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Alejandro Balazote » Mariano Ramos + Sebastian Valverde (editores) Alejandro Balazote + Marfa de Hoyos * Anata Garcia ° Diego Lewin Laura Migale « Eugenia Morey » Juan Carlos Radovich + Ménica Rotman Susana Presta + Mariano Ramos » Sebastian Valverde * Boa La antropologia y el estudio de la cultura Fundamentos tomo y antecedentes Editorial Bibles POISAMIENTO ANTROPOLOGKO ‘vuropomsed viBojodoque ey “Gy no wxBojodoaqUE UT “T'S jodosque Bl ap sears sey “e ~ aononred uo = ugmanpessi] “T w= ymar] Ofer 270105) RATOUY ap OATEA UPNODIES “eUNAy eum sejonose & seurea ‘soydaou09 sounSye -e1oyodoxque wT “ogg 2989 9p seui0} S07 oP woRsoN9 wf worsljodosste wanodexod wT 9p o2od un & soatBpjomessyda seyuapooerty = wsBoqodaxquv 9] 9p pepPYRads. 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Deben analizarse las no do comtin y sus significados viendo cémo al perseguir sus fi vida a estructuras de desigualdad que limitan sus propias posi a este andlisis de los significados debe seguirle un andlisis de las estructuras que las personas efectivizan a través de sus acciones, Debemos focalizar también en c6mo las estructuras modelan las experien- cias de la gente y recfprocamente cémo los individuos crean estructuras a tra- vvés de sus acciones. Si bien cada sociedad debe analizarse en su especificidad, podemos elabo- rar una serie de modelos ideales tipicos con el fin de efectuar comparaciones. Bste modelo no recurre a los aspectos materiales como rasgos determinantes. Las autoras toman su modelo de sociedades de “servicios por la novia”, basado en los términos de las transacciones matrimoniales como momentos de. “reproduccién social”, en aquellas sociedades en las que el parentesco organi- za los derechos y las obligaciones de la gente. Las sociedades con distintas bases de organizacién tendrén diversos mo- mentos de “reproduccién sistémica”. El modelo sistémico no privilegia ningun Ambito. Asimismo permite la comprensién de las ineonsistencias aparentes de los significados; mediante el uso de herramientas analiticas necesarias para superar nuestro propio sesgo eultural. co. Mas alld de la desigualdad, el cambio es factible en todo "ara ver e6mo las sociedades cambian y cémo los procesos se mantienen relativamente estables a través del tiempo necesitamos efectuar un anilisis histérico que interprete las ideas y las practicas dentro del contex- to de una secuencia de accién y significado. fe Se trata de ver emo las conexiones con el pasado constrifien y modelan sus, ais indimicas con el presente, tanto para observar sociedades con una gran dind~ mica de cambio como también las caracterizadas por su aparente continuidad, | social y cultural. Se trata entonces de analizar idéas y acciones pasadas que | han creado estrasturas en el pre: | desigualdad actuales consiituyen vitando suponer que los sistemas de yroductos atemporales de pasados idén- | ticos. Debemos preguntarnos cémo estos sistemas se desarrollan a partir de _pasedos disimiles Finalmente, Yanagisake y Collier destacan en sus conclusiones la necesi- dad de questionar la diferenciacién entre hombres y mujeres fundada en la diferenciaci6n biol6gica comio la base de la distincién entre lo masculino y lo femenino, ciiestionando la universalidad de nuestros variados supiésl0s S0- bre esta problematica. — La economia del don* Alejandro Balazote 1. Introduccién Pocas tematicas se incluyen con tal claridad dentro del “nticleo duro” de! campo antropolégico como el tratamiento de las précticas reciprocitarias. La pertinencia disciplinar de su tratamiento esté fuera de discusién, dado que se presenta distante de los pliegues en los cuales la disputa entre las distintas ciencias es més ardua. En el amplio campo de la antropologia econémica existen sin duda puntos de contacto y yaxtaposiciones con otras disciplinas. En tal sentido el andlisis del intercambio de mercancias remite a estudios que indudablemente aproxi- man la economia y la antropologia. La diferenciacién entre intereambios de mercado e intercambios de regalos parece un primer y burdo limite que impi- de un abordaje global de los procesos de distribucién y cireulacién de bienes y servicios no ya desde la economia o la antropologia sino desde la teoria social misma. A su vez, la oposicién entre objetos ceremoniales y “cosas titiles” no hhace mas que reproducir los limites ya seftalados. La relevancia del tema no parece admitir discusién y nos preguntamos: jen ‘qué reside la seduccién de esta tematica?, spor qué tanto desde la antropologia, clasica como desde el surgimiento de la antropologia econémica numerosos procuraron esclarecer sus earacteristicas? ‘Asflas cosas, el concepto de reciprocidad no esté asociado ni queda circuns- 189)

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