaciÛn precisa en el tabique
mismo en los embriones de todos los base de la fosa nasal y unos 21 a 29 milÌ- nasal. Dicho de otro modo, nadie duda
mamÌferos que en los embriones huma- metros por detr·s de las ventanas nasa- de la existencia de las cavidades vome-
nos, para el cumplimiento de las fun- les. El di·metro de la abertura, sobre el ronasales, por lo menos en ciertos adul-
ciones neuroendocrinas. tabique nasal, es aproximadamente de un tos. Pero, øson funcionales?
Sin embargo, en la especie humana, milÌmetro y la longitud de la cavidad Resulta llamativa la simplicidad del
el Ûrgano vomeronasal parece sufrir una oscila entre 2 y 7 milÌmetros. En 1891, Ûrgano en el hombre adulto. La cara la-
regresiÛn tras acometer dicha tarea. Esta M. Potiquet seÒalÛ la presencia de la teral del Ûrgano no est· rodeada por nin-
hipÛtesis, avanzada por Jacobson en 1813 abertura en la superficie del tabique nasal g˙n cartÌlago; tampoco hay en torno al
y por M. Humprey en 1940, parece muy en casi una cuarta parte de las cavida- canal ni un vaso sanguÌneo de calibre ni
consolidada. Sin embargo, gracias al pro- des nasales de los individuos vivos. un tejido erÈctil. El Ûrgano vomerona-
sal del hombre adulto no dispone de me-
canismo de bombeo de la mucosidad
7. ORGANO VOMERONASAL DE LA RATA observado por microscopía de barrido externa hacia el canal. øCÛmo se detec-
tarÌan entonces las molÈculas estimula-
electrónico. En el corte transversal del órgano (a) se pueden apreciar el canal, o lumen
doras, si es que existieran?
(L), el epitelio sensorial (E) y un vaso sanguíneo (V) grueso, de unos 0,1 mm de diámetro. Por otra parte, hemos visto que el
En la ampliación del epitelio sensorial (b) se distinguen las neuronas receptoras. Cada Ûrgano vomeronasal de todos los mamÌ-
neurona (c) dispone de un largo axón (A), que conecta con el bulbo olfatorio accesorio, feros se comporta como un analizador
y una dendrita (D), en cuyo extremo hay una vesícula (V). Esta dispone de un gran que detecta las molÈculas estimuladoras
número de microvellosidades (d) con moléculas receptoras de las feromonas.

a b

L
V

c d

D V

48 Mente y cerebro 06/2004


y transmite la informaciÛn al cerebro. La estimulaciones muy prolongadas (varias ban el pico de LH en las mujeres expues-
percepciÛn se basa en la presencia de horas). Desconocemos los mecanismos tas (dicho pico corresponde a la ovula-
neuronas en el epitelio vomeronasal. en cuya virtud los esteroides provocan ciÛn) y acortaban sus ciclos menstruales.
øExisten esas neuronas en el hombre tales efectos, pero la seÒal elÈctrica no Cuando se tomaban las secreciones de
adulto? Muchos estudios han respon- parece corresponderse con la transmisiÛn las axilas en el momento de la ovulaciÛn,
dido negativamente a esta pregunta y de una informaciÛn al cerebro. se producÌa el efecto contrario: el pico
sÛlo un equipo parece haber observado En nuestro entorno, la existencia de de LH se retrasaba y el ciclo de las muje-
tales neuronas, mas en cuantÌa tan mÌni- las feromonas humanas, normalmente res estimuladas se prolongaba.
ma y mediante una tÈcnica tan ambigua, asociada al Ûrgano vomeronasal, se ha Cabe destacar que estos estudios no
que resulta muy difÌcil asignarles una convertido en la serpiente de cada verano. hacen intervenir al Ûrgano vomeronasal
funciÛn sensorial. En ocasiones, las feromonas se las vin- y que se desconoce el modo de actua-
En 1996, con nuestro colega Michel cula de forma imprudente con la sexua- ciÛn de las sustancias que se aplican
Wassef, volvimos a abordar la cuestiÛn. lidad humana. Sin embargo, no hay base sobre la piel durante perÌodos largos. No
Nos servimos de anticuerpos (molÈcu- cientÌfica que respalde con suficiente es imposible que alg˙n efecto feromo-
las inmunitarias que se unen a molÈculas rigor dichas asociaciones. En los aÒos nal inste la participaciÛn del sistema
especÌficas). Nuestra diana eran proteÌ- setenta del siglo pasado, se hizo una olfatorio, del nervio terminal (que ocupa
nas expresadas por las neuronas vome- encuesta solicitando a hombres y muje- las fosas nasales de todos los mamÌfe-
ronasales de diversos mamÌferos y pro- res que estimasen la intensidad odorÌfera ros y cuya fisiologÌa se ignora) o incluso
teÌnas sintetizadas por las neuronas y el placer experimentado cuando se les del Ûrgano septal de Masera (un islote
olfatorias de los mamÌferos, hombre hacÌa oler muestras de secreciones vagi- de receptores olfatorios, en la parte an-
incluido. No se encontrÛ ninguna diana nales de cuatro mujeres tomadas durante terior de la nariz), si existe en la espe-
en el epitelio vomeronasal del hombre 15 ciclos. El olor de las secreciones vagi- cie humana.
adulto. A mayor abundamiento, cuando nales varÌa considerablemente seg˙n las Al descubrir el Ûrgano vomeronasal,
buscamos cÈlulas gliales (cÈlulas de sos- mujeres, y seg˙n los ciclos sucesivos en Jacobson sentÛ las bases de un trabajo
tÈn de las neuronas) bajo el epitelio vome- el caso de una misma donante, pero no que los neurofisiÛlogos todavÌa no han
ronasal, no hallamos ning˙n haz ner- se observÛ ninguna atracciÛn hacia esos terminado. Si resulta cierto que dicho
vioso. olores. Ûrgano detecta efectivamente los com-
Estos resultados confirmaron los de En los aÒos ochenta otro equipo estu- puestos liberados por congÈneres, su
N. Boehm y B. Gasser, quienes habÌan diÛ el efecto del androstenol, un com- activaciÛn desencadena unos efectos
observado que las neuronas del Ûrgano puesto que se encuentra en las axilas muy poco conocidos a˙n. La informa-
vomeronasal del reciÈn nacido desapa- masculinas y que es una feromona sexual ciÛn vomeronasal parece especialmente
recÌan a partir de la trigÈsimo sexta sema- del cerdo. Se aplicÛ el producto al labio importante, en el caso de los roedores,
na de gestaciÛn. TambiÈn corroboraban superior de mujeres voluntarias y se ana- en las primeras relaciones sexuales.
los de I. Kjaer y B. Fischer-Hansen, quie- lizÛ su comportamiento: el de las muje- øOcurre lo mismo con los dem·s mamÌ-
nes habÌan indicado una clara regresiÛn res expuestas al compuesto no se di- feros, de los que apenas se sabe nada
del Ûrgano vomeronasal y la desapari- ferenciÛ en nada del comportamiento de acerca del papel fisiolÛgico de dicho
ciÛn del bulbo olfatorio accesorio hacia las que no lo habÌan estado; en concre- Ûrgano?
el final de la vida intrauterina. Nada pa- to, las aplicaciones no provocaron nin-
rece abonar, por tanto, la existencia de g˙n deseo sexual. Por el contrario, los
la estructura en la que converge la infor- hombres parecÌan evitar los sillones
maciÛn vomeronasal en todos los dem·s impregnados con dicho compuesto. Las
mamÌferos. Por ˙ltimo, Esmail Meisami mismas conclusiones pueden extraerse DIDIER TROTIER se halla adscrito al labo-
y Junwar Bahtnagar han observado que de experiencias con ·cidos grasos de ratorio de neurobiología sensorial del ENSIA
primates y monos del Viejo Mundo care- cadena corta (hidrocarburos con un gru- en Massy; investiga también en el laborato-
cen tanto de Ûrgano vomeronasal como po ñCOOH de los ·cidos carboxÌlicos) rio de fisiología orofacial de la Universidad
de bulbo olfatorio accesorio, mientras que que se encuentran en las secreciones París 7. KJELL DØVING es profesor de fisio-
logía del departamento de biología de la
disponen de ellos los simios adultos del vaginales y atraen sexualmente a los
Universidad de Oslo.
Nuevo. machos de los monos rhesus.
Sin embargo, en 1971, Martha McClin-
¿Feromonas humanas? tock seÒalÛ que la aplicaciÛn de extrac- Bibliografía complementaria
A pesar de todos los resultados negati- tos de axilas femeninas en la nariz de otras ANATOMICAL DESCRIPTION OF A NEW ORGAN
vos, se lee a menudo que el Ûrgano vome- mujeres daba lugar a cierta sincroni- IN THE N OSE OF D OMESTICATED A NIMALS , BY
ronasal del hombre adulto es funcional. zaciÛn de los ciclos menstruales (los LUDVIG JACOBSON (1813). Didier Trotier y
Suele apoyarse esa afirmaciÛn en cier- extractos se depositaban en tampones Kjell Døving en Chemical Senses, vol. 23,
tos datos de un equipo de investigaciÛn que se aplicaban durante varias horas). págs. 743-754; 1998.
que habÌa detectado una seÒal elÈctrica Tras las crÌticas que recibiÛ el protocolo STRUCTURE AND FUNCTION OF THE VOME-
en la superficie de la abertura de la ca- del experimento y la ausencia de resul- RONASAL ORGAN. Didier Trotier y Kjell Dø-
vidad al aplicar esteroides. Estos estÌmu- tados en otros estudios, especialmente ving en The Journal of Experimental Biology,
los no dan lugar a ninguna percepciÛn uno realizado con jugadoras de balon- vol. 201, págs. 2913-2915; 1998.
particular en los individuos, pero los cesto, M. McClintock y K. Stern repi- SYMPOSIUM ON PHEROMONE COMMUNICATION
fisiÛlogos que realizaron los experimen- tieron el estudio en 1998. En esta oca- AND I NTERACTION WITH H ORMONES . O L -
tos detectaron variaciones de la resis- siÛn, las fisiÛlogas observaron que los FACTION AND TASTE XII, en Annals of the New
tencia elÈctrica cut·nea y la temperatu- compuestos inodoros existentes en las York Academy of Sciences, vol. 885, págs. 333-
ra, asÌ como cambios en la concentraciÛn axilas femeninas al final de la fase foli- 392; 1998.
de la hormona LH en sangre, despuÈs de cular (antes de la ovulaciÛn) adelanta-

Mente y cerebro 06/2004 49


ENTREVISTA
“Todos sentimos la tentación
de cultivar exclusivamente
nuestra pequeña y acotada
parcela de responsabilidad”
Hay muchas metáforas para lo mismo: dominar los bajos instintos, superarse a sí mismo, ayudar a los
demás... Pero, ¿cómo me puedo motivar a mí mismo y a otros de manera óptima? ¿Cómo levanta un
buen directivo la moral de trabajo de su equipo? Mente y cerebro entrevistó a Theo Knicker, docente de
psicología de la gestión y asesor de empresas

Carsten Könneker Knicker: Siempre que estemos firme- ciÛn, ejecuto tambiÈn mis deberes con
mente convencidos de que hacemos lo toda probabilidad a conciencia y con
Myc: Profesor Knicker, øen quÈ con- que corresponde a cada momento, se motivaciÛn.
siste la motivaciÛn? trate de un problema profesional, de
Theo Knicker: MotivaciÛn es la res- pasear o de limpiar la casa. Myc: øSon, por tanto, los resultados con-
puesta a la pregunta de cÛmo llego yo o seguidos el listÛn de la motivaciÛn?
llevo a otros al compromiso de hacer Myc: Pero el dÌa a dÌa consta de numero- Knicker: Siempre en el marco de las
algo determinado. Motivar no es otra sas obligaciones, algunas de las cuales pla- capacidades individuales y del margen
cosa que mover. cen m·s que otras. øCÛmo se puede uno mo- de acciÛn definido desde fuera. El resul-
tivar para una profesiÛn en su totalidad? tado depende de la conjunciÛn de tres fac-
Myc: øY quÈ condiciones dinamizan m·s Knicker: Si yo he elegido libremente mi tores: conocer, poder y querer. Si falla
f·cilmente nuestra voluntad de hacer campo de acciÛn profesional, incluso uno de estos supuestos no se puede hacer
algo? por haberlo buscado con toda convic- gran cosa.
THOMAS LANGER

50 Mente y cerebro 06/2004


Myc: øPuede dar un ejemplo? decirse a uno mismo al cabo de un dÌa Knicker: Volver a preguntarse una y
Knicker: En primer lugar, para poder ani- de trabajo agotador: ì°TodavÌa me queda otra vez quÈ puede sacar adelante con
marme a hacer algo, incluso con entu- por dar el paseo con mi esposa!î. las posibilidades a su alcance y cÛmo
siasmo, necesito cierto margen de manio- puede ampliar en cada caso su campo de
bra con posibilidades de acciÛn, es decir, Myc: øPuede ser entonces la capacidad trabajo de manera creativa. Los jefes
estar autorizado. Un jefe que condene a de motivaciÛn una cuestiÛn individual, apoyan la iniciativa individual siempre
su director de proyectos a controlar el una caracterÌstica personal? y cuando se cumpla concienzudamente
trabajo del equipo tiene que proveerle Knicker: Yo matizarÌa esa cuestiÛn: evi- el trabajo rutinario normal. Dicha ini-
de las competencias necesarias. Adem·s, dentemente hay lÌmites para la capaci- ciativa aporta innovaciÛn y Èxito. Pero
el director de proyectos debe conocer el dad de motivaciÛn, pero que discurren hay muchas personas contentas consigo
proceso entero, es decir, saber. Y en de manera distinta en cada caso. mismas y poco dispuestas a sondear sus
˙ltimo tÈrmino est· la voluntad perso- fronteras; es decir, metafÛricamente, hor-
nal. Si esta persona en su fuero interno Myc: øQuÈ papel desempeÒa ahÌ el atrac- telanos pr·cticos que cultivan su pequeÒa
se rebela contra la tarea asignada, tendre- tivo del dinero? parcela los fines de semana y que han
mos un caso perdido. Knicker: A partir de un cierto punto se adoptado una postura muy definida: ìAmÌ
puede ofrecer mayores compensaciones que no me molestenî. Llegado el caso,
Myc: øSerÌa, entonces, un Ûptimo cola- econÛmicas a cambio de mayores pres- siempre dir·n que los dem·s son culpa-
borador alguien preparado y f·cilmente taciones, pero en alg˙n momento ese bles de sus males.
motivable? factor solo ya no funciona como ˙nico
Knicker: El buen especialista en el incentivo de motivaciÛn. Myc: Para elevar mi capacidad de entu-
campo profesional y privado se carac- siasmo, debo pues superar las barreras
teriza por encaminarse diariamente a eje- Myc: En ese caso, øcu·l es la relaciÛn de motivaciÛn que yo mismo he levan-
cutar bien su trabajo. Alguien que, incluso entre dinero y rendimiento? tado con anterioridad.
en tareas poco atractivas, est· decidido Knicker: Lo decisivo es estar instalados Knicker: AsÌ es. Pero aquÌ hay que pro-
a cumplir con todas las exigencias. econÛmicamente en un ·mbito en el que, ceder estratÈgicamente: el primer paso
en comparaciÛn con otros, nos sintamos es hacer introspecciÛn y preguntarse en
Myc: øQuÈ es la motivaciÛn: un estÌmu- tratados correctamente. Inyectar motiva- quÈ campo puede uno actuar con Èxito.
lo externo o un impulso interior? ciÛn de tipo econÛmico sÛlo resulta en una No es extraÒo que entonces uno reco-
Knicker: Ambas cosas: motivaciÛn pro- minorÌa de unidades empresariales muy nozca que le apetece otro trabajo dis-
pia y de fuera. especiales. Me refiero, por ejemplo, a los tinto. Uno nota que no ha sabido elegir
departamentos de distribuciÛn y ventas. acertadamente su entorno profesional en
Myc: øNo constituyen su mayor freno AhÌ se necesita un buen sistema moti- que Èste sÛlo se corresponde en grado
los bajos instintos? vador de incentivos; en caso contrario la insuficiente con sus propias metas y capa-
Knicker: Efectivamente. TambiÈn se disposiciÛn productiva de los colabora- cidades.
podrÌa decir que cada uno de nosotros dores deja r·pidamente mucho que desear.
es responsable de cultivar su propia par- Myc: Quiz· muchas personas no miran
cela de terreno. Myc: øExisten adem·s otros factores en su interior por la oscura presunciÛn
que limiten la motivaciÛn ajena? de haber apostado por el caballo perde-
Myc: øPuede ser m·s explÌcito? Knicker: Hay muchas cosas que pueden dor.
Knicker: Todos en alguna ocasiÛn óen paralizar el af·n de trabajar: los compa- Knicker: Es cierto. Hay mucha gente que
el trabajo, en el deporte o en el matri- Òeros, las tareas, incluso el nuevo tapi- no para de lamentarse aÒo tras aÒo de
monioó llegamos a una fase peligrosa zado de las sillas de la cafeterÌa que nos las circunstancias. Mi opiniÛn personal
de comodidad y al final nos dejamos lle- resulte repelente. es que en cada carrera se llega a ese punto
var por una cierta indolencia. Y es pre- cada cinco, seis o siete aÒos. No sÛlo
cisamente contra esa indolencia contra Myc: øY quÈ hacer para realizar el tra- existe un ciclo de vida de un producto,
la que tenemos que luchar una y otra vez. bajo a gusto y llevarlo a cabo con entu- sino tambiÈn un ciclo de vida profesio-
El arte de la automotivaciÛn consiste en siasmo? nal.

Myc: øQuÈ entiende usted por esto


˙ltimo?
Knicker: Al principio hay una gran auto-
motivaciÛn. Se quiere destacar en el

THEO KNICKER es catedrático de


Dirección y Desarrollo de personal en el
departamento de Economía de Empresa
de la Escuela Técnica Superior Georg
Simon Ohm en Nuremberg y un
experimentado instructor de gestión
empresarial. Instruye y asesora a
acreditadas empresas del ramo de la
automoción, editorial y de servicios.

Mente y cerebro 06/2004 51


Knicker: Cuando determinadas perso-
nas de cuyas prestaciones depende la
marcha de una empresa no se implican
en un determinado momento y con todo
entusiasmo en su trabajo. En el entre-
namiento se trata de aclarar la situaciÛn:
øQuÈ es lo que le pasa a uno? øPor quÈ
no funciona todo como antes? øQuÈ
aspecto tiene mi campo profesional?
øHacia dÛnde deberÌa orientarme? Un
buen entrenador puede rastrear ya nudos
de motivaciÛn en tres o cuatro entrevis-
tas y en el mejor de los casos resolver-
los de manera que se hagan visibles nue-
vas perspectivas de acciÛn. Es decir, el
entrenador prepara al directivo para que
vuelva a ejecutar mejor su trabajo, pero
no le acompaÒa personalmente a la
empresa ni le ayuda en estas tareas.
Hacerle ver, entre los errores a evitar, el
empleo y nos sentimos impulsados por ces desfavorable y problem·tico; las que- concepto mal entendido de la gestiÛn
el deseo de conseguir el Èxito, que es el jas cunden no sÛlo en el caso individual, cooperativa. Desde los aÒos setenta,
principal factor de motivaciÛn. Si se sino tambiÈn en el equipo entero. muchos directivos no se atreven a con-
alcanza el objetivo, se disfruta a fondo frontar a unos colaboradores con otros
con el Èxito. Se adquiere un mayor grado Myc: øCÛmo ha de reaccionar un direc- por miedo a enojarles y de alguna ma-
de compromiso. Pero en alg˙n momento tivo al observar tales transformaciones? nera a inhibirles en su trabajo creativo.
surge la duda de si Èsa era la meta. Se Knicker: De entrada, no ignorarlo. Lo Pero yo estoy seguro de que esto a la lar-
agotan las reservas de motivaciÛn. Es el mejor es ventilar la cuestiÛn. Buscar la ga no puede ir bien. Seg˙n mi experiencia
momento de preguntarse quÈ se puede confrontaciÛn dialogante. Los trabaja- los mayores errores en la direcciÛn de
hacer para renovar las fuentes de ener- dores deben percatarse de que el jefe no personal consisten en que los directi-
gÌa creadora. les pierde de vista. Si los puntos de con- vos buscan en exceso y a todo trance la
flicto no se ponen sobre la mesa, el ma- armonÌa.
Myc: Pero en las empresas pequeÒas las lestar avanza soterrado. El problema pen-
oportunidades de nuevos retos parecen diente no lo solucionar· un nuevo Myc: O sea que un buen jefe tiene que
mÌnimas. directivo que venga dispuesto a cortar dar de vez en cuando un puÒetazo en la
Knicker: Todo lo contrario. Son las m·s por lo sano. mesa.
resistentes a la apariciÛn de la mentali- Knicker: No le quepa duda. En ning˙n
dad del hortelano aficionado de fin de Myc: øSerÌa entonces mejor contratar caso, con el talante de que ìel de arriba
semana. Estas empresas sienten de forma en esa situaciÛn a asesores externos? pisa al de abajoî. Como ejecutivo tengo
muy inmediata la presiÛn de los merca- Knicker: PermÌtame cierto escepticismo. que tener el valor de controlar, corregir,
dos; necesitan adaptarse de continuo a Los expertos externos est·n bien en las criticar, enfrentarme e incluso, si es nece-
las novedades. Se requiere gente de reac- asesorÌas de empresas, incluso a veces sario, imponer. Tengo que saber marcar
ciones muy flexibles y altamente moti- son imprescindibles. Analizan determi- razonadamente las metas; ser conse-
vadas con su trabajo. En empresas de nados procesos, hacen sus diagnÛsticos cuente y claro en mis instrucciones. En
m·s volumen es mucho m·s probable e inician determinadas terapias. Pero las mis seminarios he de recordar casi con
que en alg˙n momento uno de los cola- cosas cambian cuando se trata de secto- car·cter misionero el alto valor de las cali-
boradores que siempre se ha sentido res de la gestiÛn m·s bien sensibles; pen- ficaciones de la lÌnea dura.
motivado se repliegue en sÌ mismo, sin semos, por ejemplo, en la convivencia
llamar la atenciÛn. constructiva y confiada entre personas. Myc: Es decir que usted les enseÒa a los
Un directivo empresarial harÌa muy mal directivos de empresa el adiestramiento
Myc: øHay indicios precoces de una en buscar a la fuerza y precipitadamente militar.
mengua de la motivaciÛn? una especie de momento de revelaciÛn Knicker: °No, de ninguna manera! No
Knicker: La gente trabaja motivada si practicando con su equipo el fin de se trata aquÌ de un retorno al tono cuar-
existe equilibrio entre lo aportado y lo semana deportes de riesgo. Esas expe- telario de tiempos pasados. Incluso un
recibido. Si se cargan a mi cuenta interna riencias se vuelven a esfumar el lunes jefe deberÌa discutir siempre desde el
de motivaciÛn m·s partidas que lo que por la maÒana, cuando sigan abiertas las respeto a sus subordinados. Con ìsed
se ingresa por otra parte en forma de brechas en los puestos de trabajo. En buenos y amablesî no se puede dirigir
Èxito y reconocimiento, aparecen la frus- todo caso lo que todavÌa puede tener sen- una empresa. Se requiere un cÛctel con-
traciÛn y la decepciÛn. Son indicadores tido son conversaciones individuales de textual de direcciÛn, que se tiene que
precoces de esa situaciÛn los retrasos o entrenamiento con un auxiliar externo combinar una y otra vez de manera dis-
un descenso de la calidad en la ejecu- que ayude a esclarecer la situaciÛn. tinta seg˙n la situaciÛn. Entre los ingre-
ciÛn de las tareas. Por regla general, el dientes cuentan la base de lÌnea dura asÌ
trabajador ve por doquier vasos medio Myc: Usted mismo asesora a numero- como comprensiÛn para el interlocutor,
vacÌos donde hacÌa un aÒo estaban toda- sos directivos de empresa. øCu·ndo tiene disposiciÛn negociadora, adem·s de la
vÌa medio llenos. Todo se presenta enton- sentido en su opiniÛn el entrenamiento? facultad de saber olvidar y de volver a

52 Mente y cerebro 06/2004


empezar. Un buen jefe tiene que saber
inspirar confianza y cerciorarse siem-
pre de cÛmo les va a su gente, lo que sig-
nifica que debe mostrar interÈs por la
situaciÛn personal de cada uno.

Myc: øDe quÈ armas provee usted a los


directivos en sus seminarios para sus
tareas en el dÌa a dÌa laboral?
Knicker: Examino si uno dispone de un
repertorio de comportamientos sufi-
cientemente variado para hacer frente a
los retos presentes o futuros. Incluso con
jefes experimentados se descubre a veces
un enorme vacÌo en lo que serÌan sus
recursos de comportamiento. Y mi tra-
bajo consiste en ayudar a tapar esos hue-
cos. En otros tÈrminos, yo inicio a los
participantes en determinadas exigen-
cias de conducta, por regla general
mediante juegos de roles muy relacio-
nados con la pr·ctica. Para la gente es
como aprender a bailar. Y es que dirigir
es un comportamiento que se tiene que
ensayar.
ìIncluso con jefes experimentados se descubre a
Myc: øCu·l es la relaciÛn mutua entre
estrÈs y motivaciÛn? veces un enorme vacÌo en lo que serÌan sus
Knicker: En primer lugar, toda profe-
siÛn tiene sus aspectos estresantes. Pero recursos de comportamientoî
el estrÈs en sÌ no es malo. Se precisa
cierto nivel de estrÈs para que nos sin-
tamos a nosotros mismos y para que nos
demos cuenta de que algo est· pasando. de hacerlo lo mejor posible con otros. Si elaborar·n los pensamientos decisivos
Esto representa una postura b·sica de yo me comporto bien conmigo mismo, para la configuraciÛn posterior de las
cara a nuestro trabajo. Aparte hay ele- eso irradia positivamente en mi entorno. relaciones. En ˙ltimo tÈrmino cada miem-
mentos estresantes innecesarios, como TambiÈn en la familia y con mi esposa bro de la pareja mantiene con el otro
los atascos de tr·fico en nuestro camino tengo siempre que volver a explicarme algo asÌ como un di·logo para llegar a
hacia la empresa. Lo que carga a los y a situarme. acuerdos en cuanto a las metas, aunque
directivos con un estrÈs superfluo son por este concepto no parezca ser aquÌ el m·s
regla general esos elementos externos: Myc: Entonces, øcu·les son aquÌ los apropiado. Pero en el fondo es eso:
los frecuentemente corrosivos detalles mayores desafÌos? øDÛnde nos encontramos? øAdÛnde que-
del entorno, las circunstancias adversas. Knicker: Lo interesante es cuando los remos llegar? øCÛmo podemos conse-
En lo que ataÒe al n˙cleo central de su interlocutores a lo largo de los aÒos evo- guirlo juntos? Son interrogantes a los
trabajo la mayorÌa de los directivos est·n lucionan en direcciones totalmente dis- que los miembros de la pareja tienen que
altamente motivados y cumplen con gusto tintas. Uno de ellos sigue quiz·s un encontrar respuesta en el curso de su
sus funciones. camino profesional por el que el otro a relaciÛn.
duras penas le puede secundar. Y en alg˙n
Myc: øPero no es eso justamente lo que momento suena el conocido reproche: Myc: øQuÈ tiene que ver la educaciÛn
se le exige a un directivo, que soporte ì°T˙ ya no me entiendes!î. Para no lle- con la motivaciÛn?
tambiÈn esos elementos estresantes exter- gar a ese extremo los esposos deben pre- Knicker: Educar no es en realidad algo
nos? guntarse regularmente quÈ es lo que pue- diferente de guiar. Los educadores pre-
Knicker: Seguro que lo podemos ver den hacer para seguir viviendo juntos paran a los jÛvenes para la sociedad. Para
tambiÈn asÌ. En la vida no hay nada gra- motivados. ello acumulan su repertorio de compor-
tis. Y todo trabajo interesante tiene tam- tamientos. Y lo mismo que en la profe-
biÈn sus aspectos de sombra. Myc: øQuÈ recomienda el entrenador de siÛn aquÌ necesitan tambiÈn cualidades
gestiÛn empresarial? de mano dura; y tienen que saber con-
Myc: øEs aplicable esto tambiÈn fuera Knicker: Tomar medidas preventivas. trolar, enfrentarse a las dificultades y
del trabajo, por ejemplo, en la relaciÛn Para que los miembros de una pareja no corregir. TambiÈn en la educaciÛn infan-
matrimonial? se aparten progresivamente uno de otro til desenterramos ˙ltimamente antiguos
Knicker: Seguro. Lo cierto es que en deben tomarse regularmente por ejem- conocimientos que estaban sepultados al
todos los ·mbitos de la vida se trata en plo sus tiempos muertos, sin los hijos. menos durante una generaciÛn: los bue-
˙ltimo tÈrmino de nuestro comporta- Ambos deberÌan abrirse mutuamente y nos padres marcan los lÌmites bien defi-
miento, es decir, de cÛmo nos guiamos mostrarse uno a otro un poco sus mun- nidos a sus hijos y les hacen ver las con-
mejor a nosotros mismos y de la manera dos separados. Casi autom·ticamente se secuencias de su comportamiento.

