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Mente y

Nº 9/2004
6,5€

cerebro
• Juan Huarte de San Juan
• Espinas y filopodios cerebrales
• Estrés
• Patologías psicosomáticas
• Axiomas de la conciencia
• Comportamiento ante la violencia
00009

Niños hiperactivos
4o trimestre 2004

9 771695 088703
SUMARIO Octubre de 2004
Nº 9

10 Espinas y filopodios en el cerebro


Carlos Portera Cailliau y Rafael Yuste
Las neuronas del cerebro se hallan cubiertas de espinas y filopodios. Estos
curiosos tentáculos se mueven y podrían cambiar las conexiones del cerebro
en función de las experiencias vividas. ¿Es así como aprendemos
y almacenamos los recuerdos?

22 Patologías psicosomáticas
Michael Feld y Johann Caspar Rüegg
El miedo y el estrés nos pueden afectar
al corazón en el más literal de los sentidos.
Los nuevos descubrimientos revelan
la repercusión de los fenómenos psíquicos
sobre el organismo.

28 Estrés
Katja Gaschler
Algunas personas parecen salir más
airosas que otras a la hora de superar
tensiones extremas. ¿Disponen
ULLSTEINBILD

de un sistema de defensa más eficaz


frente al estrés?

32 Desarrollo de la percepción 72 Vivir al límite


de una intención Birger Dulz
Gisa Aschersleben Son impulsivos, provocadores y,
¿Cómo aprenden los bebés a reconocer las a un tiempo, necesitados de cariño
intenciones de otras personas y a actuar y vulnerables. Nada tiene, pues,
ellos mismos en orden a un fin? de extraño que las personas con
trastornos límite (entre neurosis,
psicosis y trastornos graves del carácter)
38 ¿Qué entender por belleza? generen una crisis relacional profunda.
Gábor Paál Con una terapia adecuada pueden
Los filósofos se suelen limitar al arte, aprender a confiar en los demás.
los psicólogos la consideran una mera
sensación placentera y el ciudadano medio
dice que es una “cuestión de gustos”.
¿Qué es, en realidad, la belleza? ¿Sólo 80 Psicología y cerebro.
una palabra? ¿Un valor? ¿Un sentimiento? La tradición española
Helio Carpintero
A la gran aportación española en torno
76 Las raíces del juego limpio al sistema nervioso, realizada por Cajal
Klaus Manhart y su escuela, la acompañan otras
Se trate de una competición deportiva especulaciones originales sobre
o de guardar cola ante un cajero, nuestro la mente y su base biológica, debidas
sentido de un comportamiento correcto a la creatividad científica de Simarro
es producto de la evolución. y de Turró.
43 Los axiomas de la conciencia
Igor Aleksander
¿Se puede aprender de los ordenadores
algo sobre la conciencia humana?
Muchos neurocientíficos lo niegan.
Opinión que no comparten algunos
estudiosos de la inteligencia artificial.

65 Síndrome por déficit de atención


con hiperactividad
Aribert Rothenberger
y Tobias Banaschewski
Los padres de los niños hiperactivos
con déficit de atención suelen estar
muy poco seguros sobre
el tratamiento más adecuado.
Los hallazgos neurobiológicos
actuales aportan datos objetivos
al debate.
CORBIS
IFA-BILDERTEAM

87 Comportamiento ante la violencia


Uwe Füllgrabe
Sólo un ejercicio reflexivo sobre
situaciones de amenaza potencial
nos prepara para enfrentarnos
a los violentos. Importa mucho
la predisposición mental.

SECCIONES
ENCEFALOSCOPIO MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD

5
Sede del CI. Pliegues de mujer. Ceguera precoz
y oído musical. 51 Neurociencia y reduccionismo. Color y dieta.
Memantina. La nicotina. Geometría en la gramá-
tica. El dolor imaginario. El gen del lenguaje. Método
psicoanalítico. Atención espacial.
RETROSPECTIVA
LIBROS
6 Juan Huarte de San Juan
(1529-1588)
La psicología diferencial y el cerebro.
92 Conciencia

ENTREVISTA ENSAYO FILOSÓFICO

48 96
Bruno Falissard: Arthur Schopenhauer:
“Las psicoterapias a examen”. La voluntad en Schopenhauer.
Mente y
cerebro
DIRECTOR GENERAL COLABORADORES DE ESTE NUMERO
JosÈ M.a Valderas Gallardo ASESORAMIENTO Y TRADUCCI”N:
DIRECTORA FINANCIERA
J. M. GARCÕA DE LA MORA: Entrevista, La nicotina; I. NADAL: øQuÈ en-

cerebro
Pilar Bronchal Garfella
tender por belleza?, Los axiomas de la conciencia, Vivir al lÌmite;
EDICIONES ANGEL GONZ¡LEZ DE PABLO: PatologÌas psicosom·ticas; JUAN AYUSO:
Juan Pedro Campos GÛmez Las raÌces del juego limpio, Comportamiento ante la violencia, MÈtodo
Laia Torres Casas psicoanalÌtico; IGNACIO NAVASCU…S: SÌndrome por dÈficit de atenciÛn
con hiperactividad; STEPHAN POHL: El dolor imaginario; F. ASENSI:
PRODUCCI”N
EstrÈs, Color y dieta; DAVID BARBERO: AtenciÛn espacial; LUIS BOU:
M.a Cruz Iglesias CapÛn GeometrÌa en la gram·tica; RAM”N CIRERA: El gen del lenguaje.
Albert MarÌn Garau
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Printed in Spain - Impreso en EspaÒa
ENCEFALOSCOPIO

Sede del CI
D escartado hace tiempo, si es que alguna vez se sostuvo más allá de una epi-
dérmica intuición, que el cociente intelectual tenga nada que ver con el volu-
men del cerebro, no se había acometido la investigación de la sede del mismo
hasta que la abordó recientemente el equipo dirigido por Richard Haier, de la
Universidad de California en Irvine. Sometieron a 47 voluntarios, de edades com-
prendidas entre 18 y 84 años, a unas pruebas de CI. Los resultados obtenidos
del ensayo oscilaban entre un cociente de 90 y otro de 155. Con un refinado
método morfométrico, separaron en su rastreo la materia gris cortical (el soma
neuronal) de la materia blanca (axón y dendritas). ¿Qué observaron? Que, en
ciertas estructuras cerebrales, y no sólo en el lóbulo frontal, el volumen de masa
gris guarda correlación con la inteligencia general, una función (g ) que se supone
se halla en la base de la capacidad mostrada en los resultados de los tests.

SCIENCE
Zonas de particular concentración de la inteligencia general (visión frontal).

Pliegues de mujer
V. E. LUDERS Y A. W. TOGA,
LABORATORY OF NEURO IMAGING, UCLA SCHOOL OF MEDICINE

VARON

P ese al menor volumen craneano y menos masa encefálica de la mujer,


comparada con el varón, en nada diverge de éste si atendemos a capa-
cidad intelectual. La explicación que esa aparente paradoja venía recibiendo
se basaba en el postulado de que la inteligencia no guardaba relación con
la masa cerebral, sino con el peso corporal. Pero en promedio las mujeres
tienen también un cuerpo menor y más ligero que los varones. No se esconde
ahí la razón. En un ensayo que se valió de la técnica de resonancia mag-
nética tridimensional, el grupo encabezado por Eileen Luders, de la Universidad
de Frankfurt, comparó el cerebro de 30 varones y otras tantas mujeres.
Observaron que la corteza cerebral femenina presentaba un patrón de sur-
MUJER
cos mucho más intenso. Acontecía eso muy especialmente en el hemisfe-
rio derecho, donde se procesan las emociones. Las posibilidades del cór-
tex podrían, pues, hallarse vinculadas a su extensión superficial; los surcos
permiten aumentarla, sin necesidad de alojar una mayor masa encefálica.
Que, además, los surcos se multipliquen en el hemisferio derecho no deja
de avalar la hipótesis de una mayor inteligencia emocional de la mujer.

En el lóbulo temporal derecho se pone de manifiesto el dispar repliegue entre


LOBULO TEMPORAL el varón y la mujer.

Ceguera precoz y oído musical


L os invidentes compensan su limitación con una finura auditiva superior que
les permite orientarse a través de los sonidos. ¿Gozan también de especial
oído musical? De la investigación realizada en la Universidad de Montreal por
el neuropsicólogo Frédéric Gougoux se desprende que los ciegos distinguen
mejor la altura de los sonidos cuando han perdido la visión en época temprana.
Con sus colaboradores acometió el siguiente ensayo con 26 voluntarios: les hi-
cieron oír pares de notas de duración variable y altura diferente; los sujetos debían
determinar si se bajaba o subía de una nota a otra. Los que habían perdido la
visión antes de cumplir los dos años, se mostraban dotados para identificar los
pequeños intervalos, en particular si las notas eran breves. Pero quienes habían
quedado ciegos más tarde y los videntes presentaban un rendimiento similar.
Tales resultados avalan la hipótesis de la plasticidad celular: en las personas
invidentes desde muy niños, ciertas áreas cerebrales dedicadas a la visión se
reorganizan para servir a la audición.

Mente y cerebro 09/2004 5


RETROSPECTIVA
Juan Huarte de San Juan
(1529-1588)
La psicología diferencial y el cerebro

José María López Piñero Òar el arte de disecar, en el que tenÌa gran de letras, pasados a otras no las pueden
experiencia, y que no mucho despuÈs comprenderî. En consecuencia, tras ex-

S
an Juan del Pie del Puerto, locali- muriÛ trabajando aquÌ. PonÌa todo su poner las generalidades, la obra incluye
dad natal de Huarte y antigua ca- empeÒo en que mis discÌpulos y yo pudiÈ- una serie de capÌtulos en los que ìse da
pital de la sexta merindad del ramos practicar muchoî. En conse- a cada diferencia de ingenio la ciencia
Reino de Navarra, era todavÌa una impor- cuencia, desde sus aÒos de estudiante, que le responde en particular y se le quita
tante plaza fuerte durante el primer cuarto Huarte estuvo familiarizado con el nuevo la que le es repugnante y contrariaî. La
del siglo XVI . Sin embargo, fue des- saber anatÛmico atenido exclusivamente palabra ìcienciaî tiene para Huarte un
mantelada en 1530, al aÒo siguiente de a lo observado en las disecciones de sentido muy amplio que abarca los sa-
su nacimiento, ante la dificultad de man- cad·veres humanos. beres, sus aplicaciones pr·cticas y su
tener una lÌnea defensiva m·s all· de El resto de su vida lo pasÛ en Linares concreciÛn social en diversas profesio-
los Pirineos. A partir de esa fecha emi- y Baeza dedicado al ejercicio profesio- nes. En primer tÈrmino, relaciona posi-
graron a Castilla muchos de sus habi- nal. Las principales noticias sobre sus tivamente la gram·tica con la memoria,
tantes, entre ellos, la familia de Huarte, dos ˙ltimas dÈcadas contin˙an siendo la dialÈctica con el entendimiento y la
que se estableciÛ en Baeza antes de 1540. las procedentes de los documentos que astronomÌa con la ìimaginativaî. A con-
AllÌ cursÛ estudios hasta obtener la licen- publicÛ hace ya sesenta y cinco aÒos tinuaciÛn, examina las ìdiferencias de
ciatura en artes, grado que recibiÛ al Mauricio de Iriarte: fue contratado como ingenioî que resultan apropiadas para
parecer en el Colegio-Universidad de la mÈdico por el Concejo de Baeza, con- la elocuencia, para el cultivo de la teo-
entonces floreciente ciudad andaluza. trajo matrimonio con una mujer proce- rÌa o la pr·ctica de la teologÌa, el dere-
En 1563 se matriculÛ como estudiante dente de la Baja Navarra, tenÌa ìcasa cho, la medicina y la ingenierÌa militar,
de medicina en la Universidad de Alcal· principalî en Linares y tambiÈn algunas asÌ como para desempeÒar el ìoficio de
y seis aÒos m·s tarde consiguiÛ en ella posesiones en la zona manchega de Reyî. La obra termina con un extenso
el grado de doctor. No suele tenerse en TarancÛn. DictÛ testamento el 25 de capÌtulo sobre ìla manera como los padres
cuenta que entre sus profesores figurÛ noviembre de 1588 y falleciÛ poco des- han de engendrar los hijos sabios y del
Francisco Valles, del que en esta oca- puÈs; en todo caso, antes de febrero del ingenio que requieren las letrasî, con
siÛn sÛlo recordaremos cÛmo explicaba aÒo siguiente, en el que ya aparece la consejos contra la esterilidad y ìpara
ìel diagnÛstico de las enfermedades documentaciÛn de sus herederos. conservar el ingenio a los niÒos despuÈs
internas y de todo lo que se oculta en lo En la misma ciudad de Baeza publicÛ de estar formados y nacidosî.
m·s recÛndito del cuerpoî: ìEsta parte Huarte en 1575 la primera ediciÛn de su El fundamento del libro de Huarte
de nuestro arte no es lÛgica ni se refiere libro Examen de ingenios para las cien- corresponde a la doctrina cl·sica seg˙n
sÛlo a la especulaciÛn, sino realmente cias, uno de los textos cientÌficos m·s la cual las ìfacultades del almaî se deri-
mÈdica y unida sobre todo a la pr·ctica. influyentes escritos por un autor espaÒol. van de la complexiÛn humoral del
Es muy ˙til pero tambiÈn muy difÌcil, El tema de la obra es la teorÌa del ìin- cuerpo, expuesta principalmente por
porque exige destreza anatÛmica, el genioî como disposiciÛn individual y Galeno en el tratado Quod animi mores
conocimiento de cada una de las partes tipificable de los seres humanos para el corporis temperamenta sequantur. Le
[del cuerpo humano] y el de las dife- ejercicio de una determinada actividad. hace, sin embargo, numerosas crÌticas
rencias y causas de cada enfermedad y Huarte distingue tres ìdiferencias de in- y rechaza frontalmente la localizaciÛn
sÌntoma... Por lo tanto, al comenzar a genioî cuantitativas o ìgrados de habili- tradicional de las ìpotencias raciona-
explicarla en los pasados cursos, me dadî y, sobre todo, tres cualitativas. Estas lesî en los ventrÌculos cerebrales:
comportÈ de modo que no osaba abor- ˙ltimas dependen del predominio relati- ìAbierta la cabeza y hecha anatomÌa del
dar las alteraciones de la m·s pequeÒa vo de una de las tres ìpotencias raciona- cerebro, todo est· compuesto de un
parte sin que yo mismo observara su lesî: la ìmemoriaî, la ìimaginativaî y el mismo modo de sustancia homogÈnea
completa formaciÛn y la expusiera a mis ìentendimientoî. La clave de su teorÌa y similar, sin variedad de partes hete-
discÌpulos con la destreza y ayuda de consiste en afirmar que ìlos que son rudos rogÈneas. Cu·l sea el uso y aprovecha-
Jimeno, muy amigo mÌo, que habÌa en una ciencia tienen en otra mucha habi- miento de ellos y de quÈ sirven en la
venido de Valencia a Alcal· para ense- lidad, y los muy ingeniosos en un gÈnero cabeza, no es f·cil determinarlo; porque

6 Mente y cerebro 09/2004


1. PORTADAS DE EDICIONES
Galeno y los anatomistas asÌ modernos cuerpo; en la cual obra, una vez dijo del Examen de ingenios (1575),
como antiguos, lo han procurado averi- Galeno que el ventrÌculo de en medio de Huarte, en italiano, latín, francés,
guar y ninguno ha dicho determinada- tenÌa la primacÌa, y en esta parte le tornÛ inglés, alemán y neerlandés.
mente ni en particular de quÈ sirve el a parecer que el postrero era de mayor
ventrÌculo derecho, ni el izquierdo, ni eficacia y valor. Pero esta doctrina no
el que est· colocado en medio de estos es verdadera ni est· fundada en buena
dos, ni el cuarto, cuyo asiento es en el filosofÌa natural. Porque no hay dos mientos sÛrdidos de la inmortalidad del
cerebelo, parte postrera de la cabeza. obras en el cuerpo humano tan contra- alma y el libre albedrÌo. A pesar de todas
SÛlo afirmaron, aunque con miedo, que rias ni que tanto se impidan como es el ellas fue, primero, prohibido en Portugal
estas cuatro cavidades eran las oficinas raciocinar y el cocerî. (1581), apareciÛ despuÈs severamente
donde se cocÌan los espÌritus vitales y Huarte tuvo que introducir abundan- expurgado en los Ìndices del Inquisidor
se convierten en animales para dar sen- tes matizaciones y cautelas para hacer General espaÒol Gaspar de Quiroga
tido y movimiento a todas las partes del su libro compatible con los plantea- (1583, 1584) y, a partir del siglo XVII ,

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2. PRIMERA DE LAS LAMINAS
sobre los “sesos y cerebro”. Calcografía
de Historia de la composición
del cuerpo humano (1564),
de Juan Valverde de Amusco.

sÛlo un hombre por pequeÒo que fuese,


y lo que es m·s de notar, que entre los
brutos animales, aquellos que se van
llegando m·s a la prudencia humana,
como es la mona, la zorra y el perro,
Èstos tienen mayor cantidad de cerebro
que los otros, aunque en corpulencia
sean mayores... no basta que el cerebro
tenga buena figura, cantidad suficiente...
sino que sus partes guarden cierto gÈnero
de continuidad y que no estÈn divisas.
Por la cual razÛn hemos visto en las
heridas de cabeza, unos hombres per-
der la memoria, otros el entendimiento
y otros la imaginaciÛn, y puesto caso
que despuÈs de sanos volviÛ el cerebro
a juntarse, pero no a la uniÛn natural
que Èl tenÌa antes... Hay por medio una
dificultad muy grande, y es que si abri-
mos la cabeza de cualquier bruto ani-
mal, hallaremos que su cerebro est·
compuesto de la misma forma y manera
que el hombre, sin faltarle ninguna de
la condiciÛn de las dichas... No hay que
dudar que los brutos animales tienen
memoria, imaginativa y otra potencia
que se parece al entendimiento... Y asÌ
vemos que hay asnos que lo son pro-
piamente en el saber y otros se hallan
tan agudos y maliciosos que pasan de
su especie. Y entre los caballos se hallan
muchas ruindades y virtudes, y unos
m·s disciplinables que otros; todo lo
cual acontece por tener bien o mal orga-
nizado el cerebroî. Incluso las dife-
rencias de la ìmemoriaî y el ìentendi-
mientoî en las edades las interpreta
mediante sus propiedades fÌsicas: ìLos
viejos tienen mucho entendimiento por-
que tienen mucha sequedad, y son fal-
tos de memoria porque tienen poca
humedad; por la cual razÛn se endurece
la substancia del cerebro, y asÌ no puede
recibir la comprensiÛn de las figuras,
como la cera dura admite con dificul-
se incorporÛ a los Ìndices de libros pro- en el desarrollo posterior de la neurofi- tad la figura del sello, y la blanda con
hibidos romanos hasta su desapariciÛn siologÌa: ìNing˙n filÛsofo duda en esta facilidad. Al revÈs acontece en los
en 1966. Entre las proposiciones con- era que el cerebro es el instrumento que muchachos, que por la mucha humedad
denadas por la InquisiciÛn espaÒola des- naturaleza ordenÛ para que el hombre que tienen en el cerebro son faltos de
taca la concepciÛn del entendimiento fuese sabio y prudente... La cantidad del entendimiento, y muy memoriosos por
como ìpotencia org·nicaî. La defensa cerebro que ha de menester el ·nima la gran blandura del cerebro, en el cual,
que Huarte hizo del cerebro como base para discurrir y raciocinar es cosa que por razÛn de la humedad, hacen las espe-
biolÛgica del comportamiento humano espanta, porque entre los brutos anima- cies y figuras que vienen de fuera, gran
no fue original, pero su formulaciÛn les ninguno hay que tenga tantos sesos comprensiÛn, f·cil, profunda y bien
clara y vigorosa, en el contexto de una como el hombre. De tal manera, que si figuradaî.
obra de tan extraordinaria difusiÛn, la junt·semos los que se hayan en dos bue- Hasta la apariciÛn de los Ìndices de
convirtiÛ en un factor de notable peso yes muy grandes, no igualarÌan los de Quiroga, el Examen habÌa tenido ocho

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ediciones en castellano, todas ellas de Hasta finales del siglo XVIII, el Examen
acuerdo con la original y con el mismo alcanzÛ ochenta y dos ediciones en siete
tÌtulo: Examen de ingenios para las idiomas: castellano, alem·n, francÈs,
sciencias. Donde se muestra la dife- neerlandÈs, inglÈs, italiano y latÌn.
rencia de habilidades que hay en los Huarte tuvo numerosos seguidores en
hombres, y el gÈnero de letras que a todos los paÌses europeos y tambiÈn
cada uno responde en particular. Al imitadores, como el italiano Antonio
exigir la InquisiciÛn que se corrigieran Zara (1615) y el espaÒol Esteban Pujasol
los pasajes censurados, Huarte se dedicÛ (1637). Su obra no solamente ejerciÛ una
en los ˙ltimos aÒos de su vida a prepa- profunda influencia en el desarrollo de
rar una versiÛn reformada. Aparte de su- la psicologÌa diferencial y la orientaciÛn
primir p·rrafos sin importancia y tam- profesional, sino tambiÈn en el de los
biÈn un capÌtulo completo, tuvo que estudios sobre el sistema nervioso.
reelaborar buena parte del libro, viÈn- Varios de sus planteamientos fueron
dose obligado a mantener en algunos asimilados o rebatidos desde el gale-
puntos tesis opuestas a las que habÌa nismo contrarreformista por libros mÈdi-
defendido. Dicha versiÛn fue publicada cos espaÒoles de los siglos XVI y XVII ,
en la misma Baeza por su hijo Luis en entre ellos, el Libro de la melancolÌa
1594, cinco aÒos despuÈs de la muerte (1585) de AndrÈs Vel·zquez, las Dis-
de su autor, con un tÌtulo algo distinto: putationes medicae (1605) de Pedro
Examen de ingenios para sciencias, en GarcÌa Carrero y las Disputationes...
el qual el lector hallar· la manera de de memoria et reminiscencia (1629) de
su ingenio para escoger la sciencia en Juan GutiÈrrez de Godoy. No obstante,
que m·s de aprovechar. Y la diferencia lo principal es que continuÛ influyendo
de habilidades que hay en los hombres, en contribuciones de la medicina euro-
y el gÈnero de letras y artes que a cada pea de finales del siglo XVIII y comien-
uno responde en particular. Llena de zos del XIX , tan distintas como el vita-
erratas y de p·rrafos confusos, contiene lismo de las Recherches anatomiques
tambiÈn algunas novedades de interÈs, sur les diffÈrentes position des glandes
entre ellas, una exposiciÛn del concepto et sur leur action (1752) de ThÈophile
de ìingenioî y un capÌtulo de ìlas dife- de Bordeu, la localizaciÛn de las ìfacul-
rencias que hay de hombres inh·biles tades psÌquicasî en los hemisferios cere-
para las cienciasî, en el que describe brales por la frenologÌa de Franz Joseph
cuatro niveles de ìinhabilidadî o falta Gall y Johann Caspar Spurzheim (1810-
de inteligencia. Este ˙ltimo se inicia 1819) y la teorÌa de la ìirritaciÛnî y las
con una crÌtica, nada encubierta, de la ìsimpatÌas org·nicasî de FranÁois
desigualdad socioeconÛmica: ìEl que Joseph Victor Broussais (1821).
naciÛ sin ingenio, ning˙n gÈnero de TambiÈn influyÛ en otras ·reas, desde
letras puede aprender... porque forzo- la Philosophia antigua poÈtica (1596)
samente se ha de contar en el n˙mero del aristotÈlico Alonso LÛpez Pinciano,
de los brutos animales y estimarse por De la sagesse (1601) de Pierre Charron
tal, puesto caso que en los dem·s bienes, y el Quijote (1605) de Cervantes ócu-
asÌ naturales como de fortuna, sea her- yo calificativo de ìingenioso hidalgoî
moso, gentil hombre, rico, bien nacido, Rafael Salillas se empeÒÛ toscamente
y en dignidad Rey o Emperadorî. Por en que era un mero ìtransporte de
otra parte, se refiriÛ a las ìinjuriasî que Examen de Ingeniosîó hasta la cul-
habÌa recibido su libro: ìAhora soy minaciÛn de la IlustraciÛn alemana en
informado que algunos han leÌdo y re- la obra de Gotthold Ephraim Lessing,
leÌdo muchas veces esta obra buscando que tradujo personalmente el libro de
el capÌtulo propio de su ingenio y el Huarte (1752).
gÈnero de letras en que m·s habÌan de El lamentable debate ideolÛgico de
aprovechar; y no lo hallando, redargu- la ìpolÈmica de la ciencia espaÒolaî
yeron el tÌtulo de este libro de falso, y convirtiÛ a Huarte en una de sus presas
que el autor prometÌa en Èl vanamente favoritas, siempre en torno al ì˙nico
lo que no pudo cumplir. Y no conten- espaÒol con difusiÛn internacionalî,
tos con esto, dijeron otras muchas inju- tÛpico que tambiÈn siguen todavÌa
rias, como si yo estuviera obligado a dar soportando Luis Vives, Monardes,
ingenio y capÌtulo en esta obra a quien Francisco Hern·ndez, JosÈ de Acosta,
Dios y naturaleza se lo quitÛî. La ver- Jorge Juan, Cavanilles, Cajal, etc., sobre
siÛn reformada fue la que se reimpri- todo por parte de los oportunistas de las
miÛ en EspaÒa durante los siglos XVII conmemoraciones. Sin embargo, los
y XVIII , mientras que las ediciones en mandarines culturales espaÒoles no han
castellano publicadas en Leiden, podido evitar que se le dediquen estu-
Amsterdam y Amberes se hicieron de dios rigurosos como los de E. Schutheiss,
acuerdo con el texto original. M. Franzbach y G. A. Perouse.

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Espinas
y filopodios
en el cerebro
Las neuronas del cerebro se hallan cubiertas de espinas y filopodios.
Estos curiosos tentáculos se mueven y podrían cambiar las conexiones del cerebro
en función de las experiencias vividas. ¿Es así como aprendemos y almacenamos los recuerdos?

Carlos Portera Cailliau traducen en recuerdos m·s o menos per- neuronas y sus conexiones. Por eso, los
y Rafael Yuste manentes las experiencias vividas. Los niÒos tienen m·s facilidad que los adul-
neurocientÌficos hablan de plasticidad neu- tos en aprender idiomas o incluso se re-

T
ras el cambio de milenio, que ronal para designar tal flexibilidad de las cuperan antes y mejor tras una lesiÛn
significÛ el fin de la dÈcada del neuronas y de los billones de conexiones cerebral.
cerebro (1990-1999), es razo- (o sinapsis) que forman entre ellas. Aunque se creÌa que la plasticidad
nable preguntarnos por los Presumiblemente, merced a esta plas- neuronal se debÌa sÛlo a cambios elec-
grandes retos pendientes en el siglo XXI. ticidad las neuronas pueden adaptarse a trofisiolÛgicos, desde hace unos aÒos la
A pesar de notables avances en todos los condiciones distintas para realizar las investigaciÛn muestra, con pruebas cre-
campos de la neurobiologÌa, quedan hazaÒas, tan complejas, de las que es cientes, que la plasticidad neuronal se
importantes misterios por resolver. En capaz el cerebro humano. La capacidad explica, en buena parte, por cambios
concreto, nos interesamos por dos cues- pl·stica del cerebro tiende a ser m·xima morfolÛgicos operados en las sinapsis,
tiones que nos parecen fascinantes: la for- durante el desarrollo, para ir disminu- que comportan alteraciones subsiguien-
maciÛn de recuerdos que almacenamos yendo luego a medida que maduran las tes en el circuito neuronal.
a lo largo de nuestra vida y el proceso
de aprendizaje.
Gracias a los estudios realizados en
humanos con lesiones cerebrales, sabe- 1. LAS DENDRITAS DE LAS NEURONAS están cubiertas de espinas. En un proceso
mos que dentro del cerebro la memoria de gradación se representa primero el cerebro de ratón adulto (a), del que se ofrece una
se estabiliza en el hipocampo, en las pro- sección coronal del cerebro (b) al nivel del hipocampo y tálamo, correspondiente al corte
fundidades del lÛbulo temporal. Pero des-
indicado por el dibujo. El corte está teñido por el método violeta de cresilo. En c, se
conocemos, entre otros aspectos nota-
bles, el mecanismo en cuya virtud las presenta, a mayor aumento, la porción de corteza indicada en el panel b. Se indican
neuronas del hipocampo establecen y las seis capas de la corteza del ratón. Hemos superpuesto el dibujo a escala de una
almacenan los recuerdos, para luego recu- neurona piramidal de capa V sobre esta sección, para resaltar el gran tamaño de su árbol
perarlos en el momento adecuado. dendrítico. En d, se presenta la imagen de una neurona piramidal de capa V de un ratón
De acuerdo con una de las teorÌas m·s de 10 días de edad, obtenida con un microscopio láser de dos fotones. La neurona fue
aceptadas, propuesta ya por Santiago marcada con una molécula fluorescente. En e, aparece, aumentado, un segmento
RamÛn y Cajal hace m·s de cien aÒos, en
de la dendrita señalada en el panel d. Obsérvese que de la dendrita sobresalen numerosas
las neuronas individuales o en los circui-
tos que integran, se producen sin cesar espinas y filopodios. En ratones jóvenes las dendritas, aún inmaduras, poseen estos dos
cambios anatÛmicos o fisiolÛgicos, que tipos de apéndices, pero en ratones adultos las dendritas sólo portan espinas.

10 Mente y cerebro 09/2004


En la corteza cerebral se producen los dices que sobresalen de los procesos den- aves: ìAdem·s, la superficie de aquÈllas
cambios m·s asombrosos. La corteza, la drÌticos de las neuronas principales de [fibras de las cÈlulas de Purkinje] parece
capa m·s superficial del cerebro, cons- la corteza. Predecesores de las espinas erizada de puntas o espinas cortas que
tituye la m·xima expresiÛn de la evolu- durante el desarrollo del cerebro son los en las ˙ltimas est·n representadas por
ciÛn del encÈfalo de los mamÌferos. En filopodios dendrÌticos. Espinas y filo- ligeras asperezas. Al principio creÌamos
la corteza se asientan la imaginaciÛn, la podios se mueven continuamente, en un que estas eminencias eran resultado de
creatividad artÌstica, el concepto del trasiego decisivo para el funcionamiento una precipitaciÛn tumultuosa de la plata;
futuro o la personalidad, entre otras fun- normal del cerebro. pero la constancia de su existencia y su
ciones genuinamente humanas. Los cam- presencia hasta en las preparaciones en
bios estructurales corticales asociados Espinas que la reacciÛn aparece con gran deli-
con el aprendizaje y la memoria ocurren Partamos de dos textos fundamentales cadeza en los dem·s elementos, nos
en especializaciones sin·pticas llama- de RamÛn y Cajal. En 1888, escribÌa, a inclina a estimarlas como disposiciÛn
das espinas dendrÌticas, que son apÈn- propÛsito de los centros nerviosos de las normalî. Y, once aÒos m·s tarde, en su

a BULBO b DORSAL
OLFATORIO
c CORTEZA
HEMISFERIO
CEREBRAL
VENTRAL
CUERPO CALLOSO

TERCER
VENTRICULO

TALAMO

ANTERIOR

CEREBELO HIPOTALAMO

MEDULA 1 mm
POSTERIOR
OBLONGATA

c d e
e

DENDRITA
APICAL
ESPINA

FILOPODIO
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

50 µm 3 µm
DENDRITAS BASALES

Mente y cerebro 09/2004 11


CHATAS FINAS CHAMPIÑON interÈs para su funcionamiento. AsÌ, en
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

la superficie terminal de las espinas que


se halla en contacto con el terminal axÛ-
nico (identificado por sus vesÌculas lle-
nas del neurotransmisor glutamato)
existe una densidad postsin·ptica, que
contiene, entre otras cosas, una red de
receptores de glutamato.
l b l b l b >> a La microscopÌa electrÛnica nos ha
a a l l a
a
la revelado que las espinas cuentan con
b a una serie de membranas que son pro-
a longaciones del retÌculo endoplasm·-
2. DIFERENTES TIPOS DE ESPINAS. Las clasificaciones tradicionales han venido
tico del citoplasma dendrÌtico. En este
org·nulo se desarrolla la sÌntesis proteica
distinguiendo entre tres tipos de espinas: chatas (o cortas), finas (o delgadas) y y en Èl se almacena el calcio. De ello se
fungiformes (o champiñón). Las diferencias se fundan en una triple característica física deduce que las espinas no sÛlo fabrican
de cada espina: longitud (l ), diámetro del cuello (a) y diámetro de la cabeza (b). proteÌna in situ, sino que posiblemente
Frente a esa tajante partición, nosotros proponemos que existe un continuo morfológico tienen que ver tambiÈn con la regula-
de espinas puesto que, debido a su motilidad, el aspecto físico de las espinas varía con ciÛn del calcio, mensajero intracelular
que controla muchas funciones nervio-
el tiempo. Así pues, hemos ordenado varios ejemplos de espinas de suerte tal que,
sas, desde la regulaciÛn gÈnica en el
en las transiciones entre clases supuestamente distintas de espinas, se da un n˙cleo hasta la activaciÛn de muchas
solapamiento o semejanza de rasgos. Obsérvese también que algunas espinas proteÌnas por fosforilaciÛn.
tienen ramas secundarias. Se ha descifrado la funciÛn de muchas
de las proteÌnas que se expresan en las
espinas. Es el caso de receptores de neu-
famosa Textura del sistema nervioso del tado un notable avance. Sabemos que no rotransmisores y de factores trÛficos,
hombre y de los vertebrados, seÒalaba: todas las neuronas est·n cubiertas de adem·s de proteÌnas de anclaje que man-
ìCuando se estudian las expansiones espinas. De ellas suelen carecer las inter- tienen los receptores en la densidad
protopl·smicas [dendritas] por el mÈtodo neuronas de la corteza, que no proyec- postsin·ptica. A ellas debe sumarse el
de Golgi, aprÈcianse algunos detalles tan sus axones mas all· del circuito local conjunto de proteÌnas reguladoras que
morfolÛgicos que conviene conocer, por- de la corteza. Por otra parte, en las den- controlan las cascadas de mensajeros
que acaso andando el tiempo alcancen dritas de las neuronas que reciben con- secundarios: proteasas, quinasas y fos-
trascendencia fisiolÛgica. Uno de ellos tactos excitadores e inhibidores (como fatasas. Y tambiÈn, las proteÌnas del ci-
es la presencia de ciertos apÈndices cor- las cÈlulas piramidales de la corteza o el toesqueleto que mantienen la estructu-
tos o espinas colaterales, nacidas en hipocampo) sÛlo las terminales excita- ra de la espina, actina incluida, la m·s
·ngulo recto del contorno de las expan- doras forman sinapsis en las espinas. abundante e importante de entre ellas.
siones dendrÌticas y terminadas por un Correspondiente al tipo de neurona o En cÈlulas reptantes (linfocitos o neu-
engrosamiento redondeado o elipsoide. de regiÛn del sistema nervioso existe trÛfilos) y en neuronas con conos de cre-
Estas espinas, mencionadas primera- una gran variedad en punto a densidad, cimiento, la actina desempeÒa un papel
mente por nosotros (...) [E]n ninguna morfologÌa y tamaÒo de las espinas. En fundamental en la propulsiÛn de estruc-
parte se ven mejor que en las ramas pro- general, sin embargo, las espinas tienen turas de membrana complejas. A travÈs
topl·smicas [dendritas] de las cÈlulas un aspecto pedunculado, con un tallo de la polimerizaciÛn de una red de fila-
Purkinje del cerebelo, asÌ como en las fino y una cabeza m·s o menos gruesa mentos de actina, las cÈlulas generan
pir·mides de la corteza cerebralî. en la punta; su longitud varÌa entre 1 y una fuerza fÌsica que empuja la membrana
Tales p·rrafos de Cajal nos retrotraen 3 micrometros. En las neuronas pira- para crear lamelipodios o filopodios, que
a su hallazgo de las espinas, con ele- midales, Peters y Kaiserman-Abramof se adhieren al substrato y, de esa forma,
gancia en el detalle y, sobre todo, con distinguieron, en 1970, entre tres tipos se mueven. Entonces, øpor quÈ est·n
una formidable intuiciÛn de su futura de espinas: chatas, finas y fungiformes. tambien llenas de actina las espinas?
importancia. Por aquel entonces, el ana- Esta variabilidad de forma y tamaÒo re-
tomista aragonÈs estudiaba las espinas percute en el funcionamiento de las es- Motilidad de espinas
con un simple microscopio Zeiss, bas·n- pinas. Importa subrayar, adem·s, que el Volvamos a Cajal y a su Textura del Sis-
dose en el mÈtodo Golgi de tinciÛn de tamaÒo de las espinas varÌa en distintas tema Nervioso del Hombre y de los Ver-
neuronas, invento de Camillo Golgi, con regiones corticales y entre diferentes tebrados (1899): ìComo parece muy ve-
quien compartiÛ el premio Nobel de me- especies animales; destacan las del lÛ- rosÌmil que las citadas espinas representen
dicina en 1906. Haciendo uso de la tÈc- bulo temporal del Homo sapiens. puntas de carga o de recepciÛn de corrien-
nica Golgi y de su formidable perspica- En 1959, Gray se apoyÛ en la micros- tes, la retracciÛn de las mismas (que de
cia, Cajal intuyÛ que las espinas serÌan copÌa electrÛnica para demostrar la exis- este modo se apartar·n de las fibrillas
el lugar donde las dendritas recibirÌan los tencia de las sinapsis entre axones y nerviosas terminales, con las cuales se
impulsos elÈctricos generados por los espinas dendrÌticas, confirmando la pro- hallan en contacto) darÌa origen a la indi-
axones. ActuarÌan como mediadores den- puesta de Cajal. Mediante esa tÈcnica vidualizaciÛn o desasociaciÛn de las neu-
drÌticos de la conexiÛn sin·ptica entre se han abordado los componentes sub- ronas. El estado de actividad correspon-
diversos tipos de neuronas. celulares de las espinas. La investiga- derÌa, pues, a la turgencia y alargamiento
Desde entonces, nuestro conocimien- ciÛn ultraestructural de las espinas ha de las espinas, y el reposo (sueÒo e inac-
to sobre estos apÈndices ha experimen- revelado que poseen caracterÌsticas de ciÛn) a la retracciÛn de estos apÈndicesî.

12 Mente y cerebro 09/2004


De esta cita se desprende que Cajal despuÈs, Lendvai y Svoboda observa- nas adultas, apenas si se aprecia dicha
ya habÌa imaginado no sÛlo que las es- ron ese movimiento en el cerebro intacto motilidad.
pinas poseÌan un mecanismo que les de animales anestesiados. AsÌ pues, las espinas de neuronas inma-
capacitaba para cambiar de forma, sino Hoy en dÌa, gracias a las investiga- duras cambian de longitud, merced a va-
tambiÈn que esa motilidad podrÌa ser ciones realizadas en los laboratorios de riaciones en su tallo. Muestran tambiÈn
uno de los mecanismos de plasticidad Matus, Yuste, Svoboda, Smith y otros, grandes cambios en la cabeza, de donde
neuronal en respuesta ante los cambios sabemos que el movimiento de las espi- sobresalen dedos de membrana. Tal am-
de actividad neuronal. Curiosamente, el nas disminuye paulatinamente durante plitud de movimiento contrasta con lo
concepto de motilidad de las espinas fue el desarrollo de las neuronas. En neuro- que sucede en las neuronas maduras, cu-
ignorado durante decenios, por la plau- yos cambios conciernen sÛlo a la cabeza
sible razÛn de que, en los estudios con
microscopÌa electrÛnica, que hacÌan uso
de tejido fijado, las espinas aparecÌan
VESICULA
rodeadas de una densa masa extrace- a DENSIDAD
lular, con poco margen aparente para la POSTSINAPTICA
motilidad.
Pero en 1977, Blomberg y Siekevitz,
de la Universidad Rockefeller y pione-
ros en la aplicaciÛn de la microscopÌa
electrÛnica a la biologÌa, cuestionaron
la idea de que las espinas fueran estruc-
turas est·ticas. Para ellos, la concentra-
ciÛn de actina en la densidad postsin·p-
tica de las espinas revelaba en Èstas una
capacidad de movimiento. En 1982, Fran-
cis Crick volvÌa a la teorÌa de Cajal; pos-
tulÛ que las espinas podrÌan ìvibrarî en
respuesta a la estimulaciÛn de sinapsis. APARATO ESPINAL
Se trataba, empero, de meras intuicio-
nes. No pudieron corroborarse hasta el
advenimiento de mÈtodos de tinciÛn fluo-
rescente refinados y tÈcnicas modernas
de microscopÌa en cultivos celulares, en
cortes cerebrales o incluso en el animal
entero, que permitieron la representaciÛn 300 nm
MITOCONDRIA
visual del movimiento de espinas.
En 1998, Fischer y Matus registraban
el movimiento de espinas en cultivos de
neuronas disociadas que expresaban la
b
proteÌna verde fluorescente. Al fotogra-
fiar las dendritas cada pocos segundos,
grabaron las primeras ìpelÌculasî de
espinas en movimiento. Un aÒo m·s
tarde, Dunaevsky, Mason y Yuste dieron
un paso adelante al demostrar que la
motilidad de las espinas ocurrÌa incluso
en rodajas de cerebro; las espinas no se
movÌan sÛlo en neuronas disociadas por
la falta de restricciones fÌsicas en un
espacio extracelular menos denso. Poco

3. ESPINA FUNGIFORME observada


a través del microscopio electrónico (a).
Puede apreciarse un botón axónico con
vesículas de glutamato que se encuentra
en relación sináptica con la cabeza
de la espina. En la ilustración inferior se
JOSEPH SPACEK Y KRISTEN HARRIS

ofrece una reconstrucción en tres


dimensiones de un segmento de dendrita,
a partir de una serie de secciones
ultrafinas de microscopía electrónica como
la microfotografía superior.

Mente y cerebro 09/2004 13


Componentes de una espina
En este diagrama se representan, esquematizados, los prin- nodina que expulsan el calcio de las reservas internas. (El
cipales componentes del citoesqueleto ( rosa ), de los recep- significado de las abreviaturas es el siguiente: D.P.S., densi-
tores y la densidad postsináptica ( azul ), así como de los dad postsináptica; A.E., aparato espinal; PRE, elemento pre-
mensajeros secundarios ligados al calcio ( verde ). En A se sináptico, es decir, el axón; POST, elemento postsináptico o
ilustra la función de la actina, componente principal del espina.)
citoesqueleto de la espina. La polimeri-
zación de los monómeros de actina
empieza con la activación del complejo
WASp/Scar/Arp2/3 y termina con la VESICULAS
proteína tapón. De esta manera, los fila- A
mentos de actina empujan la membrana
citoplasmática, en un proceso contro-
AXON
lado por las proteínas Rac y Rho. Las
Rac/
integrinas conectan la membrana con la Rho
fibronectina y otras proteínas de la matriz
extracelular. Por lo que respecta a los 70o
receptores y la densidad postsináptica
(B), sepamos que el neurotransmisor glu- ESPINA APARATO
ESPINAL
tamato, liberado por las vesículas del RETICULO
axón, se acopla a sus receptores (NMDA ENDOPLASMATICO
DENDRITA
o AMPA/KA); a partir de ese momento,
las nuevas moléculas funcionan como B C
canales para el sodio y el calcio. Los
receptores de glutamato están anclados
a la membrana celular por una serie de PRE
proteínas de la densidad postsináptica
(Homer, PSD-95, Shank, GRIP, etc.). Los
elementos pre y postsinápticos se unen
gracias a la cadherina, que a su vez se T
POS
halla anclada en el citoesqueleto de actina

REGULACION
TRANSCRIP-
mediante la β-catenina. Por fin, los men-

CIONAL
sajeros secundarios ligados al calcio (C).
Una vez dentro de la espina, el calcio se D.P.S. A.E.
acopla a la calmodulina; el complejo

CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE


CALCIO RECEPTOR RECEPTOR PROTEINA
resultante activa a la quinasa CamKII, que SODIO
AMPA RIANODINA TAPON
INTEGRINA
se encarga de fosforilar una serie de pro-
teínas que conllevan la regulación trans- GLUTAMATO RECEPTOR RECEPTOR ACTINA
NMDA Ins P3
cripcional. La concentración de calcio den-
CALMODULINA
tro de una espina se mantiene en equilibrio CADHERINA CANAL BOMBA ATPasa WASp/Scar
gracias a las acciones opuestas de una DE CALCIO DE CALCIO Arp2/3
QUINASA
ATPasa, enzima que bombea el calcio β-CATENINA ZONA ACTIVA RIBOSOMAS FIBRONECTINA CamKll
dentro del aparato espinal, y de los cana-
les de inositol trifosfato (InsP3) y de ria-

de la espina, donde el movimiento de la nas. Nos limitaremos a resaltar algunas espinas. En este contexto, Luo y Jan, por
actina bajo la superficie de la membrana de las principales vÌas reguladoras. En un lado, y Tashiro y Yuste, por otro, des-
produce una serie de pequeÒas ondula- todas las cÈlulas reptantes, la polimeri- cubrieron un control bidireccional de la
ciones que modifican ligeramente la zaciÛn de filamentos de actina constituye densidad y morfologÌa de las espinas
forma de la cabeza. En las neuronas adul- el mecanismo clave para el movimiento operado por las proteÌnas Rac y por Rho:
tas el movimiento de la cabeza de las espi- de membranas. Fischer y Matus demos- Rac aumenta el n˙mero de espinas, mien-
nas es imperceptible; cabe, sin embargo, traron que la actina cumplÌa una funciÛn tras que Rho las elimina.
que un n˙mero reducido de ellas siga principal en el dinamismo de las espi- Tashiro y Yuste han demostrado que
recicl·ndose. nas: observaron que la citocalasina, la motilidad de las espinas se halla direc-
potente inhibidor de la polimerizaciÛn tamente controlada por estas GTPasas.
Mecanismos de regulación de la actina, bloqueaba la motilidad de Pero todavÌa se desconocen los facto-
El dinamismo de las espinas se debe a las espinas. res previos que controlan las proteÌnas
una maquinaria motriz que gira en torno Otros experimentos m·s recientes han Rac y Rho, que m·s tarde regulan la ac-
a la actina. Se ha avanzado bastante en sacado a la luz el papel desempeÒado por tina. Teniendo en cuenta la importancia
la profundizaciÛn de los mecanismos la familia Rho de las GTPasas en la re- de la motilidad de cada espina para su
que controlan esta motilidad de las espi- gulaciÛn de la motilidad y reciclaje de relaciÛn sin·ptica con el axÛn, no resulta

14 Mente y cerebro 09/2004


difÌcil imaginar que existan seÒales ex- P3 P11 P18
tracelulares que intervendrÌan en la re- 0 0 0
gulaciÛn de los apÈndices dendrÌticos.
Puesto que la actividad neuronal modi-
fica la forma, el tamaÒo y la densidad de
las espinas, cabe sospechar que una de
estas seÒales extracelulares podrÌa ser
el glutamato liberado por el axÛn. De
hecho, disponemos de numerosas prue- 1,5 1,5 1,5
bas de la intervenciÛn de ese neuro-
transmisor, a travÈs de sus receptores de
las espinas, ya sea en la estabilizaciÛn
de Èstas o ya sea en el incremento de su
densidad.
Por desgracia, sigue sin conocerse la
vinculaciÛn de los receptores del gluta-
3 2,5 3,5
mato con el citoesqueleto de actina. De
acuerdo con cierta hipÛtesis, el calcio
(que entra en la cÈlula por los recepto-
res de glutamato) podrÌa activar las pro-
teÌnas Rac y Rho, a travÈs de alg˙n inter-
mediario.
Existen otras molÈculas que afectan a
las espinas, desde hormonas y esteroi- 4,5 4,5 5
des hasta proteÌnas de la matriz extrace-
lular, adem·s de neurotransmisores y
moduladores de la actividad sin·ptica. Sin
embargo, nos parece del mayor interÈs
la funciÛn que desempeÒan Rac y Rho
en la regulaciÛn de espinas; entre otras
razones, porque ciertos tipos de retraso 5,5 6 7,5
mental, en los que se han observado alte-
raciones en las espinas, se deben a muta-
ciones en proteÌnas que regulan, a su vez,
estas GTPasas.

Reciclaje de espinas
Otra de las cuestiones pendientes en 7 8 9,5
torno a las espinas concernÌa a su vida
media. Los trabajos basados en el an·-
lisis de tejido fijado, realizados en los
aÒos setenta y ochenta por Manuel Nieto

CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE


Sampedro y Cotman, sugirieron que,
despuÈs de una lesiÛn, la regeneraciÛn
de una espina con su sinapsis asociada 8,5 3µm 10 12
tardarÌa pocos dÌas en llevarse a cabo.
Aun tomando en cuenta su capacidad de
cambiar de forma en pocos segundos, se
desconocÌa si habrÌa un reciclaje de es-
pinas (apariciÛn y desapariciÛn), sobre
todo en el cerebro adulto, donde en prin-
cipio las espinas apenas se mueven.
La respuesta llegÛ el aÒo 2002, a par-
4. MOTILIDAD DE ESPINAS Y FILOPODIOS. Estas imágenes son secuencias de fotogramas
de tres películas de dendritas de neuronas piramidales de la capa V de la corteza visual
tir de sendos estudios independientes del
grupo encabezado por Svoboda y el diri- del ratón a diferentes edades, obtenidas con un microscopio láser de dos fotones. En la serie
gido por Gan. Recurrieron a ratones genÈ- de la izquierda (P3) se registra el caso de un ratón de tres días de edad: muchos filopodios
ticamente manipulados. Tras anestesiar (delgados, largos y sin cabeza en la punta) sobresalen y desaparecen en escasos minutos
a los ratones, los investigadores foto- del tallo de esta dendrita. En la serie del centro, se trata de un múrido de 11 días de edad
grafiaron las espinas de neuronas pira- (P11): en esta dendrita se observan cambios en la forma de las espinas, con espínulas que
midales fluorescentes, cada dÌa durante sobresalen de sus cabezas, pero estos apéndices son más estables que los filopodios. Por fin,
varias semanas o meses, a travÈs de una
a la derecha, otro ratón de 18 días de edad (P18), casi adulto: en esta dendrita madura
pequeÒa apertura en el cr·neo; el mÈto-
do les permitÌa examinar la misma den- la densidad de apéndices es mayor, aunque no se observan movimientos en la cabeza,
drita dÌa tras dÌa. La cosecha de resul- ni cambios en la longitud del cuello de estas espinas. Los números en blanco indican
tados fue espectacular. el tiempo transcurrido (en minutos) en la película.

Mente y cerebro 09/2004 15


En los ratones adultos m·s jÛvenes
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

A SEÑAL (GLUTAMATO?)
descubrieron que entre 25 y 50 % de las
espinas desaparecÌan o aparecÌan cada
mes. Sin embargo, seg˙n Gan, en los ra-
GAP GEF tones de edades m·s avanzadas, un 95 %
Pi Rho
GDP GTP de las espinas permanecÌa estable durante
el mismo perÌodo, lo que le indujo a su-
+ + gerir que permanecerÌan estables durante
H2O GDP el resto de la vida del ratÛn. Adem·s, el
Rho reciclaje de espinas parece estar rela-
GTP cionado con la actividad sensorial: en ra-
tones en los que el grupo de Svoboda
habÌa afeitado los bigotes, las espinas de
REGULACION DE LA ACTINA la corteza sensorial tenÌan una vida media
mucho m·s corta.
B De esos datos se desprende que nues-
Rac tra experiencia sensorial regula la for-
AS IADO ALTA DENSIDAD, maciÛn y pÈrdida de espinas. Se infiere,
DEM LAMELIPODIOS en consecuencia, que una de las posibles
funciones de las espinas consista en de-
NORMAL DEM
ASIA jar estas ìhuellasî sin·pticas como un
DO mecanismo de plasticidad neuronal que
Rho
BAJA DENSIDAD, va grabando continuamente en el cere-
CUELLOS CORTOS bro las experiencias vividas. Pero, øcÛmo
C consiguen las espinas grabar esta infor-
maciÛn? øQuÈ otras funciones podrÌan
Rac
desempeÒar las espinas?
+
NUCLEACION
Posibles funciones de las espinas
Tres funciones principales se atribuyen
a las espinas: aumentar el n˙mero de
* * * * sinapsis posibles, al prestar su estructura
? (cdc42)
+ – para conectar las dendritas con los axo-
ALARGAMIENTO
nes; mediar la plasticidad sin·ptica, al
cambiar de forma merced a alteraciones
en la actividad sin·ptica; y facilitar la
compartimentalizaciÛn del calcio.
A propÛsito de la primera, aumentar
Rho el n˙mero de sinapsis, conviene recor-
– dar que, en 1894, Cajal asignaba a las espi-
nas la tarea de aproximar las dendritas y
los axones alejados, para aumentar asÌ el
n˙mero de conexiones posibles entre ele-
mentos pre y postsin·pticos. Tres aÒos
despuÈs, el propio histÛlogo espaÒol sos-
pechÛ que la presencia de espinas in-
* * crementarÌa la superficie de la dendrita.
5. DOS ENZIMAS GTPasas, Rac y Rho, controlan el número y tamaño de los apéndices HipÛtesis que parece ser correcta en el
dendríticos. En el recuadro superior (A) se expone el tránsito desde la señal hasta la caso de las espinas de las cÈlulas cere-
regulación de la actina. En efecto, ciertas señales extracelulares (por ejemplo, el glutamato belares de Purkinje. La alta densidad de
o factores tróficos) estimulan el activador de las proteínas G (GAP) y el factor de espinas en el cerebelo permite captar to-
dos los axones de las cÈlulas de grano.
intercambio del guanosín trifosfato (GEF), que, a su vez, controlan la activación de la
Sin embargo, tal hipÛtesis no resulta
GTPasa Rho. En el recuadro central (B) se esquematizan los experimentos realizados con adecuada en el caso de las neuronas pira-
rodajas de cerebro de ratón, a través de los cuales se ha demostrado que un exceso de midales de la corteza, por la sencilla razÛn
Rac produce una alta densidad de lamelipodios, formando un pliegue ondulante de de que buena parte del tallo de sus den-
membrana. Por el contrario, una excesiva expresión de Rho causa la desaparición de las dritas est· desprovista de sinapsis y de es-
espinas, la reducción de su tamaño o ambas cosas. Por último, en C, se ilustra un modelo pinas. Adem·s, muchas neuronas del encÈ-
de la regulación de espinas dendríticas por las GTPasas de la familia Rho. En un primer falo carecen de espinas. Por ˙ltimo, hay
espinas tambiÈn en neuronas de organis-
paso, la proteína Rac se encarga de la formación de nuevos apéndices (nucleación).
mos muy primitivos (en las planarias, por
Después, otras proteínas (tal vez la GTPasa cdc-42), que también regulan la ejemplo); en Èstos, la baja densidad de
polimerización de la actina, se encargan de alargar cada espina o filopodio. Por último, axones no debiera requerir su presencia.
Rho frena este alargamiento y proliferación de apéndices, evitando así que se generen Por otro lado, las espinas tambiÈn po-
espinas demasiado largas o lamelipodios. drÌan servir para separar las sinapsis de

16 Mente y cerebro 09/2004


distintos tipos de axones. Efectivamente,

CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE


las espinas reciben sÛlo estÌmulos ex- A
2 7
citadores, que emplean el transmisor
glutamato, mientras que los axones in- 1 3 1 3 8 9
hibidores (que utilizan el transmisor
GABA) forman sinapsis directamente
con los tallos de las dendritas. 4 11 10
De todos los aspectos mencionados
de las espinas, el de su motilidad ha sido 2 4 6 5 12
el que ha despertado mayor interÈs en
los ˙ltimos aÒos. Puesto que la motili-
dad de las espinas conlleva un gasto nota-
ble de energÌa, cabe presumir que la fun-
ciÛn principal de las espinas depender· B
de esta disposiciÛn din·mica. AsÌ pues,
adem·s de las funciones que se habÌan
venido asignando a las espinas como
estructuras est·ticas, tendremos que con-
templar todas las funciones de las espi-
nas en el contexto de su motilidad.
?
Plasticidad sináptica
La segunda funciÛn principal de las espi-
INPUT 2 INPUT 2
nas concierne a su participaciÛn en la
plasticidad sin·ptica. Durante el desarro-
llo del sistema nervioso, la informaciÛn
sensorial modela los circuitos del cere- C
bro. Al principio, los mapas sensoriales
del cerebro son borrosos e imprecisos.
Mas, conforme la experiencia sensorial
va cambiando, el cerebro se acopla modi-
PLP
ficando las conexiones hasta crear el
equilibrio exacto. En los aÒos cuarenta,
Donald Hebb propuso que las neuronas
que contribuyen a excitar a una neuro-
na postsin·ptica, a la larga ver·n reforza-
das sus conexiones con esa neurona.
Paralelamente, otras neuronas que no
contribuyen a activar la misma neurona 6. TRES MODELOS PARA LA FUNCION DE LAS ESPINAS: aumento del número de
postsin·ptica perder·n sus conexiones conexiones posibles, compartimentalización y plasticidad. El primer modelo (A) propone
con la misma. Este tipo de plasticidad que la tarea de las espinas consiste en aumentar el número de conexiones posibles. En el
neuronal no sÛlo ocurrirÌa durante el de- panel de la izquierda, la configuración de los axones (rojo) y de las seis dendritas (azul)
sarrollo de las conexiones entre los Ûrga- permite, exclusivamente, el emparejamiento de los elementos pre y postsinápticos en
nos sensoriales y sus dianas en el cere- cuatro ocasiones (sinapsis 1-4). Sin embargo, la presencia de sólo una o dos espinas por
bro, sino tambiÈn en el adulto durante el
dendrita (panel de la derecha) permite la creación de un número de contactos mucho
aprendizaje y el almacenamiento de
recuerdos (plasticidad hebbiana). mayor (sinapsis 1-12), incluso entre dendritas y axones distantes. El modelo de
Ante esa situaciÛn, la pregunta resulta- compartimentalización se ilustra en B. En el panel de la izquierda, una dendrita sin
ba obligada: øexiste un mecanismo bio- espinas no podría distinguir entre elevaciones del calcio causadas por dos sinapsis
lÛgico din·mico para asegurar un grado próximas entre sí. La presencia de espinas (panel de la derecha), que acogen a un axón
tan alto de remodelaciÛn en las cone- distinto, permite la compartimentalización del calcio, para que la dendrita pueda
xiones entre neuronas que garantice este distinguir entre las dos señales. En el modelo de la plasticidad, o de reorganización de
tipo de regulaciÛn de la eficacia sin·p-
circuitos (C), la estimulación repetitiva de un axón, tal y como ocurre en los modelos de
tica basado en la actividad? Posiblemente
sÌ: las espinas. aprendizaje y memoria de la PLP (potenciación de larga duración), conlleva cambios en
En 1973 Bliss y L¯mo descubrieron el circuito mediados por la motilidad y reciclaje de espinas, que abandonan las sinapsis
que la estimulaciÛn tet·nica de deter- inactivas (rojo oscuro) por sinapsis activadas (rojo vivo).
minados circuitos del hipocampo pro-
ducÌa una forma de plasticidad sin·ptica
prolongada; la denominaron ìplastici- bando que los cambios en la actividad ciÛn sin·ptica producido por la PLP. Este
dad a largo plazoî (PLP). Hoy se acepta, producen alteraciones en las espinas y cambio morfolÛgico de las espinas apa-
sin discrepancia reseÒable, que en la PLP en sus sinapsis. Iniciaron esa lÌnea de tra- rece a los pocos minutos de la estimu-
radican las bases celulares de la memo- bajo Fifkova y su grupo, quienes demos- laciÛn y se mantiene durante al menos
ria y el aprendizaje. Desde mediados de traron que las cabezas de las espinas se 23 horas, alcanzando su m·ximo en los
los aÒos setenta se ha venido compro- ìhinchabanî tras el aumento en la fun- primeros 60 minutos.

