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Conservación de

ecosistemas 7
forestales
Modelos de pérdida de biodiversidad forestal
– una perspectiva mundial

W. A. Rodgers 1

RESUMEN
La pérdida de biodiversidad forestal se debe tanto a la pérdida total de la cubierta forestal (defores-
tación) como a la pérdida de componentes de la biodiversidad dentro del bosque (degradación). La
primera es en teoría más fácil de medir. Las estimaciones mundiales de la deforestación tropical son del
0,5% al 1,0% anual. Estos valores se complican, sin embargo, por las definiciones. Las estimaciones
más bajas corresponden a la pérdida total de terreno de bosque para otros usos. Las cifras más altas
incluyen el bosque que se degrada hasta el punto de perder su función ecológica, aunque pueda
quedar una comunidad leñosa.
La pérdida de biodiversidad del bosque (a nivel de comunidades, y especies y a nivel genético) se
debe a diversas razones: una ordenación forestal intencionada (p.ej. transformación hacia sistemas
uniformes y de silvicultura de mejora); a una explotación incontrolada, fragmentación, pérdida de
cubierta, etc. Estudios específicos sobre el tema demuestran que tanto la pérdida de bosque como la
pérdida de biodiversidad están muy extendidas, incluyendo bosques que son reconocidos como
centros mundiales de biodiversidad, con razones suficientes para ser considerados como los sitios
más importantes para la conservación mundial. Sin embargo, los datos sobre tasas y causas de tal
pérdida y degradación son totalmente inadecuados. Posiblemente del 2 al 8% de las especies conoci-
das se extinguirán antes del año 2015 DC. Sin embargo, las extinciones locales afectan negativamente
a la población local y también a los niveles de biodiversidad genética.
La conservación reconoce actualmente que las pérdidas directas (explotación, etc.) son ocasiona-
das en sí mismas por causas de raíz más profunda, incluyendo la presión demográfica, la pobreza y las
políticas incoherentes, a nivel nacional e internacional. El trabajo con las comunidades locales es un
paso para superar las incapacidades del pasado.
Hay en realidad poca voluntad política real para reducir la pérdida de bosque y de biodiversidad.
Continuarán produciéndose nuevos desmontes. Los conservacionistas deben trabajar para conse-
guir que las pérdidas futuras estén programadas y sean eficaces en cuanto a recursos y uso futuro de
las tierras. El mantenimiento de áreas clave como reservas esenciales estrictas dentro de una matriz del
bosque utilizado y productivo, constituirá sin duda la estrategia futura de la biodiversidad.

Palabras clave: Transformación del bosque, biodiversidad, conservación.

1
GEF/UNDP/FAO Regional Biodiversity Project in East Africa, P O Box 2, Dar es Salaam, Tanzania.

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INTRODUCCION

Debate mundial sobre la pérdida de recursos forestales y de biodiversidad forestal


Aunque la mayoría de las naciones han adoptado políticas en apoyo de la conservación de los
recursos forestales, la cubierta real de bosque continúa disminuyendo en todo el mundo, lo que
significa que las políticas forestales con frecuencia no funcionan. La conservación de los recursos
forestales continúa originando controversias a nivel internacional y nacional. Esta controversia está
polarizada (Rosendal 1995) entre:
• Los intereses mundiales (de las naciones desarrolladas del norte) frente a los intereses nacionales
o locales (de las naciones menos desarrolladas del sur)
• Las “naciones ricas en bosques” frente a las “naciones pobres en bosques”.

Materia fundamental en este debate es la opinión mantenida por las naciones del norte de que el
actual modelo de pérdida de bosque tropical y degradación forestal es excesivo y de una gran impor-
tancia GLOBAL para el beneficio a largo plazo de la humanidad. De forma simplista esto es contestado
por las opiniones de los países en desarrollo de que “el oeste se hizo rico cortando los bosques y
ahora desean evitar que hagamos transformaciones similares en nombre del beneficio global”. Hay
que señalar, sin embargo, que existe también la preocupación de que la pérdida del bosque templado
es un problema tan grande como la pérdida del bosque tropical (Rosendal 1995). Hay que señalar
también que las naciones en desarrollo tienen economías basadas en la tierra y poblaciones rápida-
mente crecientes. Las naciones desarrolladas tienen economías industriales y tasas de aumento de
población reducidas.
Hay pruebas evidentes de que los bosques y sus recursos se están perdiendo a ritmo creciente
(véase más adelante). Esta pérdida tiene tres series de consecuencias:
• Pérdida de biomasa y recursos concretos de valor inmediato,
• Procesos ecológicos deteriorados (captación de agua, carbono, capacidad de recuperación)
• Pérdida de diversidad biológica (comunidades, especies, géneros)

Aunque existe la aceptación de que estos recursos forestales son valiosos, hay también la con-
ciencia de que el mismo terreno, después de desmontado el bosque, puede ser incluso de mayor valor,
especialmente valor financiero a corto plazo. La tierra tiene valor para la población local que la cultiva
y para los gobiernos que obtienen de ella cultivos de exportación (y ventajas políticas). Este es el
punto crucial del argumento en favor de la conservación: ¿cuáles son los valores relativos de los
recursos forestales en comparación con los de las tierras agrícolas; y para quién tienen valor? (Norton-
Griffiths y Southey, 1995).
Los valores percibidos de los atributos intrínsecos de la biodiversidad, frente a los valores directos
de los propios recursos, son motivos también para el debate internacional y nacional. ¿Hasta qué
punto se debe mantener un bosque por valores de producción o protección? ¿Puede ordenarse un
bosque para ambos fines? Mittermeir y Bowles (1993) afirman que la mayoría de los valores de la
biodiversidad (y, por tanto, de los recursos que componen la biodiversidad) son de naturaleza local o
nacional, y que hay poco que sea primordialmente de naturaleza global (Cuadro 1). Esto contrasta con
otras afirmaciones sobre los valores globales (p.ej GEF 1995). Sin embargo, existe un reconocimiento
creciente del papel decisivo que desempeña la biodiversidad en el mantenimiento de la capacidad de
recuperación del bosque que es, en sí misma, un beneficio global (Perrings et al., 1995).
Aunque los datos demuestran que existe una pérdida creciente de bosque, no es segura la dimen-
sión del problema que esto representa y hay todavía un desacuerdo considerable en cuanto a las
soluciones óptimas para evitar tal pérdida. Los defensores de la biodiversidad ven la solución en la

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Cuadro 1. Los valores de la biodiversidad ¿son de naturaleza local o global? 1
1 Funciones de los ecosistemas (procesos cuencas hidrográficas/suelos, ciclo de nutrientes) – beneficio para el país.

2 Valores de exportación internacional (madera, cera de abejas, turismo, medicinas) – beneficio para el exportador.

3 Productos para el mercado nacional (combustible, madera de construcción, agua).

4 Productos para el mercado local (alimentos, postes, medicinas locales).

5 Productos domésticos (alimentos, combustible, postes, culturales, etc.)

6 Valores globales intangibles (fijación del carbono, ciencia).

El último es el realmente global, los otros proporcionan beneficios a naciones, comunidades e individuos. Las funciones de los
ecosistemas pueden tener importancia global, p.ej. flexibilidad, calentamiento global.
1
Según Mittermeir & Bowles 1993

protección in situ del bosque natural. Los estrategas del calentamiento global ven el desarrollo de las
plantaciones industriales y de leña como un gran beneficio inmediato (Rosendal, 1995). Los conserva-
cionistas de carácter social desean que la población desempeñe un mayor papel en el uso y manejo de
los recursos forestales. Mientras el mundo expresa su preocupación por la dimensión de la pérdida de
recursos forestales incluida la biodiversidad, cada vez hay menos capacidad en muchos países en
desarrollo para evitar o limitar esta pérdida. Las Direcciones Forestales de los gobiernos han perdido
capacidad de gestión en esta última década (p.ej. Howard 1992 sobre Uganda, Sharma 1992, en gene-
ral). La forma de “protección” requiere un análisis, comprendiendo que las viejas políticas de mando
y policía de control no funcionan. Los esfuerzos más recientes de conservación están dirigidos a
establecer vínculos con las comunidades locales (Dompka 1996).
El pensamiento conservacionista ve el problema de la pérdida del bosque tropical como algo más
que la falta de capacidad de las direcciones forestales tropicales. Las causas primordiales de la pérdida
de bosque están arraigadas mucho más profundamente en la totalidad de las políticas, economías y
planes de desarrollo nacionales e internacionales. Hay que buscar por tanto estrategias para evitar
tales pérdidas en el marco más amplio de la política de desarrollo.

¿Diversidad biológica o recursos biológicos?


La “diversidad biológica” es sólo uno de los varios parámetros con que se puede describir un
recurso natural. Otros parámetros incluirían la estructura o la productividad biológica por ejemplo.
Podemos, de este modo, caracterizar los bosques: este bosque tiene más biomasa que aquel, este
bosque tiene mayor productividad, este bosque tiene un mayor nivel de diversidad de especies. Estas
son afirmaciones científicas y objetivas. Pero los valores asignados a estas afirmaciones pueden ser
distintos. Aunque el bosque A tiene una mayor diversidad general que el bosque B, puede haber más
especies endémicas estrictamente locales en el bosque B que en el A. La evaluación de A frente a B se
convierte ahora en un problema de juicio de valor humano de carácter emotivo más que en una
decisión científica, a pesar de los intentos de dar pesos objetivos a los diferentes aspectos de la
biodiversidad (p.ej. Humphries et al. 1992). ¡Consideremos las diferentes reacciones emotivas si el
valor endémico amenazado fuese un gorila de montaña o un áfido!
En los tres últimos años el nivel del activismo conservacionista, el éxito de la Convención sobre la
Diversidad Biológica, la publicidad de la CNUMAD y sus consecuencias en la Agenda 21 etc., todo
ello ha generado tal conciencia del tema de la biodiversidad que el mundo está más atento a los
problemas de la biodiversidad que a los problemas de la biomasa. Sin embargo, tendemos con frecuen-

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cia a utilizar los términos de biodiversidad forestal y recursos forestales de forma bastante intercam-
biable. Rigurosamente, cuando utilizamos el término biodiversidad nos debemos referir a la diversidad
de los componentes del bosque2, y no a los propios componentes del bosque.
Mi propia experiencia dirigiendo uno de los primeros proyectos GEF de biodiversidad del mundo,
es que no es fácil hacer aceptar el concepto de biodiversidad como opuesto a la consideración del
propio recurso. ¡Es extraordinariamente difícil cuando se habla con los que no son científicos! La
gente utiliza y aprovecha los recursos forestales, no aprovecha directamente la biodiversidad. Es el
alcance de la utilización del recurso lo que choca con su diversidad y con los parámetros de produc-
tividad. Si deseamos regular este choque y su impacto tendremos que hacerlo a través de los factores
que afectan a la utilización de los recursos.

¿Qué es pérdida de biodiversidad?


La pérdida de bosque es relativamente fácil de ver y de medir. Es menos fácil ver la pérdida de
biodiversidad. Todo bosque tiene algún valor de biodiversidad, aunque algunos bosques son mucho
más ricos que otros en comunidades y especies. La pérdida de cualquier bosque lleva a la pérdida de
recursos, incluyendo la pérdida de valor de la biodiversidad. Nuestra preocupación debe ser doble:
La pérdida y degradación de los recursos forestales en general. Estos recursos tienen una multitud
de valores directos e indirectos: incluyendo los valores globales de captación del carbono, otros
beneficios climáticos y la biodiversidad; y también más usos directos de los recursos de biomasa, de
valor para las economías locales.
La pérdida de valores de biodiversidad, tanto como consecuencia de la pérdida del bosque como
de su degradación, como se describió antes, y la pérdida de biodiversidad dentro del bosque como
consecuencia de la manipulación para otros beneficios (el incremento de biomasa, por ejemplo, por
transformación del bosque natural en una plantación de coníferas).
Podemos añadir una tercera preocupación que procede de la comprensión de que el desarrollo
creciente de la población exige el incremento de la producción agrícola. Por ello, es inevitable la
pérdida de algunos bosques. Nuestra preocupación debe ser la pérdida de bosque sin programar.
Tenemos que planificar la transformación del bosque y conseguir que tal pérdida vaya seguida de un
uso productivo de las tierras. Debemos estar en condiciones de determinar cuánto bosque se necesita
y dónde se necesita. Los forestales deben decir ¡qué bosques deben dejar de serlo!
La determinación de las “tasas de pérdida de biodiversidad” depende del conocimiento de cuántas
especies había al comenzar. La opinión actual parte de estimaciones que se centran alrededor de los
10 millones de especies; de la cuales más del 90% son artrópodos (Reid y Miller 1989, pero véase May
1988, WCMC 1992). De éstas, más del 50%, y posiblemente hasta el 90% de los taxa terrestres, se
encuentran en los biomas forestales tropicales que ocupan solamente el 7% de la superficie de tierras
del globo (Botkin y Talbot 1992). Para expresar la escala de diversidad forestal tropical se utilizan
muchos hechos, siendo uno común el de que 10 ha de bosque de Borneo tienen alrededor de 700 es-
pecies arbóreas, más que toda Norte América.
Las tasas de pérdida exigen el conocimiento de las extinciones. ¿Cuándo se pierde una especie? Es
conveniente considerar la extinción global y la local. La ciencia pierde una especie cuando se extingue
globalmente. Las consideraciones utilitarias deben hacer hincapié en los problemas relacionados con
pérdidas de especies más localizadas. La bibliografía sobre biodiversidad ha analizado extensamente
las tasas de pérdida. Las estimaciones de Ballpark indican que del 3 al 10% de las biotas de la tierra se

2
La biodiversidad se define simplemente como el nivel de variedad y variación a nivel de ecosistemas, especies y
recursos genéticos.

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perderán totalmente en las dos próximas décadas (Wilcox 1995, citando varias fuentes, pero destacan-
do muchos supuestos no comprobados de estas cifras). No hay análisis de pérdidas locales.
Este documento analiza los principales problemas que llevan a la pérdida del bosque y a la subsi-
guiente pérdida de biodiversidad. La pérdida de biodiversidad y la degradación se consideran con tres
niveles de pérdida del ecosistema (equivalente a la pérdida de los tipos mencionados de cubierta
forestal); pérdida de especies y pérdida de material genético.

PERDIDA DE BOSQUE Y DEGRADACION FORESTAL

Información sobre las tasas de pérdida y degradación forestal


El lobby conservacionista mundial admite que las tasas de pérdida forestal global son excesivas, y
reconoce la necesidad de realizar mayores esfuerzos para reducir esta pérdida (Agenda 21). Sin embar-
go, la calidad de los datos disponibles para cuantificar esta pérdida dejan mucho que desear. No
tenemos información para vigilar adecuadamente la pérdida de bosque a nivel nacional. Pero es en los
niveles local y nacional donde se va a reducir dicha pérdida, ayudados quizás por los cambios en las
políticas económicas internacionales.
La serie más completa de datos sobre deforestación procede de la evaluación de los bosques
tropicales de la FAO (FAO 1991, 1993a). Esta evaluación analiza el cambio de la cubierta forestal entre
1980 y 1990, y sigue a un estudio anterior de 1980 (FAO / PNUMA 1982). La FAO adopta un criterio
amplio sobre lo que es el bosque 3; básicamente, terreno con cubierta leñosa de más del 10% de su
superficie.
Sharma (1992) resume la información sobre la distribución potencial de los recursos de bosques y
terrenos arbolados, indicando que en el período 1850-1980, el 15% de los bosques y terrenos arbola-
dos mundiales fueron desmontados; en Asia, el 43%. En el período 1980-1985 se perdieron bosques
con una tasa media anual de 11,4 millones de ha o sea el 0,6%. En la actualidad casi se ha duplicado,
llegando a 18,5 millones de ha o sea, el 1% anual. Lo que es crítico es la tasa de aceleración de la
pérdida de bosque, ¿estamos perdiendo todavía bosques a una tasa siempre creciente?
El WRI (World Resource Institute) (1990) analizó la pérdida de bosques a partir de diferentes
fuentes bibliográficas. Sisk et al. (1994) señalan que las estimaciones de la FAO y del WRI son
similares (difiriendo sólo en un 10 a un 15% cuando las definiciones se compatibilizan). Jepma (1995)
describe las series de datos de la FAO y el WRI como el “criterio del sector forestal”, definiendo la
pérdida de bosque como la eliminación completa de las formaciones arboladas y su sustitución por
otros usos del terreno, es decir, la pérdida de bosque es la tierra que se pierde del control del sector
forestal. Varios autores sostienen que esto excluye la pérdida del bosque denso (que es el centro real
de interés de la biodiversidad), que se degrada hacia un terreno arbolado más abierto, perdiendo de
este modo la función de un bosque. Estos argumentos llevaron al lobby científico a producir diferen-
tes definiciones, en las que la deforestación suele incluir la degradación intensa. Myers (1986, 1991)
produjo la serie más completa de datos procedentes de este lobby.
El Cuadro 2 muestra la extensión de la pérdida de bosque de acuerdo con lo evaluado en estos
análisis. Hay que tener en cuenta que las diferentes definiciones sobre lo que es cubierta forestal y por
lo tanto lo que es la pérdida de bosque, llevan a grandes discrepancias en cuantías y tasas.

3
La FAO define el bosque como todo terreno en condiciones generalmente silvestres que tiene una cubierta
arbolada, cuyo dosel de copas ocupa más del 10%. La deforestación es la transformación de dicha cubierta arbolada
para un uso permanente del terreno fuera del sector forestal. Lo fundamental es que es tierra que se pierde fuera del
control del sector forestal. La degradación, sin embargo, consiste en cambios dentro de la calificación de bosque, es
decir, cuando se reduce la cubierta de bosque y su capacidad de producción. (FAO 1993)

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Cuadro 2. Cubierta forestal y tasa de pérdida de bosque en los trópicos
Estimación de área forestal Pérdida anual (%)

Región WRI FAO Myers WRI FAO Myers


Africa Tropical 4,6 3,5 0,5 0,5 0,7 1,0
América Latina 7.8 8,2 3,9 1,4 0,6 1,7
Asia Tropical 2,7 2,3 1,9 1,0 1,4 2.2

Zona ecológica Superficie % de tierra Deforestación 1980-90


Bosque húmedo 7,2 77 0,6
Bosque caducifolio
húmedo 5,9 46 1,0
Bosque seco 2,4 19 0,9
Montaña 2,0 28 1,1
Las estimaciones de superficies están en millones de kms cuadrados. Datos procedentes de: WRI (1990) principio
de los años 1980 – total de bosque abierto y bosque denso; FAO (1993) para la superficie total de bosque (>10%
cubierta de copas) en 1990; Myers (1991) para el total de bosque denso en 1991. Véase Jepma (1995) & FAO
(1995) para discusión.

Estas diferentes definiciones de deforestación dan lugar a problemas cuando se trata de visiones
de conjunto sobre la pérdida de bosque. Impiden el análisis de las causas de los problemas a nivel
nacional e impiden también el seguimiento de la eficacia de las soluciones. Los bosques son un
recurso nacional y las políticas que ocasionan o impiden la pérdida de bosque son en su mayor parte
nacionales en cuanto a su diseño y ejecución. La actuación, por tanto, tiene que ser acerca de las
bases de datos nacionales y actividades de vigilancia nacionales. ¡Pero hay pocos datos objetivos a
nivel nacional! En Tanzania, por ejemplo, hay una cifra empírica de 400.0000 ha de deforestación anual
pero no hay base para esta estimación. (Los datos de la FAO se han desarrollado para Tanzania a partir
de promedios continentales, porque no ha habido dos series cartográficas de la cubierta forestal). No
es posible desglosar esta cifra bruta sin saber dónde tiene lugar esta deforestación, o en qué tipo de
tierras, o por qué.
Tiene interés fundamental el estado legal del espacio donde se produce esta pérdida. ¿Estamos
contemplando la pérdida de un bosque libre no reservado (¿qué es lo que cabe esperar?)? o ¿hay
también una pérdida importante dentro de las redes de Areas Protegidas (¿dónde no cabría esperar
que tuviera lugar esta pérdida?)? Las cuestiones fundamentales a responder para la conservación de
bosques son:
• ¿Cuál es la tasa de pérdida de bosque denso de hoja perenne en comparación con la de todos los
terrenos con cubierta leñosa? Esto reconoce el especial valor del bosque denso para la biodiver-
sidad.
• ¿Cuál es la tasa de pérdida de bosque de las diferentes categorías de tierras: es decir, tierras libres
o públicas, tierras privadas y áreas protegidas (APs) como las reservas forestales?
• De las APs, ¿cuál es la tasa de pérdida de bosque que se autoriza legalmente (es decir, sustraccio-
nes) y cuál es la ilegal (es decir, invasiones)?

Pero es menos fácil encontrar información que distinga entre tipos ecológicos o legales de bosque.
Es raro poder clasificar el bosque tropical a partir de imágenes satélite. En Tanzania Rodgers et al.
(1985) cartografiaron la cubierta de bosque denso distinguiendo el matorral del bosque, con tres
clases altitudinales y dos zonas de precipitaciones. Collins et al. (1992) aportan datos de superficies

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de las principales comunidades vegetales del bosque denso de Kenia. En conclusión, por tanto,
tenemos cifras brutas aproximadas que indican que existe una importante pérdida de cubierta forestal
y que esta pérdida continúa aumentando. La FAO (1993a) demuestra que la tasa de pérdida de bosque
a nivel mundial ha aumentado desde el 0,5% en los años 70 a casi el 1% en los años 80.

Reconocimiento de la pérdida de bosque y la degradación forestal como


problemas.
La mayoría de las organizaciones forestales mundiales reconocen la pérdida actual de bosque
como un problema importante (Tarasofsky, 1995). Este problema se manifiesta en la pérdida de recur-
sos, pérdida de función ecológica (p.ej. captación de carbono, función hidrológica) y en cuanto a la
biodiversidad. El reconocimiento mundial de la deforestación como un problema ambiental aumentó
espectacularmente en el período 1980-85, cuando los gobiernos de los países en desarrollo y los
organismos donantes fueron sometidos a presión para que ejercieran un mayor control (Deacon, 1994).
Como ejemplo de esta preocupación global, la Agenda 21 (Para 11.10) declara:

Los bosques del mundo están amenazados por la degradación incontrolada y la transforma-
ción para otros usos de las tierras; están afectados por el incremento de las necesidades
humanas, la expansión agrícola y la mala gestión, perjudicial para el medio ambiente, que
incluye la falta de control de los incendios forestales, y medidas contra el furtivismo; la explo-
tación maderera insostenible de carácter comercial, el sobrepastoreo, los contaminantes at-
mosféricos, incentivos económicos y actividades de otros sectores de la economía. Los efectos
de la pérdida y degradación de los bosques se traducen en la erosión del suelo, la pérdida de
diversidad biológica, daños a los hábitats naturales y degradación de las cuencas hidrográfi-
cas, el deterioro de la calidad de vida y la reducción de las opciones para el desarrollo.

Son magníficas declaraciones a nivel internacional e incluso, para el consumo internacional, a nivel
nacional. Pierden significado, sin embargo, a nivel de comunidad local y familiar. A nivel familiar, la
transformación y degradación de los bosques está controlada y es intencionada. La utilización del
bosque y del terreno forestal es una decisión consciente, quizás no es la decisión preferida y quizás
sea una decisión forzada por las circunstancias externas. (Los bosques no suelen desmontarse por
razones triviales; proporcionan alimentos a poblaciones crecientes, (Repetto y Gillis 1988)). ¿De quién
es la calidad de vida que se está deteriorando? Esta es una cuestión importante. ¿Es nuestra forma de
vida occidental la que está amenazada, cuando se nos plantea la perspectiva de un calentamiento
global o la pérdida de riquezas biológicas anunciadas? ¿Son las élites nacionales las que se plantean
escaseces de energía y agua?
La población local tiene escalas de tiempo más cortas. Su calidad de vida puede mejorar transfor-
mando un trozo de bosque (¡y adquiriendo quizás la tenencia!) o vendiendo madera o carbón vegetal.
Esta mejora es esencial cuando no hay otra alternativa como sostén de vida. El problema puede
formularse como una serie de posibles acciones para las familias pobres:

Opción 1: Búsqueda de empleo – temporal o a largo plazo


SIN INGRESOS Opción 2: Desmonte del bosque para cultivo – posibilidad de obtener
un título de tierras
Opción 3: Explotación del bosque para leña y por dinero

Las iniciativas de la política nacional pueden influir en la elección de la opción, a través del empleo,
la industria casera, el urbanismo, la tenencia de la tierra, los subsidios agrícolas, etc.

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Es interesante comparar las preocupaciones internacionales (p.ej. Agenda 21) con las de nivel
nacional. En Tanzania, por ejemplo, ha habido poca preocupación específica por la biodiversidad en
los últimos años (p.ej. el antiguo director forestal decía “se hace demasiado hincapié en la conserva-
ción, necesitamos más producción”). El problema es de recursos más concretos como la leña y la
madera. Las políticas, estrategias y planes sobre recursos nacionales y de carácter sectorial (p.ej.
TFAPs, NEAPs, NCSSDs) todos censuran la pérdida de recursos forestales y todos se adhieren a la
conservación y la utilización sostenible. Se habla de inversiones crecientes, en la ampliación de las
plantaciones forestales y la reforestación y de los niveles crecientes de protección. Pero la realidad es
la contraria: el bosque se pierde y se degrada a nivel creciente. Simplemente, hay un fracaso de la
política.

Razones de la pérdida de bosques


¿Por qué estamos perdiendo bosques? La mayoría de las políticas forestales nacionales declaran
que hay que conservar los recursos forestales y, a pesar de ello, contemplamos niveles crecientes de
degradación. Las causas de la deforestación no son bien conocidas. La discusión mezcla con frecuen-
cia causas directas (p.ej. agricultura de corta y quema) con causas fundamentales o primordiales de
pérdida (Sharma 1993, Deacon 1994, Jepma 1995, Pearce y Moran 1994 introducen los problemas en
términos económicos). Las causas directas incluyen la expansión agrícola, el sobrepastoreo, los malos
sistemas de aprovechamiento maderero, etc. Las causas fundamentales incluyen el mercado y los
fallos políticos, el crecimiento de la población, la pobreza rural que lleva a la transformación de las
tierras, etc. El Cuadro 3 da un resumen de las razones directas indicadas en cuanto a la pérdida de
bosque.
La deforestación y la degradación forestal, particularmente en los países en desarrollo, están
sujetas a la influencia de una serie de problemas estructurales relacionados con el régimen económico
internacional (Tarasofsky 1995), y también de las características socioeconómicas fundamentales del
propio país.

Cuadro 3. Análisis de las razones directas de la pérdida de bosque


A) Según Otto (1990)
Quema/desmonte para cultivo 63% Transformación en agricultura comercial 16%
Corta para leña 8% Utilización para aprovechamiento ganadero 6%
Explotación comercial de la madera 6% Construcción de infraestructura 1%
B) Myers (1991)
Agricultura migratoria 61% Explotación maderera comercial 21%
Aprovechamiento para ganado vacuno 11% Transformación en plantaciones, carreteras, etc. 7%
C) LEEC (1992)
Actividad Deforestación Degradación Modificación (plantación, etc)
(%) (%) (%)
Silvicultura 2 10 71
Agricultura 83 76 26
Otras/Minas 15 13 4
Totales 100 100 100
Nota A – C Son todavía básicamente cifras de pérdida y no de degradación. No están incluidos factores como la
lluvia ácida.

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Es conveniente considerar dos niveles de causas fundamentales:
• Los factores mediatos sobre los cuales podemos hacer relativamente poco, a medio plazo:
– Crecimiento de la población y demanda de recursos
– Dependencia económica respecto a los recursos naturales
– Pobreza general extendida.
• Los factores inmediatos, que pueden abordarse a medio plazo:
– Regímenes políticos inadecuados
– Falta de participación de los interesados
– Falta de derechos adecuados de tenencia y acceso
– Inversión inadecuada en el sector forestal
– Sistemas de evaluación inapropiados
– Capacidad y sistemas inadecuados de planificación del uso de la tierra
¿Tiene interés una tipología que defina cómo se está perdiendo y degradando el bosque. Se puede
suponer tres clases de pérdida de bosque, siendo la clave qué clase de terrenos se van a desarrollar en
primer lugar?:
• Usurpación de bosques del gobierno por la población local, por la industria y por el propio
gobierno;
• Expansión de los asentamientos en tierras “libres” (Brasil, Indonesia, tierras de miombo de
Tanzania).
• Transformación de terrenos forestales de propiedad privada.
(Se advierte que la palabra “usurpación” significa aquí explotación no autorizada de recursos,
incluyendo el propio terreno como recurso).

¿Por qué están fracasando las políticas de conservación forestal (con el significado de utilización
racional sostenible)? ¿Es el fracaso de las propias políticas (la mayoría de los países tropicales tienen
una cierta forma de política forestal, por lo que no es un vacío político)?; o ¿se aplican mal las políticas?
Estas políticas existen en distintos niveles del gobierno. La mayoría son de naturaleza sectorial, y
reflejan la separación de responsabilidad dentro de la mayoría de los sistemas de gobierno. Por
ejemplo, en el Africa anglófona la mayoría de los gobiernos tienen políticas forestales, de fauna, de
energía, del medio ambiente, del territorio, de población, del agua, agricultura, etc. Suele haber poca
vinculación entre ellas y ¡a veces no son compatibles! Estas políticas sectoriales deben enmarcarse
dentro de las políticas generales económicas y de desarrollo del país (a nivel sencillo, el grado de
“ismo”, socialismo o capitalismo, la dependencia de una agricultura de subsistencia o de una indus-
trialización creciente; la iniciativa privada o la acción estatal, etc.).
Además de la política sectorial, hay iniciativas políticas que se solapan y que contemplan los
modelos de utilización de los recursos, la investigación, etc. Las políticas sectoriales tendrán subsec-
tores que contemplen la relación entre utilización y conservación, por ejemplo (véase Hamilton 1988,
Rodgers 1993) sobre tasas de cambio en Africa oriental.
No obstante, ¡el mantenimiento de una cubierta forestal productiva es algo más que un problema
forestal! El Cuadro 4 presenta una matriz hipotética de políticas que pueden afectar a los modelos de
transformación de los terrenos de bosque (véanse detalles en FAO 1994).
Una política forestal sectorial que no actúe en relación con los grandes problemas sectoriales como
la expansión de la agricultura o los modelos de empleo o las necesidades a largo plazo de agua y
energía, no puede confiar en tener éxito. La “interacción” fue un principio básico del plan de Acción
Forestal de Tanzania, en el que se establecieron vínculos con los usuarios de productos forestales,
incluidos el agua y la leña.

32
Cuadro 4. Las políticas sectoriales como unidades independientes dentro de una matriz mayor de política de
desarrollo
MATRIZ DE POLITICA GENERAL

Política agrícola Política forestal Política industrial

Expansión de cultivos Reservas Demanda de leña


Incentivos/Precios Uso sostenible Energía alternativa
Subsidios Acceso/Tenencia Incentivos/Precios
Intensificación Poder para el pueblo Demanda de agua
Concentración ¿Interesados? Industrias caseras
Agricultura de cultivos arbóreos ¿Plantaciones?

POLITICAS MACRO-ECONOMICAS Y DE DESARROLLO


Población Urbanización Tenencia/acceso
Empleo Conservación Industrialización

La fuerte presión de la población ¿lleva necesariamente a la pérdida del bosque?


La sabiduría tradicional indica que el crecimiento de la población y el consumismo llevan a la
pérdida y degradación del bosque (p.ej. Barnes 1990). Sin embargo, esta opinión ha sido puesta en
duda, por ejemplo Agrawal (1995) al escribir sobre las grandes zonas secas de la India y Tiffen et al.
(1994) al tratar sobre el Distrito de Machakos en la Kenia seca. En ambos casos, un período inicial de
degradación, dio paso a una fase en que la concentración de tierras y la mejora de la tenencia ocasionó
el incremento de la cubierta arbolada, aunque con frecuencia de especies exóticas, para sombra,
frutos, leña, etc. El papel fundamental de la tenencia en estos casos es destacado por Juma y Ojwang
(1996). Estas mejoras están todavía por ver en las tierras transformadas de bosque húmedo de Africa,
aunque por ejemplo los jardines integrados de cultivos arbóreos de Indonesia mantienen una densa
cubierta arbórea y una biodiversidad elevada.
El crecimiento de la población combinado con otros factores, como la carencia de tierras, la pobreza
creciente y la corrupción gubernamental, aumenta las tasas de deforestación. Esto lo expresa de forma
emotiva Witte (1992) al escribir sobre Zaire. Deacon (1994) ofrece un análisis detallado de la pérdida de
bosque asociada con el aumento de la población y con una variedad de factores políticos que afectan
a la tenencia de los recursos y a los derechos de acceso. Utilizando los datos de una muestra de
120 países, demostró que la tenencia y el acceso a los valores forestales son requisitos previos
fundamentales para el aprecio del valor del bosque y en consecuencia para reducir las pérdidas de
bosques.
Barnes (1990) indica que las tasas de pérdida de bosque están vinculadas a los factores de creci-
miento demográfico y a la superficie de bosque que quede y que la tasa de incremento es de esperar
que continúe aumentando. Aunque existen sistemas de información sobre los efectos negativos, a fin
de reducir la tasa de deforestación, pueden no funcionar como en Côte d’Ivoire cuyos datos demues-
tran una tasa siempre creciente de pérdida de bosque (véase el Recuadro 1 tomado de Chatelain et al.
1995).

33
RECUADRO 1. DEFORESTACION DE LA CÔTE D’IVOIRE
Las estimaciones indican que la Côte d’Ivoire está perdiendo bosque a razón del 6,5% anual, que es el
máximo del mundo. En los últimos 20 años se ha desmontado el 79% de los bosques no protegidos,
afectando las invasiones a las Areas Protegidas. El Parque Nacional de Tai (de 350.000 ha) es el mayor lote
de bosque remanente. El estudio de este caso es resultado de análisis detallados de imágenes de un bloque
de 100 x 100 km adyacente al P.N. Tai, observando el cambio en un período de tiempo de 34 años.
Hay tres tipos evidentes de cambio del bosque: pérdida total del bosque; transformación en agricultura
de pequeños propietarios que lleva a la fragmentación; degradación debida al aprovechamiento selectivo; y
degradación grave debida al aprovechamiento intensivo. Las tres fases de deforestación fueron:

1956-74 Cubierta arbolada realmente aumentada.


1974-84 21% de deforestación en 10 años. Desmonte del bosque, sin fragmentar.
1984-90 22% de deforestación en 6 años. Fragmentación, se dejan algunas manchas de más de
5 ha. Las APs actualmente amenazadas.

Estos grandes cambios siguieron a la construcción de carreteras para dar acceso a los madereros. Siguió
el cultivo de las áreas desmontadas, y se dejaron manchas de bosque en suelos pobres. El proceso se
intensificó con la afluencia de refugiados. Hay fragmentos muy degradados. El desmonte continúo hasta las
áreas protegidas y en su interior.

PERDIDA DE BIODIVERSIDAD

La información sobre biodiversidad y la pérdida de biodiversidad


La bibliografía sobre biodiversidad subraya el nivel de nuestra ignorancia sobre el alcance de la
diversidad de comunidades, y especies y en cuanto a la diversidad genética; tanto a nivel de compo-
nentes (¿cuántas especies hay y dónde?) como a nivel estructural y funcional (¿cómo funciona este
conjunto de especies en cuanto a captación de carbono, etc.?), Wilcox (1995). A esto debemos añadir
una nueva serie de preguntas: ¿qué cantidad y clase de biodiversidad necesitamos? ¡Porque no
podemos tener todo!
La ciencia está preocupada por la imposibilidad de documentar la magnitud de la biodiversidad.
Pimm et al. (1995) declaran: “¿cómo podemos estar seguros al tratar de las tasas de extinción cuando
conocemos bien unas 105 especies de 106 especies, y las estimaciones sobre el orden del total es de
107 ó 108 especies?” Nuestro nivel actual de conocimientos nos permite sin embargo reconocer los
puntos difíciles de la biodiversidad (p.ej., los Centros de Biodiversidad WCMC’s; Refugios y Centros
de Endemismos propuestos, etc.; Areas de Importancia Internacional para la Vida de las Aves – IBAs,
Bibby et al. 1992). La información nos permite comparar ecosistemas y comunidades para algunos taxa
indicadores (plantas superiores y aves), y entidades geográficas amplias (continentes, grandes paí-
ses). Pomeroy (1993), por ejemplo, analiza la distribución de los centros de biodiversidad de Africa;
Gentry (1992) hace lo mismo para Sudamérica. En términos generales, se conocen los sitios clave para
la protección de la biodiversidad global.
Las definiciones de la biodiversidad del interior de los trópicos hace hincapié en sus valores
utilitarios. Muchos países tropicales son totalmente dependientes de la biodiversidad para su vida de
subsistencia, los cultivos comerciales y la flexibilidad ecológica de la agricultura en general (WWF
1993). No obstante, son estos atributos de variedad y variabilidad que contribuyen a la capacidad de

34
recuperación los que son difíciles de medir –y demostrar. Se afirma con frecuencia que los valores de
biodiversidad incluyen los beneficios indirectos de las funciones hidrológicas, etc. (p.ej. Wilcox 1995).
Sin embargo, hay pruebas evidentes de que las comunidades de menor biodiversidad pueden propor-
cionar estos beneficios casi tan bien como el bosque denso intacto, por ejemplo las plantaciones de té,
las de bananos, las plantaciones de frondosas, etc. (véase Norton-Griffiths 1994 para un análisis
general; Bruijnzeel 1990, sobre hidrología forestal).

Modelos de pérdida de biodiversidad


Hay poca información fidedigna sobre tasas, cuantías y valores de la biodiversidad perdida de los
ecosistemas forestales tropicales. La pérdida del bosque incluye indudablemente la pérdida total de
biodiversidad. Tal pérdida es un hecho relativamente concreto, medible en el terreno y a partir de
programas de seguimiento con imágenes. En teoría, se podrían recoger datos cuantitativos espaciales
y temporales sobre la pérdida de bosques. Tales datos podrían combinarse con datos sociopolíticos
sobre por qué se está produciendo tal pérdida.
Se dispone de información mundial sobre pérdida de biodiversidad en una serie de análisis a nivel
nacional, siendo el más completo el libro de WCMC’s (1992): “Biodiversidad Global: Situación de los
recursos vivos de la Tierra”. Otras fuentes importantes son los estudios de biodiversidad por países
(hay solamente de 15 a 20, sin revisión reciente); la Evaluación de la Biodiversidad Global, del PNUMA
(1995). Whitmore y Sayer (1992) y los atlas forestales de WCMC -UICN (Collins et al. 1992).
WCMC (1992) trata documentalmente 484 especies animales conocidas que se han extinguido
desde 1600 DC. La mayoría (75%) eran de islas. La mitad tenían una causa conocida de extinción; “las
introducciones” representaban el 39% y la pérdida de hábitat el 36%, y la caza directa, el exterminio del
23%. Es revelador contemplar el modelo actual de pérdida de hábitat y el impacto previsible sobre la
biodiversidad. Reid (1992) examina la pérdida de hábitats en los tres continentes tropicales. Proyecta
la tasa actual de pérdida más un 50%. Utilizando modelos biogeográficos, predice a continuación una
disminución faunística del 2 al 8% de todas las especies para el año 2015.
Sin embargo, el modelo actual de pérdida es muy inferior a éste, al menos para los vertebrados.
Jamaica ha perdido el 90% del bosque pero sólo 5 especies de plantas vasculares. Kenia ha perdido en
este siglo 10 especies vegetales. Todas las especies de aves conocidas desde 1900 siguen existiendo
(algunas por poco). Para que una especie llegue a extinguirse en contraposición con las extinciones
locales, dicha especie debe reducirse en ámbito y hábitat y tener una densidad excepcionalmente baja.
Hoy en día no hemos visto el nivel esperado de extinción pero todas las pruebas indican que sucederá.
Las especies están “sujetas a extinción” debido a la pérdida de hábitat y estas extinciones tendrán
lugar a medida que las comunidades se ajusten a los nuevos equilibrios. En su mayoría serán extinciones
locales; una planta puede desaparecer de un área pero permanecer en otra. Los endemismos estrictos
son los que tienen mayor riesgo.
¿Por qué se produce la pérdida de biodiversidad? La pérdida total de hábitat es evidente e inmedia-
ta. El desmonte parcial, y con él, la reducción de la extensión del hábitat, lleva a la pérdida de parte de
las especies complementarias, aunque también de especies mayores que ocupan el área restante, que
se convierte en un gran riesgo para la biodiversidad. La modificación del hábitat es preocupante. Los
bosques ordenados con frecuencia se simplifican, (p.ej. transformación en tratamientos silvícolas
uniformes, extracción de enredaderas, trepadoras y tocones).
Sisk et al. (1994) vinculan la preocupación sobre la biodiversidad con dos series de información.
Éstas son el nivel del valor de biodiversidad (simplemente, riqueza de especies y proporción de
endemismos) y el nivel de amenaza (simplemente la densidad de población y la tasa de pérdida de
bosque). Se presentan datos sobre mamíferos y mariposas de 130 países. Los autores llaman la aten-
ción sobre países con gran diversidad y gran amenaza (p.ej. India, Kenia, Colombia y Côte d’Ivoire).

35
Sin embargo, no están claras las consecuencias de tal listado. Es beneficioso para un país estar en la
lista y atraer mayor apoyo de donantes –p.ej. GEF?

Los bosques tropicales y las áreas de interés singular para la biodiversidad


Los bosques tropicales tienen la mayor variedad de organismos de todos los ecosistemas (WCMC
1992, PNUMA 1995). La introducción de este documento indicaba que no todas las áreas de bosque
tropical son de igual importancia para la biodiversidad. Algunas áreas, en virtud de su variedad
intrínseca de comunidades y especies, pueden describirse como Centros de Diversidad. Otras áreas
en virtud de su alta proporción de especies endémicas4 (u otros taxa) pueden denominarse Centros de
Endemismo. Unas veces pueden solaparse ambas, y otras veces no. Los centros de diversidad y de
endemismo pueden ser de un grupo taxonómico –p.ej. plantas (Centros de diversidad vegetal, WCMC
1992, Davis et al. 1994, véase por ejemplo el Recuadro 2), o aves (áreas importantes de aves, Bibby
1992) –o de varios grupos, como las montañas del este de Usambara (plantas, aves, miriápodos,
gasterópodos, algunas avispas, etc.) Rodgers y Homewood (1982).
Evidentemente, la pérdida de bosque en estos centros de diversidad y de endemismo tendrán
mayores consecuencias para la biodiversidad que en otras áreas no tan bien dotadas. Los países con
estas áreas de interés singular se conocen con frecuencia como naciones de “megadiversidad”
sugiriéndose que deberían recibir reconocimiento y apoyo crecientes para sus programas de conser-
vación. Vemos que se están utilizando aquí los criterios GEF de “Valor Global”. Todos los países tienen
biodiversidad de valor nacional. Si se acepta que estos lugares son de importancia global, ¿deben
dedicar entonces los países una parte mayor de los recursos, reduciendo también los niveles de
deforestación y degradación? Las pruebas evidentes de las montañas del este de Usambara de Tanza-
nia (probablemente el sitio más intenso de Africa en cuanto a endemismo de especies, véase Rodgers
y Homewood 1982, Hamilton y Bensted-Smith 1992) indican que a pesar de la considerable inversión
de los donantes, todavía no existe el cambio esperado de situación y, por tanto, de protección de las
áreas de bosque.

Conservación de la diversidad genética en los ecosistemas forestales tropicales


La conservación de la biodiversidad no se refiere sólo a las especies y a los ecosistemas que
contienen las especies sino también a la variación genética dentro de estas especies (p.ej Kemp y
Palmberg-Lerche,1994). La diversidad genética de los ecosistemas forestales –variación inter e intra
específica– es:
• La base para su adaptación al estrés ambiental, incluyendo los efectos más extremos del cambio
climático global del futuro y la aparición de nuevas plagas y enfermedades; y
• La base para el desarrollo sostenible y la mejora de los recursos forestales para el uso humano. Tal
mejora es una urgente necesidad a medida que las poblaciones humanas crecen en número y
demandas.

El incremento de la productividad forestal dependerá de la selección de genotipos superiores;


debemos mantener por lo tanto una base genética amplia. Los procedimientos normales de conserva-
ción para crear áreas protegidas donde mantener especies y ecosistemas, puede no ser suficiente para

4
Una especie es endémica cuando es de distribución restringida, p.ej. esta especie se circunscribe a Africa o a Kenia
o al Arco Oriental o a la Reserva Forestal de los Montes de Taita. Tales especies no se sabe que se den en otros
lugares del mundo. Las áreas con altos niveles de endemismos son de importancia indudable para la conservación de
la biodiversidad.

