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CONTENIDO

I. INTRODUCCION

I. MARCO TEORICO

1.1. SORDERA DE CONDUCCION

1.1.1. DEFINICION

1.1.2. SÍNTOMAS Y CAUSAS

1.1.3. DIAGNÓSTICO DE LA SORDERA DE CONDUCCIÓN

1.2. SORDERA SENSORIAL(O NERVIOSA)

II. CUESTIONARIO

III. CONCLUSIONES

IV. BIBLIOGRAFIA

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INTRODUCCION

La hipoacusia se define como la disminución de la agudeza auditiva que va

desde una mínima expresión hasta la pérdida profunda de unos 110db. La

pérdida absoluta de respuesta al sonido amplificado se denomina cofosis o

anacusia Sus causas están íntimamente relacionadas con la anatomía y la

fisiología de la audición.

La audición constituye un sentido fundamental en la vida de un individuo, en

especial en el aprendizaje y en las relaciones interpersonales. La audición es

la vía principal a través de la cual se desarrolla el lenguaje y el habla, uno de

los más importantes atributos humanos. Cualquier trastorno en la percepción

auditiva de un niño, a edades tempranas, inevitablemente afectará su

desarrollo lingüístico y comunicativo, también los procesos cognitivos y,

consecuentemente, la integración escolar, social y laboral. La habilidad del

cerebro de aprender lenguaje y la palabra disminuye en el tiempo de

deprivación auditiva, entonces demos a los niños la mejor posibilidad de

aprender a oír y hablar haciendo una identificación temprana. La plasticidad

neural es muy importante en la audición.

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I. MARCO TEORICO

1.1. SORDERA DE CONDUCCION

1.1.1. DEFINICION

La sordera de conducción o transmisión se presenta cuando alguna


alteración impide la transmisión del sonido del oído externo y medio
al oído interno.

1.1.2. SÍNTOMAS Y CAUSAS

La hipoacusia de conducción o transmisión se debe a un problema


mecánico en el oído, ya sea en el canal auditivo o en el oído medio. El
comportamiento habitual de las personas afectadas es hablar en voz
baja porque la sordera les genera la sensación de estar hablando
demasiado alto.

La pérdida auditiva de conducción suele presentarse de manera leve


o moderada, es decir, entre los 25 y los 65 decibelios. Puede
ocasionarse debido a un tapón de cerumen, una perforación del
tímpano, una otitis, varios traumatismos o malformaciones.
Cualquiera de estas patologías impide la conducción del sonido de
manera adecuada y por lo tanto, el sonido no puede atravesar el oído
externo y medio para llegar correctamente al oído interno.

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La acumulación de cerumen es la causa tratable más común de
pérdida de audición, sobre todo en las personas de edad avanzada.

El ruido puede causar una pérdida de audición neurosensorial súbita


o gradual. La exposición a un único ruido extremo (como un arma de
fuego o una explosión cercana) puede causar una pérdida repentina
de audición, conocida como traumatismo acústico (o sonoro). Muchas
personas con pérdida de audición también tienen zumbidos en los
oídos (acúfenos). La pérdida de audición provocada por un
traumatismo acústico suele desaparecer en un día (a no ser que la
onda expansiva haya lesionado también el tímpano o el oído medio).
Sin embargo, es la exposición a largo plazo al ruido la que provoca la
mayor parte de la pérdida de audición inducida por ruido. El ruido por
encima de 85 decibelios (dB) puede causar pérdida de audición si la
exposición se mantiene durante el tiempo suficiente; aunque la
susceptibilidad a la pérdida de audición inducida por ruido varía
considerablemente de una persona a otra, casi todas pierden algo de
audición si están expuestas a un ruido lo bastante intenso durante un
tiempo suficiente.

El envejecimiento, junto con la exposición al ruido y los factores


genéticos, es un factor de riesgo habitual para la pérdida de audición.
La pérdida auditiva relacionada con la edad (presbiacusia) limita más
la capacidad de una persona para oír frecuencias más altas que su
capacidad para oír frecuencias más bajas.