Mente y cerebro 09/2004 17


Otros laboratorios han repetido expe- como canales y dejan pasar iones cal-
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

0
rimentos similares, llegando a conclu- cio y sodio hacia el interior de la den-
siones parecidas. Dos estudios recientes, drita. Cuando el calcio entra en la espina,
liderados por Svoboda y por Bonhoeffer desencadena una serie de reacciones,
respectivamente, registraron el creci- confinadas tambiÈn en las espinas. Entre
miento de espinas y el nacimiento de las dianas del calcio se encuentra la cal-
nuevas espinas y filopodios, tras la esti- cio-calmodulina quinasa II, proteÌna que
mulaciÛn sin·ptica de un segmento de representa una fracciÛn mayoritaria de
dendrita. Los an·lisis de las mismas den- la masa proteica de la espina. Conviene,
1,5
dritas a posteriori con microscopÌa elec- adem·s, tener en cuenta que la presen-
trÛnica sugieren que incluso las espinas cia de ribosomas y retÌculo endoplas-
que ìnacenî con la estimulaciÛn sin·p- m·tico (aparato espinal) en las espinas
tica establecen nuevas sinapsis. garantiza la sÌntesis local de proteÌnas,
Debemos suponer, pues, que en el ce- por ejemplo receptores de glutamato,
rebro las espinas se mueven constan- aislada del resto de la dendrita y de otras
temente y que, con el cambio de la acti- espinas.
vidad sin·ptica, unas desaparecen y otras Los estudios encabezados por Yuste
3 nacen, reflejando asÌ las modificaciones demostraron que la compartimentaliza-
del circuito al que pertenecen. Pero el ciÛn del calcio se debÌa a la forma de las
cambio de forma de las espinas no sÛlo espinas. DependÌa, por tanto, de su moti-
garantiza la posibilidad de crear nuevas lidad. Pero observaron, adem·s, la par-
sinapsis para modificar el circuito a par- ticipaciÛn de otras proteÌnas, que opera-
tir de las experiencias sensoriales. La ban como bombas que expulsan el calcio
motilidad de las espinas y su forma tan o como tampones que anulaban la acciÛn
peculiar proporcionan otra ventaja: la biolÛgica del calcio. Todo ello se desarro-
4,5 compartimentalizaciÛn bioquÌmica. llaba en el interior de la espina. Gracias
a ligeras alteraciones en este equilibrio
Compartimentalización del calcio entre la dendrita y las espinas,
No debemos minusvalorar la idea de una conviene recordarlo, pueden producirse
relaciÛn de causa a efecto entre los cam- algunos tipos de plasticidad neuronal,
bios en actividad sin·ptica y los cambios como la PLP. No debemos, pues, menos-
en la forma o tamaÒo de una espina. Sabe- preciar la importancia del dinamismo de
mos que el volumen de una espina es pro- las espinas para el funcionamiento nor-
porcional a la potencia del terminal axÛ- mal del cerebro, puesto que la morfolo-
6 nico registrada al otro lado de la sinapsis gÌa de las espinas, y por lo tanto su capa-
(medida por el n˙mero de receptores post- cidad de controlar la concentraciÛn del
sin·pticos y el n˙mero de vesÌculas de neu- calcio y de modificar las sinapsis, varÌa
rotransmisor listas para descarga). Adem·s, en forma con su motilidad. Es muy pro-
el tamaÒo de la cabeza y el cuello de una bable que en el futuro se descubran nue-
espina constituyen factores determinan- vas funciones para las espinas.
tes en la difusiÛn del calcio y otros com-
ponentes intracelulares de la espina. Filopodios
7 La observaciÛn de la peculiar morfo- Hasta ahora hemos ceÒido nuestro exa-
logÌa de las espinas moviÛ a estudiar sus men a las espinas, que cubren las den-
compartimentos bioquÌmicos. Las cabe- dritas de neuronas del cerebro adulto.
zas de las espinas (menos de un femtoli- Pero en el curso del desarrollo se origi-
tro de volumen) se unen a la dendrita por nan otras estructuras apendiculares en
un tallo bastante largo (m·s de un micro- las dendritas: los filopodios. Una vez
5 µm
metro) y estrecho (menos de 0,2 micro- m·s, fue Cajal el descubridor, en el sis-
metros). En razÛn de esa configuracion, tema nervioso inmaduro de un gato de
7. MOTILIDAD DE LOS FILOPODIOS el cuello constituye una barrera contra
la difusiÛn de macromolÈculas, aislando
1 mes de edad, de proyecciones dendrÌ-
ticas alargadas y finas, diferentes de las
DENDRITICOS: diferencias entre
a la espina del resto de la dendrita. Hasta espinas. En 1934 escribÌa: ìLas espinas
filopodios de punta y filopodios de tallo la fecha, el confinamiento mejor estu- parecen un poco m·s largas y frecuen-
de dendrita. En la secuencia de diado ha sido el del calcio. En particu- temente est·n curvadas. (...) Lo que lla-
fotogramas de una dendrita basal de lar, a travÈs de los trabajos experimen- ma la atenciÛn no es sÛlo la mayor lon-
neurona piramidal de capa V de un ratón tales realizados por uno de los autores gitud de los apÈndices, sino tambiÈn la
de tres días de edad se aprecia el (Yuste) y sus colaboradores a lo largo de frecuencia con la que se dividen y los
dinamismo de los filopodios que surgen los ˙ltimos diez aÒos. Durante la acti- cambios de direcciÛn de sus ramillas
vaciÛn de una sinapsis, el axÛn presi- secundarias. (...) Es casi seguro que se
y desaparecen de la dendrita. En la punta
n·ptico libera glutamato, neurotransmi- trata de una disposiciÛn transitoriaî.
de la dendrita existe un cono de sor que act˙a en los receptores que se Los filopodios dendrÌticos, m·s lar-
crecimiento (paréntesis blanco) en el que encuentran en la espina. gos que las espinas, pueden medir hasta
los filopodios son más largos y más Los receptores de glutamato son ma- 10 micrometros, pero son m·s finos que
abundantes. croproteÌnas. Al activarse, funcionan aquÈllas y carecen de cabezuela o bulbo.

18 Mente y cerebro 09/2004


A diferencia de las espinas, los filopo- esa hipÛtesis en la forma alargada y el Sinaptogénesis sin espinogénesis
dios no son privativos de las neuronas; dinamismo de los filopodios, que sugie- En 1977 Vaughn observÛ, a travÈs del
aparecen en las cÈlulas reptantes. Incluso ren una capacidad exploradora, parecida microscopio electrÛnico, que los filo-
las neuronas que carecen de espinas a la de los filopodios del cono de creci- podios establecÌan sinapsis. Vio tambiÈn
poseen filopodios durante el desarrollo. miento axÛnico. que, en las neuronas en desarrollo de la
La ultraestructura de los filopodios En nuestro trabajo se reconciliaban mÈdula espinal, un 70 % de las sinapsis
diverge tambiÈn de la ultraestructura de ambas funciones. Descubrimos dos tipos se producÌan en los filopodios. M·s tarde,
las espinas. En los primeros, la densi- de filopodios, uno en los conos de cre- Fiala y Harris calcularon que, durante la
dad de actina es mayor, pero no se encuen- cimiento dendrÌtico y otro en los tallos primera semana del desarrollo postna-
tra un aparato espinal. De esta alta con- dendrÌticos. Estos dos tipos de filopo- tal de la rata, un 20 % de las sinapsis del
centraciÛn de actina se deduce que los dios difieren en longitud, densidad, moti- hipocampo se hallaban en los filopodios,
filopodios se mueven. A tenor con lo de- lidad y vida media; divergen tambiÈn en mientras que el resto se presentaba en
mostrado en 1996 por el grupo de Smith, su respuesta ante cambios en la activi- los tallos de las dendritas. A medida que
los filopodios manifiestan un dinamismo dad sin·ptica. Los filopodios del cono avanza el desarrollo y aparecen las espi-
superior al de las espinas. En resumen, de crecimiento, independientes de la acti- nas, aumenta la frecuencia de sinapsis
filopodios y espinas constituyen dos tipos vidad neuronal, son m·s largos y m·s en las espinas. De nuestro propio traba-
de protrusiÛn celular distintos. din·micos, pero desaparecen al cabo de jo se desprende la posible existencia de
Gracias a los estudios pioneros de la primera semana de vida postnatal en un continuo de apÈndices dendrÌticos
Morest sabemos que los filopodios se el ratÛn. Sin embargo, el tamaÒo y la durante el desarrollo, en funciÛn de su
manifiestan sÛlo durante el desarrollo densidad de los filopodios de los tallos motilidad y vida media. Se darÌa una
de las neuronas, mientras se modela el dendrÌticos son menores cuando se blo- transiciÛn desde el comienzo del desarro-
·rbol dendrÌtico y los primeros contac- quean los receptores del glutamato. llo postnatal, cuando las dendritas tie-
tos con los axones. M·s tarde, desapa- Adem·s, si se aplican pequeÒas canti- nen filopodios de gran motilidad y vida
recen de un modo paulatino, sustituidos dades del neurotransmisor glutamato media breve, hasta el final de la segunda
por las espinas en los tallos dendrÌticos. (usando una pipeta en proximidad de semana postnatal, cuando la mayorÌa de
En un estudio reciente, los autores del un tallo dendrÌtico), los filopodios cre- los apÈndices, alcanzada su estabilidad,
artÌculo caracterizamos la etapa de de- cen s˙bitamente, llegando a medir hasta apenas se mueven.
sarrollo de los filopodios en la corteza 10 micrometros, en tanto que no sufren Hay, pues, apÈndices similares a los
del ratÛn durante las dos primeras sema- modificaciones los del cono de creci- filopodios que nacen del tallo dendrÌti-
nas de vida. Fotografiando dendritas cada miento. Esto sugiere que los filopodios co. Pero no desaparecen a los pocos mi-
30 segundos en un microscopio de dos del tallo dendrÌtico se sienten atraÌdos nutos, sino que se estabilizan y desarro-
fotones, en neuronas intactas durante por el glutamato liberado por axones m·s llan bulbos terminales similares a los de
varios minutos, obtuvimos pelÌculas de o menos alejados de la dendrita, para las espinas adultas. Creemos, sin embar-
la motilidad de filopodios. Medimos, formar sinapsis. go, que la mayorÌa de los filopodios no
simult·neamente, la densidad, longitud,
motilidad y vida media en m·s de 1000
filopodios. 1,5 DENSIDAD (apéndices/µm) 1 MOTILIDAD (µm/30 segundos)
De los datos obtenidos se desprende
0,8
que, en la primera semana postnatal, los
filopodios tienen una vida media de unos 1
0,6
tres minutos. Si consideramos que na-
cen ~ 1,2 filopodios por minuto por cada 0,4
10 micrometros de tallo dendrÌtico, en 0,5
una neurona piramidal a esa edad con diez 0,2
dendritas de 30 micrometros de largo EDAD (días) EDAD (días)
0 0
se formarÌan y desaparecerÌan m·s de P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO
50.000 filopodios en el curso de un dÌa.
Deduciendo que estos datos se traducen
en un gasto enorme de energÌa para el 2,5 LONGITUD (µm)
14
DURACION DE VIDA (minutos)
cerebro en pleno desarrollo, resulta sor- 12
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

prendente que no se conozca todavÌa la 2


10
funciÛn exacta de los filopodios. 1,5 8

Sinaptogénesis y espinogénesis 1 6
Se les asignaban dos funciones distintas. 4
Una primera, formar espinas, se asentaba 0,5
2
en la observaciÛn de que las espinas apa- 0
EDAD (días) EDAD (días)
0
recen despuÈs de los filopodios en el de- P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO
sarrollo. Se postulaba que los filopodios
establecÌan contactos sin·pticos y, luego, 8. CARACTERISTICAS DEL DESARROLLO DE LOS FILOPODIOS en las puntas (líneas
una vez estabilizada la sinapsis, se con- rojas) y tallos (líneas azules) dendríticos en neuronas piramidales de la corteza del ratón:
vertirÌan en espinas. La segunda funciÛn
longitud, densidad, motilidad y duración media de vida. A medida que el sistema
asignada proponÌa su participaciÛn en la
generaciÛn de ramas de dendritas, guiando nervioso madura, la motilidad de los apéndices disminuye, mientras que su duración
a las dendritas en su crecimiento. Bas·base media de vida aumenta.

Mente y cerebro 09/2004 19


se convierten en espinas. Perduran esca- dundantes que pudiesen ser epileptogÈ- la funciÛn de aquellos filopodios que
sos minutos. De los 50.000 filopodios nicos. coexisten con las espinas podrÌa ser el
que sobresalen de los tallos dendrÌticos De acuerdo con otra hipÛtesis, pro- refinamiento de sinapsis, tambiÈn en fun-
en la primera semana del desarrollo, nin- puesta por Fiala y Harris, los filopodios ciÛn de la experiencia sensorial.
guno se convertir· en espina. øPor quÈ arrastrarÌan los axones hacia las dendri-
establecen sinapsis que luego no dura- tas para formar sinapsis con el tallo, Crecimiento dendrítico
r·n? Lo ignoramos. seÒalando el lugar donde luego apare- Quedan por dilucidar las posibles fun-
El hecho de que los filopodios de den- cer· una espina. No compartimos este ciones de los filopodios del cono de cre-
dritas jÛvenes (que carecen de espinas) modelo, porque los axones suelen ser cimiento. Lo mismo que en los axones,
puedan formar sinapsis, implica que una rectos y no demuestran los cambios de los filopodios del cono dendrÌtico act˙an
sinapsis podrÌa crearse y deshacerse en las ondulaciones que deberÌan existir si a la manera de antenas que rastrean el
pocos minutos. Tal vez las neuronas nece- se hallaran sometidos a constantes ìtiro- espacio extracelular y guÌan la punta de
sitan establecer sinapsis transitorias nesî por los filopodios dendrÌticos. la dendrita en la direcciÛn adecuada.
durante el desarrollo con el fin de man- Por ˙ltimo, aunque la microscopÌa Mas, a diferencia de los axones, se des-
tener cierto equilibrio de actividad neu- electrÛnica nos pone de manifiesto sinap- conoce cu·les son las molÈculas atra-
ronal. Cabe otra posibilidad: los filopo- sis establecidas por los filopodios, se yentes o repelentes que controlan este
dios podrÌan estar ìprobandoî los axones desconoce si Èstos poseen los compo- proceso en las dendritas.
cercanos para ver cu·les son los ìcom- nentes necesarios para dicho cometido. En los aÒos ochenta, Vaughn dio a co-
paÒerosî m·s adecuados. De esa manera, En otro orden, sabemos que, durante el nocer su hipÛtesis sinaptotrÛpica. A tenor
la experiencia sensorial reflejada en la desarrollo, la capacidad de plasticidad de la misma, los conos de crecimiento
actividad de los axones modificarÌa el neuronal es mayor que en el sistema ner- dendrÌticos se extenderÌan hacia fuentes
establecimiento de circuitos gracias a la vioso maduro. La razÛn estriba en la de actividad sin·ptica. Pero nosotros no
din·mica de los filopodios. Este tipo de motilidad de los filopodios, superior a hemos encontrado una relaciÛn clara
selecciÛn evitarÌa tender circuitos re- la de las espinas. Proponemos pues, que entre la actividad neuronal y la din·mica
de los filopodios de los conos dendrÌti-
cos. Esperamos que en los prÛximos aÒos
9. NO EXISTE SOLUCION DE CONTINUIDAD de los apéndices dendríticos se descubran los factores que regulan el
durante el desarrollo. Los autores basaron su propuesta de esa línea de continuidad en crecimiento y la direccionalidad de los
la motilidad y duración media de vida de dichas estructuras. A medida que avanza
conos dendrÌticos.
Entre las molÈculas posibles para ese
el desarrollo de la corteza, la motilidad de los apéndices baja, mientras que aumenta su
cometido habrÌa que citar proteÌnas de
duración media de vida. Los números en blanco representan el tiempo pasado desde la matriz extracelular (la cadherina), cier-
el comienzo de la grabación de imágenes, en minutos. Importa resaltar que, en cada tos factores nutrientes o trÛficos o pro-
momento, y sobre todo en la segunda semana del desarrollo postnatal del ratón, teÌnas quimio-atrayentes (la semaforina).
pueden coexistir en la dendrita varios tipos distintos de apéndices.

0 0 1 0,5 0 0 0

DURACION DE VIDA
0
MOTILIDAD

0,5 0,5 2 2,5 4 2 2 2

MESES
1 1 4 6 6 4 4 7
2 µm/min

SEMANAS

2 6 7,5 7,5 7 6 11

3 8 9 9 9 9
DIAS
1 µm/min

HORAS
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

MINUTOS

1a SEMANA 2a SEMANA 3a SEMANA ADULTO

20 Mente y cerebro 09/2004


CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE
A B C D

P0-P1 P2-P5 P6-P15 ADULTO


SEÑAL PARA EL CONO PUNTA DE DENDRITA BOTON AXONICO APAGADO
DE CRECIMIENTO DENDRITICO
TALLO DE DENDRITA BOTON ACTIVO
AXONES
FILOPODIO CON CONTACTO ESPINA CON
FILOPODIO MOVIL SINAPTICO INMADURO SINAPSIS MADURA

10. RESUMEN DIAGRAMATICO de las funciones de los filopodios en las puntas


y tallos dendríticos de la corteza cerebral. Al nacer (A), la dendrita de una neurona a mutaciones en genes (la oligofrenina)
piramidal de la corteza cerebral del ratón ofrece un aspecto característico. La punta que regulan la actividad de las proteÌnas
de la dendrita (rojo) tiene filopodios que detectan una señal distante, a modo de antena, Rac y Rho, y podrÌan causar asÌ altera-
ciones en las espinas o filopodios. Por
que guía el crecimiento de la dendrita; el tallo de la dendrita (azul) carece de filopodios.
eso pensamos que la investigaciÛn de
Transcurrida una semana (B), los axones han adquirido cierto desarrollo y algunos de estos diminutos apÈndices dendrÌticos
sus botones descargan glutamato, neurotransmisor que atrae a los filopodios del tallo se ver· recompensada por sus conse-
dendrítico. Los filopodios del cono de crecimiento dendrítico siguen rastreando su señal, cuencias en la neurologÌa. En cualquier
ignorando el glutamato de los axones. En la segunda semana de desarrollo postnatal del caso, no olvidemos que cada vez que el
ratón (C), la punta de la dendrita ha conseguido orientarse en la buena dirección y ser humano conquista planetas, com-
desaparecen los filopodios del cono de crecimiento. En el tallo de la dendrita, filopodios pone nuevas sinfonÌas o descubre nue-
vas medicinas, hay que dar gracias a los
y espinas inmaduras establecen contactos sinápticos preliminares con axones, que atraen
infatigables filopodios y espinas.
a los filopodios mediante el glutamato que liberan. A medida que los botones axónicos
se multiplican, lo hace también el número de apéndices dendríticos. En el cerebro adulto
(D), las sinapsis han alcanzado una mayor estabilidad. Las espinas maduras han
reemplazado a los filopodios. La densidad de apéndices en la dendrita es máxima.
RAFAEL YUSTE, profesor del departamento
de ciencias biológicas de la Universidad de
Columbia en Nueva York, dirige un grupo
de trabajo cuyo principal objetivo es el estu-
De hecho, los resultados obtenidos por Debido a su mayor motilidad, imagina-
dio de la estructura y función de los micro-
Fenstermaker y Yuste demuestran que se mos que los filopodios proporcionan una circuitos en la corteza cerebral. CARLOS
requiere semaforina 3A para la ramifi- ventaja en este proceso. Los niÒos se PORTERA CAILLIAU, neurólogo del hospi-
caciÛn dendrÌtica. recuperarÌan mejor de tales lesiones, al tal Columbia Presbyterian Medical Center,
La importancia de futuros descubri- beneficiarse de la mayor capacidad pl·s- investiga el papel que desempeñan las espi-
mientos moleculares de este tipo, tras- tica de los filopodios. nas y filopodios en la sinaptogénesis en el
cender· el simple conocimiento acadÈ- Desde el trabajo pionero de MarÌn laboratorio de Yuste.
mico, porque nos habr·n de ayudar a Padilla, en los aÒos setenta, se han publi-
manipular los filopodios para reparar cado numerosos estudios que describen Bibliografía complementaria
conexiones defectuosas del cerebro. la presencia de espinas y sinapsis defec-
S OBRE LA F UNCIÓN DE LOS F ILOPODIOS
Aunque ahora parezca ello un asunto de tuosas en los trastornos neurolÛgicos
DENDRÍTICOS. C. Portera Cailliau y R.Yuste
fantasÌa cientÌfica, la realidad es que en (demencia de tipo Alzheimer, epilepsia
en Revista de Neurología, vol. 33, n.o 12; 2001.
un siglo hemos avanzado desde el des- y otros). En el sÌndrome de Down y en
cubrimiento de las espinas y filopodios otros retrasos mentales se registra una SPINE MOTILITY: PHENOMENOLOGY, MECHA-
hasta la identificaciÛn molecular de las pÈrdida de espinas en las dendritas de NISMS , AND
FUNCTION. T. Bonhoeffer y R.
proteÌnas que regulan su motilidad en el neuronas piramidales de la corteza; en Yuste en Neuron, vol. 35, págs. 1019-1027;
contexto de aprendizaje y la memoria. su lugar aparecen apÈndices m·s finos 2002.
y m·s largos que se parecen a los filo- ACTIVITY R EGULATED DYNAMIC B EHAVIOR
Filopodios y espinas podios. Este hallazgo se ha interpretado OF E ARLY D ENDRITIC P ROTRUSIONS : E VIDENCE
en la neurología como un defecto en la maduraciÛn de las FOR DIFFERENT TYPES OF DENDRITIC FILOPODIA
øEn quÈ medida repercutir· la investi- espinas. Se desconoce la causa exacta de IN G ROWTH C ONES AND S HAFTS . C. Portera
gaciÛn b·sica en la pr·ctica clÌnica? En tal deficiencia en la transiciÛn de los Cailliau, D. Pan y R. Yuste en Journal of
casos de lesiones cerebrales, los apÈn- filopodios a las espinas, pero podrÌa resi- Neuroscience, en prensa.
dices dendrÌticos, merced a su dina- dir en un error en el desarrollo de los axo- Para ver ejemplos de películas de motili-
mismo, podrÌan restablecer conexiones nes o de las dendritas. dad de espinas consulten la página Web:
perdidas o, por lo menos, modificar las Conviene, sin embargo, no olvidar que http://www.twophoton.com/movies
conexiones para compensar los dÈficits. ciertos tipos de retraso mental se deben

Mente y cerebro 09/2004 21


Patologías
psicosomáticas
El miedo y el estrés nos pueden afectar al corazón en el más literal de los sentidos.
Los nuevos descubrimientos revelan la repercusión de los fenómenos psíquicos sobre el organismo

Michael Feld deraban la ˙lcera g·strica, la hiperten- En las enfermedades cardiocirculato-


y Johann Caspar Rüegg siÛn arterial, la neurodermatitis y el asma rias, sin embargo, parece que sÌ puede
reacciones del cuerpo ante la tensiÛn sos- establecerse alg˙n tipo de relaciÛn. A tal

G
¸nther se agarra de repente el tenida y el estrÈs psicolÛgico. Se basa- conclusiÛn llegaron Meyer Friedman y
pecho. Su corazÛn late verti- ban en los postulados del psicoan·lisis y Ray Rosenman en 1974, tras una inves-
ginosamente, sufre disnea y suponÌan que, en ìsujetos predispues- tigaciÛn que les ocupÛ varios aÒos. En
experimenta una sensaciÛn de tosî, los conflictos y las emociones repri- su opiniÛn, las personas con la persona-
muerte inminente. Diez minutos m·s midas a menudo salen a la luz en forma lidad tipo A óesto es, sujetos con ten-
tarde, llega un mÈdico de urgencias y le de alteraciones org·nicas. dencia a la ambiciÛn, la competencia y
confirma los temores: posible infarto En la actualidad, los mÈdicos de orien- la impacienciaó presentaban mayor
de miocardio. Con la batahola de luces taciÛn psicosom·tica se interesan m·s por riesgo de padecer un infarto cardÌaco o
y sirenas de la ambulancia se le traslada cÛmo se condicionan mutuamente los incluso un ataque cardÌaco mortal. Pero
al hospital. AquÌ, el obligado electrocar- acontecimientos psÌquicos y las al- el an·lisis comparado de numerosos estu-
diograma y los an·lisis sanguÌneos depa- teraciones org·nicas. Propugnan una dios no ha podido corroborar dichos
ran la primera sorpresa: ha sufrido un ìmedicina biopsicosocialî, que conjuga resultados. Con todo, puede establecerse
ìmal de primaveraî, no un infarto. ìDesde los aspectos org·nicos, mentales y socia- una relaciÛn indirecta: una personalidad
un punto de vista org·nico, usted se les del enfermar. Se guÌan por uno de los tipo A se halla inclinada de forma natu-
encuentra perfectamente. Sus dolores postulados principales de Alexander: las ral hacia el comportamiento agresivo y
tienen probablemente una causa psÌ- alteraciones psicosom·ticas surgen fre- hostil; se irritan m·s y se encuentran,
quicaî, le dice el cardiÛlogo. G¸nther se cuentemente cuando a una predispo- por tanto, m·s estresados. Con el aumento
queda de piedra. siciÛn dada se le aÒaden determinados consiguiente del peligro de sufrir pro-
øCÛmo puede la mente simular un in- factores psÌquicos, que buscan allÌ su blemas cardÌacos.
farto cardÌaco? Nuestro paciente no cons- expresiÛn. AsÌ aparecen, por ejemplo, Se ha abandonado tambiÈn la leyenda
tituye ning˙n caso especial. En casi un las ˙lceras g·stricas en sujetos previa- de la alta tendencia a los infartos por
tercio de cuantos acuden al hospital bajo mente infectados por el Helicobacter parte de los ejecutivos. No parece que
sospecha de infarto los mÈdicos no hallan pylori cuando viven en permanente estrÈs. los cuadros superiores experimenten un
ninguna causa org·nica de sus sÌntomas. riesgo superior a la media. Es cierto que
ìEs psicosom·tico.î Algunos aÒaden con Ni sagas ni mitos el estrÈs es considerado el desencadenante
un tono despectivo que las molestias se Con los datos hoy disponibles, los psico- principal de la hipertensiÛn arterial, pues
deben ìsÛloî a causas psÌquicas, quiz· som·ticos de la primera hornada cam- la hipertensiÛn constituye el factor de
fruto de la imaginaciÛn. biarÌan su forma de pensar acerca de las riesgo por excelencia del infarto. Pero
La psicosom·tica es la disciplina mÈ- disposiciones de sus pacientes. Estaban est·n aumentando las pruebas de que
dica que se ocupa de las enfermedades ellos convencidos de que habÌa deter- sÛlo un tipo especial de experiencia del
y trastornos que, al menos en parte, pre- minados rasgos de la personalidad que estrÈs produce daÒos a este nivel: el
sentan un origen psÌquico. Entra en este decretaban una proclividad especial hacia afecto negativo. Las personas con este
apartado una alteraciÛn que ha cristali- ciertos trastornos. Esta idea, muy con- trastorno existencial se encuentran angus-
zado en los ˙ltimos aÒos, de consecuen- trovertida, puede ser, al menos en parte, tiadas por encima de la media, tienen un
cias especialmente graves: el estrÈs. refutada. La ìpersonalidad cancerosaî, car·cter depresivo y suelen estar tensos.
El establecimiento de la psicosom·tica que en el reino de las sagas y los mitos Un cuadro que se corresponde mejor con
como especialidad se debe a Franz Gabriel aparece como un car·cter melancÛlico los empleados medios que con los direc-
Alexander (1891-1964). Su asentamiento e inhibido, ha quedado descartada por tivos. Bruce Jonas y James Lando han
en Alemania va ligado a la figura de Victor varios estudios. Tampoco el tinnitus o la establecido hace poco, en un estudio a
von Weizs‰cker (1886-1957), que influyÛ ˙lcera g·strica admiten una vinculaciÛn largo plazo de 13 aÒos de duraciÛn, que
en su extensiÛn espaÒola. Estos pione- inevitable con determinados atributos los sujetos de esta Ìndole estresados crÛ-
ros de la medicina psicosom·tica consi- caracterolÛgicos. nicamente son dos veces m·s suscepti-

22 Mente y cerebro 09/2004


SPL / AG. FOCUS

1. BOMBA SENSIBLE. El corazón ejerce un papel central no sólo en nuestro cuerpo


bles de padecer hipertensiÛn que los suje- sino también en nuestra cultura. Se refleja en los símbolos y en la literatura, en los
tos de control. propios modismos y expresiones de la vida diaria. Afirmamos que el miedo “nos paraliza
El ataque de p·nico de G¸nther y su el corazón”, apelamos a la confianza de nuestro interlocutor cuando le decimos algo
inaclarada opresiÛn cardÌaca, si se debie- “de corazón” y si sufrimos un desengaño amoroso se nos “rompe el corazón”. En esta
ron al estrÈs, no serÌa en su forma crÛ-
bomba sanguínea indispensable para la vida se cifran intensos sentimientos que pueden
nica, sino aguda. En el curso de este tipo
de ataques, en apariencia carentes de acabar ocasionando un infarto de miocardio.
fundamento, se desarrollan en el orga-
nismo los mismos procesos que mile-
nios atr·s ponÌan a nuestros antepasados, ritmo respiratorio se aceleran y se inten- sea cada vez mayor. Para agravar las
al sufrir el ataque de animales salvajes sifican progresivamente. Los afectados cosas, sobreviene a menudo el miedo a
o de hordas sedientas de sangre, en dis- sienten sensaciÛn de ahogo y de opre- un nuevo episodio, y el cÌrculo se torna
posiciÛn de huir o de luchar. siÛn en el pecho. La respiraciÛn ace- en espiral.
La diferencia estriba en que, en el caso lerada sin actividad corporal mina el
de G¸nther y de sus compaÒeros de infor- equilibrio del hidrÛxido de carbono san- Representación plástica del pánico
tunio, esa reacciÛn de alarma se produce guÌneo, lo que conduce al cerebro a un La tomografÌa por emisiÛn de positro-
sin que exista ning˙n desencadenante estado de hiperexcitaciÛn; se instala, asÌ, nes (PET) y la tomografÌa por resonan-
manifiesto. La frecuencia cardÌaca y el un cÌrculo vicioso que hace que el p·nico cia magnÈtica funcional (TRMf) permi-

Mente y cerebro 09/2004 23


des apartando la atenciÛn de este senti-
miento, como si no tuviera nada que ver
La psicosomática hoy conmigoî.
Pero Kant se aparta de la regla. La ma-
La medicina actual atribuye un origen psicosomático, parcial cuando menos, yorÌa de los afectados no logran sobre-
a las siguientes enfermedades: ponerse al ataque de p·nico y necesitan
ayuda psicoterapÈutica. Y urgente: la
• Aparato gastrointestinal continua opresiÛn y tensiÛn psÌquica
Trastornos relacionados con la alimentación (anorexia, bulimia, adiposidad psi- puede causar verdaderas enfermedades
cógena), estreñimiento, colon irritable, úlcera de estómago. cardÌacas que resulten en un infarto o una
parada cardÌaca.
• Sistema cardiocirculatorio Las emociones intensas e incontrola-
Hipertensión esencial, ataques de angustia y de pánico con dolencias cardía- das, como la cÛlera violenta, incremen-
cas, fobias y neurosis cardíacas, lipotimias breves (síncopes), enfermedad coro- tan el riesgo de un ataque y de arritmias
naria e infarto de miocardio. cardÌacas, que pueden poner en serio
riesgo la vida. Recientemente, Christoph
• Vías respiratorias Karle y Dierk Thomas, de la Universidad
Asma, tos nerviosa. de Heidelberg, han descubierto un me-
canismo molecular que dota de fun-
• Dolores psicosomáticos
Migrañas, “dolor abdominal de los escolares”, reuma de partes blandas, cier-
damento a esta relaciÛn. El mecanismo
tos dolores musculares (mialgias), cefaleas de tensión. en cuestiÛn se corresponde con cam-
bios en la proteÌna HERG, presente en
• Garganta/Nariz/Oídos las membranas celulares del m˙sculo
Vértigos, pérdidas auditivas, tinnitus, trastornos de la deglución, cardÌaco.

• Endocrinología Infarto por cálculo mental


Diabetes, enanismo psicosomático. Esta proteÌna es un canal iÛnico; en for-
ma de t˙nel, permite la salida de los
• Ginecología iones potasio, cargados positivamente,
Trastornos del ciclo menstrual, aborto psicógeno, embarazo psicológico, dolo- de las cÈlulas musculares cardÌacas.
res del bajo vientre. Estos poros canaliculares pierden per-
meabilidad por una alteraciÛn hereditaria
• Piel causada por una mutaciÛn: el sÌndrome
Neurodermitis, prurito psicógeno, posiblemente psoriasis. del QT largo. En situaciones de estrÈs,
la situaciÛn empeora, pues la adrena-
• También consideran algunos investigadores de causa psicosomática el estrés lina y el neurotransmisor activador del
postraumático y las parálisis psicógenas. simp·tico óla noradrenalinaó posibi-
litan que se adhiera un grupo fosfato a
un cierto lugar de las proteÌnas HERG.
El canal iÛnico asÌ modificado apenas
ten mostrar, en su registro de la activi- frecuencia cardÌaca y la presiÛn arterial, si permite el flujo de iones potasio;
dad metabÛlica y el flujo sanguÌneo de con el incremento simult·neo de la fre- aumenta entonces la excitabilidad del
determinadas regiones cerebrales, las cuencia respiratoria. m˙sculo cardÌaco y, bajo determinadas
consecuencias de los conflictos psÌqui- A veces, bastan las palabras tranqui- circunstancias, puede conducir a arrit-
cos en el terreno corporal. En el caso de lizadoras del mÈdico para salir del ata- mias peligrosas.
un ataque de angustia, por ejemplo, obser- que de angustia; pueden acompaÒarse De forma similar, una deficiente irri-
vamos una amÌgdala especialmente irri- de ejercicios de relajaciÛn o de la llamada gaciÛn del m˙sculo cardÌaco ótambiÈn
gada y activa. La amÌgdala pertenece al ìbiorretroalimentaciÛnî, que permite debida al estrÈsó puede producir una
sistema lÌmbico, responsable de las emo- percibir conscientemente el latido car- descompensaciÛn. Realizar un simple
ciones y central de control cerebral de dÌaco y la respiraciÛn y, a partir de ahÌ, c·lculo mental r·pido puede desenca-
los sentimientos de miedo e ira, entre controlarlos a voluntad. A otros pacien- denar a veces este efecto. Corren espe-
otros. tes sÛlo hay que garantizarles que un cial riesgo las personas que padecen un
Estas emociones producen reacciones pulso acelerado o una respiraciÛn agi- previo estrechamiento de los vasos coro-
corporales muy caracterÌsticas: no sÛlo tada no significa la antesala de la muerte. narios: el estrÈs mental, asÌ como las
modifican los gestos y la mÌmica, sino Pueden asÌ evitar la formaciÛn del cÌrcu- emociones negativas, del tipo del enfado
que adem·s instan la sudoraciÛn angus- lo vicioso. o de la ira, provocan en ellos ataques
tiosa y las palpitaciones cardÌacas. Estas Immanuel Kant (1724-1804) nos ofre- cardÌacos con una facilidad muy por
˙ltimas dependen de una parte del siste- ce un ejemplo ilustrativo. En uno de sus encima de la media. En investigaciones
ma nervioso vegetativo: el ìsimp·ticoî, ˙ltimos escritos, el filÛsofo de Kˆnigs- de amplio alcance, como la acometida
que activa el sistema lÌmbico a travÈs del berg dejÛ constancia de la opresiÛn car- por Michael Marmot, epidemiÛlogo del
hipot·lamo y del tronco encef·lico. El dÌaca que padeciÛ durante toda su vida Colegio Universitario de Londres, se
simp·tico, de una manera directa a tra- y de la forma en que se sobrepuso: ìLa ha puesto de manifiesto esa circuns-
vÈs de sus fibras nerviosas o indirecta opresiÛn me ha seguido quedando (...) tancia: en tales pacientes los vasos san-
mediante la liberaciÛn de adrenalina por Pero he conseguido dominar completa- guÌneos pueden sufrir una obstrucciÛn
las gl·ndulas suprarrenales, aumenta la mente su influencia sobre mis activida- pasajera.

24 Mente y cerebro 09/2004


2. ¿FALSA ALARMA? No siempre el
dolor en la región cardíaca y la disnea
se corresponden con un infarto. En estos
casos el diagnóstico más común es
el de “ataque de angustia psicógeno”.

La realidad puede ser incluso peor. En


ocasiones, se adhieren fijamente a las
paredes vasculares placas ateromatosas
que ciegan los vasos de manera perma-
nente. Debido a ello, una parte del m˙scu-
lo cardÌaco no recibe flujo sanguÌneo y
muere. En otras palabras, se produce un
infarto de miocardio. El infarto bloquea,
adem·s, el flujo elÈctrico del corazÛn,
con lo que puede desencadenarse la
temida fibrilaciÛn ventricular. Cuando
se produce la fibrilaciÛn, las fibras mus-
culares cardÌacas dejan de contraerse de
un modo armÛnico para hacerlo de forma
convulsiva y caÛtica. El corazÛn no puede
bombear suficiente sangre al organismo
y el cerebro tampoco recibe el oxÌgeno
requerido. En consecuencia, el paciente
pierde la consciencia y muere en el inter-
valo de unos pocos minutos, a no ser que
un impulsor de corriente aplicado con ese

ULLSTEINBILD
fin vuelva a acompasar correctamente el
corazÛn.

Las raíces de la angustia


Se cuentan por millones las personas que sufren ansiedad. tes a su nacimiento, y luego suspendieron el tratamiento.
Este trastorno psíquico, causado por situaciones de tensión, Las crías llegan a ser adultos “normales”, capaces de afron-
se vive siempre como la inminencia de un acontecimiento tar unos riesgos mesurados. Y, al revés, los que no recibie-
desagradable o peligroso. Hoy día se sabe que la ansiedad ron antibióticos durante algunas semanas críticas siguen
tiene un desencadenante biológico: un neurotransmisor, la siendo ansiosos toda la vida, incapaces de afrontar cual-
serotonina, sería secretado en cantidad insuficiente o bien quier situación estresante. La situación no cambia ya, aun-
los receptores de esta sustancia serían insuficientes en número que después se les administren antibióticos.
o permanecerían inactivos. En la Universidad de Columbia, Así pues, el que durante la infancia se establezca un com-
el grupo dirigido por René Hen ha equipado a unos rato- portamiento sereno pasa por la síntesis de una cantidad sufi-
nes con un “interruptor” genético regulable, que permite ir ciente de receptores de la serotonina. Durante este período,
variando la cantidad de receptores de serotonina presentes el cerebro es plástico; las neuronas se conectan unas a otras
en sus cerebros. Han observado que los animales que no han en parte por influjo de la serotonina y de su receptor. La
sintetizado receptores durante las primeras semanas de vida concentración de serotonina, que aumenta durante este pe-
son ya irreversiblemente ansiosos. ríodo, parece hallarse modulada por ciertos factores exter-
Los ratones genéticamente modificados están provistos de nos, en concreto por las situaciones de estrés. Así, entre los
un ADN controlado por medio de un antibiótico: cuando lo monos, los pequeños cuya madre ha tenido que luchar mucho
ingieren, se fija éste en una región reguladora del gen que para procurarse el alimento, son más ansiosos que sus seme-
codifica al receptor de la serotonina y activa la síntesis del jantes que han sido criados en la paz y la abundancia. E igual-
mismo. En ausencia de antibiótico, no se expresa el receptor. mente, los ratones amamantados con frecuencia por su madre
Los ratones han sido sometidos a pruebas en el laborato- son menos ansiosos que otros privados de tal atención.
rio. Los que desde que nacieron no han recibido antibióti- Respecto al hombre, se cree que diversos factores de estrés
cos en la alimentación afrontan con buen éxito situaciones que incidieran en su infancia favorecerían el estableci-
angustiantes, como, por ejemplo, atravesar puentes o ir a miento de la ansiedad en la edad adulta. Estos resultados
buscar comida en un entorno desconocido. Los otros son indican que la ansiedad puede efectivamente introducir-
incapaces de ello: los cohíbe el estrés anejo a la novedad. se ya al comienzo mismo de la vida, y ello de forma irre-
A continuación los biólogos han administrado antibió- versible.
ticos a ciertos ratoncillos durante las primeras semanas siguien- L A R EDACCIÓN

Mente y cerebro 09/2004 25


En los aÒos noventa, James E. Skinner, tronco encef·lico y el simp·tico. Del El prosencÈfalo aparece, pues, impli-
del Instituto Delaware Totts de Inves- resultado del ensayo se desprendÌa que, cado de forma determinante en la pro-
tigaciones MÈdicas de Bangor, estudiÛ a menudo, un intenso estrÈs psicosocial ducciÛn de la fibrilaciÛn ventricular; se
las regiones cerebrales que intervenÌan óun entorno nuevo y alarmanteó daba encuentra en conexiÛn, incluso directa
en tales procesos. Por modelo animal de la puntilla a los animales operados, cau- probablemente, con los cuerpos celula-
experimentaciÛn escogiÛ cerdos. AsÌ, s·ndoles una fibrilaciÛn ventricular mor- res nerviosos del simp·tico presentes en
obstruyÛ un vaso coronario para re- tal. En cambio, los cerdos con bloqueo la mÈdula espinal. Apoyada en esta vÌa la
producir el estado de los pacientes con de los nervios por el frÌo persistÌan nor- mente puede ejercer alg˙n tipo de influen-
patologÌa cardÌaca coronaria. ImplantÛ males. Y, al revÈs, la estimulaciÛn elÈc- cia positiva sobre la funciÛn cardÌaca. Es
a continuaciÛn, en algunos de ellos, ele- trica de determinadas regiones del tronco muy posible que el entrenamiento autÛ-
mentos refrigeradores para bloquear las cerebral desencadenaba ataques cardÌa- geno y otras tÈcnicas de relajaciÛn de
conexiones nerviosas entre la corteza cos y arritmias que acababan en muerte car·cter sugestivo utilicen dicho meca-
frontal y la amÌgdala, el hipot·lamo, el s˙bita. nismo. Los mÈtodos de esta Ìndole, con-
juntamente con la gestiÛn del estrÈs, mejo-
ran las tasas de supervivencia de los
pacientes cardÌacos; lo hacen con mayor
claridad que la pr·ctica cotidiana de los
deportes de resistencia. A esa conclusiÛn
llevÛ la investigaciÛn realizada en 1997
por James Blumenthal, del hospital clÌ-
nico de la Universidad de Duke en
Durham.
De hecho, las estenosis de los vasos
coronarios pueden incluso revertirse. El
grupo encabezado por Dean Ornish, del
Hospital del PacÌfico en San Francisco,
estudiÛ pacientes coronarios que durante
cinco aÒos habÌan seguido una dieta
pobre en grasas y vegetariana y habÌan
realizado actividad fÌsica regular al aire
libre. A lo largo de ese tiempo, los pro-
bandos no habÌan fumado y sÌ llevado
una vida relajada, ayudados por el entre-
namiento de control del estrÈs y terapia
de grupo. Al final del primer aÒo de este
estilo de vida sano y libre de estrÈs, el
estado de sus coronarias habÌa mejorado
notablemente.
La transformaciÛn de estructuras cor-
porales a travÈs de la psicoterapia se evi-
dencia en los pacientes aquejados de
dolor. Pierre Rainville, de la Universidad
de Montreal, puso en pr·ctica con estos
pacientes un proceder que utilizaba la
sugestiÛn o la llamada imaginaciÛn diri-
gida; comprobÛ que con tales mÈtodos
se mitigaba el dolor. Animado por el re-
sultado, se propuso investigar la reper-
cusiÛn de dichos procedimientos sobre
el cerebro. Con ayuda de la tomografÌa
por emisiÛn de positrones descubriÛ que
el giro cingular (regiÛn cerebral res-
ponsable de la percepciÛn dolorosa cons-
ciente) aparecÌa menos irrigado y menos
activo, sin mayor intervenciÛn que el
di·logo con el paciente.

3. NO ES LA “ENFERMEDAD DEL
EJECUTIVO”. La pasión por el trabajo
y el continuo ajetreo no tienen por qué
llevar a un infarto de miocardio.
Sí probablemente, en cambio,
ZEFA

el malhumor y la irritación continua.

26 Mente y cerebro 09/2004


Pánico en el cerebro
En los pacientes que sufren crisis de pánico el locus PERSONA CONTROL PACIENTE CON PANICO

ANDREA LADISLAO MALIZIA ET AL


cerúleo del tronco encefálico y determinadas partes de
la corteza cerebral se muestran sumamente activos en
comparación con los agentes estresantes cotidianos; ade-
más, reaccionan de forma hipersensible ante ciertos es-
tímulos estresantes. Por el intermedio de la corteza pre-
frontal el simpático recibe esas señales y las reenvía hacia
los órganos internos. De las investigaciones con geme-
los univitelinos se desprende un posible origen genético
de la excitabilidad cerebral exacerbada: si un gemelo
padece ataques de pánico, existe un treinta por ciento
de posibilidades de que su hermano gemelar los acabe
sufriendo.
Se ha descubierto en fecha reciente que el lóbulo tempo- POSTERIOR
ral de tales pacientes es muy pequeño. Andrea Malizia, del
Hospital Hammersmith de Londres, estudió exhaustiva- COMPARADOS CON LAS PERSONAS CONTROL,
mente en 1998 la bioquímica neuronal y comprobó, mediante los pacientes con ataques de pánico poseen menos receptores
tomografía por emisión de positrones (PET), que en exten- GABAA. En estas imágenes PET el rojo y el amarillo
sas áreas cerebrales se registraba déficit de un tipo especí-
fico de receptores moleculares: los del neurotransmisor significan alto número de paquetes de receptores; y el verde
GABA (ácido gammaaminobutírico), que también acogen y el azul, escaso. Los receptores GABA se marcan con
al valium, un fármaco ansiolítico. Flumazenil C-11.
Según las imágenes obtenidas por PET, la reducción de
estos receptores afecta específicamente al córtex pre-
frontal y a la amígdala,“centro de la angustia”. Consecuen- entonces la alarma ante los motivos más nimios, a veces
temente, el GABA no puede realizar su efecto tranquili- incluso sin causa alguna que lo justifique, desatándose a
zante y el cerebro se vuelve hiperexcitable. Se dispara continuación el ataque de angustia.

El poder de la palabra Para sustraerse de ese cÌrculo vicioso, experimentado? En la mayorÌa de las
Las palabras encierran a veces el poder cada vez m·s opresor, conformado por ocasiones ambos procesos van de la
de los medicamentos. Lo ha corrobora- la enfermedad cardÌaca, el estrÈs y la mano. Cuerpo y mente se encuentran en
do Lewis Baxter, de la Universidad de depresiÛn, se recomienda una terapia una Ìntima, continua e inevitable inter-
Florida, en quienes sufren trastornos conductual cognitiva. En su transcurso, dependencia.
obsesivos, pensamientos y formas de los pacientes aprenden a dedicar m·s Los descubrimientos cientÌficos de los
comportamiento estereotipados e incon- atenciÛn a los acontecimientos y expe- ˙ltimos aÒos han demostrado que no sÛlo
trolados, que se acompaÒan adem·s de riencias positivos de la vida que a los los fenÛmenos corporales pueden mo-
un intenso sentimiento de angustia. En negativos. Sirve de ayuda para el con- dificar los estados mentales y los sen-
estos procesos se registra un aumento trol del estrÈs el apoyo proporcionado timientos, sino que, a su vez, tambiÈn las
dr·stico del flujo sanguÌneo y el metabo- por el entorno social, asÌ como el con- emociones y los pensamientos pueden
lismo en el n˙cleo caudado. Las terapias tacto con personas que gocen de la con- dar lugar a vigorosas reacciones or-
conductuales pueden controlar estos cam- fianza del paciente. Por eso, los pacien- g·nicas, hasta llegar incluso a causar la
bios con la misma eficacia que los moder- tes cardÌacos casados o con una relaciÛn muerte.
nos psicof·rmacos, como los inhibido- estable tienen, por tÈrmino medio, mayor
res de la recaptaciÛn de la serotonina. esperanza de vida. Por el contrario, la
Atemperan tambiÈn los sentimientos de pÈrdida de la pareja amada y en quien se MICHAEL FELD es doctor en medicina. JO-
angustia de los pacientes. tenÌa depositada la confianza parte lite- HANN CASPAR RÜEGG, profesor emérito,
La irritaciÛn y el malhumor no son los ralmente el corazÛn: pues, como ya probÛ enseña fisiología en la Universidad de Heidelberg.
˙nicos peligros para unas coronarias en 1969 Colin Murray Parkes, la morta-
debilitadas. Seg˙n Nancy Frasure-Smith, lidad de las viudas y los viudos aumenta Bibliografía complementaria
de la Universidad McGill de Montreal, dr·sticamente.
el ·nimo depresivo contrarresta las posi- P SYCHOSOMATIK , P SYCHOTHERAPIE UND
bilidades de recuperaciÛn de los pacien- ¿El huevo o la gallina? GEHIRN (2ª ed.). J. C. Rüegg. Schattauer;
tes cardÌacos. La depresiÛn puede deberse La psicosom·tica se debate hoy en el Stuttgart, 2003.
a estrÈs crÛnico e incontrolado o seguir sempiterno problema del huevo o la ga- BIOLOGISCHE PSYCHOLOGIE. R. Schandry y
a un infarto. Muy a menudo, los pacien- llina. øQuÈ antecede a quÈ: los factores A. Weber. Beltz; Weinheim, 2003.
tes se encuentran desesperanzados en su biolÛgicos a los psicolÛgicos, o al revÈs? NEUROBIOLOGIE DER PSYCHOTERAPIE. Dirigido
interior, pues temen no poder cumplir con øSon la ansiedad y la inclinaciÛn al p·nico por G. Schiepek. Schattauer; Stuttgart,
las exigencias cotidianas profesionales consecuencias de una alteraciÛn del meta- 2003.
o de la vida privada. bolismo cerebral o resulta Èste del miedo

Mente y cerebro 09/2004 27


Estrés
Algunas personas parecen salir más airosas
que otras a la hora de superar tensiones extremas.
¿Disponen de un sistema de defensa más eficaz frente al estrés?