Mente y cerebro 06/2004 53


MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD
Prosopagnosia
Muchas personas no consiguen relacionar las caras con las personas.
Investigadores de la Universidad de Münster han descubierto ahora que esta deficiencia,
mucho más extendida de lo que se creía, es hereditaria

Thomas Grüter Peor les va a quienes un accidente rados en las personas ciegas a las fiso-
cerebrovascular les priva de la capaci- nomÌas. Seg˙n parece, disponemos de un

A
Robert Arthur Talbot Gascoy- dad de reconocer las caras. Incluso mir·n- sistema especializado en el reconoci-
ne-Cecil, tercer marquÈs de dose al espejo ven, a veces, una cara des- miento de las caras. En cuanto ha des-
Salisbury, le resultaba difÌcil conocida. Los mÈdicos y enfermeras que compuesto en objetos separados la ima-
reconocer las caras de sus prÛ- les atienden en el hospital les resultan gen captada por los ojos, nuestro cerebro
jimos. TenÌa este problema incluso con desconocidos; les parecen extraÒos los procesa las caras humanas con inde-
los parientes, cuando se encontraba con propios parientes. Este era el panorama pendencia, y por separado, de todos los
ellos en circunstancias inesperadas. En que se encontrÛ el neurÛlogo Joachim otros aspectos; pues los que padecen
cierta ocasiÛn, mientras asistÌa, detr·s del Bodamer, reciÈn terminada la segunda agnosia fisonÛmica pueden reconocer, sin
trono, a una ceremonia oficial, vio a un guerra mundial, en tres pacientes con problemas, animales y objetos y distin-
joven que le sonreÌa abiertamente. graves lesiones cerebrales producidas guirlos individualmente. Suele citarse
ìøQuiÈn es ese joven amigo?î, le susurrÛ en el frente. En un extenso y detallado en este contexto el caso de un asesor de
a su vecino. ìSu hijo mayorî, le contes- artÌculo describiÛ, en 1947, sus respec- empresas, al que una serie de acciden-
tÛ Èste. tivos historiales clÌnicos y acuÒÛ, para tes cerebrovasculares obligÛ a abando-
Al margen de su incapacidad de re- este trastorno de percepciÛn, el tÈrmino nar su empleo. Se dedicÛ entonces a la
tener las fisonomÌas, el marquÈs esta- ìprosopagnosiaî (del griego ëprosoponí, crÌa de ovejas y, aunque las caras huma-
ba dotado de una excelente memoria. cara, y ëagnosisí, desconocimiento). nas no le decÌan nada, reconocÌa, sin pro-
DesempeÒÛ varias veces el cargo de Hemos de esperar hasta 1974 para que blemas, a cada una de las ovejas. Pero
primer ministro brit·nico al final del Helen McConachie, de la Universidad tambiÈn se da el caso contrario: muchos
siglo XIX y fue considerado como uno de Newcastle, informara por primera vez que han sufrido ictus siguen recono-
de los polÌticos m·s h·biles de su tiempo. de una prosopagnosia, al parecer innata, ciendo, sin problema, las fisonomÌas,
El marquÈs naciÛ (cabe suponerlo) con en una niÒa, por lo dem·s sana. pero tienen grandes dificultades en reco-
este defecto. Pero las personas que lo nocer cualesquiera otros objetos.
sufren compensan muy bien su debili- Cambiar personas por ovejas Los experimentos con monos rhesus
dad identificando a sus conocidos a tra- Desde entonces, la investigaciÛn con han demostrado que el cerebro procesa
vÈs del peinado, forma de andar o la voz. vÌctimas de un accidente o de un derrame las caras en unidades separadas. Los
Es frecuente que los mismos afectados o, m·s adelante, con personas con pro- equipos de Robert Desimone, del Instituto
no lleguen a saber que les falta una sopagnosia innata, ha proporcionado una Nacional de Salud Mental de Estados
informaciÛn importante sobre sus co- serie de conocimientos sobre el origen Unidos, y de David Perrett, de la Uni-
nocidos. del trastorno y sobre los procesos alte- versidad escocesa de St. Andrews, des-

54 Mente y cerebro 06/2004


cubrieron en el lÛbulo temporal de esos

MAURITIUS
primates unas cÈlulas nerviosas singu-
lares que reaccionaban exclusivamente
a las caras. Es v·lido hacer, por analo-
gÌa, una transposiciÛn al cerebro humano,
pues los humanos pertenecemos al mismo
taxÛn y la estructura de nuestro cerebro
se corresponde ampliamente con la de
sus parientes animales.

Récord en reconocimiento
Las investigaciones que utilizan el elec-
troencefalograma (EEG) respaldan la
tesis de que nuestro cerebro eval˙a de
modo especial las informaciones de las
fisonomÌas. El EEG mide en el cuero
cabelludo las sutiles corrientes elÈctri-
cas que provoca la actividad de las cÈlu-
las cerebrales. Cuando una persona ve
una cara, los electrodos registran, des-
puÈs de unos 170 milisegundos, una onda
caracterÌstica en el patrÛn de actividad
cerebral. Pero cuando contempla otros
objetos la reacciÛn del cerebro es sensi-
blemente m·s lenta. Esto permite con-
jeturar que nuestro cerebro clasifica, en
primer lugar, los objetos del mundo visual
entre ìcarasî y ìotrosî, antes de proce-
der al an·lisis siguiente.
Desde mediados de los aÒos noventa
del pasado siglo, distintos equipos de
investigaciÛn se venÌan esforzando por
descubrir cÛmo reconoce el cerebro las
caras, cÛmo las procesan las neuronas y 1. ¿LE CONOZCO? Los ciegos fisonómicos suelen rehuir las aglomeraciones para evitar
quÈ zonas del cerebro participan en dicha situaciones penosas para ellos.
actividad. Siempre se encontraban con
una pequeÒa regiÛn del lÛbulo temporal
que suele reaccionar exclusivamente a las
caras: la llamada ·rea facial fusiforme tintos modelos teÛricos del reconoci- piratoria y la actividad de las gl·ndulas
(FFA) en la circunvoluciÛn fusiforme. Se miento fisonÛmico. Uno de los modelos sudorÌparas. Trabaja en estrecha cola-
trata de una estructura situada aproxima- m·s renombrados es el de Haydn Ellis y boraciÛn con los centros cerebrales que
damente delante del centro Ûptico secun- Michael Lewis, de la Universidad de gobiernan los sentimientos. Por eso, la
dario, es decir, delante de la segunda esta- Cardiff en Gales. Parte de que la primera visiÛn de unas caras familiares provoca
ciÛn de elaboraciÛn de la informaciÛn clasificaciÛn que hace nuestro cerebro una respuesta de este sistema. Cuando
visual en la corteza cerebral. Con todo, de las caras es entre ìconocidasî y ìdes- se les mostraba a algunos sujetos (que
ante las caras no sÛlo se dispara la FFA. conocidasî. Y se obtienen dos sistemas padecÌan prosopagnosia a causa de un
Eric Halgren, de la facultad de medicina de funcionamiento totalmente indepen- accidente o de un derrame cerebral) foto-
de Harvard, y otros observaron una acti- dientes uno de otro: grafÌas de personas conocidas, en algu-
vidad en la circunvoluciÛn inferior del nos reaccionaba el sistema nervioso autÛ-
lÛbulo occipital, en cuanto una persona ï El primero relaciona una cara conocida nomo y, por cierto, incluso si la cara les
observaba una cara. Al parecer, la infor- con una persona, selecciona los datos resultaba extraÒa a nivel consciente. De
maciÛn arriba a esa zona, lo mismo que pertinentes y los transfiere a la con- lo que se desprende que la prosopagno-
a la FFA y al surco superior del lÛbulo ciencia. sia puede estar limitada a los procesos
temporal (sulcus temporalis superior, ï El segundo genera la respuesta sinÈr- conscientes del reconocimiento de fiso-
STS). La FFA registra preferentemente gica a una cara conocida. nomÌas; los pacientes pueden clasificar
los aspectos fijos de las caras; capta, pues, inconscientemente las caras.
la funciÛn que, en los humanos, podrÌa Aunque este segundo sistema trabaja Seg˙n el modelo de Ellis-Lewis cabrÌa
verse afectada por la prosopagnosia. La inconscientemente, los distintos equi- admitir tambiÈn el caso inverso: que se
regiÛn STS, por el contrario, reacciona pos de investigadores han hallado indi- mantenga el reconocimiento consciente
presumiblemente ante los rasgos cam- cios ciertos de su existencia. Se basan y falle el inconsciente. En este caso, el
biantes, ante la mÌmica. en experimentos sobre la reacciÛn del sis- afectado reconocerÌa las caras, pero no
Como resultado de numerosas prue- tema nervioso autÛnomo. Esta parte de tendrÌa la sensaciÛn de que le eran fa-
bas con pacientes de prosopagnosia y nuestro equipamiento neuronal regula miliares. De hecho, se da una forma
grupos de control sanos, diversos equi- el equilibrio interno del cuerpo, por ejem- extraÒa del ìreconocimiento ilusorioî
pos de investigadores han perfilado dis- plo, el ritmo cardÌaco, la frecuencia res- (interpretaciÛn falsa de percepciones

Mente y cerebro 06/2004 55


reales) en cuya base podrÌa hallarse este cen casi iguales (como para los asi·ti- En el aÒo 2001 una madre preocupada
mal funcionamiento; hablamos del sÌn- cos todos los europeos nos parecemos). habÌa acudido a la consulta del investi-
drome de Capgras o del delirio del doble. Valentine parte de la base de que nues- gador, porque tanto su suegro como su
Las personas que lo padecen est·n fir- tro cerebro superpone las caras que le marido y su hija no solÌan acertar al reco-
memente convencidas de que sus parien- son conocidas sobre una ìcara idealî. nocer las caras de parientes cercanos.
tes m·s prÛximos han sido sustituidos Ante una nueva cara, la analiza y sÛlo øSe debÌa al azar tan alta frecuencia en
por copias exactas, robots o extraterres- retiene las desviaciones del valor medio. el seno de una misma familia? Kenner-
tres. El equipo de Haydn Ellis estudiÛ a La suma de las desviaciones forma, a su knecht, en colaboraciÛn con Martina
una paciente con este sÌndrome: la mujer juicio, un vector multidimensional, cuya Gr¸ter, averiguÛ muy pronto que nadie
reconocÌa las caras, pero su reacciÛn era magnitud y direcciÛn son caracterÌsticas se habÌa ocupado explÌcitamente del posi-
apagada. de cada fisonomÌa. ble car·cter hereditario de la prosopag-
Una serie de pruebas apuntan inequÌ- Un europeo configura esta cara ideal nosia. M·s a˙n: hasta ese momento no
vocamente hacia una tesis central: asig- seg˙n la imagen de las personas de su se habÌa clasificado como enfermedad
namos una cara a una persona en razÛn entorno. Puesto que las caras orientales hereditaria ning˙n tipo de agnosia visual,
de muy diversos rasgos; no sÛlo regis- se apartan mucho en sus rasgos y, ade- es decir, de una disfunciÛn en el reco-
tramos pormenores caracterÌsticos tales m·s, en la misma direcciÛn del modelo nocimiento de estÌmulos Ûpticos en el sis-
como la forma de la nariz, el color del de referencia, sus vectores faciales ape- tema nervioso.
iris o la curva de los labios, sino tam- nas si se diferencian unos de otros. Pero A travÈs de una lista de Internet de pro-
biÈn la disposiciÛn de estos detalles, es si un europeo pasa algo m·s de tiempo sopagnÛsicos, los investigadores de
decir, las distancias, las lÌneas y los ·ngu- en Asia, se van superponiendo a la cara M¸nster solicitaron la colaboraciÛn de
los que forman entre sÌ. En esto el sis- europea de referencia las fisonomÌas los afectados alemanes y encontraron
tema de reconocimiento se ajusta con asi·ticas y le resulta cada vez m·s sen- otras familias en las que el trastorno era
precisiÛn a su disposiciÛn facial carac- cillo reconocer individualmente tambiÈn frecuente. Ahora podÌan probar que la
terÌstica. Lo pone de manifiesto un expe- esas caras. prosopagnosia era hereditaria, pues en
rimento muy sencillo: se gira 180 gra- La causa de la prosopagnosia se mani- los ·rboles genealÛgicos aparecÌa siem-
dos la foto de una cara. Los elementos fiesta con nitidez en las personas que la pre un modelo repetitivo: sÛlo los afec-
de la cara no cambian por ello, pero la padecen como resultado de una encefa- tados transmitÌan el gen; hombres y muje-
disposiciÛn est· literalmente cabeza lopatÌa. Se han daÒado o incluso des- res mostraban por igual los sÌntomas; se
abajo. Esto basta para dificultar mucho truido las ·reas cerebrales pertinentes. trataba de un alelo dominante autosÛ-
el reconocimiento de la cara. Ahora bien, cuando se trataba de un tras- mico. (Denominamos autosoma a los
A principios de los aÒos noventa del torno congÈnito, no se reflejaba en una cromosomas no sexuales.) Por los datos
siglo pasado Tim Valentine, de la Uni- malformaciÛn cerebral. De hecho, siguen que hasta ahora constan, es posible que
versidad de Manchester, aventurÛ una estando oscuros los mecanismos de su el defecto dependa de un solo gen, que
teorÌa sobre cÛmo se orienta nuestro cere- gÈnesis. Sin embargo, las nuevas apor- desconecte en el cerebro el reconoci-
bro en el conjunto de los rasgos facia- taciones de Ingo Kennerknecht, de la miento fisonÛmico. Y viceversa, es pro-
les. Toma en consideraciÛn un conocido Universidad de M¸nster y experto en bable que el gen en cuestiÛn sÛlo desem-
fenÛmeno: para nosotros, occidentales, genÈtica humana, han significado un peÒe una funciÛn importante en esta
todos los asi·ticos orientales nos pare- paso importante. prestaciÛn especial, pues los afectados

Dos caminos, un objetivo


El modelo funcional del re-
conocimiento de fisonomías
de Ellis y Lewis parte de la
THOMAS BRAUN

base de que procesamos las


caras por separado de otros
objetos. Este procesamiento DESCODIFICACION
pasa por dos caminos: uno (reconocimiento de objetos)
consciente (A) y otro incons-
ciente (B) que genera una
sensación de familiaridad. Si ANALISIS DE LA UNIDADES PARA
ambas informaciones coin- EXPRESION FACIAL EL RECONOCIMIENTO
DE CARAS
ciden, podemos tratar ade-
cuadamente a la persona que A B
está delante de nosotros. En DISPONER CENTRO DE REACCION EMOCIONAL CONDUCTI-
PRONUNCIAR
los prosopagnósicos sólo EL NOMBRE DEL IDENTIFICACION ANTE ESTIMULOS BILIDAD
suele estar cortado el cami- NOMBRE DE LAS PERSONAS FAMILIARES CUTANEA
no A: en los experimentos
siempre muestran reacciones INFORMACIONES
emocionales ante caras cono- SOBRE LAS INTEGRACION REACCION
cidas. PERSONAS

56 Mente y cerebro 06/2004


2.

CRACK M. MOONEY DE CANADIAN JOURNAL OF PSYCHOLOGY 1957, vol. 11, pág. 4


CUESTION DE ORIENTACION.
Nuestro cerebro está preparado para
reconocer caras, siempre que no estén
cabeza abajo.

ólos genetistas hablan de portadores


del aleloó no dan muestras de ninguna
otra carencia.
El equipo de Ingo Kennerknecht se
propuso tambiÈn calcular la incidencia
de prosopagnosia congÈnita en la po-
blaciÛn. Repartieron un cuestionario
entre unos cientos de escolares y uni-
versitarios de M¸nster. La sorpresa fue
notable: casi en una dÈcima parte de los
encuestados las respuestas incluÌan in-
dicios de un trastorno de reconocimiento
fisonÛmico; ante ese hallazgo, plantea-
ron preguntas m·s detalladas. Al final del
trabajo, pudieron diagnosticar a casi un
dos por ciento de los preguntados una
prosopagnosia hereditaria. Extrapolan-
do el resultado, serÌan muchos miles de
personas de Alemania con problemas de
disfunciÛn del reconocimiento facial.
Que un trastorno tan frecuente de per- hacer amigos; lo que no es de extraÒar, afectados pueden leer emociones en las
cepciÛn haya permanecido tanto tiempo pues no reconocen a sus compaÒeros de caras. Adem·s, no se encierran en sÌ mis-
sin ser reconocido se debe, con gran pro- juego. En las conversaciones apenas si mos, sino que se interesan por los dem·s.
babilidad, a que los afectados se las arre- miran a sus educadores (y m·s tarde, a Siempre podr·n ser como el marquÈs
glan muy bien para compensarlo. sus maestros); en ellos, la cara ejerce un que llegÛ a primer ministro.
Con todo, los niÒos con prosopagno- poder de atracciÛn menor. Comienza
sia suelen comportarse de una forma entonces a sospecharse si no ser· autista.
peculiar. En los dos primeros aÒos de vida (El autismo presenta un cuadro de tras-
se arriman a su madre, si hay adultos en tornos que no tiene nada que ver con la THOMAS GRÜTER es un médico residente
la estancia. En la guarderÌa les cuesta prosopagnosia congÈnita.) Los niÒos en Münster.

El éxito de
la mujer varonil
Los directores de relaciones humanas de las empresas aseguran que eligen
a los candidatos a un puesto de trabajo por sus conocimientos,
sin importarles la apariencia exterior. Varios estudios lo desmienten

Ulrich Kühnen y Sabine Sczesny mente todos los documentos y despuÈs øPodrÌa influir en su elecciÛn que la per-
de una criba previa, pasar· a la fase de sona aspirante presentara un aspecto

I
magÌnese el lector que dirige el depar- entrevistas. øA quiÈnes convocar·? Un masculino o femenino? øIncide el que una
tamento de relaciones humanas de aspecto importante es si influye en su lla- candidata fuera ancha de espaldas, tuviera
una empresa y que tiene que esco- mada el sexo del solicitante. un mentÛn anguloso y una nariz pronun-
ger la persona idÛnea para cubrir un Se trata de una cuestiÛn delicada. De ciada? øGozar· de mayor opciÛn si su
puesto decisivo vacante. En su mesa ha cara a la igualdad de derechos de los dos semblante fuera m·s femenino, con cara
aterrizado un montÛn de solicitudes. Se sexos, garantizada por ley, nadie admi- redonda, nariz respingona y ojos gran-
han postulado candidatos femeninos y tir· que prefiere a un varÛn o a una mujer. des? Alguien podrÌa considerar absurda
masculinos. Una vez leÌdos cuidadosa- Planteemos la cuestiÛn de otra manera: la deducciÛn del talante de una persona

Mente y cerebro 06/2004 57


CUESTION DE MAQUILLAJE. La mujer de las fotografías superiores encarna el tipo
PHOTOSTUDIO THOMAS, MANNHEIM

característicamente femenino; la de las inferiores, el modelo masculino. En función del


maquillaje de estas mujeres nuestros probandos consideraban a la misma persona con
más o menos dotes de mando.

a partir de tales rasgos; y, en consecuen- candidato podÌa desempeÒar un papel


cia, presumir que se excluyen de la se- importante. Es decir, los probandos tenÌan
lecciÛn de un candidato. La realidad una visiÛn consciente de su opiniÛn en
revela un proceder muy distinto. la cuestiÛn de los sexos, si bien carecÌan
En una serie de estudios hemos podido de esa capacidad de ìmetacogniciÛnî,
determinar el papel de tales influencias. referida a la influencia decisiva que puede
Les entregamos a un grupo de estudian- ejercer la imagen de una persona.
tes de los dos sexos carpetas de solici- Esta hipÛtesis vino avalada por otros
tudes ficticias, asÌ como una descripciÛn experimentos en los que nuestros par-
exacta de los puestos de trabajo a los ticipantes, al mismo tiempo que en-
que se podÌa aspirar. La tarea de los pro- juiciaban a los candidatos, retenÌan en
bandos consistÌa en juzgar la aptitud, la su memoria n˙meros de nueve dÌgitos.
capacidad de liderazgo y otras propie- A falta de recursos mentales, debÌan pro-
dades relevantes de los solicitantes. En ceder en ese momento sin mucho tiempo
las documentaciones se incluÌa toda la para reflexionar. De ahÌ que los varones
informaciÛn requerida por el director de sacaran mejores notas, por tÈrmino me-
personal: carta de solicitud, expediente dio, que las mujeres: habÌa triunfado el
acadÈmico, currÌculum y experiencia viejo tÛpico de la mayor autoridad del
comprobada. La documentaciÛn apor- varÛn. Sin embargo, en los cambios deri-
tada certificaba positivamente, en lo fun- vados de la nueva modalidad del expe-
damental, a todos los aspirantes por igual, rimento no influÌa la imagen externa de
lo mismo en formaciÛn que en aptitudes las personas. Lo que no era de extraÒar,
personales para el puesto de trabajo de pues los probandos no sabÌan que el fiel
la convocatoria. de la balanza fuera la aparente imagen
HabÌa cuatro tipos distintos de solici- femenina o masculina de los candidatos.
tantes: la mujer de nÌtidos rasgos feme- RazÛn por la cual no se podÌan defender
ninos, la candidata virago, el varÛn de contra esa circunstancia.
aspecto feminoide y el varÛn que rezu- Debe resaltarse de la prueba que el
maba testosterona a simple vista. aspecto femenino o feminoide no mi-
En la valoraciÛn de nuestros proban- nusvaloraba la capacidad profesional
dos, las personas con rasgos faciales y del candidato. DependÌa, por el contra-
corporales masculinos constituÌan los rio, del perfil de la convocatoria. Si no-
individuos con mayor capacidad para sotros ofrecÌamos un puesto de trabajo
hacerse respetar, m·s autoritarios, per- que permitÌa asociar cualidades ìfeme-
severantes, resistentes y con superiores ninasî (por ejemplo, capacidad de comu-
dotes de mando que las personas con nicaciÛn o empatÌa) al perfil de las exi-
fisonomÌa femenina o feminoide. Es gencias del puesto, las personas con
decir, las personas con aspecto masculi- rasgos femeninos tenÌan por regla gene-
no tenÌan ventaja frente a las que parecÌan ral preferencia. TambiÈn en estos casos
m·s femeninas. No importaba, aquÌ, en ìnuestros jefes de personalî atribuÌan a
absoluto que los candidatos en cuestiÛn los solicitantes las correspondientes
fueran, biolÛgicamente hablando, varo- cualidades ìmasculinasî o ìfemeninasî
nes o mujeres. bas·ndose en su aspecto externo. Lo que
no se percibÌa, empero, era el sexo real.
En la trampa del tópico No se pueden cambiar mucho los ras-
de la virilidad gos corporales óojos grandes, nariz res-
øHay una explicaciÛn para este fenÛme- pingona o mentÛn muy marcadoó a no
no? Es posible que nuestros probandos ser que uno se someta al escalpelo de un
no quisieran dejarse influir conscien- especialista en cirugÌa estÈtica. Pero
temente por el factor del sexo del solici- podrÌan incidir otras caracterÌsticas ex-
tante y que incluso se propusieran pasar ternas: vestido, corte de pelo, joyas o
por alto ese factor. Les entregamos una maquillaje.
larga lista de caracterÌsticas distintivas; Para investigar en este terreno, separa-
deberÌan marcar con una cruz las que no mos los rasgos corporales de esos otros
les influirÌan en sus valoraciones. A tenor aditamentos. En los estudios preceden-
de los resultados, consideraban irrele- tes ya habÌamos encontrado personas
vantes las caracterÌsticas externas, pero con rasgos faciales claramente femeni-
admitÌan sin reservas que el sexo del nos o masculinos. Para ello nos bas·ba-

Mente y cerebro 06/2004


MARCOS WELSH / AGE / MAURITIUS

mos no sÛlo en nuestra estimaciÛn, sino a las femeninamente acicaladas. (Es un cil papel de la percepciÛn de los sexos
tambiÈn en la opiniÛn de personas que fenÛmeno extendido en otros terrenos. en el proceso de solicitud y de selecciÛn
ignoraban la hipÛtesis de nuestra inves- Los alumnos consideran autoritarios a de personal, hubimos de concentrarnos
tigaciÛn. AsÌ, una de las mujeres tenÌa los profesores con indumentaria formal, en la apariencia externa y separarla de
una cara m·s bien redonda, con nariz mientras que tienen por flexibles y m·s otros factores. En la realidad cotidiana
pequeÒa y un mentÛn poco marcado; accesibles a los que visten con despreo- son numerosos los factores que distin-
otra, por contra, presentaba rasgos facia- cupaciÛn. Se halla, asimismo, muy di- guen a un candidato de otro. No pode-
les angulosos. fundida la idea de que las personas con mos, pues, expresar de antemano en quÈ
Un fotÛgrafo profesional realizÛ sen- gafas son m·s inteligentes.) medida exacta influir· la apariencia fÌsica
dos retratos de cada ìmodeloî, una foto- en el proceso de decisiÛn. Ese recono-
grafÌa con toque femenino y otra en esti- Profesionalidad femenina cimiento no empece que hayamos com-
lo masculino. De esta manera podÌan De estos resultados podrÌa deducirse, qui- probado que existe y tiene presencia
combinarse a discreciÛn los rasgos feme- z·s un poco precipitadamente, que el ma- constante. Es presumible, por fin, que el
ninos y masculinos con los retoques, tanto quillaje femenino repercute de un modo efecto de la apariencia externa no se
de orientaciÛn femenina como masculi- negativo en el ascenso profesional. Pero limite sÛlo al proceso de solicitud y selec-
na. A continuaciÛn, presentamos carpe- tal hipÛtesis sÛlo es cierta en el ·mbito ciÛn. Quiz· las mujeres femeninas pero
tas de solicitud con idÈntica calificaciÛn en que se exige un estilo autoritario. Cuan- maquilladas con elementos masculinos
en todos los casos y se las entregamos a do los participantes debÌan seleccionar gocen de mayores posibilidades.
los probandos para su valoraciÛn. candidatos para puestos que requerÌan
Igual que en los ensayos anteriores coordinaciÛn y comunicaciÛn con los
los probandos estimaban que los candi- colaboradores, optaban sin dudar por per-
datos con rasgos biolÛgicos masculinos sonas de apariencia femenina. En breve, ULRICH KÜHNEN, catedrático de psico-
mostraban mejores dotes de mando que las personas con aspecto femenino no logía en la Universidad Internacional de
los que presentaban elementos fiso- evocan, en absoluto, incompetencia; se Bremen, investiga sobre tópicos e improntas
nÛmicos femeninos. En tÈrminos gene- les atribuyen otras capacidades. culturales. SABINE SCZESNY, de la cátedra
rales, sin embargo, concedÌan a todas las Cabe la posibilidad de que nuestros de psicología social de la Universidad de
mujeres arregladas con toque masculino experimentos no reflejen con fidelidad Mannheim, trabaja en estereotipos relacio-
y a los hombres m·s dotes de mando que la pr·ctica habitual. Para analizar el difÌ- nados con el sexo.

Mente y cerebro 06/2004 59


Max
Cuanto mayor afinidad con el comportamiento humano
se alcance mediante inteligencia artificial con tanta mayor facilidad se irá aceptando.
Max es un robot de modales afables y atento a la mímica del interlocutor

Annette Lessmöllmann manejar ratÛn y teclado, el usuario deber· la si el tornillo encaja con el agujero. Si
conversar con Max y construir, por ejem- el tamaÒo no es correcto, Max pone ex-

Q uien quiera conocer a Max debe


antes calzarse zapatillas de fiel-
tro en el umbral de su casa en
Bielefeld, donde reside. El suelo del es-
plo, el modelo de un coche o un aviÛn.
Mas para dar forma al mundo virtual
con ayuda de Max, hemos de ayudarnos
de algunas prÛtesis de comunicaciÛn.
presiÛn pesarosa, como si tuviera que
disculparse por no poder realizar la tarea.
Si el tornillo encaja, entonces se despla-
za como movido por un fantasma hasta
pacio c˙bico en que mora es muy sensi- De entrada, unas gafas tridimensionales, el lugar determinado.
ble. Paredes y suelo est·n recubiertos por que permiten la percepciÛn espacial de
una capa reflectante, como una pantalla las im·genes proyectadas en estÈreo. En La expresión facial
de cine. Me adentro. El suelo comienza los extremos de las gafas se han insta- dice más que mil palabras
a vibrar, se elevan las paredes y diviso lado unas antenas cortas con esferas øPor quÈ no junta Max los componen-
amplios pasillos. Se trata, sin embargo, reflectoras, con cuya ayuda unas c·ma- tes? Porque el objetivo principal del
de una ilusiÛn, creada por seis proyecto- ras especiales determinan la posiciÛn de grupo que dirige Wachsmuth no era simu-
res ubicados en diferentes esquinas. la cabeza del visitante al taller y trans- lar los movimientos manuales necesarios
De repente aparece un joven por una fieren los datos al ordenador. Esto es, Max para la construcciÛn, sino la comunica-
esquina. Se apoya en una mesa y me mira ìveî hacia dÛnde se dirige su interlocu- ciÛn entre persona y m·quina. En este
con simpatÌa. Es Max, un hominoide vir- tor y lo sigue con la mirada. Cada movi- ·mbito el grupo ha hecho aportaciones
tual tridimensional con cabeza, cuerpo miento de uno se recalcula: si se agacha, pioneras. Con Max est·n haciendo avan-
y extremidades. Aparenta ser tan autÈn- la imagen tridimensional se modifica, zar el campo inform·tico de la comuni-
tico, que invita a iniciar una breve con- de suerte que ahora el interlocutor ve los caciÛn no verbal.
versaciÛn. Justamente lo que buscaban pies de Max por debajo de la mesa. Hasta ahora la inteligencia artificial
sus creadores: parecer un humano hasta Adem·s, el visitante lleva un guante que se ha venido concentrando en el recono-
el punto de aceptarlo por interlocutor. Su marca los movimientos de la mano. Un cimiento de lenguajes verbales. Wachs-
ìprogenitorî es Ipke Wachsmuth, pro- micrÛfono de soporte auricular trans- muth ha ido m·s all· y adoptÛ dos hijas-
fesor de inteligencia artificial en la mite las palabras al ordenador de manera tros de las ciencias de la comunicaciÛn:
Escuela TÈcnica de la Universidad de inal·mbrica. la gesticulaciÛn y la mÌmica. Cuando
Bielefeld. Pero no fue diseÒado para que Sobre la mesa de Max hay diversos tor- seÒalamos objetos prÛximos, el mensaje
los dos hablemos del tiempo, sino para nillos y listones con agujeros. Su inter- se hace m·s inteligible que si describi-
constituirlo en ìexperto de ensamblaje locutor humano extiende su extremidad mos detalladamente la posiciÛn de un
multimodalî (MAX). En cuanto tal, es derecha calzada con el guante de capta- objeto con un rÌo de palabras.
un especialista en la composiciÛn de ciÛn de datos y seÒala un tornillo. ìDame Ni que decir tiene que los gestos
objetos virtuales. Su funciÛn es llevar- por favor esta pieza.î Max sigue la mano poseen otras funciones adicionales. En
nos de la mano, ser una interfase entre con la mirada. Entonces pone una expre- la comunicaciÛn humana act˙an con-
el hombre y el computador. En lugar de siÛn amistosa y seÒala Èl mismo la pieza: juntamente el habla, la gesticulaciÛn y
ìTe refieres a esta de aquÌ?î, suena su la mÌmica. A veces, pueden sustituirse
voz sintÈtica desde el altavoz. uno por otro. Un encogimiento de hom-
1. UNA IA MUESTRA SENTIMIENTOS.
Si se seÒala primero al tornillo, luego
al listÛn perforado y se ordena: ìPon eso
bros o una mirada inquisitiva expresa a
menudo m·s que muchas palabras. En
Para conseguir expresiones afables, dentroî, contemplamos lo siguiente: la Bielefeld se trabaja para conseguir una
sonrientes o sorprendidas el programa de inteligencia artificial ólos ordenado- sincronizaciÛn correcta entre habla y
Max se basa en un sistema de codificación res del laboratorio de Bielefeldó calcu- gesticulaciÛn.
peculiar desarrollado por psicólogos.
IPKE WACHSMUTH

60 Mente y cerebro 06/2004


2.

