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Varón o mujer:
00007
cuestión de simetría
2o trimestre 2004
9 771695 088703
SUMARIO Abril de 2004
Nº 7
22 Aprender a mirar
Burkhart Fischer 58 Varón o mujer:
cuestión de simetría
De 20 años dispone el cerebro para ir Markus Hausmann
aprendiendo a mirar correctamente. Si ¿Piensan de manera diferente los
el aprendizaje es lento, pueden surgir varones y las mujeres? La biología
problemas escolares. abona una respuesta afirmativa,
cuya raíz se halla en el distinto
CINETEXT
40 El cerebro del enfermo de Alzheimer
Roland Brandt y Hartwig Hanser
Para investigar las causas de la enfermedad
de Alzheimer, los investigadores han
seguido la pista a ratones transgénicos y
han descubierto nuevas vías, por las que,
quizás algún día, pueda solucionarse esta
enfermedad mortal.
Hans-Walter Schmuhl
Entre 1939 y 1945 fueron asesinados en Alemania
y en los territorios ocupados más de 260.000
pacientes psiquiátricos. De este asesinato en
masa, sin parangón en la historia de la medicina,
se beneficiaron neurólogos y psiquiatras.
82 Ilusiones de contraste
Jacques Ninio
El cerebro instaura fronteras arbitrarias
en la percepción de la luminosidad. La
yuxtaposición de tonos nos hace
percibir fronteras y diferencias de
contraste ilusorias.
CORBIS
como el de Cascina Rossago en Italia, con éxito.
SECCIONES
ENCEFALOSCOPIO MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD
5
Entre la Tierra y el Olimpo. Empatía. Lepra y Par-
kinson. Pareja y matrimonio.Discalculia. De simios
y plátanos. Antropoceno. De la escuela a la profe-
33 Matemáticas en el jardín de infancia. Dismorfofobia.
Robots domésticos. Epilepsia y música.
30
Robots: la revolución pendiente
Helge Ritter dirige el grupo de trabajo de neuroin-
formática de la Escuela Técnica de la Universidad ENSAYO FILOSÓFICO
de Bielefeld. Mediante redes neuronales artificia-
les y robots, se proponen imitar facultades propias
de los organismos. 96 Charles S. Peirce:
La lógica de la abducción.
DIRECTOR GENERAL COLABORADORES DE ESTE NUMERO
JosÈ M.™ Valderas Gallardo ASESORAMIENTO Y TRADUCCI”N:
DIRECTORA FINANCIERA
F. ASENSI: En el umbral de la muerte, Un proyecto de vida para los
Pilar Bronchal Garfella
autistas y GenÈtica del autismo; IGNACIO NAVASCU…S: Aprender a mi-
EDICIONES rar, El cerebro del enfermo de Alzheimer e Instant·neas de un cerebro
Juan Pedro Campos GÛmez activo; I. NADAL: Percepciones sensoriales de los invidentes; ALEX
Laia Torres Casas SANTATALA: Entrevista, Robots domÈsticos, FunciÛn procesadora de la
retina y VarÛn o mujer: cuestiÛn de simetrÌa; JUAN AYUSO: Matem·ticas
PRODUCCI”N
en el jardÌn de infancia, Miedo e irracionalidad, Moral de victoria, mo-
M.a Cruz Iglesias CapÛn ral de derrota y El rastreo de huellas; ANGEL GONZ¡LEZ DE PABLO:
Bernat Peso Infante Dismorfofobia y La investigaciÛn cerebral bajo Hitler; J. M. GARCÕA DE
SECRETARÕA LA MORA: Epilepsia y m˙sica; J. VILARDELL: Ilusiones de contraste.
PurificaciÛn Mayoral MartÌnez
ADMINISTRACI”N
Victoria AndrÈs Laiglesia
SUSCRIPCIONES
ConcepciÛn Orenes Delgado
Olga Blanco Romero
EDITA
Prensa CientÌfica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.a
08021 Barcelona (EspaÒa)
TelÈfono 934 143 344 Telefax 934 145 413
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Empatía DOLOR
Lepra y Parkinson dos genes responsables. Se solapan con una región regula-
dora que comparten con dos genes asociados a la aparición
Pareja y matrimonio
A tenor de una investigación llevada a cabo por Sharon Sassler, de la Uni-
versidad estatal de Ohio, y James McNally, del Instituto de Investigaciones
Sociológicas de la Universidad de Michigan, las parejas que conviven antes
del matrimonio tienen menos probabilidad de casarse que otras que se for-
men. En su amplio muestreo, sólo el 40 por ciento se casó en el intervalo
de los siete años siguientes al inicio de la convivencia. En ese arco tem-
poral, el 42 por ciento habían roto la relación. Frente a lo que pudiera supo-
nerse, los varones con mejores perspectivas económicas y las parejas más
asentadas no mostraban mayor propensión a pasar por la vicaría o el ayun-
tamiento. Entre las conclusiones extraídas, se señala que vivir en pareja no
constituye un período de transición hacia la boda. Antes bien, la cohabita-
ción se está convirtiendo en un estado alternativo al del matrimonio.
De simios y plátanos
L os chimpancés se reparten el alimento. ¿Solidaridad? Ni la más mínima. Sólo
buscan la paz y evitar enfrentamientos. Jeffrey Stevens, de la Universidad de
Minnesota, ha realizado experimentos con esos primates colocándolos de dos en
dos, unos en jaulas separadas por una reja, y otros en la misma jaula. Luego daba
tres plátanos a uno de cada pareja. Si los miembros de ésta quedaban divididos
por la reja, el chimpancé agraciado no compartía (o lo hacía muy raramente) su ali-
mento con su desafortunado compañero de la jaula adyacente. En el segundo caso,
casi siempre compartía, para evitar, en opinión de Stevens, el acoso.
De la escuela a la profesión
L os alumnos que sacan buenas calificaciones son los que tienen mayor probabi-
lidad de ejercer con éxito una profesión. A esa conclusión ha llegado el equipo
que dirige Nathan R. Kunzel, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign,
en un estudio en el que participaron 20.000 encuestados. Las capacidades men-
tales que el niño o adolescente aplican en el aula acostumbran ser las mismas
que, andando el tiempo, les ayudarán a escalar en su carrera. Hace ya un siglo,
Charles Spearman postuló que cada individuo posee cierta capacidad cognitiva
general, mensurable con un parámetro al que llamó g. Se ha corroborado ahora
que cuanto mayor es el valor de g, mayor resulta ser el rendimiento escolar y pro-
fesional. Los padres parecen, pues, andar sobrados de razón cuando le aconsejan
al hijo: “Esfuérzate en sacar buenas notas si quieres ser algo en la vida”.
La muerte precoz de Alejandro sus Vidas paralelas: “Llegado ante las murallas de la ciudad
de Babilonia vio una gran bandada de cuervos que peleaban
José María López Piñero A pesar de su falta de interÈs por la Washington, organizando el departa-
clÌnica, intentÛ dedicarse al ejercicio de mento anatomopatolÛgico del Manico-
N
acido en la localidad vallisoletana la profesiÛn y en 1907 obtuvo la plaza mio Federal.
de Portillo, PÌo del RÌo Hortega de mÈdico titular de su pueblo natal. Sin En dicho Laboratorio, Ach˙carro aco-
estudiÛ medicina en la facultad embargo, abandonÛ la pr·ctica rural tras giÛ cordialmente a RÌo Hortega, del que
de Valladolid, obteniendo el tÌtulo de doctorarse con una tesis sobre la anato- se convirtiÛ en maestro. Le consiguiÛ una
licenciado en junio de 1905. Durante la mÌa patolÛgica de los tumores del encÈ- beca, costeada por el ComitÈ EspaÒol para
carrera, se centrÛ ˙nicamente en la mor- falo, tema que un cuarto de siglo des- la InvestigaciÛn del C·ncer, para ampliar
fologÌa, sobre todo por la influencia del puÈs se convertirÌa en una de sus su preparaciÛn en ParÌs y BerlÌn. El ini-
catedr·tico de histologÌa Leopoldo LÛpez principales lÌneas de investigaciÛn. Tras cio de la Primera Guerra Mundial obligÛ
GarcÌa, quien un cuarto de siglo antes ser dos aÒos profesor ayudante de LÛpez a RÌo Hortega a volver a Madrid en agosto
habÌa iniciado a Santiago RamÛn y Cajal GarcÌa, en 1913 se trasladÛ Madrid para de 1914. Se reincorporÛ al Laboratorio
en la observaciÛn microgr·fica, cuando completar su formaciÛn, con cartas de de Ach˙carro, que durante su ausencia en
Èste cursÛ el doctorado y realizÛ la tesis presentaciÛn de Èste para Jorge Francisco el extranjero habÌa sido trasladado al edi-
bajo la direcciÛn de Aureliano Maestre Tello, principal discÌpulo de Cajal, y para ficio del Museo AntropolÛgico, en unos
de San Juan (1877). RÌo Hortega fue ayu- Nicol·s Ach˙carro. Se dirigiÛ en primer locales prÛximos al Laboratorio de
dante de LÛpez GarcÌa desde que cursÛ tÈrmino a Tello, quien lo autorizÛ a ir al Investigaciones BiolÛgicas, que dirigÌa
la asignatura de histologÌa hasta que ter- laboratorio de la facultad de medicina, Cajal. A pesar del indiscutible prestigio
minÛ la de anatomÌa patolÛgica y luego donde conociÛ personalmente a Cajal. cientÌfico de Èste, los dos laboratorios
continuÛ trabajando en su laboratorio Sin embargo, la acogida fue tan frÌa y mantuvieron su independencia institu-
hasta el final de sus estudios de licen- las posibilidades de trabajo tan limita- cional y su conciencia de grupo, lo cual
ciatura. das que, decepcionado, optÛ por pre- influyÛ en el enfrentamiento entre Cajal
sentarse a Nicol·s Ach˙carro, quien un y RÌo Hortega, que habÌa sido interpre-
aÒo antes, a su regreso a EspaÒa, habÌa tado de diversas formas hasta la publica-
sido encargado de la direcciÛn del La- ciÛn de la correspondencia que entonces
boratorio de HistopatologÌa del Sistema se cruzÛ entre ambos.
Nervioso, fundado por la Junta para la Tras la prematura muerte de Ach˙carro
AmpliaciÛn de Estudios e Investigaciones en 1918, RÌo Hortega quedÛ al frente del
CientÌficas. Anteriormente, tras haber Laboratorio de HistopatologÌa del Sis-
comenzado a trabajar en histologÌa en el tema Nervioso, produciÈndose entonces
laboratorio madrileÒo de Luis Simarro, roces y enojosos incidentes casi cotidia-
que lo orientÛ hacia el estudio del sis- nos que culminaron en una crispada carta
tema nervioso, lo mismo que habÌa he- de Cajal, en octubre de 1920, en la que
cho con Cajal, Ach˙carro se habÌa forma- le dijo que no volviera a ìponer los pies
do en ParÌs, Florencia y, sobre todo, en en mi laboratorioî. La extrema alteraciÛn
Munich, junto a Emil Kraepelin y Alois de Cajal se refleja en la despedida:
Alzheimer, y habÌa estado dos aÒos en ìEsperando la satisfacciÛn de no volver
a verle a usted m·s, tanto en beneficio
de mi salud, que usted ha quebrantado
estos dÌas, como en la de usted, le saluda
1. CARACTERES DE LA MICROGLIA por ˙ltima vez su ex-amigo y ex-pro-
de la corteza cerebral humana. tectorî.
Fotograbado de La microglía y su
En la pr·ctica, ello significÛ el trasla-
do del Laboratorio de HistopatologÌa
transformación en células en bastoncito
desde el Museo AntropolÛgico hasta unos
y cuerpos gránulo-adiposos (1920). locales junto a la Residencia de Estudian-
E
n 1921 Otto Loewi observÛ que que la interacciÛn de acetilcolina con un proteÌnas compuestas de aproximada-
el nervio vago liberaba una sus- receptor de la membrana postsin·ptica mente 70 amino·cidos. Se unÌan al
tancia que disminuÌa la velo- provocaba un incremento en la conduc- receptor y lo bloqueaban de forma pr·c-
cidad de los latidos de un cora- tancia de la membrana a cationes. Se ticamente irreversible. La versiÛn
zÛn de rana. Adem·s, si el lÌquido de producÌa asÌ una despolarizaciÛn de la radiactiva de dichas toxinas pudo usarse
este corazÛn se transferÌa a otro, se repro- membrana de la cÈlula muscular, lo que para el estudio de la localizaciÛn, puri-
ducÌa el mismo efecto inhibitorio. Loewi constituÌa, en suma, la seÒal inicial para ficaciÛn y cuantificaciÛn del receptor
describiÛ esta actividad como ìtransmi- la contracciÛn muscular. nicotÌnico.
siÛn humoralî. Posteriores experimen- En 1953, David Nachmansohn sugi- En peces elÈctricos de la familia de
tos demostraron que la sustancia liberada riÛ que el receptor postsin·ptico de la ace- los Torpedinidae (Torpedo californica,
era la acetilcolina y que sus efectos podÌan tilcolina podrÌa ser una proteÌna que, al marmorata y nobiliana entre otros), cer-
observarse en otros tejidos. unirse el neurotransmisor, sufrirÌa un canos a las rayas, se halla un Ûrgano elÈc-
En 1934 Sir Henry Dale clasificÛ estos cambio conformacional. Esa nueva con- trico capaz de generar potenciales de
efectos farmacolÛgicos en dos grupos: formaciÛn provocarÌa la apertura de un 50 volt con una intensidad de corriente
ìmuscarÌnicosî, si eran producidos por t˙nel o canal para el paso de iones a tra- de 50 ampËre, gracias a su peculiar arqui-
el alcaloide muscarina, y ìnicotÌnicosî, vÈs de la membrana. Los resultados pos- tectura de pilas de cÈlulas llamadas elec-
si los causaba el alcaloide nicotina. Para teriores han confirmado la hipÛtesis de trocitos. Se trata de cÈlulas musculares
su actuaciÛn, estas sustancias deben Nachmansohn. que perdieron su capacidad de producir
unirse a molÈculas receptoras; sÛlo enton- contracciones, pero no su excitabilidad.
ces inducen la consiguiente respuesta. Bioquímica del receptor nicotínico El receptor es muy abundante en estas
Los receptores muscarÌnicos se carac- A pesar de los avances obtenidos en la cÈlulas, aproximadamente 1000 veces
terizan por respuestas prolongadas, que descripciÛn electrofisiolÛgica y farma- m·s que en m˙sculo estriado, lo que fa-
son el resultado de interacciones con sis- colÛgica de la respuesta colinÈrgica, hasta cilitÛ su aislamiento y purificaciÛn mu-
temas de segundos mensajeros a travÈs mediados de los aÒos setenta del siglo cho antes del desarrollo de las moder-
de las denominadas proteÌnas G. Por el pasado no se pudo abordar el estudio nas tÈcnicas de biologÌa molecular que
contrario, las respuestas nicotÌnicas son bioquÌmico y estructural del receptor se aplicaron posteriormente al estudio
r·pidas y breves, ya que el neurotrans- nicotÌnico. Dos ìregalosî de la natura- de otros receptores similares.
misor se une al receptor y provoca r·pi- leza facilitaron esta tarea. Por un lado, La cromatografÌa de afinidad usando
dos cambios en su estructura que con- la identificaciÛn de ciertas neurotoxinas α-bungarotoxina inmovilizada permitiÛ
ducen a la apertura de un poro iÛnico, y, por otro, el Ûrgano elÈctrico de los la purificaciÛn del receptor nicotÌnico
selectivo de cationes. peces torpedo. del Ûrgano elÈctrico de Torpedo: consta
K+
ACh
ACh
REPOSO ACTIVO
Na+
REPOSO ACTIVO
Na+
DESENSIBILIZADO
de cinco cadenas polipeptÌdicas, deno- Técnicas del ADN recombinante En cuanto proteÌna, la estructura cua-
minadas α, β, γ y δ, con dos copias de α En 1982 el grupo de Numa publicÛ la ternaria de una molÈcula de receptor
por molÈcula de receptor. Esta nomen- secuencia de amino·cidos completa de viene dictada por el ensamblaje de cinco
clatura obedecÌa al orden en que migra- la subunidad α del receptor nicotÌnico subunidades que pueden ser iguales o
ban las proteÌnas en geles de poliacrila- de acetilcolina. Dicha secuencia ami- distintas, pero que mantienen en todos
mida. AsÌ, la cadena α aparecÌa como la noacÌdica se obtuvo a partir de la secuen- los casos la misma organizaciÛn estruc-
de mayor movilidad y, presumiblemente, cia nucleotÌdica del correspondiente ADN tural. Resulta asÌ una molÈcula cuasi-
la de menor tamaÒo. Sin embargo, el clo- recombinante. A ella le siguieron las de simÈtrica de forma pentamÈrica, cuyo
naje molecular demostrÛ posteriormente las dem·s subunidades, tanto del Ûrgano eje de simetrÌa es perpendicular al plano
que todas las subunidades tenÌan similar elÈctrico de Torpedo como de la placa de la membrana celular.
n˙mero de amino·cidos. Es probable que motora de varios mamÌferos. Seg˙n se La combinaciÛn de las tÈcnicas bio-
la migraciÛn anÛmala en la electrofore- comprobÛ, constituÌan secuencias homÛ- quÌmicas y farmacolÛgicas cl·sicas con
sis se deba a que todas las subunidades logas entre sÌ y dotadas de una organi- las de biologÌa molecular permitiÛ la
son glicopÈptidos (4-7 % de contenido zaciÛn estructural similar. disecciÛn de las zonas del receptor impli-
de az˙cares). La estructura en cuestiÛn constaba de cadas en el reconocimiento de agonis-
Los estudios bioquÌmicos demostra- cuatro componentes. En primer lugar, un tas y antagonistas. El receptor nicotÌ-
ron, entre otras cosas que: dominio N-terminal hidrofÌlico orientado nico posee dos sitios de uniÛn de
hacia el exterior celular, constituido por acetilcolina en cada oligÛmero α2 β γ δ.
ï el receptor es un pent·mero que atra- unos 200 amino·cidos y que contiene los Ambos parecen interaccionar con coo-
viesa la membrana con todas sus subu- elementos m·s importantes del sitio de peratividad positiva y coeficientes de
nidades; uniÛn de agonistas. En segundo lugar, Hill de al menos 1,5, tanto en lo que res-
ï el sitio de uniÛn de acetilcolina y de cuatro segmentos hidrofÛbicos (deno- pecta a activaciÛn de la apertura del canal
otros agonistas y antagonistas reside minados M1 a M4), que atraviesan la por el agonista como a la propia uniÛn
principalmente en las subunidades α; membrana, probablemente en forma de de Èste.
ï una vez purificado, el receptor puede estructuras α-helicoidales. En tercer lugar, A travÈs de experimentos de marcaje
ensamblarse en membranas lipÌdicas arti- dominios hidrofÌlicos que se conectan a con ligandos a los que el receptor nico-
ficiales y reconstituir su funciÛn trans- los anteriores y son poco extensos, salvo tÌnico se unÌa mediante un enlace cova-
locadora de iones si se activa con ago- el que une los fragmentos M3 y M4; puede lente se determinÛ inicialmente que era
nistas, y este dominio tener entre 50 y 250 ami- la subunidad α la que contenÌa el sitio
ï el poro iÛnico parece estar localizado no·cidos, est· orientado intracelularmente de uniÛn de agonistas. M·s tarde, se loca-
en el centro de la molÈcula de receptor. y es la ˙nica zona de las subunidades sin lizaron, dentro del dominio amino ter-
A su formaciÛn contribuyen todas las homologÌa. Por ˙ltimo, un corto segmento minal de la misma, tres regiones (A, B
subunidades. C-terminal extracelular. y C) accesibles al marcaje con ligandos
a
bios estructurales que se transmitirÌan de
PLACA MOTORA. En condiciones de
forma cooperativa. Se trata de un pro-
reposo (a), apenas se libera acetilcolina ceso ya conocido en las enzimas alostÈ-
(ACh). Se abren, pues, muy pocos canales ricas.
dando lugar a potenciales de placa En 2001 el grupo de Sixma y Smit dio
miniatura (PPM), lo que crea un cierto un paso muy importante en el conoci-
“ruido”. La llegada de un potencial de miento de la estructura de la regiÛn extra-
celular del receptor nicotÌnico y, por
acción (P.A.) provoca la entrada de iones
PPM tanto, del sitio de uniÛn de ligandos coli-
Ca y la liberación de acetilcolina de las nÈrgicos, al descubrir y cristalizar una
1 mV
10–8M ACh vesículas sinápticas, con lo que su proteÌna homopentamÈrica soluble. Es
concentración en el espacio intersináptico secretada por cÈlulas gliales de un cara-
aumenta de 10–8 a 10–4 M (b); la unión col (Lymnaea stagnalis) en las sinapsis
de acetilcolina y receptor provoca la colinÈrgicas, donde modula la transmi-
apertura del canal iónico (c), a través siÛn sin·ptica al unirse a acetilcolina.
La proteÌna en cuestiÛn presenta entre
del que pasan iones Na y K, merced al
un 15 y un 25 % de homologÌa con las
gradiente de potencial electroquímico, subunidades de los receptores. Su estruc-
b con la consiguiente despolarización de la
P.A.
tura vendrÌa a equivaler a todo el domi-
membrana. El canal no conduce iones al nio extracelular de los receptores. Cuanto
pasar a su estado desensibilizado (d), pero se ha investigado hasta ahora sobre la
basta la despolarización mencionada para misma ha servido para aclarar y, sobre
activar canales dependientes de voltaje, todo confirmar, los resultados prece-
dentes. Del an·lisis cristalogr·fico de la
que dejarán entrar iones sodio,
proteÌna se desprende que nos hallamos
comenzando la fase inicial de un potencial ante una estructura cilÌndrica de 80 angs-
Ca2+
de acción. trom de di·metro por 62 angstrom de
10–4M ACh altura. Cada una de las cinco subunida-
des idÈnticas ocupa un sector del cilin-
fotoactivables. La mutaciÛn de deter- dro, rodea a un canal de 18 angstrom y
minados amino·cidos en estas zonas da lugar, mirado desde arriba, a una suerte
(Tyr93 en la regiÛn A, Trp149 en la regiÛn de hÈlice con cinco aspas.
B y Tyr190, Cys192, Cys193 y Tyr198 La zona N-terminal de la proteÌna se
en la regiÛn C) producÌa desplazamien- hallarÌa en la parte superior. FormarÌa una
tos en las curvas dosis-respuesta hacia α-hÈlice con tres giros, seguida por la
concentraciones de acetilcolina m·s altas. estructura principal con 10 hojas de
K+ De ese comportamiento se dedujo la estructura β que recuerda en su disposi-
c importancia funcional de estos residuos ciÛn la de las inmunoglobulinas. En la
en la uniÛn del neurotransmisor. parte inferior, es decir, la de su vecin-
Los dos sitios de uniÛn de acetilco- dad a la membrana, habrÌa un puente
PP lina parecen ser ligeramente distintos en disulfuro, tÌpico de estos receptores. Se
0 su comportamiento farmacolÛgico, lo conservan en esta proteÌna todos los ami-
mV que resulta lÛgico, si se admite que, aun- no·cidos de las subunidades α, γ y δ del
–70 que ambos residen, al menos parcial- receptor que componen el sitio de uniÛn
mente, en las dos subunidades α, Èstas de ligandos. Dicho sitio se encuentra en
contactan con subunidades diferentes. una cavidad de la mitad del cilindro,
De hecho los experimentos de fotomar- entre dos subunidades y orientado hacia
caje han indicado que, junto a cada subu- el exterior.
Na+ nidad α, tambiÈn las subunidades γ y δ En lo que respecta a la otra zona del
contribuyen por separado a la formaciÛn receptor con gran importancia funcional,
de cada uno de los sitios de uniÛn de la determinada por el poro iÛnico, se ha
d acetilcolina. El antagonista d-tubocura- demostrado, a travÈs de experimentos de
rina marca Trp55 en la subunidad γ y fotomarcaje por afinidad y mutagÈnesis
Trp 57 en la subunidad δ. Esta regiÛn, dirigida, que el segmento transmembra-
denominada D, contribuirÌa junto a las na M2 podrÌa constituir la principal es-
tres anteriores, A, B y C, a la formaciÛn tructura involucrada en su formaciÛn.
del sitio de uniÛn del neurotransmisor. Algunas sustancias penetran en el canal
En resumen, varias zonas de la molÈ- iÛnico, si Èste se ha abierto previamente
cula oligomÈrica, probablemente cerca- por acciÛn de un agonista, y bloquean la
DESPOLARIZACION
nas en el espacio, pero lejanas en la conducciÛn. Entre tales bloqueantes no
Na+
estructura primaria, contribuyen a la competitivos de la conformaciÛn abierta
(FASE INICIAL uniÛn de ligandos. Estas ·reas pueden del canal, asÌ se llaman, se encuentran
POTENCIAL DE ACCION) estar formadas por distintas subunida- la cloropromazina y el trifenilmetilfos-
des. En razÛn de ello, se sugiere que la fonio. Se utilizaron como fotomarcado-
L
SO
SOLUBILIZACION
RECEPTOR
PEZ TORPEDO
PURIFICACION
ELECTROFORESIS
2. EL ORGANO ELECTRICO DEL PEZ TORPEDO se
presenta libre de la piel que lo cubre. Este órgano está
formado por electrocitos, células que se encuentran apiladas.
La peculiar inervación sitúa al receptor nicotínico en la
membrana postsináptica en concentraciones muy altas. La
purificación y solubilización de estas membranas rinde una
OBSERVACION fracción muy rica en receptor, que puede purificarse aún
POR MICROSCOPIA más por medio de la cromatografía de afinidad con
ELECTRONICA α-bungarotoxina inmovilizada.