Katja Gaschler Hubo que esperar hasta la guerra del tema nervioso autÛnomo y, mediante la
Vietnam para que se abordara el estudio adrenalina y la noradrenalina, coloca al

L
Ìbano, enero de 1994, en las pro- sistem·tico de esos hechos. No podÌan organismo en estado de alerta: aumen-
ximidades de Khiam. Desde pasar inadvertidos los efectos secunda- tan la frecuencia cardÌaca, la tensiÛn san-
hace cuatro meses, los 33 sol- rios sufridos por quienes tomaron parte. guÌnea y la atenciÛn. Se activa luego un
dados del contingente sueco de Entre antiguos combatientes se mul- segundo sistema, que, mediante las hor-
la ONU vienen limpiando campos de mi- tiplicaron los suicidios. Al cabo de dos monas del estrÈs que se segregan al
nas. Una misiÛn harto peligrosa. No olvi- aÒos de haber vuelto a casa, uno de cada torrente circulatorio, refuerza y prolonga
dar·n el dÌa en que les explotÛ una, que ocho habÌa caÌdo en el mundo de la droga. los fenÛmenos anteriores. En la primera
estuvo a punto de matar a uno de ellos. Resultaba obvio que muchos soldados mitad del siglo XX se conocÌa ya la gran
Sus compaÒeros, al quite, consiguieron no sÛlo tuvieron que enfrentarse con gra- importancia que en este sentido tenÌa la
que sobreviviera. Pero el shock les afectÛ ves problemas psÌquicos en el frente, sino funciÛn desempeÒada por tres gl·ndu-
profundamente. El ejÈrcito sueco enviÛ tambiÈn meses e incluso aÒos m·s tarde. las endocrinas: el hipot·lamo y la hipÛ-
un psiquiatra militar para que los aten- Por fin, en 1980, se caracterizÛ el patrÛn fisis en el encÈfalo y las suprarrenales
diera en el propio LÌbano. Algunos su- de sÌntomas m·s frecuentes bajo la deno- situadas encima de los riÒones.
peraron muy pronto tan traum·tica viven- minaciÛn de ìtrastorno de estrÈs pos- Estos tres elementos, jer·rquicamente
cia; otros se esforzaban, todavÌa meses traum·ticoî (TEP). AsÌ lo recogen ahora organizados, funcionan de forma coor-
despuÈs, por alejar cualquier recuerdo de los manuales de diagnÛsticos psÌquicos. dinadamente circular. El efecto del agen-
los hechos. te estresante se mantiene mediante una
ìSiempre me inquietÛ saber por quÈ Guerra, violencia cascada hormonal que va desde el hipo-
las personas reaccionamos de forma dis- y catástrofes naturales t·lamo, a travÈs de la hipÛfisis, hasta las
tinta ante una misma desgraciaî, mani- Entre las vivencias traum·ticas se encuen- suprarrenales. Transcurridos diez o veinte
fiesta Elisabeth Aardal-Eriksson, del tran la guerra, la violencia, las cat·stro- minutos, las suprarrenales empiezan a
Hospital Universitario de Linkˆping en fes naturales y los accidentes de tr·fico segregar cortisol, la hormona del estrÈs,
Suecia. Unos se recuperan de inmediato graves. Si los sÌntomas clÌnicos tÌpicos que pasa al torrente circulatorio. Este glu-
y vuelven a tener alegrÌa de vivir, mien- se mantienen entre dos y 28 dÌas despuÈs cocorticoide produce diversos efectos.
tras que otros se ven sumidos en un estado del trauma ólos sÌntomas post-traum·- Sobre todo, eleva el nivel de glucosa en
depresivo e incluso llegan a enfermar. ticosó los psicÛlogos hablan en princi- sangre para aportar a la musculatura la
øEs una cuestiÛn de car·cter? øHay funda- pio de un trastorno de estrÈs agudo. Si energÌa que necesita, medida muy ˙til ya
mento org·nico para la vulnerabilidad el paciente no se ha recuperado despuÈs que el afectado puede decidir huir o luchar.
ante el estrÈs? øNos hace duros un rosa- de este tiempo, est· justificado el diag- Pero, al mismo tiempo, el cortisol, que
rio de desgracias? nÛstico de TEP. El trastorno psÌquico circula por la sangre y llega al hipot·lamo
En el curso de su trabajo doctoral Aar- puede durar varios aÒos y aparecer de y a la hipÛfisis, se une a determinados re-
dal-Eriksson investigÛ m·s de 500 per- repente al cabo de meses o aÒos del acon- ceptores situados en estas dos estructu-
sonas, entre ellas algunas que por moti- tecimiento traum·tico. ras e inhibe su actividad. En definitiva,
vos profesionales se hallaban a menudo A tenor de diversos trabajos de inves- la hormona del estrÈs frena asÌ su propia
expuestas a situaciones lÌmite. Entre tigaciÛn, uno de cada once o doce ciu- secreciÛn. Esta retroalimentaciÛn nega-
ellos, la compaÒÌa sueca mencionada y dadanos de los Estados Unidos ha pade- tiva ayuda a restablecer el equilibrio del
200 participantes en dos contingentes cido alguna vez un TEP, y ello sin tener sistema, una vez pasado el peligro.
de paz en Bosnia que se vieron envuel- en cuenta las consecuencias de los suce- øPodemos, pues, afirmar que el nivel
tos en acciones bÈlicas. sos del 11 de septiembre de 2001. En Ale- de cortisol en sangre constituye un par·-
Desde hace tiempo los psicÛlogos mania, Hans-Ulrich Wittchen y su grupo metro de la respuesta de nuestro organis-
saben que en la guerra los soldados pade- exploraron m·s de 3000 jÛvenes (entre mo al estrÈs? En realidad, la secreciÛn
cen temores y depresiones. Durante la 14 y 24 aÒos) de ese paÌs y llegaron a la de cortisol depende del tipo, intensidad
guerra civil norteamericana se hablaba conclusiÛn de que algo m·s de uno cada y duraciÛn del estÌmulo estresante, asÌ
de ìenfermedad de la aÒoranzaî; durante cien padecÌa el trastorno. como del Èxito que se consiga en su supe-
la primera guerra mundial, del ìshock En una situaciÛn de estrÈs, el organis- raciÛn. En unas horas puede observarse
de las granadasî, pues creÌase que las ex- mo pone en marcha en r·pida sucesiÛn el fenÛmeno de subida y bajada del nivel
plosiones de esa arma provocaban peque- dos sistemas defensivos contra el mismo: de cortisol. Si el cerebro, en particular
Òas hemorragias cerebrales. a los pocos segundos reacciona el sis- la amÌgdala óel sistema del temoró, no

28 Mente y cerebro 09/2004


DEFD-MOVIES
1. TRAUMATIZADO. El actor Jeremy Davies muestra en un fotograma la expresión del
registra ninguna amenaza importante, soldado en el frente.
los valores hormonales vuelven a des-
cender. De esta forma transcurre la reac-
ciÛn biolÛgica normal al estrÈs. en Èstos, verse activados los sistemas de gl·ndulas salivales y, al cabo de cinco
Ahora bien, øquÈ sucede cuando algu- defensa ante el estrÈs y que suban los minutos, la concentraciÛn en las se-
nas personas al cabo de varios meses de valores. creciones bucales refleja la sÈrica. De
haber experimentado un episodio trau- Para evitar ese sesgo, Aardal-Eriksson esta forma las personas sometidas al estu-
m·tico sufren los sÌntomas del estrÈs? utiliza una prueba alternativa. Mide la dio pueden tomarse ellas mismas las
Los investigadores de las situaciones concentraciÛn de cortisol en la saliva. El muestras. Se requiere que media hora
traum·ticas encuentran dificultades en cortisol se difunde r·pidamente por las antes de la toma deban estar tranquilos,
crear condiciones normalizadas para sus
estudios: en definitiva los aconteci-
mientos desgraciados no se pueden pla-
nificar. Por otra parte, no resulta f·cil
correlacionar, durante largo tiempo, los Recuerdos instantáneos y pesadillas
valores de cortisol con una vivencia trau-
m·tica. A lo largo del dÌa, la secreciÛn Los síntomas de los trastornos psí- saciones que le despierten el recuerdo
de cortisol experimenta variaciones, quicos postraumáticos pueden clasi- del trauma. A ello se añaden lagunas
incluso aunque no se tengan vivencias ficarse en tres grupos: en la memoria, sensación de aisla-
estresantes, siguiendo un ritmo biolÛ- miento, distanciamiento, pobres viven-
gico fijo. En consecuencia, para comparar Rememoración del suceso traumá- cias emocionales, falta de interés y la
los valores de cortisol las muestras ten- tico: recuerdos, pesadillas, actuacio- idea de un futuro sombrío.
drÌan que tomarse estrictamente a la nes y sentimientos reaparecen como
misma hora. si volviesen a suceder los hechos; daño Elevado nivel de irritación: trastor-
Hasta hace escasos aÒos, sÛlo podÌan psíquico y llamativas reacciones psi- nos en la conciliación y mantenimiento
acometerse mediciones fiables del cor- cológicas al recordar el trauma. del sueño, irritabilidad y brotes de ira,
tisol en el suero sanguÌneo. Mas, para dificultad de concentración, vigilia exa-
muchos individuos, el mero pinchazo de Rechazo y obnubilación: el paciente cerbada, exageradas reacciones de
la extracciÛn ya supone un estrÈs. Por evita actividades, pensamientos y sen- temor.
tanto, antes incluso del pinchazo puede,

Mente y cerebro 09/2004 29


los hombres presentaban evidentes sÌn- Lo que resulta rechazable en el marco
tomas postraum·ticos; en particular, sen- de un estudio mÈdico planificado lo hizo
saciones de temor. De acuerdo con la posible la guerra de los Balcanes de los
doctrina del sistema de defensa frente al aÒos noventa. En abril de 1994 Suecia en-
estrÈs, cabÌa esperar que estas personas viÛ un contingente de paz a la antigua Yu-
tuvieran m·s cortisol en la sangre que goslavia. El destacamento se estacionÛ
las personas que, seg˙n los mÈtodos psi- durante seis meses en el puerto oriental
colÛgicos de medida, habÌan superado de Tuzla. Antes de su traslado a la zona
psÌquicamente mejor el acontecimiento. bÈlica, Aardal-Eriksson explorÛ a 145 sol-
Para sorpresa de la investigaciÛn, los dados, les preguntÛ pos su estado psÌquico
soldados estresados almacenaban en su y midiÛ los niveles de cortisol en su saliva.
saliva por la noche un poco m·s corti-
sol, y menos por las maÒanas, que sus Cascos azules estresados
compaÒeros. En los hombres que pade- Los soldados de las Naciones Unidas,
cÌan un fuerte estrÈs psÌquico parece ser fundamentalmente varones, presentaban
que el ritmo biolÛgico del cortisol habÌa por tÈrmino medio unos niveles de cor-
sufrido un importante cambio. tisol ligeramente elevados tanto por la
En paralelo a los sÌntomas psicolÛgi- maÒana como por la noche, incluso antes
cos, durante los nueve meses siguientes de entrar en acciÛn. ìEstas personas te-
se volvieron a nivelar paulatinamente los nÌan muy presente que habÌan salido de
2. ELISABETH AARDAL-ERIKSSON valores de cortisol en ambos grupos; a lo su hogar para llevarlas a un territorio en
ha estudiado el papel del cortisol, la sumo, persistÌan algo elevados los nive- guerraî, expone Aardal-Eriksson. Posi-
hormona del estrés, en las reacciones les nocturnos de los estresados. En gene- blemente su sistema defensivo en situa-
postraumáticas.
ral, todos, con mayor o menor rapidez, ciÛn de estrÈs se habÌa activado ya en la
habÌan superado bastante bien el trauma. fase de espera previa al cumplimiento de
Quedaba demostrado que los niveles de la misiÛn encomendada.
cortisol en saliva constituÌan un criterio A los seis meses los soldados volvie-
no comer ni fumar; lo ˙nico que pueden apropiado para identificar a las personas ron a sus casas. Inmediatamente despuÈs
mascar es un pedazo de goma que aumenta que padecen estrÈs postraum·tico. del regreso, asÌ como al cabo de dos y
la secreciÛn de saliva. Pero, øpor quÈ ante una situaciÛn grave seis meses, Aardal-Eriksson estudiÛ su
Para medir el estrÈs de los soldados reaccionan las personas de forma tan dis- situaciÛn psÌquica y les tomÛ en cada
del accidente de Khiam, el psiquiatra tinta? En los aÒos noventa se fueron acu- caso una muestra de saliva. Volvieron a
utilizÛ tres mÈtodos diferentes: 1) relle- mulando pruebas de que la funciÛn del darse importantes diferencias indivi-
nar el cuestionario del test general de eje hipot·lamo-hipÛfisis-suprarrenales duales. Si bien, pudieron crearse dos gru-
salud, que recoge datos generales sobre se hallaba determinada en parte por fac- pos: aproximadamente en la mitad los
la salud psÌquica; 2) rellenar el cuestio- tores hereditarios. PodÌan tambiÈn influir sÌntomas postraum·ticos de estrÈs medi-
nario de impacto del episodio, en el que acontecimientos vividos a edad tem- dos seg˙n el mÈtodo del impacto del epi-
se valora el grado en que un aconteci- prana. Los trabajos con ratas demuestran, sodio habÌan disminuido seis meses des-
miento ha afectado al paciente y los efec- por ejemplo, que las que cuidan con puÈs de su entrada en la acciÛn bÈlica;
tos que le ha producido; 3) la escala de esmero de sus hijos tienen una descen- en la otra mitad estos sÌntomas seguÌan
sÌntomas postraum·ticos, que informa dencia m·s resistente al estrÈs, fuera bio- en aumento incluso despuÈs del regreso.
sobre la magnitud de los tÌpicos sÌnto- lÛgica o adoptiva su prole. Al final del estudio los valores de corti-
mas postraum·ticos. A todos los parti- No hay apenas estudios empÌricos sol en las personas m·s estresadas eran
cipantes se les recogiÛ una muestra de sobre el estrÈs en la especie humana. Por menores por la maÒana, y mayores por
saliva en un tubo a las 8 de la maÒana y una razÛn Ètica obvia: a nadie se le puede la tarde, que en el grupo complementa-
a las 10 de la noche y se enviÛ a Suecia. someter a estudio en situaciones nor- rio. Evidentemente en ellas volvÌa a estar
Seg˙n la encuesta psicolÛgica, cinco males para ver quÈ cambios experimenta alterado el ritmo nictameral del cortisol.
dÌas despuÈs del accidente la mitad de tras someterle a un estrÈs traum·tico. Aardal-Eriksson comparÛ estos datos
con los obtenidos antes de la misiÛn. Lo
realizÛ por separado en cada uno de los
40 dos grupos. Obtuvo un resultado sor-
prendente: quienes desarrollaron unos
CONCENTRACION DE CORTICOL
EN PLASMA SANGUINEO (µg/dl)

sÌntomas postraum·ticos m·s agudos,


30 ya antes de la misiÛn, presentaban, por
la maÒana y por la noche, unos niveles

20
3. BIORRITMO. Debido a la acción del
hipotálamo el nivel de cortisol sigue un
10 ritmo nictameral muy claro. El valor
THOMAS BRAUN

medio de cortisol registra un máximo por


HORA
la mañana, antes de despertar, y desciende
6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 2 4 6 8 10 hasta su nivel inferior hacia las 22 horas.

30 Mente y cerebro 09/2004


Cascada hormonal frente al estrés
Ante una situación amenazante, en un HIPOTALAMO
segundo, el hipotálamo segrega CRH (libe-
radora de la corticotrofina) y vasopresina, –
hormonas que, a través de una conexión
vascular directa (el llamado ‘sistema porta’),
llega al lóbulo anterior de la hipófisis. De
inmediato, este lóbulo hipofisario segrega CRH VASOPRESINA
ACTH (hormona adrenocorticotropa) al
torrente circulatorio. La ACTH estimula la
corteza suprarrenal que unos minutos más
tarde empieza a segregar a la sangre corti-
sol y otros glucocorticoides. Diez o veinte +
minutos después, se aprecia ya el aumento +
del nivel de colesterol en sangre. –
HIPOFISIS
Cuando el cortisol llega al hipotálamo GLUCOCOR-
y a la hipófisis, se une a unos receptores TICOIDES
específicos y frena la secreción de CRH y
de ACTH. Por tanto, el cortisol, mediante ACTH
una retroalimentación negativa, regula su VASOS
propia secreción y restaura el equilibrio SANGUINEOS LOBULO
del sistema. SUPERIOR
DE LA HIPOFISIS
El cortisol, hormona del estrés, forma parte
de los glucocorticoides, cuyo efecto prin- ACTH VASOS
cipal, como su nombre indica, es actuar SANGUINEOS
sobre el metabolismo estimulando la neo- +
formación de glucosa en el hígado. Pero la GLUCOCORTICOIDES
hormona del estrés tiene otros efectos:
• eleva los niveles de azúcar en sangre: la
glucosa proporciona energía al músculo,
• posibilita que la adrenalina y la noradre- SUPRARRENAL
nalina actúen sobre los vasos sanguíneos y
eleven la presión arterial,
• inhibe la producción de anticuerpos, con GLUCOCORTICOIDES
la debilitación consiguiente de las defen-
sas frente a las infecciones,
• inhibe la memoria: un gran exceso de cor- RIÑON

THOMAS BRAUN
tisol podría dañar las células del hipocampo,
• inhibe la secreción de hormona del estrés
en el hipotálamo y en la hipófisis.

de cortisol significativamente menores clÌnicos han mostrado que los pacien- los indicadores generales del peligro de
que los otros. tes con trastorno de estrÈs postraum·- desarrollar un trastorno de estrÈs pos-
Todo parece indicar que unos niveles tico acostumbran presentar unos nive- traum·tico. Se sabe, adem·s, de la impor-
relativamente bajos de cortisol predicen les sanguÌneos de cortisol crÛnicamente tancia de otros factores; por ejemplo, la
que el individuo correr· m·s riesgo de bajos. Se presume que a las personas reelaboraciÛn mental de las vivencias,
desarrollar sÌntomas postraum·ticos por con trastorno de estrÈs postraum·tico la b˙squeda de un sentido al sufrimiento
sobrecarga psÌquica durante su entrada les bastarÌa con una pequeÒa cantidad y la protecciÛn social encontrada despuÈs
en acciÛn. Un resultado, a primera vista, de cortisol para frenar la actividad del del trauma.
contraintuitivo. øPor quÈ precisamente hipot·lamo y de la hipÛfisis. En estas
las personas con menos cortisol en san- personas, el bucle de retroalimentaciÛn
gre se defienden peor ante las tensiones negativa funcionarÌa con m·xima inten-
psÌquicas? sidad, porque su hipot·lamo y su hipÛ- Bibliografía complementaria
Aardal-Eriksson sospecha que los ba- fisis podrÌan reaccionar mejor al corti- WHY ZEBRAS DON’T GET ULCERS. R. M. Sa-
jos niveles de cortisol en quienes presen- sol que en las personas sanas. polsky. W. H. Freeman & Company; Nueva
tan un mayor estrÈs antes de entrar en Aardal-Eriksson se muestra, sin em- York, 1998.
acciÛn sean reflejo de un trastorno pre- bargo, prudente en la interpretaciÛn de BIOLOGY OF POSTTRAUMATIC STRESS DISORDER.
vio en el sistema de defensa frente al sus resultados. Los niveles ligeramente R. Yehuda en Journal of Clinical Psychiatry
estrÈs. Su hipÛtesis viene respaldada por bajos de cortisol en los soldados no son (suplemento), pág. 41; 2001.
otras investigaciones: ciertos estudios argumento suficiente para considerar-

Mente y cerebro 09/2004 31


Desarrollo
de la percepción
de una intención
¿Cómo aprenden los bebés a reconocer las intenciones
de otras personas y a actuar ellos mismos en orden a un fin?

Sin embargo, a lo largo de los siglos se a sus propias acciones lo que ven en otras
Gisa Aschersleben les considerÛ pasivos, que de momento personas. En determinado ensayo, un
registraban muy pocas informaciones de niÒo observaba al investigador jugando

T
obÌas est· tumbado en su balan- su entorno y las elaboraban casi exclu- con un muÒeco que llevaba un guante
cÌn mirando cÛmo Claudia, su sivamente en forma de movimientos puesto. La persona adulta le quitaba el
mam·, se afana en las tareas reflejos. La investigaciÛn sistem·tica guante al muÒeco y lo sacudÌa tres veces,
domÈsticas. Mientras ella va con niÒos pequeÒos se hacÌa hasta bien al tiempo que sonaba una campanilla; des-
echando, pieza a pieza, la ropa sucia a entrado el siglo XX a partir de la fase del puÈs, volvÌa a enguantar al muÒeco. Una
la lavadora, el bebÈ masculla alegre- aprendizaje del habla, es decir, a la edad vez ejecutada esta secuencia varias veces,
mente por su cuenta y agita con viveza aproximada de los dos aÒos. La situa- llegaba el momento en que se dejaba al
los brazos y las piernas. Claudia piensa ciÛn ha cambiado. Ahora se estudia quÈ bebÈ manejar Èl mismo el juguete. Se ano-
entonces si acaso ìentiende que yo cojo capacidades tienen y desarrollan los taba entonces todo lo que el pequeÒo
esta camiseta intencionadamente para bebÈs en los primeros meses de su vida. probando intentaba hacer con el objeto.
meterla en el bombo de la lavadora. øQuÈ øCÛmo investigar las capacidades de El resultado fue sorprendente: niÒos
grado de control consciente podr· tener los niÒos que todavÌa no pronuncian ni de seis meses o m·s sacaban provecho
sobre sus propios movimientos?î. una sola palabra? Los cientÌficos han de su observaciÛn previa y ejecutaban
Pero no sÛlo les interesa a los padres venido desarrollando una serie de pro- la primera fase de la secuencia presen-
observar el momento en que sus hijos cedimientos basados en una observa- tada por el monitor óquitarle el guante
comienzan a entender que los movi- ciÛn sistem·tica del comportamiento. al muÒecoó repitiendo la acciÛn con una
mientos de las personas de su entorno Algunos mÈtodos, asÌ el paradigma de frecuencia notablemente mayor que los
no se suceden por pura casualidad, asÌ habituaciÛn o el de mirada preferencial, bebÈs de otro grupo de control que no
como la edad en que ellos mismos empie- se sirven de su reacciÛn ante las nove- habÌan observado antes el desarrollo de
zan a ejecutar las primeras acciones con dades. Cuanto m·s sorprendente es la la acciÛn. Pero hay todavÌa m·s: los
un fin determinado. TambiÈn los cientÌ- situaciÛn, tanto m·s tiempo queda presa pequeÒos pueden retener en su memo-
ficos se vienen ocupando, desde hace la mirada del bebÈ; algo que sucede ya ria esos movimientos incluso durante
unos veinte aÒos, de cuestiones relacio- con los reciÈn nacidos. Por su parte, el 24 horas, en el supuesto de que se les
nadas con este fenÛmeno, y ya han obte- paradigma de la imitaciÛn se refiere al haya repetido el ejercicio con suficiente
nido resultados sorprendentes sobre el instinto de los bebÈs de repetir lo que reiteraciÛn.
desarrollo cognitivo de los niÒos en los han visto. En este caso, los niÒos tienen
primeros meses de su existencia. que estar en condiciones de ejecutar
En este perÌodo fascinante de la exis-
tencia el ser humano aprende propor-
pequeÒos movimientos concretos, como
agarrar o sacudir. Por ello, este mÈtodo
1. OBJETO DE ESTUDIO: EL HOMBRE.
El objeto de la investigación de la
cionalmente m·s que en el resto de su se puede empezar a probar con niÒos de
vida. Los bebÈs exploran el mundo con a partir de seis o nueve meses. psicología evolutiva es indagar en todo
todos sus sentidos superando un c˙mulo En ciertos estudios sobre imitaciÛn se lo que saben y pueden hacer el pequeño
ingente de impresiones y de estÌmulos. busca comprobar si los bebÈs trasladan Tobías y sus amigos.

32 Mente y cerebro 09/2004


CORBIS
Sin embargo, a˙n faltan unos cuantos La cuestiÛn es si los bebÈs se limitan para obtener la leche, mamar con una fre-
meses hasta que los niÒos puedan enten- a imitar los movimientos de los dem·s cuencia determinada o atender la agra-
der por sÌ mismos y ejecutar todos los o si ya se imaginan el efecto que Èstos dable voz de la propia madre, y no la de
pasos de una secuencia de tres fases. En producen. En el pasado quedÛ demos- otra mujer.
funciÛn del tipo de tarea propuesta son trado que los adultos regulan sus mo- Los experimentos con objetos mÛvi-
capaces de llevarla a cabo sÛlo a partir vimientos anticip·ndose mentalmente a les ofrecen la posibilidad de investigar
de los 15 o 18 meses. las consecuencias de Èstos, y no, por estos resultados. El bebÈ est· tumbado
ejemplo, por el control de cada uno de en su cunita. A la articulaciÛn de uno de
Preferible peluche los m˙sculos y de las articulaciones. los pies se ha fijado un cordel unido a
En experimentos de imitaciÛn con niÒos, Cuando un pianista interpreta ìPara Eli- un mÛvil que pende sobre la cuna y se
los investigadores tienen que atender saî, de Beethoven, no se concentra en mueve ante la vista del niÒo, cada vez
hasta quÈ punto las acciones presenta- quÈ dedos ha de mover y en quÈ suce- que Èste patalea. Entonces pasa algo
das se adaptan al estado de desarrollo de siÛn, ni siquiera cu·ndo y quÈ m˙sculos curioso: los bebÈs descubren al cabo de
sus probandos. A los bebÈs de nueve me- tiene que contraer. En su lugar, el eje- pocos minutos esta coincidencia de movi-
ses no les gusta, por ejemplo, que les qui- cutor se imagina toda una secuencia de mientos, y la frecuencia del pataleo
ten los objetos que tienen agarrados por sonidos, es decir, el efecto que obtiene aumenta claramente. Los resultados de
la mano. Por eso no serÌa un experimento con su movimiento de dedos sobre las tales estudios demuestran que los lac-
adecuado a su edad la tarea consistente teclas del piano. El resto sigue por sÌ tantes captan perfectamente las relacio-
en introducir un dado de juguete en un solo. nes entre sus propios movimientos y
cubilete. Los ejercicios propuestos deben øY quÈ pasa con los bebÈs? Los ex- determinados efectos del entorno. Lo
ser, en cambio, interesantes. Tienen perimentos de condicionamiento, que que no muestran es que los niÒos tengan
mucho Èxito los muÒecos o los anima- gozaron de particular popularidad en los ya la conciencia de ser los causantes de
les de peluche, aunque tambiÈn les cau- aÒos sesenta del siglo pasado, mostra- esos efectos.
tivan los ruidos extraÒos o los efectos ron que los reciÈn nacidos son capaces Por eso resultan fascinantes los expe-
especiales de luz. de aprender a producir efectos agrada- rimentos que no se basan en el condicio-
bles mediante determinados movimien- namiento, sino en la imitaciÛn. En nues-
tos; es decir, que pueden ser ìcondicio- tro Instituto, en el aÒo 2002, dejamos
2. TEST DEL OSITO. nadosî. Desde los primeros dÌas de su que un total de 72 niÒos en edades com-
Lo más tarde a los doce meses, un niño existencia se mueven y perciben acon- prendidas entre los 12 y los 18 meses
ya puede adelantarse mentalmente a los tecimientos interesantes de su entorno. observase a un hombre adulto durante
efectos de sus acciones. Sobre la base de En ese marco se percatan tambiÈn de una triple secuencia de acciÛn: el adulto
casualidades circunstanciales: la coin- tomaba un taco de madera cilÌndrico,
observaciones anteriores el niño espera
cidencia frecuente de algunos movi- situado delante de un osito de juguete.
que si se agita el juguete del osito se mientos y de determinados fenÛmenos SacudÌa el taco y a continuaciÛn se lo
produzca un ruido interesante; así, él del entorno. AsÌ, aprenden experimen- devolvÌa al oso. En uno de los grupos
mismo remueve el cilindro con especial talmente en primer lugar a girar la cabeza los niÒos reaccionaron a la sacudida del
insistencia. cilindro con una especie de gruÒido; en
el otro, por contra, con la devoluciÛn del
taco al oso.
A continuaciÛn vino una fase de imi-
taciÛn; durante la misma, los niÒos podÌan
experimentar libremente con el oso y el
cilindro. Entonces ejecutaban en su caso
con m·s frecuencia y anticipaciÛn aque-
lla fase de la acciÛn que acarreaba tras
sÌ el efecto ac˙stico. Con otras palabras:
INSTITUTO MAX PLANCK PARA LAS CIENCIAS DE LA COGNICION Y LAS NEUROCIENCIAS, MUNICH

un niÒo que habÌa percibido cÛmo el


adulto producÌa el ruido agitando el ta-
co empezaba Èl mismo tambiÈn a agitar
el cilindro (y adem·s con m·s frecuen-
cia), antes que un niÒo del grupo de con-
trol. De lo que se deduce que ya los niÒos
con un aÒo ópresumiblemente incluso
antesó pueden anticipar mentalmente
los efectos de sus movimientos y uti-
lizar su experiencia observadora para di-
rigir sus propios actos.
En otro experimento querÌamos des-
cubrir a partir de quÈ edad los bebÈs se
percatan de que los efectos que ellos
producen no son idÈnticos a los que ha-
bÌan venido observando. La prueba se
desarrollaba de la siguiente manera: si
uno de los directores del experimento
tiraba de una anilla de pl·stico sonaba

34 Mente y cerebro 09/2004


3.

INSTITUTO MAX PLANCK PARA LAS CIENCIAS DE LA COGNICION Y LAS NEUROCIENCIAS, MUNICH
APRENDER A PEDIR DE BOCA.
A partir los ocho meses de edad,
los niños utilizan ayudas para conseguir
sus objetivos. Se sirven, por ejemplo,
de un cordel para arrastrar un cochecito
hacia sí.

un tono agudo; si apretaba hacia abajo,


el anillo se encendÌa. A continuaciÛn, se
dejaba jugar a los niÒos con el objeto,
pero alterando la clasificaciÛn: si se
tiraba se producÌa la seÒal Ûptica y apre-
tando sonaba el tono. El resultado fue
que, a partir de los 15 meses de edad,
parece que los niÒos ya notaban esa dife-
rencia. Consecuentemente ejecutan los
movimientos observados m·s raramente
que los niÒos de otro grupo distinto entre
los que no se habÌa alterado el orden de
los ejercicios. O sea, los niÒos recono-
cen en el transcurso del segundo aÒo de
su vida las relaciones especÌficas entre
acciones y efectos; por ejemplo, los cam-
bios respecto a un determinado efecto
esperado.
Una cuestiÛn importante de la psi-
cologÌa evolutiva es la de si se requiere Òos. En una de ellas, el director del Un bebÈ de entre ocho y nueve meses
que los bebÈs sepan ejecutar determi- experimento le enseÒa a un niÒo que, tira del cordel y acerca con toda inten-
nadas acciones para interpretar las de pongamos por caso, est· sentado a la ciÛn el juguete hacia sÌ. Por el contra-
otros. Hace tiempo que los cientÌficos mesa, un coche de madera nuevo y lla- rio, los niÒos menores agarran igual-
respondieron afirmativamente. Los in- mativo, que sit˙a a continuaciÛn fuera mente el cordel con los dedos, pero sÛlo
vestigadores deducen de las tareas del alcance de su probando. A dicho para jugar con Èl. No se les ocurre toda-
medios-fin con quÈ fijaciÛn en un deter- objeto se ha atado un cordel cuya punta vÌa que podrÌan acercar el cochecito
minado objetivo act˙an ya los peque- se halla directamente delante del niÒo. tirando del cordel. Por lo que se puede
aventurar la tesis de que los niÒos de
nueve meses est·n capacitados para
entender los actos intencionados de otras
personas.
Adem·s otros experimentos y datos
cotidianos confirmaron esta Ûptica tra-
dicional. AsÌ sÛlo a la edad de entre nueve
y doce meses los niÒos ya empiezan a
desarrollar gestos comunicativos, como
por ejemplo seÒalar con la mano, y tam-
INSTITUTO MAX PLANCK PARA LAS CIENCIAS DE LA COGNICION Y LAS NEUROCIENCIAS, MUNICH

biÈn atender a los gestos y a las miradas


de los otros.

4. TEATRO INVESTIGADOR.
Ya con seis meses de edad los niños
interpretan el movimiento de agarrar
un objeto como una acción encaminada
a un fin. Los bebés pueden observar
repetidamente cómo una mano agarra
una torre (fila superior); pero después se
irritan mucho más cuando, acto seguido,
la mano coge el cubo (abajo, izquierda) que
cuando vuelve a agarrar la torre, ya que
ésta mientras tanto ha cambiado su
posición con el cubo.

Mente y cerebro 09/2004 35


Lectura del pensamiento ajeno
La paciente yace despierta en el quirófano de un hospital de Las neuronas descubiertas por Rizzolatti no eran una ver-
la ciudad canadiense de Toronto. Tiene la cabeza introducida sión motora de las nuevas células: empiezan a emitir sus
en una especie de jaula metálica. Del interior del cráneo, por impulsos eléctricos en cuanto se reconoce la finalidad de una
encima de la frente, salen dos microelectrodos. Se la está some- acción. Para ello, basta con que el simio eche una rápida mirada
tiendo a una intervención quirúrgica para tratarle graves a la escena. Ni siquiera la oscuridad representa un problema
depresiones. Se ha prestado, además, a la ejecución de un para las células, que reaccionan ante cualquier ruido delator.
experimento neurocientífico emprendido por William Las observaciones anotadas por Hutchison en pacientes some-
Hutchison, psiquiatra de la Universidad de Toronto. tidos a intervenciones quirúrgicas permiten deducir con nota-
¿Le duele?, pregunta Hutchison mientras pincha con una ble seguridad que los humanos disponemos también de neu-
aguja su dedo índice. Antes de que responda afirmativa- ronas especulares. Algo se había sospechado ya a partir de las
mente, los sensores miden la estimulación de una célula. imágenes del cerebro humano obtenidas en tomografías de
Poco después, es el psiquiatra el que se pincha su propio espín nuclear y de emisión de positrones. En estas imágenes
dedo ante la mirada de la paciente. Los electrodos regis- se apreciaba la excitación de grupos de neuronas lo mismo
tran, de nuevo, la activación de la célula del dolor. Pero la cuando uno corría tras un balón o tiraba una moneda al aire
mujer niega sentir nada. que cuando se observaba que otras personas lo hacían.
Con este experimento se ha observado, por primera vez Mas, ¿por qué en el segundo caso el espectador no empieza
en la especie humana, una célula nerviosa que reacciona ante a mover sus miembros? Luciano Fadiga, de la Universidad de
un hecho que ocurre en otra persona, una “neurona espe- Ferrara, ha demostrado que existe un mecanismo mediante el
cular”. Este tipo de células ha despertado un vivo interés en cual el cerebro frena la reacción muscular.Vittorio Galese, tam-
los investigadores de todo el mundo. Ven en ello la base de bién de Parma, y otros creen que este frenado puede relajarse
toda una serie de cualidades ancestrales de la especie humana, inconscientemente. Así se explicaría que arranquemos a reír
desde el reconocimiento de intenciones y sentimientos aje- cuando, entre amigos, alguien ha explicado un chiste que no
nos hasta el desarrollo del lenguaje y de la cultura. acabamos de entender: nos “contagiamos” de la risa general.
Las neuronas especulares son células nerviosas que cum- Normalmente, este mecanismo supresor opera con suavi-
plen una doble función. Por un lado, participan en las fun- dad. No podemos decir lo mismo cuando se trata de pacien-
ciones sensoriales o motoras del cerebro, peculiaridad de las tes que sufren ecopraxia: imitan las actitudes corporales de
células del dolor. Por otro, se hacen eco de los procesos que otras personas sin poderse controlar. Según parece, tales
observamos en nuestro alrededor, acometiendo una suerte pacientes presentan lesiones en las áreas cerebrales que fre-
de simulación neuronal. nan los impulsos que parten del sistema reflector.
En el descubrimiento de las neuronas especulares inter- Las células especulares encajan a la perfección en el viejo
vino el azar. En 1995 Giacomo Rizzolatti, neurólogo de la debate que vienen sosteniendo neurólogos y filósofos. ¿Cómo
Universidad de Parma, aplicaba electrodos al estudio de las consiguen las personas prever las intenciones de otros?
neuronas del cerebro frontal de macacos. Se proponía iden- Pensemos en el niño al que se le hace la boca agua cuando
tificar las células responsables del impulso que inducía a los ve cómo su madre alarga la mano para alcanzar una caja de
animales hambrientos a comer cacahuetes. galletas. Algunos científicos piensan que el niño reacciona
así porque recuerda experiencias pasadas: a cada extracción
Sé lo que pretendes de la caja le sigue una sensación dulce.
Los altavoces conectados a los electrodos empezaron muy Otros, sin embargo, proponen una explicación alternativa:
pronto a emitir chasquidos: lo hicieron en el momento en entendemos a los demás en la medida en que, en una especie
que en el campo visual de un simio apareció la mano del de simulación interna, imitamos y “sentimos” su conducta. En
investigador y la extendió hacia los frutos para ponerlos a su ensayo Vom Erkennen und Empfinden (“Sobre el recono-
su alcance. El experimentador advirtió que las neuronas se cer y el sentir”), publicado en 1778, Johann Gottfried Herder
activaban sólo cuando el movimiento adquiría sentido a los atribuía el sustrato material de la intuición a unas cuerdas ner-
ojos del primate. Por ejemplo, si la mano se extendía a un viosas que vibraran al unísono; no sabía decir qué caracte-
espacio donde no había cacahuetes, las neuronas especulares rísticas podrían tener tales cuerdas. Tal vez sea precisamente
apenas se excitaban. eso lo que representan las neuronas especulares . Para Vittorio

Enroque cubo-torre mano no asÌa un segundo objeto, coloca- ban m·s tiempo en mirar cuando se
De todas formas las investigaciones do al lado del primero (un cubo). A con- cambiaba de lugar el objetivo de la
recientes permiten suponer que los bebÈs tinuaciÛn, se cambiaban las posiciones acciÛn, aunque el movimiento ejecutado
a la edad de entre cinco y seis meses se de la torre y el cubo. Entonces, en una por la mano seguÌa siendo el mismo.
encuentran en condiciones de recono- primera variante del experimento, la Lo que confirma que ya los niÒos de
cer acciones intencionadas de otras per- mano volvÌa a agarrar la torre; mas, al entre cinco y seis meses de edad cap-
sonas. Amanda Woodward, de la Uni- haber cambiado las posiciones de las tan que el movimiento de las manos de
versidad de Chicago, llevÛ a cabo en piezas, tenÌa que ejecutar un movimiento otras personas persigue una intenciÛn
1988 un experimento con este objetivo. distinto del anterior. En una segunda determinada.
En esta prueba, los niÒos veÌan en pri- variante la mano hacÌa el mismo movi- Pero, øpueden captar esto los niÒos
mer lugar cÛmo una mano en un esce- miento que antes pero agarraba natu- tambiÈn cuando se trata de gestos nue-
nario volvÌa una y otra vez a agarrar un ralmente el cubo, algo que sorprendÌa vos y desconocidos? Para responder a esta
determinado objeto (una torre), pero la a los niÒos muchÌsimo m·s. Emple- cuestiÛn, nuestro grupo investigador ha

36 Mente y cerebro 09/2004


Galese, pionero en esa línea de investigación, es posible que gestos corporales, de la boca en particular, de otro manifes-
permitan a una persona humana trasladarse al interior de otra. tando así haber entendido su sentido. Con una mueca, por
Las noticias procedentes de los laboratorios pueden pro- ejemplo, muestra que sabe que el otro sufre dolor. En prin-
mover los avances de otras disciplinas. Las células especula- cipio esa tesis no puede ni demostrarse ni descartarse.
res deparan a los lingüistas sorpresas muy sugestivas. En los Vilayanur Ramachandran, neurólogo de la Universidad de
macacos estas células se concentran en una región del lóbulo California en San Diego, sostiene que las neuronas especu-
frontal izquierdo que corresponde al área de Broca en la espe- lares son las responsables de la evolución cultural humana.
cie humana, centro cerebral responsable de la producción lin- Como para Rizzolati, también para Ramachandran el núcleo
güística. Este hallazgo da nuevo impulso a la teoría motora central corresponde al aprendizaje mimético. De hecho el
de la percepción lingüística según la cual percibimos las pala- arte de la imitación alcanza en Homo sapiens un grado de
bras en cuanto son “gestos de la boca”. Afirma esta hipóte- refinamiento que ni de lejos encontramos en otras especies
sis que el habla surge a partir de la información que unos animales, bien sea a la hora de trenzar un nudo marinero,
individuos ofrecen a otros con los labios; más tarde apare- ejecutar un paso de danza o devolver una pelota en el juego
cerían los sonidos emitidos desde los distintos lugares de la de tenis.
boca: habrían nacido las vocales. Según Ramachandran hay que agradecer a las neuronas
Rizzolatti, su defensor, especula sobre el mecanismo mediante especulares la “gran explosión” cultural ocurrida hace unos
el cual tales neuronas especulares desencadenan este pro- cuarenta mil años, cuando el hombre utilizó por primera vez
ceso. Se apoya en la ayuda que nos proporciona la imitación los adornos y el vestido o inició el culto religioso. Realmente
de conductas ajenas. El primer diálogo del mundo pudo muy estas neuronas no fueron las desencadenantes, pero cuando
bien coincidir con el momento en que un primate repitió los los primitivos homínidos tallaron instrumentos y crearon el
lenguaje o las matemáticas fueron las neuronas especulares
quienes, a través de la imitación, contribuyeron a que tales
adquisiciones se propagaran como reguero de pólvora.
YA FUNCIONA EN LOS LACTANTES. Las personas captan Merced a esa gavilla de descubrimientos recientes, la inves-
intuitivamente lo que les ocurre a los demás, al parecer gracias tigación ha cobrado nuevo impulso en muchos campos. Los
a neuronas especializadas. psiquiatras especulan con la posibilidad de que estas nuevas
células expliquen la esquizofrenia, el autismo y cuadros clí-
nicos similares. Se ha comprobado que las personas esqui-
zofrénicas no pueden a menudo diferenciar entre acciones
propias y ajenas. Si, por ejemplo, colocan su antebrazo bajo
una pantalla y sobre ella se proyecta una mano que mueve
los dedos, creen que son sus propios dedos los que se mue-
ven. Los psicólogos sospechan también que en el autismo tal
vez se encuentre alterada la simulación neuronal. No sólo les
resulta difícil compartir los sentimientos con alguien, sino
que, además, les resulta punto menos que imposible apren-
der por imitación movimientos finos (abrocharse la hebilla).
Aude Billard, de la Universidad de Carolina del Sur, ha
construido una red neuronal inspirada en las neuronas
especulares : los microchips responsables de la percepción
dirigen también los movimientos. Para ello no es indis-
MAURITIUS /BENELUX PRESS

pensable el descubrimiento de Rizzolatti, opina Billard:“Una


combinación de círculos interrelacionados es el método
más sencillo y eficaz para que los robots imiten los movi-
mientos”.
H UBERTUS B REUER

seguido desarrollando el experimento Desde el trasfondo de los resultados de le dice mucho antes de haber aprendido a
de Amanda Woodward. Presentamos a la investigaciÛn en el campo de la psico- hablar. AsÌ pues, los padres deberÌan tener
los bebÈs el dorso de una mano que des- logÌa evolutiva hay que cuestionar la Ûptica en la mente que ya en el primer aÒo de
plazaba la torre a una nueva posiciÛn. tradicional, seg˙n la cual el entendimiento vida sus hijos entienden m·s de su trato
Se evidenciÛ que ya los bebÈs de seis del comportamiento ajeno presupone la con ellos de lo quiz· les creen capaces.
meses podÌan interpretar el movimiento, capacidad para la plena ejecuciÛn de acti-
nuevo y desconocido, como intencio- vidades de uno mismo. Es posible que
nado, aunque sÛlo si iba acompaÒado de ambas aptitudes se desarrollen de forma
un efecto reconocible, como por ejem- paralela. Aunque el pequeÒo TobÌas no GISA ASCHERSLEBEN, docente de psicolo-
plo un cambio de posiciÛn. Cuando el puede realizar todavÌa con precisiÛn deter- gía, dirige el grupo de investigación sobre
efecto de esta acciÛn desaparece, los minados movimientos, es perfectamente desarrollo de la cognición y de la acción en
bebÈs la interpretan como no intencio- capaz de entenderlos cuando los hace su el Instituto Max Planck de Múnich para las
nada o casual. madre. Igual que Èl entiende lo que ella Ciencias de la Cognición y las Neurociencias.

Mente y cerebro 09/2004 37


¿Qué entender
por belleza?
Los filósofos se suelen limitar al arte, los psicólogos la consideran una mera sensación placentera
y el ciudadano medio dice que es una “cuestión de gustos”.
¿Qué es, en realidad, la belleza? ¿Sólo una palabra? ¿Un valor? ¿Un sentimiento?

Gábor Paál tica desde arribaî, que, durante mucho cimiento, es: un fenÛmeno cotidiano que
tiempo, defendÌan sobre todo filÛsofos se puede estudiar en experimentos y, en

E
n el parque zoolÛgico, un niÒo y teÛricos de la literatura; en la pr·ctica, concreto, a travÈs del placer que un pro-
se acerca a un poney, le ofrece especulaban sobre la belleza exclusiva- bando siente en una determinada situa-
un terrÛn de az˙car y siente los mente en el contexto del arte. En esta pos- ciÛn. De este modo, la investigaciÛn psi-
labios calientes y suaves del tura queda excluida la belleza de los pai- colÛgica descubriÛ mucho sobre el efecto
hocico en la palma de su mano. En su ta- sajes, las personas, los utensilios o las de ciertos colores o motivos musicales
ller, un escultor contempla la obra reciÈn teorÌas cientÌficas. Adem·s, tales plan- y pudo averiguar quÈ figuras geomÈtri-
tallada que expresa exactamente lo que teamientos se aferraban, la mayorÌa de cas, quÈ caras y paisajes ejercen sobre
el artista querÌa al iniciarla. En la pista las veces, a lo especulativo. A falta de nosotros un atractivo especial.
de circo, un malabarista realiza una acro- argumentaciones empÌricas, uno era muy QuÈ se considera atractivo y quÈ no,
bacia difÌcil, en cuyo dominio ha inverti- libre de adherirse o no a una teorÌa. lo aclara la biologÌa evolutiva; en todas
do largas horas de ejercicio. øQuÈ tienen partes, los humanos consideran los para-
en com˙n estas personas? Si hubieran de Bach (re)compensa jes y zonas fluviales con abundante vege-
responder por su sensaciÛn del momento, Pero los teÛricos del conocimiento en- taciÛn m·s gratos que los desiertos y las
dirÌan al unÌsono: °es bello! cuentran base para aceptar un concepto montaÒas peladas. La inferencia resulta
La percepciÛn de quÈ es bello y quÈ de belleza tan amplio como el que em- inmediata: para nuestros antepasados
no marca amplias ·reas de nuestra vida. pleamos en el lenguaje cotidiano. Seg˙n constituyÛ una ventaja vivir en tales para-
De quiÈn nos enamoramos, cÛmo distri- investigaciones realizadas con las tÈc- jes, pues en ellos habÌa, por una parte,
buimos y amueblamos nuestra casa o nicas modernas de formaciÛn de im·- una perspectiva de alimentos y agua, y,
quÈ ropa nos compramos, las conside- genes, parece que el cerebro apenas si por otra, ofrecÌan tambiÈn una relativa
raciones estÈticas desempeÒan en esas reacciona de forma distinta ante una obra protecciÛn frente a los depredadores. En
acciones una funciÛn importante. Se re- de arte ìbellaî que ante una ìbellaî con- cuanto ventaja selectiva, este ìideal de
vela tambiÈn en los temas de conversa- versaciÛn o la contemplaciÛn de la cara bellezaî se habrÌa inscrito, hasta cierto
ciÛn: pelÌculas, vestimenta, viajes, libros, de la modelo Heidi Klum. Por ejemplo, punto, en nuestro acervo gÈnico. La de-
tascas, hombres, mujeres y partidos polÌ- la m˙sica (como la mencionada cantata ducciÛn parece irreprochable, pero, como
ticos. En esos di·logos las personas se de Bach) activa, en parte, las mismas la mayorÌa de las interpretaciones bio-
mueven siempre entre los extremos ì°me ·reas cerebrales que un rostro atractivo; lÛgico-evolutivas de la conducta humana,
gusta muchÌsimo!î y ì°no lo puedo sopor- a saber, los centros de recompensa, que no se puede demostrar. Aun cuando la
tar!î. Por tanto, cualquier cosa puede ser se ocupan de los sentimientos de placer. biologÌa molecular descubriera unos
bella: la modelo Heidi Klum, una comida Al menos, un pequeÒo indicio de que la genes de la preferencia por los rÌos o por
con amigos, el gol de la victoria de nues- vivencia de la belleza no se deja reducir las caras simÈtricas, difÌcilmente serÌa
tro equipo en un partido decisivo o una al arte. Pero, øquÈ es, en realidad, la be- posible explicar cu·ndo y cÛmo estos
conferencia cientÌfica sobre el origen del lleza? øUn sentimiento? øCÛmo se pue- genes llegaron a formar parte de nues-
universo. den armonizar los nuevos conocimien- tra constituciÛn genÈtica.
M·s de uno objetar· que, en estos con- tos de neurocientÌficos y psicÛlogos con De la psicologÌa experimental pro-
textos profanos, hacemos un empleo abu- todo el saber que los filÛsofos han acu- viene tambiÈn la estÈtica de la informa-
sivo de la palabra ìbelloî. En esa lÌnea, mulado sobre la percepciÛn estÈtica? ciÛn, corriente que gozÛ de gran popu-
el tÈrmino remitirÌa a un campo sem·n- Por dar con una base empÌrica se laridad en los aÒos sesenta y setenta del
tico distinto: una cantata de Bach, una esfuerza la ìestÈtica desde abajoî, fun- siglo pasado. Sus defensores estudiaron,
poesÌa de Rilke o un cuadro de Leonardo dada en el siglo XIX. Considera la vi- con ayuda de dibujos generados por orde-
da Vinci, por ejemplo. Este punto de vencia de lo bello como lo que, seg˙n el nador, a quÈ formas y modelos reaccio-
vista es propio de la teorÌa de una ìestÈ- parecer de muchos psicÛlogos del cono- namos con especial placer. La mayor

38 Mente y cerebro 09/2004


sensaciÛn de placer la alcanzan los dise-

“EL NACIMIENTO DE VENUS”. EUGENE PINEUX-DUVAL (1808-1885) / AKG BERLIN


Òos que suscitan al descubridor que hay
en nosotros. Los dibujos demasiado sim-
ples los percibimos como aburridos, los
demasiado complicados como un caos,
faltos igualmente de interÈs. Pero la
mayorÌa de las personas juzgan exci-
tantes las im·genes que encierran la com-
plejidad precisa para que el aparato per-
ceptivo pueda concertar estructuras de
mayor relieve, los llamados supersig-
nos. HabrÌa, pues, una suerte de densi-
dad Ûptima de informaciÛn que caracte-
rizarÌa un modelo bello.

Deciden las asociaciones


Se puede explicar de este modo por
quÈ las caras simÈtricas son bellas. Pero
las pruebas ponen de manifiesto tam-
biÈn los puntos dÈbiles de la estÈtica
desde abajo. Para descubrir quÈ propor-
ciones y quÈ dosis de orden o compleji-
dad son especialmente gratas, los este-
tas de la informaciÛn presentaron a los
sujetos de cierto ensayo figuras geomÈ-
tricas sencillas. Pero los cÌrculos, ·ngu-
los rectos y otros modelos simples tie-
nen poco en com˙n con los objetos de
la vida cotidiana. Es verdad que quiz·
juzguemos una pintura tambiÈn por su
orden interno. Sin embargo, desempeÒa
un papel m·s importante lo que relacio-
namos con una obra, el significado que
tiene para nosotros, los sentimientos y
asociaciones que nos suscita. Todos estos
criterios, que influyen en nuestra valo-
raciÛn estÈtica, se sustraen a las posibi-
lidades de los experimentos de labo-
ratorio.
Adem·s, muchos intentos de ahondar
en lo bello partÌan, m·s o menos t·cita-
mente, de un supuesto superado, que pro-
cede de un pensador del siglo XVIII ,
Alexander Gottlieb Baumgarten, fun-
dador de la estÈtica moderna. DefiniÛ la
vivencia estÈtica como la forma ìsensi-
bleî del conocimiento, en oposiciÛn a la
concepciÛn ìconceptual-racionalî. Lo
bello serÌa, pues, el polo opuesto de la
razÛn; los logros intelectuales y el sen-
tido estÈtico caerÌan en esferas separa-
das. Pero cualquier matem·tico confir-
mar· que el pensamiento racional posee
marcadas cualidades estÈticas: la ele-
gancia de las fÛrmulas, la simetrÌa de las
leyes, el rigor de las demostraciones.
ìSin estÈtica no funciona absolutamente
nadaî, subraya Roger Penrose, de la

1. SEDUCTORA EN LA ANTIGÜEDAD.
Los hombres sucumbieron a los encantos
de Afrodita, la diosa griega de la belleza,
y de su homóloga romana Venus.

Mente y cerebro 09/2004 39


2. AFRODITA MODERNA. La modelo los probandos el rostro les sigue pare-

DPA
ciendo bonito. La belleza puede, pues,
Heidi Klum concita una sorprendente proporcionar un sentimiento de felicidad
unanimidad entre los espectadores; por encima del sistema de recompensa;
hombres y mujeres la consideran bella. la decisiÛn de si un rostro resulta o no
atractivo, la tomamos, pues, al margen
del sistema de recompensa.
Ahora bien, si la ìcabezaî y las ìentra- A favor de una componente racional
Òasî se hallan entrelazadas de forma tan de la sensaciÛn de belleza se manifiesta
intensa, carece de sentido separarlas en la ìparadoja de la fealdadî. A muchas
la sensaciÛn estÈtica. Lo que considera- cosas que causan una primera impre-
mos bello, no es, ni de lejos, siempre siÛn de fealdad, sin armonÌa o incluso
racional. Lo que no obsta para que la repugnantes, les sacamos, a un nivel
racionalidad, en cuanto tal, resulte muy superior, cierta relevancia estÈtica. Obras
bella. Que la eficiencia y la elegancia van de teatro y pelÌculas tr·gicas entriste-
codo con codo lo experimenta no sÛlo cen al espectador y, sin embargo, pue-
un escultor, sino tambiÈn el cocinero, den ser bellas y arrebatadoras. Estas
que aprende a transformar, con r·pidos experiencias cotidianas no se compagi-
movimientos de las manos, la bola de nan con la concepciÛn de la belleza
masa en una pizza perfecta. Obras bellas, entendida como mera sensaciÛn pla-
lo mismo que una argumentaciÛn con- centera. Es posible que, en la vivencia
tundente o la prueba concluyente de una estÈtica, no se trate de un sentimiento
teorÌa cientÌfica. en el sentido cl·sico, sino m·s bien de
Ambos planteamientos óla estÈtica una especie de metaemociÛn: un senti-
desde arriba y la estÈtica desde abajoó miento de contexto (incluso con con-
se han detenido a mitad de camino, øno notaciones negativas) que se superpone
Universidad de Oxford, quien, junto con podrÌan acercarse algo m·s entre sÌ? a otros sentimientos y que les confiere
Stephen Hawking, es uno de los padres øPodrÌan armonizarse? una cualidad complementaria.
de la teorÌa de los agujeros negros. Igual que sucede en otros temas fron-
terizos entre filosofÌa y psicologÌa, la Bello hasta reventar
Conocimiento frente a emoción investigaciÛn del cerebro arroja aquÌ Las emociones ìhabitualesî desencade-
En su Lenguajes del arte, Nelson Good- nueva luz. En primer lugar, rechaza la nan de forma autom·tica reacciones cor-
man criticaba, hace ya 35 aÒos, que las idea de la belleza como mera sensaciÛn porales m·s o menos caracterÌsticas: la
dificultades en alcanzar una teorÌa de la de placer y felicidad. Al presentarles a rabia afecta al estÛmago y quita el sueÒo;
estÈtica obedecÌan, en buena medida, a los sujetos del ensayo fotografÌas de ca- con la alegrÌa se acelera el pulso y los
esa separaciÛn tajante entre lo cognitivo ras atractivas de mujeres, el centro de m˙sculos de la cara tiran de la comisura
y lo emocional. ìEn un lado situamos recompensa en el nucleus accumbens de la boca componiendo una sonrisa
sensaciones, percepciones, consecuen- sÛlo se muestra activo si la mujer retra- hacia arriba. En la vivencia estÈtica esto
cias, conjeturas, hechos y verdad; en el tada mira a los ojos del observador. Si no sucede. Sin duda, se halla tambiÈn vin-
otro, bienestar, dolor, interÈs, satisfacciÛn, falta esa convergencia ocular, la regiÛn culada a estados corporales, pero la ads-
cualquier reacciÛn afectiva, cariÒo y cerebral apenas se excita, aun cuando a cripciÛn queda lejos de ser unÌvoca: pode-
repugnancia. Tal separaciÛn bloquea, y
por cierto con eficacia suma, la compren-
siÛn de que las emociones funcionan cog-
nitivamente en la experiencia estÈtica.î
La confirmaciÛn viene de parte de la
investigaciÛn del cerebro. Se ha demos-
trado que los sentimientos acompaÒan a
las prestaciones cognitivas. M·s a˙n: sin
ese sello emocional el cerebro no podrÌa
realizar muchas tareas. Las personas con
lesiones en determinadas ·reas cerebra-
les, responsables de la valoraciÛn emo-
cional de las percepciones, se veÌan impo-
sibilitadas para procesar con normalidad
nuevas informaciones.

3. EN BUSCA DE LA ARMONIA.
Albert Einstein formuló la teoría
de la relatividad, como él mismo admitió
después, para satisfacer una “necesidad
CORBIS

metafísica” de simetría.

40 Mente y cerebro 09/2004


4. IDILIOS PERMANENTES. A los

MAURITIUS
humanos de casi todas las culturas les
parecen bellos los paisajes fluviales. En
opinión de los psicólogos evolutivos,
porque ofrecen protección y alimentos.

mos percibir la belleza con l·grimas en


los ojos, con Èxtasis o con tranquilidad
contemplativa. Y se da a˙n una diferen-
cia sorprendente: felicidad y alegrÌa son
emociones nebulosas, en parte incons-
cientes, que proceden del estÛmago.
Comparada con estas emociones, la
vivencia estÈtica parece m·s cercana al
plano de la conciencia. La mayorÌa de
las veces podemos indicar con mucha cla-
ridad quÈ nos parece bello y quÈ no nos
lo parece; a diferencia de otras sensa-
ciones de bienestar, cuyo objeto sole-
mos percibir sÛlo de forma difusa.
La conciencia se origina fundamen-
talmente en la corteza, es decir, en la
parte m·s reciente, evolutivamente ha-
blando, del encÈfalo. Esto induce la sos-
pecha de que la vivencia de la belleza,
un proceso consciente, est· tambiÈn
ligado a las estructuras corticales, en
contraposiciÛn a otras sensaciones que
proceden del sistema lÌmbico, cuya apa-
riciÛn en el curso evolutivo es muy ante-
rior. En particular, parece que en nues-
tra percepciÛn de la belleza desempeÒa
una funciÛn importante el cÛrtex orbi-
tofrontal. En esta parte del lÛbulo fron-
tal, situada por encima de las Ûrbitas ocu-
lares, se representan las evaluaciones
de las vivencias. AquÌ toma el cerebro
sus decisiones: øbueno o malo? øAgra-
dable o desagradable? Se trata de una
estructura que reacciona a las seÒales
olorosas y gustativas, aunque tambiÈn
a la m˙sica.

Rachmáninov y el paraguas
Compete al cÛrtex frontal elaborar las o mitos. Ante tamaÒa diversidad de lo vador. Precisamente ese car·cter subje-
representaciones de las condiciones espa- bello, øcÛmo pergeÒar una teorÌa gene- tivo condiciona que se pueda disputar tan
ciales de nuestra actuaciÛn, es decir, el ral de la estÈtica? Contra cualquier valor atinadamente sobre la belleza.
contexto estructurador en el que situa- reputado hasta ahora como estÈtico puede Cierto que ese planteamiento dificulta
mos nuestras experiencias y acciones. De siempre oponerse un contraejemplo. la respuesta a la pregunta sobre la natu-
manera similar nos desenvolvemos en las Pensemos en la simetrÌa. Este criterio se raleza de la belleza. Con todo, pensa-
vivencias estÈticas. La palabra ìestÈ- ha considerado desde la antig¸edad el mos objetos estÈticos de cualquier tipo
ticoî indica no ya una determinada pro- patrÛn de belleza. Pero, øquÈ decir enton- (esculturas, teorÌas cientÌficas o paisa-
piedad de un objeto, sino el modo como ces de los retratos cubistas de Picasso? jes) como modelos que se componen de
lo percibimos. Con otras palabras: la øCÛmo cohonestar la preferencia humana distintos elementos aislados que se rela-
mera contemplaciÛn de un paisaje, de un por las estructuras sencillas y ordenadas cionan entre sÌ de una forma determi-
tapiz o de un sof· de diseÒo no nos fuer- con la constataciÛn de que nos sentimos nada. La cuestiÛn gira, pues, en cÛmo
za en absoluto a preguntarnos ìøbello o atraÌdos por modelos complejos e innova- se ha de crear dicho modelo, cÛmo per-
no?î. Se trata m·s bien de una actitud dores? Hablemos de una ecuaciÛn mate- cibirlo para que nos parezca bello. Por
consciente que adoptamos cuando situa- m·tica, de un cuadro de El Bosco o un su manera de proceder agrupamos en
mos a ese objeto en un contexto estÈtico. concierto de Rachm·ninov, los valores cuatro categorÌas los fenÛmenos de la
En principio, cabe operar asÌ con cual- estÈticos que influyen en el juicio depen- vivencia estÈtica, descritos por la psi-
quier cosa: paraguas, poesÌas, animales den de las preferencias del sujeto obser- cologÌa experimental.

Mente y cerebro 09/2004 41


5. IDENTIDAD CAPILAR. El corte de
pelo iroqués y los collares con remaches
tienen para estas punks un valor estético
como símbolo de sus ideales.

no es ninguna met·fora del florecer y mar-


chitarse.