36
RECUADRO 2 CENTROS DE BIODIVERSIDAD VEGETAL
Los centros de biodiversidad vegetal (Davis et al. 1994, WCMC 1992) son globalmente importantes
debido a dos criterios fundamentales de riqueza de especies y de número de especies endémicas. Además,
los sitios CBV “contienen un importante caudal genético de especies valiosas para el hombre; contienen
una diversidad de tipos de hábitats; contienen una proporción importante de especies adaptadas a las
condiciones edáficas; o la estación está sujeta a una amenaza importante de devastación”. Davis et al.
identificaron 234 estaciones de importancia global:

Africa 84 estaciones Europa 24


Islas del Atlántico 4 Islas de la India 4
Suroeste de Asia 21 Américas 75
Otros 22

La eficacia de la conservación de estas estaciones procede de una evaluación cualitativa del nivel de
amenaza para la estación (Davis):

Región No de Grado de amenaza


estaciones
A B C D E

Africa 30 7 5 7 8 3
Europa 9 2 2 - 5 -
Islas At 4 1 - - 1 1
Is Oc de la India 4 - - 1 1 1
SO Asia 11 - - 4 4 3
Sub Cont indio 12 2 6 - 3 2
S América 45 7 5 3 14 16

TOTAL 234 33 40 41 74 45

A = razonablemente segura, B = parcialmente segura, C = vulnerable, D = amenazada, E = gravemente


amenazada. Más de la mitad de nuestras estaciones importantes globalmente están insuficientemente
protegidas

mantener la variación genética. Debe mantenerse varias poblaciones de una especie, que cubran
preferentemente los límites geográficos y ambientales del ámbito de la especie. Los mayores niveles
de variación genética se dan con frecuencia en los bordes del ámbito de una especie y desgraciada-
mente estos bordes suelen ser muy vulnerables. La conservación genética requiere, por tanto, una red
de APs que abarque el ámbito de la especie dentro de un mosaico de otros usos de las tierras donde
se puedan encontrar ejemplos de la especie interesada. Si es necesario deben emplearse métodos ex
situ p.ej. huertos semilleros, etc.). Un ejemplo del estudio de la distribución de una especie que permite
la planificación de la conservación del nivel genético, es el del Juniperus procera – cedro para lápices
(Hall 1984).
Mientras que algunos autores ven el empobrecimiento genético como la forma menos perjudicial
de la pérdida de biodiversidad (Perrings et al. 1995), ésta es una pérdida que se refiere a recursos de

37
valor comprobado (parientes silvestres de los cultivos, procedencias de árboles madereros, etc.). Es el
acceso a tal variación genética el que motiva el debate mundial sobre el acceso a la biodiversidad.

La conservación de la diversidad biológica y las áreas protegidas


La sabiduría tradicional utiliza las áreas protegidas (APs) como estrategia fundamental para la
conservación in situ de los valores de biodiversidad (Rodgers y Panwar 1988). Se están desarrollando
nuevas estrategias aceptables para la población para llenar el vacío AP-Comunidad, pero las APs son
todavía la médula a cuyo alrededor tiene lugar la actividad de conservación. Muchos países tienen
extensas redes de APs; lamentablemente se desarrollaron muchas en Africa para los grandes vertebra-
dos y no para las comunidades forestales (véase Rodgers 1995). Es raro encontrar una red de AP que
represente adecuadamente la extensión de la biodiversidad forestal. Iremonger et al. (1997-este con-
greso) pone de manifiesto las principales lagunas.
La creación de una red es sólo el primer paso; el conseguir que la red se lleve a cabo y se ordene,
suele ser un problema. Muchas APs existen sobre el papel (véanse Kothari et al. 1989, en India,
Rodgers 1993 para los bosques del este de Africa). Nosotros necesitamos desarrollar todavía métodos
eficaces en cuanto a costes para conseguir la conservación a largo plazo de estos valores de biodiver-
sidad. Los planificadores de la biodiversidad forestal hacen hincapié en cinco conceptos principales
(Whitmore y Sayer 1992):
• Que se necesita un núcleo de reservas o parques bien protegidos. Éstos podrían ser relativamen-
te pequeños.
• En la actualidad < 4% de los ecosistemas terrestres están protegidos de esta forma. Por ello, la
gran mayoría de los recursos y valores de biodiversidad están fuera de la red de APs.
• Como los APs no son con frecuencia suficientemente grandes para mantener dentro de ellos la
dotación completa de especies, necesitan apoyarse en un hábitat adecuado (p.ej. un bosque
ordenado) fuera del AP.
• Esta matriz de hábitat forestal mantiene los atributos funcionales de formación de suelo y agua,
ciclo de nutrientes, transferencia genética, etc.
• Que la gente forma parte de la solución, y que este marco forestal externo debe integrarse dentro
de un mosaico de uso múltiple de las tierras.

Pimentel et al. (1994) sostienen que el 95% de la superficie de la tierra es agricultura, asentamientos
y bosques ordenados (50% de cultivo, 20% de bosque comercial, 25% de asentamientos humanos e
infraestructura y 5% de terrenos silvestres sin ordenar). De los 10 millones supuestos de especies de

Cuadro 5. Ejemplos de pérdida de biodiversidad en distintos niveles de componentes


Biodiversidad Tipo de pérdida Ejemplo
Ecosistemas Transformación del terreno Manchas de bosque p.ej. Anexo 1 en Côte d’Ivoire
Degradación Lluvia ácida en muchas áreas
Pérdida prácticamente total Bosque perennifolio seco, India

Especies Destrucción del hábitat Primates de la zona costera de Brasil


Introducciones Maesopsis de Usambaras
Explotación excesiva Descortezamiento de Prunus en Africa oriental
Poblaciones no viables Aves FF del bosque costero de Africa oriental
Reducción del ámbito Coffea arabica silvestre de Etiopía

Genética Utilización abusiva Pérdida de procedencias de Juniperus


FF = aves totalmente dependientes del bosque

38
la tierra (Reid y Miller 1989) 1 millón se perderá en los 20 años próximos. Gran parte de ello provendrá
de las tierras agrícolas. Problemas como el de los 2.500 millones de kg anuales de pesticidas tóxicos
son responsables en parte de este modelo de pérdidas. Pimentel et al. citan estudios alemanes que
indican que sólo un 35% de 30.000 especies están en los APs. Esto sin embargo está en desacuerdo
con Sayer y Stuart (1988) quienes demuestran que para los grandes vertebrados de los bosques
tropicales la mayoría de las especies están dentro de los APs (p.ej. las aves: Camerún 77%, Kenia 85%,
Uganda 89%). Otro ejemplo de pérdida de biodiversidad procede de Kenia, que tiene una tasa de
crecimiento de más del 3% anual, con <7% del territorio como área completamente protegida, pero casi
el 70% de los grandes ungulados están fuera de los APs. Pimentel predijo una pérdida considerable.
Norton Griffiths (1996) analizó 19 años de datos de vigilancia aérea continua y demostró una disminu-
ción constante e importante en los principales distritos de fauna, de casi el 3% anual, o sea que se han
perdido más del 50% de los animales.
Se están desarrollando y difundiendo métodos para el mantenimiento de algunos valores de biodi-
versidad en terrenos ordenados; incluyendo plantaciones (p.ej. FAO 1992). Los mosaicos con los
diferentes usos del territorio, la planificación del uso del territorio, a escala de campo, el cultivo
intercalar, los setos vivos, las técnicas agrícolas ambientalmente favorables, todos ellos son compo-
nentes fundamentales.

Trascendencia de la pérdida de biodiversidad


PNUMA (1995) y Grainger (1992) tabulan las consecuencias de la deforestación tropical para la
biodiversidad (véase el Cuadro 6). Cada consecuencia lleva a otra serie. La “deforestación” lleva a la
“pérdida de diversidad de especies”, ¿A cuál lleva esta última a su vez? Dos series de consecuencias
según Perrings et al. (1995): la pérdida de material genético (como la pérdida de libros de una librería
de códigos genéticos) y la reducción de la capacidad de recuperación. ¿Cuáles son las consecuencias
de esto? ¿Cuánta capacidad de recuperación perdemos si desaparece el 5% de las especies? ¿Cómo
podemos alcanzar compromisos y compensaciones? Éstas ya no son cuestiones científicas. Las
respuestas son políticas y socioeconómicas. La trascendencia de la pérdida de biodiversidad está
relacionada con el rango de valor que nuestra sociedad asigne a la biodiversidad y el nivel de valor
asignado al terreno transformado. Brussard (1994) escribiendo en la columna del Presidente de
Conservation Biology (Biología de la Conservación) decía “..discutiendo el tema de la biodiversidad
con la gente me he encontrado con una ingenuidad asombrosa sobre lo que es, por qué es importante

Cuadro 6. Consecuencias para la biodiversidad de la deforestación tropical 1


Diversidad reducida de especies y genes
Extinción de especies Pérdida de material genético
Imposibilidad de seleccionar nuevas plantas de cultivo Menor producción de productos forestales no madereros
Menor flexibilidad dentro de las comunidades.

Cambios en los ecosistemas


Degradación del suelo Caudales de agua alterados procedentes de las cuencas
Aumento de la sedimentación Efecto sobre el clima local y regional

Cambios en el sistema global


Menor captación de carbono Incremento del dióxido de carbono en la atmósfera
Cambios de los modelos temperatura/precipitación
1
Según Grainger 1992 y PNUMA 1995.

39
y por qué estamos preocupados. Muchas personas son ignorantes, indiferentes u opuestas a la
conservación de la biodiversidad”. Esto era así en los Estados Unidos en 1994, no con los aldeanos
pobres de Etiopía o Nepal. ¡Tenemos que recorrer un largo camino!

CONCLUSION
Fuentes recientes de información mundial y nacional demuestran una pérdida importante y todavía
creciente de la cubierta de bosque natural en la mayoría de las regiones tropicales. Tanto la pérdida de
bosques como la degradación forestal dentro de la cubierta forestal todavía existente, llevan a una
reducción de los valores forestales, incluyendo la biomasa, los procesos ecológicos y la biodiversi-
dad. Tales pérdidas de biodiversidad están previstas a partir de la teoría biogeográfica pero han sido
difíciles de demostrar en situaciones continentales al revés que en las situaciones insulares. Sin
embargo, es elevado el número de especies amenazadas de extinción y la fragmentación del bosque
continúa, llevando a una nueva reducción de las poblaciones por encima de los niveles críticos de
viabilidad. El lenguaje moderno dice “muchas especies están amenazadas de extinción”. Mientras
cabe esperar el ver nuevas extinciones de especies y nuevas pérdidas de diversidad genética, es difícil
cuantificar las tasas y cuantificar la trascendencia de estas pérdidas.
Las poblaciones humanas constantemente crecientes y con mayor consumismo significan que
hemos de esperar nuevas pérdidas de cubierta forestal y biodiversidad. No hay una varita mágica para
evitar tal pérdida. Muchos países tropicales tienen políticas que fomentan activamente tal desmonte
forestal. Lo que es preocupante es que esta pérdida carece de programación. El trabajo de elegir qué
áreas deben permanecer arboladas y elegir qué áreas deben ser transformadas de la manera más
eficiente, debiera ser una prioridad de los planificadores de la conservación.
Es difícil ver una voluntad política real de detener los modelos actuales de pérdida de bosque, tanto
en el mundo en desarrollo como en el desarrollado. La actividad actual de conservación es todavía en
gran parte la lucha contra el fuego, (con frecuencia una batalla perdida). Sólo en los últimos años ha
habido un intento de pensar más allá de las causas inmediatas de pérdida en el terreno y de considerar
las causas primordiales de tal pérdida. La participación de la población local, como interesados, es un
importante paso adelante. La conservación, tanto a nivel de campo como a nivel político, requerirá
inversiones adicionales de capital financiero y político, se necesitarán recursos, tanto de los propios
países tropicales, como del oeste. Los análisis económicos de conservación de la fauna han demostra-
do la importancia de tal inversión financiera (Leader-Williams 1990) para que la conservación tenga
éxito. La conservación forestal no debe ser diferente, excepto que el sector forestal podría producir
internamente algunas inversiones. Aunque la GEF ofrece una ligera visión de las metodologías poten-
ciales para conseguir recursos, la “olla” no es suficientemente grande para entregar las cantidades de
ayuda necesarias para detener la transformación.
El debate se centra tanto en la pérdida de bosque rico en recursos como en la pérdida de biodiver-
sidad forestal. El Banco Mundial (1994) en su Estrategia Forestal de Africa afirma que “Es inevitable
una cierta transformación de los terrenos de bosque para la agricultura y es necesaria para el desarro-
llo socioeconómico”. Los que no se dice es cuánto se necesita para la agricultura y cuánto para la
biodiversidad”. Norton-Griffiths y Southey (1995) en un documento provocador sobre la conserva-
ción de la biodiversidad en Kenia, sugiere que dada la buena administración de las tierras, se necesitan
relativamente pocos terrenos de bosque para la biodiversidad (p.ej. utilizando los principios de
complementariedad, enfocándose en los centros de endemismo, etc.), y que por los intereses naciona-
les hay que desarrollar los terrenos agrícolas productivos.
La cantidad total de cubierta de bosque natural necesaria para capturar áreas importantes de
biodiversidad (p.ej. estaciones con una alta proporción de biota forestal) es probablemente pequeña
relativamente pero mayor que la red actual de Areas Protegidas de bosque. Pero tales espacios de AP

40
no mantendrán estos componentes de biodiversidad si el uso de las tierras circundantes no permite el
normal funcionamiento de un ecosistema forestal. Por ello, una gran superficie de bosque es todavía
fundamental para mantener los valores de la biodiversidad.

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43
Cálculo del coste de oportunidad de los
ecosistemas sostenibles

James L. Howard 1

RESUMEN
El objetivo de este estudio consistía en proporcionar un método para calcular el coste de oportuni-
dad del cumplimiento de los objetivos elegidos de un ecosistema sostenible en el Bosque Nacional
Olympic del Estado de Washington. Se utilizó el Simulador de Vegetación Forestal para simular varios
regímenes de gestión silvícola. Se calcularon los valores esperados del suelo utilizando el sistema del
simulador y el CHEAPO II, que es un sistema de análisis silvícola y económico. Se utilizaron primero
los valores esperados para evaluar diferentes alternativas silvícolas estructuradas con el simulador
para un turno de 200 años y después para determinar el coste de oportunidad de la ordenación de un
ecosistema sostenible. Este método se tradujo en un cambio de énfasis desde el método tradicional de
ordenación del bosque para la producción de madera a la ordenación del ecosistema forestal. Los
resultados indican una reducción de los ingresos del aprovechamiento; el coste de oportunidad del
mantenimiento de ciertas características del ecosistema fue de 43.023 $/hectárea. Este cálculo sería
inferior después de deducir la diferencia de los costes de aprovechamiento entre las dos alternativas.
Este trabajo es el primer intento de utilización y adaptación del sistema del simulador de vegetación
forestal a la silvicultura de turnos largos. La metodología aquí utilizada se puede emplear para calcular
los objetivos de un ecosistema sostenible en cualquier terreno arbolado.

Palabras clave: Ecosistema sostenible, coste de oportunidad, simulación.

INTRODUCCION
El mantenimiento de los ecosistemas es un objetivo fundamental en la ordenación enfocada a los
ecosistemas que el Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos ha
adoptado para los terrenos del Sistema de Bosques Nacionales. Este enfoque cambia el énfasis desde
la ordenación del bosque para la producción de madera a la ordenación de todo el ecosistema forestal.
El método tradicional alteró muchos hábitats y como consecuencia se han puesto en peligro muchas
especies (2). La ordenación de ecosistemas es, en parte, un intento de salvar para las futuras genera-
ciones especies vegetales y animales que están disminuyendo como resultado de la modificación del
ecosistema. El objetivo principal de la ordenación de ecosistemas es mantener la integridad de éstos
proporcionando al mismo tiempo bienes y servicios a una serie cada vez más diversa de intereses
públicos.
El 13 de abril de 1994, el Presidente Clinton convocó una Conferencia Forestal en Portland, Oregón,
a fin de tratar de las necesidades humanas y ambientales que atienden los bosques federales del
noroeste del Pacífico y del norte de California. El Presidente ordenó a su Consejo de ministros elaborar
una política equilibrada, integral y a largo plazo para la ordenación de 10 millones de hectáreas de

1
U.S. Department of Agriculture, Forest Service, Forest Products Laboratory, Madison, WI, U.S.A.

45
terrenos públicos. El 1 de julio de 1994 el Presidente Clinton anunció su proposición de “Plan Forestal
en favor de una Economía Sostenible y un Ambiente Sostenible”. Este Plan Forestal hace hincapié en
la ordenación de las distintas asignaciones de tierras y recursos para lograr los objetivos del uso
múltiple de una forma económicamente eficiente y ambientalmente saludable. La decisión estipuló el
empleo de un método de ordenación forestal sostenible. El área de planificación fue definida como los
terrenos de administración federal dentro del ámbito del búho moteado del norte (Servicio Forestal del
Departamento de Agricultura de Estados Unidos 1990; Servicio Forestal, Agencia de Ordenación del
Territorio del Departamento del Interior, 1994). Hay 10 millones de hectáreas del Servicio Forestal, la
Agencia de Ordenación del Territorio, y otras tierras de administración federal dentro del ámbito de
este búho. Se asignaron las tierras para 7 destinos diferentes (Figura 1), cada uno de ellos con sus
propios objetivos de ordenación territorial.
En este documento se evalúan ciertos costes relativos a la consecución de una ordenación soste-
nible del ecosistema en el Bosque Nacional Olympic, utilizando la modelización de la proyección
silvícola como herramienta analítica. El objetivo de la ordenación del ecosistema consistía en el man-
tenimiento del hábitat de tres especies: el búho moteado del norte (northern spotted owl), el pájaro
carpintero aterciopelado (pileated wood pecker) y el murrelet marmóreo (marbled murrelet). Los proce-
sos ecológicos que mantienen ciertas características del ecosistema o las especies protegidas inclu-
yen cambios naturales que desarrollan y mantienen los ecosistemas forestales de últimas etapas
sucesionales y bosques viejos (Franklin et al., 1981). Para obtener los ingresos descontados de las
demandas del público de valor intrínseco específico, el método de ordenación que se está consideran-
do para el Bosque Nacional Olympic es la programación de aprovechamientos utilizando el Simulador
de Vegetación Forestal, que es un sistema de modelización silvícola y económica (Servicio Forestal,

Figura 1. Estructura del territorio

Hay 9,7 millones de hectáreas de tierras federales en el área de planificación de decisiones


(definida como el ámbito del búho moteado del norte)

Reservas de niveles
superiores de Matriz
sucesión 16% Áreas de ordenación
30% adaptable
6%

Áreas retiradas Reservas de ribera


administrativamente 11%
6%
Áreas ordenadas de
niveles superiores de Reservado por Ley
sucesión del Congreso
1% 30%

Fuente: Servicio Forestal de los Estados Unidos 1994

46
1993). Hay un consenso creciente de que la ordenación sostenible de ecosistemas exige la síntesis de
los objetivos ecológicos y económicos. También se reconoce que el saneamiento económico a largo
plazo depende del saneamiento ambiental y viceversa.

PROPOSITO DEL ESTUDIO


El propósito de este estudio era obtener un método para evaluar el coste de oportunidad del
cumplimiento de los objetivos elegidos de ordenación sostenible de un ecosistema. Este método es de
doble carácter: (1) determinación del coste de oportunidad del mantenimiento de ciertas característi-
cas del ecosistema para lograr la sostenibilidad y (2) determinación de la capacidad del sistema del
simulador de vegetación forestal para calcular los costes de oportunidad.
El coste de oportunidad de una alternativa de ordenación se define como el valor adicional que
podría obtenerse con la más valiosa de las alternativas u oportunidades rechazadas. En el análisis
económico de la planificación forestal, los costes de oportunidad se pueden medir por las diferencias
del valor esperado del suelo relativo a las diversas alternativas. Pueden requerirse alternativas con
inferior valor esperado del suelo por interpretaciones legales de las leyes existentes, como la Ley de
Ordenación de Bosques Nacionales, para ordenar con vistas a una especie amenazada, como el
murrelet marmóreo en el Bosque Nacional Olympic. El valor esperado del suelo es una medida del valor
actualizado neto de los terrenos dedicados a perpetuidad a la producción de madera. Los costes de
oportunidad se miden por el cambio del valor esperado del suelo asociado con los cambios de produc-
ción de recursos con precio, como la madera, pudiendo utilizarse para determinar el valor relativo de lo
renunciado para obtener resultados determinados que no tienen precio.
Se emplearon simulaciones de turnos de 200 años para determinar si el sistema del simulador de
vegetación forestal puede calcular los costes de oportunidad. Se calcularon los valores esperados del
suelo para diferentes regímenes de ordenación sostenible del ecosistema o programas de aprovecha-
miento en el Bosque Nacional Olympic y se compararon con los cálculos del valor esperado del suelo
de otros estudios.

EXPOSICION DEL PROBLEMA


Uno de los principales objetivos de la ordenación forestal continúa siendo la producción de made-
ra. En realidad, éste es con frecuencia el objetivo dominante de los bosques comerciales. En los
bosques públicos casi siempre se exige un equilibrio adecuado entre la madera, la recreación, el agua
y la fauna. Los objetivos no madereros de sostenibilidad y ordenación del ecosistema limitan la
producción de madera al reducir los niveles de aprovechamiento. En muchos casos, como en el oeste
de los Estados Unidos, existen limitaciones legales para los aprovechamientos que con frecuencia han
sido resultado de intentos organizados para preservar los ecosistemas y la fauna asociada. Sin embar-
go, dentro de estas limitaciones, sigue siendo conveniente organizar la producción maderera de la
mejor forma posible. Los modelos de simulación silvícola han ayudado en el pasado en esta tarea. El
tema de investigación que se está explorando aquí es el siguiente: ¿cuál sería el valor o el coste de
oportunidad de mantener ciertas características de los ecosistemas si el mantenimiento de estas
características exige que se cambien los turnos de 100 a 200 años y que se pierdan ciertos valores
madereros?.

CONCEPTOS DE VALOR
Los muchos conceptos de valor reconocidos por los economistas incluyen valores comerciales
(con precio) y no comerciales (sin precio). Los valores no comerciales caen en varias categorías:
consuntivos, no consuntivos, de existencia, legados y valores de opción. A lo largo de los años, los
economistas han intentado encontrar metodologías para determinar la preferencia de la sociedad por

47
los valores sin precio. Los valores no comerciales están asociados con temas tan variados como la
recreación, la calidad del agua y el aire, el bosque viejo, la caza y la preservación de especies amena-
zadas. Se han desarrollado numerosos métodos para obtener cálculos monetarios de valores no
comerciales. Uno de estos métodos es el del coste de oportunidad. Las crecientes preocupaciones
sobre la naturaleza y el medio ambiente han motivado en los últimos años una serie de iniciativas de
investigación. Una de ellas trata de asignar valores monetarios a una extensa variedad de bienes y
servicios ambientales lo que permitiría contar con una base económica para que las decisiones que
rigen la utilización del recurso incluyan valores con precio y sin precio. Se emplea el análisis económi-
co para ayudar a determinar lo que la sociedad estaría dispuesta a renunciar para mantener una forma
determinada de valor intrínseco, que se define como el valor que se refiere al derecho intrínseco a
existir de otras formas de vida.

METODOLOGIA
El método analítico empleado en este análisis fue la simulación. Se puede aplicar a muchos proble-
mas diferentes, algunos de los cuales no tienen nada que ver con el sector forestal e incluso con la
ciencia de la administración; no obstante, se diseñó la simulación (y se emplea principalmente) para
resolver problemas de administración. En realidad, la simulación fue una de las primeras herramientas
prácticas diseñadas para tratar los complejos problemas de la toma de decisiones comunes a la indus-
tria, la agricultura y el gobierno. Se adaptó el sistema de vegetación forestal para realizar la tarea de
calcular el valor esperado del suelo de los productos madereros procedentes del Bosque Nacional
Olympic para programas de turno largo. Esto se hizo tomando una porción de 100 años de edad del
bosque nacional Olympic, especificando como año cero 1994 y proyectando hasta el año 2194. En el
2194 se realizó una corta rasa o aprovechamiento de regeneración. Se especificaron las actividades de
claras y aprovechamientos dentro de la componente silvícola del sistema de vegetación forestal y se
calcularon los valores esperados del suelo mediante CHEAPO II, componente económico del mismo
sistema. Las claras o los aprovechamientos de regeneración se programaron para que tuvieran lugar
sobre todo en las áreas de ordenación adaptable. Estas son áreas destinadas a desarrollar y compro-
bar los nuevos métodos de ordenación para integrar y lograr los objetivos ecológicos, económicos y
otros de carácter social y comunitario (Figura 1). En este estudio se evaluaron nueve rodales madere-
ros; los cálculos del valor esperado del suelo son los promedios de aquellos rodales.
Para los fines de este análisis, se desarrollaron dos escenarios de ordenación para el bosque
nacional Olympic. El escenario base no pretende preservar el hábitat para las especies que requieren
un bosque de edad prolongada. Este escenario parte de la base de un aprovechamiento mediante corta
rasa con claras comerciales cada 30 años, bajas o altas, antes del aprovechamiento final. El aprovecha-
miento por hectárea para el escenario base es de 4 000 pies cúbicos, en 405 ha/año y el período de
rotación o turno es de 100 años. El escenario base sirve como una aproximación de los recientes
sistemas forestales en los bosques nacionales del noroeste del Pacífico. El escenario alternativo
mantiene un hábitat de edad prolongada. Esto exige turnos de 200 años que concluyen el año 200 (es
decir 2194) con claras comerciales o bien con claras comerciales más un aprovechamiento de regene-
ración a los 200 años, en lugar de una corta rasa. Este escenario requiere claras cada 30 años con
aprovechamiento anual de 1,6 millones de pies cúbicos, 1 600 pies cúbicos/ha, 405 ha/año. Esto
representa una disminución del 60% del nivel anual de aprovechamientos con respecto al escenario
base. El escenario alternativo mantiene el hábitat para el búho moteado del norte, el pájaro carpintero
aterciopelado y el murrelet marmóreo.
Los algoritmos de programación de los aprovechamientos y los programas informáticos corres-
pondientes han aumentado en capacidad y complejidad hasta el punto de que los programas docu-
mentados disponibles son costosos de ejecutar y requieren personal altamente capacitado para for-

48
mular los problemas e interpretar los resultados. El simulador de vegetación forestal se desarrolló para
resolver problemas sencillos a moderadamente complejos en cuanto a la programación de aprovecha-
mientos. Está destinado sobre todo a simular los aprovechamientos en un bosque de cualquier edad.

ESTRUCTURA DEL MODELO


Este simulador es un modelo de árboles individuales de crecimiento y rendimiento independiente
de la distancia. Su estructura básica contiene módulos de árboles en pie, predicción de mortalidad,
establecimiento de la regeneración, desarrollo de actividades de ordenación, cálculo de volúmenes y
producción de informes. Da al usuario la capacidad de calcular la estructura de la masa forestal y de la
composición por especies en función del tiempo. Permite también al usuario cuantificar esta informa-
ción según se necesite a fin de plantearse otras cuestiones y simplifica los complejos conceptos de la
vegetación forestal mediante índices y atributos definidos por el usuario para describir las condicio-
nes actuales y futuras. Un punto fuerte del sistema es su capacidad de incorporar directamente datos
locales sobre tasas de crecimiento en los resultados de la simulación. Quizás el componente más útil
del sistema es el monitor de acontecimientos, que es un módulo de tratamiento de masas. Este monitor
se utiliza para desarrollar las variables corrientes relativas a la composición del bosque por especies,
estructura de la masa, hábitat de la fauna y otros atributos.
Las extensiones del simulador incluyen modelos de insectos y enfermedades para simular las
reducciones de crecimiento, daños y mortalidad ocasionada por insectos descortezadores, defoliadores,
el muérdago enano y las enfermedades de la raíz; un modelo de regeneración y establecimiento para
incorporar la regeneración a las proyecciones; un procesador paralelo para el análisis del paisaje, en el
que se proyectan múltiples masas simultáneamente mediante la incorporación en el tiempo de los
efectos entre masas; un modelo de cubiertas de copas para la simulación del desarrollo de la vegeta-
ción de sotobosque y un monitor de acontecimientos que permite programar condicionalmente las
actividades de ordenación según las condiciones cambiantes de la masa.

RESULTADOS
Los resultados analíticos reflejan los escenarios base y alternativo. El escenario base, que no
preserva el hábitat para especies que requieren un bosque de edad prolongada, refleja los niveles de
aprovechamiento antes del Plan Forestal del Presidente. Estos niveles de aprovechamiento son supe-
riores a los niveles del escenario alternativo porque no existen limitaciones ambientales. Los niveles
históricos de aprovechamiento anual para el bosque nacional Olympic eran 40 millones de pies cúbi-
cos antes del plan. Estos niveles de aprovechamiento estaban basados en los antiguos planes de
ordenación maderera, con una base de aprovechamiento de unas 202.000 ha. Los niveles de aprove-
chamiento anual a partir de 1994 han sido de 1,6 millones de pies cúbicos. La reducción de los niveles
de aprovechamiento se debe sobre todo a tres factores: (1) asignaciones para hábitat del búho motea-
do, (2) un mayor énfasis en los atractivos recreativos y ambientales y (3) mayores asignaciones para
reservas de niveles superiores de sucesión y de carácter ripario. Estos factores redujeron la base del
territorio aprovechable de 142 mil ha en 1990 a 20,2 mil ha en 1994. El resumen del análisis económico
del valor esperado del suelo ($/hectárea) dio un promedio de 68 626$/ha, sin deducir los costes de
aprovechamiento maderero (Cuadro 1). Cuando se incluía una serie de costes de aprovechamiento
(426-1 409$/103/pies cúbicos). El valor esperado del suelo variaba desde 22 682$ a 106 843$/ha (Cua-
dro 3). Esto refleja el mayor nivel de aprovechamientos antes del Plan del Presidente. Los cálculos de
este valor se realizaron utilizando los valores medios de la madera en pie expresados en dólares por mil
pies cúbicos por hectárea. Se realizó el análisis de sensibilidad para la tasa de descuento y también
para los costes de aprovechamiento. Intuitivamente, los resultados demuestran que el modelo da los

49
resultados previstos. Los cálculos del valor esperado del suelo reflejan los valores medios de las
estaciones elevadas, medias y bajas.
El escenario alternativo que mantiene el hábitat de edad prolongada, refleja los niveles de aprove-
chamiento después del Plan Forestal que se limitaron como resultado de las restricciones ambientales;
se aprovechó menos madera. Después del Plan del Presidente, el valor esperado del suelo ($/ha) fue de
25 602$ (Cuadro 1). El coste de oportunidad, antes del ajuste de los costes de aprovechamiento
(43 023 $/ha) fue obtenido mediante la diferencia entre los dos escenarios. La estimación sería inferior
después de deducir la diferencia de los costes de explotación entre ambos escenarios. Esta cantidad
indica cuál es el valor en dólares por acre que se pierde cuando el bosque se maneja para las especies
amenazadas. Cuando se aplicaban cortas rasas o aprovechamientos de regeneración al final del turno,
se añadía poco valor al valor por acre del coste de oportunidad (Cuadro 2). Cuando se descontaba a
lo largo de 200 años, el valor añadido en el año 200 contribuía muy poco al valor esperado del suelo.
Los valores esperados del suelo indican que el simulador puede incluir adecuadamente turnos de
200 años. El Cuadro 4 compara los valores mencionados para los cálculos del valor de las especies
protegidas realizados en otros estudios.

CONCLUSION
El Servicio Forestal es responsable de determinar cuál es la mejor forma de administrar las tierras de
los bosques nacionales, basándose en la consideración de los deseos del público y de las capacida-
des de producción. El llegar a esta determinación es un proceso extremadamente complejo, ahora más
que nunca debido a las limitaciones legales de la ordenación. Estas limitaciones han sido motivadas
por diversos grupos ambientales mediante una interpretación conservacionista de la ley. A través de
tales interpretaciones legales, los grupos han tratado de recortar los aprovechamientos del sistema de
bosques nacionales en favor de las masas de edad prolongada y de la protección de las especies
animales. La amplia variedad de los deseos y preocupaciones públicas debe acoplarse con las capaci-
dades limitadas de producción de recursos a fin de desarrollar respuestas posibles a las cuestiones de
ordenación del territorio. Los deseos del público se han hecho muy variados y con frecuencia compi-
ten entre si. Por ejemplo, una parte del público puede desear tener la máxima oportunidad de aprove-
chamiento de madera, mientras que otra puede desear la preservación de masas madereras de edad
prolongada como hábitat de la fauna. Las capacidades de producción son también complicadas y con
frecuencia mutuamente excluyentes. Un área determinada de territorio puede dar madera para aprove-
char o servir como hábitat de edad prolongada, pero no simultáneamente. Debido a la complejidad de
ambos deseos y de las posibilidades de producción, el número de soluciones a los problemas de
ordenación del territorio es prácticamente infinito.
Los principales deseos del público referentes a la ordenación del bosque nacional Olympic están
incorporados a los problemas y preocupaciones del Plan Forestal del Noroeste; p.ej. ¿qué cantidad de
madera puede producirse protegiendo al propio tiempo la madera de edad prolongada y sin poner en
peligro las especies animales? Hay otras preocupaciones como la calidad escénica y la oportunidad
recreativa sin circulación. Aunque existe la necesidad de examinar una amplia variedad de combinacio-
nes de productos, este informe se refiere únicamente al aprovechamiento de madera de edad prolon-
gada y al mantenimiento de especies amenazadas. Debido a las restricciones legales, se ha recortado
el aprovechamiento de madera sobremadura en el bosque nacional Olympic. El coste de oportunidad
refleja el nivel de los valores madereros perdidos por la ordenación en favor de los ejemplares viejos
y de las especies amenazadas.
Los valores esperados del suelo indican que el simulador de vegetación forestal puede simular
adecuadamente turnos de 200 años. Es importante señalar que las estimaciones de dichos valores se

50
Cuadro 1. Resumen de los valores esperados del suelo ($/ha) 1
Año Antes del Plan Forestal Después del Plan Forestal Coste de
del Presidente del Presidente oportunidad
2194 68 626 25 602 43 023
1
Tasa de descuento = 4%.

Cuadro 2. Corta rasa, valores esperados del suelo ($/ha) 1


Cortas rasas sin Cortas rasas con
claras periódicas claras periódicas
Año 2 024 2 194 2 094 2.194
Media 119 761 425 27 772 29 549
1
Tasa de descuento = 4%
Nota: Los datos pueden no reflejar existencias precisas

Cuadro 3. Análisis de sensibilidad, valores esperados del suelo del rodal individual en el escenario Base ($/ha)
Año Antes del Plan Tasa de descuento Coste de explotación
Forestal del
Presidente 2% 8% Ambito inferior Ambito superior
(SEV 4%) ($426) ($1,409)
2194 $85.104 $167.860 $57.548 $22.682 -$106.843

Cuadro 4. Comparación de existencias y valores del coste de oportunidad para la protección del hábitat del búho
moteado del norte
Estudio Recurso valorado Valor Comentario
Rubin et al. (1991) Protección del hábitat 1,5 mil millones $/año Valor para las familias de los Estados
del búho moteado Unidos de América de la protección del
del norte hábitat del búho moteado del norte

Hagen et al. (1991) Protección del hábitat 48$–190$/familia El 81% de las familias de los Estados
del búho moteado del Pacífico noroeste Unidos de América están a favor de la
del norte protección de las masas viejas y del búho
moteado del norte

Loomis and White (1996) Búho moteado 70$/familia Voluntad de pagar lo calculado por familia
del norte del Pacífico noroeste para proteger el búho moteado del norte

Howard (en preparación) Búho moteado 43,023 $/ha Cáculo del coste de oportunidad antes
del norte de ajustar los costes de explotación
maderera

basan en proyectar lo que sucedería en una hectárea teórica, comenzando con rodales madereros de
100 años de edad, sin ninguna interacción con lo que pueda suceder en las hectáreas circundantes.
La variedad de los deseos públicos y la complejidad de las interrelaciones de la producción de
recursos se combinan para hacer extremadamente complejo el problema de desarrollar una estrategia
de ordenación integral. Afortunadamente, se dispone de medios para reducir el problema a proporcio-

51
nes manejables. Los avances en la modelización matemática, como el sistema del simulador empleado,
han hecho posible representar problemas extraordinariamente complejos de una forma relativamente
sencilla y comprensible.

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52
Estudio sobre el método de valoración de la
biodiversidad del ecosistema regional

Shi Zuomin, Cheng Ruimei y Jiang Youxu 1

RESUMEN
A fin de proporcionar criterios objetivos para la conservación de los ecosistema a nivel regional, se
han expuesto seis principios de valoración y un sistema jerárquico de índices. El sistema de índices
incluye: diversidad, peculiaridad, representatividad, rareza, estabilidad, naturalidad, valor de conser-
vación, accesibilidad, intervención humana, calamidad natural y condición actual de conservación.
Mediante la cuantificación de los índices, se ha establecido un método relativamente práctico y
controlable de valoración cuantitativa.

Palabras clave: Región, biodiversidad, ecosistema, prioridad de conservación, valoración


cuantitativa.

INTRODUCCION
La conservación de la biodiversidad es uno de los problemas ecológicos más importantes de la
actualidad. Por este motivo muchas organizaciones internacionales y países han llevado a cabo varios
proyectos para la conservación de la diversidad biológica (Jiang Youxu y Liu Shirong, 1993). La
biodiversidad china es muy rica, pero se encuentra seriamente en peligro (Chen Lingzhi); por este
motivo, es realmente necesario e importante para China proteger su biodiversidad. La conservación de
la biodiversidad es una labor social y requiere de un gran cantidad de fondos. Conseguir conservar las
regiones y especies clave con fondos limitados representa un problema importante para un país en
desarrollo, como es China. La verdadera manera de solucionar este problema es valorar científicamen-
te su grado de peligro y su orden de conservación. Actualmente, muchos estudios se concentran en
los niveles de las especies (Wei Hongtu y Jin Nianci, 1994; Xu Zaifu y Tao Guoda, 1987), mientras que
los métodos para la valoración regional de ecosistemas son raros. Sin embargo, la conservación de los
ecosistemas es más importante que la conservación de las especies (Jiang Youxu y Liu Shirong, 1993;
Gordon, 1993; Naveh, 1994; Jerry, 1992). Ya que las características naturales de los diferentes ecosis-
temas tienen un mayor grado de diferencias y no pueden ser comparadas fácilmente, en este documen-
to se establece un método relativamente práctico y controlable de valoración cuantitativa para ecosis-
temas de la misma categoría en diferentes escalas regionales.

PRINCIPIOS DE VALORACION
Los principios de valoración constituyen la base de la selección de los índices, es decir, guían el
establecimiento de los índices científicamente. Los principios considerados son los siguientes. (1) La
selección de índices se debe basar en la teoría ecológica. La valoración de la diversidad del ecosistema

1
Instituto de Ecología Forestal y de Ciencia Ambiental, Academia China de Silvicultura, Beijing 100091, R. P.
China.

53
es de cierta manera una evaluación ecológica, por lo tanto los índices tendrán que tener ciertos
significados ecológicos. La selección de los índices se debe basar en la teoría ecológica, especialmen-
te en la teoría de la ecología del ecosistema y de la ecología de la comunidad. (2) Los índices tienen que
ser comparables. Puesto que los objetos de la valoración son de la misma categoría de ecosistema en
diferentes escalas regionales, la selección de índices comparables es la base técnica de comparación
y valoración de los mismos. (3) Los índices deben ser relativos, prácticos y controlables. El propósito
de la valoración es conservar eficazmente los objetos evaluados; la selección de índices prácticos y
controlables puede proporcionar toda la información sobre los objetos de conservación y sobre las
estrategias de conservación, y se utiliza para mejorar la función de las medidas de conservación. (4)
Los índices deben ser representativos. Para valorar los objetos científicamente, los índices tienen que
representar el carácter natural y social y la condición de la intervención y conservación de los objetos.
(5) Los índices deben ser conseguidos y cuantificados fácilmente. Dado que el trabajo de valoración
es necesario y muy complejo, para acabar el trabajo inmediatamente y de un correcto modo cualitativo,
los índices deben ser obtenidos fácilmente. Ya que la valoración es una evaluación cuantitativa, la
cuantificación de los índices es un paso importante del proceso de valoración; es la base para realizar
la selección de los índices cuantitativos. (6) Los índices deben tener cierta sociabilidad. Muchos
índices de valoración de la diversidad de los ecosistemas tienen que tener un carácter natural y un
significado ecológico. Sin embargo, dado que el procedimiento de valoración tiene un carácter relati-
vamente social, algunos índices también tienen que tener un carácter social.

ESTABLECIMIENTO DEL SISTEMA DE INDICES


Conforme a los principios de valoración se ha establecido el sistema de índices que incluye:
diversidad, peculiaridad, representatividad, rareza, estabilidad, naturalidad, valor de conservación,
accesibilidad, intervención humana, calamidad natural y condición de conservación. La estructura
jerárquica del sistema de índices se muestra en la Figura 1.

METODO DE VALORACION

Cálculo del peso de los índices y su gradación


Como para la prioridad de la conservación de los ecosistema, la importancia de cada índice es
diferente. Cómo identificar y calificar el peso de los índices es el paso clave para valorarlos correcta-
mente. El Análisis del Proceso de Jerarquía (APJ) es un tipo de método matemático para calcular el
peso del índice que, generalmente, es aceptado y aprobado. Hoy en día se aplica en muchos campos
(Zao Huanchen et al., 1986; Jussi, 1994). El peso de cada índice de este método puede ser calculado
mediante el APJ. Para valorar los objetos cuantitativamente, graduamos los índices del nivel mínimo.
Todos los índices pueden ser divididos en cinco gradaciones. Los índices y las bases de gradaciones
se muestran en el Cuadro 1.
Las gradaciones y su valor cuantitativo pueden ser obtenidos mediante un examen experto. Para
que el valor cuantitativo de los índices tenga coherencia con el grado de prioridad de conservación,
han sido utilizados los valores negativos de estabilidad de resistencia, capacidad de recuperación y
conservación.

Método de valoración
En base al valor del peso de cada índice y su valor de gradación cuantitativo, los valores de
apreciación de los objetos han sido calculados con el método de la media ponderada. Se ha identifica-
do el nivel de conservación en conformidad al valor de apreciación de cada objeto. Mayor es el valor
de apreciación, mayor es el grado de la prioridad de conservación.

54
Figura 1. La estructura jerárquica del sistema de índices

diversidad de hábitat A1
diversidad de estructura A2
Diversidad A abundancia de la especie A31
diversidad de especies A3
abundancia relativa
de la especie A32

peculiaridad del hábitat B1


Peculiaridad B peculiaridad de la comunidad B2
peculiaridad de la especie B3

representatividad del hábitat C1


Representatividad C representatividad de la comunidad C2
representatividad de la especie C3

rareza del hábitat D1


Ecosistema Rareza D rareza de la comunidad D2
rareza de la especie D3

estabilidad de resistencia E1
Estabilidad E
capacidad de recuperación E2

Naturalidad F
valor científico G1
Valor de conservación G valor social G2
valor económico G3

Accesibilidad H
intervención directa I1
Intervención humana I
intervención indirecta I2

Calamidad natural J
Condición de conservación K

El valor de apreciación puede ser calculado con la siguiente formula:

Valor de apreciación= aWa +bWb +cWc +dWd +eWe +fWf +gWg +hWh +iWi +jWj +kWk

3 3 3 3
En la formula: a= Σ(anWan) b= Σ(bnWbn) c= Σ(CnWcn) d= Σ(dnWdn)
n=1 n=1 n=1 n=1

2 3 2 2
e= Σ(enWen) g= Σ(gn Wgn) i= Σ(inWin) a3 = Σ(a3nWa3n)
n=1 n=1 n=1 n=1

Wa,Wb,Wc, Wd, We, Wf, Wg, Wh, Wi, Wj, Wk,Wen, Win, Wa3n (n=1 2); Wan, Wbn, Wcn, Wdn, Wgn (n=1..3)
son los valores del peso de los índices; f, h, j, k; bn, cn, dn, gn (n=1 3); an, en, in, a3n (n =1..2) son los valores
cuantitativos de las gradaciones de los índices.