JÜRGEN SIEGMANN, BIELEFELD


APRENDER A GESTICULAR.
El guante de captación de datos
combinado con la inteligencia artificial
lo hacen posible. Max reconoce e imita
los movimientos de su interlocutor en
tiempo real.

Max ya es capaz de mostrar descon-


cierto ante una instrucciÛn no entendida.
En su presentaciÛn de saludo no se limita
a un escueto ìHola, øpuedo ayudarle en
algo?î, sino que acerca la mano de forma
cortÈs para estrecharla. Detr·s de ello es-
t· el conjunto de unidades de compor-
tamiento incluidas en su programaciÛn.
Para dotarle al ingenio virtual de su
repertorio de gestos, sus creadores se
han inspirado en el lenguaje de la mÌmica.
Cada adem·n consta de numerosos com-
ponentes: con la posiciÛn de cada dedo,
importa tambiÈn la posiciÛn de la mano
y su movimiento respecto al cuerpo. Se los movimientos humanos y trasladan Amabilidad calculada
trata de un lenguaje con su peculiar sis- fragmentos completos de dichos movi- Se busca con todo ello superar la prin-
tema de notaciÛn, que remeda al alfabeto mientos a programas, para asÌ lograr una cipal barrera entre hombre y ordenador,
fonÈtico. simulaciÛn lo m·s natural posible. Pero la del lenguaje. ìøPodrÌamos desplazar
Max puede ya generar los gestos y la estos seres del celuloide que emulan a esa cosa amarilla un poco m·s hacia la
mÌmica de forma autÛnoma y en tiempo los humanos no poseen ning˙n tipo de izquierda?î, pregunta el modelista sen-
real. Lo mismo que su interlocutor. En inteligencia. En cambio, por la inteligen- tado junto al tÈcnico ante el esbozo vir-
los estudios de animaciÛn se trabaja de cia artificial del laboratorio de Wachs- tual de una nueva limusina. Igual o mucho
una forma completamente distinta: los muth se interesa ya la propia industria mejor se le hubiera entendido si indi-
expertos en generaciÛn de gr·ficos miden automovilÌstica y aeron·utica. case ì°Eso de ahÌ!î, mientras acompaÒa
con el dedo su expresiÛn. Hasta ahora
los ordenadores no entendÌan esta forma
tan sucinta de expresiÛn. Max, por el
3. EN LA MESA DE TRABAJO. “¡Enrosca la pieza de la derecha!” Debido a que Max contrario, no sÛlo puede interpretar ges-
entiende también los gestos, las expresiones poco definidas no representan un problema tos, sino que se comporta de manera
de comunicación para él. extremadamente humana. Se rasca la
cabeza o cambia su centro de apoyo de
una pierna a otra, si se aburre. Incluso
ìrespiraî: la caja tor·cica de Max sube
y baja casi de manera imperceptible.
En principio Max sÛlo constaba de
huesos y extremidades virtuales. Faltaba
dotarle de cabeza y piel. Ahora porta
m˙sculos simulados bajo la piel artifi-
cial, responsables de los movimientos de
la boca al hablar. A cada fonema (la uni-
dad mÌnima de expresiÛn verbal) se le
asigna una posiciÛn facial que debe apa-
recer en la expresiÛn de dicho fonema.
Mediante el funcionamiento conjunto de
los m˙sculos simulados se producen las
ìunidades de acciÛnî: las unidades mÌni-
mas de las que se compone una expre-
siÛn facial compleja.
JÜRGEN SIEGMANN, BIELEFELD

ANNETTE LESSMÖLLMAN es lingüista.

Mente y cerebro 06/2004 61


Intuición
e inversión en bolsa
Las sociedades de fondos bursátiles despliegan un enorme esfuerzo
por superar a la competencia en el éxito de sus inversiones.
Ciertos ensayos realizados con legos en la materia muestran, sin embargo,
que, para acertar, no se requiere ser un experto

Ariane Meienbrock sor puede obtener mayores ganancias profesionalmente va a la zaga del desa-
que las que fijan los Ìndices de mercado. rollo general de dichos cursos. La razÛn

D
e vez en cuando fruncen el ceÒo Describen Èstos el desarrollo de un grupo estriba en que los administradores de
los expertos de Wall Street. Lo de acciones. El Dax-30, por ejemplo, fondos retienen una reserva de dinero en
leen y no acaban de creÈrselo: recoge los precios de los papeles de las met·lico, a menudo improductiva, para
ìel depÛsito de acciones de una niÒa de treinta mayores empresas alemanas. Bajo poder reaccionar en todo momento a los
cinco aÒos supera los fondos de in- la HME subyace el supuesto de que, en movimientos del mercado. A eso se aÒa-
versiÛnî. Por no recordar la historia del la bolsa, se impondr·n los inversores den las comisiones por administraciÛn,
simio que seleccionaba los efectos de que mejor prevean el verdadero valor de que diluyen los beneficios de los fondos.
valores, y acertaba tanto como un pro- las acciones, es decir, el valor actual de Andreas Ortmann y su grupo, del
fesional, lanzando dardos contra las p·- la empresa por cada acciÛn m·s los ren- Instituto Max Planck sobre InvestigaciÛn
ginas del periÛdico dedicadas a los mo- dimientos futuros y que todavÌa no se de la FormaciÛn, radicado en BerlÌn,
vimientos de las acciones. conocen actualmente. En este sentido, pusieron en entredicho las opiniones
Los institutos financieros se caracte- con sus decisiones inversoras aproxi- admitidas sobre las decisiones finan-
rizan por la b˙squeda incesante de pro- mar·n esos Ìndices al valor genuino del cieras. De hecho tenÌan sus propia hipÛ-
cedimientos de an·lisis m·s refinados. mercado. Los inversores menos certeros tesis de partida: quiz· se pueden sacar
Para sus tÈcnicas proyectivas se fundan se retiran antes o despuÈs de este jue- beneficios superiores al promedio, pero
en la actualizaciÛn continua de los datos go de ganancias de los cursos de accio- no con el mayor n˙mero de informacio-
fundamentales de las empresas. øCare- nes, de forma que el estado del Ìndice nes posibles y de instrumentos a˙n m·s
cen de base sus mÈtodos? Es posible que, reproduce, al final, el valor real de todas refinados, sino sobre la base de reglas
de todas formas, nadie consiga en el mer- las acciones de un mercado y a la larga decisorias muy elementales.
cado de valores ganancias a largo plazo no se puede ganar m·s de la subida de
superiores al promedio. este valor. Apariencia y realidad
La hipÛtesis de mercado eficiente La HME se ve tambiÈn respaldada por Las ìheurÌsticas de lo sencilloî son la
(HME), base de muchas tomas de deci- los estudios longitudinales de varios especialidad de Ortmann y su equipo.
siones en la selecciÛn de valores de bolsa, aÒos, seg˙n los cuales el crecimiento en AllÌ, en el Max Planck, trabajan con
establece que, a la larga, ning˙n inver- valor de fondos de acciones manejados mÈtodos de la biologÌa, psicologÌa y
matem·tica para investigar las decisio-
nes humanas cuando se dispone sÛlo de
informaciones incompletas. En otro con-
texto (la elecciÛn de pareja) corrobora-
ron ya la eficacia de las reglas elemen-
tales de decisiÛn.
En el caso de las acciones, el princi-
pio m·s simple reza asÌ: compra las accio-
nes de la empresa que conoces y ap·r-
tate de todas las dem·s. El criterio de ìlo
conocidoî se halla en la misma entraÒa
del hombre desde los primeros momen-

1. FLUJO INFORMATIVO FATAL.


A veces a la hora de tomar decisiones
a muchos especialistas los árboles
les impiden ver el bosque; en cambio,
los legos en la materia reaccionan sirviéndose
REUTERS

de sus conocimientos implícitos.

62 Mente y cerebro 06/2004


2. POR DELANTE DE TODO
60
IDENTIFICACION DE EMPRESAS NACIONALES
LA IGNORANCIA. Incluso con

RENDIMIENTOS (%)
50
informaciones limitadas se puede tener
éxito en la bolsa. A algunos transeúntes 40
de las zonas peatonales de Munich y 30
Chicago (“legos”) así como a estudiantes 20

THOMAS BRAUN
de ciencias económicas, mejor informados 10
en este campo (“expertos”), les
0
presentaron una lista con el ruego de LEGOS EXPERTOS LEGOS EXPERTOS
identificar las empresas que les resultaban ALEMANES ALEMANES DE EE.UU. EE.UU.
(EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS
conocidas. Posteriormente, los investi- EE.UU.) EE.UU.)
ALEMANAS) ALEMANAS)
gadores constituyeron carteras con
los nombres de referencia; en cada caso,
IDENTIFICACION DE EMPRESAS INTERNACIONALES
con acciones del país natal del grupo
entrevistado (empresas nacionales) así
60
como con acciones de empresas del otro
RENDIMIENTOS (%)

50
país (internacionales). El desarrollo del
40
valor de los depósitos en el año 1997 se
30
comparó con los índices de mercado,
con fondos de acciones administrados 20
profesionalmente así como con paquetes 10
de acciones compuestos aleatoriamente. 0
LEGOS EXPERTOS LEGOS EXPERTOS
DE EE.UU. EE.UU. ALEMANES ALEMANES
(EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS (EMPRESAS
tos de su apariciÛn. Nuestros antepasa- ALEMANAS) ALEMANAS) EE.UU.) EE.UU.)
dos preferÌan seguramente recolectar las
bayas silvestres que ya habÌan probado CARTERA ALEATORIA
antes para evitar el peligro de envene- FONDO DE ACCIONES
namiento con frutos desconocidos. INDICE DE MERCADO
Siguiendo esta tradiciÛn, el afamado ESTRATEGIA DE IDENTIFICACION
experto en inversiones Peter Lynch acon-
sejaba no colocar nunca dinero en una
empresa que no se conoce. valores elegidos por los cuatro grupos se calculÛ el Èxito comparando el de-
Los investigadores del Max Planck de personas y referidos a otro paÌs. Para sarrollo de los cursos de las acciones de
confeccionaron una lista de grandes llegar a una selecciÛn nacional, al menos las carteras con diferentes dimensiones
empresas norteamericanas y alemanas el noventa por ciento de los probandos distintivas:
que cotizan en el mercado burs·til. Les tenÌa que haber reconocido el nombre de
presentaron el elenco a 480 probandos, una empresa. Los depÛsitos ìinternacio- ï subida de valor durante el mismo perÌo-
que debÌan marcar los tÌtulos de las com- nalesî incluÌan los diez tÌtulos m·s cono- do de tiempo de los fondos de acciones
paÒÌas cuya existencia conocieran. Los cidos del paÌs en cada caso ajeno. La que habÌan invertido en un segmento del
participantes pertenecÌan a cuatro gru- ingenuidad de los legos en asuntos bur- mercado equiparable. PodÌan de ese modo
pos: dos eran reputados expertos (estu- s·tiles se reflejaba en que sus depÛsitos comparar directamente el Èxito de los le-
diantes de ciencias econÛmicas en su constaban de pocos tÌtulos de acciones gos y de los alumnos expertos con los
ciclo superior de Munich y de Chicago) y que Èstos pertenecÌan a las grandes autÈnticos profesionales en inversiones,
y otros dos legos (transe˙ntes de las empresas. AsÌ, por ejemplo, los peato- ï Ìndices usuales en los mercados corres-
zonas peatonales de ambas ciudades, nes muniqueses conocÌan sÛlo ocho pondientes,
interpelados aleatoriamente por los inves- empresas alemanas: Allianz, Bayerische ï depÛsitos de valores, compuestos, seg˙n
tigadores). Los componentes de los gru- Vereinsbank, Commerzbank, Daimler, el principio de casualidad, por valores
pos tercero y cuarto disponÌan signifi- Dresdner Bank, Lufthansa, Porsche y de las bolsas alemanas y norteameri-
cativamente de menos informaciÛn sobre Siemens. En cambio, los expertos finan- canas.
la situaciÛn del mercado de valores e cieros podÌan dar espont·neamente
identificaron la mitad de las empresas catorce nombres. La ˙ltima idea estaba inspirada en el
que los estudiantes. Los investigadores en decisiones asig- Wall Street Journal. Los periodistas del
Con las acciones seleccionadas por naron a cada depÛsito la misma suma diario financiero habÌan comparado
este sistema, Ortmann y su equipo for- virtual. A continuaciÛn, dejaron las inver- durante un largo perÌodo de tiempo el
maron ocho depÛsitos virtuales de valo- siones sin control durante seis meses. comportamiento de depÛsitos elegidos
res. Cuatro de ellos contenÌan las opcio- Dos de los cientÌficos berlineses estaban al azar con las recomendaciones de los
nes escogidas por los no especialistas y tan convencidos de su mÈtodo, que depo- expertos. Los resultados de los prime-
los expertos referidas al paÌs corres- sitaron dinero propio en las carteras de ros fueron a menudo mucho mejores.
pondiente a cada uno de ellos. En las identificaciÛn. Una vez transcurrido el Una posible conclusiÛn era que se podÌa
otras cuatro carteras se encontraban los plazo de la inversiÛn, en el Max Planck depositar m·s confianza en el mono lan-

Mente y cerebro 06/2004 63


accionarial, organizados ambos en el aÒo
PREMIUM

2000 por las revistas ìBolsa onlineî y


ìCapitalî. En aquella Època habÌa con-
cluido la fase de recalentamiento de la
subida de los valores de las acciones y
se asistÌa a una caÌda en picado.
Bien es verdad que los juegos de bolsa
se desarrollaron durante perÌodos m·s
cortos que el primer estudio óseis sema-
nas en ìCapitalî y ocho en ìBolsa on-
lineîó y que se consultÛ tambiÈn a me-
nos participantes: cien legos en el primer
caso y sesenta en el segundo. Pero tam-
biÈn en esta ocasiÛn resultaron un Èxito.
En cualquier caso, en el concurso orga-
nizado por ìCapitalî subiÛ el valor de la
cartera con las acciones m·s conocidas
en un 2,53 por ciento; se instalÛ en el
campo de las mejores un 15 por ciento
y consiguiÛ el puesto 2085 entre 17.600
participantes. El depÛsito de identifica-
ciÛn logrÛ un resultado mucho mejor que
el depÛsito modelo del redactor jefe, que
3. TEMPLO DEL CAPITAL. En Wall Street, Nueva York, se hace el mayor número de en ese perÌodo de tiempo perdiÛ un 18,55
operaciones de bolsa de todo el mundo. por ciento de su valor.
En el juego de ìBolsa onlineî Ortmann
formÛ al mismo tiempo cuatro depÛsi-
zando el dardo que en las opiniones de Sin embargo, al menos en los propios tos de identificaciÛn: en cada caso, uno
los especialistas. experimentos, la regla elemental de de- con acciones que conocÌan el ochenta o
Digamos por adelantado que los dos cisiÛn alcanzÛ un extraordinario Èxito. el noventa por ciento de los probandos
valientes inversores del Max Planck Obtuvieron mejores resultados los de- femeninos o alternativamente los mascu-
podÌan ufanarse al cabo de ese perÌodo pÛsitos ìinternacionalesî: acciones de linos. TambiÈn estos cuatro depÛsitos de
experimental en la primera mitad del aÒo mercados de los que todos los proban- acciones ocuparon puestos por encima
1997. En tres casos, las ganancias de pa- dos poseÌan muy escasa informaciÛn. de la mitad de la lista de entre 43.000 de-
quetes de acciones reunidas en las carte- TambiÈn hay una relaciÛn directa entre pÛsitos concurrentes. Un resultado in-
ras de identificaciÛn llegaron al sesenta el grado de conocimiento y el desarro- teresante fue que las dos carteras elegi-
por ciento, y en seis de las ocho de di- llo de los cursos de las acciones. En el das por las participantes femeninas
chas carteras habÌan derrotado rotunda- Max Planck se llegÛ a esa conclusiÛn obtuvieron mayores ganancias que la
mente a todos los competidores (vÈase despuÈs de abrir diferentes carteras de selecciÛn hecha por sus compaÒeros:
la figura 2). identificaciÛn y de observar la subida de 7,28 y 4,80 por ciento respectivamente
Los que peor resultado obtuvieron fue- valor de las carteras formadas por diez, de subida de valor frente a un 3,32 y 2,32
ron los depÛsitos mezclados al azar: los veinte o incluso treinta de las acciones por ciento de los varones. Y eso que en
resultados obtenidos oscilaban en tor- m·s conocidas. M·s all· de los volun- las entrevistas previas las mujeres incluso
no a un 15 por ciento de promedio. Siete tarios, los resultados hablan por sÌ solos: admitieron conocer menos empresas que
veces por debajo de los depÛsitos de iden- cuanto m·s conocidas son las acciones los hombres.
tificaciÛn y una vez por encima de ellos. de un depÛsito, tanto mayor es su subida Ortmann admite que los juegos de pla-
La subida de valor de dos fondos, ma- de valor. nificaciÛn accionarial sÛlo tienen el valor
nejados profesionalmente, se quedÛ, Eso demuestra que las informaciones de un test r·pido y sin complicaciones.
durante este medio aÒo, en seis casos, implÌcitas ópor ejemplo, las contenidas Quiz· sea explicable el Èxito de la ìheu-
por detr·s de los depÛsitos de identi- en el grado de popularidad de una rÌstica del agarra lo que conocesî por un
ficaciÛn, y en tres casos de ellos en una empresaó pueden resultar no menos fenÛmeno que en las ciencias econÛmi-
proporciÛn de un tercio. Lo interesante determinantes que el saber explÌcito a la cas se llama el problema de la coordi-
fue que los depÛsitos del grupo ABC hora de tomar una decisiÛn. La infor- naciÛn: numerosos participantes del mer-
sobrepasaron en general a los conocidos maciÛn oculta se hace entonces accesi- cado reaccionan simult·neamente ante
Ìndices de mercado Dax y Dow, lo que ble a travÈs de la regla ì°decÌdete por lo una informaciÛn en ese campo óen este
contradice por completo la hipÛtesis del conocido!î. caso el grado de popularidad de una
mercado eficiente. El resultado sor- Los expertos en mercados de accio- empresaó y a travÈs de sus compras
prendiÛ tambiÈn al propio Ortmann: ìYo nes podrÌan objetar que los experimen- empujan el precio mucho m·s hacia arriba
creo de verdad en la hipÛtesis del mer- tos del Max Planck se desarrollaron en de lo que justificarÌa el valor real de un
cado eficiente; no hay ahÌ posibilidades una fase de subida de la bolsa, en un producto.
muertas de obtener beneficios; no hay perÌodo de cursos continuamente al alza.
secretos escondidos, pues en el momento Para salir al paso de esa crÌtica posible,
en que surgen nuevas informaciones, el se iniciaron otros dos tests: se volviÛ a
mercado reacciona y el Ìndex se autorre- emplear la estrategia decisoria para par- ARIANE MEIENBROCK investiga en el
gula consecuentementeî. ticipar en dos juegos de planificaciÛn Instituto Max Planck de Neurobiología.

64 Mente y cerebro 06/2004


Neurología de la decisión
En el córtex prefrontal se halla la sede de la toma de decisiones.
Si sufre una lesión, las personas se comportan de manera extraña

Ariane Meienbrock ante la carta del restaurante sin saber al nativas de acciÛn y la planificaciÛn de
final quÈ escoger. Pero la operaciÛn no la cadena de actuaciones. El CPF se res-

A
lo largo del dÌa tomamos miles habÌa afectado ni a su inteligencia ni a ponsabiliza de tareas de eminente impor-
de decisiones. Empezamos su capacidad para resolver problemas. tancia: toma decisiones e impulsa su
por escoger la ropa que vamos En los tests con tareas ficticias acertaba puesta en pr·ctica. El abanico va desde
a llevar. Desde la perspectiva siempre la soluciÛn cabal. Sus proble- las cosas m·s sencillas (levantarse cada
de la investigaciÛn cerebral, sin embargo, mas aparecÌan en el quehacer real de la maÒana) hasta los procesos m·s com-
el movimiento de levantarse de la cama vida diaria. Sobre todo, LÛpez parecÌa plejos (elecciÛn de la profesiÛn o de la
constituye ya una toma de decisiÛn. Si incapaz de llevar a la pr·ctica cualquier pareja matrimonial).
vamos sumando, a lo largo de los aÒos proyecto.
se acumulan miles de decisiones que Las alteraciones de personalidad de Zona represora
tejen en ˙ltimo tÈrmino el decurso de LÛpez derivaban de la intervenciÛn. El En este marco, la regiÛn Ûrbitofrontal,
nuestra vida y definen el grado de satis- Ûrgano afectado en este caso, el cÛrtex de la que LÛpez habÌa sido privado, de-
facciÛn o insatisfacciÛn con nuestra exis- Ûrbitofrontal (COF), forma parte del cÛr- sempeÒa funciones especiales. Los afec-
tencia. tex prefrontal (CPF), nuestro centro de tados por un trastorno del COF toman,
Hay personas incapaces de tomar una coordinaciÛn de los procesos implicados por ejemplo, decisiones absurdas de
decisiÛn racional o de controlar su com- en el lenguaje, la atenciÛn y la memo- orden econÛmico y hacen proyectos sin
portamiento. Por lo com˙n han sufrido ria. En el cÛrtex prefrontal se ubican las cesar, que nunca llevan a cabo. Y es que
una lesiÛn cerebral o un accidente cere- ìfunciones ejecutivasî, es decir, se de- entre las funciones principales del COF
brovascular. A travÈs del comportamiento sarrollan aquellos procesos mediante los sano se cuenta la de reprimir los impul-
de tales personas, podemos conocer el cuales reaccionamos ante los estÌmulos sos de actuaciÛn. Algunos opinan que el
modo en que la corteza decide. del entorno de un modo acorde con la cerebro funciona como un ìmotor de
A lo largo de los aÒos, Antonio Da- situaciÛn correspondiente. En lo que aquÌ reacciÛn con frenado selectivoî. Cuando
masio, de la Universidad de Iowa, ha ido concierne, se trata de sopesar las alter- el organismo reacciona espont·neamente
formando un banco de datos de pacien-
tes con lesiones cerebrales. A uno de
ellos óllamÈmosle LÛpezó le habÌan
seccionado, en intervenciÛn quir˙rgica,
el cÛrtex Ûrbitofrontal, zona ubicada
directamente por encima de las Ûrbitas
oculares. Antes de la operaciÛn LÛpez
era un padre ejemplar y un trabajador
modelo. Tras pasar por el quirÛfano,
parecÌa otro. Llegaba tarde al trabajo y
no era capaz de organizarse. Le despi-
dieron de la empresa y sucesivamente fue
perdiendo otros empleos, cada vez menos
cualificados.
Paralelamente, empeoraron las rela-
ciones con su mujer. RompiÛ su matri-
monio y se divorciÛ tambiÈn de otro
enlace posterior. Casi todos sus proble-
mas derivaban de un origen com˙n: se
habÌa vuelto incapaz de tomar las decisio-
nes adecuadas a cada circunstancia. Lo
mismo se precipitaba irreflexivamente
ZEFA

en arriesgados negocios financieros, per-


diÈndolo todo, que se demoraba largo
tiempo en la m·s insignificante de las
decisiones. Se podÌa pasar horas enteras

1. ¿QUE HACER? A lo largo de la vida


el hombre tiene que tomar decisiones
continuamente.