Las infecciones del oído son una causa habitual de pérdida de


audición temporal entre leve y moderada (principalmente en los
niños). La mayoría de los niños recuperan la audición normal en 3 o 4
semanas después de curarse la infección, pero algunos sufren una
pérdida de audición permanente. La pérdida de audición persistente
es más probable en los niños con infecciones de oído recidivantes.

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1.1.3. DIAGNÓSTICO DE LA SORDERA DE CONDUCCIÓN

Cabe destacar que, en algunos casos, la hipoacusia de conducción es


temporal. Dependiendo del problema se puede solucionar con
medicación o cirugía. En casos más graves, la pérdida de audición
puede compensarse con una prótesis auditiva.

Si sufres cualquier tipo de pérdida de audición deberás acudir a un


audio protesista que realizará diferentes exámenes para diagnosticar
qué tipología de hipoacusia presentas. Uno de los diagnósticos más
frecuentes es realizar una audiometría tonal que produce diferentes
frecuencias de sonido a distintos volúmenes.

MEDICIÓN DE LA SONORIDAD

,
Decibelios Ejemplo
0 El sonido más débil percibido por el oído humano
30 Susurro, biblioteca en calma
60 Conversación normal, máquina de coser o máquina de escribir
90 Cortacésped, herramientas corrientes, tráfico de camiones (90
dB por 8 horas por día es la exposición máxima sin protección*)
100 Sierra de cadena (motosierra), taladro neumático, motonieve (2
horas por día es la exposición máxima sin protección)

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115 Limpieza con chorro de arena, concierto ruidoso de rock, claxon
de automóvil (15 minutos por día es la exposición máxima sin
protección)
140 Disparo de pistola, motor de avión de propulsión a chorro (el
ruido causa dolor, e incluso una breve exposición produce
lesiones en los oídos sin protección; la lesión puede ocurrir
incluso con protectores auriculares)
180 Plataforma de lanzamiento de cohetes
*Este nivel es el estándar federal obligatorio en Estados Unidos, pero se
recomienda protección para cualquier exposición que no sea
extremadamente breve a niveles de ruido superiores a 85 dB.

1.2. SORDERA SENSORIAL(O NERVIOSA)

Es un tipo de pérdida de la audición (hipoacusia). Ocurre por daño al oído interno,


al nervio que va del oído al cerebro (nervio auditivo) o al cerebro.

Hace años, a la hipoacusia neurosensorial se la llamaba “sordera nerviosa”.


Ahora sabemos que, en la mayoría de los casos, el problema procede del oído
interno, no del nervio auditivo. Sin embargo, continuamos agrupando ambos
problemas, ya que el oído interno y el nervio auditivo están conectados y tienen
que trabajar juntos.

Esta es otra razón por la que se debe tratar inmediatamente la hipoacusia: los
componentes neurales ‘del final’ del sistema auditivo necesitan la aportación de
los componentes sensoriales ‘del principio’ para poder crecer y permanecer
sanos.

Las causas de la hipoacusia neurosensorial son diversas, pero en general se


pueden clasificar en dos categorías: congénita y adquirida.

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La hipoacusia congénita está presente desde el nacimiento y constituye el
problema más frecuente en bebés recién nacidos. Puede ser heredada o estar
causada por un desarrollo anormal en las etapas de gestación del feto. Antes de
que se desarrollara la vacuna, la rubeola padecida por la madre era una causa
común de hipoacusia congénita.

La hipoacusia adquirida, que sucede después del nacimiento, puede estar


causada por numerosos factores. Entre ellos están el traumatismo, la
presbiacusia (pérdida de audición a medida que se envejece), la exposición a
ruido de maquinaria o armas de fuego, el síndrome de Meniere y la meningitis.
Los medicamentos ototóxicos (que dañan el oído aunque puedan ser necesarios
para tratar algunas enfermedades mortales) también pueden desencadenar una
hipoacusia. Un tumor en el nervio auditivo puede provocar una hipoacusia neural,
no tan frecuente.

Consideraciones
Los síntomas pueden incluir:

 Ciertos sonidos parecen demasiado fuertes en un oído.

 Tiene problemas para seguir conversaciones cuando dos o más personas


están hablando.

 Presenta dificultad para escuchar en áreas ruidosas.

