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Nº 9/2004
6,5€
cerebro
• Juan Huarte de San Juan
• Espinas y filopodios cerebrales
• Estrés
• Patologías psicosomáticas
• Axiomas de la conciencia
• Comportamiento ante la violencia
00009
Niños hiperactivos
4o trimestre 2004
9 771695 088703
SUMARIO Octubre de 2004
Nº 9
22 Patologías psicosomáticas
Michael Feld y Johann Caspar Rüegg
El miedo y el estrés nos pueden afectar
al corazón en el más literal de los sentidos.
Los nuevos descubrimientos revelan
la repercusión de los fenómenos psíquicos
sobre el organismo.
28 Estrés
Katja Gaschler
Algunas personas parecen salir más
airosas que otras a la hora de superar
tensiones extremas. ¿Disponen
ULLSTEINBILD
SECCIONES
ENCEFALOSCOPIO MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD
5
Sede del CI. Pliegues de mujer. Ceguera precoz
y oído musical. 51 Neurociencia y reduccionismo. Color y dieta.
Memantina. La nicotina. Geometría en la gramá-
tica. El dolor imaginario. El gen del lenguaje. Método
psicoanalítico. Atención espacial.
RETROSPECTIVA
LIBROS
6 Juan Huarte de San Juan
(1529-1588)
La psicología diferencial y el cerebro.
92 Conciencia
48 96
Bruno Falissard: Arthur Schopenhauer:
“Las psicoterapias a examen”. La voluntad en Schopenhauer.
Mente y
cerebro
DIRECTOR GENERAL COLABORADORES DE ESTE NUMERO
JosÈ M.a Valderas Gallardo ASESORAMIENTO Y TRADUCCI”N:
DIRECTORA FINANCIERA
J. M. GARCÕA DE LA MORA: Entrevista, La nicotina; I. NADAL: øQuÈ en-
cerebro
Pilar Bronchal Garfella
tender por belleza?, Los axiomas de la conciencia, Vivir al lÌmite;
EDICIONES ANGEL GONZ¡LEZ DE PABLO: PatologÌas psicosom·ticas; JUAN AYUSO:
Juan Pedro Campos GÛmez Las raÌces del juego limpio, Comportamiento ante la violencia, MÈtodo
Laia Torres Casas psicoanalÌtico; IGNACIO NAVASCU…S: SÌndrome por dÈficit de atenciÛn
con hiperactividad; STEPHAN POHL: El dolor imaginario; F. ASENSI:
PRODUCCI”N
EstrÈs, Color y dieta; DAVID BARBERO: AtenciÛn espacial; LUIS BOU:
M.a Cruz Iglesias CapÛn GeometrÌa en la gram·tica; RAM”N CIRERA: El gen del lenguaje.
Albert MarÌn Garau
SECRETARÕA
PurificaciÛn Mayoral MartÌnez
ADMINISTRACI”N
Victoria AndrÈs Laiglesia
SUSCRIPCIONES
ConcepciÛn Orenes Delgado
Olga Blanco Romero
EDITA
Prensa CientÌfica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.a
08021 Barcelona (EspaÒa)
TelÈfono 934 143 344 Telefax 934 145 413
www.investigacionyciencia.es
Sede del CI
D escartado hace tiempo, si es que alguna vez se sostuvo más allá de una epi-
dérmica intuición, que el cociente intelectual tenga nada que ver con el volu-
men del cerebro, no se había acometido la investigación de la sede del mismo
hasta que la abordó recientemente el equipo dirigido por Richard Haier, de la
Universidad de California en Irvine. Sometieron a 47 voluntarios, de edades com-
prendidas entre 18 y 84 años, a unas pruebas de CI. Los resultados obtenidos
del ensayo oscilaban entre un cociente de 90 y otro de 155. Con un refinado
método morfométrico, separaron en su rastreo la materia gris cortical (el soma
neuronal) de la materia blanca (axón y dendritas). ¿Qué observaron? Que, en
ciertas estructuras cerebrales, y no sólo en el lóbulo frontal, el volumen de masa
gris guarda correlación con la inteligencia general, una función (g ) que se supone
se halla en la base de la capacidad mostrada en los resultados de los tests.
SCIENCE
Zonas de particular concentración de la inteligencia general (visión frontal).
Pliegues de mujer
V. E. LUDERS Y A. W. TOGA,
LABORATORY OF NEURO IMAGING, UCLA SCHOOL OF MEDICINE
VARON
José María López Piñero Òar el arte de disecar, en el que tenÌa gran de letras, pasados a otras no las pueden
experiencia, y que no mucho despuÈs comprenderî. En consecuencia, tras ex-
S
an Juan del Pie del Puerto, locali- muriÛ trabajando aquÌ. PonÌa todo su poner las generalidades, la obra incluye
dad natal de Huarte y antigua ca- empeÒo en que mis discÌpulos y yo pudiÈ- una serie de capÌtulos en los que ìse da
pital de la sexta merindad del ramos practicar muchoî. En conse- a cada diferencia de ingenio la ciencia
Reino de Navarra, era todavÌa una impor- cuencia, desde sus aÒos de estudiante, que le responde en particular y se le quita
tante plaza fuerte durante el primer cuarto Huarte estuvo familiarizado con el nuevo la que le es repugnante y contrariaî. La
del siglo XVI . Sin embargo, fue des- saber anatÛmico atenido exclusivamente palabra ìcienciaî tiene para Huarte un
mantelada en 1530, al aÒo siguiente de a lo observado en las disecciones de sentido muy amplio que abarca los sa-
su nacimiento, ante la dificultad de man- cad·veres humanos. beres, sus aplicaciones pr·cticas y su
tener una lÌnea defensiva m·s all· de El resto de su vida lo pasÛ en Linares concreciÛn social en diversas profesio-
los Pirineos. A partir de esa fecha emi- y Baeza dedicado al ejercicio profesio- nes. En primer tÈrmino, relaciona posi-
graron a Castilla muchos de sus habi- nal. Las principales noticias sobre sus tivamente la gram·tica con la memoria,
tantes, entre ellos, la familia de Huarte, dos ˙ltimas dÈcadas contin˙an siendo la dialÈctica con el entendimiento y la
que se estableciÛ en Baeza antes de 1540. las procedentes de los documentos que astronomÌa con la ìimaginativaî. A con-
AllÌ cursÛ estudios hasta obtener la licen- publicÛ hace ya sesenta y cinco aÒos tinuaciÛn, examina las ìdiferencias de
ciatura en artes, grado que recibiÛ al Mauricio de Iriarte: fue contratado como ingenioî que resultan apropiadas para
parecer en el Colegio-Universidad de la mÈdico por el Concejo de Baeza, con- la elocuencia, para el cultivo de la teo-
entonces floreciente ciudad andaluza. trajo matrimonio con una mujer proce- rÌa o la pr·ctica de la teologÌa, el dere-
En 1563 se matriculÛ como estudiante dente de la Baja Navarra, tenÌa ìcasa cho, la medicina y la ingenierÌa militar,
de medicina en la Universidad de Alcal· principalî en Linares y tambiÈn algunas asÌ como para desempeÒar el ìoficio de
y seis aÒos m·s tarde consiguiÛ en ella posesiones en la zona manchega de Reyî. La obra termina con un extenso
el grado de doctor. No suele tenerse en TarancÛn. DictÛ testamento el 25 de capÌtulo sobre ìla manera como los padres
cuenta que entre sus profesores figurÛ noviembre de 1588 y falleciÛ poco des- han de engendrar los hijos sabios y del
Francisco Valles, del que en esta oca- puÈs; en todo caso, antes de febrero del ingenio que requieren las letrasî, con
siÛn sÛlo recordaremos cÛmo explicaba aÒo siguiente, en el que ya aparece la consejos contra la esterilidad y ìpara
ìel diagnÛstico de las enfermedades documentaciÛn de sus herederos. conservar el ingenio a los niÒos despuÈs
internas y de todo lo que se oculta en lo En la misma ciudad de Baeza publicÛ de estar formados y nacidosî.
m·s recÛndito del cuerpoî: ìEsta parte Huarte en 1575 la primera ediciÛn de su El fundamento del libro de Huarte
de nuestro arte no es lÛgica ni se refiere libro Examen de ingenios para las cien- corresponde a la doctrina cl·sica seg˙n
sÛlo a la especulaciÛn, sino realmente cias, uno de los textos cientÌficos m·s la cual las ìfacultades del almaî se deri-
mÈdica y unida sobre todo a la pr·ctica. influyentes escritos por un autor espaÒol. van de la complexiÛn humoral del
Es muy ˙til pero tambiÈn muy difÌcil, El tema de la obra es la teorÌa del ìin- cuerpo, expuesta principalmente por
porque exige destreza anatÛmica, el genioî como disposiciÛn individual y Galeno en el tratado Quod animi mores
conocimiento de cada una de las partes tipificable de los seres humanos para el corporis temperamenta sequantur. Le
[del cuerpo humano] y el de las dife- ejercicio de una determinada actividad. hace, sin embargo, numerosas crÌticas
rencias y causas de cada enfermedad y Huarte distingue tres ìdiferencias de in- y rechaza frontalmente la localizaciÛn
sÌntoma... Por lo tanto, al comenzar a genioî cuantitativas o ìgrados de habili- tradicional de las ìpotencias raciona-
explicarla en los pasados cursos, me dadî y, sobre todo, tres cualitativas. Estas lesî en los ventrÌculos cerebrales:
comportÈ de modo que no osaba abor- ˙ltimas dependen del predominio relati- ìAbierta la cabeza y hecha anatomÌa del
dar las alteraciones de la m·s pequeÒa vo de una de las tres ìpotencias raciona- cerebro, todo est· compuesto de un
parte sin que yo mismo observara su lesî: la ìmemoriaî, la ìimaginativaî y el mismo modo de sustancia homogÈnea
completa formaciÛn y la expusiera a mis ìentendimientoî. La clave de su teorÌa y similar, sin variedad de partes hete-
discÌpulos con la destreza y ayuda de consiste en afirmar que ìlos que son rudos rogÈneas. Cu·l sea el uso y aprovecha-
Jimeno, muy amigo mÌo, que habÌa en una ciencia tienen en otra mucha habi- miento de ellos y de quÈ sirven en la
venido de Valencia a Alcal· para ense- lidad, y los muy ingeniosos en un gÈnero cabeza, no es f·cil determinarlo; porque
Carlos Portera Cailliau traducen en recuerdos m·s o menos per- neuronas y sus conexiones. Por eso, los
y Rafael Yuste manentes las experiencias vividas. Los niÒos tienen m·s facilidad que los adul-
neurocientÌficos hablan de plasticidad neu- tos en aprender idiomas o incluso se re-
T
ras el cambio de milenio, que ronal para designar tal flexibilidad de las cuperan antes y mejor tras una lesiÛn
significÛ el fin de la dÈcada del neuronas y de los billones de conexiones cerebral.
cerebro (1990-1999), es razo- (o sinapsis) que forman entre ellas. Aunque se creÌa que la plasticidad
nable preguntarnos por los Presumiblemente, merced a esta plas- neuronal se debÌa sÛlo a cambios elec-
grandes retos pendientes en el siglo XXI. ticidad las neuronas pueden adaptarse a trofisiolÛgicos, desde hace unos aÒos la
A pesar de notables avances en todos los condiciones distintas para realizar las investigaciÛn muestra, con pruebas cre-
campos de la neurobiologÌa, quedan hazaÒas, tan complejas, de las que es cientes, que la plasticidad neuronal se
importantes misterios por resolver. En capaz el cerebro humano. La capacidad explica, en buena parte, por cambios
concreto, nos interesamos por dos cues- pl·stica del cerebro tiende a ser m·xima morfolÛgicos operados en las sinapsis,
tiones que nos parecen fascinantes: la for- durante el desarrollo, para ir disminu- que comportan alteraciones subsiguien-
maciÛn de recuerdos que almacenamos yendo luego a medida que maduran las tes en el circuito neuronal.
a lo largo de nuestra vida y el proceso
de aprendizaje.
Gracias a los estudios realizados en
humanos con lesiones cerebrales, sabe- 1. LAS DENDRITAS DE LAS NEURONAS están cubiertas de espinas. En un proceso
mos que dentro del cerebro la memoria de gradación se representa primero el cerebro de ratón adulto (a), del que se ofrece una
se estabiliza en el hipocampo, en las pro- sección coronal del cerebro (b) al nivel del hipocampo y tálamo, correspondiente al corte
fundidades del lÛbulo temporal. Pero des-
indicado por el dibujo. El corte está teñido por el método violeta de cresilo. En c, se
conocemos, entre otros aspectos nota-
bles, el mecanismo en cuya virtud las presenta, a mayor aumento, la porción de corteza indicada en el panel b. Se indican
neuronas del hipocampo establecen y las seis capas de la corteza del ratón. Hemos superpuesto el dibujo a escala de una
almacenan los recuerdos, para luego recu- neurona piramidal de capa V sobre esta sección, para resaltar el gran tamaño de su árbol
perarlos en el momento adecuado. dendrítico. En d, se presenta la imagen de una neurona piramidal de capa V de un ratón
De acuerdo con una de las teorÌas m·s de 10 días de edad, obtenida con un microscopio láser de dos fotones. La neurona fue
aceptadas, propuesta ya por Santiago marcada con una molécula fluorescente. En e, aparece, aumentado, un segmento
RamÛn y Cajal hace m·s de cien aÒos, en
de la dendrita señalada en el panel d. Obsérvese que de la dendrita sobresalen numerosas
las neuronas individuales o en los circui-
tos que integran, se producen sin cesar espinas y filopodios. En ratones jóvenes las dendritas, aún inmaduras, poseen estos dos
cambios anatÛmicos o fisiolÛgicos, que tipos de apéndices, pero en ratones adultos las dendritas sólo portan espinas.
a BULBO b DORSAL
OLFATORIO
c CORTEZA
HEMISFERIO
CEREBRAL
VENTRAL
CUERPO CALLOSO
TERCER
VENTRICULO
TALAMO
ANTERIOR
CEREBELO HIPOTALAMO
MEDULA 1 mm
POSTERIOR
OBLONGATA
c d e
e
DENDRITA
APICAL
ESPINA
FILOPODIO
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE
50 µm 3 µm
DENDRITAS BASALES
REGULACION
TRANSCRIP-
mediante la β-catenina. Por fin, los men-
CIONAL
sajeros secundarios ligados al calcio (C).
Una vez dentro de la espina, el calcio se D.P.S. A.E.
acopla a la calmodulina; el complejo
de la espina, donde el movimiento de la nas. Nos limitaremos a resaltar algunas espinas. En este contexto, Luo y Jan, por
actina bajo la superficie de la membrana de las principales vÌas reguladoras. En un lado, y Tashiro y Yuste, por otro, des-
produce una serie de pequeÒas ondula- todas las cÈlulas reptantes, la polimeri- cubrieron un control bidireccional de la
ciones que modifican ligeramente la zaciÛn de filamentos de actina constituye densidad y morfologÌa de las espinas
forma de la cabeza. En las neuronas adul- el mecanismo clave para el movimiento operado por las proteÌnas Rac y por Rho:
tas el movimiento de la cabeza de las espi- de membranas. Fischer y Matus demos- Rac aumenta el n˙mero de espinas, mien-
nas es imperceptible; cabe, sin embargo, traron que la actina cumplÌa una funciÛn tras que Rho las elimina.
que un n˙mero reducido de ellas siga principal en el dinamismo de las espi- Tashiro y Yuste han demostrado que
recicl·ndose. nas: observaron que la citocalasina, la motilidad de las espinas se halla direc-
potente inhibidor de la polimerizaciÛn tamente controlada por estas GTPasas.
Mecanismos de regulación de la actina, bloqueaba la motilidad de Pero todavÌa se desconocen los facto-
El dinamismo de las espinas se debe a las espinas. res previos que controlan las proteÌnas
una maquinaria motriz que gira en torno Otros experimentos m·s recientes han Rac y Rho, que m·s tarde regulan la ac-
a la actina. Se ha avanzado bastante en sacado a la luz el papel desempeÒado por tina. Teniendo en cuenta la importancia
la profundizaciÛn de los mecanismos la familia Rho de las GTPasas en la re- de la motilidad de cada espina para su
que controlan esta motilidad de las espi- gulaciÛn de la motilidad y reciclaje de relaciÛn sin·ptica con el axÛn, no resulta
Reciclaje de espinas
Otra de las cuestiones pendientes en 7 8 9,5
torno a las espinas concernÌa a su vida
media. Los trabajos basados en el an·-
lisis de tejido fijado, realizados en los
aÒos setenta y ochenta por Manuel Nieto
A SEÑAL (GLUTAMATO?)
descubrieron que entre 25 y 50 % de las
espinas desaparecÌan o aparecÌan cada
mes. Sin embargo, seg˙n Gan, en los ra-
GAP GEF tones de edades m·s avanzadas, un 95 %
Pi Rho
GDP GTP de las espinas permanecÌa estable durante
el mismo perÌodo, lo que le indujo a su-
+ + gerir que permanecerÌan estables durante
H2O GDP el resto de la vida del ratÛn. Adem·s, el
Rho reciclaje de espinas parece estar rela-
GTP cionado con la actividad sensorial: en ra-
tones en los que el grupo de Svoboda
habÌa afeitado los bigotes, las espinas de
REGULACION DE LA ACTINA la corteza sensorial tenÌan una vida media
mucho m·s corta.
B De esos datos se desprende que nues-
Rac tra experiencia sensorial regula la for-
AS IADO ALTA DENSIDAD, maciÛn y pÈrdida de espinas. Se infiere,
DEM LAMELIPODIOS en consecuencia, que una de las posibles
funciones de las espinas consista en de-
NORMAL DEM
ASIA jar estas ìhuellasî sin·pticas como un
DO mecanismo de plasticidad neuronal que
Rho
BAJA DENSIDAD, va grabando continuamente en el cere-
CUELLOS CORTOS bro las experiencias vividas. Pero, øcÛmo
C consiguen las espinas grabar esta infor-
maciÛn? øQuÈ otras funciones podrÌan
Rac
desempeÒar las espinas?
+
NUCLEACION
Posibles funciones de las espinas
Tres funciones principales se atribuyen
a las espinas: aumentar el n˙mero de
* * * * sinapsis posibles, al prestar su estructura
? (cdc42)
+ – para conectar las dendritas con los axo-
ALARGAMIENTO
nes; mediar la plasticidad sin·ptica, al
cambiar de forma merced a alteraciones
en la actividad sin·ptica; y facilitar la
compartimentalizaciÛn del calcio.
A propÛsito de la primera, aumentar
Rho el n˙mero de sinapsis, conviene recor-
– dar que, en 1894, Cajal asignaba a las espi-
nas la tarea de aproximar las dendritas y
los axones alejados, para aumentar asÌ el
n˙mero de conexiones posibles entre ele-
mentos pre y postsin·pticos. Tres aÒos
despuÈs, el propio histÛlogo espaÒol sos-
pechÛ que la presencia de espinas in-
* * crementarÌa la superficie de la dendrita.
5. DOS ENZIMAS GTPasas, Rac y Rho, controlan el número y tamaño de los apéndices HipÛtesis que parece ser correcta en el
dendríticos. En el recuadro superior (A) se expone el tránsito desde la señal hasta la caso de las espinas de las cÈlulas cere-
regulación de la actina. En efecto, ciertas señales extracelulares (por ejemplo, el glutamato belares de Purkinje. La alta densidad de
o factores tróficos) estimulan el activador de las proteínas G (GAP) y el factor de espinas en el cerebelo permite captar to-
dos los axones de las cÈlulas de grano.
intercambio del guanosín trifosfato (GEF), que, a su vez, controlan la activación de la
Sin embargo, tal hipÛtesis no resulta
GTPasa Rho. En el recuadro central (B) se esquematizan los experimentos realizados con adecuada en el caso de las neuronas pira-
rodajas de cerebro de ratón, a través de los cuales se ha demostrado que un exceso de midales de la corteza, por la sencilla razÛn
Rac produce una alta densidad de lamelipodios, formando un pliegue ondulante de de que buena parte del tallo de sus den-
membrana. Por el contrario, una excesiva expresión de Rho causa la desaparición de las dritas est· desprovista de sinapsis y de es-
espinas, la reducción de su tamaño o ambas cosas. Por último, en C, se ilustra un modelo pinas. Adem·s, muchas neuronas del encÈ-
de la regulación de espinas dendríticas por las GTPasas de la familia Rho. En un primer falo carecen de espinas. Por ˙ltimo, hay
espinas tambiÈn en neuronas de organis-
paso, la proteína Rac se encarga de la formación de nuevos apéndices (nucleación).
mos muy primitivos (en las planarias, por
Después, otras proteínas (tal vez la GTPasa cdc-42), que también regulan la ejemplo); en Èstos, la baja densidad de
polimerización de la actina, se encargan de alargar cada espina o filopodio. Por último, axones no debiera requerir su presencia.
Rho frena este alargamiento y proliferación de apéndices, evitando así que se generen Por otro lado, las espinas tambiÈn po-
espinas demasiado largas o lamelipodios. drÌan servir para separar las sinapsis de
0
rimentos similares, llegando a conclu- cio y sodio hacia el interior de la den-
siones parecidas. Dos estudios recientes, drita. Cuando el calcio entra en la espina,
liderados por Svoboda y por Bonhoeffer desencadena una serie de reacciones,
respectivamente, registraron el creci- confinadas tambiÈn en las espinas. Entre
miento de espinas y el nacimiento de las dianas del calcio se encuentra la cal-
nuevas espinas y filopodios, tras la esti- cio-calmodulina quinasa II, proteÌna que
mulaciÛn sin·ptica de un segmento de representa una fracciÛn mayoritaria de
dendrita. Los an·lisis de las mismas den- la masa proteica de la espina. Conviene,
1,5
dritas a posteriori con microscopÌa elec- adem·s, tener en cuenta que la presen-
trÛnica sugieren que incluso las espinas cia de ribosomas y retÌculo endoplas-
que ìnacenî con la estimulaciÛn sin·p- m·tico (aparato espinal) en las espinas
tica establecen nuevas sinapsis. garantiza la sÌntesis local de proteÌnas,
Debemos suponer, pues, que en el ce- por ejemplo receptores de glutamato,
rebro las espinas se mueven constan- aislada del resto de la dendrita y de otras
temente y que, con el cambio de la acti- espinas.
vidad sin·ptica, unas desaparecen y otras Los estudios encabezados por Yuste
3 nacen, reflejando asÌ las modificaciones demostraron que la compartimentaliza-
del circuito al que pertenecen. Pero el ciÛn del calcio se debÌa a la forma de las
cambio de forma de las espinas no sÛlo espinas. DependÌa, por tanto, de su moti-
garantiza la posibilidad de crear nuevas lidad. Pero observaron, adem·s, la par-
sinapsis para modificar el circuito a par- ticipaciÛn de otras proteÌnas, que opera-
tir de las experiencias sensoriales. La ban como bombas que expulsan el calcio
motilidad de las espinas y su forma tan o como tampones que anulaban la acciÛn
peculiar proporcionan otra ventaja: la biolÛgica del calcio. Todo ello se desarro-
4,5 compartimentalizaciÛn bioquÌmica. llaba en el interior de la espina. Gracias
a ligeras alteraciones en este equilibrio
Compartimentalización del calcio entre la dendrita y las espinas,
No debemos minusvalorar la idea de una conviene recordarlo, pueden producirse
relaciÛn de causa a efecto entre los cam- algunos tipos de plasticidad neuronal,
bios en actividad sin·ptica y los cambios como la PLP. No debemos, pues, menos-
en la forma o tamaÒo de una espina. Sabe- preciar la importancia del dinamismo de
mos que el volumen de una espina es pro- las espinas para el funcionamiento nor-
porcional a la potencia del terminal axÛ- mal del cerebro, puesto que la morfolo-
6 nico registrada al otro lado de la sinapsis gÌa de las espinas, y por lo tanto su capa-
(medida por el n˙mero de receptores post- cidad de controlar la concentraciÛn del
sin·pticos y el n˙mero de vesÌculas de neu- calcio y de modificar las sinapsis, varÌa
rotransmisor listas para descarga). Adem·s, en forma con su motilidad. Es muy pro-
el tamaÒo de la cabeza y el cuello de una bable que en el futuro se descubran nue-
espina constituyen factores determinan- vas funciones para las espinas.
tes en la difusiÛn del calcio y otros com-
ponentes intracelulares de la espina. Filopodios
7 La observaciÛn de la peculiar morfo- Hasta ahora hemos ceÒido nuestro exa-
logÌa de las espinas moviÛ a estudiar sus men a las espinas, que cubren las den-
compartimentos bioquÌmicos. Las cabe- dritas de neuronas del cerebro adulto.
zas de las espinas (menos de un femtoli- Pero en el curso del desarrollo se origi-
tro de volumen) se unen a la dendrita por nan otras estructuras apendiculares en
un tallo bastante largo (m·s de un micro- las dendritas: los filopodios. Una vez
5 µm
metro) y estrecho (menos de 0,2 micro- m·s, fue Cajal el descubridor, en el sis-
metros). En razÛn de esa configuracion, tema nervioso inmaduro de un gato de
7. MOTILIDAD DE LOS FILOPODIOS el cuello constituye una barrera contra
la difusiÛn de macromolÈculas, aislando
1 mes de edad, de proyecciones dendrÌ-
ticas alargadas y finas, diferentes de las
DENDRITICOS: diferencias entre
a la espina del resto de la dendrita. Hasta espinas. En 1934 escribÌa: ìLas espinas
filopodios de punta y filopodios de tallo la fecha, el confinamiento mejor estu- parecen un poco m·s largas y frecuen-
de dendrita. En la secuencia de diado ha sido el del calcio. En particu- temente est·n curvadas. (...) Lo que lla-
fotogramas de una dendrita basal de lar, a travÈs de los trabajos experimen- ma la atenciÛn no es sÛlo la mayor lon-
neurona piramidal de capa V de un ratón tales realizados por uno de los autores gitud de los apÈndices, sino tambiÈn la
de tres días de edad se aprecia el (Yuste) y sus colaboradores a lo largo de frecuencia con la que se dividen y los
dinamismo de los filopodios que surgen los ˙ltimos diez aÒos. Durante la acti- cambios de direcciÛn de sus ramillas
vaciÛn de una sinapsis, el axÛn presi- secundarias. (...) Es casi seguro que se
y desaparecen de la dendrita. En la punta
n·ptico libera glutamato, neurotransmi- trata de una disposiciÛn transitoriaî.
de la dendrita existe un cono de sor que act˙a en los receptores que se Los filopodios dendrÌticos, m·s lar-
crecimiento (paréntesis blanco) en el que encuentran en la espina. gos que las espinas, pueden medir hasta
los filopodios son más largos y más Los receptores de glutamato son ma- 10 micrometros, pero son m·s finos que
abundantes. croproteÌnas. Al activarse, funcionan aquÈllas y carecen de cabezuela o bulbo.