N
raciÛn de neurotransmisores en el n˙cleo sueÒo y vigilia.
accumbens.
Las neuronas dopaminÈrgicas expre- Enfermedad de Alzheimer
san, al menos, tres subtipos de recepto- La intensa degeneraciÛn de neuronas que
C res nicotÌnicos. Dos de ellos tienen en inervan la corteza cerebral, la amÌgdala
LADO
EXTRA- com˙n la presencia de subunidades β2 y el hipocampo provoca los tÌpicos sÌn-
CELULAR y una composiciÛn m·s heterogÈnea de tomas de esta enfermedad: dificultad
subunidades α, mientras que el tercero para aprender, merma creciente de memo-
M1 M2 M3 M4 est· compuesto de sÛlo subunidades α7. ria y del mantenimiento de la atenciÛn,
Este ˙ltimo subtipo guardarÌa una rela- ansiedad, depresiÛn, etcÈtera. Aunque
ciÛn m·s estrecha con los sÌntomas de se ha observado que hay una gran pÈr-
LADO
abstinencia producidos al prescindir de dida de sitios de alta afinidad para ni-
CITOPLASMICO
la nicotina (irritabilidad, ansiedad, males- cotina en el cerebro de enfermos de
tar, incremento del apetito, etcÈtera). Alzheimer, parece que semejante fenÛ-
meno constituye, m·s que una causa, una
Patologías neurales consecuencia de la enfermedad. Sin
5. ESTRUCTURA DEL RECEPTOR. Todas y receptores nicotínicos embargo, se producen efectos positivos
las subunidades del receptor nicotínico Dado el control que los receptores nico- en el tratamiento nicotÌnico de los enfer-
tienen la misma topología respecto a la tÌnicos neuronales pueden ejercer sobre mos de Alzheimer. Se ha comprobado,
membrana: un segmento N-terminal la liberaciÛn de neurotransmisores, no por ejemplo, que la nicotina aumenta la
extracelular (N), cuatro dominios es de extraÒar que se los encuentre invo- atenciÛn visual sostenida, el tiempo de
lucrados en la patogÈnesis de sÌndromes reacciÛn, la percepciÛn y la memoria a
transmembranales (M1-M4) y los
y enfermedades causados por la altera- largo plazo.
correspondientes segmentos que los ciÛn de determinados sistemas de neu- Desconocemos los mecanismos res-
conectan. El segmento que une los rotransmisores. En ciertos casos, asÌ en ponsables de tales mejoras, que podrÌan
dominios M3 y M4 es el mayor; de la depresiÛn y la esquizofrenia, la rela- guardar relaciÛn con la activaciÛn de los
ubicación intracelular, se trata de la única ciÛn parece ser indirecta; se ha deducido receptores nicotÌnicos que quedan y que
zona de la molécula que es distinta para principalmente de los efectos benÈficos modularÌan los sistemas dopaminÈrgico
cada subunidad. del tratamiento con nicotina, ya sea a y glutaminÈrgico. Se ha propuesto tam-
travÈs de automedicaciÛn en forma de biÈn una hipÛtesis sobre la neuropro-
tabaco o mediante el tratamiento con tecciÛn que podrÌa ejercer la nicotina y
parches. En otros casos, que se mencio- sus derivados a travÈs de la interacciÛn
En resumen, podemos afirmar que en nan a continuaciÛn, la relaciÛn aparece con los receptores de tipo α7. A este
diferentes ·reas del cerebro se encuen- con mayor nitidez. respecto, se ha comprobado ya que la
tran diferentes receptores nicotÌnicos α-bungarotoxina bloquea esos efectos
con propiedades electrofisiolÛgicas y Epilepsia neuroprotectores y que el pÈptido β-ami-
farmacolÛgicas muy dispares. Tal diver- La llamada epilepsia autosomal nocturna loide, caracterÌstico de la enfermedad de
sidad explicarÌa los m˙ltiples efectos de dominante del lÛbulo frontal est· cau- Alzheimer, se acopla a los receptores
la nicotina en el hombre. sada por mutaciones en la subunidad α4 tipo α7 de forma selectiva, para asÌ acti-
En el sistema nervioso, la activaciÛn de los receptores nicotÌnicos neuronales. varlos.
de receptores nicotÌnicos provoca la libe- En esta forma de epilepsia se presentan
raciÛn de acetilcolina, serotonina, nor- ataques breves durante el sueÒo ligero, Enfermedad de Parkinson
adrenalina, dopamina y otros neuro- que a veces se diagnostican equivoca- Caracterizada por temblores, rigidez
transmisores. Los n˙cleos lÌmbicos del damente como pesadillas. Relacionadas muscular y extremada lentitud de movi-
mesencÈfalo son los implicados en la con la misma se han identificado varias mientos, la enfermedad de Parkinson se
adicciÛn a nicotina y a otras drogas. Las mutaciones en el segmento M2 de la halla asociada a la pÈrdida de neuronas
neuronas dopaminÈrgicas del ·rea ven- subunidad α4 que comportan la pÈrdida de dopamina de la substancia negra.
tral tegmental se proyectan hacia el de la funciÛn del receptor. Se cree que Recientemente se ha observado una
n˙cleo accumbens y otras estructuras esta pÈrdida funcional provoca una reduc- reducciÛn del 70 % de receptores nico-
lÌmbicas: la amÌgdala, el hipocampo, la ciÛn en la liberaciÛn del neurotransmi- tÌnicos en la zona pars compacta de la
corteza prefrontal y el n˙cleo p·lido sor inhibitorio ·cido γ-aminobutÌrico substancia negra y del 40-50 % en el
ventral. La nicotina incrementa la fre- (GABA) de interneuronas, lo que con- n˙cleo tegmental laterodorsal. Se ha
cuencia de disparo de neuronas en el ducirÌa a una mayor excitabilidad corti- comprobado que la administraciÛn de
ACh
(A, B y C) en la subunidades α y un cuarto en las γ y δ (D) que contribuirían a la
formación del sitio de unión. La modificación de ciertos aminoácidos (señalados
con círculos negros en la figura) en estas regiones provoca variaciones drásticas en
la afinidad de los agonistas.
Detlef B. Linke y aparece la sensaciÛn de formar un todo procesos biolÛgicos que dan lugar a estas
ì°Q
con el universo. extraordinarias experiencias.
uÈ l·stima que me
hay·is reanimado!î, Al final, la experiencia se interrumpe Colapso de los tiempos
exclamÛ cierta pa- bruscamente. Quienes se encontraban Para entender correctamente los proce-
ciente al despertar. de viaje a otro mundo regresan y, defrau- sos que suceden en una experiencia prÛ-
ì°Era tan bello!î Accidentados en parada dados, vuelven a encontrarse con su pro- xima a la muerte, hemos de partir del fun-
cardÌaca, ahogados o suicidas frustra- pio cuerpo. Pero en el umbral de la muerte cionamiento de nuestro cerebro, que
dos, muchas personas que ante el mis- no sÛlo aparecen momentos positivos. opera como una m·quina de predicciÛn.
mÌsimo umbral de la muerte se han recu- Algunos hablan de una sensaciÛn de Asume constantemente el futuro y con-
perado hablan de experiencias a menudo p·nico, de un vacÌo infinito, del mismo forma el presente bas·ndose en hipÛte-
interpretadas como un inicio del viaje al infierno. En todo caso, los afectados tie- sis sobre acontecimientos venideros. En
m·s all·. Los sentimientos que evocan nen unas vivencias subjetivas mucho estas circunstancias, toda la estructura
estas llamadas ëexperiencias cercanas a mayores de las que en condiciones nor- cerebral se ve situada ante una imposi-
la muerteí y los impactos que producen males serÌan posibles en tan breve tiempo. bilidad: se encuentra con la idea de que
en los afectados varÌan en cada caso. Sin Aproximadamente una tercera parte ìme estoy muriendoî. En torno a este
embargo, los estudios realizados con de las personas que han estado al borde acontecimiento central se agrupan las
varios miles de casos en las m·s diver- de la muerte, o al menos han creÌdo es- diversas experiencias cercanas a la muer-
sas culturas ponen de relieve la persis- tarlo, recuerdan sensaciones de ese tipo. te. Todo el futuro se concentra en un ins-
tencia de una serie de elementos carac- Algunos pierden su apego a los bienes tante; de repente, deja de haber una se-
terÌsticos constantes: materiales y se entregan a obras altruis- cuencia de previsibles acontecimientos
tas o se tornan muy religiosos. Muchos venideros. El curso del tiempo se inte-
ï Los reanimados hablan de una sensa- viven la vida con mayor intensidad y rrumpe y los mecanismos que en condi-
ciÛn de levedad, de paz y de bienestar. pierden el miedo a la muerte, convenci- ciones normales permiten nuestra per-
dos de la existencia del m·s all·. Abun- cepciÛn del tiempo dejan de actuar.
ï Tienen la impresiÛn de abandonar su dan las pruebas de que estas experien- PodrÌa decirse que los mecanismos
propio cuerpo y de contemplarse a sÌ cias cercanas a la muerte son reales y no funcionales de nuestro cerebro, basados
mismos desde lejos. la consecuencia de alteraciones psÌqui- en la continuidad, chocan con el inme-
ï Muchas personas en las proximidades cas (alucinaciones, sueÒos o fantasÌas). diato final de su existencia. Este colap-
de la muerte viven en una especie de FenÛmenos como revivir el propio naci- so del tiempo origina las im·genes y
zona de transiciÛn, la mayorÌa en for- miento o recordar sensaciones sublimi- representaciones de una experiencia cer-
ma de t˙nel o en el umbral de un cam- nales durante el estado de inconsciencia cana a la muerte. Desde el punto de vista
bio. A la otra parte les espera una luz son difÌciles de explicar a travÈs de tales cientÌfico esta excepcional situaciÛn
brillante y c·lida que les atrae irresisti- trastornos. reviste enorme interÈs: puede investi-
blemente y les desencadena un torrente Las investigaciones mÈdicas y neu- garse el cerebro en una situaciÛn en la
de sensaciones positivas; tambiÈn es rocientÌficas de los ˙ltimos aÒos permi- que una de sus m·s importantes funcio-
posible experimentar la visiÛn de pano- ten una explicaciÛn racional del fenÛ- nes se paraliza.
ramas paradisÌacos. meno. En esos especiales momentos En cualquier caso, el investigador que
ï En ocasiones se encuentran con seres nuestro cerebro fracasa de golpe en el se ocupe de estudiar las experiencias cer-
luminosos o familiares fallecidos, con momento de asumir el final de su exis- canas a la muerte debe tomar muchas
quienes mantienen una comunicaciÛn tencia. Ante tan comprometida situa- precauciones. Con frecuencia, el cere-
sin palabras. Los lÌmites entre el propio ciÛn, y como ˙ltima estrategia defen- bro construye para el propio sujeto la
yo y el mundo circundante se difuminan siva, pasan a primer plano unos especiales cronologÌa de un acontecimiento de forma
PUGNA DE EXPLICACIONES. En el
umbral de la muerte, ¿vemos realmente
familiares fallecidos o se trata tan sólo
de extrañas imágenes que aparecen en
excepcionales circunstancias como
consecuencia de procesos cerebrales
extraordinarios?
Burkhart Fischer y otra vez hacia la cara retratada y va cabo de un segundo aparece, a la izquier-
situando los sucesivos elementos en el da o a la derecha, un nuevo estÌmulo
H
asta ahora, Kevin era un niÒo punto de mira, la nariz, los ojos, el men- Ûptico. Los probandos deben fijar el pri-
avispado. Sin embargo, desde tÛn, el oÌdo derecho, todo ello en unos mer punto con los dos ojos y mirar hacia
que ha empezado el colegio, segundos. Los movimientos sac·dicos el segundo estÌmulo cuando Èste se pre-
sus padres dudan de la capa- enlazan las fases de fijaciÛn. El cerebro sente; en otras palabras, deben ejecutar
cidad del pequeÒo. Hasta parece que no crea una imagen de conjunto a partir de un movimiento prosac·dico.
lograr· nunca leer ni escribir bien. Una la secuencia intermitente de im·genes Ante un objeto nuevo en el campo
amenaza inquietante planea sobre la fami- fijas; la tarea no es f·cil, pues hay que visual, respondemos, en condiciones nor-
lia: la dislexia. disimular los movimientos sac·dicos que males, con un reflejo optomotor, un movi-
Cerca del 5 % de las aulas est·n ocu- ocurren entre cada instant·nea. miento ocular r·pido. Estos ìmovimien-
padas por niÒos con problemas de lec- øCÛmo se controlan estos movimien- tos sac·dicos inmediatosî se producen
tura y de escritura. Los muchachos su- tos oculares? En alg˙n momento hay que unos 100 milisegundos despuÈs de que
fren dislexia cuatro veces m·s que las decidir en quÈ direcciÛn se mover· la aparezca el estÌmulo en esa direcciÛn;
muchachas. Se trata de niÒos cuyas difi- mirada. Para investigar este asunto, aco- se trata, por tanto, de movimientos pro-
cultades m·ximas estriban, en parte, en metimos dos ensayos con varios pro- sac·dicos. Sin embargo, este reflejo pre-
el aprendizaje de la lengua escrita, pese bandos. En la denominada tarea de super- senta tambiÈn un componente antago-
a las clases intensivas e incluso, a veces, posiciÛn de movimientos prosac·dicos nista: las regiones del lÛbulo parietal de
a una inteligencia mayor de la normal. se fija primero la vista en un punto. Al la corteza, responsables de la atenciÛn,
No consiguen leer las palabras, confun-
den las letras al escribir o no entienden
las frases de los libros de texto.
Aunque todavÌa se ignoran las causas
exactas, los expertos est·n de acuerdo
Control cerebral de la mirada
en un punto: los trastornos de la lectura
y de la escritura poseen una base neu- Las estructuras de la corteza cerebral que intervienen en el control de los movi-
robiolÛgica y, en muchos casos, podrÌan mientos sacádicos oculares se encuentran muy dispersas; no hay ningún “centro
tener un origen genÈtico. Es probable que de la mirada”. Las informaciones visuales siguen un trayecto, en gran parte, pos-
el problema dependa del modo en que es- terior hasta la corteza visual primaria y luego van avanzando progresivamente
tos pequeÒos captan, con sus ojos, las hacia delante, hacia áreas de la corteza parietal. Estas regiones se encargan de
la atención, que desempeña una misión primordial en la visión y en la orien-
letras, las palabras y las frases. Las in-
tación espacial y regula
vestigaciones efectuadas en nuestro labo- la función retentiva de
ratorio de la mirada de Friburgo revelan la mirada, es decir, la fi-
que muchos dislÈxicos no logran con- LOBULO PARIETAL
jación. De ahí, las infor- LOBULO FRONTAL (FIJACION)
trolar con precisiÛn los movimientos maciones visuales son
oculares, es decir, padecen un trastorno conducidas hacia delan-
en el control de la mirada. Si se les educa, te, hasta el lóbulo fron-
a travÈs de ejercicios selectivos, para tal, el centro donde se
controlar la mirada, aprenden con m·s planifica la acción y dis-
facilidad a leer. curren los procesos men-
Aunque no lo advirtamos, los ojos casi tales. Allí tiene lugar el CORTEZA
nunca permanecen fijos en un punto control voluntario de la VISUAL
PRIMARIA
durante largo tiempo. Cada segundo rea- mirada. (No se muestran
lizan de 3 a 5 movimientos sac·dicos. las vías del reflejo opto-
motor, que viajan bajo la CONTROL
Pongamos un ejemplo: cuando exami-
THOMAS BRAUN
VOLUNTARIO DE
namos los detalles de un retrato expuesto corteza cerebral, en las LOS MOVIMIENTOS
en un museo, partimos del supuesto de regiones más profundas OCULARES
que mantendremos fija la mirada. La ver- del encéfalo.)
dad es que nuestro foco visual salta una
3. CARRERA DE OBSTACULOS.
Cuando se lee una frase vamos saltando
palabras y sílabas con la mirada. Los
cuadrados marcan los puntos de fijación.
Los saltos de la mirada no son iguales,
como tampoco las pausas. Cuando se
vuelve a leer un texto, la secuencia puede
variar un poco. (La frase alemana dice:
THOMAS BRAUN
THOMAS BRAUN
PRUEBA DE SUPERPOSICION PRUEBA DE PAUSA Y MOVIMIENTO
rada se utilizan dos pruebas. En Y MOVIMIENTO PROSACADICO ANTISACADICO
la prueba de superposición con
2 3
movimientos prosacádicos ( a la iz-
quierda ), al primer punto de fija- +
ción se agrega un segundo estímulo; 2
PAUSA
se mide entonces el tiempo que el
probando tarda en mirar a este 1 1
postrero. Durante la tarea de la
pausa y contrasacudida ( a la dere- + +
cha ), la mirada se desvía, tras una
pausa de 200 milisegundos, hacia
TIEMPO DE REACCION DE LOS MOVIMIENTOS
60
Así como los disléxicos responden
PORCENTAJE DE ERRORES
250
con la misma rapidez que sus com- DISLEXICOS 50
240
NO CORREGIDOS
pañeros de clase sanos a la prueba
40 DISLEXICOS
de superposición con movimien- 230
tos prosacádicos ( parte inferior 220 30
izquierda ), en la prueba de la pausa
y movimiento antisacádico come- 210
GRUPO 20
ten muchos más errores (parte infe- 200 TESTIGO GRUPO
rior derecha ), sin corregirlos de 10 TESTIGO
190
inmediato, es decir, miran el segundo
estímulo. Esta diferencia entre los 180 0
7 9 11 13 15 17 7 9 11 13 15 17
dos grupos de probandos se acen-
túa con la edad. EDAD EN AÑOS EDAD EN AÑOS
aprovechado bastante m·s de la exigen- nuestras investigaciones, el control de han demostrado los experimentos en
cia selectiva de lectura que los otros. la mirada, si bien sÛlo lo hace de manera nuestro laboratorio de la mirada.
DespuÈs de 6 semanas de ejercicios, los pasajera, a diferencia de la educaciÛn Con independencia de que el problema
que superaron el programa cometÌan sÛlo pr·ctica. resida en el control de la mirada, pode-
la mitad de los errores de lectura, con mos, a travÈs de ejercicios sencillos,
respecto a la fase previa, mientras que Más vale prevenir reforzar el reconocimiento simult·neo o
los no instruidos habÌan reducido los Como sucede con todas las funciones, la discriminaciÛn de tonos. A˙n mejor
errores sÛlo en un 20 %. los niÒos deben aprender paulatinamente serÌa prevenir estos defectos de percep-
Otros problemas escolares, asÌ las di- a reconocer y mirar; cuando proceda, ciÛn y, con ello, los problemas de apren-
ficultades de c·lculo, podrÌan obedecer han de recibir la educaciÛn pertinente. dizaje subsiguientes. En muchos casos
a un trastorno en el control de la mirada Hasta la fecha, este aspecto se ha infra- podrÌa bastar con educar a los niÒos,
y de otras funciones visuales. A muchos valorado en la pedagogÌa escolar y en desde pequeÒos, en las funciones sen-
niÒos les cuesta captar, con una sola otros tipos de adquisiciÛn de conoci- soriales mediante el deporte, la m˙sica,
mirada, la cantidad concreta de objetos; mientos, pues no habÌa mÈtodos diag- la lectura o los trabajos manuales. En
por ejemplo, no saben de inmediato si hay nÛsticos adecuados. A˙n peor, los dis- cualquier caso, los muchachos se di-
sobre la mesa dos o cuatro platos. Esta lÈxicos son considerados, todavÌa por vertirÌan y sus padres y profesores se
funciÛn visual especial de reconocimiento desgracia, personas poco inteligentes, si ahorrarÌan algunas preocupaciones.
simult·neo se encuentra tambiÈn alte- no retrasados mentales. Muchas veces,
rada en la mitad de los dislÈxicos. Lo el ˙nico problema es un defecto de per-
mismo que sucedÌa con el control de los cepciÛn o del control de la mirada con BURKHART FISCHER, profesor de neuro-
movimientos sac·dicos, se puede edu- el apoyo necesario. biofísica en la Universidad de Friburgo, dirige
car mediante ejercicios diarios. Conviene, empero, reconocer que no el laboratorio de la mirada del Centro de
Hemos examinado tambiÈn a niÒos siempre la culpa la tiene el aparato visual. Neurociencias.
con dÈficit de atenciÛn. No sÛlo se dis- A menudo, las dificultades de lectura y
persan, sino que, a menudo, no progre- escritura reflejan una alteraciÛn ac˙s- Bibliografía complementaria
san en la lectura y escritura. Se trata de tica, sobre todo de la capacidad para dis- BLICK-PUNKTE: NEUROBIOLOGISCHE PRINZIPIEN
un defecto que, en la mitad de los casos, criminar los distintos tonos. Ahora bien, DES S EHNS UND DER B LICKSTEUERUNG . Hans
guarda relaciÛn con el control de la la capacidad auditiva, que no requiere Huber Verlag; Berna, 1999.
mirada por el lÛbulo frontal. Para con- todavÌa ninguna elaboraciÛn del len-
HÖREN-SEHEN-BLICKEN-ZÄHLEN:TEILLEISTUN-
trolar las alteraciones conductuales se guaje, se puede aprender y ejercitar des-
GEN UND I HRE
STÖRUNGEN . B. Fischer. Hans
prescribe, a menudo, Ritalina (metilfe- puÈs. Con ello es posible mejorar mucho Huber Verlag; Berna, 2003.
nidato); el medicamento mejora, seg˙n la escritura durante el dictado, como lo
Brigitte Röder poco, me voy haciendo una idea de dÛnde por el oÌdo y, por el tacto, la piel suave.
øL
est·n las mesas circundantes y quiÈn se Sin embargo, sabemos que la piel negra
e apetece una cita a ciegas sienta en ellas. Hasta parece que se abren con rayas blancas, suave y tibia, y el miau
singular? Hay en BerlÌn las papilas gustativas, si no øpor quÈ sa- proceden del mismo gato; es decir, sÛlo
un restaurante especiali- be hoy tan buena la ìpasta con pestoî? percibimos un gato, y no un gato negro
zado en gastronomÌa vi- (øEs realmente pasta con pesto?). con rayas blancas y otro que ma˙lla y un
vencial. øDe quÈ se trata? AcudÌ movida Con todo, al cruzar, m·s tarde, la calle tercero de piel suave y tibia. El cerebro
por la curiosidad. Al principio todo parece delante del restaurante, me sentÌa con- ensambla, pues, las informaciones par-
normal; el aperitivo se sirve a la luz de tenta de poder confiar en mis ojos. Pro- ciales en una impresiÛn global.
las l·mparas. Pero, apenas me he sen- bablemente, despuÈs de esa cena poco Esta elaboraciÛn integradora reporta
tado a la mesa, se apagan las luces, igual usual, a muchos clientes les ronda por grandes ventajas. Como han puesto de
que al comienzo del primer acto de una la cabeza una misma pregunta: øQuÈ les manifiesto diversos experimentos, el ren-
funciÛn de teatro. Mas el resto se de- pasa a las personas que, desde el naci- dimiento multisensorial resultante su-
sarrolla en completa oscuridad. Ni si- miento, carecen del sentido m·s decisivo? pera al que se podrÌa esperar del rendi-
quiera se puede ver la proverbial mano øPueden compensar la pÈrdida de la infor- miento de cada uno de los sistemas
delante de los ojos. maciÛn visual, al menos en parte, con una sensoriales por separado. En otras pala-
Busco a tientas los cubiertos. Quiz· forma mejorada de las funciones de los bras: si la informaciÛn no est· preparada
serÌa mejor que utilizara los dedos. °Klirr! otros sentidos, por ejemplo, aguzando el para sÛlo un canal sensorial, sino para
En alguna parte se ha caÌdo un vaso. No oÌdo para una localizaciÛn m·s precisa varios, la percepciÛn ser· m·s precisa.
ser· el ˙ltimo de la noche. El despojo de los ruidos? Desde hace siglos se sabÌa Por la misma razÛn entendemos mejor a
temporal de la vista produce una confu- de la capacidad de su cerebro para alcan- un locutor, cuando, adem·s de oÌrlo, se-
siÛn considerable. No es de extraÒar; al zar logros excepcionales. Se sabÌa y se guimos el movimiento de sus labios.
fin y al cabo, el vidente est· acostum- aprovechaba. En la transmisiÛn oral de Los invidentes no pueden recurrir a
brado a saber con un golpe de vista hasta la Biblia, los ciegos cumplÌan gusto- tales informaciones complementarias del
dÛnde alcanza. sos la funciÛn de almacÈn ambulante de sistema visual, pero parece que hacen
Una gran parte de las informaciones datos, merced a su extraordinaria capa- algo m·s que compensar en muchos sec-
del entorno se recibe por los ojos, las cidad retentiva. tores dicha privaciÛn. La finura de su oÌdo
registran en la retina m·s de cien millo- supera tanto al de los videntes, que la
nes de cÈlulas sensibles a la luz y se Percepción integradora policÌa holandesa cuenta con funciona-
transmiten, a travÈs de dos millones de Cada sistema sensorial posee su acceso rios ciegos para analizar las grabaciones
nervios Ûpticos, al cerebro, que emplea independiente al cerebro y a la corteza de conversaciones entre sospechosos.
en ello m·s de una quinta parte de su capa- cerebral (m·xima instancia del procesa- Identifican mucho mejor que nadie los
cidad en procesar la corriente de datos miento sensorial); tiene, adem·s, su cen- ruidos de fondo y no tienen par en su dis-
visuales en constante flujo. tro de elaboraciÛn propio. Pero las in- criminaciÛn entre quienes intervienen
La pÈrdida total del sistema sensorial formaciones que suministran los cinco en la conversaciÛn. Detectan, por ejem-
predominante es, en principio, difÌcil de sentidos se complementan y se superpo- plo, quiÈn es el jefe de la banda y quiÈn
compensar en una ìcena a ciegasî. Con nen. Cuando acariciamos a un gato, el se limita a cumplir Ûrdenes.
el tiempo, los movimientos se hacen algo color de la piel es captado por la vista, el øEs posible que la privaciÛn de la vista
m·s seguros; agudizo el oÌdo y, poco a ronroneo satisfecho sÛlo puede percibirse aumente la sensibilidad de los otros sen-
DPA
RAY CHARLES, LEYENDA DEL SOUL,
se quedó ciego a los siete años. Después se
convirtió en un artista de la música. A sus
74 años sigue entusiasmando con su
virtuosismo en el piano, el clarinete
y el saxofón.