A modo de recapitulación
øPara quÈ sirve esta divisiÛn cuatripar-
tita? En primer lugar, nos permite des-
cribir en toda su amplitud la percepciÛn
estÈtica, sin derivar de ella prescripcio-
nes normativas. En otras palabras: nos
suministra valores de belleza nombra-
bles, a la vez que deja margen para las
preferencias individuales. Que se pueda
discutir sobre gustos, no significa que
los valores estÈticos sean totalmente arbi-

CORBIS
trarios.
En segundo lugar, la diferenciaciÛn
en cuatro tipos de belleza permite expli-
Primer tipo de belleza los estados de ·nimo, las tesis y modos car las paradojas de la fealdad (es decir,
Se define esta primera especie por las de pensar que enriquecen nuestro mundo los fenÛmenos ìescalofriante pero bo-
propiedades que caracterizan las rela- personal. nitoî o como decÌa AristÛteles ìbello por
ciones de los elementos en el modelo; contrasteî). Por ejemplo, m·s de uno
entre otros, coherencia, simetrÌa, equi- Tercer tipo de belleza puede creer bello en el segundo tipo algo
librio, claridad, sencillez, armonÌa, ele- La belleza no se limita a objetos, sino que es feo en el nivel de la estÈtica ele-
gancia, unidad, continuidad y tambiÈn que abarca las acciones. Puede ser bello mental, como la vestimenta de los punks,
(quiz· la m·s importante) justa propor- explorar lo desconocido, especular con porque crea identidad y encarna un deter-
ciÛn. Todas estas propiedades describen nuevos descubrimientos, crear arte, escri- minado ideal.
un determinado tipo de orden dentro del bir libros o expresar los propios pensa- Por ˙ltimo, este sistema de clasifica-
modelo, asÌ como la coherencia entre mientos e ideas de forma singular. La ciÛn de los valores estÈticos reporta be-
dos modelos. Pensemos en el sermÛn de belleza de tales acciones no depende de neficios pr·cticos: todos aquellos que
un funeral. Aun cuando ni las palabras la posible belleza intrÌnseca de los obje- intervienen en la provisiÛn y gestiÛn de
del p·rroco ni la situaciÛn son placen- tos creados. La cuestiÛn decisiva es la conocimientos (pedagogos, cientÌficos,
teras, el sermÛn puede resultar bello si siguiente: øExiste una razÛn para ocu- artistas, periodistas, polÌticos o estrate-
es adecuado. parse de tales objetos? En esta tercera gas publicitarios) pueden realizar un
categorÌa de vivencia estÈtica, el camino buen trabajo, si tienen en cuenta estos
Segundo tipo de belleza es, pues, el objetivo. Los ìcriterios de valores estÈticos fundamentales, sean
En este caso se trata de propiedades que bellezaî asociados se llaman inspira- conscientes o intuitivos.
no ataÒen tanto a un objeto cuanto a la ciÛn, tensiÛn, innovaciÛn, complejidad La estÈtica desde arriba y la estÈtica
relaciÛn personal entre un objeto y el y creatividad. Es bello vivirse a sÌ mismo desde abajo se superponen, pues. Pero
sujeto perceptor; verbigracia, afecto, como creativo. es largo el camino a recorrer hasta que
intimidad, pertenencia, comprensibili- se logre una teorÌa integradora de la
dad o posibilidad de participar en algo Estética elemental belleza, basada en los conocimientos de
personalmente. Pensamientos y objetos Por ˙ltimo, cabe esperar que la compren- la filosofÌa, arte, psicologÌa experimen-
poseen, pues, un valor estÈtico, si nos siÛn de la belleza satisfaga como expe- tal e investigaciÛn del cerebro. Y Èste no
afectan personalmente, nos conmueven riencia sensorial y sensaciÛn de placer. es un pensamiento necesariamente bello.
o reflejan algo de nosotros; si con ellos A esta cuarta especie, que denominamos
nos identificamos, compenetramos o estÈtica elemental, pertenecen tipos de
comprometemos. estÌmulo de los que se ocupan preferen-
GABOR PAAL trabaja en Bühl para la
En la belleza de este segundo tipo se temente psicÛlogos e investigadores del
Südwestdeutschen Rundfunk.
basan fenÛmenos tan diferentes como la cerebro. Nuestras preferencias por los
simpatÌa, el sentimiento patriÛtico, nues- sonidos armÛnicos, los paisajes fluvia-
tra empatÌa frente a los animales, pero les, las caras simÈtricas o los cuerpos Bibliografía complementaria
tambiÈn nuestra preferencia por teorÌas bien conformados se numeran en esta WAS IST SCHÖN? ÄSTHETIK UND ERKENNTNIS.
e ideas en torno al mundo o a la socie- clase. La caracterÌstica central de valo- G. Paál. Königshausen & Neumann;
dad. AquÌ, la mera familiaridad no cons- res estÈticos elementales consiste en que Würzburg, 2003.
tituye el valor estÈtico, sino que Èste los objetos no poseen ning˙n car·cter D IE B EGRÜNDBARKEIT ÄSTHETISCHER W ER -
corresponde a una determinada propor- simbÛlico estructurador. En este sentido, TURTEILE . A. Piecha. Mentis-Verlag; Pa-
ciÛn de extraÒo y familiar. En este sen- una rosa es en realidad una rosa y no un derborn, 2002.
tido son bellos los objetos y, tambiÈn, signo de afecto, un sÌmbolo rom·ntico,

42 Mente y cerebro 09/2004


Los axiomas
de la conciencia
¿Se puede aprender de los ordenadores algo sobre la conciencia humana?
Muchos neurocientíficos lo niegan. Opinión que no comparten algunos estudiosos
de la inteligencia artificial

Igor Aleksander exclusivo de los humanos, algo inmate- opera de una manera m·s difusa, como
rial que no es posible originar artifi- si nuestro ìyo internoî interrumpiera una

E
l onceaÒero David quiere a su cialmente. corriente continua de vivencias perso-
madre. Nada de particular, si no La pelÌcula de Spielberg traslada la nales. Pero esta relaciÛn yo-sensaciÛn
fuera por la controversia que acciÛn al aÒo 2193. Pertenece, pues, al no se da en absoluto; es sÛlo una espe-
desatÛ. Al menos entre los dominio de la ciencia-ficciÛn. Pero, øpor cie de engaÒo del encÈfalo. Blackmore
espectadores de la pelÌcula A.I., de Steven quÈ no puede llegar un dÌa en que una resume en una imagen el intento de exa-
Spielberg, pues David es un robot con- m·quina afirme que tiene conciencia? Se minar los sentimientos internos con cri-
trolado por un ordenador. Un progra- han multiplicado los intentos de hacerlo terios propios de las ciencias de la na-
mador le instalÛ sentimientos. Pero David realidad. Un n˙mero cada dÌa mayor de turaleza: es ìcomo si se abriera el
desarrolla sus propias ideas y deseos, cientÌficos trabaja, en todo el mundo, en frigorÌfico para averiguar si la luz est·
tiene conciencia de sÌ mismo y, precisa- la creaciÛn de la inteligencia artificial. encendida siempreî.
mente por ello, es poco correspondido. Mas, aun cuando al final de la evoluciÛn Una idea afÌn defiende Susan Green-
Al fin y al cabo, las emociones son algo del espÌritu mec·nico apareciera un nue- field, de la Universidad de Oxford. En
vo David, el objetivo prioritario del su opiniÛn, los modelos computaciona-
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empeÒo busca arrojar luz sobre una de les ìse concentran en el aprendizaje y en
las cuestiones m·s difÌciles de las neu- la memorizaciÛn, tareas que puede aco-
rociencias: øcÛmo se origina la concien- meter un PC, aunque no tenga estados
cia en los seres vivos? internos subjetivosî. Greenfield compa-
AsÌ al menos lo ven muchos investi- ra la conciencia con el interruptor, con
gadores dedicados al progreso de la inte- el regulador de voltaje, de una l·mpara:
ligencia artificial. Pero la idea de que se la luz se intensifica y se amortigua seg˙n
puede aprender de los ordenadores algo el n˙mero de neuronas que intervienen.
sobre nuestra conciencia, debe habÈrse- En mi opiniÛn, la teorÌa de Greenfield
las con un sinfÌn de objeciones. Se aduce, no contribuye a descifrar el enigma de
sobre todo, que la conciencia tiene que la conciencia. Su propuesta de que los
ver con la vida, la evoluciÛn y la humani- investigadores en inteligencia artificial
dad. Una m·quina, por el contrario, es una deberÌan concentrarse sÛlo en las cues-
cosa frÌa y sin vida, proyectada por un espÌ- tiones que es capaz de controlar un PC,
ritu limitado y no puede tener, por tanto, puede que sea adecuada en algunos casos.
sentimientos humanos. Desde esta pers- Pero otro sector de la inform·tica se
pectiva, no nos sorprender· que muchos, afana por comprender quÈ significa para
los legos en particular, consideren una los seres vivos poseer capacidad de recor-
contradicciÛn en los tÈrminos la idea de dar y de aprender. Estas facultades no
una m·quina consciente de sÌ misma. tienen nada que ver con la potencia cal-
culadora de un PC.
¿Luz en la nevera? No parece realista examinar en pro-
Lo cierto es que, entre los estudiosos fundidad los complejos mecanismos que
de la conciencia, predomina el recelo nos confieren una conciencia. Un camino,
ante los enfoques basados en modelos que promete Èxitos, consiste en desarro-
computacionales. Susan Blackmore llar m·quinas inteligentes. Supongamos
arguye que el cerebro no refleja nues- que se consiguiera crear un sistema en
tras experiencias de una en una, sino que el que los chips estuvieran organizados

43
DEFD-MOVIES

1. DATA Y DAVID. Los robots de Hollywood tienen conciencia, lo que constituye una
fuente de conflicto. A Data (página anterior), de Star Trek, el chip del humor le crea un sÌ mismos. Funcionan siguiendo la regla
continuo desconcierto. David (arriba), en la película A.I., de Steven Spielberg, se vio del condicional ìsi..., entoncesî. A modo
rechazado por sus sentimientos. de ejemplo, esta conexiÛn expresa: si
parece que un objeto se me viene encima,
entonces incorpora la palabra ìmiedoî a
una de mis memorias. Es obvio que esta
y funcionaran exactamente igual que las dona el objetivo real: la creaciÛn de la regla no brota por sÌ misma, no se de-
neuronas del cerebro humano. Si cada conciencia. Pero Aaron Sloman, de la sarrolla autom·ticamente, sino que ha
chip hiciera cabalmente lo mismo que facultad de inform·tica de la Universidad sido prescrita por un programador.
su modelo natural, el sistema de silicio de Birminghan, cree que, por ese camino, Estas sensaciones subjetivas, o qualia
deberÌa desarrollar tambiÈn una con- se pueden soslayar con Èxito las confu- (singular quale), son consideradas como
ciencia; al menos en teorÌa. siones y contradicciones que suelen las- la caracterÌstica nuclear de la conciencia.
Quienes pugnan por crear tales ìco- trar la cuestiÛn en torno a la naturaleza Los qualia describen cÛmo se nos mues-
piasî detalladas del cerebro se sit˙an en de la conciencia. Admite que nadie sabe tran las vivencias o las cosas y cÛmo se
un extremo de la investigaciÛn en inte- con precisiÛn de quÈ est· hablando aprehenden. Si el lector contempla una rosa
ligencia artificial. Otros se valen de atre- cuando se trata de la conciencia. Declara, roja al amanecer, el modo y la forma en
vidas reglas preprogramadas que gobier- sin embargo, que los algoritmos que ha que se le aparece óla peculiar cualidad,
nan la conducta de una inteligencia desarrollado son clarÌsimos e inequÌvo- personal y subjetiva, de la rosa, su color
artificial; es decir, programas inform·- cos. Si estas reglas llevan a las m·qui- rosadoó es, en ese momento, el quale de
ticos que, para cada entrada de infor- nas a una conducta claramente conscien- su vivencia visual. La cualidad del olor
maciÛn, producen una salida definida te, entonces pueden servir tambiÈn como de la rosa que le llega en ese momento, es
con toda exactitud. base de la soluciÛn del enigma. decir, su suave aroma, constituye otro
Junto con su colega Ron Chrisley, Slo- quale. Los qualia son, en la filosofÌa, los
Algoritmos inequívocos man ha programado seres virtuales que cl·sicos ejemplos de las caracterÌsticas,
Esta manera de abordar el problema se comportan, en el marco de su mundo accesibles desde la perspectiva interior,
puede que parezca muy rÌgida y que aban- artificial, como si fueran conscientes de de la vivencia consciente. Como dice

44 Mente y cerebro 09/2004


DEFD-MOVIES

2. TERMINATOR Y TERMINATRIX. En la primera parte de la trilogía, Arnold


Sloman, ìalgunos de los sistemas que Schwarzenegger representa ser una máquina sin alma, programada para matar.
hemos desarrollado descubrir·n proba- En la tercera película, Kristanne Loken (a la derecha) desempeña este papel,
blemente en sÌ mismos los fenÛmenos que mientras el Terminator primigenio se ha transformado, entretanto, en un protector
llevaron, en otros tiempos, a los filÛsofos con rasgos que recuerdan a los de un padre.
a hablar de los qualia sensitivos y de otros
rasgos de la concienciaî.
El modelo de Bernard Baar, del Insti-
tuto de Neurociencias de San Diego, tiene teamericana; debÌa servir para facilitar biolÛgicos para desarrollar m·quinas
muy en cuenta que el cerebro funciona la toma de decisiones difÌciles y com- inteligentes. Ayud·ndose de procedi-
de forma diferente de la propia de una plicadas, del tipo ìcÛmo y dÛnde se han mientos gr·ficos ócomo la tomografÌa
m·quina inform·tica. Seg˙n su ìteorÌa de acomodar los militares que vuelven funcional de resonancia magnÈticaó
de la memoria de acceso inmediato glo- del frenteî. La tarea requiere un alto construye im·genes de cerebros que Èl
balî, la conciencia serÌa un fenÛmeno grado de conocimiento, comprensiÛn y analiza para identificar las interacciones
que aparece siempre que algunos estÌmu- sensibilidad; al fin y al cabo, hay que tener neuroquÌmicas; en su opiniÛn, Èstas son
los sensoriales (im·genes o sonidos) acti- en cuenta la situaciÛn individual de los esenciales para la conciencia. Programa,
van funciones concurrentes del cerebro; soldados. Como sucede con la retroali- en un ordenador, simulaciones de las in-
por ejemplo, la memoria del miedo o la mentaciÛn que reciben los humanos teracciones, para repetir despuÈs en el mo-
alegrÌa, entre otras emociones. De la com- cuando llevan a cabo, bien o mal, una delo cÛmo podrÌa surgir la conciencia.
peticiÛn de estas actividades neuronales tarea, el IDA se modula con las reac- Para Cotterill resulta determinante la
transitorias resulta la acciÛn que, de ciones de sus usuarios: seg˙n la reacciÛn, manera en que un ser vivo estudia su en-
momento, parece la m·s sensata. el sistema modifica los valores priorita- torno y reacciona ante Èl, es decir, sus
Stan Franklin, de la Universidad de rios de cada una de las reglas que se planes de acciÛn. En el curso de la evolu-
Memphis, ha trasladado la teorÌa de Baar habÌan puesto en juego para la tarea que ciÛn de los organismos, afirma, el am-
a un programa inform·tico llamado hay que evaluar. El IDA aprende, pues, biente ha sido cada vez m·s polifacÈ-
ìadaptadores inteligentes distribuidosî de sus errores. tico. Para poderlo controlar hubieron de
(IDA). Cada adaptador óun subprogra- amoldarse los planes de acciÛn corres-
maó representa a uno de los mecanis- El entorno crea conciencia pondientes. A partir de unos reflejos
mos neuronales concurrentes del modelo Rodney Cotterill, de la Universidad Po- rudimentarios se habrÌan desarrollado,
de Baar. Franklin desarrollÛ, con su IDA, litÈcnica de Dinamarca, sita en los aleda- al inicio, modelos de reacciÛn algo m·s
un software para la marina de guerra nor- Òos de Copenhague, parte de modelos complejos y, tras Èstos, a lo largo de

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Los cinco axiomas de la conciencia
Axioma 1: Sentido del lugar

IGOR ALEKSANDER
Las neuronas que procesan la información sensorial (estímu-
los acústicos, visuales y otros) se distinguen del resto de
células nerviosas. Las neuronas visuales, por ejemplo, deben
reflejar no sólo el mundo en el que nos hallamos, sino tam-
bién proyectarnos hacia el mundo exterior. Se habla de que
estas células nerviosas copiadoras están “encadenadas” con
las acciones del cuerpo. Cuando miramos un objeto en un
espacio tridimensional, la percepción se refiere siempre a
nuestra posición momentánea. Por ejemplo: estoy de pie en
la puerta y la mesa está en el rincón derecho de la sala. Sólo
por eso nos es posible desarrollar una conciencia del mundo
y de nuestro lugar en él.

Axioma 2: Poder de representación


Aunque cerremos los ojos, no por eso desaparece el mundo CAMARADAS DE HOJALATA. A Igor Aleksander le ayudan
“de ahí fuera”. Más aún: podemos representarnos con todo sus robots a buscar las raíces del pensamiento consciente.
detalle no sólo los mundos conocidos, sino también los que
aún no hemos visto. La lectura de una novela puede pro-
vocar imágenes que son tan vivas como los recuerdos de simples reflejos pasivos de lo que ocurre en el entorno, sino
experiencias reales. Estas representaciones surgen porque que se originan siempre a partir del ciclo acción-represen-
las neuronas copiadoras se hallan conectadas entre sí por tación-acción.
nudos de retroalimentación. Por tanto, no sólo reaccionan
ante estímulos sensoriales de fuera, sino también a señales Axioma 4: Planificación
de otras neuronas copiadoras, con las que establecen nexos. Las neuronas procesan no sólo recuerdos estáticos como
Cuando miro el perro del vecino, cada una de las neuro- la imagen del perro, sino que pueden también aprender y
nas que participan en la elaboración de las impresiones visua- reflejar secuencias de informaciones sensoriales, tales como
les representa un fragmento minúsculo del perro. Pero al las notas de una canción o las palabras de un poema. Esta
mismo tiempo estas neuronas copiadoras aprenden a exci- habilidad, junto con la capacidad de representación del
tarse sin el estímulo óptico inmediato; se activan las célu- axioma 2, permite a nuestro cerebro examinar a fondo el
las nerviosas que representan los recuerdos del perro. escenario permanente de “qué-sería-si.” Incluso cuando esta-
Después se estimulan recíprocamente las neuronas copia- mos sentados tranquilos, sin mover un solo músculo, pode-
doras y permiten que reaparezca del ojo interno la imagen mos simular mentalmente qué reacciones se derivarían de
del perro. Con este bucle de retroalimentación podría expli- nuestras acciones. Estos pronósticos desempeñan una fun-
carse la conjugación de nuestros pensamientos y repre- ción decisiva en la planificación de nuestras acciones.
sentaciones.
Axioma 5: Decisiones/sentimientos
Axioma 3: Atención dirigida ¿Cómo nos decidimos a actuar precisamente ahora? Aquí
Nuestros ojos se mueven sin cesar sobre el mundo exte- entran en juego los sentimientos. Al aprender, se asigna un
rior. A partir de la información visual, se elabora, con ayu- valor cualitativo a una secuencia recordada. Si una serie de
da de las señales de la musculatura ocular, una representa- acciones tuvieron un resultado positivo, entonces se refuer-
ción de la realidad. Ahora bien, qué miramos, hacia dónde zan las conexiones nerviosas que fueron responsables de
dirigimos nuestros ojos, no es en absoluto casual, sino que este resultado; el recuerdo se refuerza.
depende del objeto de nuestra atención. Cuando contem- Los planes, que según el axioma 4 se originan en nues-
plo una cara, querría grabarla; los ojos registran uno tras tra representación, confieren valores sobre cuya base se tomará
otro los rasgos relevantes: nariz, boca y frente. En otras después la decisión de poner en práctica dichos planes. Juicios
palabras, la musculatura ocular desemboca no sólo en el de valor como “excitante”, “provocar miedo” o “agradable”
cómputo de representaciones; la demanda de representa- son patrones neuronales de actividad que no representan
ciones algo más completas determina también lo que harán nada real, pero que son experimentados. A estas percep-
después estos músculos. ciones las llamamos sentimientos. Nos ayudan a decidir qué
Lo mismo vale para casi todas las acciones que ejecuta- ideas y planes de acción son buenos para nosotros y cuá-
mos. Nuestros pensamientos (las representaciones) no son les malos.

millones de aÒos, lo harÌa la capacidad mientos del propio cuerpo ópor ejem- inform·tico que ha de desarrollar una
de pensar conscientemente. plo, al tragaró y que nos distraerÌan de conciencia por medio de la interacciÛn
Todas las estructuras cerebrales, pro- los estÌmulos exteriores m·s importan- con el usuario.
sigue, se han originado sÛlo porque le tes. Cotterill ha elaborado un mapa del Pentti Haikonen, del Centro de Inves-
facilitan al organismo la interacciÛn con cerebro, en el que sobresalen las zonas tigaciÛn de Nokia, profundiza m·s en
el entorno; es el caso del cerebelo. Impide que desempeÒan una funciÛn en el pro- los fundamentos neurofisiolÛgicos de la
que percibamos los estÌmulos sensoria- cesamiento de los planes de acciÛn. Hace conciencia. Tiene en cuenta que en el
les que tienen su origen en los movi- las veces de un proyecto de un sistema cerebro se conectan entre sÌ un n˙mero

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3. ROTWAND Y MARIA. En Metrópolis,
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film clásico de Fritz Lang (1926), las


máquinas humanoides tienen un papel
importante. Pero María, obra de Rotwand,
el inventor chiflado, se rebela contra su
creador y persigue sus propios objetivos.

tro primeros axiomas de la conciencia.


DespuÈs de muchos ejercicios y tras bas-
tante tiempo, el robot aprendiÛ a desarro-
llar cierto interÈs por objetos de su alre-
dedor: planifica sus movimientos de
forma que pasa de un objeto a otro y, de
ese modo, obtiene algo asÌ como una
imagen interna de su ìmundoî.
La construcciÛn de m·quinas como
Èsta, ønos ayuda a entender de verdad
cÛmo se desarrolla el pensamiento cons-
ciente y quÈ significa tener conciencia?
Creo que sÌ. Por supuesto que tales robots
son infinitamente menos conscientes de
su entorno de lo que lo soy yo del mÌo.
ingente de neuronas. Si se quiere repro- ï Cuarto, puedo hacer pronÛsticos y for- Pero una vez que se hayan instalado los
ducir adecuadamente la actividad de dife- jar planes. Puedo simular, ante mi ojo cinco mecanismos axiom·ticos y fun-
rentes ·reas, los modelos de partes del mental, escenarios alternativos, que me cionen, øcon quÈ razones se les podrÌa
cerebro (como el cerebelo) deben incluir muestran cÛmo podrÌa reaccionar el negar una porciÛn embrionaria de con-
tambiÈn muchas neuronas artificiales mundo a mis acciones. ciencia? TambiÈn los reciÈn nacidos han
conectadas unas con otras. Parece que ï Quinto, puedo tener sentimientos; y de desarrollar la capacidad de pensar
una fracciÛn de los m·s de cien mil millo- estas emociones me ayudan a decidir conscientemente en interacciÛn con el
nes de neuronas de nuestro cerebro son cu·les de mis planes y de mis ideas son entorno.
responsables de crear en nuestro Ûrgano buenas para mÌ y cu·les perjudiciales. øBastan los cinco axiomas? Cuando
del pensamiento una especie de repre- Estos cinco axiomas deberÌan poder pienso quÈ criterios importan para mi
sentaciÛn duradera del mundo exterior. copiarse en las redes neuronales artifi- propia pretensiÛn de tener conciencia,
Esta imagen persistente se halla codifi- ciales; aunque fueran aproximaciones me inclino por aceptar que esos cinco
cada en los impulsos electroquÌmicos de sencillas de la forma en que trabajan las constituyen un mÌnimo necesario. Queda
las neuronas y no desaparece ni siquiera cÈlulas cerebrales. Hasta ahora, hemos abierto a otros ampliar la lista.
cuando cerramos los ojos y nos tapamos construido m·quinas que integran en sÌ En un futuro, quiz· no muy lejano, una
los oÌdos. Adem·s, determinadas neu- los cuatro primeros axiomas. El quinto conciencia mec·nica podrÌa ser una ayuda
ronas compensan algunos movimientos (la emotividad) reviste mayor comple- cotidiana para ahondar pragm·ticamente
propios, como los de los ojos. Todo ello jidad, pero estamos trabajando en ello. en la conciencia humana. øPor quÈ no
nos posibilita desarrollar un sentimiento En la b˙squeda por las raÌces de la podrÌan seguir evolucionando estas
interno del mundo real, a pesar del flujo, conciencia, nuestros ìcerebros de sili- m·quinas, con nuestra colaboraciÛn, tal
siempre cambiante, de las impresiones cioî muestran una ventaja notable: las como hemos hecho nosotros en el curso
sensoriales que nos invade. Por eso, en representaciones producidas en el modelo de la filogenia? Se habrÌa hecho realidad
mi propio proyecto de una m·quina inte- del ordenador aparecen en la pantalla; el mundo visionario de Spielberg.
ligente, parto del supuesto de que el cere- conocemos, pues, la ubicaciÛn exacta de
bro posee una representaciÛn, una copia los mÛdulos y podemos descifrar sus
neuronal, hasta de la m·s pequeÒa sen- mensajes. Hoy eso es imposible en un
saciÛn interna. cerebro real; hasta los procedimientos
Para que pueda aparecer la concien- gr·ficos m·s precisos representan sÛlo
cia, tales representaciones deben gozar, burdamente las zonas activas. Los mode- IGOR ALEKSANDER dirige la investigación
al menos, de cinco propiedades rele- los funcionales de las representaciones de sistemas neuronales artificiales en el
vantes. sensoriales, de la memoria, la atenciÛn Colegio Imperial de Londres.
ï Primero, se da un sentido del lugar que y planificaciÛn circulan ya por nuestros
me hace sentir que me hallo instalado en ordenadores. Bibliografía complementaria
un ìmundo exteriorî. H OW TO B UILD A M IND . I. Aleksander.
ï Segundo, tengo conciencia del pasado. Aprender como infantes Weidenfeld & Nicholson; Londres, 2000.
SÈ que pueden darse representaciones del Para someter a prueba nuestra hipÛte- ENCHANTED LOOMS: CONSCIOUS NETWORKS
pasado simult·neas con las del presente. sis seg˙n la cual la conciencia depende, INB RAINS AND C OMPUTERS . R. Cotterill.
ï Tercero, puedo concentrarme. SÛlo serÈ en buena medida, de la interacciÛn con Cambridge University Press; Cambridge,
consciente de aquello a lo que dirija mi el entorno, construimos un robot mÛvil, 2000.
atenciÛn. al que dotamos con una parte de los cua-

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ENTREVISTA
Las psicoterapias a examen
Bruno Falissard comparte el ejercicio de la psiquiatría infantil en el Hospital Robert Debré de París
con la docencia en la Universidad París-Sur, donde dirige el departamento de salud pública y la unidad
de investigación UPRES JE 2360, innovación metodológica en el ámbito de la salud mental. Con él,
colaborador de un reciente estudio auspiciado por el INSERM francés, Psycothérapie, trois approches,
la revista ha mantenido el diálogo siguiente

Mente y cerebro: Hoy dÌa, øde quÈ psi- timiento positivo. A continuaciÛn, le pre- dencia aquello que en la familia no fun-
coterapias se dispone? gunta si podr· permanecer en el ascen- ciona. Recibe a padres e hijos, escucha
Bruno Falissard: Se las clasifica en tres sor una vez vueltos a conectar los man- sus evocaciones de la vida cotidiana en
grupos: terapias psicoanalÌticas, terapias dos, le felicita de nuevo por ello y va familia y toma nota de algunos detalles
conductuales y cognitivas, y terapias despuÈs pasando gradualmente a otras reveladores de sus pequeÒos tropiezos.
familiares. El psicoan·lisis, fundado por etapas... hasta que el paciente sea capaz Supongamos que el hijo mayor ha obte-
Freud a comienzos del siglo XX, supone de utilizar el ascensor ya sin miedo. nido en la escuela una buena califica-
que el individuo puede resolver sus con- ciÛn y que su padre, consider·ndolo
flictos psÌquicos buceando en su pasado. Myc: Esta terapia parece m·s conduc- cosa normal, no dice nada; pocos dÌas
En la infancia, el individuo establece un tual que cognitiva. despuÈs, la hija menor hace lo mismo
prototipo de relaciones con el prÛjimo y Falissard: Las terapias cognitivas se y es felicitada. Estas actitudes invo-
despuÈs tiende a transferirlo a las dem·s rigen por el mismo principio, pero en ellas luntarias perturban la cÈlula familiar. El
personas. Durante una psicoterapia esa lo que el paciente ha de ìreprogramarî terapeuta las destaca: durante una con-
transferencia se realiza hacia el psico- es no tanto su conducta cuanto su manera versaciÛn entre el padre y el hijo, espera
terapeuta. El paciente, libre de la tensiÛn de pensar. Por ejemplo, un paciente depri- las ocasiones en que el padre minimi-
inherente a los conflictos familiares, mido ve el mundo en tonos grises: un vaso za el mÈrito de su hijo, y entonces le in-
puede analizar la naturaleza de su rela- a medio llenar lo percibe sÛlo medio va- terrumpe poniendo de manifiesto las
ciÛn ìprimordialî y poner en claro los cÌo. Este sesgo de sus percepciones puede frases desvalorizadoras. Ante esta rea-
puntos de sufrimiento. Poco a poco va ser reprogramado, lo mismo que en el lidad, los padres reconocen que, en su
aprendiendo asÌ a construir nuevos tipos caso de la fobia al ascensor. Para cam- relaciÛn con los hijos, intervienen unos
de relaciÛn con el prÛjimo. biar tal forma de ver el mundo, el tera- mecanismos involuntarios, y aceptan
peuta solicita a su paciente que vaya ano- los consejos del psicoterapeuta; por
Myc: øSon m·s recientes las terapias tando cada dÌa las situaciones en las que ejemplo, el de felicitar al niÒo por sus
cognitivas y conductuales? ve negativamente las cosas. Si tiene la buenas notas.
Falissard: Aparecieron en EE.UU. por impresiÛn de hacer mal su trabajo o de
los aÒos sesenta. Est·n concebidas para que su entorno no le escucha, apunte es- Myc: øPor quÈ medir la eficacia respec-
tratar sÌntomas bastante precisos, las tas situaciones en un cuadernillo, y luego, tiva de estas terapias?
fobias, por ejemplo; sin remover el pa- a posteriori, examÌnelas procurando Falissard: Millones de personas que
sado de los pacientes, les proponen unos hallarles alg˙n aspecto positivo: que al- padecen trastornos psÌquicos reciben tra-
ejercicios para superar su fobia. guien le hablÛ bien de su trabajo, que su tamientos sin que estÈ probada cientÌfi-
ImaginÈmonos una persona con fobia entorno no era indiferente respecto a lo camente la eficacia de los mÈtodos em-
a los ascensores. El terapeuta analiza la que Èl dijera... SometiÈndose a tales an·- pleados en los mismos. Ahora bien, la
situaciÛn descomponiÈndola en sus ele- lisis, el paciente recobra la confianza en salud mental es un grave asunto de salud
mentos sucesivos hasta llegar al origen sÌ mismo. p˙blica: el 40 % de las afecciones mor-
de ese miedo. Pregunta primero al bosas de larga duraciÛn que padecen los
paciente si podrÌa entrar en un ascensor Myc: øY las terapias familiares? niÒos y los adolescentes son trastornos
parado en la planta baja con las puertas Falissard: Algunos trastornos psÌqui- psiqui·tricos. Causa principal de hospita-
abiertas y con el sistema de mandos des- cos tienen por origen una relaciÛn ìpato- lizaciÛn de adolescentes es la tentativa
conectado. En general el paciente es ca- lÛgicaî entre padres e hijos, o entre cÛn- de suicidio. Y el principal instrumento
paz de ello, y entonces el terapeuta le yuges. Un niÒo puede ser asocial o estar terapÈutico para afrontar esta cuestiÛn
deja por unos instantes dentro del ascen- deprimido porque asiste a frecuentes es la psicoterapia. Resulta, pues, imperati-
sor y le felicita óes un importante ele- disputas, o porque su familia le desa- vamente necesario distinguir cu·les son
mento de la terapiaó a fin de que esta tiende en el plano afectivo. Al psicote- las terapias m·s eficaces para el bienes-
primera etapa quede asociada a un sen- rapeuta familiar le toca poner en evi- tar de los pacientes.

48 Mente y cerebro 09/2004


Myc: øCÛmo se eval˙a la eficacia de
una psicoterapia?
Falissard: Los psicoterapeutas que par-
ticipan en estos estudios han de cuan-
tificar la intensidad de los sÌntomas de
sus pacientes antes y despuÈs del trata-
miento. Le solicitan, por ejemplo, a un
paciente tratado por una depresiÛn, que
indique, en una escala de 1 a 5, si se
siente triste, si advierte una pÈrdida de
placer, si se muestra irritable, si piensa
en la muerte. El mÈdico obtiene un total
que viene a ser una evaluaciÛn del estado
del paciente. Comparando las cifras de
antes y despuÈs del tratamiento, eval˙a
la eficacia de Èste. Tales evaluaciones
han sido hechas por centenares de es-
tudios cientÌficos en el mundo entero.
Los resultados de 1000 estudios sobre
trastornos psicolÛgicos y psiqui·tricos,
muy diversos, han sido analizados por
un grupo de psiquiatras, psicÛlogos,
psicoanalistas, terapeutas cognitivo-
conductualistas, terapeutas familiares y
estadÌsticos.

Myc: øCu·les son los resultados de este LA OBSESION POR LA LIMPIEZA,


estudio? Myc: øDe quÈ modo trata la terapia con- presente a menudo en los trastornos
Falissard: Las terapias cognitivo-con- ductual un trastorno obsesivo-compul- obsesivo-compulsivos, es eficazmente
ductuales son las m·s eficaces para sivo o una toxicomanÌa? tratada mediante las terapias
atender a los sÌntomas de las fobias, de Falissard: ImagÌnense que alguien, con conductuales.
la depresiÛn, de los trastornos obse- un trastorno obsesivo-compulsivo, se
sivo-compulsivos, de la ansiedad, de persuade de que siempre tiene sucias las
los trastornos del comportamiento ali- manos, por lo que se las lava cien veces
mentario y de las toxicomanÌas, asÌ al dÌa, siguiendo un ritual invariable. pre el de la seÒal de STOP, el terapeuta
como ciertos sÌntomas de la esquizo- Para sanarle, el terapeuta le pide que se crea una asociaciÛn entre esas dos im·-
frenia y del autismo. En cerca del 70 % manosee los zapatos. El paciente, horro- genes en la mente del paciente. Cuando
de los pacientes desaparecen los tras- rizado, reh˙sa hacerlo. Entonces el Èste sienta ganas de fumar, ver· surgir
tornos fÛbicos; al 78 % de los que sufren mÈdico se manosea ante Èl su propio cal- ante sus ojos la seÒal de STOP.
trastornos obsesivo-compulsivos se les zado y le dice: ìComo usted ve, no es
reduce en un 60 % la frecuencia de los nada grave: no me he muerto por elloî. Myc: øY en lo que concierne al autismo?
rituales obsesivos, para unos perÌodos Dominando su repugnancia, el paciente Falissard: A un autista adulto hay que
de seis aÒos (m·s all·, no se dispone de toca entonces su calzado; el terapeuta le enseÒarle sobre todo algunas reglas de
seguimiento); alrededor del 65 % de felicita, le dice que ya est· en vÌas de vida. El psicoterapeuta le dice: ìCada
los pacientes depresivos ven reducirse curarse. A continuaciÛn, felicit·ndole maÒana, al levantarte, pon agua a calen-
mucho sus sÌntomas, y sÛlo el 30 % re- una vez m·s, le saca a la calle, le pro- tar y echa en ella una porciÛn de cafÈ
caen (el 50 % si se utilizan solamente pone tocar un muro y se alegra de que lo solubleî. En un primer tiempo, el psi-
medicamentos). haga. El paciente pone despuÈs la mano coterapeuta le muestra cÛmo hacerlo.
El psicoan·lisis trata con eficacia los sobre la acera, una farola, un contene- DespuÈs, visita al paciente y comprueba
trastornos de la personalidad fronteriza dor de basura... Poco a poco, este juego si ejecuta esos gestos. M·s tarde, se
(o de desdoblamiento de la personalidad), va elimin·ndole la obsesiÛn de sentir- contenta con telefonearle para com-
con una tasa de curaciÛn del 30 % tras se sucio. Por simple que pueda parecer, probarlo. En fin, si el paciente es capaz
aÒo y medio de tratamiento. Las terapias este tipo de terapia da muy buenos resul- de ello, se le pide que vaya anotando
familiares son las indicadas para los tados. sus actos en un cuaderno: llenando, por
niÒos autistas o hiperactivos y para las Para tratar la toxicomanÌa se precisa ejemplo, una casilla para hacer cons-
personas con trastornos del comporta- un enfoque m·s cognitivo. El terapeuta tar que ha preparado el cafÈ, otra para
miento alimentario. Seg˙n ciertos estu- recibe, por ejemplo, a un paciente que que conste que ha practicado sus carre-
dios, tratando a los pacientes esquizofrÈ- depende de la nicotina, pero que desea ras..., y su cuaderno lo mostrar· al tera-
nicos con la terapia familiar disminuirÌa dejar de fumar. El terapeuta le ruega que peuta. De este modo, se mantiene al
en un 40 % la frecuencia de las recaÌdas se tumbe, cierre los ojos y piense en un paciente ocupado en una mÌnima acti-
que se producen tras un tratamiento medi- pitillo. ìEs agradable óle diceó, tiene vidad cotidiana.
camentoso: cuando el entorno aprende usted ganas de fumar. Ahora piense en Se adopta un procedimiento similar en
a vivir con un paciente esquizofrÈnico, una seÒal de STOP.î Repitiendo esta el caso de los sÌntomas esquizofrÈnicos
Èste se siente menos perseguido y de- operaciÛn varias veces, de manera que negativos. Estos sÌntomas comportan
sarrolla menos delirios. al pensamiento del cigarrillo le siga siem- una apatÌa, perÌodos de postraciÛn duran-

Mente y cerebro 09/2004 49


la relaciÛn empieza bien y, despuÈs, act˙a
inconscientemente para que la relaciÛn
Algunos trastornos psiquiátricos se frustre. Esto no es ni una depresiÛn,
ni una fobia, ni un trastorno compulsivo.
Simplemente, esa persona persiste en
Ansiedad: sensación de miedo y angus- Toxicomanía: estado de intoxica- este esquema y, llegada a una cierta edad,
tia difusos, sin objeto preciso. ción crónica por diversas sustancias
se halla sin haber construido nada. Su
(alcohol, cigarrillos, cocaína, heroí-
Autismo: enfermedad neurológica na) que generan una dependencia
problema ataÒe a una forma de vivir y
caracterizada por ciertas dificultades con graves consecuencias para el or- de organizarse, y lo que quiere es com-
de comunicación, un retraso mental y ganismo. prender por quÈ vive asÌ su vida. Esto
ausencia de vida social. Estos sínto- ninguna escala de sÌntomas puede
mas resultarían de anomalías del de- Trastornos de la personalidad fron- medirlo. De ahÌ que sea difÌcil crear un
sarrollo cerebral. teriza o borderline : los pacientes instrumento estandarizado de evalua-
tienen los nervios a flor de piel, reac- ciÛn del psicoan·lisis.
Depresión: tendencia a verlo todo ciones emocionales desproporcio-
negro, a considerarse débil o incapaz, nadas, fases alternantes de euforia y Myc: øCuidarse de un sÌntoma es tratar
a perder el gusto por las cosas bue- de taciturnidad. En pareja, pasan por la enfermedad?
nas, a pensar en la muerte, así como períodos de intenso apego seguidos Falissard: A menudo los pacientes
al retraimiento y la disminución de las de otros en los que rechazan total- desean que se les libre de un trastorno
relaciones sociales. mente al consorte. Nunca llegan a obsesivo-compulsivo que les atormenta,
“dar con la buena distancia al pró- o de una obsesiÛn sin que tenga por quÈ
Esquizofrenia: enfermedad mental en jimo”. haber una explicaciÛn freudiana de ese
la que el paciente oye voces inexis- mal. En otros casos se oculta bajo el sÌn-
tentes que se dirigen a él insultándole Trastornos del comportamiento ali- toma un problema familiar profundo.
o dándole órdenes; tiene la impresión mentario: la bulimia se caracteriza por Frecuentemente, la cuestiÛn es difÌcil de
de ser guiado por fuerzas externas; frecuentes e incontrolados accesos de resolver.
cree que hay una conspiración gene- desenfrenado consumo de alimentos,
Un dÌa recibÌ en mi consulta a un
ral contra su persona. Factores gené- un exagerado gusto por el azúcar, un
ticos y ambientales pueden precipitar recurrir a vómitos y a laxantes para
chico de 11 aÒos que padecÌa un tras-
la aparición de la enfermedad. conservar un peso normal. La anore- torno obsesivo-compulsivo: se lavaba
xia se distingue por una abstinencia incesantemente las manos y al caminar
Fobias: miedos irracionales a los ascen- alimentaria, una aversión a las grasas tenÌa que ir pisando todas las lÌneas que
sores, a los espacios cerrados o a las y una pérdida de peso que ponen en veÌa marcadas en el suelo. A primera
arañas. Freud las interpretó como de- peligro la salud. vista, una terapia cognitiva y conduc-
seos o temores infantiles reprimidos. tual parecÌa ser la m·s indicada. Pero
Trastornos obsesivo-compulsivos: las conversando con el muchacho me di
Hiperactividad: un conjunto de agi- ideas obsesivas se repiten irreprimi- cuenta de que Èl habÌa conservado un
tación permanente, impulsividad (inca- blemente. Tal paciente, persuadido de notable recuerdo de una experiencia
pacidad de diferir el logro de los que la moqueta está sucia, pasa el aspi- sexual infantil al parecer anodina, vivida
deseos) y falta de atención. rador cinco veces al día. dos aÒos antes con una condiscÌpula.
Aquel episodio aparecÌa como un fac-
tor que promovÌa, o por lo menos agra-
vaba, su trastorno. Los psicoanalistas
dirÌan que, en tales casos, una terapia
te los cuales el paciente permanece en- Myc: Seg˙n parece, el psicoan·lisis sÛlo conductual no harÌa m·s que borrar el
cerrado en su cuarto e inmÛvil, incapaz serÌa eficaz para tratar tales trastornos. sÌntoma sin ir a la raÌz del mal, por lo
de ir a dar un paseo o de hablar con al- Falissard: No hay que concluir de ello que Èste rebrotarÌa luego bajo alguna otra
guien. El terapeuta act˙a, aquÌ tambiÈn, que el psicoan·lisis deba ser abando- forma. Por otro lado, puede muy bien
enseÒando a su paciente los gestos m·s nado en provecho de las terapias cogni- suceder que regulando su trastorno obse-
elementales hasta que haya adquirido tivas y conductuales. Estoy convencido sivo-compulsivo, el chico no vuelva a
una actividad b·sica que le permita inser- de que el psicoan·lisis es de inestima- pensar nunca en aquello. En situacio-
tarse en la sociedad. Las fases agudas ble valor para muchas situaciones de nes como Èsta, hay que mantenerse muy
comportan delirios y alucinaciones y re- sufrimiento psÌquico. El problema es que abierto y escuchar las demandas del
quieren medicaciÛn. el estudio cientÌfico que hay detr·s de paciente: si Èl desea trabajar en pro-
la opiniÛn que usted plantea se ha fija- fundidad, ser· preciso que consulte a un
Myc: øPor quÈ el psicoan·lisis serÌa efi- do en los criterios de evaluaciÛn que psicoanalista; si desea atenerse a los
caz para los trastornos de la personali- acabo de exponer, los cuales se basan sÌntomas, habr· de consultar a un tera-
dad fronteriza? en una escala de sÌntomas. Pero muchos peuta conductista.
Falissard: Este tipo de trastorno psÌ- trastornos de la salud mental no se ma-
quico se presta bien al psicoan·lisis, por- nifiestan mediante sÌntomas que pue- Myc: øQuÈ terapia elegir?
que acostumbra ir asociado a una ines- dan descubrirse con la ayuda de un cues- Falissard: El psicÛlogo no mÈdico, el
tabilidad afectiva, arraigada en la tionario. psiquiatra o el mÈdico generalista son
infancia, con el temor de no ser amado. Por poner un ejemplo, imaginemos los mejores interlocutores para orien-
El psicoan·lisis saca a la luz esos esque- que una persona busca una relaciÛn sen- tar al paciente. Conocen las indicacio-
mas infantiles y ofrece al paciente la timental. Cada vez que encuentra a al- nes de estas terapias y son buenos con-
posibilidad de dominarlos. guien capaz de agradarle, advierte que sejeros.

50 Mente y cerebro 09/2004


MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD
Neurociencia y reduccionismo
Con sólo investigar el cerebro no puede entenderse la mente

E
n La b˙squeda cientÌfica del alma, somos ìun montÛn de neuronasî, enton- tales poseen un conjunto de propieda-
Francis Crick afirma textualmen- ces la explicaciÛn del mundo mental ˙ni- des que hacen viable su individuaciÛn
te: ìLa hipÛtesis revolucionaria es camente puede venir de la ciencia, de la como tales.
que ´Ustedª, sus alegrÌas y sus penas, sus neurociencia para ser m·s exactos. El teÛrico de la identidad psicofÌsica
recuerdos y ambiciones, su propio sentido Los teÛricos de la identidad óy sus óquiz· sin apercibirse de que est· ju-
de la identidad personal y su libre volun- actuales herederos, los partidarios del gando un juego cuyas reglas las ha dic-
tad, no son m·s que el comportamiento Materialismo Eliminativo, el propio tado el propio Descartesó trata de hacer
de un vasto conjunto de cÈlulas nerviosas Crick entre ellosó no se han visto libres respetables estas experiencias identifi-
y de molÈculas asociadas. Tal como lo de crÌticas, que han puesto en entredi- c·ndolas con estados del sistema ner-
habrÌa dicho la Alicia de Lewis Carroll: cho la plausibilidad de sus postulados. vioso, estados definidos por sus propie-
´No eres m·s que un montÛn de neuro- Ignorar estas crÌticas es cegarse a la posi- dades neuroquÌmicas. El hecho es que dar
nasªî. Aunque en su dÌa Crick diera a su bilidad de entender aspectos centrales del prioridad a estas propiedades sobre las
hipÛtesis el nombre de ëHipÛtesis Asom- quehacer cotidiano de muchos neuro- caracterÌsticas relacionales de los esta-
brosaí, lo cierto es que pocos fueron los cientÌficos, quienes de manera explÌcita dos mentales constituye una opciÛn arbi-
asombrados; algunos pudieron, incluso, o implÌcita remiten a la tesis de la Iden- traria. Unas y otras se hallan estrecha-
sentirse francamente estafados. Pues lo que tidad Psiconeural en sus explicaciones mente entrelazadas; no parece razonable
subyace en el n˙cleo de la hipÛtesis no es del mundo mentalÖ por lo menos mien- separarlas y considerar que todo lo que
otra cosa que la antigua idea de explicar tras se hallan en sus laboratorios y aulas. hay que decir acerca de la mente y la
el mundo mental y las leyes que lo gobier- Retomemos el ejemplo del miedo. En acciÛn encaje en el lenguaje con que la
nan de acuerdo con los dict·menes de la cuanto estado mental, el miedo es enten- neurofisiologÌa habla acerca de las cÈlu-
biologÌa, la quÌmica y la fÌsica. dido como una emociÛn y dotado asÌ de las cerebrales (potenciales de membrana,
Puestos a rastrear en el pasado el ori- ciertas propiedades. De entrada, el miedo sinapsis, neurotransmisores, etcÈtera).
gen de este planteamiento, habrÌa que ha de tener un objeto, sea Èste real o El teÛrico de la identidad, empero, puede
remontarse a la Grecia cl·sica, si bien exista sÛlo en nuestra imaginaciÛn. En hacer oÌdos sordos a este tipo de consi-
no ser· hasta los siglos XVII y XVIII cuando otras palabras, los procesos mentales, deraciones y reafirmarse en su posiciÛn:
se pergeÒe en los tÈrminos que hoy nos sean cuales sean óopiniones, creencias, el miedo no es sino la actividad de los
resultan ya familiares. Thomas Hobbes recuerdos, emociones, deseos, etc.ó, n˙cleos amigdalinos. Pero de nuevo su tesis
y Julien de la Mattrie son dos exponen- poseen un contenido, un significado, en ha de conducirle a un terreno no exento
tes de esta avanzadilla. En L¥homme virtud de sus vÌnculos con el mundo exte- de obst·culos. En efecto, la asunciÛn de
machine, este ˙ltimo escribe: ìEl hom- rior, incluidos otros seres y personas. Si una identidad en estos tÈrminos conlleva
bre es una m·quina y en todo el universo bien una parte de los elementos de esas sensu stricto que ˙nicamente los orga-
no hay m·s que una sola sustancia diver- conexiones se materializan en redes neu- nismos dotados de amÌgdala pueden expe-
samente modificadaî. Ya a comienzos de rales, la otra, el mundo en torno al sujeto, rimentar la emociÛn de miedo. Pero si, ade-
la segunda mitad del siglo XX un grupo no se deja aprehender en el lenguaje de m·s, la identidad suscrita es de tipos, el
de filÛsofos australianos, poco conven- las cÈlulas cerebrales. De ahÌ el lema, margen de maniobra es a˙n m·s estrecho.
cidos con la explicaciÛn de la mente pro- hecho famoso por Hilary Putnam, de que En efecto: I) Para empezar, se excluye
puesta por el Conductismo FilosÛfico, ìlos significados no est·n en la cabezaî. la posibilidad de que otros organismos
rechazÛ la idea de que los procesos men- Consideraciones asÌ hacen inevitable distintos de los humanos sientan y mani-
tales no eran sino meras disposiciones a concluir que, por paradÛjico que parezca, fiesten miedo, pues las diferencias neu-
presentar esta o aquella conducta externa; los estados mentales no est·n sÛlo en el roanatÛmicas son m·s que notorias. En
en su lugar, propuso la teorÌa que hoy se cerebro. El miedo, por ejemplo, nos im- algunos casos no sÛlo no existen circui-
conoce como de la Identidad Psiconeural: pulsa a actuar: mi miedo a la oscuridad tos amigdalinos, sino que tan sÛlo se dis-
los estados y acontecimientos o proce- me har· evitar lugares aislados y con pone de un sistema ganglionar. Sin
sos mentales son idÈnticos a estados y escasa iluminaciÛn, oblig·ndome a dar embargo, las investigaciones en neuro-
acontecimientos o procesos cerebrales. amplios rodeos antes de alcanzar la segu- biologÌa del miedo óimbuidas en una
Desde esta nueva perspectiva, la sen- ridad del hogar. Sin embargo, es cierto perspectiva evolucionista que en su dÌa
saciÛn de miedo que nos invade al per- que el miedo se acompaÒa de una expe- abriÛ las puertas al empleo de modelos
cibir una situaciÛn amenazadora para riencia corporal ómi sensaciÛn de animales para el estudio del comporta-
nuestra integridad fÌsica o psÌquica, no miedoó, algo que supuestamente se da miento humanoó demuestran justamente
es otra cosa que el estado cerebral resul- en un foro interno y a lo que tradi- que, a pesar de estas diferencias patentes,
tante de las modificaciones electroquÌ- cionalmente se apela para identificar el una gama muy amplia de especies ani-
micas que tienen lugar en ciertos cir- estado mental. Y se supone que expe- males, desde los primates no humanos
cuitos del sistema lÌmbico. El miedo riencias an·logas son la piedra de toque hasta la mosca del vinagre, responden
serÌa la actividad neural desarrollada en para identificar otros tipos de estados ante estÌmulos ëpeligrososí con reperto-
los n˙cleos amigdalinos. Pero si sÛlo mentales. En definitiva, los estados men- rios de conducta, si no similares, sÌ fun-

Mente y cerebro 09/2004 51


cionalmente equiparables a lo observable neural, al igual que las que se derivan mentan cambios significativos en su meta-
en los humanos. Sugieren algunos filÛsofos del Materialismo Eliminativo, suele inter- bolismo. Por el contrario, si el rostro visua-
que aceptar la posibilidad de la existen- pretarse en el mejor de los casos con lizado expresa asco, entonces los circui-
cia de distintos tipos de miedo, desde el recelo; en el peor, con desdÈn. Recelo a tos implicados son los de la Ìnsula. Pero
que exhiben las personas hasta el que dejar abierto un resquicio por donde de las tÈcnicas de formaciÛn de im·genes
podrÌa estar presente en criaturas de otros nuevo se infiltre el dualismo con sus son absolutamente opacas acerca de la
mundos posibles, con estructuras nervio- tajantes divisiones ontolÛgicas (res naturaleza de la relaciÛn entre lo mental
sas por completo extraÒas a las neuronas, extensa y res cogitans, en expresiÛn car- y lo neuronal. Y, sin embargo, no por ello
dejarÌa al seguidor de la tesis de la iden- tesiana). DesdÈn ante todo aquello que la investigaciÛn cientÌfica se detiene. De
tidad al margen de la crÌtica seÒalada, pues no lleve el marchamo de neuroquÌmica ahÌ lo profundo de la lecciÛn que, a pro-
asÌ cada tipo de miedo se corresponderÌa o, por decirlo en sentido lato, ìciencia pÛsito de un tema tan candente como Èste,
con un tipo de actividad biolÛgica. experimentalî. Ahora bien, aunque todo extraen Michael Posner y Marcus Raichle,
II) Siguiendo con el argumento ante- el mundo da por supuesto quÈ hay que dos expertos en ciencia cognitiva: ìEn
rior, la teorÌa de la Identidad Psiconeural entender por ëciencia experimentalí, tal nuestros laboratorios describimos los cam-
no deja espacio a las tesis funcionalis- presunciÛn necesita una revisiÛn urgente. bios de atenciÛn, la forma visual o los sis-
tas. De acuerdo con Èstas, puestos a indi- Para algunos neurocientÌficos, incluido temas responsables de la detecciÛn de un
viduar un proceso mental, el Ènfasis ha el premio Nobel sir John Eccles, el cul- estÌmulo en el ·mbito cognitivo óes decir,
de ponerse no tanto en los ocupantes tivo de la neurofisiologÌa es compatible describimos una secuencia de operacio-
fÌsicos ólas redes neuronales, en el caso con la admisiÛn de sustancias inmate- nes mentalesó. DiseÒamos y realizamos
que nos concierneó cuanto en la fun- riales que interaccionan con el cerebro experimentos con el fin de localizar en quÈ
ciÛn propiamente dicha que desempe- a travÈs de ·reas asociativas del hemis- regiones del cerebro ocurren estas opera-
Òan: en otras palabras, que no habrÌa ferio dominante, a la manera en que ciones. En ocasiones hacemos prediccio-
nada de peculiar en las cÈlulas nervio- Descartes fijaba ese encuentro en la gl·n- nes correctas y en ocasiones descubrimos
sas como ˙nicas y posibles estructuras dula pineal. Para el partidario de la iden- hechos novedosos, pero todo diseÒo expe-
fÌsicas sobre las que se materializan las tidad psiconeural, el estudio de la mente rimental va desde el nivel de la cogniciÛn
propiedades mentales. no trasciende la biologÌa del cerebro. En hasta el nivel anatÛmico, o al revÈs. Los
III) No ya al comparar especies o suje- el fondo de esta actitud late la convic- experimentadores de los centros de inves-
tos diferentes entre sÌ, sino incluso den- ciÛn de que el problema de la relaciÛn tigaciÛn de todo el mundo una y otra vez,
tro de un mismo individuo los circuitos entre la mente y el cerebro es un problema sin esfuerzo alguno, se mueven entre des-
cerebrales est·n sometidos a un continuo exclusivamente cientÌfico; sÛlo el pro- cripciones de lo mental y de lo anatÛmico
cambio facilitado por procesos de plastici- greso de la ciencia podr· resolverlo. En como si durante siglos no hubiese habido
dad neuronal; no se trata de transforma- sÌ mismo, tal planteamiento resulta dis- disputa filosÛfica alguna acerca de si esto
ciones dr·sticas, sino de sutiles modifi- cutible. Que los estados mentales cova- es posibleî. Lejos de los recelos comen-
caciones de las neuronas y del medio que rÌen (sean coextensivos) con estados ce- tados, neurocientÌficos y filÛsofos de la
las circunda: apariciÛn de nuevos brotes rebrales no implica necesariamente que mente est·n llamados a entenderse.
dendrÌticos, reorganizaciÛn de los recep- ambos puedan identificarse sin m·s.
tores de membrana y cambios en la con- Las modernas tÈcnicas de formaciÛn
centraciÛn de ciertos neurotransmisores. de im·genes (resonancia magnÈtica fun-
Esta realidad neurobiolÛgica en perma- cional, tomografÌa por emisiÛn de posi- JUAN JOSE ACERO, Departamento de
nente cambio impide acotar una identidad trones) ponen de relieve, una y otra vez, Filosofía Universidad de Granada, y ALBERTO
de tipos fÌsicos (o biolÛgicos); sÛlo cabe que entre la mente y el cerebro existe un MORALES, Departamento de Psicología
seguirles las pistas a los tipos de funciÛn. estrecho nexo. Cuando una persona visua- Experimental y Fisiología del Comportamiento
En el ·mbito neurocientÌfico actual, liza un rostro que expresa miedo, entra en e Instituto de Neurociencias Universidad de
cuestionar la tesis de Identidad Psico- acciÛn la amÌgdala, cuyas cÈlulas experi- Granada.

Color y dieta
¿Qué relación guardan las sensaciones inconscientes y los colores en la comida?

øQ uÈ ventajas aportan las sensa-


ciones? øNecesitan conciencia
los organismos? øNo serÌa me-
jor, en la lucha por la supervivencia, actuar
Para estudiar un organismo que se rija
en su operaciÛn por el binomio estricto
estÌmulo-respuesta no podemos recurrir
a la naturaleza. Nunca podremos estar
a desenvolverse en un mundo virtual.
Pero se comportan de forma puramente
reactiva; nunca se proponen un objeti-
vo. Se mueren de sed, por ejemplo, aun
mec·nicamente en un sistema de estÌmulo- seguros de que hasta el m·s Ìnfimo no cuando tengan a su lado un coco que
respuesta? De ese tenor fueron las pre- posea cierto grado mÌnimo de concien- aprendieron a utilizar sÛlo para saciar su
guntas planteadas por Anthony Dickinson, cia. Hemos de valernos, por el contra- hambre. De lo ˙nico que disponen es de
psicÛlogo experimental de Cambridge, en rio, de artefactos, similares a los perso- una representaciÛn de las relaciones cau-
la sesiÛn inaugural de un reciente Semi- najes que aparecen en los juegos de sales entre una acciÛn y sus consecuen-
nario Europeo de NeuropsicologÌa Cogni- ordenador. Las criaturas del software, cias. Carecen de cualquier representaciÛn
tiva celebrado en Bressanone. de comportamiento complejo, aprenden del valor afectivo que pueda llevar con-

52 Mente y cerebro 09/2004


sigo el resultado de una acciÛn. En el

ALEX MARTIN /INSTITUTO NACIONAL DE SANIDAD ALEMAN


ejemplo aludido, serÌa la fuerte viven-
cia sensitiva de que ìel coco es agrada-
ble por dos razones (sirve para calmar
tanto el hambre como la sed)î.
Para Dickinson, la cogniciÛn y la
motivaciÛn constituyen dos funciones
diferentes, cuya separaciÛn requiere,
empero, una conciencia primaria. Basa
su razonamiento en experimentos con
animales: se les da a beber primero una
agradable soluciÛn azucarada y, luego,
una soluciÛn quÌmica desabrida. Una
vez adquirida la experiencia, los ani-
males evitan beber incluso el agua azu-
carada. En esta transferencia ìemocio-
nalî Dickinson reconoce la intervenciÛn
de una conciencia, donde se procesan
reconocimientos y sensaciones.