Sinaptogénesis y espinogénesis 1 6
Se les asignaban dos funciones distintas. 4
Una primera, formar espinas, se asentaba 0,5
2
en la observaciÛn de que las espinas apa- 0
EDAD (días) EDAD (días)
0
recen despuÈs de los filopodios en el de- P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO
sarrollo. Se postulaba que los filopodios
establecÌan contactos sin·pticos y, luego, 8. CARACTERISTICAS DEL DESARROLLO DE LOS FILOPODIOS en las puntas (líneas
una vez estabilizada la sinapsis, se con- rojas) y tallos (líneas azules) dendríticos en neuronas piramidales de la corteza del ratón:
vertirÌan en espinas. La segunda funciÛn
longitud, densidad, motilidad y duración media de vida. A medida que el sistema
asignada proponÌa su participaciÛn en la
generaciÛn de ramas de dendritas, guiando nervioso madura, la motilidad de los apéndices disminuye, mientras que su duración
a las dendritas en su crecimiento. Bas·base media de vida aumenta.
0 0 1 0,5 0 0 0
DURACION DE VIDA
0
MOTILIDAD
MESES
1 1 4 6 6 4 4 7
2 µm/min
SEMANAS
2 6 7,5 7,5 7 6 11
3 8 9 9 9 9
DIAS
1 µm/min
HORAS
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE
MINUTOS
G
¸nther se agarra de repente el tenida y el estrÈs psicolÛgico. Se basa- conclusiÛn llegaron Meyer Friedman y
pecho. Su corazÛn late verti- ban en los postulados del psicoan·lisis y Ray Rosenman en 1974, tras una inves-
ginosamente, sufre disnea y suponÌan que, en ìsujetos predispues- tigaciÛn que les ocupÛ varios aÒos. En
experimenta una sensaciÛn de tosî, los conflictos y las emociones repri- su opiniÛn, las personas con la persona-
muerte inminente. Diez minutos m·s midas a menudo salen a la luz en forma lidad tipo A óesto es, sujetos con ten-
tarde, llega un mÈdico de urgencias y le de alteraciones org·nicas. dencia a la ambiciÛn, la competencia y
confirma los temores: posible infarto En la actualidad, los mÈdicos de orien- la impacienciaó presentaban mayor
de miocardio. Con la batahola de luces taciÛn psicosom·tica se interesan m·s por riesgo de padecer un infarto cardÌaco o
y sirenas de la ambulancia se le traslada cÛmo se condicionan mutuamente los incluso un ataque cardÌaco mortal. Pero
al hospital. AquÌ, el obligado electrocar- acontecimientos psÌquicos y las al- el an·lisis comparado de numerosos estu-
diograma y los an·lisis sanguÌneos depa- teraciones org·nicas. Propugnan una dios no ha podido corroborar dichos
ran la primera sorpresa: ha sufrido un ìmedicina biopsicosocialî, que conjuga resultados. Con todo, puede establecerse
ìmal de primaveraî, no un infarto. ìDesde los aspectos org·nicos, mentales y socia- una relaciÛn indirecta: una personalidad
un punto de vista org·nico, usted se les del enfermar. Se guÌan por uno de los tipo A se halla inclinada de forma natu-
encuentra perfectamente. Sus dolores postulados principales de Alexander: las ral hacia el comportamiento agresivo y
tienen probablemente una causa psÌ- alteraciones psicosom·ticas surgen fre- hostil; se irritan m·s y se encuentran,
quicaî, le dice el cardiÛlogo. G¸nther se cuentemente cuando a una predispo- por tanto, m·s estresados. Con el aumento
queda de piedra. siciÛn dada se le aÒaden determinados consiguiente del peligro de sufrir pro-
øCÛmo puede la mente simular un in- factores psÌquicos, que buscan allÌ su blemas cardÌacos.
farto cardÌaco? Nuestro paciente no cons- expresiÛn. AsÌ aparecen, por ejemplo, Se ha abandonado tambiÈn la leyenda
tituye ning˙n caso especial. En casi un las ˙lceras g·stricas en sujetos previa- de la alta tendencia a los infartos por
tercio de cuantos acuden al hospital bajo mente infectados por el Helicobacter parte de los ejecutivos. No parece que
sospecha de infarto los mÈdicos no hallan pylori cuando viven en permanente estrÈs. los cuadros superiores experimenten un
ninguna causa org·nica de sus sÌntomas. riesgo superior a la media. Es cierto que
ìEs psicosom·tico.î Algunos aÒaden con Ni sagas ni mitos el estrÈs es considerado el desencadenante
un tono despectivo que las molestias se Con los datos hoy disponibles, los psico- principal de la hipertensiÛn arterial, pues
deben ìsÛloî a causas psÌquicas, quiz· som·ticos de la primera hornada cam- la hipertensiÛn constituye el factor de
fruto de la imaginaciÛn. biarÌan su forma de pensar acerca de las riesgo por excelencia del infarto. Pero
La psicosom·tica es la disciplina mÈ- disposiciones de sus pacientes. Estaban est·n aumentando las pruebas de que
dica que se ocupa de las enfermedades ellos convencidos de que habÌa deter- sÛlo un tipo especial de experiencia del
y trastornos que, al menos en parte, pre- minados rasgos de la personalidad que estrÈs produce daÒos a este nivel: el
sentan un origen psÌquico. Entra en este decretaban una proclividad especial hacia afecto negativo. Las personas con este
apartado una alteraciÛn que ha cristali- ciertos trastornos. Esta idea, muy con- trastorno existencial se encuentran angus-
zado en los ˙ltimos aÒos, de consecuen- trovertida, puede ser, al menos en parte, tiadas por encima de la media, tienen un
cias especialmente graves: el estrÈs. refutada. La ìpersonalidad cancerosaî, car·cter depresivo y suelen estar tensos.
El establecimiento de la psicosom·tica que en el reino de las sagas y los mitos Un cuadro que se corresponde mejor con
como especialidad se debe a Franz Gabriel aparece como un car·cter melancÛlico los empleados medios que con los direc-
Alexander (1891-1964). Su asentamiento e inhibido, ha quedado descartada por tivos. Bruce Jonas y James Lando han
en Alemania va ligado a la figura de Victor varios estudios. Tampoco el tinnitus o la establecido hace poco, en un estudio a
von Weizs‰cker (1886-1957), que influyÛ ˙lcera g·strica admiten una vinculaciÛn largo plazo de 13 aÒos de duraciÛn, que
en su extensiÛn espaÒola. Estos pione- inevitable con determinados atributos los sujetos de esta Ìndole estresados crÛ-
ros de la medicina psicosom·tica consi- caracterolÛgicos. nicamente son dos veces m·s suscepti-
ULLSTEINBILD
fin vuelva a acompasar correctamente el
corazÛn.
3. NO ES LA “ENFERMEDAD DEL
EJECUTIVO”. La pasión por el trabajo
y el continuo ajetreo no tienen por qué
llevar a un infarto de miocardio.
Sí probablemente, en cambio,
ZEFA
El poder de la palabra Para sustraerse de ese cÌrculo vicioso, experimentado? En la mayorÌa de las
Las palabras encierran a veces el poder cada vez m·s opresor, conformado por ocasiones ambos procesos van de la
de los medicamentos. Lo ha corrobora- la enfermedad cardÌaca, el estrÈs y la mano. Cuerpo y mente se encuentran en
do Lewis Baxter, de la Universidad de depresiÛn, se recomienda una terapia una Ìntima, continua e inevitable inter-
Florida, en quienes sufren trastornos conductual cognitiva. En su transcurso, dependencia.
obsesivos, pensamientos y formas de los pacientes aprenden a dedicar m·s Los descubrimientos cientÌficos de los
comportamiento estereotipados e incon- atenciÛn a los acontecimientos y expe- ˙ltimos aÒos han demostrado que no sÛlo
trolados, que se acompaÒan adem·s de riencias positivos de la vida que a los los fenÛmenos corporales pueden mo-
un intenso sentimiento de angustia. En negativos. Sirve de ayuda para el con- dificar los estados mentales y los sen-
estos procesos se registra un aumento trol del estrÈs el apoyo proporcionado timientos, sino que, a su vez, tambiÈn las
dr·stico del flujo sanguÌneo y el metabo- por el entorno social, asÌ como el con- emociones y los pensamientos pueden
lismo en el n˙cleo caudado. Las terapias tacto con personas que gocen de la con- dar lugar a vigorosas reacciones or-
conductuales pueden controlar estos cam- fianza del paciente. Por eso, los pacien- g·nicas, hasta llegar incluso a causar la
bios con la misma eficacia que los moder- tes cardÌacos casados o con una relaciÛn muerte.
nos psicof·rmacos, como los inhibido- estable tienen, por tÈrmino medio, mayor
res de la recaptaciÛn de la serotonina. esperanza de vida. Por el contrario, la
Atemperan tambiÈn los sentimientos de pÈrdida de la pareja amada y en quien se MICHAEL FELD es doctor en medicina. JO-
angustia de los pacientes. tenÌa depositada la confianza parte lite- HANN CASPAR RÜEGG, profesor emérito,
La irritaciÛn y el malhumor no son los ralmente el corazÛn: pues, como ya probÛ enseña fisiología en la Universidad de Heidelberg.
˙nicos peligros para unas coronarias en 1969 Colin Murray Parkes, la morta-
debilitadas. Seg˙n Nancy Frasure-Smith, lidad de las viudas y los viudos aumenta Bibliografía complementaria
de la Universidad McGill de Montreal, dr·sticamente.
el ·nimo depresivo contrarresta las posi- P SYCHOSOMATIK , P SYCHOTHERAPIE UND
bilidades de recuperaciÛn de los pacien- ¿El huevo o la gallina? GEHIRN (2ª ed.). J. C. Rüegg. Schattauer;
tes cardÌacos. La depresiÛn puede deberse La psicosom·tica se debate hoy en el Stuttgart, 2003.
a estrÈs crÛnico e incontrolado o seguir sempiterno problema del huevo o la ga- BIOLOGISCHE PSYCHOLOGIE. R. Schandry y
a un infarto. Muy a menudo, los pacien- llina. øQuÈ antecede a quÈ: los factores A. Weber. Beltz; Weinheim, 2003.
tes se encuentran desesperanzados en su biolÛgicos a los psicolÛgicos, o al revÈs? NEUROBIOLOGIE DER PSYCHOTERAPIE. Dirigido
interior, pues temen no poder cumplir con øSon la ansiedad y la inclinaciÛn al p·nico por G. Schiepek. Schattauer; Stuttgart,
las exigencias cotidianas profesionales consecuencias de una alteraciÛn del meta- 2003.
o de la vida privada. bolismo cerebral o resulta Èste del miedo
Katja Gaschler Hubo que esperar hasta la guerra del tema nervioso autÛnomo y, mediante la
Vietnam para que se abordara el estudio adrenalina y la noradrenalina, coloca al
L
Ìbano, enero de 1994, en las pro- sistem·tico de esos hechos. No podÌan organismo en estado de alerta: aumen-
ximidades de Khiam. Desde pasar inadvertidos los efectos secunda- tan la frecuencia cardÌaca, la tensiÛn san-
hace cuatro meses, los 33 sol- rios sufridos por quienes tomaron parte. guÌnea y la atenciÛn. Se activa luego un
dados del contingente sueco de Entre antiguos combatientes se mul- segundo sistema, que, mediante las hor-
la ONU vienen limpiando campos de mi- tiplicaron los suicidios. Al cabo de dos monas del estrÈs que se segregan al
nas. Una misiÛn harto peligrosa. No olvi- aÒos de haber vuelto a casa, uno de cada torrente circulatorio, refuerza y prolonga
dar·n el dÌa en que les explotÛ una, que ocho habÌa caÌdo en el mundo de la droga. los fenÛmenos anteriores. En la primera
estuvo a punto de matar a uno de ellos. Resultaba obvio que muchos soldados mitad del siglo XX se conocÌa ya la gran
Sus compaÒeros, al quite, consiguieron no sÛlo tuvieron que enfrentarse con gra- importancia que en este sentido tenÌa la
que sobreviviera. Pero el shock les afectÛ ves problemas psÌquicos en el frente, sino funciÛn desempeÒada por tres gl·ndu-
profundamente. El ejÈrcito sueco enviÛ tambiÈn meses e incluso aÒos m·s tarde. las endocrinas: el hipot·lamo y la hipÛ-
un psiquiatra militar para que los aten- Por fin, en 1980, se caracterizÛ el patrÛn fisis en el encÈfalo y las suprarrenales
diera en el propio LÌbano. Algunos su- de sÌntomas m·s frecuentes bajo la deno- situadas encima de los riÒones.
peraron muy pronto tan traum·tica viven- minaciÛn de ìtrastorno de estrÈs pos- Estos tres elementos, jer·rquicamente
cia; otros se esforzaban, todavÌa meses traum·ticoî (TEP). AsÌ lo recogen ahora organizados, funcionan de forma coor-
despuÈs, por alejar cualquier recuerdo de los manuales de diagnÛsticos psÌquicos. dinadamente circular. El efecto del agen-
los hechos. te estresante se mantiene mediante una
ìSiempre me inquietÛ saber por quÈ Guerra, violencia cascada hormonal que va desde el hipo-
las personas reaccionamos de forma dis- y catástrofes naturales t·lamo, a travÈs de la hipÛfisis, hasta las
tinta ante una misma desgraciaî, mani- Entre las vivencias traum·ticas se encuen- suprarrenales. Transcurridos diez o veinte
fiesta Elisabeth Aardal-Eriksson, del tran la guerra, la violencia, las cat·stro- minutos, las suprarrenales empiezan a
Hospital Universitario de Linkˆping en fes naturales y los accidentes de tr·fico segregar cortisol, la hormona del estrÈs,
Suecia. Unos se recuperan de inmediato graves. Si los sÌntomas clÌnicos tÌpicos que pasa al torrente circulatorio. Este glu-
y vuelven a tener alegrÌa de vivir, mien- se mantienen entre dos y 28 dÌas despuÈs cocorticoide produce diversos efectos.
tras que otros se ven sumidos en un estado del trauma ólos sÌntomas post-traum·- Sobre todo, eleva el nivel de glucosa en
depresivo e incluso llegan a enfermar. ticosó los psicÛlogos hablan en princi- sangre para aportar a la musculatura la
øEs una cuestiÛn de car·cter? øHay funda- pio de un trastorno de estrÈs agudo. Si energÌa que necesita, medida muy ˙til ya
mento org·nico para la vulnerabilidad el paciente no se ha recuperado despuÈs que el afectado puede decidir huir o luchar.
ante el estrÈs? øNos hace duros un rosa- de este tiempo, est· justificado el diag- Pero, al mismo tiempo, el cortisol, que
rio de desgracias? nÛstico de TEP. El trastorno psÌquico circula por la sangre y llega al hipot·lamo
En el curso de su trabajo doctoral Aar- puede durar varios aÒos y aparecer de y a la hipÛfisis, se une a determinados re-
dal-Eriksson investigÛ m·s de 500 per- repente al cabo de meses o aÒos del acon- ceptores situados en estas dos estructu-
sonas, entre ellas algunas que por moti- tecimiento traum·tico. ras e inhibe su actividad. En definitiva,
vos profesionales se hallaban a menudo A tenor de diversos trabajos de inves- la hormona del estrÈs frena asÌ su propia
expuestas a situaciones lÌmite. Entre tigaciÛn, uno de cada once o doce ciu- secreciÛn. Esta retroalimentaciÛn nega-
ellos, la compaÒÌa sueca mencionada y dadanos de los Estados Unidos ha pade- tiva ayuda a restablecer el equilibrio del
200 participantes en dos contingentes cido alguna vez un TEP, y ello sin tener sistema, una vez pasado el peligro.
de paz en Bosnia que se vieron envuel- en cuenta las consecuencias de los suce- øPodemos, pues, afirmar que el nivel
tos en acciones bÈlicas. sos del 11 de septiembre de 2001. En Ale- de cortisol en sangre constituye un par·-
Desde hace tiempo los psicÛlogos mania, Hans-Ulrich Wittchen y su grupo metro de la respuesta de nuestro organis-
saben que en la guerra los soldados pade- exploraron m·s de 3000 jÛvenes (entre mo al estrÈs? En realidad, la secreciÛn
cen temores y depresiones. Durante la 14 y 24 aÒos) de ese paÌs y llegaron a la de cortisol depende del tipo, intensidad
guerra civil norteamericana se hablaba conclusiÛn de que algo m·s de uno cada y duraciÛn del estÌmulo estresante, asÌ
de ìenfermedad de la aÒoranzaî; durante cien padecÌa el trastorno. como del Èxito que se consiga en su supe-
la primera guerra mundial, del ìshock En una situaciÛn de estrÈs, el organis- raciÛn. En unas horas puede observarse
de las granadasî, pues creÌase que las ex- mo pone en marcha en r·pida sucesiÛn el fenÛmeno de subida y bajada del nivel
plosiones de esa arma provocaban peque- dos sistemas defensivos contra el mismo: de cortisol. Si el cerebro, en particular
Òas hemorragias cerebrales. a los pocos segundos reacciona el sis- la amÌgdala óel sistema del temoró, no
20
3. BIORRITMO. Debido a la acción del
hipotálamo el nivel de cortisol sigue un
10 ritmo nictameral muy claro. El valor
THOMAS BRAUN
THOMAS BRAUN
tisol podría dañar las células del hipocampo,
• inhibe la secreción de hormona del estrés
en el hipotálamo y en la hipófisis.
de cortisol significativamente menores clÌnicos han mostrado que los pacien- los indicadores generales del peligro de
que los otros. tes con trastorno de estrÈs postraum·- desarrollar un trastorno de estrÈs pos-
Todo parece indicar que unos niveles tico acostumbran presentar unos nive- traum·tico. Se sabe, adem·s, de la impor-
relativamente bajos de cortisol predicen les sanguÌneos de cortisol crÛnicamente tancia de otros factores; por ejemplo, la
que el individuo correr· m·s riesgo de bajos. Se presume que a las personas reelaboraciÛn mental de las vivencias,
desarrollar sÌntomas postraum·ticos por con trastorno de estrÈs postraum·tico la b˙squeda de un sentido al sufrimiento
sobrecarga psÌquica durante su entrada les bastarÌa con una pequeÒa cantidad y la protecciÛn social encontrada despuÈs
en acciÛn. Un resultado, a primera vista, de cortisol para frenar la actividad del del trauma.
contraintuitivo. øPor quÈ precisamente hipot·lamo y de la hipÛfisis. En estas
las personas con menos cortisol en san- personas, el bucle de retroalimentaciÛn
gre se defienden peor ante las tensiones negativa funcionarÌa con m·xima inten-
psÌquicas? sidad, porque su hipot·lamo y su hipÛ- Bibliografía complementaria
Aardal-Eriksson sospecha que los ba- fisis podrÌan reaccionar mejor al corti- WHY ZEBRAS DON’T GET ULCERS. R. M. Sa-
jos niveles de cortisol en quienes presen- sol que en las personas sanas. polsky. W. H. Freeman & Company; Nueva
tan un mayor estrÈs antes de entrar en Aardal-Eriksson se muestra, sin em- York, 1998.
acciÛn sean reflejo de un trastorno pre- bargo, prudente en la interpretaciÛn de BIOLOGY OF POSTTRAUMATIC STRESS DISORDER.
vio en el sistema de defensa frente al sus resultados. Los niveles ligeramente R. Yehuda en Journal of Clinical Psychiatry
estrÈs. Su hipÛtesis viene respaldada por bajos de cortisol en los soldados no son (suplemento), pág. 41; 2001.
otras investigaciones: ciertos estudios argumento suficiente para considerar-
Sin embargo, a lo largo de los siglos se a sus propias acciones lo que ven en otras
Gisa Aschersleben les considerÛ pasivos, que de momento personas. En determinado ensayo, un
registraban muy pocas informaciones de niÒo observaba al investigador jugando
T
obÌas est· tumbado en su balan- su entorno y las elaboraban casi exclu- con un muÒeco que llevaba un guante
cÌn mirando cÛmo Claudia, su sivamente en forma de movimientos puesto. La persona adulta le quitaba el
mam·, se afana en las tareas reflejos. La investigaciÛn sistem·tica guante al muÒeco y lo sacudÌa tres veces,
domÈsticas. Mientras ella va con niÒos pequeÒos se hacÌa hasta bien al tiempo que sonaba una campanilla; des-
echando, pieza a pieza, la ropa sucia a entrado el siglo XX a partir de la fase del puÈs, volvÌa a enguantar al muÒeco. Una
la lavadora, el bebÈ masculla alegre- aprendizaje del habla, es decir, a la edad vez ejecutada esta secuencia varias veces,
mente por su cuenta y agita con viveza aproximada de los dos aÒos. La situa- llegaba el momento en que se dejaba al
los brazos y las piernas. Claudia piensa ciÛn ha cambiado. Ahora se estudia quÈ bebÈ manejar Èl mismo el juguete. Se ano-
entonces si acaso ìentiende que yo cojo capacidades tienen y desarrollan los taba entonces todo lo que el pequeÒo
esta camiseta intencionadamente para bebÈs en los primeros meses de su vida. probando intentaba hacer con el objeto.
meterla en el bombo de la lavadora. øQuÈ øCÛmo investigar las capacidades de El resultado fue sorprendente: niÒos
grado de control consciente podr· tener los niÒos que todavÌa no pronuncian ni de seis meses o m·s sacaban provecho
sobre sus propios movimientos?î. una sola palabra? Los cientÌficos han de su observaciÛn previa y ejecutaban
Pero no sÛlo les interesa a los padres venido desarrollando una serie de pro- la primera fase de la secuencia presen-
observar el momento en que sus hijos cedimientos basados en una observa- tada por el monitor óquitarle el guante
comienzan a entender que los movi- ciÛn sistem·tica del comportamiento. al muÒecoó repitiendo la acciÛn con una
mientos de las personas de su entorno Algunos mÈtodos, asÌ el paradigma de frecuencia notablemente mayor que los
no se suceden por pura casualidad, asÌ habituaciÛn o el de mirada preferencial, bebÈs de otro grupo de control que no
como la edad en que ellos mismos empie- se sirven de su reacciÛn ante las nove- habÌan observado antes el desarrollo de
zan a ejecutar las primeras acciones con dades. Cuanto m·s sorprendente es la la acciÛn. Pero hay todavÌa m·s: los
un fin determinado. TambiÈn los cientÌ- situaciÛn, tanto m·s tiempo queda presa pequeÒos pueden retener en su memo-
ficos se vienen ocupando, desde hace la mirada del bebÈ; algo que sucede ya ria esos movimientos incluso durante
unos veinte aÒos, de cuestiones relacio- con los reciÈn nacidos. Por su parte, el 24 horas, en el supuesto de que se les
nadas con este fenÛmeno, y ya han obte- paradigma de la imitaciÛn se refiere al haya repetido el ejercicio con suficiente
nido resultados sorprendentes sobre el instinto de los bebÈs de repetir lo que reiteraciÛn.
desarrollo cognitivo de los niÒos en los han visto. En este caso, los niÒos tienen
primeros meses de su existencia. que estar en condiciones de ejecutar
En este perÌodo fascinante de la exis-
tencia el ser humano aprende propor-
pequeÒos movimientos concretos, como
agarrar o sacudir. Por ello, este mÈtodo
1. OBJETO DE ESTUDIO: EL HOMBRE.
El objeto de la investigación de la
cionalmente m·s que en el resto de su se puede empezar a probar con niÒos de
vida. Los bebÈs exploran el mundo con a partir de seis o nueve meses. psicología evolutiva es indagar en todo
todos sus sentidos superando un c˙mulo En ciertos estudios sobre imitaciÛn se lo que saben y pueden hacer el pequeño
ingente de impresiones y de estÌmulos. busca comprobar si los bebÈs trasladan Tobías y sus amigos.
INSTITUTO MAX PLANCK PARA LAS CIENCIAS DE LA COGNICION Y LAS NEUROCIENCIAS, MUNICH
APRENDER A PEDIR DE BOCA.
A partir los ocho meses de edad,
los niños utilizan ayudas para conseguir
sus objetivos. Se sirven, por ejemplo,
de un cordel para arrastrar un cochecito
hacia sí.