Mente y cerebro 06/2004 65


ante los estÌmulos del entorno con una ideado, el conductor de la prueba lo rati- minadas sumas de dinero, que varÌan de
determinada acciÛn, el COF la obstacu- fica con un ìbienî o, contrariamente, una carta a otra y de un montÛn a otro.
liza si Èsta es inoportuna o no deseada. con un ìmalî. El probando va cambiando El objetivo es que el probando vaya co-
Cuando falla tal funciÛn del COF, la per- la estrategia hasta descubrir el criterio giendo cartas para obtener el m·ximo
sona afectada da muestras del llamado en cuestiÛn. beneficio. Los dos primeros mazos con-
comportamiento de utilizaciÛn: pulsa, Pero, llegado a ese punto, el respon- tienen cartas que proporcionan ganan-
por ejemplo, todo botÛn que se le pre- sable del test cambia sin aviso previo la cias de cien dÛlares; los otros dos, sÛlo
sente o pela todos los pl·tanos que se estrategia de clasificaciÛn. Marca con de cincuenta. A la larga, resulta mejor
ponen a su alcance. un ìmalî cuando el probando contin˙a sacar cartas de los montones de cincuenta
El experimento de las tareas conoci- colocando los naipes conforme a la re- dÛlares, ya que en Èstos las pÈrdidas son
das por ìadelante/no ejecutarî ayuda a gla anterior. Los participantes sanos cam- de mucho menor cuantÌa.
imaginarse la dificultad de reprimir los bian entonces su estrategia; no asÌ las
impulsos. En este tipo de tests, los pro- personas con lesiones en el cÛrtex Ûrbi- El sentimiento por encima
bandos deben reaccionar ante determi- tofrontal, que persisten aferrados al cri- del conocimiento
nados estÌmulos e ignorar otros. En com- terio de ordenaciÛn anterior. Pero lo m·s En el transcurso del juego, los partici-
paraciÛn con los sujetos control, los sorprendente es que, si se les pregunta, pantes sanos se inclinan cada vez m·s
pacientes con lesiones del COF encuen- reconocen que su estrategia es errÛnea; por sacar cartas de los montones de cin-
tran muchas dificultades en aprender el pueden incluso identificar la adecuada. cuenta dÛlares hasta que en el ˙ltimo ter-
momento adecuado de reaccionar. Sobre Les resulta, sin embargo, imposible cam- cio de la partida dejan de lado los otros
todo, reaccionan con mucha m·s fre- biar su comportamiento en el sentido dos. Pero los pacientes Ûrbitofrontales
cuencia a la condiciÛn de ìadelante/no correcto. El caso de los tests de ìadelan- no siguen ese camino, sino que sacan
ejecutarî; a saber, precisamente cuando te/no ejecutarî revela esa disociaciÛn, crecientemente m·s cartas de los mon-
la respuesta adecuada a un estÌmulo con- caracterÌstica de los pacientes Ûrbito- tones de cien dÛlares que de los menos
siste en dejar de hacer algo. Conviene frontales, entre la discriminaciÛn cons- peligrosos; no cambian su comporta-
subrayar que los malos resultados de los ciente de una realidad y el comportamien- miento ni aun cuando el experimento se
pacientes con lesiones en el COF en la to concreto manifestado frente a dicha repita al cabo de un mes o de medio aÒo.
prueba no guardaban relaciÛn con su realidad. Durante el ensayo de los naipes, Da-
olvido del estÌmulo ante el que tenÌan que ìLa prueba de los jugadoresî, ideada masio registraba la conductividad dÈr-
reaccionar. En los tests correspondien- en los aÒos noventa por Damasio, apun- mica de los probandos, un par·metro que
tes, su memoria a corto plazo se desen- taba en ˙ltimo tÈrmino a la manera en mide el grado de activaciÛn del sistema
volvÌa con normalidad. que el cÛrtex Ûrbitofrontal prepara las nervioso autÛnomo. Seg˙n los resulta-
A las personas con trastornos en el decisiones mediante una valoraciÛn emo- dos anotados, la conductividad de todos
cÛrtex Ûrbitofrontal les resulta a menudo cional de las alternativas de actuaciÛn. los probandos dependÌa de si habÌan des-
imposible apartarse de una estrategia A todas luces parece imposible tomar de- tapado una carta con ganancias o con
interiorizada. El test de barajadura de cisiones desde la Ûptica puramente racio- pÈrdidas.
Wisconsin (TWOT) nos ilustra el fenÛ- nal; la prueba de los jugadores muestra Avanzado el juego, los Ìndices subÌan
meno. El conductor de la prueba idea un incluso que se toma una decisiÛn errÛnea poco antes de que los probandos sanos
criterio de ordenaciÛn de los naipes; por si se elimina la ayuda emocional. destapasen la carta; en ellos se desarro-
colores, sea por caso. Ignorante de ese En este test los participantes re˙nen a llaba una reacciÛn anticipatoria. Este fenÛ-
criterio, el probando empieza a destapar su arbitrio una serie de cartas agrupadas meno se manifestaba con tanta m·s inten-
sucesivamente las cartas y a ordenarlas. en cuatro mazos. Los naipes represen- sidad cuanto mayores riesgos existÌan en
En los casos en que aplica el criterio tan una ganancia o una pÈrdida de deter- el montÛn del que iban a destapar el naipe.
No se daba tal incremento de valor en los
pacientes con lesiones en el cÛrtex Ûrbi-
tofrontal. Reviste m·ximo interÈs que la
reacciÛn inconsciente del sistema ner-
vioso autÛnomo preceda al conocimiento
consciente del riesgo. Expresado con otras
palabras: en los participantes sanos que
calculaban de antemano pÈrdidas im-
portantes se detectaba la reacciÛn antici-
patoria ante todos los montones de nai-
pes. Aunque es cierto que en ese momento
del juego todavÌa no podÌan concretar la
relaciÛn entre ganancias y pÈrdidas de
todos los montones, no menos cierto es
que, despuÈs de descubrir unas cincuenta
cartas, los participantes se percataban

2. REACCION EN CADENA. En el
ajedrez, como en la vida, una sola decisión
abre el camino a innumerables
posibilidades.
ZEFA

66 Mente y cerebro 06/2004


paulatinamente del riesgo oculto en las 3. LUGAR DE LOS HECHOS. Estas

THOMAS BRAUN
CORTEX PREFRONTAL DORSOLATERAL
pilas de cien dÛlares y a partir de ahÌ vol-
zonas cerebrales participan en nuestra
vÌa a bajar la conductividad dÈrmica anti-
cipatoria frente a los montones de cincuen- toma de decisiones. Arriba, una vista
ta dÛlares. desde el exterior; abajo, un corte del
cerebro que permite ver también las
Complejidad creciente estructuras internas.
A lo largo del ensayo, algunos de los
probandos sanos no llegaron a la fase
consciente; evitaban, sin embargo, los espera, persisten excitadas las neuronas
montones muy arriesgados y exhibÌan una del CPFDL: perÌodo en que el mono ha
elevada conductividad dÈrmica antici- de mantenerse en expectaciÛn de recom-
patoria. La mitad de los pacientes Ûrbi- pensa sin ning˙n tipo de interferencia
tofrontales reconocÌa el criterio de orde- proveniente de estÌmulos del entorno. CORTEX ORBITOFRONTAL
naciÛn de cada montÛn, lo que no era Los monos con graves lesiones de lÛbu-
obst·culo para que siguieran eligiendo los frontales no pueden resolver esta tarea. CORTEX PREFRONTAL DORSOLATERAL
las pilas que contenÌan mayor riesgo y TambiÈn nos topamos con graves pro- CINGULO DE GIRO ANTERIOR
no mostraran una conductividad dÈrmica blemas en las personas con lesiones en
anticipatoria. el CPFDL. Vinod Goel, de la Universidad
AsÌ pues, este experimento revela que de Nueva York, y Jordan Grafman, del
el saber no conduce necesariamente a la norteamericano Instituto Nacional de
acciÛn. Apartir de sus resultados Damasio Salud Mental, hicieron un reconoci-
formulÛ la hipÛtesis de los marcadores miento a cierto paciente, llamÈmosle
som·ticos, seg˙n la cual el cÛrtex Ûrbi- PÈrez, cuyo comportamiento decisorio
tofrontal vincula las alternativas de acciÛn reflejaba trastornos sensibles, lo que le
a reacciones corporales (palpitaciones acarreaba una incapacidad para enfren-
cardÌacas aceleradas y sudor cut·neo). tarse ante problemas poco estructura-
Estos fenÛmenos óseg˙n se perciban dos. PÈrez habÌa sido un arquitecto de
como agradables o desagradablesó mucho Èxito hasta que, en una opera-
CORTEX ORBITOFRONTAL
influyen en la alternativa que elige la ciÛn, le seccionaron el cÛrtex prefrontal
persona. dorsolateral derecho. Tras esta inter-
Sin embargo, se requiere algo m·s que venciÛn quir˙rgica, necesitaba cada vez
la asociaciÛn con premio o castigo ante la m·s tiempo para hacer sus proyectos; Naturalmente el grado de inseguridad
toma de decisiones del tipo de la elec- adem·s, le resultaba imposible llevarlos en la decisiÛn variaba con el experimen-
ciÛn de profesiÛn. Hablamos de opcio- a la pr·ctica. Tampoco podÌa recurrir to: la inseguridad era inexistente con un
nes con proyecciÛn hacia el futuro y con para la toma de decisiones a informa- siete de oros o con un as de bastos, mien-
las que no cabe simplemente la alterna- ciones de la memoria a largo plazo, domi- tras que subÌa de grados con una sota.
tiva de verdadero o falso. Para tales casos nadas por Èl desde hacÌa mucho tiempo. En este punto la parte anterior del cÌn-
activamos, entre otros, el cÛrtex pre- HabÌa perdido la capacidad de acceder gulo se activaba tanto m·s cuanto m·s
frontal dorsolateral (CPF-DL). Esta zona a sus conocimientos, a diferencia de otros insegura era la decisiÛn, reflejada simul-
del cÛrtex prefrontal es de especial sig- pacientes con lesiones Ûrbitofrontales, t·neamente en un aumento del Ìndice de
nificado para nuestra memoria opera- en los que se da una clara disonancia excitaciÛn de la conductividad dÈrmica.
tiva: se mantiene activada siempre que entre los conocimientos a los que podrÌan En opiniÛn de Critchley, el ensayo evi-
se hallen disponibles para su procesa- recurrir y su comportamiento manifes- denciaba que la parte anterior del cÛr-
miento informaciones relevantes en las tado. tex cingular pone en comunicaciÛn dis-
tomas de decisiones. Constituye, ade- Adem·s del cÛrtex Ûrbitofrontal y del posiciones cognitivas con situaciones
m·s, un medio auxiliar para no perder prefrontal dorsolateral, hay otras regio- del sistema nervioso autÛnomo.
de vista el orden jer·rquico de los obje- nes cerebrales que intervienen en los Los resultados de estos experimentos
tivos y para mantener el equilibrio entre procesos de toma de decisiones. Se cita de Critchley permiten suponer que cum-
las diferentes opciones. el cÌngulo (cÛrtex cingular anterior, ple al CCA la misiÛn de valorar el grado
En los aÒos noventa, Patricia Goldman- CCA), una regiÛn situada por encima de inseguridad para salir de una deter-
Rakic, de la Universidad de Princeton, del cuerpo calloso, que enlaza los dos minada situaciÛn. En contra de esta tesis
emprendiÛ cierto ensayo que puso de hemisferios cerebrales y que ayuda al se manifiesta Yves von Cramon, del
manifiesto el papel del cÛrtex prefrontal reconocimiento de errores cometidos. Instituto Max Planck de Leipzig; se basa
dorsolateral. Colocaba una recompensa, en sus propias investigaciones para lan-
que escondÌa a la vista de un mono, debajo Manejarse pese a la inseguridad zar la hipÛtesis de que la valoraciÛn de
de una de dos tapaderas. A continuaciÛn, Hugo D. Critchley, del Colegio Univer- la inseguridad se procesa en la parte pos-
hacÌa bajar por unos instantes una pan- sitario de Londres, realizÛ el siguiente terior del llamado cÛrtex frontomedial.
talla entre el mono y los dispositivos del experimento: los probandos veÌan suce- La cuestiÛn sigue abierta.
experimento. Pasado ese momento de sivamente dos naipes; despuÈs del pri-
espera sin contacto visual, el mono podÌa mero tenÌan que predecir si el segundo
levantar la tapa bajo la que barruntaba el era de m·s o menos valor que el ante-
premio. Mientras tanto, se medÌa con rior. En caso de acierto, ganaban dinero; ARIANE MEIENBROCK prepara la tesis
electrodos la actividad cerebral del ani- si se equivocaban perdÌan una determi- doctoral en el Instituto Max Planck de in-
mal. Y hallÛ que, durante el tiempo de nada suma. vestigación cerebral en Frankfurt.

Mente y cerebro 06/2004 67


En el cerebro del criminal
¿Puede un trastorno cerebral impulsar al asesinato?
Los neuropsicólogos debaten sobre las relaciones de la estructura cerebral
y el metabolismo hormonal con la predisposición hereditaria al crimen

Hubertus Breuer Desde ha m·s de un decenio, se bus- tamente detr·s de los ojos y que desem-
can las bases biolÛgicas del crimen. Se peÒa un papel central en la adquisiciÛn

E
s un monstruo repugnante. No han estudiado las alteraciones cerebra- de aptitudes sociales y en el control de
se puede decir otra cosa de Cary les, genÈticas y metabÛlicas. De tales nuestras emociones y acciones. Hace
Stayner. Este hombre penetrÛ por investigaciones se desprende un retrato unos cuatros aÒos, Adrian Raine, de la
la fuerza en la habitaciÛn de un hotel en inquietante de los criminales violentos Universidad del sur de California, estu-
el Parque Nacional de Yosemite y estran- en serie, pues resulta evidente que una diÛ a un grupo de 41 asesinos encarce-
gulÛ a dos mujeres. ViolÛ a una tercera, gran parte de estos delincuentes se lados y a un grupo control formado por
la arrastrÛ al bosque y allÌ la degollÛ. Tres encuentra biolÛgicamente predispuesta otros tantos ciudadanos normales. AplicÛ
meses m·s tarde atacÛ de nuevo, deca- para la realizaciÛn de sus delitos. La van- la mencionada tÈcnica de la PET. El expe-
pitando en esta ocasiÛn a una cientÌfica. guardia de la neurofisiologÌa dice adiÛs rimento mostrÛ que el prosencÈfalo de
Hace poco Stayner compareciÛ ante con ello al viejo dogma sobre el cual se los criminales inveterados dejaba pasar
un tribunal de San JosÈ, en el estado de basÛ una generaciÛn completa de pro- casi sin trabas los impulsos agresivos
California. A pesar de su indiscutible gramas sociales; a saber, que el crimi- procedentes del sistema lÌmbico, donde
culpabilidad, los abogados solicitaron nal venÌa al mundo en medio de cir- surgen nuestros sentimientos e impulsos.
la libre absoluciÛn para su defendido cunstancias sociales miserables, que La conclusiÛn que parece desprenderse
alegando enajenaciÛn mental. Llamaron quedaba traumatizado en su infancia y de todo ello es que el comportamiento
al estrado como testigos a neurÛlogos y que este ambiente era el ˙nico culpable criminal puede ser causado por este tras-
psiquiatras. Como prueba presentaron de su historial delictivo. torno funcional.
placas a color obtenidas por tomografÌa Semejante perspectiva de corte bio- M·s tarde, Raine abordÛ de nuevo el
por emisiÛn de positrones (PET), pro- logicista del criminal no constituye nin- estudio de 21 delincuentes. PertenecÌan
cedimiento por el que se registran im·- g˙n hallazgo reciente. A comienzos del al grupo de lo que se ha dado en llamar
genes de la actividad cerebral. Las pla- siglo XIX, Franz Gall afirmaba recono- sociÛpatas, sujetos que se caracterizan
cas pretendÌan mostrar el funcionamiento cer en las irregularidades del cr·neo el por su irresponsabilidad, impulsividad
anÛmalo del prosencÈfalo de Stayner. instinto de reproducciÛn, el cariÒo mater- y carencia de profundidad emocional,
Seg˙n el informe de la defensa, tal alte- nal o el ardor guerrero, entre otros ras- entre otros rasgos antisociales. En los
raciÛn funcional, consecuencia de lesio- gos caracteriolÛgicos. Unas dÈcadas m·s Estados Unidos se ha diagnosticado esta
nes anteriores, le impedÌa ejercer un con- adelante, Cesare Lombroso pretendiÛ alteraciÛn en el tres por ciento de los
trol racional de sus actos. identificar a los criminales por medio de varones y en el uno por ciento de las
determinados signos de la forma del cr·- mujeres; entre los internos de estableci-
neo; asÌ, una mandÌbula inferior promi- mientos penitenciarios, la proporciÛn
nente, grandes cuencas oculares o una asciende hasta el 75 por ciento. Del an·-
frente voladiza. Bajo el rÈgimen nacio- lisis tomogr·fico se inferÌa que el pro-
nalsocialista se pervirtiÛ esta hipÛtesis sencÈfalo de los 21 criminales sociÛpa-
explicativa hasta desembocar en una tas era alrededor de un once por ciento
eugenesia infamante, razÛn por la cual menor que el de las personas-control
quedÛ proscrita en el perÌodo de pos- normales.
guerra. Sin embargo, los resultados obte-
nidos por la moderna investigaciÛn cere- El vigilante del mal
bral han llevado a muchos expertos a AmÈn de controlar las emociones, el pro-
vincular de nuevo peculiaridades ana- sencÈfalo interviene en la elaboraciÛn de
tÛmicas con la conducta criminal. nuestros sentimientos morales. Este papel
Los investigadores se fijan, sobre todo, del cÛrtex frontal como guardi·n de la
en el prosencÈfalo, un ·rea situada direc- moral se halla en relaciÛn con el apren-
dizaje del miedo al castigo, que encuen-
tra tambiÈn allÌ su sede. El ser humano
experimenta en la infancia que el com-
1. PERSONALIDAD ENFERMA. portamiento antisocial acarrea sancio-
Götz Georg encarna en la película nes. Cuando se va a romper de forma
inminente una regla importante de con-
“El asesino” al asesino más cruel
ducta, el prosencÈfalo intenta evitarlo
del siglo XX, Fritz Haarman, quien mediante la inhibiciÛn del impulso de
DEFD-MOVIES

según su propio testimonio dio actuaciÛn. Por esta razÛn, puede decirse
muerte a veinticuatro personas. que la moral no se ìsabeî tanto de forma

68 Mente y cerebro 06/2004


abstracta cuanto se siente de forma intui- 2.

DEFD-MOVIES
LA PREGUNTA SOBRE EL PORQUE.
tiva. Si se desactiva esta instancia con-
Los criminales en serie no pueden
troladora, el hombre no retrocede ante
la agresiÛn, la mentira o la fuerza. controlar sus impulsos. Tras el crimen
En el caso de que el prosencÈfalo carecen de cualquier sentimiento de
resulte daÒado durante el parto por falta culpabilidad.
de oxÌgeno o de que se sufra en la tem-
prana infancia una herida en la cabeza
que afecte a esta ·rea, la conciencia no
desarrollar· una capacidad funcional frecuentemente que los otros. TambiÈn
completa. Antonio Damasio, del Hospital fueron condenados por violencia el doble
ClÌnico de Iowa, presenta un ejemplo de veces; en los tests sobre conducta
significativo. Se trata de una paciente que antisocial alcanzaron puntuaciones
tenÌa atemorizado a su entorno desde los mucho m·s altas. En contraposiciÛn, los
tres aÒos: robaba, se negaba a realizar hombres de la poblaciÛn en general por-
los deberes escolares, pese a su manifies- tadores de dicho gen pero que no habÌan
ta capacidad, discutÌa a gritos con sus sufrido malos tratos no estaban ni siquiera lenta. Estudios en los que se ha admi-
compaÒeros y con sus propios padres y en una mÌnima proporciÛn m·s inclina- nistrado a los hombres altas dosis de esta
se escapaba a menudo de casa. No mos- dos hacia el delito que los que no lo hormona lo ponen de relieve. Sin em-
traba ning˙n sentimiento de culpa. Nin- tenÌan. De donde se desprende, en expre- bargo, el ejemplo de la testosterona ilus-
g˙n castigo, ning˙n internado hizo entrar siÛn de Jon Beckwith, de la facultad de tra al mismo tiempo la debilidad de las
en razÛn a la adolescente. En opiniÛn de medicina de Harvard, ìcon quÈ peligro- estadÌsticas que sÛlo manejan n˙meros
Damasio, la razÛn de esa conducta debÌa sas consecuencias pueden las circuns- referentes a la poblaciÛn criminal; es
buscarse en el accidente de tr·fico que tancias sociales interrelacionarse con los obvio que el ser varÛn no induce a nin-
habÌa sufrido a los quince meses, que le factores hereditariosî. guna carrera criminal.
daÒÛ la corteza prefrontal. La ciencia se halla todavÌa muy lejos
Las alteraciones cerebrales sin m·s de conocer la biologÌa de la propensiÛn Lo que los jueces quieren saber
no convencen ni a los jueces ni al jurado. al delito. A lo largo de estos ˙ltimos aÒos, Los investigadores se guardan de afir-
Uno y otro quieren saber si esas carac- se ha dirigido la atenciÛn a un abanico mar que varios factores de riesgo deter-
terÌsticas biolÛgicas determinan o no las muy amplio de posibles causas: desde minen que una persona se convierta inevi-
tendencias criminales. Un grupo diri- las genÈticas hasta los maltratos infan- tablemente en un criminal. Lo que les
gido por Terry Moffitt, de la Universidad tiles continuados, pasando por lesiones preocupa de forma prioritaria es identi-
de Wisconsin, acaba de publicar un estu- cerebrales. No sÛlo el defecto metabÛ- ficar posibles causas de las tendencias
dio en el que se expone la relaciÛn entre lico del MAOA incrementa el riesgo de criminales. Ante los tribunales no bas-
el entorno y la predisposiciÛn heredita- incurrir en un delito, tambiÈn un nivel tan las estadÌsticas ni los porcentajes de
ria. Analizan la influencia del gen MAOA bajo de noradrenalina favorece la ten- frecuencia para probar la exenciÛn de res-
en humanos. Las investigaciones ante- dencia a un talante templado y flem·ti- ponsabilidad de un acusado. Un daÒo
riores con ratones habÌan mostrado que co. Esta sustancia transmisora ayuda ge- cerebral debe estar en relaciÛn directa
los animales sin este gen se trasforma- neralmente a decidir en las situaciones con un trastorno psÌquico para ser tomado
ban en seres muy agresivos. Para llevar crÌticas entre el ataque y la huida. Si el en consideraciÛn; sin esa conexiÛn, las
a cabo su trabajo, el equipo de Moffitt cerebro la produce en una cantidad tomografÌas tienen poco peso.
examinÛ a un total de 442 hombres jÛ- excesiva, se refuerza no sÛlo la intrepi- La ciencia se afana tambiÈn por con-
venes de Nueva Zelanda. Todos habÌan dez, sino tambiÈn la querencia por las trarrestar las predisposiciones heredita-
sufrido abusos corporales y psicolÛgi- situaciones peligrosas. En todo caso, no rias criminales. En este punto ve Sharon
cos en su niÒez y mostraban una fuer- basta, sin embargo, para convertir a nadie Ishikawa, de la Universidad del sur de
te tendencia a transgredir las normas so- en un criminal. Muchos hombres irre- California, el gran reto para la joven bio-
ciales. prochables a los que les gusta practicar logÌa criminal. Algunos proyectos de
Un sexto de la muestra poseÌa una deportes de riesgo, como los saltos con investigaciÛn se centran en averiguar si
variante anormal del gen MAOA. En cuerda el·stica o la escalada libre, cuen- pueden abordarse precozmente los casos
situaciones normales, compete a este gen tan con esta predisposiciÛn hereditaria de niÒos problem·ticos y la forma de
liberar los neurotransmisores serotonina desinhibidora. ayudarlos. ìLo mismo para los internos
y dopamina para su adecuado catabo- Un indicador simple e igualmente fia- en instituciones penitenciarias que para
lismo. De acuerdo con lo observado en ble del potencial delictivo de una per- los jÛvenes ingresados en los reforma-
los experimentos sobre ratones, la forma sona es el sexo. Los varones manifies- torios, el tratamiento suele llegar dema-
modificada del gen MAOA sÛlo desem- tan una disposiciÛn para la violencia siado tarde. Debemos ser capaces de
peÒa su tarea catabÛlica de forma incom- mucho mayor que las mujeres. El sexo establecer un lÌmite temporal mientras
pleta, por cuya razÛn aumenta de un ìfuerteî, seg˙n una estadÌstica del FBI el cerebro sea moldeableî, afirma Adrian
modo desmedido la concentraciÛn de del aÒo 1998, mata ocho veces m·s, Raine. Esto supone, en el plano de lo
ambas sustancias transmisoras. comete nueve veces m·s atracos a mano concreto, realizar, en los niÒos, tests
Semejante acumulaciÛn en el cerebro armada y se muestra cuatro veces m·s genÈticos precoces para investigar su
repercute en la conducta. Del grupo con- inclinado a llegar a las manos que el sexo metabolismo.
siderado de 442 hombres, los que pre- ìdÈbilî. Todo esto hay que agradecÈrselo
sentaban la forma alterada del gen MAOA a la testosterona, que hace posible que
incurrieron durante su pubertad en com- el feto se transforme en un joven, pero
portamiento rebelde casi dos veces m·s que tambiÈn fortalece la conducta vio- HUBERTUS BREUER es doctor en filosofía.

Mente y cerebro 06/2004 69


Percepción
e interacción
sensorial
El ser humano descifra su genoma y conquista el universo, pero todavía
no ha comprendido realmente por qué puede andar erguido. Depende de la armonía
de los sentidos el que seamos capaces de controlar nuestros movimientos

Thomas Mergner equilibrio y tambiÈn el articular (artres- merma reseÒable en la vida cotidiana de
y Georg Schweigart tÈsico), que registra la posiciÛn de cada los afectados. Con todo, se hallan suje-
uno de los miembros del cuerpo. tos a ligeras ilusiones del movimiento

F
rankfurt, estaciÛn central. Una Para comprender quÈ es lo que pasa autÛnomo, similares a la apuntada en el
vez m·s el tren se retrasa. El In- realmente en el mundo exterior, el cere- caso del tren que entraba en la estaciÛn
terCityExpress (ICE) sigue en bro debe ensamblar las informaciones de por la vÌa contigua.
la vÌa diez minutos despuÈs de los diversos sistemas sensoriales y com- En la Universidad de Freiburg estu-
la hora seÒalada para nuestra salida. De pararlas entre sÌ. A ese proceso los neu- diamos a personas con disfunciones en
manera casi instintiva dirigimos la mira- rofisiÛlogos lo denominan integraciÛn el Ûrgano del equilibrio mediante prue-
da, a travÈs de la ventanilla del comparti- multisensorial o fusiÛn de los sentidos. bas psicofÌsicas, a travÈs de las cuales
mento, hacia un tren que entra despacio Esta recurre a una serie de reglas y ardi- nos proponemos descubrir cÛmo perci-
por la vÌa contigua. Nos da la impresiÛn des muy precisos; por ejemplo, nuestro ben las personas los estÌmulos exterio-
de que somos nosotros los que nos mo- cerebro simplemente act˙a como si el sen- res y cÛmo influyen Èstos en su com-
vemos. La ilusiÛn se desvanece en cuan- tido giratorio espacial no estuviera loca- portamiento. El principio empleado es
to fijamos la mirada en el vestÌbulo de lizado en la cabeza, sino en el tronco o casi siempre el mismo: se expone a los
la estaciÛn y comprobamos que, por des- incluso en los pies. sujetos del experimento ante distintos
gracia, nuestro tren sigue inmÛvil. estÌmulos y ellos indican quÈ perciben.
Las ilusiones de esa suerte tienen su Vivir sin sentido de la posición Comparamos, pues, la orientaciÛn de
origen en una propiedad de nuestro sis- De esta sensaciÛn es responsable el apa- las personas sanas en el espacio con la
tema perceptivo: descompone los acon- rato del equilibrio o vestibular del oÌdo orientaciÛn de las que carecen del sen-
tecimientos del mundo exterior en aspec- interno. Registra todos los movimientos tido del equilibrio. Ambos grupos pres-
tos parciales, que, captados en cada caso de la cabeza, a partir de los cuales el tan particular atenciÛn, sobre todo, a su
por Ûrganos distintos de los sentidos, se cerebro reconstruye la posiciÛn absoluta entorno inmediato visible y al suelo que
procesan despuÈs por vÌas separadas. del cuerpo en el espacio: la llamada refe- pisan. Si estos puntos de referencia se
Por eso la vista sÛlo informa de cÛmo se rencia espacial vestibular. Algunas per- mueven, los pacientes privados de la
mueve, respecto al ojo, el tren que entra sonas han perdido la funciÛn del aparato funciÛn del equilibrio sienten un movi-
por la vÌa contigua, pero no del cambio del equilibrio, en la mayorÌa de los casos miento propio o autÛnomo. En cambio,
absoluto de lugar en el espacio. Si segui- por una meningitis padecida en la infan- las personas sanas sufren esta ilusiÛn
mos al tren con los ojos, puede que inter- cia o por no haber recibido la oportuna sÛlo bajo determinadas condiciones. Por
vengan giros de cabeza y del tronco. Los terapia posterior con antibiÛticos. Tal ejemplo, sÛlo si el tren que entra por la
registra preferentemente el sentido del pÈrdida, sin embargo, no comporta una vÌa contigua lo hace muy despacio, pues

70 Mente y cerebro 06/2004


1.
IFA-BILDERTEAM

¡CUIDADO CON EL PULGAR!


Acciones tan triviales como clavar una
punta sólo salen bien porque en ellas
operan en conjunción varios sentidos.
el Ûrgano vestibular reacciona ante mos en un tren que arranca r·pido, el Ûr- Con ayuda del Ûrgano vestibular po-
velocidades pequeÒas; en cambio, el gano del equilibrio podrÌa detectar el demos interpretar correctamente una
cerebro se caracteriza por un umbral de movimiento autÛnomo. Por eso, en el ca- sensaciÛn de movimiento que procede
estimulaciÛn relativamente alto para sus so de velocidades m·s altas, resulta m·s de los sentidos de la vista, del tacto o
seÒales. Este umbral cuida de que no- f·cil decidir si nos movemos nosotros del articular. Nos permite determinar,
sotros no notemos nada, si el tren que o sÛlo el tren de al lado. En la contem- por ejemplo, si sÛlo se mueve nuestro
se moviera realmente fuera el nuestro. placiÛn de un tren que pasa r·pido las cuerpo, el suelo bajo nuestros pies o
AsÌ pues, en esta situaciÛn la sola impre- sensaciones del ojo (movimiento autÛ- ambos a la vez. Con este saber pode-
siÛn visual determina la sensaciÛn. Pero nomo) no encajan con las del Ûrgano mos mantener el equilibrio corporal,
en ese momento tampoco los sanos pue- del equilibrio (no es un movimiento incluso en condiciones difÌciles. Las
den establecer si son ellos mismos los autÛnomo) y el cerebro revisa la situa- reacciones desencadenadas por el Ûrga-
que est·n en marcha o si es el entorno ciÛn. Pero los pacientes sin sentido del no del equilibrio nos guardan de caer-
el que se mueve, y ser·n vÌctimas de las equilibrio padecen siempre la ilusiÛn, nos al suelo cuando andamos sobre un
ilusiones del movimiento propio o autÛ- mientras su experiencia no les haya ense- suelo inestable o estamos de pie en un
nomo. Ahora bien, si nos encontr·ra- Òado otra cosa. terreno mÛvil, como en el tranvÌa. Pero

El indicador de velocidad del oído interno


Junto con el órgano de la audición,

THOMAS BRAUN
CANALES
el sentido del equilibrio o vestibular
SEMICIRCULARES
configura el oído interno. Se ubica en
una cavidad bien protegida dentro de
la apófisis petrosa del temporal, el
hueso más duro del cráneo. Mientras
el órgano auditivo recibe ondas sono-
ras, el órgano del equilibrio mide las
aceleraciones de la cabeza. Envía cons-
tantemente informaciones al cerebro,
CELULAS
sin que nosotros seamos conscientes, SENSORIALES
en general, de las peculiaridades de tales CILIADAS
informaciones. Sólo en casos excep- NERVIO
cionales estamos atentos a sus seña-
les, por ejemplo, cuando se producen SISTEMA DE OTOLITOS
falsas informaciones en casos de vér-
tigos rotatorios o nos exponemos a
estímulos fuertes en el escafoides. ACCION DE
El órgano del equilibrio se compone LA GRAVEDAD
de dos partes. Una aloja, con el lla-
mado sistema de otolitos, el sentido
de la gravedad. Con su ayuda podemos
indicar, incluso bajo el agua y con los
ojos cerrados, qué está arriba y qué
abajo. El sistema recoge las aceleracio-
nes que se desarrollan en línea recta. La segunda parte consta Hasta ahora la investigación del sentido del equilibrio se
de tres conductos semicirculares, perpendiculares entre sí y ha concentrado preferentemente en este mecanismo de
llenos de líquido. Miden las aceleraciones de giro en el espa- estabilización de la visión y su descripción cibernética; con
cio tridimensional, es decir, las rotaciones de la cabeza. Si varía buenos resultados, pues los modelos computacionales pue-
la velocidad de la cabeza en una de las tres dimensiones espacia- den reproducir con gran precisión dicha función. Por el
les, se mueve, a causa de la inercia y en relación con un grupo contrario, se conoce muy poco de la relevancia de los movi-
de cilios sensoriales, el líquido del correspondiente canal. Estos mientos compensatorios del cuerpo, desencadenados por
cilios se arquean y disparan las correspondientes células ner- el órgano vestibular, para mantener el equilibrio. Por lo gene-
viosas; en el cerebro se enciende la alarma “movimiento”. ral se los considera reflejos pasajeros en el período que
Los investigadores descubrieron la función del órgano del sigue al nacimiento. Después caen bajo el control de los
equilibrio, cuando destruyeron esta estructura en ranas: los centros cerebrales superiores. Pueden aparecer sólo en casos
anfibios comenzaron a dar vueltas. Al poco, se conoció una de reacciones de emergencia, por ejemplo, en las caídas. La
conexión nerviosa de este órgano, a través del tronco ence- regulación del equilibrio se efectúa luego con ayuda del
fálico, con los músculos ópticos; así pudieron explicarse órgano vestibular en interacción con otras informaciones.
algunos movimientos involuntarios de los ojos (el llamado También hasta hace poco se desconocía la función del
reflejo vestíbulo-ocular). En casos de movimientos rápidos órgano del equilibrio para la percepción de movimientos.
de la cabeza, este órgano estabiliza la dirección de los ojos En los trastornos circulatorios se la consideraba un vértigo
con un giro contrario; de ese modo mejora la agudeza visual giratorio, con los síntomas concomitantes (caídas, temor a
durante el movimiento. desaparecer, náuseas y vómitos).