55
Cuadro 1. Índices y bases de gradaciones
Índices Bases de gradaciones
diversidad de hábitat A1 número y área de los hábitats y su grado heterogéneo
diversidad de estructura A2 grado complejo de la estructura espacial y trófica
abundancia de especies A31 tipo y número de especies en diferentes escalas regionales
abundancia relativa de especies A32 tipo y número relativo de especies en diferentes escalas regionales
peculiaridad del hábitat B1 grado de peculiaridad del hábitat en diferentes escalas regionales
peculiaridad de la comunidad B2 grado de peculiaridad de la comunidad en diferentes escalas regionales
peculiaridad de la especie B3 grado de peculiaridad de las especies en diferentes escalas regionales
hábitat C1 grado de representatividad del hábitat en diferentes escalas regionales
representatividad de la comunidad C2 grado de representatividad de la comunidad en diferentes escalas regionales
representatividad de la especie C3 grado de representatividad de la especie en diferentes escalas regionales
rareza del hábitat D1 grado de rareza del hábitat en diferentes escalas regionales
rareza de la comunidad D2 comunidad en diferentes escalas regionales
rareza de la especie D3 grado de rareza de la especie en diferentes escalas regionales
estabilidad de resistencia E1 capacidad de resistencia de la intervención
capacidad de recuperación E2 capacidad de recuperación después de la intervención
naturalidad F grado de intervención humana e invasión de especies exóticas
valor científico G1 valor científico de la evolución, sucesión, cambio climático et al.
valor social G2 función de la educación y entretenimiento humano
valor económico G3 valor de utilidad directo e indirecto del ecosistema y su componente
accesibilidad H distancia de la ciudad y pueblo, grado de práctico de comunicación
intervención directa I1 grado de utilidad del recursos natural en el ecosistema
intervención indirecta I2 grado de utilidad y contaminación ambiental del límite del ecosistema
calamidad natural J intensidad, frecuencia, periodo continuado de calamidad natural
conservación K medida de conservación, fondo de conservación y nivel de investigación

DISCUSION
Hay muchos problemas en el campo de la investigación sobre la conservación de la biodiversidad
y existen pocos informes sobre la valoración de los ecosistemas en peligro y su prioridad de conser-
vación. Se trata de un trabajo complejo y de gran alcance, especialmente porque la selección de los
índices y su cuantificación se diferencian según los objetos que están siendo valorados. Algunos
índices tienen métodos cuantitativos, como la diversidad de las especies, la diversidad de estructura
y la diversidad de hábitat (Ma Keping, 1994; MacArthur et al., 1961; Elton et al., 1954), pero estos
métodos no tienen coherencia. Al fin de resolver este problema, ante todo describimos los índices
cualitativamente y luego los graduamos y los cuantificamos en base al análisis de su carácter objetivo.
Sin embargo, existen algunos problemas en su gradación, como la gradación de la naturalidad (Marglus
et al., 1981). La gradación de los índices, por lo tanto, es un paso clave de este método y necesita un
examen extenso por parte del experto. En pocas palabras, esta investigación es sólo una exploración;
hay problemas en la selección de los índices, en los métodos de gradación y en la teoría relativa. Sin
embargo, esperamos que pueda proporcionar datos interesantes a los investigadores y que se utilice
en la práctica futura.

56
Bibliografía Ma Keping, 1994. Measurement of Biodiversity.
Chen Lingzhi, 1993, China Biodiversity – Current In Principals and Methods of Biodiversity
situation and conservation strategies, Bei- Conservation Research, Beijing, Chinese
jing, Science Press, 1-10. Science and Technology Press, 141-165.
Elton C. S. y Miller R. S., 1954. The Ecological Marglus C.R. y Usher M.B., 1981. Criteria Used in
Survey of Animal Communities: With a Prac- Assessing Wildlife Conservation Potential:
tical System of Classifying Habitats by Struc- A Review, Biology Conservation, 21:79-109.
tural Characteristics, Journal of Ecology, Naveh Z., 1994. From Biodiversity to Ecodiversi-
42:460-496. ty: A Landscape Ecology Approach to Con-
Gordon H. Orians, 1993. Endangered at What Le- servation and Restoration, Restoration Eco-
vel? Ecological Applications, 3(2):206-208. logy, 2(3):180-189.
Jerry F. Franklin, 1992. Preserving Biodiversity: Wei Hongtu y Jin Nianci, 1994. Quantitative
Species, Ecosystem, or Landscapes? Ecolo- Analysis of Endangered size of Shanioden-
gical Applications, 3(2);202-205. dron subaequale M.B. Deng, H.T. Wei et
Jiang Youxu y Liu Shirong, 1993. Some Problems X.Q. Wang, Journal of Plant Resource and
about Conservation Research of Regional Environment, £(3):1-8.
Biodiversity, Journal of Natural Resource, Xu Zaifu y Tao Guoda, 1987. Discussion on the
8(4):289-298. Method of Systemic Assessment to Regio-
Jussi Kuusipalo, 1994. Managing Biodiversity in nal Threatened Plants and Their Prior Con-
a Forestry Environment, Conservation Bio- servation, Journal of Yunnan Plant Resear-
logy, 8(2):450-460. ch, 9(2): 193-202.
MacArthur R.H y MacArthur J.W., 1961. On Bird Zhao Huanchen, 1986. Hierarchy Analysis Me-
Species Diversity, Ecology, 42:594-598. thod, Beijing, Science Press, 1-170.

57
Conservación de la herencia ecológica: los
bosques sagrados de Tamilnadu

Nanditha Krishna y V. Bhavani Shankar 1

RESUMEN
Los bosques sagrados de Tamil Nadu son un refugio para la flora y fauna locales y representan una
mini reserva de la biosfera, por lo que constituyen una parte esencial del proceso de conservación. La
abundante vida vegetal ayuda a retener el agua del subsuelo y, durante los cálidos meses veraniegos,
el estanque del bosque suele ser la única fuente de agua potable. Los bosques son una forma única de
conservación de la biodiversidad, y ejemplos vivientes de la tradición de la India en la conservación
de la ecología como un patrimonio natural.
En 1993, el CPR Environmental Education Center comenzó un estudio sobre los árboles y bosques
sagrados de Tamil Nadu, incluyendo la restauración en trece sitios de su antiguo potencial biológico.
Los bosques sagrados de Tamil Nadu forman parte de la religiosidad local y están protegidos por
estrictas reglas y tabúes.
Los bosques sagrados de Tamil Nadu son pequeños por sus dimensiones, que oscilan entre ½ y 20
hectáreas, excepto en aquellos lugares donde forman parte de la cadena montañosa de Ghat Occiden-
tal, espacio en el que pueden llegar hasta varios cientos de hectáreas. La vegetación de climax es una
comunidad de Albizzia amara.
El documento describe en detalle la conservación de los bosques sagrados por la población local
y también se ocupa del papel de las figuras de arcilla, representando a la Madre Tierra, en el culto a la
deidad dentro de las arboledas.

Palabras clave: Bosques sagrados, arcilla, restauración, biodiversidad, Albizzia amara.

La herencia ecológica del estado de Tamilnadu situado en el sur de la India cuenta con dos tradicio-
nes vivientes: la veneración del sthala vriksha o árbol sagrado, que se halla en todos los templos, y
los kovil kaadugal o bosques sagrados, que se encuentran en todas las aldeas. En 1993, el C.P.R.,
Centro de Educación Ambiental, inició un estudio de los sthala vrikshas y bosques sagrados de
Tamilnadu, que comprende la restauración de algunos de éstos
El ritual sthala vriksha consiste de la adoración de un ejemplar de árbol perteneciente a una especie
que juega – o jugó en el pasado – un papel importante a nivel económico local, asegurando así su
vinculación con la deidad local, mientras que el bosque sagrado es un área protegida situada en la
aldea. En la literatura sánscrita y tamil abundan referencias sobre los bosques donde moraban hom-
bres santos y sabios. Mas probablemente la tradición se remonta a muchos siglos atrás, en la época en
que las sociedades recolectoras de alimentos veneraban a la naturaleza y a los recursos naturales de
los que dependían para su existencia.

1
C.P.R. Environmental Education Centre, 1 Eldams Road, Madras 600 018, India. Facsimile: (91 44) 450656

59
Los bosques sagrados de Tamilnadu forman parte de la tradición popular y de la religión local. Cada
aldea posee un bosquecillo, un área protegida asociada a deidades tradicionales locales de origen
desconocido. En el medio del bosque hay casi siempre un templo dedicado a Amman, o la Diosa
Madre, representada en una de sus numerosas formas: Kaali, Maari, Pidaari, Ellai, etc. Delante del
santuario hay un estanque natural o artificial. Alrededor del lugar sagrado y de la extensión de agua se
encuentran los consortes masculinos de Amman, considerados, en general, como espíritus o deida-
des: Karuppusamy, Muniyaandi, Muneeswaran, Madurai Veeran, así como sus escoltas o guerreros.
Los habitantes de la aldea le hacen ofrendas votivas de caballos, toros o elefantes de arcilla a Ayyanaar,
el mítico guardián de la aldea, cuya estatua consagrada también se halla en el bosque, en cumplimiento
de sus oraciones por una cosecha abundante o buena salud. El sacerdote del santuario de la aldea es
el alfarero quien simboliza los poderes cíclicos de la madre tierra.
En Tamilnadu, el bosque sagrado es parte esencial de la aldea. En todas las aldeas hay por lo menos
un acre de terreno dedicado al bosque, al templo de la Diosa Madre y a Ayyanaar, donde los habitan-
tes traen sus ofrendas de caballos de arcilla. El tamaño de los caballos oscila entre 12 pulgadas y
20 pies de altura o más, según el distrito, la costumbre local y la situación financiera de los devotos.
Los Dioses del bosque no corresponden al panteón hindú clásico, aunque son igualmente venerados
por todos los hindúes.
Los bosques sagrados son el hábitat de la flora y fauna local y representan una reserva de biosfera
en miniatura, y por ello son parte esencial del proceso de conservación. La abundante vida vegetal
ayuda a retener el agua del subsuelo y, durante los tórridos meses de verano, la charca en el bosque
suele ser a menudo la única fuente de agua potable. Los bosquecillos son una forma única de conser-
vación de la biodiversidad y representan ejemplos vivientes de la tradición hindú de cómo conservar
la ecología cual patrimonio natural.
Los bosques sagrados están protegidos por fuertes tabús locales que preservan el ecosistema en
su totalidad. En su mayoría, se encuentran rodeados por arbustos espinosos o rocas y apartados de
las actividades de la aldea (King, Narasimhan, Viji 1996). Es interesante notar el hecho de que muchos
bosques sagrados también contienen importantes sitios arqueológicos con evidencia de culturas
paleolíticas o neolíticas. En Sittannavasal en el distrito de Pudukottai, por ejemplo, hay dolmenes de
3000 años de antigüedad, antiguos bosques sagrados, un antiguo aljibe, cuevas donde moraban los
monjes Jaina hace 1500 años y cavernas con pintura rupestre de 1300 años atrás. Estos monumentos
se yerguen numerosos en todo el territorio de Tamilnadu.
La conservación del bosque sagrado por la población local comporta la observación de reglas y
tabús estrictos:
• Es severamente prohibido talar árboles.
• La cacería de animales, pequeños o grandes, es vedada en el bosque.
• La población local está autorizada a arrancar hojas, frutas o raíces solamente en casos de enferme-
dad y problemas de salud. Aun a los niños se les enseña a no coger fruta ni bayas.
• La zona es considerada sagrada y los visitantes deben quitarse los zapatos antes de entrar en el
bosque.
• A los aldeanos se les permite entrar y cocinar pongal (una mixtura de arroz, lentejas y jaggery –
azúcar castaña extraída de la savia de la palmera) en los días de fiesta o durante la dedicación de
un caballo de arcilla como ofrenda a las deidades del bosque. La comida es compartida luego por
todos los aldeanos. Éstos no entran en el bosque más que en los días de fiesta o para cumplir una
promesa.

La transgresión de estos tabús puede arruinar las cosechas y causar enfermedades en la familia o
del ganado.

60
La arcilla juega un papel de suma importancia. Las figuras deben hacerse de barro, material que
simboliza los poderes de renovación inherentes de la tierra: desde el nacimiento de nuevas plantas
hasta el de los vástagos de las especies animal y humana. Este es un concepto de la filosofía hindú
sobre el nacimiento, la muerte y la reencarnación, en la que el alma adquiere nueva vida después de la
descomposición del cuerpo, al igual que una nueva planta nace después de la muerte de la vieja. El rol
cíclico de la arcilla también se basa en esta idea: el lodo representa el caballo, etc., por un cierto tiempo:
al desintegrarse lentamente y volver a la madre tierra, es tiempo para la creación de una figura nueva.
Por cierto, la nueva figura se hace a menudo con un puñado de arcilla de la vieja imagen al que se añade
más greda. De hecho, las figuras principales de la Diosa Madre y las deidades masculinas deben
“renovarse” cada uno o dos años y, por lo tanto, tradicionalmente, nunca se han hecho con ningún
otro material que no sea arcilla. Todo el fenómeno se halla estrechamente asociado con oraciones por
la fertilidad.
Las ofrendas votivas – caballos, toros, elefantes y carneros – siempre son de arcilla y se dejan al
aire libre para que vuelvan a la tierra de donde vinieron. Es interesante notar que como ofrendas
votivas se dan sólo las imágenes de animales domésticos, jamás aquellas de los animales salvajes que
visitan los bosques. A veces, la adoración de las deidades en el bosque puede involucrar el sacrificio
de una cabra o de un gallo.
El alfarero es el sacerdote del bosque sagrado, quien lleva a cabo tanto el ritual de la hechura de los
animales de arcilla, como aquél de la adoración en el templo, antes de ofrecerle las figuras de tierra a
Ayyanaar (Krishna 1992). El ceramista pertenece a la casta conocida con el nombre de Vishvakarma –
“creador del mundo”. Pocas son sus herramientas – el torno del ceramista y su propia mano. Para los
modelos utiliza un compuesto de arena, cáscara de maíz y barro, distinto de la mezcla de arena y barro
utilizada para ollas (Inglis 1980). Mas la ofrenda debe ser colocada en un bosquecillo, debajo de un
árbol. Con el tiempo, el bosquecillo se llena de imágenes de barro de Dioses, Diosas y animales, sobre
todo caballos.
¿Por qué el caballo? Porque, dice la gente, el caballo ocupa el segundo lugar en el orden de
importancia, después del ser humano. Quizás su significado se remonte al período de Rig Vedic
ashvamedha (2500 A.C.), cuando la tradición cuenta que todo el territorio recorrido por un caballo
durante un año habría sido reclamado por la tribú (Shah 1985). La hechura de un caballo de arcilla es
algo sumamente significativo y la consagración del caballo es un evento de importancia mayor que
involucra a toda la aldea. A veces el caballo se sustituye con un toro o un elefante, siendo éste último
la ofrenda favorita de las comunidades de pescadores.
Los bosques sagrados de Tamilnadu son de pequeñas dimensiones, se extienden desde ½ ha a
20 hectáreas, excepto en aquellos lugares en los que forman parte de la cadena montañosa del Ghat
Occidental, donde pueden alcanzar varios centenares de hectáreas. El bosque más grande que se
conoce actualmente se halla en Tirukkurungudi, Nanguneri Taluk, en el distrito de Nellai Kattabomman,
y alcanza 494 hectáreas de superficie. Mas el tamaño medio de los bosques sagrados en las llanuras es
de unas 2 hectáreas. La mayoría de ellos se hallan en condiciones bastante intactas.
Sin embargo, el tamaño de algunos bosques ha disminuido con el pasar de los años debido a la
creciente presión demográfica y a las invasiones graduales del territorio. El mayor número de bosques
sagrados se encuentra en el distrito Trichy, seguido por los distritos de Pudukottai y Nellai Kattabomman.
Según el parecer de Meher-Homji (1986), las junglas de monte bajo de la Costa Coromandel, clasi-
ficadas como Bosque Siempre Verde Tropical Seco por el Prof. G. Champion, en su libro A Preliminary
Survey of the Forest Types of India, pueden reclasificarse como una comunidad de Albizzia amara.
Meher-Homji opina que la Costa Coromandel no es típicamente tropical mas disimétrica y el clima de
la región no es tan seco. El también afirma que la palabra “bosque” tampoco es apropiada, ya que se

61
trata de árboles de corta estatura y de número reducido, no siempre verdes ya que más del 50% de ellos
son deciduos.
Todo el estado de Tamilnadu recibe lluvia durante la estación de los monzones del noreste, con
escasa o ninguna precipitación en los meses de mayo y junio. Las especies de vegetación más altas
que predominan en los bosques sagrados situados en las regiones más secas de las llanuras son las
siguientes: Memecylon umbulatum (palo de hierro o tamarindo), Chloroxylon swietenia (especie de
caoba de la India oriental), Albizzia amara (siris), Glycosmis chochinchinensis, Capparis divaricata
(Capparis bush), Gmelina asiatica (pequeño árbol de Cachemira), etc. Sin embargo, especies como
Atlantia monophylla (limero agrio de la India), Terminalia glabra (árbol de madera dura), Zizyphus
nummularia, Terminalia arjuna (arjun), Hardwickia binnata, Santalum album (madera de sándalo),
se encuentran en los bosques de los distritos Tirunelveli, Kamarajar y Dindigul Anna, especialmente
en las alturas mayores junto a las reservas forestales. La especie Aerva tomentosa se encuentra
únicamente en los distritos Tirunelveli y Kamarajar. Esta planta es endémica solo en las llanuras del
distrito Tirunelveli. La Flacourtia ramontchi se halla en los bosques sagrados en alturas mayores.
La importancia de proteger y conservar los bosques sagrados existentes como parte del programa
de educación sobre el medio ambiente, promovido por el C.P.R. Environmental Education Centre, ha
sido reconocida y el mensaje de conservación ha sido transmitido a la población mediante varios
medios publicitarios populares y con modernos métodos de comunicación, además de intentos efec-
tivos de restauración. La película Vanadevatai, realizada por el mencionado Centro, también forma
parte de este esfuerzo. Con el fin de cumplir su cometido, el Centro también ha instalado una oficina de
campo en Pudukottai. Es de gran satisfacción observar que cada vez que un bosque ha sido escogido
para su restauración, los residentes de las aldeas vecinas han manifestado su interés solicitando
restaurar los bosques de sus propias aldeas, tarea que, a menudo, comporta únicamente plantar
árboles jóvenes y brindar consejos técnicos. El efecto de recaída del proyecto de Conservación y
Restauración de Bosques Sagrados ha sido sumamente alentador. El tamaño limitado del área que hay
que restaurar ha facilitado el trabajo de las pequeñas comunidades locales, ya que los requisitos de
agua, riego, vallado biológico, custodia y protección son mínimos. Los árboles jóvenes escogidos por
los aldeanos pertenecen a las especies tradicionales. Es interesante observar que, además, ninguno
de estos programas de restauración ha sido destruido por el apacentamiento de ganado o cabras, ya
que los lugareños evitan enérgicamente que los animales entren en los bosques y actúan como
voluntarios para multar a los que violen esta norma. El cuadro 1 indica la lista de los sitios escogidos
para la restauración.
Sin embargo, se cree que los bosques sagrados no deben convertirse en propiedad del gobierno,
estatal o central, o de los ministerios forestales, ya que ello alienaría a los habitantes que actualmente
preservan estos bosques y los esfuerzos actuales de la comunidad para la conservación y reintegra-
ción podrían esfumarse, como en el caso de nuestras poblaciones tribales que han sido alienadas de
los bosques que otrora apreciaban y preservaban. Por el contrario, los últimos vestigios de biodiver-
sidad rural localizada hallados en los bosques sagrados pueden preservarse para la posteridad, a
través de una educación apropiada y el reforzamiento de las comunidades locales. La pérdida de tal
vegetación natural vital llevaría a la pérdida de recursos genéticos que son de extrema importancia
económica.
Los Bosques Sagrados han sido conservados por el sentimiento religioso de las poblaciones
locales. Esta generosidad natural los ha ayudado a sobrevivir a través de los tiempos. En el pasado,
los seres humanos convivían con la naturaleza sin alterar el medio ambiente. Dichas costumbres
tradicionales deben reforzarse con oportunos insumos científicos para la conservación, para ayudar a
la gente a vivir armoniosamente con la naturaleza a pesar de la era actual de desarrollo rápido e
insustentable.

62
Bibliografía Meher Homji V.N., 1986, Puttupet: A Sacred Ter-
Inglis Stephen, 1980, A Village Art of South In- mite-Mound Protects a Forest, Blackbuck,
dia, Madurai Kamaraj University, p. 36. Madras, Vol.I., No.4., p.1-4.
Israel Oliver King E.D., Narasimhan D., Viji Chitra, Shah Haku, 1985, Form and Many Forms of Mo-
1996, Socio-Biological Aspects of Sacred ther Clay, National Crafts Museum, Nueva
Groves of Different Ecological Zones of Ta- Delhi, p.66.
milnadu, Conserving Our Ecological Heri-
tage – The Tamil Tradition, Seminar Papers, Agradecimiento
Madras, p.4. Los autores desean agradecer la asistencia de
Krishna Nanditha, 1992, The Arts and Crafts of los Sres. M. Amritalingam, R. Selvapandian,
Tamilnadu, Mapin Publishing Pvt. Ltd., G. Ravikumar y S.R. Durai Murugan aportada para
Nueva York, p.90. el Estudio y Reintegración de los Bosques Sagra-
dos de Tamilnadu.)

63
Cuadro 1. Lista de sitios escogidos para la restauración de bosques sagrados en Tamilnadu
Sitio Nombre de la Deidad En hectáreas (aprox.)
Distrito: Chengai MGR
Iyanery Kannamadai Ayyanar 1,01
Nenmeli Marriamman 1,61
Veeranathur Shiva 0,60

Distrito: Madurai
Papappatty Occhandamman 2,22

Distrito: Nellai Attabomman


Perunkottur Thirukoti Ayyanar 1,21

Distrito: North Arcot Ambedkar


Sirunamalli Alavattamman 0,80

Distrito: Pasumpon Muthuramalinga Thevar


Kollangudi Vettiudaya Ayyanar/
Vettiudaya Kaliamman 1,21

Distrito: Pudukkottai
Annavasal Urali Karuppar 0,80
Chitthannavasal Karuppuswamy 1,21
Illayavayal Ayyanar 2,42

Karambakkudy Sri Muthu


Karuppaiya Swamy 1,61

Vadavalam Punugu Karuppar


& Porpanai Muneeswarar 1,61

Distrito: Tiruvannamalai Sambuvarayar


Pavupattu Kannamadai Ayyanar 1,01

64
La conservación de la biodiversidad forestal
en la India y Alemania

1 2
S.S. Negi y B. Stimm

INTRODUCCION
La biodiversidad o diversidad biológica pertenece a la diversidad de los organismos biológicos
tanto animales como vegetales de una región. En 1992 la Cumbre de la Tierra de Río (Brasil) destacó la
importancia de la biodiversidad a nivel mundial y la necesidad de preservarla para la posteridad.
La conservación de la biodiversidad ha captado la atención de los gobiernos de todo el mundo.
Tanto los países desarrollados como los países en desarrollo están comprometidos en la conservación
de su biodiversidad. Este documento trata de realizar comparaciones entre las medidas de conserva-
ción de la biodiversidad en la India (país en desarrollo) y en Alemania (país desarrollado).

INDIA

Diversidad biológica
La India cuenta con una rica y variada colección de organismos vivos. Existen en la India más de
40 000 especies vegetales de las que cerca de 2 500 son árboles (Negi, 1994). Esto representa alrededor
del 12 por ciento de la riqueza vegetal mundial. Entre las 21 000 especies de plantas con flores que se
encuentran en la India, 5 000 son plantas leñosas. Casi una tercera parte de las especies vegetales de
la India son endémicas, no encontrándose en ningún otro lugar del mundo. La riqueza faunística de la
India es también igualmente rica. Hay más de 75 000 especies animales de las que unas 60 000 son
insectos; 1 693 peces; 3 000 aves y 372 son mamíferos. Además de esto, la vida marina en una platafor-
ma continental de más de 45 millones de hectáreas es muy rica y variada.

Riqueza forestal
De acuerdo con el Informe del Inventario Forestal de la India (Anón, 1993), el país cuenta con una
superficie total de bosques naturales de 640 107 km2 lo que equivale al 19,47% de la superficie geográ-
fica total del país. Los bosques naturales de la India se pueden agrupar en general del modo siguiente:

1
Indian Council of Forestry Research & Education, Dehra Dun, India. Facsimile: (91 135) 623258; E-mail: in/
@x400.nicgw.nic.in
2
Forestry Faculty, University of Munich, Freising Munich, Alemania

65
Grupo/tipo forestal % de la superficie forestal
1. Bosque tropical húmedo de hoja perenne 8,0
2. Bosque tropical de hoja semiperenne 4,1
3. Bosque tropical húmedo de hoja caduca 37,0
4. Bosque tropical litoral y de pantanos 0,6
5. Bosque tropical seco de hoja caduca 28,6
6. Bosque tropical espinoso 2,6
7. Bosque tropical seco de hoja perenne 0,02
8. Bosque sub-tropical de frondosas de montaña 0,4
9. Pinar sub-tropical 6.6
10. Bosque sub-tropical seco de hoja perenne 2,5
11. Bosque templado húmedo de montaña 3,6
12. Bosques templados húmedos del Himalaya 3,4
13. Bosques templados secos del Himalaya insignificante
14. Bosque sub-alpino y alpino 2,9

Pérdida de biodiversidad
Causas: Las siguientes son las causas de pérdida de biodiversidad de la India durante los últimos
siglos:
1. Cuantiosas extracciones de leña y forraje.
2. Desmonte de áreas de bosque para agricultura, asentamientos humanos y llenado de embalses.
3. Explotación excesiva de recursos forestales.
Consecuencias:
a. De acuerdo con el Libro Rojo de la UICN, 27 mamíferos de la India son raros y están amena-
zados de extinción.
b. Más de 800 especies vegetales de la India se han extinguido o están amenazadas de extinción
(informe BSI).

Conservación de la biodiversidad
La India cuenta con 77 parques nacionales y 480 santuarios de fauna en los que la principal
actividad es la conservación de la biodiversidad. Estas áreas cubren unas 14,03 millones de hectáreas,
lo que equivale al 4,2% de la superficie total geográfica del país.
Hay 309 parcelas de preservación que abarcan unas 8 500 hectáreas; 1 905 parcelas de muestra de
distintos tipos forestales y 537 árboles protegidos para la conservación de plantas in situ. Sin embar-
go, no están cubiertos todos los ecosistemas forestales.
Se está realizando la conservación ex situ en 55 jardines botánicos y 109 parques zoológicos.

Biodiversidad introducida
Se han realizado en la India plantaciones extensivas principalmente de especies exóticas. Estas
incluyen eucaliptos, álamos exóticos y acacias australianas. No obstante, constituyen una proporción
insignificante de la superficie forestal total.

Lo que debe hacerse


A pesar de los esfuerzos de las últimas décadas, hay mucho que hacer para la conservación de la
biodiversidad de la India. Algunas medidas son:

66
1. La creación de una red de reservas especiales para la conservación como mínimo de dos áreas
representativas de los diferentes ecosistemas.
2. La creación de un conocimiento e interés público por la conservación de la biodiversidad.
3. Un sistema sencillo para vigilar la conservación de la biodiversidad.
4. La utilización sostenible de los componentes de la biodiversidad.
5. La evaluación de impactos y la reducción al mínimo de los impactos negativos.
6. No realizar trabajos forestales en ecosistemas representativos.
7. El desarrollo adicional de la red de parques nacionales, santuarios y reservas de la biosfera.

ALEMANIA
En comparación con la India, Alemania se caracteriza por una escasa colección de organismos
vivos. Hay unas 2 700 especies de plantas con flores (incluyendo aproximadamente 50 especies
arbóreas). Esto representa únicamente el 1% de la riqueza mundial de plantas con flores. La relación
faunística está representada por 76 especies de mamíferos, 237 de aves, 32 de reptiles y anfibios y
aproximadamente 30 000 especies de insectos (WCMC, 1992).

Datos forestales
La superficie forestal total de Alemania es de 104 330 km2 lo que representa el 29,2% de la superficie
geográfica total (StBA, 1995). Los bosques de Alemania pertenecen al tipo de bioma forestal de
bosques templado-fríos de hoja caduca.
Esta caracterización se traduce en una apariencia monótona. A pesar de esto, los tipos forestales
naturales de carácter potencial, reconstruidos por los científicos especializados en vegetación, de-
muestran cierta variedad con:

1. Bosque de frondosas de colinas (haya) 42,2%


2. Bosque de frondosas de montaña (haya) 23,5%
3. Bosque de frondosas (roble) 24,8%
4. Bosque de ribera y marismas 8%
5. Pinar templado seco 1%
6. Bosque subalpino (picea) 0,5%

Teniendo en cuenta la extensa variedad de definiciones y clasificaciones (detalladas) de los “tipos


forestales” (p.ej. tipos de vegetación forestal) que pueden originar algunas confusiones, la relación
antes mencionada es muy simplista. Sin embargo, facilita la comparación de los datos entre los dos
países.
Los datos sobre los bosques naturales potenciales indican una predominancia de las especies
arbóreas frondosas de hoja caduca, especialmente el haya. La contribución global de las especies
frondosas a los bosques naturales se ha estimado en el 90%, siendo la contribución de las coníferas
de un 10%.
Pero, en realidad, los bosques de Alemania son el resultado de los impactos humanos durante miles
de años, especialmente a partir de la Edad Media, cuando se explotaron grandes áreas de ecosistemas
de bosque natural, transformados en terrenos agrícolas y en plantaciones forestales. Actualmente los
bosques presentan una proporción de más del 70% de especies coníferas en la composición de los
bosques. Esto da una pequeña impresión del alcance de las actividades humanas, incluyendo la
silvicultura, en siglos pasados.
La silvicultura sostenible se desarrolló en el centro de Europa (sobre todo en las regiones de lengua
alemana), durante un período muy largo de tiempo. La explotación incontrolada (excesiva) de los

67
bosques ya había sido contrarrestada mediante reglamentaciones en la Edad Media. A principios del
siglo 18 el término “sostenibilidad” se abrió camino como principio en la ordenación de bosques. Al
principio la “sostenibilidad” se refería únicamente a la sostenibilidad de la producción maderera pero
a mediados del siglo 19 la “sostenibilidad” incluía también otras funciones como la protección de los
suelos, las cuencas hidrográficas y otros recursos forestales. Hoy en día sostenibilidad significa la
protección de los bosques como sistema natural. Por lo tanto, la silvicultura sostenible incluye una
utilización conservadora de la naturaleza y la integración del objetivo equivalente de conservación en
la silvicultura alemana tiene una importancia creciente. En este sentido, la silvicultura sostenible
parece estar en la línea de un sistema perfecto de ordenación.

Pérdida de biodiversidad
Causas:
1. Transformación y fragmentación de grandes áreas de bosque ocasionadas por los asentamien-
tos humanos, la agricultura, y las instalaciones industriales.
2. Impacto de la contaminación industrial sobre los ecosistemas forestales.
3. Extensión de la distribución de bosques de coníferas durante los tres últimos siglos, ordenados
como monte alto y caracterizados por masas regulares y masas más o menos uniformes.

Consecuencias
De acuerdo con la WCMC (1992) 2 especies de mamíferos, 17 de aves y 49 especies vegetales están
amenazadas de extinción. Pero conviene mencionar que no todas ellas están acompañadas con eco-
sistemas forestales.

Conservación de la biodiversidad
Alemania cuenta con 12 parques nacionales y 5 171 reservas naturales. Estas áreas abarcan
13 762 km2 o sea el equivalente al 3,8% de la superficie geográfica total del país. Hay además 12 reser-
vas de la biosfera (> 11 700 km2 2,3%), 85 parques naturales (>56 000 km2, >16%) con diferentes niveles
de intensidad de conservación y 6 700 km 2 de zonas húmedas de importancia internacional (StBA
1995).
Hay unas 580 parcelas de preservación de bosque natural que comprenden más de 16 500 hectá-
reas para la conservación in situ de especies vegetales y animales (StBA, 1995), pero todavía no están
todos los ecosistemas forestales (tipos de vegetación forestal) representados con cobertura
suficiente.
La conservación ex situ se viene realizando en 73 jardines botánicos y 40 parques zoológicos.
Además, la conservación ex situ de los recursos genéticos forestales tiene lugar mediante huertos
semilleros, colecciones clonales y conservación de semillas, polen, plantas y tejidos en bancos
genéticos.

Biodiversidad introducida
Desde mediados del último siglo se han introducido en la silvicultura de Alemania unas 20 especies
de árboles exóticos. Con la excepción del pino de Oregón, que abarca alrededor del 1,5% de la super-
ficie forestal total, la mayoría de dichas especies son de importancia forestal secundaria o despreciable.

Lo que debe hacerse


Algunas propuestas de soluciones en el campo forestal:
1. Una meta importante en la conservación de la naturaleza es la protección de los diversos ecosis-
temas forestales. La conservación de la biodiversidad en gran escala se podría realizar en los

68
parques nacionales sin operaciones de ordenación. Pero los parques nacionales por sí solos no
podrían evitar la pérdida de especies y hábitats debido a su pequeña dimensión.
2. Se necesitan otras áreas para conservar los hábitats forestales. Esto se podría realizar mediante
la preservación de reservas forestales naturales (áreas especiales sin ordenar) con una cantidad
suficiente de áreas representativas de los distintos ecosistemas (tipos de vegetación forestal).
3. La utilización sostenible de los bosques fuera de las áreas protegidas tiene muchas ventajas,
debiendo poder mantener la riqueza y diversidad de especies. Los sistemas de ordenación
orientados a la naturaleza que ya practican en cierta extensión propietarios y gestores de terre-
nos forestales en varios millares de hectáreas abandonan las formas forestales homogéneas, en
su mayoría de coníferas, pasando a bosques mezclados de frondosas adaptados a la estación,
que se supone presentan ventajas en cuanto a estabilidad ecológica bajo los cambios actuales
en las condiciones ambientales y climáticas (p.ej. cambio global).
Aquéllos y los conceptos relativos a la ordenación se caracterizan en su mayor parte por formas
de bosque permanente sin operaciones forestales intensivas en escala espacial grande, donde
se prefiere y apoya la regeneración natural. Las cortas rasas, si aún se practican, no comprenden
más que unas pocas hectáreas. La regeneración artificial favorece las especies arbóreas autóc-
tonas y las procedencias adaptadas aplicándose los convenientes sistemas silvícolas (apoyo
de las mezclas de especies y de la variedad en la estructura física, dejando a este respecto
árboles caducos y muertos como microhábitats, aprovechando árbol por árbol).
Deben desarrollarse mejores métodos para el inventario de la diversidad a distintos niveles y dar
la base para unos planes de ordenación ecológicamente aceptables.
4. Todas las medidas deben tener en cuenta la conservación de los recursos genéticos forestales,
con preferencia de la conservación in situ para la protección de la adaptabilidad. La identifica-
ción y declaración de recursos genéticos por medio de la investigación de genética forestal
debe ser obligatoria. En 1989 el Grupo de Trabajo Alemán “Conservación de los Recursos
Genéticos Forestales” presentó un marco conceptual para la conservación de los recursos
genéticos forestales de Alemania (BLAG, 1989) que está siendo aplicado continuamente.
5. Estos y otros conceptos afines son aplicables no sólo a los bosques del estado sino también a
los bosques comunales y a los privados ya que para estos últimos esta evolución debe servir
como modelo para el apoyo o remuneración financiera.
6. Sin embargo, hay que mantener el pluralismo de la ordenación forestal como factor innovador.
Esto lo garantizan en cierta medida varios cientos de miles de propietarios de terrenos forestales
con diferentes ideas sobre la utilización forestal y sus sistemas.

ANALISIS COMPARATIVO
La biodiversidad es un tema complejo. La vida está organizada en diferentes niveles jerárquicos y
por tanto la diversidad está representada en todos estos niveles, p.ej. la diversidad genética (diversi-
dad dentro de y entre poblaciones), la diversidad específica (riqueza y uniformidad de especies) y la
diversidad de hábitats (diversidad de ecosistemas, diversidad de paisajes). Hay interacciones entre
estos niveles.
La biodiversidad no es estática sino que se realiza en sistemas dinámicos con considerable varia-
ción en el espacio y en el tiempo.
La Conferencia Ministerial sobre la Protección de los Bosques de Europa, celebrada en Helsinki,
Finlandia en 1993, demostró que los países europeos tienen la voluntad de actuar en concordancia
con las decisiones adoptadas en la Cumbre de la Tierra, de Río. Además de las directrices para la
ordenación sostenible de los bosques europeos, inter alia, la Conferencia alentó la conservación de
la biodiversidad de los bosques europeos. En su resolución H2 la Conferencia (MAF, 1993) hizo

69
hincapié en la conservación y el aumento apropiado de la biodiversidad como elemento operativo
fundamental de la ordenación forestal sostenible, lo que se debe tratar adecuadamente en la política
forestal, las directrices operativas y la legislación. Se resaltó la necesidad de contar con sistemas
apropiados de evaluación de la biodiversidad y también con métodos para la evaluación del impacto
sobre la biodiversidad del desarrollo forestal y de las técnicas de ordenación. La ordenación forestal
debe conservar y gestionar la diversidad de hábitats debiendo favorecerse la variedad de estructuras
dentro de las masas. Las acciones futuras se centran en la conservación de los recursos genéticos
forestales, la protección de las especies y ecosistemas forestales amenazados. Las Naciones Signata-
rias y la CE acordaron, entre otros temas, el establecimiento de una red ecológica coherente de
bosques climácicos, bosques primarios y otros bosques especiales. Se va a establecer un programa
educativo y de concientización pública y también de estudios y programas de investigación (con
atención especial a la mejora de los métodos para la evaluación de la biodiversidad de los bosques).
Además, las naciones participantes (incluyendo Alemania) y la CE acordaron el desarrollo de
directrices nacionales o regionales para obtener conocimientos suficientes sobre las funciones y
servicios de los ecosistemas derivados de los bosques europeos y de la situación y necesidades para
la ordenación de elementos bióticos amenazados, raros o representativos. Se va a investigar el impac-
to de las diferentes técnicas silvícolas sobre la biodiversidad (MAF, 1993).
Como una de las naciones signatarias de las resoluciones de Helsinki, Alemania está dispuesta a
convertir en trabajo práctico los acuerdos y los compromisos realizados en Río. El Bundestag Alemán
(parlamento alemán), la Comisión encargada de “Proteger la Atmósfera de la Tierra” (Deutschland/
Enquete Kommmission Schuchtz der Endatmosphaere, 1994) hizo recomendaciones adicionales para
la conservación de los ecosistemas de los bosques templados. Los ecosistemas forestales europeos
están sujetos a la contaminación atmosférica que amenaza su permanencia. Por ello, uno de los
mayores desafíos para el futuro es la reducción de las emisiones industriales por debajo de niveles
críticos. Se han hecho además propuestas en favor de una silvicultura ecológicamente acertada. Se
está en favor de los conceptos de ordenación orientada a la naturaleza. La India es también nación
signataria de la Conferencia de Río y ha comenzado el proceso de conservación de la biodiversidad de
acuerdo con sus directrices. Algunas conclusiones generales de éstos y otros puntos de vista afines
se podrían resumir del modo siguiente: Basándose en los actuales conocimientos y en las investiga-
ciones en marcha, las propiedades y la dinámica de los ecosistemas forestales con vistas a su protec-
ción, estabilidad y utilización sostenible, estos conceptos integran los principales objetivos de la
silvicultura actual, p.ej. las diferentes demandas de los diversos sectores interesados en los bosques
y los peligros a que se exponen debido a la moderna sociedad industrial. El sector forestal debe cubrir
los gastos a fin de garantizar la existencia futura de propietarios de terrenos forestales, empresas y
empleados. Los bosques manejados inteligentemente son un recurso infinitamente renovable que nos
suministra nuestro recurso natural renovable más importante: la madera La ordenación dirigida al
crecimiento y suministro de madera y productos forestales no madereros, debe aspirar a un inteligente
y eficiente cuidado, aprovechamiento y regeneración de los bosques. Todos los métodos deben
incluir simultáneamente la preservación de los bienes naturales y el mantenimiento de la capacidad de
la estación. Esto presupone un buen conocimiento y una investigación permanente, p.ej. sobre los
impactos del cambio climático en los ecosistemas forestales y sobre la importancia de los terrenos
arbolados y bosques en la provisión mundial de carbono y también en cuanto a la población, la
silvicultura y la industria de la madera.
La ordenación de ecosistemas y los conceptos asociados han dominado cada vez más las discusio-
nes sobre la ordenación de los recursos naturales. La silvicultura sostenible y el fundamento ecológi-
co se han convertido en palabras clave y aunque mucha gente puede estar en su favor, estos términos

70
no están bien definidos o tienen significados diferentes (con vistas por ejemplo a la sostenibilidad
genética, la sostenibilidad ecológica o la económica).
Algunas deducciones generales para ambos países:
1. El principal desafío es que las convenciones internacionales o nacionales tienen que llevarse a
cabo con un enfoque práctico. Esto significa llenar el vacío entre la política, la ciencia, la práctica
y también el público lo que presupone la participación de los diferentes sectores interesados
(propietarios de terrenos forestales, gestores de bosques, conservacionistas de la naturaleza,
responsables políticos) y un debate sin perjuicios y con la voluntad de negociar.
2. Es necesario generar y mejorar la conciencia pública sobre la conservación de la diversidad por
medio de la educación continua.
3. Hay una gran necesidad de continuar con la investigación científica y de profundizar nuestro
conocimiento sobre los ecosistemas y sobre sus procesos naturales dinámicos intrínsecos
(p.ej. vigilancia y medición y también evaluación de la biodiversidad).
4. La biodiversidad es el resultado de procesos históricos y evolutivos, siendo necesario evaluar
la posibilidad de mejorar artificialmente la biodiversidad, crearla o reconstruirla.
5. La incorporación de la biodiversidad en conceptos ecológicos sólidos y bien adaptados de la
ordenación en el campo forestal, es un requisito previo esencial para la conservación sosteni-
ble, la estabilidad y la elasticidad de uno de los hábitats de mayor extensión de la tierra.
6. Frecuentar las consultas y programas conjuntos sobre biodiversidad entre países vecinos.

Bibliografía
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Survey of India, Dehra Dun tion in India, IPC, New Delhi.
BLAG 1989 – Konzept zur Erhaltung forstlicher StBA 1995 – Statistisches Jahrbuch 1995 fuer die
Genressourcen in der Bundesrepublik Deuts- Bundesrepublik Deutschland und fuer das
chland. Forst und Holz 44, pp. 379-404. Ausland. Statistisches Bundesamt,
BSI – Red data book of rare and threatened plants, Wiesbaden
BSI, Calcutta. Tewari, D.N. 1992 – Tropical Forestry in India,
Deutschland / Enquete Kommission Schutz der IBD, Dehra Dun.
Erdatmosphaere 1994 – Report submitted by WCMC 1992 – Global Biodiversity Status of the
the 12th German Bundestag’s Enquete Com- Earth’s Living Resources. World Conserva-
mission ‘Protecting the Earth’s Atmosphe- tion Monitoring Centre, Londres. In: WRI
re’, Bonn. 1995 – World Resources 1994/95. A Guide to
MAF 1993 – Ministerial Conference on the Pro- the Global Environment. World Resources
tection of Forests in Europe, 16-17 June 1993, Institute, Washington (publ. In German: Vogl
in Helsinki. Conference Proceedings. Finnish et al. (eds.) 1995 – Handbuch des Umwelts-
Ministry of Agriculture and Forestry, chutzes. V. Welt-Ressourcen – 1994/95.
Helsinki. Landsberg.)

71
Conservación de la biodiversidad y
ecosistemas en peligro en Pakistán

Mirza Hakim Khan 1

RESUMEN
Pakistán ha prestado una seria atención a la protección de su biodiversidad y de los ecosistemas en
peligro, tomando diferentes medidas de conservación. Las diferentes áreas prioritarias incluyen los
bosques templados húmedos del Himalaya, los bosques de enebros de Baluquistan y el bosque de
manglares de Sindh. La caza de especies como la avutarda de Houbara y las capturas de halcones y
gavilanes amenazan la diversidad biológica tanto como el exceso de uso de las pasturas de alta
montaña.

Palabras clave: Biodiversidad, ecosistemas en peligro, áreas prioritarias en Pakistán, medidas de


conservación.