4. TEATRO INVESTIGADOR.
Ya con seis meses de edad los niños
interpretan el movimiento de agarrar
un objeto como una acción encaminada
a un fin. Los bebés pueden observar
repetidamente cómo una mano agarra
una torre (fila superior); pero después se
irritan mucho más cuando, acto seguido,
la mano coge el cubo (abajo, izquierda) que
cuando vuelve a agarrar la torre, ya que
ésta mientras tanto ha cambiado su
posición con el cubo.
Enroque cubo-torre mano no asÌa un segundo objeto, coloca- ban m·s tiempo en mirar cuando se
De todas formas las investigaciones do al lado del primero (un cubo). A con- cambiaba de lugar el objetivo de la
recientes permiten suponer que los bebÈs tinuaciÛn, se cambiaban las posiciones acciÛn, aunque el movimiento ejecutado
a la edad de entre cinco y seis meses se de la torre y el cubo. Entonces, en una por la mano seguÌa siendo el mismo.
encuentran en condiciones de recono- primera variante del experimento, la Lo que confirma que ya los niÒos de
cer acciones intencionadas de otras per- mano volvÌa a agarrar la torre; mas, al entre cinco y seis meses de edad cap-
sonas. Amanda Woodward, de la Uni- haber cambiado las posiciones de las tan que el movimiento de las manos de
versidad de Chicago, llevÛ a cabo en piezas, tenÌa que ejecutar un movimiento otras personas persigue una intenciÛn
1988 un experimento con este objetivo. distinto del anterior. En una segunda determinada.
En esta prueba, los niÒos veÌan en pri- variante la mano hacÌa el mismo movi- Pero, øpueden captar esto los niÒos
mer lugar cÛmo una mano en un esce- miento que antes pero agarraba natu- tambiÈn cuando se trata de gestos nue-
nario volvÌa una y otra vez a agarrar un ralmente el cubo, algo que sorprendÌa vos y desconocidos? Para responder a esta
determinado objeto (una torre), pero la a los niÒos muchÌsimo m·s. Emple- cuestiÛn, nuestro grupo investigador ha
seguido desarrollando el experimento Desde el trasfondo de los resultados de le dice mucho antes de haber aprendido a
de Amanda Woodward. Presentamos a la investigaciÛn en el campo de la psico- hablar. AsÌ pues, los padres deberÌan tener
los bebÈs el dorso de una mano que des- logÌa evolutiva hay que cuestionar la Ûptica en la mente que ya en el primer aÒo de
plazaba la torre a una nueva posiciÛn. tradicional, seg˙n la cual el entendimiento vida sus hijos entienden m·s de su trato
Se evidenciÛ que ya los bebÈs de seis del comportamiento ajeno presupone la con ellos de lo quiz· les creen capaces.
meses podÌan interpretar el movimiento, capacidad para la plena ejecuciÛn de acti-
nuevo y desconocido, como intencio- vidades de uno mismo. Es posible que
nado, aunque sÛlo si iba acompaÒado de ambas aptitudes se desarrollen de forma
un efecto reconocible, como por ejem- paralela. Aunque el pequeÒo TobÌas no GISA ASCHERSLEBEN, docente de psicolo-
plo un cambio de posiciÛn. Cuando el puede realizar todavÌa con precisiÛn deter- gía, dirige el grupo de investigación sobre
efecto de esta acciÛn desaparece, los minados movimientos, es perfectamente desarrollo de la cognición y de la acción en
bebÈs la interpretan como no intencio- capaz de entenderlos cuando los hace su el Instituto Max Planck de Múnich para las
nada o casual. madre. Igual que Èl entiende lo que ella Ciencias de la Cognición y las Neurociencias.
Gábor Paál tica desde arribaî, que, durante mucho cimiento, es: un fenÛmeno cotidiano que
tiempo, defendÌan sobre todo filÛsofos se puede estudiar en experimentos y, en
E
n el parque zoolÛgico, un niÒo y teÛricos de la literatura; en la pr·ctica, concreto, a travÈs del placer que un pro-
se acerca a un poney, le ofrece especulaban sobre la belleza exclusiva- bando siente en una determinada situa-
un terrÛn de az˙car y siente los mente en el contexto del arte. En esta pos- ciÛn. De este modo, la investigaciÛn psi-
labios calientes y suaves del tura queda excluida la belleza de los pai- colÛgica descubriÛ mucho sobre el efecto
hocico en la palma de su mano. En su ta- sajes, las personas, los utensilios o las de ciertos colores o motivos musicales
ller, un escultor contempla la obra reciÈn teorÌas cientÌficas. Adem·s, tales plan- y pudo averiguar quÈ figuras geomÈtri-
tallada que expresa exactamente lo que teamientos se aferraban, la mayorÌa de cas, quÈ caras y paisajes ejercen sobre
el artista querÌa al iniciarla. En la pista las veces, a lo especulativo. A falta de nosotros un atractivo especial.
de circo, un malabarista realiza una acro- argumentaciones empÌricas, uno era muy QuÈ se considera atractivo y quÈ no,
bacia difÌcil, en cuyo dominio ha inverti- libre de adherirse o no a una teorÌa. lo aclara la biologÌa evolutiva; en todas
do largas horas de ejercicio. øQuÈ tienen partes, los humanos consideran los para-
en com˙n estas personas? Si hubieran de Bach (re)compensa jes y zonas fluviales con abundante vege-
responder por su sensaciÛn del momento, Pero los teÛricos del conocimiento en- taciÛn m·s gratos que los desiertos y las
dirÌan al unÌsono: °es bello! cuentran base para aceptar un concepto montaÒas peladas. La inferencia resulta
La percepciÛn de quÈ es bello y quÈ de belleza tan amplio como el que em- inmediata: para nuestros antepasados
no marca amplias ·reas de nuestra vida. pleamos en el lenguaje cotidiano. Seg˙n constituyÛ una ventaja vivir en tales para-
De quiÈn nos enamoramos, cÛmo distri- investigaciones realizadas con las tÈc- jes, pues en ellos habÌa, por una parte,
buimos y amueblamos nuestra casa o nicas modernas de formaciÛn de im·- una perspectiva de alimentos y agua, y,
quÈ ropa nos compramos, las conside- genes, parece que el cerebro apenas si por otra, ofrecÌan tambiÈn una relativa
raciones estÈticas desempeÒan en esas reacciona de forma distinta ante una obra protecciÛn frente a los depredadores. En
acciones una funciÛn importante. Se re- de arte ìbellaî que ante una ìbellaî con- cuanto ventaja selectiva, este ìideal de
vela tambiÈn en los temas de conversa- versaciÛn o la contemplaciÛn de la cara bellezaî se habrÌa inscrito, hasta cierto
ciÛn: pelÌculas, vestimenta, viajes, libros, de la modelo Heidi Klum. Por ejemplo, punto, en nuestro acervo gÈnico. La de-
tascas, hombres, mujeres y partidos polÌ- la m˙sica (como la mencionada cantata ducciÛn parece irreprochable, pero, como
ticos. En esos di·logos las personas se de Bach) activa, en parte, las mismas la mayorÌa de las interpretaciones bio-
mueven siempre entre los extremos ì°me ·reas cerebrales que un rostro atractivo; lÛgico-evolutivas de la conducta humana,
gusta muchÌsimo!î y ì°no lo puedo sopor- a saber, los centros de recompensa, que no se puede demostrar. Aun cuando la
tar!î. Por tanto, cualquier cosa puede ser se ocupan de los sentimientos de placer. biologÌa molecular descubriera unos
bella: la modelo Heidi Klum, una comida Al menos, un pequeÒo indicio de que la genes de la preferencia por los rÌos o por
con amigos, el gol de la victoria de nues- vivencia de la belleza no se deja reducir las caras simÈtricas, difÌcilmente serÌa
tro equipo en un partido decisivo o una al arte. Pero, øquÈ es, en realidad, la be- posible explicar cu·ndo y cÛmo estos
conferencia cientÌfica sobre el origen del lleza? øUn sentimiento? øCÛmo se pue- genes llegaron a formar parte de nues-
universo. den armonizar los nuevos conocimien- tra constituciÛn genÈtica.
M·s de uno objetar· que, en estos con- tos de neurocientÌficos y psicÛlogos con De la psicologÌa experimental pro-
textos profanos, hacemos un empleo abu- todo el saber que los filÛsofos han acu- viene tambiÈn la estÈtica de la informa-
sivo de la palabra ìbelloî. En esa lÌnea, mulado sobre la percepciÛn estÈtica? ciÛn, corriente que gozÛ de gran popu-
el tÈrmino remitirÌa a un campo sem·n- Por dar con una base empÌrica se laridad en los aÒos sesenta y setenta del
tico distinto: una cantata de Bach, una esfuerza la ìestÈtica desde abajoî, fun- siglo pasado. Sus defensores estudiaron,
poesÌa de Rilke o un cuadro de Leonardo dada en el siglo XIX. Considera la vi- con ayuda de dibujos generados por orde-
da Vinci, por ejemplo. Este punto de vencia de lo bello como lo que, seg˙n el nador, a quÈ formas y modelos reaccio-
vista es propio de la teorÌa de una ìestÈ- parecer de muchos psicÛlogos del cono- namos con especial placer. La mayor
1. SEDUCTORA EN LA ANTIGÜEDAD.
Los hombres sucumbieron a los encantos
de Afrodita, la diosa griega de la belleza,
y de su homóloga romana Venus.
DPA
ciendo bonito. La belleza puede, pues,
Heidi Klum concita una sorprendente proporcionar un sentimiento de felicidad
unanimidad entre los espectadores; por encima del sistema de recompensa;
hombres y mujeres la consideran bella. la decisiÛn de si un rostro resulta o no
atractivo, la tomamos, pues, al margen
del sistema de recompensa.
Ahora bien, si la ìcabezaî y las ìentra- A favor de una componente racional
Òasî se hallan entrelazadas de forma tan de la sensaciÛn de belleza se manifiesta
intensa, carece de sentido separarlas en la ìparadoja de la fealdadî. A muchas
la sensaciÛn estÈtica. Lo que considera- cosas que causan una primera impre-
mos bello, no es, ni de lejos, siempre siÛn de fealdad, sin armonÌa o incluso
racional. Lo que no obsta para que la repugnantes, les sacamos, a un nivel
racionalidad, en cuanto tal, resulte muy superior, cierta relevancia estÈtica. Obras
bella. Que la eficiencia y la elegancia van de teatro y pelÌculas tr·gicas entriste-
codo con codo lo experimenta no sÛlo cen al espectador y, sin embargo, pue-
un escultor, sino tambiÈn el cocinero, den ser bellas y arrebatadoras. Estas
que aprende a transformar, con r·pidos experiencias cotidianas no se compagi-
movimientos de las manos, la bola de nan con la concepciÛn de la belleza
masa en una pizza perfecta. Obras bellas, entendida como mera sensaciÛn pla-
lo mismo que una argumentaciÛn con- centera. Es posible que, en la vivencia
tundente o la prueba concluyente de una estÈtica, no se trate de un sentimiento
teorÌa cientÌfica. en el sentido cl·sico, sino m·s bien de
Ambos planteamientos óla estÈtica una especie de metaemociÛn: un senti-
desde arriba y la estÈtica desde abajoó miento de contexto (incluso con con-
se han detenido a mitad de camino, øno notaciones negativas) que se superpone
Universidad de Oxford, quien, junto con podrÌan acercarse algo m·s entre sÌ? a otros sentimientos y que les confiere
Stephen Hawking, es uno de los padres øPodrÌan armonizarse? una cualidad complementaria.
de la teorÌa de los agujeros negros. Igual que sucede en otros temas fron-
terizos entre filosofÌa y psicologÌa, la Bello hasta reventar
Conocimiento frente a emoción investigaciÛn del cerebro arroja aquÌ Las emociones ìhabitualesî desencade-
En su Lenguajes del arte, Nelson Good- nueva luz. En primer lugar, rechaza la nan de forma autom·tica reacciones cor-
man criticaba, hace ya 35 aÒos, que las idea de la belleza como mera sensaciÛn porales m·s o menos caracterÌsticas: la
dificultades en alcanzar una teorÌa de la de placer y felicidad. Al presentarles a rabia afecta al estÛmago y quita el sueÒo;
estÈtica obedecÌan, en buena medida, a los sujetos del ensayo fotografÌas de ca- con la alegrÌa se acelera el pulso y los
esa separaciÛn tajante entre lo cognitivo ras atractivas de mujeres, el centro de m˙sculos de la cara tiran de la comisura
y lo emocional. ìEn un lado situamos recompensa en el nucleus accumbens de la boca componiendo una sonrisa
sensaciones, percepciones, consecuen- sÛlo se muestra activo si la mujer retra- hacia arriba. En la vivencia estÈtica esto
cias, conjeturas, hechos y verdad; en el tada mira a los ojos del observador. Si no sucede. Sin duda, se halla tambiÈn vin-
otro, bienestar, dolor, interÈs, satisfacciÛn, falta esa convergencia ocular, la regiÛn culada a estados corporales, pero la ads-
cualquier reacciÛn afectiva, cariÒo y cerebral apenas se excita, aun cuando a cripciÛn queda lejos de ser unÌvoca: pode-
repugnancia. Tal separaciÛn bloquea, y
por cierto con eficacia suma, la compren-
siÛn de que las emociones funcionan cog-
nitivamente en la experiencia estÈtica.î
La confirmaciÛn viene de parte de la
investigaciÛn del cerebro. Se ha demos-
trado que los sentimientos acompaÒan a
las prestaciones cognitivas. M·s a˙n: sin
ese sello emocional el cerebro no podrÌa
realizar muchas tareas. Las personas con
lesiones en determinadas ·reas cerebra-
les, responsables de la valoraciÛn emo-
cional de las percepciones, se veÌan impo-
sibilitadas para procesar con normalidad
nuevas informaciones.
3. EN BUSCA DE LA ARMONIA.
Albert Einstein formuló la teoría
de la relatividad, como él mismo admitió
después, para satisfacer una “necesidad
CORBIS
metafísica” de simetría.
MAURITIUS
humanos de casi todas las culturas les
parecen bellos los paisajes fluviales. En
opinión de los psicólogos evolutivos,
porque ofrecen protección y alimentos.
Rachmáninov y el paraguas
Compete al cÛrtex frontal elaborar las o mitos. Ante tamaÒa diversidad de lo vador. Precisamente ese car·cter subje-
representaciones de las condiciones espa- bello, øcÛmo pergeÒar una teorÌa gene- tivo condiciona que se pueda disputar tan
ciales de nuestra actuaciÛn, es decir, el ral de la estÈtica? Contra cualquier valor atinadamente sobre la belleza.
contexto estructurador en el que situa- reputado hasta ahora como estÈtico puede Cierto que ese planteamiento dificulta
mos nuestras experiencias y acciones. De siempre oponerse un contraejemplo. la respuesta a la pregunta sobre la natu-
manera similar nos desenvolvemos en las Pensemos en la simetrÌa. Este criterio se raleza de la belleza. Con todo, pensa-
vivencias estÈticas. La palabra ìestÈ- ha considerado desde la antig¸edad el mos objetos estÈticos de cualquier tipo
ticoî indica no ya una determinada pro- patrÛn de belleza. Pero, øquÈ decir enton- (esculturas, teorÌas cientÌficas o paisa-
piedad de un objeto, sino el modo como ces de los retratos cubistas de Picasso? jes) como modelos que se componen de
lo percibimos. Con otras palabras: la øCÛmo cohonestar la preferencia humana distintos elementos aislados que se rela-
mera contemplaciÛn de un paisaje, de un por las estructuras sencillas y ordenadas cionan entre sÌ de una forma determi-
tapiz o de un sof· de diseÒo no nos fuer- con la constataciÛn de que nos sentimos nada. La cuestiÛn gira, pues, en cÛmo
za en absoluto a preguntarnos ìøbello o atraÌdos por modelos complejos e innova- se ha de crear dicho modelo, cÛmo per-
no?î. Se trata m·s bien de una actitud dores? Hablemos de una ecuaciÛn mate- cibirlo para que nos parezca bello. Por
consciente que adoptamos cuando situa- m·tica, de un cuadro de El Bosco o un su manera de proceder agrupamos en
mos a ese objeto en un contexto estÈtico. concierto de Rachm·ninov, los valores cuatro categorÌas los fenÛmenos de la
En principio, cabe operar asÌ con cual- estÈticos que influyen en el juicio depen- vivencia estÈtica, descritos por la psi-
quier cosa: paraguas, poesÌas, animales den de las preferencias del sujeto obser- cologÌa experimental.
A modo de recapitulación
øPara quÈ sirve esta divisiÛn cuatripar-
tita? En primer lugar, nos permite des-
cribir en toda su amplitud la percepciÛn
estÈtica, sin derivar de ella prescripcio-
nes normativas. En otras palabras: nos
suministra valores de belleza nombra-
bles, a la vez que deja margen para las
preferencias individuales. Que se pueda
discutir sobre gustos, no significa que
los valores estÈticos sean totalmente arbi-
CORBIS
trarios.
En segundo lugar, la diferenciaciÛn
en cuatro tipos de belleza permite expli-
Primer tipo de belleza los estados de ·nimo, las tesis y modos car las paradojas de la fealdad (es decir,
Se define esta primera especie por las de pensar que enriquecen nuestro mundo los fenÛmenos ìescalofriante pero bo-
propiedades que caracterizan las rela- personal. nitoî o como decÌa AristÛteles ìbello por
ciones de los elementos en el modelo; contrasteî). Por ejemplo, m·s de uno
entre otros, coherencia, simetrÌa, equi- Tercer tipo de belleza puede creer bello en el segundo tipo algo
librio, claridad, sencillez, armonÌa, ele- La belleza no se limita a objetos, sino que es feo en el nivel de la estÈtica ele-
gancia, unidad, continuidad y tambiÈn que abarca las acciones. Puede ser bello mental, como la vestimenta de los punks,
(quiz· la m·s importante) justa propor- explorar lo desconocido, especular con porque crea identidad y encarna un deter-
ciÛn. Todas estas propiedades describen nuevos descubrimientos, crear arte, escri- minado ideal.
un determinado tipo de orden dentro del bir libros o expresar los propios pensa- Por ˙ltimo, este sistema de clasifica-
modelo, asÌ como la coherencia entre mientos e ideas de forma singular. La ciÛn de los valores estÈticos reporta be-
dos modelos. Pensemos en el sermÛn de belleza de tales acciones no depende de neficios pr·cticos: todos aquellos que
un funeral. Aun cuando ni las palabras la posible belleza intrÌnseca de los obje- intervienen en la provisiÛn y gestiÛn de
del p·rroco ni la situaciÛn son placen- tos creados. La cuestiÛn decisiva es la conocimientos (pedagogos, cientÌficos,
teras, el sermÛn puede resultar bello si siguiente: øExiste una razÛn para ocu- artistas, periodistas, polÌticos o estrate-
es adecuado. parse de tales objetos? En esta tercera gas publicitarios) pueden realizar un
categorÌa de vivencia estÈtica, el camino buen trabajo, si tienen en cuenta estos
Segundo tipo de belleza es, pues, el objetivo. Los ìcriterios de valores estÈticos fundamentales, sean
En este caso se trata de propiedades que bellezaî asociados se llaman inspira- conscientes o intuitivos.
no ataÒen tanto a un objeto cuanto a la ciÛn, tensiÛn, innovaciÛn, complejidad La estÈtica desde arriba y la estÈtica
relaciÛn personal entre un objeto y el y creatividad. Es bello vivirse a sÌ mismo desde abajo se superponen, pues. Pero
sujeto perceptor; verbigracia, afecto, como creativo. es largo el camino a recorrer hasta que
intimidad, pertenencia, comprensibili- se logre una teorÌa integradora de la
dad o posibilidad de participar en algo Estética elemental belleza, basada en los conocimientos de
personalmente. Pensamientos y objetos Por ˙ltimo, cabe esperar que la compren- la filosofÌa, arte, psicologÌa experimen-
poseen, pues, un valor estÈtico, si nos siÛn de la belleza satisfaga como expe- tal e investigaciÛn del cerebro. Y Èste no
afectan personalmente, nos conmueven riencia sensorial y sensaciÛn de placer. es un pensamiento necesariamente bello.
o reflejan algo de nosotros; si con ellos A esta cuarta especie, que denominamos
nos identificamos, compenetramos o estÈtica elemental, pertenecen tipos de
comprometemos. estÌmulo de los que se ocupan preferen-
GABOR PAAL trabaja en Bühl para la
En la belleza de este segundo tipo se temente psicÛlogos e investigadores del
Südwestdeutschen Rundfunk.
basan fenÛmenos tan diferentes como la cerebro. Nuestras preferencias por los
simpatÌa, el sentimiento patriÛtico, nues- sonidos armÛnicos, los paisajes fluvia-
tra empatÌa frente a los animales, pero les, las caras simÈtricas o los cuerpos Bibliografía complementaria
tambiÈn nuestra preferencia por teorÌas bien conformados se numeran en esta WAS IST SCHÖN? ÄSTHETIK UND ERKENNTNIS.
e ideas en torno al mundo o a la socie- clase. La caracterÌstica central de valo- G. Paál. Königshausen & Neumann;
dad. AquÌ, la mera familiaridad no cons- res estÈticos elementales consiste en que Würzburg, 2003.
tituye el valor estÈtico, sino que Èste los objetos no poseen ning˙n car·cter D IE B EGRÜNDBARKEIT ÄSTHETISCHER W ER -
corresponde a una determinada propor- simbÛlico estructurador. En este sentido, TURTEILE . A. Piecha. Mentis-Verlag; Pa-
ciÛn de extraÒo y familiar. En este sen- una rosa es en realidad una rosa y no un derborn, 2002.
tido son bellos los objetos y, tambiÈn, signo de afecto, un sÌmbolo rom·ntico,
Igor Aleksander exclusivo de los humanos, algo inmate- opera de una manera m·s difusa, como
rial que no es posible originar artifi- si nuestro ìyo internoî interrumpiera una
E
l onceaÒero David quiere a su cialmente. corriente continua de vivencias perso-
madre. Nada de particular, si no La pelÌcula de Spielberg traslada la nales. Pero esta relaciÛn yo-sensaciÛn
fuera por la controversia que acciÛn al aÒo 2193. Pertenece, pues, al no se da en absoluto; es sÛlo una espe-
desatÛ. Al menos entre los dominio de la ciencia-ficciÛn. Pero, øpor cie de engaÒo del encÈfalo. Blackmore
espectadores de la pelÌcula A.I., de Steven quÈ no puede llegar un dÌa en que una resume en una imagen el intento de exa-
Spielberg, pues David es un robot con- m·quina afirme que tiene conciencia? Se minar los sentimientos internos con cri-
trolado por un ordenador. Un progra- han multiplicado los intentos de hacerlo terios propios de las ciencias de la na-
mador le instalÛ sentimientos. Pero David realidad. Un n˙mero cada dÌa mayor de turaleza: es ìcomo si se abriera el
desarrolla sus propias ideas y deseos, cientÌficos trabaja, en todo el mundo, en frigorÌfico para averiguar si la luz est·
tiene conciencia de sÌ mismo y, precisa- la creaciÛn de la inteligencia artificial. encendida siempreî.
mente por ello, es poco correspondido. Mas, aun cuando al final de la evoluciÛn Una idea afÌn defiende Susan Green-
Al fin y al cabo, las emociones son algo del espÌritu mec·nico apareciera un nue- field, de la Universidad de Oxford. En
vo David, el objetivo prioritario del su opiniÛn, los modelos computaciona-
DEFD-MOVIES
empeÒo busca arrojar luz sobre una de les ìse concentran en el aprendizaje y en
las cuestiones m·s difÌciles de las neu- la memorizaciÛn, tareas que puede aco-
rociencias: øcÛmo se origina la concien- meter un PC, aunque no tenga estados
cia en los seres vivos? internos subjetivosî. Greenfield compa-
AsÌ al menos lo ven muchos investi- ra la conciencia con el interruptor, con
gadores dedicados al progreso de la inte- el regulador de voltaje, de una l·mpara:
ligencia artificial. Pero la idea de que se la luz se intensifica y se amortigua seg˙n
puede aprender de los ordenadores algo el n˙mero de neuronas que intervienen.
sobre nuestra conciencia, debe habÈrse- En mi opiniÛn, la teorÌa de Greenfield
las con un sinfÌn de objeciones. Se aduce, no contribuye a descifrar el enigma de
sobre todo, que la conciencia tiene que la conciencia. Su propuesta de que los
ver con la vida, la evoluciÛn y la humani- investigadores en inteligencia artificial
dad. Una m·quina, por el contrario, es una deberÌan concentrarse sÛlo en las cues-
cosa frÌa y sin vida, proyectada por un espÌ- tiones que es capaz de controlar un PC,
ritu limitado y no puede tener, por tanto, puede que sea adecuada en algunos casos.
sentimientos humanos. Desde esta pers- Pero otro sector de la inform·tica se
pectiva, no nos sorprender· que muchos, afana por comprender quÈ significa para
los legos en particular, consideren una los seres vivos poseer capacidad de recor-
contradicciÛn en los tÈrminos la idea de dar y de aprender. Estas facultades no
una m·quina consciente de sÌ misma. tienen nada que ver con la potencia cal-
culadora de un PC.