72 Mente y cerebro 06/2004


THOMAS BRAUN
ESTIMULOS ORGANOS RECONSTRUCCION INTERNA PERCEPCION
ROTACIONALES SENSORIALES DE LOS ESTIMULOS

SENTIDO CABEZA RESPECTO


CABEZA EN ARTICULAR CERVICAL AL TRONCO = –30°
EL ESPACIO CABEZA
RESPECTO
30o AL TRONCO CABEZA
–30o RESPECTO AL
TRONCO = –30o –1
CABEZA
RESPECTO AL CABEZA
TRONCO +
TRONCO = –30o EN EL
RESPECTO A +
TRONCO ESPACIO
SENTIDO LA CABEZA = 30o
EN EL ESPACIO = 30o
ROTATORIO
VESTIBULAR
60o
TRONCO EN + +
EL ESPACIO
= 60o + +

CABEZA EN EL TRONCO EN TRONCO EN


ESPACIO = 30o EL ESPACIO = 60o EL ESPACIO = 60o

2. ATENIENDOSE ESTRICTAMENTE AL PLAN. Se puede explicar en un diagrama


a los privados del sentido del equilibrio cómo se fusionan el sentido de giro vestibular y el de la articulación cervical. A los
les resulta difÌcil. giros a la izquierda les anteponemos un signo menos (—).
Las reacciones vestibulares cumplen
la misiÛn de estabilizar el centro de gra-
vedad del cuerpo, es decir, el tronco. cabeza y tronco. Dispusimos nuestra pla- al tronco de menos treinta grados se pasa
Ahora bien, puesto que el Ûrgano del taforma giratoria de suerte tal, que el a un giro del tronco respecto de la cabeza
equilibrio se halla en la cabeza, sÛlo tronco y la cabeza del sujeto giraran jun- de m·s treinta grados. Para cerrar la
puede determinar la posiciÛn de la cabeza tos sesenta grados hacia la derecha en el cadena tronco-cabeza-espacio, se agre-
en el espacio y no la situaciÛn del resto espacio y, adem·s, la cabeza girara a su gan los m·s treinta grados del cambio
del cuerpo. Si regulara directamente el vez, en relaciÛn con el tronco, treinta gra- de la cabeza en el espacio (calculados
equilibrio del cuerpo, cada movimiento dos a la izquierda. Siempre en una oscu- por el Ûrgano del equilibrio). El resul-
de la cabeza podrÌa desencadenar ino- ridad total. Para comprender mejor los tado es una seÒal para el tronco en el espa-
portunas correcciones del equilibrio, lo acontecimientos, los reprodujimos es- cio de sesenta grados. Y asÌ surge una
que provocarÌa nuestra inestabilidad. De quem·ticamente en un modelo cibernÈ- nueva referencia espacial: el tronco.
ahÌ que el cerebro deba encontrar dÛn- tico. Convinimos en considerar negativos Esto aclara, asimismo, la observaciÛn
de se halla el tronco en el espacio. Ante (ó) los giros a la izquierda y positivos, siguiente, a primera vista contradictoria:
esa situaciÛn, Erich von Holst y Horst los giros a la derecha. Siguiendo nuestra si se gira sÛlo la cabeza y el tronco resta
Mittelstaedt sospecharon, hace unos cin- convenciÛn, este experimento dio como fijo, la seÒal vestibular no aprecia en
cuenta aÒos, que las informaciones ves- resultado un giro de la cabeza en el espa- ning˙n caso directamente la sensaciÛn
tibulares se transmitÌan de la cabeza al cio de treinta grados a la derecha o, seg˙n de la cabeza en el espacio, como intui-
tronco. Pero es ahora cuando hemos nuestra convenciÛn, m·s treinta grados. tivamente serÌa de esperar. Esto mismo
podido probar experimentalmente estos se pone de manifiesto en la notable dife-
pasos del procesamiento en el cerebro. ¿Está el órgano rencia entre las informaciones aferentes
En nuestro ensayo, colocamos a los del equilibrio en el vientre? al cerebro (los estÌmulos sensoriales) y
sujetos sobre una plataforma giratoria Este es el valor que calcula el Ûrgano del las seÒales eferentes (la reacciÛn).
especial, que permitÌa girar el tronco en equilibrio en la cabeza. Si dependiera sÛlo Algunos biocibernÈticos lo designan
relaciÛn con los pies y la cabeza res- de Èl, los sujetos deberÌan experimentar, como las propiedades de transferencia
pecto del tronco. Instalados en la m·s pues, una sensaciÛn de un giro de trein- de este proceso. Las propiedades de trans-
absoluta oscuridad, los voluntarios debÌan ta grados a la derecha. Sin embargo, in- ferencia miden la precisiÛn con que se
indicar, sirviÈndose de una palanca, cÛmo dican sesenta grados; es decir, el giro del mantienen las informaciones en el pro-
sentÌan que se movÌa en el espacio cada tronco en el espacio. Al parecer, utili- ceso de elaboraciÛn.
parte del cuerpo respecto de la otra. Los zan, por referencia espacial, el tronco y Sorprendentemente, estas propieda-
individuos privados del sentido del equi- no la cabeza. Act˙an, pues, como si el des, en el caso de un simple giro de la
librio pueden determinar, en este apara- Ûrgano del equilibrio estuviera locali- cabeza, dan un resultado mucho mejor
to experimental y gracias al sentido ar- zado en el tronco. que el que cabe esperar del sentido del
ticular, sÛlo los giros de la cabeza y del Para lograrlo, la percepciÛn se vale equilibrio, pues Èste no sÛlo tiene un
tronco en relaciÛn con su superficie de de un artificio matem·tico. El sentido ar- umbral de estimulaciÛn alto, sino que,
apoyo. Los sanos indican, adem·s, en quÈ ticular cervical constata un giro de la adem·s, opera con imprecisiÛn. Limita-
medida la cabeza, el tronco y el suelo cabeza con respecto al tronco de menos ciÛn que se debe a la singular forma de
giran en el espacio. treinta grados. Ahora bien, si cambia la funcionar de este sentido: ha de trans-
øCÛmo logran este ìjuego malabarî? direcciÛn de apreciaciÛn de la cabeza formar las informaciones de velocidad
Para contestar a la pregunta, de la cadena con respecto al tronco, se modifica tam- en aceleraciÛn, en las que sufre la pre-
de miembros entre la cabeza y el pie ele- biÈn la direcciÛn del giro y, con ello, el cisiÛn del procesamiento. Al parecer, el
gimos como ejemplo la conexiÛn de signo: de una seÒal de la cabeza respecto cerebro, en lugar de calcular esta infor-

Mente y cerebro 06/2004 73


maciÛn, eval˙a mediante un rodeo la del sentido articular mucho mejor que transformaciÛn de coordenadas; una
posiciÛn de la cabeza: a partir de las las del sentido del equilibrio. La refe- cadena de pasos individuales de trans-
seÒales internas para el tronco en rela- rencia espacial vestibular del Ûrgano del formaciÛn hace descender la informaciÛn
ciÛn con el espacio y para la cabeza res- equilibrio se transmite de la cabeza no de la seÒal del equilibrio desde la cabeza
pecto del tronco. Esta ˙ltima informa- sÛlo al tronco, sino tambiÈn de aquÈlla del sujeto de experimentaciÛn hasta el
ciÛn la suministra exclusivamente el a los otros segmentos del cuerpo hacia suelo. Pero, al final, todos los pasos par-
sentido articular, que determina aquÌ abajo hasta el suelo sobre el que nos apo- ciales se remiten al sentido del equili-
tambiÈn la sensaciÛn, puesto que la seÒal yamos. A este respecto se toman en con- brio, ˙nico capaz de fijar el movimiento
para el tronco en relaciÛn con el espa- sideraciÛn, con ayuda del sentido ar- absoluto en el espacio.
cio es nula en la medida en que el tronco ticular, los ·ngulos entre los segmentos En cambio, para una segunda cadena
no se mueve. Gracias a ese ardid, apro- de las extremidades. Los matem·ticos lla- de transformaciones de coordenadas no
vecha las propiedades de transferencia man a esa traslaciÛn de informaciÛn una se requiere la percepciÛn de la posiciÛn.

Sobre la pista de la fusión sensorial


¿Cómo puede deducir un extraño las reglas por las que se

ULLSTEINBILD
rige la fusión de las impresiones sensoriales en el cerebro?
Para medir directamente el flujo de información entre dos
neuronas o entre grupos de ellas, los investigadores anali-
zan los impulsos eléctricos que se intercambian. Para ello
penetran en el cerebro con microelectrodos finos, acicula-
res. Este método, que en los humanos sólo puede emplearse
en el marco de determinadas operaciones cerebrales, ayuda
a comprender qué tipo de informaciones transmiten los
órganos de los sentidos a las primeras secciones de distri-
bución del cerebro. Con todo, está todavía por aclarar qué
sucede en las complejas redes neuronales subsiguientes y
cuál es el “lenguaje” que emplean en esas comunicaciones
las células nerviosas.
Por consiguiente, sólo cabe un acceso indirecto, a través
del enfoque sistemático-analítico de la biocibernética u
otros. Aquél se propone describir los mecanismos biológi-
cos por medio de técnicas de regulación en forma de cir-
cuitos. No se interesa, pues, por los procesos en el cerebro;
los trata como una “caja negra”. Los cibernéticos sólo inves-
tigan cómo reacciona un sujeto ante cierto estímulo, por
ejemplo, con un determinado giro corporal para mantener
o restablecer una orientación en el espacio.
Por tanto, sólo se toman en cuenta las diferencias entre las
señales aferentes al cerebro y las eferentes, es decir, sus pro- Ernst Mach
piedades de transferencia. Repitiendo estas pruebas de es-
tímulo-reacción, podemos medir la precisión con que opera
el sistema “cerebro”. Se identifican, además, las reglas por Un destacado psicofísico fue el austríaco Ernst Mach (1838-
las que procesa los estímulos aferentes al modificar el es- 1916), quien estudió el papel del órgano del equilibrio en la
tímulo-prueba y los sentidos implicados, verbigracia, abriendo percepción del movimiento. Mach construyó una plata-
o cerrando los ojos. forma giratoria y observó que la sensación de giro era pro-
Esta manera de proceder funciona en principio también en porcional a la velocidad de giro y no a la aceleración de
la orientación espacial multisensorial. Pero, a causa de los giro, aunque esta última desplaza el líquido en los canales
complicados circuitos neuronales, no siempre se pueden infe- semicirculares.
rir unívocamente de la conducta las reglas que emplea el Desde un punto de vista matemático, el paso de una velo-
cerebro. Para ello se requiere tener más experiencia sobre cidad a una aceleración es una integral. Pero esta integra-
el camino interno de elaboración de las señales y sobre cada ción no es precisa; muestra un “agujero”, pues la intensidad
uno de los “pasos de cálculo”. de la señal disminuye simplemente porque el tiempo pasa.
Una vez más acude en nuestro auxilio la psicofísica. Con su Las fibras nerviosas competentes codifican con precisión
ayuda, los investigadores comprenden los pasos interme- aproximada la velocidad de giro sólo en estímulos de rota-
dios del camino que se recorre desde el estímulo hasta el ción de alta frecuencia (por encima de 0,1 hertz), pero no
comportamiento, preguntando a los participantes en las prue- en las frecuencias bajas. Los técnicos de regulación hablan en
bas por sus sensaciones. Con todo, no es fácil medir las estos casos de un filtro de paso alto, que sólo permite que
impresiones sensoriales; sólo se logra, si los sujetos han fluyan inalteradas las señales de alta frecuencia, mientras
aprendido antes a prestar una atención precisa a determi- que las de frecuencia más baja se tornan más débiles o se
nadas sensaciones. Con participantes no adiestrados las retrasan, y, por tanto, las propiedades de transferencia del
investigaciones psicofísicas resultan infructuosas. sentido del equilibrio no son especialmente buenas.

74 Mente y cerebro 06/2004


En ella se determina el movimiento del 3.

GEORG SCHWEIGART
EN EL TIOVIVO. Con esta
propio cuerpo en relaciÛn con el suelo.
plataforma rotatoria se puede girar el
AquÌ sÛlo interviene el sentido articu-
lar. Puesto que lo habitual es que el suelo tronco respecto de los pies y la cabeza
estÈ inmÛvil, basta esta segunda cadena en relación con el tronco. Los sujetos del
para percibir, en la vida cotidiana, los experimento han de indicar, a oscuras,
movimientos del propio cuerpo. Por eso cómo se mueven absoluta y relativamente
la mayorÌa de los individuos carentes de cada una de las partes del cuerpo.
sentido del equilibrio se desenvuelven
con soltura. SÛlo sobre una plataforma
mÛvil (pensemos en el autob˙s) aÒade
el cerebro, adem·s, la seÒal protectora parece que el entorno se mueve, el cere-
del Ûrgano vestibular. Nuestro Ûrgano bro aprovecha la imagen espacial vesti-
del pensamiento agrupa entonces el sen- bular; aunque m·s imprecisa, Èsta elude
tido articular y el del equilibrio y repro- las ilusiones. Con otras palabras, ambos
duce internamente el movimiento del sistemas de referencia se funden o no en
suelo. Sirve de hilo conductor de las ne- razÛn de cu·l de ellos promete la mayor
cesarias reacciones compensatorias para ganancia de informaciÛn.
no caerse. Las especiales condiciones de los labo-
AtravÈs de distintas informaciones sen- ratorios nos permiten estudiar el meca-
soriales se origina, pues, en el cerebro nismo de fusiÛn entre dos sentidos. Con
una representaciÛn interna del estÌmulo todo, en la vida cotidiana suele ser fre-
exterior; representaciÛn que dicta des- cuente que se deban compaginar muchos
puÈs la respuesta motora. Lo mismo vale m·s canales de informaciÛn. Por ejem-
para otros estÌmulos del entorno, como plo, estamos contemplando un halcÛn
la gravedad terrestre o los golpes contra que evoluciona en cÌrculos en un cielo
el cuerpo, que influyen en que nos man- despejado. Intuitivamente afirmarÌamos
tengamos erguidos. Al elaborar la repre- que percibimos sus movimientos con los
sentaciÛn interna de los estÌmulos, el cere- ojos. Pero nuestro sistema visual sÛlo
bro recurre a lo aprendido y a otros sentidos reporta dÛnde se reproduce el p·jaro en
para optimizar la imagen formada, por la retina. De manera inconsciente, sin
ejemplo, mirando a su alrededor. embargo, lo seguimos ininterrumpida- biÈn integrar, en el aparato multisenso-
El sentido de la vista resulta decisivo mente con los ojos y con la cabeza e rial de control, coches y m·quinas.
para el control del cuerpo. AsÌ se des- incluso quiz· con todo el cuerpo para que En ˙ltima instancia, resulta irrelevante
prende de otras pruebas realizadas sobre su imagen persista en el centro de la si hay una plataforma giratoria adicio-
nuestra plataforma giratoria (en este caso, retina, donde la visiÛn es m·s nÌtida. nal bajo los pies o si nuestra mano se
a plena luz). Los sujetos del experimento Mas la sensaciÛn de cu·n veloz es el alarga con otro segmento en forma de
sanos percibÌan bastante mejor los movi- vuelo del halcÛn han de suministrarla herramienta. Se conserva el principio de
mientos de su propio cuerpo, con los otros sentidos. Los sentidos de la vista, conexiÛn; la cadena de transformacio-
ojos abiertos y un entorno visual cons- del equilibrio y articular ofrecen, con- nes sensoriales sÛlo se alarga o se rami-
tante, que con una visiÛn restringida. Al juntamente, una imagen interna del fica. AsÌ pues, en la prÛxima ocasiÛn en
cerebro no le sale de balde esta compe- cuerpo y del suelo en el espacio. Sobre que nos pongamos al volante del coche
tencia; bajo determinadas circunstan- esta base, el cerebro tiene en cuenta, o clavemos una punta, habr· que fiarse
cias, pueden originarse ilusiones del luego, cÛmo giran las piernas, el tronco, de estas competencias, resultantes de la
movimiento propio, tales como las del la cabeza y los ojos al seguir al p·jaro fusiÛn sensorial. Sin esta capacidad del
tren que entra por la vÌa contigua. Cines con la vista (otra cadena de transforma- cerebro acabarÌamos pronto en la fosa o
especializados, entornos de realidades ciÛn de coordenadas que asciende de los con el pulgar destrozado.
virtuales y simuladores de coches explo- pies a la retina). Por otra parte, no somos
tan de manera explÌcita esta posibilidad: conscientes de la complejidad de este
ofrecen ilusiones motrices que hacen proceso. Con todo, sospechamos, a veces,
m·s convincentes los mundos ficticios. sus lÌmites. Por ejemplo, si queremos THOMAS MERGNER es catedrático de neu-
El sentido del equilibrio se fusiona calcular con relativa exactitud la velo- rología clínica y experimental en la Univer-
con el sentido de la vista. En principio, cidad del vuelo del ave, buscamos auto- sidad de Freiburg. GEORG SCHWEIGART,
de forma an·loga a lo que acontece con m·ticamente un punto de referencia doctor en biología, investiga en el departa-
el sentido articular. Por medio de las visual, un campanario, y observamos mento de neurología y neurofisiología de
transformaciones de coordenadas, com- cÛmo va cambiando la distancia del hal- dicho centro superior.
paramos la sensaciÛn espacial creada cÛn a esa referencia.
por el Ûrgano vestibular con el entorno Bajo estas conexiones sensoriales sub- Bibliografía complementaria
visto y, de ese modo, averiguamos si Èste yace un principio fundamental: cada M IT DEN O HREN SEHEN UND DEN B EINEN
se mueve. Si no ocurre asÌ, reemplaza- miembro constituye con su articulaciÛn HÖREN . D IE SPEKTAKULÄREN S INNE DER T IERE .
mos la imagen espacial vestibular por las un sistema propio de referencia para el D. Varju. C. H. Beck; Munich, 1998.
inmediaciones visuales, ya que nosotros miembro siguiente. Se transmite asÌ, de FUNDAMENTALS OF THE THEORY OF MOVEMENT
podemos reaccionar con m·s precisiÛn forma autom·tica, el movimiento de un P ERCEPTION . E. Mach. Kluwer/Plenum;
a informaciones Ûpticas que a las seÒa- segmento a todos los que se hallan por Nueva York, 2001. (reimpresión)
les del sentido del equilibrio. Pero si encima. Esta cualidad nos facilita tam-

Mente y cerebro 06/2004 75


¿Qué es pensar?
Cuanto más se profundiza en los secretos de la conciencia tanto más se tambalea nuestra autognosis.
¿Cómo sabemos de verdad que pensamos nuestros propios pensamientos
y no tal vez los pensamientos de otros?

Kai Vogeley y Albert Newen samientos e intenciones, esta sensaciÛn conscientes. Por ello mismo, se consi-

øP
puede desaparecer en un esquizofrÈnico, dera a la esquizofrenia una enfermedad
odemos poner en duda hon- quien considera extraÒos sus propios de la conciencia del yo. No obstante,
radamente que todos nues- pensamientos y los interpreta como tambiÈn entre los sanos se dan excepcio-
tros pensamientos nos per- ìvocesî de fuera. nes a la regla; asÌ, en los sueÒos, la hip-
tenecen? Aunque pueda Debe, pues, reputarse un logro men- nosis o la meditaciÛn.
parecer sorprendente, la respuesta es sÌ. tal singular concienciarse de que los pen- Muchos investigadores sospechan
Es verdad que, en general, estoy seguro samientos, sentimientos e incluso accio- que nuestra autoconciencia est· Ìnti-
de que soy yo quien percibe, piensa, nes son de uno. SÛlo ese acto posibilita mamente ligada a otra capacidad que es
siente y act˙a. Pero eso no significa que la ìconciencia de uno mismoî. Parece fundamental para la interacciÛn social:
sea necesariamente asÌ. Mientras una que Èsta permea instintivamente, como no sÛlo podemos conocer nuestras sen-
persona sana tendr· por propios sus pen- vivencia, todos los procesos mentales saciones, sentimientos u opiniones, sino

Construcción de sí mismo
¿Cómo abordar empíricamente actúo y planifico a partir de mis propias sensaciones, recuer-
la autoconciencia humana? dos y pensamientos.
En un primer paso, conviene descomponer el fenómeno • La unidad transtemporal puede ser interpretada como
en funciones parciales que puedan someterse a investiga- una propiedad del yo. Con ello se da a entender la “forma-
ción científica. Para detectarlas se han de desarrollar, en un ción”de un “yo”que sigue existiendo consistentemente durante
segundo paso, unos procedimientos de prueba apropiados. un tiempo algo más largo. Persisten opiniones y escalas de
La autoconstrucción, o autoconstructo, designa la suma valores; se originan de contenidos autobiográficos pasados
de todas las funciones parciales investigables. Nos ceñire- o se adecuan a ellos.
mos a tres de ellas: • La perspectividad, por el contrario, expresa que nosotros
asociamos todas las informaciones del campo de la expe-
• La autoría o la vivencia de la “yoidad” se manifiesta en los riencia y de la acción en torno al propio eje corporal; en
pronombres posesivos y en la construcción de las frases otras palabras, experimentamos el mundo exterior que nos
que utilizamos para hablar de las experiencias subjetivas: yo rodea centrado en nosotros.

76 Mente y cerebro 06/2004


INGRAM PINN

UN HOMBRECILLO EN LA CABEZA.
tambiÈn las de otra persona. Si quien turas definidas. En un flanco, la ìteorÌa Los filósofos no han dejado de debatir
est· junto a mÌ llora, comparto su triste de la simulaciÛnî y, en el otro, la asÌ lla- sobre la naturaleza del “yo” a lo largo de
estado de ·nimo. Hasta los pequeÒos mada ìteorÌa de la teorÌaî. Afirma la pri- los siglos. ¿Se trata de una substancia
captan la intenciÛn de la madre que mera que la capacidad de ponerse en el espiritual, una función del cerebro o una
extiende la mano para alcanzar la caja lugar del otro consiste, fundamental-
mera ilusión?
de galletas; algunos primates (los maca- mente, en una simulaciÛn de los estados
cos, al menos) parece que poseen capa- mentales propios, que despuÈs se pro-
cidades similares de ìleer el pensa- yectan en el prÛjimo. La ìteorÌa de la teo-
mientoî. rÌaî, por el contrario, sostiene que el ser øEn quÈ medida puede contribuir la
humano desarrolla, en el curso de su investigaciÛn del cerebro al esclareci-
Saber o simular vida, un saber independiente que le pone miento de tales cuestiones? Si nos ate-
En el debate sobre teorÌa de la mente, la en situaciÛn de valorar, al margen de su nemos a la concepciÛn dualista de la tra-
manera en que podemos ponernos en la propia perspectiva, los pensamientos y diciÛn filosÛfica, dirÌase que poco. Atenor
situaciÛn de otros, se enfrentan dos pos- sentimientos de los otros. de la misma, el ìyoî difiere, en su esen-

Mente y cerebro 06/2004 77


cia, de toda substancia material. Para RenÈ de que los fenÛmenos mentales no son øPor dÛnde habrÌan de buscar los cien-
Descartes, nuestro yo es una substancia fenÛmenos fÌsicos. tÌficos el esclarecimiento de la autocon-
espiritual cuya naturaleza difiere de lo La ciencia del conocimiento moderna ciencia? Algunos filÛsofos contempo-
corpÛreo. Pero otros filÛsofos han negado rechaza el dualismo, cuando propone r·neos postulan que se da una compleja
de plano la existencia de un ìyoî. Desde que los fenÛmenos mentales son, en ˙l- red neuronal que est· activa siempre que
una perspectiva dualista, ni la autocon- timo tÈrmino, meros fenÛmenos fÌsicos alguien vive conscientemente fenÛme-
ciencia ni, en general, ning˙n fenÛmeno y renuncia al concepto de un yo no-fÌsico. nos espirituales que aparecen como sub-
mental forman parte del mundo aborda- Asocia la autoconciencia a una forma jetivos. La actividad de esta red no se
ble y descriptible en tÈrminos fÌsicos. especialmente compleja de conciencia hallarÌa exclusivamente ligada a con-
Con todo, esta tesis se halla en con- que se ha desarrollado en un perÌodo tenidos particulares de la conciencia.
tradicciÛn lÛgica con otras dos posturas reciente de la evoluciÛn. Sin embargo, M·s bien, estarÌa activa lo mismo al
bien arraigadas. Desde un punto de vista puesto que el fenÛmeno de la concien- tomar consciencia de que ìestoy ham-
fÌsico, la causa de un fenÛmeno fÌsico es cia en sÌ es muy difÌcil de describir, sigue brientoî que al sentir que ìtengo dolo-
siempre otro fenÛmeno fÌsico (la bola del habiendo en la filosofÌa moderna una resî. Puesto que la actividad cerebral
billar se mueve porque ha sido golpeada plÈtora de corrientes distintas en torno precederÌa a la reflexiÛn sobre un con-
por otra bola). Pero, por otra parte, cier- a su naturaleza. En el campo de la in- tenido real de conciencia, no se la podrÌa
tos estados mentales producen, sin nin- vestigaciÛn del cerebro resulta particu- eliminar a placer.
g˙n gÈnero de dudas, fenÛmenos fÌsicos larmente fructÌfera la teorÌa de la iden- Thomas Metzinger, filÛsofo de la
(nos avergonzamos y por esos nos son- tidad, seg˙n la cual los procesos mentales Universidad de Mainz, llama a este corre-
rojamos). Ahora bien, las dos afirmacio- son, en principio, idÈnticos a procesos lato de la autoconciencia el ìmodelo del
nes son incompatibles con la exigencia neuronales. yoî. Con Èl se puede comprender, al me-

¿Hay un yo?
René Descartes, filósofo, matemático, físico y fisiólogo (1596- la teoría asociativa del yo de Hume, según la cual no existe
1650) trató de mostrar con su “cogito” que existe un yo. ningún yo en sentido estricto. Bien es verdad que utiliza-
Hace estas reflexiones (algo simplificadas): mos la palabra “yo”, pero con ella no designamos ningún
objeto estable, sino sólo una gavilla de actos de percepción
1. Yo pienso. desligados entre sí que, como resultado de una convención,
2. Si pienso, existe el soporte que sustenta este pensamiento. se pueden atribuir a un mismo soporte. Ludwig Wittgenstein
3. Yo soy idéntico al soporte de este pensamiento. (1889-1951; abajo derecha) sostuvo en sus últimos escritos
4. Yo existo. la posición de que no existe un yo, porque en frases como
“yo tengo dolores” el “yo” no designa nada, sino que expresa
En el paso siguiente Descartes ( abajo a la izquierda ) trató tan sólo un sentimiento semejante al que expresa “¡Aja!”.
de mostrar que el yo (el portador del pensamiento) es una Descartes no ofreció ninguna prueba de que el yo, como
substancia espiritual, esencialmente distinta de la substan- portador de los fenómenos mentales, ha de ser distinto del
cia corpórea. David Hume (1711-1776; abajo centro ) rechazó cuerpo humano. Se consideran insuficientes los argumentos
la segunda reflexión. Su afirmación fundamental es que los de Wittgenstein, que deberían mostrar que la expresión “yo”
actos de percepción no necesitan ningún soporte o porta- no designa nada. Una alternativa moderna consiste en equi-
dor; existen en sí mismos e independientes. Así se entiende parar el yo como soporte de Descartes con el cuerpo humano.

FOTOS: ULSTEINBILD

René Descartes David Hume Ludwig Wittgenstein

78 Mente y cerebro 06/2004


El problema cuerpo-alma
A primera vista parecen plausibles las tres hipótesis siguien-
tes, que recogen las tesis tradicionales sobre la cuestión:

1. Los fenómenos mentales no son fenómenos físicos.


2. Los fenómenos mentales operan causalmente en el ámbito
de los fenómenos físicos.
3. El ámbito de los fenómenos físicos es un campo causal-
mente cerrado: si un fenómeno físico tiene una causa, ésta
es un fenómeno físico.

La primera es la tesis del dualismo, según la cual los fenóme-


nos espirituales son radicalmente distintos de los físicos. Dicha
tesis se apoya en esta intuición dualista: los fenómenos men-
tales poseen características propias, como vivencias (cuando
sentimos dolores) o contenidos (deseos o convicciones), de
las que carecen los fenómenos físicos puros (rocas o ríos).