BRIGITTE RÖDER
En la figura adjunta la mayor altura de la línea roja indica que,
ante el mismo estímulo, el córtex auditivo de los ciegos se excita
notablemente más tarde que el de los videntes.
de los gatos, parece que los invidentes un grado equivalente a un incremento tido ópor ejemplo, ìcuando salimos de
reorganizan estos campos multisenso- del volumen de unos 15 decibelios. acampada, dormimos en una tiendaîó
riales. Las partes competentes de la infor- øHan aprendido los ciegos, que est·n o bien otras en las que la ˙ltima palabra
maciÛn Ûptica procesan ahora estÌmulos privados de ˙tiles informaciones com- estaba fuera de contexto ópor ejem-
ac˙sticos. Cierto que la ubicaciÛn del plementarias, a utilizar con m·s efica- plo, ìPepito cumplir· maÒana diez aÒos
sonido es, con mucho, m·s precisa; mas, cia las seÒales ling¸Ìsticas? Un entre- volc·nîó. Mediante un determinado
a pesar de ello, no puede compensar del namiento suficiente convierte en m·s modelo de los potenciales de sucesos
todo la carencia de la informaciÛn visual. seguro su sistema auditivo, pues en la correlacionados (la llamada seÒal N400),
Aunque los ciegos perciben mejor de vida cotidiana han de captar a travÈs del se puede descifrar cu·ndo reconocen los
dÛnde proviene el pitido de la sirena, los oÌdo gran parte de las informaciones. Lo sujetos del ensayo la palabra que no
videntes, que ven adem·s el piloto ana- que nosotros leemos en los libros o en encaja en la frase.
ranjado, conocen con m·s detalle dÛnde el ordenador, se les suele ofrecer por Tal como era de suponer, los invi-
se encuentra exactamente la ambulancia. medios ac˙sticos. Resulta interesante dentes registraban antes que la frase care-
Otro caso en el que los invidentes mues- que muchos invidentes mejoran sensi- cÌa de sentido. Su cerebro reaccionaba
tran muy eficazmente sus capacidades blemente su velocidad de reconocimiento ya al primer sonido discordante de la
especiales es el de la comprensiÛn lin- si oyen libros sonoros o trabajan con ˙ltima palabra inesperada, en un modelo
g¸Ìstica. En presencia de ruidos de fondo ordenadores con voz. A los oÌdos de los N400. En los probandos no ciegos esta
perturbadores, pueden identificar los es- videntes les suena muy desfigurada la seÒal, que les habÌa de descubrir la incon-
tÌmulos ling¸Ìsticos con mayor acierto que noticia comunicada de forma compri- gruencia, se retrasaba hasta 150 milise-
los no ciegos. Pero Èstos entablan un sen- mida o acelerada. Sin embargo, a los gundos despuÈs del final de la frase.
cillo contacto visual con el hablante y oyentes ciegos les basta con la voz ace- Cuando evaluamos despuÈs la distri-
observan los movimientos de los labios, lerada del ratÛn Micky; entienden lo que buciÛn de los potenciales de sucesos
fenÛmeno que mejora la comprensiÛn en dice sin ning˙n problema. correlacionados, en los videntes se acti-
Para indagar la base neuronal del pro- vaban preferentemente las regiones del
cesamiento algo m·s r·pido del lenguaje, cÛrtex frontal izquierdo, es decir, del
presentamos a los probandos (ciegos y hemisferio cerebral que, en los diestros,
videntes) frases, que o bien tenÌan sen- controla el lenguaje. En los invidentes,
por el contrario, no se hallÛ tal predo-
minio del lado izquierdo, aunque la pro-
porciÛn entre diestros y zurdos era pareja
2. PROCESAMIENTO LINGÜISTICO en los dos grupos de probandos. Parece
AMPLIADO. Al oír una conversación, que las funciones cerebrales ling¸Ìsticas
los videntes (arriba) se sirven tan sólo de de los ciegos se encuentran menos la-
las dos áreas lingüísticas del hemisferio teralizadas.
izquierdo; en los ciegos (abajo) se activan Por medio de la tomografÌa de reso-
también las áreas homólogas del otro
nancia magnÈtica funcional (un proce-
dimiento de formaciÛn de im·genes, que,
hemisferio y algunas partes del córtex
basado en el flujo sanguÌneo, hace visi-
BRIGITTE RÖDER
visual. Para seguir la convención, bles las ·reas cerebrales activas) hemos
las imágenes se ofrecen con examinado los pasos del procesamiento
una inversión lateral. ling¸Ìstico en los sujetos del experimen-
Hartwig Hanser lo. Sin embargo, lo genuino de los ani- manos y sus movimientos en el espacio
males y las personas radica en tareas de forma correcta.
Myc: Profesor Ritter, øpor quÈ construir m·s complejas, menos definidas, de nues-
robots? tra vida cotidiana, en particular la per- Myc: Detalle su funcionamiento.
Profesor Helge Ritter: La inteligencia cepciÛn y la motricidad. Para imitar estas Ritter: Hemos desarrollado un sistema
artificial se ha venido dedicando a tareas capacidades necesitamos, adem·s de multicapa que se incluye en los robots.
claramente definidas: calcular o jugar al ordenadores, Ûrganos sensoriales arti- En primer lugar, detecta en quÈ lugar del
ajedrez. En estos campos, un ordenador ficiales, que recojan la informaciÛn del espacio se encuentra la mano de una per-
puede demostrar su capacidad por sÌ so- entorno, extremidades orientables. En sona, luego busca la punta de los dedos
una palabra, robots. y reconstruye, por fin, a partir de su posi-
ciÛn, la forma tridimensional de la mano.
Myc: Pero, øno bastan para ello mode- Las diferentes acciones individuales
los de simulaciÛn por ordenador? requieren su correspondiente red neu-
Ritter: Para algunas cuestiones sÌ. A no- ronal artificial, que hemos sometido a
sotros, sin embargo, nos interesa apro- prueba con ejemplos concretos de datos.
piarnos de la capacidad de los sistemas De momento, funcionan ya dos varian-
nerviosos para la tÈcnica. Por eso nece- tes de este sistema.
sitamos que nuestros robots act˙en tam-
biÈn en situaciones reales. Myc: øA saber?
Ritter: Una determina la posiciÛn en
Myc: øQuÈ tipos de acciones en par- condiciones de luz controladas y un
ticular? fondo homogÈneo. La otra admite ilu-
Ritter: Ante todo, cuanto guarde rela- minaciÛn natural: no es tan exigente
ciÛn con las manos: controlar las manos, con la regularidad del fondo, si bien, a
reconocerlas y seguir la evoluciÛn de costa de una menor precisiÛn. TambiÈn
sus movimientos. Queremos averiguar, esta segunda variante puede encontrar
asimismo, las posibilidades de comuni- una mano y reconocer si est· ejecutando
caciÛn entre la persona y el robot. No un gesto de indicaciÛn y hacia dÛnde
abandonamos el reconocimiento y pro- seÒala.
cesamiento del lenguaje, dominios m·s
prÛximos a la inteligencia artificial cl·- Myc: øLe han encontrado aplicaciones
sica, pero nos concentramos m·s en las en la vida real?
manos y su actuaciÛn conjunta con el len- Ritter: Siempre investigamos con la
guaje, a travÈs de los gestos, por ejem- mente puesta en posibles aplicaciones,
plo. Como nexo de uniÛn entre persona si bien nuestro trabajo atiende priorita-
y m·quina, las redes neuronales artifi- riamente a los fundamentos. No se debe
FRANK NITSCHKE
1. COMPAÑEROS DE METAL.
Perfectos sirvientes todoterreno como
C3PO y R2D2, de la película La guerra
DEFD-MOVIES
Hartwig Hanser car los avances neurodid·cticos en las un n˙mero distinto visto desde todos los
ì°A
aulas y descubrir quÈ estrategias podrÌan ·ngulos.
hora viene el embrollo!î acompaÒar a la introducciÛn en el mundo En esta operaciÛn una tarea decisiva
Los 15 niÒos en edades de de los n˙meros. consiste en asociar los n˙meros a acon-
cuatro a seis aÒos obser- tecimientos. Sabemos que las cifras se
van con los ojos muy abiertos cÛmo el En la ciudad de los números retienen mejor y el cerebro las fija con
adulto disfrazado de duende de los n˙- En diversos jardines de infancia del Lahr mayor firmeza si van ligadas a emocio-
meros va brincando por su ciudad ma- se desarrolla la primera fase del pro- nes. Casi todo el mundo sabe lo que hacÌa
tem·tica. Lo revuelve todo: coloca al yecto. Durante diez horas se estimula a la tarde del 11 de septiembre de 2001;
escarabajo de seis patas junto al tri·n- los niÒos para que experimenten sen- muy pocos recuerdan dÛnde estaban el
gulo; arrima al dado el banderÌn con el sorialmente el ·mbito numÈrico de uno 11 de agosto o el 11 de octubre.
n˙mero tres pintado. En cuanto se retira a diez: mediante juegos de movimien- Para sacar el m·ximo provecho del
ese personaje perturbador, hay que vol- tos, muÒecos, historias, canciones, estro- efecto vinculado a un acontecimiento, en
ver a ordenarlo todo. Dando gritos de fas rimadas, pinturas y escritos. Cada cada clase se realza un n˙mero como
entusiasmo los pequeÒos re˙nen y agru- semana aprenden, a lo largo de una hora, algo singularmente especial bajo la
pan los objetos de acuerdo con su n˙mero
correspondiente.
Los pupilos del jardÌn de infancia
municipal en Kuhlbach, a orillas del 1. NINGUN MIEDO AL CONTACTO. Desde preescolar se puede transmitir a los niños
Lahr, participan en un estudio cientÌfico el acceso al mundo de los números.
que pone en cuestiÛn un prejuicio muy
extendido: la estimulaciÛn matem·tica
a esas edades resulta, en general, perju-
dicial. Se teme que al exigir demasiado
a los niÒos se les inducirÌa una sensa-
ciÛn de frustraciÛn que repercutirÌa de
forma negativa en su acceso posterior al
mundo de los n˙meros.
Gerhard Friedrich no comparte en
absoluto esa creencia. Desde hace m·s
de un decenio, este profesor de mate-
m·ticas y tÈcnica en enseÒanza secun-
daria se dedica a la ìneurodid·cticaî,
una nueva disciplina que tiende puentes
entre la investigaciÛn cerebral y la peda-
gogÌa. Desde el punto de vista neu-
robiolÛgico, los niÒos del jardÌn de in-
NORBERT SCHÄFER / CORBIS
GERHARD FRIEDRICH
¿PREPARADOS? ¿LISTOS? ¡YA! A los
niños les corresponde cada vez por sorteo
un número diferente. El resto de la clase
la pasan en la casa correspondiente y en
el jardín que llevan ese número.
Dismorfofobia
Millones de personas sufren obsesionadas por supuestas irregularidades de su cuerpo.
No existe una terapia eficaz reconocida
Hubertus Breuer que ha modelado su rostro desde 1990 menes prominentes, cuellos de toro, nari-
mediante docenas de operaciones toman- ces ganchudas, papadas, lorzas o fren-
ìT
rasformaciÛn extremaî se do como modelos distintas figuras de la tes arrugadas aguijonean el estado de
llama un programa de tele- pintura occidental. ìHe regalado mi cuer- ·nimo. Los afectados no paran de con-
visiÛn de la emisora nortea- po al arteî, afirma crÌpticamente la artista trolarse ante el espejo, cuando no evitan
mericana ABC que asegura a los espec- francesa. Hay incluso quienes, en su af·n sin m·s su reflejo. Se trata de personas
tadores la consecuciÛn de algo con lo que patolÛgico por remodelar el cuerpo, lle- que temen fracasar ante los dem·s, dolo-
la mayorÌa de ellos sueÒa: tener una apa- gan al extremo de desprenderse de un rosamente conscientes de su supuesta
riencia perfecta. En la pantalla, bajo el brazo o de una pierna, porque no se ajusta deformidad. La dismorfofobia pertenece,
bisturÌ de un cirujano pl·stico, desapa- al canon, tal como ellos lo ven. pues, al grupo de los trastornos obsesi-
recen las prominencias nasales, la piel Esa obsesiÛn por la propia apariencia vos, que condicionan el pensamiento y
fl·ccida recupera tersura, se desvanecen recibe el nombre tÈcnico de dismorfofo- la conducta.
las bolsas de los p·rpados, los pechos se bia, literalmente miedo a la fealdad. En- Cierto es que el deseo o la visita al ciru-
hinchan y los dientes vuelven a relucir. rique Morselli acuÒÛ el tÈrmino a finales jano para una operaciÛn pl·stica no
La obsesiÛn con el propio cuerpo puede del siglo XIX tras observar en docenas de entraÒa, de suyo, ning˙n sesgo psicÛ-
adquirir todavÌa formas m·s pintores- personas el cuadro de la enfermedad. tico. Quien se hace un ìliftingî o una lipo-
cas. Se ha hecho famoso el caso de Orlan, Caderas anchas, pechos mÌnimos, abdÛ- succiÛn suele encontrarse contento tras
Robots domésticos
Aunque parece muy remota la posibilidad de que los robots colonicen la Tierra,
sí pueden ir sustituyendo al hombre en tareas específicas
Axel Walthelm øA quÈ altura? øDebe girarse el pomo? los sentidos, unas cien veces m·s infor-
En caso afirmativo, øen quÈ sentido? maciÛn de la que devuelve con su acciÛn.
L
a prÛxima generaciÛn de m·qui- øDeber· acaso tirar hacia sÌ? Si se trata Pero no es la capacidad de percepciÛn
nas inteligentes comienza a tomar de una puerta corredera, los titubeos se sensorial lo que representa un problema:
cuerpo en los robots de servicio, multiplican. en este contexto, el equivalente lo darÌa
que nos deberÌan echar una mano en las Cualquier persona resuelve tales pro- un computador de un gigabit Ethernet.
labores domÈsticas. Pero el primer con- blemas en la mayorÌa de las ocasiones El cuello de botella aparece en el pro-
tacto suele resultar decepcionante: ni sin perderse en reflexiones. Y si apare- cesamiento de seÒales aferentes en el sis-
sombra de comportamiento inteligente. cen, por azar, complicaciones inespera- tema nervioso central, con sus m·s de
Se venden ya robots aspiradores que se das se solicita ayuda a alguien o se aplica cien mil millones de neuronas, cada una
mueven por la estancia sin orientaciÛn, alguna de las innumerables estrategias enlazada con otro millar a travÈs de
que sÛlo por casualidad, se dirÌa, encuen- de resoluciÛn de problemas que se han sinapsis.
tran la mancha de la alfombra. aprendido en el curso de la vida. En recoger los estÌmulos aferentes y
Los propios robots experimentales fra- øA quÈ se debe tal limitaciÛn de los determinar su reacciÛn inmediata, una
casan cuando se trata de abrir una puerta robots? Basta abrir un manual de fisio- neurona invierte unos diez milisegun-
de un tipo desconocido: øse halla a la logÌa para saber que el hombre recibe dos; puede, pues, reaccionar aproxima-
derecha o a la izquierda el picaporte? del entorno, a travÈs de los Ûrganos de damente cien veces por segundo. Este
tiempo de tacto de cien hertz no puede
competir hoy con un moderno procesa-
dor de gigahertz. Sin embargo, si inten-
1010 tamos crear un ordenador capaz de repro-
500 TERABYTE = EQUIVALENCIA CON EL CEREBRO
ducir el cerebro humano con todas sus
sinapsis, Èste deberÌa realizar en total
108 4 10 16 operaciones aritmÈticas por
segundo (40 petaflops) para alcanzar
MEMORIA PRINCIPAL EN MEGABYTES
100
VALOR MEDIO DURANTE 2 AÑOS ¿IGUALDAD EN EL AÑO 2045?
Si se aplica el desarrollo de la capacidad
10–2 PRUEBAS AL AZAR DE DIFERENTES FUENTES de almacenamiento de los PC de manera
logarítmica el resultado es una
1970 1980 1990 2000 2010 2020 2030 2040 AÑO duplicación cada dos años.
Epilepsia y música
Escuchar una pieza u oír un instrumento
determinado puede provocar crisis de epilepsia
Bernard Lechevalier y C. Schupp nunca le provocaban ataques ni el sim- grito, pierde el conocimiento, se pone pri-
ple oÌr m˙sica, ni el ejecutarla leyendo mero rÌgido y despuÈs se agita convulso.
M
ozart detestaba el sonido de la una partitura, ni el interpretar piezas A veces, sÛlo se trataba de un simple
trompeta. Andreas Schachter, conocidas. SÛlo la actividad de impro- desvaimiento de la consciencia: la pa-
instrumentista y amigo del visaciÛn musical ìlibreî le era epilep- ciente perdÌa el contacto con su entorno,
padre de Mozart, refiere en una carta tÛgena. Los medicamentos antiepilÈpti- pero conservaba un recuerdo de lo que
dirigida a Marianne, la hermana del com- cos no le servÌan de nada; las crisis, aun le habÌa ocurrido. Medic·ndola se redu-
positor, que Èste ìhasta casi los diez aÒos cuando se presentaban a veces de mane- jo la frecuencia de las crisis, pero diez
de edad sintiÛ un irracional miedo a la ra espont·nea y aislada, eran provoca- aÒos despuÈs Èstas pasaron a ser musi-
trompeta, sobre todo cuando se la tocaba das m·s frecuentemente por la impro- cogÈnicas, desencaden·ndolas toda suer-
solaî. Tras haber intentado, a peticiÛn visaciÛn. te de m˙sicas: la religiosa, la militar y,
de Leopold Mozart, que el niÒo venciese El paciente nos explicÛ que interrum- sobre todo, la bailable. Al oÌrla, sentÌa
el temor, Schachter anota: ìApenas hubo piendo el teclear evitaba algunos ata- vÈrtigo, interrumpÌa lo que estaba di-
percibido el vibrante son del instrumento, ques. E inversamente, Èstos se producÌan ciendo y ponÌa fija la mirada. La crisis
palideciÛ, empezÛ a desvanecerse y, si con mayor frecuencia cuando Èl se su- se generalizaba.
hubiÈramos seguido, no me cabe duda mÌa en una especie de ìÈxtasis sonoroî, Los resultados del examen neurolÛgi-
de que habrÌa sufrido convulsionesî. derivado de la improvisaciÛn; si por un co y del esc·ner de Patricia eran norma-
Hoy, ante un caso asÌ, un neurÛlogo breve instante echaba un vistazo a una les. Sin embargo, los electroencefalo-
se preguntarÌa si se trata de una simple partitura colocada en el atril del piano, gramas hechos en reposo pusieron de
fobia o de una afecciÛn muy rara: la epi- no habÌa crisis: la atenciÛn dirigida a un manifiesto, en la regiÛn temporal iz-
lepsia musicogÈnica, causada por cier- patrÛn fijo parecÌa ìrecentrarî la activi- quierda, un fenÛmeno particular: algu-
tos pasajes musicales. Examinemos esta dad cerebral. Por el contrario, favorecida nas ìpuntasî o bruscas alzas de la activi-
enfermedad recorriendo los casos de dos por la improvisaciÛn, la mengua de la dad elÈctrica. HabÌa tambiÈn ìondas
de nuestros pacientes. MartÌn LÛpez, lla- vigilancia aumenta los riesgos de crisis. puntiagudasî, que constaban de series de
mÈmosle asÌ, que trabaja como repre- Ni en el examen neurolÛgico ni con el picos y porciones de trazo m·s plano. Este
sentante de comercio, de 35 aÒos de edad, esc·ner se detectÛ anomalÌa cerebral fenÛmeno denota una especial actividad
sin antecedentes patolÛgicos, tuvo una alguna. La medida de las ondas elÈctri- cerebral caracterÌstica de la epilepsia,
primera crisis de epilepsia general noc- cas en la superficie craneana (electro- actividad debida a un grupo de neuro-
turna en 1973. Su primera crisis musi- encefalograma en reposo) hizo aparecer nas cerebrales que funcionan autoali-
cogÈnica le sobrevino dos aÒos despuÈs, intermitentemente un centro de ondas ment·ndose sincrÛnicamente. Adem·s,
durante una velada entre amigos. Buen lentas en la zona temporal del hemisfe- cuando la paciente cerraba los ojos, se
pianista de jazz, estaba en aquellos rio izquierdo. apreciaba una actividad elÈctrica rÌtmica,
momentos improvisando, pr·ctica en Èl constituida por descargas concentradas
habitual. De repente, su comportamiento Intensa actividad cerebral en el tiempo, simult·neas y distribuidas
cambiÛ: dejÛ de dominar la improvisa- Patricia GÛmez, dÈmosle ese nombre, por varias zonas del cerebro.
ciÛn; sus notas se perdÌan sin ning˙n joven esposa de 25 aÒos sin profesiÛn y Registramos quÈ experimentaba mien-
orden aparente. Estaba sufriendo, ex- sin antecedentes patolÛgicos, sufriÛ sus tras escuchaba m˙sica. A los ocho mi-
presado en tÈrminos mÈdicos, un ìauto- primeras crisis de epilepsia a los 18 aÒos. nutos de cesar Èsta, se manifestaba una
matismo verbalî, pues repetÌa ince- De la modalidad ìparciales-complejasî, actividad elÈctrica rÌtmica, que se iba
santemente ìEsto va... esto vaî. A reunÌan diversos sÌntomas, tales como extendiendo por amplias zonas cerebra-
continuaciÛn, entrÛ en la fase ëmioclÛ- alucinaciones visuales y auditivas. No les, despuÈs un inclinarse la cabeza, los
nicaí, de contracciÛn muscular gene- siempre evolucionaban hacia la forma ojos y el brazo izquierdo hacia la iz-
ralizada, acompaÒada de pÈrdida del generalizada, espectacular fenÛmeno quierda, acompaÒado de la apariciÛn de
conocimiento. Ahora bien, a este paciente durante el cual el paciente lanza un fuerte sincrÛnicas ìondas puntiagudasî en los
sonido de la trompeta, fobia que, cum- mientras que la fobia parece deberse a vol. 88, pág. 379; 1953.
plidos los diez aÒos, dio paso a un rechazo un desarreglo funcional cuyas raÌces L E C ERVEAU DE M OZART . B. Lechevalier.
total, tanto que compuso conciertos para serÌan traumatismos psÌquicos sufridos Odile Jacob; París, 2003.
todos los instrumentos menos para la en la primera infancia.
F MRL OF TRIGGERABLE AURAE IN MUSICO-
trompeta. En 1999, Larry Squire y Eric Kandel GENIC EPILEPSY. A. Morocz et al. en Neuro-
No es f·cil establecer un nexo entre propusieron una teorÌa innovadora: la logy, vol. 60, pág. 705; 2003.
la fobia y ciertas formas de epilepsia. organizaciÛn de las redes neuronales del
T
ubinga, 1906. El neuropatÛlogo un siglo despuÈs de su descripciÛn ini-
alem·n Alois Alzheimer (1864- cial por Alzheimer. Extracto de una conversación
1915) presenta en un congreso Quien se pregunte por las posibles cau- entre Alois Alzheimer
cientÌfico una enfermedad psÌ- sas, tropieza de inmediato con que el
quica que cursa con oscilaciones del es- cerebro de los pacientes muertos con y Auguste D.
tado del ·nimo y pÈrdida considerable enfermedad de Alzheimer presenta una
de la memoria. El mismo habÌa descrito, contracciÛn espectacular. Conforme
cinco aÒos antes, este cuadro morboso avanza el proceso, se destruyen muchÌ- AA: ¿Cómo se llama?
simas neuronas de las distintas regiones AD: ¡D. Auguste!
de una mujer de 51 aÒos, Auguste D.
AA: ¿Cuándo nació?
Dentro del ìestablecimiento para enfer- encef·licas. La ruina comienza por el
AD: En mil ochocientos...
mos mentales y epilÈpticosî de Frankfurt, lÛbulo temporal, de importancia decisiva AA: ¿En qué año nació?
esta paciente se referÌa asÌ, en sus momen- en las funciones de la memoria. La deno- AD: En este año, no, el año pasado.
tos de lucidez, a su mal: ìme siento per- minada memoria explÌcita o declarativa, AA: ¿Cuándo nació?
didaî. DespuÈs de su fallecimiento en es decir, el recuerdo de los hechos o de AD: En mil ochocientos .- no sé...