¿Luz en la nevera? No parece realista examinar en pro-
Lo cierto es que, entre los estudiosos fundidad los complejos mecanismos que
de la conciencia, predomina el recelo nos confieren una conciencia. Un camino,
ante los enfoques basados en modelos que promete Èxitos, consiste en desarro-
computacionales. Susan Blackmore llar m·quinas inteligentes. Supongamos
arguye que el cerebro no refleja nues- que se consiguiera crear un sistema en
tras experiencias de una en una, sino que el que los chips estuvieran organizados
43
DEFD-MOVIES
1. DATA Y DAVID. Los robots de Hollywood tienen conciencia, lo que constituye una
fuente de conflicto. A Data (página anterior), de Star Trek, el chip del humor le crea un sÌ mismos. Funcionan siguiendo la regla
continuo desconcierto. David (arriba), en la película A.I., de Steven Spielberg, se vio del condicional ìsi..., entoncesî. A modo
rechazado por sus sentimientos. de ejemplo, esta conexiÛn expresa: si
parece que un objeto se me viene encima,
entonces incorpora la palabra ìmiedoî a
una de mis memorias. Es obvio que esta
y funcionaran exactamente igual que las dona el objetivo real: la creaciÛn de la regla no brota por sÌ misma, no se de-
neuronas del cerebro humano. Si cada conciencia. Pero Aaron Sloman, de la sarrolla autom·ticamente, sino que ha
chip hiciera cabalmente lo mismo que facultad de inform·tica de la Universidad sido prescrita por un programador.
su modelo natural, el sistema de silicio de Birminghan, cree que, por ese camino, Estas sensaciones subjetivas, o qualia
deberÌa desarrollar tambiÈn una con- se pueden soslayar con Èxito las confu- (singular quale), son consideradas como
ciencia; al menos en teorÌa. siones y contradicciones que suelen las- la caracterÌstica nuclear de la conciencia.
Quienes pugnan por crear tales ìco- trar la cuestiÛn en torno a la naturaleza Los qualia describen cÛmo se nos mues-
piasî detalladas del cerebro se sit˙an en de la conciencia. Admite que nadie sabe tran las vivencias o las cosas y cÛmo se
un extremo de la investigaciÛn en inte- con precisiÛn de quÈ est· hablando aprehenden. Si el lector contempla una rosa
ligencia artificial. Otros se valen de atre- cuando se trata de la conciencia. Declara, roja al amanecer, el modo y la forma en
vidas reglas preprogramadas que gobier- sin embargo, que los algoritmos que ha que se le aparece óla peculiar cualidad,
nan la conducta de una inteligencia desarrollado son clarÌsimos e inequÌvo- personal y subjetiva, de la rosa, su color
artificial; es decir, programas inform·- cos. Si estas reglas llevan a las m·qui- rosadoó es, en ese momento, el quale de
ticos que, para cada entrada de infor- nas a una conducta claramente conscien- su vivencia visual. La cualidad del olor
maciÛn, producen una salida definida te, entonces pueden servir tambiÈn como de la rosa que le llega en ese momento, es
con toda exactitud. base de la soluciÛn del enigma. decir, su suave aroma, constituye otro
Junto con su colega Ron Chrisley, Slo- quale. Los qualia son, en la filosofÌa, los
Algoritmos inequívocos man ha programado seres virtuales que cl·sicos ejemplos de las caracterÌsticas,
Esta manera de abordar el problema se comportan, en el marco de su mundo accesibles desde la perspectiva interior,
puede que parezca muy rÌgida y que aban- artificial, como si fueran conscientes de de la vivencia consciente. Como dice
IGOR ALEKSANDER
Las neuronas que procesan la información sensorial (estímu-
los acústicos, visuales y otros) se distinguen del resto de
células nerviosas. Las neuronas visuales, por ejemplo, deben
reflejar no sólo el mundo en el que nos hallamos, sino tam-
bién proyectarnos hacia el mundo exterior. Se habla de que
estas células nerviosas copiadoras están “encadenadas” con
las acciones del cuerpo. Cuando miramos un objeto en un
espacio tridimensional, la percepción se refiere siempre a
nuestra posición momentánea. Por ejemplo: estoy de pie en
la puerta y la mesa está en el rincón derecho de la sala. Sólo
por eso nos es posible desarrollar una conciencia del mundo
y de nuestro lugar en él.
millones de aÒos, lo harÌa la capacidad mientos del propio cuerpo ópor ejem- inform·tico que ha de desarrollar una
de pensar conscientemente. plo, al tragaró y que nos distraerÌan de conciencia por medio de la interacciÛn
Todas las estructuras cerebrales, pro- los estÌmulos exteriores m·s importan- con el usuario.
sigue, se han originado sÛlo porque le tes. Cotterill ha elaborado un mapa del Pentti Haikonen, del Centro de Inves-
facilitan al organismo la interacciÛn con cerebro, en el que sobresalen las zonas tigaciÛn de Nokia, profundiza m·s en
el entorno; es el caso del cerebelo. Impide que desempeÒan una funciÛn en el pro- los fundamentos neurofisiolÛgicos de la
que percibamos los estÌmulos sensoria- cesamiento de los planes de acciÛn. Hace conciencia. Tiene en cuenta que en el
les que tienen su origen en los movi- las veces de un proyecto de un sistema cerebro se conectan entre sÌ un n˙mero
Mente y cerebro: Hoy dÌa, øde quÈ psi- timiento positivo. A continuaciÛn, le pre- dencia aquello que en la familia no fun-
coterapias se dispone? gunta si podr· permanecer en el ascen- ciona. Recibe a padres e hijos, escucha
Bruno Falissard: Se las clasifica en tres sor una vez vueltos a conectar los man- sus evocaciones de la vida cotidiana en
grupos: terapias psicoanalÌticas, terapias dos, le felicita de nuevo por ello y va familia y toma nota de algunos detalles
conductuales y cognitivas, y terapias despuÈs pasando gradualmente a otras reveladores de sus pequeÒos tropiezos.
familiares. El psicoan·lisis, fundado por etapas... hasta que el paciente sea capaz Supongamos que el hijo mayor ha obte-
Freud a comienzos del siglo XX, supone de utilizar el ascensor ya sin miedo. nido en la escuela una buena califica-
que el individuo puede resolver sus con- ciÛn y que su padre, consider·ndolo
flictos psÌquicos buceando en su pasado. Myc: Esta terapia parece m·s conduc- cosa normal, no dice nada; pocos dÌas
En la infancia, el individuo establece un tual que cognitiva. despuÈs, la hija menor hace lo mismo
prototipo de relaciones con el prÛjimo y Falissard: Las terapias cognitivas se y es felicitada. Estas actitudes invo-
despuÈs tiende a transferirlo a las dem·s rigen por el mismo principio, pero en ellas luntarias perturban la cÈlula familiar. El
personas. Durante una psicoterapia esa lo que el paciente ha de ìreprogramarî terapeuta las destaca: durante una con-
transferencia se realiza hacia el psico- es no tanto su conducta cuanto su manera versaciÛn entre el padre y el hijo, espera
terapeuta. El paciente, libre de la tensiÛn de pensar. Por ejemplo, un paciente depri- las ocasiones en que el padre minimi-
inherente a los conflictos familiares, mido ve el mundo en tonos grises: un vaso za el mÈrito de su hijo, y entonces le in-
puede analizar la naturaleza de su rela- a medio llenar lo percibe sÛlo medio va- terrumpe poniendo de manifiesto las
ciÛn ìprimordialî y poner en claro los cÌo. Este sesgo de sus percepciones puede frases desvalorizadoras. Ante esta rea-
puntos de sufrimiento. Poco a poco va ser reprogramado, lo mismo que en el lidad, los padres reconocen que, en su
aprendiendo asÌ a construir nuevos tipos caso de la fobia al ascensor. Para cam- relaciÛn con los hijos, intervienen unos
de relaciÛn con el prÛjimo. biar tal forma de ver el mundo, el tera- mecanismos involuntarios, y aceptan
peuta solicita a su paciente que vaya ano- los consejos del psicoterapeuta; por
Myc: øSon m·s recientes las terapias tando cada dÌa las situaciones en las que ejemplo, el de felicitar al niÒo por sus
cognitivas y conductuales? ve negativamente las cosas. Si tiene la buenas notas.
Falissard: Aparecieron en EE.UU. por impresiÛn de hacer mal su trabajo o de
los aÒos sesenta. Est·n concebidas para que su entorno no le escucha, apunte es- Myc: øPor quÈ medir la eficacia respec-
tratar sÌntomas bastante precisos, las tas situaciones en un cuadernillo, y luego, tiva de estas terapias?
fobias, por ejemplo; sin remover el pa- a posteriori, examÌnelas procurando Falissard: Millones de personas que
sado de los pacientes, les proponen unos hallarles alg˙n aspecto positivo: que al- padecen trastornos psÌquicos reciben tra-
ejercicios para superar su fobia. guien le hablÛ bien de su trabajo, que su tamientos sin que estÈ probada cientÌfi-
ImaginÈmonos una persona con fobia entorno no era indiferente respecto a lo camente la eficacia de los mÈtodos em-
a los ascensores. El terapeuta analiza la que Èl dijera... SometiÈndose a tales an·- pleados en los mismos. Ahora bien, la
situaciÛn descomponiÈndola en sus ele- lisis, el paciente recobra la confianza en salud mental es un grave asunto de salud
mentos sucesivos hasta llegar al origen sÌ mismo. p˙blica: el 40 % de las afecciones mor-
de ese miedo. Pregunta primero al bosas de larga duraciÛn que padecen los
paciente si podrÌa entrar en un ascensor Myc: øY las terapias familiares? niÒos y los adolescentes son trastornos
parado en la planta baja con las puertas Falissard: Algunos trastornos psÌqui- psiqui·tricos. Causa principal de hospita-
abiertas y con el sistema de mandos des- cos tienen por origen una relaciÛn ìpato- lizaciÛn de adolescentes es la tentativa
conectado. En general el paciente es ca- lÛgicaî entre padres e hijos, o entre cÛn- de suicidio. Y el principal instrumento
paz de ello, y entonces el terapeuta le yuges. Un niÒo puede ser asocial o estar terapÈutico para afrontar esta cuestiÛn
deja por unos instantes dentro del ascen- deprimido porque asiste a frecuentes es la psicoterapia. Resulta, pues, imperati-
sor y le felicita óes un importante ele- disputas, o porque su familia le desa- vamente necesario distinguir cu·les son
mento de la terapiaó a fin de que esta tiende en el plano afectivo. Al psicote- las terapias m·s eficaces para el bienes-
primera etapa quede asociada a un sen- rapeuta familiar le toca poner en evi- tar de los pacientes.
E
n La b˙squeda cientÌfica del alma, somos ìun montÛn de neuronasî, enton- tales poseen un conjunto de propieda-
Francis Crick afirma textualmen- ces la explicaciÛn del mundo mental ˙ni- des que hacen viable su individuaciÛn
te: ìLa hipÛtesis revolucionaria es camente puede venir de la ciencia, de la como tales.
que ´Ustedª, sus alegrÌas y sus penas, sus neurociencia para ser m·s exactos. El teÛrico de la identidad psicofÌsica
recuerdos y ambiciones, su propio sentido Los teÛricos de la identidad óy sus óquiz· sin apercibirse de que est· ju-
de la identidad personal y su libre volun- actuales herederos, los partidarios del gando un juego cuyas reglas las ha dic-
tad, no son m·s que el comportamiento Materialismo Eliminativo, el propio tado el propio Descartesó trata de hacer
de un vasto conjunto de cÈlulas nerviosas Crick entre ellosó no se han visto libres respetables estas experiencias identifi-
y de molÈculas asociadas. Tal como lo de crÌticas, que han puesto en entredi- c·ndolas con estados del sistema ner-
habrÌa dicho la Alicia de Lewis Carroll: cho la plausibilidad de sus postulados. vioso, estados definidos por sus propie-
´No eres m·s que un montÛn de neuro- Ignorar estas crÌticas es cegarse a la posi- dades neuroquÌmicas. El hecho es que dar
nasªî. Aunque en su dÌa Crick diera a su bilidad de entender aspectos centrales del prioridad a estas propiedades sobre las
hipÛtesis el nombre de ëHipÛtesis Asom- quehacer cotidiano de muchos neuro- caracterÌsticas relacionales de los esta-
brosaí, lo cierto es que pocos fueron los cientÌficos, quienes de manera explÌcita dos mentales constituye una opciÛn arbi-
asombrados; algunos pudieron, incluso, o implÌcita remiten a la tesis de la Iden- traria. Unas y otras se hallan estrecha-
sentirse francamente estafados. Pues lo que tidad Psiconeural en sus explicaciones mente entrelazadas; no parece razonable
subyace en el n˙cleo de la hipÛtesis no es del mundo mentalÖ por lo menos mien- separarlas y considerar que todo lo que
otra cosa que la antigua idea de explicar tras se hallan en sus laboratorios y aulas. hay que decir acerca de la mente y la
el mundo mental y las leyes que lo gobier- Retomemos el ejemplo del miedo. En acciÛn encaje en el lenguaje con que la
nan de acuerdo con los dict·menes de la cuanto estado mental, el miedo es enten- neurofisiologÌa habla acerca de las cÈlu-
biologÌa, la quÌmica y la fÌsica. dido como una emociÛn y dotado asÌ de las cerebrales (potenciales de membrana,
Puestos a rastrear en el pasado el ori- ciertas propiedades. De entrada, el miedo sinapsis, neurotransmisores, etcÈtera).
gen de este planteamiento, habrÌa que ha de tener un objeto, sea Èste real o El teÛrico de la identidad, empero, puede
remontarse a la Grecia cl·sica, si bien exista sÛlo en nuestra imaginaciÛn. En hacer oÌdos sordos a este tipo de consi-
no ser· hasta los siglos XVII y XVIII cuando otras palabras, los procesos mentales, deraciones y reafirmarse en su posiciÛn:
se pergeÒe en los tÈrminos que hoy nos sean cuales sean óopiniones, creencias, el miedo no es sino la actividad de los
resultan ya familiares. Thomas Hobbes recuerdos, emociones, deseos, etc.ó, n˙cleos amigdalinos. Pero de nuevo su tesis
y Julien de la Mattrie son dos exponen- poseen un contenido, un significado, en ha de conducirle a un terreno no exento
tes de esta avanzadilla. En L¥homme virtud de sus vÌnculos con el mundo exte- de obst·culos. En efecto, la asunciÛn de
machine, este ˙ltimo escribe: ìEl hom- rior, incluidos otros seres y personas. Si una identidad en estos tÈrminos conlleva
bre es una m·quina y en todo el universo bien una parte de los elementos de esas sensu stricto que ˙nicamente los orga-
no hay m·s que una sola sustancia diver- conexiones se materializan en redes neu- nismos dotados de amÌgdala pueden expe-
samente modificadaî. Ya a comienzos de rales, la otra, el mundo en torno al sujeto, rimentar la emociÛn de miedo. Pero si, ade-
la segunda mitad del siglo XX un grupo no se deja aprehender en el lenguaje de m·s, la identidad suscrita es de tipos, el
de filÛsofos australianos, poco conven- las cÈlulas cerebrales. De ahÌ el lema, margen de maniobra es a˙n m·s estrecho.
cidos con la explicaciÛn de la mente pro- hecho famoso por Hilary Putnam, de que En efecto: I) Para empezar, se excluye
puesta por el Conductismo FilosÛfico, ìlos significados no est·n en la cabezaî. la posibilidad de que otros organismos
rechazÛ la idea de que los procesos men- Consideraciones asÌ hacen inevitable distintos de los humanos sientan y mani-
tales no eran sino meras disposiciones a concluir que, por paradÛjico que parezca, fiesten miedo, pues las diferencias neu-
presentar esta o aquella conducta externa; los estados mentales no est·n sÛlo en el roanatÛmicas son m·s que notorias. En
en su lugar, propuso la teorÌa que hoy se cerebro. El miedo, por ejemplo, nos im- algunos casos no sÛlo no existen circui-
conoce como de la Identidad Psiconeural: pulsa a actuar: mi miedo a la oscuridad tos amigdalinos, sino que tan sÛlo se dis-
los estados y acontecimientos o proce- me har· evitar lugares aislados y con pone de un sistema ganglionar. Sin
sos mentales son idÈnticos a estados y escasa iluminaciÛn, oblig·ndome a dar embargo, las investigaciones en neuro-
acontecimientos o procesos cerebrales. amplios rodeos antes de alcanzar la segu- biologÌa del miedo óimbuidas en una
Desde esta nueva perspectiva, la sen- ridad del hogar. Sin embargo, es cierto perspectiva evolucionista que en su dÌa
saciÛn de miedo que nos invade al per- que el miedo se acompaÒa de una expe- abriÛ las puertas al empleo de modelos
cibir una situaciÛn amenazadora para riencia corporal ómi sensaciÛn de animales para el estudio del comporta-
nuestra integridad fÌsica o psÌquica, no miedoó, algo que supuestamente se da miento humanoó demuestran justamente
es otra cosa que el estado cerebral resul- en un foro interno y a lo que tradi- que, a pesar de estas diferencias patentes,
tante de las modificaciones electroquÌ- cionalmente se apela para identificar el una gama muy amplia de especies ani-
micas que tienen lugar en ciertos cir- estado mental. Y se supone que expe- males, desde los primates no humanos
cuitos del sistema lÌmbico. El miedo riencias an·logas son la piedra de toque hasta la mosca del vinagre, responden
serÌa la actividad neural desarrollada en para identificar otros tipos de estados ante estÌmulos ëpeligrososí con reperto-
los n˙cleos amigdalinos. Pero si sÛlo mentales. En definitiva, los estados men- rios de conducta, si no similares, sÌ fun-
Color y dieta
¿Qué relación guardan las sensaciones inconscientes y los colores en la comida?
Sensaciones conscientes
e inconscientes
Richard Lane, de la Universidad de Ari-
zona, discrepa de la tesis fundamental Instrumento > Animal Animal > Instrumento
de Dickinson. Reputa falsa la separa-
ciÛn estricta entre cogniciÛn y emociÛn. UN PEZ-MARTILLO NO ES UN MARTILLO. Cuando el cerebro diferencia conceptos
En su opiniÛn, la diferencia debe esta- categoriales —aquí “animal” e “instrumento”— entran en actividad áreas vecinas,
blecerse entre emociones implÌcitas aunque situadas en regiones diferentes. Las imágenes de resonancia magnética nuclear
(inconscientes) y explÌcitas (conscien-
funcional muestran territorios en rojo y amarillo que, al pensar en nombres de
tes). Los procesos emocionales implÌci-
tos se desarrollan en la amÌgdala, mien- animales, presentan una actividad mayor de la que aparece al pensar en nombres de
tras que los explÌcitos proceden de forma instrumentos. Estas regiones son también más activas al contemplar caras o cuerpos que
an·loga a las cualidades cognitivas. En al mirar objetos inanimados. Las regiones cerebrales que, por el contrario, se muestran
apoyo de su idea, Lane aduce los resul- más activas al pensar en instrumentos se ilustran en azul.
tados obtenidos con tomografÌas de emi-
siÛn de protones (PET), que revelan una
actividad en la corteza cingular durante Nico Frijda, psicÛlogo de la Universi- m·tico interior no est· psicolÛgicamente
las emociones conscientes. dad de Amsterdam, entiende, sin embar- organizado hasta que se da un nombre a
La investigaciÛn acometida por Arne go, que estos estudios empÌricos se limi- los colores. Por esta razÛn los af·sicos,
÷hman, del Instituto Karolinska de Esto- tan a investigar experiencias emocionales que tienen dificultades para dar nombre
colmo, respalda las diferencias esta- de segundo orden, en las que la emociÛn a los colores, no pueden diferenciarlos.
blecidas por Lane. ÷hman estudiÛ las se vive como un estado del propio cuerpo. En otro orden, culturas diferentes de la
reacciones de temor. En el cerebro, expo- La emociÛn de primer orden, por el con- nuestra han desarrollado categorÌas cro-
ne, hay un profundo ìmÛdulo del temorî, trario, es intencional: no se encuentra en m·ticas peculiares.
evolutivamente anterior a las funciones nuestro cuerpo sino fuera, como propie-
cognitivas; le compete desencadenar dad del objeto de la emociÛn. En este sen- Cómo procesa el cerebro
reacciones autom·ticas inconscientes; tido la emociÛn no serÌa un estado sino formas y colores
entre ellas, las de crispaciÛn, huida o un motivo. Muy otro fue el sentir de Alex Martin,
agresiÛn. En Bressanone se tratÛ ampliamente de del Instituto Nacional de la Salud Mental
A mayor abundamiento, Ray Dolan, la percepciÛn y representaciÛn de los colo- en Bethesda. CalificÛ al color no sÛlo
neurÛlogo del Colegio Universitario de res. Charles Heywood, de la Universidad como forma, sino tambiÈn como ele-
Londres, distingue entre emociones, que brit·nica de Durham, presentÛ el caso de mento sem·ntico primitivo de la per-
pueden objetivarse en determinadas alte- un paciente con acromatopsia, incapaz, por cepciÛn del objeto. Si se trata experi-
raciones corporales, y sensaciones, que tanto, de percibir ning˙n tipo de color. mentalmente de identificar un objeto que
son experiencias emocionales cons- Pero sÌ podÌa reconocer matices y movi- se ofrece a la vista resulta, por ejemplo,
cientemente percibidas. En el hombre, mientos en los colores. Es evidente que que en las im·genes de utensilios la forma
la amÌgdala es el Ûrgano encargado de estas funciones, normalmente percibidas adquiere mayor importancia que el pro-
procesar el temor, aunque tambiÈn el como una unidad indisociable, est·n gober- pio color: un martillo azul es y sigue
asco y la tristeza. Esta actividad de la nadas desde centros cerebrales diferentes. siendo en cualquier contexto un martillo.
amÌgdala se manifiesta incluso cuando Jules Davidoff, del Colegio Gold- No asÌ en el caso de los alimentos, donde
el estÌmulo que desencadena las emo- smiths adscrito a la Universidad de Lon- el color resulta determinante. øA quiÈn le
ciones es inconsciente, como en el caso dres, creÛ cierto revuelo en la asamblea gusta comer fideos azules? Por medio de
de pacientes a quienes se les presenta en con su rotunda afirmaciÛn de que los la resonancia magnÈtica nuclear funcio-
la mitad ìciegaî de su campo visual un colores carecÌan de significado si no se nal Martin mostrÛ im·genes de la activi-
rostro que provoca miedo. expresaban con palabras. El espacio cro- dad cerebral obtenidas durante diversas
Memantina
Mecanismo de acción
L
a memantina o clorhidrato de me- curativo o preventivo. Los tratamientos de la regulaciÛn de las neuronas corti-
mantina, cuya denominaciÛn que se aplican, de car·cter sintom·tico, cales, que terminar·n por degenerar, con
quÌmica es clorhidrato de 1-ami- se proponen aminorar el ritmo evolutivo la repercusiÛn consiguiente en las fun-
no-3,5 dimetil-adamantano, tiene como de la enfermedad, retardando la etapa ciones cognoscitivas.
fÛrmula empÌrica C 12H 21N HCl. Posee m·s grave de la misma y aumentando la En ese descubrimiento se basÛ la pri-
una estructura quÌmica cÌclica. Desde calidad de vida de los afectados. mera gran teorÌa sobre la causa de la en-
un punto de vista farmacolÛgico, se trata En las enfermedades neurodegenera- fermedad de Alzheimer, la ìteorÌa coli-
de un antagonista no competitivo, que tivas, cuyo ejemplo m·s conocido y nÈrgicaî. Hasta la fecha, ha constituido
depende del voltaje y presenta una afi- extendido es la EA, se deterioran las neu- la base de la mayorÌa de los tratamientos,
nidad moderada por el receptor NMDA ronas del cerebro sin que exista una causa dirigidos a: a) aumentar la sÌntesis de
(N-metil-D-aspartato). De la naturaleza achacable a problemas del organismo. acetilcolina incrementado la disponibili-
de receptor y su mecanismo de acciÛn Los cerebros de los enfermos de Alzhei- dad de sus precursores (colina, lecitina);
nos ocuparemos aquÌ. mer se caracterizan por la acumulaciÛn b) inhibir la degradaciÛn de la acetilcoli-
Introducido en el mercado terapÈutico extracelular de proteÌnas fl-amiloides, na, paralizando la acciÛn de la acetilco-
alem·n en los aÒos setenta del siglo pasado que forman placas amiloides; y, en el linesterasa, enzima encargada de destruir
para el tratamiento del Parkinson y otras interior de las cÈlulas, proteÌna tau hiper- la acetilcolina despuÈs de haber ejercido
patologÌas neurodegenerativas, la meman- fosforilada que origina los ovillos neu- su efecto sobre las neuronas (ejemplos de
tina ha recibido recientemente la apro- rofibrilares (ìtanglesî), responsables del anticolinester·sicos son la tacrina, el done-
baciÛn oficial para el tratamiento de los deterioro del funcionamiento celular nor- pezilo y la galantamina); y c) estimular
casos graves o moderadamente graves mal. Tales caracterÌsticas no son exclu- directamente los receptores colinÈrgicos
de la enfermedad de Alzheimer (EA). sivas de la enfermedad de Alzheimer. Se muscarÌnicos de las neuronas corticales,
La EA constituye una de las causas de observan en otras muchas patologÌas del para recuperar la funciÛn colinÈrgica per-
demencia m·s frecuentes en nuestra socie- sistema nervioso e incluso en personas dida por la falta de acetilcolina.
dad; entre un 50 y un 70 % de todos los mayores normales, aunque siempre en Este triple abordaje terapÈutico no
casos de demencia. La incidencia de la menor concentraciÛn. ha cosechado resultados sustantivos.
demencia de Alzheimer aumenta de forma Adem·s de estas dos caracterÌsticas Por ello, se supone que en la enferme-
exponencial con la edad. La mayor espe- principales, en los cerebros de los enfer- dad de Alzheimer, aunque puede ser
ranza de vida de las personas mayores en mos de Alzheimer se manifiestan otras
los paÌses desarrollados, gracias a los avan- alteraciones celulares como la disminu- NH2HCl
ces cientÌficos y a la mejor calidad de vida, ciÛn del n˙mero de neuronas y el menor
provoca un aumento de las enfermedades n˙mero y longitud de sus dendritas (las
relacionadas con la edad, Alzheimer in- prolongaciones receptoras de los impul-
cluido, lo que coloca en una difÌcil situa- sos que les envÌan otras neuronas).
ciÛn a los sistemas sociosanitarios. En el plano molecular, la EA se distin-
gue por un desequilibrio de los sistemas
Enfermedad de Alzheimer neurotransmisores de comunicaciÛn
Seg˙n la OrganizaciÛn Mundial de la entre las neuronas. En particular, del CH3
evoluciÛn lenta y progresiva, de causa des- pacientes se halla muy disminuido. Ello Estructura química de la memantina.
conocida y carente de un tratamiento supone la existencia de una alteraciÛn
A B C
MEMBRANA
PRESINAPTICA
HENDIDURA
SINAPTICA
MEMBRANA
POSTSINAPTICA -70mV -20mV -50mV
[Ca] [Ca]
importante la disminuciÛn de la neuro- misor se cuentan las neuronas de la cor- sin·ptica), al dejar pasar los iones a tra-
transmisiÛn colinÈrgica, deben darse teza cerebral. Se cree que interviene en vÈs de ellos, provocando la despolari-
otras causas y mecanismos de degene- la memoria, el aprendizaje y la plastici- zaciÛn de la membrana, y se inicia la
raciÛn de las neuronas. dad neuronal. propagaciÛn del impulso.