DPA
La segunda expone la tesis de la causalidad mental. Se apoya
en el principio básico de la psicología cotidiana de las accio-
nes humanas: muchas acciones tienen su causa en nuestros nemos la causalidad clausa (enunciado 3), entonces no puede
deseos y convicciones. Entro en la cafetería porque tengo darse una causalidad mental (contra el enunciado 2). Ahora
sed y sé que allí puedo pedir una bebida. bien, si los fenómenos mentales pueden causar conductas
Por último, la tercera es la tesis del fisicalismo metodoló- (enunciado 2) dentro de una causalidad cerrada de los fenó-
gico. Un fenómeno físico sólo puede ser causado por un menos físicos (enunciado 3), entonces los fenómenos men-
fenómeno físico. Es el marco en que opera la investigación tales han de ser, en última instancia, fenómenos físicos (con-
científica. tra el enunciado 1). Esta es la tesis reduccionista que los
El dilema reside en que, si dos de estos enunciados son ver- autores defienden. Se basa en el rechazo del dualismo (enun-
daderos, entonces el tercero es falso. Pues, si los fenóme- ciado 1). Para nosotros, los fenómenos mentales pueden
nos mentales no son físicos (enunciado 1) no pueden cau- considerarse procesos cerebrales; bajo determinadas con-
sar ninguna conducta (enunciado 2) sin violar la cláusula diciones, podrán estudiarse con métodos físicos. Diversas
de exclusividad o cierre (enunciado 3). Si los fenómenos teorías naturalistas son filosóficamente compatibles con
mentales no son fenómenos físicos (enunciado 1) y mante- estas condiciones marginales.

nos en teorÌa, la autoconciencia como un el tomÛgrafo de espÌn nuclear. AllÌ ins- modo, porque se cree atrapado por el
todo. Bas·ndonos en el modelo del yo, talados, les proyect·bamos en una pan- policÌa.î Esta historia requiere del sujeto
elaboramos una especie de cat·logo talla breves relatos. DisponÌan de 25 se- la capacidad de ponerse en el lugar del
b·sico de capacidades parciales inves- gundos para leerlos. DespuÈs, debÌan ladrÛn. A ese enfoque se le denomina
tigables y de sus caracterÌsticas, el ìauto- contestar para sus adentros y en silen- ìteorÌa de la capacidad de la menteî (T).
constructoî. cio a una pregunta. Entre los textos ofre- Por el contrario, la perspectiva del yo (I)
cidos, se contaba Èste: no se ve interpelada ni por el texto, ni
¿Por qué actúa así el ladrón? Un ladrÛn, que acaba de robar en por la pregunta; se trata de una condi-
Nos concentramos en hacer accesible una tienda, sale huyendo. Mientras ciÛn (T+/Iñ).
experimentalmente una de las capacida- corre hacia su casa, un policÌa ve A otros probandos les presentamos
des parciales aludidas, la experiencia de cÛmo se le cae un guante. Ignora relatos en los que tambiÈn aparecen los
la perspectiva, y diseÒamos dos prue- que el hombre es un ladrÛn y sÛlo sujetos que participan en el experimento.
bas. Esta capacidad parcial de la auto- quiere decirle que ha perdido un Un ladrÛn que acaba de robar en
conciencia halla su expresiÛn en la ob- guante. Pero cuando el policÌa le una tienda, se da a la fuga. Ha
servaciÛn siguiente: referimos todas las grita ì°detÈngase! °espere!î, el robado su comercio, pero usted no
informaciones recibidas del entorno ladrÛn se da la vuelta y se entrega. lo puede detener. Sale corriendo.
hacia nosotros mismos. Vemos, oÌmos, Levanta los brazos y admite que ha Un policÌa, que observa al ladrÛn,
sentimos y actuamos desde la perspec- robado la tienda. Pregunta: øPor piensa que corre para alcanzar el
tiva del yo y nos experimentamos como quÈ act˙a asÌ el ladrÛn? autob˙s que est· a punto de llegar
centro del mundo. a la parada. No sabe que es un
En nuestro ensayo nos servimos de la Teoría de la lectura ladrÛn que acaba de robar su tienda.
tomografÌa de resonancia magnÈtica fun- del pensamiento Usted a˙n tiene la oportunidad de
cional. Con ella se puede seguir con pre- El sujeto del experimento sÛlo puede hablar con el policÌa antes de que
cisiÛn espacial milimÈtrica la actividad dar sentido al comportamiento del la- el ladrÛn pueda subir al autob˙s.
cerebral de los sujetos sometidos a drÛn si comprende lo que pasa por la Pregunta: øquÈ le cuenta usted al
prueba. Deben Èstos yacer tranquilos en mente de Èste. ìEl ladrÛn act˙a de ese policÌa?

Mente y cerebro 06/2004 79


Teorías filosóficas modernas: zombis y gusanos pusilánimes
Entre las exposiciones fundamentales de la filosofía moderna ces de desarrollar estados mentales. (Sólo quien puede de-
de la conciencia se encuentran las teorías de la identidad, el sarrollar estados cerebrales del tipo 221 está en condiciones
funcionalismo y las teorías de la superveniencia. Las teorías de sentir miedo.) Con todo, no es plausible admitir que sólo
de la identidad comparten la idea básica de que los procesos los seres con un cerebro de este tipo podrían gozar de esta-
mentales se identifican, en principio, con los procesos neu- dos mentales.
ronales. Algunos teóricos de esta doctrina sostienen la tesis Pero la teoría de la identidad de sucesos plantea el problema
según la cual los tipos de estados mentales se identifican de que no nos dice realmente lo que queremos saber. Pues
siempre con tipos perfectamente definidos de estados cere- buscamos características genéricas que nos posibiliten, por
brales (teoría de la identidad, en inglés Type Identity ). ejemplo, agrupar varios sucesos de estados cerebrales y orde-
Simplificando: no hay ninguna diferencia entre “miedo” y narlos en determinadas clases de sensaciones; si tal no suce-
“estado cerebral del tipo 221”. Para sentir miedo, todo viviente diera, no serían posibles los enunciados que fueran más allá
debe, pues, estar en el estado cerebral del tipo 221. Pero otros de un único evento.
teóricos de esta corriente sostienen la tesis de que cada suceso
de un estado mental se identifica con un único suceso de un El funcionalismo supera este dilema. Su tesis nuclear afirma
estado físico (teoría de la identidad de sucesos, en inglés que sólo las conexiones funcionales llevadas a cabo con ayuda
Token Theory ). Según esto, distintos estados de miedo se del cerebro son esenciales para los estados mentales; es decir,
podrían basar en estados físicos muy diversos. los estados mentales son, por naturaleza, estados funciona-
De la tesis de la teoría de identidad de tipos se sigue que les de un sistema que se realizan como estados físicos. Un
sólo los seres que pueden tener estados cerebrales son capa- estado funcional se caracteriza por su función causal, es decir,
por los efectos que tiene en el sistema. Por
lo tanto, los sistemas de cualquier tipo es-
tán en condiciones de realizar estados menta-
les, en la medida en que estos sistemas pre-
senten estados con las mismas funciones
causales que nuestros estados mentales. El
funcionalismo elude, pues, la objeción antes
mencionada al proporcionar una teoría de
rasgos genéricos de fenómenos mentales (es
decir, de sus roles funcionales) sin la exigencia
de la teoría de la identidad de tipos de defen-
der los estados idénticamente realizados. Por
lo tanto, las lombrices podrían tener miedo,
si alcanzaran ese estado espiritual no a tra-
vés del estado del tipo 221 (por falta de cere-
bro), sino vía otros procesos.
Contra el funcionalismo se ha propuesto el
argumento mental del zombi. Nos podemos
imaginar una persona y a su lado un doble
mecánico (un zombi), que adopta siempre los
mismos estados funcionales (producidos, por
ejemplo, por circuitos electrónicos). Con
todo, sólo a la persona atribuiríamos un dolor,
ruborizarse o degustar un café, mientras que
descartaríamos, en principio, de la máquina
estas sensaciones. De este experimento men-
tal se deduce que la vivencia de cualidades
fenoménicas no se puede concebir, al menos
no del todo, por estados funcionales.
Para hacer frente a estas objeciones se esbo-
zaron diversas variantes de la teoría de la
superveniencia. De acuerdo con su concepto
definidor, los estados mentales no se pue-
den caracterizar por un rol funcional, sino
por realizarse, de forma exclusiva y sistemática,
por estados físicos. Rige en ella el siguiente
principio: Si se dan dos fenómenos menta-
DEFD-MOVIES

les distintos, entonces deben subyacer en su


base dos fenómenos físicos distintos. En
contraste con la clásica teoría de la identi-
UNA ZOMBI DELICADA. En la película “Blade Runner” (1982) la artista Sean dad de tipos, las teorías de la supervenien-
Young interpreta el papel de Raquel, una “réplica” perfecta. Ignora su origen cia no excluyen que un mismo fenómeno
artificial y se considera un personaje real. mental pueda realizarse por varios y distin-

80 Mente y cerebro 06/2004


En este supuesto, para contestar correc- te la parte izquierda de los objetos, de
tamente a la pregunta el sujeto ha de su propio cuerpo o del espacio exterior.
comprender tanto la perspectiva del poli- Muestran, adem·s, dificultades para
cÌa como tambiÈn la perspectiva del yo dividir por la mitad una lÌnea dibujada
tos fenómenos físicos (principio de la (T+/I+). o de seÒalar espont·neamente el n˙me-
materialización múltiple). Los sujetos de nuestras pruebas se ro intermedio de un intervalo entre dos
De este breve recorrido por el pano- enfrentaban tambiÈn ante dos tipos de tex- n˙meros. Han perdido ìsu propio cen-
rama filosófico en torno al problema tos m·s. En los textos (Tñ/Iñ) se trata- troî.
de la conciencia en los últimos dece- ba de relatos descriptivos, o ìfÌsicosî. En los experimentos en los que los
nios no ha de quedarnos la impresión En ellos, no hay por quÈ tener en cuenta sujetos debÌan guiarse ìa sÌ mismosî en
de que algunas de las variantes expues- la perspectiva del yo, ni es necesario un videojuego, esta regiÛn se manifes-
tas se eliminarían definitivamente en adentrarse en las opiniones o disposi- taba especialmente activa. Y se incre-
virtud de las críticas presentadas. ciones de las personas que aparecen en menta allÌ tambiÈn la excitaciÛn neuro-
Precisamente la más antigua de las nue- escena. nal si empleamos los pronombres de
vas teorías vive hoy un renacimiento En el cuarto tipo de narraciones primera persona del singular (ìyoî,
filosófico. Pues si se formula la teoría (Tñ/I+), interviene sÛlo el lector. La his- ìmÌoî...). Probablemente, pues, al ha-
de la identidad de tipos de forma que toria est· narrada en segunda persona blar nos referimos a nuestros cuerpos
la afirmación de identidad entre espe- (ìt˙...î); la perspectiva no viene, pues, como centro.
cies de fenómenos mentales y físicos fijada en primer lugar por la pregunta
sólo afecte directamente a la especie final, sino por la referencia a la pers- ¿Cuántas pelotas ve usted?
humana, entonces, por un lado, queda pectiva del yo que establece la forma Al leer los relatos, los sujetos del test se
abierta la cuestión de si se dan tam- narrativa. valen de funciones cerebrales ling¸Ìsti-
bién en otras especies fenómenos men-
cas para responder a las preguntas. Ahora
tales; y, por otro, se puede incluso exi-
gir desarrollar para otras especies una
Aprehender el yo bien, øquÈ ocurrirÌa si cambi·ramos a
teoría de la identidad de tipos propia Vari·bamos sistem·ticamente los cuatro una perspectiva sin intervenciÛn del len-
de cada caso. tipos de relatos y compar·bamos entre guaje? Buscamos informaciÛn en un
Otra crítica contra las teorías de la sÌ las actividades cerebrales medidas en segundo ensayo. Los sujetos del expe-
identidad objeta que no tienen en cada caso. Las cotej·bamos tambiÈn con rimento estaban tumbados en el tomÛ-
cuenta nuestra intuición dualista coti- la ìactividad b·sicaî, que surgÌa con la grafo y contemplaban un espacio virtual
diana que diferencia el espíritu de los lectura de frases incoherentes. tridimensional, donde habÌa varios obje-
cuerpos: el miedo nos parece, desde Las im·genes de la actividad cerebral, tos y una persona virtual.
la intuición, algo enteramente distinto servidas por la tomografÌa de resonan- En razÛn de la pregunta, el sujeto debÌa
de un estado cerebral. Sin duda se pue- cia magnÈtica funcional, mostraban con pasar (desde un punto de vista espacial)
den describir estados mentales por claridad de cu·n diferente manera se ela- de la perspectiva del yo (øcu·ntas pelo-
medio de propiedades (por ejemplo, boran los cuatro tipos de historias. En tas ve usted?) a la perspectiva visual del
la experiencia) que, en principio, no todos los textos que requerÌan ponerse hombre virtual (øcu·ntas pelota ve Èl?).
corresponden a los fenómenos físi- en la perspectiva de una tercera persona TambiÈn aquÌ hallamos diferentes patro-
cos. Un defensor de la teoría de la iden- (es decir, la teorÌa de la capacidad men- nes de actividad, seg˙n la tarea. AsÌ, la
tidad puede aceptar esta intuición coti- tal, T+), se incrementaba la actividad en perspectiva del yo estaba asociada, tam-
diana, pero rechaza que sea un el cÛrtex prefrontal medio y en el cÛr- biÈn en este caso, a un aumento de la acti-
argumento contra la teoría de la iden- tex polar temporal del hemisferio cere- vidad en el cÛrtex parietal medio y en el
tidad; pues está de acuerdo en que unas bral izquierdo. Por el contrario, los suje- cÛrtex prefrontal medio. La perspectiva
descripciones psicológicas de fenó-
tos que se ponÌan en la perspectiva del del yo (se utilizaran o no funciones lin-
menos mentales (“miedo”) no son
reducibles a descripciones físicas de
yo activaban, adem·s, otras ·reas cere- g¸Ìsticas) iba acompaÒada de la activa-
fenómenos mentales (“estado cerebral brales; en especial, la zona de transiciÛn ciÛn del ·rea del cÛrtex medio.
221”). Más bien se dan en la intuición del lÛbulo temporal y del parietal (ìtem- El creciente n˙mero de datos reca-
cotidiana y en la teoría de la identi- poroparietalî) del hemisferio cerebral bados de la investigaciÛn en fisiologÌa
dad dos formas distintas de describir derecho; tambiÈn, zonas del cÛrtex parie- cerebral influyÛ en el debate en torno a
y, a un tiempo también, dos formas tal medio. la teorÌa de la simulaciÛn y la ìteorÌa de la
distintas de conocimiento; sin embargo, Se trataba de un primer indicio de la teorÌaî. El descubrimiento de las neuro-
sostiene el teórico de la identidad, son existencia, en el cerebro, de un sistema nas especulares en el lÛbulo frontal de
formas distintas de describir y de cono- especÌfico para la perspectiva del yo. los primates, por Vittorio Gallese, parece
cer el mismo fenómeno. Es una y la HabÌamos localizado casi una presta- reforzar, de momento, la teorÌa de la
misma realidad la que describimos una ciÛn parcial de la autoconciencia. simulaciÛn. Ese profesor de la Uni-
vez psicológica y otra físicamente; en La localizaciÛn de la actividad en la versidad de Parma observÛ que las neu-
unas ocasiones la concebimos como zona de transiciÛn del lÛbulo temporal ronas especulares no sÛlo se excitaban
mundo mental y en otras como mundo y del parietal del hemisferio cerebral cuando el animal ejecutaba, por sÌ mismo,
físico. Pero sólo hay un ámbito de derecho es muy plausible. Permite dedu- determinados movimientos complejos,
fenómenos, a saber, aquel que se puede cir que, cuando cambiamos a la pers- sino tambiÈn cuando veÌa que otros ani-
investigar, al menos en principio, con pectiva del yo, nos referimos a nuestro males realizaban movimientos simila-
los medios de la física y de las cien- cuerpo como centro. Las personas que res. De ese hallazgo se dedujo que la
cias que se apoyan en ella (como la padecen el sÌndrome de atenciÛn insu- contemplaciÛn de un congÈnere activa
química y la biología) y que consti-
ficiente tienen daÒada, precisamente, los mismos procesos cerebrales que
tuye un contexto eficaz general.
esa regiÛn del cerebro. Les caracteriza cuando uno mismo los ejecuta. Pese a
que no pueden percibir conscientemen- todo, no parece verosÌmil que en ambas

Mente y cerebro 06/2004 81


Cambio de perspectivas en la comunicación social
Los sujetos del experimento se halla-
a SECCION ban recostados en el escáner; en la pan-
talla aparecían unos relatos breves en
los que intervenían varias personas.
A los 25 segundos se les hacía una
pregunta relacionada con el texto. Para

DELANTE
contestarla correctamente, los sujetos
debían valorar, en algunas narracio-
nes, los pensamientos de una de las
personas que aparecían, es decir, adop-
tar la perspectiva de una tercera per-
sona (teoría de la capacidad de la
DESDE FUERA mente, T+). Las imágenes obtenidas
con la tomografía de resonancia mag-
nética funcional ( a ) mostraron un in-
cremento de la actividad cerebral en
el córtex prefrontal medio (en el lóbulo
frontal) y en el córtex temporopolar
DETRAS

del hemisferio izquierdo.


Si en un relato se exigía, además, la
adopción de la perspectiva del yo
(T+/I+), se pudo detectar una activi-
dad alta en el córtex parietal medio y
HEMISFERIO CEREBRAL IZQUIERDO HEMISFERIO CEREBRAL DERECHO en la zona del córtex temporoparietal
(transición lóbulo temporal/lóbulo
parietal) en la parte derecha ( b ). En la
b SECCION perspectiva del yo se activan, pues,
regiones cerebrales específicas, que
son distintas de las que se activan en
la perspectiva de una tercera persona.
Estos resultados contradicen la vali-
dez exclusiva de la teoría de la simu-
lación, según la cual para introducirse
en el mundo mental de otro basta
simular el correspondiente estado men-
tal propio (la perspectiva del yo).

DESDE FUERA
KAI VOGELEY

HEMISFERIO CEREBRAL IZQUIERDO HEMISFERIO CEREBRAL DERECHO

situaciones se disparen en el cerebro los distinguir en su vida su propia acciÛn de tan dispares en la comparaciÛn entre la
mismÌsimos procesos. la observaciÛn de la misma acciÛn. perspectiva del yo y la perspectiva del
Contra la exclusividad de la teorÌa de otro, como nosotros pudimos mostrar.
Observar no es actuar la simulaciÛn tienen algo que decir nues- Parece m·s cercana a la realidad una
Al fin y al cabo es obvio que se da una tros datos. Si toda adopciÛn de la pers- combinaciÛn de la ìteorÌa de la teorÌaî
diferencia. En el primer caso, el animal pectiva de otra persona (como reclama y de la ìteorÌa de la simulaciÛnî.
se mueve; en el segundo, se limita a ob- la teorÌa de las tareas de la mente) cons- En el ·mbito de la teorÌa de la mente,
servar el movimiento. El cerebro debe tituyera una mera simulaciÛn de los pro- los componentes de la teorÌa de la teo-
distinguir de forma fiable entre ambas pios estados mentales, entonces no debe- rÌa podrÌa anclarse preferentemente en
situaciones; si no fuera asÌ, no podrÌa rÌan presentarse activaciones cerebrales el cÛrtex prefrontal medio; en cambio,

82 Mente y cerebro 06/2004


Visto desde distintos ángulos visuales
SECCION

DESDE FUERA

IZQUIERDA DERECHA

perspectiva del yo para responder a la pregunta. Pero la pre-


gunta “¿cuántas bolas ve él?” exige instalarse en el avatar, es
decir, en la perspectiva de una tercera persona. Puesto que
el avatar no podía ver, en un gran número de casos, todas
En un experimento sobre el conocimiento espacial los par- las bolas a la vez, se podía establecer con seguridad, por la
ticipantes, instalados en el tomógrafo, observaban espacios respuesta del participante, su perspectiva. En la perspectiva
virtuales sencillos. Aparecían en pantalla una figura humana del yo, la tomografía de resonancia magnética funcional
artificial (“avatar”) y varias bolas (imagen, arriba). La posi- registraba una actividad intensa en el córtex prefrontal medio
ción de la cámara, la dirección de la mirada del avatar, el y en el córtex parietal medio (imagen arriba). Por el con-
número y posición de los objetos iban cambiando de forma trario, en la perspectiva de una tercera persona, se detec-
sistemática. Si el director del experimento preguntaba a los taba una intensa actividad en la zona del córtex parietal supe-
participantes “¿cuántas bolas ve usted?”, éstos adoptaban la rior en la parte derecha (esta imagen no figura).

en el marco de la conciencia del yo serÌa ninguna condiciÛn previa absolutamente embargo, el mundo desde una perspec-
caracterÌstica una actividad alta en las inamovible de todo pensamiento. Por lo tiva del yo. La necesitamos para actuar
·reas centrales del cÛrtex y en la zona general, siempre experimentamos, sin conforme a nuestros planes y deseos.
de transiciÛn temporoparietal. Pero habÌa
una parte de la actividad neuronal, en el
cÛrtex prefrontal medio, que se hallaba KAI VOGELEY, neurólogo y filósofo, trabaja en la clínica psiquiátrica de la Universidad de
asociada a ambas perspectivas. En con- Bonn y en el Instituto Jülich de Investigación Médica. ALBERT NEWEN, miembro del semi-
secuencia, los datos respaldan la opi- nario filosófico de la Universidad de Bonn, se halla adscrito al Colegio Científico Hanseático
niÛn de que, para ponernos en la pers- de Delmenhorst.
pectiva del otro, incluimos en parte la
nuestra propia. Bibliografía complementaria
Con ello hemos avanzado en el estu- SUBJEKT UND SELBSTMODELL. T. Metzinger. Schöningh; Paderborn, 1993.
dio de la autoconciencia. Pudimos fijar
“REPRÄSENTATION UND IDENTITÄT”. K.Vogelei, en Erfahrung und Denken, vol. 77, Duncker und
en el cerebro un correlato especÌfico de
Humblot GmbH; Berlín, 1995.
la perspectiva del yo como logro parcial
de la autoconciencia. Hemos mostrado, ANALITISCHE EINFÜHRUNG IN DIE PHILOSOPHIE DES GEISTES.A. Beckermann. De Gruyter; Berlín,
adem·s, que ambas óla perspectiva del 1999.
yo y la capacidad de ponerse en el lugar SELBST UND GEHIRN. MENSCHLICHES SELBSTBEWUSSTSEIN UND SEINE NEUROBIOLOGISCHEN GRUND-
de otras personasóse encuentran liga- LAGEN . Dirigido por A. Newen, K. Vogeley; 2. a edición. Mentis; Paderborn, 2000.
das a funciones cerebrales distintas, aun-
GRUNDPROBLEME DER PHILLOSOPHIE DES GEISTES. M. Pauen. Fischer Taschenbuch; Frankfurt
que solapadas. No sÛlo alteraciones pato-
am Main, 2001.
lÛgicas del yo, sino tambiÈn fenÛmenos
como la hipnosis y la meditaciÛn reci- FÜHLEN, DENKEN, HANDELN. G. Roth. Suhrkamp; Frankfurt am Main, 2001.
ben asÌ nueva luz: en estas condiciones, SEELE, DENKEN, BEWUSSTSEIN. ZUR GESCHICHTE DER PHILOSOPHIE DES GEISTES. Dirigido por
las personas se salen de su perspectiva U. Meixner, A. Newen. De Gruyter Studienbuch; Berlín, 2003.
del yo. La autoconciencia no representa

Mente y cerebro 06/2004 83


Pensar a la
manera asiática
Durante mucho tiempo, los psicólogos partieron de la base de
que los procesos fundamentales del pensamiento eran iguales en todos los humanos.
Pero nuestro trasfondo cultural no sólo determina qué pensamos,
sino también cómo lo pensamos

Ulrich Kühnen de forma diferente. Con todo, muchos teamericanos y japoneses: ante ellos pre-
cientÌficos siguen suponiendo que los sentaron en un ordenador un mundo sub-

H
akuin Ekaku no se lo pone f·- procesos b·sicos mentales son univer- marino animado que parecÌa real. En pri-
cil a sus discÌpulos. El maes- sales, es decir, que tienen un desarrollo mer plano, unos peces grandes nadaban
tro japonÈs de zen le pregunta idÈntico en todos los humanos. de un lado para otro; en el fondo, se
a uno de sus pupilos: ìDime, movÌan otros pequeÒos; aquÌ y all· habÌa
øcÛmo suena el aplauso de una sola Dudas en la metáfora piedras y crecÌan plantas acu·ticas.
mano?î. El joven monje piensa y medita. del ordenador Al cabo de un rato desaparecÌa la ima-
No encuentra respuesta. Pero ello no le Se recurre a menudo a la met·fora del gen de la pantalla. Los sujetos habÌan de
sorprende a Hakuin. Quien busca la ins- ordenador para explicar la mente. En describir lo que habÌan visto. Los esta-
piraciÛn sÛlo puede ver la soluciÛn, si dicha comparaciÛn, el cerebro se ase- dounidenses, al principio, se referÌan
deja de reflexionar sobre el tema. øDes- meja al hardware electrÛnico. Los pro- casi exclusivamente a los peces grandes
concertante? En China forma parte de la cesos mentales corresponden al software del primer plano y sÛlo m·s tarde se ocu-
tradiciÛn espiritual el trato con las con- y los contenidos, sobre los que refle- paban del resto de los detalles. Los japo-
tradicciones. Hace ya m·s de mil aÒos xionamos, a la entrada de datos en el sis- neses, por el contrario, describÌan desde
que los discÌpulos del zen le daban vuel- tema. Este hardware y software óasÌ el comienzo tambiÈn caracterÌsticas del
tas a enigmas paradÛjicos, los llama- reza el argumentoó habrÌan surgido a fondo de la escena, a saber, las especies
dos koan. lo largo de millones de aÒos de evolu- de las plantas o la forma de las piedras.
Quien se interese por las religiones y ciÛn; el desestimable breve lapso de En general, todos los participantes habla-
sabidurÌas lejanas harÌa bien en ocuparse tiempo en que se han desarrollado las ron con una frecuencia similar de los
de las improntas culturales. Otro tanto diferentes culturas, apenas si habrÌa peces, pero los japoneses agregaron, casi
deberÌan hacer los polÌticos, cientÌficos podido producir cambios nimios en los
y hombres de negocio que busquen la coo- procesos mentales. No obstante, la cul-
peraciÛn internacional. Al fin y al cabo, tura determinarÌa la entrada de datos; en CUADRADO ORIGINAL
importa distinguir diferencias, cultural- consecuencia, la aplicaciÛn de procesos
mente fundadas, en la forma de pensar mentales universales idÈnticos llevarÌa
del interlocutor; sÛlo asÌ se puede enten- a una salida de informaciÛn, a un pro-
der por quÈ un polÌtico coreano toma una ducto, distinto. Por tanto, las acciones y
decisiÛn, que nos resulta de entrada in- juicios acuÒados culturalmente no se
comprensible, o por quÈ cientÌficos del deberÌan a procesos mentales distintos,
otro lado de la Tierra no extraen nece- sino a contenidos mentales diferentes.
sariamente las mismas conclusiones de Sin embargo, las investigaciones m·s
informaciones idÈnticas. recientes permiten dudar de esta versiÛn
Durante mucho tiempo, la psicologÌa de la met·fora del ordenador; prueban
cultural comparada ocupÛ un lugar mar- que incluso los procesos mentales b·si-
ginal. Probablemente se debÌa a que al- cos portan el sello de la cultura. Hace un
gunos investigadores negaban el influjo par de aÒos, el grupo dirigido por Takahi-
de la cultura en los procesos fundamen- ko Masuda y Richard Nisbett, de la Uni-
tales del pensamiento y lo siguen hacien- versidad de Michigan, publicÛ uno de los
do en nuestros dÌas. Por supuesto, nadie trabajos m·s reveladores e interesantes. SOLUCION DEL SOLUCION DEL
niega que personas de ·mbitos cultura- Acometieron el ensayo siguiente, en que EJERCICIO RELATIVO EJERCICIO ABSOLUTO
les distintos pueden juzgar los asuntos los participantes se dividÌan entre nor-

84 Mente y cerebro 06/2004


en un setenta por ciento, m·s aspectos

KOBIN YUKAWA
marginales.
Con unos ejercicios suplementarios
de memoria, los investigadores demos-
traron que cada uno de los dos grupos
culturales habÌa grabado la escena de
manera diferente. DespuÈs de la anima-
ciÛn, les mostraron varias im·genes fijas
de la escena, en las que siempre aparecÌa
un pez grande (vÈase figura 3). A veces
era exactamente igual al de la animaciÛn
original, pero otras diferÌan pez y fondo;
en algunas, por fin, se repetÌa el fondo
original, pero cambiaba el pez.
Los sujetos del test debÌan indicar si el
pez mostrado se hallaba en la escena ori-
ginal. Si el pez aparecÌa en un entorno dife-
rente, los estadounidenses decidÌan con
mucha mayor seguridad que los japone-
ses si era idÈntico al del film. Por el con-
trario, los japoneses respondÌan bastante
mejor cuando fondo y pez se conforma-
ban con la presentaciÛn original. Parece
como si los asi·ticos hubieran captado y 2. CLARIDAD EN LA NIEBLA. Desde una perspectiva asiática, se reconoce la verdad
procesado ìholÌsticamenteî los peces justo en la contradicción.
grandes en su contexto. Por eso depen-
dÌa de los respectivos fondos la precisiÛn
con que se acordaran. Los estadouniden- mento. EmpleÛ un material simple y casi ignorar el contexto, razÛn por la cual
ses, en cambio, se habÌan concentrado en neutro en punto a significado. Los suje- podÌan grabar mejor la longitud absoluta.
los ìpeces gordosî y los reconocÌan siem- tos comienzan por contemplar, durante Cuando mi equipo, junto con Shinobu
pre con el mismo acierto, independien- breves segundos, un cuadrado, en el que Kitayama, repitiÛ la prueba con alema-
temente del entorno en que aparecieran. se ha trazado una perpendicular des- nes y japoneses, hallÛ las mismas dife-
cendente desde el centro del lado supe- rencias entre ìesteî y ìoesteî.
Concepción total rior: la asÌ llamada tarea de la recta encua- Parece, pues, que las personas de cul-
CabÌa la posibilidad de que una escena drada. Se apaga despuÈs la imagen y tura asi·tica difieren de las occidentales
subacu·tica provocara, en principio, emo- aparece un cuadrado vacÌo de otro tama- en el centro de su atenciÛn, cuando miran
ciones distintas seg˙n dÛnde hubiera cre- Òo. A continuaciÛn, los sujetos del expe- im·genes. La causa de la percepciÛn
cido el observador y quÈ alcance tuvieran rimento han de trazar una recta, guar- occidental, orientada al objeto, se halla
en su cultura, por ejemplo, los acuarios. dando la misma proporciÛn de distancia presumiblemente en la milenaria tradi-
Por tanto, el contenido significativo del de la recta a los lados que tenÌa en el ori- ciÛn filosÛfica de la Grecia cl·sica. El
material de la prueba podrÌa influir en ginal. Puede que el lector haya barrunta- modo de pensar reduccionista y la for-
el resultado del estudio. Para dirimirlo, do quiÈn tiene ventaja en esta prueba; en mulaciÛn de regularidades causales llevÛ
Shinobu Kitayama, de la Universidad de efecto, el grupo japonÈs obtuvo mejores a los modelos de la mec·nica, de la astro-
Kyoto, acometiÛ hace poco otro experi- resultados que el estadounidense. DirÌa- nomÌa y de la geometrÌa axiom·tica, al
se que los asi·ticos procesaban, ya en tiempo que surgÌa, en cierto modo como
la contemplaciÛn de la imagen original, proyecto opuesto, la tradiciÛn oriental
todos los componentes en sus relaciones holista y, desde una Ûptica cientÌfica, no
reciprocas. menos eficaz.
7 Pero los estadounidenses no tardaron Pero no sÛlo la percepciÛn est· bajo
en conseguir el empate. Cuando Kitaya- la influencia de nuestras tradiciones men-
DESVIACION DE LA LONGITUD
CORRECTA (EN MILIMETROS)

6
ma les indicÛ que dibujaran la lÌnea con tales, sino tambiÈn ciertos procesos cog-
CULTURAL LOOK AT NEW LOOK. S. KITAYAMA, S. DUFFY, T. KAWAMURA
DE: PERCEIVING AN OBJECT AND ITS CONTEXT IN DIFERENT CULTURES: A

5 la misma longitud que tenÌa en el origi- nitivos m·s complejos como la extrac-
nal en los nuevos cuadrados (fueran Èstos ciÛn de conclusiones y ponderaciones.
4 mayores o menores), el equipo norte- AsÌ, a partir del comportamiento de un
Y J. T. LARSEN, en Psychological Science vol. 14, pág. 201; 2003

americano superÛ al grupo japonÈs. A los individuo inferimos su mundo interior,


3 estadounidenses les resultaba m·s f·cil su disposiciÛn o sus inclinaciones.
2

0
1. UNA VERDAD ABSOLUTA PUEDE SER UNA FALSEDAD RELATIVA. En el ejercicio
JAPONESES ESTADOUNIDENSES de la recta encuadrada los sujetos del experimento deben retener la longitud absoluta
o la relativa de una línea y dibujarla después de memoria en otro cuadrado de
EJERCICIO RELATIVO
dimensiones distintas (izquierda). Los japoneses alcanzan un mayor rendimiento
EJERCICIO ABSOLUTO
en el ejercicio “relativo”; los estadounidenses, en el “absoluto” (derecha).

