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LOS TRABAJADORES DE LA ENSEÑANZA EN LOS ORIGENES DE LA URSS

Para robustecer el naciente estado fue muy importante asegurar la colaboración de los
docentes. El maestro, sobre todo en el campo, constituía una gran fuerza cultural, a
veces la única, capaz de ejercer gran influencia política sobre la población. El pueblo
amaba a los maestros: a ellos se acudía para pedir consejo y ayuda y en busca de
explicaciones sobre el sentido de los acontecimientos que vivía el país. Para poner a esta
fuerza al servicio del poder soviético fue preciso llevar a cabo una paciente y minuciosa
labor de esclarecimiento por las organizaciones del partido, los órganos del estado y los
sindicatos.

Anatoli Lunacharski, dirigiéndose a los maestros, dijo que nadie exigía de los
intelectuales que se infundieran del espíritu comunista y, en unión del partido, se
dedicaran resueltamente a la creación del régimen comunista. Sin embargo, la
colaboración, era posible si el intelectual mostraba objetividad y acertaba a valorar el
ingente trabajo trazado por los comunistas para transformar culturalmente a los
trabajadores de la ciudad y el campo.. No obstante, en los primeros tiempos de su
existencia, el poder soviético no encontró en la parte más cualificada del magisterio esta
disposición al entendimiento y la colaboración practica.

Aso, en el congreso de de maestros de la provincia de Kursk, celebrado a comienzos de


mayo de 1918, la mayoría de los delegados (166 contra 3) aprobó una resolución en la
que se decía: “El poder soviético lo entendemos como el poder del pueblo, que aspira a
reestructurar la vida del Estado en base a los justos principios del socialismo…
Consideramos que reconocer este poder y apoyarlo por todos los medios constituye una
misión sagrada del maestro nacional en su trabajo social y pedagógico”. Incluso los
dirigentes de la Unión de Maestros de toda Rusia más rabiosos en su intransigencia
frente al poder de los soviets se vieron obligados a reconocer que “no hay un frente
único del magisterio, no hay unidad de pensamiento y de acción”.

En la obra de educación política del magisterio jugo un destacado papel Nadia


Krupskaya, veterana militante del partido y compañera de Lenin. Maestra ella misma,
conocía perfectamente el estado de ánimo, la psicología, la vida y las condiciones de
existencia de ese sector de la intelectualidad y sabia encontrar la mejor manera de
abordar sus problemas. En los primeros años del poder soviético no hubo un congreso
de maestros de toda Rusia o un foro sobre asuntos de la instrucción pública en los que
Krupskaya no participase con la mayor actividad. Muy a menudo hablaba en mítines y
asambleas de maestros, explicando la política del partido en la esfera de la instrucción

Por Ricardo Audiovision

https://es.scribd.com/doc/226819438/Dictadoras-Las-mujeres-de-los-hombres-mas-
despiadados-de-la-historia-Rosa

Todo el poder
En el gran mausoleo de la Plaza Roja descansan los restos de Vladimir Ilich, Lenin, el
padre de la revolución bolchevique, quien tras su muerte, en 1924, había dejado las
manos libres Stalin para que se adueñara del poder absoluto y del control del país.
Lenin había intentado impedir el ascenso del georgiano con ayuda de su mujer,
Nadezhda Krupskaya, pero fue imposible porque Stanlin astutamente recluyo a la pareja
en una dacha muy lejos de moscu. El resultado fue que los camaradas de la cúpula
bolchevique nunca se enteraron de que Lenin no quería a Stanlin.

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