INTRODUCCION
La biodiversidad y el capital natural rodea todas las áreas desiertas y los bellos paisajes del país,
junto a la flora y fauna asociadas. Estos, a su vez, pueden ser agrupados en nueve zonas ecológicas
principales y en 21 de los 22 tipos conocidos de tierras pantanosas asiáticas (Robert, 1991).
La contribución de estos recursos se reconoce a tres niveles: especies, géneros y comunidades
(hábitats y ecosistemas). Colectivamente y al interno de cada nivel, la extensión y la variedad de los
recursos son llamados diversidad biológica.
La diversidad biológica es la variedad total de vida en la Tierra. Nadie sabe con cuántas formas de
vida la humanidad comparte el planeta, ni siquiera el orden de magnitud más aproximado. Han sido
identificadas casi 1,4 millones de especies; sin embargo, hoy los científicos opinan que el número total
se encuentra entre los 10 y los 80 millones. La mayoría son pequeños animales, como insectos y
moluscos que se encuentran en ambientes muy poco explorados, como la cubierta de copas del
bosque tropical o el fondo oceánico. No obstante, la naturaleza mantiene su misterio también en
lugares familiares. Es probable que inclusive un puñado de tierras contenga muchas especies desco-
nocidas a la ciencia.
Los biólogos estiman que un mínimo de 50 000 especies de invertebrados al año, aproximadamente
140 cada día, están condenadas a la extinción debido a la destrucción de su hábitat en el bosque
hidrofítico tropical. Pero también los animales más grandes están desapareciendo; la deforestación
condena diariamente a la extinción al menos a una especie de ave, mamífero o planta. En la primera
conferencia patrocinada por las Naciones Unidas, la Conferencia sobre la Conservación del Medio
Ambiente, celebrada en Río de Janeiro el 3 de junio de 1992, se comprendió la realidad de los hechos
y se hizo hincapié precisamente en el problema más crítico: cómo conservar la biodiversidad de la
Tierra.

1
Subdirector (Técnico), Pakistan Forest Institute, Peshawar, N.W.F.P., Pakistán.

73
Un gran número de especies animales y vegetales, aproximadamente 6 000 taxones, se encuentran
en Pakistán y Kashmir (Stewart, 1972). Muchas de éstas se hallan en peligro, amenazadas o, al menos,
en una situación muy vulnerable a causa de la presión biótica, bajo forma de caza, furtivismo y
destrucción de los hábitats. En 1971, el Gobierno de Pakistán clasificó a 31 especies de mamíferos,
aves y reptiles en peligro en el país y, no cabe duda, que hoy esta lista podría ser alargada. Los
animales salvajes han sido cazados hasta llevarlos a la extinción, entre ellos podemos citar al león, el
tigre, el guepardo, el rinoceronte de un cuerno y el chousingha. Actualmente, se encuentran en peligro
de extinción, a causa de la presión de la caza, la cabra montés, la pantera de las nieves, el hemión de
Mongolia y la hubara.
Pakistán ha prestado una seria atención a la protección de su biodiversidad y de los ecosistemas en
peligro. A tal propósito se han utilizado dos parques nacionales para reintroducir en sus viejos
hábitats algunas especies perdidas precedentemente, como el rinoceronte de un cuerno y el antílope
negro en el Parque Nacional de Lalsuhanra y en la Valle del Kaghan.
Pakistán es un signatario de varios acuerdo internacionales, como la Convención sobre el comercio
internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES), Convención sobre las zonas
húmedas de importancia internacional (Ramsar), Convención sobre el patrimonio mundial y la Con-
vención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres (Convención de
Bonn). Además, Pakistán es un miembro de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), del International
Waterfowl and Wetland Research Bureau (WRB) y del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
En el Cuadro 1 se muestra la situación actual de la biodiversidad en Pakistán.

PRIORIDADES PARA LA CONSERVACION DE LOS ECOSISTEMAS


A los siguientes ecosistemas se ha atribuido la prioridad absoluta para la inclusión en los parques
nacionales:
1. El bosque templado húmedo del Himalaya: posee diversidad biológica y un complemento de
especies faunísticas, muchas de las cuales se encuentran en peligro o amenazadas de extinción.
Un área idónea representativa y relativamente tranquila de este ecotipo está situada en la
cuenca de Machiara, en la Valle Neelum, Azad Kashmir. Es uno de los pocos lugares donde se
encuentra una población útil para la reproducción de Tragopan melanocephalus.

2. El bosque de enebros de Baluquistan: un área representativa que tiene que ser demarcada y que
va a incluir al actual Santuario de Vida Silvestre de Ziarat y también a áreas contiguas de Zizri,
Burwul, Zargat, Shaidan, Gohar, Suit y a partes de Malikat, Kato y Mazri Shor. Esta última zona,
aunque se describe más como un matorral árido que un bosque de enebros puro, es, sin embar-
go, un importante ecotón y tiene una población de fauna y flora diferente a las del bosque de
enebros o al pastizal abierto contiguo. Es un inmediato natural para la conservación recomenda-
da del bosque de enebros.

3. El bosque de manglares de Sindh: los manglares semiáridos del delta de río Indus están amena-
zados por una serie de factores. Los cambios en la hidrología del delta debido al riego del río
arriba y a los esquemas de control del río, a la contaminación y a la explotación excesiva para la
producción de carbón vegetal, corteza tánica, forraje y leña, causan bajas en este sistema único
y altamente productivo. Hay aproximadamente 150 000 ha de rodales relativamente densos de
manglares que se extienden inmediatamente al sur de Karachi, desde el área de la ensenada de
Korangi hasta la de Hajamro, y que están bajo el control del puerto Qasim Authority y del Sindh
Forest Department. Esta área no sólo conservaría unos de los mejores manglares que aún
quedan, sino que también protegería mucha fauna terrestre y acuática, que incluye tres especies

74
Cuadro 1. Biodiversidad en Pakistán
Flora/Fauna Número de especies

En el mundo En Pakistán Endémicas


Plantas 5.700 especies (5.000 salvajes) 372 especies

Mamíferos 18 órdenes 10 órdenes *Delfín del Ganges


*Markhor de Chiltan
*Markhor de Suleman

4 100 especies 188 especies de las cuales:


63 roedores
39 carnívoros
38 murciélagos
25 animales ungulados
11 insectívoros
9 animales acuáticos
3 primates
1 pholidota (o pangolín)

Aves 8 600 especies 666 especies migratorias

Reptiles 6 500 especies 174 especies de las cuales:


88 lagartos
72 culebras
10 tortugas acuáticas (2 marinas)
2 tortugas
1 cocodrilo
1 gavial

Anfibios/peces 2 600 especies 14 especies de las cuales


400 peces marinos
125 especies de agua dulce

Insectos/invertebrados 20 000 especies


700 marinas
Fuente: NCS Sector Paper on Natural Capital de Abdul Latif Rao & Abeedullah Jan.

de camarones, delfines y enormes poblaciones de aves zancudas y aves acuáticas migratorias,


que se pueden ver durante los meses invernales. La Coastal Ecosystem Unit del UICN, en
Karachi, deberá ser consultada y comprometida en cualquier planificación que se refiera a estas
reservas.

4. Caza de la hubara: la hubara es una ave migratoria invernal que llega a Pakistán desde la ex URSS
y que se reproduce en las repúblicas de Asia central, principalmente en la región desértica de
Kizil Kum, al sudeste del Mar Aral. También pasa el invierno en zonas de Irán, Afganistán y en
partes de India (Cramp y Simmon, 1980). En Pakistán existen dos poblaciones biológicamente
separadas de la hubara. Robert (1991) describe Chlamydotis undulata como la raza norteafricana,
más pequeña y oscura en el plumaje que la raza asiática o la subespecie Chlamydotis undulata
macqueenii. Ambas razas son migratorias, pero existen evidencias substanciales (Main, 1988)
que en Baluquistan se encuentra una pequeña población útil para la reproducción de C. undulata.

75
Sin embargo, no está claro si éstas son aves totalmente permanentes o aves jóvenes que
perdieron la primera migración hacia el norte.

Las principales áreas donde pasan el invierno estas aves son Baluquistan, Punjab y Sinh, si bien
el NWFP ha documentado un pequeño número de aves en la región de Dera Ismail Khan (Malik,
1985).

En Baluquistan la hubara se encuentra en las grandes valles abiertas de su altiplano, en la mayor


parte de Chagai, en las regiones de Kharan y Kachni y en el Valle Mastung. Se ha documentado
que son más numerosos cerca de Yakmuch (región de Chagai), Valle del Gishki (Makran) y
Jhalwan (Shams, 1985).

En Sindh, Suhario (1983) informa que las principales áreas para pasar el invierno son las llanuras
áridas, como en Rahnn de Kutch, las áreas de desiertos de Tharparkar, Badin, Thatta, Sanghar,
Khaipur y Sukkur, las extensiones de Kithar y en las regiones de Dadu, Larkana y Jacobabad.
En Punjab, el hábitat preferido son las estepas de los desiertos de Thal central, Cholistan en el
sur y Dera Ghazi Khan en el sudoeste (Chaudhry, 1991). El hábitat ideal para los estudios de
conservación es una pequeña área en la Valle del Nag, en Baluquistan. Se sabe que una pequeña
población útil para la reproducción de estas aves se encuentra precisamente en dicha zona. En
esta área limitada se tiene la excelente oportunidad de estudiar la biología de la reproducción y
la condición de la especie. Se trata de un zona relativamente pequeña, de unas 40 x 17 millas, que
tiene una baja densidad de población humana, con un hábitat que no está seriamente degradado
y la población local dispuesta a cooperar.

5. Uso de las pasturas de alta montaña: los problemas principales que influencian la reducción de
los herbazales alpinos son los métodos de manejo de los suelos de la agencia estatal y el
pastoreo excesivo. La mayoría de los herbazales alpinos altos están bajo el control de los
departamentos forestales provincianos. Sin embargo, éstos no tienen el interés, los fondos o la
capacidad técnica de manejar los herbazales y, por consiguiente éstos son ignorados por lo que
concierne la conservación de la naturaleza, el manejo de las cuencas hidrográficas y la gestión
comercial. En términos prácticos, los terratenientes locales han tomado el control y dan en
arriendo los derechos de pastoreo y de producción forestal a una amplia variedad de arrendata-
rios. Las tribus nómadas con grandes rebaños de ganados domésticos se trasladan a estas
áreas tan pronto como la primavera derrite las nieves y permanecen allí todo el verano, antes de
descender hacia zonas más bajas de pastos en otoño. Esta presión constante del pastoreo está
llevando a una merma extrema, con el agotamiento de las hierbas y pastos más sabrosos y con
la continua disminución de la cubierta vegetal de las laderas sujetas a la erosión. Hay una
urgente necesidad de realizar una extensa labor agrícola por personal con capacidades técnicas
apropiadas (no forestales), para que ilustren los métodos adoptados en algunos proyectos,
como el Swiss/Pak Kalam Integrated Development Project en Swat Valley. De hecho, allí el
pastoreo de altura controlado en los herbazales de casi 3 000 m ha significado frecuentemente la
recuperación completa en tres años de los herbazales agotados.

6. Captura de halcones y gavilanes: hay una industria rural bien establecida en Pakistán que
consiste en la captura de halcones y gavilanes salvajes y su posterior comercialización y expor-
tación a las naciones árabes con propósitos de halconería. Este comercio genera, cada estación,
millones de rupias. Es difícil establecer en términos exactos cuál es la escala de dicho comercio,

76
pero una fuente fidedigna ha estimado la prudente cifra de 3 000 halcones capturados cada año,
no necesariamente capturados en Pakistán, pero que seguramente ha sido vendidos a través de
Peshawar. No existen verdaderos datos disponibles para apoyar o poner en duda esta cifra.

La especie que atrae mayor interés es el halcón sacre, Falco cherrug. Es una especie que llega
a Pakistán en invierno, se reproduce en URSS y frecuentemente es capturada en su ruta migra-
toria hacia Pakistán, en la zona de Chitral. Robert (1991) observa que una buena hembra de
halcón sacre podía venderse a 50 000 dólares EE.UU. en 1983. El estado de conservación de esta
ave es ESCASO y se está convirtiendo en RARO. Se debe notar que para la halconería se
considera de valor sólo la hembra de esta especie. Probablemente, los machos capturados o son
liberados, heridos o eliminados después de la captura.

Ante esta situación, se recomienda que se lleve a cabo una investigación cuidadosa al fin de
establecer los parámetros esenciales del comercio, incluido el número de aves que pueden ser
capturadas y vendidas cada año, identificación de los comerciantes y cazadores, etc. Esto
podría ser realizado mediante la financiación internacional y en cooperación con instituciones
como el UICN-WWF-Pakistán.

ESPECIES EN PELIGRO
Ver Cuadro 2.

AREAS PROTEGIDAS DE PAKISTAN


Ver Cuadro 3.

RECOMENDACIONES
A continuación se proponen algunas recomendaciones para la conservación de la biodiversidad y
de los ecosistemas en peligro:
• Es necesario conservar la áreas representativas de todos los principales ecotipos en Pakistán
mediante la protección contra el pastoreo, explotación e incendios al fin que la estructura
sinecológica, la composición y la sucesión ecológica de los mismos se conserve en el tiempo.
Esta reservas deberán ser planificadas según una base científica por lo que concierne la ubica-
ción, tamaño, forma y la capacidad de éstas de representar la continuidad ecológica y los ecotones.
• Identificar y establecer nuevos parques nacionales, reservas de caza y santuarios de vida silves-
tre con una base de prioridad y colocar dichas áreas bajo una ordenación planificada. Se reco-
mienda la selección de sitios para seis parques nacionales adicionales u otras áreas de conserva-
ción en los próximos 25 años, como aconsejado por la Estrategia Nacional de Conservación.
• A todas las especies (tanto vegetales como animales) que se consideran amenazadas o en peligro
de extinción se les deberá dar la mayor prioridad de conservación, comenzando con la salvaguar-
da de su hábitat y la recopilación de inventarios de estas poblaciones.
• Como precursor de la reserva de áreas para parques nacionales, santuarios de vida silvestre, etc.,
se deberá atribuir la mayor importancia al bienestar e interés de la población local si se quiere que
las medidas de conservación sean exitosas. Esto acarreará, en muchos casos, programas rurales
de apoyo que implicarán garantías significativas para los derechos de la población.
• La conservación de la naturaleza y las disposiciones para la conservación de la flora y fauna
silvestres deberán ser una parte integrante de todos los planes de trabajo de ordenación forestal.

77
Cuadro 2. Especies en peligro

1
I) FAUNA 9. Elaegnus augustifolia
10. Salvadora persica
Mamíferos 11. Acer pentapomicum
1. Selenarctos thibetanus gederosianus 12. Populus alba
2. Lutra perspicillata 13. P. ciliata
3. Gato pescador (Felis viverrina) 14. Debregeasia Hypoleuca
4. Caracal (Felis caracal) 15. Nyctanthis arbortristis
5. Gato de las arenas (Felis margacita) 16. Carpinus viminea
6. Hemión de Mongolia (Equus hemionus) 17. Corylus celorna
7. Muntiaco (Muntiacus muntjak) 18. Betula utilis
8. Ciervo montino (Axix porcinus) 19. Berchemia floribunda
9. Antílope negro (Antilope cervicarpa) 20. Helinus lanceolatus
10. Gazella gazella 21. Rhamnus pentapomica
11. Gazela persa (Gazella subgutturosa) 22. Forkhlea tenacissima
12. Nilgo (Boselaphus tragocamelus) 23. Trema politoria
13. Ovis orientalis punjabiensis 24. Villeburnea frutescens
14. Carnero de Marco Polo (Ovis ammon Polii) 25. Zizyphus sativa
15. Markhor de Suleman (Capra falconeri jerdoni) 26. Dioscorea deltoides
27. Saussurea lappa
Reptiles 28. Valariana willichii
1. Cocodrilo de los pantanos (Crocodiles palustris) 29. Hyoscyamus muticus
2. Garialis gangeticus 30. Podophyllum emodi
3. Baranus species 31. Butea frondosa
4. Pitón de la India (Pyton molurus) 32. Ficus carica
33. Rhizophora mucronata
Aves 34. Avicinna alba
1. Cerceta pardilla (Anas angustirostris) 35. Prunus padus
2. Anade de pico manchado (Anas poecilorhyncha) 36. Cornus macrophylla
3. Malvasía (Oxyura leucocephala) 37. Quercus incana
4. Cerceta de Coromandel (Nettapus coromandelicus) 38. Q. ballot
5. Pavo real (Pavo cristatus) 39. Q. glauca
6. Grulla común (Grus grus) 40. Q. semicarpifolia
7. Grulla siberiana blanca (Grus leucogeralus) 41. Fraxinus excelsior
8. Grulla sarús (Grus antigone) 42. Aesculus indica
9. Grulla damisela (Anthropoides virgo) 43. Nannorrhops ritohieana
10. Gran avutarda índica (Choriotis nigriceps) 44. Juglans regia
11. Hubara (Chlamydotis undulata) 45. Ephedra procera
12. Avutarda índica menor (Sypheotides Indica) 46. Terminalia belerica
13. Ganga común (Pterocles alchata) 47. Tecoma undulata
48. Phyllanthus emblica
II) FLORA 2 49. Cardiospermun helicacabum
50. Colchicum luteum
1. Juniperus marcropoda 51. Asparagus racemosus
2. Taxus baccata 52. Acormus calamus
3. Pinus gerardiana 53. Cassia angustifolia
4. Punica sp. 54. Acacia catachu
5. Ulmus nitida 55. Prosopis cineraria
6. Pistacia integerrima 56. Populus euphratica
7. Monotheca boxifoli 57. Capparis decidua
8. Celtis australis

1
Según Sheikh, 1992, algunas de las siguientes especies animales están en peligro.
2
Khan (1992) clasifica en peligro de extinción a las siguientes plantas.

78
Cuadro 3. Areas protegidas en Pakistán
Area (ha)
Parques nacionales 11 954 246
Santuarios de vida silvestre 86 2 749 054
Reservas de caza 84 3 525 287

Area total protegida 7 238 584

• Pakistán, como signatario de varias convenciones internacionales para la conservación, deberá


respetar todas sus consecuentes responsabilidades, particularmente por lo concierne la
comercialización, vida silvestre y la conservación de las especies migratorias.
• Reconocimiento de una urgente necesidad de capacitación especializada a un nivel de postgrado
y subprofesional en el campo de la conservación de la naturaleza.
• El establecimiento de un grupo de monitoreo de las especies en peligro, constituido por ecólogos,
biólogos de la vida silvestre, forestales y entomólogos, que esté bajo la dirección y el control del
National Council for Conservation of Wildlife. El grupo valorará el estado actual de todas las
especies de flora y fauna que actualmente están o posiblemente estarán a riesgo, amenazadas o
en peligro.
• Realizar esfuerzos para minimizar la caza del hubara y establecer un Grupo de Estudio sobre el
Hubara para que se estudie la biología de la reproducción de esta especie. En el entretanto se
debería emprender una investigación sobre la organización, los métodos, los vendedores y las
entradas económicas del comercio del halcón/gavilán, con la cooperación de la financiación
nacional e internacional.
• Estimular el conocimiento y la concientización de la población respecto a la importancia de la
silvicultura, conservación ambiental, biodiversidad y ecosistemas en peligro, a través de la pren-
sa y otros medios de información. Redacción de artículos y folletos en los idiomas nacionales y
locales.
• Estimular la participación de las ONG y de la población en la conservación de la biodiversidad, de
tal modo que el hombre común pueda participar en todo tipo de actividad de conservación.
• Organizar más seminarios, talleres y cursos para la capacitación y el aumento de los conocimien-
tos sobre estos temas.
• Se recomienda la ejecución de leyes estrictas, en forma de castigos severos, para las cortas
ilegales de bosques y ecosistemas en conservación.
• Emprender inmediatamente los proyectos adecuados que están mencionados en los informes del
Plan Maestro para la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas, mediante una plani-
ficación adecuada (Wilkimson & Khan, 1991).
• Que se considere el Pakistan Forest Institute el punto focal para la investigación, capacitación y
educación a nivel de postgrado sobre biodiversidad y conservación del medio ambiente y de los
ecosistemas. Que se instituya una dirección independiente para la biodiversidad, la investigación
y la educación sobre la ecología y el medio ambiente.

79
Bibliografía
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ment and Urban Affairs Division, Gob. de llo. T.A. N° 1170-Pak. Programa de las Na-
Pakistan y Unión Mundial para la Naturaleza ciones Unidas para el Desarrollo PAK/
(UICN). Pakistán: 48-52. 88/019.

80
El Proyecto de Gestión Ecológica: una
asociación público-privada para elaborar un
criterio común de ordenación del ecosistema
en los Estados Unidos

W.T. Sexton 1, N.C. Johnson 2 y R.C. Szaro 3

RESUMEN
Las investigaciones y las políticas de apoyo a la aplicación de los enfoques de ecosistema a la
ordenación de recursos naturales están en rápida evolución en los Estados Unidos. Uno de los retos
consiste en lograr que los expertos de ordenación de los recursos naturales, las instancias de decisión
y el público en general, se mantengan al corriente de las crecientes experiencias en materia de inves-
tigación y ordenación con enfoques de ecosistema. Este documento resume un ambicioso proyecto
que apunta a recolectar y sintetizar los últimos resultados de los conocimientos científicos y las
experiencias de ordenación referidos a una vasta gama de temas relativos a la ordenación del ecosis-
tema en los Estados Unidos. Los principales objetivos del Proyecto de Gestión Ecológica son:
1) elaborar un marco de información para ayudar a los organismos federales a aplicar los enfoques de
ecosistema a la ordenación del recurso natural en terrenos públicos; 2) proporcionar un texto de
referencia, global y revisado, que abarca treinta temas de ciencia, economía, sistemas sociales y
gestión de la información, todos ellos importantes para la ordenación del ecosistema, y 3) catalizar y
apoyar otros esfuerzos para acelerar la puesta en marcha de efectivos enfoques de ecosistema en la
ordenación de tierras y aguas públicas. Unos 400 investigadores y expertos de ordenación de recur-
sos naturales, procedentes de los ámbitos del gobierno, la industria, las universidades y las organiza-
ciones no gubernamentales, están trabajando sobre 60 temas que documentan el actual estado de
conocimientos científicos y experiencias en materia de ordenación del ecosistema. Una vez completa-
do a finales de 1997, la información generada por el Proyecto de Gestión Ecológica será divulgada en
publicaciones y formato electrónico, para asegurar un fácil acceso a la misma por parte de los usuarios
potenciales en los Estados Unidos y el mundo.

Palabras clave: Gestión ecológica, ordenación de ecosistema, marco de información.

1
Subdirector, Ordenación del Ecosistema, Servicio Forestal de EE.UU., P.O. Box 96090, Washignton, DC 20090-
6090
2
Senior Associate, Programa de Recursos Biológicos, Instituto de Recursos Mundiales, 1709 New York Ave. NW,
Washington, DC 20006
3
Director de Programa para los Países en Desarrollo, Unión Internacional de Organizaciones de Investigación
Forestal, Viena, Austria

81
INTRODUCCION
Los inicios de este siglo marcaron el nacimiento de conceptos de rendimiento sostenido y uso
múltiple como marco de referencia para la ordenación de recursos naturales. Ahora, el final del siglo
XX presencia una era de cambio en materia de aplicación de los conocimientos, instrumentos y
estrategias de ordenación de tierras y aguas en los Estados Unidos. Hoy en día, la tendencia es hacia
la adopción de los enfoques de gestión ecológica que permite a los encargados de ordenación, en las
esferas públicas y privadas, aplicar los conocimientos científicos además de las directrices sociales,
para sostener la productividad y, al mismo tiempo, mantener la biodiversidad y otros factores ambien-
tales. Este pasaje conceptual está en fase de rápido desarrollo, como lo demuestra la aparición de
nuevos conceptos de ordenación de recursos, el creciente volumen de información científica de
interés para las prácticas de manejo, el número cada vez alto de actividades de «ordenación del
ecosistema» en todas partes del país, así como la elaboración de nuevas políticas al respecto. Pero
mientras este pasaje conceptual tiene lugar rápidamente, la aplicación de los enfoques de gestión
ecológica a la ordenación cotidiana y la elaboración de las respectivas políticas, quedan aún rezaga-
dos debido, en parte, a la necesidad de una evaluación práctica y también una síntesis de la creciente
experiencia científica, social y de ordenación de que ya se dispone. Este documento describe un
criterio que está siendo aplicado en los Estados Unidos para sintetizar los conocimientos científicos
y las experiencias de manejo en una amplia gama de temas de interés para la ordenación del ecosistema.
En todo caso, el concepto de integrar el conocimiento ecológico en la ordenación de los recursos
naturales, a la que se refiere a menudo como «ordenación del ecosistema», no es un fenómeno nuevo
en los Estados Unidos. Por ejemplo, a principios de los años cuarenta, Aldo Leopold ya abogaba por
la aplicación de los conocimientos científicos a la ordenación de recursos naturales y, en los setenta,
los conceptos ecológicos ya se abrían camino en un número cada vez mayor de publicaciones sobre
ordenación de vida silvestre y recursos naturales (p.ej. Thomas, 1979). Más recientemente, el concep-
to de «desarrollo sostenible» –a menudo definido como la ordenación de recursos naturales con el fin
de atender las actuales necesidades humanas pero sin comprometer la capacidad de las futuras gene-
raciones de atender las suyas– ha derivado en una mayor consideración de los impactos, a largo plazo,
de las decisiones en materia de manejo de estos recursos. Mientras tanto, los impactos acumulados de
numerosas decisiones locales de ordenación llevaron a muchos científicos y encargados de manejo a
la conclusión de que biodiversidad, calidad del agua y otros recursos naturales, sólo pueden conser-
varse mediante esfuerzos cooperativos en un amplio espectro de actividades que a menudo superan
los confines de la propiedad (p.ej. PCSD, 1996; Aplet et al., 1993).
Lo que distingue los enfoques de ordenación del ecosistema de los anteriores criterios de mono-
uso o multi-uso, es la integración del conocimiento ambiental, social y económico al proceso de toma
de decisiones de ordenación de múltiples escalas geográficas. Pasar del manejo de un sólo recurso o
especie a la ordenación de un ecosistema con una variedad de recursos, incluyendo el mantenimiento
de su biodiversidad, requiere la utilización de la mejor información científica, social y económica
disponible (PCSD, 1996). La información científica es necesaria para identificar los procesos del eco-
sistema, esenciales para la productividad de un amplia variedad de recursos naturales. A su vez, la
información social y económica puede utilizarse para determinar cuáles estrategias cubrirán mejor las
demandas del público y los objetivos de los propietarios de la tierra. Los esfuerzos voluntarios y
cooperativos de ordenación de los recursos naturales más allá de los confines de la propiedad,
caracterizan muchos de las actuales actividades de ordenación del ecosistema (Keystone Center,
1996).
En 1992, el Forest Service (Servicio Forestal) y Bureau of Land Management (Oficina de
Ordenamiento de Tierras), de los EE.UU. marcaron una serie de políticas que adoptan el enfoque del
ecosistema para orientar la ordenación de sus recursos naturales en más de 300 millones de acres de

82
terrenos federales. Aún cuando el manejo del ecosistema es a veces ampliamente percibido como una
actividad federal dominada por investigadores científicos, el número, en rápido crecimiento, de activi-
dades de ordenación del ecosistema en todo el país indica lo contrario. Por ejemplo, un estudio
efectuado en la Universidad de Michigan identificó más de 600 proyectos en todo le país que declaran
aplicar los enfoques de ordenación del ecosistema (Yaffee et al., 1996), mientras que Keystone Center
identificó otras 150 actividades de ese tipo (Keystone Center, 1996), muchas de las cuales iniciadas a
nivel local por grupos de conservación, gobiernos estatales o federal, propietarios privados de tierras
y empresas de productos forestales. En su informe de consenso, el Keystone National Policy Dialo-
gue on Ecosystem Management, un grupo de propietarios privados, conservacionistas, responsables
gubernamentales de ordenación de recursos e industrias de extracción), llegó a la conclusión de que
la ordenación del ecosistema4 es un proceso que puede beneficiar a propietarios de tierra privados,
ecologistas, organismos gubernamentales, constructores y otros grupos interesados en el manejo de
los recursos naturales y el ambiente.
Empero, el empleo de los enfoques de ordenación del ecosistema enfrenta una serie de retos. La
mayoría de las actividades son relativamente recientes (casi todos los ejemplos examinados por el
Keystone Dialogue comenzaron después de 1990), con lo que es difícil evaluar el éxito de las activida-
des de ordenación del ecosistema. Otro problema es que el concepto, la ciencia y la política de
ordenación del ecosistema superan la capacidad de los encargados de la ordenación para mantenerse
al corriente de los nuevos conocimientos e integrarlos en sus prácticas cotidianas.
Buena parte de lo escrito sobre el tema es presentado de manera idealizada, las evaluaciones de las
experiencias de campo son limitadas y el concepto mismo de ordenación del ecosistema sigue desarro-
llándose. Todo ello deja a los responsables del manejo sin las necesarias pautas sobre de cómo aplicar
los conceptos de ordenación del ecosistema en situaciones específicas en el terreno.
La preparación de una guía de referencia para la aplicación práctica de estos enfoques puede
ayudar a superar esta brecha de información que, por cierto, constituye uno de los obstáculos para el
uso, amplio y efectivo, de los conceptos de gestión ecológica en los Estados Unidos. Sin embargo, tal
brecha no podía ser superada con la simple revisión y distribución de las publicaciones existentes
entre grupos de usuarios interesados. Era necesario involucrar a profesionales de manejo (públicos y
privados), científicos y grupos de interés ambiental, en un proyecto que tuviera por meta sintetizar
una referencia global, como un paso necesario y lógico para asegurar la rápida y amplia aceptación de
los enfoques de ordenación del ecosistema.

UN ESFUERZO MANCUMADO PUBLICO-PRIVADO


Así, en abril de 1994, Jack Ward Thomas, Jefe del Servicio Forestal de EE.UU., se reunió con una
serie de fundaciones privadas filántropas5, activas en los temas ambientales, para discutir su potencial
papel en apoyo de las actividades de conservación de los recursos naturales, complementando o
reforzando los programas y esfuerzos del Servicio Forestal de EE.UU. Como parte de la discusión,
Thomas incitó al grupo a encontrar modos activos para ayudar a acelerar la aplicación de la gestión
ecológica en los Estados Unidos. A lo largo de los meses siguientes, el grupo continuó el diálogo
sobre el modo en que Servicio Forestal y fundaciones privadas podían colaborar. Se acordó que un

4
The Keystone Dialogue Group definió la ordenación del ecosistema como un proceso cooperativo que aspira a
reconciliar la promoción de las oportunidades económicas y las apropiadas condiciones de vida de las comunidades,
con la conservación de la integridad ecológica y la diversidad biológica.
5
El grupo incluye: Ford Foundation, Bullit Foundation, Liz Claiborne & Art Ortenberg Foundation, Moriah Fund,
National Fish and Wildelife Foundation, Henry P. Kendall Foundation, Pew Charitable Trusts, Tides Foundations,
W. Alton Jones Foundation.

83
proyecto, patrocinado conjuntamente, para preparar una guía de referencia global sobre gestión
ecológica podía constituir la base de un esfuerzo mancomunado o asociación, y así se firmó un
Memorando de Acuerdo entre el Servicio Forestal y las fundaciones en noviembre de 1994. Los
«socios» acordaron que tal guía de referencia debía ser útil para encargados de ordenación, investiga-
dores e instancias de decisión política y que ello exigía un intenso proceso de colaboración entre
expertos en manejo y científicos con experiencia en una vasta gama de esferas. Este acuerdo lanzó el
Proyecto de Gestión Ecológica.
Tres objetivos principales fueron definidos para guiar la elaboración y desarrollo de Proyecto de
Gestión Ecológica.
Primero, el proyecto debía elaborar un marco de información capaz de ayudar a los organismos
federales a aplicar el enfoque de ecosistema a la práctica de ordenación de los recursos naturales en
tierras federales. Tal marco no debía proporcionar recetas de solución a los problemas de ordenación
de sitios individuales, sino ayudar al personal del organismo a preparar planes y estrategias de
ejecución. Segundo, el proyecto debía publicar un texto de referencia para encargados del manejo e
investigadores que: 1) documentara a las fundaciones científicas sobre los enfoques de ecosistema en
la ordenación de los recursos naturales y 2) evaluara la experiencia con varias opciones y alternativas
de ordenación del ecosistema mediante estudios de caso, encuestas y análisis a efectuar por los
expertos en manejo de recursos. Tercero, el proyecto debía catalizar o apoyar otros esfuerzos tendien-
tes a potenciar y acelerar la aplicación de los enfoques de ecosistema a las tierras y aguas federales.
Una vez definidos la visión y los objetivos del proyecto, el Servicio Forestal de EE.UU. invitó
activamente a otros organismos federales, organizaciones no gubernamentales, expertos privados de
manejo de recursos naturales y empresas profesionales, a unirse al Proyecto de Gestión Ecológica, en
calidad de co-patrocinadores y socios. Entre las organizaciones que lo han hecho figuran: American
Fisheries Society, American Forests, Boise Cascade Corporation, Consultive Group on Biodiversity,
Hispanic Association of Colleges and Universities, Pinchot Institute for Conservation, The Nature
Conservancy, Hancock Timber Resources Group, University of Arizona, Seneca Jones Timber Company
y una serie de organismos federales incluyendo la National Oceanic and Atmospheric Administration,
de la Secretaría de Comercio, y el Bureau of Land Management, U.S. Fish and Wildlife Service, U.S.
Geologic Survey, National Biological Service, y National Park Service, de la Secretaría del Interior.

UN PROCESO PARTICIPATIVO
La amplia participación caracteriza muchas de las actividades del proyecto. Por ejemplo, durante la
inicial fase de planificación del proyecto, se organizaron reuniones públicamente anunciadas, con
intervalos de dos semanas, para discutir y decidir los pasos y el calendario del proceso e identificar los
temas clave a incluir en un marco científico y social de gestión ecológica de los tierras federales.
Durante esta fase, más de 100 participantes de organizaciones no gubernamentales, empresas priva-
das, universidades y organismos federales y estatales ayudaron a moldear la estructura del proyecto.
Al final de la fase de planificación, un equipo central formado por personal federal y representantes
de las fundaciones privadas además de los participantes en las reuniones públicas, había definido a
principios de 1995 un proceso de varias etapas para elaborar la guía global de referencia de gestión
ecológica. Primero: crear un grupo central de organización, formado por representantes de organismos
federales, organizaciones no gubernamentales, empresas privadas y fundaciones. Segundo: este gru-
po procedería a identificar los temas clave para la aplicación de los enfoques de ecosistema en materia
de manejo de recursos naturales, a abordar en la guía de referencia. Tercero: formar un equipo de
ciencia/investigación y un equipo de ordenación de recursos para hacerse cargo de cada uno de esos
temas. El equipo científico se encargaría de sintetizar y evaluar el estado de los conocimientos cientí-
fico-investigativos en la materia, mientras que el de ordenación resumiría y evaluaría la experiencia en

84
cuestión de ordenación. Cuarto: el equipo de organización invitaría a los más destacados investigado-
res y expertos en ordenación de recursos en los Estados Unidos, con experiencia de primera mano en
las áreas seleccionadas, a unirse a los equipos de autores. Quinto: los equipos de autores se reunirían
en un taller ampliado par trazar las líneas maestras de los documentos temáticos en materia de inves-
tigación y manejo. Sexto: el Servicio Forestal encargaría documentos sobre el conjunto final de temas
a acordar en el taller. Por último, el Servicio Forestal seleccionaría una institución independiente de
investigación para diseñar y efectuar una rigurosa revisión del proceso y ayudar a identificar opcio-
nes para la producción y divulgación de la información en los documentos revisados.
A lo largo de dos semanas en diciembre de 1995, más de 400 investigadores y gestores de recursos
naturales se reunieron en Tucson, Arizona, para iniciar un proceso de un año de duración, para
documentar el conocimiento básico y los retos de ordenación para la aplicación de los enfoques
ecológicos en el manejo de los recursos naturales. El reto planteado ante los participantes en el taller
–que proceden de organismos federales, organizaciones no gubernamentales, universidades, empre-
sas profesionales e industria– era elaborar un «diálogo» escrito entre fundaciones científicas, socia-
les y económicas en materia de gestión ecológica y traducir esos conceptos y principios en prácticas
de ordenación.
Los participantes en el taller fueron invitados en base a su experiencia en materia de investigación
y ordenación en uno o más de los 30 temas de interés para los enfoques ecológicos de ordenación de
recursos naturales. Los temas cubren una vasta gama de esferas biofísicas, sociales, institucionales y
económicas (Ver Recuadro 1). Se organizó un equipo de ciencia y ordenación por cada tema. Al menos
un científico/investigador fue incluido en el equipo encargado del tema de ordenación y al menos un
experto en ordenación fue incluido en el equipo encargado del tema científico. En el taller, los equipos
prepararon un borrador de pautas sobre el modo cómo podían enfocar sus temas. Para cada tema, los
equipos de ordenación y ciencia completaron los borradores y discutieron los vínculos entre ciencia
y ordenación antes de elaborar un borrador final al término del taller. Las personas y equipos fueron
fuertemente alentados a efectuar el mayor número posible de contactos y agregar autores a sus
equipos si era necesario para cubrir plenamente sus respectivos temas y cuestiones clave. Un informe
interno (Sexton et al., 1996) que resume las actas del taller fue publicado en febrero de 1996 y amplia-
mente distribuido para informar a las partes interesadas que no pudieron participar en el taller.

UN RIGUROSO PROCESO DE REVISION


Desde el principio, los organizadores del Proyecto de Gestión Ecológica preveyeron un proceso
independiente y riguroso de revisión como factor esencial de credibilidad del Proyecto. Para lograrlo,
el Servicio Forestal y el World Resources Institute (WRI) suscribieron un acuerdo de cooperación por
el que el WRI podía diseñar y realizar un proceso independiente de revisión y ayudar al Servicio
Forestal a definir opciones para la producción y divulgación de la información de los documentos de
revisión.
El WRI, en consultas con el Servicio Forestal y un grupo de coordinación formado por representan-
tes de organismos estatales y federales, organizaciones no gubernamentales e industria, elaboró un
proceso de revisión en tres etapas. La primera etapa, completada en agosto de 1996, proporcionó una
panorámica general de cobertura de las cuestiones clave en cada tema, los vínculos entre documentos
de ciencia y ordenación y los comentarios sobre el modo en que los primeros documentos-borrador
podían mejorarse para los segundos y más detallados documentos-borrador.
Una vez recibidos éstos últimos en noviembre de 1996, el WRI creó una página sede en Internet
dedicada a facilitar el acceso del público a los documentos-borrador. Se publicaron noticias en publi-
caciones especializadas (p.ej. Conservation Biology, Society and Natural Resources, Journal of Forestry,
Journal of Range Management, Journal of Ecological Economics) así como información computarizada

85
sobre los temas, todo ello para exhortar a una amplia revisión. Para asegurar que todos los documen-
tos fueran revisados por expertos competentes, cada documento fue también enviado a cuatro exper-
tos para revisarlo. Tras un período de seis semanas que concluyó a finales de enero de 1997, los
comentarios sobre cada documentos fueron resumidos –con hincapié en las sugerencias de revisión
más importantes– por «coordinadores» de grupos temáticos, seleccionados en base a sus amplio
conocimiento de los temas de sus respectivos grupos (ver Recuadro 1).
Recibidas las revisiones de la segunda etapa, y compiladas y resumidas, un panel de revisión fue
convocado para hacerse cargo de cada uno de los grupos temáticos. Los paneles eran presididos por
el coordinador del grupo temático e incluyeron al principal autor de cada documento, destacadas
figuras de la investigación y ordenación (no involucrados en el proyecto como autores), con experien-
cia en el área temática y personal del WRI y del Servicio Forestal encargados de coordinar el proyecto.
Las dos principales metas de los paneles de revisión fueron: a) asegurar que los autores hubieran
recibidos directrices claras para la revisión de sus borradores finales (incluyendo la solución de los

RECUADRO 1. PROYECTO DE GESTION ECOLOGICA (GRUPOS TEMATICOS Y TEMAS)

1. EXPECTATIVAS PUBLICAS, VALORES 4. DIMENSIONES BIOLOGICAS Y


Y LEYES ECOLOGICAS
Expectativas públicas y valores cambiantes Diversidad genética y de las especies
Procesos para lograr el consenso Ecosistema/diversidad
Cooperación regional Viabilidad
Participación de organismos públicos Funciones y procesos ecológicos
Expectativas globales Papel de alteración y dinámicas temporales
Clasificación ecológica
2. DIMENSIONES SOCIALES Y
CULTURALES 5. DIMENSIONES ECONOMICAS
Diversidad socio-cultural y uso de recursos Cambios en uso/necesidades humanas de
El patrimonio cultural recursos naturales
Clasificación socio-cultural Interacciones económicas a niveles local/
Funciones y procesos del sistema social regional/nacional
El ecosistema humano como concepto Economías ecológicas
organizativo Incertidumbres y evaluación de riesgos
Integración de consideraciones sociales y
6. INFORMACION Y GESTION
económicas
Sistemas de apoyo a decisiones
3. EL SER HUMANO COMO AGENTE Ordenación cooperativa
DE CAMBIO ECOLOGICO Monitoreo y evaluación
Papel del hombre en la evolución de ecosiste- Recolección, gestión de datos e inventarios
mas en Norteamérica
Uso de la tierra en el tiempo
Sostenibilidad y condiciones del ecosistema
Rehabilitación biológica
Producción y uso de los recursos naturales

86
casos de superposición y vacíos entre los documentos), y b) elaborar resúmenes concisos para cada
documento con la información y hallazgos de mayor interés para las necesidades de los expertos de
ordenación de recursos naturales en el terreno. Siguiendo estos paneles de revisión (convocados en
febrero y marzo 1997), los equipos de autores disponían de unos dos meses para preparar los borrado-
res finales, entregados al editor técnico.

DIVULGACION
Uno de los mayores retos que el Proyecto de Gestión Ecológica enfrentó es cómo recopilar y
divulgar los materiales que produjo de modo que fueran ampliamente disponibles y útiles para exper-
tos de manejo de los recursos naturales, investigadores, instancias de decisión política y la gente en
general. Para hacer frente a este reto, el Servicio Forestal y el WRI acordaron que los documentos no
sólo debían ser publicados en su totalidad, sino que debían ser disponibles también en formato
electrónico, y que los otros materiales de resumen basados en los documentos debían ser ampliamen-
te disponibles sea en forma impresa sea en forma electrónica. Las estrategias de divulgación de los
materiales obtenidos del Proyecto de Gestión Ecológica incluyen:
• Un texto de referencia global de unas 1 200 páginas, con la serie completa de documentos revisa-
dos y editados, que serán publicados comercialmente (posiblemente en varios volúmenes) a
finales de 1997;
• Una publicación mucho más corta, de unas 150 páginas, de buen nivel, bien escrita y gráficamente
ilustrada, como sumario práctico y «guía» al texto de referencia más largo. Este documento será
publicado por el WRI a finales de 1997;
• Una página sede en Internet dedicada, con la serie completa de documentos y un mecanismo
especializado de búsqueda para localizar informaciones específicas, así como enlaces con pági-
nas sede afines y bases de datos de organismos federales, universidades, organizaciones no
gubernamentales y centros de investigaciones en los Estados Unidos y el mundo.

CONCLUSION
Elaborar un marco nacional de referencia para apoyar la aplicación de los enfoques de gestión
ecológica es una tarea ambiciosa que va más allá del objetivo de organizar una operación individual de
ordenación de recursos naturales en los Estados Unidos. Resumir e integrar con éxito los conocimien-
tos científicos y las experiencias de ordenación existentes, ha requerido una fuerte voluntad por parte
de una vasta variedad de organismos gubernamentales y grupos de interés para compartir e intercambiar
conocimientos, experiencias, tiempo y recursos financieros. Creemos que una serie de rasgos distin-
tivos del Proyecto de Gestión Ecológica alentaron la elaboración de una visión compartida acerca del
marco de información y, lo que no es menos importante, atrajo una amplia participación para convertir
esa visión en realidad. Estos rasgos incluyeron:
• Una asociación o labor mancomunada público-privada a lo largo de todo el proceso, desde la
temprana fase de planificación y durante las etapas de movilización de fondos, participación en el
taller, análisis, revisiones, preparación del producto;
• Tratamiento global y actualizado de los temas científicos y de ordenación, que son de interés para
la aplicación de los enfoques de ecosistema a la ordenación de recursos naturales;
• Vincular las cuestiones conceptuales, la investigación y la información técnica a los problemas y
realidades de la ordenación que enfrentan los expertos y encargados de la misma, incluyendo los
organismos federales, estatales y locales, los propietarios privados de tierras, los grupos comu-
nitarios y las organizaciones de conservación;
• Un foro neutral que alentó la discusión y documentación de contrastantes puntos de vista,
filosofías y hechos;

87
• Una presentación práctica de los instrumentos, opciones y estrategias de aplicación de los enfo-
ques de ecosistema, útiles para prácticamente todos los casos de ordenación de recursos natura-
les, evitando metas, objetivos y recetas de recomendaciones aptas para específicos casos
individuales.
• Un esfuerzo consciente por colocar los materiales de la Gestión Ecológica a disposición de una
amplia audiencia a través de Internet, texto publicado, noticias, artículos y talleres para poner a
los potenciales grupos de usuarios al corriente de esos materiales;
• Innovador uso de las tecnologías de información electrónica para conectar los materiales de
Gestión Ecológica con el amplio abanico de actividades federales de formación y capacitación y
de análisis de políticas y planificación en materia de ordenación de recursos naturales y enlazar-
los con otros sistemas de información electrónica;
• Una información organizada en formatos accesibles y de fácil uso por parte de los encargados de
la ordenación en el terreno.