1906, en un estado de enajenaciÛn men- los acontecimientos, por oposiciÛn a las AA: ¿Qué le he preguntado?
tal, Alzheimer examinÛ el cerebro y des- destrezas motoras, es la que m·s se daÒa. AD: Ah, sí, D. Auguste...
cubriÛ unas formaciones compactas y Son dos las regiones cerebrales situa-
otras filiformes. IntuyÛ que la causa de das en el extremo inferior de ambos lÛbu-
esos cambios espectaculares de la per- los temporales las que sufren el mayor
sonalidad residÌa en ellas. AsÌ entrÛ en perjuicio, ya en las primeras etapas de
la historia de la medicina, pues el mal se la enfermedad de Alzheimer: el hipo-
bautizÛ enseguida como enfermedad de campo y una zona adyacente, la ìcorteza
Alzheimer. entorrinalî. Estas dos estructuras resul-
Hoy sabemos que no se trata de una tan imprescindibles para procesar la
enfermedad exÛtica, sino de la causa m·s informaciÛn; la concentraciÛn y la ca-
com˙n de demencia de las personas pacidad de fijaciÛn son pr·cticamente 1. RECUERDOS PERDIDOS.
mayores. Alrededor de 20 millones de imposibles cuando faltan. Por eso, los Esta es la mujer que permitió a Alois
pacientes de todo el mundo sufren esta sujetos con una demencia de Alzheimer Alzheimer describir la demencia que
enfermedad que aflige casi al 40 % de se ven cada vez m·s incapaces de aten-
lleva su nombre. Cuando se tomó la
todos los octogenarios y supone un pro- der las labores cotidianas, desde encon-
blema de gran magnitud para la salud trar la ropa por la maÒana hasta mante- fotografía, la paciente Auguste D.
p˙blica. Pese a los primeros adelantos ner una conversaciÛn telefÛnica con un estaba desorientada y no conservaba
en la investigaciÛn y tratamiento, esta viejo amigo. apenas la memoria.
ROLAND BRANDT
MICROTU- envejecimiento, no se puede luchar dema-
BULOS siado. Contamos, sin embargo, con estu-
dios que seÒalan una posibilidad m·s
factible para prevenir la enfermedad de
Alzheimer: cuanto mayor es la escola-
De una neurona humana ( punta de flecha ) emergen varias proyecciones; la rizaciÛn y la formaciÛn profesional, m·s
más larga es el axón ( flechas ). Normalmente, la proteína tau ( en rojo ) se encuen- se reduce el riesgo de enfermar en la
tra sobre todo ahí. Según un modelo ( a la derecha ), la proteína tau se une a vejez. Quiz·, las neuronas m·s activas
los microtúbulos ( en verde ) y quizás interacciona, al mismo tiempo, con otras ofrezcan m·s resistencia o bien la red neu-
porciones del citoesqueleto, los microfilamentos ( en amarillo ) situados bajo ronal se asocie con m·s firmeza despuÈs
la membrana celular ( en gris ). Entonces, la proteína tau estabiliza los micro- de una formaciÛn larga y oponga mayor
túbulos axónicos y mantiene simultáneamente la distancia con los microfila- resistencia frente a la lesiÛn. Sin embargo,
mentos. la formaciÛn intelectual llega demasiado
Las fibras de la proteína tau ( cabezas de flecha negras del recuadro con la tarde a la persona ya enferma; de hecho,
microfotografía electrónica) se hallan presentes en la enfermedad de Alzheimer. los ensayos resultan m·s bien contra-
A partir de estos “filamentos” delgados, que sólo miden 20 nanómetros, se producentes.
forman las fibrillas de Alzheimer que podrían ser las causantes de la destruc-
ción neuronal masiva de estos pacientes. Programa para combatir
la enfermedad de Alzheimer
Existen, adem·s, indicios de que los
antioxidantes de la alimentaciÛn redu-
reside en otros genes, por ejemplo en los conocido. Es muy probable que los depÛ- cen el riesgo de padecer una enferme-
de las presenilinas. Cabe, sin embargo, sitos amiloides modifiquen la proteÌna dad de Alzheimer. Algunas sustancias,
la posibilidad de que estas mutaciones tau, de forma que Èsta adquiera propie- como las vitaminas C y E, se encuentran
se produzcan todas, en ˙ltima instancia, dades ìcriminalesî y destruya, en ˙ltima en las frutas, legumbres ( brÛcoli) y tÈ
a travÈs de la formaciÛn de Aβ. instancia, las neuronas. (verde y negro). Probablemente, dismi-
Los pacientes presentaron muchas pla- En el futuro, podremos crear modelos nuyen la cantidad de las especies reac-
cas amiloides. Algunos investigadores murinos todavÌa m·s refinados para tivas de oxÌgeno que, al parecer, inter-
han confirmado esa posibilidad con rato- entender mejor la demencia de Alzheimer. vienen de manera decisiva en los procesos
nes transgÈnicos que fabricaban la corres- PodrÌan ensayarse en ellos nuevas vÌas normales del envejecimiento.
pondiente proteÌna Aβ mutada: algunos terapÈuticas. Los medicamentos actua-
animales mostraban grandes cantidades les, pensemos en los inhibidores de la
de placas que recordaban mucho a la de acetilcolinesterasa, persiguen reforzar
los casos de Alzheimer. Sin embargo, al m·ximo y conservar las funciones
ninguno de ellos exhibÌa la degenera- intelectuales del paciente. Es cierto que ROLAND BRANDT estudió filosofía y bio-
ciÛn neuronal tan llamativa de los pacien- la enfermedad se puede demorar unos química. Desde 2002 es profesor de neuro-
tes humanos. Para eso se requiere la for- meses, pero ni se evita ni revierte. biología en la Universidad de Osnabrück.
maciÛn de fibrillas, algo que no sucediÛ La mayorÌa de las estrategias nuevas HARTWIG HANSER es bioquímico y docente.
con los ratones. se dirigen a las placas amiloides que apa-
Bibliografía complementaria
Eileen McGowan y su grupo, de la recen en una fase precocÌsima de la cas-
ClÌnica Mayo, cruzaron ratones trans- cada de destrucciÛn molecular. En los TAU BE OR NOT TAU BE. TAUOPATHIEN UND
gÈnicos (que producÌan una variante de laboratorios de Elan Pharmaceuticals se T RANSGENE T IERMODELLE . J. Götz en
tau con tendencia a la aglomeraciÛn) con inmunizaron en 1999 ratones transgÈni- Neuroforum, vol. 3, pág. 93; 2001.
animales que fabricaban m·s placas ami- cos que producÌan estos depÛsitos por DIE ALZHEIMER-KRANKHEIT. VON DEN MO-
loides. Obtuvieron animales que no sÛlo exceso. Con ello pudieron evitar o al LEKULEN M ECHANISMEN ZU P OTENZIELLEN
presentaban cantidades ingentes de fibri- menos frenar la formaciÛn de las placas. T HERAPIEN . M. Simons y P. Keller en
llas de Alzheimer sino que las deposita- Sin embargo, cuando la compaÒÌa tratÛ Neuroforum, vol. 4, pág. 127; 2001.
ban en las mismas regiones encef·licas de trasladar los resultados a la especie C OMPONENTES DE LA E NFERMEDAD DE
de los pacientes con enfermedad de humana e inoculÛ a 360 pacientes con A LZHEIMER . P. H. St. George-Hyslop en
Alzheimer. AsÌ pues, las placas y las enfermedad de Alzheimer, muchos pre- Investigación y Ciencia, págs. 50-57; febrero,
fibrillas muestran, al parecer, una interac- sentaron encefalitis y hubo que suspen- 2001.
ciÛn fatÌdica por un mecanismo a˙n des- der el estudio.
Alexander Grau mos ver el cerebro, sino tambiÈn obser- quÈ punto influye la perspectiva del inves-
øH
var cÛmo trabajaî. tigador en los resultados? Para respon-
abÌa previsto Felix Bloch Quiz· se hubiera podido visualizar der a estas preguntas, es preciso saber
la eclosiÛn actual de in- con menor precisiÛn la actividad cere- cÛmo se obtienen las im·genes.
vestigaciones cerebra- bral humana unos aÒos antes, con la Las tÈcnicas funcionales de forma-
les? Sin duda, su trabajo tomografÌa por emisiÛn de positrones ciÛn de im·genes aprovechan el ìacopla-
ha tenido mucho que ver. En el aÒo 1945, (TEP). Sin embargo, para ello habÌa que miento neurovascularî para el estudio del
este fÌsico de la Universidad de Stanford inyectar isÛtopos radiactivos a los suje- sistema nervioso: la actividad metabÛ-
logrÛ medir, al mismo tiempo que Edward tos. En cambio, la resonancia magnÈtica lica de una regiÛn cerebral aumenta
Purcell, de la Universidad de Harvard, funcional (RMf) es tan inocua, que los cuando se realiza una determinada tarea
la resonancia del espÌn nuclear en lÌqui- investigadores se han prestado ellos mis- cognitiva, sensorial, motora o incluso
dos y sÛlidos. Por tal hallazgo recibie- mos a introducir la cabeza dentro del emocional. Con ello se eleva el consumo
ron el premio Nobel de fÌsica. Adem·s, aparato con fines experimentales. local de oxÌgeno y de glucosa, lo que, a
sentaron las bases para la tomografÌa Desde entonces se han multiplicado su vez, incrementa el flujo y el volumen
diagnÛstica de espÌn nuclear, hoy deno- estudios y mediciones en las revistas de sangre de esa zona.
minada resonancia magnÈtica (RM). m·s prestigiosas. Pero de unos aÒos a esta Las im·genes de la TEP se basan, en
Cuando en 1992 Seiji Ogawa y sus parte se han acrecentado tambiÈn las ˙ltima instancia, en la radiaciÛn emitida
colaboradores, de los laboratorios Bell dudas esenciales sobre la capacidad pre- por un isÛtopo radiactivo que se ha inyec-
de AT&T, demostraron, por fin, que se dictiva de estas vistosas im·genes com-
podÌa seguir al milÌmetro la oxigenaciÛn putarizadas. øQuÈ quieren decir, en ver-
de la hemoglobina eritrocÌtica a travÈs de dad, las manchas de colores? øCu·nta
tomÛgrafos de resonancia magnÈtica y, objetividad tienen las mediciones? øHasta
en consecuencia, tambiÈn de forma indi-
recta el flujo sanguÌneo cerebral, los in-
vestigadores en neurociencias aguzaron
el oÌdo. La conclusiÛn era evidente: las 1. CEREBRO RADIANTE.
regiones encef·licas mejor perfundidas Para la medición con TEP se inyecta al
probablemente sean las m·s activas. probando en una vena del antebrazo
Adem·s, esta tÈcnica ofrece mediciones sustancias emisoras de positrones, por
de personas en estado de alerta, con pleno ejemplo, agua radiactiva. Esta alcanza, en
J. PETER / DKFZ HEIDELBERG
fluye en abundancia
Un aÒo despuÈs de que Peter Mansfield
publicara la primera imagen por reso-
nancia magnÈtica de una parte del cuerpo
óun dedo de la manoó, Raymond Da-
madian habÌa logrado construir, en 1977,
el primer tomÛgrafo de cuerpo entero.
La tÈcnica de RM se perfeccionÛ durante
los aÒos sucesivos hasta el punto de que
hoy proporciona im·genes de los tejidos
blandos y de los vasos sanguÌneos con
una calidad insospechada.
A finales de los aÒos ochenta, el grupo
encabezado por George Radda, de Ox-
ford, observÛ que era posible detectar las
variaciones de la concentraciÛn de oxÌ-
geno en sangre con la RM. Este fenÛ-
meno depende de las propiedades mag-
nÈticas de la hemoglobina de los glÛbulos
rojos (eritrocitos), que transportan el
oxÌgeno de la sangre. Ogawa logrÛ de-
mostrar, por ˙ltimo, en 1990 el modo en
que la hemoglobina no oxigenada modi-
fica el campo magnÈtico inmediato.
Incluso lo ha medido. Esta mediciÛn,
denominada BOLD (acrÛnimo de ìBlood
Oxygen Level Dependentî, es decir, rela-
cionada con el valor sanguÌneo del oxÌ-
geno) se basa en la perfusiÛn de sangre
oxigenada: aumenta tanto en las regio-
nes activadas del cerebro, que llega
incluso a exceder el consumo tisular de
oxÌgeno, razÛn por la cual se reduce pro-
porcionalmente la concentraciÛn de san-
gre menos oxigenada. AsÌ naciÛ la reso-
2. EXPLORACION. Para proceder a una prueba TEP se introduce la cabeza del probando nancia magnÈtica funcional. A partir de
dentro de un detector anular. Se sabe así de qué lugar del cerebro parte la señal medida. ese momento no sÛlo se podÌa visuali-
zar la estructura anatÛmica de los teji-
dos, sino tambiÈn saber quÈ regiones del
tado o inhalado con anterioridad. Si, por setenta, se basa en el n˙cleo atÛmico del encÈfalo estaban particularmente bien
ejemplo, se introduce agua radiactiva hidrÛgeno; dotado de carga elÈctrica, perfundidas.
(H215O) dentro de la sangre, la radia- gira (posee un ìespÌn nuclearî) y crea Aunque el desarrollo de la TEP y de
ciÛn detectada en una regiÛn cerebral se un campo magnÈtico dÈbil, comport·n- la RMf supone, sin duda alguna, un
eleva de manera proporcional al flujo dose en consecuencia como un im·n en enorme avance, no debe olvidarse que
sanguÌneo. Si bien se necesita cierto miniatura. El cuerpo humano se compo- ninguno de estos mÈtodos detecta di-
tiempo para que el isÛtopo se acumule ne, en su mayor parte, de agua. En cuanto rectamente los procesos neuronales.
en cantidades mensurables en los teji- un paciente entra dentro del campo mag- La relaciÛn entre las variaciones men-
dos. Merced al uso de aparatos cada vez nÈtico del tomÛgrafo, sus ·tomos de surables de la concentraciÛn de oxÌgeno
m·s sensibles, el tiempo de mediciÛn se hidrÛgeno, hasta entonces desordena- de la perfusiÛn y la actividad neuro-
ha podido ya reducir a unos segundos. dos, se orientan. Estos ·tomos se des- nal verdadera del cerebro se describÌa,
No obstante, Èste sigue resultando largo, vÌan de esta posiciÛn ordenada por medio hasta hace poco, de una manera muy
cuando se trata de estudiar procesos cog- de un impulso de alta frecuencia y alcan- vaga. Ya habÌa expirado la ìdÈcada del
nitivos que suceden en milisegundos. zan un estado m·s energÈtico. cerebroî, asÌ bautizada por George
Por supuesto, la lentitud del mÈtodo, al Si se suprime la radiaciÛn de alta fre- Bush padre en 1990, cuando Nikos Lo-
igual que la capacidad de resoluciÛn de cuencia, los protones recuperan su po- gothetis y sus colaboradores, del Ins-
las im·genes TEP, limitan mucho las siciÛn ordenada a los pocos segundos y tituto Max Planck de CibernÈtica Bio-
cuestiones que se pueden abordar. ceden energÌa, que es medida por los to- lÛgica de Tubinga, descubrieron, dos
La RM funcional compensa algunos mÛgrafos. El tiempo que tardan los pro- aÒos atr·s, que las seÒales medidas
inconvenientes de la tomografÌa de emi- tones en reacomodarse ódenominado correspondÌan, en verdad, a las varia-
siÛn de positrones. No requiere ning˙n relajaciÛnó depende de las propiedades ciones de la actividad neuronal. Se
isÛtopo radiactivo y ofrece una mayor respectivas del tejido. Por eso, las dife- comprobÛ que los valores de las medi-
precisiÛn temporal. La RM, tal como la rencias en los tiempos de relajaciÛn per- ciones no se correspondÌan tanto con
desarrollaron Paul Lauterbur y Raymond miten separar los distintos tejidos en las las seÒales emitidas por las cÈlulas ner-
Damadian a principios de los aÒos im·genes de la RM. viosas de una regiÛn cuanto con la
GORDON BROWNELL
con Einstein y su famosa fórmula E = mc 2, sobre la equiva-
lencia de masa ( m ) y energía ( E ). En su origen, esta fórmula
procedía de otra: E 2 = ( mc 2) 2. Si se extraen las raíces cua-
dradas, se obtienen dos soluciones para E , a saber + mc 2 y
– mc 2. Paul Dirac concluyó en 1928 que debía haber una
materia antagonista de la materia común. Así como ésta se
componía de un núcleo atómico (dotado de carga positiva)
y de electrones (con carga negativa), la “antimateria” debía
estar formada por un núcleo negativo y partículas, dotadas
de carga positiva, que fueran el contrapunto de los elec-
trones.
entrada de las seÒales a dicha regiÛn y no sÛlo se activan, como se desprende rados. A esto se agrega que, con los datos
su elaboraciÛn local. de las im·genes correspondientes, las obtenidos, es muy complicado repre-
Hay un problema metodolÛgico m·s regiones cerebrales responsables de la sentar sÛlo las actividades cerebrales que
grave, que comparten la RMf y la TEP. percepciÛn espacial y de la elaboraciÛn se ocupan precisamente del estÌmulo
Quien ve una proyecciÛn obtenida con del lenguaje; paralelamente discurren en aplicado. øCÛmo se puede separar, por
este mÈtodo, queda fascinado por la niti- el cerebro innumerables procesos neu- ejemplo, la actividad cerebral inducida
dez entre los contrastes de las im·genes ronales diferentes que guardan escasa por la lectura de la operaciÛn que proce-
que viran del violeta al verde azulado y relaciÛn con el estÌmulo examinado. sa la informaciÛn visual? Los investiga-
del amarillo al rojo. Estos contrastes AÒ·dase que la relaciÛn entre seÒal y dores se sirven a menudo de estÌmulos
representan, sin embargo, una idealiza- ruido de los valores representados es controladores muy ingeniosos. Durante
ciÛn. Los valores reales, medidos con los muy baja. Ha habido, pues, que perfec- el ìexperimento de lecturaî presentan
detectores, apenas se distinguen. El mo- cionar con tÈcnicas estadÌsticas las seÒa- al probando cadenas de seudopalabras,
tivo es que, contrariamente a lo que su- les medidas. Esto significa que, para es decir, palabras que, a pesar de su apa-
gieren las proyecciones, no sÛlo operan obtener la imagen, se requiere introdu- riencia, carecen de sentido. Luego, a las
unas regiones del cerebro, sino todo el cir varios supuestos previos. Es decir, las mediciones del estÌmulo verdadero se
conjunto, por m·s que unas zonas tra- proyecciones con la TEP tambiÈn son les resta el resultado del control. De esta
bajen un poco m·s que otras. Cuando un elaboradas mediante premisas teÛricas, manera, se eval˙an sÛlo los datos que
probando lee, por ejemplo, unas palabras, con la mira puesta en los resultados espe- guardan relaciÛn real con una lectura
4. CEREBRO NORMALIZADO.
Los resultados de numerosas mediciones
con diferentes probandos se transfieren
al cerebro “normalizado”. Aquí se
representan las mediciones TEP de la
actividad cerebral durante la ejecución
de diferentes tareas del lenguaje.
necesario encontrar el estÌmulo que mejor un signo, inducido de manera causal, Con ello se propone expresar, a travÈs
caracteriza el amor, las pulsiones mora- que significa algo (es decir, Minki) y se de la imagen, un sentimiento elevado, un
les o los sentimientos religiosos. parece al objeto retratado. El significado gesto, que, como fÛrmula, se pueda cap-
No se necesita ninguna reflexiÛn filo- de estas im·genes depende del mÈtodo tar una y otra vez en la historia, ya sea
sÛfica profunda para darse cuenta de que con el que se obtengan. a travÈs de estatuas, im·genes, monedas
la reacciÛn neuronal a la presentaciÛn de Las proyecciones de las tÈcnicas de for- u otros medios. Warburg se interesaba
fotos de un ser querido induce, en el mejor maciÛn de im·genes no son, en abso- sobre todo por el estudio del lenguaje
de los casos, un patrÛn de elaboraciÛn de luto, fotografÌas. Desde luego, se obtie- polÌtico con im·genes. Sin embargo, las
las fotografÌas de las personas queridas, nen con un propÛsito determinado, pero representaciones de las ciencias natura-
pero no el amor. Aunque el amor resulta- se basan en innumerables conocimien- les tambiÈn tienen sus fÛrmulas patÈti-
ra equiparable al estado emocional que tos previos, teorÌas y supuestos. A˙n cas, es decir, sus perspectivas, fragmen-
se alcanza al observar las fotos de esa per- m·s, las im·genes de la TEP o de la RMf tos, contextos, modos de configuraciÛn
sona amada, resultarÌa muy dudoso que suponen, asÌ se ha convenido, construc- y organizaciÛn de los motivos, tomados
el estado subjetivo del enamoramiento ciones arbitrarias. Desde el punto de de la historia del arte y de la historia de
pudiera reducirse a un ˙nico patrÛn de vista de la teorÌa de los signos, las im·- la ilustraciÛn cientÌfica. La confrontaciÛn
excitaciÛn neuronal. En resumen, aun genes de la TEP o de la RMf guardan m·s cientÌfica acerca de los lÌmites y di-
cuando los cientÌficos saben del poder pre- relaciÛn con la pintura que con una foto- ficultades de las representaciones obte-
dictivo limitado de los hallazgos de sus grafÌa. nidas con la TEP y la RMf no ha de
investigaciones, este tipo de estudios restringirse a los problemas tÈcnicos,
corre el peligro de propagar un reduc- Fórmulas científicas del pathos biolÛgicos y de la teorÌa cientÌfica de
cionismo especialmente ingenuo. Con independencia de que los signos estos mÈtodos, sino que deberÌa llevar-
Al margen de los prejuicios de car·c- sean creados y tengan un sentido deter- nos a contemplar estas im·genes como
ter metodolÛgico o basados en teorÌas minado, las im·genes poseen un conte- las im·genes que son.
cientÌficas, las proyecciones funciona- nido y un cariz asociativo, en el que
les tienen otra propiedad aparentemente influye su conocimiento y la compe-
trivial: son meras im·genes. La imagen tencia, sÛlo en parte supuesta, del obser-
en principio sÛlo es un signo de otra cosa. vador. Si se tamizara seg˙n la teorÌa de
ALEXANDER GRAU es filósofo que profesa
Si yo fotografÌo a mi gato Minki, Èste los signos, se hablarÌa de la ìintensiÛnî
en la Universidad Libre de Berlín.
reflejar· las ondas electromagnÈticas de ósentidoó de un signo. La intensiÛn
un determinado espectro que inciden, a de una imagen depende del entorno cul-
travÈs del objetivo, en la pelÌcula y ge- tural, del contexto simbÛlico del obser- Bibliografía complementaria
neran allÌ una imagen. Al revelar la pe- vador y de su lenguaje iconolÛgico in- REPRESENTACIÓN VISUAL DE LAS OPERACIONES
lÌcula se obtiene una fotografÌa que mues- teriorizado. Por eso, las im·genes resultan MENTALES. Markus. E. Raichle en Investigación
tra un objeto con los contornos de un tan fascinantes y tambiÈn tan proble- y Ciencia, págs. 22-29; junio, 1994.
gato, asÌ como luz con un margen espec- m·ticas. NEUROPHYSIOLOGICAL INVESTIGATION OF THE
tral m·s o menos parecido al que tenÌa Aby Warburg, experto en historia del BASIS OF THE FMRI SIGNAL. N. K. Logothetis,
Minki en ese momento. Seg˙n la teorÌa arte y de la cultura, ha introducido el et al. en Nature, vol. 412, pág. 150; 2001.
de los signos, la fotografÌa de Minki es concepto de fÛrmula patÈtica o del pathos.