Cada vez hay m·s pruebas de que el Tales receptores NMDA quedan, sin
Sistema glutamatérgico aumento patolÛgico del glutamato en las embargo, bloqueados en presencia de iones
En los ˙ltimos aÒos ha cobrado notable sinapsis produce una excitaciÛn tÛxica magnesio (Mg2+), en razÛn del grado de
interÈs otro sistema neurotransmisor, sobre la neurona que recibe el impulso despolarizaciÛn de la membrana neuro-
daÒado asimismo en la EA. Nos referimos nervioso excitador. Conviene recordarlo nal postsin·ptica; a ese bloqueo se le llama
al sistema glutamatÈrgico. Se considera a la hora de explicar la patogenia de la voltaje dependiente. Por tanto, el canal,
aquÌ que los niveles de un neurotransmi- EA y del daÒo cerebral. El glutamato incluso en presencia del neurotransmisor
sor, el glutamato, se encuentran elevados ejerce su acciÛn a travÈs de diversos glutamato, puede estar bloqueado porque
con respecto a los niveles normales en receptores, clasificados como recepto- lo taponan los iones Mg2+; impidiendo el
alg˙n o algunos perÌodos del curso clÌnico res NMDA (N-metil-D-aspartato) y no- flujo de los otros iones excitadores.
de la enfermedad; provocan un fenÛmeno NMDA, seg˙n sean o no sensibles a esta Los canales NMDA constan de un hete-
de neurotoxicidad, que acarrea la dege- substancia quÌmica. rotetr·mero, constituido mediante la com-
neraciÛn de determinadas neuronas, lo binaciÛn de varias proteÌnas, codificadas
que repercute en el deterioro de las fun- Receptores NMDA a partir de tres familias de genes: GluN1,
ciones cognoscitivas. Sobre ese sistema Los receptores NMDA son canales iÛni- GluN2 y GluN3. De estas tres familias, las
neurotransmisor act˙a la memantina; es cos permeables a los iones de calcio m·s importantes son las dos primeras, que
decir, constituye su diana terapÈutica. (Ca2+), sodio (Na+) y potasio (K+). Se dan lugar, respectivamente, a 8 y 4 proteÌ-
El glutamato, uno de los amino·cidos activan tras la liberaciÛn del neuro- nas de acciÛn similar, o isoformas. La su-
componentes de las proteÌnas, es el prin- transmisor por parte de la neurona que bunidad GluN3 se expresa predominante-
cipal neurotransmisor excitador del sis- envÌa el impulso nervioso (presin·ptica), mente durante el desarrollo del sistema
tema nervioso central (SNC). Se calcula como consecuencia de la llegada de este nervioso central; no parece formar cana-
que se emplea por el 70 % de todas las impulso nervioso a su terminaciÛn. Los les homomÈricos funcionales que el glu-
sinapsis excitadoras del SNC. Entre las NMDA producen entonces la excitaciÛn tamato activa. (HomomÈrico indica inte-
neuronas que utilizan este neurotrans- de la neurona receptora del impulso (post- grado por los mismos tipos de proteÌnas.)
MEMBRANA
PRESINAPTICA
HENDIDURA
SINAPTICA
MEMBRANA
POSTSINAPTICA -50mV -20mV
[Ca]
MOLECULAS DE GLUTAMATO Ca2+ Mg2+ MEMANTINA Ca 2+ al interior de la neurona postsináptica (A). Cuando se
produce la llegada del impulso nervioso, y por lo tanto una
mayor liberación de glutamato por parte de la neurona pre-
En los casos de la transmisión nerviosa patológica, pense- sináptica, se incrementa la despolarización de la membrana
mos en la enfermedad de Alzheimer, los niveles de gluta- postsináptica y se produce también el desbloqueo del canal
mato provocan la despolarización parcial de la membrana, que estaba siendo impedido por la memantina; se permite
suficiente para desplazar los iones de Mg2+ del canal. En así el paso de los iones Ca2+, aumenta su concentración
esta situación, la memantina ocuparía el lugar dejado por intracelular y aparecen, en último término, cambios en la
los iones de Mg 2+, impidiendo de nuevo el paso de los iones actividad neuronal, a corto y largo plazo.
Los receptores NMDA funcionales en por lo que no se produce un desplaza- En condiciones patolÛgicas, como en
el adulto se generan a partir de la com- miento del Mg2+: el canal permanece la enfermedad de Alzheimer, los niveles
binaciÛn de distintas isoformas de las cerrado. de glutamato en la hendidura sin·ptica
subunidades GluN1 y GluN2. Seg˙n las SÛlo cuando el impulso adquiere pudieran hallarse incrementados durante
combinaciones de estas subunidades, los intensidad suficiente, como ocurre en algunas fases del proceso patolÛgico.
receptores presentar·n diferentes propie- fenÛmenos de aprendizaje y memoria, Esa situaciÛn provocarÌa una activaciÛn
dades a efectos de transmisiÛn del impulso se produce una gran despolarizaciÛn constante de los receptores NMDA y no-
nervioso, de sensibilidad al ion Mg2+ y neuronal (ñ20 mV), capaz de desplazar NMDA y, por lo tanto, una despolariza-
la consiguiente capacidad de bloqueo los iones Mg2+ y desbloquear los recep- ciÛn de la membrana postsin·ptica, sufi-
de los impulsos, con distinta capacidad tores NMDA; queda asÌ libre el poro ciente para desbloquear los receptores
de ser regulados mediante f·rmacos. por donde penetran en el interior celu- NMDA(ñ50 mV); el desbloqueo permiti-
En condiciones de reposo celular, sin lar los iones Ca2+, cuya concentraciÛn rÌa un flujo constante de Ca2+ al interior
transmisiÛn sin·ptica, la neurona presi- aumenta en la neurona. En virtud de ese celular, con el aumento constante de su
n·ptica no libera glutamato. La mem- aumento de la concentraciÛn del calcio, concentraciÛn hasta llegar a niveles pato-
brana de la neurona postsin·ptica per- se asiste, por un lado, a un cambio tran- lÛgicos para la cÈlula. En ese momento,
siste hiperpolarizada (ñ70 milivolt). Los sitorio r·pido, que colaborarÌa en la se activarÌan otras cascadas metabÛlicas
receptores NMDA se hallan entonces transmisiÛn del impulso nervioso de esa intracelulares que, de no ser contrarres-
bloqueados por iones Mg2+. otra neurona, y, por otro, a cambios tran- tadas, llevarÌan a la neurodegeneraciÛn
La escena cambia durante la trans- sitorios m·s lentos, mediatizados por e incluso la muerte neuronal.
misiÛn del impulso nervioso. La neurona diversos mecanismos intracelulares. El En la enfermedad de Alzheimer, la
presin·ptica libera glutamato en la hen- calcio puede entonces unirse a proteÌ- posible hiperactividad de las neuronas
didura sin·ptica; tal secreciÛn activa los nas fijadoras de calcio, almacenarse en corticales en los primero estadios clÌni-
receptores NMDA y no-NMDA. Esta espacios intracelulares (calciosomas), cos (que ocurrirÌa por motivos total-
activaciÛn provoca la despolarizaciÛn activar o inhibir cascadas metabÛlicas, mente desconocidos hasta ahora, aun-
de la membrana de la neurona postsi- etc. Todo ello induce diversas modifica- que algunos investigadores, basados en
n·ptica, debido, sobre todo, a la activa- ciones a corto y largo plazo en la fun- pruebas indirectas, la consideran un
ciÛn de los receptores no-NMDA que cionalidad de la neurona. Algunos de hecho real) podrÌa originar una neuro-
dejan pasar iones Na+ y K+. La despo- estos cambios intervienen directamente toxicidad selectiva sobre neuronas cor-
larizaciÛn alcanzada no es suficiente en las funciones superiores (memoria, ticales o sobre neuronas basales que reci-
para desbloquear los receptores NMDA, aprendizaje, etc.). ben los terminales glutamatÈrgicos.
La nicotina
Acción neurodegenerativa
øP
NPRA ABROUS
or quÈ cuesta tanto dejar de
fumar? La nicotina, una mo-
lÈcula contenida en el tabaco,
se fija sobre ciertos receptores cerebra-
les. Esta fijaciÛn entraÒa la liberaciÛn de
un neurotransmisor del placer, la dopa-
mina. Pero, cuando baja la concentraciÛn
de dopamina, el fumador siente un vacÌo
y es acuciado por la necesidad de encen-
der otro cigarrillo. El tabaco causa enfer-
medades cardiovasculares, c·nceres e
insuficiencias respiratorias. Hasta hace
poco se pensaba que el cerebro no era
daÒado por la nicotina y que sÛlo se bene-
ficiaba del placer que la absorciÛn de Èsta LA MULTIPLICACION DE NEURONAS se retarda en presencia de nicotina. Aparecen
le producÌa y de una cierta estimulaciÛn más neuronas en el giro dentado —una estructura del cerebro— de la rata que no
de la capacidad intelectual. Pier-Vincenzo recibe nicotina (a la izquierda: coloreados en marrón, los somas celulares de las neuronas nuevas),
Piazza y Djoher Nora Abrous, de la uni-
que en la misma estructura de una rata (a la derecha) que ha recibido durante cuarenta
dad INSERM U239, han observado una
realidad muy diferente: la nicotina debi- días nicotina en concentración equivalente a la que se registra en la sangre de los
lita las conexiones entre neuronas, frena fumadores.
su crecimiento y las destruye. Acaba de
caer uno de los ˙ltimos bastiones de la
resistencia nicotÌnica. ratorio a la autoadministraciÛn de nico- que les inyectaba nicotina cada vez que
El grupo de Piazza empezÛ por pro- tina. PonÌan sobre el dorso de los roe- metÌan el hocico en determinado agu-
mover la habituaciÛn de ratas de labo- dores un catÈter conectado a una bomba jero. Las ratas podÌan optar entre dos agu-
Geometría en la gramática
En la gramática palikur la numeración difiere según la dimensión y la forma de los objetos
D
e los 170.000 habitantes de la intrÌnsecamente vinculados (racimos), no es el mismo si lo lavado es una cuerda
Guayana, 6000 son amerindios. unidos por una atadura, empaquetados o un remo.
De entre ellos, unos 1000 pali- o agrupados en un cesto. Esta lengua, de gran sutileza, sigue
kures moran en Saint-Georges de Tampoco resulta sencillo contar. Aun- siendo la lengua materna de muchos
líOyapock y en diversas aldeas de las que se utiliza la base decimal, no existen pequeÒos palikures. En la actualidad, m·s
regiones costeras. La lengua palikur se tÈrminos para los n˙meros ocho y nueve, de dos terceras partes de los palikures tie-
caracteriza por la integraciÛn de con- que se dicen, por ello, ìsiete con uno su nen menos de 20 aÒos, pero se integran
ceptos geomÈtricos en la gram·tica. aÒadidoî y ìsiete con dos su aÒadidoî. mal en el sistema escolar, por los docen-
Para la enumeraciÛn de objetos, los Once se dice ìdiez con un su aÒadidoî y tes, que con frecuencia proceden de la
palikures toman en consideraciÛn la dieciocho ìdiez con siete su aÒadido con metrÛpoli, no hablan su lengua y tienen
dimensiÛn (1, 2 o 3) y simetrÌa. Distin- uno su aÒadido m·sî. La cosa se complica dificultad para tender puentes entre el
guen asÌ seis clases de objetos: objetos r·pidamente, y asÌ, 98 se dice ìsiete dece- francÈs y el palikur, y para comparar los
de tres dimensiones esfÈricos, c˙bicos nas con dos decenas su aÒadido con siete dos sistemas. Para paliar esta dificultad,
o paralelepipÈdicos (naranja, caja, su aÒadido con uno m·sî. Adem·s, se los ling¸istas tratan de mejorar los inter-
maleta); objetos alargados de tres dimen- agregan sufijos a multitud de verbos y adje- cambios. A este fin, Michel Launey, de
siones (pl·tano, bastÛn, botella); de dos tivos, en funciÛn de la forma del objeto la Universidad ParÌs 7, ha recopilado todas
dimensiones planas (espejo, estera, libro); al que hacen referencia. El verbo ìlavarî las reglas de la gram·tica palikur.
de dos dimensiones cÛncavas (piragua,
cubeta); de una dimensiÛn, prescindiendo
de sus extremos (rÌo, camino, hilo); de
una dimensiÛn, con un extremo (cas-
cada, pozo, poste). Han aÒadido dos cla-
Reglas
ses m·s, de dimensiÛn atÌpica: la clase
de lo ìvoluminosoî a la que asignan for- Regla 1: El número (uno o dos) cambia según la forma geométrica del objeto.
mas irregulares y de gran tamaÒo (nube, Una naranja: pahow uwas
Una cuerda: pahatra kuwawta
poblado) y la de los objetos de formas
Dos naranjas: pisoya uwas
arborescentes o que est·n compuestas Dos cuerdas: pithara kuwawta
de varias partes solidarias (·rbol, collar).
Los nombres, en la frase, son invaria- Regla 2: El número varía según que los objetos se encuentren aislados o
bles, pero el cardinal (uno, dos, tres, etc.) agrupados, sea de forma natural o por una atadura.
depende de la forma del objeto. Un cesto de naranjas: pahayh panye uwas ; dos cestos de naranjas: pisina panye
La situaciÛn se complica en la enu- uwas . Un racimo de dátiles: pahatwi was ; dos racimos de dátiles: pitiwna was .
meraciÛn de los conjuntos de objetos. En Una sarta de peces: pahaki im ; dos sartas de peces: pikina im .
este caso, el n˙mero depende de la dis- El verbo lavar no es el mismo si lo lavado es una cuerda o un remo. El sufijo
posiciÛn de los objetos, pues varÌa seg˙n es — buk si el objeto es lineal, y — boha o — bo si es plano. Existen por ello
que el conjunto estÈ constituido por obje- nueve sufijos.
tos autÛnomos (humanos, animales),
C
uando los medios de comunica- A veces, estas adaptaciones comportan Las reorganizaciones, asÌ como los
ciÛn hablan de reestructuraciÛn consecuencias negativas manifiestas. dolores fantasma, disminuyen cuando
y reorganizaciÛn, se refieren, por No son infrecuentes los sÌndromes aso- el paciente utiliza una prÛtesis mioe-
lo com˙n, al mundo de la empresa o de ciados con medidas de reestructuraciÛn lÈctrica justo despuÈs de la amputaciÛn
la gestiÛn de entidades. Pero en nuestro dirigidas erradamente. Lo observamos y de manera regular. El ·rea cortical
cerebro ocurren tambiÈn procesos simi- en el ac˙feno o tinnitus, sensaciÛn auditi- afectada torna a tener trabajo. Las seÒa-
lares. Si es necesario, se producen peque- va anormal que se manifiesta a travÈs les elÈctricas recibidas por dicha ·rea
Òos y grandes cambios estructurales en de molestos ruidos subjetivos en el oÌdo, provenientes del m˙sculo son reem-
la corteza cerebral, sede de nuestras facul- como campanadas o silbidos. En pacien- plazadas por los motores en movimiento
tades superiores. Pero, como revela una tes que lo sufrÌan desde hacÌa aÒos, se de la prÛtesis. En reorganizaciones cor-
investigaciÛn reciente, estos cambios no descubriÛ que se habÌa expandido de ticales con consecuencias no deseables
son irreversibles, sino que revierten una forma desmesurada la parte audi- surge inmediata la pregunta: øes posi-
cuando las circunstancias lo requieren. tiva de la corteza que procesa las fre- ble revertir con Èxito estas reorgani-
Las reorganizaciones corticales se nos cuencias ac˙sticas percibidas como ruido zaciones, de forma artificial? Hasta
ofrecen travÈs de mÈtodos de diagnÛs- en el oÌdo. hace poco, carecÌamos de una respuesta
tico por la imagen, como la tomografÌa Especialmente dram·ticas son las reor- tajante.
de resonancia magnÈtica funcional. ganizaciones que causan el dolor fan- Pero habÌa ciertos indicios que apun-
Gracias a esta tÈcnica podemos investi- tasma de miembros inexistentes por pÈr- taban hacia una contestaciÛn afirmativa.
garlas de manera no invasiva; asÌ se ha dida traum·tica. Las modificaciones Por ejemplo, con el empleo adecuado de
demostrado que, la mayorÌa de las veces, afectan a dos tipos de ·reas: las motri- prÛtesis mioelÈctricas remitÌan a veces
los cambios ataÒen a la estructura y fun- ces y las somatosensoriales. Las prime- los dolores fantasma existentes, si no los
ciÛn de zonas delimitadas de la corteza ras controlan los movimientos de las eliminaba por completo.
cerebral. diferentes partes del cuerpo, mientras Hasta que pudo seguirse directamente,
Pocos aÒos atr·s, se creÌa todavÌa que que las segundas procesan las sensacio- por primera vez, la reversiÛn de las reor-
la estructura cerebral de una persona sÛlo nes que provienen de estas partes. Una ganizaciones. La persona estudiada era
era susceptible de modificaciÛn hasta la caracterÌstica especial de tales zonas per- un pintor francÈs de 37 aÒos, que habÌa
llegada de la edad adulta. Pero ha que- fectamente definidas estriba en su dis- perdido ambas manos en un accidente.
dado ya manifiesto que hasta la edad posiciÛn relativa, un autÈntico reflejo de Cuatro aÒos despuÈs, los cirujanos le im-
avanzada pueden ocurrir reorganizacio- las partes del cuerpo correspondientes. plantaron unas manos nuevas que le per-
nes en la corteza. Se comprueba, por AsÌ, la regiÛn del cerebro responsable de miten poder volver a descolgar el telÈ-
ejemplo, en los m˙sicos que se consa- la mano derecha se halla al lado de la fono o lavarse los dientes. Unos meses
gran largos aÒos a la ejecuciÛn instru- responsable del antebrazo derecho, pero antes del implante, Pascal Giraux, Angela
mental. En comparaciÛn con otras ·reas, bastante alejada de las ·reas de la mano Sirigu, Fabien Schneider y Jean-Michel
se extienden en Èstos las ·reas cortica- izquierda o de las piernas. Dubernard, del Instituto de Ciencias
les responsables de los dedos; se mol- Con las investigaciones en amputa- Cognitivas de Bron, investigaron al
dea, por asÌ decir, su configuraciÛn som·- dos se ha podido determinar la estrecha paciente por medio de una tomografÌa
tica de acuerdo con las exigencias relaciÛn entre dolores fantasma y reor- de resonancia magnÈtica funcional. Y lo
artÌsticas. ganizaciÛn cortical. Los dolores resul- mismo hicieron meses despuÈs. De la
TambiÈn en la secciÛn del cerebro tan tanto m·s agudos cuanto m·s intensa comparaciÛn de las observaciones dedu-
responsable de la audiciÛn se pueden ha sido la reorganizaciÛn de la corteza cirÌan si hubo cambios en las ·reas motri-
comprobar cambios cuando las perso- cerebral despuÈs de la operaciÛn. Las ces y somatosensoriales de la corteza
nas investigadas son entrenadas para la razones son f·ciles de entender. La regiÛn cerebral. Se fijaron en la actividad elÈc-
percepciÛn de frecuencias ac˙sticas par- cortical que antes de la amputaciÛn era trica cerebral durante la flexiÛn y dis-
ticulares. Cabe incluso una reprograma- responsable de la extremidad afectada, tensiÛn de los dedos y los codos; el movi-
ciÛn de ·reas completas de la corteza queda luego sin funciÛn. Por lo tanto, esa miento de los dedos antes del implante
cerebral. AsÌ se observa en los ciegos regiÛn asume progresivamente tareas de sÛlo tenÌa lugar, naturalmente, en la ima-
de nacimiento: regiones de la corteza, las zonas de la corteza cerebral adya- ginaciÛn del paciente.
que normalmente sirven para la vista y centes, que la mayorÌa de las veces son De acuerdo con lo esperado, la pÈr-
no se utilizan debido a la falta de es- responsables de partes del cuerpo adya- dida de las manos provocÛ una reorga-
tÌmulos visuales, se emplean para el centes al lugar de la amputaciÛn. Debi- nizaciÛn cortical. Reflejo de la misma,
oÌdo y el tacto. do a ello, tales ·reas cerebrales colin- la actividad elÈctrica de las cÈlulas ner-
dantes se trasladan paulatinamente óen viosas por el movimiento imaginario de
Campanadas penetrantes pacientes con fuertes dolores fantasmaó los dedos se producÌa sobre todo en el
y silbidos en el oído hasta varios centÌmetros. Esto explica lÌmite exterior del ·rea motriz, que ori-
Las reorganizaciones corticales no re- por quÈ el paciente, al ser tocado por ginalmente era responsable de la mano.
sultan siempre adaptaciones propicias ejemplo en el muÒÛn del brazo, puede Su actividad m·s importante se encon-
ante situaciones cambiantes, con las cua- percibir sensaciÛn de dolor en la mano trÛ muy cerca del ·rea de la expresiÛn
les el cerebro incrementa su rendimiento. amputada. del rostro.
60
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Cuatro años después del accidente en que perdió ambas La región de intersección de ambas zonas de actividad está
manos, la región de la corteza cerebral motriz, que está representada en verde.
activa por el movimiento imaginario de los dedos, se tras- Las actividades de la corteza cerebral fueron rastreadas con
ladó notoriamente ( rojo ) hacia la zona de la corteza que ayuda de la tomografía de resonancia magnética funcional.
es responsable de la expresión del rostro. Seis meses des- En las gráficas de la corteza cerebral están indicadas res-
pués del implante de nuevas manos, se apreciaba un movi- pectivamente las partes del cuerpo representativas, como si
miento de regreso hacia la zona de actividad original ( azul ). fuera un homunculus .
La situaciÛn volviÛ a cambiar tras el reestructuraciones corticales no tenÌan tura del cerebro, hay una suerte de es-
implante. La actividad de las cÈlulas ner- por quÈ ser calle de sentido ˙nico. quema general del cuerpo, de acuerdo con
viosas se trasladÛ de nuevo, poco a poco, En esa investigaciÛn destaca un aspecto el cual se orientan las reestructuracio-
hacia la regiÛn de la mano. Dos meses de especial interÈs: el cerebro habÌa nes ulteriores. Habr· que dilucidar la
despuÈs de la operaciÛn, se percibÌa ya tomado nota de la situaciÛn antes de la realidad de esa impresiÛn, cu·l es su ex-
ese desandar el camino hacia el origen; amputaciÛn. En principio, la reorgani- presiÛn material y de que modo se orien-
m·s tarde, aparecÌa con toda nitidez. Se zaciÛn posterior al implante de las manos tan las reorganizaciones reparadoras,
desarrollÛ una reorganizaciÛn similar hubiera podido resultar en alguna otra como la aquÌ descrita.
con el movimiento de los codos y en las direcciÛn. øCÛmo sabe el cerebro cu·-
regiones cerebrales somatosensoriales les son las ·reas que originalmente esta-
correspondientes. Queda asÌ, por vez pri- ban previstas para las manos? DirÌase que,
mera, paladinamente manifiesto que las profundamente anclado en la arquitec- HARTWIG HANSER
T
odos hemos oÌdo m·s de una vez: cidiÛ la apariciÛn de ese gen con el adve- y que probablemente ha sido un prerre-
los genomas del chimpancÈ y los nimiento del hombre moderno? quisito para el desarrollo de la cultura.
del hombre son idÈnticos en un El lenguaje nos permite transmitir la Mientras que la informaciÛn genÈtica se
97 %. Puesto que el lenguaje es el rasgo informaciÛn (ideas, habilidades, cono- transmite de padres a hijos, la informa-
que mejor distingue al hombre del ani- cimientos, creencias) que hemos adqui- ciÛn cultural aprovecha cualquier cauce.
mal, øcÛmo se refleja esa disparidad ìen rido. Svante P‰‰bo exponÌa hace un par El conocimiento se transmite a travÈs
el tres por ciento de diferenciaî? øHay de aÒos en Nature que el lenguaje cons- del lenguaje. No iba Lamarck del todo
un gen especÌfico del lenguaje? øCoin- tituye un rasgo exclusivamente humano desencaminado cuando considerÛ que
Método psicoanalítico
Tras problemas de aparente sencillez, así la nostalgia o la inseguridad, subyacen conflictos más profundos
H
ace un aÒo que Gracia se ha Pero esos medios trillados no le sirven a nuaciones sexuales de su novio. Se refu-
marchado del hogar paterno. Gracia de gran ayuda. øPor quÈ? gia en el deporte para endurecer algunas
Ahora vive en un apartamento Las preocupaciones de Gracia tienen, zonas blandas del cuerpo, como el vien-
estudiantil. Con sus veintidÛs aÒos, lleva en verdad, raÌces m·s hondas. No sÛlo tre y el trasero. Parece como si Gracia
una vida activa y autosatisfactoria. O tal siente nostalgia por la vida de su hogar, rechazara todo lo que en ella hay de feme-
parece: asiste a la universidad, tiene novio sino que, adem·s, le amedrenta la auto- nino. Mas, a diferencia de la mayorÌa de
y amigos, le gusta el arte y frecuenta los nomÌa personal. Proviene de un ambiente las mujeres anorÈxicas, ella sufre con esos
acontecimientos culturales. Sin embargo, familiar en el que siempre gozÛ de pro- ayunos que se impone y considera su caso
Gracia no es feliz. Sufre crisis periÛdicas tecciÛn y cuidados; no est· preparada como necesitado de tratamiento.
de personalidad, echa de menos a sus para vivir sola. Debe recuperar buena Preocupada por su crisis personal,
padres y se siente perdida y deprimida. parte de experiencia vital y eso parece Gracia acude a la consulta de una psi-
A primera vista, nada insuperable. desbordarla. coanalista. El psicoan·lisis fue desarro-
Quien atraviesa crisis de personalidad AÒadamos que Gracia presenta sÌnto- llado hace cien aÒos por Sigmund Freud
necesita interlocutores con los que dia- mas de anorexia nerviosa. Ayuna con fre- (1856-1939). El punto de arranque fue
logar sobre asuntos de interÈs. Toda per- cuencia y, pese a la continua pÈrdida de el interÈs de este neurÛlogo vienÈs por
sona inexperta precisa una guÌa para hacer peso, se considera obesa. El rechazo de los efectos de los procesos psÌquicos
frente al dÌa a dÌa. Y lo mejor contra la la comida ha terminado por cortarle la inconscientes sobre los sentimientos, el
nostalgia es la diversiÛn y la distracciÛn. regla. Ni entra en el juego de las insi- pensamiento y el comportamiento.