A medida que las organizaciones se orientan cada vez más, en todo el mundo, hacia la ordenación
ecológica, la ordenacional bio-regional y otros enfoques integrados similares para abordar complejos
problemas de sostenibilidad (Miller, 1996), esperamos que encuentren en el proceso y en la informa-
ción generados por el Proyecto de Gestión Ecológica en los Estados Unidos, una serie de criterios
útiles a aplicar en sus respectivos contextos.

Bibliografía sensus for Prosperity, Opportunity, and a


Aplet, G., Johnson, N., Olson, J.T., y Sample, A.V., Healthy Environment. The President’s Coun-
1993. Defining Sustainable Forestry, Island cil on Sustainable Development Final Report.
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Keystone Center, 1996. The Keystone National pment, Washington, DC.
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Final Report. The Keystone Center, Keysto- Toward A Scientific Framework for Ecologi-
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Leopold, A. 1947. A Sand County Almanac. Al- and Waters. Interim report of the Ecological
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Miller, K.R., 1996. Balancing the Scales: Guilines Dec. 4-14. USDA Forest Service, Washing-
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Through Bioregional Management. World Sexton, W.T. In press. Ecosystem Management:
Resources Institute, Washington, DC. Expanding the Resource Management «Tool
PCSD. 1996. Sustainable America: A New Con- Kit» for Landscape and Urban Planning.

88
Ordenamiento forestal y silvicultura:
elementos fundamentales de una estrategia
de conservación de ecosistemas forestales
tropicales en la Guayana Francesa

Jean Douheret 1

RESUMEN
El bosque tropical húmedo cubre el 96 por ciento de la superficie de la Guayana francesa. Casi la
totalidad de este bosque pertenece al Estado, el cual ha confiado a la Office National des Forêts la
gestión de las zonas sin población residente, alrededor de 7,5 millones de hectáreas.
La supervivencia de este bosque sólo está amenazada en una franja litoral, como consecuencia del
desarrollo agrícola y urbano, acompañado de un rápido crecimiento demográfico. Una ordenación
convenientemente concertada del territorio permite, de momento, limitar la superficie desforestada y
conservar en esta franja litoral núcleos duros de bosques regulados.
El principal peligro para el bosque, y que es susceptible de modificar a largo plazo la composición
de una superficie más grande, es la explotación de madera. La estrategia adoptada para limitar los
riesgos de una evolución desfavorable se apoya en la ordenación forestal y la silvicultura.
• En relación al aprovechamiento, la explotación de madera está limitada a los bosques ordenados,
que reciben un documento que regula las explotaciones y los trabajos durante diez años. La
Office National des Forêts realiza, asimismo, un despeje coherente de las masas forestales, y pone
en venta la madera, después de inventariarla, en parcelas de superficie limitada (300 ha). En cada
bosque ordenado se define un tipo de protección, para conservar intactos los testigos de cada
ecosistema.
• La silvicultura consiste en clarear el bosque, mediante desvitalización, en beneficio de los troncos
viables previamente identificados, tarea que se realiza en cada parcela cinco a siete años después
de su explotación. Tiende a favorecer el enriquecimiento de la población de especies comerciales,
con vistas a las próximas cortas, y también a reducir la rotación (40 años en lugar de 60), aceleran-
do el crecimiento de las especies comerciales favorecidas, y por tanto a economizar una importan-
te superficie de bosque primario. La silvicultura se está realizando actualmente en dos bosques
piloto, y debe empezar en los bosques ordenados «normales» en 1997.
La adopción de esta estrategia de conservación tiene en cuenta la actividad humana, sin limitarse
a proteger puntualmente una especie o una reserva.

Palabras clave: Guayana, ecosistemas forestales, conservación, ordenación forestal, silvicultura.

1
Ingènieur en chef du génie rural, des eaux et des forêts, Directeur régional de l´Office National des Forêts, BP
7002, 97300 Cayenne, Guyane Francaise. Francia

89
INTRODUCCION
El bosque tropical húmedo cubre 8 060 000 hectáreas en la Guayana Francesa, sobre una superficie
total de 8 350 000 hectáreas, es decir, más del 96 por ciento de la superficie total. La mayor parte de este
bosque pertenece a un solo propietario, el Estado, que ha confiado su gestión a un organismo único,
la Office National des Forêts (con la excepción de ciertas zonas en las que se ha reconocido el derecho
de uso a diversas poblaciones residentes).
Esta situación: propietario único, gestor único y la ausencia de poblaciones residentes en la zona
administrada (que cubre el 90 por ciento de la superficie de la Guayana) presenta ventajas innegables
para una estrategia de conservación de los ecosistemas forestales. Confiere, igualmente, a los gesto-
res una responsabilidad particular en esta estrategia.
Varias circunstancias apremiantes pueden influir directamente sobre el bosque de la Guayana y, de
hecho, han orientado las decisiones de los gestores en materia de conservación:
• la explosión demográfica, con un crecimiento neto de la población del orden del 5 al 6 por ciento
anual,
• el desarrollo agrícola y urbano que de ello resulta, por el momento limitado a la franja litoral,
• la existencia de una actividad de explotación y de transformación de productos forestales, que
actualmente se limita, salvo excepciones, a la producción de madera para el consumo local y el
mercado de las Antillas.

1. LAS ESTRATEGIAS DE CONSERVACION DEBEN ADAPTARSE A LAS EXIGENCIAS


Y LAS AMENAZAS QUE PESAN SOBRE EL ECOSISTEMA
Simplificando en extremo, se puede estimar que una estrategia de conservación tiende a corregir el
efecto sobre un ecosistema (o una parte de él) de una serie de actividades humanas. Por supuesto que
esta definición no excluye las estrategias preventivas, que tratan de evitar los perjuicios, o al menos
mantenerlos en límites aceptables, antes que tener que corregirlos a posteriori.
En el caso de la Guayana, las actividades más urgentes son las abajo descritas, las cuales se
pueden resumir en:
• las que tendrán por efecto, a largo plazo, hacer desaparecer la masa forestal: desarrollo agrícola,
extensión de las zonas habitadas, creación de nuevas infraestructuras (carreteras, embalses,
tendidos eléctricos, etc.)
• aquellas que, aunque manteniendo el bosque, acabarán modificando su composición y estructu-
ra: explotación forestal, agricultura migratoria, caza intensiva. El impacto de las poblaciones silví-
colas (amerindios, Bushi Nengue) sigue siendo hasta ahora marginal y se mantendrá débil duran-
te un cierto número de años. Sin embargo, hace falta vigilarlo.

Está claro que la acción del gestor conservacionista se debe adaptar a las amenazas identificadas,
pero también que sus medios de acción son más o menos eficaces según el tipo de amenaza.

2. LA ESTRATEGIA ANTE EL DESARROLLO AGRICOLA Y URBANO SE APOYA EN LA


ORDENACION DEL TERRITORIO
En lo que concierne al crecimiento de la población, el gestor del bosque no puede tener otro papel
que el de espectador: las políticas de inmigración o de planificación familiar, si existen, no son de su
competencia.
Pero las consecuencias de esta evolución, como la necesidad de tierras para la agricultura o el
desarrollo urbano y diversas infraestructuras le conciernen directamente, por cuanto toda nueva
instalación no puede hacerse sino en –y a expensas de– el bosque.

90
Frente a esta situación, la Office National des Forêts ha adoptado una actitud positiva, consistente
en aceptar una desforestación, esencialmente en la franja litoral donde se encuentra la demanda, pero
también definiendo en esta misma franja litoral una serie de masas, los «bosques ordenados», ina-
lienables y dedicados prioritariamente a la producción de madera. Esta disposición, que ha sido
introducida en el esquema de ordenación regional votado por el Consejo Regional de la Guayana, y
está a punto de ser aprobada por el gobierno, constituye una base consensuada de utilización del
suelo para los próximos dos o tres decenios.
En la Guayana, sin embargo, la evolución observada no ha provocado todavía una desforestación
masiva. Pero la situación comienza a ser preocupante en el noroeste, donde un ecosistema poco
representado, los bosques sobre arenas blancas, está amenazado por el avance de un «frente pione-
ro» de inmigrantes de Surinam, haitianos y hmongs. Este caso concreto, que sale del cuadro de esta
presentación, no será tratado aquí.
La explotación del oro constituye un problema particular y recurrente: el lavado de oro en los
cauces de los ríos puede conducir a la desaparición de la cubierta vegetal, ya que afecta a superficies
de varias decenas de hectáreas y se repite en la misma zona. Sin embargo, está limitada naturalmente
a los sectores auríferos que, aunque numerosos, cubren superficies relativamente reducidas.

3. LA ESTRATEGIA ANTE LA EXPLOTACION FORESTAL SE APOYA EN LA


ORDENACION FORESTAL Y EN LA SILVICULTURA
La explotación de la madera sigue siendo en la Guayana la actividad que afecta a una mayor
superficie de bosque, a pesar de la modestia de los volúmenes talados, debido a la escasez de la
extracción por hectárea. Esta última fue, en 1995, inferior a 6 m3, de manera que para recolectar 65 000
m3, ha hecho falta explotar unas 12 000 hectáreas.
La estrategia de conservación adoptada por la Office National des Forêts tiene un doble objetivo:
en primer lugar, trata de que la explotación forestal preserve un bosque tropical húmedo, sin pérdida de
la biodiversidad ni del capital productivo y, segundo, procura minimizar la superficie afectada a largo
plazo por la explotación forestal (con vistas a maximizar la superficie salvaguardada).
Globalmente, la estrategia de conservación de los ecosistemas forestales adoptada por la Office
National des Forêts en la Guayana se articula de esta forma:

3.1. Definición de un dominio forestal inalienable, cuya vocación principal es la


producción de madera
El objetivo es limitar la explotación de madera a la franja litoral, próxima a las vías de comunicación
y a los principales centros de consumo, y más especialmente a una serie de «bosques ordenados».
La superficie total (S ha) dedicada a la producción, calculada a partir de un objetivo razonable de
recogida anual de madera (P m3), de la recogida verificada por hectárea (R m3/ha) y de la rotación de las
talas (T años), es S=T*P/R.
En la práctica, el cálculo se realiza en etapas sucesivas para tener en cuenta la evolución de los
diferentes parámetros definidos. Por ejemplo, al principio de la operación (1993) se conocía mal la
extracción real por hectárea realizada en la explotación forestal: estaba sobrestimada, lo que había
conducido a subestimar la superficie S necesaria. Este dato no ha podido ser bien conocido hasta
después de la puesta en marcha del sistema, lo que ha permitido controlar parcela a parcela la extrac-
ción real.
En un primer momento, fue definido un conjunto de 54 bosques ordenados, los cuales representan
una superficie de 574 000 hectáreas, pero se sabe ya que será necesario, probablemente, disponer de
una superficie del orden de 725 000 hectáreas para responder a todas las necesidades; las explicacio-
nes relativas a esta cifra aparecerán más adelante.

91
Fuera de los dominios ordenados, sólo son autorizadas las explotaciones realizadas por las pobla-
ciones que habitan en las cuencas fluviales (amerindios y, sobre todo, bushi-nengue) para sus propias
necesidades. La parte más extensa del bosque de la Guayana ha sido así sustraída, por voluntad del
órgano de gestión, al riesgo principal: la explotación maderera.

3.2. Redacción de documentos de ordenación por masa forestal


La redacción de documentos de ordenación por masa forestal responde, en primer lugar, a la
necesidad de planificar, en el espacio y en el tiempo, las recogidas y los trabajos. Permitirá, por otro
lado, controlar más eficazmente las explotaciones forestales y disponer en el futuro de un conjunto de
datos por parcela. Se trata de una herramienta fundamental para una gestión sostenible del bosque.
La primera generación de ordenación por masa forestal de la Guayana, orientada fundamentalmente
a la producción de madera, se inició en 1993. El objetivo es terminar en 1998 la redacción de los
documentos, para las 574 000 hectáreas abajo definidas. El 15 de agosto de 1996, la superficie ordena-
da era de 333 732 hectáreas, representando 29 masas forestales.
Estas masas («bosques») cubren en promedio 10 000 hectáreas. Están divididas en parcelas de
unas 300 hectáreas, que son unidades geográficas de explotación, circunscritas por límites naturales
o carreteras. El documento contempla, para una duración de 10 años, el esquema de despeje que será
seguido, las parcelas que serán taladas, las que fueron objeto de silvicultura y aquellas que serán
mantenidas en espera o en reserva.
La primera generación de ordenaciones es necesariamente simplificada, a falta de un conocimiento
suficientemente profundo del terreno y de la escasez de datos sobre la historia de las parcelas. Las
generaciones siguientes deberán aprovechar la acumulación de conocimientos adquiridos con el
tiempo en cada parcela, que serán el repertorio de un banco de datos llamado «fichero del bosque».

3.3. Apertura por la Office National des Forêts de una red completa y coherente de
caminos en los bosques
La realización, por el propio órgano gestor, de redes para el despeje de los bosques, responde a una
preocupación doble: por una parte, controlar la circulación sobre las nuevas vías creadas, y por otra,
evitar los errores, redundancias y despilfarros observados en el momento de su construcción por
quienes explotan los bosques, los mineros y otros.
Los proyectos proveen rutas principales al servicio de una “cuenca de aprovisionamiento” (con-
junto de bosques), rutas secundarias que comunican un bosque y pistas de categoría inferior para
comunicar parcelas o grupos de parcelas. Las pistas para la saca de la madera son las únicas que se
han dejado a la discreción (y a cargo) de los explotadores del bosque.
Las rutas principales, abiertas en zonas de bosques primarios recientemente ofrecidas a la explota-
ción, están normalmente cerradas a la circulación pública, para evitar una presión importante de la
caza, así como la penetración anárquica de candidatos eventuales al asentamiento agrícola
clandestino.

3.4. Venta de bosques por parcelas de superficie limitada (alrededor de


300 hectáreas) después de inventario
Con el ánimo de controlar mejor la explotación forestal, y de conseguir que se haga en el cuadro del
programa planificado por el organismo gestor (la ordenación), los bosques son vendidos por parcelas
de dimensiones limitadas (del orden de 300 ha). Antes de la explotación, cada parcela es objeto de un
inventario por muestreo teórico al 5 por ciento, que permite hacerse una idea de la composición de la
parcela en especies (todas las especies conocidas son inventariadas, a partir de un diámetro de 20 cm.
por encima de costilla del árbol).

92
De momento, los bosques son vendidos en pie (antes de la cosecha) y los árboles no son marca-
dos. Pueden cortarse todos los árboles de un diámetro superior a un mínimo fijado para la venta. Toda
la madera en explotación debe ser presentada al agente encargado de la supervisión de las talas, y no
pueden ser cargados en el camión y transportados al aserradero antes de su cubicaje contrastado
(total o parcial)
Esta disposición ha constituido un progreso muy significativo en relación a la situación anterior,
donde el explotador era un concesionario al que se asignaba una vasta zona (muchos miles, y a veces
muchas decenas de miles de hectáreas), de manera que era imposible conocer con precisión las
extracciones realizadas por zona.
El objetivo, fijado a partir de 1994, era realizar todas las ventas de madera bajo esta forma desde el
1 de enero de 1999; el período intermedio debería permitir el paso gradual de un método a otro.
De hecho, la evolución ha sido más rápida de lo previsto. Hoy con la excepción de un solo «permiso
forestal» de 9 000 ha todavía en vigor, todas las ventas corresponden a bosques ordenados, o a
sectores que en el futuro se destinarán al desarrollo agrícola (sin uso forestal).

3.5. Puesta en marcha de una silvicultura después de la explotación


En los bosques públicos de Francia metropolitana, toda tala de madera es obligatoriamente, a la vez
que una recolección, un acto silvícola. Habida cuenta de la situación, éste no es (todavía) el caso en
el bosque tropical húmedo de la Guayana; la tala es solamente una recolección. Afortunadamente, la
módica extracción por hectárea hace que el atentado al bosque sea bajo; sólo el 10 por ciento de la
superficie de cada parcela se ve afectado, según un estudio de la Office National des Forêts.
Pero esta misma modificación se convierte en un inconveniente, porque es insuficiente para provo-
car, como reacción, la aceleración del crecimiento de los troncos restantes, y no puede menos que
provocar con el tiempo, de no mediar una intervención un empobrecimiento de la población de espe-
cies comerciales.
La silvicultura prevista se basa en el desbroce por desvitalización de los troncos que molestan,
entre cinco y siete años después de la tala y de una sola vez, en beneficio de los troncos viables
previamente identificados (una treintena por hectárea).
Diversas modalidades de ejecución de estos desbroces se han testeado en dos bosques experi-
mentales: estos ensayos se han llevado a cabo sobre una superficie de casi 3 000 ha El desbroce en los
«bosques normales» deberá iniciarse en 1997.
Los desbroces responden a dos objetivos:
1. Favorecer el enriquecimiento de las poblaciones de especies comerciales con vistas a próximas
cortas: sin silvicultura, supondría un empobrecimiento.
2. Permitir una reducción significativa de la rotación (40 años en lugar de 60), acelerando el creci-
miento de las especies comerciales favorecidas; por tanto economiza una importante superficie
de bosque primario. De esta manera, para una recolección anual de 80 000 m3, con una extracción
de 5,5 m3 por hectárea., habría que disponer, sin silvicultura, de una superficie de 872 700 ha
(rotación de 60 años), y solamente de 581 800 ha con silvicultura (rotación de 40 años), con lo
que 190 000 ha se salvarían de la desforestación.
La silvicultura aparece así como un elemento fundamental para la conservación de los ecosistemas
forestales de la Guayana.

3.6. Reserva de zonas características en todas las masas amenazadas.


Con el fin de mantener testigos indicadores de los bosques primarios no afectados por la explota-
ción, se ha decidido que en cada bosque ordenado se definirá una «serie» de protección, constituida

93
por parcelas o grupos de parcelas deliberadamente no comunicadas por pistas y mantenidas fuera de
explotación.
Estas reservas representan el 20 por ciento de la superficie de cada bosque ordenado, y son
elegidas como representativas de cada ecosistema identificado en el bosque (en la práctica; zonas
húmedas, zonas no explotables en razón del relieve escarpado, además de parcelas representativas de
cada sustrato geológico)
De esta manera, se ha constituido gradualmente una verdadera red de pequeñas reservas en toda
la zona norte de la Guayana, allí donde se produce la actividad que podría perjudicar al bosque
primario.
Estas reservas están incluidas en los bosques ordenados, de lo que se desprende que, aplicando
las hipótesis propuestas en el párrafo anterior, la superficie de bosque ordenado necesaria para
responder a las necesidades de madera y a las necesidades de reservas es del orden de 725 000 hectáreas.

3.7. Mantenimiento del esfuerzo en investigación y experimentación


Las bases técnicas y científicas sobre las que reposa el trabajo de la Office National des Forêts en
la Guayana son el resultado de un conjunto de trabajos continuados de los investigadores forestales
tropicales, pero más especialmente de los trabajos de los institutos instalados en la zona. Los más
útiles para el gestor son, actualmente, los realizados por el grupo de institutos denominado Silvolab,
sobre todo en el dispositivo experimental de Paracou, donde se estudian los efectos de las diferentes
presiones del desbroce sobre el dinamismo de los sistemas forestales. Los ensayos sobre silvicultura,
a escala real, practicados por la Office National des Forêts desde 1989 en los bosques experimentales
de Risquetout y de Organabo, serán pronto completados por los de Silvolab en la de Counami.
Deberán igualmente aportar informaciones fundamentales, en los próximos años, sobre la pertinencia
del sistema de gestión puesto en práctica y sobre las modificaciones que, eventualmente, convendría
aplicar. En particular, la puesta a punto de métodos poco onerosos de inventarios pre-mejoras y de
inventarios de pre-ordenación, si se verifica, deberá hacer evolucionar la gestión en un sentido mucho
más eficaz y racional.
La continuidad de estos trabajos, y otros basados en la factibilidad de una tipología de las estacio-
nes forestales (herramientas de descripción y de análisis de los medios) es indispensable para favore-
cer el trabajo cotidiano del gestor.

4. OTROS MODOS DE ACCION

4.1. Esfuerzo importante de información y sensibilización


Para obtener la adhesión de los principales sectores locales, así como de la población joven, se ha
realizado un esfuerzo importante de información y de sensibilización:
La ONF y el Consejo General de la Guayana publican en común una hoja informativa trimestral, que
se dirige tanto a las autoridades locales como a las administraciones interesadas de uno u otro modo
por el bosque, a los profesionales de la rama maderera, a las asociaciones y a las escuelas.
Cuando es necesario, se organizan visitas a los bosques y reuniones para las autoridades y admi-
nistradores públicos.
A los explotadores forestales se les propone una apoyo técnico, mediante la prestación de los
servicios de un especialista, con el fin de ayudarlos a formar su personal para limitar el despilfarro de
madera provocado por el uso de técnicas inapropiadas.

94
4.2. Mejora de la reglamentación
La reglamentación existente, ya desfasada, merece hoy una revisión para adaptarse a un régimen de
gestión sostenible: la Comisión Regional del Bosque y de los Productos Forestales, que reúne a todas
las partes asociadas con la Office National des Forêts, debía debatirla a partir del otoño de 1996. Al
mismo tiempo deberá ponerse en marcha la redacción de las «orientaciones regionales forestales»,
que constituirán la carta de gestión del bosque de la Guayana para los diez o quince años futuros, y
que deberá ser aprobada por los órganos electos, los profesionales, las administraciones y las asocia-
ciones (entre ellas las de protección a la naturaleza) involucradas.

CONCLUSION
Una estrategia dinámica con vistas a mejorar globalmente las interacciones entre el hombre y el
medio ambiente
En la Guayana, el sector de la explotación forestal es el que influye más directamente, y sobre
superficies más grandes (alrededor de 10 000 hectáreas de bosques primarios por año), sobre la
diversidad biológica: por ello la relación entre el gestor del bosque y el mundo de la explotación
forestal es la clave de la conservación de la biodiversidad en el bosque tropical húmedo de la Guayana.
La estrategia adoptada implica totalmente al gestor en la conservación y regula la actividad forestal,
además de la actividad productiva, para el mantenimiento tanto de la diversidad como de la
productividad.
La estrategia de conservación adoptada en la Guayana francesa no se limita a proteger puntual-
mente una reserva o una especie, sin tener en cuenta la actividad de los hombres y las necesidades de
la sociedad. Trata más bien de conseguir que los principales actores económicos contribuyan a la
evolución del medio natural, tan plenamente como sea posible, a la definición y a la aplicación de la
política de conservación.
La concepción dinámica de esta estrategia permitirá, además, tener en cuenta el futuro de la evolu-
ción de los conocimientos sobre los ecosistemas forestales y su capacidad de reacción frente a las
diferentes acechanzas que las amenazan.

95
Consideración de la dinámica forestal en el
marco de la gestión multifuncional de los
espacios arbolados

Bernard Rey 1

RESUMEN
La dinámica es la expresión de la evolución en el tiempo y en el espacio de la composición de los
ecosistemas, bajo la influencia de factores y parámetros naturales o antrópicos.
En las poblaciones forestales, el cortejo florístico, esto es el número de individuos presentes, la
estructura de la población en estratos y el reparto de los individuos en clases de edades, constituyen
elementos en los que toda variación es el resultado de la expresión de la dinámica al nivel espacial;
pero es también la marca de una continuidad geográfica de cada ecosistema. Igualmente, las diferentes
edades por las que pasa la población, de la juventud a la senescencia, constituyen los elementos de
dinámica temporal y, al mismo tiempo, de continuidad temporal de los ecosistemas.
Esta dinámica, activada por parámetros y factores climáticos, edafológicos, biológicos, antrópicos
y, a veces, fenómenos accidentales, es integrada en las decisiones de ordenación forestal, y la gestión
multifuncional de los bosques públicos franceses.

Palabras clave: Ecosistemas forestales, dinámica forestal, silvicultura, ordenación forestal, gestión
multifuncional.

INTRODUCCION
Un ecosistema forestal, como todo ecosistema vivo, evoluciona en función de las variaciones de
los diferentes parámetros y factores a los que está sometido.
Los grandes factores climáticos, tales como las variaciones macroclimáticas observadas a escala
geológica, algunos accidentes naturales como las avalanchas o deslizamientos de terreno en la mon-
taña, los grandes incendios, cualquiera sea su origen, y ciertos factores antrópicos como la desfores-
tación de espacios destinados a la agricultura o, más en general, a las actividades económicas, están
en el origen de modificaciones más o menos brutales de los ecosistemas.
Junto a esos aspectos no forestales, la actividad silvícola es igualmente susceptible de introducir
una parte significativa de variabilidad en la evolución que podría calificarse como “natural” de los
ecosistemas forestales.
En particular, algunas repoblaciones forestales, monoespecíficas en cuanto a las especies introdu-
cidas, han sido vivamente criticadas, con razón, y han alimentado debates, a veces ásperos, sobre la
parte relativa de la función de producción del bosque y su función, menos visible, de contribución al
mantenimiento de la biodiversidad en general.

1
Ingeniero Jefe de Ingeniería Rural, de Aguas y Bosques, Office National des Forêts – Département Environment,
2, avenue de Sain Mandé 75012 París. Francia.

97
Después de haber examinado los diferentes elementos de la dinámica de los ecosistemas forestales
en los bosques administrados desde larga data, y de enumerar los diferentes parámetros y factores
limitantes, presentaré a continuación las opciones de gestión y las herramientas utilizadas en los
bosques públicos franceses.

1. QUE ES LA DINAMICA FORESTAL


Desde Darwin es un lugar común decir que la competencia que se ejerce entre especies y entre
grupos de especies vegetales (lo que, por otra parte, también es verdad para el mundo animal), tanto
a nivel intraespecífico como a nivel interespecífico, por la conquista del agua y de las fuentes de
energía (aquí la luz) constituye un verdadero combate por la vida, cuyo resultado conduce a un frágil
equilibrio, en el cual se puede encontrar al conjunto de la comunidad de seres vivos que forman el
ecosistema.
Como he dicho en la introducción, este ecosistema es inducido a evolucionar más o menos brutal-
mente, lo que por otra parte es propio de todo objeto en equilibrio.
Esta evolución constituye el fundamento y la materia de la dinámica forestal en los casos que nos
preocupan. Se podría, pues, proponer esta rápida definición de la dinámica: es la expresión de la
evolución en el tiempo y en el espacio, bajo la influencia de factores y parámetros naturales y antrópicos,
de la composición intra e interespecífica de las poblaciones que componen un espacio arbolado.

2. POR QUE SE EXPRESA ESTA DINAMICA FORESTAL


El ecosistema forestal que se observa en un instante t0 dado, es decir el equilibrio que se analiza en
ese momento, se caracteriza por una ocupación del espacio cuyos elementos son:
• un cortejo florístico más o menos abundante,
• un número de individuos para cada especie,
• una estructura de la población en estratos,
• una repartición de los individuos de cada especie en clases de edad.

Toda modificación de uno o varios de esos elementos conduce a un equilibrio diferente en un


instante t1 más o menos alejado de t0: entre los instantes t0 y t1, se ha expresado una dinámica
forestal.
El factor tiempo es, por tanto, el instrumento pero también el brazo secular (para la muerte del
individuo) del fenómeno de la dinámica.
A nivel de nuestra gestión, es esencial tomar en cuenta ese factor, tanto como un buen conocimien-
to de las características instantáneas del ecosistema. Esos dos elementos me conducen a proponer
que el análisis prosiga examinando sucesivamente las incidencias de esos factores espacio y tiempo.

3. LA DINAMICA ESPACIAL O CONTINUIDAD EN EL ESPACIO DE LOS ECOSISTEMAS


FORESTALES
Hemos visto más arriba que el factor espacio podía determinarse con cuatro elementos. La cuestión
es, pues, saber si la gestión forestal puede estar en condiciones de aprehenderlos, cuantificarlos e
integrarlos en sus protocolos.

3.1. El cortejo florístico


El conocimiento de las especies presentes, pero también de las especies potenciales, es esencial
para quien se ocupa del bosque. Permite determinar las opciones de especies en favor de las cuales el
silvicultor ejerce una acción preferente. Ese cortejo florístico se compone de varias especies que

98
forman un grupo característico del ecosistema (ese grupo pertenece, en el bosque “natural”, a una
asociación vegetal, y puede formar un grupo taxonómico).
La presencia de ese cortejo florístico (esta asociación en el plano fitosociológico) está condiciona-
da por una adaptación de las diferentes especies a una amplitud más o menos grande de las condicio-
nes de suelo y clima (carácter ubicuo del espacio). Dado un equilibrio clima-suelo-planta, el cortejo es
estable. Desde que uno de los factores climáticos o edafológicos se mueve, el equilibrio está virtual-
mente roto, y toda especie que sale de su campo de adaptabilidad desaparece. El fenómeno dinámico
se pone a funcionar. El cortejo florístico será, pues, aprehendido por la determinación de las especies,
cuantificado por el número de individuos de cada especie, integrado en los protocolos por las opcio-
nes de especies-objetivo.

3.2. El número de individuos presentes


Cada especie dispone de facultades de adaptación al medio, pero también tiene su propia fertilidad.
Las especies con granos abundantes pueden, potencialmente, ocupar más espacio y el forestal debe
tenerlo en cuenta. Así, en un robledal donde se ejerce una competencia entre el roble (Quercus robur
y/o sessiliflora) y el carpe (Carpinus betulus), la fecundidad de esta última conduce a una población
donde la especie económicamente buscada es rápidamente dominada por su competidora. La silvicul-
tura corrige este inconveniente con respecto a la multifuncionalidad del espacio arbolado sin tratar de
erradicar la charnilla, como hubiera podido ocurrir en el pasado. La dosificación del número de sujetos
de cada especie es un protocolo esencial de la gestión.
Un bosque comprende siempre al menos dos estratos, generalmente más. El estrato herbáceo,
musgos, helechos y hongos forman el piso; los estratos arbustivos y arborescentes ocupan el resto
del volumen. En este volumen se ejerce la competencia por la luz, siendo el CO2, evidentemente, cada
vez menos un factor limitante para la fotosíntesis.
A nivel del suelo, el agua y los elementos minerales son codiciados. Se percibe aquí uno de los
roles esenciales del forestal en cuanto a la dosificación de la luz que llega al suelo. Esa dosificación es
un factor determinante en la hechura de las estructuras. Asimismo, tiene un rol esencial en la economía
del agua, puesto que condiciona parcialmente la intensidad de la evapotranspiración de las plantas.

3.4. El reparto de los individuos en clases de edades


Se llega así a un punto esencial del componente espacial de los ecosistemas forestales. Las diferen-
tes clases de edades de las especies arborescentes y arbustivas presentes provocan un paisaje
forestal sobre el que trabaja el silvicultor.
Las clases muy jóvenes entran en competencia directa con el estrato herbáceo y provocan, cuando
los forestales intervienen en su exclusivo beneficio, una dinámica regresiva de las especies del estrato
herbáceo. Sin embargo, mediante un reparto equilibrado de las diferentes clases presentes en el
instante t0, se corrige este efecto aparente de perturbación de la dinámica general. Siempre se podrá
objetar que ciertas especies migran con dificultad. Volveré sobre ello más adelante.
Las clases de edad intermedias y adultas tienen un poder cubritivo muy fuerte, que provoca un
reparto vertical de la luz diferente al de los estadios de juventud. Sin embargo, el ecosistema no se ve,
a priori, afectado; solamente se encuentra en un estadio diferente de su ciclo biológico normal.
Las clases de edades que envejecen restituyen la luz y permitirán al ciclo biológico del ecosistema
completarse.
Por supuesto, debe entenderse que todos estos elementos se dan en condiciones edafológicas y
climáticas constantes.
Consecuentemente, un reparto equilibrado de las diferentes clases de edades asegura un reparto
equilibrado de los estadios de desarrollo (del nacimiento a la muerte) de todas las especies constitu-

99
tivas del ecosistema. Estamos a la vez en una dinámica espacial y asegurando una continuidad en el
espacio de cada uno de los diferentes ecosistemas forestales presentes en una masa dada.

4. LA DINAMICA TEMPORAL O LA CONTINUIDAD EN EL TIEMPO DE LOS


ECOSISTEMAS
Este aspecto de la dinámica forestal puede parecer, a priori, muy evidente. Está directamente
correlacionado a la edad de los individuos que componen una población. En la gestión forestal, se
puede considerar que un árbol pasa por cuatro períodos de desarrollo:
• un período de juventud que, de la siembra al monte bajo, se caracteriza por una sensibilidad muy
fuerte de cada individuo a la competencia intra e interespecífica. Es generalmente necesario,
durante todo este período, acompañar en su desarrollo a los árboles escogidos como objetivo,
mediante trabajos de despeje, limpieza y clareo.
• un período adulto, del fustal al monte bajo, durante el cual cada árbol, en el estrato al que
pertenece, se ha hecho su lugar, es decir se ha asegurado su espacio vital en términos de energía
(luz, sales minerales) y de agua. En un bosque primario, la competencia que, desde luego, conti-
núa, particularmente los años en que las condiciones climáticas son difíciles, induce una diferen-
cia de vigor (y por lo tanto de diámetro relativo) entre los individuos de una misma especie. En el
bosque cultivado, las operaciones de aclareo y de mejora amplifican este fenómeno en beneficio
de los individuos objetivo.
• un período de madurez, durante el cual el árbol alcanzará su diámetro óptimo de explotabilidad, su
máxima calidad tecnológica y, por tanto, un valor económico real. Generalmente, al fin de este
período, se produce el aprovechamiento del árbol.
• un período de senescencia, durante el cual el árbol sobremaduro conserva todavía por mucho
tiempo un alto valor económico, y muy a menudo lo aumenta, antes de manifestar los signos de
envejecimiento y de morir. Solo los ciclos del bosque primario y las reservas integrales permiten
actualmente alcanzar significativamente estos estadios últimos.

A estas diferentes edades en la vida de la población, corresponden características de cortejo


florístico, de número de individuos y de especies, y de composición de estratos diferentes y propias
para cada período.
En particular, ciertas especies vegetales y animales están sujetas a poblaciones jóvenes (digamos
simplemente aquellas que son estrictamente heliófilas), otras por el contrario no pueden vivir sino
cuando el árbol envejece o, claramente, cuando está muerto (especies saproxílicas y necrófagas).
Por tanto, de un estadio a otro en el desarrollo de la población principal, se desarrolla toda una
economía diferente del agua y de la luz, induciendo una dinámica temporal. Esta dinámica se traduce,
en particular, en la aparición y la desaparición de ciertas especies en un instante dado t de ese phylum
temporal.
A condiciones climáticas y edafológicas constantes, la reaparición regular, en una edad dada de la
población, de las mismas especies estrictamente dependientes del momento, nos permite confirmar la
evidencia a priori de la dinámica temporal de los ecosistemas forestales y de su continuidad en el
tiempo.

5. PARAMETROS Y FACTORES LIMITANTES


A cada instante t de la vida de un ecosistema, se establece un equilibrio entre las condiciones
climáticas, las condiciones edafológicas, las necesidades y exigencias de las especies que lo compo-
nen. La dinámica permite pasar del estado de equilibrio del instante t0 hacia el del instante t1 (dinámica
temporal).

100
Sin embargo, un espacio forestal equilibrado ofrece simultáneamente, en diferentes lugares, situa-
ciones de equilibrio que corresponden tanto al estado t0 como al estado t1 (dinámica espacial). Si se
pretende, en dasonomía, contribuir a hacer vivir y durar estos equilibrios (en particular por necesida-
des económicas), es necesario conocer precisamente los parámetros y factores limitantes.

5.1 Parámetros y factores climáticos


La energía y el agua condicionan la vida, sea ella animal o vegetal.
Para las plantas, la luz es la energía; por tanto:
• la cantidad de luz recibida durante un ciclo completo de estaciones,
• la intensidad de la radiación luminosa recibida en cada estadio del desarrollo de la planta.

Estos dos parámetros se traducen, respectivamente, en términos de duración del ciclo anual de
vegetación y de carácter más o menos heliófila de cada especie.
El agua es:
• su cantidad utilizable en el suelo (reserva útil),
• su reparto durante el ciclo anual de vegetación.

Estos dos parámetros se traducen, respectivamente, en carácter higrófilo a xerófilo del espacio, y
en balance de evapotranspiración de las especies.

5.2. Factores edafológicos


La roca madre, el suelo, resultado de su descomposición, o llegado por migración, y el humus
resultado de los procesos de descomposición de la hojarasca, constituyen el segundo bloque de
factores limitantes por:
• la profundidad de aparición de la roca madre,
• la composición del suelo, es decir su proporción de arcilla, de limo y de arenas, y de su pH,
• la velocidad de descomposición de las cubiertas muertas.

La profundidad de aparición de la roca madre condiciona las características del enraizamiento


(dicho llanamente: rastrero o pivotante).
La composición del suelo determina las condiciones de retención del agua y la riqueza del complejo
arcilla-humus. La velocidad de descomposición de las cubiertas muertas influye sobre la germinación
de las semillas y el pH en superficie, induciendo un cortejo de especies que puede ir desde las más
neutrófilas hasta las más acidífilas.

5.3 Factores biológicos


Es posible resumirlos rápidamente en:
• longevidad de las especies,
• prolificidad, que comprende dos términos: el número de granos y su facultad de dispersión,
• los caracteres dallelopathie de ciertas especies.

Estos tres factores condicionan la competencia intra e interespecífica.

5.4. Los accidentes de origen natural o antrópico


No son, propiamente, parámetros o factores limitantes, sino más bien elementos de ruptura en el
continuum temporal del ecosistema. No obstante, algunos de ellos, como los incendios, pueden jugar

101
un papel activo en los procesos de renovación de las poblaciones, y de alguna manera permitir a la
dinámica forestal reactivarse.

5.5. Los factores antrópicos


Tanto como los fenómenos accidentales, estos factores pueden tener una influencia brutal, incluso
destructiva, sobre el ecosistema forestal. La agricultura, la urbanización y la implantación de vías de
comunicación son, evidentemente, los casos en los que la desaparición del ecosistema forestal suele
ser irreversible. Incluso cuando las tierras agrícolas retornan a la condición de bosque, la influencia de
los factores culturales sigue percibiéndose duraderamente.
La renovación de las poblaciones forestales puede constituir un segundo dominio donde la in-
fluencia del hombre es determinante. Una mala elección de especies objetivo, o la práctica de una
silvicultura monoespecífica puede, en efecto, resultar catastróficas para el futuro del ecosistema.
Este conjunto de factores y parámetros susceptibles de modificar, limitar las dinámicas naturales,
no debe, sin embargo, inhibir la acción del forestal. Tomar en cuenta de forma cada vez más afinada
todos los elementos, constituye, por el contrario, una fuente de progreso en la calidad de los itinera-
rios técnicos aplicados en la silvicultura y de las opciones previstas en los documentos de gestión
(planes de gestión, ordenación forestal).

6. CONSIDERACION DE LA DINAMICA DE LOS ECOSISTEMAS FORESTALES EN EL


MARCO MULTIFUNCIONAL DE LAS ORDENACIONES FORESTALES
Una ordenación forestal, documento de prospectiva y de gestión a medio plazo (15 a 25 años, más
o menos) integra en su peso relativo local las grandes funciones que son aseguradas por los espacios
arbolados, es decir la producción de una materia prima, renovable y fuente de almacenamiento de
carbono. El respeto del patrimonio faunístico e histórico, y una demanda social creciente, sea alimen-
ticia o de disfrute.
El respeto del patrimonio florístico y faunístico implica, evidentemente, un buen conocimiento de la
dinámica de los ecosistemas, pero la presión de las necesidades de materia prima (producción), de
espacio de vida (poblaciones locales) y de disfrute (presión social urbana, incluso cultural) puede
perturbar fuertemente los equilibrios y la dinámica cuyos mecanismos hemos tratado de analizar de
manera simple.
En el marco de la gestión, aplicada a los bosques públicos franceses, se han tomado las disposicio-
nes siguientes:
• cortejo florístico (y faunístico): buscar el mantenimiento de todas las especies presentes median-
te, cuando fuera necesario, disposiciones particulares de protección de algunas de ellas (por
ejemplo, distribución en el tiempo de los trabajos forestales fuera del período de nidificación de
los pájaros, mantenimiento de las praderas intraforestales para la exportación de materia..)
• estructura de la población en estratos: buscar la formación de un subpiso y mantenimiento del
mismo durante toda la vida de la población (fuera de la entresaca)
• reparto de los individuos en clases de edad: buscar el equilibrio de las clases de edad en la
ordenación, esfuerzo de distribución sobre el conjunto de la masa, análisis del impacto paisajísti-
co de las renovaciones de plantación, corte de unidades elementales adaptadas al entorno bioló-
gico, social y paisajístico, utilización razonada de la estructura irregular de las poblaciones en
función de factores naturales y culturales.
• trabajos de despeje, limpieza y aclareo: mantener un máximo de biodiversidad, intensidad de las
operaciones y periodicidad ajustada según el temperamento de las especies, uso limitado de
productos agrofarmacéuticos.

102
• marcado de los aclareos y mejora:
– aclareos fuertes, que permiten una mejor eficacia de las radiaciones luminosas,
– trabajos de poblamiento en las codominantes.
• renovación de las poblaciones: recurrir, tan a menudo como sea posible, a la regeneración natu-
ral. En las plantaciones, adopción de espaciamientos amplios (1 000 a 2 500 troncos/ha, según las
especies).
• período de senescencia: puesta en práctica gradual de una red de bosquetes de envejecimiento
en las grandes masas. Estos bosquetes, repartidos sobre el conjunto de la masa, son conducidos
hasta una edad muy avanzada, mucho más allá del término corriente de explotabilidad de las
especies objetivo (por ejemplo, para la encina, recogida a los 150 o 200 años, los bosquetes serán
mantenidos hasta una edad de 350 a 400 años). Su importancia, según la riqueza biológica del
medio, puede oscilar entre el 1 y el 5 por ciento de la superficie de los bosques.
Al llegar a su término, algunos sujetos serán mantenidos en pie hasta su estadio de derrumba-
miento natural (mantenimiento de árboles muertos). Mantenimiento de 1 a 2 árboles muertos por
hectárea en todas las parcelas regeneradas.
• gestión de la luz: mediante aclareos fuertes (ver más arriba).
• gestión del agua: mediante el mantenimiento de la cubierta forestal sobre las cuencas de capta-
ción, y su renovación gradual, recurriendo razonablemente a todas las estructuras irregulares.
• protección de los suelos: mediante un recurso limitado a los trabajos pesados de preparación de
los suelos, a fin de no modificar los horizontes del suelo y limitar el apisonamiento.
• consideración de los factores biológicos: este aspecto de la dinámica forestal es tratado esen-
cialmente en la dosificación juvenil del número de individuos de cada especie (especies objetivo
y especies de acompañamiento). En particular, las reglas de silvicultura exigen no provocar –
durante los trabajos de despeje, limpieza y clareo, y del marcado y mejora – la erradicación de una
especie; el hilo conductor general de las operaciones es una disposición óptima de la luz en todos
los estratos presentes a una edad dada del ecosistema.

Al conjunto de estos elementos de ingeniería biológica, se añaden otros trabajos de ingeniería civil
en la montaña (corrección torrencial, trabajos antiavalanchas, cuencas de esparcimiento de los alu-
des), en los medios dunarios (trabajos de fijación al comienzo por ingeniería civil, luego por ingeniería
biológica), y una serie de disposiciones administrativas y reglamentarias.
• disposiciones administrativas y reglamentarias: están esencialmente destinadas a limitar los
efectos antrópicos sobre los ecosistemas forestales mediante:
– una reglamentación estricta de los desmontes, que evite que la superficie forestal se vea
reducida,
– una política voluntarista de creación de una red de reservas biológicas dirigidas e integradas
en el bosque de dominio público, conducida por la Office National des Forêts,
– una red de vigilancia de la sanidad de los bosques,
– una red de vigilancia de los ecosistemas forestales (RENECOFOR), asimismo confiada a la
Office National des Forêts.