Fritz Strack y Beate Seibt en mayo del aÒo 2001 sÛlo el 28 por øPor quÈ sentimos miedo ante lo que
ciento de los alemanes pasaba las vaca- no deberÌamos tenerlo? Muchos fuma-
T
odos recordamos alg˙n momen- ciones en su paÌs, esa proporciÛn se ele- dores, cuya esperanza de vida se acorta,
to en que el miedo nos penetrÛ vaba al 53 por ciento en noviembre, el a tenor de las estadÌsticas, entre cinco y
hasta la mÈdula de los huesos. porcentaje m·s alto desde hacÌa diez ocho aÒos, tiemblan en cuanto suben a
Se acelera el pulso, empezamos aÒos. Y el pavor subsiste: se sigue recha- un aviÛn, aunque la esperanza de vida aso-
a sudar, nos quedamos rÌgidos y nos falta zando sin m·s viajar en aviÛn. ciada al mismo disminuye por tÈrmino
el aire. Muy a menudo, el miedo no sÛlo medio en sÛlo un dÌa. Nuestra valoraciÛn
nos corta la respiraciÛn, sino que nos Transbordo arriesgado intuitiva del riesgo est· en contradicciÛn
priva del sentido com˙n. Son escasos los øY a quiÈn beneficia tal deriva? Al auto- con el peligro objetivo al que podrÌamos
capaces de mantener la cabeza frÌa en mÛvil. En el plano subjetivo puede resul- enfrentarnos con mayor eficacia a travÈs
situaciones que producen pavor: sufrir un tar razonable, pues asÌ nos sustraemos a de acciones m·s racionales.
atraco o encontrarse con una araÒa gigante un peligro que se presenta con suma Los sentimientos constituyen un com-
en el pasillo. Es decir, justamente cuando viveza gr·fica ante nuestros ojos. Pero, ponente ineludible de nuestra biologÌa. Se
necesitamos nervios de acero; si el miedo analizados objetivamente, los viajes en generan en ciertas zonas del tronco ence-
se apodera de nosotros existe una gran el propio vehÌculo revisten un peligro f·lico, cuyo origen evolutivo se remon-
probabilidad de que cometamos errores, mucho mayor que los realizados en aviÛn. ta mucho antes que la corteza cerebral,
lo mismo que sucede con las emociones Seg˙n datos del Consejo Nacional de responsable del pensamiento abstracto y
de amor, ira y otras. Seguridad de los Estados Unidos, la pro- racional. AhÌ radica precisamente la ven-
Esa tendencia al comportamiento irra- babilidad de morir en un accidente de taja de la emotividad humana: los senti-
cional se manifestÛ en las reacciones coche es 37 veces m·s alta que si se viaja mientos pueden orientar nuestro compor-
subsiguientes a los actos terroristas del en aviÛn. De acuerdo con el cÛmputo tamiento. øCÛmo? Orillando las decisiones
11 de septiembre de 2001. DespuÈs de di- estadÌstico, la secciÛn m·s peligrosa del y ponderaciones de la corteza, tan comple-
fundirse la noticia de la existencia de car- viaje corresponde al tramo hasta el aero- jas y en las que se invierte mucho tiem-
tas con gÈrmenes de carbunco y de las puerto realizado en el propio vehÌculo. po. Gracias al ìcortocircuitoî neuronal,
primeras vÌctimas mortales por esta cau- David G. Myers ha calculado que, si se nuestros antepasados salvarÌan la vida en
sa, muchos estadounidenses, presas del hiciera en coche sÛlo la mitad de los kilÛ- alguna ocasiÛn al avistar un tigre de diente
p·nico, se aprovisionaron de m·scaras metros de vuelo, el n˙mero de muertos de sable. El miedo dirige toda nuestra
antig·s, hasta vaciar los almacenes. Ahora por accidente de tr·fico en carretera lle- atenciÛn a los aspectos importantes de la
bien, esos filtros respiratorios, harto incÛ- garÌa a 800, es decir, el triple de los pa- situaciÛn y nos posibilita reaccionar de
modos, sÛlo protegen si se portan de sajeros de vuelo muertos en los atenta- forma r·pida y efectiva. Hay dos opcio-
forma permanente, lo que muy pocos dos terroristas. nes alternativas: luchar o huir. El miedo
llevaban a la pr·ctica. HabÌan dejado de Los n˙meros ratifican, pues, que el impulsa la tendencia a la huida.
cumplir su funciÛn protectora para con- miedo es un mal consejero; nos conduce
vertirse en antÌdoto contra el miedo. en la direcciÛn equivocada. Cuando nos Poder de los sentimientos
Otras reacciones adquirieron un asustamos de algo recurrimos a medidas øSe halla programada la cobardÌa? No
alcance global. AsÌ, los viajes en aviÛn. que conjuren la sensaciÛn desagradable es improbable. Seg˙n algunas inves-
De inmediato, muchas personas elimi- de miedo; lo hacemos, sin embargo, con tigaciones, los estados de ·nimo afecti-
naron el vuelo entre sus opciones de medios inadecuados para enfrentarse al vos, es decir, el buen o mal humor y los
transporte. Las consecuencias econÛ- peligro en sÌ. Nos sentimos m·s seguros sentimientos, producen uno de los dos
micas para las empresas turÌsticas y las al cambiar del aviÛn al coche aunque, si modelos b·sicos de comportamiento: la
lÌneas aÈreas fueron tan catastrÛficas, atendemos a las estadÌsticas, corremos aproximaciÛn o la evasiÛn. El amor y
que algunas se declararon en quiebra. Si con la segunda opciÛn mayores riesgos. otras emociones positivas impulsan al
Atajo a la amígdala
Seg˙n el contexto en que se ponga ante
nuestra vista la mariposa, se activan
simult·neamente determinadas asocia-
ciones que tenemos almacenadas sobre
el lepidÛptero. En la mayorÌa de las per-
sonas se tratar· de sensaciones agrada-
bles (primavera, prado o naturaleza).
DPA
2. EL MIEDO COMPULSIVO.
A los pocos días de aparecer en EE.UU.
en 2001 las primeras cartas con gérmenes
del carbunco, se habían agotado todas las
máscaras antigás.
Thomas Euler vista. Sin ella, un camaleÛn no acerta- las cÈlulas ganglionares presentaban
rÌa a la hora de proyectar su pegadiza cierta preferencia direccional. AsÌ, unas
T
arde de f˙tbol. El locutor narra lengua en el lugar y momento oportu- se excitaban sÛlo ante estÌmulos que cru-
el lance. ìAtenciÛn al disparo nos sobre el insecto que, infeliz, vuela zaban el campo de visiÛn de derecha a
desde la esquina izquierda del cruzando su campo de visiÛn. Nosotros izquierda; otras lo hacÌan en el caso con-
·rea de castigo. °Potente y colo- mismos dependemos de la aportaciÛn trario; otras, por fin, distinguÌan si la
cado! øImparable? No para el cancer- continua de informaciÛn relativa al seÒal de luz se movÌa de arriba abajo o
bero. Con la velocidad del rayo aparece movimiento, sea en el deporte o al atra- de abajo arriba.
y desvÌa el cuero en el ˙ltimo momento vesar una calle. Estos datos permiten El descubrimiento de la selectividad
con la punta de los dedos m·s all· del estimar la distancia y velocidad de un direccional de determinadas neuronas
travesaÒo.î Y sentencia: ìReflejos impre- vehÌculo que se acerca, de manera que de la retina confirmÛ una antigua sos-
sionantesî. sÛlo cruzaremos la calzada si estamos pecha: la retina no era un mero detector
Pero esa parada ìestelarî se debe, casi seguros de lograrlo. que convertÌa la luz en impulsos ner-
exclusivamente, a la decisiva aportaciÛn De tan importante trabajo previo lle- viosos. Recordando la met·fora, se tra-
de un Ûrgano cuyas prestaciones suelen vado a cabo por la retina se tuvo primera taba de algo m·s que de una pelÌcula fo-
pasar inadvertidas. Nos referimos a la noticia a raÌz de los trabajos de Horace togr·fica. Actualmente, junto a las cÈlulas
retina. Puede establecerse cierto paran- Barlow y William Levick, de la Univer- ganglionares indicadoras de direcciÛn,
gÛn entre la capa de cÈlulas nerviosas sidad de Cambridge, a principios de los o DS (en razÛn de su denominaciÛn
fotosensibles de la parte posterior del aÒos sesenta. Investigaban en la retina inglesa ìDirection Selectiveî), existen
interior del globo ocular y la pelÌcula de de los animales de laboratorio la res- docenas de otros tipos de cÈlulas gan-
una c·mara fotogr·fica. Pero la compa- puesta de las cÈlulas ganglionares ante glionares con respuestas de complejidad
raciÛn resulta, con todo, incompleta. La el movimiento. Cumple a Èstas vehicu- equivalente. Unas reconocen lÌneas y
retina es mucho m·s. Como si se tratase lar la salida de datos de la retina, ya que aristas o pequeÒos puntos. Otras miden
de un procesador especializado, analiza, sus axones se conectan al nervio Ûptico, y codifican el brillo. Las hay especiali-
extrae y filtra la imagen captada en fun- que, a su vez, transmite la informaciÛn zadas en informaciones crom·ticas que,
ciÛn de aspectos temporales, espaciales a los centros visuales del cerebro. Barlow por ejemplo, responden vivamente ante
y crom·ticos. Los datos clasificados se y Levick proyectaron diferentes patro- tonalidades azules y son inhibidas por
transmiten luego, comprimidos, a los nes de luz sobre la retina y registraron, su color complementario, el naranja.
centros del cerebro responsables de la al mismo tiempo, la actividad elÈctrica Aludimos a las cÈlulas ìsensibles a colo-
visiÛn, donde se procesan. Volviendo a de las cÈlulas ganglionares gracias a la res antagÛnicosî.
la gesta del deportista, Èsta ha obtenido informaciÛn obtenida de microelectro- Con los trabajos de Barlow y Levick
ya de la retina la informaciÛn de que su dos implantados. se puso tambiÈn de manifiesto que los
objeto deseado, el balÛn, vuela desde su estÌmulos Ûpticos, captados por las cÈlu-
derecha hacia la porterÌa. Colores, formas y direcciones las fotosensibles a la luz, sufren un pro-
La capacidad que ofrece la visiÛn de Para su sorpresa, comprobaron que de- cesamiento previo en el sistema reti-
poder reconocer movimientos y direc- terminadas neuronas ˙nicamente emi- niano antes de llegar a centros de la visiÛn
ciones de los mismos es esencial para tÌan impulsos cuando se movÌa un punto superiores. Los investigadores brit·ni-
los organismos que se orientan pri- luminoso. Ante luz est·tica, no se pro- cos plantearon, al propio tiempo, una
mordialmente a travÈs del sentido de la ducÌa reacciÛn alguna. Y lo que es m·s, cuestiÛn que, desde entonces, ha cen-
DPA
cÛmo lleva a cabo la retina los c·lculos
correspondientes?
CabÌa, en principio, dos respuestas.
Seg˙n el modelo postsin·ptico, las cÈlu-
las ganglionares calcularÌan por su cuenta
la direcciÛn del movimiento al integrar
seÒales inhibidas y potenciadas. Seg˙n
el sistema presin·ptico, las neuronas DS
podrÌan recibir de otras cÈlulas nervio-
sas anteriores, las ìinterneuronasî, la in-
formaciÛn adecuada sobre la direcciÛn,
informaciÛn que ˙nicamente deberÌan
codificar como secuencia de potencia-
les de acciÛn y enviar al nervio Ûptico.
1. REFLEJOS ESPECTACULARES. Las fulgurantes reacciones de los deportistas de elite
Ambos planteamientos recibieron se basan en el trabajo previo realizado por las neuronas de la retina, que emiten una
apoyo experimental. Paulatinamente, sin respuesta selectiva en función de la dirección.
embargo, se han ido acumulando indi-
cios que avalan el modelo presin·ptico.
El avance revolucionario se produjo hace la conexiÛn de salida que usan para la øSon realmente las cÈlulas estrelladas
dos aÒos. El grupo dirigido por Shigetada propagaciÛn de las seÒales elÈctricas. amacrinas el lugar de la retina donde se
Nakanishi, de la Universidad de Kyoto, Para ello se sirven de otros apÈndices, procesan las informaciones direcciona-
trabajaba con ratones transgÈnicos en las dendritas; mediante Èstas reciben los les? En principio cumplen determinadas
los que observaron la siguiente peculia- impulsos de las cÈlulas nerviosas de su caracterÌsticas necesarias para poder rea-
ridad: con una toxina, se les desactivaba entorno y generan la sinapsis de salida lizar los c·lculos previos y propios de la
un tipo de interneurona de la retina, las hacia las neuronas vecinas. neurona de direcciÛn. Sus apÈndices se
neuronas estrelladas amacrinas (SA). En las cÈlulas estrelladas amacrinas, hallan entrelazados, a travÈs de contac-
Tras dicha desactivaciÛn, las cÈlulas gan- las dendritas se disponen de una forma tos sin·pticos, con las dendritas de las
glionares DS perdÌan la selectividad a la muy caracterÌstica. De un soma celu- cÈlulas ganglionares DS; la densidad de
direcciÛn; de ello se deducÌa que, para lar esfÈrico parten, en todas las direc- poblaciÛn de dichas cÈlulas SA es tal, que
tal funciÛn, dependÌan de la informaciÛn ciones, entre cuatro y seis dendritas permite la potencia de c·lculo requerida
aportada por las estrelladas amacrinas. primarias; Èstas, a su vez, originan nu- para ejecutar el complejo procesamiento
La expresiÛn ìcÈlula amacrinaî la merosas ramificaciones secundarias. de las seÒales.
acuÒÛ Santiago RamÛn y Cajal. Amacrina Observado el conjunto al microscopio, En las cl·sicas mediciones electrofi-
significa carente de axÛn. En efecto, al evoca un espect·culo pirotÈcnico fas- siolÛgicas, basadas en electrodos implan-
contrario que la mayorÌa del resto de tuoso, como si de una explosiÛn este- tados en el soma celular, no se podÌa
neuronas, las cÈlulas amacrinas no poseen lar se tratase. observar ninguna respuesta ante estÌmu-
a b c
antwort
RESPUESTAS
THOMAS EULER
DEL CALCIO
TIEMPO
ESCLEROTICA RETINA
CORNEA
LUZ
CELULA PIGMENTARIA
FOTORRECEPTOR
PUPILA CELULA BIPOLAR
CELULA HORIZONTAL
CELULA DE MÜLLER
CELULA AMACRINA
CELULA GLANGLIONAR
CRISTALINO
THOMAS EULER
IRIS NERVIO
CUERPOS OPTICO
CILIARES
los tÌpicos de movimiento; por ejemplo, tan de un grosor excesivo para poder fluorescencia, conocemos en los expe-
franjas mÛviles de luz. implantarlos. rimentos la transmisiÛn de seÒal en las
Pero los impulsos elÈctricos no cons- cÈlulas estrelladas amacrinas.
Demasiado delgado tituyen los ˙nicos indicadores de trans- El principio de operaciÛn es de nota-
para la toma de datos misiÛn de seÒales. Las neuronas emplean ble sencillez. Tras extraer la retina del
No cabÌa esperar tal comportamiento, tambiÈn el lenguaje de la quÌmica, sus- ojo del animal de laboratorio, se la depo-
habida cuenta de la particular morfolo- ceptible de interpretaciÛn mediante una sita en una soluciÛn nutritiva. Se inyec-
gÌa de las cÈlulas SA. En efecto, lo mismo tÈcnica novedosa, la microscopÌa bifo- ta, luego, en cada cÈlula SA un indica-
el procesamiento de las seÒales recibi- tÛnica, que hace visibles los cambios en dor colorante especÌfico, que emite
das que la rendiciÛn de los resultados de las concentraciones de iones de calcio. fluorescencia cuando se produce una
dicho procesamiento se realizan de ma- Cuando se excita una neurona, los iones excitaciÛn. La molÈcula de colorante
nera completamente local en las den- se desplazan masivamente al interior de brilla con especial intensidad cuando
dritas. Los impulsos no pasan siquiera la cÈlula para unirse a una determina- est· unida a iones de calcio. AsÌ pues,
por el soma celular. da proteÌna, lo que desencadena el ver- si al analizar una cÈlula SA a travÈs del
Por consiguiente, habrÌa que tomar las tido de neurotransmisores en la zona microscopio detectamos en un punto
muestras directamente en el lugar donde sin·ptica. Por lo tanto, un aumento de la determinado un incremento de la fluo-
se lleva a cabo el proceso; ahora bien, concentraciÛn de calcio intracelular rescencia y, por ende, de la concentra-
ello constituirÌa una tarea harto difÌcil, indica de manera indirecta que la neu- ciÛn de iones de calcio, estaremos pre-
pues el di·metro del extremo de las den- rona se encuentra en plena fase de envÌo senciando in situ el momento en el que
dritas apenas mide un micrometro. de informaciones. Merced a este com- una seÒal se transmite a la siguiente
Incluso los electrodos m·s finos resul- portamiento, manifestado en forma de neurona.
KLAUS LUNAU
metros; por tanto, no estimula los foto- cionaba. De ese comportamiento se des-
rreceptores de la retina, ya que Èstos reac- prendÌa que una cÈlula estrellada ama-
cionan sÛlo ante luz entre los 400 y 700 crina posee diversos detectores de direc-
nanÛmetros de longitud de onda. ciÛn que trabajan de forma independiente
Gracias a esa nueva tÈcnica, las reac- y que muestran, a su vez, distintas ìpre-
ciones que desencadenan los estÌmulos ferencias direccionalesî; es decir, sus dores, poseen inhibidores. Ello nos in-
mÛviles luminosos en las cÈlulas estre- dendritas. duce a pensar en un sistema de conmu-
lladas amacrinas pueden observarse ahora Los defensores de la teorÌa presin·p- taciÛn m·s refinado. Las neuronas SA
en directo en el tejido vivo y, por lo tanto, tica est·n, por tanto, en lo cierto. Como situadas en el lado opuesto de las cÈlu-
todavÌa fotosensible de la retina. øPodre- demuestran nuestros experimentos, el las ganglionares DS podrÌan reprimir
mos, entonces, resolver por fin la cues- c·lculo de la direcciÛn de un movimiento cualquier actividad en cuanto un estÌmu-
tiÛn planteada por Barlow y Levick? de un objeto situado en el campo de lo Ûptico procediera de la direcciÛn equi-
En las investigaciones nos centramos visiÛn se efect˙a ya en una etapa ante- vocada; vetarÌan la reacciÛn ante estÌ-
en el tercio exterior de las extensiones rior a las cÈlulas ganglionares DS. mulos provenientes del lado opuesto. Un
dendrÌticas; mientras que las entradas øCÛmo utilizan las neuronas DS la mecanismo semejante mejorarÌa a˙n m·s
sin·pticas de las cÈlulas SA est·n repar- informaciÛn direccional? Si recogiesen la selectividad de los microcomputado-
tidas a lo largo de todo el ·rbol de den- indiscriminadamente la salida de datos res retinianos.
dritas, las salidas sin·pticas se encuen- de cada una de las cÈlulas SA de su En cualquier caso, se trata de una hi-
tran exclusivamente en dicha zona. En entorno inmediato, no hablarÌamos de pÛtesis sin confirmar. Existen, adem·s,
los primeros experimentos, los estÌmulos indicadores de direcciÛn, sino de detec- varias cuestiones que esperan respues-
luminosos empleados tenÌan la forma de tores de movimiento muy sensibles. Al ta. Quiz· lo m·s interesante sea, a su vez,
un trozo de tarta con la punta en el cen- fin y al cabo, se dispone para cada direc- lo m·s difÌcil: øcÛmo consigue la natu-
tro de una cÈlula amacrina. Realmente, ciÛn de, al menos, una dendrita de cÈlula raleza establecer un patrÛn tan complejo
la concentraciÛn de calcio sÛlo aumentÛ estrellada que responde con particular de interconexiones entre cÈlulas ner-
en las dendritas ubicadas en el interior intensidad. Una cÈlula ganglionar DS viosas durante el desarrollo embriona-
de dicha zona, lo cual significa que los sÛlo puede ser selectiva frente a las direc- rio? Todo apunta a que la selectividad
finÌsimos apÈndices celulares procesan ciones, si recibe mayoritariamente seÒa- direccional de la retina va a seguir dando
las seÒales entrantes directamente in situ les procedentes de dendritas SA especÌ- trabajo a la prÛxima generaciÛn de neu-
y realizan sus c·lculos con independen- ficas para una determinada orientaciÛn; robiÛlogos.
cia de las otras dendritas. es decir, que posean aproximadamente
A continuaciÛn, utilizamos patrones la misma direcciÛn preferente. Y para que
de luz en forma de franjas que se despla- ello funcione, se requiere que todas las
zaban por la neurona SA. Estos estÌmu- cÈlulas SA unidas, mediante sinapsis, a THOMAS EULER, biólogo del Instituto Max
los luminosos en movimiento provoca- esta neurona DS se ubiquen a un lado de Planck de Investigaciones Médicas en
Heidelberg, trabaja en óptica biomédica.
ron valores de calcio m·s notables. Al la cÈlula ganglionar.
analizar la intensidad de fluorescencia, Investigadores de la Universidad de
descubrimos que cada ramificaciÛn de California en Berkeley han hallado recien- Bibliografía complementaria
la dendrita reaccionaba con mayor inten- temente indicios de la existencia real de D IRECTION -S ELECTIVE G ANGLION C ELLS IN
sidad ante una diferente orientaciÛn del un esquema de interconexiones tan selec- THE R ETINA . D. I. Vaney, W. R. Levick en
patrÛn lineal previo. tivo. Estimularon una cÈlula estrellada Motion Vision-Computational, Neural, and
amacrina mediante una descarga elÈc- Ecological Contraints. Springer; Heidelberg,
La dirección es la clave trica a travÈs de un microelectrodo; regis- 2001.
Siempre que las bandas luminosas se traron las respuestas de una cÈlula gan- DIRECTION-SELECTIVE CALCIUM SIGNALS IN
desplazaban en sentido centrÌfugo, es glionar DS colindante mediante un DENDRITES OF STARBURST AMACRINE.T. Euler
decir, partiendo del soma celular al ex- segundo microelectrodo. La acciÛn de et al. en Nature, vol. 418, pág. 845; 2002.
terior, a travÈs de una dendrita, aumen- respuesta por parte de la cÈlula ganglio- M ECHANISMS AND C IRCUITRY U NDERLYING
taban los valores del calcio. Cuando el nar DS dependÌa del lado donde se hallaba D IRECTIONAL S ELECTIVITY IN THE R ETINA .
movimiento se producÌa en sentido con- la neurona SAestimulada elÈctricamente. S. I. Fried et al. en Nature, vol. 420, pág.
trario, el apÈndice no mostraba respuesta Ahora bien, las cÈlulas estrelladas, 411; 2002.
alguna, mientras que su opuesto reac- adem·s de neurotransmisores estimula-
Markus Hausmann bastante superior de mujeres habÌa rea- r·pido se mueva el objetivo, con tanta
lizado el ìtest ac˙sticoî correctamente; mayor celeridad deber· efectuarse el
I
nspector Craddock: ìSolamente a en cambio, el problema espacial del ìtest an·lisis espacial; y eso es lo que ejecuta
un cerebro femenino y, en particular de formasî fue resuelto de manera satis- con mayor facilidad un varÛn.
al suyo, se le podrÌa ocurrir algo se- factoria por una cifra mayor de varones. Las mujeres, en cambio, brillan en los
mejanteî. Miss Marple: ìInspec- Doreen Kimura, de la Universidad ejercicios donde importan movimientos
tor, quiz· le incomode que el cerebro de Simon Fraser, seleccionÛ y examinÛ las gr·ciles y sutiles. Pueden controlar la
una mujer supere en ocasiones al de un publicaciones cientÌficas relativas a la musculatura de sus dedos y manos con
hombre, pero deber· resignarse a acep- cuestiÛn. A partir de las mismas, elaborÛ mayor rapidez y precisiÛn, asÌ como de-
tarloî. La aguda respuesta de Margaret en el aÒo 2002 una selecciÛn tÌpica de sarrollar mejor los movimientos de re-
Rutherfords en la pelÌcula basada en la ejercicios en los que, ora los varones, ora corrido harto complejo. Se ha demostrado
obra de Agatha Christie, 16:50h desde las mujeres lograban un mejor rendimien- por vÌa experimental que esta diferen-
Paddington, apunta al corazÛn de un vie- to. Afloraba de tal estudio una tenden- cia no guarda relaciÛn con el tamaÒo de
jo prejuicio sobre la superioridad men- cia muy clara. En general, la mujer supera la mano y otros par·metros semejantes;
tal del varÛn. Huellas del mismo apare- al hombre en tests relacionados con capa- la ventaja femenina se basarÌa en carac-
cen todavÌa en tÛpicos del tenor siguiente: cidades verbales, mientras que el varÛn terÌsticas distintivas de su cerebro.
ìNi los hombres saben escuchar ni las le gana en los problemas espaciales. Pero Ante estos indicios, los expertos en
mujeres aparcarî. no hay regla sin excepciÛn; en cierto neuroanatomÌa se propusieron inves-
Pero, øse trata siempre de un mero problema espacial las mujeres vencen tigar, en la estructura cerebral, las di-
prejuicio? Desde hace aÒos se viene in- con claridad: cuando se trata de recor- ferencias entre sexos. No tardaron en
vestigando el pensamiento masculino y dar la ubicaciÛn de los objetos, una tarea llegar los primeros descubrimientos. AsÌ,
femenino en busca de caracteres distin- habitual en los juegos de memoria. se observÛ que el cerebro de la mujer es,
tivos. Ya en 1975, el grupo dirigido por en promedio, entre un diez y un quince
Max Coltheart anotaba en Nature las di- El tamaño del cerebro por ciento menor que el del varÛn, amÈn
ferencias sexuales en la resoluciÛn de dos Las habilidades espaciales ayudan a los de bastante m·s ligero. Tal desigualdad
problemas. En el ìtest ac˙sticoî, los vo- varones no sÛlo en la representaciÛn tri- no cabe atribuirla en exclusiva a la di-
luntarios masculinos y femeninos de- dimensional de objetos, sino tambiÈn en ferencia media de tamaÒo corporal en-
bÌan contar todas las letras del alfabeto determinadas destrezas motoras. Est· tre uno y otra. Bente Pakkenberg y Hans
cuya pronunciaciÛn incluyese una ìeî, comprobado estadÌsticamente que su- J. Gudersen estimaron que la corteza
como por ejemplo B, C, D, E, F, G. peran a las mujeres en lanzamientos de cerebral femenina contiene aproxima-
En el ìtest de formasî, los mismos punterÌa, como los dardos, asÌ como en damente 3500 millones de neuronas
probandos debÌan contar las may˙scu- la recepciÛn o desvÌo de objetos. En di- menos que la masculina; en cualquier
las con alg˙n rasgo curvo; por ejemplo, chos ejercicios, el cerebro debe coordi- caso, se trata de una diferencia del 16 por
B, C, D, G. Con una condiciÛn determi- nar la informaciÛn sobre la ubicaciÛn ciento.
nante, a saber, que los participantes no del objetivo con los datos sobre la di- Conviene adelantar, sin embargo, que
podÌan ni pronunciar en voz alta ni escri- recciÛn y velocidad de los movimientos estas cifras no significan en absoluto que
bir las letras. Se demostrÛ que un n˙mero de manos, brazos y tronco. Cuanto m·s la mujer posea una inteligencia menor
CINETEXT
ROLES ARQUETIPICOS. A fin de
encubrir su agudo ingenio, Miss Marple
utiliza un estereotipo sexual muy
arraigado en nuestra cultura.