Mente y cerebro 06/2004 85


3. CINE CON PECES. Los sujetos del supuestos autores. Por ˙ltimo, los inves-
Z. MASUDA Y R. E. NISBETT en Journal of Personality and Social Psychology, vol. 81; 2001

tigadores indicaron a dos nuevos grupos


experimento, estadounidenses y japoneses, de sujetos que escribieran ellos mismos
sometidos a un test de memoria, debían un artÌculo con la posiciÛn preestable-
indicar si habían visto poco antes un pez cida, para comprender mejor una situa-
en un film submarino (escena del film, ciÛn de este tipo. Se repitiÛ la prueba ori-
arriba). Los japoneses reconocían el pez ginal. øEl resultado? IncreÌble; °los
por el fondo original (centro) mejor que estadounidenses se empecinaban como
antes en su modelo mental! SÛlo los co-
los estadounidenses. Exactamente al revés
reanos separaron el contenido del ensayo
sucedía, si se les presentaba el pez fuera de la opiniÛn de su autor. AsÌ pues, ambos
del contexto de la película (abajo). grupos culturales tendÌan espont·nea-
mente a deducir del comportamiento de
una persona su disposiciÛn. Pero parece
mento breves ensayos polÌticos sobre que esta disposiciÛn est· anclada con
Fidel Castro que se suponÌa habÌan sido mucha mayor fuerza en los que perte-
redactados por los otros participantes. En necen a la cultura occidental.
realidad los habÌan escrito los psicÛlo-
gos; unos textos hablaban bien del diri- ¡Cuídate de tus amigos!
gente cubano y otros le eran desfavo- Otra forma de evaluar la ofrece el razo-
rables. Los directores de la prueba namiento deductivo, el n˙cleo de la lÛgica
advirtieron a los sujetos que los supues- aristotÈlica, es decir, el silogismo (Todos
tos autores no habÌan expuesto su pen- los peces viven en el agua; la sardina es
samiento genuino sobre el asunto; es un pez. Por tanto, la sardina vive en el
decir, su propia opiniÛn podÌa ser muy agua.) No obstante, este razonamiento
distinta. presupone unas reglas de la lÛgica que
Les solicitaron, despuÈs, que aposta- en la Grecia cl·sica se admitÌan ya como
ran por la verdadera opiniÛn de los auto- verdades absolutas:
res. Fue sorprendente comprobar que,
aunque sabÌan que los presuntos autores ï Ley de la identidad: A es igual a A.
no habÌan expuesto libremente su pos- Toda cosa es idÈntica a sÌ misma.
tura, los sujetos del experimento supu- ï Ley de no contradicciÛn: A no es igual
sieron un proceder m·s positivo a los a no-A. Ning˙n enunciado puede ser a
autores pro Castro que a los escritores la vez verdadero y falso.
en contra. Era obvio que no les resultaba ï Tertium non datur (tercero excluido):
f·cil liberarse de la asociaciÛn interio- Todo enunciado es o verdadero o falso.
rizada entre disposiciÛn y acciÛn de una
persona. Estas ìleyesî nos parecen a muchos
Quiz·s este fenÛmeno radique tam- de nosotros como dadas por la naturale-
biÈn en el modo de pensar tradicional de
la cultura occidental. AristÛteles redu-
cÌa a la distinta naturaleza de la madera
y de la piedra el hecho de que la piedra
se hunde en el agua y la madera flota.
SuponÌa que era la propiedad de piedra,
es decir, su pesantez, la que hacÌa que se
El experimento “Fidel Castro” hundiera en el rÌo.
Sea la observaciÛn siguiente. Cuando un Los chinos, en cambio, tenÌan ya en
camarero nos sirve atento y solÌcito en la antig¸edad la idea de que hay que ex-
un restaurante, estamos predispuestos a plicar el comportamiento de las cosas no
considerar que se trata de una persona sÛlo por sus cualidades, sino tambiÈn
amigable y colaboradora; pero si se nos por su relaciÛn recÌproca con fuerzas del
GALERIA DE LOS UFFIZI, FLORENCIA

muestra seco y desabrido, lo tenemos entorno. AsÌ, conocÌan ya el magnetismo


por un cascarrabias crÛnico. Y nos afecta con el que comprendÌan como causadas
relativamente poco si las circunstancias por la Luna las mareas. øSe plasma en
externas disculpan el comportamiento el pensamiento asi·tico actual esa b˙s-
del camarero; por ejemplo, que de repente queda holÌstica tradicional de las causas?
se haya llenado el local. Incheol Choi y Nisbett realizaron de
Cu·n difÌcil nos resulta tener en cuenta nuevo el experimento ìFidel Castroî,
la influencia de las circunstancias lo pone
de manifiesto una investigaciÛn socio-
pero esta vez con estadounidenses y
coreanos. Para su sorpresa, ambos gru-
4. UN LOGICO SUTIL. Con un elegante
experimento mental refutó Galileo Galilei
psicolÛgica de Jones y Harris llevada a pos se comportaron al principio igual;
(1564-1642) la afirmación aristotélica de
cabo en 1967 y que, desde entonces, se los coreanos tambiÈn consideraron poco
ha convertido en cl·sica. Presentaron a adecuada la influencia de la situaciÛn que los objetos pesados caen al suelo a
los sujetos estadounidenses del experi- bajo la cual se habÌan encontrado los mayor velocidad que los ligeros.

86 Mente y cerebro 06/2004


za; pero, ørealmente lo son? Formularlas
fue, sin duda, un logro cultural extraor-
dinario. En contraposiciÛn, se desarro- Intuición y lógica
llÛ en China el pensamiento dialÈctico
oriental. No se trata ni de la compren-
Las culturas occidentales están profundamente influenciadas por la Grecia
siÛn platÛnica de la dialÈctica (como arte clásica, donde se originó la idea de la “libertad individual”. Los atenienses opi-
del debate), ni de la dialÈctica hegeliana naban que cada uno podía determinar en gran parte sus acciones y que la
o marxista, en la que las contradiccio- sociedad se constituía por individuos independientes y libres. En estrecha rela-
nes conflictivas aspiran a una resoluciÛn ción con esta mentalidad se sitúa la tradición del debate, pues se fomentaba
(como los intereses de grupos sociales la discusión pública.
diferenciados). La dialÈctica oriental Debemos también a los griegos las bases del pensamiento “científico”. Supusieron
acepta las contradicciones, pues sÛlo por que se podía alcanzar el conocimiento clasificando el mundo real en catego-
ellas se reconocer· (seg˙n su punto de rías y comprendiendo las regularidades causales entre objetos. Por ese camino
vista) la verdad. llegaron a modelos refinados de física, astronomía, geometría axiomática, lógica
Richard Nisbett, en colaboraciÛn con formal y filosofía racional.
Kaiping Peng (de la Universidad de Ca- Pero si atendemos a la cultura de la antigua China, nos encontramos, en muchos
lifornia en Berkeley), se propuso con- aspectos, con un proyecto opuesto. Si los griegos acentuaban la libertad indi-
trastar los axiomas de la lÛgica occiden- vidual, los chinos preferían ver al hombre integrado en una red polifacética
tal con el pensamiento dialÈctico chino. social: de la familia, la comunidad local y del país. La conducta individual no
Para lograrlo, ambos investigadores for- se dirigía a las preferencias personales, sino a las expectativas de los otros.
mularon la dialÈctica oriental en princi- Desde la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.) hasta el fin del Imperio (1912) el con-
pios; aunque, como ambos reconocen, fucionismo fue la doctrina oficial y, por tanto, el sistema moral dominante. En
esto es evidentemente tÌpico de la forma su centro estaba el cumplimiento de los deberes sociales: entre señores y súb-
ditos, entre padres e hijos y entre hombre y mujer. A diferencia de la Grecia
de proceder analÌtico-occidental.
clásica, en China no se valoraba el debate público; antes bien, se le desapro-
baba como una vulneración de la armonía social.
ï Principio del cambio: La realidad es
un proceso en cambio constante. La sociedad de la antigua China era, desde el punto de vista de la produc-
ï Principio de contradicciÛn: Puesto ción técnica, muy superior a la de la Grecia clásica. Pero las destrezas alcan-
que lo ˙nico constante es el cambio, tam- zadas y los inventos (como el desarrollo de la brújula magnética, los barcos
biÈn la contradicciÛn es constante. especialmente seguros para la navegación, la carretilla o la invención de la por-
ï Principio del holismo: Dado que to- celana) no surgieron tanto de una formulación de modelos y teorías científi-
do cambia constantemente y est· en con- cas y su posterior comprobación cuanto de tanteos intuitivos.
tradicciÛn, no se entiende nada en la vida Los chinos construyeron menos modelos formales que los griegos sobre el
humana ni en la naturaleza con inde- mundo natural, los objetos y sus relaciones causales. Se comprueba en el hecho
pendencia una de otra. Todo se halla en de que los chinos no disponen de
mutua dependencia. un concepto de “naturaleza” sepa-
rado y distinto del de ser humano.
Peng y Nisbett propusieron que, desde En tanto que los modelos abstrac-
las leyes de la lÛgica occidental, se ha tos “científicos”de los griegos debían
desarrollado una suerte de intolerancia satisfacer las leyes de la lógica for-
ante las paradojas; es decir, si a los occi- mal, los chinos creían en la validez
dentales se nos coloca ante una contra- simultánea de los enunciados para-
dicciÛn, nos sentimos, a diferencia de los dójicos.
La forma oriental de la dialéctica
asi·ticos, incÛmodos y, por tanto, inten-
podría compendiarse así: sólo
tamos solventarla. Peng y Nisbett pudie-
cuando se soporta la simultánea
ron, de hecho, apoyar su tesis con un corrección de contradicciones, se
an·lisis de refraneros chinos y estadou-
THOMAS BRAUN

puede reconocer la verdad. En nin-


nidenses. ìCuÌdate de tus amigos, no de gún otro símbolo cultural se expresa
tus enemigosî, reza un dicho que (øes mejor esta actitud que en el dibujo
preciso indicarlo?) procede de China. del Ying y Yang, en el círculo que
En cambio, ìun ejemplo no prueba nadaî YING Y YANG. El símbolo chino del se forma por la reunión de la mitad
constituye un adagio tÌpico de la tradi- dualismo del universo clara con la mitad oscura.
ciÛn lÛgico-analÌtica.
Cierto que en ambos grupos cultura-
les se presentan expresiones analÌticas
y dialÈcticas, pero el listado chino con-
tiene casi el cu·druple de dichos dia- dounidenses preferÌan las expresiones car·cter dialÈctico, la otra de una lÛgica
lÈcticos que el estadounidense. Y, al pre- no-dialÈcticas de su ·mbito cultural; los impecable. Para esta ˙ltima echaron mano
sentarles los investigadores a los sujetos chinos valoraban muy positivamente los del famoso experimento mental de
del experimento, unos chinos y otros enunciados dialÈcticos chinos. Galileo sobre cierto error de AristÛteles.
estadounidenses, una selecciÛn mixta de SostenÌa Èste que los objetos pesados
ambos refraneros, a los dos grupos cul- El error de Aristóteles caÌan al suelo a mayor velocidad que los
turales les parecÌa, en cada caso, que los Peng y Nisbett elaboraron, en otra prueba, ligeros.
refranes de su propio ·mbito cultural dos series de argumentaciones distintas Supongamos que atamos el objeto
eran mejores que los del otro. Los esta- para estados de cosas complejos: una de m·s liviano al m·s pesado, enton-

Mente y cerebro 06/2004 87


5.
BASADO EN NISBETT ET AL. en Psychol. Review, vol. 108; 2001

PARADOJA. Ante dos presuntos


resultados de una investigación que
7 7 parecían contradictorios (A o B),
CONVICCION EN LOS
ESTADOUNIDENSES

estadounidenses y chinos coincidían


A

EN LOS CHINOS
6 6
bastante en su valoración, si sólo se les

CONVICCION
A
5 5 presentaba uno de ellos. Pero si se trataba
B de evaluar ambos resultados a la vez (A y
4 4 B), llegaban a veredictos muy distintos.
B
3 3
RESULTADO A O B RESULTADO A Y B RESULTADO A O B RESULTADO A Y B
que se trata sÛlo de una met·fora, es decir,
una comparaciÛn, y, posiblemente como
ces ambos juntos pesan m·s y, por Los investigadores solicitaron des- todas las comparaciones, no se aguanta
tanto, deberÌan caer m·s r·pido que puÈs a los chinos y a los estadouniden- en todos los ·mbitos.
cada uno por separado. Pero, si el ses que indicaran si les parecÌan con- Por otra parte, las diferencias obser-
ligero encima del pesado cae m·s vincentes estos resultados. Si a cada vadas en las operaciones fundamentales
lentamente, deberÌa frenar la caÌda sujeto se le entregaba sÛlo uno de los dos del pensamiento, es decir, en el software,
del conjunto, de manera que ambos resultados ficticios, apenas si diferÌan no entran en contradicciÛn con las con-
objetos atados deberÌan caer al las opiniones de cada grupo; ambos gru- sideraciones pertinentes a la evoluciÛn
suelo m·s lentamente que el pesado pos mostraban mayor confianza en el biolÛgica. Nuestro cerebro es producto
solo. Puesto que estas dos conclu- resultado del estudio A. Pero el com- de millones de aÒos de evoluciÛn; com-
siones son contradictorias, ha de ser portamiento cambiaba si cada sujeto parado con ese arco, el lapso temporal
falso el supuesto de AristÛteles. debÌa valorar a la vez las dos exposi- del desarrollo de las culturas actuales
ciones, a primera vista paradÛjicas. resulta insignificante. De ello no debe-
Para la segunda serie, los investiga- Los estadounidenses llevaron al ex- mos extraer la idea de que la forma de
dores se valieron de un argumento dia- tremo su opiniÛn: el resultado de la inves- operar del cerebro humano venga absolu-
lÈctico: tigaciÛn ficticia que habÌan tenido por tamente determinada por la genÈtica.
Si uno se imagina un objeto m·s evidente en la valoraciÛn aislada lo Numerosas investigaciones demues-
pesado y otro ligero volando, en un consideraban ahora a˙n m·s convincente, tran su ìplasticidadî. Gracias a la misma,
caso, en una atmÛsfera tranquila y, ante el contrarresultado menos plausi- las funciones de algunas zonas que se han
en otro, en medio de un temporal, ble. Los chinos reaccionaron de forma visto impedidas por culpa de una lesiÛn
øquÈ determina la velocidad de la muy distinta: bien es verdad que ahora pueden ser desempeÒadas por otras ·reas.
caÌda? Por supuesto, el contexto examinaban los resultados con otros ojos; Incluso el ìhardware cerebralî puede
(aire tranquilo o tormenta) y no el pero, al parecer, descubrieron una ver- cambiar. El cerebro reacciona con flexi-
peso de los objetos. Puesto que estos dad entre los dos resultados contradic- bilidad ante los estÌmulos del entorno.
influjos del contexto siempre se dan torios, pues pensaban que ambos ofre- M·s a˙n: est· realmente orientado a la in-
(m·s o menos intensos y potentes), cÌan la misma plausibilidad. fluencia de la experiencia. El cerebro,
el supuesto fundamental de AristÛ- En conjunto, estos estudios constituyen que, en buena medida, se desarrolla fuera
teles no puede ser sino falso. una prueba inequÌvoca de que la cultura del claustro materno, se muestra muy sen-
influye profundamente en nuestra forma sible a los influjos externos, culturales
de pensar. Afecta a la mera percepciÛn asÌ incluidos. Hay quien habla de un ìcere-
Ni carne ni pescado como a fijar las causas de los fenÛmenos bro culturalî, que permanecerÌa flexible,
A los estadounidenses les pareciÛ mucho observados, a la deducciÛn o a la construc- hasta cierto grado, durante toda la vida.
m·s plausible la argumentaciÛn lÛgico- ciÛn y valoraciÛn de argumentaciones. øSe Quiz·s, alg˙n dÌa, lleguemos a com-
formal de Galileo que la versiÛn holista, puede dar por refutada la met·fora del or- prender el enigm·tico koan del zen:
esbozada por los propios Peng y Nisbett. denador, seg˙n la cual todos los humanos øcÛmo suena el aplauso de una sola
Al equipo chino, por el contrario, les poseemos el mismo hardware y software? mano? Seg˙n la sabidurÌa china, cada uno
pareciÛ m·s convincente la argumenta- øTiene un cerebro japonÈs un aspecto algo ha de encontrar su propia respuesta. A
ciÛn dialÈctica. distinto que el de un europeo? lo mejor, habr· que ver las cosas ìa la
Otro trabajo ilustra de quÈ diferente manera asi·ticaî.
manera los asi·ticos se desenvuelven El cerebro cultural
con las contradicciones. En este estudio, Por ahora, sacar esta conclusiÛn serÌa ir
Peng y Nisbett se inventaron dos re- demasiado lejos. Parece m·s prudente ULRICH KÜHNEN es profesor de psicolo-
sultados, a primera vista contradicto- admitir que los miembros de las culturas gía en la Universidad Internacional de Bremen.
rios, de un mismo planteamiento cientÌ- occidentales y orientales pueden pensar
fico. Se dio informaciÛn de un trabajo analÌtica y holÌsticamente, si bien espon- Bibliografía complementaria
A, en el que se mostraba que las perso- t·neamente lo hagan con una frecuencia CULTURE AND SYSTEMS OF THOUGHT. R. E.
nas que alcanzaban una edad avanzada distinta. Pero no se puede sostener la Nisbett, K. Peng, I. Choiy A. Norenzayan,
habÌan preferido comer, a lo largo de nÌtida separaciÛn entre contenidos (deter- en Psychological Review, vol. 108, pág. 291;
toda su vida, pescado o aves. De otro tra- minados por la entrada de informaciÛn) 2001.
bajo B, por el contrario, resultaba que y procedimientos mentales óque serÌan THE GEOGRAPHY OF THOUGHT. R. E. Nisbett.
era muy sano renunciar del todo al con- los mismos para todosó, como sugiere Nicholas Brealey Publ. Ltd.; Londres, 2003.
sumo de carne o de pescado. la met·fora del ordenador. No olvidemos

88 Mente y cerebro 06/2004


Razón
y conjetura
Creemos conocer siempre los motivos de nuestras acciones.
La verdad es otra. Inventamos justificaciones más o menos plausibles y acordes
con cada circunstancia para explicar un comportamiento

Bas Kast realidad por quÈ me viene esta risa incon- de conocer los motivos. Freud lo veÌa de
tenible y adem·s tan repentinaî. Alicia otra manera: siempre hacemos conjetu-

E
l cirujano, sus ayudantes y el encuentra siempre una razÛn adecuada ras, incluso sobre nuestros propios actos.
equipo auxiliar rodea la mesa para explicarse lo que percibe en ese Pero hay m·s. En relaciÛn con nuestro
de operaciones y se inclinan momento y de cuyo sentido est· plena- comportamiento recurrimos sÛlo a las
para inspeccionar la cabeza de mente convencida. explicaciones que nos convienen. El neu-
una muchacha de diecisÈis aÒos, cuyo cr·- TambiÈn nosotros creemos saber la rÛlogo vienÈs les daba el nombre de
neo est· abierto. Empieza el reconoci- razÛn exacta de nuestros actos diarios. racionalizaciones.
miento. El neurocirujano manda corrien- Nos imaginamos que para ello basta sÛlo Y parece que Freud andaba en lo cierto.
tes al cerebro de la joven a travÈs de con echar una mirada a nuestra psique. La neurologÌa ha reforzado su hipÛtesis,
cables elÈctricos. La paciente se halla en Pero, øno podrÌa ser que nos equivoc·- Llaman la atenciÛn, en particular, los
un estado de plena consciencia. La ado- semos igual que la muchacha del ejem- descubrimientos obtenidos en pacientes
lescente, llamÈmosla Alicia Prado, plo? Ya Sigmund Freud albergaba esta con cerebro escindido. Nos referimos a
padece epilepsia y los mÈdicos buscan sospecha al proponer que los motivos de enfermos epilÈpticos a los que se les ha
el ìfoco epilÈpticoî, una min˙scula zona nuestro comportamiento arrancan del separado el cuerpo calloso, que pone en
donde arranca la tormenta neurolÛgica subconsciente. En su opiniÛn, al yo cons- conexiÛn los dos hemisferios cerebrales.
cerebral. De pronto sucede algo extraÒo. ciente se le escapan las verdaderas razo- Se trata de una intervenciÛn muy dr·s-
Cuando los mÈdicos estimulan determi- nes de ese comportamiento. Dicho sin tica, a la que se recurre sÛlo en casos
nados puntos de la regiÛn anterior del rodeos: nosotros no sabemos por quÈ extremos.
hemisferio cerebral izquierdo, Alicia hacemos esto o aquello. Igual que nos
comienza a reÌr. preguntamos por este o aquel compor- Escisión de los hemisferios
A la pregunta de por quÈ se rÌe, res- tamiento de los dem·s, en el caso pro- En los casos en que no se puede atajar
ponde: ìPorque me parecÈis muy raros, pio nos tenemos que conformar tambiÈn la patologÌa con f·rmacos, los neurociru-
con esos gorros verdes, alrededor de mi con meras interpretaciones. janos se aprestan a extirpar el foco ori-
camaî. En otro momento, los cirujanos Pero existe una diferencia, aunque ginario de la epilepsia. Cuando esto no
estimulan el cerebro de la chica mien- mÌnima, muy sutil. Al intentar explicar- se consigue, se considera la posibilidad
tras Èsta contempla la figura de un caba- nos el comportamiento de nuestro prÛ- de separar los dos hemisferios cerebra-
llo. TambiÈn el animal le resulta diver- jimo somos conscientes de que sÛlo elu- les. De esta manera la tormenta epilÈp-
tido. Nunca hay, sin embargo, una cubramos; en nuestro caso propio, por tica se limita a uno de los hemisferios;
respuesta del tenor siguiente: ìNo sÈ en contra, estamos absolutamente seguros al presentarse un episodio, el otro he-

Mente y cerebro 06/2004 89


IFA-BILDERTEAM

1. SIEMPRE ELEGIMOS BIEN. No importa el producto por el que nos decidamos,


estaremos siempre convencidos de que hemos realizado la mejor elección. nes o im·genes sin que se percatara de
ellas el izquierdo. Lo que desembocaba
en un comportamiento que dejaba per-
misferio al menos puede mantener el guaje, pero no puede ìhablarî. Adem·s, plejos a los propios investigadores del
control. Esta operaciÛn de la divisiÛn los ojos transmiten al hemisferio cere- cerebro escindido. Si se proyectaba en
cerebral por vÌa quir˙rgica ha sido una bral izquierdo todo lo que se encuentra el hemisferio cerebral izquierdo la orden
verdadera bendiciÛn para muchos epilÈp- en nuestro campo visual derecho. Corres- de ì°Marche!î, el paciente se levantaba
ticos. Se la venÌa valorando como un pondientemente, lo que est· en el campo y empezaba a andar. Pero cuando los
acierto, porque no parecÌa dejar secue- visual izquierdo se transmite al hemis- investigadores preguntaban que a dÛnde
las sobre el comportamiento. ferio derecho. El hemisferio derecho y querÌan ir una de las respuestas tÌpicas
Se trataba, sin embargo, de una opi- el izquierdo controlan los movimientos era: ìAh, sÌ, sÛlo querÌa ir a buscarme
niÛn errÛnea. La separaciÛn del cuerpo de la parte opuesta del cuerpo, si bien un refrescoî.
calloso acarrea graves consecuencias a no somos conscientes en absoluto de este øDe dÛnde procedÌa esa respuesta? La
los afectados. Roger Sperry, del Instituto tr·fico cruzado. ˙nica explicaciÛn posible sit˙a su ori-
de TecnologÌa de California en Pasadena, Ambos hemisferios intercambian sus gen en el hemisferio cerebral izquierdo,
ha realizado a este respecto una serie de informaciones por encima del cuerpo el capacitado para ìhablarî. Ahora bien,
experimentos decisivos. Cada hemisfe- calloso, salvo en los pacientes con cere- sÛlo el hemisferio derecho habÌa visto
rio asume en parte funciones diferentes. bro escindido. El equipo de Sperry ideÛ la orden y sabÌa, por tanto, el verdadero
AsÌ, la ejecuciÛn del lenguaje tiene su una estructura experimental que les per- motivo del comportamiento. Sin embar-
sede en el hemisferio izquierdo, mien- mitÌa mostrar muy brevemente, por ejem- go, puesto que la conexiÛn entre los dos
tras que el derecho ìentiendeî el len- plo, al hemisferio cerebral derecho Ûrde- hemisferios estaba cortada, el derecho

90 Mente y cerebro 06/2004


2.
THOMAS BRAUN

JEROGLIFICO. En los pacientes


con cerebro escindido no se pueden
comunicar los dos hemisferios cerebrales.
El hemisferio izquierdo, sede de la
ejecución del lenguaje, ve en este
experimento únicamente la garra de pollo
y no percibe la casa cubierta de nieve.
Este hemisferio justifica la elección
de la pala limpiadora de nieve con el
“ocurrente” argumento de que ésta vale
para limpiar el gallinero.