CONCLUSION
La dinámica de los ecosistemas forestales aparece, pues, como el motor de la gestión de nuestros
bosques. Esta consideración en el tiempo y en el espacio permite a los bosques conservar su riqueza
y su patrimonio en especies tanto animales como vegetales, en el marco de una producción de materia
leñosa sostenida y de una respuesta activa a las necesidades sociales contemporáneas. Más allá de
las polémicas sobre la estructura (regular o irregular, superficie controlada o pie a pie) que no podrán

103
evitarse, desgraciadamente, por mucho tiempo, he procurado mostrar aquí las líneas maestras de
nuestra gestión.
La actividad forestal es una actividad viva, de la que sabemos que sólo entra en los estándares en
el 80 por ciento de los casos, y que es conducida por hombres del orden homo, alianza foresticetum,
asociación rusticae, que probablemente son estándares en un por ciento.

104
Organización del seguimiento intensivo de
los ecosistemas forestales en Francia: la red
RENECOFOR

Erwin Ulrich 1

RESUMEN
La red RENECOFOR fue creada en 1992 por la ONF: Office National des Forêts (Oficina Nacional de
Bosques) con el fin de completar el sistema de vigilancia sanitaria de los bosques franceses. La red
representa la parte francesa de un conjunto de parcelas de seguimiento de los ecosistemas forestales
instaladas en 34 países europeos. Su objetivo principal es detectar eventuales cambios a largo plazo
en el funcionamiento de una amplia variedad de ecosistemas y determinar las razones de tales cam-
bios. Forman la red 102 parcelas permanentes que serán objeto de seguimiento por al menos 30 años.
Cada parcela tiene 2 hectáreas de extensión, con una parte central, cercada, de media hectárea.
RENECOFOR cubre las siguientes esferas y operaciones: (i) inventarios dendrométricos sobre 0,5 hec-
tárea y mediciones más específicas sobre 36 árboles marcados para observación y 16 árboles marca-
dos para análisis de follaje; (ii) estudio dendro-cronológico basado en el análisis de las muestras
obtenidas de 30 árboles con el fin de reconstruir la historia de los bosques; (iii) observaciones ento-
mológicas y patológicas anuales sobre los árboles marcados y estimaciones anuales de defoliación y
coloración anormal; (iv) análisis anuales de follaje; (v) estimación de la producción anual de necroma-
sa; (vi) descripción de dos perfiles de suelo por parcela; (vii) determinación de la fertilidad de los
suelos cada 10 años, con un método de muestreo intensivo; (viii) inventario fitoecológico regular de
superficies bien delimitadas; (ix) mediciones meteorológicas automáticas, fuera de bosque, en las
cercanías de las parcelas; actualmente son 26 las estaciones operativas; (x) medición de los depósitos
atmosféricos en pleno campo y en bosque en 27 parcelas, desde 1993, y soluciones de suelo a 20 y a
70 cm de profundidad en 17 parcelas. El conjunto de informaciones es depositado en una base central
de datos. Entre 1996 y 1998, todos los resultados de las mediciones efectuadas entre 1992 y 1995 serán
analizados y publicados en una serie de informes. Estos informes presentarán el actual estado de los
conocimientos desde la fase de comienzo de la red y serán la base para futuros análisis de la evolución
de los ecosistemas vigilados.

Palabras clave: Ecosistemas forestales, seguimiento.

1. INTRODUCCION
Tres redes complementarias fueron puestas en marcha en Francia para el seguimiento del estado
sanitario, en sentido amplio, de los ecosistemas forestales.

1
Office National des Forêts, Département des Recherches Techniques, Buoleverad de Constance, 77300
Fontainebleau, France

105
La primera, nacional, instalada en 1989, es la de corresponsales-observadores (Barthod 1994). Se
trata de una red de personas más que de lugares precisos de seguimiento. La forman unos 230 agentes
técnicos o técnicos forestales pertenecientes a diversos organismos de ordenación y administración
forestal, habiendo recibido formación especial en patología y entomología forestal. Trabajan bajo la
dirección del DSF: Departement de la santé des Forêts (Departamento de Sanidad de los Bosques) del
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El trabajo consiste en localizar y determinar los
problemas fito-sanitarios en cada región y transmitir las observaciones al DSF que, de este modo,
puede seguir la evolución de las poblaciones de devastadores y los factores abióticos.
La segunda red, de extensión europea y, por tanto, llamada red europea, fue completada en Francia
en 1989 y basa su labor en la vigilancia del grado de defoliación y coloración anormal de las parcelas
permanentes (Barthod 1994). Esta red forma un «tejido» de 16 x 16 km y cubre toda Europa. Cada nudo
de este tejido corresponde a un bosque que forma parte de la red. Casi todos los países europeos
participan en las observaciones. En Francia, observadores especialmente formados para ello, obser-
van cada año, entre julio y agosto y desde unos 543 puntos, el estado de las copas o cimas. Esta red
permite seguir anualmente el estado general de los bosques franceses. No tiene como primer objetivo
identificar las causas de los problemas sanitarios, aún cuando proporciona elementos de explicación.
La tercera red, también de ámbito europeo pero con diferencias entre los países, fue llamada en
Francia RENECOFOR: Réseau National de suivi à long terme des Ecosystèmes Forestiers (Red Nacio-
nal de Seguimiento a largo plazo de los Ecosistemas Forestales), (Ulrich 1995a, Office National des
Forêts, Departement des Recherches Techniques 1996). De las tres redes, ésta es la de nivel más
intensivo de observación. También es la que tiene costos de funcionamiento más importantes aunque
con un número de parcelas de observación menos elevado. Creada en 1992 por la ONF, la red responde
a la necesidad de vigilancia intensiva de los bosques franceses. Se trata de detectar los cambios de
una serie de factores clave a largo plazo y, en caso necesario, determinar su velocidad e impacto sobre
el estado sanitario de los bosques. Fue, pues, creada para un mínimo de 30 años. Aún siendo la más
intensiva, RENECOFOR no registra todo; se interesa por una selección de síntomas y causas poten-
ciales. También puede actuar de señal de alarma para iniciar investigaciones, diversas y complementa-
rias, sobre las distintas disfunciones.

2. OBJETIVOS
La primera conferencia ministerial sobre protección de los bosques en Europa, celebrada en 1990 en
Estrasburgo (Ministerio de Agricultura y Bosques, 1991), fijó oficialmente los siguientes cuatro obje-
tivos principales para los sistemas de seguimiento intensivo de los bosques, conforme a la Resolución
N. 1 relativa a la creación de una red europea de vigilancia intensiva de los ecosistemas forestales:
1) obtener información profundizada sobre la evolución de determinados ecosistemas forestales
europeos, teniendo en cuenta la dimensión histórica de la evolución y las variaciones de vitali-
dad de los bosques, las condiciones estacionales y los eventos climáticos;
2) tratar de establecer correlaciones entre la variación de los factores ambientales y la reacción de
los ecosistemas;
3) determinar el nivel de carga crítica de contaminantes, susceptible de desestabilizar un tipo dado
de ecosistema forestal;
4) permitir una mejor interpretación de los resultados obtenidos de redes sistemáticas como la red
europea.

RENECOFOR, iniciada a raíz de esa conferencia, se integra en un conjunto europeo más amplio. La
Unión Europea concede una gran importancia a la protección de los bosques europeos y publicó entre
1986 y 1995 seis reglamentos que precisan los parámetros relativos a esta vigilancia intensiva. Junto

106
con RENECOFOR, la ONF responde no sólo a estas tareas obligatorias sino que realiza numerosas
labores suplementarias.
La conferencia de Estrasburgo fue seguida en 1993 por la conferencia de Helsinki (von Weissenberg
et al., 1993; Loiskekosky et al., 1995).
La financiación de RENECOFOR es asegurada por: Unión Europea, ONF, Ministerio de Agricultu-
ra, Pesca y Alimentación, Ministerio del Medio Ambiente, y Agence de l’Environnement et de la
Maîtrise de l’Energie. La ONF es el maestro de obras de la red y colabora intensamente con numerosas
instituciones públicas y privadas.

3. ORGANIZACION DE LOS TRABAJOS


Entre 1992 y 1995, la red RENECOFOR fue completamente instalada. La forman 102 parcelas perma-
nentes de observación, cada una con unas 2 hectáreas de superficie. En 1995, se logró la mayor parte
de los trabajos básicos, que permiten presentar la situación o estado de los lugares. Esta labor repre-
senta el punto de partida para conocer las condiciones en que se encuentran los ecosistemas objetivo.
Los años 1996 a 1998 son dedicados a la interpretación de las primeras observaciones, mediciones y
análisis, primero esfera por esfera y luego según un enfoque multidisciplinario. En seguida, este
trabajo servirá de base para mediciones sucesivas a intervalos de tiempo variables según la esfera. El
objetivo de los trabajos posteriores será determinar la existencia de cambios eventuales de
funcionamiento.
Los trabajos son dirigidos por el centro de coordinación de la red (dos ingenieros y dos técnicos),
con sede en Fontainbleau. Los 11 ingenieros y 17 técnicos de las 8 Secciones Técnicas Inter-regiona-
les del Departement des Recherches Techniques (Departamento de Investigaciones Técnicas) de la
ONF y los 188 responsables y suplentes de las parcelas, realizan buena parte de las labores de
medición y muestreo. Hay acuerdos específicos de sub-contratación, firmados con organismos públi-
cos y empresas privadas (por ejemplo, los laboratorios de análisis). Supervisa los trabajos el consejo
científico de la ONF y un comité científico europeo.
La interpretación de las observaciones es efectuada por la ONF a nivel francés y, en las esferas
específicas, por sus asociados del campo de investigación: INRA, CNRS y universidades. El grupo de
expertos asociados propone proyectos de investigaciones complementarias relacionadas con la red;
a su vez, las parcelas permanentes contribuyen igualmente a trabajos de investigación puntual. Permi-
ten a los investigadores interesados hacer uso de una base de información ya muy rica. A escala
europea, la evaluación de los resultados está a cargo de un consultor financiado por la Dirección
General VI de la Comisión de la Unión Europea en Bruselas. Los datos franceses y de otros países son
transmitidos al consultor a intervalos regulares de tiempo.

4. DESCRIPCION TECNICA
Con anterioridad al comienzo de las observaciones, mediciones, muestras o análisis, los métodos
vienen a ser definidos con la participación de investigadores competentes en distintas esferas, luego
entregados en manuales de referencia, siempre con la participación de los expertos.

4.1. Presentación general de las parcelas permanentes


La mayoría de las parcelas se encuentra en plantaciones normales, a fin de evitar una excesiva
heterogeneidad en las poblaciones y las mediciones. Las especies seguidas son: roble (Quercus
petraea, Q. robur), haya (Fagus sylvatica), pino silvestre (Pinus sylvestris), pino marítimo (Pinus
pinaster), pino nigral (Pinus nigra subesp. Laricio), picea común (Picea abies), abeto blanco (Abies
alba), doulgas (Pseudotsuga menziesii) y alerce europeo (Larix decidua). Cada parcela está formada

107
por una zona central de 0,5 hectárea, cercada, circundada de un área neutral de unos 30 metros. Las
instalaciones se ubican en la parte central para evitar en lo posible robos o vandalismos.

4.2. Las operaciones y algunos resultados


A continuación, algunos detalles concretos sobre los trabajos y, siendo ya disponibles, también
algunos resultados preliminares:

4.2.1. Inventario dendrométrico


Los primeros inventarios dendrométricos completos tuvieron lugar entre 1991 y principios de 1993.
En el invierno de 1995-96, los inventarios fueron repetidos con el fin de sincronizar las mediciones
francesas con las de los otros países europeos. Se elaborará una primera síntesis de las mediciones en
1996-97, que permitirá saber si hay diferencias considerables en la evaluación del crecimiento o del
tamaño de las copas de los árboles.

4.2.2. Estudio dendrocronológico


Este estudio lo realizan el INRA: Institut National de la Recherche Agronomique (Instituto Nacio-
nal de Investigación Agrónoma), el Centro de Investigaciones Forestales de Nancy, y el laboratorio de
fito-ecología (François Lebourgeois), en colaboración con la ONF. El objetivo es seguir la historia de
los bosques a través del crecimiento radial de los árboles. La edad de las poblaciones de la red varía
entre 20 y más de 130 años; es indispensable saber cómo estas poblaciones han vivido hasta la
instalación de la red. La revelación de eventuales crisis anteriores puede permitir comprender el
funcionamiento actual de las poblaciones y su sensibilidad a condiciones climáticas extremas tales
como sequía o heladas. Este trabajo será terminado a finales de 1996 y permitirá disponer de una
especie de «tarjeta de identidad» del crecimiento radial de cada población.

4.2.3. Evaluación del estado sanitario de las poblaciones


En cada parcela, 36 árboles dominantes o co-dominantes, marcados en la zona central, sirven como
muestra permanente para la observación anual del grado de defoliación y coloración anormal del
follaje. También se observan en esos árboles los síntomas patológicos y entomológicos. Estas obser-
vaciones las realizan los equipos de observadores de la red europea y de corresponsales-observado-
res del DSF. Los dos primeros años de observación del estado sanitario (1994 y 1995) han permitido
ver que actualmente, y pese a la selección de poblaciones más bien sanas inicialmente, hay una serie
de parcelas más o menos afectadas por defoliaciones débiles a medias así como por leves problemas
entomológicos o patológicos (Ulrich et al. 1995b y Ulrich et Lanier 1996). Los síntomas observados en
RENECOFOR concuerdan con las observaciones realizadas sobre todo en la red europea.

4.2.4. Diagnóstico del follaje


Se trata de seguir anualmente las concentraciones de varios macro y micro elementos esenciales
para la alimentación de los árboles. Los primeros muestreos tuvieron lugar en 1993. Y los primeros
análisis permitieron constatar (Ulrich et Bonneau 1994) una nutrición mineral superior a los límites de
equilibrio crítico en nitrógeno, potasio, calcio, magnesio y zinc, en la mayoría de los casos. En cuanto
al fósforo, el nivel de alimentación está por debajo del límite crítico y de carencia en el 48% de las
parcelas. El déficit afecta a todas las especies. Esto confirma los estudios que concluyeron que existe
una insuficiencia de este elemento en muchos suelos forestales. El nivel de magnesio y hierro está por
debajo del límite crítico o de carencia en casi el 20% de las parcelas de roble, haya, abeto blanco, picea
común, doulgas y pino silvestre. En el 33% de las parcelas, las concentraciones de cobre están por

108
debajo del límite de carencia. En todo caso, los actuales límites de carencia aplicados son algo teóricos
y quizá RENECOFOR permitirá redefinirlos.

4.2.5. Estimación de la necromasa procedente de hojas y detritos


Conocer la necromasa y la masa mineral contenidas en la caída de detritos, y teniendo en cuenta la
velocidad de descomposición, permite evaluar buena parte del retorno de los nutrientes que forman
parte del ciclo nutritivo interno. La calidad y cantidad de la producción primaria pueden influir mucho
en la alimentación de una población y, por consiguiente, en su estado sanitario. La recolección se
realiza de 3 a 5 veces al año con la ayuda de 10 recolectores. Las caídas son clasificadas por hojas,
ramas y frutos de la especie principal y del resto de todas las especies secundarias. El peso seco de
esos cuatro grupos es medido y extrapolado por hectárea. El análisis químico de estas muestras está
previsto para 1997 (bajo reserva de obtención de fondos). Esta operación, muy laboriosa, será realiza-
da durante sólo algunos años, con el fin de conocer el orden de amplitud de las variaciones anuales de
las caídas, a la vez que la variación de las concentraciones elementales de esta necromasa. Al final,
deberá ser posible reemplazar estas mediciones directas por estimaciones indirectas de producción
con la ayuda del índice foliario, por ejemplo.

4.2.6. Descripción de pedículos


Para poder integrar cada población estudiada entre 1994 y 1995 en su ambiente edáfico, dos perfiles
de suelo fueron descritos de manera muy detallada e insistiendo mucho en la descripción de las formas
del humus. En 1996, se redactará una síntesis de esas observaciones. Servirá de base para la interpre-
tación del funcionamiento de los suelos y el estudio de las repercusiones de este funcionamiento
sobre las poblaciones forestales. Las descripciones fueron realizadas por un grupo de 12 expertos
bajo la dirección del especialista de la ONF, Alain Brêthes.

4.2.7. Análisis de la fertilidad de los suelos


La fertilidad de los suelos es uno de los elementos clave que condicionan la salud de las poblacio-
nes. Para su seguimiento, hay que tener en cuenta la importante heterogeneidad de las concentracio-
nes químicas a escasa distancia del suelo. Lo mismo vale para las proporciones horizontales y vertica-
les de los horizontes holométricos y de tierra fina, en la que los árboles se alimentan. Para hacerlo, se
aplica un método de muestreo intensivo en la media hectárea de la zona central (Ulrich 1994a). Cada
10 años, el muestreo será repetido para determinar la evolución de la fertilidad de los suelos. Todas las
muestras recolectadas son no sólo analizadas sino también archivadas. La primera campaña de mues-
treo fue realizada entre 1993 y 1995. Será seguida en 1996 y 1997 por el análisis de los resultados y la
redacción de una síntesis que representará de algún modo el estado inicial de los suelos.

4.2.8. Inventario fitoecológico


Cada vez más, los estudios científicos revelan cambios en la composición floral en el tiempo. Esta
composición (abundancia-predominio de cada especie) viene a ser determinada en bandas bien repa-
radas de 50 m de longitud y 2 m de anchura, cuatro de las cuales están situadas en la zona cercada y
4 en la parte externa. En la campaña de observación, la recolección de muestras se realiza en primavera,
verano y otoño. La frecuencia de repetición de las campañas será establecida por un proyecto de
investigación. Independientemente de esta cuestión, se procederá a observaciones suplementarias
antes de cada aclareo y dos años después, con el fin de conocer la reacción de la flor al aclareo de la
población. La primera campaña, realizada por 12 expertos, tuvo lugar en 1994 y 1995. Los datos de más
de 2300 muestras son tratados e interpretados por la Universidad de Savoie (Laboratoire de Dynamique
des Ecosystèmes d’Altitude) y un informe sintético será editado por la ONF hacia finales de 1996.

109
4.2.9. Sub-red meteorológica
Los fenómenos meteorológicos influyen en la mayor parte de los fenómenos de disfunción fores-
tal. Pareció, pues, indispensable acompañar el gran número de mediciones realizadas en el bosque por
mediciones meteorológicas automatizadas. En 1994 y 1995, 26 estaciones automáticas con 3 o 6 pará-
metros fueron instaladas en sitios fuera del bosque, en las proximidades de las parcelas que forman
parte de la sub-red CATAENAT (Ulrich 1995b, Ulrich et al. 1995a). La recolección de los datos se
efectúa sea por teléfono cada 3 o 4 días, sea por intercambio de cartas memorando cada 15 días. Cuatro
objetivos han sido definidos desde la creación de la red; otros serán añadidos en el futuro sin por ello
cambiar su configuración técnica:
• comprender el comportamiento de los bosques y las relaciones entre los parámetros metereológicos
y los parámetros fisiológicos de los árboles fuera de una situación meteorológica de riesgo. Se
trata de saber cuál es la variabilidad natural de ciertos fenómenos,
• comprender el efecto de las condiciones extremas (efecto-límite) sobre las poblaciones,
• comprender los efectos acumulativos, es decir, de las situaciones anormales de larga duración,
sin que sean necesariamente extremas,
• detectar una eventual evolución a largo plazo del clima local e interpretar su eventual influencia
sobre otros factores observados. Si el aumento del efecto invernadero produce realmente un
cambio del clima, probablemente este cambio no se traduzca de la misma manera en todo el globo.
Será pues necesario saber cómo se traduce localmente.
La gestión técnica incluye, entre otros, un estricto programa para asegurar la calidad. Ya se dispone
de un primer informe- balance sobre las primeras mediciones y numerosas pistas para el seguimiento
de indicadores meteorológicos (Ponette et al. 1996).

4.2.10. Sub-red CATAENAT


El aporte de elementos, bien nutrientes, bien acidificantes o fertilizantes, por las aguas pluviales y
polvos, es reconocido como uno de los factores que pueden modificar el funcionamiento de un
ecosistema forestal.
Desde principios de 1993, las mediciones de rutina realizadas en las 27 parcelas de la sub-red
CATAENAT (Carga Acida Total de origen Atmosférico en los Ecosistemas Naturales Terrestres)
tienen, pues, por principal objetivo aportar conocimientos acerca del impacto de los depósitos atmos-
féricos sobre los ecosistemas estudiados. Los flujos de los principales elementos aportados anual-
mente por depósitos secos, húmedos y ocultos, son objeto de estimaciones. Las cantidades aporta-
das se añaden así al ciclo nutritivo interno. En 17 de las 27 parcelas, las concentraciones en las
soluciones del suelo a 20 y a 70 cm son igualmente objeto de seguimiento. Entre otros, los resultados
de las mediciones de los depósitos anuales de 1993 y 1994 muestran, para el caso del nitrógeno y
azufre, elevados aportes en varias poblaciones: por debajo de 10kg/ha/año (Ulrich et Lanier 1994,
Ulrich et al. 1995 c, d). Los aportes de sodio y cloluro son especialmente elevados en las parcelas
próximas a la costa atlántica donde se encuentran directamente bajo el flujo marítimo aún si algunas
decenas de kilómetros lejos de la costa.

4.2.11. Estudio de la historia de los bosques


El pasado de los bosques puede variar mucho de una región a otra. Cada uno de sus usos pasados
influyen aún en su funcionamiento. De ahí que se haya emprendido un estudio sobre el pasado de
todos los bosques sede de las parcelas permanentes. Se espera poder disponer de informaciones
sobre los elementos pasados y sus repercusiones sobre su funcionamiento o disfunciones, ahora y en
el futuro.

110
4.2.12. Recolección, almacenamiento y tratamiento informático de los datos
Un punto vital para la gestión de una red que reúne un número tan elevado de disciplinas y
mediciones es un manejo eficaz, racional y fiable de los datos y una importación, rápida y controlada
de los mismos en una base de datos. Además, hay que poner los datos rápidamente a disposición de
las personas encargadas de su síntesis e interpretación. Para ello, el centro de coordinación fue
equipado en 1993 de un sistema de manejo de fácil acceso (Paradox para Windows). Hasta 1995, unos
2.4 millones de datos brutos fueron depositados en esta base. La estructura de esta base de datos es
objeto de desarrollo continuo. A principios de 1996, se instaló cerca del 60% su estructura final,
incluyendo actualmente 130 tablas y 1800 campos. Está claro que esta base de datos seguirá evolucio-
nando para hacer frente a los cambios, adaptaciones y mejoras futuras de la red. Este importante
trabajo permitió ya proporcionar un gran número de datos para numerosas síntesis y también respon-
der a las múltiples preguntas cotidianas planteadas por los encargados del manejo y los usuarios.

5. CONCLUSION
Los primeros 5 años de existencia de la red RENECOFOR, de los cuales 3 a 4 fueron dedicados a su
puesta en marcha, permitieron mostrar la facilidad de organización del seguimiento intensivo de los
ecosistemas forestales franceses. Su fiabilidad se traduce no sólo en la preocupación por la calidad en
el conjunto de las operaciones realizadas, sino igualmente por una aceptación, muy amplia, por el
mundo científico francés y europeo. Esto último está vinculado al hecho de que la red permite el
acopio de una información no disponible sobre el actual funcionamiento de los ecosistemas foresta-
les. Entre 1991 y 1995, la red habrá costado 28,5 millones de francos (H.T.). Los resultados obtenidos
de la red darán lugar, sin duda alguna, a nuevo interrogantes así como nuevas pistas de investigación.
Por añadidura, este instrumento atrae cada vez más proyectos de investigación. Actualmente, 8 de
estos proyectos están en curso, aportando un suplemento importante de información al trabajo de
rutina de la red y enriqueciendo también su base de datos. De aquí a fines de 1998, un alto número de
informes y publicaciones enfocarán las primeras lecciones adquiridas en estos primeros cinco años de
inventario del estado de los sitios en un centenar de ecosistemas forestales además de algunos
parámetros para el seguimiento. En cambio, no se podrá realizar un análisis de las primeras tendencias
a mediano plazo antes de una decena de años.

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111
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112
Panorámica mundial de la conservación
forestal

Susan Iremonger1,2, V. Kapos 1, J. Rhind 1 y R. Luxmoore 1

SUMARIO
La creciente preocupación por el estado de conservación de la biodiversidad mundial, especial-
mente a nivel de ecosistema y especies, motivó una serie de llamamientos para aumentar la superficie
de áreas protegidas e identificar áreas de prioridad para la conservación. Aún cuando la mayoría de las
decisiones de establecimiento de áreas protegidas se toman a nivel nacional, las perspectivas interna-
cionales son necesarias para evaluar el estado de los ecosistemas en más de un país y orientar el
empleo de los recursos internacionales. Especies y ecosistemas no se detienen en fronteras políticas,
con lo que la cooperación internacional es indispensable para asegurar su conservación.
Un medio para establecer prioridades en materia de conservación es analizar en qué medida las
actuales redes de áreas protegidas representan la entera gama de ecosistemas y especies. Un enfoque
pragmático para hacer tal análisis a escala internacional es el de aplicar una amplia clasificación
ecológica para definir zonas ecológicas (ZE) y considerar que la vegetación de las distintas ZE perte-
nece de hecho a distintos tipos ecológicos. En este documento presentamos los resultados de un
análisis mundial o global de la actual cubierta forestal y su protección en cada ZE.
El análisis se basa en el conjunto de datos del WCMC (World Conservation Monitoring Centre)
compilados a lo largo de los últimos diez años y actualizados en lo posible con la sustitución de viejo
datos nacionales con otros nuevos. El análisis se apoya también en la base da datos del WCMC sobre
áreas protegidas, a su vez objeto de actualización a medida que se dispone de nuevos datos. Los
conjuntos de datos fueron divididas en doce regiones geográficas, siguiendo criterios biogeográficos
y políticos, y aplicando a cada región una adecuada clasificación por zona ecológica.
Así, y excepción hecha del Sudeste Asiático Insular, todas las zonas geográficas tienen extensas
ZE con menos del 10% de cubierta forestal protegida. La ZE con mayor porcentaje de bosque protegi-
do es el Desierto Polar de Australasia, si bien con una extensión muy pequeña (25 km2 protegidos) al
tratarse sobre todo de una ZE de apoyo al crecimiento forestal (con un porcentaje de área forestal de
sólo el 1.15%). La ZE con menos bosque protegido es la zona Subtropical de bosques de hoja ancha
semi-verde perenne de Medio Oriente (27 km2 protegidos). En términos absolutos, la mayor cantidad
de bosques protegidos se encuentra en los bosques Tropicales húmedos de hoja ancha en Sudamé-
rica (712 000 km2) seguidos de la zona de bosque Boreal de Norteamérica (348 000 km2). Las diez
mayores regiones definidas a efectos de este estudio verían de 16,6% de bosques protegidos (Sudes-
te Asiático Insular) a 1,84% (Rusia).
Con este análisis se puede detectar las zonas ecológicas con bosques pobremente protegidos, con
el fin de realizar futuras actividades de conservación. En muchos casos, estas actividades requerirán
cooperación internacional ya que las ZE superan las fronteras nacionales. También se requiere una
labor adicional para diferenciar los tipos de bosque en las ZE extensas y más análisis para obtener

1
World Conservation Monitoring Centre, Cambridge, U.K.
2
Center for International Forestry Research. Bogor, Indonesia

113
recomendaciones más específicas en materia de conservación. De hecho, esta labor está siendo
llevada a cabo.

ABREVIACIONES Y OTRAS ANOTACIONES


«ZE» es utilizada en este documento para referirse a Zona Ecológica, Eco-región, Tipo de Hábitat
Principal, Categoría de Paisaje o Parque y Zona Eco-floral, según el sistema regional aplicado.
«Región» será escrita con mayúscula cuando se refiera a las mayores regiones del mundo aborda-
das en este análisis, p.ej. Norteamérica.

INTRODUCCION
La creciente preocupación por el estado de conservación de la biodiversidad mundial, especial-
mente a nivel de ecosistema y especies, motivó una serie de llamamientos para aumentar la superficie
de áreas protegidas e identificar áreas de prioridad para la conservación. Aún cuando la mayoría de las
decisiones en materia de establecimiento de áreas protegidas se toman a nivel nacional, las perspec-
tivas internacionales son necesarias para evaluar el estado de los ecosistemas en más de un país y
orientar los recursos internacionales. Las especies y ecosistemas no se detienen en fronteras políti-
cas, por lo que la cooperación internacional es indispensable para asegurar su conservación.
Un medio para fijar prioridades en materia de conservación es analizar en qué medida las redes
existentes de áreas protegidas representan la entera gama de ecosistema y especies. A nivel nacional,
una serie de detalladas clasificaciones de ecosistemas o vegetación puede constituir la base para
evaluar el grado de representatividad de la red existente de áreas protegidas. En cambio, tal análisis
resulta mucho más problemático a nivel regional y mundial. Si bien lo ideal sería armonizar las clases de
vegetación a través de las regiones, lo que permitiría analizar detalladas unidades ecológicas tal como
existen en el terreno, esa armonización es un proceso arduo que hasta ahora no ha sido posible. Otro
criterio pragmático es el de emplear una clasificación ecológica de amplia escala para definir zonas
ecológicas (ZE) y considerar que la vegetación de diferentes ZE pertenecen de hecho a diferentes
tipos ecológicos.
Numerosos estudios enfocaron el estado de protección forestal y de algunas regiones especiales,
aplicando determinadas versiones de zonas ecológicas (Lysenko et al., Mackinnon 1996). La FAO
compiló datos mundiales sobre recursos forestales (p.ej. FAO 1995) pero la metodología empleada
variaba según se trataba de países desarrollados y países en desarrollo. Se requiere, pues, un enfoque
más uniforme para los bosques de las distintas regiones del mundo (Päivinen 1996). Recientemente, el
WCMC elaboró un análisis sobre protección de las ZE en los trópicos (Murray et al. 1996) utilizando
el sistema ecofloral elaborado por la FAO.
En este documento nos anticipamos en esta tarea con un análisis global; el mismo identifica la
extensión de la actual cubierta forestal y evalúa la protección de la actual cubierta forestal. Al examinar
ésta última, el análisis se basa en el conjunto de datos del WCMC sobre la cubierta forestal total. Este
conjunto fue compilado por el WCMC durante los últimos diez años, siendo objeto de actualización,
en lo posible, mediante la sustitución de los viejos datos por nuevos. El análisis se apoya también en
las bases de datos del WCMC sobre áreas protegidas, a su vez objeto de actualización a medida de
que se dispone de nuevos datos. Antes, esos dos conjuntos de datos eran combinados para obtener
un análisis inicial de la protección de la cubierta forestal mundial en ZE muchos más detalladas,
resultantes de distintos sistemas de clasificación de cada una de las mayores región del mundo.

114
MATERIALES Y METODOS

La cubierta forestal
Los datos sobre cubierta forestal en el mundo fueron reunidos en base a muchas series de datos
nacionales y regionales, con resoluciones varias (ver Apéndice 1 para fuentes). Algunos de éstos
fueron proporcionados al WCMC sólo en forma impresa, con lo que hubo que digitalizarlos. El volu-
men de datos totalizó 400 Mb. Este conjunto de datos fue utilizado en un análisis previo para conocer
la cantidad de bosques bajo protección en cinco amplias clases (ver más adelante). Las ZE más
pequeñas no fueron incluidas en aquel estudio. Esta investigación trata de ilustrar con más detalle el
estado de conservación de tipos de bosques mejor definidos. Ahora se dispone en forma digital de
una serie de sistemas de zonas ecológicas, que fueron utilizados para diferenciar los tipos de bosques.
En principio, las series de datos fueron divididas en Regiones geográficas, siguiendo una combina-
ción de criterios biogeográficos y políticos y tomando en cuenta los sistemas de ZE disponibles para
la clasificación, por categoría, de los bosques en cada Región. En el Cuadro 1 figuran los sistemas
regionales resultantes de este proceso así como los respectivos esquemas de «zonificación» ecológi-
ca empleados. Los países incluidos en cada Región figuran en el Apéndice 2.

Cobertura de las zonas ecológicas


Las ZE definidas para cada región varían debido a los diferentes sistemas empleados (ver Cua-
dro 1). En total, fueron aplicados siete esquemas diferentes; los dos de América fueron llevados a
cabo por el mismo grupo, aplicando el mismo criterio para definir las zonas de modo que resultaran
directamente compatibles y comparables. El mejor esquema para Europa fue un borrador casi-final
destinado a su uso sólo en Europa, aplicando las unidades de clasificación de cobertura de la tierra
CORINE (Bothn y Katenina 1994). Los esquemas correspondientes a África y Sur y Sudeste Asiático
fueron preparados según el criterio trazado por Blasco y Legris (1982) y finalizados por Sharma (1986,
1988). En el Sudeste Asiático y en África, las coberturas de las ZE abarcan extensas áreas oceánicas
(p.ej. desde Papua Guinea hasta Micronesia). Las mismas fueron incorporadas al Mapa Digital de
fronteras costeras del Mundo (Digital Chart of the World coast boundaries) (ESRI, 1993). También se
diseño un esquema similar de ZE para América del Sur, según la clasificación WWf-EE.UU. (Rickettes
et al.), por lo que no fue utilizado. Las demás áreas del mundo fueron Rusia, Medio Oriente, Extremo
Oriente y Australasia. Los esquemas considerados para estas áreas incluyeron a Bailey (1989), Olson

Cuadro 1. Divisiones del mundo en regiones y sistema de zonas ecológicas utilizado en cada región para el
análisis
Región del mundo Esquema de Zona Ecológica
Norteamérica Olson & Dinerstein, 1996
Mesoamérica Dinerstein et al., 1995
Caribe Dinerstein et al., 1995
Sudamérica Dinerstein et al., 1995
África Sharma, 1988
Australasia Holdridge, 1962
Europa Bohn & Katenina, 1993
Medio Oriente Milanova & Kushlin, 1993
Rusia Milanova & Kushlin, 1993
Extremo Oriente Milanova & Kushlin, 1993
Sur y Sureste Asia FAO, 1989
Sureste Asia Insular FAO, 1989

115
and Watts (1982), Holdridge (1962) y Milanova and Kushlin (1993). El esquema Olson and Watts fue
considerado inadecuado para nuestros propósitos al haber sido elaborado para estimar el flujo mun-
dial de carbón e incluir el uso del suelo como parte del conjunto básico de datos sobre la cubierta. La
primera gran división de Bailey en «Dominios» no encajaba con la primera gran división en los demás
conjuntos de datos usados: Holdridge y Milanova and Kushlin resultaban más compatibles. Pero no
parecían definir las ZE de Australasia tan bien como Holdridge, por lo que éste fue aplicado a la Región
del hemisferio sur. En cambio, Milanova and Kushlin resultaron mejor en las áreas restantes, lo que
parecía lógico ya que los dos autores residían en Moscú, ex URSS, y eran por tanto más familiarizados
con ellas.
Todos los esquemas de «zonificación» utilizados eran más o menos jerárquicos por cuanto presen-
taban las clasificaciones de áreas ecológicas a modo de «cajas mágicas». Por ejemplo, el esquema de
América Latina divide este continente primero en Mesoamérica (que incluye Centroamérica y México),
Caribe y América del Sur. Dentro de cada una de estas tres unidades geográficas hay cinco subdivisio-
nes centrales y cada una de estas subdivisiones es a su vez subdividida, tal como se indica a continua-
ción para el caso de los bosques tropicales de hoja ancha de Mesoamérica.

Mesoamérica
Bosque tropicales de hoja ancha
Bosques tropicales de hoja ancha húmedos
Bosques tropicales de hoja ancha secos

El presente análisis utilizó precisamente este nivel de jerarquía. Había más subdivisiones en las
últimas dos categorías, pero no fueron usadas en este análisis.
El empleo de las ZE como indicador de distintos tipos ecológicos de bosque implica problemas.
Una zona ecológica que en general apoya un ecosistema herbáceo, p.ej. las estepas rusas, se hallará
que tiene alguna cubierta forestal al producir condiciones que permiten el desarrollo del bosque en
función de variaciones locales en parámetros tales como altitud, aspecto, inclinación, tipo de suelo y
sistema de drenaje. Las poco perfeccionadas escalas aplicadas para determinar las coberturas de las
ZE darán como resultado que hay bosques en ZE fundamentalmente no forestales. Este fenómeno
será discutido más tarde junto con la interpretación de los resultados.

Cobertura de las áreas protegidas


El WCMC fue compilando y analizando datos sobre las áreas protegidas en el mundo a lo largo de
más de una década. La Base de Datos de Áreas Protegidas del WCMC contiene datos sobre 40 000 si-
tios en todo el mundo designados a los efectos de conservación natural, junto con detalles de algunos
sitios que se encuentran bajo convenciones y programas internacionales tales como las Convencio-
nes Ramsar y World Heritage y el Programa UNESCO-MAB de Reservas Biosféricas. Los datos son
utilizados para producir conjuntos de información tales como La Lista de las Naciones Unidas de
Parques Nacionales y Áreas Protegidas.
La información sobre áreas protegidas procede de fuentes oficiales (organismos gubernamentales
responsables de la administración de las áreas protegidas) y otras fuentes, a través de una red global
de contactos que abarcan desde las instancias de decisión y administración hasta los encargados de
ordenación y los científicos. La información contenida en la base de datos incluye apartados como
nombre del lugar, categoría de gestión según la IUCN (ver Cuadro 2), tamaño y, donde fuera posible,
también la exacta forma y ubicación del área en las bases de datos espaciales. A efectos del actual
análisis, se incluyeron todas las áreas en categorías de ordenación de I a VI.

116
Cuadro 2. Categorías IUCN de manejo de áreas protegidas y sus definiciones (IUCN 1994)1
Categoría IUCN Nombre y definición
CATEGORIA I Reserva Natural Estricta/Área de Vida Silvestre: área protegida, manejada principalmente para la ciencia o
la protección silvestre.

CATEGORIA IA Reserva Natural Estricta: área protegida, manejada principalmente para la ciencia.

Definición: Área de tierra y/o mar que posee algunos ecosistemas destacados o representativos, rasgos
geológicos o físicos y/o especies, disponible fundamentalmente para la investigación científica y/o el
monitoreo ambiental.

CATEGORIA IB Área de Vida Silvestre: área protegida, manejada fundamentalmente para la protección de la vida silvestre.

Definición: Extensa área de tierra y/o mar, inmodificada o ligeramente modificada, que conserva su
carácter e influencia naturales, sin ser habitada de manera permanente o significativa, y protegida y
manejada para conservar su condición natural.

CATEGORIA II Parque Nacional: área protegida, manejada fundamentalmente para la protección del ecosistema y la
recreación.

Definición: Área natural de tierra y/o mar, designada para (a) proteger la integridad ecológica de uno o más
ecosistemas para las generaciones de hoy y el futuro, (b) excluir la explotación u ocupación desfavorable
a los propósitos de designación del área, y (c) proveer una plataforma de oportunidades espirituales,
científicas, educativas, recreativas y de visita; todas ellas deben ser ambiental y culturalmente compatibles.

CATEGORIA III Monumento Natural: área protegida manejada fundamentalmente para la conservación de específicos
rasgos naturales.

Definición: Área que contiene uno o más rasgos naturales o natural-culturales específicos, de valor
destacado o singular por su rareza inherente, sus cualidades representativas o estéticas o significado
cultural.

CATEGORIA IV Área de hábitat/manejo de especies: área protegida manejada fundamentalmente para la conservación
mediante una intervención de manejo.

Definición: Área de tierra y/o mar sujeta a intervención activa con fines de manejo, para asegurar el
mantenimiento de habitats y/o atender los requerimientos de especies específicas.

CATEGORIA V Paisaje terrestre/marítimo protegido: área protegida, manejada fundamentalmente para su conservación y
recreo.

Definición: Área de tierra, con costa y mar según el caso, donde la interacción de gente y naturaleza ha
producido a lo largo del tiempo un área de carácter distinto con estética significativa, valor ecológico o
cultural, y a menudo con alta diversidad biológica. Salvaguardando la integridad de esta interacción
tradicional es vital para su protección, mantenimiento y evolución como tal en el área.

CATEGORIA VI Área Protegida de Recursos Manejados: área protegida, manejada fundamentalmente para el uso sostenible
de los ecosistemas naturales.

Definición: Área que contiene predominantemente sistemas naturales inmodificados, manejados para
asegurar la protección y mantenimiento a largo plazo de la diversidad biológica, a tiempo que proporcionar
un flujo sostenible de productos y servicios naturales para atender las necesidades de la comunidad.

NA No Asignada.

No clasificable bajo ninguna categoría, o sitio que no corresponde a la definición internacionalmente


reconocida de área protegida.

1
Un área protegida es definida en las nuevas Pautas para las categorías de Manejo de Áreas Protegidas como un
área de tierra y/o mar especialmente dedicada a la protección y mantenimiento de la diversidad biológica y de
recursos naturales y culturales afines, y manejada a través de efectivos medios legales u otros.

117
Las bases de datos espaciales incluyen dos tipos de información posicional. En muchos casos y
ahí donde se dispone de información al respecto, figuran polígonos. En cambio, donde ello no es
disponible, se insertó un punto que representa el centro del sitio. Para efectuar el análisis, los datos
fueron procesados para «poligonizar» todos los sitios. Los polígonos fueron elaborados para sitios
que tenían solamente ubicaciones identificadas por un punto, utilizando la información sobre el área
contenida en las bases de datos y dibujando un polígono circular en torno al punto de ubicación del
sitio. En algunos lugares, hubo una considerable superposición de áreas protegidas.
Ello se dio principalmente en sitios donde una rigurosa protección se ubica en el seno de otro con
menor grado de protección, o bien en otros lugares donde los círculos trazados no correspondían a las
ubicaciones exactas de los sitios, en cuyo caso, y dada la forma del área, podría de hecho no tratarse
de una superposición. Para evitar una sobre-representación masiva de los bosques bajo protección a
causa del factor superposición, las áreas superpuestas fueron ‘disueltas’ en polígonos. Ello puede dar
como resultado una ligera sub-representación de la cantidad de bosques bajo protección, pero se
trataría de error menor que el de una excesiva estimación. Se puede obtener resultados más precisos
solamente mediante la compilación y perfeccionamiento de la información espacial contenida en las
bases de datos sobre áreas protegidas, lo que se está haciendo en la actualidad.
Las áreas protegidas ‘disueltas’ fueron entonces geográficamente divididas a efectos del análisis
en Regiones que corresponden exactamente a las divisiones del la cubierta forestal.

El proceso
El programa utilizado para el análisis fue el ARC/INFO 7.0.4. en el «hardware» de terminales o
estaciones de trabajo Sun Ultra Unix, y el análisis requirió cerca de un Gigabyte. Se efectuaron dos
análisis secuenciales sobre la serie de datos de cada una de las regiones de plataforma triple (bosque,
ZE, área protegida). Primero, se aplicó a la cubierta un esquema de zonificación ecológica selecciona-
do para la Región para determinar el porcentaje de ZE cubierta de bosque. Luego, se sobrepuso el área
(bosque por ZE) a los datos de las áreas protegidas, para hallar así el porcentaje de bosque bajo
protección por ZE.