Compromisos baratos paciente entienda sus conflictos y que Muchas personas consideran esta tera-
Freud dividiÛ la psique en tres ·mbitos: pueda llegar a desmontar las posiciones pia como una posibilidad especial de
el ìYoî, consciente de sÌ mismo; el ìElloî, de rechazo inconscientes. En el caso ideal, experimentarse a sÌ mismo y de reo-
regulado por los instintos, y el ìSuperyÛî, al final del an·lisis debe forjarse una per- rientar su vida. DespuÈs, y seg˙n los
la conciencia moral superpuesta. Los sonalidad fuerte y sensible. casos, el tratamiento dura mucho tiempo,
tres pueden entrar en conflicto entre sÌ, Y ahÌ justamente es donde Gracia a menudo varios aÒos. Pero en el caso
especialmente el Ello (que tiende a la encuentra dificultades. Teme no poder de Gracia basta una miniterapia de cinco
nuda satisfacciÛn placentera) con el con- mantener su autonomÌa, todavÌa un poco sesiones de una hora cada una; se trata
trolador SuperyÛ. El primer germen de vacilante, ni tampoco la relaciÛn con su de prestarle ayuda en una crisis aguda.
este fenÛmeno se siembra ya en la infan- novio o los contactos con nuevas amis- En primer lugar, la terapeuta de Gracia
cia, con las experiencias contradictorias tades. El tirÛn hacia el hogar paterno se tiene que sopesar el conflicto interno de
que los padres transmiten a su progenie: torna apremiante. La joven ama y venera su paciente. A partir de ahÌ puede ayu-
por un lado se preocupan solÌcitos del a sus padres con un cariÒo infantil; se darle a reconocer sus puntos fuertes y a
bienestar corporal y espiritual del hijo sigue viendo a sÌ misma insignificante utilizarlos en su beneficio. En esta situa-
y, por otra parte, le infligen malestar o y pequeÒa. Por eso tiene miedo a llevar ciÛn importa que se cree una atmÛsfera
incluso dolor, aunque sea con la vista una vida independiente, no confÌa en sus en la que la joven pueda sincerarse y se
puesta en el interÈs de su seguridad y de- propias fuerzas y teme no poder satis- sienta como una compaÒera con los mis-
sarrollo a largo plazo. Los dos polos, a facer las expectativas de los dem·s. mos derechos que su terapeuta. De ese
los que se podrÌa denominar como ìpla- En este caso el acceso al psicoan·lisis modo, la colaboraciÛn puede transfor-
cerî y ìmantenimientoî, se cruzan de puede ayudarle a superar sus problemas, marse en un ìacontecimiento especialî
continuo y est·n obligados a permanen- pues en ella se dan los tres supuestos que se mantenga a largo plazo para la
tes compromisos mutuos. Y los com- esenciales para el Èxito de la terapia: paciente en forma de recuerdo positivo,
promisos vacilantes, ìbaratosî, frente a al que pueda recurrir en el futuro como
conflictos irresolutos acostumbran gene- ï Sufrimiento opresivo: se siente muy modelo para solucionar los conflictos
rar problemas psÌquicos. infeliz en su situaciÛn. de una manera autÛnoma y positiva.
Nos ofrece un ejemplo de ello la sumi- ï DisposiciÛn a una autoexploraciÛn. Gracia elige una vÌa curiosa para hacer
siÛn aparente: una persona se rebela inter- Quiere por fin saber quÈ es lo que le pasa. de su psicoan·lisis un acontecimiento
namente contra la autoridad y al mismo ï PredisposiciÛn a la transferencia: busca especial: aprovecha la circunstancia de
tiempo la teme. De ahÌ que se comporte una persona con autoridad que le ayude que las cinco sesiones se graban en vÌdeo.
servil y obediente, sin por ello dejar de y a la que pueda abrir el mundo de sus Consciente de la presencia de este ter-
olvidarse de cumplir plazos o cometer pensamientos y sentimientos, que le pare- cer participante mudo en las sesiones, la
errores. Y no le valen de gran cosa el cen prohibidos o despreciados. joven escenifica una autÈntica repre-
entrenamiento en competencia profe- sentaciÛn teatral. Habla de sÌ misma
sional ni los cambios de impresiones con Un componente esencial en el Èxito del como de una persona interesante y com-
los colaboradores, que caen en el vacÌo. tratamiento reside en la relaciÛn entre el petente y se esfuerza por resaltar su apa-
En esta situaciÛn el que m·s sufre por terapeuta y el paciente. Constituye el marco riencia externa. La relaciÛn terapÈutica
su fracaso es el afectado. de trabajo del psicoan·lisis, en cuyo seno se transforma en el escenario sobre el que
Partiendo de experiencias similares las dos partes pueden aclarar e interpre- Gracia demuestra su autonomÌa. Ella
Freud desarrollÛ un mÈtodo de tratamiento tar conjuntamente los conflictos psÌqui- dirige la obra y degrada a la terapeuta al
destinado a esclarecer los conflictos: la cos del paciente. SÛlo despuÈs se podr·n papel de simple anunciadora de las pala-
terapia psicoanalÌtica. Se pretende que el eliminar las disonancias y bloqueos. bras clave.
ZEFA
de vino en la mano. Lo derramÈ sobre existencia de problemas.
la alfombra, pero no de manera inten- Y asÌ es efectivamente. Entre las sesio- ESCASA COMPRENSION. Sólo un
cionada. DespuÈs se formÛ una mancha nes cuarta y quinta sale a relucir cierta porcentaje reducido de jóvenes anoréxicas
y yo hui corriendo...î conversaciÛn con su madre, en la que
perciben su enfermedad como una
Èsta, de edad madura, padece desde hace
Cáliz de pasión tiempo de bulimia (tendencia compulsi- patología que requiere tratamiento. Con
o copa de la victoria va a vomitar inmediatamente lo que se estas premisas apenas se pueden esperar
øCÛmo interpreta un psicoanalista el len- come), que habÌa ocultado su enferme- logros de una terapia psicoanalítica.
guaje simbÛlico de este sueÒo? ìRojoî dad hasta ahora. La miniterapia psicoana-
y ìmanchaî sugieren menstruaciÛn, des- lÌtica le insufla a Gracia la fuerza y el ·ni-
floramiento o incluso óen una visiÛn m·s mo para reunir a su familia a la mesa y rior. SÛlo este proceso le permitiÛ actuar
generaló culpa. Otras im·genes apun- proponer una conversaciÛn franca, sobre con resultado positivo y tomar concien-
tan a sufrimiento y salvaciÛn: la alfom- esos asuntos, de todos los afectados. cia de sÌ misma como mujer adulta.
bra representa una carga pesada con la Antes del psicoan·lisis, la joven se veÌa En el caso de Gracia el trabajo psico-
que ha de convivir; el vaso podrÌa sim- a sÌ misma como extraÒa e inaccesible. analÌtico ha cumplido sus objetivos: des-
bolizar el c·liz de la pasiÛn o óen otra No podÌa reconocer el conflicto que se cubrir el problema, activar el desblo-
perspectivaó la copa de la victoria en desencadenaba en su interior. Por un lado, queo, cambiar los esquemas mentales y
premio al esfuerzo realizado. intentaba todo lo posible por desligarse animar a la paciente a la acciÛn. O, en
El yo onÌrico de Gracia requiere un de sus padres, pero por otro saboteaba palabras de Freud: Gracia querÌa ser
ìenorme esfuerzo de energÌaî para pre- ella misma una y otra vez sus propios ìcapaz de amar y de trabajarî. Con ello,
sentarse como femenino con todas las esfuerzos, aferrada a la nostalgia incons- habÌa dado el primer paso en este camino.
consecuencias: manchas y sangre. AsÌ, ciente de ìseguir siendo la niÒaî. Ese
el sueÒo revela una cosmovisiÛn en la deseo la impulsÛ a la anorexia y a la nega-
que figura la autoridad prepotente de los ciÛn de su feminidad. A lo largo de la
padres. AquÌ no hay lugar para la autÈn- miniterapia, se le evidenciÛ el signifi- BRIGITTE BOOTHE es psicóloga,psicoanalista
tica feminidad, pues no se corresponde cado de su sueÒo y de sus sÌmbolos, con y catedrática de psicología clínica, psicotera-
con la imagen del niÒo que puede y debe lo que pudo reconocer su conflicto inte- pia y psicoanálisis en la Universidad de Zúrich.
Atención espacial
Un nuevo método permite “desactivar” temporalmente partes de la corteza cerebral
y mejorar la percepción visual
I
maginemos que la mitad del mundo de- convierte en triste realidad. Una apople- despertÛ y encontrÛ una pierna ìajenaî
saparece de repente. Para describirlo jÌa, un tumor cerebral o un traumatismo en su cama.
con mayor precisiÛn, que el lector no craneal pueden ocasionar daÒos en el
percibe el espacio que tiene a su izquierda cerebro que provoquen estos sÌntomas. Alteraciones de la percepción
o a su derecha. Se deja en el plato la mitad Los pacientes ìinadvertentesî óasÌ se Estos fenÛmenos posibilitan a los inves-
de la comida, se afeita o se maquilla sÛlo les llamaó ignoran todos los objetos que tigadores un fascinante acercamiento a
la mitad de la cara, se lava sÛlo la mitad se encuentran en el lado opuesto al he- los mecanismos neuronales de una fun-
del cuerpo y no se puede vestir debido a misferio cerebral daÒado. En casos ex- ciÛn cerebral esencial: la atenciÛn espa-
que no encuentra su brazo izquierdo... tremos se llega incluso a la insensibili- cial. Para orientarnos prestamente en el
øSe trata sÛlo de un experimento men- dad total de ciertas zonas del cuerpo. espacio, encontrar comida o cruzar de
tal surrealista? Para algunas personas se Cuenta Oliver Sacks de un paciente que forma segura una calle, necesitamos que
intacto del campo de visiÛn que antes de entre regiones de ambos hemisferios.
la estimulaciÛn. Mejoraba, pues, la per- Otra aplicaciÛn mÈdica de la estimula-
cepciÛn en el hemisferio cerebral que no ciÛn magnÈtica transcraneal, sujeta ahora
se habÌa estimulado. a ensayo clÌnico, es el tratamiento de
1. LAS FLECHAS señalan las zonas del Para explicar tan paradÛjico y extraÒo
resultado nos valdremos de un modelo,
depresiones profundas.
lóbulo parietal estimuladas durante el
en cuyo marco los dos hemisferios cere-
experimento, ya fuera la parte derecha brales compiten por la atenciÛn. Un
o la izquierda. Arriba: vista lateral; abajo: hemisferio inhibe la actividad del otro, CLAUS C. HILGETAG enseña en la Univer-
sección horizontal. y de forma m·s acusada cuanto m·s activo sidad Internacional de Bremen.
Aribert Rothenberger casi dos tercios de los niÒos afectados manera, estamos mucho m·s sensibili-
y Tobias Banaschewski padecen otros trastornos, como un com- zados frente a este problema. Los estu-
ëëøP
portamiento muy agresivo o dificultades dios epidemiolÛgicos de larga duraciÛn
or quÈ siempre cargo para la lectura o escritura. han revelado que hoy el SDAH no es
con las culpas cuando Pero, øexiste realmente esa patologÌa? m·s frecuente que ayer.
pasa algo?î, se pregun- Aducen los escÈpticos que se trata de una De acuerdo con el estado actual del
ta Pedro con amargura simple moda, pues este diagnÛstico se conocimiento, el SDAH representa tan
por enÈsima vez. A sus nueve aÒos se establece cada vez con m·s frecuencia en sÛlo el lÌmite de la variabilidad natural
siente permanentemente maltratado, lo los ˙ltimos tiempos. øCu·ndo se puede afir- del comportamiento humano. A propÛsi-
mismo en la escuela que en casa: repri- mar que un niÒo simplemente es muy vivo to de la etiologÌa del trastorno la investi-
mendas y amonestaciones le llueven sin y cu·ndo que es hiperactivo? No se conoce gaciÛn ha resaltado el papel primordial
cesar. Ni que decir tiene que los padres ninguna prueba que mida con precisiÛn desempeÒado por los genes; lo pusie-
y los profesores ven las cosas de manera estas cualidades del comportamiento y ron de relieve Anita Tapar, de la Uni-
muy distinta: el niÒo no para de moverse arroje un resultado nÌtido. Amenudo, per- versidad de Cardiff, en el aÒo 1999, y
y meterse en todas las peleas. Siempre sonas diferentes eval˙an a un mismo niÒo Philip Aherson, del Kingís College de
quiere encabezar los juegos y aportar de forma muy distinta. Los propios padres Londres, en 2001, en sus respectivos
nuevas ideas que confunden a los com- suelen calificar la impulsividad de su hijo metan·lisis. Los padres de los niÒos con
paÒeros. Nadie deberÌa extraÒarse, pues, de un modo diferente de la apreciaciÛn SDAH padecieron a su vez este sÌndro-
de que Pedro no tenga ning˙n amigo expresada por los profesores. me con una frecuencia mucho mayor que
bueno. En casa la tensiÛn es permanente; los padres adoptivos o los padres de
no hay forma de que se avenga a las reco- Gran sensibilización niÒos no afectados. Aparte de las com-
mendaciones y a los lÌmites fijados. Pese a todo, el SDAH sÌ puede recono- paraciones entre gemelos uni- y bivi-
Durante la clase no para de moverse. cerse ya con exactitud, diferenciar de la telinos, los estudios sobre el tema se-
Apenas atiende, charla con los compaÒeros conducta propia de la edad sus caracte- Òalan que el SDAH obedece casi en un
de pupitre o se distrae mirando por la ven- rÌsticas distintivas. Con la ayuda de las 80 % a factores hereditarios.
tana. Tarda una hora en hacer los debe- modernas tÈcnicas de imagen, los inves- Por eso, en estos ˙ltimos aÒos, los in-
res escolares, cuando los dem·s precisan tigadores han encontrado divergencias, vestigadores se han afanado en buscar los
la cuarta parte. Al final, los acaba porque en varias regiones cerebrales, entre los posibles genes alterados de los niÒos con
su madre se sienta a su lado y le insta a niÒos con SDAH y sus compaÒeros sanos. SDAH. Los trabajos giran alrededor de
terminarlos. Las notas escolares no son AsÌ, el lÛbulo frontal, el cerebelo y, con varios factores hereditarios que inter-
buenas, aunque los profesores conside- toda probabilidad, tambiÈn los lÛbulos vienen en la transmisiÛn de la informa-
ran a Pedro un niÒo muy inteligente. parietal y temporal son menores. En prin- ciÛn entre las neuronas cerebrales. Se
Pedro sufre un sÌndrome por dÈficit de cipio, este misterioso cuadro clÌnico obe- cuentan, entre los factores implicados,
atenciÛn con hiperactividad (SDAH). Se dece a una anomalÌa en el procesamiento genes de proteÌnas que controlan la cir-
sospecha de su presencia cuando el niÒo de la informaciÛn de regiones cerebra- culaciÛn del neurotransmisor dopamina
se muestra m·s despistado de lo normal les muy distintas, responsables de las en las sinapsis, o lugares de contacto
o extraordinariamente impulsivo e hipe- emociones, el comportamiento y el con- entre dos neuronas: ìlos transportadores
ractivo. En los pacientes que lo sufren, trol de los movimientos. dopamÌnicosî alejan la sustancia men-
tal conducta se manifiesta antes de los El aparente incremento estadÌstico de sajera del espacio sin·ptico para que Èsta
siete aÒos, causa graves problemas coti- los casos de SDAH se explica por el no pueda adherirse a los receptores dopa-
dianos y se refleja en ·mbitos muy diver- mayor conocimiento del trastorno y los mÌnicos de la cÈlula postsin·ptica ni pro-
sos, como la familia o el colegio. Adem·s, avances diagnÛsticos. Dicho de otra pagar los impulsos nerviosos. Entre los
neuronal y neutralizaciÛn consiguiente El medio tambiÈn influye. El consumo moniales, los trastornos psÌquicos de los
de la noradrenalina, mejoran al parecer elevado de alcohol y nicotina por la madre padres o una mala relaciÛn parento-filial
los sÌntomas del SDAH. durante el embarazo aumenta el riesgo podrÌan contribuir a la apariciÛn del SDAH
de SDAH, de la misma manera que la de un niÒo con una predisposiciÛn latente.
Peligroso círculo vicioso prematuridad extrema, un peso bajo al Para entender mejor los problemas de
Con todo, los genes explorados hasta nacer, las enfermedades cerebrales, las los niÒos con SDAH y ayudarles con
ahora ejercen, por sÌ mismos, muy poca alergias alimentarias o los malos tratos rigor, los padres, el niÒo, los profesores
influencia sobre la conducta aberrante infantiles. Por si fuera poco, las madres y los mÈdicos deben tirar sin prejuicios
de las personas afectadas; en el mejor de con predisposiciÛn genÈtica al SDAH y con firmeza de la cuerda en la misma
los casos, contribuirÌan al 5 % de los tras- suelen fumar y beber m·s, adem·s de direcciÛn. Por desgracia, existe una gran
tornos, como m·ximo. Por otra parte, no cometer errores b·sicos en la educaciÛn incertidumbre en torno a los tratamien-
todos los niÒos con estas variantes gÈni- posterior de sus hijos. No saben fijar tos eficaces. AsÌ, el uso creciente de me-
cas manifiestan alteraciones del com- reglas claras, ni siquiera hacerse respe- dicamentos divide a los expertos. Mien-
portamiento; de momento se ignoran tar. AsÌ, los factores de riesgo se poten- tras unos se manifiestan partidarios, otros
incluso las variaciones gÈnicas de la cian recÌprocamente dentro de un peli- rechazan los psicof·rmacos.
inmensa mayorÌa de estos sÌndromes. La groso cÌrculo vicioso. De acuerdo con los ˙ltimos descubri-
probabilidad de descubrir un trastorno de Otros factores psicosociales alientan mientos biolÛgicos, es preciso corregir
hiperactividad depende de muchos genes igualmente la apariciÛn del SDAH; por las alteraciones de los sistemas neuro-
muy diferentes y de sus combinaciones. ejemplo, las condiciones poco propicias transmisores. De esta tarea se ocupan,
No sÛlo eso. La intensidad de los fac- de la escuela o problemas psÌquicos como con Èxito y de forma directa, los denomi-
tores hereditarios varÌa asimismo mucho. el trastorno de ansiedad. Las crisis matri- nados estimulantes, como el sulfato de
LOBULO FRONTAL
los ganglios basales y el tálamo— es determinante. En con- padres y educadores de los niños con SADH: las recompen-
diciones normales, un estímulo de recompensa refuerza, a sas dan más fruto si se conceden en el momento oportuno.
través de la liberación de dopamina, las conexiones nervio- Por otra parte, los adultos deben abstenerse de fomentar,
sas que impulsan la conducta deseada. Cuando no se dispone con sus reacciones, los trastornos de conducta de sus hijos.
de este neurotransmisor, las recompensas más débiles u ofre- Lo mejor es no prestar atención a la conducta anómala y
cidas en el momento equivocado no surten ningún efecto. apartar a un lado las acciones que podrían considerarse como
De estos datos se infieren algunas conclusiones para los una compensación.
anfetamina y el metilfenidato, conocido tados igualmente buenos; citemos, entre con la toma de la Ritalina en la juven-
por el nombre de Ritalina; seg˙n nume- ellas, la atomoxetina, un inhibidor de la tud y, por otro lado, los enfermos de
rosos estudios clÌnicos, estos medica- recaptaciÛn de la noradrenalina. Parkinson no han ingerido, de ordinario,
mentos alcanzan a disminuir, o incluso m·s estimulantes que los dem·s.
a erradicar, los trastornos de conducta Alarma infundada Si la Ritalina y afines se usan correc-
del 70 al 90 % de los afectados. Es comprensible que muchos padres se tamente, no producen efectos secundarios
Aprimera vista, pudiera parecer un con- asusten al pensar que sus hijos deban graves. Como mucho, se observa insom-
trasentido administrar medicamentos esti- exponerse durante aÒos a una medica- nio, falta de apetito o un estado depre-
mulantes a niÒos hiperactivos. No obstante, ciÛn. La noticia de que la Ritalina podrÌa sivo. Pese a ello, muchos padres temen
estas sustancias restablecen el desequili- causar la enfermedad de Parkinson, en que el tratamiento prolongado con psi-
brio dopamÌnico, de origen genÈtico, en virtud de la carencia de dopamina, ha pro- cof·rmacos abra las puertas a una futura
las regiones cerebrales responsables del vocado estupor. La sospecha provino de adicciÛn a drogas o a medicamentos. El
autocontrol, la regulaciÛn de los impul- la observaciÛn de un descenso en el niÒo acaba, en definitiva, acostumbr·n-
sos y la percepciÛn. Dicho con m·s pre- n˙mero de transportadores dopamÌnicos dose a tomar pastillas todo el tiempo.
cisiÛn: evitan que la dopamina, liberada en el cuerpo estriado de ratas que habÌan El grupo dirigido por Timothy E.
a las zonas de contacto neuronal, donde recibido metilfenidato antes de alcanzar Wilens, de la facultad de medicina de
las cÈlulas se transmiten la informaciÛn, la madurez sexual. Harvard, acaba de disipar estas dudas en
sea recaptada de inmediato por la cÈlula No hay, con todo, pruebas concretas un extenso metaestudio. De hecho, los
finalizando asÌ su acciÛn estimuladora. que confirmen esta lucubraciÛn. TodavÌa estimulantes redujeron el riesgo de adic-
De todas maneras, otras sustancias que ope- no se ha podido probar ni un solo caso ciÛn: al confrontar directamente a niÒos
ran seg˙n idÈntico principio ofrecen resul- de enfermedad de Parkinson relacionado con SDAH con sÌntomas de intensidad
ROTHENBERGER
miento deseado. Precisamente, cuando el
sÌndrome afecta a un adolescente, los
padres y quiz· los hermanos deban partici-
par en una terapia familiar centrada en la
relaciÛn entre todos los miembros, m·xime
cuando los sÌntomas del SDAH sÛlo se dan
dentro de la familia y no en el colegio.
El jardín de infancia,
un espacio sin medicamentos
Los preescolares no deben recibir, en
principio, estimulantes. Casi siempre
basta con que los padres frenen los impul-
sos negativos del hijo y orienten su com-
portamiento diario. Se recomienda, asi-
mismo, implicar al cuidador del jardÌn
de infancia y, si es necesario, una reco-
gida adelantada.