Sensaciones conscientes
e inconscientes
Richard Lane, de la Universidad de Ari-
zona, discrepa de la tesis fundamental Instrumento > Animal Animal > Instrumento
de Dickinson. Reputa falsa la separa-
ciÛn estricta entre cogniciÛn y emociÛn. UN PEZ-MARTILLO NO ES UN MARTILLO. Cuando el cerebro diferencia conceptos
En su opiniÛn, la diferencia debe esta- categoriales —aquí “animal” e “instrumento”— entran en actividad áreas vecinas,
blecerse entre emociones implÌcitas aunque situadas en regiones diferentes. Las imágenes de resonancia magnética nuclear
(inconscientes) y explÌcitas (conscien-
funcional muestran territorios en rojo y amarillo que, al pensar en nombres de
tes). Los procesos emocionales implÌci-
tos se desarrollan en la amÌgdala, mien- animales, presentan una actividad mayor de la que aparece al pensar en nombres de
tras que los explÌcitos proceden de forma instrumentos. Estas regiones son también más activas al contemplar caras o cuerpos que
an·loga a las cualidades cognitivas. En al mirar objetos inanimados. Las regiones cerebrales que, por el contrario, se muestran
apoyo de su idea, Lane aduce los resul- más activas al pensar en instrumentos se ilustran en azul.
tados obtenidos con tomografÌas de emi-
siÛn de protones (PET), que revelan una
actividad en la corteza cingular durante Nico Frijda, psicÛlogo de la Universi- m·tico interior no est· psicolÛgicamente
las emociones conscientes. dad de Amsterdam, entiende, sin embar- organizado hasta que se da un nombre a
La investigaciÛn acometida por Arne go, que estos estudios empÌricos se limi- los colores. Por esta razÛn los af·sicos,
÷hman, del Instituto Karolinska de Esto- tan a investigar experiencias emocionales que tienen dificultades para dar nombre
colmo, respalda las diferencias esta- de segundo orden, en las que la emociÛn a los colores, no pueden diferenciarlos.
blecidas por Lane. ÷hman estudiÛ las se vive como un estado del propio cuerpo. En otro orden, culturas diferentes de la
reacciones de temor. En el cerebro, expo- La emociÛn de primer orden, por el con- nuestra han desarrollado categorÌas cro-
ne, hay un profundo ìmÛdulo del temorî, trario, es intencional: no se encuentra en m·ticas peculiares.
evolutivamente anterior a las funciones nuestro cuerpo sino fuera, como propie-
cognitivas; le compete desencadenar dad del objeto de la emociÛn. En este sen- Cómo procesa el cerebro
reacciones autom·ticas inconscientes; tido la emociÛn no serÌa un estado sino formas y colores
entre ellas, las de crispaciÛn, huida o un motivo. Muy otro fue el sentir de Alex Martin,
agresiÛn. En Bressanone se tratÛ ampliamente de del Instituto Nacional de la Salud Mental
A mayor abundamiento, Ray Dolan, la percepciÛn y representaciÛn de los colo- en Bethesda. CalificÛ al color no sÛlo
neurÛlogo del Colegio Universitario de res. Charles Heywood, de la Universidad como forma, sino tambiÈn como ele-
Londres, distingue entre emociones, que brit·nica de Durham, presentÛ el caso de mento sem·ntico primitivo de la per-
pueden objetivarse en determinadas alte- un paciente con acromatopsia, incapaz, por cepciÛn del objeto. Si se trata experi-
raciones corporales, y sensaciones, que tanto, de percibir ning˙n tipo de color. mentalmente de identificar un objeto que
son experiencias emocionales cons- Pero sÌ podÌa reconocer matices y movi- se ofrece a la vista resulta, por ejemplo,
cientemente percibidas. En el hombre, mientos en los colores. Es evidente que que en las im·genes de utensilios la forma
la amÌgdala es el Ûrgano encargado de estas funciones, normalmente percibidas adquiere mayor importancia que el pro-
procesar el temor, aunque tambiÈn el como una unidad indisociable, est·n gober- pio color: un martillo azul es y sigue
asco y la tristeza. Esta actividad de la nadas desde centros cerebrales diferentes. siendo en cualquier contexto un martillo.
amÌgdala se manifiesta incluso cuando Jules Davidoff, del Colegio Gold- No asÌ en el caso de los alimentos, donde
el estÌmulo que desencadena las emo- smiths adscrito a la Universidad de Lon- el color resulta determinante. øA quiÈn le
ciones es inconsciente, como en el caso dres, creÛ cierto revuelo en la asamblea gusta comer fideos azules? Por medio de
de pacientes a quienes se les presenta en con su rotunda afirmaciÛn de que los la resonancia magnÈtica nuclear funcio-
la mitad ìciegaî de su campo visual un colores carecÌan de significado si no se nal Martin mostrÛ im·genes de la activi-
rostro que provoca miedo. expresaban con palabras. El espacio cro- dad cerebral obtenidas durante diversas

Mente y cerebro 09/2004 53


tareas perceptivas; entre ellas, atribuir a ras, a los artefactos (vÈase la figura). AsÌ, sus observaciones en pacientes con lesio-
un objeto determinados colores o activi- ˙tiles y casas est·n localizados en la misma nes cerebrales: unos presentaban tras-
dades. Resulta sorprendente la exactitud ·rea cerebral, aunque separados. Cuando tornos especÌficos en la identificaciÛn de
con que hoy pueden diferenciarse las acti- se conoce por primera vez un utensilio, utensilios mientras quedaba intacto el
vidades de ·reas cerebrales muy prÛximas. entra en actividad un ·rea de la corteza reconocimiento de seres vivos y vehÌcu-
En una conferencia aparte sobre el reco- cerebral mucho mayor que cuando se los; otros tenÌan fallos en el reconoci-
nocimiento de rasgos, Alex Martin se reconoce otro ya interiorizado. Martin miento de frutas o verduras, p·jaros, insec-
ocupÛ de cÛmo, y sobre todo de dÛnde, habla de esculpir la corteza cerebral tos, instrumentos musicales, etc. Estos
el cerebro ordena los objetos seg˙n con- mediante los procesos de aprendizaje. trastornos demuestran que los modelos
ceptos y categorÌas. Hay una serie de ·reas Sus im·genes obtenidas por resonancia de representaciÛn categorial admitidos
cerebrales rigurosamente circunscritas a muestran tambiÈn que el cerebro procesa hasta ahora carecen de finura suficiente.
los movimientos que se realizan para con- los movimientos sociales.
seguir un objetivo; otras conciernen a los Aconclusiones parecidas llegÛ Stefano
movimientos de seres vivos; unas terce- Cappa, de la Universidad de Mil·n. RelatÛ MICHAEL SPRINGER

Memantina
Mecanismo de acción

L
a memantina o clorhidrato de me- curativo o preventivo. Los tratamientos de la regulaciÛn de las neuronas corti-
mantina, cuya denominaciÛn que se aplican, de car·cter sintom·tico, cales, que terminar·n por degenerar, con
quÌmica es clorhidrato de 1-ami- se proponen aminorar el ritmo evolutivo la repercusiÛn consiguiente en las fun-
no-3,5 dimetil-adamantano, tiene como de la enfermedad, retardando la etapa ciones cognoscitivas.
fÛrmula empÌrica C 12H 21N HCl. Posee m·s grave de la misma y aumentando la En ese descubrimiento se basÛ la pri-
una estructura quÌmica cÌclica. Desde calidad de vida de los afectados. mera gran teorÌa sobre la causa de la en-
un punto de vista farmacolÛgico, se trata En las enfermedades neurodegenera- fermedad de Alzheimer, la ìteorÌa coli-
de un antagonista no competitivo, que tivas, cuyo ejemplo m·s conocido y nÈrgicaî. Hasta la fecha, ha constituido
depende del voltaje y presenta una afi- extendido es la EA, se deterioran las neu- la base de la mayorÌa de los tratamientos,
nidad moderada por el receptor NMDA ronas del cerebro sin que exista una causa dirigidos a: a) aumentar la sÌntesis de
(N-metil-D-aspartato). De la naturaleza achacable a problemas del organismo. acetilcolina incrementado la disponibili-
de receptor y su mecanismo de acciÛn Los cerebros de los enfermos de Alzhei- dad de sus precursores (colina, lecitina);
nos ocuparemos aquÌ. mer se caracterizan por la acumulaciÛn b) inhibir la degradaciÛn de la acetilcoli-
Introducido en el mercado terapÈutico extracelular de proteÌnas fl-amiloides, na, paralizando la acciÛn de la acetilco-
alem·n en los aÒos setenta del siglo pasado que forman placas amiloides; y, en el linesterasa, enzima encargada de destruir
para el tratamiento del Parkinson y otras interior de las cÈlulas, proteÌna tau hiper- la acetilcolina despuÈs de haber ejercido
patologÌas neurodegenerativas, la meman- fosforilada que origina los ovillos neu- su efecto sobre las neuronas (ejemplos de
tina ha recibido recientemente la apro- rofibrilares (ìtanglesî), responsables del anticolinester·sicos son la tacrina, el done-
baciÛn oficial para el tratamiento de los deterioro del funcionamiento celular nor- pezilo y la galantamina); y c) estimular
casos graves o moderadamente graves mal. Tales caracterÌsticas no son exclu- directamente los receptores colinÈrgicos
de la enfermedad de Alzheimer (EA). sivas de la enfermedad de Alzheimer. Se muscarÌnicos de las neuronas corticales,
La EA constituye una de las causas de observan en otras muchas patologÌas del para recuperar la funciÛn colinÈrgica per-
demencia m·s frecuentes en nuestra socie- sistema nervioso e incluso en personas dida por la falta de acetilcolina.
dad; entre un 50 y un 70 % de todos los mayores normales, aunque siempre en Este triple abordaje terapÈutico no
casos de demencia. La incidencia de la menor concentraciÛn. ha cosechado resultados sustantivos.
demencia de Alzheimer aumenta de forma Adem·s de estas dos caracterÌsticas Por ello, se supone que en la enferme-
exponencial con la edad. La mayor espe- principales, en los cerebros de los enfer- dad de Alzheimer, aunque puede ser
ranza de vida de las personas mayores en mos de Alzheimer se manifiestan otras
los paÌses desarrollados, gracias a los avan- alteraciones celulares como la disminu- NH2HCl
ces cientÌficos y a la mejor calidad de vida, ciÛn del n˙mero de neuronas y el menor
provoca un aumento de las enfermedades n˙mero y longitud de sus dendritas (las
relacionadas con la edad, Alzheimer in- prolongaciones receptoras de los impul-
cluido, lo que coloca en una difÌcil situa- sos que les envÌan otras neuronas).
ciÛn a los sistemas sociosanitarios. En el plano molecular, la EA se distin-
gue por un desequilibrio de los sistemas
Enfermedad de Alzheimer neurotransmisores de comunicaciÛn
Seg˙n la OrganizaciÛn Mundial de la entre las neuronas. En particular, del CH3

Salud, la enfermedad de Alzheimer es sistema colinÈrgico, cuyo neurotrans-


una patologÌa del cerebro, crÛnica, de misor es la acetilcolina, que en estos H3C

evoluciÛn lenta y progresiva, de causa des- pacientes se halla muy disminuido. Ello Estructura química de la memantina.
conocida y carente de un tratamiento supone la existencia de una alteraciÛn

54 Mente y cerebro 09/2004


Transmisión glutamatérgica en condiciones normales y patológicas

A B C

MEMBRANA
PRESINAPTICA

HENDIDURA
SINAPTICA

MEMBRANA
POSTSINAPTICA -70mV -20mV -50mV
[Ca] [Ca]

MOLECULAS DE GLUTAMATO Ca2+ Mg2+


otros, de iones Ca2+, aumentando su concentración en la neu-
rona postsináptica. El aumento en la concentración intrace-
lular del calcio se traduce en la activación/inactivación de una
cascada de señales que, en último término, originan cambios
Transmisión glutamatérgica en condiciones normales (A y en la actividad neuronal, a corto y largo plazo. C) En alguna
B) y en la enfermedad de Alzheimer (C). A) Se muestra una o algunas fases de la enfermedad de Alzheimer hay una ele-
neurona en reposo. El receptor NMDA de la neurona postsi- vación constante de la concentración de glutamato en la hen-
náptica está bloqueado por los iones de Mg2+, impidiendo la didura sináptica, que provoca una despolarización parcial de
entrada de iones Ca2+ en la neurona postsináptica. B) Durante la membrana postsináptica suficiente para liberar al receptor
el impulso nervioso la neurona presináptica libera a la hendi- NMDA del bloqueo por parte de los iones de Mg2+, permi-
dura sináptica, de forma transitoria, moléculas de glutamato tiendo la entrada de calcio y el consiguiente aumento de la
en concentraciones milimolares; se produce una despolariza- concentración intracelular conduciendo a cambios en la acti-
ción de la membrana de la neurona postsináptica suficiente- vidad neuronal; la célula puede así llegar a la involución y muerte
mente elevada como para provocar el desplazamiento de los neuronal. En estas condiciones, la llegada del impulso nervioso
iones de Mg2+ del receptor NMDA y permitir la entrada, entre no supone ningún cambio en la neurona postsináptica.

importante la disminuciÛn de la neuro- misor se cuentan las neuronas de la cor- sin·ptica), al dejar pasar los iones a tra-
transmisiÛn colinÈrgica, deben darse teza cerebral. Se cree que interviene en vÈs de ellos, provocando la despolari-
otras causas y mecanismos de degene- la memoria, el aprendizaje y la plastici- zaciÛn de la membrana, y se inicia la
raciÛn de las neuronas. dad neuronal. propagaciÛn del impulso.
Cada vez hay m·s pruebas de que el Tales receptores NMDA quedan, sin
Sistema glutamatérgico aumento patolÛgico del glutamato en las embargo, bloqueados en presencia de iones
En los ˙ltimos aÒos ha cobrado notable sinapsis produce una excitaciÛn tÛxica magnesio (Mg2+), en razÛn del grado de
interÈs otro sistema neurotransmisor, sobre la neurona que recibe el impulso despolarizaciÛn de la membrana neuro-
daÒado asimismo en la EA. Nos referimos nervioso excitador. Conviene recordarlo nal postsin·ptica; a ese bloqueo se le llama
al sistema glutamatÈrgico. Se considera a la hora de explicar la patogenia de la voltaje dependiente. Por tanto, el canal,
aquÌ que los niveles de un neurotransmi- EA y del daÒo cerebral. El glutamato incluso en presencia del neurotransmisor
sor, el glutamato, se encuentran elevados ejerce su acciÛn a travÈs de diversos glutamato, puede estar bloqueado porque
con respecto a los niveles normales en receptores, clasificados como recepto- lo taponan los iones Mg2+; impidiendo el
alg˙n o algunos perÌodos del curso clÌnico res NMDA (N-metil-D-aspartato) y no- flujo de los otros iones excitadores.
de la enfermedad; provocan un fenÛmeno NMDA, seg˙n sean o no sensibles a esta Los canales NMDA constan de un hete-
de neurotoxicidad, que acarrea la dege- substancia quÌmica. rotetr·mero, constituido mediante la com-
neraciÛn de determinadas neuronas, lo binaciÛn de varias proteÌnas, codificadas
que repercute en el deterioro de las fun- Receptores NMDA a partir de tres familias de genes: GluN1,
ciones cognoscitivas. Sobre ese sistema Los receptores NMDA son canales iÛni- GluN2 y GluN3. De estas tres familias, las
neurotransmisor act˙a la memantina; es cos permeables a los iones de calcio m·s importantes son las dos primeras, que
decir, constituye su diana terapÈutica. (Ca2+), sodio (Na+) y potasio (K+). Se dan lugar, respectivamente, a 8 y 4 proteÌ-
El glutamato, uno de los amino·cidos activan tras la liberaciÛn del neuro- nas de acciÛn similar, o isoformas. La su-
componentes de las proteÌnas, es el prin- transmisor por parte de la neurona que bunidad GluN3 se expresa predominante-
cipal neurotransmisor excitador del sis- envÌa el impulso nervioso (presin·ptica), mente durante el desarrollo del sistema
tema nervioso central (SNC). Se calcula como consecuencia de la llegada de este nervioso central; no parece formar cana-
que se emplea por el 70 % de todas las impulso nervioso a su terminaciÛn. Los les homomÈricos funcionales que el glu-
sinapsis excitadoras del SNC. Entre las NMDA producen entonces la excitaciÛn tamato activa. (HomomÈrico indica inte-
neuronas que utilizan este neurotrans- de la neurona receptora del impulso (post- grado por los mismos tipos de proteÌnas.)

Mente y cerebro 09/2004 55


Acción de la memantina
A B

MEMBRANA
PRESINAPTICA

HENDIDURA
SINAPTICA

MEMBRANA
POSTSINAPTICA -50mV -20mV
[Ca]

MOLECULAS DE GLUTAMATO Ca2+ Mg2+ MEMANTINA Ca 2+ al interior de la neurona postsináptica (A). Cuando se
produce la llegada del impulso nervioso, y por lo tanto una
mayor liberación de glutamato por parte de la neurona pre-
En los casos de la transmisión nerviosa patológica, pense- sináptica, se incrementa la despolarización de la membrana
mos en la enfermedad de Alzheimer, los niveles de gluta- postsináptica y se produce también el desbloqueo del canal
mato provocan la despolarización parcial de la membrana, que estaba siendo impedido por la memantina; se permite
suficiente para desplazar los iones de Mg2+ del canal. En así el paso de los iones Ca2+, aumenta su concentración
esta situación, la memantina ocuparía el lugar dejado por intracelular y aparecen, en último término, cambios en la
los iones de Mg 2+, impidiendo de nuevo el paso de los iones actividad neuronal, a corto y largo plazo.

Los receptores NMDA funcionales en por lo que no se produce un desplaza- En condiciones patolÛgicas, como en
el adulto se generan a partir de la com- miento del Mg2+: el canal permanece la enfermedad de Alzheimer, los niveles
binaciÛn de distintas isoformas de las cerrado. de glutamato en la hendidura sin·ptica
subunidades GluN1 y GluN2. Seg˙n las SÛlo cuando el impulso adquiere pudieran hallarse incrementados durante
combinaciones de estas subunidades, los intensidad suficiente, como ocurre en algunas fases del proceso patolÛgico.
receptores presentar·n diferentes propie- fenÛmenos de aprendizaje y memoria, Esa situaciÛn provocarÌa una activaciÛn
dades a efectos de transmisiÛn del impulso se produce una gran despolarizaciÛn constante de los receptores NMDA y no-
nervioso, de sensibilidad al ion Mg2+ y neuronal (ñ20 mV), capaz de desplazar NMDA y, por lo tanto, una despolariza-
la consiguiente capacidad de bloqueo los iones Mg2+ y desbloquear los recep- ciÛn de la membrana postsin·ptica, sufi-
de los impulsos, con distinta capacidad tores NMDA; queda asÌ libre el poro ciente para desbloquear los receptores
de ser regulados mediante f·rmacos. por donde penetran en el interior celu- NMDA(ñ50 mV); el desbloqueo permiti-
En condiciones de reposo celular, sin lar los iones Ca2+, cuya concentraciÛn rÌa un flujo constante de Ca2+ al interior
transmisiÛn sin·ptica, la neurona presi- aumenta en la neurona. En virtud de ese celular, con el aumento constante de su
n·ptica no libera glutamato. La mem- aumento de la concentraciÛn del calcio, concentraciÛn hasta llegar a niveles pato-
brana de la neurona postsin·ptica per- se asiste, por un lado, a un cambio tran- lÛgicos para la cÈlula. En ese momento,
siste hiperpolarizada (ñ70 milivolt). Los sitorio r·pido, que colaborarÌa en la se activarÌan otras cascadas metabÛlicas
receptores NMDA se hallan entonces transmisiÛn del impulso nervioso de esa intracelulares que, de no ser contrarres-
bloqueados por iones Mg2+. otra neurona, y, por otro, a cambios tran- tadas, llevarÌan a la neurodegeneraciÛn
La escena cambia durante la trans- sitorios m·s lentos, mediatizados por e incluso la muerte neuronal.
misiÛn del impulso nervioso. La neurona diversos mecanismos intracelulares. El En la enfermedad de Alzheimer, la
presin·ptica libera glutamato en la hen- calcio puede entonces unirse a proteÌ- posible hiperactividad de las neuronas
didura sin·ptica; tal secreciÛn activa los nas fijadoras de calcio, almacenarse en corticales en los primero estadios clÌni-
receptores NMDA y no-NMDA. Esta espacios intracelulares (calciosomas), cos (que ocurrirÌa por motivos total-
activaciÛn provoca la despolarizaciÛn activar o inhibir cascadas metabÛlicas, mente desconocidos hasta ahora, aun-
de la membrana de la neurona postsi- etc. Todo ello induce diversas modifica- que algunos investigadores, basados en
n·ptica, debido, sobre todo, a la activa- ciones a corto y largo plazo en la fun- pruebas indirectas, la consideran un
ciÛn de los receptores no-NMDA que cionalidad de la neurona. Algunos de hecho real) podrÌa originar una neuro-
dejan pasar iones Na+ y K+. La despo- estos cambios intervienen directamente toxicidad selectiva sobre neuronas cor-
larizaciÛn alcanzada no es suficiente en las funciones superiores (memoria, ticales o sobre neuronas basales que reci-
para desbloquear los receptores NMDA, aprendizaje, etc.). ben los terminales glutamatÈrgicos.

56 Mente y cerebro 09/2004


Mecanismo de acción polarizaciÛn constante de las neuronas lo ˙ltimo, se trataba de investigaciones
de la memantina receptoras de impulsos por debajo de los de corta duraciÛn. A dosis terapÈuticas,
Hasta el momento, los ensayos realiza- ñ50 milivolt; entrarÌa entonces un flujo la memantina es un medicamento que
dos en ratas de edad avanzada, en mode- abundante de iones Ca2+ y se produci- no presenta efectos secundarios de impor-
los animales experimentales de hipoxia rÌan fenÛmenos tÛxicos con degeneraciÛn tancia. No es teratogÈnico, ni mutagÈnico,
y en ratas lesionadas con fl-amiloide, con de estas neuronas. ni carcinogÈnico. Cabe la combinaciÛn
·cido quinoico u otros, habÌan demostrado Se supone que, bajo tratamiento con de la memantina con inhibidores de ace-
que la memantina ejercÌa efectos neuro- memantina, cuando se llegara a los tilcolinesterasa, un procedimiento, al
protectores ante la degeneraciÛn neuro- ñ50 mV y se pudiera poner en funciona- parecer, bien tolerado por los pacientes.
nal; comportaba, adem·s, una mejora en miento el canal de NMDA por la libera- A la vista de los estudios realizados,
los niveles de aprendizaje y de memo- ciÛn del magnesio, se forzarÌa un nuevo el tratamiento con memantina resulta
ria. Los estudios clÌnicos con humanos taponamiento del canal por el medica- beneficioso, aunque necesita de una
son escasos, aunque han demostrado, mento. Con la llegada de nuevos impul- mayor investigaciÛn preclÌnica en el caso
igualmente, efectos beneficiosos en casos sos nerviosos, se provocarÌa una mayor concreto de la enfermedad de Alzheimer,
moderados y graves de demencia. despolarizaciÛn, se desbloquearÌa el recep- asÌ como de un mayor tiempo de estu-
Se cree que el mecanismo de acciÛn de tor por parte de la memantina y entrarÌan, dio clÌnico para determinar sus posibi-
la memantina podrÌa ser el ya citado: blo- por ende, iones Ca2+, incrementando la lidades terapÈuticas. No cura la enfer-
queo del receptor NMDA, de igual manera concentraciÛn intracelular. Facilitada asÌ medad, pero su posible utilizaciÛn en
que lo hacen fisiolÛgicamente los iones la transmisiÛn del impulso nervioso y la combinaciÛn con otros medicamentos
de Mg2+. Mas, a diferencia del magnesio, puesta en marcha de diferentes cascadas (como los anticolinester·sicos antes men-
la memantina sÛlo puede bloquear el recep- metabÛlicas, se obtendrÌa un cambio en cionados) mejorarÌa la calidad de vida
tor cuando Èste se encuentra activado por la actividad de las neuronas, aunque de de estos pacientes y sus cuidadores, retar-
el glutamato; precisa, adem·s, un mayor una manera que no parece patolÛgica. dando la llegada de los sÌntomas m·s
grado de despolarizaciÛn de la membrana graves.
postsin·ptica para liberarse del receptor. Conclusiones
Pudiera ocurrir que, en la enfermedad Los estudios realizados hasta el momento
de Alzheimer, existiera una producciÛn han sido llevados a cabo en animales de
intensa de glutamato en algunas neuro- experimentaciÛn; en alguna ocasiÛn, M.a ISABEL ALVAREZ VICENTE, Instituto
nas, de manera que se indujera una des- tambiÈn en humanos. Cuando ha ocurrido Cajal, CSIC Fundación Alzheimer España.

La nicotina
Acción neurodegenerativa

øP
NPRA ABROUS
or quÈ cuesta tanto dejar de
fumar? La nicotina, una mo-
lÈcula contenida en el tabaco,
se fija sobre ciertos receptores cerebra-
les. Esta fijaciÛn entraÒa la liberaciÛn de
un neurotransmisor del placer, la dopa-
mina. Pero, cuando baja la concentraciÛn
de dopamina, el fumador siente un vacÌo
y es acuciado por la necesidad de encen-
der otro cigarrillo. El tabaco causa enfer-
medades cardiovasculares, c·nceres e
insuficiencias respiratorias. Hasta hace
poco se pensaba que el cerebro no era
daÒado por la nicotina y que sÛlo se bene-
ficiaba del placer que la absorciÛn de Èsta LA MULTIPLICACION DE NEURONAS se retarda en presencia de nicotina. Aparecen
le producÌa y de una cierta estimulaciÛn más neuronas en el giro dentado —una estructura del cerebro— de la rata que no
de la capacidad intelectual. Pier-Vincenzo recibe nicotina (a la izquierda: coloreados en marrón, los somas celulares de las neuronas nuevas),
Piazza y Djoher Nora Abrous, de la uni-
que en la misma estructura de una rata (a la derecha) que ha recibido durante cuarenta
dad INSERM U239, han observado una
realidad muy diferente: la nicotina debi- días nicotina en concentración equivalente a la que se registra en la sangre de los
lita las conexiones entre neuronas, frena fumadores.
su crecimiento y las destruye. Acaba de
caer uno de los ˙ltimos bastiones de la
resistencia nicotÌnica. ratorio a la autoadministraciÛn de nico- que les inyectaba nicotina cada vez que
El grupo de Piazza empezÛ por pro- tina. PonÌan sobre el dorso de los roe- metÌan el hocico en determinado agu-
mover la habituaciÛn de ratas de labo- dores un catÈter conectado a una bomba jero. Las ratas podÌan optar entre dos agu-

Mente y cerebro 09/2004 57


jeros: uno no traÌa consecuencia alguna, ahÌ neuronas que crecen permanente- muere en el cerebro de las ratas expues-
pero el otro comportaba la inyecciÛn de mente, respondiendo a las necesidades tas a la nicotina.
nicotina. Al comienzo de su ìaprendi- de memorizaciÛn del animal. Pues bien, Por lo tanto, la nicotina debilita las
zajeî, las ratas metÌan el hocico indis- en las ratas expuestas durante un tiempo propiedades regenerativas del cerebro.
tintamente en un agujero o en el otro. prolongado a la nicotina, esta estructura Esta observaciÛn parece ser contraria a
DespuÈs, a medida que la dependencia cerebral sufre notables cambios: se pro- las vivencias de los fumadores, que,
se fue asentando, se interesaron con fre- duce menos cantidad de molÈculas que cuando necesitan concentrarse, fuman un
cuencia creciente por el agujero que aseguran la adherencia entre los extre- cigarrillo. De hecho, la nicotina volve-
desencadenaba la inyecciÛn de nico- mos neuronales; las conexiones se debi- rÌa a dar alguna ìfuerzaî a las neuronas
tina. Una vez fijado este comportamiento litan y se entorpece la transmisiÛn de supervivientes, con lo que el sujeto alcan-
de autoadministraciÛn, se les extrajo el informaciÛn; se retarda el ritmo de pro- zarÌa su normal umbral de actividad. Por
cerebro. ducciÛn de neuronas, pues mientras en esto es, verosÌmilmente, por lo que los
Se han examinado las cÈlulas nervio- la rata normal se forman diez, sÛlo se fumadores experimentan esa imperiosa
sas de una regiÛn cerebral que desem- forman cinco en la habituada al con- necesidad de fumar: sin la nicotina, en
peÒa un papel decisivo en ciertos pro- sumo de nicotina; por ˙ltimo, una pro- situaciones de estrÈs o de esfuerzo inte-
cesos cognitivos: el giro dentado. Hay porciÛn no despreciable de neuronas lectual intenso, se sienten debilitados.

Geometría en la gramática
En la gramática palikur la numeración difiere según la dimensión y la forma de los objetos

D
e los 170.000 habitantes de la intrÌnsecamente vinculados (racimos), no es el mismo si lo lavado es una cuerda
Guayana, 6000 son amerindios. unidos por una atadura, empaquetados o un remo.
De entre ellos, unos 1000 pali- o agrupados en un cesto. Esta lengua, de gran sutileza, sigue
kures moran en Saint-Georges de Tampoco resulta sencillo contar. Aun- siendo la lengua materna de muchos
líOyapock y en diversas aldeas de las que se utiliza la base decimal, no existen pequeÒos palikures. En la actualidad, m·s
regiones costeras. La lengua palikur se tÈrminos para los n˙meros ocho y nueve, de dos terceras partes de los palikures tie-
caracteriza por la integraciÛn de con- que se dicen, por ello, ìsiete con uno su nen menos de 20 aÒos, pero se integran
ceptos geomÈtricos en la gram·tica. aÒadidoî y ìsiete con dos su aÒadidoî. mal en el sistema escolar, por los docen-
Para la enumeraciÛn de objetos, los Once se dice ìdiez con un su aÒadidoî y tes, que con frecuencia proceden de la
palikures toman en consideraciÛn la dieciocho ìdiez con siete su aÒadido con metrÛpoli, no hablan su lengua y tienen
dimensiÛn (1, 2 o 3) y simetrÌa. Distin- uno su aÒadido m·sî. La cosa se complica dificultad para tender puentes entre el
guen asÌ seis clases de objetos: objetos r·pidamente, y asÌ, 98 se dice ìsiete dece- francÈs y el palikur, y para comparar los
de tres dimensiones esfÈricos, c˙bicos nas con dos decenas su aÒadido con siete dos sistemas. Para paliar esta dificultad,
o paralelepipÈdicos (naranja, caja, su aÒadido con uno m·sî. Adem·s, se los ling¸istas tratan de mejorar los inter-
maleta); objetos alargados de tres dimen- agregan sufijos a multitud de verbos y adje- cambios. A este fin, Michel Launey, de
siones (pl·tano, bastÛn, botella); de dos tivos, en funciÛn de la forma del objeto la Universidad ParÌs 7, ha recopilado todas
dimensiones planas (espejo, estera, libro); al que hacen referencia. El verbo ìlavarî las reglas de la gram·tica palikur.
de dos dimensiones cÛncavas (piragua,
cubeta); de una dimensiÛn, prescindiendo
de sus extremos (rÌo, camino, hilo); de
una dimensiÛn, con un extremo (cas-
cada, pozo, poste). Han aÒadido dos cla-
Reglas
ses m·s, de dimensiÛn atÌpica: la clase
de lo ìvoluminosoî a la que asignan for- Regla 1: El número (uno o dos) cambia según la forma geométrica del objeto.
mas irregulares y de gran tamaÒo (nube, Una naranja: pahow uwas
Una cuerda: pahatra kuwawta
poblado) y la de los objetos de formas
Dos naranjas: pisoya uwas
arborescentes o que est·n compuestas Dos cuerdas: pithara kuwawta
de varias partes solidarias (·rbol, collar).
Los nombres, en la frase, son invaria- Regla 2: El número varía según que los objetos se encuentren aislados o
bles, pero el cardinal (uno, dos, tres, etc.) agrupados, sea de forma natural o por una atadura.
depende de la forma del objeto. Un cesto de naranjas: pahayh panye uwas ; dos cestos de naranjas: pisina panye
La situaciÛn se complica en la enu- uwas . Un racimo de dátiles: pahatwi was ; dos racimos de dátiles: pitiwna was .
meraciÛn de los conjuntos de objetos. En Una sarta de peces: pahaki im ; dos sartas de peces: pikina im .
este caso, el n˙mero depende de la dis- El verbo lavar no es el mismo si lo lavado es una cuerda o un remo. El sufijo
posiciÛn de los objetos, pues varÌa seg˙n es — buk si el objeto es lineal, y — boha o — bo si es plano. Existen por ello
que el conjunto estÈ constituido por obje- nueve sufijos.
tos autÛnomos (humanos, animales),

58 Mente y cerebro 09/2004


El dolor imaginario
La función reparadora de las prótesis

C
uando los medios de comunica- A veces, estas adaptaciones comportan Las reorganizaciones, asÌ como los
ciÛn hablan de reestructuraciÛn consecuencias negativas manifiestas. dolores fantasma, disminuyen cuando
y reorganizaciÛn, se refieren, por No son infrecuentes los sÌndromes aso- el paciente utiliza una prÛtesis mioe-
lo com˙n, al mundo de la empresa o de ciados con medidas de reestructuraciÛn lÈctrica justo despuÈs de la amputaciÛn
la gestiÛn de entidades. Pero en nuestro dirigidas erradamente. Lo observamos y de manera regular. El ·rea cortical
cerebro ocurren tambiÈn procesos simi- en el ac˙feno o tinnitus, sensaciÛn auditi- afectada torna a tener trabajo. Las seÒa-
lares. Si es necesario, se producen peque- va anormal que se manifiesta a travÈs les elÈctricas recibidas por dicha ·rea
Òos y grandes cambios estructurales en de molestos ruidos subjetivos en el oÌdo, provenientes del m˙sculo son reem-
la corteza cerebral, sede de nuestras facul- como campanadas o silbidos. En pacien- plazadas por los motores en movimiento
tades superiores. Pero, como revela una tes que lo sufrÌan desde hacÌa aÒos, se de la prÛtesis. En reorganizaciones cor-
investigaciÛn reciente, estos cambios no descubriÛ que se habÌa expandido de ticales con consecuencias no deseables
son irreversibles, sino que revierten una forma desmesurada la parte audi- surge inmediata la pregunta: øes posi-
cuando las circunstancias lo requieren. tiva de la corteza que procesa las fre- ble revertir con Èxito estas reorgani-
Las reorganizaciones corticales se nos cuencias ac˙sticas percibidas como ruido zaciones, de forma artificial? Hasta
ofrecen travÈs de mÈtodos de diagnÛs- en el oÌdo. hace poco, carecÌamos de una respuesta
tico por la imagen, como la tomografÌa Especialmente dram·ticas son las reor- tajante.
de resonancia magnÈtica funcional. ganizaciones que causan el dolor fan- Pero habÌa ciertos indicios que apun-
Gracias a esta tÈcnica podemos investi- tasma de miembros inexistentes por pÈr- taban hacia una contestaciÛn afirmativa.
garlas de manera no invasiva; asÌ se ha dida traum·tica. Las modificaciones Por ejemplo, con el empleo adecuado de
demostrado que, la mayorÌa de las veces, afectan a dos tipos de ·reas: las motri- prÛtesis mioelÈctricas remitÌan a veces
los cambios ataÒen a la estructura y fun- ces y las somatosensoriales. Las prime- los dolores fantasma existentes, si no los
ciÛn de zonas delimitadas de la corteza ras controlan los movimientos de las eliminaba por completo.
cerebral. diferentes partes del cuerpo, mientras Hasta que pudo seguirse directamente,
Pocos aÒos atr·s, se creÌa todavÌa que que las segundas procesan las sensacio- por primera vez, la reversiÛn de las reor-
la estructura cerebral de una persona sÛlo nes que provienen de estas partes. Una ganizaciones. La persona estudiada era
era susceptible de modificaciÛn hasta la caracterÌstica especial de tales zonas per- un pintor francÈs de 37 aÒos, que habÌa
llegada de la edad adulta. Pero ha que- fectamente definidas estriba en su dis- perdido ambas manos en un accidente.
dado ya manifiesto que hasta la edad posiciÛn relativa, un autÈntico reflejo de Cuatro aÒos despuÈs, los cirujanos le im-
avanzada pueden ocurrir reorganizacio- las partes del cuerpo correspondientes. plantaron unas manos nuevas que le per-
nes en la corteza. Se comprueba, por AsÌ, la regiÛn del cerebro responsable de miten poder volver a descolgar el telÈ-
ejemplo, en los m˙sicos que se consa- la mano derecha se halla al lado de la fono o lavarse los dientes. Unos meses
gran largos aÒos a la ejecuciÛn instru- responsable del antebrazo derecho, pero antes del implante, Pascal Giraux, Angela
mental. En comparaciÛn con otras ·reas, bastante alejada de las ·reas de la mano Sirigu, Fabien Schneider y Jean-Michel
se extienden en Èstos las ·reas cortica- izquierda o de las piernas. Dubernard, del Instituto de Ciencias
les responsables de los dedos; se mol- Con las investigaciones en amputa- Cognitivas de Bron, investigaron al
dea, por asÌ decir, su configuraciÛn som·- dos se ha podido determinar la estrecha paciente por medio de una tomografÌa
tica de acuerdo con las exigencias relaciÛn entre dolores fantasma y reor- de resonancia magnÈtica funcional. Y lo
artÌsticas. ganizaciÛn cortical. Los dolores resul- mismo hicieron meses despuÈs. De la
TambiÈn en la secciÛn del cerebro tan tanto m·s agudos cuanto m·s intensa comparaciÛn de las observaciones dedu-
responsable de la audiciÛn se pueden ha sido la reorganizaciÛn de la corteza cirÌan si hubo cambios en las ·reas motri-
comprobar cambios cuando las perso- cerebral despuÈs de la operaciÛn. Las ces y somatosensoriales de la corteza
nas investigadas son entrenadas para la razones son f·ciles de entender. La regiÛn cerebral. Se fijaron en la actividad elÈc-
percepciÛn de frecuencias ac˙sticas par- cortical que antes de la amputaciÛn era trica cerebral durante la flexiÛn y dis-
ticulares. Cabe incluso una reprograma- responsable de la extremidad afectada, tensiÛn de los dedos y los codos; el movi-
ciÛn de ·reas completas de la corteza queda luego sin funciÛn. Por lo tanto, esa miento de los dedos antes del implante
cerebral. AsÌ se observa en los ciegos regiÛn asume progresivamente tareas de sÛlo tenÌa lugar, naturalmente, en la ima-
de nacimiento: regiones de la corteza, las zonas de la corteza cerebral adya- ginaciÛn del paciente.
que normalmente sirven para la vista y centes, que la mayorÌa de las veces son De acuerdo con lo esperado, la pÈr-
no se utilizan debido a la falta de es- responsables de partes del cuerpo adya- dida de las manos provocÛ una reorga-
tÌmulos visuales, se emplean para el centes al lugar de la amputaciÛn. Debi- nizaciÛn cortical. Reflejo de la misma,
oÌdo y el tacto. do a ello, tales ·reas cerebrales colin- la actividad elÈctrica de las cÈlulas ner-
dantes se trasladan paulatinamente óen viosas por el movimiento imaginario de
Campanadas penetrantes pacientes con fuertes dolores fantasmaó los dedos se producÌa sobre todo en el
y silbidos en el oído hasta varios centÌmetros. Esto explica lÌmite exterior del ·rea motriz, que ori-
Las reorganizaciones corticales no re- por quÈ el paciente, al ser tocado por ginalmente era responsable de la mano.
sultan siempre adaptaciones propicias ejemplo en el muÒÛn del brazo, puede Su actividad m·s importante se encon-
ante situaciones cambiantes, con las cua- percibir sensaciÛn de dolor en la mano trÛ muy cerca del ·rea de la expresiÛn
les el cerebro incrementa su rendimiento. amputada. del rostro.

Mente y cerebro 09/2004 59


Marcha atrás de la reorganización cerebral

THOMAS BRAUN / QUELLE: P. GIRAUX


70

60

50

40

30

20

10
-60 -50 -40 -30 -20 -10 0 0 10 20 30 40 50 60

Cuatro años después del accidente en que perdió ambas La región de intersección de ambas zonas de actividad está
manos, la región de la corteza cerebral motriz, que está representada en verde.
activa por el movimiento imaginario de los dedos, se tras- Las actividades de la corteza cerebral fueron rastreadas con
ladó notoriamente ( rojo ) hacia la zona de la corteza que ayuda de la tomografía de resonancia magnética funcional.
es responsable de la expresión del rostro. Seis meses des- En las gráficas de la corteza cerebral están indicadas res-
pués del implante de nuevas manos, se apreciaba un movi- pectivamente las partes del cuerpo representativas, como si
miento de regreso hacia la zona de actividad original ( azul ). fuera un homunculus .

La situaciÛn volviÛ a cambiar tras el reestructuraciones corticales no tenÌan tura del cerebro, hay una suerte de es-
implante. La actividad de las cÈlulas ner- por quÈ ser calle de sentido ˙nico. quema general del cuerpo, de acuerdo con
viosas se trasladÛ de nuevo, poco a poco, En esa investigaciÛn destaca un aspecto el cual se orientan las reestructuracio-
hacia la regiÛn de la mano. Dos meses de especial interÈs: el cerebro habÌa nes ulteriores. Habr· que dilucidar la
despuÈs de la operaciÛn, se percibÌa ya tomado nota de la situaciÛn antes de la realidad de esa impresiÛn, cu·l es su ex-
ese desandar el camino hacia el origen; amputaciÛn. En principio, la reorgani- presiÛn material y de que modo se orien-
m·s tarde, aparecÌa con toda nitidez. Se zaciÛn posterior al implante de las manos tan las reorganizaciones reparadoras,
desarrollÛ una reorganizaciÛn similar hubiera podido resultar en alguna otra como la aquÌ descrita.
con el movimiento de los codos y en las direcciÛn. øCÛmo sabe el cerebro cu·-
regiones cerebrales somatosensoriales les son las ·reas que originalmente esta-
correspondientes. Queda asÌ, por vez pri- ban previstas para las manos? DirÌase que,
mera, paladinamente manifiesto que las profundamente anclado en la arquitec- HARTWIG HANSER

El gen del lenguaje


Relación entre el gen FOXP2 y la expresión oral

T
odos hemos oÌdo m·s de una vez: cidiÛ la apariciÛn de ese gen con el adve- y que probablemente ha sido un prerre-
los genomas del chimpancÈ y los nimiento del hombre moderno? quisito para el desarrollo de la cultura.
del hombre son idÈnticos en un El lenguaje nos permite transmitir la Mientras que la informaciÛn genÈtica se
97 %. Puesto que el lenguaje es el rasgo informaciÛn (ideas, habilidades, cono- transmite de padres a hijos, la informa-
que mejor distingue al hombre del ani- cimientos, creencias) que hemos adqui- ciÛn cultural aprovecha cualquier cauce.
mal, øcÛmo se refleja esa disparidad ìen rido. Svante P‰‰bo exponÌa hace un par El conocimiento se transmite a travÈs
el tres por ciento de diferenciaî? øHay de aÒos en Nature que el lenguaje cons- del lenguaje. No iba Lamarck del todo
un gen especÌfico del lenguaje? øCoin- tituye un rasgo exclusivamente humano desencaminado cuando considerÛ que

60 Mente y cerebro 09/2004


los ìrasgos adquiridosî intervenÌan en En punto al lenguaje, el debate se cierne laringe y de las estructuras neuromus-
la evoluciÛn. SÛlo se equivocÛ de carac- en torno al gen FOXP2, que presenta dos culares asociadas que hizo posible la
teres: transmisibles son en exclusiva los caracterÌsticas curiosas: por un lado, la emisiÛn de sonidos complejos. Para
culturales; el resto de los rasgos del fe- secuencia del mismo en el chimpancÈ Martin Nowak, de la Universidad de
notipo adquiridos a lo largo de la vida muestra un par de diferencias notables Princeton, como tambiÈn para P‰‰bo, la
de una persona no pasan de una genera- respecto de la secuencia en humanos; por referencia simbÛlica, esto es, la capaci-
ciÛn a otra. Richard Dawkins, Susan otro lado, la variabilidad del gen es insig- dad de designar abstracciones, y la estruc-
Blackmore y Dan Dennett, entre otros, nificante en el seno de nuestra especie. tura sint·ctica (la combinaciÛn de pala-
hablan de ìmemesî para designar los El gen FOXP2, que codifica una proteÌ- bras), son peculiaridades del lenguaje
rasgos culturales transmisibles. Muchos na de 715 amino·cidos, tiene que ver con humano. ModificaciÛn anatÛmica y pro-
otros autores, asÌ Dan Sperber, rechazan las dificultades patolÛgicas de comuni- greso del lenguaje parecen haber evolu-
la equiparaciÛn entre genes y memes. caciÛn que afectan a ciertas familias. cionado de consuno.
Goza hoy de cierto interÈs la cuestiÛn Si este gen fuera caracterÌstico de los Un lenguaje tal es indispensable para
de ìla coevoluciÛn genoma-culturaî. No homÌnidos, serÌa interesante determinar transmitir de forma r·pida y precisa los
hay duda de que el desarrollo del cere- la fecha de su apariciÛn en el curso evo- rasgos culturales, principalmente los
bro, especialmente el de las ·reas res- lutivo. Para Richard Klein, de la Univer- conocimientos. Algunos ven, en la selec-
ponsables de la producciÛn y la com- sidad de Stanford, si hubiera aparecido ciÛn del rasgo ìlenguaje perfeccionadoî,
prensiÛn del lenguaje, se basa en cambios en su forma ìactualî hace 50.000 aÒos, una ventaja adaptativa conservada gra-
genÈticos; y no es menos evidente que habrÌa coincidido con el momento en el cias a la selecciÛn sexual. Del mismo
la cultura, a su vez, act˙a sobre la selec- que se manifestaron ìactividades ela- modo que las ciervas eligen para aparear-
ciÛn natural. La circulaciÛn de los genes boradasî, como el comercio a distancia se a los ciervos machos que berrean m·s
humanos depende de las jerarquÌas socia- o el arte. Seg˙n Klein, aunque los hom- alto y mejor, las mujeres habrÌan elegido
les: los centenares de concubinas de los bres son anatÛmicamente modernos a los hombres que mejor hablaban como
emperadores de China transmitÌan gene- desde hace bastante m·s de 50.000 aÒos, padres para sus hijos contribuyendo, con
rosamente los genes del Hijo del cielo... sÛlo pudieron desarrollar un lenguaje ello, a la evoluciÛn de la humanidad.
En el reino animal, si el hombre no hu- comparable al nuestro gracias a la selec- Aunque muchos discrepan de Klein,
biera preservado las mutaciones que en ciÛn de una conformaciÛn particular del de que podamos situar las ìactividades
circunstancias normales habrÌan sido gen FOXP2. La idea de una fase de ace- elaboradasî hace 50.000 aÒos, los estu-
contraseleccionadas, hoy en dÌa pro- leraciÛn durante la evoluciÛn ìrecienteî dios sobre el ìgen del lenguajeî, por muy
bablemente no existirÌan m·s que unas del hombre habÌa sido formulada en los incompletos que sean, est·n en el fondo
pocas de las 400 o 500 razas de perros aÒos ochenta por Randall White, de la de las preguntas existenciales que se
que conocemos. A todo ello hemos de Universidad de Nueva York, quien la si- plantea la humanidad.
sumar la influencia directa y cada vez tuaba 35.000 aÒos antes de Cristo.
mayor de lo cultural sobre lo genÈtico Muchos biÛlogos consideran que la
mediante manipulaciones de la molÈ- clave del surgimiento del ìhombre CLAUDE COMBES, profesor de biología de
cula del ADN. modernoî est· en la evoluciÛn de la la Universidad de Perpiñán.

Método psicoanalítico
Tras problemas de aparente sencillez, así la nostalgia o la inseguridad, subyacen conflictos más profundos

H
ace un aÒo que Gracia se ha Pero esos medios trillados no le sirven a nuaciones sexuales de su novio. Se refu-
marchado del hogar paterno. Gracia de gran ayuda. øPor quÈ? gia en el deporte para endurecer algunas
Ahora vive en un apartamento Las preocupaciones de Gracia tienen, zonas blandas del cuerpo, como el vien-
estudiantil. Con sus veintidÛs aÒos, lleva en verdad, raÌces m·s hondas. No sÛlo tre y el trasero. Parece como si Gracia
una vida activa y autosatisfactoria. O tal siente nostalgia por la vida de su hogar, rechazara todo lo que en ella hay de feme-
parece: asiste a la universidad, tiene novio sino que, adem·s, le amedrenta la auto- nino. Mas, a diferencia de la mayorÌa de
y amigos, le gusta el arte y frecuenta los nomÌa personal. Proviene de un ambiente las mujeres anorÈxicas, ella sufre con esos
acontecimientos culturales. Sin embargo, familiar en el que siempre gozÛ de pro- ayunos que se impone y considera su caso
Gracia no es feliz. Sufre crisis periÛdicas tecciÛn y cuidados; no est· preparada como necesitado de tratamiento.
de personalidad, echa de menos a sus para vivir sola. Debe recuperar buena Preocupada por su crisis personal,
padres y se siente perdida y deprimida. parte de experiencia vital y eso parece Gracia acude a la consulta de una psi-
A primera vista, nada insuperable. desbordarla. coanalista. El psicoan·lisis fue desarro-
Quien atraviesa crisis de personalidad AÒadamos que Gracia presenta sÌnto- llado hace cien aÒos por Sigmund Freud
necesita interlocutores con los que dia- mas de anorexia nerviosa. Ayuna con fre- (1856-1939). El punto de arranque fue
logar sobre asuntos de interÈs. Toda per- cuencia y, pese a la continua pÈrdida de el interÈs de este neurÛlogo vienÈs por
sona inexperta precisa una guÌa para hacer peso, se considera obesa. El rechazo de los efectos de los procesos psÌquicos
frente al dÌa a dÌa. Y lo mejor contra la la comida ha terminado por cortarle la inconscientes sobre los sentimientos, el
nostalgia es la diversiÛn y la distracciÛn. regla. Ni entra en el juego de las insi- pensamiento y el comportamiento.

Mente y cerebro 09/2004 61


Sumario de psicoanálisis
• El psicoanálisis constituye un método de tratamiento de elementos desemboca en conflictos psíquicos y, por ende, en
los problemas psíquicos basado en una relación de con- trastornos de la conducta.
fianza entre el terapeuta y el paciente. El psicoanalista ayuda
a éste a percibirse a sí mismo y a los procesos de su psi- • Durante el proceso de conocimiento psicoanalítico, el
que de forma más precisa, para así poder entenderlos mejor. paciente debe aprender a entender cómo se produjeron sus
El psicoanálisis se propone reforzar la personalidad del experiencias y la influencia que tienen sobre su comporta-
paciente.A partir de ahí puede reconocer él mismo sus difi- miento y sus relaciones interpersonales. Especialmente sig-
cultades en el futuro; aprende también a resolverlas de nificativas son las experiencias de la infancia, pues éstas aflo-
manera productiva mediante la superación de sus mecanis- ran en los trastornos de conducta actuales.
mos de rechazo y de sus conflictos internos. Hasta que se
consigue este objetivo el tratamiento puede durar unas cuan- • La premisa más importante de un tratamiento psicoa-
tas semanas o varios años. nalítico positivo es siempre la voluntad del paciente de
explorar sus problemas conjuntamente con el terapeuta:
• El psicoanálisis se basa en un modelo desarrollado por la disposición para la autoexploración. El psicoanálisis no
Sigmund Freud (1856-1939), según el cual la psique está divi- puede ayudar a pacientes no cooperativos, que no sufren
dida en tres ámbitos dinámicos e interactivos entre sí: el Ello, y en consecuencia no están dispuestos a hablar de sus
el Yo y el Superyó. Para Freud, una discordancia entre estos problemas.

Compromisos baratos paciente entienda sus conflictos y que Muchas personas consideran esta tera-
Freud dividiÛ la psique en tres ·mbitos: pueda llegar a desmontar las posiciones pia como una posibilidad especial de
el ìYoî, consciente de sÌ mismo; el ìElloî, de rechazo inconscientes. En el caso ideal, experimentarse a sÌ mismo y de reo-
regulado por los instintos, y el ìSuperyÛî, al final del an·lisis debe forjarse una per- rientar su vida. DespuÈs, y seg˙n los
la conciencia moral superpuesta. Los sonalidad fuerte y sensible. casos, el tratamiento dura mucho tiempo,
tres pueden entrar en conflicto entre sÌ, Y ahÌ justamente es donde Gracia a menudo varios aÒos. Pero en el caso
especialmente el Ello (que tiende a la encuentra dificultades. Teme no poder de Gracia basta una miniterapia de cinco
nuda satisfacciÛn placentera) con el con- mantener su autonomÌa, todavÌa un poco sesiones de una hora cada una; se trata
trolador SuperyÛ. El primer germen de vacilante, ni tampoco la relaciÛn con su de prestarle ayuda en una crisis aguda.
este fenÛmeno se siembra ya en la infan- novio o los contactos con nuevas amis- En primer lugar, la terapeuta de Gracia
cia, con las experiencias contradictorias tades. El tirÛn hacia el hogar paterno se tiene que sopesar el conflicto interno de
que los padres transmiten a su progenie: torna apremiante. La joven ama y venera su paciente. A partir de ahÌ puede ayu-
por un lado se preocupan solÌcitos del a sus padres con un cariÒo infantil; se darle a reconocer sus puntos fuertes y a
bienestar corporal y espiritual del hijo sigue viendo a sÌ misma insignificante utilizarlos en su beneficio. En esta situa-
y, por otra parte, le infligen malestar o y pequeÒa. Por eso tiene miedo a llevar ciÛn importa que se cree una atmÛsfera
incluso dolor, aunque sea con la vista una vida independiente, no confÌa en sus en la que la joven pueda sincerarse y se
puesta en el interÈs de su seguridad y de- propias fuerzas y teme no poder satis- sienta como una compaÒera con los mis-
sarrollo a largo plazo. Los dos polos, a facer las expectativas de los dem·s. mos derechos que su terapeuta. De ese
los que se podrÌa denominar como ìpla- En este caso el acceso al psicoan·lisis modo, la colaboraciÛn puede transfor-
cerî y ìmantenimientoî, se cruzan de puede ayudarle a superar sus problemas, marse en un ìacontecimiento especialî
continuo y est·n obligados a permanen- pues en ella se dan los tres supuestos que se mantenga a largo plazo para la
tes compromisos mutuos. Y los com- esenciales para el Èxito de la terapia: paciente en forma de recuerdo positivo,
promisos vacilantes, ìbaratosî, frente a al que pueda recurrir en el futuro como
conflictos irresolutos acostumbran gene- ï Sufrimiento opresivo: se siente muy modelo para solucionar los conflictos
rar problemas psÌquicos. infeliz en su situaciÛn. de una manera autÛnoma y positiva.
Nos ofrece un ejemplo de ello la sumi- ï DisposiciÛn a una autoexploraciÛn. Gracia elige una vÌa curiosa para hacer
siÛn aparente: una persona se rebela inter- Quiere por fin saber quÈ es lo que le pasa. de su psicoan·lisis un acontecimiento
namente contra la autoridad y al mismo ï PredisposiciÛn a la transferencia: busca especial: aprovecha la circunstancia de
tiempo la teme. De ahÌ que se comporte una persona con autoridad que le ayude que las cinco sesiones se graban en vÌdeo.
servil y obediente, sin por ello dejar de y a la que pueda abrir el mundo de sus Consciente de la presencia de este ter-
olvidarse de cumplir plazos o cometer pensamientos y sentimientos, que le pare- cer participante mudo en las sesiones, la
errores. Y no le valen de gran cosa el cen prohibidos o despreciados. joven escenifica una autÈntica repre-
entrenamiento en competencia profe- sentaciÛn teatral. Habla de sÌ misma
sional ni los cambios de impresiones con Un componente esencial en el Èxito del como de una persona interesante y com-
los colaboradores, que caen en el vacÌo. tratamiento reside en la relaciÛn entre el petente y se esfuerza por resaltar su apa-
En esta situaciÛn el que m·s sufre por terapeuta y el paciente. Constituye el marco riencia externa. La relaciÛn terapÈutica
su fracaso es el afectado. de trabajo del psicoan·lisis, en cuyo seno se transforma en el escenario sobre el que
Partiendo de experiencias similares las dos partes pueden aclarar e interpre- Gracia demuestra su autonomÌa. Ella
Freud desarrollÛ un mÈtodo de tratamiento tar conjuntamente los conflictos psÌqui- dirige la obra y degrada a la terapeuta al
destinado a esclarecer los conflictos: la cos del paciente. SÛlo despuÈs se podr·n papel de simple anunciadora de las pala-
terapia psicoanalÌtica. Se pretende que el eliminar las disonancias y bloqueos. bras clave.

