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periodismo internacional

NÚRIA SEGURA INSA 25 DE OCTUBRE DE 2013

Hoy en Goldman Sachs is not an aftershave llegamos


a nuestro post 100. Queríamos dar las gracias a cada uno de nuestros
lectores que nos siguen y nos apoyan. Ellos son los que nos animan y nos
dan fuerza para escribir y seguir mejorando. Hoy les queríamos obsequiar
con algo muy personal, nuestra forma de ver el periodismo internacional y
lo que nos impulsó a poner en marcha este blog o lo que supone para
nosotras escribir para Goldman Sachs is not an afthershave.

Blanca Blay: Estados Unidos y Europa (lunes y miércoles)

El periodismo internacional siempre ha sido una pieza fundamental para


saber qué pasa en el mundo y, contar lo que sucede, no siempre es fácil.
Los periodistas sabemos que la información es algo muy valioso y hay que
tratarla con mucho cuidado porque detrás de ella siempre hay historias
personales, decisiones importantes, grandes sucesos o tragedias
humanas. Sea lo que sea, el periodismo siempre está ahí, al pie del cañón.
Gracias al trabajo de los corresponsales y los enviados especiales se
cuenta cómo avanza una guerra, las decisiones más importantes que se
toman en una cumbre europea, la historia de una niña pakistaní
amenazada de muerte, les entresijos de la administración estadounidense,
los patetismos de ciertos gobiernos para hacer frente a la inmigración
ilegal, unas elecciones, etc.

Todo ello es periodismo internacional. Y el periodismo comprometido, que


es en el que creo, es el que está en el terreno, el que da voz a sus
protagonistas y trata de comprender una realidad, a menudo compleja, más
allá de unas sencillas declaraciones. Ser periodista internacional es un
trabajo único, sin horarios. De aquí para allá, encontrar tus propias fuentes,
conocer un país nuevo, entender otra cultura, hablar otras lenguas,
relacionarte, estar al día. Todo para, al fin, con satisfacción, poder plasmar
una realidad y acercarla a la gente. Los veteranos dicen siempre lo mismo:
“este es un trabajo muy sacrificado en muchos aspectos pero te aseguro
que merece mucho la pena”, me decía el otro día una periodista italiana
aquí en Bruselas. Yo suelo contestar con una sonrisa de cortesía y
silenciosa pero por dentro pienso: “lo sé, estoy convencida”.

Núria Segura: Estados Unidos y América Latina (lunes y martes)

El otro día, una amiga mía me dijo: “A mí no me interesa la política, pero


creo que el aumento del precio de la gasolina se debe a lo que está
pasando en Siria”. Y sí, tenía razón. En un mundo globalizado, un
problema local que pasa a 30.000 kilómetros de nuestra casa, tiene una
repercusión directa en nuestras vidas. Del mismo modo, que una decisión
que tomamos afecta a ciudadanos de otro lado. Cuando compramos una
camiseta barata Made in China/Taiwán/Vietnam permitimos que en Asia
trabajen en condiciones casi de esclavos.

Pero no solo se han globalizado las acciones, también movimientos como


los indignados, grupos terroristas, figuras públicas como los cantantes, las
diferencias sociales, el cambio climático, los derechos humanos y un sinfín
de cosas. Así pues, nos identificamos con los inmigrantes que llegan de
África, porque pensamos que a nosotros con la crisis nos puede acabar
pasando lo mismo. Además, nos conmovemos cuando vemos una madre
mexicana llorar porque ha perdido su hijo en una inundación, porque sentir
es de humanos.

Por eso, hay periodistas que ya no hablan de periodismo Internacional,


sino transnacional. El periodismo internacional definía lo que pasaba fuera
de nuestro país. En cambio, el periodismo transnacional explica el contexto
actual, en el que no hay fronteras y la información, los hechos, la
indignación se expanden más allá de nuestros territorios. Y es por eso que
me interesa el periodismo internacional, más bien dicho el transnacional,
porque entender la complejidad del planeta es entender mi vida. Informar a
las personas de lo que pasa en el otro lado del mundo, es darles
herramientas para que comprendan su vida.

Verónica Furlán: América Latina y Asia (martes y jueves)

Querido lector, francamente no encuentro una forma de hacer llegar esto


sin que parezca el discurso de fin de año de un dueño de PyME rechoncho
y con corbata; sobre todo, porque no creo que sea capaz de transmitir la
felicidad de haber conocido tan lindas colegas y haber formado con ellas
esto que se llama GoldmanSachsisNotanAftershave, un blog donde
escribimos, pensamos y nos expresamos sin las limitaciones que los
grandes medios imponen a sus periodistas.

Es imposible describir la plenitud que se siente al ver que una nota es


compartida o comentada, o el rubor cuando un lector demuestra que tu
razonamiento no es tan infalible como pensabas. Por eso, a pesar de todas
las limitaciones que mencionaba, digo gracias a todos los que nos leen y
espero que sigan oyendo de nosotras por mucho tiempo más. ¡Salud
amigos!

Elena González: Europa y África (miércoles y jueves)

En estos tiempos que corren no se puede ser corto de miras. Porque para
entender lo que pasa cerca hay que estar al corriente de lo que ocurre
lejos. Porque todo está relacionado. Porque necesitamos aprender cada
día y para ello es imprescindible saber qué ocurre en el mundo.

María Gobern: Europa y África (miércoles y jueves)

Desde luego, el periodismo internacional es muchas cosas, seguramente


demasiadas. Pero por encima de todo es curiosidad y búsqueda. Que
puedes entender de ti mismo, de tu situación, tu familia, tu cultura, tus
tradiciones sin conocer cómo vive el resto del planeta. Los amantes de este
tipo de periodismo nos gusta conocer, entender y descubrir
constantemente sobre qué sucede a tantos quilómetros, y no es que
nuestro mundo se quede pequeño, sino que nos falta saber para completar,
para completarnos. Porque nos sentimos diminutos en este enorme
“collage” y queremos crecer y sobre todo ver y dar a conocer cada una de
las pinceladas de este lienzo en el que todos vamos pintando.

Esperanza Escribano: Europa y Medio Oriente (miércoles y viernes)

¿Y qué es el periodismo internacional para mí? Dices mientras clavas tus


ojos críticos en mis líneas color verdad. Es poder. Pero no ése que nos
viene a la mente nada más escucharlo. No es poder por poder, ni poder por
dinero. Es poder para entender, para transformar, para provocar cambios y
quién sabe, ojalá revoluciones. Cuando los otros poderes, el político, el
militar y lo más importante, el financiero, son globales, el periodismo tiene
que estar en todas partes a la vez y con la misma intensidad. Porque la
verdad tiene que brillar más que el dinero.
Porque quiero creer que mis hijos vivirán en un mundo mejor que el
nuestro, como yo vivo en uno que, a pesar de todo, es mejor que el que
vivieron mis padres cuando eran jóvenes. Y porque si no conseguimos que
eso sea así, algo que dudo -el optimismo es lo último que se pierde-, quiero
poder mirarles a los ojos y decirles que puse todo de mi parte para
cambiarlo. Con la escritura y el papel de los periódicos, que para eso son
las armas paradójicamente más pacíficas con las que luchar. En las que
clavo todo lo que soy para que tus ojos críticos, los suyos y los míos, no
dejen nunca de mirar el color del que estas líneas son capaces, el color de
la verdad.

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