La eficacia de la farmacoterapia y de
la terapia de conducta en el SDAH se ha
examinado en un extenso estudio norte-
2. EJERCICIO MENTAL. Durante la americano, Multimodal Treatment Stu-
neurorretroalimentación, el niño aprende comenzar, en principio, por este tipo de dy of Attention Deficit Hyperactivity
a controlar sus corrientes cerebrales. El terapia de conducta. La respuesta se eva- Disorder (MTA), realizado durante dos
objetivo, en este caso, es que el ratón l˙a inicialmente al cabo de 12 semanas, aÒos con 579 niÒos afectados. Los direc-
como mucho: si no se ha obtenido nin- tores del estudio distribuyeron a los niÒos,
logre saltar con su pértiga.
g˙n Èxito, es el momento de aÒadir los que tenÌan entre siete y nueve aÒos al
medicamentos. empezar la investigaciÛn, en cuatro gru-
pos de tratamiento diferentes. Este fue
parecida, los que no habÌan recibido esti- Contar siempre hasta diez el resultado:
mulantes corrieron un riesgo mayor del La terapia de conducta facilita, a travÈs ï Un tratamiento de rutina, compuesto
triple de sufrir un trastorno adictivo pos- del autoadiestramiento, una ejecuciÛn mayoritariamente por prescripciones far-
terior que los niÒos tratados. menos impulsiva y desorganizada de las macÈuticas, normalizÛ el comportamien-
Esta no es razÛn suficiente para que tareas. AsÌ, se enseÒa al niÒo a contar to del 25 % de los niÒos tratados.
los mÈdicos prescriban Ritalina u otros hasta diez antes de levantarse del pupi- ï Entre los pacientes que siguieron una
preparados similares a la ligera. Su uso tre o de abandonar en casa la mesa donde terapia intensiva de conducta sin medi-
se impone sobre todo cuando la relaciÛn realiza los deberes. La colocaciÛn de tar- caciÛn, el 34 % se librÛ de los sÌntomas
del niÒo con sus padres es muy difÌcil o jetas o carteles con la seÒal de alto puede m·s llamativos.
planea una amenaza de cambio a un cole- servir de recordatorio para no olvidar ï Un tratamiento farmacolÛgico, cuida-
gio especial. Al reducir los principales estos trucos en el fragor de la batalla. dosamente ajustado y vigilado, con ase-
sÌntomas del SDAH y el comportamiento Para organizarse mejor y distribuir las soramiento concomitante de los pacien-
agresivo de la mayorÌa de los niÒos, los tareas cotidianas, los niÒos mayores y los tes y sus padres, mejorÛ al 56 % de los
estimulantes fomentan la integraciÛn y adolescentes ejercitan, adem·s, el ìauto- niÒos.
el rendimiento escolares. Los medica- controlî. Consiste Èste en aprender a ï La combinaciÛn de un tratamiento ade-
mentos resultan particularmente ˙tiles en proyectar un plan minucioso y seguirlo cuado con medicamentos m·s psicote-
los casos crÌticos, de tal suerte que todas ante cualquier amenaza de capitulaciÛn rapia arrojÛ el porcentaje mayor de res-
las partes pueden tomarse el respiro mere- frente a la magnitud de la tarea; por ejem- puestas, un 68 %; las familias de los
cido y necesario, recuperar la tranquili- plo, arreglar un cuarto absolutamente extractos sociales desfavorecidos se
dad y sentar las bases para una estrate- caÛtico. beneficiaron aparentemente m·s. Se com-
gia terapÈutica duradera. Los padres tambiÈn precisan consejos probÛ que este ìtratamiento multimo-
No se pueden depositar todas las espe- para actuar en situaciones especiales o dalî era el m·s eficaz cuando los com-
ranzas en los estimulantes. El tratamiento conducir de la mejor manera a sus hijos. ponentes del programa de conducta se
combinado surte mucho efecto, sobre Estas recomendaciones se ofrecen a tra- escogieron y coordinaron con rigor, aten-
todo cuando se centra en una terapia de vÈs de programas de formaciÛn que mejo- diendo a los problemas concretos.
conducta personalizada. Esta ayuda al ran tanto la competencia educativa como
pequeÒo a erradicar definitivamente sus la relaciÛn social del hijo y su interacciÛn Nuevas modalidades terapéuticas
problemas de conducta. El niÒo aprende con la familia. A modo de botÛn de mues- Los expertos se vienen ocupando de otra
a observarse y a controlarse y ejercita tra, vale la pena establecer los horarios de alternativa terapÈutica, la neurorretroa-
nuevos comportamientos durante los jue- forma concertada para no escenificar un limentaciÛn. Se basa en el descubrimiento
gos. A travÈs de esta terapia mejora su drama diario con los preparativos esco- de que la actividad elÈctrica cerebral de
autocontrol y se desarrolla con menos lares matutinos. Poner tareas y normas los niÒos con SDAH suele diferir de la
complicaciones. claras o abandonar el cuarto del pequeÒo mostrada por sus compaÒeros de clase.
Aparte de los casos crÌticos citados, cuando se est· encolerizado sin duda ayu- A los pequeÒos se les enseÒa, mediante
el tratamiento de cualquier SDAH debiera dan, al igual que un sistema de compensa- una especie de juego de ordenador, a con-
ZEFA
parecen más bien lentos y soñadores. Este “trastorno
por déficit de atención” (TDA) afecta en especial a las
muchachas, por ejemplo, Julia, que tiene 14 años. Ya en
los años de primaria soñaba despierta todo el día.Tardaba
más tiempo en hacer los deberes, porque andaba siem-
pre ocupada con otras cosas. Su rendimiento escolar fue
de mal en peor y llegó un momento en que se sintió
incapaz de hacer los deberes y de seguir las clases. En
los últimos tiempos, ha cometido más errores de la cuenta
en sus tareas escolares. No soporta el aula ni los profe-
sores. Dice que sus padres no paran de atosigarla y al
parecer nadie está contenta con ella.
En realidad, Julia es una persona accesible y comuni-
cativa, a la que le gusta portarse bien con los demás. Por
eso, procura concentrarse en la escuela y en casa y ter-
minar a tiempo los deberes, a pesar de la dificultad
extrema que esto último representa. Pero ahora no está
tan dispuesta a esforzarse, ni piensa ordenar sus perte-
nencias; últimamente, no para de perder cosas.
El análisis neuropsicológico revela que Julia posee una
inteligencia normal, si bien se distrae a la primera. Julia
interrumpió varias veces este examen, preguntando cuánto
faltaba para finalizarlo, y parecía esperar un resultado
muy pobre del mismo.
En este caso concreto, el tratamiento farmacológico con
metilfenidato le ayudó a organizarse mejor y acometer con
menos problemas sus tareas escolares. En conjunto, según
ella mismo confesó, se encontraba mejor y más segura.
trolar voluntariamente sus corrientes cere- exponer en la clase cÛmo se logra que No podemos perder de vista, sin embar-
brales y, con ello, su comportamiento. AsÌ, el ratÛn salte. go, que estos pequeÒos zarandillos re˙-
se tornan m·s atentos y apacibles si poten- No se han resuelto a˙n todas las cues- nen muchas cualidades positivas. Se mues-
cian determinadas actividades elÈctricas tiones relativas al origen y desarrollo del tran muy decididos, curiosos, con ganas
cerebrales y suprimen otras. Ciertos soni- SDAH. Se dispone de pocos datos acerca de saber, se asombran f·cilmente, tienen
dos, melodÌas o escenas breves premian de lo que sucede dentro del cerebro de una gran energÌa y humor y, en ocasio-
los cambios deseados del EEG. los niÒos afectados entre el nacimiento nes, despliegan una inteligencia y crea-
Pongamos un ejemplo pr·ctico: los y el ingreso en la escuela o sobre la tividad extraordinarias. A menudo, se
niÒos ven en la pantalla el conocido ratÛn influencia de los factores biolÛgicos y comportan con total espontaneidad, sensi-
de los dibujos animados dispuesto a sal- el ambiente en esta Època, que tambiÈn bilidad y disposiciÛn para la ayuda. Entre
tar con la pÈrtiga. El salto sÛlo puede efec- varÌan de un caso a otro. Una cosa, sin los niÒos con SDAH hay especialistas
tuarse con una pÈrtiga de un color con- embargo, parece cada dÌa m·s cierta: las consagrados en encontrar soluciones en
creto y Èsta, a su vez, se puede controlar combinaciones diversÌsimas de conduc- el ˙ltimo minuto, mentes ingeniosas con
con las corrientes cerebrales. Si la aten- tas estrafalarias no se pueden agrupar capacidad para acometer varias tareas a
ciÛn se acrecienta, la pÈrtiga se torna bajo un mismo techo. Por esta razÛn, los la vez y artistas de la improvisaciÛn. Los
roja y, si se relaja, azul. expertos en SDAH se esfuerzan por esta- padres y pedagogos debieran potenciar
El tratamiento de neurorretroalimenta- blecer subgrupos con una mayor unidad estas cualidades y, a ser posible, men-
ciÛn consta de 20 sesiones de 45 minu- en sus sÌntomas y en sus causas neuro- cionarlas a menudo delante de los niÒos,
tos cada una. La atenciÛn y la concentra- biolÛgicas. En particular, se recurre a para que no se sientan siempre atacados.
ciÛn, la impulsividad y las formas de los trastornos asociados al dÈficit de
hiperactividad leve mejoran, de ordi- atenciÛn o a la hiperactividad. Cerca del
nario, considerablemente. Aumenta la 80 % de los niÒos con SDAH sufre, como ARIBERT ROTHENBERGER es catedrático y
autoestima de los niÒos, pues aprenden mÌnimo, otro trastorno: tics nerviosos, director del servicio de psiquiatría/psicote-
a dominar su propia conducta. A menudo, comportamiento social perturbador, tras- rapia infantil y juvenil de la Universidad de
esta facultad se puede trasladar a tornos de ansiedad o dificultades en la Gotinga. TOBIAS BANASCHEWSKI trabaja
situaciones cotidianas; verbigracia, al lectura o escritura. como jefe de sección en este servicio.
Birger Dulz co, se alivian o incluso se curan del todo QuÈ heridas psÌquicas dejan tras sÌ,
de entre dos tercios a tres cuartos de los en el infante, los abusos y malos tratos,
E
l texto que aportamos en el re- pacientes. depende de la frecuencia con que se re-
cuadro øUna escena inocua? Aunque el sÌndrome lÌmite es el m·s pitieron las vivencias traum·ticas, de la
lo ha escrito una paciente de investigado de todos los trastornos de per- duraciÛn de las mismas y de la edad del
trastorno fronterizo que intentÛ sonalidad, hasta ahora no se han podido niÒo al sufrirlas. Pero lo decisivo es la
suicidarse el aÒo pasado. Desde enton- fijar inequÌvocamente sus causas. Pro- atmÛsfera familiar: øcreciÛ en un medio
ces sufre una grave minusvalÌa. En esta bablemente desempeÒan una funciÛn hostil o intervenÌan, como protectores,
joven, como en otros pacientes a los que importante experiencias traum·ticas de otros parientes? øNegaba la madre el
se les ha diagnosticado un trastorno lÌmite, la infancia y juventud. AsÌ, varios estu- abuso del padre? øLlegaba incluso a res-
se da una probabilidad alta de suicidio. dios confirman que hasta un ochenta por paldarle? Parece, no obstante, que la raÌz
Seg˙n un meta-estudio reciente de Joel ciento de todos los pacientes lÌmite su- de esta enfermedad reside en la cruel-
Paris, de la Universidad McGill de Mon- frieron abusos sexuales o malos tratos dad psÌquica, pues casi siempre experi-
treal, uno de cada diez pacientes de tras- corporales de niÒos o de jÛvenes. Al pare- mentamos que los pacientes lÌmite se
torno lÌmite se quita la vida. cer, basta una sola traumatizaciÛn para sienten niÒos privados de cariÒo.
Estamos, sin duda, ante un trastorno inducir el trastorno, pero no necesaria-
muy peligroso. No menos preocupante mente. En efecto, teniendo en cuenta Huellas profundas en el cerebro
resulta que los casos ìlÌmiteî sean con- que, seg˙n c·lculos del departamento Toda experiencia, todo sentimiento,
siderados, al menos en las clÌnicas no alem·n de protecciÛn infantil, uno de todo pensamiento tiene su ìcorrelatoî
especializadas, como muy difÌciles o cada diez niÒos est· expuesto a la vio- fÌsico en el cerebro. Debemos, pues,
incluso sin soluciÛn terapÈutica. En las lencia de los padres, el trastorno lÌmite, partir de que las redes neuronales del
clÌnicas psiqui·tricas no se les suele ver que afecta a un dos por ciento, resulta cerebro de un niÒo se amoldan a cargas
con buenos ojos, aunque, a veces, un relativamente raro. fuertemente estresantes; abusos y malos
paciente ìlÌmiteî se muestre estable y Los primeros sÌntomas se manifiestan tratos lo son. Bessel A. van der Kolk,
apenas necesitado de particular ayuda. ya en el seno materno. Alessandra Pion- de la facultad de medicina de la Uni-
Cuando est·n atendidos por terapeutas telli comparte esta opiniÛn. Ella ve una versidad de Boston, se dedica a la inves-
y cuidadores sin un entrenamiento ad conexiÛn entre las complicaciones del tigaciÛn de los traumas. En su opiniÛn,
hoc, provocan frecuentes peleas y riÒas embarazo que amenazan seriamente al Èstos daÒan sobre todo al hemisferio
y dividen al equipo. Este, consciente o embriÛn y una conducta problem·tica cerebral izquierdo, regiÛn que utiliza-
quiz·s inconscientemente, solicita su del niÒo mucho despuÈs del nacimiento. mos, por ejemplo, para la soluciÛn, paso
despido de inmediato. La investigaciÛn psicolÛgica de los lac- a paso, de problemas o para procesar
Una oportunidad desaprovechada, pues tantes acent˙a, sobre todo, la importan- los contenidos perceptivos. Quiz·s este
la perspectiva de curaciÛn es notable- cia del primer aÒo de vida: durante ese hecho explique por quÈ a los pacientes
mente mejor en los casos de trastornos perÌodo, el infante interioriza, como un con trastornos fronterizos les resulta
fronterizos que en la mayorÌa de las psi- modelo firme, las experiencias de rela- tan difÌcil comunicarse verbalmente y
copatologÌas graves. Ya en los aÒos ciÛn con la madre y el padre. Unas malas actuar de acuerdo con un plan.
sesenta del siglo pasado, Otto F. Kern- experiencias en los primerÌsimos perÌo- Pero probablemente se alteran en par-
berg, del hospital clÌnico de Cornell, de- dos de vida podrÌan, pues, favorecer el ticular los circuitos reguladores que con-
sarrollÛ una terapia especial y eficaz para origen de una estructura de personalidad trolan los estados emocionales, es decir,
tales enfermos. Diversos estudios prue- que hace al niÒo m·s sensible a traumas el sistema lÌmbico. Los enfermos con
ban que, con un tratamiento sistem·ti- posteriores. trastornos fronterizos reaccionan ante
KEYSTONE
los enfermos de trastornos límite se han
sentido privados de cariño en su infancia
o juventud. Muchos sufrieron abusos o
malos tratos.
Klaus Manhart el descenso de demanda en los dÌas labo- por la segunda posibilidad, usted y su
rables. La proyecciÛn econÛmica cal- compaÒero reciben el importe mencio-
H
ace ya un buen rato que usted cularÌa que muchos clientes se asusta- nado; en caso contrario, se van ambos
est· haciendo cola ante la caja rÌan de los dÌas con precios m·s caros e con las manos vacÌas. Si su compaÒero
del supermercado para abo- ìinvertirÌanî sus preferencias por los de partida le ofreciera, pongamos por
nar el importe de la compra. que ofrecen el mismo servicio pero m·s caso, 10 euros y contara con su asenti-
De repente, una joven con su elegante barato. miento, a usted le darÌan 10 euros y el
chaqueta de piel se cuela limpiamente Es algo que parece bastante lÛgico, otro se embolsarÌa 90. øQuÈ oferta acep-
hasta la primera posiciÛn de la fila. En puesto que hay que atribuir el coste de tarÌa usted? ø50 euros? ø5 euros?
un alarde de desfachatez, ni se inmuta las instalaciones de remontes mec·ni- øTodavÌa menos?
cuando otro cliente frustrado se lo re- cos a las expectativas de avalanchas de
procha. usuarios los fines de semana. Sin Renunciar a algo
Se trata de una tÌpica situaciÛn cotidiana embargo, la mayorÌa se aferra a la idea en pro de la justicia
ante la que la mayorÌa reaccionamos eno- de que los gastos de funcionamiento son Gui·ndose por consideraciones mera-
jados. Igual que una madre con el senti- iguales todos los dÌas de la temporada mente racionales, habrÌa que aceptar
miento de que ella sola es la responsable de esquÌ. Por ello, muchos esquiadores cualquier oferta. Al fin y al cabo es mejor
de toda la familia. O bien los niÒos con creen que no es justo exigir precios m·s que le den a uno al menos una pequeÒa
envidia porque creen que se les presta altos los dÌas festivos y los fines de parte del dinero que irse de vacÌo. Pero
menos atenciÛn que a sus hermanos. Otro semana; algo que no deja indiferente al desde el ·ngulo contrario el compaÒero
caso es el de los compaÒeros de oficina explotador de las instalaciones, pues en ofertante dispondrÌa de una estrategia
que se granjean la antipatÌa de los dem·s sus c·lculos entra no ahuyentar a sus muy clara: con criterios racionales y
porque escurren persistemente el bulto visitantes con tarifas sensiblemente m·s desde su punto de vista la mejor estra-
ante trabajos de equipo poco agradables. altas los fines de semana. Y en ˙ltimo tegia serÌa ofrecerle a usted la cantidad
A lo largo de la evoluciÛn, el hombre ha tÈrmino, estas consideraciones de juego m·s baja posible, por ejemplo un euro,
desarrollado unas antenas sumamente limpio llevar·n al propietario de los tele- y embolsarse Èl mismo los restantes 99.
sensibles para detectar la explotaciÛn y sillas a abstenerse de introducir una escala En la realidad las cosas transcurren de
la injusticia. de tarifas m·s sensatas desde el punto otra manera. SÛlo muy pocos probandos
El comportamiento correcto se escribe de vista de economÌa de empresa. Algo óen los dos bandosó reaccionaron
con may˙sculas en el ·mbito de los con- muy similar sucede, en funciÛn de la seg˙n criterios de c·lculos racionales en
tactos humanos. Y no sÛlo en la vida demanda, con las subidas de precio de este experimento y en otros compara-
cotidiana. Comienzan a tener gran rele- las entradas para los partidos de f˙tbol bles. Deteng·monos primero en los ofer-
vancia en el terreno de las decisiones eco- estrella. tantes: sÛlo un 11 por ciento de ellos exi-
nÛmicas. Este es el caso, por ejemplo, Las bases de este juego limpio se evi- gÌan, en el experimento original, m·s de
de los estÌmulos financieros para el com- dencian con nitidez en el juego del ulti- 90 euros para ellos. Por tÈrmino medio,
portamiento condicionado propuestos m·tum, inventado para la investigaciÛn se proponÌan 67 euros (una cuarta parte
por las teorÌas econÛmicas y que en la de los sistemas econÛmicos en los aÒos de los participantes ofrecÌa incluso un
pr·ctica chocan a menudo con la natu- setenta del siglo pasado por Werner G¸th, reparto igualitario). En el sentido opuesto,
raleza humana. Desde el punto de vista del Instituto Max Planck. ImagÌnese que sÛlo en casos aislados se toleraban ofer-
econÛmico, tendrÌa m·s sentido para el le dan 100 euros con la condiciÛn de tas insuficientes: el ofertante tenÌa que
propietario de un telesilla regular los repartirlos con su compaÒero de juego, prometer al menos 30 o 40 euros para
precios en funciÛn de la oferta y la que es, a su vez, quien decide quÈ parte que la parte contraria aceptase el trato.
demanda: la masiva afluencia de los de esa cantidad estarÌa dispuesto a ceder. Y m·s de la mitad declinaba todas las
fines de semana y de los dÌas festivos Usted mismo tiene derecho a veto y a ofertas por debajo del mÌnimo de un
podrÌa compensar con tarifas m·s altas rechazar o aceptar su oferta. Si se decide veinte por ciento.
IFA-BILDERTEAM
milar se comprobÛ que algunas perso-
nas est·n dispuestas incluso a asumir
una pÈrdida econÛmica con tal de infli-
gir un castigo a los que no juegan lim-
pio. Esta vez se trataba de lo siguiente:
un tercer probando debÌa decidir si estaba
dispuesto a compartir 10 euros con un
jugador honrado de la primera ronda o
12 euros con otro que no habÌa jugado
limpio anteriormente. Se trataba de divi-
dir por dos la cantidad estipulada, con
lo que el jugador hubiera sacado en todo
caso m·s provecho en el negocio con el
segundo. Pese a ello, la mayorÌa de los
participantes optaron por sacar menos
dinero porque preferÌan tratar con alguien
que jugase limpio.
La consecuencia es bastante palmaria:
nuestro comportamiento no se ve influido
sÛlo por una optimizaciÛn personal de
los beneficios, sino tambiÈn por el pen-
samiento del juego limpio. Normalmente
todos tenemos una idea de cu·ndo un
trato es justo o injusto. Si no se cumplen
las reglas del juego muchos se ven for-
zados a vengarse y est·n incluso dis-
puestos a sacrificarse en aras de la jus-
ticia.
Hay una razÛn por la que el hombre
se defiende tan vehementemente contra
un trato injusto: nuestra estructura cere-
bral controla las relaciones cooperati-
vas para protegernos a la larga de abu-
sos, incluso cuando a corto plazo se
tengan que asumir desventajas. Por tra-
tarse de un automatismo Ìnsito en nues-
tra naturaleza, no se puede ni conectar
ni desconectar.
Hemos de admitir que cada uno de
nosotros dispone de una lista mental en
la que est·n reseÒados los que en un mo-
mento determinado nos hicieron un favor
o nos lo deben. Del mismo modo tam-
biÈn anotamos en nuestro interior los
nombres de aquellos a los que nosotros
mismos ayudamos amistosamente en su
momento. Conocemos razonamientos
del siguiente tenor: ìÈste me ha invita-
do a su fiesta para que yo admita a su
hijo en el equipo de tenisî. O ìesos dos
han venido ya dos veces a comer a casa,
pero ellos no nos han invitado nunca a
la suyaî. Se responde al comportamiento
amistoso y cooperativo y se recompensa;
en los casos contrarios reaccionamos
con una sanciÛn o con la ruptura de la
relaciÛn. Este principio de reciprocidad
ónombre que recibe en el lenguaje espe-
cializadoó es la masilla aglutinante de
nuestra vida social.
Pero esta reciprocidad no nos vale en
los encuentros ocasionales, como los del
supermercado o los del juego del ulti-
m·tum. Establecemos otro medio. Robert
Bibliografía complementaria
BIOLOGIE DER TUGEND.WARUM ES SICH LOHNT,
Respuesta: D y 7 Respuesta: Cerveza y 14 años G UT ZU SEIN. M. Ridley. Ullstein; Berlín,
1997.
D
entro del limitado campo de la una nueva Època para el estudio de las de unir ciencia y filosofÌa en su sistema.
ciencia espaÒola, destaca una relaciones entre la mente y el cerebro, EstimulÛ el interÈs por la ciencia empÌ-
tradiciÛn interesada en el cono- entre la conciencia y el cuerpo, entre la rica, asÌ como una concepciÛn moral
cimiento de las relaciones psique y el organismo. Aunque con limi- rigurosa acerca del hombre. BuscÛ ade-
entre mente y cuerpo. Es un tema que taciones, tambiÈn en EspaÒa se dieron m·s una renovaciÛn social mediante la
aparece y desaparece una y otra vez a lo pasos importantes en esa direcciÛn. educaciÛn y la reforma de las actitudes
largo de la historia moderna hasta hoy. colectivas. Los discÌpulos de Sanz del
CabrÌa mencionar aquÌ figuras renacen- Los inicios de la tradición RÌo, y entre ellos Francisco Giner, Gu-
tistas como Luis Vives, Juan Huarte o española contemporánea mersindo de Azc·rate y Nicol·s Sal-
Miguel Sabuco, y ya en el siglo XIX, fre- El interÈs por la nueva psicologÌa surgiÛ merÛn, figuras influyentes en la filoso-
nÛlogos como Mariano CubÌ y Soler, o pronto aquÌ. A comienzos del siglo XIX fÌa, la educaciÛn y el derecho, no dejaron
mÈdicos como Pedro Mata. el paÌs se hallaba retrasado en todos los de interesarse por las nuevas perspecti-
Sin embargo, hay un hito decisivo, Ûrdenes. Tras el absolutismo de Fernan- vas cientÌficas, especialmente biolÛgi-
que es la constituciÛn de la psicologÌa do VII, desde mediados del siglo se ini- cas, evolucionistas y psicolÛgicas, acerca
como ciencia natural, fuera ya de la filo- cian pasos destinados a recuperar el com- del hombre. Y con ello, se abrieron cau-
sofÌa. Solemos atribuir a Wilhelm Wundt p·s con Europa y elevar el nivel general. ces para la reflexiÛn sobre el hombre, su
esa primacÌa, al establecer su laborato- Hay un clima agitado e innovador ya en mente y su cerebro.
rio de psicologÌa en la Universidad de la Primera Rep˙blica (1871) y, m·s sÛlido Precisamente los investigadores pio-
Leipzig en 1879, algo que iba a servir y constructivo, desde la RestauraciÛn, neros en este terreno nacen en esa men-
de referencia a todo el ·mbito de la nueva en 1875. cionada generaciÛn de 1856. Luis Si-
disciplina. EmpezÛ entonces allÌ, y pron- Empieza entonces a dar sus frutos la marro (1851-1921), RamÛn TurrÛ Darder
to en varios otros lugares ópor ejem- generaciÛn de 1856, la de Santiago Ra- (1854-1926) y Santiago RamÛn y Cajal
plo, con ThÈodule Ribot, en Francia, o mÛn y Cajal, Marcelino MenÈndez Pe- (1852-1934), aunque orientados prima-
William James, en Estados Unidosó un layo, Leopoldo Alas (ìClarÌnî) o Juan riamente hacia la psiquiatrÌa, la biolo-
modo de conocimiento nuevo, que aspi- Maragall. Algunos intelectuales y pro- gÌa y la neurohistologÌa, respectivamen-
raba a ser una ciencia de la mente, al fesionales ya habÌan iniciado antes una te, pueden ser considerados como los
verla como una entidad biolÛgica, fruto aproximaciÛn a Europa. MenciÛn sin- primeros nombres de la psicofisiologÌa
de la evoluciÛn y causa de los compor- gular merece el filÛsofo Juli·n Sanz del espaÒola, y entre sus discÌpulos habr·
tamientos adaptativos frente al medio. RÌo, introductor de la filosofÌa krausista, quienes profundicen en esta ˙ltima espe-
AsÌ la energÌa serÌa un elemento genÈ- gos de la modernidad. Fue claro su con- en Investigaciones Psicológicas, vol. 4; 1987.
rico, al servicio de las diferentes fun- sejo: ìTrabajad hoy m·s que nunca por LA PSICOLOGÍA EN LA OBRA DE SANTIAGO
ciones mentales, como un cierto factor la creaciÛn de la ciencia original y cas- R AMÓN Y CAJAL . V. Ibarz. Instituto Fer-
general, an·logo a la entidad hipotÈtica tizamente espaÒolaî. Ello implicaba po- nando el Católico, Zaragoza; 1994.