150 a
NUMERO DE PARTICIPANTES
solÌan ser superiores. En conclusiÛn: las gencias acostumbran ser de Ìndole in-
habilidades femeninas y masculinas tÌpi- dividual; muchos hombres poseen a
cas se potencian o inhiben en funciÛn de menudo capacidades ling¸Ìsticas exce-
la concentraciÛn de hormonas sexuales, lentes y numerosas mujeres presentan
100 por lo menos, en las mujeres. una m·s que notable habilidad en la con-
øY cu·l es la situaciÛn en los hombres? cepciÛn espacial. Las diferencias tÌpicas
TambiÈn en ellos se altera sin cesar el entre sexos se refieren a la media de
nivel de testosterona; sigue un ritmo cir- grandes grupos de mujeres y hombres que
cadiano y anual. La concentraciÛn, mayor participan en los ensayos. Por no hablar
50
por la maÒana que por la noche, es en del alto grado de solapamiento entre las
60 80 100 120 140 primavera menor que en otoÒo. AquÌ capacidades de ambos sexos; las diferen-
PUNTUACION EN UN TEST tambiÈn las variaciones hormonales influ- cias dentro de un mismo sexo superan
yen sobre las capacidades espaciales. casi siempre las existentes entre los sexos
Mas, a diferencia de lo que acontece en complementarios.
de los niveles de hormonas sexuales la mujer, la norma ìcuanto m·s mejorî A partir de las inferencias estadÌsticas
sobre los procesos mentales de personas no vige para el varÛn. Los hombres con- no se puede concluir la mayor idoneidad
sanas, la investigaciÛn se ha centrado en siguieron los mejores resultados en de un varÛn o una mujer para determi-
el ciclo hormonal de la menstruaciÛn, de momentos en los que habÌa caÌdo la con- nada profesiÛn. Son los puntos fuertes y
conocidos altibajos. En nuestro Institu- centraciÛn de testosterona. dÈbiles de cada individuo los que incli-
to de Neurociencias Cognitivas de la Aunque no se ha avanzado en el de- nan el interÈs por tal o cual actividad.
Universidad Ruhr de Bochum analiza- sentraÒamiento del mecanismo en virtud
mos las variaciones de diversas capaci- del cual las hormonas sexuales influyen
dades mentales en cada fase del ciclo sobre las capacidades cognitivas, nues-
MARKUS HAUSMANN, doctor en psicolo-
femenino. Procedimos a registrar las va- tro grupo ha desarrollado ensayos que gía, trabaja en el Instituto de Neurociencias
riaciones hormonales de un grupo de ponen de manifiesto la influencia de las Cognitivas de la Universidad Ruhr en Bochum.
mujeres durante un perÌodo de 6 sema- hormonas sexuales sobre el funciona-
nas; en dos ocasiones planteamos a todas miento asimÈtrico del cerebro. Las muje-
Bibliografía complementaria
las participantes ejercicios de capacida- res que se encuentran en las fases del ciclo
des espaciales: primero, en mitad de la con niveles bajos de hormonas sexuales SEX AND COGNITION. D. Kimura. MIT Press;
fase de cuerpo l˙teo, caracterizada por femeninas resuelven los ejercicios lin- Cambridge, 1999.
su alto nivel de estradiol y progesterona, g¸Ìsticos o espaciales recurriendo a un S EX D IFFERENCES IN C OGNITIVE A BILITIES .
y, luego, durante la menstruaciÛn, fase hemisferio, es decir, igual, pues que los D. F. Halpern. Lawrence Erlbaum; Mah-
en la que la hormona sexual femenina varones; se trata de un efecto que dis- wah, 2000.
aparece en menor concentraciÛn. minuye en torno al dÌa 22 del ciclo, coin- THE ESSENTIAL DIFFERENCE:THE TRUTH ABOUT
Las mujeres obtuvieron, en la ˙ltima cidiendo con la fase de m·ximo hormo- THE M ALE AND F EMALE B RAIN . S. Baron-Co-
prueba, un buen rendimiento en los ejer- nal. A tenor de nuestros ensayos, la hen. Perseus Books; Nueva York, 2003.
cicios espaciales, como en el test men- hormona del cuerpo l˙teo, la progeste-
Hans-Walter Schmuhl incluso llamÛ la atenciÛn a sus propios Reich fue el paÌs de las posibilidades ili-
padres. Probablemente el proceso se mitadas. Los escr˙pulos morales se deja-
E
l 5 de enero de 1937 Julius Hal- habÌa instaurado incluso antes de esa ron de lado.
lervorden, prestigioso patÛ- fecha. Le adjunto a usted un sucinto bos- Desde entonces, los neurÛlogos, los
logo y director entonces del quejo de la transmisiÛn hereditaria en patÛlogos y, en general, todos los cien-
Instituto Forense Central del esta familia. He pedido a nuestro colega tÌficos dedicados a la investigaciÛn cere-
Hospital Psiqui·trico en Potsdam, reci- Hegemann que le envÌe a usted el cerebro bral no mostraron particular atenciÛn
bÌa una carta de un viejo conocido. La del muchacho. Me he hecho aconsejar hacia la procedencia de sus preparacio-
remitÌa Friedrich Panse, psiquiatra, quien, al respecto por nuestro joven patÛlogo nes. A su imagen, la psiquiatrÌa genÈtica
tras haber estado trabajando en el sana- y espero que la forma de conservaciÛn se embarcÛ en sus propias investigacio-
torio berlinÈs de Wittenau, acababa de sea de su entera satisfacciÛn. Dado que, nes sin tener en cuenta el tratamiento de
trasladarse a Bonn para ocupar la plaza como es lÛgico, desconozco cu·ndo se los enfermos. En el decenio de los treinta,
de mÈdico jefe del Instituto Provincial producir· la muerte de Bernhard R., no la combinaciÛn de observaciÛn clÌnica
de Renania para la InvestigaciÛn GenÈtica puedo todavÌa adelantarle la fecha exacta y examen anatomopatolÛgico constituÌa
de los Mecanismos NeurolÛgico-Psi- en la que le ser· remitido su cerebro.î el mÈtodo fundamental para el conoci-
qui·tricos, recientemente creado por el miento de las enfermedades psiqui·tri-
estado nacionalsocialista. En ella escri- Ni a Panse ni a Hallervorden se les cas y neurolÛgicas. Por eso, cuanto antes
bÌa lo siguiente: ocurriÛ, por supuesto, disponer nada so- se realizaran, tras la muerte, los ex·me-
bre el cerebro de aquel joven de dieci- nes anatÛmicos e histolÛgicos m·s fia-
ìEstamos trabajando con familias rena- sÈis aÒos mientras Èste se encontraba bles se consideraban los resultados.
nas afectadas por el corea de Huntington todavÌa con vida. Pero con la misma
y hemos reunido ya la sorprendente cifra naturalidad, los neurÛlogos y psiquia- Colaboración mortífera
de m·s de cien familias con esta enfer- tras pasaron a disponerlo un poco m·s En el caso que se acaba de relatar los
medad. Dentro de esta gran cuantÌa adelante, cuando, en el contexto de la lla- investigadores no esperaron mucho
puede encontrarse, como es lÛgico, un mada CampaÒa Alemana de Eutanasia tiempo. Berhard R. muriÛ unos pocos
material peculiar y especialmente in- emprendida por el estado nacionalso- dÌas despuÈs del envÌo de la carta. De
teresante. AsÌ, por ejemplo, no resulta cialista a partir de 1939, se les ofreciÛ inmediato se procediÛ a la autopsia; el
extraÒo en absoluto ver en este conjun- la oportunidad de realizar investigaciÛn cerebro, debidamente conservado, se
to casos de niÒos que padecen estadios b·sica a gran escala. Los correspondien- remitiÛ a Potsdam, donde Hallervorden
de r·pida progresiÛn. A este respecto, tes trabajos cientÌficos óasÌ como los se puso r·pidamente manos a la obra.
el 2 de enero pasado, al llevar a cabo propios asesinatos de los enfermosó se A principios de junio, Panse agradecÌa
una inspecciÛn en Essen, encontrÈ produjeron bajo la direcciÛn de mÈdicos. el envÌo de los resultados de su examen.
casualmente a Bernhard R., un caso de No se necesitÛ ning˙n tipo de presiÛn por øA quÈ obedecÌa ese destacado interÈs
corea congÈnito infantil, que se hallaba parte del rÈgimen nazi; los mÈdicos pusie- en el caso de Berhard R.? La respuesta
pr·cticamente moribundo. Se trata de un ron todo su entusiasmo en convertir en es sencilla: el corea de Huntington, una
estado infantil r·pidamente progresivo, realidad la polÌtica eugenÈsica del Na- enfermedad neurolÛgica degenerativa
tan evidente ya a los siete aÒos, que cionalsocialismo. Para ellos, el Tercer que suele declararse en la cuarta o quin-
3. “ACTIVIDAD PROPAGANDÍSTICA”.
Los científicos que participaron en la
aplicación de técnicas agresivas hasta
llegar a la eutanasia de los pacientes
psiquiátricos no fueron inducidos por
ninguna orden del régimen nazi. Pero de
la propaganda concomitante sí se hicieron
cargo las instituciones del Partido.
Lee Alan Dugatkin o la observaciÛn de la pelea. No sÛlo taje muy elevado de casos. Y finalmente,
eso; la victoria, la derrota o la presencia cuando a Èstos se les daba por segunda
A
dmitamos que los seres huma- inciden, de un modo determinante, en el vez una tercera posibilidad, el resultado
nos le hemos dado a nuestra orden social de los grupos animales y de era todavÌa m·s lamentable, pues no
sociedad un barniz de civili- las organizaciones humanas. ganaba ni siquiera uno solo de ellos.
zaciÛn. Reconozcamos, em- Gordon Schuett, de la Universidad de Schuett se habÌa encontrado con un ejem-
pero, que tambiÈn entre nosotros rige la Arizona en Tempe, investiga estos efec- plo palmario del efecto perdedor.
ley de la jungla. O devoras o te devoran. tos psicolÛgicos en la serpiente vene- Otros ensayos realizados en los ˙lti-
Los animales, a la vista est·, se desen- nosa cabeza de cobre (Agkistrodon con- mos aÒos con insectos, peces, aves y
vuelven en una incesante lucha por lo que tortrix). Los m·s agresivos son los mamÌferos, han mostrado que tambiÈn
en verdad les importa: sexo, bienestar ma- machos cuando luchan por las hembras. las victorias y las derrotas pasadas influ-
terial y territorio. No sÛlo la sociedad En uno de los experimentos Schuett yen en el rendimiento combativo. El pez
humana presenta una organizaciÛn jer·r- colocÛ en el centro de un terreno aco- de acuario portaespada (Xiphophorus
quica; en la mayorÌa de los grupos ani- tado una hembra y, en lados opuestos, helleri), el pez hebra (Trichogaster tri-
males, unos, muy pocos, marcan la pauta, sendos machos. Los machos no habÌan chopterus), grillos y ratas exhiben ambos
mientras que el resto se somete a la ley librado ninguna lucha en los ˙ltimos seis efectos, el ganador y el perdedor. Se de-
del m·s fuerte. a doce meses. jan impresionar por las derrotas la perca
Alguien podrÌa objetar que en los con- En el primer enfrentamiento, resultÛ solar com˙n (Lepomis gibbosus) y la
flictos entre personas desempeÒa una decisivo el tamaÒo. De un total de 32 pe- perca solar verde (Lepomis cyanellus),
funciÛn destacada la psicologÌa, en tanto leas, saliÛ siempre vencedor el m·s cor- por citar dos ejemplos. No se ha descu-
que los animales confÌan exclusivamente pulento. øQuÈ ocurrirÌa en una segunda bierto ninguna especie que manifieste
en su tamaÒo y fuerza. Aunque es cierto ronda? Schuett eligiÛ diez vencedores y exclusivamente el efecto ganador.
que los animales no argumentan, resulta diez perdedores de luchas precedentes. Pero los efectos ganador y perdedor
cada vez m·s evidente la implicaciÛn de EnfrentÛ a cada uno a un macho del no sÛlo repercuten en el momento del
factores psicolÛgicos en la resoluciÛn mismo tamaÒo y sin experiencia de pelea. combate. Cada pelea configura al mismo
de sus conflictos. TambiÈn ellos tienen ObservÛ que los vencedores de la pri- tiempo la jerarquÌa social, los rangos que
rachas de buena y mala suerte. Y, asi- mera ronda no gozaban de mayores posi- determinan quiÈnes obtienen quÈ recur-
mismo, las experiencias de conflictos bilidades de victoria que sus antagonis- sos. A lo largo de los cinco ˙ltimos aÒos
pasados repercuten en el presente. tas. Dicho con otras palabras, entre las mis colaboradores y yo hemos abordado,
Se trate del hombre o del animal, la serpientes cabeza de cobre no existe el mediante simulaciones por ordenador,
forma en que un conflicto transcurre efecto ganador. Ahora bien, los machos la influencia de los efectos ganador y
viene condicionada por el modo en que que habÌan perdido su primer combate perdedor en la formaciÛn y estabilidad
se reacciona ante la victoria, la derrota volvieron a ser derrotados en un porcen- de las jerarquÌas. La cuestiÛn es si estos
efectos son determinantes en el tipo de dades. En primer lugar, que cada uno animales en sus relaciones mutuas nos
jerarquÌa del grupo correspondiente y siga su camino por su cuenta porque han percatamos de que cada individuo conoce
de si repercuten en el comportamiento decidido renunciar a la lucha. Este es el exactamente su propio rango, asÌ como
durante la lucha. caso m·s corriente, cuando los dos con- el del resto de los integrantes del grupo.
Intervienen en nuestro campo de juego sideran escasa su propia fuerza comba- Cuando act˙a el efecto perdedor se
virtual cuatro participantes; a cada uno tiva. Se trata de la postura propia de la instaura una jerarquÌa mucho m·s auto-
se le asigna una determinada fuerza com- conducta de ostentaciÛn en los anima- cr·tica; se aprecia en los gorilas, muchas
bativa. Se les agrupa al azar para que se les salvajes. Cabe, en segundo lugar, que especies de peces y de insectos. En estos
enfrenten en combate dual. Los cuatro uno de los participantes se decida a ata- grupos se puede detectar enseguida al
tienen informaciones sobre sÌ mismos: la car, pues cree que su potencia comba- individuo de m·ximo rango, pero no es
propia fuerza combativa de salida y cÛmo tiva es m·s fuerte que la del otro, y Èste f·cil determinar la posiciÛn de todos los
se ha desarrollado Èsta a raÌz de las vic- se da por vencido por las razones con- dem·s miembros del grupo, puesto que
torias obtenidas y de las derrotas sufri- trarias; el ordenador marca una ìretirada no es frecuente la interacciÛn entre ellos.
das en ese perÌodo de tiempo de referen- de ataqueî. Constituye la contrapartida Y se desarrolla una estructuraciÛn simi-
cia. El efecto ganador potencia, en la virtual a dos animales cuando uno ataca lar cuando ambos efectos act˙an simul-
simulaciÛn, la fuerza combativa de cada y el otro se somete. Por ˙ltimo, se libra t·neamente.
jugador victorioso en la lid. A la inversa, la pelea cuando los dos combatientes Pero los efectos no sÛlo producen dis-
el efecto perdedor disminuye esa fuerza calculan que tienen una posibilidad de tintos tipos de jerarquÌas; los animales,
combativa en el caso de una derrota. ganar, porque cada uno de los dos con- cada uno en su correspondiente orden
sidera su fuerza combativa superior a la social, mantienen entre sÌ un trato diferen-
Lucha mental de poder del contrario. En tal caso gana la lid vir- te. Cuando sÛlo existe el efecto ganador,
Adem·s, cada participante conoce la tual quien en ese momento tiene el puesto todos est·n obsesionados con la lucha,
fuerza combativa de salida del contrin- m·s alto en la clasificaciÛn. puesto que cada individuo sÛlo sube la
cante, aunque no su clasificaciÛn, con- Se pueden reconstruir estas simula- valoraciÛn de su propia fuerza comba-
figurada en buena medida por los resul- ciones sÛlo con el efecto ganador, sÛlo tiva a travÈs de un conflicto. En cambio,
tados del pasado. La fuerza combativa con el perdedor o simult·neamente con los animales se comportan seg˙n el
de salida se basa en atributos fÌsicos per- ambos efectos. Lo sorprendente es que esquema ataque-retirada cuando se da el
ceptibles (el tamaÒo). La fuerza comba- el efecto ganador por una parte y el per- efecto perdedor o cuando se presentan
tiva actual, en cambio, viene determinada dedor por otra producen distintas jerar- tanto uno como otro.
por la experiencia, algo que conoce cada quÌas. Con el efecto ganador surge una A los efectos ganador y perdedor
participante de sÌ mismo. Por tanto, un jerarquÌa lineal donde predomina la ley hemos de aÒadir el efecto espectador.
participante sabe m·s sobre sÌ mismo del m·s fuerte: A domina a B, que a su En este ˙ltimo caso los animales, me-
que sobre su contrincante; igual que en vez domina a C y Èste a D. Comprobamos diante la observaciÛn, modifican su jui-
la realidad. esa categorizaciÛn en las palomas, en cio sobre la fuerza combativa de los
Cuando se enfrentan dos gallos de muchos insectos y en c·nidos que viven dem·s miembros. Si, por ejemplo, A
pelea cibernÈticos caben tres posibili- en jaurÌa (lobos). Si observamos estos aumenta su estimaciÛn por las faculta-
Rolf Degen za mayor. Louis Liebenberg, de Johanes- coordinar la labor eficaz de una cuadri-
burgo, en sus estudios de muchos aÒos lla de cazadores.
L
os investigadores se plantean de los llamados pueblos primitivos, des- TambiÈn sobre los herbÌvoros podÌan
hipÛtesis, las analizan, con- cubriÛ que los cazadores siguen las hue- sacar conclusiones a partir de su propia
trastan y tratan de deducir leyes llas de la presa herida durante dÌas. SÛ- experiencia sobre el color de los frutos,
de validez general. øCÛmo sur- lo la capacidad de descifrar tales rastros por ejemplo, para deducir su grado de
giÛ en nuestra filogÈnesis el talento que le auguraba al cazador paleolÌtico un madurez. En este caso proceden de forma
requiere esa tarea mental tan ambiciosa? buen botÌn. ìinductivaî, o sea, deducen de una serie
Ciertos estudios recientes nos remiten a de observaciones repetidas una regla
un precursor inesperado: la maestrÌa en Las bayas rojas tienen sabor dulce general: si todas las bayas rojas proba-
el rastreo de las huellas animales. La Las pinturas rupestres y otros hallazgos das hasta ahora tienen un sabor dulce, la
ciencia hace posible el progreso siste- arqueolÛgicos apuntan a que Homo siguiente no va a resultar precisamente
m·tico del conocimiento y desencadena sapiens sapiens consiguiÛ pronto una amarga. Ahora bien, de este esquema
cambios radicales para nuestra vida dia- gran perfecciÛn en la interpretaciÛn de mental basado en el principio de ensayo
ria. Pero esta concepciÛn de la ciencia los rastros animales. Pero adem·s, seg˙n y error no se deducen relaciones causa-
se puede retrotraer sÛlo a hace unos pocos Carruthers, esta capacidad representa un les, ni puede aplicarse ante lo nuevo y
siglos. acceso abstracto e ingenioso a los secre- desconocido. Por el mÈtodo inductivo
Peter Carruthers, antropÛlogo de la tos de la naturaleza, que supera con cre- no se puede predecir si un fruto nunca
Universidad de Maryland, sostiene que ces todas las variantes anteriores de con- visto es comestible o quÈ plantas crecen
el talento para el pensamiento cientÌfico seguir informaciÛn. El hombre de hoy en un terreno desconocido.
no puede ser el resultado de una adap- dÌa, sumergido en la civilizaciÛn, ape- El significado de las huellas anima-
taciÛn generada por la evoluciÛn. La tra- nas puede sospechar la habilidad detec- les, por el contrario, sÛlo se puede desci-
diciÛn de la actividad investigadora es tivesca necesaria para deducir el tipo y frar con una notable capacidad de imagi-
muy joven, pero hubo de basarse en un el paradero de un animal siguiendo unas naciÛn, a travÈs de un proceso deductivo
fundamento cognitivo anterior. huellas borrosas. y mediante la comprobaciÛn de hipÛ-
Cuando hace m·s de cien mil aÒos A menudo los ˙nicos indicios para tesis. Al igual que los cientÌficos con-
apareciÛ en tierras africanas el hombre encontrar el paradero del animal son tempor·neos, los cazadores prehistÛ-
moderno, Homo sapiens sapiens, la caza briznas de hierba pisadas o guijarros des- ricos se veÌan obligados a especular
prestaba una contribuciÛn fundamental plazados. SÛlo en los casos en que el sobre modos de comportamiento y fe-
a su desenvolvimiento en el medio. Las hombre primitivo interpretaba correcta- nÛmenos que no podÌan observar; asÌ
proteÌnas animales le abrÌa una valiosa mente las huellas podÌa calcular la edad, mismo, buscando las relaciones entre
fuente de alimentaciÛn. Es posible que el tamaÒo y el n˙mero de las piezas, causas y efectos debÌan recurrir a los co-
tambiÈn le suministrase una base esen- aparte de saber la direcciÛn tomada y la nocimientos acumulados a lo largo del
cial para el impulso de crecimiento en velocidad a la que se desplazaban. tiempo. Cuestiones pertinentes serÌan:
el desarrollo de nuestro cerebro. Adem·s, tenÌa que trasponer su conclu- øquÈ pasÛ la noche anterior? øcÛmo se
Pero no bastan el arco y las flechas o siÛn a una representaciÛn espacial del comportarÌa una cebra en este terreno des-
las lanzas para abatir a las piezas de ca- dominio de caza, pues sÛlo asÌ se podÌa conocido?
CORBIS
cierta pr·ctica en la persecuciÛn de ani-
Encontrar a dónde ha huido un animal
males pequeÒos, aporta a la casa apro-
herido siguiendo pistas apenas ximadamente una cuarta parte del botÌn
reconocibles constituye un reto de caza de lo que lleva un veterano que
para la facultad razonadora. le doble en edad. No solÌa ser necesario,
estima Liebenberg, que toda la tribu ejer-
citase esta facultad hasta la perfecciÛn
absoluta. Unos cuantos rastreadores acep-
De hecho, los pueblos primitivos de tables y algunos destacados bastaban
nuestros dÌas se presentan con amplios para asegurar la supervivencia de la
conocimientos f·cticos de los modos de comunidad. ìPuede que un pequeÒo por-
comportamiento, la constituciÛn corpo- centaje de rastreadores hayan tenido las
ral y la fisiologÌa de la presa. Los gwi facultades mentales que correspondan a
del Kalahari distinguen entre dieciocho la genialidad de los mejores cientÌficos
ìtiposî diferentes; en una batida se pue- modernos.î
den ajustar a cada una de ellas. Las tri- Seg˙n las leyes de la evoluciÛn los
bus acumulan conocimientos sobre la cazadores m·s diestros deberÌan ir por
fauna con una curiosidad insaciable. Su delante en la lucha por la existencia y,
af·n de saber se extiende tambiÈn a las en consecuencia, fijar dicha habilidad
caracterÌsticas y a las huellas de anima- en el acervo gÈnico de la especie mediante
les no cazados; y en cuanto a rastrear hue- la selecciÛn natural. Pero parece que las
llas las mujeres compiten perfectamente relaciones en los pueblos primitivos con-
con los varones. tradicen esa tesis, pues observan unas
La caza transcurre con un patrÛn estra- pautas estrictas en el reparto equitativo
tÈgico muy similar al que se someten los del botÌn de caza. Para salvar la aporÌa,
cientÌficos para corroborar sus hipÛte- Carruthers expone que los buenos caza-
sis. Las predicciones sobre las presas dores gozan de mayores posibilidades con
se tienen que contrastar con las huellas las mujeres y, de ese modo, transmiten
aparecidas; para ello, conviene sopesar sus propios genes con un Èxito superior
las diferentes posibilidades, respecto a las al promedio.
cuales nadie sabe hasta quÈ punto son Esta selecciÛn sexual conduce a que
v·lidas. El hombre no alcanzÛ la liber- la correspondiente predisposiciÛn genÈ-
tad de movimientos mental para poder tica se transmita por igual en los dos
elegir diferentes alternativas hasta inven- sexos, con lo que tambiÈn salen benefi-
tar la lengua, otra conquista cultural pos- ciadas las mujeres, que, con arreglo a la
terior. Carruthers seÒala que todo el que tradiciÛn, generalmente no se emplean
dispone de las herramientas mentales en la caza. Seg˙n Carruthers, esto explica
para leer las huellas posee tambiÈn las de un modo elegante el hecho de que tan-
bases para ejercitar la ciencia. to los hombres como las mujeres estÈn
dotados por igual para la investigaciÛn.