62 Mente y cerebro 09/2004


El centro del proceso lo ocupa un sueÒo permanecer protegido por los padres. De
largo que absorbe mucho a la paciente. hecho se nos ofrece la imagen de una
En el psicoan·lisis, los sueÒos son ìel ìeterna hijaî, asexuada, que en todo caso
camino real al inconscienteî. Freud pensa- se escapa de la influencia de la madre
ba que los sueÒos ódebidamente inter- huyendo precipitadamente y que se
pretadosó pueden develar las pulsiones, encuentra despuÈs sola y hambrienta:
las necesidades y los deseos ocultos. El algo caracterÌstico del mundo imagina-
lenguaje simbÛlico de Èstos los despega tivo de las pacientes anorÈxicas.
de la realidad y permite reconocer contex- Esta miniterapia le enseÒa a Gracia el
tos de grandes magnitudes. Extractemos valor de la reflexiÛn sobre las propias
un breve fragmento del sueÒo: vivencias y el mundo imaginado. Lo que
ìEn el cuarto hay una pesada alfom- descubre le da ·nimos para seguir avan-
bra roja, que yo arrastrÈ hasta la gale- zando en este terreno. AsÌ, por ejemplo,
rÌa haciendo un enorme esfuerzo. De empieza a sugerir en el ·mbito familiar
pronto me encontraba allÌ con un vaso algunos temas, tras lo que presume la

ZEFA
de vino en la mano. Lo derramÈ sobre existencia de problemas.
la alfombra, pero no de manera inten- Y asÌ es efectivamente. Entre las sesio- ESCASA COMPRENSION. Sólo un
cionada. DespuÈs se formÛ una mancha nes cuarta y quinta sale a relucir cierta porcentaje reducido de jóvenes anoréxicas
y yo hui corriendo...î conversaciÛn con su madre, en la que
perciben su enfermedad como una
Èsta, de edad madura, padece desde hace
Cáliz de pasión tiempo de bulimia (tendencia compulsi- patología que requiere tratamiento. Con
o copa de la victoria va a vomitar inmediatamente lo que se estas premisas apenas se pueden esperar
øCÛmo interpreta un psicoanalista el len- come), que habÌa ocultado su enferme- logros de una terapia psicoanalítica.
guaje simbÛlico de este sueÒo? ìRojoî dad hasta ahora. La miniterapia psicoana-
y ìmanchaî sugieren menstruaciÛn, des- lÌtica le insufla a Gracia la fuerza y el ·ni-
floramiento o incluso óen una visiÛn m·s mo para reunir a su familia a la mesa y rior. SÛlo este proceso le permitiÛ actuar
generaló culpa. Otras im·genes apun- proponer una conversaciÛn franca, sobre con resultado positivo y tomar concien-
tan a sufrimiento y salvaciÛn: la alfom- esos asuntos, de todos los afectados. cia de sÌ misma como mujer adulta.
bra representa una carga pesada con la Antes del psicoan·lisis, la joven se veÌa En el caso de Gracia el trabajo psico-
que ha de convivir; el vaso podrÌa sim- a sÌ misma como extraÒa e inaccesible. analÌtico ha cumplido sus objetivos: des-
bolizar el c·liz de la pasiÛn o óen otra No podÌa reconocer el conflicto que se cubrir el problema, activar el desblo-
perspectivaó la copa de la victoria en desencadenaba en su interior. Por un lado, queo, cambiar los esquemas mentales y
premio al esfuerzo realizado. intentaba todo lo posible por desligarse animar a la paciente a la acciÛn. O, en
El yo onÌrico de Gracia requiere un de sus padres, pero por otro saboteaba palabras de Freud: Gracia querÌa ser
ìenorme esfuerzo de energÌaî para pre- ella misma una y otra vez sus propios ìcapaz de amar y de trabajarî. Con ello,
sentarse como femenino con todas las esfuerzos, aferrada a la nostalgia incons- habÌa dado el primer paso en este camino.
consecuencias: manchas y sangre. AsÌ, ciente de ìseguir siendo la niÒaî. Ese
el sueÒo revela una cosmovisiÛn en la deseo la impulsÛ a la anorexia y a la nega-
que figura la autoridad prepotente de los ciÛn de su feminidad. A lo largo de la
padres. AquÌ no hay lugar para la autÈn- miniterapia, se le evidenciÛ el signifi- BRIGITTE BOOTHE es psicóloga,psicoanalista
tica feminidad, pues no se corresponde cado de su sueÒo y de sus sÌmbolos, con y catedrática de psicología clínica, psicotera-
con la imagen del niÒo que puede y debe lo que pudo reconocer su conflicto inte- pia y psicoanálisis en la Universidad de Zúrich.

Atención espacial
Un nuevo método permite “desactivar” temporalmente partes de la corteza cerebral
y mejorar la percepción visual

I
maginemos que la mitad del mundo de- convierte en triste realidad. Una apople- despertÛ y encontrÛ una pierna ìajenaî
saparece de repente. Para describirlo jÌa, un tumor cerebral o un traumatismo en su cama.
con mayor precisiÛn, que el lector no craneal pueden ocasionar daÒos en el
percibe el espacio que tiene a su izquierda cerebro que provoquen estos sÌntomas. Alteraciones de la percepción
o a su derecha. Se deja en el plato la mitad Los pacientes ìinadvertentesî óasÌ se Estos fenÛmenos posibilitan a los inves-
de la comida, se afeita o se maquilla sÛlo les llamaó ignoran todos los objetos que tigadores un fascinante acercamiento a
la mitad de la cara, se lava sÛlo la mitad se encuentran en el lado opuesto al he- los mecanismos neuronales de una fun-
del cuerpo y no se puede vestir debido a misferio cerebral daÒado. En casos ex- ciÛn cerebral esencial: la atenciÛn espa-
que no encuentra su brazo izquierdo... tremos se llega incluso a la insensibili- cial. Para orientarnos prestamente en el
øSe trata sÛlo de un experimento men- dad total de ciertas zonas del cuerpo. espacio, encontrar comida o cruzar de
tal surrealista? Para algunas personas se Cuenta Oliver Sacks de un paciente que forma segura una calle, necesitamos que

Mente y cerebro 09/2004 63


nuestro cerebro funcione como es debido.
Las disfunciones cerebrales causan las
2. ESTIMULACION MAGNETICA. El
campo magnético variable de la bobina
minusvalÌas que sufren los pacientes
ìinadvertentesî. penetra a través del cráneo en el cerebro
Las lesiones cerebrales relacionadas e induce localmente una corriente, que
con enfermedades resisten un estudio perturba la actividad neuronal normal.
sistem·tico. Por su naturaleza, no se
ciÒen a una zona determinada, sino que

JALINOUS R: GUIDE TO MAGNETIC STIMULATION, JALI MEDICAL INC., 2000.


afectan a una extensiÛn mayor, m·s
difusa. Adem·s, la apariciÛn de estos de investigaciÛn han confirmado que este
daÒos no es predecible, con lo que la tipo de estimulaciÛn reduce la excita-
comparaciÛn entre el ìantesî y el ìdes- bilidad de los grupos de neuronas has-
puÈsî queda descartada. ta varios minutos despuÈs del final de su
Con un nuevo mÈtodo de investiga- aplicaciÛn.
ciÛn se orillan tales impedimentos. Nos En el Hospital Beth Israel de Boston

THOMAS BRAUN / INSPIRADO EN:


referimos a la estimulaciÛn magnÈtica se siguiÛ este mÈtodo para investigar la
transcraneana (EMT), que permite simu- percepciÛn espacial. El ejercicio a de-
lar, de forma repetida y objetiva, lesiones sarrollar por los participantes consistÌa en
cerebrales en personas sanas. Mediante pulsar una tecla cada vez que veÌan un
una bobina mÛvil se crea un intenso campo rect·ngulo en un monitor. Se les daba la
magnÈtico variable, que penetra a travÈs consigna de fijar constantemente su aten-
del cr·neo del individuo sometido a en- ciÛn en el centro del monitor, mientras
sayo. Este campo induce, en regiones ce- que los estÌmulos aparecÌan en la perife- estÈ. Si se debilitan, por ejemplo, las
rebrales superficiales, una corriente que, ria de su campo de visiÛn. Esta prueba de regiones cerebrales del lado derecho, la
al excitar a grupos de neuronas, perturba atenciÛn puede compararse con la situa- parte izquierda se libera parcialmente
el funcionamiento normal del cerebro. Si ciÛn de una persona que se disponga a cru- de la inhibiciÛn provocada por la con-
se repite la estimulaciÛn cada segundo zar una calle y a la que se le acerque re- traria, con lo que puede desarrollar una
durante unos minutos, se consigue una pentinamente un automÛvil por uno de los actividad superior a la normal.
desactivaciÛn temporal del ·rea de cere- dos lados de su campo de visiÛn. Durante Se ha cosechado una gavilla entera de
bro correspondiente. Dicho en breve, las los experimentos, los rect·ngulos eran descubrimientos, en personas y animales,
neuronas afectadas quedan transitoria- tan pequeÒos y se hacÌan aparecer de que sugieren que este tipo de competen-
mente insensibilizadas. Diversos equipos forma tan efÌmera, que los participantes cia entre diferentes ·reas cerebrales podrÌa
sÛlo podÌan reconocer un n˙mero limi- constituir un principio de funcionamiento
tado de ellos en una misma serie de en- general. Probablemente el cerebro dis-
sayos. tribuya asÌ sus recursos de forma Ûptima.
CabrÌa tambiÈn atribuirlo a una suerte de
Lucha entre hemisferios cerebrales amplificaciÛn de seÒal: los estÌmulos que
El ·rea elegida para la estimulaciÛn fue se representan en la parte del cerebro
el lÛbulo parietal, zona que se supone ìganadoraî se amplificarÌan; los de la
implicada en los mecanismos que rigen parte ìperdedoraî se debilitarÌan.
la atenciÛn. El test se repetÌa despuÈs de PodrÌa parecer arriesgado simular
una estimulaciÛn de diez minutos. Los daÒos cerebrales en personas sanas.
participantes mostraban ligeros sÌnto- øQuiÈn desea que se desactiven tempo-
mas de inadvertencia: los rect·ngulos ralmente partes de su cerebro, aunque la
que aparecÌan en el campo visual del estimulaciÛn magnÈtica sea indolora?
lado contrario al hemisferio cerebral esti- Los resultados conseguidos en la facul-
mulado se percibÌan en menor n˙mero tad de medicina de Harvard y con no-
que antes de la estimulaciÛn. Se pudo sotros mismos como objetos del ensayo
observar, asimismo, un efecto sorpren- demuestran que este tipo de experimento
dente: la percepciÛn en este lado em- puede contribuir de forma importante a
peoraba todavÌa m·s si se presentaban la explicaciÛn de los principios que ope-
simult·neamente estÌmulos en el otro ran en el cerebro. Se enciende asÌ una luz
lado del campo visual. Adem·s, las per- de esperanza para los pacientes con lesio-
sonas objeto del estudio percibÌan un nes cerebrales, que podrÌan restablecer
mayor n˙mero de rect·ngulos en el lado el equilibrio y la competencia normal
CLAUS C. HILGETAG

intacto del campo de visiÛn que antes de entre regiones de ambos hemisferios.
la estimulaciÛn. Mejoraba, pues, la per- Otra aplicaciÛn mÈdica de la estimula-
cepciÛn en el hemisferio cerebral que no ciÛn magnÈtica transcraneal, sujeta ahora
se habÌa estimulado. a ensayo clÌnico, es el tratamiento de
1. LAS FLECHAS señalan las zonas del Para explicar tan paradÛjico y extraÒo
resultado nos valdremos de un modelo,
depresiones profundas.
lóbulo parietal estimuladas durante el
en cuyo marco los dos hemisferios cere-
experimento, ya fuera la parte derecha brales compiten por la atenciÛn. Un
o la izquierda. Arriba: vista lateral; abajo: hemisferio inhibe la actividad del otro, CLAUS C. HILGETAG enseña en la Univer-
sección horizontal. y de forma m·s acusada cuanto m·s activo sidad Internacional de Bremen.

64 Mente y cerebro 09/2004


Síndrome por déficit
de atención
con hiperactividad
Los padres de los niños hiperactivos con déficit de atención suelen estar muy poco seguros sobre el
tratamiento más adecuado. Los hallazgos neurobiológicos actuales aportan datos objetivos al debate

Aribert Rothenberger casi dos tercios de los niÒos afectados manera, estamos mucho m·s sensibili-
y Tobias Banaschewski padecen otros trastornos, como un com- zados frente a este problema. Los estu-

ëëøP
portamiento muy agresivo o dificultades dios epidemiolÛgicos de larga duraciÛn
or quÈ siempre cargo para la lectura o escritura. han revelado que hoy el SDAH no es
con las culpas cuando Pero, øexiste realmente esa patologÌa? m·s frecuente que ayer.
pasa algo?î, se pregun- Aducen los escÈpticos que se trata de una De acuerdo con el estado actual del
ta Pedro con amargura simple moda, pues este diagnÛstico se conocimiento, el SDAH representa tan
por enÈsima vez. A sus nueve aÒos se establece cada vez con m·s frecuencia en sÛlo el lÌmite de la variabilidad natural
siente permanentemente maltratado, lo los ˙ltimos tiempos. øCu·ndo se puede afir- del comportamiento humano. A propÛsi-
mismo en la escuela que en casa: repri- mar que un niÒo simplemente es muy vivo to de la etiologÌa del trastorno la investi-
mendas y amonestaciones le llueven sin y cu·ndo que es hiperactivo? No se conoce gaciÛn ha resaltado el papel primordial
cesar. Ni que decir tiene que los padres ninguna prueba que mida con precisiÛn desempeÒado por los genes; lo pusie-
y los profesores ven las cosas de manera estas cualidades del comportamiento y ron de relieve Anita Tapar, de la Uni-
muy distinta: el niÒo no para de moverse arroje un resultado nÌtido. Amenudo, per- versidad de Cardiff, en el aÒo 1999, y
y meterse en todas las peleas. Siempre sonas diferentes eval˙an a un mismo niÒo Philip Aherson, del Kingís College de
quiere encabezar los juegos y aportar de forma muy distinta. Los propios padres Londres, en 2001, en sus respectivos
nuevas ideas que confunden a los com- suelen calificar la impulsividad de su hijo metan·lisis. Los padres de los niÒos con
paÒeros. Nadie deberÌa extraÒarse, pues, de un modo diferente de la apreciaciÛn SDAH padecieron a su vez este sÌndro-
de que Pedro no tenga ning˙n amigo expresada por los profesores. me con una frecuencia mucho mayor que
bueno. En casa la tensiÛn es permanente; los padres adoptivos o los padres de
no hay forma de que se avenga a las reco- Gran sensibilización niÒos no afectados. Aparte de las com-
mendaciones y a los lÌmites fijados. Pese a todo, el SDAH sÌ puede recono- paraciones entre gemelos uni- y bivi-
Durante la clase no para de moverse. cerse ya con exactitud, diferenciar de la telinos, los estudios sobre el tema se-
Apenas atiende, charla con los compaÒeros conducta propia de la edad sus caracte- Òalan que el SDAH obedece casi en un
de pupitre o se distrae mirando por la ven- rÌsticas distintivas. Con la ayuda de las 80 % a factores hereditarios.
tana. Tarda una hora en hacer los debe- modernas tÈcnicas de imagen, los inves- Por eso, en estos ˙ltimos aÒos, los in-
res escolares, cuando los dem·s precisan tigadores han encontrado divergencias, vestigadores se han afanado en buscar los
la cuarta parte. Al final, los acaba porque en varias regiones cerebrales, entre los posibles genes alterados de los niÒos con
su madre se sienta a su lado y le insta a niÒos con SDAH y sus compaÒeros sanos. SDAH. Los trabajos giran alrededor de
terminarlos. Las notas escolares no son AsÌ, el lÛbulo frontal, el cerebelo y, con varios factores hereditarios que inter-
buenas, aunque los profesores conside- toda probabilidad, tambiÈn los lÛbulos vienen en la transmisiÛn de la informa-
ran a Pedro un niÒo muy inteligente. parietal y temporal son menores. En prin- ciÛn entre las neuronas cerebrales. Se
Pedro sufre un sÌndrome por dÈficit de cipio, este misterioso cuadro clÌnico obe- cuentan, entre los factores implicados,
atenciÛn con hiperactividad (SDAH). Se dece a una anomalÌa en el procesamiento genes de proteÌnas que controlan la cir-
sospecha de su presencia cuando el niÒo de la informaciÛn de regiones cerebra- culaciÛn del neurotransmisor dopamina
se muestra m·s despistado de lo normal les muy distintas, responsables de las en las sinapsis, o lugares de contacto
o extraordinariamente impulsivo e hipe- emociones, el comportamiento y el con- entre dos neuronas: ìlos transportadores
ractivo. En los pacientes que lo sufren, trol de los movimientos. dopamÌnicosî alejan la sustancia men-
tal conducta se manifiesta antes de los El aparente incremento estadÌstico de sajera del espacio sin·ptico para que Èsta
siete aÒos, causa graves problemas coti- los casos de SDAH se explica por el no pueda adherirse a los receptores dopa-
dianos y se refleja en ·mbitos muy diver- mayor conocimiento del trastorno y los mÌnicos de la cÈlula postsin·ptica ni pro-
sos, como la familia o el colegio. Adem·s, avances diagnÛsticos. Dicho de otra pagar los impulsos nerviosos. Entre los

Mente y cerebro 09/2004 65


CORBIS

66 Mente y cerebro 09/2004


1. ¿VIVO O HIPERACTIVO? No resulta cesamiento de la informaciÛn neuronal.
Las tÈcnicas de imagen han revelado
lizaciÛn en la juventud de algunos ras-
gos fisiolÛgicos, pensemos en el tamaÒo
fácil delimitar la frontera entre una
alteraciones en diversas regiones: lÛbulo del cuerpo estriado o la actividad elÈc-
conducta normal y otra anómala. frontal, lÛbulo parietal, ·reas corticales trica inusitada, avalarÌa esta tesis.
responsables del movimiento ócorteza El SDAH posee, pues, una innegable
motoraó, cuerpo estriado y cerebelo. base neurobiolÛgica. AmÈn de las redes
pacientes con SDAH, se han descubierto, No sÛlo se ha advertido que el volumen neuronales de la atenciÛn, motricidad y
sobre todo, variaciones de los genes para de estas regiones es menor, sino tambiÈn control de los impulsos, intervienen otras
el ìreceptor de DRD-4î y el ìtranspor- que se registran anomalÌas en su perfu- estructuras m·s profundas que regulan
tador DAT-1î. Estas personas muestran siÛn y actividad elÈctrica. la vigilia. En concreto, el neurotrans-
un transporte retrÛgrado muy r·pido de El cerebro de las personas afectadas, misor noradrenalina desempeÒa un papel
dopamina o bien una comunicaciÛn muy aparte de pequeÒo, parece funcionar y importante. Es verdad que, a diferencia
dÈbil entre la dopamina y sus receptores. organizarse de forma distinta. Los hallaz- de la dopamina, no se han detectado por
AsÌ pues, el trastorno de conducta pa- gos org·nicos podrÌan explicar los tras- el momento conexiones genÈticas con sus
rece acompaÒarse de una regulaciÛn tornos de conducta observados; y no receptores o transportadores. Sin embar-
anÛmala del metabolismo de la dopa- constituir una secuela de Èstos, como go, algunos medicamentos, como la ato-
mina, que determina errores en el pro- alguna vez se ha sospechado. La norma- moxetina, que impiden la recaptaciÛn

El SDAH, un síndrome polifacético


Cuando se habla de SDAH, se piensa en general en niños y blemas de atención, sin embargo, persisten y a ellos se pue-
adolescentes de entre 6 y 16 años. Cada año, se diagnostica den sumar el comportamiento agresivo y antisocial, los pro-
el SDAH al 2-5 % de este grupo etario; casi el 80 % per- blemas emocionales y la tendencia a la adicción a las dro-
tenece al sexo masculino. Sin embargo, los síntomas carac- gas y al uso de la violencia. Los síntomas del 30 al 50 %
terísticos de inatención, distraibilidad, hiperactividad motora, de los afectados se prolongan hasta la edad adulta.
agitación y falta de control de los impulsos afectan por
igual a los jóvenes y a las personas mayores. Por lo común,
estos niños y adolescentes adoptan un patrón de conducta
que no se corresponde con su edad, grado de desarrollo e LAS MATAN CALLANDO. Los niños con SADH, además de
inteligencia. muy despiertos, suelen ser unos genios de la improvisación.
La disminución de la atención transmite a menudo la im-
presión de que el niño carece de interés y propende a los
WARTENBERG / PICTUREPRESS

olvidos y al caos. La hiperactividad motora explica la agita-


ción del pequeño; los niños hiperactivos no paran de saltar,
hacer ruido, moverse de un lado para otro, molestar a los
demás y no respetan ninguna regla. A veces, se comportan
de forma necia y teatral y se convierten en los payasos de
las aulas. La falta de control de los impulsos se manifiesta
por precipitación, fugacidad en las tareas y cambios frecuentes
de ánimo. El niño actúa sin pensar, no tiene paciencia, in-
terrumpe a los demás y se vuelve en ocasiones irascible.

Estos síntomas cardinales del SADH aparecen, sobre todo,


en situaciones que exigen esperas largas. Así, en los jardi-
nes de infancia, los problemas se manifiestan en los corros
de sillas; más adelante, se reproducen en las aulas o en casa
con los deberes. Sin embargo, los pequeños saben afrontar
situaciones nuevas, de corta duración, el contacto directo
con una sola persona o actividades estimulantes, como el
juego, la televisión o los deportes.
Ante la enorme carga que este trastorno supone para
los niños afectados y sus familias, los científicos se han esfor-
zado por hallar un diagnóstico precoz de los indicios y así
aplicar el tratamiento oportuno. Ya los niños menores de
tres años pueden mostrar augurios del SADH, por ejemplo
un temperamento difícil o problemas para dormir o comer.
No obstante, a esta edad todavía no se puede establecer un
diagnóstico seguro. En la época preescolar, muchos afecta-
dos juegan menos y lo hacen con menos intensidad, se mues-
tran muy inquietos y obstinados y retroceden en diferen-
tes ámbitos de su desarrollo. La hiperactividad motora de
los adolescentes va remitiendo de forma paulatina. Los pro-

Mente y cerebro 09/2004 67


El cerebro “hiperactivo” en la mira de las neurociencias
La conducta habitual de los niños con SADH se explica por viene. Los movimientos complejos y con una sincronización
procesos que suceden dentro de su cerebro. Los tests neu- fina se trazan con precipitación y suelen errar el objetivo.
ropsicológicos —entre otros, reconocer una secuencia de letras
en la pantalla— revelan tiempos de reacción mucho más varia- La hiperactividad cursa a menudo con problemas para la
dos y, por lo común, lentos, así como respuestas a menudo coordinación motora fina, que se refleja en una escritura a
precipitadas. El motivo reside en que el procesamiento neu- mano ilegible. Además, los niños afectados son más impulsi-
ronal de la información cerebral, la base de nuestra vivencia vos y actúan sin pensar. Así se explica su fracaso ante tareas
y comportamiento, se descarrila con facilidad, sobre todo que les obligan a guardar la respuesta para ellos.
cuando se agolpan las tareas para el cerebro. De aquí que, en En principio, el grado de impulsividad depende del des-
cuanto se desborda la información y se multiplica su conte- arrollo de las funciones ejecutivas; así se denominan la capa-
nido o se precisan funciones superiores muy rápidas, sólidas cidad de planificar, las funciones de la memoria operativa, la
y duraderas, el rendimiento cerebral descienda de forma atención selectiva y duradera y la flexibilidad cognitiva. Estas
espectacular con respecto al de los niños sanos. Por el con- facultades nos permiten, con la ayuda de acciones coordina-
trario, la falta de estimulación se sigue del aburrimiento inme- das, solucionar los nuevos problemas. Toda conducta inade-
diato de estos pequeños. cuada o molesta es reprimida. Las funciones ejecutivas tardan
El déficit de atención se pone de manifiesto a diario, mucho en desarrollarse según va creciendo y madurando el
cuando el niño se ve obligado a controlar su conducta (fre- cerebro. Muchos niños con SADH muestran una carencia de
nar un impulso o sostener el ritmo óptimo de trabajo). En estas facultades. Desde el punto de vista anatómico, estas fun-
estos casos, el cerebro responde con gran intensidad al prin- ciones se localizan sobre todo en las redes neuronales de la
cipio, pero los procesos de regulación posteriores se van “corteza prefrontal” del lóbulo frontal, el llamado sistema ros-
atenuando. No falta, pues, atención sino que ésta se con- tral de la atención. De concierto con el componente dorsal,
sume enseguida. que se ubica principalmente en el lóbulo parietal, el sistema
¿A qué obedece esa pulsión incontenible al movimiento de la atención vigila y controla nuestro comportamiento.Cuando
de los niños hiperactivos? De la motricidad se encargan, ade- una persona sufre una lesión del lóbulo frontal, se aprecia la
más del cerebelo, que controla y coordina nuestros movi- importancia de estas redes neurales para las funciones socia-
mientos, diversos sistemas de control, organizados paralela- les y académicas. Estos pacientes se comportan de modo lla-
mente y sujetos a la influencia de la corteza cerebral. Las mativo, tienen problemas para mantener la atención, se dis-
neuronas del área motora de la corteza se comunican con traen en seguida y controlan mal sus movimientos.
los ganglios basales y el tálamo. La corteza motora representa En general, los niños con SADH luchan mucho con sus
la última estación de procesamiento neuronal, desde donde emociones.Apenas logran controlar sus sentimientos, sopor-
parten los impulsos, que viajan por la llamada vía piramidal, tan con pesar sus frustraciones, se excitan con facilidad, son
hasta los músculos respectivos. impacientes y suelen enemistarse. Cuesta, además, motivar-
Al parecer, los procesos estimuladores e inhibidores de las los. En principio, prefieren las pequeñas compensaciones
diferentes regiones del sistema cortical regulador no poseen conocidas a otras potencialmente más atractivas y cuantio-
el equilibrio necesario. A estos niños les cuesta preparar los sas que exigen una espera.
movimientos, seleccionarlos y ejecutarlos, ya que no con- La falta de dopamina del sistema límbico —formado, entre
trolan bien su motricidad, ni pueden inhibirla cuando con- otras estructuras, por la corteza cingular anterior, partes de

neuronal y neutralizaciÛn consiguiente El medio tambiÈn influye. El consumo moniales, los trastornos psÌquicos de los
de la noradrenalina, mejoran al parecer elevado de alcohol y nicotina por la madre padres o una mala relaciÛn parento-filial
los sÌntomas del SDAH. durante el embarazo aumenta el riesgo podrÌan contribuir a la apariciÛn del SDAH
de SDAH, de la misma manera que la de un niÒo con una predisposiciÛn latente.
Peligroso círculo vicioso prematuridad extrema, un peso bajo al Para entender mejor los problemas de
Con todo, los genes explorados hasta nacer, las enfermedades cerebrales, las los niÒos con SDAH y ayudarles con
ahora ejercen, por sÌ mismos, muy poca alergias alimentarias o los malos tratos rigor, los padres, el niÒo, los profesores
influencia sobre la conducta aberrante infantiles. Por si fuera poco, las madres y los mÈdicos deben tirar sin prejuicios
de las personas afectadas; en el mejor de con predisposiciÛn genÈtica al SDAH y con firmeza de la cuerda en la misma
los casos, contribuirÌan al 5 % de los tras- suelen fumar y beber m·s, adem·s de direcciÛn. Por desgracia, existe una gran
tornos, como m·ximo. Por otra parte, no cometer errores b·sicos en la educaciÛn incertidumbre en torno a los tratamien-
todos los niÒos con estas variantes gÈni- posterior de sus hijos. No saben fijar tos eficaces. AsÌ, el uso creciente de me-
cas manifiestan alteraciones del com- reglas claras, ni siquiera hacerse respe- dicamentos divide a los expertos. Mien-
portamiento; de momento se ignoran tar. AsÌ, los factores de riesgo se poten- tras unos se manifiestan partidarios, otros
incluso las variaciones gÈnicas de la cian recÌprocamente dentro de un peli- rechazan los psicof·rmacos.
inmensa mayorÌa de estos sÌndromes. La groso cÌrculo vicioso. De acuerdo con los ˙ltimos descubri-
probabilidad de descubrir un trastorno de Otros factores psicosociales alientan mientos biolÛgicos, es preciso corregir
hiperactividad depende de muchos genes igualmente la apariciÛn del SDAH; por las alteraciones de los sistemas neuro-
muy diferentes y de sus combinaciones. ejemplo, las condiciones poco propicias transmisores. De esta tarea se ocupan,
No sÛlo eso. La intensidad de los fac- de la escuela o problemas psÌquicos como con Èxito y de forma directa, los denomi-
tores hereditarios varÌa asimismo mucho. el trastorno de ansiedad. Las crisis matri- nados estimulantes, como el sulfato de

68 Mente y cerebro 09/2004


GANGLIOS BASALES (INCLUYE EL CUERPO ESTRIADO)

CORTEZA CINGULAR ANTERIOR CORTEZA MOTORA


LOBULO PARIETAL
CORTEZA PREFRONTAL

SISTEMA ROSTRAL SISTEMA DORSAL


DE LA ATENCION DE LA ATENCION
(DOPAMINA) (NORADRENALINA)

LOBULO FRONTAL

FOCOS DE AGITACION BIOLOGICA.


LOBULO TEMPORAL CEREBELO
Las regiones vinculadas
con el comportamiento
llamativo de los niños TALAMO
VIA PIRAMIDAL
con SDAH se encuentran
repartidas por todo el cerebro.
SIGANIM

los ganglios basales y el tálamo— es determinante. En con- padres y educadores de los niños con SADH: las recompen-
diciones normales, un estímulo de recompensa refuerza, a sas dan más fruto si se conceden en el momento oportuno.
través de la liberación de dopamina, las conexiones nervio- Por otra parte, los adultos deben abstenerse de fomentar,
sas que impulsan la conducta deseada. Cuando no se dispone con sus reacciones, los trastornos de conducta de sus hijos.
de este neurotransmisor, las recompensas más débiles u ofre- Lo mejor es no prestar atención a la conducta anómala y
cidas en el momento equivocado no surten ningún efecto. apartar a un lado las acciones que podrían considerarse como
De estos datos se infieren algunas conclusiones para los una compensación.

anfetamina y el metilfenidato, conocido tados igualmente buenos; citemos, entre con la toma de la Ritalina en la juven-
por el nombre de Ritalina; seg˙n nume- ellas, la atomoxetina, un inhibidor de la tud y, por otro lado, los enfermos de
rosos estudios clÌnicos, estos medica- recaptaciÛn de la noradrenalina. Parkinson no han ingerido, de ordinario,
mentos alcanzan a disminuir, o incluso m·s estimulantes que los dem·s.
a erradicar, los trastornos de conducta Alarma infundada Si la Ritalina y afines se usan correc-
del 70 al 90 % de los afectados. Es comprensible que muchos padres se tamente, no producen efectos secundarios
Aprimera vista, pudiera parecer un con- asusten al pensar que sus hijos deban graves. Como mucho, se observa insom-
trasentido administrar medicamentos esti- exponerse durante aÒos a una medica- nio, falta de apetito o un estado depre-
mulantes a niÒos hiperactivos. No obstante, ciÛn. La noticia de que la Ritalina podrÌa sivo. Pese a ello, muchos padres temen
estas sustancias restablecen el desequili- causar la enfermedad de Parkinson, en que el tratamiento prolongado con psi-
brio dopamÌnico, de origen genÈtico, en virtud de la carencia de dopamina, ha pro- cof·rmacos abra las puertas a una futura
las regiones cerebrales responsables del vocado estupor. La sospecha provino de adicciÛn a drogas o a medicamentos. El
autocontrol, la regulaciÛn de los impul- la observaciÛn de un descenso en el niÒo acaba, en definitiva, acostumbr·n-
sos y la percepciÛn. Dicho con m·s pre- n˙mero de transportadores dopamÌnicos dose a tomar pastillas todo el tiempo.
cisiÛn: evitan que la dopamina, liberada en el cuerpo estriado de ratas que habÌan El grupo dirigido por Timothy E.
a las zonas de contacto neuronal, donde recibido metilfenidato antes de alcanzar Wilens, de la facultad de medicina de
las cÈlulas se transmiten la informaciÛn, la madurez sexual. Harvard, acaba de disipar estas dudas en
sea recaptada de inmediato por la cÈlula No hay, con todo, pruebas concretas un extenso metaestudio. De hecho, los
finalizando asÌ su acciÛn estimuladora. que confirmen esta lucubraciÛn. TodavÌa estimulantes redujeron el riesgo de adic-
De todas maneras, otras sustancias que ope- no se ha podido probar ni un solo caso ciÛn: al confrontar directamente a niÒos
ran seg˙n idÈntico principio ofrecen resul- de enfermedad de Parkinson relacionado con SDAH con sÌntomas de intensidad

Mente y cerebro 09/2004 69


ciÛn por puntos si se alcanza el comporta-

ROTHENBERGER
miento deseado. Precisamente, cuando el
sÌndrome afecta a un adolescente, los
padres y quiz· los hermanos deban partici-
par en una terapia familiar centrada en la
relaciÛn entre todos los miembros, m·xime
cuando los sÌntomas del SDAH sÛlo se dan
dentro de la familia y no en el colegio.

El jardín de infancia,
un espacio sin medicamentos
Los preescolares no deben recibir, en
principio, estimulantes. Casi siempre
basta con que los padres frenen los impul-
sos negativos del hijo y orienten su com-
portamiento diario. Se recomienda, asi-
mismo, implicar al cuidador del jardÌn
de infancia y, si es necesario, una reco-
gida adelantada.
La eficacia de la farmacoterapia y de
la terapia de conducta en el SDAH se ha
examinado en un extenso estudio norte-
2. EJERCICIO MENTAL. Durante la americano, Multimodal Treatment Stu-
neurorretroalimentación, el niño aprende comenzar, en principio, por este tipo de dy of Attention Deficit Hyperactivity
a controlar sus corrientes cerebrales. El terapia de conducta. La respuesta se eva- Disorder (MTA), realizado durante dos
objetivo, en este caso, es que el ratón l˙a inicialmente al cabo de 12 semanas, aÒos con 579 niÒos afectados. Los direc-
como mucho: si no se ha obtenido nin- tores del estudio distribuyeron a los niÒos,
logre saltar con su pértiga.
g˙n Èxito, es el momento de aÒadir los que tenÌan entre siete y nueve aÒos al
medicamentos. empezar la investigaciÛn, en cuatro gru-
pos de tratamiento diferentes. Este fue
parecida, los que no habÌan recibido esti- Contar siempre hasta diez el resultado:
mulantes corrieron un riesgo mayor del La terapia de conducta facilita, a travÈs ï Un tratamiento de rutina, compuesto
triple de sufrir un trastorno adictivo pos- del autoadiestramiento, una ejecuciÛn mayoritariamente por prescripciones far-
terior que los niÒos tratados. menos impulsiva y desorganizada de las macÈuticas, normalizÛ el comportamien-
Esta no es razÛn suficiente para que tareas. AsÌ, se enseÒa al niÒo a contar to del 25 % de los niÒos tratados.
los mÈdicos prescriban Ritalina u otros hasta diez antes de levantarse del pupi- ï Entre los pacientes que siguieron una
preparados similares a la ligera. Su uso tre o de abandonar en casa la mesa donde terapia intensiva de conducta sin medi-
se impone sobre todo cuando la relaciÛn realiza los deberes. La colocaciÛn de tar- caciÛn, el 34 % se librÛ de los sÌntomas
del niÒo con sus padres es muy difÌcil o jetas o carteles con la seÒal de alto puede m·s llamativos.
planea una amenaza de cambio a un cole- servir de recordatorio para no olvidar ï Un tratamiento farmacolÛgico, cuida-
gio especial. Al reducir los principales estos trucos en el fragor de la batalla. dosamente ajustado y vigilado, con ase-
sÌntomas del SDAH y el comportamiento Para organizarse mejor y distribuir las soramiento concomitante de los pacien-
agresivo de la mayorÌa de los niÒos, los tareas cotidianas, los niÒos mayores y los tes y sus padres, mejorÛ al 56 % de los
estimulantes fomentan la integraciÛn y adolescentes ejercitan, adem·s, el ìauto- niÒos.
el rendimiento escolares. Los medica- controlî. Consiste Èste en aprender a ï La combinaciÛn de un tratamiento ade-
mentos resultan particularmente ˙tiles en proyectar un plan minucioso y seguirlo cuado con medicamentos m·s psicote-
los casos crÌticos, de tal suerte que todas ante cualquier amenaza de capitulaciÛn rapia arrojÛ el porcentaje mayor de res-
las partes pueden tomarse el respiro mere- frente a la magnitud de la tarea; por ejem- puestas, un 68 %; las familias de los
cido y necesario, recuperar la tranquili- plo, arreglar un cuarto absolutamente extractos sociales desfavorecidos se
dad y sentar las bases para una estrate- caÛtico. beneficiaron aparentemente m·s. Se com-
gia terapÈutica duradera. Los padres tambiÈn precisan consejos probÛ que este ìtratamiento multimo-
No se pueden depositar todas las espe- para actuar en situaciones especiales o dalî era el m·s eficaz cuando los com-
ranzas en los estimulantes. El tratamiento conducir de la mejor manera a sus hijos. ponentes del programa de conducta se
combinado surte mucho efecto, sobre Estas recomendaciones se ofrecen a tra- escogieron y coordinaron con rigor, aten-
todo cuando se centra en una terapia de vÈs de programas de formaciÛn que mejo- diendo a los problemas concretos.
conducta personalizada. Esta ayuda al ran tanto la competencia educativa como
pequeÒo a erradicar definitivamente sus la relaciÛn social del hijo y su interacciÛn Nuevas modalidades terapéuticas
problemas de conducta. El niÒo aprende con la familia. A modo de botÛn de mues- Los expertos se vienen ocupando de otra
a observarse y a controlarse y ejercita tra, vale la pena establecer los horarios de alternativa terapÈutica, la neurorretroa-
nuevos comportamientos durante los jue- forma concertada para no escenificar un limentaciÛn. Se basa en el descubrimiento
gos. A travÈs de esta terapia mejora su drama diario con los preparativos esco- de que la actividad elÈctrica cerebral de
autocontrol y se desarrolla con menos lares matutinos. Poner tareas y normas los niÒos con SDAH suele diferir de la
complicaciones. claras o abandonar el cuarto del pequeÒo mostrada por sus compaÒeros de clase.
Aparte de los casos crÌticos citados, cuando se est· encolerizado sin duda ayu- A los pequeÒos se les enseÒa, mediante
el tratamiento de cualquier SDAH debiera dan, al igual que un sistema de compensa- una especie de juego de ordenador, a con-

70 Mente y cerebro 09/2004


Casos extraordinarios de déficit de atención
No todos los niños con SDAH son zarandillos. Algunos

ZEFA
parecen más bien lentos y soñadores. Este “trastorno
por déficit de atención” (TDA) afecta en especial a las
muchachas, por ejemplo, Julia, que tiene 14 años. Ya en
los años de primaria soñaba despierta todo el día.Tardaba
más tiempo en hacer los deberes, porque andaba siem-
pre ocupada con otras cosas. Su rendimiento escolar fue
de mal en peor y llegó un momento en que se sintió
incapaz de hacer los deberes y de seguir las clases. En
los últimos tiempos, ha cometido más errores de la cuenta
en sus tareas escolares. No soporta el aula ni los profe-
sores. Dice que sus padres no paran de atosigarla y al
parecer nadie está contenta con ella.
En realidad, Julia es una persona accesible y comuni-
cativa, a la que le gusta portarse bien con los demás. Por
eso, procura concentrarse en la escuela y en casa y ter-
minar a tiempo los deberes, a pesar de la dificultad
extrema que esto último representa. Pero ahora no está
tan dispuesta a esforzarse, ni piensa ordenar sus perte-
nencias; últimamente, no para de perder cosas.
El análisis neuropsicológico revela que Julia posee una
inteligencia normal, si bien se distrae a la primera. Julia
interrumpió varias veces este examen, preguntando cuánto
faltaba para finalizarlo, y parecía esperar un resultado
muy pobre del mismo.
En este caso concreto, el tratamiento farmacológico con
metilfenidato le ayudó a organizarse mejor y acometer con
menos problemas sus tareas escolares. En conjunto, según
ella mismo confesó, se encontraba mejor y más segura.

ENSOÑADORA. El trastorno de las muchachas se manifiesta


a menudo sin ningún síntoma hipercinético.

trolar voluntariamente sus corrientes cere- exponer en la clase cÛmo se logra que No podemos perder de vista, sin embar-
brales y, con ello, su comportamiento. AsÌ, el ratÛn salte. go, que estos pequeÒos zarandillos re˙-
se tornan m·s atentos y apacibles si poten- No se han resuelto a˙n todas las cues- nen muchas cualidades positivas. Se mues-
cian determinadas actividades elÈctricas tiones relativas al origen y desarrollo del tran muy decididos, curiosos, con ganas
cerebrales y suprimen otras. Ciertos soni- SDAH. Se dispone de pocos datos acerca de saber, se asombran f·cilmente, tienen
dos, melodÌas o escenas breves premian de lo que sucede dentro del cerebro de una gran energÌa y humor y, en ocasio-
los cambios deseados del EEG. los niÒos afectados entre el nacimiento nes, despliegan una inteligencia y crea-
Pongamos un ejemplo pr·ctico: los y el ingreso en la escuela o sobre la tividad extraordinarias. A menudo, se
niÒos ven en la pantalla el conocido ratÛn influencia de los factores biolÛgicos y comportan con total espontaneidad, sensi-
de los dibujos animados dispuesto a sal- el ambiente en esta Època, que tambiÈn bilidad y disposiciÛn para la ayuda. Entre
tar con la pÈrtiga. El salto sÛlo puede efec- varÌan de un caso a otro. Una cosa, sin los niÒos con SDAH hay especialistas
tuarse con una pÈrtiga de un color con- embargo, parece cada dÌa m·s cierta: las consagrados en encontrar soluciones en
creto y Èsta, a su vez, se puede controlar combinaciones diversÌsimas de conduc- el ˙ltimo minuto, mentes ingeniosas con
con las corrientes cerebrales. Si la aten- tas estrafalarias no se pueden agrupar capacidad para acometer varias tareas a
ciÛn se acrecienta, la pÈrtiga se torna bajo un mismo techo. Por esta razÛn, los la vez y artistas de la improvisaciÛn. Los
roja y, si se relaja, azul. expertos en SDAH se esfuerzan por esta- padres y pedagogos debieran potenciar
El tratamiento de neurorretroalimenta- blecer subgrupos con una mayor unidad estas cualidades y, a ser posible, men-
ciÛn consta de 20 sesiones de 45 minu- en sus sÌntomas y en sus causas neuro- cionarlas a menudo delante de los niÒos,
tos cada una. La atenciÛn y la concentra- biolÛgicas. En particular, se recurre a para que no se sientan siempre atacados.
ciÛn, la impulsividad y las formas de los trastornos asociados al dÈficit de
hiperactividad leve mejoran, de ordi- atenciÛn o a la hiperactividad. Cerca del
nario, considerablemente. Aumenta la 80 % de los niÒos con SDAH sufre, como ARIBERT ROTHENBERGER es catedrático y
autoestima de los niÒos, pues aprenden mÌnimo, otro trastorno: tics nerviosos, director del servicio de psiquiatría/psicote-
a dominar su propia conducta. A menudo, comportamiento social perturbador, tras- rapia infantil y juvenil de la Universidad de
esta facultad se puede trasladar a tornos de ansiedad o dificultades en la Gotinga. TOBIAS BANASCHEWSKI trabaja
situaciones cotidianas; verbigracia, al lectura o escritura. como jefe de sección en este servicio.

Mente y cerebro 09/2004 71


Vivir al límite
Son impulsivos, provocadores y, a un tiempo, necesitados de cariño y vulnerables.
Nada tiene, pues, de extraño que las personas con trastornos límite (entre neurosis,
psicosis y trastornos graves del carácter) generen una crisis relacional profunda.
Con una terapia adecuada pueden aprender a confiar en los demás

Birger Dulz co, se alivian o incluso se curan del todo QuÈ heridas psÌquicas dejan tras sÌ,
de entre dos tercios a tres cuartos de los en el infante, los abusos y malos tratos,

E
l texto que aportamos en el re- pacientes. depende de la frecuencia con que se re-
cuadro øUna escena inocua? Aunque el sÌndrome lÌmite es el m·s pitieron las vivencias traum·ticas, de la
lo ha escrito una paciente de investigado de todos los trastornos de per- duraciÛn de las mismas y de la edad del
trastorno fronterizo que intentÛ sonalidad, hasta ahora no se han podido niÒo al sufrirlas. Pero lo decisivo es la
suicidarse el aÒo pasado. Desde enton- fijar inequÌvocamente sus causas. Pro- atmÛsfera familiar: øcreciÛ en un medio
ces sufre una grave minusvalÌa. En esta bablemente desempeÒan una funciÛn hostil o intervenÌan, como protectores,
joven, como en otros pacientes a los que importante experiencias traum·ticas de otros parientes? øNegaba la madre el
se les ha diagnosticado un trastorno lÌmite, la infancia y juventud. AsÌ, varios estu- abuso del padre? øLlegaba incluso a res-
se da una probabilidad alta de suicidio. dios confirman que hasta un ochenta por paldarle? Parece, no obstante, que la raÌz
Seg˙n un meta-estudio reciente de Joel ciento de todos los pacientes lÌmite su- de esta enfermedad reside en la cruel-
Paris, de la Universidad McGill de Mon- frieron abusos sexuales o malos tratos dad psÌquica, pues casi siempre experi-
treal, uno de cada diez pacientes de tras- corporales de niÒos o de jÛvenes. Al pare- mentamos que los pacientes lÌmite se
torno lÌmite se quita la vida. cer, basta una sola traumatizaciÛn para sienten niÒos privados de cariÒo.
Estamos, sin duda, ante un trastorno inducir el trastorno, pero no necesaria-
muy peligroso. No menos preocupante mente. En efecto, teniendo en cuenta Huellas profundas en el cerebro
resulta que los casos ìlÌmiteî sean con- que, seg˙n c·lculos del departamento Toda experiencia, todo sentimiento,
siderados, al menos en las clÌnicas no alem·n de protecciÛn infantil, uno de todo pensamiento tiene su ìcorrelatoî
especializadas, como muy difÌciles o cada diez niÒos est· expuesto a la vio- fÌsico en el cerebro. Debemos, pues,
incluso sin soluciÛn terapÈutica. En las lencia de los padres, el trastorno lÌmite, partir de que las redes neuronales del
clÌnicas psiqui·tricas no se les suele ver que afecta a un dos por ciento, resulta cerebro de un niÒo se amoldan a cargas
con buenos ojos, aunque, a veces, un relativamente raro. fuertemente estresantes; abusos y malos
paciente ìlÌmiteî se muestre estable y Los primeros sÌntomas se manifiestan tratos lo son. Bessel A. van der Kolk,
apenas necesitado de particular ayuda. ya en el seno materno. Alessandra Pion- de la facultad de medicina de la Uni-
Cuando est·n atendidos por terapeutas telli comparte esta opiniÛn. Ella ve una versidad de Boston, se dedica a la inves-
y cuidadores sin un entrenamiento ad conexiÛn entre las complicaciones del tigaciÛn de los traumas. En su opiniÛn,
hoc, provocan frecuentes peleas y riÒas embarazo que amenazan seriamente al Èstos daÒan sobre todo al hemisferio
y dividen al equipo. Este, consciente o embriÛn y una conducta problem·tica cerebral izquierdo, regiÛn que utiliza-
quiz·s inconscientemente, solicita su del niÒo mucho despuÈs del nacimiento. mos, por ejemplo, para la soluciÛn, paso
despido de inmediato. La investigaciÛn psicolÛgica de los lac- a paso, de problemas o para procesar
Una oportunidad desaprovechada, pues tantes acent˙a, sobre todo, la importan- los contenidos perceptivos. Quiz·s este
la perspectiva de curaciÛn es notable- cia del primer aÒo de vida: durante ese hecho explique por quÈ a los pacientes
mente mejor en los casos de trastornos perÌodo, el infante interioriza, como un con trastornos fronterizos les resulta
fronterizos que en la mayorÌa de las psi- modelo firme, las experiencias de rela- tan difÌcil comunicarse verbalmente y
copatologÌas graves. Ya en los aÒos ciÛn con la madre y el padre. Unas malas actuar de acuerdo con un plan.
sesenta del siglo pasado, Otto F. Kern- experiencias en los primerÌsimos perÌo- Pero probablemente se alteran en par-
berg, del hospital clÌnico de Cornell, de- dos de vida podrÌan, pues, favorecer el ticular los circuitos reguladores que con-
sarrollÛ una terapia especial y eficaz para origen de una estructura de personalidad trolan los estados emocionales, es decir,
tales enfermos. Diversos estudios prue- que hace al niÒo m·s sensible a traumas el sistema lÌmbico. Los enfermos con
ban que, con un tratamiento sistem·ti- posteriores. trastornos fronterizos reaccionan ante

72 Mente y cerebro 09/2004


ZEFA

1. DUDAS ATORMENTADORAS. Todos podemos experimentar el miedo a ser


los estÌmulos emocionales con una sen- abandonado o herido por el compañero. Los pacientes de trastornos límite suelen
sibilidad muy alta. Como ha descubier- dejarse dominar por este temor.
to mi colaboradora Sabine Herpertz,
directora de la ClÌnica de PsiquiatrÌa y
Psicoterapia de Rostock, el ìcentro del anteriores. Donald W. Winnicott descri- Huir del miedo
miedoî (la amÌgdala) se excita con muchÌ- biÛ, mediado el siglo pasado, el ìmiedo Cualquiera de estos enfermos, sobre-
sima facilidad en estos enfermos. a desaparecer en los lactantesî: todo lac- cargados de miedos difusos, lo intenta
HipÛtesis que encaja con la observaciÛn tante se siente existencialmente amena- todo para zafarse de ellos. Algunos con-
de que los afectados suelen padecer ìmie- zado, cuando tiene hambre o sed, cuando sumen drogas, pues Èstas, en especial la
dos flotantes a su aireî, cuya causa no suda o tiene frÌo. Depende de la reacciÛn heroÌna, diluyen los miedos. Es sabido
pueden designar con nitidez. Bien es ver- de los padres el grado de seguridad que que m·s de un tercio de los drogadictos
dad que los enfermos lÌmite suelen insis- experimente el niÒo en este perÌodo. El y alcohÛlicos padecen trastornos lÌmite.
tir en que no temen a nada y a nadie. Con niÒo vive el siguiente miedo existencial Se aÒade, adem·s, un mecanismo de
todo, tras una fachada de apariencia invul- en las traumatizaciones que lesionan su defensa: los afectados tratan de dirigir
nerable, casi siempre se puede palpar el integridad psÌquica y corporal. Las repe- sus miedos difusos hacia situaciones
miedo. El paciente sÛlo lo admite cuando tidas experiencias amenazantes termi- externas. Por eso algunos se sienten ali-
se siente algo m·s seguro en el trata- nan por conducirle a los sÌntomas angus- viados ante una claustrofobia o una ser-
miento terapÈutico. tiosos tÌpicos de los pacientes fronterizos piente; en ese mismo instante saben al
Los miedos difusos se hallan estre- que se manifiestan sin un desencade- menos de quÈ tienen miedo. Algo pare-
chamente ligados con miedos concretos nante concreto. cido sucede con los sÌntomas psicÛticos;

Mente y cerebro 09/2004 73


por ejemplo, con las pseudoalucinacio- cia y adolescencia, que el ìalmaî parece biÈn un yo malo que merece que se le
nes, que representan un revivir visual, a que abandona moment·neamente el maltrate.
menudo simbÛlico, de una traumatiza- cuerpo bajo una amenaza aguda. En ese
ciÛn anterior. En estos casos no se trata instante, el incesto o los malos tratos no Un mundo en blanco y negro
de autÈnticas alucinaciones, como las de se me infligen a ìmÌî, sino tan sÛlo a mi A muchos afectados por trastornos lÌmi-
los esquizofrÈnicos, que est·n conven- cuerpo. El niÒo vive esta reacciÛn pro- te les cuesta reconocer en sus prÛjimos
cidos de la realidad de sus ìvocesî. El tectora (ìdisociaciÛnî) como un Èxito unas cualidades positivas y otras nega-
paciente de trastornos lÌmite sabe, la y, por consiguiente, la mantiene incons- tivas. O bien idealizan al otro y, en ese
mayorÌa de las veces, que lo que oye no cientemente. Los afectados, una vez caso, entra a formar parte de los bue-
existe. Con todo, puede eludir mejor un adultos, suelen ìdisociarî tambiÈn en nos, o bien se le desprecia y se incor-
miedo concretado en esa forma. situaciones crÌticas algo m·s suaves y pora al grupo de los malos. Tal dicoto-
En ocasiones, se pueden entender como se muestran inaccesibles. mÌa entre buenos y malos proporciona
reacciÛn protectora contra el miedo difuso Entre los principales mecanismos de seguridad y orientaciÛn en el trato con
incluso las conductas criminales; pense- defensa que aminoran el miedo se halla los dem·s, pues los grados intermedios
mos en las agresiones de los cabezas rapa- la disgregaciÛn o disociaciÛn. A menudo, le generarÌan miedo.
das a conciudadanos de aspecto extran- el niÒo vive la presencia del progenitor Las experiencias infantiles de los pa-
jero o tambiÈn los delitos cometidos en traumatizador como causante de miedo cientes con trastornos lÌmite son, mu-
grupo por las ìpandillasî. Por fin, dirÌa- y, al propio tiempo, como dispensador chas veces, estremecedoras. El padre de
se, se ha identificado al enemigo, y, ade- de amor. No puede superar esta contra- una paciente le inyectÛ, durante aÒos,
m·s, fuera de uno mismo; a esto se aÒade dicciÛn. Por eso se originan dos im·ge- heroÌna, para que se estuviera quieta y
que se hallan en la seguridad de la ìco- nes internas, mantenidas separadas una no se opusiera ni gritara mientras la vio-
munidad conspirativaî. A mayor abun- de otra: la del padre bueno y la del malo. laba. La madre de otra paciente la ìal-
damiento, se ha comprobado que m·s de Es tÌpico que una vÌctima de un incesto quilabaî, siendo a˙n niÒa, a hombres
un tercio de los presos alemanes mascu- crea que tiene una culpabilidad decisiva. s·dicos. Quienes se ocupan de estos
linos y un quinto de los femeninos cum- Pues el padre y la madre debÌan estar en pacientes no sÛlo deben ser conscientes
plen los criterios de los enfermos de tras- lo correcto al actuar de esa forma. øO es del esfuerzo personal que requieren
tornos fronterizos. que uno no valÌa lo suficiente como pa- dichas confesiones, sino tambiÈn poder
Muchas personas experimentan, du- ra no ser amado? Junto a la buena ima- sufrirlos y adaptarlos. En ning˙n caso
rante vivencias traum·ticas de su infan- gen de sÌ mismo, el niÒo desarrolla tam- deben, por compasiÛn con los pacien-
tes, perder el control terapÈutico o, asus-
tados, mirar a otro lado.
La conducta agresiva y autolesiona-
dora de los enfermos consigue que los
¿Una escena inocua? terapeutas y personal sanitario que los
tratan lleguen, algunas veces, al lÌmite
de su aguante. HabÌamos despedido re-
Me despierto. Echo una mirada al reloj luminoso, que señala las 3 de la madru- petidas veces al paciente Julio GÛmez
gada, domingo. A mi lado yace mi amor, envuelto en su manta de lana; duerme (nombre ficticio) por su comportamiento
tranquilo y respira con regularidad. Estoy intranquila, con los ojos en blanco agresivo contra los objetos, pero lo vol-
y no puedo seguir durmiendo, aunque el sábado por la noche nos acostamos vÌamos a admitir poco despuÈs. A la
antes de las 23. octava vez, gritaba que no se le acerca-
Según acostumbro, en la cocina me tomo unas pastillas de chocolate. De ra nadie, porque ìle partirÌa la caraî. Se
vuelta a la cama, no puedo conciliar el sueño. Tumbada de lado, de cara a mi pudo comprobar que la causa yacÌa en
pareja, empiezo a zarandearlo un poco aquí y un poco allá. Ninguna reacción.
el miedo al rechazo, desencadenado por
Lo zarandeo con más fuerza, pero no se mueve.“¡No quiero que se me ignore!”,
pienso para mis adentros y, acto seguido, le levanto el párpado izquierdo, que
una enfermedad trivial. Se le advirtiÛ
sé le molesta mucho. por ˙ltima vez. Poco despuÈs, no quedÛ
Por fin se mueve. Abre ahora el ojo derecho, pero se da la vuelta. “¡Esto es m·s remedio que despedirlo definitiva-
el colmo!”, me solivianto. Siguen nuevas sacudidas.Al final se despierta.“...acaba, mente por los mismos motivos; el equipo
déjalo”, me contesta soñoliento; “sólo me queda este final de semana”.“Cariño, opinaba que ya no era posible una rela-
¿preparo el desayuno?”, le susurro al oído. “¿Qué hora es?”, me pregunta sin ciÛn terapÈutica.
ponerse las gafas y medio perdido en la oscuridad. (El reloj marca las 3,15.) Gran parte de las conductas agresivas
“Las 7,30”, le miento. “¿Hago un café fuerte y te rebajo el tuyo con agua?”, reflejan intentos de superar una tensiÛn
pregunto.“No, por favor, nada de café fuerte, ¿de acuerdo?” Pero esto me saca interior o tambiÈn ofrecimientos de comu-
de quicio. “Ah no, no puedo tomar café fuerte. Genial. Ya sabía yo que tú no nicaciÛn. Beatriz Ruiz (nombre ficticio)
me quieres, tú no me quieres de verdad”, le grito fuera de mí. se rascaba las manos y los antebrazos casi
todos los dÌas, hasta sangrar. AcudÌa al
Con los ojos fuera de las órbitas, los fija en mí, irritado y un tanto desam- hospital y la cur·bamos. Este cuidado la
parado. Desencajada, tiro de él violentamente hacia mí: “¡No quiero ser igno- tranquilizaba; nos habÌa comunicado
rada!” Si no lo entiendes es que no me quieres de verdad!” Levanta la manta y cu·n apurada estaba y nosotros le habÌa-
salta de la cama.“Dios mío, otra vez; voy a fumarme un cigarrillo”. Oigo la cis- mos demostrado que nos ocup·bamos
terna del excusado y en ese momento me contengo. de ella. En ese momento no era posible
De pronto, alguien tira de mi manta una y otra vez. Indignada, abro los ojos. entablar otro tipo de comunicaciÛn con
“Eh, ahora estoy bien”, me mira mi amigo con su fascinante sonrisa. Miro el la paciente, ni ella podÌa expresar cu·nto
reloj, las 3.45. “¡Cariño, son sólo las 3.45. Estoy cansada y quisiera dormir!”
sufrÌa ni podÌa recibir ninguna ayuda
verbal. A travÈs de contactos indirectos

74 Mente y cerebro 09/2004


2. SOMBRAS DEL PASADO. Casi todos

KEYSTONE
los enfermos de trastornos límite se han
sentido privados de cariño en su infancia
o juventud. Muchos sufrieron abusos o
malos tratos.

se consiguiÛ, por fin, establecer una rela-


ciÛn terapÈutica sÛlida. En este caso fue
importante que no le pas·ramos al ciru-
jano cada detallito superficial, sino que
nosotros mismos nos habÌamos hecho
cargo de la ìconexiÛnî, en el doble sen-
tido: en cuanto acciÛn auxiliadora y tam-
biÈn como respuesta comprensiva.
Con esta ìfunciÛn sostenedoraî en el
sentido de Winnicott, la misma con la
que una madre protege a su bebÈ, inten-
tamos consolidar la estructura personal
de la paciente. Las experiencias positi-
vas con los miembros del equipo se gra-
ban en las redes neuronales del cerebro
y, si bien es verdad que no pueden borrar
los anteriores circuitos negativos, sÌ pue-
den minimizar sus efectos en las rela-
ciones actuales.
En nuestra unidad de enfermos fron-
terizos del PoliclÌnico Nord/Ochsenzoll
de Hamburgo se adapta el programa tera-
pÈutico y el entorno del tratamiento
(ìSettingî) a cada paciente y a su estado
de salud. Muchos de estos pacientes se
desenvuelven con correcciÛn, si bien tie-
nen que aprender primero a arregl·rse-
las con la aceptaciÛn y el cariÒo. Buscan
que los dem·s les traten como solÌan
hacerlo sus padres y en una relaciÛn simi-
lar; no es raro que lo consigan aunque
los atiendan equipos sin esa especializa-
ciÛn. Rep·rese, sin embargo, en la capaci-
dad que tienen estos enfermos de desen- mas infantiles, los trastornos se tornan ca- a golpe de leyes. La terapia sistem·tica
cadenar fuertes sentimientos, en especial da vez m·s frecuentes con los aÒos. Puesto de los pacientes lÌmite reduce, pues, ya
rabia, frente a las personas presentes, y que las unidades familiares son cada vez a medio plazo los costos de la seguridad
en concreto frente a terapeutas y cuida- m·s pequeÒas (familias monoparentales), social, de la justicia y de la policÌa, en
dores. Por eso se debe examinar y con- las cargas se reparten entre menos miem- la medida en que hay menos abusos
trolar con cuidado la coherencia tera- bros adultos de la familia; y en estos casos sexuales, menos malos tratos fÌsicos,
pÈutica de cada una de las intervenciones, es f·cil que el niÒo se convierta en el para- menos delincuencia y menor consumo
para evitar caer en acciones de castigo rrayos. de drogas y de alcohol. Las vÌctimas de
inconscientes. la violencia necesitan ayuda terapÈutica
Dada la situaciÛn actual de la institu- Víctimas hoy, verdugos mañana antes de que se conviertan ellos mismos
ciÛn sanitaria, cabe preguntarse si se øPodemos permitirnos no atender con- en verdugos.
podr· seguir pagando una terapia per- venientemente a las vÌctimas de los trau-
sonalizada tan costosa y larga. Cada vez mas, entre las que se encuentran la ma-
se discute m·s sobre los costos y la dura- yorÌa de estos enfermos? Una terapia
ciÛn del tratamiento y se va relegando a eficiente representa, quiz·, la ˙nica pre- BIRGER DULZ, médico especialista en psi-
un segundo plano el objetivo de la tera- venciÛn eficaz contra los abusos y malos quiatría y psicoterapia, dirige una clínica
pia. Pero las traumatizaciones no se dejan tratos. Cerca del cincuenta por ciento de dedicada a pacientes con trastornos fronte-
tratar a la fuerza y menos a˙n si existe las personas que sufrieron traumas en la rizos en Hamburgo.
el peligro de suicidio. Si se limita la dura- infancia, en especial los que van ligados
ciÛn del tratamiento sÛlo por motivos a trastornos psÌquicos, abusan o maltra- Bibliografía complementaria
econÛmicos, habr· que despedirse de tan, a su vez, despuÈs a sus hijos o a otras BORDERLINE-STÖRUNGEN .THEORIE UND THE-
una terapia como Dios manda. personas. Las amenazas penales no sir- RAPIE . B. Dulz, A. Schneider. Schattauer-
Son muchos los estudiosos que opinan ven de gran ayuda. Los trastornos psÌ- Verlag; Stuttgart, 2001.
que, en razÛn de su conexiÛn con los trau- quicos no se pueden impedir o prevenir

Mente y cerebro 09/2004 75


Las raíces
del juego limpio
Se trate de una competición deportiva o de guardar cola ante un cajero,
nuestro sentido de un comportamiento correcto es producto de la evolución

Klaus Manhart el descenso de demanda en los dÌas labo- por la segunda posibilidad, usted y su
rables. La proyecciÛn econÛmica cal- compaÒero reciben el importe mencio-

H
ace ya un buen rato que usted cularÌa que muchos clientes se asusta- nado; en caso contrario, se van ambos
est· haciendo cola ante la caja rÌan de los dÌas con precios m·s caros e con las manos vacÌas. Si su compaÒero
del supermercado para abo- ìinvertirÌanî sus preferencias por los de partida le ofreciera, pongamos por
nar el importe de la compra. que ofrecen el mismo servicio pero m·s caso, 10 euros y contara con su asenti-
De repente, una joven con su elegante barato. miento, a usted le darÌan 10 euros y el
chaqueta de piel se cuela limpiamente Es algo que parece bastante lÛgico, otro se embolsarÌa 90. øQuÈ oferta acep-
hasta la primera posiciÛn de la fila. En puesto que hay que atribuir el coste de tarÌa usted? ø50 euros? ø5 euros?
un alarde de desfachatez, ni se inmuta las instalaciones de remontes mec·ni- øTodavÌa menos?
cuando otro cliente frustrado se lo re- cos a las expectativas de avalanchas de
procha. usuarios los fines de semana. Sin Renunciar a algo
Se trata de una tÌpica situaciÛn cotidiana embargo, la mayorÌa se aferra a la idea en pro de la justicia
ante la que la mayorÌa reaccionamos eno- de que los gastos de funcionamiento son Gui·ndose por consideraciones mera-
jados. Igual que una madre con el senti- iguales todos los dÌas de la temporada mente racionales, habrÌa que aceptar
miento de que ella sola es la responsable de esquÌ. Por ello, muchos esquiadores cualquier oferta. Al fin y al cabo es mejor
de toda la familia. O bien los niÒos con creen que no es justo exigir precios m·s que le den a uno al menos una pequeÒa
envidia porque creen que se les presta altos los dÌas festivos y los fines de parte del dinero que irse de vacÌo. Pero
menos atenciÛn que a sus hermanos. Otro semana; algo que no deja indiferente al desde el ·ngulo contrario el compaÒero
caso es el de los compaÒeros de oficina explotador de las instalaciones, pues en ofertante dispondrÌa de una estrategia
que se granjean la antipatÌa de los dem·s sus c·lculos entra no ahuyentar a sus muy clara: con criterios racionales y
porque escurren persistemente el bulto visitantes con tarifas sensiblemente m·s desde su punto de vista la mejor estra-
ante trabajos de equipo poco agradables. altas los fines de semana. Y en ˙ltimo tegia serÌa ofrecerle a usted la cantidad
A lo largo de la evoluciÛn, el hombre ha tÈrmino, estas consideraciones de juego m·s baja posible, por ejemplo un euro,
desarrollado unas antenas sumamente limpio llevar·n al propietario de los tele- y embolsarse Èl mismo los restantes 99.
sensibles para detectar la explotaciÛn y sillas a abstenerse de introducir una escala En la realidad las cosas transcurren de
la injusticia. de tarifas m·s sensatas desde el punto otra manera. SÛlo muy pocos probandos
El comportamiento correcto se escribe de vista de economÌa de empresa. Algo óen los dos bandosó reaccionaron
con may˙sculas en el ·mbito de los con- muy similar sucede, en funciÛn de la seg˙n criterios de c·lculos racionales en
tactos humanos. Y no sÛlo en la vida demanda, con las subidas de precio de este experimento y en otros compara-
cotidiana. Comienzan a tener gran rele- las entradas para los partidos de f˙tbol bles. Deteng·monos primero en los ofer-
vancia en el terreno de las decisiones eco- estrella. tantes: sÛlo un 11 por ciento de ellos exi-
nÛmicas. Este es el caso, por ejemplo, Las bases de este juego limpio se evi- gÌan, en el experimento original, m·s de
de los estÌmulos financieros para el com- dencian con nitidez en el juego del ulti- 90 euros para ellos. Por tÈrmino medio,
portamiento condicionado propuestos m·tum, inventado para la investigaciÛn se proponÌan 67 euros (una cuarta parte
por las teorÌas econÛmicas y que en la de los sistemas econÛmicos en los aÒos de los participantes ofrecÌa incluso un
pr·ctica chocan a menudo con la natu- setenta del siglo pasado por Werner G¸th, reparto igualitario). En el sentido opuesto,
raleza humana. Desde el punto de vista del Instituto Max Planck. ImagÌnese que sÛlo en casos aislados se toleraban ofer-
econÛmico, tendrÌa m·s sentido para el le dan 100 euros con la condiciÛn de tas insuficientes: el ofertante tenÌa que
propietario de un telesilla regular los repartirlos con su compaÒero de juego, prometer al menos 30 o 40 euros para
precios en funciÛn de la oferta y la que es, a su vez, quien decide quÈ parte que la parte contraria aceptase el trato.
demanda: la masiva afluencia de los de esa cantidad estarÌa dispuesto a ceder. Y m·s de la mitad declinaba todas las
fines de semana y de los dÌas festivos Usted mismo tiene derecho a veto y a ofertas por debajo del mÌnimo de un
podrÌa compensar con tarifas m·s altas rechazar o aceptar su oferta. Si se decide veinte por ciento.