RESULTADOS
Las únicas naciones representadas en más de un análisis regional son Malasia y Rusia; la primera
porque en parte es insular y en parte continental, y la segunda porque se analizó la sección aislada de
Rusia circundada por Polonia y Lituania conjuntamente con éstas naciones y el resto de Europa.
Los resultados fueron elaborados por Región. Cada análisis produjo tanto números como porcen-
tajes relativos a la cubierta, indicando la cantidad de bosque en cada ZE y la cantidad de bosque bajo
protección en la zona (ver Apéndice 3).
El porcentaje medio de bosque protegido aparece en Figura 1 en relación a todas las Regiones.
Estas cifras parecen relativamente altas y siete de las diez Regiones arrojan porcentajes de más de 10.
Sin embargo, el proceso de detallar los resultados de cada Región para determinar la cantidad de
bosque protegido por ZE mostró que en las Regiones de alto porcentaje (Figura 1) algunos bosques
son mínimamente protegidos. La cantidad total de bosque en cada Región varía de 8.3 y 8.1 millones
de km2 en Norteamérica y Rusia respectivamente, a 0.1 millones de km 2 en Medio Oriente (ver Apén-
dice 3). El número de ZE con bosque en cada Región varía de siete en el Sudeste Asiático Insular a 23
en el Extremo Oriente (Cuadro 3), tratándose de una gama más o menos indicativa de amplitud y latitud.
A su vez, el actual sistema de ZE aplicado para cada Región influyó en estas cifras, ya que Milanova
and Kushlin (1994) identificaron áreas «inter-zonales» además de las zonales: en todos los sistemas,
las zonas fueron determinadas primero por clima, pero en este último caso los tipos de área atravesa-

118
Cuadro 3. Número de ZE con bosque en cada Región
Región Número de ZE
Africa 12
Europa 10
Rusia 15
Medio oriente 13
Oriente 24
Sudeste Asiático Continental 9
Sudeste Asiático Insular 7
Australasia 18
Norteamérica 9
América Latina y el Caribe 21

ban grandes tipos climáticos, p.ej. «River valley landscapes» (de valle fluvial), «Mountain glacier
landscape» (montañoso glaciar).
La protección forestal por Región aparece en las Figuras 2-11. En todas las regiones, excepto las del
Sudeste Asiático (Figuras 2 y 3) y Australasia, el análisis arrojó una cifra que reveló la cantidad de
bosque no asignada a ninguna ZE. La proporción de área forestal que esta cifra representa figura en
las acotaciones de las Figuras 2-11 y las cantidades absolutas aparecen en el Apéndice 3. Ello fue el
resultado de errores en materia de compatibilización entre (a) los confines de la Región tales y como
son definidos por las coberturas (distintos orígenes de series de datos, distintas resoluciones, distin-
tas proyecciones) y (b) lagunas en las coberturas debido sobre todo a la presencia de superficies de
agua que no estaban exactamente en la misma posición o que no tenían la misma forma en cada serie
de datos.
En el Sudeste Asiático Insular, el área forestal más extensa se encontró en la ZE tropical baja y muy
húmeda (Figura 2a). El bosque cubría >60% de toda la ZE. Sin embargo, sólo una pequeña parte está
bajo protección (Figura 2a, Apéndice 3). El porcentaje de ZE cubiertas de bosque variaba de <10% de
tierra baja húmeda tropical con larga temporada de sequía a >70% en la categoría montañosa húmeda.
Pese a que la ZE Alpina era boscosa en más de 60% (Figura 2b), la Figura 2a muestra un área involu-
crada muy pequeña (ver Apéndice 3).
En el Sudeste Asiático Continental, la cubierta forestal de lejos más extensa se hallaba en las tierras
bajas tropicales húmedas y subsecas así como aquellas con larga temporada de sequía (Figura 3a).
Sólo dos ZE tenían más del 30% de bosque: las tierras bajas muy húmedas y las tropicales pre-
montañosas húmedas (Figura 3a).
El Extremo Oriente (Figura 4a y 4b) tenía 23 ZE, es decir, más que ninguna otra Región. Los bosques
más extensos eran el Boreal taiga y la cubierta forestal en la zona Templada de desierto. Esto parece
anómalo, pero la Figura 4b muestra que esta última zona era forestal en sólo el 9%, mientras que la
primera lo era en casi el 40%. El mayor porcentaje de cubierta forestal se encontró en los Tropicales
bosques coníferos-mixtos, con un 64%; el 16% de éstos era bajo protección. La ZE que, de lejos, tenía
mayor porcentaje de sus bosques bajo protección era el semidesierto Subtropical. Todas las demás
zonas (22) tenía menos del 14% de sus bosques bajo protección y 15 ZE tenían menos del 5%.
El Medio Oriente incluye ZE templadas, subtropicales y tropicales pero no boreales. Todas las ZE
eran bajas en cubierta forestal tanto en cifra absoluta (Figura 5a) como en porcentaje. Solamente una
de las 13 tenía más del 10% de tierra forestal, estepas forestales Templadas y pastos y prados y sólo
otra más tenía más del 6% de bosques coníferos de hoja ancha verde perenne. Los porcentajes de
protección eran también bajos en todas las zonas, siendo la más alta (9%) los desiertos Subtropicales,
la segunda zona con bosques más extensos. Los bosques cubrían el 2% del área total de esta zona

119
aunque la cifra absoluta era grande dado que la ZE era muy extensa. Siete de las 13 ZE tenían menos
del 5% de la cubierta forestal bajo protección.
Las ZE forestales en Rusia incluían tierras de bosques boreales, subtropicales e interzonales (Pan-
tanos y ciénagas, Valle Fluvial). El bosque Boreal/taiga era de lejos el tipo de bosques más extenso
(Figura 6a). Tres de las 14 ZE tenían más del 50% de cubierta forestal, una de las cuales era de
semidesiertos Subtropicales. Éstos tenía también de lejos el mayor porcentaje bajo protección (62%).
La zona boscosa boreal abierta era en un 96% forestal y con muy poca protección: sólo el 2% (ver
Apéndice 3). Todas las demás zonas también tenían menos del 10% de cubierta forestal bajo protec-
ción. Los bosques Templados de estepas y prados y los Subtropicales de hoja ancha verde perenne
eran completamente desprotegidas. La distribución de bosques y áreas protegidas aparece en Figura
6c. La extensión de bosque Boreal queda excluida.
En Norteamérica, había nueve ZE con bosques (Cuadro 3), siendo el Boreal el más extenso, como en
Rusia (Figura 7a). Las dos zonas con la segunda cobertura más extensa eran los Templados coníferos
y los Templados de hoja ancha mixtos. En cuanto a porcentajes, estas tres ZE eran relativamente
similares, variando del 61 al 82%. Hubo un gran contraste entre el porcentaje de ZE forestales y el
porcentaje de protección en tres zonas de alta cobertura, con una protección del 1% (Apéndice 3). Las
otras seis ZE tenían menos de 23% de cubierta forestal. Cinco eran zonas no-forestales siendo la
excepción la zona Tropical húmeda de hoja ancha. Con un 70%, ésas tenían el mayor porcentaje de
protección.
En Europa, la ZE con mayores cifras en términos absolutos y porcentajes de cubierta forestal era la
de los bosques Boreales y coníferos (62%) (Figura 8a y b). Sólo el 6% de ellas eran bajo protección
(Apéndice 3).
El gráfico que muestra la extensión forestal en cada ZE en Australasia reveló la más suave de las
curvas en forma de J de todas las Regiones (Figura 9a). Esto podía indicar la existencia de una
distribución más igual del área forestal entre todas las ZE, aunque cinco ZE tenía considerablemente
más bosques que las otras 13. Los bosques mínimos en la zona de desierto Polar (2%) eran todos bajo
protección. Los bosques de la foresta pluvial Boreal, los bosque Boreales húmedos y la tundra Polar
tenían más del 50% de protección, pero no eran extensos (Figura 9a y b). Ninguna ZE tenía más de 36%
de bosque, pero había ocho zonas con entre 21 y 36%. Seis zonas eran boscosas en menos del 5%.
De las doce ZE forestales de Africa, ninguna era realmente templada, excepto quizá la zona del
Mediterráneo, que tenía una pequeña cantidad de bosques (4%, Figura 10a y b). Las dos ZE que, de
lejos tenían bosques más extensos, eran las Tierras Bajas húmedas con larga temporada de sequía y la
subtropical tierra baja seca (Figura 10a). Sin embargo, ambas ZE no eran altamente boscosas, con <3%
(Figura 16). El mayor porcentaje de bosque se dio en las Tierras Bajas tropicales muy húmedas (83%),
pero no eran extensas. La segunda cubierta forestal de mayor porcentaje no llega a la mitad, con cerca
del 33% para las tierras bajas tropicales húmedas con corta temporada seca y las tierras bajas tropica-
les muy húmedas, respectivamente. La extensión total de bosque en todas las ZE de montaña era muy
similar (Figura 10a) y todas eran protegidas hasta cierto punto. El más alto porcentaje de bosque bajo
protección estaba en la ZE Alpina (74%), mientras que todas las demás ZE tenían menos del 26% de
sus bosques bajo protección. Todas las ZE en el estudio tenía al menos algún bosque bajo protección
(Figura 10a).
El Caribe tenía cinco ZE boscosas, Mesoamérica siete y Sudamérica ocho y una zona de mangle fue
clasificada de modo no diferenciado para toda América Latina (Figura 11a, 11b). En total, los bosques
cubrían el 47% de la ZE de mangles, aunque e total de su cubierta eran bastante pequeño. De lejos, los
bosques más extensos en América Latina eran los bosques Tropicales sudamericanos húmedos de
hoja ancha (Figura 11a). Los mismos cubren el 70% de su vasta ZE y son más de 13 veces más extensos
que la siguiente zona húmeda más extensa: los bosques de ZE de pastos y praderas, sabanas y

120
arbustos (Figura 11a). La ZE más boscosa del Caribe era la de pastos y praderas, pero cubre un área
muy pequeña, siendo las menores las menos protegidas. Los bosques en otras ZE bajo protección
representaban entre el 12 y el 21% (Apéndice 3). Porcentajes mayores de cobertura forestal y protec-
ción se dieron en Mesoamérica y Sudamérica. La Figura 11c indica la distribución de bosques y áreas
protegidas en Mesoamérica. La ZE más boscosa de Mesoamérica era los pastos y praderas Montaño-
sas con un 66%, con una protección de 50%. Las mimas cubrían la cantidad más pequeña de tierra de
cualquiera ZE en América Latina (Figura 11a). La ZE con mayor porcentaje de bosques protegidos en
Mesoamérica era la de zona de praderas y pastos aluviados, con un 61%. Aparte de estas dos, las
demás clases de bosques mesoamericanos tenían relativamente poca protección, siendo la siguiente
más alta la de bosques húmedos Tropicales de hoja ancha, con 25%, y el resto con menos del 12%
(Apéndice 3, Figura 11c).

CONCLUSIONES
Con el fin de sacar algunas conclusiones de este estudio, para su aplicación a la conservación,
nuestro objetivo es enfocar aquellos tipos forestales que (a) son más escasos y (b) no son actualmen-
te bien protegidos. Al utilizar amplias ZE como indicador sustitutivo de los principales tipos de
bosque, está claro que los tipos de bosque con menor cubierta serán aquellos que se hallan en ZE que
en general no son particularmente aptas para el crecimiento forestal. Para sortear este problema, que
podría excluir automáticamente la mayoría de los bosques de las ZE forestales de la posibilidad de ser
incluidas en los esfuerzos de conservación, hemos dividido las ZE de cada Región en «ZE forestales»
y «ZE no-forestales», examinándolas por separado.
Recientemente (1993), la IUCN sugirió como meta de conservación el 10% del biomedio mundial
bajo protección. Yendo más lejos, cada sistema debería tener una extensión conservada sostenible, y
un adecuado número de estas unidades, conservadas, para que si una es destruida, haya otras que
puedan mantener todos los componentes del sistema para la posteridad. Este razonamiento se basa en
aquel otro utilizado por CITES, IUCN y Nature Conservancy para asignar grados de riesgo a las
especies.
En total, como muestran los Cuadros 4 y 5, hay muy pocas zonas, forestales o no forestales, en que
los bosques están al menos mínimamente protegidos (a efectos de este estudios estamos utilizados el
factor >10% en cualquier ZE protegida para considerarla «mínimamente protegida», mientras que
«negligencia» se refiere a bosques con más del cero por ciento pero menos del 10% de protección). El
Sudeste Asiático Insular fue la excepción absoluta al no figurar ninguna de sus ZE en ninguno de los
dos Cuadros. El Sudeste Asiático Continental reveló muy poca protección en las tierras Montañosas
secas y las bajas áridas/ desérticas, pero las demás son al menos mínimamente protegidas.
En el Extremo Oriente, en ocho de las 13 ZE forestales los bosques resultaron negligentemente
protegidas, al igual que ocho de las zonas no-forestales. Está caro que los bosques del Extremo
Oriente necesitan mucha más protección. En el Medio Oriente, todas las ZE, forestales o no forestales,
eran negligentemente protegidos. Por una serie de razones, entre las que destacaría la inestabilidad
política, la protección en esta zona quizá no fue formulada como objetivo. Algunos Estados de la Ex
Unión Soviética no esforzaron en el pasado en la conservación forestal. La propia Rusia tiene al menos
una protección mínima en una de la ZE, la de los semi desiertos Subtropicales.
Solamente una de las ZE forestales en Norteamérica era al menos mínimamente conservada, los
bosques Tropicales húmedos de hoja ancha (ver Apéndice 3), y tres de sus cinco ZE no forestales
eran negligentemente protegidas. Cuatro de las seis ZE forestales en Europa tenían eran negligentemente
protegidas, al igual que una de sus cuatro ZE no forestales (Estepas y otras tierras de pasto de
secano). Seis de las ocho ZE forestales de Australasia eran al menos mínimamente protegidas al igual
que seis de las diez zonas no forestales. Cinco de las ocho ZE forestales de África eran negligentemente

121
Cuadro 4. Zonas Ecológicas forestales con <10% de cubierta forestal protegida
Región Zona ecológica Región Zona ecológica

SE Asia Insular Ninguna Rusia (cont.) Bosques Templados, hoja ancha


Tierras forestales Boreales abiertas
SE Asia Continent. Montañosa seca
Paisajes de valle fluvial
Extremo Oriente Tierras forestales Boreales abiertas Estepas forestales y praderas
Bosques Boreales/taiga templadas
Bosques Templados de hoja ancha Bosques Subtropicales, hoja ancha,
Estepas forestales y praderas semi- verde perenne
templadas Norteamérica Bosques Templados, hoja ancha y
Bosques Subtropicales coníferos,
mixtos
hoja ancha, verde perenne
Bosques, coníferos, Templados
Bosques Subtropicales, coníferos, Bosque Boreal/taiga
hoja ancha, semi-verde perenne
Bosques Tropicales semi-verde Europa Vegetación de llanura aluvial y
perenne y verde perenne lacustre
Paisajes de valles fluviales Tierras de Parque
Bosque de tipo Mediterráneo
Medio Oriente Estepas forestales y praderas
Bosques Boreales y coníferos
templadas
Bosques Subtropicales, coníferos, África Montañosa Tropical seca
hoja ancha, verde perenne Pre-montañosa Tropical húmeda
Tierras forestales Subtropicales Tierra Baja Tropical húmeda con
abiertas corta temporada de sequía
Bosques Subtropicales, hoja ancha, Tierra Baja Tropical muy húmeda
semi-verde perenne Tierra Baja tropical bañada
Bosques de frondosa verde
América Latina Bosque mesoamericano tropical
perenne, tierras forestales
seco de hoja ancha
abiertas y de arbustos, del
Mediterráneo Bosque tropical y subtropical,
conífero
Paisajes de valle fluvial
Australia Bosque Tropical muy seco
Rusia Tundras forestales Subpolares y
tierras forestales abiertas Bosque Subtropical húmedo
Bosque Boreal/taiga
Bosques Templados, caducifolios-
coníferos mixtos

protegidas y tres al menos mínimamente protegidas; dos de sus cuatro ZE no-forestales eran a su vez
objeto de negligencia. En América Latina, dos de sus ZE forestales eran protegidas de manera negli-
gente, al igual que cuatro de sus 11 zonas no-forestales. Las dos ZE forestales se hallaban en Meso-
américa, la foresta tropical seca de hoja ancha y los bosques tropicales y subtropicales de coníferas.
De acuerdo a este estudio, todas las Regiones siguen necesitando mayores esfuerzos para conser-
var apropiadamente la cubierta forestal, siendo que el Sudeste Asiático Insular aquella que cuenta con
la mejor protección de sus bosques. Sin embargo, esto es objeto de examen de las categorías de áreas
protegidas que los bosques tienen en esta Región: podrían encontrarse en reservas forestales donde
las concesiones de tala son garantizadas, lo que cambiaría drásticamente el cuadro de la situación.
Este estudio indica cuáles ZE debería recibir atención especial en materia de esfuerzos de protección
en cada Región. En muchos casos, ello puede requerir la cooperación internacional ya que las ZE
cubren más de un país. Igualmente, este análisis ha arrojado luz sobre las áreas con problemas en
forma de lagunas de información, sobre todo a la hora de interpretar las distintas clasificaciones de ZE.

122
Cuadro 5. Zonas ecológicas no-forestales con <10% de cubierta forestal protegida
Región Zona ecológica no-forestal Región Zona ecológica no-forestal

SE Asia Insular Ninguna Norteamérica Pastos y prados Templados/


sabana/arbustos
SE Asia Continen. Tierra Baja árida/desértica Maleza Mediterránea y sabana
Arbustos
Extremo Oriente Estepas Templadas
Semidesiertos Templados Europa Estepas y otros pastos y prados
Desiertos Subtropicales secos
Estepas Subtropicales de baja
hierba Australasia Estepas Tropicales
Semidesiertos Tropicales Desierto Subtropical de arbustos
Estepas Tropicales Desierto Subtropical
Paisajes de pantano y ciénaga Desierto Templado cálido de
Paisajes de monte glaciar arbustos
Desierto Templado frío de arbustos
Medio Oriente Estepas Templadas
Semidesiertos Templados África Mediterráneo
Semidesiertos Subtropicales Tierra Baja muy seca/sub-árida
Desiertos Subtropicales
Estepas Subtropicales de hierba América Latina Pastos y prados aluviados
baja caribeños
Paisajes de montaña glaciar Pastos y prados, sabanas y
arbustos, Mesoamérica.
Rusia Paisajes de pantanos y ciénagas Desiertos sudamericanos y
Tundra ártica arbustos
Prados marítimos Boreales «Restingas» sudamericanas
Estepas Templadas
Semidesiertos Templados

Adicionalmente, ¿qué le dicen estas clasificaciones al lector sobre la naturaleza de los bosques?. Si se
usa una clasificación demasiado poco elaborada, entonces habrá dificultades a la hora de interpretar
la importancia de los bosques para la conservación (p.ej. bosques en pastos Aluviales en la clasifica-
ción de América Latina). A escala mundial, es difícil aplicar una clasificación más detallada, debido al
número de clases involucradas, pero existe la posibilidad de examinar cada Región por separado para
detectar las áreas problemáticas y usarlas solamente para una síntesis final global.

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124
APENDICE 1
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ale; 1:700 000 derived from 1979-80 aerial pho- República Democrática Popular de Laos Lao PDR
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Guinea-Bissau Hand drawn by Scott Jones 1990 1:1 000 000 land use map prepared by the
based on his personal experience of the re- Mekong Secretariat from 1972-3 Landsat im-
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126
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Panama Atlas Nacional de Panamá: 8.1 Veg- Trinidad only (no data were found for Tobago)
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Papua New Guinea Paijmans, K. (1975) Vegeta- tutional Consultants (International) Ltd./
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127
de Vegetación de Venezuela; 1:2 000 000. Vegetation Map of the Flora Zambesiaca
Viet Nam Cac Loai Thuc Vât bi de Doa Dien Area; 1:2 500 000.
Hinh va Môt Vung Tâp Trung (1987); Otros World Forestry Atlas (1971) comprising
1:1 000 000, forest inventory data. country maps at a number of different scales
Africa Occidental (Côte d’Ivoire, Ghana, Libe- and dates: Argentina (1962; 1:8 000 000), east-
ria, Nigeria, Sierra Leone, Togo) Paivinen, ern Iran (1965; 1:8 000 000), Afghanistan
R. and Witt, R. (1989) The Methodology De- (1971; 1:8 000 000), Korea (1956; 1:5 000 000);
velopment Project for Tropical Forest Co- Mongolia (1971; 1:2 000 000); and Angola
ver Assessment in West Africa; 1989-1990 (1960; 1:10 000 000).
UNEP/GRID data, derived from 1 km resolu- Otros: Asia-Pakistan, Nepal, Bhutan MacKin-
tion NOAA/AVHRR data. non, J. (in prep) Review of the Protected Ar-
Zaire 1 km resolution NOAA/AVHRR 1988 data eas System of the Indomalayan Realm;
compiled by NASA/Goddard Space Flight 1:1 000 000 based on late 1980s-early 1990s
Center/University of Maryland. AVHRR and Landsat data, and existing re-
Zambia y Mozambique Wild, H. and Grandvaux ports and maps.
Barbosa, L.A. (1967) Flora Zambesiaca –

128
APENDICE 2
Lista de los países cubiertos en cada uno de los análisis regionales para Iremonger et al., 1996
Norteamérica
Canadá Djibuti España El Salvador
Greenland Egipto Eslovaquia Guadalupe
Estados Unidos de América Eritrea Eslovenia Guatemala
excepto Hawai Etiopía Estonia Guinea francesa
Rusia Gabón Finlandia Guyana
Gambia Grecia Haití
Rusia (excepto Kaliningrad Ghana Irlanda Honduras
Oblast) Guinea Ecuatorial Islandia Jamaica
Kenya Islas Malvinas (Falkland) Martinica
Extremo Oriente Lesotho Italia México
China Liberia Latvia Nicaragua
Japón Libia Luxemburgo Panamá
Mongolia Madagascar Macedonia Paraguay
Taiwan Malawi Moldova Perú
Mali Noruega Puerto Rico
Medio Oriente Marruecos Países Bajos Santa Lucía
Afganistán Mauritania Polonia S. Kitts y Nives
Arabia Saudita Mozambique Portugal S. Vincente y las
Bahrain Namibia Reino Unido Granadinas
Irán Níger Rumania Surinám
Iraq Nigeria Rusia (Sólo Kaliningrad Tobago
Israel Ruanda Oblast) Trinidad
Jordania Sáhara Occidental Suecia Uruguay
Kazajistán Senegal Suiza Venezuela
Kuwait Sierra Leona Ucrania
Kyrgystan Somalia Yugoslavia Sureste Asiático
Líbano Sudáfrica Continental
Omán Sudán Australasia Bangladesh
Qatar Swaziland Australia Bhután
Siria Tanzania Nueva Zelandia Campuchea
Tajikistán Togo India
Turquía Túnez América Latina Laos
Turkmensitán Uganda Antigua y Barbuda Malasia (peninsular)
Uzbejistán Zaire Antillas holandesas Myanmar
Yemén Zambia Argentina Nepal
Zimbabwe Bahamas Pakistán
Africa Barbados Sri Lanka
Angola Europa Belice Tailandia
Argelia Albania Bolivia Vietnam
Benín Alemania Brasil
Botswana Austria Caimán, Islas Sureste Asiático Insular
Burkina Belarus Chile Filipinas
Burundi Bélgica Colombia Brunei Darussalam
Camerún Bosnia-Herzegovina Costa Rica Indonesia
Centroáfrica, Rep. Bulgaria Cuba Malasia (Sabah y Sarawak)
Chad Croacia Dominica Papua Nueva Guinea
Congo Chipre Dominicana, Rep.
Côte d’Ivoire Checa, Repúb. Ecuador

129
APENDICE 3
Cifras exactas producidas por el análisis por área forestal en cada zona ecológica y área protegida de ésta, con
totales por región anotados, y porcentaje de bosque en cada zona bajo protección 1
Cubierta Bosque Cubier.
Forestal proteg. proteg.
(km 2 ) (km 2 ) (%)
Principales ZE Europeas
Vegetación llanuras ríos, aluviales y lacustres. 19 538 1 446 7,40
Vegetación costera y otra. 1 606 168 10,49
Estepas y otros prados secos 4 568 142 3,13
Fango y brezo 25 619 3 223 12,58
Bosques de tierra húmeda 11 173 1 733 15,52
Tierra de Parques (con manchas forestales) 4 791 62 1,30
Bosq. tipo Medit. y arbustos 93 526 6 714 7,18
Bosq. Templ. hoja ancha y mixto 780 589 86 149 11,04
Bosq. Boreal y coníferos 867 719 40 573 4,68
Desiertos y sub-des. Templados 0 ND ND
Desiertos y tundra Polar y alpina 34 435 9 483 27,54
Bosques excluidos 50 274 499 0,99
Total 1 893 843 150 297 7,94

Principales ZE Africanas
Tierra Baja Tropical húmeda 34 795 2 133 6,13
T. Baja Tropical muy húmeda 916 323 74 723 8,15
T. Baja Trop. húmeda corta sequía 941 725 49 555 5,26
T. Baja Trop. húmeda larga sequía 70 963 8 852 12,48
T. Baja Trop. sub-seca 92 939 23 321 25,09
T. Baja Trop. muy seca/sub-árida 8 484 387 4,57
T. Baja Trop. árida/desértica 0 ND ND
Pre-montaña Tropical húmeda 97 371 7 717 7,93
Pre-montaña Tropical seca 13 604 1 852 13,62
Montaña Tropical húmeda 72 772 12 044 12,55
Montaña Tropical seca 6 226 220 3,54
Alpina 9 720 7 213 74,21
Mediterránea 15 963 920 5,77
Bosques excluidos 958 12 1,24
Total 2 281 951 188 955 8,28

Principales ZE del SE Asiático Continental


Tierra Baja Tropical húmeda 0 ND ND
T. Baja Tropical muy húmeda 332 867 41 724 12,53
T. Baja Trop. húmeda corta sequía 0 ND ND
T. Baja Trop. húmeda larga sequía 315 246 36 775 11,63
T. Baja Trop. sub-seca 435 815 58 237 13,36
T. Baja Trop. muy seca/sub-árida 3 276 361 11,04
T. Baja Trop. árida/desértica 2 899 0 0

(Continúa)

1
«Bosques excluidos», indicados al final de la lista de cada zona ecológica regional, es la cifra de bosque en la región
que fue excluida del análisis por error de compatibilidad entre series de datos forestales y series de datos de zonas
ecológicas a causa de diferencias de escalas y resoluciones y diferencias asociadas en especial con la colocación de
aguas internas y costas. Las únicas regiones no incluidos en ello se encuentran en el Sureste Asiático y Australasia,
por razones explicadas en el texto. NA se utiliza para referirse a «no aplicable».

130
Apéndice 3 (continuación)
Cubierta Bosque Cubier.
Forestal proteg. proteg.
(km 2 ) (km 2 ) (%)
Principales ZE del SE Asiático Continental (continuación)
Pre-montaña Tropical húmeda 135 389 13 725 19,14
Pre-montaña Tropical seca 51 301 6 806 13,27
Montaña Tropical húmeda 0 ND ND
Montaña Tropical seca 279 0 0
Alpina 7 323 2 008 27,42
Mediterránea 0 ND ND
Total 1 285 400 159 639 12,42
Principales ZE del SE Asiático Insular
Tierra Baja Tropical húmeda 0 ND ND
T. Baja Tropical muy húmeda 1 448 781 215 260 14,86
T. Baja Trop. húmeda corta sequía 39 604 6 540 16,51
T. Baja Trop. húmeda larga sequía 5 472 1 105 20,20
T. Baja Trop. sub-seca 4 036 491 12,17
T. Baja Trop. muy seca/sub-árida 0 ND ND
T. Baja Trop. árida/desértica 0 ND ND
Pre-montaña Tropical húmeda 1 446 125 42 188 28,87
Pre-montaña Tropical seca 0 ND ND
Montaña Tropical húmeda 48 123 15 165 31,51
Montaña Tropical seca 0 ND ND
Alpina 2 720 739 27,19
Mediterránea 0 ND ND
Total 1 694 865 281 491 16,61
Principales ZE en América Latina- en tres partes.
Parte I: Mesoamérica:
Bosque Tropical húmedo hoja ancha 250 815 62 999 25,12
Bosque Tropical seco hoja ancha 229 412 2 532 1,10
Bosq. Trop. y Subtrop. coníferos 323 236 11 173 3,46
Pastos, prados, sabanas, arbustos 3 721 5 0,15
Pastos, prados aluviados 2 509 1 524 60,74
Pastos, prados montaña 116 58 50,35
Maleza Mediterráneo 0 ND ND
Desiertos y tierras de arbustos 91 814 10 734 11,69
Mangle (Toda América Latina) 5 149 704 13,68
Total (ver final sección Caribe)
Principales ZE en América Latina – en tres partes.
Parte 2: Sudamérica
Bosque Tropical húmedo hoja ancha 5 670 644 712 026 12,56
Bosque Tropical seco hoja ancha 165 047 27 197 16,48
Bosq. Trop. y Subtrop. coníferos ND ND ND
Bosques Templados 158 699 59 723 37,63
Pastos, prados, sabanas, arbustos 412 896 40 964 9,92
Pastos, prados aluviados 59 197 6 847 11,57
Pastos, prados montaña 80 307 19 201 23,91
Maleza Mediterráneo 0 ND ND
Desiertos y tierras arbustos 86 201 7 812 9,06
Restingas 907 Neg. Neg.
Mangle (Toda América Latina, ver resultados Mesoamérica)
Total (ver final sección Caribe)
(Continúa)

131
Apéndice 3 (continuación)
Cubierta Bosque Cubier.
Forestal proteg. proteg.
(km 2 ) (km 2 ) (%)
Principales ZE en América Latina – en tres partes.
Parte 3, El Caribe
Bosque Tropical húmedo hoja ancha 18 096 3 884 21,46
Bosque Tropical seco hoja ancha 15 582 1 946 12,49
Bosq. Trop. y Subtrop. coníferos 6 121 927 15,16
Pastos, prados, sabanas, arbustos 0 ND ND
Pastos, prados aluviados 2 253 145 6,46
Pastos, prados montaña 0 ND ND
Maleza Mediterráneo 0 ND ND
Desiertos y tierras de arbustos 741 144 19,46
Mangle (Toda América Latina, ver resultados Mesoamérica)
Bosques excluidos 42 963 6 538 15,22
Total (para toda América Latina) 1 161 713 7 583 476 12,88

Rusia
Desiertos Subtropicales 0 ND ND
Semidesiertos Subtropicales 4 635 2 883 62,21
Bosq. Subtrop. hoja ancha semi-verde perenne 120 0 0
Bosq. Mediterráneo verde perenne, tierra boscosa abierta, arbustos 0 ND ND
Desiertos Templados 0 ND ND
Semidesiertos Templados 6 869 42 0,61
Estepas Templadas 64 997 2 783 4,28
Bosque-estepas y prados Templados 318 850 13 646 4,28
Bosque Templado hoja ancha 106 717 2 499 2,34
Bosq. mixto decidufolia-conífero 493 491 15 552 3,15
Paisajes pantano y ciénaga 174 665 2 285 1,31
Paisajes valle fluvial 327 200 1 573 0,48
Bosque Boreal taiga 5 618 677 77 257 1,38
Tierra boscosa Boreal abierta 61 538 969 1,58
Prado marítimo Boreal 592 557 23 422 3,95
Bosq.-tundra Subpolar y tierra bosque abierto 246 645 1 061 0,43
Tundras Subpolares 55 989 1 581 2,82
Tundras árticas 97 0 0
Paisajes montaña glaciar 0 ND ND
Paisajes «Solonchak» 0 ND ND
Hielo Polar y desiertos piedra 0 ND ND
Bosques excluidos 59 440 4 225 7,11
Total 8 132 493 149 782 1,84

Medio Oriente
Tierra bosque abierto, arbustos, sabanas 0 ND ND
Desiertos semi-tropicales 0 ND ND
Desiertos Tropicales 0 ND ND
Estepas Subtrop. hierba alta 0 ND ND
Estepas Subtrop. hierba baja 16 968 36 0,21
Tierra bosq. abierto y arbustos 8 0 0
Desiertos Subtropicales 26 219 2 267 8,65
Semidesiertos Tropicales 14 456 0 0
Tierra Subtrop. bosq. abierto coníferos 268 0 0

(Continúa)

132
Apéndice 3 (continuación)
Cubierta Bosque Cubier.
Forestal proteg. proteg.
(km 2 ) (km 2 ) (%)
Medio Oriente (continuación)
Bosq. Subtrop. hoja ancha verde perenne. 14 456 27 0,19
Bosq. Subtrop. hoja ancha semi verde perenne 0 ND ND
Bosq. Subtrop. hoja ancha verde perenne coníferos 33 170 204 0,62
Bosq. Mediterráneo verde perenne, tierra bosq. abierto, arbustos 22 467 1 223 5,44
Desiertos Templados 17 302 511 2,96
Semidesiertos Templados 4 046 278 6,88
Estepas Templadas 15 015 1 211 8,07
Estepas-bosq. Templado y prados 9 517 557 5,85
Paisajes pantanos y ciénagas 0 ND ND
Paisajes valle fluvial 471 32 6,85
Paisajes montaña glaciar 3 0 0
Paisajes «Solochak» 0 ND ND
Bosques excluidos 1 458 35 2,41
Total 161 389 6 384 3,96

Extremo Oriente
Bosq. Subecuatorial semi verde perenne 3 760 42 1,13
Bosq. Trop. verde perenne y semi verde perenne 65 568 3 273 4,99
Tierra Bosq. Trop. abierto, arbustos y sabanas 2 377 238 10,02
Estepas Tropicales 17 832 219 1,23
Semi desiertos Tropicales 76 857 3 452 4,49
Estepas Subtrop. hierba corta 104 770 0 0
Desiertos Subtropicales 4 780 51 1,09
Semi desiertos Tropicales 13 174 8 137 61,77
Tierra bosq. abierto Subtrop. coníferos 23 716 3 296 13,90
Bosq. Subtrop. hoja ancha semi verde perenne 16 246 399 2,46
Bosq. Subtrop. coníferos-hoja
ancha semi verde perenne 104 770 5 620 5,36
Bosq. Subtrop. hoja ancha-coníferos verde perenne 50 485 691 1,37
Desiertos Templados 248 491 9 313 3,75
Semi desiertos Templados 42 051 2 613 6,22
Estepas Templadas 120 624 926 0,77
Estepas forest. y prados Templ. 173 735 4 847 2,79
Bosq. Templ. hoja ancha 66 812 629 0,94
Bosq. mixto decidufolio-conífero 137 531 21 504 15,64
Paisajes de pantano y ciénaga 8 802 173 1,97
Paisajes valle fluvial 64 456 1 237 1,92
Bosque Boreal taiga 251 324 11 522 4,58
Tierra bosq. abierto Boreal 214 397 434
Prado marítimo Boreal 1 118 0 ND
Paisajes montaña glaciar 449 0 ND
Paisajes «Solonchak» 0 ND ND
Bosques excluidos 18 944 3 432 18,12
Total 1 539 615 82 058 5,33

Norteamérica
Bosq. Tropical húmedo hoja ancha 262 184 70,36
Bosq. Templ. hoja ancha y mixto 1 720 610 100 430 5,84
Bosq. Templado conífero 1 739 905 178 140 10,24

(Continúa)

133
Apéndice 3 (continuación)
Cubierta Bosque Cubier.
Forestal proteg. proteg.
(km 2 ) (km 2 ) (%)
Norteamérica (continuación)
Pastos, prados, sabana, arbustos 233 117 5 595 2,51
Pastos, prados aluviados 2 454 1 212 49,38
Maleza Mediterránea y sabana 24 495 1 397 5,70
Tierras arbustos/desiertos 146 407 7 203 4,92
Bosque Boreal taiga 4 132 477 348 863 8,44
Tundra 327 590 53 131 16,22
Bosques excluidos 45 989 3 052 6,64
Total 8 363 311 699 211 8,36

Australasia
Bosques Tropicales secos 84 162 8 179 9,72
Bosq. Tropicales muy secos 19 772 59 0,30
Estepas Tropicales 1 477 0 ND
Bosq. Subtropical húmedo 950 30 7,57
Bosq. Subtrop. muy húmedo 49 979 5 719 11,44
Bosq. Subtrop. seco 69 709 6 305 9,06
Estepas Subtropicales 8 168 18 0,23
Desierto arbustos Subtrop. 1 807 0 ND
Desierto Subtropical 0 ND ND
Bosq. Templado húmedo cálido 26 463 3 578 13,52
Bosq. Templado seco cálido 62 191 8 474 13,63
Estepas Templadas cálidas 3 158 111 3,54
Desierto arbustos Templ. cálido 0 ND ND
Bosq. húmedo Templado frío 18 965 6 023 31,76
Bosq. muy húmedo Templ. frío 107 586 21 173 19,68
Estepa Templada fría 606 0 0
Bosq. Boreal pluvial 4 367 2 211 50,64
Bosq. Boreal húmedo 7 686 3 893 50,66
Tundra Polar pluvial 10 395 5 866 56,43
Desieto Polar 25 25 99,76
Total 477 476 71 724 15,02

134
Figura 1. Porcentaje medio de bosques bajo protección (el cálculo incluyó sólo zonas ecológi-
cas boscosas) para cada región

Resumen

Porcentaje

10,00

15,00

20,00

25,00
0,00

5,00
Africa

Australasia

Asia continental sudoriental

Asia insular sudoriental

Europa

Lejano oriente

Oriente medio t

América del Norte

Rusia

América Latina

135
Figura 2a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en
cada zona ecológica de Asia Insular (véase Apéndice 2 para los países incluidos en esta región).
Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico

Asia insular sudoriental

1600000,00

1400000,00

1200000,00

1000000,00
Area km2

800000,00

600000,00

400000,00

200000,00

0,00
Tierras bajas Premon- Montano Tierras bajas Tierras bajas Tierras Alpino
muy tano húmedo húmedas con húmedas con bajas sub-
húmedas húmedo estación estación seca áridas
seca corta larga

Figura 2b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de Asia Insular SE. Las
zonas ecológicas sin bosques han sido omitidas. El porcentaje de cubierta forestal que no fue
incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue inexistente (véase el texto)

Asia insular sudoriental

80,00
70,00
60,00
50,00
Porcentaje

40,00
30,00
20,00
10,00
0,00
Tierras bajas Tierras bajas Tierras bajas Tierras bajas Premontano Montano Alpino
muy con estación húmedas con sub-árias húmedo húmedo
húmedas seca corta estación
seca larga

136
Figura 3a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en
cada zona ecológica de Asia Continental SE (véase Apéndice 2 para los países incluidos en esta
región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico

Asia Continental Sudoriental


450000,00

400000,00

350000,00

300000,00
Area (km2 )

250000,00

200000,00

150000,00

100000,00

50000,00

0,00
e

y
t

Tierras Tierras Tierras Premon- Premon- Alpino Tierras Tierras Montano


bajas sub- bajas muy bajas tano tano bajas muy bajas seco
áridas húmedas húmedas húmedo seco áridas/sub- áridas/
con áridas desérticas
estación
seca larga

Figura 3b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de Asia Continental SE. Las
zonas ecológicas sin bosques han sido omitidas. El porcentaje de cubierta forestal que no fue
incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue inexistente (véase el texto)

Asia Continental Sudoriental


40,00

35,00

30,00

25,00
Porcentaje

20,00

15,00

10,00

5,00

0,00
Tierras Tierras Tierras Tierras Tierras Premon- Premon- Montano Alpino
bajas muy bajas bajas sub- bajas muy bajas tano tano seco
húmedas húmedas áridas s e c a s / s u b - áridas/ húmedo seco
con áridas desérticas
estación
seca larga

137
(véase Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico
Figura 4a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica del Lejano Oriente
Area (km 2 )

100000,00

150000,00

200000,00

250000,00

300000,00
50000,00
0,00
a
Taiga bosque boreal

Desiertos templados

Estepas forestales templadas y praderas

Bosques templados mixtos caducifolios-coníferas


e
Estepas templadas

Bosques subtropicales de coníferas frondosas semi-perennifolia


-
Semi desiertos tropicales

Bosques templados frondosos


-
d
Bosques tropicales semi-perennifolia y perennifolia

Paisajes de valle fluvial

Far East
Bosques subtropicales de coníferas frondosas perennifolia

Lejano Oriente
Semidesiertos templados
l

Tierras arboladas subtropicales

Tierras arboladas boreales abiertas

l
Estepas tropicales
s

Bosques subtropicales frondosos semi-perennifolia

Semidesiertos subtropicales
s

Paisajes de turberas y pantanos

l
Desiertos subtropicales

Estepas subtropicales de pasto corto

Bosques subecuatoriales semi-perennifolia n

Tierras arboladas tropicales, arbustos y sabanas

e
Prados de siega boreales marítimos

Paisajes montañosos glaciares

138
omitidas. El porcentaje de cubierta forestal que no fue incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue el 1,23% (véase el texto)
Figura 4b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica del Lejano Oriente. Las zonas ecológicas sin bosques han sido
Porcentaje

10,00

20,00

30,00

40,00

50,00

60,00

70,00
0,00
Taiga bosque boreal

Bosques templados mixtos caducifolios-coníferas

Bosques templados frondosos

Estepas forestales templadas y praderas

e
Estepas templadas

Semi desiertos tropicales

e
Desiertos templados

Bosques subtropicales de coníferas frondosas perennifolia

Bosques subtropicales de coníferas frondosas semi-perennifolia

Bosques subtropicales frondosos semi-perennifolia

Lejano Oriente
Tierras arboladas subtropicales de coníferas abiertas

Semi desiertos subtropicales

Desiertos subtropicales

Estepas subtropicales de pasto corto

Semi desiertos tropicales

Estepas tropicales

Tierras arboladas tropicales, arbustos y sabanas

Bosques tropicales semi-perennifolia y perennifolia

Bosques subecuatoriales semi-perennifolia

Paisajes de valle fluvial

Paisajes de turberas y pantanos

Paisajes montañosos glaciares

139
(véase Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico
Figura 5a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica del Oriente Medio
Area (km 2)

10000,00

15000,00

20000,00

25000,00

30000,00

35000,00
5000,00
0,00
Bosques subtropicales de coníferas
frondosas perennifolia

Desiertos subtropicales
n
Bosques mediterráneos frondosos
perennifolia, tierras arboladas abiertas y
arbustos

Desiertos templados

Estepas subtropicales de pasto corto

Estepas templadas

Bosques subtropicales frondosos semi- Oriente Medio


perennifolia

Estepas forestales templadas y praderas

-
Semidesiertos templados

Paisajes de valle fluvial

Tierras arboladas subtropicales de coníferas


abiertas

Semidesiertos subtropicales

Paisajes montañosos glaciares

140
omitidas. El porcentaje de cubierta forestal que no fue incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue el 0,9% (véase el texto)
Figura 5b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica del Oriente Medio. Las zonas ecológicas sin bosques han sido
Porcentaje

10

12

14
0

8
Estepas tropicales de pasto corto

Desiertos subtropicales

Semi desiertos subtropicales

Tierras arboladas subtropicales de coníferas


abiertas

Bosques subtropicales frondosos semi-


perennifolia

Bosques subtropicales de coníferas frondosas

Oriente Medio
perennifolia

Bosques mediterráneos frondosos perennifolia,


tierras arboladas abiertas y arbustos

Desiertos templados

Semi desiertos templados

Estepas templadas

Estepas forestales templadas y praderas

Paisajes de valle fluvial

r
Paisajes montañosos glaciares

141
Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico
Figura 6a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica de Rusia (véase
Area (km 2)

1000000,00

2000000,00

3000000,00

4000000,00

5000000,00

6000000,00
0,00
Taiga bosque boreal t

Prados de siega boreales marítimoss

Bosques templados mixtos caducifolios-


coníferas

Paisajes de valle fluvial

Estepas forestales templadas y praderas

Tundras forestales subpolares y tierras


arboladas abiertas

Paisajes de turberas y pantanos Rusia

Bosques templados frondososd

Estepas templadas

Tierras arboladas boreales abiertas

Tundras subpolares

Semidesiertos templadoss

Semi desiertos subtropicales

Bosques subtropicales frondosos semi-


perennifolia

Tundras árticas

142
porcentaje de cubierta forestal que no fue incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue el 0,7% (véase el texto)
Figura 6b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de Rusia. Las zonas ecológicas sin bosques han sido omitidas. El
Porcentaje

100
10

20

30

40

50

60

70

80

90
Tundras forestales subpolares 0
y tierras arboladas abiertas

Paisajes de tuberas y pantanos

Tundras árticas

Taiga bosque boreal

Prados de siega borealese


marítimos

Bosques templados mixtos


caducifolios-coníferas

Tierras arboladas boreales


abiertas
Rusia

Bosques templados frondosos

e
Estepas templadas

Paisajes de valle fluvial

-
Semi desiertos templados

Semi desiertos subtropicales

Estepas forestales templadas y


praderas

Bosques subtropicales
frondosos semi-perennifolia

143
Figura 6c. Bosques por ecoregión y áreas protegidas en Rusia

144
LEYENDA
Tundras árticas Semi desiertos templados Datos preparados por el Dr. Igor Lysenko

Tundras subpolares Bosques subtropicales frondosos semi-perennifolia Elaborados por el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación

Tundras forestales subpolares y tierras arboladas abiertas Semi desiertos subtropicales Noviembre 1996

Prados de siega boreales marítimos Paisajes de valle fluvial Proyección: Bonnie

Tierras arboladas boreales abiertas Paisajes de turberas y pantanos Longitud del centro de proyección: 90 00 00