El hombre de Neandertal En los propios usos ling¸Ìsticos moder-
se retira del escenario nos aflora esa relaciÛn entre el rastreo
Incluso nuestros m·s prÛximos parien- de caza y la investigaciÛn. Liebenberg
tes, los antropoides, est·n muy lejos de no atribuye por ejemplo a la casualidad
poseer esa facultad. No prestan la m·s que los fÌsicos nucleares persigan las tra-
mÌnima atenciÛn ni siquiera a la huella zas de las partÌculas elementales en los
de una serpiente o la presa abatida de un aceleradores. Y ya Arthur Conan Doyle
leopardo, pese a que los animales car- hacÌa que su superdetective Sherlock
nÌvoros revisten la mayor importancia Holmes destacase los paralelismos en-
para ellos. Liebenberg sostiene que en tre la b˙squeda de huellas criminalÌs-
la extinciÛn del hombre de Neandertal, ticas y los procesos de deducciÛn cien-
hace de 30.000 a 40.000 aÒos, intervino tÌfica. Claro que estas analogÌas no
su incapacidad mental para rastrear el demuestran que en los altos vuelos de la
paso de las fieras. Por aquel entonces mente del hombre de hoy dÌa perviva la
subieron las temperaturas; la nieve esca- herencia del rastreador de huellas del
seÛ. Esa circunstancia hacÌa cada vez paleolÌtico.
m·s difÌcil descifrar huellas; al poco, el Pero un equipo de psicÛlogos dirigido
hombre de Neandertal se retirÛ del esce- por Mathew Sharps, de la Universidad
nario de la evoluciÛn. de California en El Fresno, ha logrado
Que el rastreo de los animales exige cierto respaldo empÌrico para dicha tesis.
particular destreza nos lo demuestran Entregaron a los voluntarios del ensayo
los pueblos primitivos. SÛlo alcanzan la extensas listas de objetos, entre ellos
completa maestrÌa en torno a los cuarenta conchas, ·rboles, vehÌculos poco corrien-
aÒos de edad. Aunque un joven de veinte tes y adem·s precisamente rastros de
Francesco Barale, Guiseppe Carrà gran funcionalidadî re˙nen un conjunto capacidad de establecer contacto con
y Stefania di Nemi de sÌntomas que definen el sÌndrome de otras personas. Se va encadenando asÌ
Asperger. toda una serie de alteraciones en la forma
A
lo largo de la historia la per- de pensar, de sentir y de actuar.
sonalidad singular de los Déficit de empatía øCu·l es el trastorno central del de-
autistas no ha dejado de ali- En los propios autistas menos dotados sarrollo que condiciona el autismo? øCu·l
mentar la fantasÌa popular. se dan a menudo islas de capacitaciÛn, es el denominador com˙n de todos los
De unos aÒos a esta parte, el interÈs ha es decir, ·reas donde sus capacidades se cuadros con que se manifiesta esta enfer-
pasado al campo cientÌfico. Asistimos a encuentran pr·cticamente intactas. Hay medad? Muchos investigadores se han
una atenciÛn creciente hacia el autismo casos excepcionales que alcanzan ren- aplicado al estudio de las bases psico-
en los departamentos universitarios y en dimientos extraordinarios en m˙sica, lÛgicas del autismo. La hipÛtesis m·s
las clÌnicas especializadas. Este tras- arte, matem·ticas o en determinadas conocida parte de la idea de que los autis-
torno del desarrollo constituye, adem·s, habilidades manuales. tas no aprenden correctamente a reco-
un problema social muy extendido. En La investigaciÛn sobre el autismo ha nocer la situaciÛn psÌquica y emocional
razÛn de los criterios diagnÛsticos, la ci- experimentado un cambio radical de de los dem·s. Esta ìteorÌa de la menteî
fra de afectados varÌa entre un 0,7 y un planteamientos. Sabemos ya que los tras- surge en el curso de un programa con-
1,2 por mil de toda la poblaciÛn; la mayo- tornos de relaciÛn de los autistas cons- gÈnito del desarrollo a partir de la capa-
rÌa de las veces dura toda la vida. tituyen una consecuencia precoz de la cidad para establecer lazos emocionales
El autismo entrÛ en el dominio de la enfermedad, no su causa. Ha quedado y empatÌa. Como dice el antropÛlogo
medicina en 1943, con la descripciÛn de demostrado en estudios con familias, y Dan Sperber, esta capacidad es ìtan im-
sus caracterÌsticas fundamentales por en particular con gemelos, que la enfer- portante para una persona como la eco-
Leo Kanner, psiquiatra infantil de Har- medad presenta un fuerte condiciona- locaciÛn para el murciÈlagoî.
vard. Un aÒo despuÈs abundaba en la miento genÈtico, aunque no basta la pre- Sin embargo, se trata de una hipÛte-
cuestiÛn Hans Asperger, pediatra aus- disposiciÛn hereditaria. sis controvertida. Algunas de las carac-
trÌaco. A los autistas les resulta difÌcil Se creÌa antaÒo que el autismo se de- terÌsticas tÌpicas del autismo no encajan
comunicarse con su entorno y estable- sencadenaba por el efecto de factores en ella; por ejemplo, la tendencia a repe-
cer relaciones sociales. Se encierran en externos sobre la psique. La mayorÌa de tir obsesivamente algunos actos. Tam-
sÌ mismos, tienen un repertorio muy limi- los expertos descartan hoy semejante poco est· claro que las personas autis-
tado de intereses y tienden a repetir insis- hipÛtesis. No se trata de que un entorno tas no entiendan realmente a los dem·s.
tentemente determinados patrones de emocional inapropiado haya llevado a que La experiencia enseÒa una y otra vez que
conducta. En muchos casos, los autistas el paciente huya del mundo que le rodea. algunos reconocen hasta cierto punto el
muestran un retraso psÌquico. Sin em- Lo que ocurre es que, en sus fases m·s estado en que se encuentra su interlocutor.
bargo, m·s de uno de cada cinco afec- precoces, el desarrollo del niÒo no trans- Lo que les ocurre es que no se hallan en
tados presenta una inteligencia comple- curre seg˙n el programa normal. Los condiciones de adecuar su conducta a
tamente normal; estos autistas ìcon una dÈficits manifestados condicionan su esa percepciÛn. En definitiva, tal difi-
cultad para captar la situaciÛn mental superior en los chicos que en las chicas. mento cromosÛmico, sino que la heren-
revela un trastorno mucho m·s profundo Hemos, pues, de preguntarnos quÈ sucede cia materna se encuentra duplicada
del desarrollo. en el sistema nervioso de los autistas. (ìduplicaciÛn maternaî). Pero esta alte-
Igual que en muchas otras enferme- raciÛn, por sÌ sola, no explica m·s del
Bases genéticas del autismo dades psiqui·tricas, la herencia del uno al tres por ciento de casos de autismo.
Los partidarios de un modelo psicolÛ- autismo no sigue las leyes mendelianas; Por otra parte, esa regiÛn del cromo-
gico del autismo hablan de una pÈrdida por la sencilla razÛn de que no intervie- soma 15 no sÛlo interviene en el autismo.
de la capacidad de reconocer los ele- ne un gen solo, sino varios, probable- Las mutaciones en ella operadas engen-
mentos individuales en cuanto compo- mente m·s de veinte. Estos genes, de dran los sÌndromes de Angelmann y de
nentes de un todo, de un fallo de la cohe- forma aislada o en conjunto, aumentan Prader-Willi, enfermedades en las que
rencia central. Para otros autores, los las probabilidades de que aparezca el sÌn- tambiÈn est· afectado el desarrollo psÌ-
autistas carecerÌan de la facultad de pro- drome. El defecto genÈtico especÌfico quico de los niÒos interesados. Se trata,
cesar informaciones complejas. que con mayor frecuencia se presenta en adem·s, de un fragmento de ADN por-
Pero todos los intentos de explicar el el autismo se halla en la regiÛn 11-13 del tador de la informaciÛn genÈtica para
autismo en un marco exclusivamente brazo largo del cromosoma 15, utili- los receptores de ·cido gamma-amino-
psicolÛgico no profundizan lo suficien- zando el sistema de escritura abreviado butÌrico (GABA). Este amino·cido, que
te. Cada uno de los mecanismos psicolÛ- de los genetistas en el locus 15q11-13, desempeÒa una funciÛn neurotransmi-
gicos apuntados viene quiz·s a recono- donde q se refiere al brazo largo. sora, contribuye a regular la sensaciÛn
cer unas profundas raÌces biolÛgicas. Y A diferencia de lo que ocurre nor- de miedo. En los ˙ltimos aÒos se ha ido
lo cierto es que el autismo aparece con malmente, los pacientes no poseen una descubriendo la participaciÛn de otros
una frecuencia de cuatro a cinco veces copia materna y otra paterna de este frag- genes. Unos intervienen en la organiza-
CORBIS
GWENDOLIN ES AUTISTA.
Más de medio siglo después de describirse
la enfermedad, el autismo sigue
presentando enigmas. ¿Qué pasa
en el cerebro de esta muchacha?
CORBIS
autistas.
CORBIS
mente mediante el lenguaje, su situaciÛn
sigue siendo muy problem·tica. Con fre-
cuencia, sus capacidades mentales y de
aprendizaje se desarrollan de forma muy
positiva, pero no sucede lo mismo con
su competencia para relacionarse con
los dem·s. Puesto que el autismo tiene
unas profundas raÌces biolÛgicas, la reha-
bilitaciÛn psicolÛgica encuentra evi-
dentes obst·culos.
Se van desvaneciendo viejos prejui-
cios ideolÛgicos que pretendÌan la ìinte-
graciÛnî a cualquier precio. En el seno
de los grupos cooperativos y de las estruc-
turas de trabajo existentes, los jÛvenes
y adultos autistas no suelen encontrar la
atenciÛn debida. Se sienten como peces
fuera del agua, o como ìantropÛlogos en
Marteî, utilizando la expresiÛn de Temple
Grandin, citada por Oliver Sack: dolo-
rosamente desorientados, humillados,
impotentes y perplejos.
Los autistas est·n condenados a con-
vivir con su enfermedad para siempre. 5. PARECE UN ENGAÑO.
Demandan, pues, estrategias y condi- en otros paÌses occidentales. Se ha demos- Con frecuencia los afectados
ciones de vida especÌficas a largo plazo. trado que las comunidades de autistas se encuentran desplazados
Se acertar· con la integraciÛn si se les crean un ambiente apropiado. La fun- en un ambiente normal.
ofrecen posibilidades de comunicaciÛn daciÛn italiana instalÛ en OltrepÚ, en el
sin ignorar sus peculiaridades y limita- sudoeste de la provincia de PavÌa, una
ciones. En cualquier caso lo m·s impor- explotaciÛn agrÌcola de 17 hect·reas con intercambio tanto entre los internos como
tante es que las condiciones que se les las instalaciones exigidas para tales entre Èstos y los educadores, instructo-
ofrezcan sirvan para mantenerse durante pacientes. AsÌ naciÛ Cascina Rossago. res y encargados de las tareas. Aunque
toda la vida. La granja ha conseguido ayudas oficia- no podamos a˙n curar el autismo, puede
les y legados privados. mejorarse la calidad de vida de los pacien-
El ambiente cuenta En mayo de 2002 se puso en funcio- tes. La experiencia de Cascina Rossago
En los ˙ltimos treinta aÒos ha quedado namiento la granja. La vida se organiza lo demuestra: en un ambiente apropia-
cada vez m·s claro que un marco vital en tres grupos familiares independien- do, los autistas pueden seguir desarro-
adecuado para el autista ha de ser esta- tes, situados alrededor de una plaza cen- ll·ndose y, en ocasiones de forma sor-
ble, estructurado y rico en estÌmulos de tral. Cuenta con taller de m˙sica, car- prendente; a la postre, ser personas a su
alto valor. Ha de posibilitar la interac- pinterÌa, telares y salas para la elaboraciÛn manera.
ciÛn con el ambiente facilitando asÌ la de productos agrÌcolas. Se realizan tra-
integraciÛn; al propio tiempo ha de ade- bajos con mosaicos y entrenamiento
cuarse a las exigencias de la enferme- comunicativo. Se pretende ampliar las
dad y a la idiosincrasia de cada paciente. actividades con el cuidado de animales
Las personas autistas reaccionan de forma y faenas agrÌcolas. Pero no todo gira FRANCESCO BARALE es catedrático de psi-
problem·tica cuando se ven ante situa- alrededor de las dificultades condicio- quiatría de la Universidad de Pavía y pre-
ciones nuevas con excesiva o demasiado nadas por la enfermedad, sino que hay sidente de la fundación “Padres por el
poca frecuencia o bien se les somete a tambiÈn lugar para la distensiÛn y el ocio. Autismo”. GIUSEPPE CARRÀ prepara su
pocos estÌmulos o a un n˙mero de ellos En los trabajos y en la diversiÛn parti- tesis doctoral en la misma universidad. STE-
exagerado. cipan auxiliares sociales y especialistas FANIA UCELLI DI NEMI dirige el centro
Sobre todo si se trata de autistas adul- en trabajos manuales y rehabilitaciÛn. Cascina Rossago.
tos, cada medida asistencial que se les Cascina Rossago se ha convertido asÌ en
preste debe enmarcarse en un guiÛn gene- centro piloto para los estudios de peda- Bibliografía complementaria
ral meditado y eficaz. Nada m·s absurdo gogÌa y rehabilitaciÛn psiqui·trica y psi- UNDERSTANDING OTHER MINDS. PERSPECTIVES
que tomar medidas organizativas, psi- cosocial de la Universidad de PavÌa. FROM D EVELOPMENTAL C OGNITIVE N EUROS -
coeducativas o de otro tipo aisladas, sin Particular valor se concede a la apertura CIENCE . S. Baron-Cohen et al. Segunda edi-
tener en cuenta las condiciones de vida al exterior y a las relaciones con las ción. Oxford University Press 2000.
y las perspectivas de futuro del afectado. poblaciones vecinas. Son muchos los
CHANGES IN SOCIAL IMPAIRMENT FOR PEOPLE
Hace unos aÒos, el laboratorio de voluntarios de los aledaÒos que trabajan
WITH I NTELLECTUAL D ISEBILITIES : A F OLLOW-
autismo de la Universidad de PavÌa pro- en la granja.
UP OF THE CAMPBELL C OHORT . J. Beadle-
puso a la fundaciÛn ìPadres por el Los primeros resultados son muy pro-
Brown et al. en Journal of Autism and
Autismoî un proyecto modelo de comu- metedores. En pocos meses ha dismi- Developmental Disorders, vol. 32, n.o 3, pág.
nidad rural para autistas adultos. nuido dr·sticamente la tÌpica conducta 195; 2002.
Instituciones similares existen tambiÈn negativa autista. Se ha intensificado el
autismo, sino descifrar la secuencia completa del ADN del Nature Genetics, vol. 34, n.o 1, pág. 27; 2003.
cromosoma y, a continuación, acotar todos los posibles fac- H UMAN C HROMOSOME 7: DNA S EQUENCE AND B IOLOGY. S. W.
tores hereditarios. Para detectar genes de potencial interés Scherer et al. en Science, vol. 300, n. o 5620, pág. 767; 2003.
clínico, compararon la secuencia con cientos de datos de pacien-
Jacques Ninio libre procedente de un tronco de ·rbol la pantalla puede presentar lugares m·s
gris mate. En la estancia, percibimos la oscuros que el gris inicial. Ocurre que
A
gobiados por el sol nos hemos pantalla gris de un televisor apagado. Al la percepciÛn ha sustituido el gris por el
refugiado en una estancia con encenderlo, en la pelÌcula en blanco y negro, retocando asÌ la imagen para
los postigos cerrados. Adap- negro que nos ofrece, nos impresionan hacerla m·s inteligible.
tados al nuevo ambiente, nos la fuerte negrura de los trajes y el molesto Los dispositivos correctores de la per-
sorprende la blancura de un jarrÛn de reflejo de una luz realzada por una pared cepciÛn que hemos mencionado est·n
porcelana; cosa extraÒa, ya que recibimos blanca. Sin embargo, la imagen est· crea- muy experimentados. Por lo general no
menos luz que la que captarÌamos al aire da por emisiÛn de luz; ninguna zona de les prestamos mucha atenciÛn; para evi-
denciarlos hace falta una gran perspica-
cia. En algunas circunstancias, esos dis-
1. EFECTOS DE CONTRASTE EN TODOS LOS SENTIDOS. El rojo es el mismo
positivos se revelan cuando nos parece
que la percepciÛn nos induce a error
en todas partes, como se comprueba en una banda horizontal al tapar las bandas (vÈase la figura 1). Nos creemos enton-
contiguas. Ahora bien, de lejos, el rojo de la mitad derecha de la figura parece más ces vÌctimas de una ilusiÛn visual. Ahora
oscuro que el de la mitad izquierda, incluido en las bandas centrales continuas. De cerca, bien, para un cientÌfico especialista en
las bandas poseen unos colores más homogéneos. A la derecha, el blanco parece más percepciÛn, la ilusiÛn constituye un indi-
luminoso. A la izquierda, parece apagado y levemente teñido del color de las porciones cio revelador de los mÈtodos que usa el
de bandas adyacentes, rojo o azul según el caso. En el siglo XIX, se conocían el “contraste
cerebro para interpretar eficazmente los
datos sensoriales: se trata de la excep-
simultáneo”, cuando las diferencias entre colores contiguos se agudizan, como la relación
ciÛn que nos descubre y nos permite
entre el blanco y el azul de la parte derecha, y la “asimilación”, que interviene a escala entender la regla.
mucho menor, cuando los colores tienden a fundirse, como en la parte izquierda. Hoy se
espera dar con un modelo unificado que tenga en cuenta la escala, la geometría y las Modelos y pruebas
reparticiones locales y globales del contraste. Habida cuenta de los instrumentos teÛ-
ricos hoy disponibles, resulta bastante
f·cil proponer modelos neuronales que
den cuenta de las ilusiones de contras-
te: modelos teÛricos, con neuronas de
propiedades hipotÈticas, aunque realis-
tas, conectadas de modo ortodoxo. Sin
embargo, esos modelos son de compro-
baciÛn muy difÌcil. Las tÈcnicas de for-
maciÛn de im·genes revelan algunas
indicaciones sobre las ·reas del cerebro
responsables de alguna que otra ilusiÛn,
pero no descubren su organizaciÛn
interna.
Algunos estudios, de un nivel m·s fino
y especializado óel de neurofisiÛlogos
y neuroanatomistasó, tratan de mode-
lizar los esquemas de conexiones de las
JACQUES NINIO
3. BANDAS DE MACH. El triángulo superior derecho es de un 4. ARISTAS DE LAS PIRAMIDES. De cerca, se ven cuadrados
nivel de gris homogéneo; el triángulo inferior izquierdo, de otro sucesivamente encajados, del mismo tono, pero cada vez más claro
nivel de gris homogéneo. En la zona de unión, el nivel de gris es desde el centro hacia la periferia. De lejos, se perciben aristas ilusorias
intermedio y varía continuamente de uno a otro. Sin embargo, la oscuras, según las diagonales de los cuadrados. Se consiguen aristas
junción parece realzada por dos bandas ilusorias, una del lado brillantes cuando el tono varía de claro a oscuro, al ir del centro a la
del triángulo claro, más clara que éste, otra del lado del periferia. Igual que en las bandas de Mach, una variación en el nivel
triángulo oscuro, más oscura que éste. Tales bandas desaparecen de gris se interpreta como una frontera —aquí, en una geometría
cuando se tapan los triángulos. más complicada— entre dos caras de la pirámide.
a las leyes de la fÌsica, nos sentimos ten- Mach propone un mecanismo neuro- posiciÛn de un modelo neuronal capaz de
tados a creer que esas bandas se deben nal subyacente: la inhibiciÛn lateral. generarla. Se han propuesto variantes
a la difracciÛn de la luz en los bordes de Imaginemos una capa de neuronas fo- l˙dicas de esta ilusiÛn (figura 4).
los objetos que crean la sombra. Para tosensibles de la retina, que transmitan
saber a quÈ atenernos, basta con tapar al cerebro una seÒal cuya intensidad Contornos subjetivos
las inmediaciones de las bandas para dar- aumenta con la luz recibida. Supongamos La extracciÛn de los contornos inter-
nos cuenta de que la ilusiÛn desaparece. que esas neuronas estÈn conectadas (de viene tambiÈn en otra clase de ilusiones
Sea como fuere, en la figura 3 la ilusiÛn hecho, vÌa neuronas intermedias) late- descrita por Friedrich Schumann en 1905
es indudable y Mach la habÌa establecido ralmente y que interact˙an seg˙n dos y conocida en dos variantes principa-
de manera convincente mediante dispo- reglas: (1) cuanta m·s luz recibe una les, debidas una a G. Kanizsa y la otra a
sitivos de cilindros o discos rotatorios. neurona, m·s inhibe a sus vecinas, es W. Ehrenstein (5). Al contrario que las
Tras describir el fenÛmeno, Mach le decir, les obliga a emitir una seÒal menos bandas de Mach, los contornos subjeti-
asignÛ una finalidad. Los objetos nos fuerte; (2) cuanto m·s cercana estÈ una vos nacen en las zonas de fuerte contraste.
parecen dotados de unos bordes nÌtidos, vecina, tanto m·s es inhibida. Bastan Su propÛsito no es seÒalar las variacio-
bien precisos, pese a que a veces difieran estas dos reglas para producir las ban- nes de luminosidad, sino dar cuenta de
poco de los objetos circundantes (una ho- das. El ìalgoritmoî de Mach se ha reve- ciertas coincidencias geomÈtricas. En
ja de papel puesta al sesgo sobre otra hoja lado fisiolÛgicamente pertinente. Por situaciÛn natural, raramente un objeto o
de papel de la misma blancura). La apre- aÒadidura, el principio se aplica a otras un animal se ven de modo completo. El
ciaciÛn del contorno de los objetos y, a funciones sensoriales y, en teorÌa, podrÌa animal puede estar parcialmente oculto
partir de ella, la apreciaciÛn de su forma emplearse en inmunologÌa para detectar por la vegetaciÛn, y a menudo de Èl sÛlo
es una de las funciones capitales de la molÈculas. vemos fragmentos; autom·tica e incons-
percepciÛn visual, que interviene desde El trabajo de Mach es ejemplar, pues cientemente ensamblamos esos fragmen-
el principio en la cadena de tratamien- re˙ne todos los ingredientes que hoy po- tos para deducir la presencia del animal
to de la informaciÛn. ìLa retina, escribe drÌamos pensar que forman una ilusiÛn: y concebir su postura. Otro ejemplo: en
Mach, borra las pequeÒas diferencias y descubrimiento de un fenÛmeno paradÛ- una escena de interior, vemos numero-
realza desproporcionadamente las mayo- jico, localizaciÛn de la ilusiÛn en el entorno sos objetos a diferentes distancias, con
res. Esquematiza y caricaturiza.î AsÌ natural, construcciÛn de un dispositivo los m·s cercanos ocultando parcialmente
pues, las bandas ilusorias revelarÌan los convincente para demostrar la naturaleza los m·s lejanos y asÌ debemos imaginar
procedimientos del cerebro para identi- ilusoria de la percepciÛn, atribuciÛn de el todo a partir de las partes. Otro proble-
ficar el contorno de los objetos. una finalidad fisiolÛgica adecuada, pro- ma de reconstituciÛn: el fondo, sobre el
JACQUES NINIO
Las aberturas de los gajos sugieren
un triángulo de Kanisza, en este caso
curvilíneo (a). En los contornos subjetivos
de tipo Ehrenstein (b), la elipse y la
corona están definidas por las
discontinuidades de las líneas del fondo.
En el centro, las formas negras sugieren
las letras de la palabra GREGORY; podrían
ser las sombras de esas palabras. Los dos
triángulos negros adosados al rectángulo
blanco (c) los interpretamos como partes
de un cuadrado negro orientado como
el contiguo. Obsérvese que el cuadrado c
G
GRRE
EGGO
ORRY
Y d
negro imaginado parece menor que
el cuadrado negro entero, aunque son
iguales. En (d), una figura ideada por
Peter Tse ilustra una superficie subjetiva
tridimensional piramidal, sugerida por la
conjunción de indicios (apoyos elípticos)
y bases cuadradas.
que se halla un animal o un objeto, no es De acuerdo con los ensayos realiza- gajos. En los modelos, pueden imagi-
uniforme. El contraste varÌa en las fron- dos en mi laboratorio de la Escuela narse contornos que se construyen pro-
teras. Al seguir el contorno, el objeto Normal Superior de ParÌs, los contornos gresivamente, por interpolaciÛn, o meca-
puede ser m·s claro que el fondo local convexos en figuras tales como el tri·n- nismos de rellenado, como una burbuja
en ciertos puntos del contorno, m·s os- gulo de Kanisza curvilÌneo (figura 5a) que se inflase en el centro de la confi-
curo en otros e indistinguible en otros. se acercan bastante al arco de cÌrculo guraciÛn y cuyo crecimiento se detu-
A esa problem·tica de la reconstruc- tangente al borde de las aberturas de los viera al topar con los obst·culos, e incluso
ciÛn mental de una forma geomÈtrica a
partir de informaciones fragmentarias,
Kanizsa asociÛ dos conceptos: la ìcom-
pleciÛn modalî, en cuya virtud una super-
ficie se percibe como si estuviera fÌsi-
camente presente, y la ìcompleciÛn
amodalî, en cuya virtud esa superficie
sÛlo se imagina (figuras 5a y 5c).
Esos fenÛmenos han suscitado estu-
dios diversos. Por parte de la investiga-
ciÛn neurofisiolÛgica, Rudiger von der
Haydt y sus colegas han descrito, entre
los macacos, neuronas que detectan con-
tornos subjetivos ìa la Ehrensteinî. Los
modelizadores han teorizado, sobre todo,
acerca de las variantes ìa la Kaniszaî.
En particular, øcu·l es la forma exacta
de los contornos cuando no son rectos,
y por quÈ?
El problema recíproco
Volvamos a las bandas de Mach. El par
de lÌneas, una clara y otra oscura, separa
dos zonas de niveles de gris diferentes.