76 Mente y cerebro 09/2004


Hay algo m·s: en un experimento si-

IFA-BILDERTEAM
milar se comprobÛ que algunas perso-
nas est·n dispuestas incluso a asumir
una pÈrdida econÛmica con tal de infli-
gir un castigo a los que no juegan lim-
pio. Esta vez se trataba de lo siguiente:
un tercer probando debÌa decidir si estaba
dispuesto a compartir 10 euros con un
jugador honrado de la primera ronda o
12 euros con otro que no habÌa jugado
limpio anteriormente. Se trataba de divi-
dir por dos la cantidad estipulada, con
lo que el jugador hubiera sacado en todo
caso m·s provecho en el negocio con el
segundo. Pese a ello, la mayorÌa de los
participantes optaron por sacar menos
dinero porque preferÌan tratar con alguien
que jugase limpio.
La consecuencia es bastante palmaria:
nuestro comportamiento no se ve influido
sÛlo por una optimizaciÛn personal de
los beneficios, sino tambiÈn por el pen-
samiento del juego limpio. Normalmente
todos tenemos una idea de cu·ndo un
trato es justo o injusto. Si no se cumplen
las reglas del juego muchos se ven for-
zados a vengarse y est·n incluso dis-
puestos a sacrificarse en aras de la jus-
ticia.
Hay una razÛn por la que el hombre
se defiende tan vehementemente contra
un trato injusto: nuestra estructura cere-
bral controla las relaciones cooperati-
vas para protegernos a la larga de abu-
sos, incluso cuando a corto plazo se
tengan que asumir desventajas. Por tra-
tarse de un automatismo Ìnsito en nues-
tra naturaleza, no se puede ni conectar
ni desconectar.
Hemos de admitir que cada uno de
nosotros dispone de una lista mental en
la que est·n reseÒados los que en un mo-
mento determinado nos hicieron un favor
o nos lo deben. Del mismo modo tam-
biÈn anotamos en nuestro interior los
nombres de aquellos a los que nosotros
mismos ayudamos amistosamente en su
momento. Conocemos razonamientos
del siguiente tenor: ìÈste me ha invita-
do a su fiesta para que yo admita a su
hijo en el equipo de tenisî. O ìesos dos
han venido ya dos veces a comer a casa,
pero ellos no nos han invitado nunca a
la suyaî. Se responde al comportamiento
amistoso y cooperativo y se recompensa;
en los casos contrarios reaccionamos
con una sanciÛn o con la ruptura de la
relaciÛn. Este principio de reciprocidad
ónombre que recibe en el lenguaje espe-
cializadoó es la masilla aglutinante de
nuestra vida social.
Pero esta reciprocidad no nos vale en
los encuentros ocasionales, como los del
supermercado o los del juego del ulti-
m·tum. Establecemos otro medio. Robert

Mente y cerebro 09/2004


Trivers, de la Universidad Rutgers, cree vado que el aprovechado, puesto que reverso. Con ayuda de cuatro cartas tenÌan
que la indignaciÛn moral vale para con- dedica mucho tiempo a la caza y, lo m·s que reafirmarse en una regla previamente
trolar el juego limpio en el intercambio importante de todo, con riesgo de su pro- establecida, por ejemplo: ìsi en la parte
social, una reacciÛn que se puede mani- pia vida. En consecuencia, un cazador anterior hay una D, en la parte posterior
festar en forma de rabia o de agresiÛn. triunfador que echara sobre sus espal- se ve un 3î. Desde el punto de vista
Cuando el canal de comunicaciÛn se ciÒe, das toda la responsabilidad, perderÌa al lÛgico, se trata de un enunciado senci-
como en el juego del ultim·tum, a la final la carrera competitiva de la evolu- llo del tipo ìP implica Qî. Wason les
aceptaciÛn o al rechazo de una propuesta, ciÛn contra el beneficiario pasivo. Las presentaba a los probandos cuatro car-
manifestamos nuestra indignaciÛn decli- ovejas negras egoÌstas se impondrÌan a tas óuna con una D, la segunda con una
nando la oferta en nuestro propio per- sus competidores altruistas. F, la siguiente con un 3 y la ˙ltima con
juicio. Este caso patentiza que la coopera- un 7ó y les requerÌa a que comproba-
Esta fuerte reacciÛn emocional e ciÛn social, ya en los tiempos prehistÛ- sen la exactitud de la regla, dando la
incluso esa presiÛn coactiva a la que uno ricos, era un trabajo de filigrana. Los vuelta a dos cartas.
se ve expuesto cuando replica a un com- farsantes, incluso en n˙mero muy redu- La mayorÌa de los participantes fraca-
portamiento poco limpio, nos remite cla- cido, podÌan arruinar el trabajo de cola- saron en esta prueba. Optaron por la carta
ramente a sus raÌces biolÛgicas evoluti- boraciÛn en grupo. SÛlo la identifica- con la D y por la otra con el 3 cuando lo
vas. TrasladÈmonos mentalmente a los ciÛn temprana y el desenmascaramiento acertado hubieran sido la D y el 7. La regla
tiempos de nuestros antepasados. Ima- consiguiente de los disidentes podÌa hacer ìP implica Qî sÛlo es falsa cuando P es
ginÈmonos que en el caso del reparto del viable la implantaciÛn evolutiva de un verdadera y Q, por contra, falsa. La carta
botÌn del juego del ultim·tum no se trata comportamiento cooperativo. HabÌa que con el 3 es irrelevante. La regla es que
de dinero, sino de un mamut: un hom- identificar a los tramposos por procedi- detr·s de la D hay un 3, pero no que en
bre solo no tiene ninguna posibilidad de mientos sencillos, para excluirlos de la el reverso de un 3 se encuentra una D.
abatirlo. SÛlo la caza en grupo hace posi- interacciÛn. Pero la decisiva es la carta con un 7: si
ble conseguir el botÌn de estos animales Trivers albergaba la sospecha de que en su reverso hubiera una D quedarÌa
gigantescos y de gran poder nutritivo. el ser humano habÌa desarrollado un refutada la regla. SÛlo entre un cinco a
Evidentemente, la evoluciÛn fomentaba autÈntico algoritmo para desenmascarar un diez por ciento acertÛ en la respuesta;
modos de comportamiento encaminados a los tramposos. Leda Cosmides y John incluso se equivocaban reiteradamente
a las mejores posibilidades de supervi- Tooby, de la Universidad de California estudiantes de cursos de lÛgica.
vencia del primitivo Homo sapiens. De en Santa B·rbara, dieron con este meca- Pero se llega a un resultado distinto
ahÌ que el cazador cooperativo pudiera nismo. El punto de arranque de su tra- si se sustituyen los n˙meros y las letras
prevalecer frente al solitario. bajo investigador fue un experimento por acontecimientos del mundo real.
psicolÛgico que, a primera vista, no tenÌa AsÌ, por ejemplo, los probandos deben
Fuera los aprovechados nada que ver con el problema de deve- imaginarse que son encargados de orden
La cuestiÛn presenta un inconveniente: laciÛn del engaÒo. Peter Wason, del de una discoteca y responsables de que
øpor quÈ tenÌa que participar el indivi- Colegio Universitario de Londres, habÌa se cumpla la regla siguiente: ìqueda
duo en una trabajo colectivo lleno de pe- ideado ya en los aÒos sesenta del siglo prohibido el consumo de bebidas alco-
ligros? Una vez que se habÌa cobrado la pasado una tarea de selecciÛn de cartas. hÛlicas para los menores de diecisÈis
presa, su carne f·cilmente perecedera Con su test, se proponÌa averiguar la fir- aÒosî. Pero ellos no est·n en condicio-
estaba a disposiciÛn de todos, incluso del meza y la eficacia de las personas cuando nes de comprobar ni lo que consumen
cazador m·s indolente del clan. El intrÈ- se trata de rebatir hipÛtesis. Les mostraba los clientes, ni la edad que tienen. En
pido compaÒero, por contra, obtiene su a los probandos un mazo de cartas, con la prueba se podÌa optar por un bebe-
parte, pero a un precio mucho m·s ele- letras por el anverso y n˙meros por el dor de cerveza y otro de un refresco, asÌ
como una persona de dieciocho y otra
de catorce aÒos. El resultado fue sor-
prendente: aunque esta tarea desde el
punto de vista lÛgico coincida con la pri-
mera, la mayorÌa dio con la respuesta
adecuada y manifestÛ su deseo de que-
rer comprobar los datos tanto del bebe-
dor de cerveza como del muchacho de
catorce aÒos.
øPor quÈ la segunda parte del test es
m·s sencilla que la primera? PodrÌa adu-
cirse que es debido al car·cter m·s abs-
tracto de la primera tarea, mientras que
la segunda es concreta y nos resulta m·s
familiar. Pero no estriba en eso el quid
de la cuestiÛn. El tercer enunciado de que

1. VIGILANTES DEL JUEGO LIMPIO.


Los niños reaccionan con desagrado si
creen que sus hermanos gozan de la
CORBIS

preferencia de sus padres.

78 Mente y cerebro 09/2004


JOSEF OTTO
2. CAZA MAYOR. Para abatir piezas grandes, el hombre primitivo debía actuar en un
ìtoda persona que come guindillas, bebe grupo bien organizado.
tambiÈn cerveza frÌaî resultaba tambiÈn
tan difÌcil de rebatir como el de los n˙me-
ros y las letras. AsÌ pues, øquÈ es lo que de descubrir un engaÒo cometido por los hombre ya no estaba en condiciones de
diferencia la regla del alcohol de las de clientes del local. reconocer a los tramposos; en los tests
las guindillas o de las cartas? Con otras En otros tÈrminos: nos resulta m·s no se percataba de que un participante
palabras: øquÈ hace difÌcil a los casos difÌ- f·cil desenmascarar a un tramposo que querÌa conseguir ventajas indebidas en
ciles y quÈ f·ciles a los f·ciles? pensar con lÛgica. Y es que la mente un intercambio comercial. Por lo dem·s,
est· especializada en velar por que se el paciente mantenÌa todas sus faculta-
Vigilantes natos mantengan las reglas sociales sin pene- des sociales completamente normales.
La repuesta de los psicÛlogos evolucio- trar forzosamente en los principios lÛgi- Para configurar tal funciÛn detectora
nistas Cosmides y Tooby se resume en cos subyacentes. Cosmides y Tooby asig- de engaÒos, cabe suponer que, en el curso
la afirmaciÛn de que se puede compro- nan esta facultad a una parte determinada de la evoluciÛn, se tuviera que ampliar
bar un enunciado cuando aparece for- del cerebro, a la que ellos denominan la capacidad procesadora de nuestro cere-
mulado como un contrato social. Ingerir mÛdulo detector de engaÒos. Ignoran su bro. Y quiz· debamos su complejidad a
alcohol en un local es un ìbeneficioî ubicaciÛn exacta y su modo de proce- una carrera de armamentos mental. La
que se obtiene por el hecho de haber der; quiz· radique en el sistema de los capacidad de simular intenciones socia-
alcanzado la edad mÌnima de 16 aÒos y sentimientos. les dificulta la labor de desenmascara-
poder demostrarlo. Los bebedores de Cosmides y Tooby informaron de un miento de los embusteros; como reac-
menos edad son tramposos. La soluciÛn paciente con daÒos provenientes de lesio- ciÛn, el cerebro humano tenÌa que ampliar
de la tarea del alcohol resulta tan f·cil nes en el sistema lÌmbico, el centro de mecanismos cada vez mejores para poner
porque los vigilantes cumplen su misiÛn los sentimientos de nuestro encÈfalo. Este en evidencia a los disidentes sociales. Si
hubo un tiempo en que se podÌa recono-
cer f·cilmente a un cazador de mamuts
indolente, hoy dÌa es mucho m·s difÌcil
probar la culpabilidad de los falsificadores
Identificación de los tramposos de tarjetas de crÈdito o de los cazadotes.
Los biÛlogos evolucionistas parten de
la hipÛtesis de que la corteza cerebral y
Peter Wason desarrolló en 1966 el Aunque está en la misma línea lógica el lenguaje se desarrollaron paralela-
“test de las cartas”. Dando la vuelta a tiene más éxito el test de Richard mente a la potencia colectiva del ser
dos cartas el voluntario debe com- Griggs y James Cox (1982). En esta oca- humano. El cerebro tenÌa la funciÛn de
probar la regla siguiente: “Si en el sión la regla dice:“Si una persona bebe
formarse una visiÛn de conjunto sobre
anverso hay una D, en el reverso encon- cerveza tiene que tener como mínimo
las cada vez m·s complejas interaccio-
tramos un 3”. La mayoría de los par- 16 años de edad”.
ticipantes fracasó en la prueba. nes sociales, aunque sÛlo fuera para pro-
testar cuando nos hicieran retroceder
indebidamente en la cola de la caja del
supermercado.

KLAUS MANHART es doctor en filosofía de


la ciencia.
THOMAS BRAUN

Bibliografía complementaria
BIOLOGIE DER TUGEND.WARUM ES SICH LOHNT,
Respuesta: D y 7 Respuesta: Cerveza y 14 años G UT ZU SEIN. M. Ridley. Ullstein; Berlín,
1997.

Mente y cerebro 09/2004 79


Psicología
y cerebro.
La tradición
española
A la gran aportación española en torno al sistema nervioso, realizada por Cajal y su escuela,
la acompañan otras especulaciones originales sobre la mente y su base biológica,
debidas a la creatividad científica de Simarro y de Turró

Helio Carpintero En un ambiente de positivismo cien- originada en Alemania, y difundida en


tÌfico y de revoluciÛn industrial, se abrÌa otros paÌses europeos. El krausismo tratÛ

D
entro del limitado campo de la una nueva Època para el estudio de las de unir ciencia y filosofÌa en su sistema.
ciencia espaÒola, destaca una relaciones entre la mente y el cerebro, EstimulÛ el interÈs por la ciencia empÌ-
tradiciÛn interesada en el cono- entre la conciencia y el cuerpo, entre la rica, asÌ como una concepciÛn moral
cimiento de las relaciones psique y el organismo. Aunque con limi- rigurosa acerca del hombre. BuscÛ ade-
entre mente y cuerpo. Es un tema que taciones, tambiÈn en EspaÒa se dieron m·s una renovaciÛn social mediante la
aparece y desaparece una y otra vez a lo pasos importantes en esa direcciÛn. educaciÛn y la reforma de las actitudes
largo de la historia moderna hasta hoy. colectivas. Los discÌpulos de Sanz del
CabrÌa mencionar aquÌ figuras renacen- Los inicios de la tradición RÌo, y entre ellos Francisco Giner, Gu-
tistas como Luis Vives, Juan Huarte o española contemporánea mersindo de Azc·rate y Nicol·s Sal-
Miguel Sabuco, y ya en el siglo XIX, fre- El interÈs por la nueva psicologÌa surgiÛ merÛn, figuras influyentes en la filoso-
nÛlogos como Mariano CubÌ y Soler, o pronto aquÌ. A comienzos del siglo XIX fÌa, la educaciÛn y el derecho, no dejaron
mÈdicos como Pedro Mata. el paÌs se hallaba retrasado en todos los de interesarse por las nuevas perspecti-
Sin embargo, hay un hito decisivo, Ûrdenes. Tras el absolutismo de Fernan- vas cientÌficas, especialmente biolÛgi-
que es la constituciÛn de la psicologÌa do VII, desde mediados del siglo se ini- cas, evolucionistas y psicolÛgicas, acerca
como ciencia natural, fuera ya de la filo- cian pasos destinados a recuperar el com- del hombre. Y con ello, se abrieron cau-
sofÌa. Solemos atribuir a Wilhelm Wundt p·s con Europa y elevar el nivel general. ces para la reflexiÛn sobre el hombre, su
esa primacÌa, al establecer su laborato- Hay un clima agitado e innovador ya en mente y su cerebro.
rio de psicologÌa en la Universidad de la Primera Rep˙blica (1871) y, m·s sÛlido Precisamente los investigadores pio-
Leipzig en 1879, algo que iba a servir y constructivo, desde la RestauraciÛn, neros en este terreno nacen en esa men-
de referencia a todo el ·mbito de la nueva en 1875. cionada generaciÛn de 1856. Luis Si-
disciplina. EmpezÛ entonces allÌ, y pron- Empieza entonces a dar sus frutos la marro (1851-1921), RamÛn TurrÛ Darder
to en varios otros lugares ópor ejem- generaciÛn de 1856, la de Santiago Ra- (1854-1926) y Santiago RamÛn y Cajal
plo, con ThÈodule Ribot, en Francia, o mÛn y Cajal, Marcelino MenÈndez Pe- (1852-1934), aunque orientados prima-
William James, en Estados Unidosó un layo, Leopoldo Alas (ìClarÌnî) o Juan riamente hacia la psiquiatrÌa, la biolo-
modo de conocimiento nuevo, que aspi- Maragall. Algunos intelectuales y pro- gÌa y la neurohistologÌa, respectivamen-
raba a ser una ciencia de la mente, al fesionales ya habÌan iniciado antes una te, pueden ser considerados como los
verla como una entidad biolÛgica, fruto aproximaciÛn a Europa. MenciÛn sin- primeros nombres de la psicofisiologÌa
de la evoluciÛn y causa de los compor- gular merece el filÛsofo Juli·n Sanz del espaÒola, y entre sus discÌpulos habr·
tamientos adaptativos frente al medio. RÌo, introductor de la filosofÌa krausista, quienes profundicen en esta ˙ltima espe-

80 Mente y cerebro 09/2004


¿AUTORRETRATO? / LEGADO FUNDACION SIMARRO

1. LUIS SIMARRO, retratado por J. Sorolla. El neurohistólogo y psiquiatra valenciano


cialidad. Con todas las limitaciones de fue también el primer catedrático de psicología en la universidad.
una clasificaciÛn did·ctica, cabe verlos
agrupados en dos escuelas o n˙cleos,
uno en Madrid (Simarro y Cajal) y otro Primera Rep˙blica. Para el quÌmico JosÈ tivismo y las ideas de Bernard, Charles
en Barcelona (TurrÛ), dos tradiciones en RodrÌguez Carracido, Èsta habÌa sido ìun Darwin y Ernst Haeckel, y rechazaba
sentido muy laxo, distintas aunque com- poderoso excitador de la mentalidad los nuevos vitalismos. Las minorÌas
plementarias. espaÒolaî. El saber experimental y el inquietas de la Època vivÌan una reno-
discurso de la razÛn, sofocados un tiempo vaciÛn mental. La universidad tradicio-
Su nivel de partida por el espiritualismo francÈs de las dÈca- nal se habÌa quedado pequeÒa. De ahÌ
La lÌnea de partida de esa generaciÛn das anteriores, conociÛ un brote de entu- que ese nuevo espÌritu, democratizador
parece clara. En literatura, dejan atr·s el siasmo entre los jÛvenes. El Ateneo de de la enseÒanza, inspirase la creaciÛn
romanticismo, para desplegar las velas Madrid fue escenario de discusiones de centros alternativos, donde desarro-
del nuevo naturalismo; en ciencia, sufren encendidas entre materialistas y espiri- llar los nuevos conocimientos, como la
el impacto del positivismo y el evolu- tualistas. Escuela Pr·ctica Libre de Medicina
cionismo; en polÌtica, un esencial prag- Cajal, en sus memorias, recuerda cierta (1875) de Pedro Gonz·lez de Velasco,
matismo que desconfÌa de una sociedad ìlocura filosÛficaî y ìmanÌa razona- o el Instituto BiolÛgico, de Rafael
necesitada de regeneraciÛn lleva a bus- doraî que le impulsÛ a leer y discutir MartÌnez Molina, entre otros. Y de inme-
car el continuismo de una monarquÌa que sobre Dios, el alma, el mundo y la vida, diato, en 1876, Giner, con un amplio
evite la agitaciÛn, aunque ofrezca sÛlo tras la RevoluciÛn del 68. Por su parte, grupo de profesores e intelectuales y
remedios paliativos a los problemas TurrÛ tambiÈn leÌa los nuevos cl·sicos: apoyos m˙ltiples de una sociedad que
sociales, regionales y coloniales que cre- Claude Bernard, Auguste Comte, Herman reclama regeneraciÛn, ìescuela y des-
cen con fuerza imparable. von Helmholtz, Herbert Spencer, Fran- pensa ì ódos claves del ideario de
La ciencia positiva encontrÛ un clima Áois Magendie, Wundt... Y Simarro, en JoaquÌn Costa, otro reformador venido
receptivo en los aÒos que preceden a la Valencia y en Madrid, defendÌa el posi- de AragÛnó, establece la InstituciÛn

Mente y cerebro 09/2004 81


facultad de ciencias de Madrid (1902),
© UNIVERSITAT DE VALENCIA

donde tendrÌa numerosos alumnos de


medicina, ciencias y filosofÌa, en un
curso de doctorado. Este hecho marca el
comienzo de los estudios de psicologÌa
cientÌfica en EspaÒa.
Sus ideas sobre el cerebro y la mente
estuvieron inspiradas por el conjunto de
convicciones que forman el positivismo
spenceriano, el evolucionismo darwi-
nista y el monismo haeckeliano. En su
faceta de psicÛlogo, dominarÌa una visiÛn
funcionalista, no muy distante de la repre-
sentada por James, que ve en las funciones
psÌquicas modos ˙tiles de adaptaciÛn al
mundo.
2. HOSPITAL DE LA PRINCESA, de Madrid, uno de los centros más renombrados Antes de marchar a ParÌs, Simarro dio
de la época. muestras de sus amplios conocimientos
y sus profundos intereses en una confe-
rencia sobre las teorÌas modernas sobre
Libre de EnseÒanza, un centro de extraor- cologÌa. La soluciÛn la encontrarÌa cada la fisiologÌa del sistema nervioso (1878).
dinaria influencia en el medio siglo uno a su manera, pero no sin dar pasos El trabajo se sit˙a en una Època anterior
siguiente. serios en el camino de la ciencia. al neuronismo, pero ya es consciente del
nuevo localicismo de funciones que los
El nuevo lugar del cerebro Simarro. Ciencia y política trabajos de Paul Broca, de Fritsch y Hitzig
En toda Europa, ya a mediados del si- Luis Simarro (1852-1922) ejemplifica esa han renovado con toda energÌa. Considera
glo XIX, el cerebro conquista la atenciÛn aspiraciÛn, a la vez hacia el desarrollo el sistema nervioso como el lugar de las
de las clases cultivadas. Los frenÛlogos, de la ciencia y a su aplicaciÛn a la vida funciones mentales. De ahÌ que, mien-
discÌpulos de Franz J. Gall, aseguran co- social. HuÈrfano muy niÒo, estudiante tras acent˙a la dualidad de elementos
nocer la personalidad de cualquiera brillante, se decanta por una sociedad fun- ócÈlulas y fibrasó, y sit˙a en las ˙lti-
mediante el examen de su cabeza, por- dada en una visiÛn cientÌfica del mundo, mas la conducciÛn de impulsos, colocar·
que las facultades psÌquicas est·n asen- e inspirada por la libertad y los princi- en las cÈlulas las funciones sustantivas,
tadas en centros de la masa cerebral. En pios republicanos. Durante la agitaciÛn incluidas las mentales, como el pensa-
EspaÒa, CubÌ y sus discÌpulos catalanes cantonal en Valencia, en 1873, fue muy miento o la voluntad.
propagan la nueva doctrina. Inspirado activo. Y los cantonalistas decÌan bus- Simarro no podÌa ser ajeno a las ideas
por CubÌ, enseÒa Mata en las aulas del car ìsatisfacer las aspiraciones de la de Haeckel sobre el psiquismo celular.
Ateneo madrileÒo una medicina legal Ciencia moderna y del Progreso...î, que El fisiÛlogo de Jena creÌa en la unidad
donde la fisiologÌa cerebral es la base de eran tambiÈn sin duda las suyas propias. de creador y creaciÛn en el todo de la
los fenÛmenos de la mente. Los ecle- PracticarÌa toda su vida un regenera- naturaleza. Y, como consecuencia, no
si·sticos perciben en ella un tufo de he- cionismo cientÌfico. La ciencia debÌa ser podÌa dejar de ver surgir el psiquismo
rejÌa. Si todo depende del cerebro, ødÛnde el camino para reformar la mentalidad desde el nivel m·s sencillo de la vida,
quedan la libertad, la espiritualidad o la de la sociedad espaÒola. Formado en allÌ donde ya aparecen los propÛsitos y
moralidad? Valencia, trasladado luego a Madrid las finalidades. SostenÌa que en los pro-
El cerebro parece constituir la clave (1873), Simarro se vinculÛ a los n˙cleos tistas, y en su grado inicial, las ìmÛne-
de la conducta, de la salud y de la anor- progresistas del Ateneo, Escuela de Gon- rasî, cÈlulas que suponÌa surgidas de la
malidad. Emerge una nueva imagen del z·lez Velasco e InstituciÛn Libre de En- reorganizaciÛn de materias inorg·nicas,
hombre. SalmerÛn, filÛsofo krausista, seÒanza. Tras unos primerizos pasos se iniciaban las funciones mentales m·s
que llegÛ a ser presidente de la Rep˙blica, como mÈdico y psiquiatra en el Mani- sencillas. De este modo, de la doctrina
vio en el cerebro el nexo de uniÛn de la comio de Ciempozuelos, pasÛ en ParÌs celular óde Jakob Schleiden y Theodor
filosofÌa con la ciencia. Para Èl, la sepa- cinco aÒos, con Jean-Martin Charcot, Schwannó habÌa surgido la fisiologÌa
raciÛn de mente y cuerpo del raciona- Magnan y otros clÌnicos franceses de la celular de Rudolf Virchow, y de Èste,
lismo cartesiano encontraba su supera- histologÌa nerviosa y la neuropatologÌa. gracias a su discÌpulo Haeckel, hallaba
ciÛn en un monismo evolucionista, al Al regresar a EspaÒa, dejarÌa sentir su su raÌz originaria la ciencia del alma, en
unirse la conciencia con lo inconsciente influjo en algunos jÛvenes investigado- su forma primigenia de un alma celular.
a travÈs de las estructuras evolutivas del res, incluido Cajal. En la cÈlula, dir· Simarro, se ha de
cerebro, estudiadas y descritas por A las dos figuras les ligÛ una temprana encontrar ìla condiciÛn de la sensibili-
ìMaudsley, Carpenter, Luys, Wundt, amistad y unos comunes intereses. MÈrito dad, la inteligencia y la voluntadî. Pues
Ferrier y tantos otrosî. Para Èl, la ìnueva de Simarro es haber enseÒado a Cajal el de allÌ han de ir ascendiendo, por la escala
psicologÌa fisiolÛgicaî era no sÛlo cien- nuevo mÈtodo de tinciÛn del sistema ner- biolÛgica evolutiva, esa serie de fun-
cia, sino un saber verdaderamente meta- vioso ideado por Camillo Golgi, a su ciones que al cabo constituyen la supuesta
fÌsico óaunque los nuevos psicÛlogos vuelta de ParÌs. TambiÈn les separÛ una caracterÌstica del alma humana. Para Èl,
experimentales querÌan separar defini- temporal rivalidad por la c·tedra de ana- la estructura b·sica del sistema nervioso
tivamente su ciencia de la filosofÌa. En tomÌa de Madrid, que obtuvo Cajal, en es esa particular asociaciÛn de neurona
esa ambivalencia iban a moverse los 1892. Al cabo, Simarro ganÛ la c·tedra sensitiva y neurona motora que consti-
jÛvenes cultivadores espaÒoles de la psi- de psicologÌa experimental, creada en la tuye el arco reflejo. Los hay en la mÈdula;

82 Mente y cerebro 09/2004


supone que tambiÈn los hay en el cere- difusiÛn de excitaciones a travÈs de los aquÌ algunas ideas antiguas de la itera-
bro. Lo piensa de acuerdo con opinio- somas neuronales y de una ìsustancia gra- ciÛn, junto con nuevas precisiones meto-
nes como las de los ingleses Thomas nulosa intercelularî que crearÌa ese dolÛgicas (mÈtodos evolutivo, de exci-
Huxley y W. B. Carpenter, o los france- campo general de actividad del cerebro, taciÛn, de destrucciÛn, de arquitectura
ses R. Descartes, C. Bernard, o P. Luys. luego se precisarÌan las conexiones. cortical y otros).
Mediante los reflejos, los organismos DirÌase que procuraba evadirse de la En el sistema nervioso hay vÌas de
responden a las excitaciones del ambiente rÌgida red de las fibras neurales mante- transmisiÛn y centros de coordinaciÛn.
y se mantienen vivos gracias a las res- nida por Cajal (silenciado en este trabajo), Estos ˙ltimos explican fundamental-
puestas que aquÈllas generan. Carpenter y buscaba fundar lo que podrÌan ser unos mente la experiencia y el aprendizaje. Los
tambiÈn pensaba que existÌa una cere- procesos de campo. hay superiores ócerebralesó e inferio-
braciÛn inconsciente bajo la actividad Semejante reestructuraciÛn la abor- res ómedularesó; en los primeros, dis-
consciente, y que habÌa unos niveles de daron muchos otros investigadores de la tinguidos en sensoriales, asociativos y
organizaciÛn que jerarquizan la acciÛn Època de modos bastante semejantes: motores, se dan los aprendizajes, pasando
en el sistema nervioso. La unidad de lo por la formaciÛn de barreras (lo que hacÌa de una difusiÛn general a una conexiÛn
consciente y lo inconsciente, del meca- Sigmund Freud en su famoso Proyecto ya seg˙n vÌas determinadas; en ese de-
nismo y la finalidad, que atraÌan a pen- de 1895) o con el recurso al h·bito, de sarrollo intervendrÌa la mielinizaciÛn,
sadores como SalmerÛn, estaban aquÌ que hablara James. El proceso explica- que determinarÌa las vÌas de asociaciÛn.
tratados de un modo que parecÌa abrir el rÌa asÌ la memoria y la asociaciÛn, el ins- Guiado por estudios comparativos de
camino al monismo evolutivo. tinto, el h·bito y la inteligencia: algo Jolly y Simpson con monos, imagina un
Simarro se daba cuenta de que seme- muy prÛximo a lo que los fisiÛlogos de orden cerebral que prefigura el que
jante explicaciÛn reflexolÛgica entra- la Època denominaban facilitaciÛn. Penfield, aÒos m·s tarde, habrÌa de pre-
Òaba un determinismo que parecÌa in- Toda asociaciÛn es siempre nexo entre sentar. Al lado de centros primarios sen-
compatible con la experiencia de la centros. Implica localizaciones, tema de sitivos y motores (·reas visual, auditiva
libertad. Tampoco parecÌa posible situar su conferencia de 1910. Reencontramos y t·ctil, y zona motora prerrol·ndica,
la voluntad en un cierto lugar cerebral,
para someterla a las influencias causa-
les de los estÌmulos aferentes. RecurrÌa,
como otros antes hicieran, a la idea de
la limitaciÛn de nuestro saber, y la nece-
saria aceptaciÛn de nuestra ignorancia
delante de ese ìmisterio profundoî.
El interÈs por el cerebro y sus pade-
cimientos iba a ocuparle buena parte de
los aÒos siguientes. Tras su estancia en
ParÌs, reanudÛ sus investigaciones y su
dedicaciÛn a la clÌnica, adquiriendo gran
prestigio como psiquiatra. Hizo informes
y peritajes notorios, dio cursos en el
Ateneo y luego, en la universidad, escri-
biendo muy poco, y combinando siem-
pre la investigaciÛn histolÛgica con el
quehacer clÌnico.
Hay dos textos suyos que directamente
nos presentan su visiÛn sobre los temas
de la mente y el cerebro. Uno es un tra-
bajo sobre la iteraciÛn (1902); el otro,
una conferencia sobre localizaciones
cerebrales (1910). En el primero se
aborda la esencial plasticidad del sis-
tema nervioso, base de toda experiencia
y aprendizaje. IteraciÛn serÌa un proceso
que produce la ìformaciÛn de vÌas orga-
nizadasî. Gracias a Èl nacerÌan diferen-
ciaciones en el tejido cerebral que aumen-
tarÌan la complicaciÛn de su estructura
asociativa. No se formarÌan fibras nue-
vas, pero sÌ una creciente diferenciaciÛn.
BIBLIOTECA DEL INSTITUTO INTERNACIONAL

Mientras que en un principio habrÌa una

3. R. TAGORE, La Luna nueva,


con una dedicatoria de Juan Ramón
Jiménez a su amigo y protector
Luis Simarro.

Mente y cerebro 09/2004 83


El cientÌfico, que habÌa querido en su
RETRATO DE SANTIAGO RAMON Y CAJAL / JOAQUIN SOROLLA (1906) / DIPUTACION GENERAL DE ARAGON, ZARAGOZA

juventud fundar la sociedad en la cien-


cia, terminÛ por anteponer la justicia
social a la investigaciÛn. Su figura moral
sin duda creciÛ; su obra cientÌfica, se
detuvo. La antorcha del saber iba a pasar
a sus discÌpulos.

Turró: mente, conocimiento


y trofismo
En Barcelona, en torno al cambio de
siglo, hubo un movimiento muy amplio
de renovaciÛn social. Los aÒos de la
RestauraciÛn impulsaron un crecimiento
econÛmico protagonizado en gran medida
por la burguesÌa catalana; en 1888 se
celebra en Barcelona una ExposiciÛn
Universal. Hay un impulso doble en el
mundo catal·n. Uno mueve a potenciar
la identidad regional (la lengua, las tra-
diciones, la autonomÌa) y busca ìla cons-
tituciÛ regional catalanaî (Bases de Man-
resa, 1892). El otro, complementario,
aspira a realizar una amplia renovaciÛn
europeizadora fundada en la cultura y el
desarrollo tÈcnico.
En ese marco se sit˙a la figura de Ra-
mÛn TurrÛ, posiblemente el represen-
tante m·s importante del positivismo
cientÌfico en CataluÒa, y desde luego ca-
beza de la Escuela de Barcelona en psi-
cologÌa. TurrÛ, como Simarro, ha sido
un joven inquieto, incluso aventurero y
4. SANTIAGO RAMON Y CAJAL, retratado por J. Sorolla en 1906, año en que poeta. SÛlo con el tiempo se ha acomo-
recibe el Premio Nobel de Medicina. dado a las exigencias sociales. No acabÛ
sus estudios de medicina, pero al cabo
se graduÛ como veterinario, atraÌdo por
la biologÌa, y pudo ser director del Labo-
respectivamente), colocar· otros adqui- se pueda asÌ reconstruir los aprendiza- ratorio MicrobiolÛgico Municipal de
ridos o aprendidos, que localiza en el jes de cada cual. El cerebro contendrÌa Barcelona, tras una polÈmica destitu-
cÛrtex asociativo. AsÌ, ve las circunvo- asÌ el relato de cada biografÌa. ciÛn de Jaime Ferr·n.
luciones frontales ócon el ·rea de Bro- Simarro, en 1910, demostraba tener un Su obra desborda los lÌmites del labo-
caó como ìnuevos centros coordinado- amplio conocimiento de la literatura neu- ratorio. VeÌa en la biologÌa un saber fun-
res de los centros motoresî para acciones rolÛgica europea reciente. Con sus lec- damental sobre los organismos en su
complejas, como andar, o hablar (que turas y sus comentarios influirÌa en sus relaciÛn con el medio, al que habÌa que
une boca, laringe, lengua y labios); en discÌpulos impulsando tanto la neuro- referir no sÛlo los comportamientos, sino
general se trata de centros de activida- histologÌa (Nicol·s Ach˙carro, PÌo del tambiÈn los conocimientos. ConsiderÛ
des aprendidas; en los ìespacios vacÌosî RÌo Hortega, Gonzalo RodrÌguez Lafora) el subjetivismo como un error, y buscÛ
que son hoy las ·reas de asociaciÛn, sit˙a como la psicofisiologÌa (C. Rodrigo La- afirmar la objetividad del mundo y del
relaciones vista-tacto (para las distancias vin) o la psicologÌa (J. V. Viqueira, F. San- saber mediante una disciplina mental
o la estereognosis), o vista-oÌdo (para la tamarÌa). Pero Èl mismo renunciÛ al estu- (La disciplina mental, 1920), resultado
lectura), por mencionar algunas con- dio empÌrico del comportamiento, aunque de una nueva filosofÌa (FilosofÌa crÌtica,
cretas. Subraya tambiÈn la disparidad gustÛ de seguir informado, y las cir- 1929), fundada en la experiencia.
hemisfÈrica y el predominio del izquierdo cunstancias del momento le llevaron a Como cientÌfico positivista, trata de
sobre el derecho; en aquÈl se situarÌan interesarse crecientemente por los pro- explicar los fenÛmenos mediante rela-
las funciones aprendidas. Basado en estu- blemas sociales del paÌs. ciones que permitan predecirlos y con-
dios contempor·neos de Lipmann sobre En 1909, tras la Semana Tr·gica de trolarlos. Pero queda en pie la cuestiÛn
apraxias, termina por suponer que ìel Barcelona, el gobierno responsabilizÛ a de la realidad misma, m·s all· de los
hemisferio derecho es centro de sensa- un maestro anarquista, Francisco Ferrer, fenÛmenos, que impone una objetividad
ciÛn y de movimiento, de coordinacio- fundador de La Escuela Moderna, como en el conocimiento. Y øcÛmo llegar a
nes sencillas, y el izquierdo es centro su inductor ideolÛgico, lo juzgÛ y lo esa realidad? Su respuesta es compleja.
principal de praxias y gnosciasî, orga- fusilÛ. Simarro defendiÛ a Ferrer, y escri- Ve el conocimiento como resultado de
nizador de acciones y cogniciones com- biÛ un libro para reunir lo que eran para experiencias adquiridas mediante sen-
plejas. Incluso llega a imaginar un futuro Èl las pruebas de la injusta trama (El pro- saciones producidas por estÌmulos, pero
donde se lea el cerebro y sus centros, y ceso Ferrer y la opiniÛn europea, 1910). que son recibidas de un modo activo, y

84 Mente y cerebro 09/2004


no pasivo, por el sujeto. Insiste, por ejem- renciaciÛn objetiva. Pero es el mÈtodo y Cajal. NeurohistÛlogo, su obra ha sen-
plo, en que para ver es preciso atender, objetivo experimental, y no la intros- tado las bases de nuestro conocimiento
enfocar el aparato visual, una actividad pecciÛn de Wundt, el que hay que apli- actual del sistema nervioso. Su vida ha
muscular esencial para el conocimiento. car en estos temas. sido un modelo de esforzada b˙squeda
TambiÈn rechaza la explicaciÛn instin- Esta es una filosofÌa que gira en torno del conocimiento riguroso. Siempre
tivista de la mec·nica adquisiciÛn del a un organismo activo, cuya mente cons- buscÛ la significaciÛn biolÛgica de los
alimento: prefiere poner una necesidad truye el objeto, de modo no muy distinto fenÛmenos y mantuvo un interÈs pro-
que impulse a la b˙squeda activa, y una de como Kant lo imaginara con las for- fundo por las cuestiones psicolÛgicas, asÌ
conducta que se refine mediante acierto mas a priori, pero poniendo en la base como por la relaciÛn de sus hallazgos con
y error. los reflejos trÛficos sobre los que se sus inquietudes sobre la mente. Su des-
AsÌ se hace visible la importancia de asienta la autoconservaciÛn. Gracias a cubrimiento de la neurona (1888) como
la conducta para obtener conocimiento, la experiencia trÛfica y a la motilidad, cÈlula b·sica del sistema nervioso, le
y la de la motivaciÛn óel hambreó para la mente seg˙n TurrÛ construye un abriÛ el camino hacia el resto de su obra.
que haya conducta. Considera Èsta co- mundo de cosas, regido por la causali- En 1889, recibiÛ en BerlÌn el respaldo
mo una fuerza primaria que impulsa a dad y dotado de objetividad frente al de los grandes histÛlogos de la Època,
las cÈlulas a ingerir sustancias del entorno sujeto. Y del mismo modo que el cien- con Kˆlliker a la cabeza.
para satisfacer necesidades especÌficas. tÌfico explora los datos de experiencia Desde una concepciÛn evolutiva del
Su obra fundamental se titular·, preci- y establece asociaciones regulares entre organismo recurriÛ al examen de las for-
samente, Los orÌgenes del conocimiento. fenÛmenos, asÌ trabaja el niÒo al adqui- mas embrionarias m·s simples; decÌa
El hambre (1916). rir el conocimiento de su corporalidad querer estudiar el bosque joven en lugar
Las necesidades trÛficas crean la base y de las regularidades entre sensaciones de la selva adulta. AsÌ vio que las cÈlu-
de la experiencia fundamental. Impul- y movimientos. las est·n separadas y no forman una red
san a buscar su satisfacciÛn, pero como Se trata de una concepciÛn din·mica continua: hay contig¸idad, no continui-
son necesidades especÌficas, requieren de la mente, no demasiado lejana de la dad. La neurona es una unidad anatÛmica
elementos propios que las resuelvan (el que por esos aÒos trazaba Freud, si bien y funcional. Impone un orden en los pro-
agua para la sed, la sal o el az˙car para fundado en distinto principio. La libido cesos (de dendritas a axÛn, de la neurona
las correspondientes ëhambresí). Esta freudiana se ha vuelto aquÌ hambre, presin·ptica a la postsin·ptica); cada
experiencia implica en los organismos impulso trÛfico; Èste no experimenta nivel integra los estados precedentes y
una inteligencia inferior, pero en el hom- represiÛn, ni genera complejos, pero sÌ determina los siguientes. Su doctrina de
bre implica sensaciones conscientes de se enfrenta a lo real como aquello que la neurona le obliga a pensar el funcio-
apetito, que exigen una respuesta tam- le resiste y, llegado el caso, lo resuelve. namiento cerebral complejo en forma de
biÈn consciente y voluntaria. De este El hambre es tornavoz de las cosas que procesos asociativos.
modo, el nexo entre el impulso, su satis- faltan al organismo; con la ingestiÛn se En 1905, Cajal escribiÛ un importante
facciÛn y las cualidades del objeto con apaga el hambre y ìse inicia el conoci- prÛlogo a un libro de Tom·s Maestre,
que ha sido satisfecho establece el vÌncu- mientoî. La sensibilidad trÛfica dife- dedicado a la ìpsicologÌa positivaî, donde
lo entre mundo interno y mundo externo, rencia necesidades. Las sensaciones se ofrece una visiÛn sintÈtica de sus ideas.
mundo de necesidades y mundo de obje- vuelven signos del alimento. Se apren- AllÌ habla de constituir una ìpsicologÌa
tos externos. den movimientos con que llegar al ali- objetiva o histologÌa psÌquicaî como una
En su idea de experiencia admite, mento, y asÌ se lo sit˙a en un espacio, ciencia donde los actos psÌquicos cons-
junto a la actividad del sensorio, una res- un tiempo y una relaciÛn causal que le cientes se habrÌan de ìsubordinar... a una
puesta activa del organismo. Gracias a da sentido de realidad. serie paralela de fenÛmenos fÌsico-psÌ-
Èsta, la sensaciÛn se proyecta en el Trofismo, perspectiva genÈtica, cons- quicos obrados por las cÈlulasî. Como
entorno, mediante un mecanismo incons- tructivismo perceptivo, raÌz motora de las neuronas son las ˙ltimas unidades
ciente como el de la percepciÛn imagi- la imagen corporal y del espacio ambien- del trabajo psÌquico, la psicologÌa ha de
nada por H. Helmholtz. Esa proyecciÛn tal, son tal vez los rasgos b·sicos de esta ser, como pensÛ ya Haeckel, una psico-
se perfecciona a medida que las huellas epistemologÌa biolÛgica que recuerda logÌa celular.
de ocasiones previas se suman a la exci- tambiÈn, en m·s de un punto, especial- Los procesos psÌquicos son predomi-
taciÛn actual y la reelaboran. AquÌ re- mente en su dimensiÛn genÈtica, el nantemente conscientes, pero su base
curre al modelo del reflejo asociativo de modelo muy posterior de Piaget. est· en el trabajo inconsciente de las neu-
Bechterev, prefiriÈndolo al de los refle- Estas ideas impulsaron un an·lisis del ronas. No se trata de reducir lo psÌquico
jos condicionados de Pavlov. papel del organismo en la construcciÛn a lo fisiolÛgico, pero sÌ de comprender
Desde el hambre se llega a la con- de sus sistemas de adaptaciÛn al medio. que el cerebro es la condiciÛn de la acciÛn
ciencia, que es ìel producto de una orga- La tesis de la existencia de un organismo humana. Afirma que el cerebro ìexcelen-
nizaciÛn previa de estados fisiolÛgicosî. activo, cuyas necesidades y actividades teî y el ìimperfectoî se han de diferen-
Eso no implica identidad entre mente y sentaran a un tiempo las bases de su ciar por la naturaleza y el n˙mero de sus
organismo, ni tampoco dualidad sustan- conocimiento y de su acciÛn, recibieron asociaciones; mientras el primero ten-
cial. Como buen positivista, rechaza ìlos ulterior desarrollo en las manos de sus dr· una representaciÛn ajustada a los
dominios tenebrosos de la metafÌsicaî, discÌpulos, especialmente de Augusto Pi fenÛmenos externos, el segundo tendr·
y se limita, como cientÌfico, a establecer Sunyer, y de los de Èste, Emilio Mira y una incorrecta y empobrecida. Sobre una
explicaciones en tÈrminos de estricta con- Juan Cuatrecasas, entre otros. base innata, la experiencia determina la
comitancia. La necesidad de comer crea construcciÛn del cerebro, amenazado a
en el hombre la demanda consciente de Las ideas de Ramón y Cajal veces por disgregaciÛn o ìcantonalismoî
alimento; siguiendo el principio de la Quien sin duda realizÛ las aportaciones entre sus regiones o centros. Hay, pues,
energÌa especÌfica de J. M¸ller, si hay m·s duraderas al conocimiento de las una arquitectura de neuronas que sostiene
diversidad subjetiva, habr· alguna dife- bases fisiolÛgicas de la mente fue RamÛn el trabajo del cerebro. Adem·s imagina

Mente y cerebro 09/2004 85


gresivamente al problema o materia de y nuestra falta de voluntad para hacer
© UNIVERSITAT DE VALENCIA

la atenciÛnî. ciencia, o los del propio TurrÛ sobre La


Hay una estrecha uniÛn entre la estruc- disciplina mental (1924) y la necesidad
tura histolÛgica y la actividad mental y de lograr mantener una visiÛn objeti-
comportamental, consciente y moral. vista y cientÌfica de las cosas.
A travÈs de la atenciÛn, la actividad cons- Los tres coincidieron en admitir que
ciente modifica su estructura inicial, para la mente humana, fundada sobre una base
producir una superior adaptaciÛn óun biolÛgica, es resultado de una construc-
ìtalento especialîó. AhÌ el placer y el ciÛn donde el sujeto activo aprovecha su
dolor desempeÒan una funciÛn. ìLas experiencia, satisface sus necesidades y
perezosas cÈlulas cerebrales sÛlo encien- reestructura sus dones y capacidades gra-
den su luz bajo el l·tigo de las emocio- cias a la plasticidad de su organismo,
nes penosas.î Frustraciones y fracasos sobre todo de su cerebro.
forman un humus de donde sale la ins- AtraÌdos por la ciencia, los hombres
piraciÛn del artista. Los afectos, singu- de la generaciÛn de Cajal, Simarro y
larmente inconscientes, configuran las TurrÛ dieron pasos enormes hacia la rege-
aspiraciones, ensueÒos e ideales. El dolor neraciÛn intelectual del paÌs. Prendieron
termina por movilizarlos. Este es un per- tambiÈn la ilusiÛn de unos discÌpulos,
fecto cuadro de inspiraciÛn rom·ntica. especialmente no en la siguiente, la
TambiÈn acometiÛ estudios compara- ìgeneraciÛn del 98î, sino en la de 1914,
dos del comportamiento animal. Un la de JosÈ Ortega, Eugenio díOrs o Gre-
curioso trabajo suyo, Las sensaciones gorio MaraÒÛn. El enigma de la mente
de las hormigas (1921), con muy fina y el cerebro seguirÌa incitando a la inves-
observaciÛn de esos insectos, aclara su tigaciÛn. Y, gracias a su magisterio, algu-
idea evolucionista del cerebro y la impor- nos nuevos pasos se alcanzarÌa a dar,
tancia dada a las estructuras heredadas. determinando un nuevo nivel en el saber
5. RAMON TURRO, figura central de la Observa que muestran una gran penuria sobre estas disciplinas.
escuela catalana de biología y fisiología. sensorial, pero con poderosos instintos,
de manera que ìcompensan la miseria
sensorial con una rica y finÌsima orga-
la existencia de unos elementos adjun- nizaciÛn del Ûrgano encef·licoî. Su HELIO CARPINTERO es catedrático de
tos, de los que dependerÌa la energÌa mundo, muy complejo y social, es m·s Psicología Básica de la Universidad Com-
mental en su conjunto: ìEse principio rico que el de otros insectos con m·s plutense de Madrid. Es miembro de la Real
misterioso, ll·mese alma, voluntad, acti- sensaciones pero de ìprecaria mentali- Academia de Ciencia Morales y Políticas. Es-
vidad, energÌa, etc.; ese maquinista que dadî, como la mariposa o la mosca. pecialista en historia de la psicología.
atiende, asocia, compara, inhibe, esculpe El cerebro no es el resultado de las ex-
vÌas nuevas, robustece las preexisten- periencias sensibles, ni se fragua a par- Bibliografía complementaria
tes, rompe las mal establecidas y limpia tir de las sensaciones, sino que es previo TURRÓ, HOMBRE DE CIENCIA MEDITERRÁNEO.
a cada instante de la broza y maleza del a Èstas. Constituye su condiciÛn posibi- P. Domingo. Portic Hispanic; Barcelona,
error; ese quid ignotum debe radicar tam- litante; aunque tambiÈn sea el resultado 1970.
biÈn en un substratum material, subor- de la evoluciÛn. Y en esa evoluciÛn, el
LA PSICOLOGIA A CATALUNYA. M. Siguàn.
dinarse a la actividad de alguna especial hombre ha de ser, en lo posible, creador.
Edicions 62; Barcelona, 1981.
categorÌa de cÈlulas nerviosasî. Durante Mucho sufriÛ Cajal ante nuestro retraso
un tiempo creyÛ que Èstas eran las cÈlu- frente a Europa y ante la falta de cien- L OS ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA
las glÌa. cia y tÈcnica, los dos grandes logros ras- EN E SPAÑA : E L D OCTOR S IMARRO . VV.AA.