ìgî en que, por aquellas fechas, pensaba ner a presiÛn los cerebros, y trabajar por H ISTORIA DE LA P SICOLOGÍA EN E SPAÑA .
en Inglaterra Charles Spearman para dominar el mundo natural y los proble- H. Carpintero. Eudema; Madrid, 1994.
explicar el funcionamiento mental. mas sociales.
Esta doctrina ya inspirÛ su famoso dis- P ERSONAJES PARA UNA H ISTORIA DE LA
PSICOLOGÍA EN ESPAÑA. M. Sainz y D. Sainz.
curso acadÈmico de 1897 (Reglas y con- Una mirada de conjunto
Ediciones Pirámide; Madrid, 1996.
sejos sobre investigaciÛn cientÌfica. Los AtraÌdos los tres por la naturaleza, tam-
tÛnicos de la voluntad). AllÌ defendiÛ la biÈn muestran una fina percepciÛn de lo CAJAL. J. M. López Piñero. Debate; Madrid,
necesidad de una atenciÛn continuada social. Los tres se sintieron vinculados 2000.
sobre los temas, para que surjan asocia- a su sociedad y procuraron transmitir un HORIZONTES CULTURALES. HISTORIA DE LA
ciones ìentre las im·genesî observadas sentido de responsabilidad como cien- CIENCIA ESPAÑOLA. Santiago Ramón y Cajal.
y ìlas ideas que dormitan en nuestro tÌficos y como ciudadanos. Los textos de Real Academia de CC. Exactas, Físicas y
inconscienteî. SÛlo la voluntad produce Simarro sobre la ciencia y la sociedad, Naturales. Espasa Calpe; Madrid, 2002.
el perfeccionamiento de la actividad y su lucha en pro de la causa del funda- HISTORIA DE LA NEUROLOGÍA EN ESPAÑA.
mental; de ese modo, ìel cerebro, mer- dor de la Escuela Moderna, pueden Coordinado por A. Martín Araguz. Saned;
ced a su plasticidad, evoluciona anatÛ- ponerse al lado de aquellos otros de Cajal Madrid, 2002.
mica y din·micamente, adapt·ndose pro- sobre el famoso ëproblema de EspaÒaí
Uwe Füllgrabe hacia atr·s, acciona el portero autom·- ï Un joven policÌa da el alto a un coche
tico, sale corriendo y se cae. El delincuen- que acaba de cometer una infracciÛn leve
Y
a es de noche cuando Miriam te se avalanza sobre ella y, en esa circuns- del cÛdigo de circulaciÛn. Se aproxima
se encamina de regreso a su tancia, pierde el cuchillo; la mujer grita, al vehÌculo, seguro de sÌ mismo y con deci-
casa. Desde hace muchos aÒos mientras ambos ruedan por el suelo. siÛn. En el interior del automÛvil hay
esta estudiante se desplaza ï Un drogadicto callejero cree haber reci- cuatro individuos de aspecto sospechoso.
por la ciudad en bicicleta. Cada vez que bido del cielo el encargo de matar a un El que est· sentado al volante confiesa
retorna del centro de Tubinga a su domi- policÌa. Para ejecutar su plan busca una que no lleva la documentaciÛn, pero su
cilio, en las afueras, duda entre tomar el vÌctima cerca de su casa. Observa cÛmo lenguaje corporal le transmite al policÌa
atajo de los prados de ·rboles frutales o un funcionario uniformado aguarda el la sensaciÛn de que ìhay algo extraÒo en
seguir el camino, m·s largo, paralelo a cambio de un neum·tico en la gasolinera ese casoî. Aunque lo que el agente ignora
la carretera. Hoy opta por la variante m·s de enfrente. es que el conductor tiene una pistola car-
corta. Si en multitud de ocasiones, pien-
sa, no ha pasado nada, øpor quÈ le iba a
suceder precisamente en esta ocasiÛn?
La inmensa mayorÌa de las personas 1. LA LEY DE LA CALLE.
no reflexiona nunca sobre la posibilidad Las personas violentas actúan conforme a sus propias reglas.
de encontrarse alguna vez en una situa-
ciÛn peligrosa. Y cuando se aborda este
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primera: si Èl veÌa a uno de los jÛvenes
con alg˙n arma, se la entregarÌa de inme-
diato; si se negara, avisarÌa a la policÌa.
La segunda: si encuentra a alguno de
ellos con droga, el afectado la destrui-
rÌa; si no, lo comunicarÌa a las autorida-
des. Y en tercer lugar: si este trabajador
social se enterase de que se estaba pla-
neando un atraco avisarÌa a la policÌa
para impedirlo. Adem·s, la estrategia
del tres en raya ha resultado efectiva a
la hora de evitar ser vÌctima de un cri-
men, asÌ como en las situaciones de toma
de rehenes.
Por desgracia, hay situaciones en las
que no se puede eludir el peligro, pese
a la mejor predisposiciÛn y a la m·xima
cautela. Los actos terroristas del 11 de
septiembre de 2001 han cambiado dr·s-
ticamente la sensibilidad ante el peligro
de la poblaciÛn estadounidense. Una
investigaciÛn de la AsociaciÛn Nortea-
mericana de PsicologÌa (APA) concluyÛ 4. NO ES UN DELITO INSIGNIFICANTE. Los niños y los adolescentes que se ven
que muchos ciudadanos reaccionaron chantajeados por sus compañeros deben acudir a los profesores, los padres o la policía.
ante los atentados con miedo, estrÈs,
shock o frustraciÛn, porque por primera
vez en su vida habÌan comprobado su a sus compatriotas de no colaborar en la rabia y la indignaciÛn. Irving L. Davis
vulnerabilidad. Consecuentemente se el ìjuego del terrorî; a modo de contra- (1918-1990) describiÛ el caso de un
extendiÛ por toda la naciÛn un senti- partida, propuso un plan de acciÛn que baÒista que luchÛ con Èxito durante cua-
miento de debilidad y de impotencia, animara a marcar nuevas prioridades: tro horas para no morir ahogado en el
Los terroristas habÌan alcanzado asÌ el valorar m·s las relaciones interperso- mar: pensaba en su familia y sus ami-
objetivo perseguido. Philip Zimbardo, nales que las ventajas materiales y, sobre gos y recordaba conversaciones Ìntimas
presidente de la APA, previno entonces todo, tomar conciencia de que se puede al calor de la chimenea. Su identifica-
hacer frente con Èxito incluso a las ame- ciÛn con un grupo le insuflÛ una enorme
nazas m·s extremas. confianza: ìT˙ eres irlandÈs, no te pue-
Al Siebert entrevistÛ, a lo largo de des dar por vencidoî. TambiÈn se repe-
CORBIS
muchos aÒos, a personas que habÌan su- tÌa a sÌ mismo frases de ·nimo como
perado peligros y cat·strofes. PretendÌa ì°lo est·s haciendo muy bien!î o recor-
rastrear el misterio de las ìpersonali- daba otras situaciones pasadas de cri-
dades supervivientesî. De su trabajo se sis, que habÌa sabido superar, por ejem-
extraÌa la conclusiÛn de que esas per- plo un grave accidente de automÛvil.
sonas tendÌan a controlar su propia exis- A la postre, la clave de la superviven-
tencia y, cuando se cruzaban sucesos cia consiste en no desesperarse, ni
graves en su camino, daban un giro radi- siquiera en las situaciones que parecen
cal a su vida. cerradas a toda esperanza.
Un superviviente de una cat·strofe
no se considera, en situaciones de cri-
sis, una vÌctima ineluctable. Intenta
abordar los problemas con humor y
UWE FÜLLGRABE, del Instituto Policial de
sosiego. Por paradÛjico que parezca,
la Baja Sajonia en Hannoversch Münden, se
no se cierra en sÌ mismo: su pensa-
dedica al estudio de la psicología de perso-
miento y su acciÛn se centran en los nalidad criminal.
dem·s. Su atenciÛn se dirige a la fami-
lia, el equipo de trabajo, el cÌrculo de
Bibliografía complementaria
amigos. De ahÌ que estas personas reac-
cionen ante los cambios en su entorno KRIMINALPSCHYCHOLOGIE - TÄTER UND OPFER
de manera harto sensible. IM S PIEL DES L EBENS . U. Füllgrabe. Edition
3. FORTALEZA PSIQUICA.
activar el ìsistema inmunitario psico-
lÛgicoî. Para superar los sentimientos
P SYCHOLOGIE DERE IGENSICHERUNG. Ü BER -
LEBEN IST KEIN Z UFALL . U. Füllgrabe.
Un elemento de la filosofía oriental de desesperaciÛn ayuda mucho pensar R. Boorberg Verlag; Suttgart, 2002.
consiste en controlar los propios miedos. en las personas queridas, sin descartar
L
a conciencia, antaÒo refugio de un diferente: la atribuciÛn de libre albedrÌo Rose Markus, se hallan en la mÈdula de
pensamiento que se resistÌa al al yo, autor responsable de mis accio- las identidades individuales.
hurac·n arrasador de la filosofÌa nes. Si la experiencia consciente de la øCÛmo pasan los niÒos al yo explÌcito,
analÌtica, ha devenido en centro de la ejecuciÛn de una acciÛn muestra cohe- a la manifestaciÛn de conciencia? øPor
investigaciÛn neurolÛgica. Ante ese giro rencia sem·ntica, vale decir, una sensa- quÈ parece en algunos casos, asÌ en el
copernicano comienza a hablarse de ciÛn de la prioridad en el tiempo y un autismo, frustrarse ese tr·nsito? De esta-
ìrecuperaciÛnî, ìredescubrimientoî e sentido de exclusividad ante otras fuen- blecer el puente entre el yo implÌcito y
incluso de ìexplicaciÛnî de la concien- tes posibles, entonces el yo se apropiar· el yo explÌcito se encargan, seg˙n Marc
cia, pese a seguir envuelta todavÌa en el de la autorÌa. Pero se trata de una sim- Hauser, los ìmacromoduladoresî, solu-
misterio. A ella se le consagran estudios, plificaciÛn, interesada y sesgada, que le ciones adaptativas ante problemas re-
congresos y hasta revistas especializa- llevar· a atribuirse incluso acciones de currentes en el entorno del organismo,
das. Merece, pues, la pena asomarse al las que no es autor. Para Wegner, los inmunes a la contraprueba y difÌciles
estado de la cuestiÛn. Representativo de humanos desarrollaron en el curso de la de romper, una vez establecidas. A cada
los trabajos que abordan el lugar de la evoluciÛn mecanismos adecuados para macromÛdulo le corresponde una se-
conciencia en el sujeto es The Self. From interpretar los motivos, los objetivos y cuencia r·pida, autÛmata e inconsciente
Soul to Brain. Sobre los lÌmites genui- las intenciones de los otros, a los que con- de acciÛn. La exigencia adaptativa de
nos y naturaleza de la conciencia, sÌr- firiÛ una valoraciÛn moral. Esos mismos una acciÛn r·pida impone la disociaciÛn
vannos el sumario de Zeman (Cons- mecanismos se moldearon luego para entre reacciÛn y percepciÛn. De ese modo,
ciousness) y la monografÌa de Koch (The enjuiciar los actos propios. la acciÛn podrÌa proceder desinhibida.
Quest for Consciousness). De cuantos En lÌnea con LeDoux, para quien el Macacos y niÒos muestran esa disocia-
libros acometen la proyecciÛn de la con- yo no es m·s que un conjunto de recuer- ciÛn a travÈs de la incapacidad de con-
ciencia en su intencionalidad destaca dos, o almacÈn de sinapsis, Daniel Schac- trolar sus propios actos. Pero lo que en
Taking Action. ter identifica tambiÈn sujeto y memoria, el simio es limitaciÛn cerebral definitiva,
En la configuraciÛn de la individua- si bien dando un rodeo por los fallos de en los humanos se salva con el desarro-
lidad dominan los procesos inconscien- los sistemas de memoria. AtaÒen direc- llo de la corteza prefrontal. Hacia la mitad
tes. Al conjunto de los mismos Joseph tamente al yo los errores de falsa atri- del segundo aÒo, postula Michael Lewis,
LeDoux denomina yo implÌcito; cuando buciÛn y los errores de sesgo. Se mani- emerge el yo explÌcito, consonante con
pasamos al campo de la conciencia, se fiestan los primeros en nuestra memoria tres aspectos clave del perÌodo: el de-
habla del yo explÌcito. DefinirÌan al pri- de acontecimientos del pasado, que tras- sarrollo del reconocimiento de sÌ mismo,
mero las funciones perceptivas, la memo- ciende la evocaciÛn explÌcita de expe- el uso de los pronombres y adjetivos per-
ria y las emociones, que han persistido riencias; en realidad, sÛlo reparamos en sonales (mÌo, mi) y el comienzo del juego
y se han refinado en el curso de la evolu- la sustancia de lo que acontece, no en deseado. Por lo que concierne a la apa-
ciÛn. En la selecciÛn natural y adapta- los detalles. Y asÌ creamos nuestro yo fic- riciÛn de la capacidad de seguir las inten-
ciÛn, ponen su ˙ltima razÛn numerosas ticio. Caemos en errores de sesgo por ciones de los dem·s, Francesca HappÈ
propuestas sobre la naturaleza del sujeto. nuestra tendencia a interpretar el pasado seÒala que esa actividad, implÌcita y auto-
Tal, la idea de la ficciÛn del yo, defen- de una manera que refuerza el yo y por m·tica en un comienzo, alcanza con la
dida por Michael Gazzaniga. Sostiene nuestra inclinaciÛn a mantener la cohe- edad el nivel de representaciÛn explÌ-
el autor de The Mind¥s Past que el pro- rencia de un yo a lo largo del tiempo. cita. Pero ese puente no se tiende en el
4
1. HEMISFERIO DERECHO. Los números
indican las áreas principales: 1, lóbulo
frontal; 2, lóbulo parietal; 3, lóbulo
temporal; 4, lóbulo occipital.
2. ILUSION DE INCLINACION.
Las dos retículas centrales de cada son vÌvidos y ricos en informaciÛn. Sin cibirse deî (awareness) y ìconcienciaî
imagen (A y B) son paralelas, sin embargo, olvidar que la visiÛn es m·s f·cil de enga- (consciousness), una particiÛn clave para
parecen convergentes en virtud del efecto Òar que cualquier otro de los sentidos: David Chalmers, quien defiende la irre-
de la retícula circundante.
la comprensiÛn de la base neuronal de ductibilidad neuronal de ciertas pro-
las ilusiones Ûpticas puede enseÒarnos piedades de la experiencia. El autor de
mucho sobre la base fÌsica de la con- The Conscious Mind declara que no se
ciencia. Koch vincula la experiencia puede trasladar el lenguaje de la expe-
ciÛn a la sensaciÛn. A esa conciencia pri- consciente a la concepciÛn jer·rquica riencia al lenguaje del cerebro. Hay un
maria aÒaden una segunda, reflexiva, de tradicional sobre el an·lisis visual de los vacÌo de explicaciÛn entre los aconte-
orden superior. objetos. En el marco de su modelo, se cimientos fÌsicos y los acontecimientos
En su proyecto de buscar un sustrato darÌa una especificidad creciente, de mentales. Puede explicarse el correlato
material de la mente, en realidad de iden- ·reas corticales secundarias concatena- fÌsico de la conciencia, lo que Chalmers
tificar una y otra, Crick y Koch espera- das, para clases particulares de estÌmu- denomina ìapercibirse deî, pero dar
ban poder generalizar los CNC de la per- los, que concluirÌan en representaciones cuenta de la conciencia requiere un paso
cepciÛn visual consciente: describir todos explÌcitas de estÌmulos complejos por ulterior, para lo que habr· que idear nue-
los fenÛmenos de la conciencia mediante neuronas de la corteza inferotemporal. vas leyes psicofÌsicas; en concreto, Èl
una red extensa y difusa de neuronas, con- Estas neuronas serÌan genuinos CNC. apunta hacia principios de coherencia
gregadas en una combinaciÛn singular Tenemos, propone, conciencia de obje- estructural. A la exigencia de nuevas
de propiedades moleculares, farmaco- tos e interpretaciones, no experiencias leyes se suma Roger Penrose. Reconoce
lÛgicas, biofÌsicas y anatÛmicas. Iden- en bruto, qualia. que la fÌsica de nuestro tiempo no est·
tifican los correlatos neuronales de la La tesis de Crick y Koch se sustancia capacitada para explicar la potencia
conciencia con el conjunto mÌnimo de en un apotegma: la conciencia emerge de intuitiva de los matem·ticos. Apela a
mecanismos y acontecimientos cere- las caracterÌsticas neuronales del cerebro. una teorÌa de la gravedad cu·ntica,
brales que basta para crear un sentimiento Se comprender· tal emergencia si aten- inÈdita a˙n, que nos revelarÌa de quÈ
consciente especÌfico. Sostienen que el demos a la capacidad de las coaliciones modo la conciencia puede ejecutar pro-
procesamiento inconsciente se extiende de neuronas de aprender a partir de las cesos imposibles de obtener con un com-
hasta los escalones superiores de la interacciones con el entorno y a partir de putador. Y concede a los microt˙bulos
mente. Los CNC implican la actividad sus propias actividades internas. TambiÈn, celulares, proteÌnas citoesquelÈticas
de excitaciÛn de las neuronas en el pro- si reparamos en la potencialidad de las autoensamblantes, un papel decisivo en
sencÈfalo. Por actividad de excitaciÛn neuronas: entidades complejas con miles la mediaciÛn de los estados cu·nticos
entienden la secuencia de pulsos, de una de informaciones aferentes y eferentes. coherentes a travÈs de grandes pobla-
dÈcima de volt y de 0,5 a 1 milisegun- Sus interconexiones, las sinapsis, son ciones de neuronas.
dos de duraciÛn, que las neuronas emi- m·quinas moleculares equipadas con Frente a posiciones mesuradas, que
ten cuando se excitan. algoritmos de aprendizaje que modifi- reclaman rigor cientÌfico y evitar una gra-
Optaron por el sistema visual en con- can su intensidad y din·mica a travÈs de tuita extrapolaciÛn a estados conscien-
sideraciÛn a su importancia en la vida m˙ltiples escalas temporales. tes de los correlatos, bases quimioelÈc-
del hombre. Que somos seres visuales Esa tesis convive con otras que se tricas que no niegan en absoluto, gozan
se refleja en la ingente cantidad de tejido debaten en nuestros dÌas. Resulta cohe- de mayor resonancia, sin embargo, otras
cerebral dedicado al an·lisis de las im·- rente con su pensamiento que Koch no posturas radicales, que rechazan de plano
genes. Adem·s, los perceptos visuales vea razÛn para distinguir entre ìel aper- la existencia de estados conscientes.
I
mmanuel Kant habÌa limitado nues- que tiene conciencia de intentar cumplir negaciÛn de la voluntad que decide supri-
tro conocimiento al ·mbito de lo fe- con un designio. La primera es la volun- mirse a sÌ misma, por la vÌa del ascetismo,
nomÈnico, declarando incognoscible tad intrÌnseca o por antonomasia, la al decidir dejar de querer para librarse
lo que las cosas pudieran ser en sÌ mis- voluntad en general, tal como es perci- del sufrimiento que impera en el mundo.
mas. Pero Arthur Schopenhauer (1788- bida en el hombre y en el animal, mien- Llegados a este punto, Schopenhauer
1860) entiende que la esencia Ìntima de tras que la segunda es una voluntad refle- invocar· la experiencia estÈtica del goce
las cosas no serÌa sino nuestra voluntad, xiva y conforme a una determinada de lo bello, para describir esa liberaciÛn
es decir, aquello con lo que nos hallamos elecciÛn. Dentro de la cosmovisiÛn scho- del apremio de la voluntad, pues esa
m·s familiarizados, puesto que, cuando penhaueriana, esa voluntad cÛsmica suele complacencia estÈtica nos hace ingresar
miramos dentro de nosotros mismos, nos abandonar durante un instante (lo que en un estadio de pura contemplaciÛn,
encontramos queriendo algo en todo dura una vida por larga que sea) la eterna donde quedamos exonerados por un ins-
momento. Sin embargo, nuestro querer noche del inconsciente y despertar a la tante de todo querer, es decir, de cua-
no cubre, ni mucho menos, el amplio vida como una voluntad individual, para lesquiera deseos y preocupaciones, como
espectro que abarcarÌa la voluntad en retornar luego a su inconsciencia origi- si nos libr·ramos de nosotros mismos y
sentido lato, la cual comprenderÌa tam- naria tras ese penoso y efÌmero sueÒo que dej·ramos de ser el individuo que conoce
biÈn, junto a las voliciones humanas, los se parece m·s bien a una pesadilla. al efecto de su constante querer, el corre-
apetitos meramente animales y todas las Mientras dura ese trance, sus deseos lato de la cosa singular para quien los
fuerzas o energÌas inconscientes que ani- no tienen fin y sus anhelos resultan inago- objetos devienen motivos. Esos instan-
man el conjunto de la naturaleza. tables, ya que cada demanda satisfecha tes en los cuales quedamos liberados del
Ese sustrato com˙n a todos los fenÛ- engendra una nueva. Ning˙n objeto del acuciante apremio de la voluntas, como
menos es una suerte de pulsiÛn volitiva querer puede, una vez conseguido, pro- si emergiÈramos de la etÈrea gravedad
inconsciente que Schopenhauer suele curar una satisfacciÛn duradera, sino que terrestre, son los m·s dichosos que cono-
describir como un apremiante af·n o una cemos. Desde ahÌ podemos colegir cu·n
tendencia irresistible que sÛlo guarda- venturoso tiene que ser para el hombre
rÌa con la voluntad humana un lejano ver apaciguada su voluntad, no sÛlo un
parentesco. Si Schopenhauer prefiere instante, como en el goce sobre lo bello,
denominarlo ìvoluntadî, antes que ìalma sino para siempre.
del mundoî, es precisamente para empa- Aplicando a su propia filosofÌa la dis-
rentarlo con aquello que conocemos quisiciÛn kantiana entre fenÛmeno y no˙-
mejor y poder acceder asÌ a esa volun- meno, Schopenhauer asegura que se
tad cÛsmica gracias al establecimiento puede considerar a todo ser humano desde
de tal analogÌa. dos puntos de vista contrapuestos. Por
La esencia Ìntima de las cosas es com- un lado, serÌa ese individuo, plagado de
parada por Schopenhauer con una for- dolores y defectos, cuyo fugaz tr·nsito
taleza que, al mostrarse inexpugnable a travÈs de su inicio y su tÈrmino es tan
ante cualquier asedio exterior, nos hace efÌmero como el sueÒo de una sombra;
utilizar un secreto pasadizo subterr·neo mas por otra parte, tambiÈn serÌa aquel
para penetrar en su interior, y este pasa- ser originario e indestructible que se
dizo nos es descubierto merced al pri- objetiva en todo cuanto existe y que viene
vilegiado e inmediato conocimiento que a ser todo cuanto es, ha sido y ser·.
cualquiera de nosotros tiene con respecto Seg˙n Schopenhauer, al despertar del
a sus propias voliciones. Por ello hemos sueÒo de la vida, regresarÌamos nueva-
de aprender a conocer la naturaleza desde mente al estado primigenio, abando-
nosotros mismos, m·s que intentar com- nando la voluntad individual, para retor-
prendernos a partir de la naturaleza. Lo nar a la voluntad universal. Nuestra vida
que conocemos inmediatamente debe siempre se asemeja tan sÛlo a la limosna serÌa como un breve sueÒo en medio de
dar explicaciÛn de cuanto conocemos del mendigo, la cual sustenta hoy su vida la extensa noche del tiempo infinito.
mediatamente, y no al revÈs. para prolongar maÒana el tormento. Nada
Uno de sus fragmentos inÈditos re- puede conseguir que la voluntad cese de
curre al griego para subrayar las dife- querer nueva e incesantemente, pues nin- ROBERTO R.ARAMAYO codirige con Javier
rencias entre nuestra voluntad y la ori- guna satisfacciÛn logra colmar completa Muguerza la revista Isegoría en el Instituto
ginaria. Lo ˙nico primigenio es la y definitivamente aquella vasija rota de de Filosofía del CSIC, es autor de un libro
voluntad entendida como thelema, o sea, las Danaides a que se asemeja su inex- titulado Para leer a Schopenhauer y ha tradu-
como la voliciÛn pulsional ciega e incons- tinguible af·n volitivo. Por ello no cabe cido El mundo como voluntad y representación.