Você está na página 1de 2

DERROTAR AL ÁGUILA IMPERIAL Y RETOMAR LA INICIATIVA

Popayán, enero 24 de 2019


Antes de plasmar algunas ideas sobre los trascendentales momentos que vive el hermano pueblo
de Venezuela, los cuales van a determinar el futuro inmediato de todos los pueblos y naciones del
subcontinente latinoamericano, debo precisar un aspecto inicial.
He sido crítico en varios aspectos del proceso bolivariano, pero soy totalmente solidario con las
luchas independentistas y revolucionarias del pueblo venezolano. Reconozco que ese pueblo
hermano nos da ejemplo de rebeldía y autonomía a los colombianos, y tengo envidia de la buena
por la capacidad que ha demostrado para defender su independencia y soberanía.
La crítica principal tiene que ver con la línea “estatista” que se impuso en el proceso bolivariano.
Esa línea o concepción consiste en centrar toda la acción política en el aparato estatal, o sea, solo
“desde arriba”. Ello se constituyó en la base conceptual y práctica que permitió que las castas
burocráticas se apoderaran de la dirección del proceso de cambio y lo sabotearan desde adentro.
Sé que el presidente Chávez siempre propuso involucrar al pueblo en la construcción real de una
nueva matriz productivo-cultural, pero nunca se pasó de impulsar –sin una estrategia “desde
abajo”– las llamadas Comunas, y por ello, la casi totalidad de cuadros “chavistas” se formaron e
hicieron carrera para ocupar cargos en el Estado (ejecutivo o legislativo). Eso lo determinó todo.
No obstante, hoy se ha llegado a un momento de quiebre. Las fuerzas más reaccionarias del imperio
estadounidense, aprovechando los errores cometidos por el gobierno bolivariano y gobiernos
progresistas de la región, ha venido escalando sus acciones de cerco y agresión al pueblo de
Venezuela, y alentado por la actual ola derechista que se desarrolla en Sudamérica, amenaza con
intervenir militarmente al vecino país para imponer un gobierno servil y títere.
El plan corresponde a la acción encabezada por Pence, Pompeo y Rubio, que intentan aprovechar
la debilidad política de Trump para abrir un nuevo frente de intervención y agresión en la región,
especialmente en el norte de Sudamérica, Caribe, Antillas y Centroamérica. Quieren detener la
nueva oleada “progresista” que inició AMLO en México, que tiene su versión en Colombia con
Gustavo Petro, y que amenaza con expandirse hacia Guatemala, Honduras, Perú y otros países.
Es por ello que, los revolucionarios y demócratas del mundo, por más críticos que seamos del
gobierno de Maduro, no solamente tenemos que defender con decisión el derecho a la autonomía
de los pueblos y a la autodeterminación de las naciones, sino que, en este caso, debemos colocarnos
decididamente al lado del pueblo venezolano para contrarrestar la acción imperial y colonial.
Antes de avanzar, es importante aclarar lo siguiente: En todo proceso de lucha hay que distinguir
entre la dirección y las bases sociales, entre la racionalidad política de los dirigentes y el sentir
popular de la base. La mayoría del pueblo venezolano es rebelde e independentista y frente a la
amenaza imperial se va a movilizar, como ya lo hace, al lado de sus más decididos y claros
dirigentes. Y por ello necesita la ayuda de todos los que tengan un espíritu anti-imperialista.
Por tanto, hay que participar en la movilización general para impedir el triunfo de las fuerzas
imperiales y de sus títeres internos. En ese proceso se puede y se debe empujar una línea anti-
burocrática, que influya en lo poco o mucho que exista de organización, en la acción del ejército
y demás fuerzas militares, y en todo lo que tenga que ver con la organización de la resistencia. Y
hay que hacerlo con sentido práctico y aguerrido, mostrando un espíritu verdaderamente
democrático y nacionalista.
Es el momento para que los chavistas defraudados, críticos o desligados de la acción
revolucionaria, se agrupen e influyan en el momento actual con cierta autonomía, pero con sentido
de unión y fraternidad de clase popular. Hay que exigirle a la dirección del PSUV y al gobierno,
que se rehabilite a los revolucionarios y luchadores sociales que están presos, aislados o exiliados,
y que estén dispuestos a colocarse al lado del gobierno y del pueblo para resistir la agresión.
Hay que detener la acción intervencionista e imperial del gobierno estadounidense y de los
gobiernos serviles de la región. El triunfo permitirá abrir una nueva brecha, vivir un nuevo
momento para resolver las diferencias y aprovechar ese período para rectificar y avanzar.
Ya sabemos que, si el imperio y las derechas antipatrióticas triunfan, no solo impondrán un régimen
antidemocrático y dictatorial, sino que, para desmontar los avances sociales logrados por los
gobiernos bolivarianos, tendrán que arrasar con lo que sobrevive de movimiento revolucionario y
chavista, y con la resistencia popular. Ellos no van a tener piedad con nadie. Que no quepa duda.
E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

Você também pode gostar