AsÌ la energÌa serÌa un elemento genÈ- gos de la modernidad. Fue claro su con- en Investigaciones Psicológicas, vol. 4; 1987.
rico, al servicio de las diferentes fun- sejo: ìTrabajad hoy m·s que nunca por LA PSICOLOGÍA EN LA OBRA DE SANTIAGO
ciones mentales, como un cierto factor la creaciÛn de la ciencia original y cas- R AMÓN Y CAJAL . V. Ibarz. Instituto Fer-
general, an·logo a la entidad hipotÈtica tizamente espaÒolaî. Ello implicaba po- nando el Católico, Zaragoza; 1994.
ìgî en que, por aquellas fechas, pensaba ner a presiÛn los cerebros, y trabajar por H ISTORIA DE LA P SICOLOGÍA EN E SPAÑA .
en Inglaterra Charles Spearman para dominar el mundo natural y los proble- H. Carpintero. Eudema; Madrid, 1994.
explicar el funcionamiento mental. mas sociales.
Esta doctrina ya inspirÛ su famoso dis- P ERSONAJES PARA UNA H ISTORIA DE LA
PSICOLOGÍA EN ESPAÑA. M. Sainz y D. Sainz.
curso acadÈmico de 1897 (Reglas y con- Una mirada de conjunto
Ediciones Pirámide; Madrid, 1996.
sejos sobre investigaciÛn cientÌfica. Los AtraÌdos los tres por la naturaleza, tam-
tÛnicos de la voluntad). AllÌ defendiÛ la biÈn muestran una fina percepciÛn de lo CAJAL. J. M. López Piñero. Debate; Madrid,
necesidad de una atenciÛn continuada social. Los tres se sintieron vinculados 2000.
sobre los temas, para que surjan asocia- a su sociedad y procuraron transmitir un HORIZONTES CULTURALES. HISTORIA DE LA
ciones ìentre las im·genesî observadas sentido de responsabilidad como cien- CIENCIA ESPAÑOLA. Santiago Ramón y Cajal.
y ìlas ideas que dormitan en nuestro tÌficos y como ciudadanos. Los textos de Real Academia de CC. Exactas, Físicas y
inconscienteî. SÛlo la voluntad produce Simarro sobre la ciencia y la sociedad, Naturales. Espasa Calpe; Madrid, 2002.
el perfeccionamiento de la actividad y su lucha en pro de la causa del funda- HISTORIA DE LA NEUROLOGÍA EN ESPAÑA.
mental; de ese modo, ìel cerebro, mer- dor de la Escuela Moderna, pueden Coordinado por A. Martín Araguz. Saned;
ced a su plasticidad, evoluciona anatÛ- ponerse al lado de aquellos otros de Cajal Madrid, 2002.
mica y din·micamente, adapt·ndose pro- sobre el famoso ëproblema de EspaÒaí

86 Mente y cerebro 09/2004


Comportamiento
ante la violencia
Sólo un ejercicio reflexivo sobre situaciones de amenaza potencial
nos prepara para enfrentarnos a los violentos. Importa mucho la predisposición mental

Uwe Füllgrabe hacia atr·s, acciona el portero autom·- ï Un joven policÌa da el alto a un coche
tico, sale corriendo y se cae. El delincuen- que acaba de cometer una infracciÛn leve

Y
a es de noche cuando Miriam te se avalanza sobre ella y, en esa circuns- del cÛdigo de circulaciÛn. Se aproxima
se encamina de regreso a su tancia, pierde el cuchillo; la mujer grita, al vehÌculo, seguro de sÌ mismo y con deci-
casa. Desde hace muchos aÒos mientras ambos ruedan por el suelo. siÛn. En el interior del automÛvil hay
esta estudiante se desplaza ï Un drogadicto callejero cree haber reci- cuatro individuos de aspecto sospechoso.
por la ciudad en bicicleta. Cada vez que bido del cielo el encargo de matar a un El que est· sentado al volante confiesa
retorna del centro de Tubinga a su domi- policÌa. Para ejecutar su plan busca una que no lleva la documentaciÛn, pero su
cilio, en las afueras, duda entre tomar el vÌctima cerca de su casa. Observa cÛmo lenguaje corporal le transmite al policÌa
atajo de los prados de ·rboles frutales o un funcionario uniformado aguarda el la sensaciÛn de que ìhay algo extraÒo en
seguir el camino, m·s largo, paralelo a cambio de un neum·tico en la gasolinera ese casoî. Aunque lo que el agente ignora
la carretera. Hoy opta por la variante m·s de enfrente. es que el conductor tiene una pistola car-
corta. Si en multitud de ocasiones, pien-
sa, no ha pasado nada, øpor quÈ le iba a
suceder precisamente en esta ocasiÛn?
La inmensa mayorÌa de las personas 1. LA LEY DE LA CALLE.
no reflexiona nunca sobre la posibilidad Las personas violentas actúan conforme a sus propias reglas.
de encontrarse alguna vez en una situa-
ciÛn peligrosa. Y cuando se aborda este
IFA-BILDERTEAM

tema, se alzan de hombros para respon-


der en tono fatalista: ìSi llega la ocasiÛn
no est· en mis manos hacer nada por
cambiarloî.
En una de las curvas del atajo, emerge
de repente una figura, un hombre, que se
opone al paso de Miriam. Esta se asus-
ta. Parece bebido y masculla algo sobre
su mujer. Cuando intenta acercarse a la
joven, con el brazo levantado, Miriam
le dice gritando: ì°DÈjate de tonterÌas!
°Vete a tu casa!î. Tras un momento de
tensiÛn, el tipo vuelve sobre sus pasos.
Y nuestra estudiante, con las piernas
todavÌa temblando, piensa con alivio:
ì°Menuda suerte que he tenido! Seguro
que no era un delincuente sexual, sino
sÛlo un marido engaÒado que querÌa aho-
gar sus penas en alcoholî. Pero, øpodÌa
hablar realmente de suerte? øY quÈ
hubiera pasado de haber sido realmente
un violador? Intentemos adivinar cÛmo
terminarÌan las siguientes situaciones
que responden a hechos reales:
ï Un violador en serie amenaza a una
joven en el ascensor. La mujer le empuja

Mente y cerebro 09/2004 87


¿Bravuconería o grave peligro?
Quien desee sobreponerse a los peli- que más raramente se cumplen. Por con- en ese momento excitado? ¿Es posible
gros debería reflexionar sobre situacio- tra, hay que tomar muy en serio las que se halle bajo el influjo del alcohol
nes críticas antes de adentrarse en ellas. manifestaciones criminales frente a ter- o de drogas? Si tal sucede, es posible
Pensemos en las mujeres que quieren ceros, ya que éstas no están destinadas que desaparezca la motivación en cuanto
romper con un marido violento y les a intimidar a la víctima. se haya superado el primer shock de la
atenaza el pánico a su venganza. En 1998, ruptura con la compañera y remita el
Neil Jacobsson y John Gottman, de la Las intimidaciones son manifestaciones efecto de los estupefacientes.
Universidad de Washington, compara- sobre condiciones que hay que cumplir Algunos ejemplos de violencia en la
ron matrimonios en cuyas relaciones se para alejar la desgracia: “¡Lo va a pagar escuela nos permiten pergeñar un esquema
había vivido la violencia. Concluyeron muy caro si ahora me despide!”. Se trata de las formas de valorar las amenazas.
que los hombres violentos se pueden en estos casos de intentos de manipula- El alumno Miguel F. le envía a un com-
clasificar grosso modo en dos catego- ción con los que el amenazador no quiere pañero un correo electrónico:“Eres hom-
rías. Al ochenta por ciento de los mal- propiamente causar ningún daño.En tanto bre muerto”. Por diversas razones parece
tratadores los encasillaban en el grupo que no se trate de un chantaje criminal que el riesgo real de que se cumpla la
de los “canes”: en situaciones conflicti- —es decir “profesional”— la probabilidad amenaza es mínimo. De entrada, el ata-
vas, la rabia se va acumulando progresi- de violencia en casos de intimidación es que verbal no se formula directamente.
vamente y se van haciendo cada vez más menor que en los de amenazas genuinas. Además, faltan los detalles sobre cómo
agresivos hasta que llegan a las manos y cuándo se va a materializar la ame-
con sus mujeres. Las amenazas genuinas no contienen naza. La familia y los compañeros des-
El veinte por ciento restante confor- nunca expresiones como “en caso de criben a este alumno como un poco
maban el grupo de las “cobras”. Son aque- que”, “pero”, “hasta”, “si no”. No pre- inmaduro, alguien que se encoleriza con
llos que ejercen la violencia al tiempo sentan condiciones porque el que las facilidad, pero no mencionan alteracio-
que se tranquilizan interiormente. Inclu- emite está desesperado y no ve ninguna nes serias en la conducta. Evidentemente
so se ralentiza su ritmo cardíaco. Y en alternativa más. Las amenazas genuinas no tiene acceso a las armas y nadie es
eso se asemejan a la serpiente, que con- reflejan sólo el estado momentáneo men- sabedor de que planee algo semejante.
centra toda su atención en el ataque. En tal y sentimental del amenazante. ¿Está La persona a la que ha dirigido la ame-
contraposición a los acalorados canes,
los cobras se mostraban mucho más peli- ULLSTEINBILD

grosos. Recurrían con mucha mayor fre-


cuencia al cuchillo o la pistola; la inten-
sidad de su afecto hacia su compañera
era menor. Además, los cobras acos-
tumbraban tener a sus espaldas una larga
historia de comportamiento impulsivo
criminal, que ya se había manifestado en
su propia infancia (provocación de fuego
o tortura de animales).
Jacobson y Gottman llegaron a una
conclusión sorprendente: una vez que las
mujeres de los cobras habían roto con
sus maridos, éstos rehuían la reconcilia-
ción y dejaban en paz a su compañera.
Por contra, la liquidación de una rela-
ción con un can se configuraba a largo
plazo como algo esencialmente más difí-
cil. Parece evidente que este tipo de hom-
bres tiende a acechar a su antigua com-
pañera y a amenazarla. En esa tesitura, la
mujer debería defenderse con instru-
mentos jurídicos.
La amenaza verbal de violencia pro-
duce una conmoción en la mayoría de
nosotros. Por una razón principal: no
entendemos exactamente o no acaba-
mos de vislumbrar con nitidez el ele-
mento esencial de la amenaza. Cuando
alguien amenaza con violencia quiere
decir en primer lugar que él ha pensado
sólo por un momento en esa alterna-
tiva y que ha optado por lo contrario.
La realidad lo corrobora: las amenazas
de muerte cuentan entre las “promesas”

88 Mente y cerebro 09/2004


gada delante de su asiento, se encuentra No debe confundirse pensar en los
bajo libertad condicional y otros dos ocu- peligros con ser de car·cter medroso.
pantes del vehÌculo figuran en una lista A muchos les tranquiliza haberse ocu-
de b˙squeda y captura. pado de estos temas de antemano y de
naza explica: “Nos acabábamos de No se puede aventurar f·cilmente el forma crÌtica. Incluso en casos extre-
pelear; ahora está furioso y dice ton- final real de estas historias. En el pri- mos existen casi siempre m·s opciones
terías, pero volverá a tranquilizarse”. mer caso, resultarÌa plausible que el de las que cabe imaginar. El miedo no
El ejemplo siguiente difiere del prece- violador volviera a agarrar el cuchillo es nunca el medio adecuado para sobre-
dente en ciertos aspectos. Unos alum- para amenazar o incluso asesinar a la vivir en una situaciÛn de emergencia,
nos ruedan un vídeo en el que uno de joven. Pero su testimonio posterior m·s bien todo lo contrario: nos provoca
los jóvenes dispara sobre otro en el serÌa: ìEstaba tendido en el suelo junto reacciones exageradas, algo que junto
patio del colegio. El fusil parece autén- a ella y muerto de miedo. Mi cerebro a la pasividad puede constituir uno de
tico. Los otros protagonistas insultan estaba como vacÌo y salÌ corriendo del los mayores errores.
a los compañeros que se agrupan alre- edificioî. PodrÌamos considerar la preparaciÛn
dedor del grupo, pero lo hacen entre Respecto al policÌa en el campo de mental ante los peligros como una ìva-
risas.Además dirigen también sus armas observaciÛn del drogadicto callejero cuna del estrÈsî, puesto que aumenta
contra otros jóvenes. La amenaza aquí muy pocos le concederÌan una pequeÒa nuestra resistencia, dentro de ciertos
es concreta. El “guión” apunta a que posibilidad de supervivencia en ese lÌmites. Si se presenta esa situaciÛn do-
los muchachos han calculado con toda trance. Pero el delincuente cambiÛ su lorosa o peligrosa, no nos llega despre-
exactitud cómo, dónde y contra quién plan y se encaminÛ en b˙squeda de otra venidos, sino que podemos actuar de
van a ejercer la violencia. Aunque po-
vÌctima distinta. Seg˙n un estudio del manera r·pida y con decisiÛn. A ello se
dría tratarse de una “broma” —y a te-
FBI que analizÛ este caso y otros dos puede agregar una preparaciÛn ìtÈcnicaî.
nor del elevado riesgo de ese mo-
mento— se acude a la policía. Después similares se repite un esquema intere- Citemos, a este respecto, el entrenamien-
de interrogar a los alumnos y a sus sante: los asesinos peligrosos no mata- to en tÈcnicas comunicativas y resoluti-
padres se concluye que se trataba de ban siempre al primer policÌa que se les vas de situaciones problem·ticas, asÌ
fusiles de juguete y de que los jóve- ponÌa a tiro, sino a otro. La razÛn adu- como la simulaciÛn de secuencias de
nes no tenían ningún acceso a armas cida por los delincuentes era que ìpare- actuaciÛn en determinadas situaciones
de verdad. Más informaciones sobre el cÌa como si les resultara difÌcil poder de riesgo. De ahÌ el interÈs de los cursos
trasfondo de los alumnos y de sus dominar al primeroî. de autodefensa o de primeras ayudas,
familias no arrojan ningún resultado TambiÈn por razones semejantes saliÛ pues sÛlo quien ha automatizado ciertas
inquietante. Al final se deja el caso en indemne el agente de tr·fico. Aunque se tÈcnicas puede ponerlas en pr·ctica en
manos de las autoridades escolares. trataba de una falta leve pidiÛ refuerzo situaciones de autÈntico estrÈs.
a un coche patrulla. DespuÈs de detener Importa de entrada reconocer la ame-
Una rápida intervención policial es al conductor y preguntarle en el interro- naza como tal. Para ello necesitamos un
requerida por la siguiente situación. gatorio si habÌa especulado con la idea ìradar del peligroî, que nos avise para
El director de un centro escolar recibe de utilizar su arma, Èste respondiÛ: ìSÌ, desplegar en ese momento nuestros sis-
una llamada anónima a las ocho de la pero a medida que el policÌa se me acer- temas de alerta. A menudo, carecen de
mañana: “¡Hoy a las doce explotará caba sentÌ miedo de no poder disparar este dispositivo incluso los profesiona-
una bomba en el gimnasio! La he colo- antes de que Èl me matase a mÌî. les de la lucha contra la violencia. En
cado en la taquilla de uno de los alum- Los tres ejemplos muestran que la una operaciÛn policial los funcionarios
nos mayores. No tengan miedo, no es
supervivencia no es puro azar. Es decir, se encontraron con un hombre viejo, de
mi taquilla. La he colocado en otra para
que nuestro comportamiento puede aspecto desvalido, sentado al borde de la
poder verla desde aquí y así poder saber
el momento en que alguien la busque”. influir favorablemente en el curso posi- cama. La situaciÛn no se les presentaba
La amenaza es directa y detallada, tivo de los acontecimientos. En todo caso como problem·tica, pero de pronto el
por tanto hay que tomar en serio el tiene que existir la conciencia de peli- anciano echÛ mano de una pistola oculta
peligro. Es evidente que el que llama gro. Esta especie de sexto sentido ad- bajo una manta y disparÛ a quemarropa
ya ha dado pasos muy concretos y quiere especial relevancia en las perso- contra los policÌas hiriendo gravemente
conoce los pormenores del vestuario. nas que, por su profesiÛn, se enfrentan a uno de ellos. Se hubiera podido evitar
Además es una persona anónima, difí- ante situaciones comprometidas; por la desgracia si los agentes hubieran ca-
cil de identificar. Esta persona tiene ejemplo, policÌas y auxiliares de clÌni- cheado al supuesto desvalido. Al fin y al
que arrostrar en todo caso que se la cas psiqui·tricas. Sin embargo, el peli- cabo se trata de un individuo cuya afi-
lleve a juicio por un delito criminal. gro puede acecharnos a cualquiera: de ciÛn a las armas era conocida.
noche en la calle, en el metro, en el patio Con harta frecuencia somos vÌctimas de
escolar o en el propio domicilio. tales falsas estimaciones, puesto que ten-
demos, como en el caso descrito, a inter-
Sexto sentido para el peligro pretar las situaciones de forma precipita-
“¡AHORA TE TOCA A TI!” Cuando
Con independencia de la situaciÛn en la da y subjetiva, sin atender al punto de
un alumno, aunque sólo sea “para gastar que nos hallemos frente a personas dis- vista del contrario. Lo que para los agen-
una broma”, esgrime un arma puestas a la violencia, el resultado afor- tes constituye un control rutinario de tr·-
en la mano y amenaza a otros niños, tunado de la misma y, en caso extremo, fico, irrelevante, para un criminal repre-
habría que acudir a un psicólogo escolar nuestra supervivencia dependen de que senta una amenaza contra su libertad.
o a la policía para determinar consigamos reconocer y valorar el peli- Cierto es que en el dÌa a dÌa de un fun-
el potencial de peligro real de esos gestos. gro a tiempo y en su dimensiÛn exacta cionario la mayorÌa de los encuentros
para impedir la explosiÛn o la escalada con los ciudadanos transcurren sin pro-
de la violencia. blemas. De ahÌ que muchos policÌas obje-

Mente y cerebro 09/2004 89


res. Juzgamos a los dem·s de acuerdo
DPA

con una escala que va desde ìamistosoî


a ìhostilî; se reacciona en razÛn de ese
criterio. Los violentos, sin embargo,
adecuan sus actos al punto donde pre-
sumen situado a su contrario en una
escala que se extiende desde ìdÈbilî
hasta ìpotenteî. Por ejemplo, el dro-
gadicto del segundo caso manifestÛ que,
si bien era cierto que el policÌa no daba
la impresiÛn de ser especialmente fuerte
o amenazador, sin embargo parecÌa
como si en una pelea pudiera salir ven-
cedor. Por contra, los policÌas asesina-
dos en los casos similares aportados por
el FBI se comportaron con cierta inse-
guridad.
En situaciones crÌticas, øsalimos mejor
parados con una reacciÛn ostensible de
poder y de fuerza? La teorÌa de juegos
nos suministra una respuesta. En simu-
laciones de ordenador en las que los par-
ticipantes actuaban conforme a diversas
estrategias de juego, la del ìtres en rayaî
resultÛ la m·s eficaz. Se basa en dos
2. CON EL ARMA EN EL PUÑO reglas:
se asegura este policía en un control óîuna disposiciÛn mental como el 1. Coopera en el primer lance.
rutinario. Si se encuentra por azar aguaîó con la que la mente debe ase- 2. En adelante, act˙a siempre como el
con un criminal, tal precaución puede mejarse al espejo de un lago de aguas contrincante en la jugada anterior.
salvarle la vida.
tranquilas. SÛlo si nos liberamos de pen-
samientos o temores innecesarios valo- Lo que traducido a la vida real se puede
raremos psicolÛgicamente al adversario formular con estas dos normas:
y nos percataremos mejor de sus inten- 1. CompÛrtate de forma amistosa y dis-
ten lo incÛmodo de enfundarse sin m·s ciones. puesta a colaborar.
el chaleco antibalas. Pero el hecho de que 2. En el instante en que el otro no cola-
todas sus intervenciones anteriores se Perspectiva teórica del juego bore o se comporte de forma agresiva,
desarrollaran sin violencia no garantiza Seg˙n muestran los ejemplos descritos defiÈndete en seguida. Si se vuelve a
en absoluto que esa tranquilidad persis- al principio, sÛlo una actuaciÛn segura mostrar dispuesto a colaborar, haz t˙ lo
ta en el futuro. La cifra anual de los agen- de sÌ misma puede evitar la explosiÛn de mismo.
tes de policÌa agredidos en un acto de violencia. Signos no verbales como, por A menudo se equipara injustamente la
servicio en los EE.UU. llega a los apro- ejemplo, una postura corporal erguida o estructura del juego de tres en raya con
ximadamente 50.000. un breve intercambio de mirada envÌan el ìojo por ojo, diente por dienteî o prin-
Disponemos de una facultad óuna al contrario el mensaje de que Èl y la si- cipios similares que acent˙an el dictado
suerte de ìconocimiento de la natura- tuaciÛn est·n ìcontroladosî. El com- de la venganza. Pero la estrategia del
leza humanaîó para estimar la dispo- portamiento decidido determina la inte- tres en raya no prevÈ una penalizaciÛn
siciÛn a la violencia del que se nos en- racciÛn, pues revela que no est· dispuesto desmesurada frente a una conducta
frenta. En el marco de esa cualificaciÛn, a sucumbir. En un contexto asÌ es posi- ausente de cooperaciÛn. Lo que sÌ le
trivial a primera vista, podemos incluir ble que una persona violenta deponga su envÌa al compaÒero de interacciÛn es el
la percepciÛn de algunos indicadores no actitud y se retraiga. Si, pese a todo, se mensaje inequÌvoco de que no se est· dis-
verbales; por ejemplo, una palidez lla- llega a la agresiÛn, importa entonces puesto a aceptar sin m·s su comporta-
mativa del rostro como seÒal suplemen- actuar de forma determinante e inespe- miento. Cuando no se evidencia este
taria de la disposiciÛn agresiva. Pero a˙n rada. La mujer perseguida del primer mensaje, el otro se ve confirmado en su
m·s importante es observar quÈ hace el ejemplo destrozÛ el ìguiÛnî del viola- comportamiento agresivo.
otro, en particular con sus manos: øoculta dor en serie al no asumir el papel de vÌc-
quiz·s un cuchillo detr·s de la espalda? tima pasiva; es decir, actuÛ de forma dis- El comportamiento consecuente
Entre los componentes del radar del tinta de la esperada por el agresor. Este inspira respeto
peligro hay que distinguir al menos tres perdiÛ el control del enfrentamiento y En La generaciÛn desconcertada, Harri-
caracterÌsticas: observaciÛn exacta, valo- se dio a la fuga. son E. Salisbury describe la estrategia
raciÛn flexible y conocimiento de las Para la mayorÌa de las personas, los de un trabajador social comprometido con
personas. Ciertas dotes de observaciÛn individuos con tendencias violentas una pandilla de jÛvenes violentos. Los
se refuerzan con deportes de defensa per- act˙an seg˙n reglas que se salen de la adolescentes le respetaban porque Èl res-
sonal. Los profesores orientales de artes norma. Se basa esa apreciaciÛn en que petaba la estrategia del tres en raya. Si
marciales destacan que no vence el m·s las decisiones que se toman en el domi- los mozalbetes tenÌan problemas con la
fuerte sino el m·s concentrado. Por ello nio de las interacciones personales res- policÌa, el juzgado o la familia allÌ estaba
exigen una disposiciÛn ìmiku no kokoroî ponden a un sistema compartido de valo- Èl, presto a ayudarles. En contrapartida,

90 Mente y cerebro 09/2004


ellos debÌan aceptar tres condiciones. La

IFA-BILDERTEAM
primera: si Èl veÌa a uno de los jÛvenes
con alg˙n arma, se la entregarÌa de inme-
diato; si se negara, avisarÌa a la policÌa.
La segunda: si encuentra a alguno de
ellos con droga, el afectado la destrui-
rÌa; si no, lo comunicarÌa a las autorida-
des. Y en tercer lugar: si este trabajador
social se enterase de que se estaba pla-
neando un atraco avisarÌa a la policÌa
para impedirlo. Adem·s, la estrategia
del tres en raya ha resultado efectiva a
la hora de evitar ser vÌctima de un cri-
men, asÌ como en las situaciones de toma
de rehenes.
Por desgracia, hay situaciones en las
que no se puede eludir el peligro, pese
a la mejor predisposiciÛn y a la m·xima
cautela. Los actos terroristas del 11 de
septiembre de 2001 han cambiado dr·s-
ticamente la sensibilidad ante el peligro
de la poblaciÛn estadounidense. Una
investigaciÛn de la AsociaciÛn Nortea-
mericana de PsicologÌa (APA) concluyÛ 4. NO ES UN DELITO INSIGNIFICANTE. Los niños y los adolescentes que se ven
que muchos ciudadanos reaccionaron chantajeados por sus compañeros deben acudir a los profesores, los padres o la policía.
ante los atentados con miedo, estrÈs,
shock o frustraciÛn, porque por primera
vez en su vida habÌan comprobado su a sus compatriotas de no colaborar en la rabia y la indignaciÛn. Irving L. Davis
vulnerabilidad. Consecuentemente se el ìjuego del terrorî; a modo de contra- (1918-1990) describiÛ el caso de un
extendiÛ por toda la naciÛn un senti- partida, propuso un plan de acciÛn que baÒista que luchÛ con Èxito durante cua-
miento de debilidad y de impotencia, animara a marcar nuevas prioridades: tro horas para no morir ahogado en el
Los terroristas habÌan alcanzado asÌ el valorar m·s las relaciones interperso- mar: pensaba en su familia y sus ami-
objetivo perseguido. Philip Zimbardo, nales que las ventajas materiales y, sobre gos y recordaba conversaciones Ìntimas
presidente de la APA, previno entonces todo, tomar conciencia de que se puede al calor de la chimenea. Su identifica-
hacer frente con Èxito incluso a las ame- ciÛn con un grupo le insuflÛ una enorme
nazas m·s extremas. confianza: ìT˙ eres irlandÈs, no te pue-
Al Siebert entrevistÛ, a lo largo de des dar por vencidoî. TambiÈn se repe-
CORBIS

muchos aÒos, a personas que habÌan su- tÌa a sÌ mismo frases de ·nimo como
perado peligros y cat·strofes. PretendÌa ì°lo est·s haciendo muy bien!î o recor-
rastrear el misterio de las ìpersonali- daba otras situaciones pasadas de cri-
dades supervivientesî. De su trabajo se sis, que habÌa sabido superar, por ejem-
extraÌa la conclusiÛn de que esas per- plo un grave accidente de automÛvil.
sonas tendÌan a controlar su propia exis- A la postre, la clave de la superviven-
tencia y, cuando se cruzaban sucesos cia consiste en no desesperarse, ni
graves en su camino, daban un giro radi- siquiera en las situaciones que parecen
cal a su vida. cerradas a toda esperanza.
Un superviviente de una cat·strofe
no se considera, en situaciones de cri-
sis, una vÌctima ineluctable. Intenta
abordar los problemas con humor y
UWE FÜLLGRABE, del Instituto Policial de
sosiego. Por paradÛjico que parezca,
la Baja Sajonia en Hannoversch Münden, se
no se cierra en sÌ mismo: su pensa-
dedica al estudio de la psicología de perso-
miento y su acciÛn se centran en los nalidad criminal.
dem·s. Su atenciÛn se dirige a la fami-
lia, el equipo de trabajo, el cÌrculo de
Bibliografía complementaria
amigos. De ahÌ que estas personas reac-
cionen ante los cambios en su entorno KRIMINALPSCHYCHOLOGIE - TÄTER UND OPFER
de manera harto sensible. IM S PIEL DES L EBENS . U. Füllgrabe. Edition

Incluso en casos de lesiones graves y Wötzel; Frankfurt, 1997.


de peligro de muerte aumentan las posi- MUT ZUR ANGST. G. de Becker. Krüger;
bilidades de supervivencia si se sabe Frankfurt, 1999.

3. FORTALEZA PSIQUICA.
activar el ìsistema inmunitario psico-
lÛgicoî. Para superar los sentimientos
P SYCHOLOGIE DERE IGENSICHERUNG. Ü BER -
LEBEN IST KEIN Z UFALL . U. Füllgrabe.
Un elemento de la filosofía oriental de desesperaciÛn ayuda mucho pensar R. Boorberg Verlag; Suttgart, 2002.
consiste en controlar los propios miedos. en las personas queridas, sin descartar

Mente y cerebro 09/2004 91


LIBROS
Conciencia
THE SELF. FROM SOUL TO BRAIN. Dirigido cesamiento sem·ntico y perceptivo, Hay otros sesgos, todos ellos anclados
por Joseph LeDoux, Jacek Debiec y ampliamente distribuido en el cerebro, en el inconsciente y entrelazados en el
Henry Moss en Annals of the New York requiere un locus donde se genere un sistema de memoria implÌcita.
Academy of Sciences, vol. 1001; Nueva ìrelato coherenteî, es decir, un sentido, Para Mahzarin Banaji la identidad de
York, 2003. estable y continuo, del yo. Aunque cada grupo determina la identidad del yo,
CONSCIOUSNESS . A USERíS GUIDE, por hemisferio cerebral funciona con un seg˙n aprecia en la correspondencia exis-
Adam Zeman. Yale University Press; notable grado de autonomÌa, la capaci- tente entre las pautas psicosociales y la
New Haven, 2002. dad de percepciÛn del yo parece limitada activaciÛn de los centros cerebrales de
THE QUEST FOR CONSCIOUSNESS. A NEU- al izquierdo. El 98 % de lo que el cere- las emociones, incluida la amÌgdala. En
ROBIOLOGICAL APPROACH , por Christoph bro realiza cae fuera de la percepciÛn ese mismo ·mbito, Naomi Quinn propone
Koch. PrÛlogo de Francis Crick. Roberts consciente; en la conciencia penetra sÛlo que la cultura se transmite en buena parte
and Company Publishers; Englewood, un concepto del yo muy selectivo, ree- de forma implÌcita, fuera de la concien-
2004. laborado y sesgado. De tal reelabora- cia. Aunque los sistemas de educaciÛn
TAKING A CTION . C OGNITIVE N EURO - ciÛn se encarga un mÛdulo îintÈrpreteî, varÌan de una cultura a otra, advierte
SCIENCE P ERSPECTIVES ON I NTENTIONAL cuya apariciÛn Gazzaniga atribuye a una caracterÌsticas comunes en la forma en
ACTS. Dirigido por Scott H. Johnson- adaptaciÛn para la vida en grupo. que el niÒo adquiere su identidad, sus
Frey. The MIT Press; Cambridge, 2003. Daniel Wegner abunda en la idea de emociones y la percepciÛn del yo moral.
la ficciÛn del yo desde una perspectiva Los modelos culturales, agrega Hazel

L
a conciencia, antaÒo refugio de un diferente: la atribuciÛn de libre albedrÌo Rose Markus, se hallan en la mÈdula de
pensamiento que se resistÌa al al yo, autor responsable de mis accio- las identidades individuales.
hurac·n arrasador de la filosofÌa nes. Si la experiencia consciente de la øCÛmo pasan los niÒos al yo explÌcito,
analÌtica, ha devenido en centro de la ejecuciÛn de una acciÛn muestra cohe- a la manifestaciÛn de conciencia? øPor
investigaciÛn neurolÛgica. Ante ese giro rencia sem·ntica, vale decir, una sensa- quÈ parece en algunos casos, asÌ en el
copernicano comienza a hablarse de ciÛn de la prioridad en el tiempo y un autismo, frustrarse ese tr·nsito? De esta-
ìrecuperaciÛnî, ìredescubrimientoî e sentido de exclusividad ante otras fuen- blecer el puente entre el yo implÌcito y
incluso de ìexplicaciÛnî de la concien- tes posibles, entonces el yo se apropiar· el yo explÌcito se encargan, seg˙n Marc
cia, pese a seguir envuelta todavÌa en el de la autorÌa. Pero se trata de una sim- Hauser, los ìmacromoduladoresî, solu-
misterio. A ella se le consagran estudios, plificaciÛn, interesada y sesgada, que le ciones adaptativas ante problemas re-
congresos y hasta revistas especializa- llevar· a atribuirse incluso acciones de currentes en el entorno del organismo,
das. Merece, pues, la pena asomarse al las que no es autor. Para Wegner, los inmunes a la contraprueba y difÌciles
estado de la cuestiÛn. Representativo de humanos desarrollaron en el curso de la de romper, una vez establecidas. A cada
los trabajos que abordan el lugar de la evoluciÛn mecanismos adecuados para macromÛdulo le corresponde una se-
conciencia en el sujeto es The Self. From interpretar los motivos, los objetivos y cuencia r·pida, autÛmata e inconsciente
Soul to Brain. Sobre los lÌmites genui- las intenciones de los otros, a los que con- de acciÛn. La exigencia adaptativa de
nos y naturaleza de la conciencia, sÌr- firiÛ una valoraciÛn moral. Esos mismos una acciÛn r·pida impone la disociaciÛn
vannos el sumario de Zeman (Cons- mecanismos se moldearon luego para entre reacciÛn y percepciÛn. De ese modo,
ciousness) y la monografÌa de Koch (The enjuiciar los actos propios. la acciÛn podrÌa proceder desinhibida.
Quest for Consciousness). De cuantos En lÌnea con LeDoux, para quien el Macacos y niÒos muestran esa disocia-
libros acometen la proyecciÛn de la con- yo no es m·s que un conjunto de recuer- ciÛn a travÈs de la incapacidad de con-
ciencia en su intencionalidad destaca dos, o almacÈn de sinapsis, Daniel Schac- trolar sus propios actos. Pero lo que en
Taking Action. ter identifica tambiÈn sujeto y memoria, el simio es limitaciÛn cerebral definitiva,
En la configuraciÛn de la individua- si bien dando un rodeo por los fallos de en los humanos se salva con el desarro-
lidad dominan los procesos inconscien- los sistemas de memoria. AtaÒen direc- llo de la corteza prefrontal. Hacia la mitad
tes. Al conjunto de los mismos Joseph tamente al yo los errores de falsa atri- del segundo aÒo, postula Michael Lewis,
LeDoux denomina yo implÌcito; cuando buciÛn y los errores de sesgo. Se mani- emerge el yo explÌcito, consonante con
pasamos al campo de la conciencia, se fiestan los primeros en nuestra memoria tres aspectos clave del perÌodo: el de-
habla del yo explÌcito. DefinirÌan al pri- de acontecimientos del pasado, que tras- sarrollo del reconocimiento de sÌ mismo,
mero las funciones perceptivas, la memo- ciende la evocaciÛn explÌcita de expe- el uso de los pronombres y adjetivos per-
ria y las emociones, que han persistido riencias; en realidad, sÛlo reparamos en sonales (mÌo, mi) y el comienzo del juego
y se han refinado en el curso de la evolu- la sustancia de lo que acontece, no en deseado. Por lo que concierne a la apa-
ciÛn. En la selecciÛn natural y adapta- los detalles. Y asÌ creamos nuestro yo fic- riciÛn de la capacidad de seguir las inten-
ciÛn, ponen su ˙ltima razÛn numerosas ticio. Caemos en errores de sesgo por ciones de los dem·s, Francesca HappÈ
propuestas sobre la naturaleza del sujeto. nuestra tendencia a interpretar el pasado seÒala que esa actividad, implÌcita y auto-
Tal, la idea de la ficciÛn del yo, defen- de una manera que refuerza el yo y por m·tica en un comienzo, alcanza con la
dida por Michael Gazzaniga. Sostiene nuestra inclinaciÛn a mantener la cohe- edad el nivel de representaciÛn explÌ-
el autor de The Mind¥s Past que el pro- rencia de un yo a lo largo del tiempo. cita. Pero ese puente no se tiende en el

92 Mente y cerebro 09/2004


autismo; el niÒo fracasa a la hora de potenciales negativos. Holista se mues- centralizar esa predicciÛn, yo que sit˙a
desarrollar una teorÌa de la mente, donde tra tambiÈn Antonio Damasio, aunque en el sistema talamocortical.
puedan atribuirse explÌcitamente ideas desde un enfoque complementario. øQuÈ decir del elemento constitutivo
e intenciones a los dem·s. Admite que la seÒalizaciÛn y la forma- del yo explÌcito, de la conciencia? Para
En el planteamiento neurolÛgico del ciÛn de patrones electroquÌmicos son ayudar a movernos en la silva de pro-
yo abriÛ surco Eric Kandel. RenunciÛ a parte del proceso, pero apela a la exis- puestas y enfoques en torno a la cues-
su cartografÌa cerebral, de suma com- tencia de un sentimiento global, que cursa tiÛn, Zeman ha redactado una guÌa gene-
plejidad. SabÌa que en biologÌa los pro- din·micamente y ofrece al organismo su ral, donde no faltan los rudimentos sobre
cesos se ajustan a un cupo reducido de sentido interno de unicidad. neurologÌa y neuroquÌmica, encefaliza-
soluciones, generalizables luego; por Rodolfo Llin·s hila m·s fino. Pone ciÛn y evoluciÛn del cerebro humano.
tanto, si se parte de que el yo no es m·s el Ènfasis en el movimiento, cuya evo- ComplÈtese esa panor·mica introducto-
que una colecciÛn de recuerdos, enton- luciÛn requiere la coevoluciÛn de un ria con la obra que, si bien firmada por
ces la comprensiÛn de los mecanismos mecanismo interno, capaz de represen- Koch, compendia tambiÈn el pensamiento
b·sicos del aprendizaje y la memoria nos tar la posiciÛn del cuerpo en el espacio. del reciÈn desaparecido Francis Crick.
ayudar·n a establecer una base neuro- Las Ascidiacea sÈsiles no requieren M˙ltiples son las teorÌas que se deba-
nal del mismo. Y comenzÛ a investigar cerebro en cuanto se instalan en su posi- ten en torno a la naturaleza de la con-
tales procesos en un modelo animal sen- ciÛn; para alimentarse, filtran el agua. ciencia. Desde una escueta Ûptica cien-
cillo, un caracol marino (Aplysia). En su fase de larva, sÌ presentan cere- tÌfica prevalece lo que m·s que un
Trabajando en un comportamiento con- bro, que les permite explorar su entorno postulado es ya un mÈtodo de trabajo: los
trolado por menos de 100 cÈlulas, iden- y descubrir el lugar idÛneo para esta- correlatos neuronales de la conciencia
tificÛ diversos elementos cruciales del blecerse. Una vez asentadas, consumen (CNC), unos patrones sutiles y transito-
aprendizaje asociativo y la memoria a su propio cerebro. El movimiento cons- rios de actividad cerebral que subyacen
corto y largo plazo. En el proceso de tituye, pues, el centro de la funciÛn ce- bajo cada experiencia consciente. En su
memoria a corto plazo se halla implicada rebral. La representaciÛn de esta fun- seno, cualquier percepto se corresponde
la modulaciÛn de las neuronas seroti- ciÛn origina el yo. con la actividad de una poblaciÛn de neu-
nÈrgicas, que afianzan las conexiones En efecto, la esencia de la funciÛn de ronas entrelazadas. Se debe su impulso,
sin·pticas. Mayor interÈs reviste el pro- movimiento estriba en la predicciÛn, en en buena medida, a Gerald Edelman y
ceso de memoria a largo plazo. La ite- la capacidad de estimar su resultado. No Crick. Con su colaborador Giulio Tononi,
raciÛn del ensayo provoca una respuesta constituye un c·lculo f·cil en un entorno Edelman identifica el correlato con un
en los n˙cleos de las neuronas partici- en cambio constante. Debe operar sin ìn˙cleo din·micoî, una coaliciÛn de ele-
pantes: se desencadena una expresiÛn soluciÛn de continuidad para ordenar el mentos interactuantes variable que darÌa
gÈnica que resulta en el desarrollo de movimiento. Se trata, en fin, de un pro- cuenta de la ìconciencia primariaî, es
nuevas conexiones sin·pticas. Se asienta ceso de retroalimentaciÛn que atiende decir, de la percepciÛn consciente; la
asÌ una memoria m·s permanente, un no sÛlo al objetivo propuesto, sino tam- estructura en cuestiÛn abarcarÌa regiones
autÈntico aprendizaje. Si indagamos en biÈn a la eficacia y direcciÛn de todos corticales con una funciÛn sensorial y
los humanos, se comprueba que opera el los movimientos componentes de la ·reas conformadas por experiencias del
mismo mecanismo, por supuesto con la secuencia motora. Corresponde al yo pasado que dotan de significado y emo-
intervenciÛn de estructuras complejas
(lÛbulo temporal medio, hipocampo y
amÌgdala). La interacciÛn entre la expe-
riencia, la expresiÛn gÈnica y el almace-
namiento de la memoria y el aprendiza-
je construye el yo implÌcito, fundamento
de la expresiÛn ulterior del yo explÌcito.
De esa postura reduccionista se aleja
Terrence Sejnowski, para quien el sis-
tema debe primar sobre la individuali-
dad neuronal y sin·ptica. Las neuronas
no est·n nunca en reposo; mantienen una
excitaciÛn espont·nea de fondo, incluso
2
en ausencia de estÌmulo. Parece, pues, 1
m·s eficaz acometer el procesamiento
global de la actividad cerebral mediante
el desarrollo de algoritmos computacio-
nales de poblaciones de neuronas; por
ejemplo, el estudio de los patrones ondu-
latorios del cerebro correspondientes a 3

4
1. HEMISFERIO DERECHO. Los números
indican las áreas principales: 1, lóbulo
frontal; 2, lóbulo parietal; 3, lóbulo
temporal; 4, lóbulo occipital.

Mente y cerebro 09/2004 93


A B

2. ILUSION DE INCLINACION.
Las dos retículas centrales de cada son vÌvidos y ricos en informaciÛn. Sin cibirse deî (awareness) y ìconcienciaî
imagen (A y B) son paralelas, sin embargo, olvidar que la visiÛn es m·s f·cil de enga- (consciousness), una particiÛn clave para
parecen convergentes en virtud del efecto Òar que cualquier otro de los sentidos: David Chalmers, quien defiende la irre-
de la retícula circundante.
la comprensiÛn de la base neuronal de ductibilidad neuronal de ciertas pro-
las ilusiones Ûpticas puede enseÒarnos piedades de la experiencia. El autor de
mucho sobre la base fÌsica de la con- The Conscious Mind declara que no se
ciencia. Koch vincula la experiencia puede trasladar el lenguaje de la expe-
ciÛn a la sensaciÛn. A esa conciencia pri- consciente a la concepciÛn jer·rquica riencia al lenguaje del cerebro. Hay un
maria aÒaden una segunda, reflexiva, de tradicional sobre el an·lisis visual de los vacÌo de explicaciÛn entre los aconte-
orden superior. objetos. En el marco de su modelo, se cimientos fÌsicos y los acontecimientos
En su proyecto de buscar un sustrato darÌa una especificidad creciente, de mentales. Puede explicarse el correlato
material de la mente, en realidad de iden- ·reas corticales secundarias concatena- fÌsico de la conciencia, lo que Chalmers
tificar una y otra, Crick y Koch espera- das, para clases particulares de estÌmu- denomina ìapercibirse deî, pero dar
ban poder generalizar los CNC de la per- los, que concluirÌan en representaciones cuenta de la conciencia requiere un paso
cepciÛn visual consciente: describir todos explÌcitas de estÌmulos complejos por ulterior, para lo que habr· que idear nue-
los fenÛmenos de la conciencia mediante neuronas de la corteza inferotemporal. vas leyes psicofÌsicas; en concreto, Èl
una red extensa y difusa de neuronas, con- Estas neuronas serÌan genuinos CNC. apunta hacia principios de coherencia
gregadas en una combinaciÛn singular Tenemos, propone, conciencia de obje- estructural. A la exigencia de nuevas
de propiedades moleculares, farmaco- tos e interpretaciones, no experiencias leyes se suma Roger Penrose. Reconoce
lÛgicas, biofÌsicas y anatÛmicas. Iden- en bruto, qualia. que la fÌsica de nuestro tiempo no est·
tifican los correlatos neuronales de la La tesis de Crick y Koch se sustancia capacitada para explicar la potencia
conciencia con el conjunto mÌnimo de en un apotegma: la conciencia emerge de intuitiva de los matem·ticos. Apela a
mecanismos y acontecimientos cere- las caracterÌsticas neuronales del cerebro. una teorÌa de la gravedad cu·ntica,
brales que basta para crear un sentimiento Se comprender· tal emergencia si aten- inÈdita a˙n, que nos revelarÌa de quÈ
consciente especÌfico. Sostienen que el demos a la capacidad de las coaliciones modo la conciencia puede ejecutar pro-
procesamiento inconsciente se extiende de neuronas de aprender a partir de las cesos imposibles de obtener con un com-
hasta los escalones superiores de la interacciones con el entorno y a partir de putador. Y concede a los microt˙bulos
mente. Los CNC implican la actividad sus propias actividades internas. TambiÈn, celulares, proteÌnas citoesquelÈticas
de excitaciÛn de las neuronas en el pro- si reparamos en la potencialidad de las autoensamblantes, un papel decisivo en
sencÈfalo. Por actividad de excitaciÛn neuronas: entidades complejas con miles la mediaciÛn de los estados cu·nticos
entienden la secuencia de pulsos, de una de informaciones aferentes y eferentes. coherentes a travÈs de grandes pobla-
dÈcima de volt y de 0,5 a 1 milisegun- Sus interconexiones, las sinapsis, son ciones de neuronas.
dos de duraciÛn, que las neuronas emi- m·quinas moleculares equipadas con Frente a posiciones mesuradas, que
ten cuando se excitan. algoritmos de aprendizaje que modifi- reclaman rigor cientÌfico y evitar una gra-
Optaron por el sistema visual en con- can su intensidad y din·mica a travÈs de tuita extrapolaciÛn a estados conscien-
sideraciÛn a su importancia en la vida m˙ltiples escalas temporales. tes de los correlatos, bases quimioelÈc-
del hombre. Que somos seres visuales Esa tesis convive con otras que se tricas que no niegan en absoluto, gozan
se refleja en la ingente cantidad de tejido debaten en nuestros dÌas. Resulta cohe- de mayor resonancia, sin embargo, otras
cerebral dedicado al an·lisis de las im·- rente con su pensamiento que Koch no posturas radicales, que rechazan de plano
genes. Adem·s, los perceptos visuales vea razÛn para distinguir entre ìel aper- la existencia de estados conscientes.

94 Mente y cerebro 09/2004


Daniel Dennett se ha erigido en su aban- A. SE TRATA DE DESPLAZARLAS B. SE TRATA DE USARLAS
derado. Proclama que la conciencia es
pura ilusiÛn, idea que hunde sus raÌces
en la tradiciÛn conductista. Se desva-
nece tal fantasma, seÒala, si rechazamos
la exposiciÛn en primera persona y la
sustituimos por una exposiciÛn en ter-
cera persona. Un relato de esa Ìndole
sÛlo reconoce acontecimientos objeti-
vos, como la luz de una cierta longitud
de onda que incide en la retina. Por
carriles afines cursa Thomas Metzinger,
quien en Being No One expone su visiÛn
particular sobre la naturalizaciÛn de la
autoconciencia. La percepciÛn de que
uno es la fuente de pensamientos y accio-
nes constituye una ilusiÛn, que emerge
de procesos fÌsicos de las redes neuro-
nales donde no puede identificarse nin-
g˙n yo: hay experiencias, pero no un
yo que las experimente; hay pensa-
mientos, pero no un pensante; accio-
nes, pero no un agente. Teje su hipÛte-
sis con dos componentes centrales de
la autoconciencia: el modelo fenomÈ-
nico del yo y el modelo fenomÈnico de
la relaciÛn de intencionalidad, cuya 3. AGARRAMOS LAS HERRAMIENTAS de acuerdo con sus propiedades perceptivas
combinaciÛn conduce a la experiencia sólo (A) o de acuerdo con sus propiedades perceptivas y de su función (B).
de estar en el mundo bajo una perspec-
tiva de primera persona, de ser alguien
que act˙a, percibe y piensa con auto-
nomÌa. cesos perceptivos, cognitivos y motores. tiempo y espacio. La trayectoria dorsal
Para adentrarnos en el conocimiento DÌgase otro tanto de la capacidad de em- no se ocupa del pasado ni del futuro, sino
sobre la relaciÛn de la conciencia con la plear herramientas. de la ejecuciÛn exitosa de actos moto-
intenciÛn y acciÛn hemos de sumergir- Desde el trabajo pionero de Unger- res ordenados a un fin en el ìaquÌ y
nos en Taking Action. Cuantos colaboran leider y Mishkin a comienzos de los ahoraî. Las dos trayectorias se nutren,
en su gavilla de trece capÌtulos com- ochenta ha habido un notable interÈs en sin embargo, de la informaciÛn proce-
parten un mismo planteamiento meto- desentraÒar el significado funcional de dente del mismo nervio Ûptico, del
dolÛgico; a saber, rompen la tradicional la divisiÛn entre dos vÌas de procesa- mismo tracto Ûptico y de la misma cor-
divisiÛn tripartita de las funciones cere- miento en el sistema visual de los pri- teza visual primaria. Desde la Ûptica de
brales en dominio perceptivo, cognitivo mates: la trayectoria ventral (occipi- la conciencia, la trayectoria dorsal podrÌa
y motor. Las acciones intencionales totemporal) y la trayectoria dorsal intervenir en acciones autÛmatas; la tra-
implican interacciones complejas entre (occipitoparietal). El modelo de Milner yectoria ventral, en actos m·s intencio-
los tres sistemas. Se ha comprobado que y Goodale establece que la trayectoria nales.
numerosas regiones cerebrales que se ventral participa en el juicio perceptivo, A propÛsito de la intencionalidad, la
creÌan exclusivas de la percepciÛn o del en tanto que la trayectoria dorsal (visual) pregunta es inmediata: øexiste un cÛdigo
control motor óincluida la corteza opera en las transformaciones Ûptico- com˙n? Se acepta que entendemos las
motoraó participan en simulaciones motoras necesarias para los movimien- acciones de los otros a travÈs de la acti-
internas de acciÛn. Adem·s, el compor- tos guiados por los sentidos. Se ha vaciÛn de las representaciones de nues-
tamiento de procesos que ocurren en un hallado una disociaciÛn conductual que tro propia acciÛn interna. En coherencia
sistema se ve a menudo afectado por es coherente con esa tesis: los juicios con esta hipÛtesis, se ha demostrado que
procesos desarrollados en otros siste- perceptivos conscientes del sujeto po- la observaciÛn de las acciones ajenas
mas; en concreto, los movimientos de drÌan estar influenciados por ilusiones evoca mecanismos que se ponen en mar-
seÒalizaciÛn son considerablemente m·s Ûpticas del tamaÒo, aun cuando su acciÛn cha durante una imitaciÛn activa. Tal sis-
precisos cuando se basan en represen- de alcanzar y asir se desarrollen inalte- tema especular no sÛlo forma la base
taciones perceptivas que surgen de la radas. Seg˙n parece, se producen inte- neural del aprendizaje observacional sino
informaciÛn aferente en un campo visual racciones entre las trayectorias ventral que podrÌa incluso resultar decisivo a la
inferior, mientras que las representa- y dorsal a travÈs de sus numerosas inter- hora de descifrar las acciones de los
ciones computadas a partir de la afe- conexiones. La trayectoria ventral per- otros. Adem·s, la propia simulaciÛn quiz·
rencia en el campo visual superior se mite el almacenamiento inicial y pos- no sea m·s que uno de los diversos tipos
acomodan mejor a desplazamientos de terior reconocimiento de los objetos, de simulaciÛn interna o estados S, que
la atenciÛn visual. La forma misma en escenas y acontecimientos, asÌ como las desempeÒan un papel principal en la pla-
que podemos aprehender objetivos mÛvi- evocaciones de las im·genes visuales nificaciÛn de la acciÛn y en la com-
les sÛlo puede entenderse en tÈrminos sobre las mismas. En consecuencia, prensiÛn.
de interacciones complejas entre pro- puede informar de acciones lejanas en LUIS ALONSO

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ENSAYO FILOSÓFICO
La voluntad en Schopenhauer
Roberto R. Aramayo ciente propia del deseo, no como bou- fijar para ella ning˙n bien absoluto y el
lesis, es decir, el proceso deliberativo ˙nico bien supremo se cifra en una plena

I
mmanuel Kant habÌa limitado nues- que tiene conciencia de intentar cumplir negaciÛn de la voluntad que decide supri-
tro conocimiento al ·mbito de lo fe- con un designio. La primera es la volun- mirse a sÌ misma, por la vÌa del ascetismo,
nomÈnico, declarando incognoscible tad intrÌnseca o por antonomasia, la al decidir dejar de querer para librarse
lo que las cosas pudieran ser en sÌ mis- voluntad en general, tal como es perci- del sufrimiento que impera en el mundo.
mas. Pero Arthur Schopenhauer (1788- bida en el hombre y en el animal, mien- Llegados a este punto, Schopenhauer
1860) entiende que la esencia Ìntima de tras que la segunda es una voluntad refle- invocar· la experiencia estÈtica del goce
las cosas no serÌa sino nuestra voluntad, xiva y conforme a una determinada de lo bello, para describir esa liberaciÛn
es decir, aquello con lo que nos hallamos elecciÛn. Dentro de la cosmovisiÛn scho- del apremio de la voluntad, pues esa
m·s familiarizados, puesto que, cuando penhaueriana, esa voluntad cÛsmica suele complacencia estÈtica nos hace ingresar
miramos dentro de nosotros mismos, nos abandonar durante un instante (lo que en un estadio de pura contemplaciÛn,
encontramos queriendo algo en todo dura una vida por larga que sea) la eterna donde quedamos exonerados por un ins-
momento. Sin embargo, nuestro querer noche del inconsciente y despertar a la tante de todo querer, es decir, de cua-
no cubre, ni mucho menos, el amplio vida como una voluntad individual, para lesquiera deseos y preocupaciones, como
espectro que abarcarÌa la voluntad en retornar luego a su inconsciencia origi- si nos libr·ramos de nosotros mismos y
sentido lato, la cual comprenderÌa tam- naria tras ese penoso y efÌmero sueÒo que dej·ramos de ser el individuo que conoce
biÈn, junto a las voliciones humanas, los se parece m·s bien a una pesadilla. al efecto de su constante querer, el corre-
apetitos meramente animales y todas las Mientras dura ese trance, sus deseos lato de la cosa singular para quien los
fuerzas o energÌas inconscientes que ani- no tienen fin y sus anhelos resultan inago- objetos devienen motivos. Esos instan-
man el conjunto de la naturaleza. tables, ya que cada demanda satisfecha tes en los cuales quedamos liberados del
Ese sustrato com˙n a todos los fenÛ- engendra una nueva. Ning˙n objeto del acuciante apremio de la voluntas, como
menos es una suerte de pulsiÛn volitiva querer puede, una vez conseguido, pro- si emergiÈramos de la etÈrea gravedad
inconsciente que Schopenhauer suele curar una satisfacciÛn duradera, sino que terrestre, son los m·s dichosos que cono-
describir como un apremiante af·n o una cemos. Desde ahÌ podemos colegir cu·n
tendencia irresistible que sÛlo guarda- venturoso tiene que ser para el hombre
rÌa con la voluntad humana un lejano ver apaciguada su voluntad, no sÛlo un
parentesco. Si Schopenhauer prefiere instante, como en el goce sobre lo bello,
denominarlo ìvoluntadî, antes que ìalma sino para siempre.
del mundoî, es precisamente para empa- Aplicando a su propia filosofÌa la dis-
rentarlo con aquello que conocemos quisiciÛn kantiana entre fenÛmeno y no˙-
mejor y poder acceder asÌ a esa volun- meno, Schopenhauer asegura que se
tad cÛsmica gracias al establecimiento puede considerar a todo ser humano desde
de tal analogÌa. dos puntos de vista contrapuestos. Por
La esencia Ìntima de las cosas es com- un lado, serÌa ese individuo, plagado de
parada por Schopenhauer con una for- dolores y defectos, cuyo fugaz tr·nsito
taleza que, al mostrarse inexpugnable a travÈs de su inicio y su tÈrmino es tan
ante cualquier asedio exterior, nos hace efÌmero como el sueÒo de una sombra;
utilizar un secreto pasadizo subterr·neo mas por otra parte, tambiÈn serÌa aquel
para penetrar en su interior, y este pasa- ser originario e indestructible que se
dizo nos es descubierto merced al pri- objetiva en todo cuanto existe y que viene
vilegiado e inmediato conocimiento que a ser todo cuanto es, ha sido y ser·.
cualquiera de nosotros tiene con respecto Seg˙n Schopenhauer, al despertar del
a sus propias voliciones. Por ello hemos sueÒo de la vida, regresarÌamos nueva-
de aprender a conocer la naturaleza desde mente al estado primigenio, abando-
nosotros mismos, m·s que intentar com- nando la voluntad individual, para retor-
prendernos a partir de la naturaleza. Lo nar a la voluntad universal. Nuestra vida
que conocemos inmediatamente debe siempre se asemeja tan sÛlo a la limosna serÌa como un breve sueÒo en medio de
dar explicaciÛn de cuanto conocemos del mendigo, la cual sustenta hoy su vida la extensa noche del tiempo infinito.
mediatamente, y no al revÈs. para prolongar maÒana el tormento. Nada
Uno de sus fragmentos inÈditos re- puede conseguir que la voluntad cese de
curre al griego para subrayar las dife- querer nueva e incesantemente, pues nin- ROBERTO R.ARAMAYO codirige con Javier
rencias entre nuestra voluntad y la ori- guna satisfacciÛn logra colmar completa Muguerza la revista Isegoría en el Instituto
ginaria. Lo ˙nico primigenio es la y definitivamente aquella vasija rota de de Filosofía del CSIC, es autor de un libro
voluntad entendida como thelema, o sea, las Danaides a que se asemeja su inex- titulado Para leer a Schopenhauer y ha tradu-
como la voliciÛn pulsional ciega e incons- tinguible af·n volitivo. Por ello no cabe cido El mundo como voluntad y representación.

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