apuntan en sentido afirmativo. En los


aÒos setenta, Richard Nisbett, de la
Universidad de Michigan, y Timothy
Wilson, de la Universidad de Virginia,
les rogaron a un grupo de mujeres que
eligieran un par de medias de nailon de
unas determinadas caracterÌsticas den-
tro de una gran oferta de tipos presun-
tamente distintos. Cuando les pregunta-
ron luego por los criterios de selecciÛn
tomados dieron razones muy diversas:
diferencias de color, de estructura o de
calidad. Pura fabulaciÛn. Todas las me-
no podÌa transmitir informaciones al para mantener limpio el gallinero.î Pe- dias eran idÈnticas.
izquierdo. øY quÈ hacÌa el hemisferio ro no hizo ni siquiera la m·s mÌnima Puestos en tal situaciÛn, la mayorÌa de
cerebral izquierdo en esta situaciÛn apu- alusiÛn al dibujo de la casa con la nieve. nosotros se decide por el artÌculo situado
rada? En vez de callarse o admitir que øA quÈ se debÌa esa omisiÛn? El hemis- lo m·s a la derecha posible, es decir, el
lo ignoraba se inventaba sin vacilar la ferio cerebral izquierdo no habÌa visto ˙ltimo de la fila. Y si se nos llama la aten-
justificaciÛn que le parecÌa m·s plausi- ninguna casa, sino sÛlo el pollo; y el ciÛn por este efecto posicional lo recha-
ble en ese momento. derecho, que habÌa elegido la pala a causa zamos con indignaciÛn.
de la casa cubierta de nieve, no podÌa decir Michael Gazzaniga, del Colegio Dart-
Especulaciones fantásticas nada. El hemisferio cerebral izquierdo mouth en New Hampshire, afirma que
Deteng·monos en otro experimento de del sujeto del ensayo, el ìhablanteî, se ìtodos tenemos en la cabeza un ëintÈrpre-
la misma serie del grupo de Sperry. No percataba tambiÈn de haber elegido el di- teí, especializado en encontrar una ex-
se trataba ahora de dar ninguna orden, bujo con la pala, pero no podÌa saber cÛ- plicaciÛn a todoî. Hagamos lo que ha-
sino de enseÒarle im·genes; con una par- mo habÌa llegado a esa alternativa. Y en gamos, el intÈrprete siempre encuentra
ticularidad: la que se enfocaba en el vez de admitir este hecho, se inventÛ sin un motivo. Este mecanismo interpreta-
hemisferio cerebral izquierdo era dis- m·s una justificaciÛn que encajase en el dor se ubica en nuestro hemisferio cere-
tinta de la dirigida hacia el derecho. Al contexto. bral izquierdo y trabaja con una efi-
sujeto se le presentaban una garra de En el transcurso de estos experimen- ciencia inaudita. SÛlo con su ayuda
pollo a la izquierda y, a la derecha, una tos, no se oyÛ decir a ninguno de estos podemos entender el mundo. Pone orden
casa nevada (vÈase la figura). El pro- pacientes con cerebro escindido: ìHon- en el caos. Incluso en aquellos casos en
bando debÌa elegir el dibujo adecuado radamente, no sÈ por quÈ he elegido esa que el intÈrprete se equivoca, nos trasmi-
entre toda una serie que tenÌa a su alcance. imagen. øTiene quiz·s algo que ver con te al menos la sensaciÛn de haber reco-
Como era de esperar, seleccionÛ las im·- el hecho de se ha escindido mi cuerpo nocido la verdadera causa y de haber
genes relacionadas con las escenas que calloso?î. No hubo ni una respuesta que ìdescubiertoî el asunto, tanto si se trata
habÌa visto antes. Su mano derecha eli- apuntara en esa direcciÛn. Muy al con- de un suceso en el mundo exterior, como
giÛ la imagen de un pollo; es decir, la trario, todas eran especulaciones fant·s- del comportamiento de nuestro prÛjimo
mano controlada en sus movimientos ticas del hemisferio izquierdo; razones o de nuestras propias acciones.
por el hemisferio cerebral izquierdo, el a menudo plausibles, pero inventadas.
mismo que habÌa visto una garra de pollo. Y siempre y en todo caso los probandos
Su mano izquierda ódirigida por el estaban convencidos de haber reconocido
Bibliografía complementaria
hemisferio cerebral derecho, el que habÌa los verdaderos motivos de su propio com-
visto la casa nevadaó aprehendiÛ la portamiento. Los psicÛlogos denominan ELECTRIC CURRENT STIMULATES LAUGHTER .
imagen con el dibujo de una pala. fabulaciones a estas mentiras que se pre- I. Fried et al. en Nature, 391, pág. 650, 1998.
No menos sorprendente resultÛ la res- tende revestir de razones. THE MIND’S PAST. M. S. Gazzaniga. University
puesta a la pregunta por los motivos de øNo podrÌa ocurrir que todos, ocasio- of California Press; Berkeley, 1998.
su elecciÛn. El sujeto declarÛ: ìEst· bien nalmente y sin percatarnos de ello, nos R EVOLUTION IM KOPF. D IE Z UKUNFT DES
claro, el pollo se relaciona con la garra dej·ramos engaÒar por el propio cere- GEHIRNS. B. Kast. BTV; Berlín, 2003.
y, por otra parte, se necesita una pala bro fabulador? Algunas investigaciones

Mente y cerebro 06/2004 91


SYLLABUS
Ir por separado,
codificar unidos
A menudo, las neuronas procesan, agrupadas, los estímulos.
Merced a ello, para evaluar la información basta un número restringido
de células nerviosas

Christian W. Eurich para asÌ desplegar los m˙sculos en un lan-


zamiento certero?

I
nmÛvil y, en apariencia, adormilada Para averiguarlo, Wolfgang Wiggers
yace la salamandra de lengua pro- y Gerhard Roth, del Instituto de Inves-
tr·ctil en el terrario. Pero apenas tigaciÛn Cerebral de la Universidad de
entra un grillo en su interior, °zas! Visto Bremen, dispusieron el ensayo siguien-
y no visto. SÛlo de los movimientos mas- te: colocaron salamandras ante el mo-
ticatorios del anfibio podemos inferir nitor de un ordenador, por donde iban
quÈ ha ocurrido. apareciendo rect·ngulos negros mÛviles
Las grabaciones realizadas con una y otros estÌmulos sencillos; al propio
c·mara de alta velocidad nos permiten tiempo, con electrodos muy sensibles
contemplar un mecanismo fascinante de Wiggers y Roth registraban las reaccio-
depredaciÛn. El anfibio lanza su larga nes de las neuronas del tectum opticum,
lengua en milÈsimas de segundo, ìdis- la regiÛn del cerebro de la salamandra
parandoî de forma precisa e infalible responsable de la visiÛn.
sobre la presa. Pero, øcÛmo percibe el øA quÈ resultado llegaron? Cuando
min˙sculo cerebro de la salamandra, de en cualquier lugar del campo de visiÛn 2. UNA DETRAS DE OTRA. En el
escasos milÌmetros de tamaÒo, el lugar de la salamandra aparece un estÌmulo modelo de codificación local mediante
y direcciÛn de movimiento de una presa, óuna presa, por ejemploó se activa múltiples campos receptores (véanse los
sÛlo una parte de las cÈlulas nerviosas círculos en la figura) sólo una neurona se
del tectum opticum. Cada cÈlula est· excita en cada momento. Los campos de
1. EN EL CONO DEL FARO. Tan pronto
especializada en una secciÛn del espa-
cio en cuestiÛn: su campo receptor (vÈase las neuronas activas se han marcado en
como un objeto —en este caso una color oscuro.
la figura 1). Si el estÌmulo se encuentra
mosca— aparece en el campo receptor de fuera del mismo, la neurona muestra una
una neurona cortical de la salamandra, la actividad nula o muy dÈbil. A medida que
célula reacciona con una serie de el estÌmulo se va acercando hacia la zona taba sÛlo uno de dos estados posibles:
potenciales de acción. Pero ignora los de receptividad, la cÈlula dispara una activo o inactivo.
objetos situados en la zona exterior al serie de impulsos elÈctricos ópoten- Partimos de la soluciÛn intuitiva m·s
campo receptor.
ciales de acciÛnó e indica con ello la inmediata; a saber: una ubicaciÛn exacta
entrada de un objeto en su ·rea de res- requiere muchos campos receptores que
ponsabilidad. Dicho de otro modo, tra- cubran cada uno un sector muy pequeÒo
CAMPO RECEPTOR DE duce esa informaciÛn en un cÛdigo neu- del campo de visiÛn. En ese marco, un
UNA NEURONA
ronal de seÒales elÈctricas. presumible blanco que se moviera ante
øEn virtud de quÈ mecanismo pueden la salamandra excitarÌa la neurona o gru-
las cÈlulas nerviosas del tectum opticum p˙sculo de neuronas correspondiente,
percibir la posiciÛn del objeto en el campo seÒalando asÌ dÛnde se hallarÌa la presa
visual con tamaÒa precisiÛn? Abordamos en dicho instante. En el argot tÈcnico ese
esa cuestiÛn en el Instituto de NeurofÌsica principio se denomina codificaciÛn local
TeÛrica de Bremen. Desarrollamos con (vÈase la figura 2).
THOMAS BRAUN

ese fin modelos de posibles estrategias Los experimentos posteriores reali-


de codificaciÛn. Por mor de simplici- zados por el equipo de Roth dieron con
dad, supusimos que cada neurona adop- un resultado inesperado: los campos

92 Mente y cerebro 06/2004


3.

URSULA DICKE
¿DONDE ESTA EL GRILLO? Una
salamandra de lengua protráctil
(Hydromantes genei) espera su cena.

receptores no son en absoluto pequeÒos.


En promedio cubren un ·ngulo de 40 gra-
dos; algunas de estas neuronas llegan
incluso a abarcar 180 grados, es decir,
la mitad del campo visual. Los poten-
ciales de acciÛn de las cÈlulas nerviosas
implicadas delimitan, en consecuencia,
una zona del espacio aproximada donde
se encuentra el objeto.
øCÛmo logra, entonces, la salamandra
cazar su presa? Nos lo resolviÛ otro mo-
delo. Cuando estas neuronas act˙an en
grupo pueden localizar los objetos, in-
cluso con mayor precisiÛn. El quid estriba
en que los campos receptores de las neu-
ronas, debido a su magnitud, se super-
ponen m˙ltiples veces. Cuando se mueve
algo en un lugar determinado del campo
visual, se dispara simult·neamente una
combinaciÛn de cÈlulas caracterÌstica de Mil neuronas son suficientes las con campos receptores de tamaÒo
dicho punto. Gracias a esta codificaciÛn Sobre la base de nuestro modelo calcu- equivalente a la ìneurona de la visiÛnî
de poblaciÛn o grupo, el campo visual lamos los recursos requeridos por ambos de la salamandra. La rapaz nocturna
se sectoriza, a pesar de los grandes cam- tipos de codificaciÛn descritos para ubi- podrÌa valerse de esa estrategia para loca-
pos receptores existentes, en numerosas car la presa acertadamente. Llegamos al lizar ratones, incluso en obscuridad com-
zonas menores, de forma que el origen resultado siguiente: un modelo que uti- pleta, con su oÌdo finÌsimo.
del estÌmulo se puede decodificar con lice codificaciÛn local con pequeÒos TambiÈn en el sentido del tacto se
exactitud (vÈase la figura 3). campos receptores necesitar· m·s de puede observar el empleo de la codifi-
160.000 neuronas para alcanzar la capa- caciÛn en grupo. Las neuronas cortica-
cidad de resoluciÛn real de una sala- les responsables poseen grandes super-
mandra. Por el contrario, a una simula- ficies como campos receptores. Hubert
ciÛn basada en la codificaciÛn de grupo Dinse y sus colaboradores, del Instituto
le bastan menos de 1000 neuronas. para Neuroinform·tica de la Universi-
Hasta aquÌ la teorÌa. øCu·l es la rea- dad de Bochum, descubrieron que, en el
3
lidad? Ursula Dicke, adscrita tambiÈn al caso de las ratas, eran muy pocas las neu-
Instituto de Bremen, contÛ cu·ntas neu- ronas responsables de una gran parte de
ronas del tectum opticum de la sala- la pata trasera.
mandra intervenÌan en codificar un objeto Pero el cerebro, adem·s de la codifi-
1 aparecido en el campo visual. Y hallÛ que, caciÛn de grupo, se sirve tambiÈn de otro
2 desde ambas mitades de esta regiÛn cere- tipo de estrategias muy diferentes. No
bral, se extienden los apÈndices de unas todas las cÈlulas nerviosas conmutan
mil cÈlulas nerviosas en el tallo cerebral sÛlo entre los estados activo e inactivo,
y dirigen la lengua protr·ctil desde allÌ, como hemos supuesto en nuestro modelo.
a travÈs de estaciones de conmutaciÛn Las informaciones de estÌmulos recibi-
motoras y premotoras. Nuestro modelo dos tambiÈn pueden estar contenidas en
4. INTERSECCION DE CONJUNTOS. elemental de codificaciÛn neuronal coin- distintos patrones y reflejadas en m˙lti-
ples potenciales de acciÛn.
La codificación por población de
cide en este sentido con los datos empÌ-
ricos.
neuronas trabaja con grandes campos
Para el procesamiento de la seÒal
receptores. Como éstos poseen amplias parece, pues, una buena estrategia la co-
zonas de superposición, un objeto dificaciÛn con pocos campos receptores
ocupará varias zonas. La localización del de gran tamaÒo. Se resuelve con la par- CHRISTIAN W. EURICH se halla adscrito al
objeto resulta entonces de la combinación ticipaciÛn de un n˙mero menor de neuro- Instituto de Neurofísica Teórica de la
nas. No debe sorprendernos que otros sis- Universidad de Bremen.
de células nerviosas que efectúan sus
descargas simultáneamente. En el ejemplo
temas sensoriales tambiÈn recurran al
mismo principio. Lo comprobamos, por Bibliografía complementaria
mostrado están activas de forma
ejemplo, en el sistema auditivo de la EL LENGUAJE DE LAS NEURONAS . Matthias
secuencial las siguientes neuronas: 1; 1+2; lechuza. Eric Knudsen y Masakazu Bethge y Klaus Pawelzik, en Mente y cere-
1+2+3; 2+3; 3. Los colores se han incluido Konishi, del Instituto de BiologÌa de bro, número 2; enero 2003.
únicamente con fines descriptivos. California en Pasadena, encontraron cÈlu-

Mente y cerebro 06/2004 93


LIBROS
Aprendizaje
y memoria
PRINCIPLES OF LEARNING AND MEMORY. tiempo en que se asociaba la memoria, miento, establece que, una vez que se han
Dirigido por Rainer H. Kluwe, Gerd L¸er y el aprendizaje a ella vinculado, con la producido conjuntamente, en proximi-
y Frank Rˆsler. Birkh‰user Verlag; Ba- imagen del circuito electrÛnico de me- dad espacio-temporal, dos aconteci-
silea, 2003. ra grabaciÛn, carente de dinamismo y mientos, la recurrencia de uno evoca la
MEMORY FROM A TO Z. KEYWORDS, CON- reelaboraciÛn flexible. presencia del otro. Aunque la paternidad
CEPTS AND BEYOND , por Yadin Dudai. Mientras prosigue la investigaciÛn, se le corresponde a AristÛteles, fueron los
Oxford University Press; Oxford, 2002. trabaja con la hipÛtesis de que las repre- empiristas del siglo XVII quienes le die-
sentaciones internas se codifican en la ac- ron carta de ciudadanÌa. En su oposiciÛn

E
l aprendizaje y la memoria indu- tividad espaciotemporal de los circuitos a las ideas innatas de Descartes, los empi-
cen alteraciones duraderas en el neuronales, establecidos sobre sinapsis, ristas brit·nicos, Thomas Hobbes, John
comportamiento, nacidas de la basadas en interacciones moleculares, Locke y cuantos les siguieron, afirma-
experiencia. Ambos procesos se carac- Junto a un aprendizaje innato, pensemos ban que el hombre venÌa al mundo tan-
terizan, asÌ, por retener la informaciÛn en la impronta o en la aversiÛn a cuanto quam tabula rasa; la informaciÛn llegaba
adquirida, su representaciÛn interna. De displace al gusto, encontramos otro en a la mente a travÈs de percepciones sen-
uno y otro pilar de la conducta de los se- que los estÌmulos determinantes modi- sibles simples, que, asociadas por con-
res dotados de sistema nervioso se ocu- fican las representaciones internas. Lo tig¸idad, creaban entidades mentales
pan con claridad y hondura Principles mismo que en la memoria, la informa- complejas. Luego, en virtud de la ley de
of Learning and Memory, un avanzado ciÛn retenida ser· motora, sensorial, emo- frecuencia, las repeticiones de empare-
estado de la cuestiÛn, y Memory from A cional o cognitiva. Se parte siempre de jamientos contiguos determinaban la
to Z, que, pese, al tÌtulo no es un vocabu- asociaciones; la m·s sencilla, la contig¸i- intensidad de su asociaciÛn. La tesis fi-
lario al uso, sino un compendio de ensa- dad en tiempo y espacio. siolÛgica de la contig¸idad se introdujo
yos ordenados alfabÈticamente sobre los La ley de la contig¸idad, piedra angu- en los albores del siglo XX con los traba-
conceptos cardinales. Leyendo esos vol˙- lar de la mayorÌa de las teorÌas sobre el jos de Ivan Pavlov sobre el reflejo con-
menes se aprecia cu·n lejos queda el aprendizaje, la memoria y el conoci- dicionado, que servÌa de herramienta

94 Mente y cerebro 06/2004


metodolÛgica para el estudio de los meca-
nismos neuronales en virtud de los cua- HOMO CYBERSAPIENS. LA INTELIGEN- puede suplantar a la humana una
les los animales se adaptaban al entorno. CIA ARTIFICIAL Y LA HUMANA, por Tirso incomprensiÛn acerca de nosotros
Tras numerosas elaboraciones, llegamos de AndrÈs. Eunsa; Pamplona, 2002. mismos que impide integrar adecua-
al Conductismo, que, en su reduccionis- damente los logros de aquÈlla en nues-
mo extremo, aboliÛ la ley de contig¸idad
y la sustituyÛ por la asociaciÛn estÌmulo-
respuesta. La neurologÌa ha desmontada
E s este un libro ambicioso y suge-
rente, que sorprende tanto por el
conocimiento de los temas tratados
tras vidas. Merece la pena seguir al
autor en sus reflexiones, presentadas
con un estilo ·gil, que enlazan los
tan dr·stica simplificaciÛn como por su enfoque verdaderamente descubrimientos en la inteligencia
Desde una perspectiva neurolÛgica, interdisiciplinar. La consideraciÛn de artificial, con los recientes avances en
aprendizaje y memoria trascienden la los avances en el desarrollo de la inte- psicologÌa, lÛgica, matem·ticas y con
acciÛn de una sola ·rea del cerebro y ligencia artificial sirve en esta obra una profunda y rigurosa actitud filo-
superan la virtualidad de un mecanismo para plantear con agudeza la pregunta sÛfica. Se trata de una obra que
˙nico. Hasta en los cambios m·s senci- acerca de la distinciÛn entre la inte- demuestra que cabe una verdadera
llos relacionados con la experiencia, ligencia humana y la artificial. El consideraciÛn sapiencial del progreso
intervienen m˙ltiples estructuras. Se autor no recurre al expediente f·cil cientÌfico, que, adem·s de aportar
corrobora en el modelo, arquetÌpico por de seÒalar sus limitaciones presen- nuevos conocimientos, permite suge-
su simplicidad, del parpadeo. En expe- tes, sino que apuesta decididamente rir cauces de acciÛn que amplÌen el
rimentos con conejos, los registros elec- por sus posibilidades. Sin embargo, horizonte de nuestro futuro.
trofisiolÛgicos han demostrado que la encuentra en las razones de los que
velocidad de excitaciÛn de las neuronas afirman que la inteligencia artificial JOS… IGNACIO MURILLO
del hipocampo guarda una estrecha corre-
laciÛn con la presencia y topografÌa de
la respuesta condicionada. Como tam-
biÈn se halla comprometido el cerebelo, ticular, afecta sobre todo a la memoria detalles del recuerdo de un episodio y su
seg˙n se evidencia a travÈs de las lesio- declarativa. contexto, compete a la amÌgdala y el sis-
nes sufridas. Por su parte, los estudios Hoy se acepta que existen por lo me- tema mesolÌmbico responder de las emo-
apoyados en tÈcnicas de formaciÛn de nos dos tipos b·sicos de memoria: memo- ciones asociadas. La consolidaciÛn se
im·genes han revelado cambios de acti- ria declarativa, o explÌcita, y procesal, verÌa facilitada, para muchos autores, por
vaciÛn relacionados con el aprendizaje o implÌcita. La primera alude a los recuer- la modularidad funcional del cerebro: las
del parpadeo en el estriado. dos que en principio pueden recuperarse entidades pertenecientes a categorÌas glo-
Ni aprendizaje ni memoria podrÌan y expresarse. La segunda comprende las bales (representaciones verbales o espa-
progresar si nuestro sistema nervioso habilidades, h·bitos, improntas y condi- ciales), se almacenarÌan y recuperarÌan
no gozara de una propiedad indispen- cionamientos; tambiÈn, el aprendizaje en cÛdigos distintos de las categorÌas
sable para la evoluciÛn, la plasticidad, no asociativo, como puede ser la habitua- especÌficas (caras y objetos).
es decir, la capacidad de adaptar su orga- ciÛn y la sensibilizaciÛn. Dentro de la La consolidaciÛn de la memoria evoca,
nizaciÛn estructural y funcional (desde memoria declarativa, se distinguen otros casi por contig¸idad, la figura de Donald
el plano molecular hasta el conductual) dos subsistemas: memoria episÛdica, cen- Hebb, quien en 1949 propuso la teorÌa
a un entorno en incesante cambio. Se- trada en la propia autobiografÌa, y memo- de la huella dual de la memoria: la esta-
mejante versatilidad se adquiere con el ria sem·ntica, independiente de las per- bilizaciÛn de la actividad neuronal rever-
entrenamiento; a menudo viene urgida sonas, lugares y tiempo. Un tipo altamente berante que subyace bajo la memoria a
por lesiones. En un comienzo la corteza especializado de la memoria declarativa corto plazo produce la memoria a largo
somatosensorial tiene una representa- es la llamada memoria operativa; se trata plazo. Pero la consolidaciÛn venÌa pre-
ciÛn cartogr·fica de la superficie cor- de la forma mnÈmica que, por un breve cedida de una larga historia. En 1882
poral, el famoso ìhom˙nculusî. Existen perÌodo tiempo, integra todas las piezas Ribot hablaba de una amnesia retrÛgrada
mapas similares para el sistema motor de la informaciÛn cortical que importan subsecuente a un traumatismo cerebral,
(en la circunvoluciÛn precentral), el sis- para hacer frente a la situaciÛn presente para definir el olvido de los sucesos ex-
tema visual (en el lÛbulo occipital) y el y a los problemas del futuro inmediato. perimentados inmediatamente antes de
sistema auditivo (en el giro temporal Aunque muy limitada en su capacidad de un traumatismo. De manera m·s sÛlida,
superior). Aunque la estructura b·sica procesamiento de la informaciÛn, la me- en 1893, RamÛn y Cajal establecÌa que
de estas topografÌas se halla genÈtica- moria operativa tiene acceso a la memo- la informaciÛn se almacenaba en el cere-
mente determinada, la organizaciÛn final ria a largo plazo, de la que muchos la bro a travÈs de cambios anatÛmicos de
depender· de la biografÌa, de la propia suponen un subsistema. La memoria a las conexiones entre neuronas.
experiencia. largo plazo, de poderosa capacidad, per- Desde la publicaciÛn de los libros de
Junto a esos factores se ha venido insis- mite la recuperaciÛn de la informaciÛn cabecera han aparecido los resultados
tiendo en los ˙ltimos aÒos en la funciÛn incluso tras un largo lapso. de nuevas investigaciones en torno a la
de las emociones. Los episodios que se En la generaciÛn y consolidaciÛn de llamada reconsolidaciÛn de la memoria,
desarrollan en un contexto emocional la memoria declarativa participan la for- incluida la humana. Se ha comprobado,
intenso se retienen mejor. Pero, al revi- maciÛn hipocampal (asta de AmÛn, su- en ese orden, que la memoria que se debi-
virlos, o los transformamos o, si poseen bÌculo y giro dentado) y el lÛbulo tem- lita a lo largo de la jornada, se revigori-
una fuerte carga negativa (abusos sexua- poral medio (cortex entorrinal, perirrinal za tras un perÌodo de sueÒo. M·s all· de
les en la infancia, por ejemplo) intenta- y parahipocampal). AÒ·danse los cen- la anÈcdota, todo indica que, cuando los
mos suprimirlos. En la memoria, por tros cerebrales que se activan durante un recuerdos se reactivan, deben, para per-
˙ltimo, el estrÈs puede ejercer un efecto proceso emocional, en concreto, el sis- sistir, realmacenarse.
devastador. Se dice que la tensiÛn, en par- tema lÌmbico. Si el hipocampo aporta los LUIS ALONSO

Mente y cerebro 06/2004 95


ENSAYO FILOSÓFICO
La res cogitans en Descartes
Q uiz· no haya tesis m·s conocida
y popularizada en la historia del
pensamiento que el dictum con
que Descartes expresa el primer princi-
si se da tal contradicciÛn performativa
es porque la existencia de que aquÌ se
trata (la existencia de un yo) tiene un
rasgo peculiar: se caracteriza por la refle-
dad del ìser consciente deî, pero ello no
se opone a las dimensiones sensible,
afectiva o volitiva, sino que sÛlo subraya
que, incluso Èstas, son propias de un yo
pio de su filosofÌa: ìpienso, luego existoî xividad, por darse cuenta de sÌ misma, precisamente porque es capaz de reco-
(Discurso del MÈtodo, IV). Explicitemos en suma, por ser autoconciencia. nocerlas como suyas.
la concepciÛn de la mente que subyace Ello comporta que el acto de darme Lo que sÌ implica el cartesianismo es,
a aquella breve fÛrmula. cuenta de mi existencia es descripti- de entrada, un dualismo sem·ntico o
Por m·s que dudemos de nuestros con- vamente irreductible a otros tÈrminos: epistÈmico entre la conciencia y el resto
tenidos mentales ósea por engaÒo de los en especial, a los tÈrminos que sirven para de las entidades desprovistas de reflexi-
sentidos, sea por falibilidad del enten- describir meros procesos de movimien- vidad: cada uno de estos dos ·mbitos obe-
dimientoó, ìhay que afirmar que la pro- to espacial de la materia o de percepciÛn dece a marcos categoriales heterogÈneos
posiciÛn yo soy, yo existo es necesaria- sensible. Por tanto, el ser propio de un (res cogitans/res extensa, mens/corpus).
mente verdadera cada vez que es yo ósi queremos, su ìesenciaîó sÛlo po- Es m·s, al dualismo sem·ntico aÒade
proferida por mÌ o concebida por la dr· ser expresado en conceptos que indi- Descartes un dualismo ontolÛgico o ìdis-
menteî (Meditaciones MetafÌsicas, II). quen esa reflexividad y saber de sÌ mismo. tinciÛn realî (Ibid., VI): mente y cuerpo
Mi propia existencia es indudable, por- En este punto y exactamente con esta sig- no sÛlo son esferas definidas por con-
que si yo niego el enunciado óen pri- nificaciÛn, Descartes puede recuperar ceptos diferentes, sino que constituyen
mera personaó yo soy, genero una con- ciertos tÈrminos de la tradiciÛn: ìAsÌ realidades o substancias efectivamente
tradicciÛn entre el significado de la pues, no soy m·s que cosa pensante, esto distintas. De ahÌ el cÈlebre dualismo psi-
proposiciÛn y mi acto de decirlo. Pero es, mente, espÌritu, intelecto, razÛn, pala- cofÌsico en la comprensiÛn del ser
bras cuyo significado me era antes des- humano, con el consiguiente problema
conocido; soy, pues, una cosa verdade- de la comunicaciÛn de las substancias o
ramente existente, pero øquÈ cosa?: una interrelaciÛn mente-cuerpo que el car-
cosa pensanteî (Ibid.). tesianismo lega al pensamiento moderno.
Por otro lado, el darme cuenta de mÌ Aunque tambiÈn aquÌ la posiciÛn de
mismo y de mi existencia acompaÒa de Descartes resulta peculiar y alejada del
forma m·s o menos explÌcita todas mis dualismo platÛnico tradicional: ìYo [mi
ideas: yo sÈ de mis conocimientos, recuer- mente] no sÛlo estoy en mi cuerpo como
dos, im·genes, percepciones, etc. Por el marinero en la nave, sino que le estoy
tanto, tambiÈn es constitutivo de un yo tan Ìntimamente unido y casi mezclado
el hecho de adscribirse o reconocer como que compongo con Èl una sola cosaî
propias sus representaciones: la auto- (Ibid.). De modo que, si bien el entendi-
conciencia es conciencia de sÌ mismo y miento me representa con claridad y dis-
de lo otro. Incluso etimolÛgicamente: tinciÛn la mente pura y la imaginaciÛn
ser conciencia (conscientia) o cosa pen- el cuerpo material, es en las conversa-
sante (res cogitans) significa que uno ciones y cotidianidad donde ìvivoî indu-
sabe de los propios contenidos mentales dablemente la unidad de ambos (Carta
(cum-scientia), que se mueve con ellos a la princesa Elisabeth, 28.6.1643).
(co-agitare). De este modo Descartes ParadÛjica, quiz·s, unidad de una dua-
puede explicitar asÌ su comprensiÛn del lidad. Pero paradoja coherente con un ser
yo como res cogitans: ìøQuÈ soy, pues? cuya propia estructura consciente sabe
Una cosa pensante, es decir, que duda, de sÌ sabiendo de lo otro.
que entiende, que afirma, que niega, que
quiere, que no quiere, que imagina y
tambiÈn que sienteî (Ibid.).
Hay, pues, que ser precavido ante cier- SALVI TURRO, profesor titular y estudio-
tas interpretaciones excesivamente inte- so de la filosofía moderna, actualmente es
RETRATO DE RENE DESCARTES, lectualistas del cartesianismo. Sin duda decano de la facultad de filosofía de la Uni-
pintor anónimo la res cogitans comporta la especifici- versidad de Barcelona.

96 Mente y cerebro 06/2004

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