 Es más fácil escuchar las voces de los hombres que de las mujeres.

 Es difícil diferenciar sonidos chillones (como "s" o "th") entre si.

 Las voces de otras personas suenan como murmullos o mal articuladas.

 Tiene problemas para escuchar cuando hay un ruido de fondo.

Otros síntomas incluyen:

 Sensación de estar perdiendo el equilibrio o estar mareado (más común con


la enfermedad de Ménière y los neuromas acústicos)
 Sonido de campaneo o zumbido en los oídos (tinnitus)
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II. CUESTIONARIO

Es importante realizar pruebas de cribado de una posible pérdida de


audición en las personas mayores, ya que muchas de ellas no se dan
cuenta del problema. Los familiares o los médicos pueden hacer a la
persona una serie de preguntas:

1. ¿Tiene algún problema de audición que le haga sentirse


incómodo cuando está con otras personas?
2. ¿Tiene algún problema para oír que le haga sentirse frustrado
cuando habla con algún familiar?
3. ¿Tiene dificultad para oír cuando alguien susurra?
4. ¿Se siente discapacitado por un problema de audición?
5. ¿Tiene algún problema para oír que le cause dificultades
cuando visita a amigos, parientes o vecinos?

6. ¿Tiene algún problema para oír que le hace asistir con menor
frecuencia a los oficios religiosos de lo que a usted le gustaría?
7. ¿Tiene algún problema para oír que le provoque discusiones
con sus familiares?
8. ¿Tiene algún problema para oír que le dificulte escuchar la
televisión o la radio?
9. ¿Siente que tiene algún problema de audición que le dificulte su
vida personal o social?
10. ¿Tiene algún problema de audición que le cause dificultades
cuando está en un restaurante con familiares o amigos?

Para cada pregunta, una respuesta no = 0 puntos, a veces = 2 puntos,


y sí = 4 puntos. Una puntuación superior a 10 sugiere una importante
pérdida de la audición y se recomienda el seguimiento por un
especialista en audición.

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III. CONCLUSIONES

 La obstrucción tubaria fue la más frecuente de las causas de


hipoacusia de conducción.
 La otoesclerosis y la timpanoesclerosis afectaron mas a mayores
de 36 años, mientras la otitis media crónica y serosa afectó más a
los grupos de menos de 36 años.
 Las pérdidas auditivas de la obstrucción tubaria fueron
mayoritariamente leves (10-25db), en las otitis medias crónicas y la
otoesclerosis, estuvieron entre (26-40db) y en la timpanoesclerosis
y en la otitis media serosa las pérdidas se observaron por encima
de 41db en la mayoría de los casos.

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IV. BIBLIOGRAFIA

 GIL CARCEDO LM. Hipoacusia neurosensorial. Ed. Masson.


Barcelona. 2003.
 GIL CARCEDO LM. Otología: enfermedades inflamatorias e
hipoacusias de transmisión. Ars Médica. Barcelona. 2002.
 MANRIQUE M. PAUTAS de actuación ante una hipoacusia. En:
Progresos recientes en Otorrinolaringologia. Programa de
formación. Quesada JL. Area Científica Menarini. 2005. Capítulo
1. pp 7-21.
 RIVERA RODRÍGUEZ T. Audiología. Técnicas de exploración.
Hipoacusias neurosensoriales. Ars Médica. Barcelona. 2003.
 SUÁREZ C, GIL CARCEDO LM, Marco J et al. Tratado de
Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello. Tomo II:
Otología. Editorial Panamericana. Madrid. 2007.
 TAPIA MC. Otoneurología. Ars Médica. Barcelona. 2004
 THOMASSIN JM et Paris j. Stratégie diagnostique devant una
surdité de l’adulte. Encycl Méd Chir (Editions Scientifiques et
Médicales Elservier SAS, Paris,), Oto-rhino-latyngologie, 20- 181-
A-10, 2002, 6p.

REFERENCIA EN INTERNET

https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos
otorrinolaringol%C3%B3gicos/p%C3%A9rdida-de-audici%C3%B3n-y
sordera/p%C3%A9rdida-de-audici%C3%B3n-hipoacusia,-sordera-
parcial

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