A la recÌproca, ese par es interpretado en
el cerebro como indicio revelador de una
diferencia de niveles de gris entre una y
otra parte del par. Dicha interpretaciÛn
es tal, que, con esas signaturas, pueden
crearse diferencias ilusorias de niveles
de gris. El efecto fue establecido en los
aÒos setenta por Tom Cornsweet me-
diante discos giratorios; es difÌcil con-
seguirlo sobre im·genes fijas artificia-
les. Cuando el motivo se repite y se usa
Mente y
ciben porque nos son familiares. Las for- Dentro de la familia de los con-
mas negras se interpretan como sombras tornos subjetivos, D. Varin, de
y, por tanto, sÛlo definen por un lado el la Universidad de Mil·n, des-
borde de las letras. cribiÛ en 1971 un efecto que
Entre los fenÛmenos que comportan deberÌa interesar a los grafis-
consecuencias teÛricas, se conocen va- tas. Elementos inductores
riantes en que dos contornos subjetivos
se perciben constituidos en una misma
imagen; cuatro segmentos dispuestos en
cruz, por ejemplo, sugieren contornos
cuadrados o circulares. Se sabe que una
superficie subjetiva sobre fondo gris
puede ser codificada por elementos induc-
tores blancos y negros cuyos efectos se
8. DIFUSION COLOREADA.
Pequeños círculos adosados a
círculos rojos generan las letras
de Mente y cerebro. Sin embargo,
cerebro
las letras presentan un aspecto
sumen: segmentos que se alternan blan-
JACQUES NINIO
DANIELE ZAVAGNO
efecto se acent˙a (figura 7).
Los dispositivos de gradientes de lumi-
nosidad se emplean para crear numero-
sos efectos de contraste. Uno de los m·s
ingeniosos, el efecto de halo y humo, ha
sido descubierto por Daniele Zavagno,
de la Universidad de Padua (figura 9).
AquÌ, quiz· m·s que en otros casos, tiene
lugar la confluencia con el arte de los
pintores del claroscuro. Zavagno se inte-
resa por los procedimientos de Georges
de la Tour, que supo crear en sus cua-
dros fuertes diferencias de luminosidad
aparente, entre rostros en primer plano,
iluminados por una bujÌa, y personajes 9. HALO Y HUMO. En las dos figuras hay cuatro rectángulos en los cuales el nivel
en segundo plano y ello con sutiles gra- de gris varía continuamente de un borde a otro. Los efectos de halo a la izquierda
daciones de la luz reflejada por el cua- y de humo a la derecha, que se difunden desde el cuadrado central, son ilusorios.
dro (figura 2).
Por ˙ltimo, festoneando una pareja de
lÌneas de colores contrastados, Biangio
Pinna, de la Universidad de Sassari, ha
obtenido el ìefecto de acuarelaî (figu-
ra 10). La p·gina parece bien coloreada
en toda la porciÛn limitada por el festo-
neado: cuesta creer que es tan blanca co-
mo el resto.
La rejilla de Hermann
La rejilla de Hermann se numera entre
los cl·sicos. Descubierta mediado el si-
glo XIX, suele presentarse con cuadrados
negros regularmente dispuestos, sepa-
rados por transversales blancas hori-
zontales y verticales (figura 13).
Fijando la vista en un cruce, Èste se
ve blanco, cosa normal, y en el centro
de los cruces situados en la periferia se
ven aparecer manchas grises. Este fenÛ-
meno pone de manifiesto un mecanismo
de correcciÛn del contraste local del ni-
vel de gris (en el sentido de los ejemplos
expuestos al comienzo). El nivel de gris
atribuido (percibido) en un punto de una
transversal blanca dependerÌa de la pro-
porciÛn de negro presente en las cerca-
nÌas. En torno a un cruce hay relativamen-
te menos negro que entre dos cruces. Es
BAINGIO PINNA
Extinciones y centelleos
La rejilla de Hermann nos ha llevado a
distinguir entre visiÛn central y visiÛn
perifÈrica. All· donde se posa la vista,
la imagen es captada con ìalta resolu-
ciÛnî por la fÛvea. En la periferia de la
retina, los fotorreceptores son menos
densos; la captura se hace con menos re-
soluciÛn. Para estudiar los efectos de
captura a diferentes resoluciones, resul-
taba tentador convertir progresivamente
en m·s borrosa la rejilla de Hermann. AsÌ,
el efecto ilusorio no sÛlo se reforzaba,
11
de París, viene estudiando las ilusiones ópti-
12 cas desde hace más de 25 años.
13
Bibliografía complementaria
14. EFECTO DE EXTINCION. Los discos grandes negros son perfectamente visibles en GRAMMATICA DEL VEDERE. Gaetano Kanisza.
Il Mulino; Bolonia, 1980.
la mitad inferior de la figura. Pero en la mitad superior, de una vez sólo se perciben
algunos, en el lugar donde reposa la vista, pese a que en las líneas 2, 4 y 6 hay uno en ANALYSE DER EMPFINDUNGEN. Ernst Mach,
1886. Traducido al español por Eduardo
cada cruce. La noción esencial, como para la rejilla de Hermann, es la de contraste local.
Ovejero: Análisis de las sensaciones;Altafulla,
Puesto que los discos negros se hallan rodeados de círculos blancos, en el caso de los Barcelona, 1987.
discos grandes de la parte superior de la figura el nivel medio de gris local es próximo
L A SCIENCE DES ILLUSIONS. Jacques Ninio.
al del entorno. En la periferia del campo visual, debería rebasarse un umbral de Odile Jacob; París, 1998.
contraste para que una señal llame la atención.
A
unque la epistemologÌa es una fica, que tiene su eco complementario dicados, aupada a instrumento de razo-
disciplina de larga historia, que en la Sociedad de BerlÌn para la FilosofÌa namiento claro, constituÌa la disciplina
tuvo su primera articulaciÛn en EmpÌrica. En ambos centros participan para entender y explicar los fundamen-
el Organon aristotÈlico, una de sus ramas, cientÌficos interesados en la filosofÌa o tos de la matem·tica y, merced a su pre-
el mÈtodo cientÌfico, ha conocido un de- filÛsofos con formaciÛn acadÈmica en cisiÛn, pasÛ a ser el lenguaje ideal para
sarrollo espectacular en el curso de la pos- alguna disciplina cientÌfica. Lo mismo moldear cualquier empresa cognitiva.
trera centuria, objeto ahora de numero- en Viena que en BerlÌn se arranca de la Saliendo al paso del neokantismo impe-
sas sÌntesis, de las que aquÌ extraemos teorÌa del conocimiento de Hume, del rante y oponiÈndose a toda metafÌsica, el
un breve manojo, introductorias las dos positivismo de Comte y de la filosofÌa programa positivista explicaba el cono-
primeras obras, m·s inquisitivas las ˙lti- mecanicista de la ciencia de Mach. Sos- cimiento cientÌfico a partir de la tradiciÛn
mas. En tres capÌtulos fundamentales tenÌa Èste que la ciencia debÌa ocuparse empirista inglesa, con el concepto de sig-
coinciden, sin embargo: el positivismo sÛlo de lo observable, de sistematizar nificado como punto de nucleaciÛn. øQuÈ
lÛgico, el falsacionismo y la teorÌa del las relaciones entre nuestros experi- es lo que dotaba de significaciÛn a los
cambio de paradigma. En ellos haremos mentos. Determinantes fueron, asimismo, enunciados sobre el mundo? Para abor-
parada, conscientes de que nos dejamos las influencias de G. F. Bernhard Riemann dar la cuestiÛn, exigÌan, en primer lugar,
en el tintero apartados de extraordina- y Albert Einstein, de Hermann von Helm- que tales enunciados fueran claros y unÌ-
rio vigor, como el realismo, el reduccio- holtz y Heinrich Hertz, de Henri PoincarÈ vocos (enunciados de la lÛgica de primer
nismo, el constructivismo, la subdeter- y David Hilbert. Por mÈtodo heurÌstico orden); en segundo lugar, demandaban
minaciÛn y el campo extenso de las y deductivo se impondr·n la nueva lÛgica un criterio que relacionara los enuncia-
filosofÌas regionales de la matem·tica, formal de Gottlob Frege y, sobre todo, dos teorÈticos con los observacionales.
la mente, la fÌsica, la biologÌa, la quÌmica los Principia Mathematica, de Bertrand Introdujeron asÌ el principio de verifica-
o la geologÌa. Russell y Alfred North Whitehead. ciÛn; a tenor del mismo, el significado de
Del mÈtodo cientÌfico se espera que La figura aglutinante del CÌrculo de un enunciado empÌrico vendrÌa dado por
aporte un conocimiento objetivo del Viena, entre 1924 y 1936, fue Moritz los procedimientos que se emplearan para
mundo. Una idea que hunde sus raÌces Schlick, nombrado en 1922 catedr·tico mostrar si se trataba o no de un enunciado
en los orÌgenes de la ciencia moderna y de filosofÌa de las ciencias inductivas de verdadero o falso. Si no se seguÌan tales
el Novum Organon baconiano. M·s tar- la Universidad de Viena, un puesto ocu- procedimientos, el enunciado carecÌa de
de, Immanuel Kant concedÌa que habÌa- pado con anterioridad por Mach y Boltz- significado empÌrico.
mos alcanzado un conocimiento indu- mann. En 1918 habÌa avanzado ya algu- En efecto, el llamado ìcriterio empÌ-
dable, pÈtreo: en geometrÌa gracias a nas tesis del programa en su Allgemeine rico del significadoî postulaba que, para
Euclides, en fÌsica merced a Newton y Erkenntnislehre (ìTeorÌa general del co- ser significativo, un tÈrmino debÌa poseer
en sus condiciones de posibilidad. Medio nocimientoî). Con Schlick se re˙nen alguna conexiÛn con lo que puede expe-
siglo despuÈs entraba en escena el ìposi- Hans Hahn, Otto Neurath, Victor Kraft, rimentarse. Los enunciados carentes de
tivismoî, tÈrmino acuÒado por Auguste Kurt Reidemeister y Felix Kaufmann. significado empÌrico no pertenecÌan al
Comte para designar su doctrina sobre En 1926 se sumÛ Rudolf Carnap. Una de dominio del conocimiento. En lÌnea con
los tres estadios de las sociedades. Tras las primeras actividades del grupo fue la tradiciÛn empirista, la ciencia des-
un estadio teolÛgico, en el que los fenÛ- debatir y analizar el Tractatus Logico- cansaba sobre la observaciÛn y la expe-
menos no domeÒables (trueno, sequÌa o Philosophicus (1922) de Ludwig Witt- rimentaciÛn. SÛlo se urgÌan unos enun-
enfermedades) se atribuÌan a la interven- genstein. En BerlÌn debaten Hans Rei- ciados que establecieran un puente y
ciÛn de dioses, espÌritus y magia, venÌa chenbach, Richard von Mises, Kurt salvaran el hiato entre la teorÌa y la obser-
un estadio metafÌsico, que apelaba a fuer- Grelling y Walter Dubislav. Hubo un ter- vaciÛn o experimentaciÛn. A esos nexos
zas y partÌculas inobservables. Por fin, cer grupo importante en Varsovia, entre- les llamaron enunciados de reducciÛn.
STAN ROWIN
podÌan expresarse con precisiÛn, las teo- inducciÛn. Por muchos casos que se obser-
rÌas se articulaban en conjuntos de enun- vasen de una generalizaciÛn, cabrÌa siem-
ciados inscritos en una estructura axio- pre la posibilidad de un contraejemplo. Pro-
m·tica. pio de la ciencia, concluÌa, es la falsaciÛn
Para los positivistas lÛgicos, los enun- de las teorÌas, no su confirmaciÛn.
ciados empÌricos significativos eran o A Popper le impresionÛ la confirma-
enunciados de protocolo o hipÛtesis empÌ- ciÛn experimental en 1917 de la teorÌa
ricas. Los enunciados de protocolo hallan general de la relatividad de Einstein. Esta
su verificaciÛn en la propia experiencia predecÌa que la luz, al pasar por la vecin-
u observaciÛn que expresan. Cumple a las dad del Sol, doblarÌa su trayectoria, obli-
hipÛtesis empÌricas poner en relaciÛn los gada por el campo gravitatorio solar. Se
enunciados de protocolo entre sÌ; permi- trataba de una teorÌa, resaltaba, que rea-
ten, por tanto, predicciones. Tales hipÛ- lizaba una predicciÛn muy arriesgada,
tesis se hallan sujetas a contrastaciÛn de sujeta a desmentido, a refutaciÛn. A ese
las predicciones que formulan. DistinguÌan mismo tipo de predicciÛn arriesgada per-
tambiÈn entre leyes universales y leyes tenecÌa la que emanaba de la tabla de
estadÌsticas. Las universales eran los enun- Dmitry MendelÈeff sobre la existencia de
ciados de la teorÌa que presentaban una elementos por descubrir. En breve, sÛlo Thomas S. Kuhn
aplicaciÛn irrestricta en el espacio y el la formulaciÛn de predicciones nove-
tiempo (a veces se indicaba que eran cau- dosas y arriesgadas definÌan a las teorÌas
sales; m·s tarde, se defendiÛ que resis- cientÌficas genuinas, junto con su posibi- iniciales del sistema, fiabilidad de las
tÌan las proposiciones contrafactuales). lidad de rechazo. Tras distinguir entre mediciones y dem·s), Lo habÌa advertido
Las leyes universales ideales tenÌan la hipÛtesis falsables e hipÛtesis no falsa- ya Pierre Duhem cuando afirmaba que
forma lÛgica de la implicaciÛn. Las leyes bles, declara que la ciencia no procede en fÌsica un experimento no refuta una
estadÌsticas hacÌan sus conclusiones sÛlo ni por confirmaciÛn ni por inducciÛn, si- hipÛtesis aislada, sino un grupo. Popper
m·s o menos probables. no por falsaciÛn: una vez enunciada una saliÛ al paso de esa objeciÛn y admitiÛ
Pero esta visiÛn de la ciencia, como hipÛtesis, las predicciones deben deducir- que un conjunto de enunciados observa-
un lenguaje lÛgicamente preciso e ideal, se de suerte tal, que puedan someterse a cionales potencialmente falsador de una
codificado en todos sus pasos, no fun- comprobaciÛn experimental; si queda teorÌa debÌa ser tambiÈn un conjunto de
cionÛ. En el propio seno del positivismo falsada, se desecha, pero si no queda fal- procedimientos experimentales, tÈcni-
lÛgico se debatiÛ la viabilidad de ese sada, eso sÛlo significa que debe someter- cas y otros. El filÛsofo W.v.O. Quine con-
lenguaje ahormado de la ciencia, se ana- se a pruebas m·s exigentes y procedimien- cedÌa incluso que un ejemplo de falsa-
lizaron una y otra vez las relaciones de tos m·s ingeniosos para falsarla. Por lo ciÛn pudiera ser una refutaciÛn de las
explicaciÛn y confirmaciÛn, la formu- tanto, lo que llamamos confirmaciÛn no leyes de la lÛgica y no una refutaciÛn de
laciÛn adecuada del principio de verifica- son m·s que falsaciones frustradas. las hipÛtesis cientÌficas.
ciÛn, la naturaleza independiente y neu- Se entiende asÌ que la doctrina pop- No acaban ahÌ los problemas para el
tra de las observaciones y la adecuaciÛn periana de la ciencia se denomine mÈto- falsacionismo. Hay partes legÌtimas de la
del predicado de verdad sem·ntico. Aun- do de las ìconjeturas y refutacionesî (tÌ- ciencia que no parecen falsables. De
que el empeÒo por fijar procedimientos tulo de uno de sus libros). Las conjeturas entrada, los enunciados probabilistas.
y enunciados en un lenguaje formal fra- ìarriesgadasî son aquellas a partir de las TambiÈn, ciertos enunciados existencia-
casÛ, se avanzÛ en otros dominios. A ello cuales podemos deducir las prediccio- les (la realidad de los agujeros negros).
se aplicÛ un movimiento sucesor del neo- nes novedosas. A imagen de la selecciÛn No es falsable el principio de conserva-
positivismo, el empirismo lÛgico, con Car- natural, se aprende sÛlo de los errores. ciÛn de la energÌa, que establece que la
nap a la cabeza, para quien la ciencia era En la ciencia todo es provisional y sujeto energÌa puede asumir diferentes formas,
inductiva y racional. Racional, pero no in- a correcciÛn y sustituciÛn. Existen, por pero no puede crearse ni destruirse; la
ductiva, la creÌa Karl Popper. supuesto, grados de falsabilidad, crite- ciencia no sÛlo no lo cuestiona, sino que
Confesaba Popper su orgullo de haber rio que sirve para jerarquizar las cien- opera con Èl. Se rige Èsta, adem·s, por
sido el ˙nico filÛsofo que influyera en la cias y verdadera medida de su contenido determinados principios metodolÛgicos
investigaciÛn cientÌfica. En reconoci- empÌrico. Cuanto m·s falsable es una no falsables: tal el de simplicidad, seg˙n
miento de su aportaciÛn fue elegido miem- teorÌa, m·s potencia encierra al abarcar el cual, rebus sic stantibus, las teorÌas
bro de la Regia Sociedad de Londres. Cen- una gama m·s extensa de fenÛmenos. simples y unificadoras se hallan m·s cer-
trÛ su labor en la b˙squeda de un criterio En ese sentido, la teorÌa de Newton era canas a la verdad que las alambicadas y
de demarcaciÛn que permitiera separar m·s precisa que la de Kepler, a la que complejas. Por abreviar, el propio falsa-
la ciencia de las pseudo-ciencias; en par- sustituyÛ; la teorÌa de la relatividad me- cionismo no es falsable, aunque esta obje-
ticular, establecer una divisoria tajante jorÛ las predicciones de la mec·nica new- ciÛn la resuelve Popper respondiendo que
entre la fÌsica, arquetipo de la ciencia, y toniana y de la teorÌa electromagnÈtica no se propone que lo sea, porque se tra-
la psicologÌa y sociologÌa, a las que negaba de Maxwell. ta de una teorÌa filosÛfica o lÛgica y, por
estatuto cientÌfico. Pero los positivistas La doctrina falsacionista adolece de ende, no cientÌfica en sÌ misma.
y empiristas, aducÌa, andaban errados en numerosos puntos dÈbiles, puestos de Pese a su reconocimiento como prin-
la propiedad que convertÌa en cientÌfica manifiesto por los autores. A partir de una cipio metodolÛgico, en el ejercicio de su
a la fÌsica. Ni la verificaciÛn ni la con- sola hipÛtesis, no puede inferirse nunca actividad los cientÌficos ignoran muchas
firmaciÛn resultan esenciales. VeÌa Èl una ning˙n enunciado sobre quÈ se obser- veces la falsaciÛn. No abandonan una teo-
asimetrÌa lÛgica entre confirmaciÛn y fal- var·. La hipÛtesis en cuestiÛn debe con- rÌa establecida con el primer contrae-
saciÛn de una generalizaciÛn universal. jugarse con otros supuestos (condiciones jemplo, sino que buscan modificaciones
Manuel García-Carpintero De ellas, una, a la que denominarÈ unita- ciÛn escogida y la necesaria para seguir
ria, la m·s extendida sin duda, es errÛ- el discurso de los procedentes de otras
L
os humanos somos seres raciona- nea. En la concepciÛn unitaria la neuro- disciplinas.
les. Quiz· no somos los ˙nicos ciencia cognitiva define un nuevo ·mbito Ve·moslo con un ejemplo. En cohe-
seres racionales; quiz· tambiÈn de investigaciÛn, con sus propios espe- rencia con la tesis federal que defiendo,
sea tÈcnicamente realizable construir se- cialistas. Esta idea, que alimenta la mayo- lo presentarÈ desde la perspectiva de mi
res racionales no humanos, m·quinas. rÌa de los programas universitarios en la especialidad dentro de la ciencia cogni-
Mas por el momento somos los ˙nicos materia, es errÛnea porque la investiga- tiva, la filosofÌa del lenguaje. El ejem-
ejemplos claros conocidos de (aproxi- ciÛn de los aspectos neurolÛgicos, psi- plo concierne a la naturaleza de ciertos
mada) racionalidad. colÛgicos, computacionales, ling¸Ìsti- aspectos, algo abstractos, del significa-
Caracterizan a los seres racionales ca- cos o filosÛficos de la racionalidad sÛlo do: los papeles tem·ticos.
pacidades como las siguientes: obtener pueden llevarla a cabo expertos fami- Adelantemos algunas observaciones
conocimiento del entorno a travÈs de la liarizados con las tÈcnicas y presupues- introductorias. Clasificamos como enun-
percepciÛn, del pasado por medio de la me- tos teÛricos de tales disciplinas. Ahora ciados verdaderos o falsos, en razÛn de
moria y de los informes ling¸Ìsticos por bien, la adquisiciÛn de una competencia que se den o no determinadas condicio-
medio del dominio de un lenguaje; in- suficiente que posibilite realizar alguna nes, las oraciones declarativas del tenor
ferir nuevo conocimiento a partir del ad- contribuciÛn significativa a una de ellas siguiente: ëJosÈ MarÌa odia a Albertoí.
quirido a travÈs de procesos como los des- excluye el dominio de las otras. Las condiciones aludidas, las condicio-
critos; evaluar e inferir preferencias En la concepciÛn correcta, que deno- nes de verdad de dicho enunciado, cons-
concretas con que guiar la acciÛn a par- minarÈ federal, la comprensiÛn cabal de tituyen un aspecto de su significado: un
tir de ponderaciones y conocimientos. los fenÛmenos distintivos de la raciona- hablante competente las conoce, aun sin
Todas estas capacidades cognitivas son lidad requiere aportaciones de todas esas saber si se cumplen. Porque las conoce,
esencialmente representativas; en todas disciplinas. Ello requiere que el estudio y conoce tambiÈn las condiciones de ver-
intervienen significados, aunque Èstos no abordado desde cada una de ellas debe dad de la expresiÛn ëJosÈ MarÌa odia a
se expresen mediante un lenguaje. Ra- estar informado, al m·ximo nivel posi- alguiení, sabe que el primer enunciado
cionalidad y apreciaciÛn de significa- ble, por el conocimiento de las aporta- implica lÛgicamente la segunda; en razÛn
dos est·n indisolublemente unidas. ciones de las dem·s. de esa implicaciÛn lÛgica, si la primera
La (neuro)ciencia cognitiva persigue En este enfoque federal, los cientÌfi- fuese verdadera, necesariamente la
la investigaciÛn cientÌfica de las propie- cos cognitivos deben, pues, emplear parte segunda lo habrÌa de ser tambiÈn.
dades constitutivas de la racionalidad, de su tiempo en comunicarse; es decir, Los hablantes derivan composicio-
desde diferentes perspectivas. Disciplinas en presentar cada uno sus trabajos con nalmente las condiciones de verdad a
tradicionales muy distintas entre sÌ en lo claridad suficiente para que resulten partir de los enunciados, de su conoci-
que respecta a presupuestos teÛricos, accesibles al resto y en prestar atenciÛn miento de la aportaciÛn de las unidades
objetivos explicativos o tÈcnicas de inves- a las presentaciones que, con similares morfolÛgicas y de su distribuciÛn sin-
tigaciÛn ópensemos en la biologÌa, la caracterÌsticas, aportan los dem·s. Para t·ctica. Porque existe un n˙mero po-
psicologÌa, la ling¸Ìstica, las ciencias de que ese flujo de informaciÛn sea real, los tencialmente ilimitado de enunciados
la computaciÛn o la filosofÌaó tienen nuevos investigadores, en su etapa de cuyas diferentes condiciones de verdad
aportaciones que hacer a la ciencia cog- formaciÛn, deben adquirir suficientes los hablantes conocen, perciben en con-
nitiva. conocimientos de las otras disciplinas. secuencia relaciones de implicaciÛn lÛgi-
Pero hay dos maneras muy diferentes Se trata, en breve, de alcanzar la m·xima ca en que intervienen las locuciones ëJo-
de entender la neurociencia cognitiva. competencia en el ·rea de especializa- sÈ MarÌa odia al mentor de Albertoí,
L
as ˙ltimas dÈcadas han visto un cre- logÌa, geodesia, matem·ticas, lÛgica, Charles S. Peirce hizo relevantes con-
cimiento inusitado del interÈs en filosofÌa, teorÌa e historia de la ciencia, tribuciones a la lÛgica deductiva, pero
el pensamiento del cientÌfico esta- semiÛtica, ling¸Ìstica, econometrÌa y se interesÛ sobre todo por la lÛgica de la
dounidense, lÛgico y filÛsofo, Charles tambiÈn en psicologÌa. En todos estos ciencia y m·s especialmente por el pro-
S. Peirce (1839-1914), fundador del prag- campos, Peirce es considerado un pio- ceso inferencial que llamÛ ìabducciÛnî
matismo y de la semiÛtica contempo- nero o un precursor, y es muy frecuente (en cuanto opuesto a deducciÛn y a in-
r·nea. Su figura est· adquiriendo una encontrar evaluaciones generales como ducciÛn). La abducciÛn es el proceso
la de Russell: ìSin duda mediante el que generamos hipÛtesis
alguna fue una de las para dar cuenta de aquellos hechos que
mentes m·s originales de nos sorprenden porque quiebran nues-
fines del siglo XIX y cier- tras expectativas. Peirce considerÛ que
tamente el mayor pensa- la abducciÛn estaba en el corazÛn no sÛlo
dor norteamericano de de la actividad cientÌfica, sino tambiÈn
todos los tiemposî, la de de todas las actividades humanas ordi-
Popper que lo describiÛ narias. Sin embargo, a pesar del trabajo
como ìuno de los ma- y los escritos de Peirce, en los cien aÒos
yores filÛsofos de todos siguientes, que han visto un formidable
los tiemposî o la de Hi- desarrollo tanto de la producciÛn cien-
lary Putnam que le ha lla- tÌfica como de la lÛgica, no se ha pres-
mado ìun gigante encum- tado apenas atenciÛn a la lÛgica del des-
brado sobre los filÛsofos cubrimiento. La mayorÌa de los filÛsofos
americanosî. de la ciencia que estudian el mÈtodo
La interpretaciÛn del hipotÈtico-deductivo, ignoran por com-
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