Taiga bosque boreal Areas protegidas Latitud del centro de proyección: 65 00 00

Bosques templados mixtos caducifolios-coníferas


Bosques templados frondosos
Estepas forestales templadas y praderas
Estepas templadas
145
Figura 7a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica de América del
Norte (véase Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico
4500000,00 América del Norte
4000000,00
3500000,00
3000000,00
Area (km 2)

2500000,00
2000000,00
1500000,00
1000000,00
500000,00
0,00

Tierras arbustivas secas/desiertos


Bosques templados frondosos y
Bosques templados de coníferas

Tundra

Bosques tropicales húmedos


Pastizales/sabanas/arbustos

Matorral mediterráneo y sabana

frondosos
mixtos

Herbazales inundados
Bosque boreal/taiga

templados
Figura 7b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de América del Norte. Las zonas ecológicas sin bosques han sido
omitidas. El porcentaje de cubierta forestal que no fue incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue el 0,5% (véase el texto)
90,00 América del Norte
80,00
70,00
60,00
Porcentaje

50,00
40,00
30,00
20,00
10,00
0,00

y mixtos

sabana

desiertos
coníferas

Tundra
Bosques tropicales frondosos

Bosques templadas de

Bosques boreal/taiga
Pastizales/sabanas/arbustos
Bosques templados frondosos

Tierras arbustivas secas/


Herbazales inundados
templados

Matorral mediterráneo y

146
Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico
Figura 8a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica de Europa (véase
Area (km 2 )

100000,00
200000,00

300000,00
400000,00

500000,00
600000,00

700000,00

800000,00
900000,00
0,00
Bosques boreales y mesofíticos de coníferas

Bosques templados frondosos y mixtos

Bosques y arbustos achaparrados de tipo mediterráneo

Desiertos polares y alpinos y tundra

Lodos y brezos
Europa

Llanura de inundación ribereña y vegetación lacustre

Bosques de tierras pantanosas

Parques (herbazales con pequeñas extensiones de


bosques)

Estepas y otros herbazales secos

Vegetación costera y halofítica

147
porcentaje de cubierta forestal que no fue incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue el 2,7% (véase el texto)
Figura 8b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de Europa. Las zonas ecológicas sin bosques han sido omitidas. El
Porcentaje

10,00

20,00

30,00

40,00

50,00

60,00

70,00
- 0,00
Llanura de inundación ribereña y
vegetación lacustre

Vegetación costera y halofítica

Estepas y otros pastizales secos

Lodos y brezos

Bosques de tierras pantanosas

Europa
Parques (herbazales con pequeñas
extensiones de bosques)

Bosques y arbustos achaparrados


de tipo mediterráneo

Bosques templados frondosos y


mixtos

Bosques boreales y mesofíticos de


coníferas

Desiertos polares y alpinos y tundra

148
(véase Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico
Figura 9a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica de Australasia
Area (km 2 )

100000,00

120000,00
20000,00

40000,00

60000,00

80000,00
0,00
Bosque caliente templado seco

Tundra polar lluviosa

Estepa tropical espinosa

Bosque fresco templado húmedo

Bosque tropical seco

Desierto polar

Estepa subtropical espinosa

Bosque subtropical húmedo


Australasia
Bosque subtropical seco

Bosque boreal lluvioso

Bosque boreal húmedo

Arbusto subtropical desértico

Estepa fresca templada

Bosque tropical muy seco

Estepa caliente templada espinosa

Bosque fresco templado lluvioso

Bosque caliente templado húmedo

Bosque subtropical húmedo

149
El porcentaje de cubierta forestal que no ha sido incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue inexistente (véase el texto)
Figura 9b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de Australasia. Las zonas ecológicas sin bosques han sido omitidas.
Porcentaje

10,00

15,00

20,00

25,00

30,00

35,00

40,00
0,00

5,00
Bosque tropical muy seco

Estepa tropical espinosa

Bosque subtropical húmedo

Bosque subtropical húmedo

Bosque subtropical seco

Estepa subtropical espinosa

Arbusto subtropical desértico

Bosque caliente templado húmedo


Australasia
Bosque caliente templado seco

Estepa caliente templada espinosa

Bosque fresco templado lluvioso

Bosque fresco templado húmedo

Estepa fresca templada

Bosque boreal lluvioso

Bosque boreal húmedo

Tundra polar lluviosa

Desierto polar

150
151
Figura 10a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica de Africa (véase
Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las zonas sin bosques no han sido incluidas en este gráfico
1000000
900000 Africa
800000
700000
Area (km 2)

600000
500000
400000
300000
200000
100000
0

Mediterráneo
Tierras bajas muy secas/sub-áridas

Tierras bajas muy húmedas

Premontano húmedo
Tierras bajas sub-áridas

Montano húmedo

Alpino

Premontano seco

Montano seco

Tierras bajas húmedas


Tierras bajas húmedas con estación seca larga

Tierras bajas húmedas con estación seca corta


Figura 10b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de Africa. Las zonas ecológicas sin bosques han sido omitidas. El
porcentaje de cubierta forestal que no ha sido incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue 0,04% (véase el texto)
90,00
80,00 Africa
70,00
60,00
Porcentaje

50,00
40,00
30,00
20,00
10,00
0,00
Mediterráneo

Montano húmedo

Tierras bajas muy secas/sub-áridas

Tierras bajas muy húmedas


Alpino

Montano seco

Premontano seco

Premontano húmedo

Tierras bajas húmedas


Tierras bajas sub-áridas

Tierras bajas húmedas con estación seca larga

Tierras bajas húmedas con estación seca corta

152
Sudamérica; MA – Mesoamérica; CA – Caribe. Las zonas sin bosques no han sido incluidas en el gráfico
(véase Apéndice 2 para los países incluidos en esta región). Las abreviaciones en los nombres de las zonas ecológicas significan: SA –
Figura 11a. Area de cubierta forestal (barra clara) y de bosques bajo protección (barra oscura) en cada zona ecológica de América Latina
Area (km 2 )

10 000 000,000

20 000 000,000

30 000 000,000

40 000 000,000

50 000 000,000

60 000 000,000
0,000
Bosques tropicales húmedos frondosos SA

Herbazales, sabanas y tierras de arbustos SA

Bosques tropicales y subtropicales de coníferas

Bosques tropicales húmedos frondosos MA

Bosques tropicales secos frondosos MA

Bosques tropicales secos frondoso SA

Bosques templados SA

Desiertos y tierras arbustivas secas MA

Desiertos y tierras arbustivas secas SA

Herbazales montanos SA
América Latina

Herbazales inundados SA

Bosques tropicales húmedos frondosos

y
Bosques tropicales secos frondosos

Bosques tropicales y subtropicales CB

Manglar indiferenciado

Herbazales, sabanas y tierras arbustivas MA

Herbazales inundados MA

Herbazales inundados CB

Restingas SA

Desiertos y tierras arbustivas secas CB

Herbazales montanos MA

153
porcentaje de cubierta forestal que no ha sido incluido por el análisis en las zonas ecológicas fue 2,2% (véase el texto)
omitidas. Las abreviaciones en los nombres de las zonas ecológicas significan: SA – Sudamérica; MA – Mesoamérica; CA – Caribe. El
Figura 11b. Porcentaje de cubierta de bosque en cada zona ecológica de América Latina. Las zonas ecológicas sin bosques han sido
Porcentaje

10,00

20,00

30,00

40,00

50,00

60,00

70,00

80,00
0,00
Manglar indiferenciado

Bosques tropicales húmedos frondosos CB

Bosques tropicales secos frondosos CB

Bosques tropicales y subtropicales de


coníferas CB

Herbazales inundadas CB

Desiertos y tierras arbustivas secas CB

Bosques tropicales húmedos frondosos MA

Bosques tropicales secos frondosos MA

Bosques tropicales y subtropicales de


coníferas MA
Herbazales, sabanas y tierras arbustivas

América Latina
MA

Herbazales inundados MA

Herbazales montanos MA

Desiertos y tierras arbustivas seca MA

Bosques tropicales húmedos frondosos SA

Bosques tropicales secos frondosos SA

Bosques templados SA

Herbazales, sabanas y tierras de arbustos


SA

Herbazales inundados SA

Herbazales montanos SA

Desiertos y tierras arbustivas secas SA

Restingas SA

154
Figura 11c. Bosques por ecoregiones y áreas protegidas en Mesoamérica

Leyenda
Bosques tropicales secos frondosos
Bosques tropicales y subtropicales de coníferas
Desiertos y tierras arbustivas secas
Herbazales/sabanas/tierras arbustivas
Herbazales inundados
Bosques tropicales húmedos frondosos
Manglares
Herbazales montanos
Areas protegidas

155
Prioridades de la investigación de la
biodiversidad como soporte de la política y la
gestión de los bosques tropicales fluviales

Erik M. Lammerts van Bueren 1 y Joost F. Duivenvoorden 2

RESUMEN
Este documento presenta un procedimiento para identificar las prioridades de la investigación
sobre los aspectos biológicos y ecológicos de la biodiversidad, con el propósito de suministrar
información crucial para quienes elaboran políticas o se ocupan de la gestión forestal, con fines de
conservación y un uso amplio de los bosques tropicales pluviales. Este procedimiento ha sido elabo-
rado para su empleo por la Fundación Tropenbos, de Holanda, en la evaluación de la relevancia y la
eficiencia de costes de las propuestas de proyecto, y para tomar iniciativas de desarrollo y organiza-
ción de nuevas actividades de investigación, así como por otras instituciones dedicadas a la investi-
gación. El documento enuncia siete objetivos de la política y la gestión relativas a la conservación y
utilización amplia de los bosques tropicales pluviales, sobre los cuales es indispensable disponer de
información sobre la biodiversidad. Más adelante, explica la elaboración de una matriz que muestra las
necesidades de información acerca de la biodiversidad que corresponden a cada uno de los objetivos,
la relevancia de una propuesta de investigación para la política y/o la gestión, así como la convenien-
cia de introducir mejoras metodológicas. Asimismo, se formulan criterios adicionales para la definición
final de las prioridades.
La Fundación Tropenbos es una organización de alcance internacional, que se dedica a llevar a
cabo investigaciones multidisciplinares y programas de formación, que sirvan como soporte a la
conservación de la biodiversidad y la utilización amplia de los bosques tropicales lluviosos. Cuenta
con cinco sedes permanentes de investigación, en Colombia, Guyana, Camerún, Côte d’Ivoire e
Indonesia.

Palabras clave: Investigación sobre biodiversidad, bosques tropicales pluviales, conservación,


uso forestal sostenible, programas de investigación multidisciplinaria.

INTRODUCCION
La Fundación Tropenbos, de Holanda, es una organización independiente, que actúa a escala
internacional, y lleva adelante actividades de investigación y desarrollo como soporte para la conser-
vación de la biodiversidad y el uso sostenible de los bosques. Se ocupa de iniciar y de financiar
investigaciones multidisciplinares y programas de formación a través de las cinco sedes de investiga-
ción con las que cuenta, en Colombia, Guyana, Camerún, Côte d’Ivoire e Indonesia. Para reforzar la

1
The Tropenbos Foundation. PO Box 232, 6700 AE, Wageningen. HOLANDA, Holanda
2
Hugo de Vries Laboratory, University of Amsterdam, Kruislaan 318, 1098 Amsterdam.HOLANDA

157
coherencia entre esas sedes y mejorar la eficacia de sus programas, las estrategias de investigación de
la Fundación han sido articuladas sobre temas tales como la diversidad biológica y los productos
forestales distintos a la madera. Este documento resume la estrategia de investigación sobre la biodi-
versidad de los bosques tropicales pluviales u ombrófilos.

BIODIVERSIDAD DE LOS BOSQUES TROPICALES PLUVIALES


La biodiversidad es definida como la variabilidad entre los organismos vivos de todas las fuentes,
entre ellos los ecosistemas terrestres, marinos y otros acuáticos, y los complejos ecológicos de los
que forman parte; ésto comprende la diversidad dentro de las especies, entre las especies y entre los
ecosistemas. A efectos prácticos, este concepto de biodiversidad está subdividido en tres dimensio-
nes: la espacial, la temporal y una dimensión funcional que representa las relaciones funcionales
dentro y entre las especies y entre los ecosistemas.

PROCEDIMIENTO PARA IDENTIFICAR LAS PRIORIDADES DE LA INVESTIGACION


Se presenta aquí un procedimiento que es una herramienta gracias a la cual Tropenbos trata de
definir la prioridad de la investigación acerca de la política y la gestión de la biodiversidad de los
bosques tropicales pluviales. Este procedimiento comienza por identificar los objetivos más comunes
y obligatorios de la gestión, relacionados con la conservación y la utilización amplia de los bosques
tropicales pluviales, para los cuales es indispensable tener información sobre la biodiversidad (ver
proceso analítico en Cuadro 1). La puesta en práctica de esos objetivos de la política y la gestión,
reclama acciones específicas que necesitan ser trasladadas a actividades posibles. Para la ejecución
de esas actividades, se requiere información sobre la biodiversidad. Hasta qué punto esté disponible
esa información será determinante para la investigación que ha de emprenderse.
El análisis de la información y la investigación requerido para ejecutar las actividades asociadas
con los siete objetivos de la política y la gestión, da como resultado una primera clasificación de las
prioridades de investigación relativas a la biodiversidad de los bosques tropicales pluviales. Para
conseguir un ajuste más fino, se aplica una priorización y categorización, que explica con mayor
precisión el tipo de información requerida sobre la biodiversidad y la naturaleza de la investigación
que debe desarrollarse. Elementos de esa categorización son las tres dimensiones de la biodiversidad
(espacial, temporal y funcional) y la distinción entre la información de tipo genérico y la especifica de
un determinado sitio.
La prioridad final que se establezca debería basarse sobre los siguientes criterios adicionales:
• Sensibilidad de la actividad, acción o incluso del objetivo de política y gestión para la información
que debe producirse a través de la investigación que se propone.
• Eficiencia de costes de la investigación propuesta, mediante la evaluación de las relaciones
coste/producto.
• El valor genérico anticipado del producto del ejercicio de investigación (investigación “de propó-
sito general”).
• El grado de integración de una actividad singular de investigación y los elementos de otros
campos de investigación relacionados, basado en el entendimiento de que los resultados integra-
dos arrojan unas elevadas proporciones de inversión/producto.
• Justificación de la elección del sitio, el ecosistema o las especies.

158
RECUADRO 1. REPRESENTACION ESQUEMATICA DEL PROCESO ANALITICO PARA DE-
TERMINAR LA INFORMACION QUE SE NECESITA Y PARA QUE LA INFORMACION SOBRE
LA BIODIVERSIDAD DE LOS BOSQUES TROPICALES PLUVIALES ESTE DISPONIBLE
COMO SOPORTE PARA LA POLITICA Y LA GESTION

Objetivo de política/
gestión

Acciones

Actividades

REALIZACION

Input de información Necesidad de información


sobre biodiversidad sobre biodiversidad

Información disponible Estado del conocimiento

Investigación Carencia de información


sobre biodiversidad

Disponibilidad de métodos
Métodos adecuados de investigación
con eficiencia de costes

Desarrollo de métodos Métodos inadecuados


de investigación

159
RECUADRO 2. OBJETIVOS DE POLITICA Y GESTION RELATIVOS A LA CONSERVACION
Y LA UTILIZACION AMPLIA DE LOS BOSQUES TROPICALES PLUVIALES, PARA LOS QUE
ES INDISPENSABLE CONTAR CON INFORMACION SOBRE LA BIODIVERSIDAD
• Planificación del uso de la tierra para la conservación y el uso sostenible de la tierra forestal.
• Designación y gestión de las áreas forestales naturales totalmente protegidas.
• Protección y reintroducción de especies protegidas
• Soporte, adopción y documentación de la gestión autóctona de los bosques tropicales pluviales
• Uso y valorización de los productos forestales distintos a la madera.
• Producción sostenible de madera.
• Rehabilitación y uso productivo de bosques forestales

NECESIDADES DE INFORMACION E INVESTIGACION SOBRE LA BIODIVERSIDAD,


COMO SOPORTE PARA LA POLITICA Y LA GESTION DE LOS BOSQUES
TROPICALES PLUVIALES.
El procedimiento ha sido aplicado de modo preliminar y parcial (Lammerts van Bueren y
Duivenvoorden 1996). Tomando en cuenta las iniciativas internacionales y las observaciones recibi-
das a través de la consulta en nuestra propia red, Tropenbos ha definido un total de siete objetivos de
política y gestión interrelacionados (ver Cuadro 2). El objetivo de importancia global es la adecuada
planificación del uso de la tierra. Los otros seis objetivos son más específicos y tienen vínculos,
fuertes o débiles, con el uso de la tierra.
Con vistas a las acciones y actividades asociadas con los siete objetivos de política y gestión
enumerados, se ha intentado describir las necesidades de información sobre la biodiversidad. La
evaluación de la actual disponibilidad de información adecuada que se necesita en casos individuales
debe hacerse caso por caso, y no ha sido incluida en este documento. Tropenbos ha consultado a
científicos especializados en la ecología y en la gestión de los bosques tropicales pluviales, a fin de
elaborar una guía sobre la actual disponibilidad de métodos con eficiencia de costes a propósito de la
orientación de los temas de investigación sobre la biodiversidad en los bosques tropicales pluviales.
El resultado de ese proceso de consultas puede encontrarse en Lammerts van Bueren y Duivenvoorden
(1996).

LAS PRIORIDADES DE INVESTIGACION


La información identificada sobre la biodiversidad, orientada a la política y la gestión, ha sido
categorizada de acuerdo con los tipos genéricos y específicos de información y, a continuación,
incorporada a una ‘matriz de información´. Esta matriz muestra, asimismo, la afinidad principal de la
información con una o más de las tres dimensiones de la biodiversidad (espacial, temporal y funcional)
y los resultados de las consultas sobre la disponibilidad de métodos. En conjunto, la matriz provee
una visión global rápida del tipo de información sobre la biodiversidad de los bosques tropicales
pluviales, que se necesita para el desarrollo e implementación de los objetivos relevantes de política y
gestión. También aparece en la matriz la existencia de unas necesidades de desarrollar métodos con
eficiencia de costes en aquellos casos donde la información disponible no es suficiente, y podría, en
consecuencia, ser generada mediante una investigación.
La matriz de información puede ser empleada de diversas maneras como base para seleccionar la
investigación que se necesita con mayor urgencia. En primer lugar, la matriz facilita la identificación de
necesidades repetidas para tipos similares de información genérica y de áreas de investigación donde

160
la mejora metodológica es más necesaria. La matriz también permite una revisión crítica de la relevan-
cia, para la política y la gestión, de la investigación sobre la biodiversidad planificada o en marcha. Por
ejemplo, el cruce de las actividades de las sedes de Tropenbos con los ítems de información en la
matriz, podría indicar si los objetivos relevantes de política y gestión perseguidos en las sedes están
siendo tratados de manera adecuada. Este cruce puede, asimismo, revelar si la investigación en las
sedes es interés local o genérico, y puede ayudar a clasificar las actividades de investigación según
las tres dimensiones de la biodiversidad. De este modo, puede someterse a prueba la dirección de los
proyectos de las actividades de investigación en marcha o en proyecto y, cuando fuera necesario,
reconsiderada en función de obtener la máxima orientación hacia los objetivos de política y gestión,
usando los métodos de investigación más eficientes en costes.

Figura 1. Estructura básica de la matriz de información presentada en Lammerts van Bueren y


Duivenvoorden (1996). En la columna de la izquierda, las necesidades de información genérica y
específica son enumeradas con relación a los siete objetivos de política y gestión. La sección a
la derecha de la matriz muestra la afinidad principal de la información con una o más de las
tres dimensiones de la biodiversidad (espacial, temporal y funcional). En la matriz completa,
esta afinidad está marcada con una indicación de la disponibilidad de los métodos de investiga-
ción.

Información necesaria orientada Dimensiones de la biodiversidad


a la política y a la gestión

Pautas Pautas Relaciones


espaciales temporales funcionales

Corto Medio-largo

Información genérica
necesaria

Información específica
necesaria

Bibliografía
Lammerts van Bueren, E.M. and Duivenvoorden, J. F. (1996). Towards priorities of biodiversity
research in support of policy and management of tropical rain forests. A contribution to the conservation
and wise use of tropical rain forests. The Tropenbos Foundation, Wageningen, Holanda.

161
Resúmenes de las memorias voluntarias
(los que siguen se publican también en inglés, francés y turco)

PERSPECTIVAS MULTIPLES EN LA CONSERVACION DE ECOSISTEMAS


FORESTALES: EL CASO DE LA RESERVA FORESTAL NACIONAL DE ZONA DISPERSA
MAASAI MARA, EN KENIA

James L. Kiyiapi 1

El documento examina las tendencias actuales y sostiene que el éxito en la gestión sostenible de
bosques de uso múltiple se articula sobre (1) el nivel de la gestión del bosque natural y de su integra-
ción institucional; (2) la extensión del interés de las partes implicadas y de la convergencia sectorial,
y (3) el modo y grado de la implementación sobre el terreno. Se esboza una multiplicidad de temas,
conceptuales por naturaleza, todos ellos con implicaciones socioeconómicas, políticas y legales, y se
ponen de relieve los riesgos de las estrategias de conservación no clarificadas. Urge contar con una
definición centrada (o al menos su reconocimiento) de la complejidad de los temas en juego. Para
alcanzar los objetivos de conservación del recurso natural, resultan esenciales una delegación real de
poderes en la comunidad y su participación activa; y, por lo tanto, ha de prestarse más atención al
proceso mismo de devolución de competencias. La Reserva Forestal Nacional Maasai Mara, en Kenia,
con un conjunto único de grandes poblaciones de mamíferos, extensos bosques y dehesas anexas al
parque, así como sus implicaciones socioeconómicas y culturales, es tomada como ejemplo para
ilustrar los principios que se discuten en el documento.

Palabras clave: Conservación y uso múltiple, gestión forestal, integración, partes interesadas,
delegación en la comunidad, participación.

1
Department of Forestry. Moi University, P.O.Box 1125. Eldoret. Kenia

163
VARIACION GENETICA TEMPRANA EN FAIDHERBIA ALBIDA: REPERCUSIONES PARA
UN APROVECHAMIENTO EFICAZ E INTRODUCCION EN NUEVOS HABITAT

Abdelazim M. Ibrahim 1

En el presente estudio se comunican los resultados de tres ensayos sobre el terreno realizados a lo
largo del gradiente de precipitación en las llanuras centrales de Caly, en el Sudán, y los resultados de
un experimento llevado a cabo en condiciones ambientales controladas en una cámara de crecimiento.
Se sometieron a estudio nueve procedencias de Faidherbia albida. El objetivo consistía en evaluar la
posibilidad de introducir las especies en nuevos hábitat en general y en ambientes arcillosos en
particular. Según sugieren los resultados, las especies tienen una gran capacidad para adaptarse a una
gama de condiciones mucho más amplia que sus propias condiciones naturales, siempre y cuando se
apliquen prácticas de cultivo adecuadas. Los resultados demuestran además que existen dos genoti-
pos distintos, en el ámbito de los recursos genéticos de las especies, que podrían utilizarse en ambien-
tes contrastantes.

Palabras clave: Faidherbia albida, variación genética, utilización, nuevos hábitat.

1
Forestry Research Centre, P.O. Box 7089, Jartum, Sudán

164
BIODIVERSIDAD Y ESTRATEGIA DE CONSERVACION DE LA RESERVA NATURAL DE
BAOTIANMAN, EN LA CHINA TEMPLADA

Shirong Liu, Juan Ma, Zuomin Shi y Li Chen 1

La Reserva Natural de Baotianman está situada en el distrito de Neixiang, al sudoeste de la provin-


cia de Henan, en China. Es una zona de transición de clima subtropical a templado. Su área total es de
5 400 ha, con un 95,4 por ciento cubierto por bosques. La pauta de distribución vertical de los bosques
es pronunciada a lo largo del gradiente de altitud, a saber: en las tierras bajas, bosque caducifolio
mezclado con algunos componentes de hoja perenne por debajo de los 1 200 m; theropencedrymion
entre los 1 200 y los 1 600 m; bosque mixto de frondosas y coníferas entre los 1 600 y los 1 900 m; y
bosques de coníferas alpinas junto con monte bajo alpino por encima de los 1 690 m, respectivamente.
El estudio preliminar indica que hay 2 174 especies de carpofitas, entre las cuales 29 son especies
protegidas identificadas por el gobierno chino, y otras 52 son especies raras y preciosas, entre ellas
Picea neovcitchii, Tapiscia siciensis, Tatracentron siciensis, Cinnamomum japonicum y phoebe
zhennan, etc. Hay allí 313 especies arbóreas de valor comercial, como por ejemplo Ulmus elongata,
Manchurian walnut y seplemlobate kelopanax. Adicionalmente, hay 201 especies animales de ver-
tebrados gigantes, entre ellas 23 especies protegidas, v.g; leopardo, antílope y salamandra gigante. El
número de insectos se estima en más de 3 000 especies, que incluyen 160 de mariposas. Con el
incremento de la población local y el desarrollo del ecoturismo, la conservación de la biodiversidad de
estos recursos se ve crecientemente amenazada como resultado de la recogida furtiva de plantas y
animales, la expansión de tierras de labranza y la recolección de plantas comestibles y medicinales. Los
principales enfoques para la solución de estos problemas son el reforzamiento de la gestión del área
protegida, la elaboración de planes generales de gestión, un control del crecimiento de población que
sea compatible con la capacidad biológica del recurso, así como el estímulo a la comunicación, parti-
cipación y cogestión con las comunidades locales.

Palabras clave: Biodiversidad, estrategia de conservación, área protegida.

1
Research Institute of Forest Ecology and Environment. Chinese Academy o Forestry, Beijing 100091, P.R. China

165
LA CONSERVACION DE LOS VALORES BIO-MEDICINALES

Shahbaz Ahmad IFS 1

Cada planta medicinal posee algunas propiedades curativas que podemos denominar sus valores
bio-médicos. Un buen número de plantas tienen propiedades singulares, muy peculiares en sí mismas.
Con la pérdida en biodiversidad, muchas especies de plantas se han perdido y muchas están amena-
zadas. No tenemos aún suficiente consciencia acerca de los valores biomédicos que se han perdido.
Pero debemos ser conscientes sobre los valores biomédicos amenazados. Esta consciencia debe
combinarse con las reformas en los sistemas terapéuticos, de modo que la terapia con medicamentos
estén en consonancia con las normas nacionales e internacionales y produzcan el mínimo stress en los
ecosistemas naturales.

1
Conservator of Forests, Principal, Forest Rangers College, Balaghat (M.P) 481001. India

LA CONSERVACION DE LA BIODIVERSIDAD MEDIANTE EL BOSQUE: UN METODO DE


LA INDIA

1
Satishkumar Narkhede

La complejidad y la diversidad son las nuevas fronteras de la ciencia, siendo fundamental el


documentar la variación que presenta la naturaleza para una mejor ordenación de los recursos ambien-
tales. Sin embargo, hoy en día la diversidad de los ecosistemas está amenazada a causa del incremento
de la población. La Política Forestal Nacional de la India (1988) hace el gran hincapié en el manteni-
miento y preservación de la diversidad biológica con el fin de conseguir la conservación sobre una
base sostenible de una inmensa reserva genética necesaria para la supervivencia de las futuras gene-
raciones de la humanidad. Las estrategias efectivas de conservación que se necesitan incluyen la
conservación in situ y ex situ, el fortalecimiento de las parcelas de preservación y las reservas de la
biosfera. Los centros existentes de biodiversidad v.gr. los parques nacionales y los santuarios de
fauna, que sostienen una inmensa colección de flora y fauna, tienen que ser manejados de forma
intensiva con el fin de mantener la diversidad de las comunidades.

1
Department of Silviculture and Agroforestry, Dr. Y.S. Parmar University of Horticulture and Forestry, Nauni,
Solan 173 230 (HP), India

166
SISTEMA DE PARQUES NACIONALES EN INDONESIA: UN DESAFIO PARA
INTEGRAR LA CONSERVACION Y EL DESARROLLO

Wiratno, Suyatno Sukandar y Trio Santoso 1

El desarrollo de los Parques Nacionales (PN) en Indonesia pretende conservar la biodiversidad


nacional que hoy representa una preocupación en el mundo. Dentro del marco de la política existente,
el sistema de PN tiene como objetivo servir como el modelo dentro del cual se puedan realizar esfuer-
zos de conservación complementando actividades de desarrollo con el propósito ulterior de generar
bienestar para la gente. La evaluación a mediano plazo de la implementación de diversos Proyectos
Integrados de Conservación y Desarrollo (PICD) en los PNs indican resultados promisorios. No
obstante, aún existen varios desafíos y restricciones, tales como presupuestos inadecuados, falta de
información sobre biodiversidad, conflicto de interés entre sectores de desarrollo y carencia de perso-
nal calificado.
A los efectos de superar estos problemas, se requiere la cooperación y asociación internacional, en
particular en el área de asistencia técnica, pericia y financiación. Entre los temas prioritarios de la
agenda, y que deberán recibir la cooperación de los organismos internacionales, se encuentran la
investigación de la biodiversidad, la evaluación económica de la utilización de la biodiversidad y el
desarrollo de los recursos humanos.

Palabras clave: Parque nacional, Proyecto Integrado de Conservación y Desarrollo y cooperación


internacional.

1
Dirección General de Protección Forestal y Conservación de la Naturaleza, Ministerio de Silvicultura, República
de Indonesia, Manggala Wanabakti Building Blick I, 8th Floor, Teléfono: +62-21-5720229 Fax: +62-21-5720229,
Jakarta, Indonesia

167
LA DIVERSIDAD DE LOS BOSQUES QUEBEQUESES. ESTADO DE LA SITUACION Y
COMPROMISOS DEL MINISTERIO DE RECURSOS NATURALES DE QUEBEC

Agathe Cimon 1

El gobierno de Quebec suscribe los grandes principios del desarrollo sostenido. Bajo esta óptica,
se dotó, en 1996, de una estrategia acorde con la Convención Internacional sobre la Diversidad
Biológica. El Ministerio de Recursos Naturales está muy implicado en la aplicación de esta estrategia
y las modificaciones que ha propuesto a la Ley de Bosques constituyen un compromiso formal sobre
el aprovechamiento sostenible de los bosques, compromiso este que se define por seis criterios, entre
los que se incluye la conservación de la diversidad biológica. El Ministerio, asimismo, ha publicado un
balance de la biodiversidad del medio forestal, en el que se hace un retrato de la situación actual de los
bosques de Quebec, de la que deduce las principales líneas de acción que deben emprenderse, para
asegurar que las actividades de aprovechamiento de los bosques sean respetuosas con la biodiversi-
dad presente en el territorio.

1
Bióloga, M.Sc, Dirección del Medioambiente Forestal, Ministerio de Recursos Naturales de Quebec, 880 chemin
Sainte-Froy, local 5.50, Quebec (Quebec) Canadá. Tel: 1 418 646-8978 Fax: 1 418 643-5651
Internet:cimagun@mrn.gov.qc.ca

168
PLANIFICACION DE OBRAS DE CONSERVACION FORESTAL INTEGRADA EN LA
BIOREGION DE LAS MONTAÑAS KLAMATH EE.UU. OCCIDENTAL

Ken Vance-Borland 1

Se describe aquí una metodología para la planificación de obras de conservación en la que se


integran el trazado de mapas de la biodiversidad, el análisis de las especies que dependen de una
determinada zona, y la evaluación de la diversidad geoclimática, dirigida a lograr la mayor sostenibili-
dad posible de especies, comunidades y ecosistemas. Con el trazado de mapas de la biodiversidad se
identifican los lugares o zonas conocidos por presentar características importantes desde el punto de
vista biológico, tales como especies raras, hábitat críticos o ecosistemas en peligro. Mediante el
análisis de las especies que dependen de una determinada zona se identifican las zonas requeridas
para sostener poblaciones viables de especies de depredadores de tamaño grande o mediano con un
amplio ámbito de acción y una baja densidad de población («especies de cobertura»). Por medio de la
evaluación de la diversidad geoclimática se identifican las zonas que representan la gama completa de
la variabilidad regional, geológica, climática o edáfica. El establecimiento de redes de reservas tiene
por objeto abarcar las zonas identificadas mediante los tres enfoques y proponer medidas de manejo,
incluidas actividades de restauración y vigilancia. La metodología se aplica en la región montañosa de
Klamath, una zona con una elevada densidad de coníferas. Con los mapas de la biodiversidad se han
identificado los emplazamientos donde se encuentran especies y ecosistemas raros, zonas sin cami-
nos, y cuencas hidrográficas importantes para las poblaciones ícticas anádromas en peligro. El análi-
sis de las especies que dependen de una zona específica ha permitido determinar cuál es el hábitat que
necesita la marta de Pennant (Martes pennanti), una especie depredadora rara asociada con los
bosques más antiguos. La evaluación de la diversidad geoclimática, basada en los suelos y las condi-
ciones climáticas, indica que con el sistema actual de reservas no se ha conseguido representar la
variabilidad ambiental de la región. Se está elaborando un programa informático de algoritmos genéti-
cos para identificar zonas que puedan convertirse en reservas y que representen la entera gama de la
diversidad geoclimática regional.

Palabras clave: Biodiversidad, conservación, diseño de reservas, restauración, Montañas Klamath.

1
Departments of Fisheries and Wildlife and Forest Science, Oregon State University, Corvallis, OR 97331 EE.UU.
kenvb@fsl.orst.edu

169
RESTAURACION DE LA VEGETACION DEL “CERRADO” EN ZONAS DEGRADADAS
DEL SUDESTE DE BRASIL

G. Durigan, W. A. Contieri, M.A. de Oliveira Garrido y M. Kawabata 1

El “Cerrado» es uno de los tipos más importantes de vegetación tropical de Brasil. Originalmente,
cubrió alrededor del 22% del país, pero recientemente, a pesar de sus suelos pobres y ácidos, el
dominio del «cerrado» está siendo ocupado rápidamente por una agricultura de alta tecnología. Con
el fin de salvar su biodiversidad, se han realizado investigaciones sobre la preservación y restauración
de la vegetación del «cerrado» en Assis, Estado de São Paulo, Brasil. Se han ensayado diversas
tecnologías para la aplicación en distintas condiciones de estación incluyendo: regeneración natural,
plantación de enriquecimiento y reforestación. El «cerrado» tiene un alto potencial de rebrote de las
raíces, principalmente en algunas estaciones degradadas, que se han empleado para plantaciones de
eucaliptos o para pastos. Para reforestación las especies nativas, adaptadas a la acidez y al alto
contenido de aluminio del suelo, tienen mejores posibilidades de prosperar.

1
Estação Experimental de Assis, Instituto Florestal, CX Postal 104, Assis, SP, Brasil, 19800-000. E-mail:
gdurigan@bdt.org.br

170
EVALUACION DE LA ESTRUCTURA Y DE LA DIVERSIDAD FLORAL EN UN BOSQUE
HIDROFITICO NEOTROPICAL

Omar Aurelio Melo Cruz 1

Este estudio se llevó a cabo en un bosque hidrofítico primario neotropical (condiciones prístinas)
y en bosques secundarios (intervención antropogénica para esta raza) de entre 12 y 20 años de edad,
situados en la parte baja de la cuenca fluvial de Calima (Buenaventura, Colombia). En cada ecosistema,
fue establecido un sitio de prueba permanente de 0,5 ha, del que se midieron los parámetros de
estructura vertical, horizontal y total. De la misma forma, se han evaluado los niveles de diversidad
alpha y beta en términos de la flora de las plantas leñosas con un diámetro normal (d.a.p) de más de
5 cm.
El perfil del bosque primario mostró una vegetación con estratos múltiples y con claros en diferen-
tes etapas de recuperación, mientras que el perfil del bosque secundario, de sólo 12 años de edad,
tenía únicamente dos estratos. En el bosque primario, las plantas más representativas tenían patrones
de distribución espacial aleatorios, mientras que las plantas típicas del bosque secundario, más joven,
estaban distribuidas en patrones de tipo gregario o en pequeñas extensiones. El bosque secundario
de 20 años tenía patrones que mostraban un nivel intermedio de terminación (tres capas de árboles
distinguibles).
La diversidad alpha fue medida conforme a los índices Margoulef y Menhinick para la abundancia
de las especies, que dieron, para el bosque primario y el bosque secundario de 12 y 20 años, valores
de 15,69; 4,78; 9,43; 2,86 y 12, 19, 4, 13, respectivamente. Los índices de abundancia de las especies de
Shannon (3,352; 2,648 y 3,185), Simpson (52,12; 17,5 y 32,6) y Berger Parker (28,87; 7,52 y 11,95)
determinados para el bosque primario y secundario dieron los mismos resultados.
El valor beta –diversidad obtenida del porcentaje de disimilitud entre el bosque primario y el
bosque secundario de 12 años– fue de 71,4%, mientras que para los dos bosques secundarios fue de
63,24%. Esto sugiere que el conocimiento de la diversidad y de las estructuras del bosque tropical y de
su comportamiento a lo largo del tiempo puede convertirse en una herramienta de gran importancia
para la recuperación y ordenación forestal.

Palabras clave: Bajo Calima, biodiversidad, estructura, neotropical.

1
Ingeniero Forestal, Departamento de Ciencias Forestales, Facultad de Ingeniería Forestal, Universidad de Tolima,
A. A. 546 Ibague, Colombia. Facsímil: (57 982) 644869

171
LA OBSERVACION DE LA BIODIVERSIDAD FORESTAL EN LA RESERVA DE DJA
FAUNA, EN CAMERUN

J. Lejoly 1 y B. Sonke 2

La Reserva de Dja Fauna está situada a unos 200 kilómetros de distancia de la ciudad de Yaoundé,
en el sudeste de Camerún. Con aproximadamente 526 000 hectáreas, es una de las mayores reservas de
Camerún. Está cubierta por bosques primarios heterogéneos (Letouzey 1968) y bordeada por el río
Dja. La parte norte de la reserva está sometida a actividades humanas intensivas, debido a la proximi-
dad de las aldeas asentadas entre Somalomo y Ekom.
Para una buena integración de estas poblaciones en la reserva, se está llevando a cabo un progra-
ma de observación y desarrollo. Este programa utiliza un análisis transversal para la recogida de datos.
Los estudios que se han desarrollado hasta ahora analizan los mamíferos, las aves y, especialmente,
los árboles cuyo dap (diámetro a la altura del pecho) supera los 10 cm.

1
Laboratoire de Botanique Systematique et de Phytosociologie, Université Libre de Bruxelles. CP 169 Av
F.Roosevelt, 50. 1050 Bruselas. Bélgica
2
Departement des Sciences Biologiques, Ecole Normale Superieure de Yaoundé. Université de Yaoundé. BP 047
Yaoundé. Camerún

MANEJO CONSERVACIONISTA DE LOS ECOSISTEMAS RESIDUALES DE ENCINA EN


CERDEÑA, ITALIA

E. Amorini, A. Cutini y G. Fabbio 1

La reducción de la presión humana, lo que implica una menor demanda de leña, ha dado como
resultado cambios significativos en la ecología forestal del área estudiada, que reflejan cambios com-
parables en otras regiones del norte y del sur de la cuenca mediterránea. Nueve parcelas de muestreo
permanente, cada una de 1 600 m2 , fueron establecidas en 1994 en masas de 45 años de edad domina-
das por la encina. Fueron recopilados los datos obtenidos de las mediciones y los referentes a la
producción de hojarasca sobre esas parcelas, que han sido sometidas a diferentes regímenes de
clareo. Se llevó a cabo un segundo estudio de seguimiento del clareo. Sobre la base de los datos
obtenidos, se hacen recomendaciones para el futuro manejo de esos ecosistemas.

1
Istituto Sperimentale per la Selvicoltura, Viale S. Margherita 80 – 52100 Arezzo, Italia

172
LAS NUEVAS TECNOLOGIAS EN LA CONSERVACION DE ECOSISTEMAS
FORESTALES EN POLONIA

Olenderek Heronim, N. Arkadusz, M. Jerzy, B. Krzysztof, K. Wodimierz 1

En Polonia, en los llamados complejos de promoción forestal (LKP) se llevan a cabo tareas de
investigación científica y desarrollo de proyectos relacionados con la conservación de los ecosiste-
mas forestales. El inventario de los recursos y la gestión de una silvicultura multifuncional han de
sacar ventaja de las nuevas técnicas y tecnologías, como las presentadas con ocasión del 18º Congre-
so Internacional de Fotogrametría y Detección Remota, celebrado en Viena. En Polonia, las principales
tendencias son las siguientes:
• un nuevo enfoque de la gestión de los bosques, basado sobre el uso de sistemas de información
geográfica (GIS);
• el uso de sistemas de posicionamiento global (GPS) con el propósito de actualización de bases de
datos geográficos;
• uso de mapas de imagen y modelos híbridos de datos;
• educación formal y no formal en los campos de la silvicultura y la ecología, basadas sobre el uso
de sistemas multimedia;
Este documento describe algunos de los proyectos de investigación en marcha, que tienen
relación con los temas mencionados.

Palabras clave: GIS, multimedia, video, educación, detección remota.

1
Dpt. of Forest Management and Forest Geodesy, Warsaw Agricultural University, Poland. Tel/Fax +48 22
490482/+48 22 491375. e-mail: info@giswitch.sggw.waw.pl WWW: http://giswitch.sggw.waw.pl

173
LOS ECOSISTEMAS DE MAQUIS Y SU UTILIZACION

Kâmil œengonoul 1 y Huseyin DÚrÚk 2

Uno de los principales tipos de vegetación que cubren el mundo, los arbustos que forman el
ecosistema conocido como maquís, chaparral o con los diferentes nombres que adopta localmente,
tiene una gran importancia para la conservación del suelo, el pastoreo, los usos recreativos, la produc-
ción de biomasa y el paisaje.
El maquís, como otros ecosistemas de su tipo, se caracteriza por tener abundantes propiedades
estructurales diferentes. El fuego es también un factor presente en estos ecosistemas. Los suelos son
pobres y poco profundos, y las especies de plantas son resistentes a la sequía gracias a sus sistemas
de raíces profundas. Esta cubierta leñosa varía de unas regiones a otras, creando comunidades en las
que algunas especies son dominantes.
La utilización de estas áreas requiere nuevas técnicas de gestión, que permitan la conservación de
la biodiversidad y el equilibrio natural.

Palabras clave: Ecosistemas arbustivos, vegetación sensible al fuego, plantas esclerófilas leño-
sas, potencial de tierras arbustivas.

1
Profesor de Manejo de Cuencas, University of Istambul, Faculty of Forestry. 80895 Bakçecoy. Estambul, Turquía
2
Profesor de Silvicultura, Universidad de Estambul, Turquía

174
El siguiente resúmen se publica sólo en el idioma original

REGENERACION DE BROSIMUM ALICASTRUM SW., TROPHIS RACEMOSA (L.) URB.


Y OTRAS PLANTAS DE INTERES EN UN BOSQUE SEMIDECIDUO JOVEN EN EL
JARDIN BOTANICO NACIONAL DE CUBA.

Vladimir Moreno Gutierrez 1 Narciso Angel Miranda 2

En el Jardín Botánico Nacional, en La Habana, Cuba, en un bosque natural semideciduo joven de


4 h , que se acondiciona para introducir una colección de helechos, se regeneraron naturalmente
Brosimum alicastrum Sw. y Trophis racemosa (L.) Urb., plantas muy valiosas como forrajeras, made-
rables y productoras de alimentos, con frutos que dispersaron árboles de estas especies, ubicados en
los extremos más alejados del Centro.
A los 28 años de haber quedado en reposo el área para que por sucesión natural se formara el
bosque, se realizó un inventario para conocer la frecuencia y distribución espacial de la descendencia
de estas plantas, información que fue obtenida en parcelas de 36 m2 distribuidas sistemáticamente en
el área y de una colecta florística general que permitirá conocer la composición florística y la regene-
ración natural de otras especies importantes.
Brosimum alicastrum logró cubrir uniformemente el 87,5 por ciento del área, con unas 47 770 plan-
tas que representan aproximadamente 1 planta por m2 ; mientras que Trophis Racemosa se establece
en el 37,5 por ciento, con unas 5 830 plantas, con 1,4 individuos por m2 , resultados que son interesan-
tes sobre utilización de la regeneración natural en el enriquecimiento de bosques.

1
Doctor en Ciencias Biológicas. Centro Nacional de Areas Protegidas, Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio
Ambiente de Cuba. Calle 18a No. 4114 , entre 43 y 47, Playa, Ciudad de La Habana, Cuba.
2
Ingeniero Agrónomo. Jardín Botánico Nacional, Ministerio de Educación Superior de Cuba. Carretera del Rocío,
Km 3 y medio, Calabazar, Boyeros, Ciudad de La Habana, Cuba.

175

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